Las formas más “rentables” eran sobretodo la sinfonía y el concierto (y
posteriormente el cuarteto de cuerdas al convertirse “publico” en 1780); es
significativo que el carácter del concierto se vio casi totalmente transformado
antes de 1780 por el estilo de sonata. Esto se debe sólo parcialmente a que el
concierto constituye una forma específica y limitada, mientras que la sonata es una
forma estilística general; principalmente se debió a que el concierto, desde el
punto de vista de la estética neoclásica de fines del siglo XVIII, contenía un objetivo
extramusical-‐ la exhibición del virtuosismo técnico-‐.
Es paradójico que la música orquestal se hiciese mucho mas difícil en varios
sentidos después de esta fecha, a la vez que el elemento virtuoso se replegó a un
segundo plano. Los elaborados pasajes de virtuosismo espectacular destinados a
ejecutantes individuales que aparecen en las primeras sinfonías de Haydn,
desaparecen en las últimas, que, sin embargo, son mucho mas complejas en cuanto
a ejecución.
La sonata es una cosa nueva, sobretodo en su concepción de obra musical
con carácter de objeto musical independiente. Su forma era definible por un
contorno simple (a diferencia de las formas susceptibles de añadiduras y fáciles de
extender del concierto grosso y la variación), y era totalmente independiente de
las palabras ( a diferencia del madrigal y la ópera).
El estilo de la sonata, durante un breve periodo de tiempo, les dio a los
compositores la oportunidad de vender directamente al público, no ya una
ejecución o un ejemplar, si no la obra misma de música pura.
La sonata para solista pertenecía al aficionado, y particularmente a la
aficionada: esa es la razón de que la gran mayoría de ellas sean tan fáciles de tocar.
El estilo sonata representó el triunfo de la música instrumental pura sobre
la música vocal y, en como resultado, la ruina de la teoría fundamental barroca de
la estética musical, la Affektenlehre, o doctrina de los sentimientos.
Se produjo por consiguiente, un desplazamiento básico en la estética
musical, que se alejó de la sacrosanta noción de una música como imitación del
sentimiento hacia la concepción de la música como un sistema independiente
portador de su propio significado en unos términos que no eran susceptibles de
traducción.
Las formas de sonata hicieron posible esa supremacía de la música
instrumental en la estética romántica temprana. Su estructura dramática y su
representación de la acción contrastaron muchísimo con el sentimiento unificado
expresado por las formas de principios y medianos del siglo XVIII: el aria, el
concierto, la fuga y la danza.
La supremacía gradual de la música instrumental fue el fruto de un
movimiento de emancipación, una liberación de la música de su dependencia de la
literatura y de las artes visuales (la poesía y la escenografía, en particular): La
música instrumental pura disfrutó de un prestigio que no había tenido nunca.
El movimiento simplificador original tuvo que servir a varios objetivos, en
parte contradictorios: 1) la producción de la literatura moderadamente fácil
destinada al músico aficionado cultivado; 2) la creación de unas formas de
ejecución pública de comprensión fácil y concepción dramática; 3) un gusto
neoclásico en crecimiento continuo dentro de todas las artes que buscaba la
sencillez y la naturalidad y se oponía a la ornamentación y a la complejidad; 4) un
interés nuevo por la expresión personal y directa del sentimiento (llamada en
ocasiones Empfindsamkeit) en oposición a la expresión del sentimiento objetiva,
compleja y emblemática del Barroco (Affektenlehre).
Como la fuga, la sonata define un determinado tipo de textura, o , mejor
dicho, un método de ordenar muchas texturas sumamente contrastantes; indica un
determinado tipo de música instrumental, pero el etilo y las formas de las obras
correspondientes se extienden asimismo al campo de la sinfonía, de la ópera y de
la música sacra.
J.A.P Schulz alrededor de 1775:
Desde luego, no existe en ninguna forma de música instrumental una mejor
oportunidad que en la sonata para describir sentimientos sin palabras. La sinfonía
y la obertura tienen un carácter más fijo. La forma de concierto parece diseñada
más para darle al ejecutante habilidoso una oportunidad de ser oído contra fondo
de muchos instrumentos que para llevar a cabo la descripción de emociones
violentas. Que tienen también sus caracteres especiales, queda solo la forma
sonata, que asume todos los caracteres y cualquier expresión.
La sinfonía ejerció unas funciones sociales específicas en la corte, lo que
impidió, antes de los últimos años de la década de los sesenta, alcanzar la total
libertad de expresión. Para Schulz, la sonata constituye una expresión
instrumental pura, una música liberada de toda constricción, tanto social como
profesional.
Tal vez la primera descripción de la forma sonata que la relacionó
específicamente con la sonata apareció en La Scuola della Musica de Carlo
Gervasoni (1800). Hacia 1860 la forma sonata (cuyo nombre no había cuajado
todavía) podía denominarse “la forma libre del desarrollo musical de ideas”
3. Formas ternaria y binaria
para 1790, el estilo sonata había transformado casi todas las formas
establecidas de la música de principios del siglo XVIII. Estas formas se iniciaban en
la tónica, pasaban a la dominante y volvían a la tónica con algún intento de
presentar una simetría o guardar un equilibrio.
La forma ABA es la más sencilla en cuánto a diseño. El retorno de la A
dentro de un esquema ABA solía estar adornado. La primera sección, igual que la
tercera, tenía que terminar, por tanto, en la tónica. Las secciones exteriores,
tomadas por separado, son casi siempre de mayores dimensiones que la central
(llamada trío, término probablemente poco afortunado, pero único).
En la sección central de un aria da capo, por ejemplo, la orquesta se educe a
menudo a un simple bajo continuo.