¿Fin del giro a la izquierda en América Latina?
Mario Torrico1
I. Introducción
A fines de la década del noventa del siglo pasado inició una etapa política en América Latina
conocida como “el giro a la izquierda”, que se caracterizó por el triunfo electoral de
candidatos presidenciales que criticaron intensamente las políticas económicas de apertura
de mercados, privatización y reorientación del rol del Estado en la economía (englobadas
bajo el término neoliberalismo) aplicadas en los países de la región. En varios casos, estos
candidatos construyeron, además, un discurso que identificaba a las prácticas corruptas y
clientelares de los partidos y al funcionamiento del sistema político en general como los
responsables de la amplia desigualdad social y de que la población permanezca sumergida
en la pobreza. Este giro llamó la atención de la academia y de la comunidad internacional
debido a que significaba una posible ruptura con el pasado inmediato, con el consenso
económico que se había alcanzado luego de la crisis del ochenta de que las fuerzas del
mercado debían desarrollarse sin limitaciones y de que sus beneficios se derramarían a toda
la población. A nivel político también existía la posibilidad de un quiebre con el consenso
alcanzado de que la representación política a través de los partidos era el componente
fundamental de la democracia. En ese sentido, se vislumbraban políticas distintas, e incluso
opuestas, a las aplicadas previamente.
Los gobiernos del giro a la izquierda se beneficiaron de un contexto internacional favorable
en el que los precios de las materias primas (minerales, hidrocarburos y alimentos)
aumentaron notablemente (gracias en buena medida al estímulo de la demanda china), lo que
permitió que las economías crezcan, incrementó los ingresos fiscales y les permitió gastar
más que sus antecesores. Este desempeño exitoso permitió que varios de ellos se mantengan
en el poder e impulsen reformas que alteraron el panorama económico y político en los
países. Así, en la década pasada se redujo notablemente la pobreza, cayó la desigualdad y en
varios países se ampliaron los mecanismos de representación política y se aprobaron
1 Profesor-Investigador de la FLACSO-México.
procedimientos de democracia directa previamente inexistentes (referéndums y plebiscitos).
Sin embargo, a inicios de la presente década empezó un declive de los precios internacionales
de materias primas que afectó notablemente las perspectivas de crecimiento de la región. Con
ello los distintos gobiernos empezaron a tener serias dificultades para sostener las políticas
sociales que los ingresos extraordinarios les habían permitido y para dar respuesta a las
crecientes demandas de la población. Gradualmente la izquierda fue perdiendo poder
político, ya sea a través de elecciones o de juicios políticos a presidentes, y en los casos en
que se mantuvo gobernando enfrentó situaciones cada vez más adversas en virtud de la
creciente insatisfacción ciudadana. En ese contexto, es preciso preguntarnos qué factores
explican el giro a la izquierda para luego saber si las condiciones están dadas para afirmar
que éste ha finalizado.2
II. Rasgos generales del giro a la izquierda
Existe amplio acuerdo en la literatura comparada3 de que el giro a la izquierda inició en
Venezuela en 1998 con la victoria de Hugo Chávez y se propagó por la mayoría de los países
de la región durante la década siguiente, en la cual alrededor de dos tercios de la población
latinoamericana llegó a ser gobernada por presidentes izquierdistas. Pero también hay un
buen grado de aceptación de que la izquierda en América Latina es diversa debido a las
distintas trayectorias históricas de los países en relación, entre otras cosas, al tipo de
regímenes autoritarios que han tenido (militar, civil), a cómo ha sido su proceso de
democratización (ruptura, transición pactada), a qué tipo de sistemas de partidos han
emergido en ellos (institucionalizados o no institucionalizados) y a las características de su
población (socioeconómicas, étnicas, etc.).4 A continuación se exponen en orden cronológico
los triunfos electorales con que los distintos países se adscribieron a dicho giro o se
mantuvieron en él.
2 Sorprendentemente la literatura no ha determinado los factores explicativos del giro a la izquierda. 3 Toda mención a la literatura que se haga en este artículo refiere a los estudios comparados sobre América Latina. 4 Véanse al menos Clearey (2006), Oxhorn (2009), Panizza (2009), Luna (2010), y Levitsky y Roberts (2011).
Tabla 1. Presidentes del giro a la izquierda en América Latina*
País Presidente Elección 1 Elección 2 Elección 3 Elección 4 Elección 5
Venezuela Hugo Chávez Nicolás Maduro
1998 2000 2007 2013 2013
Chile Ricardo Lagos Michelle Bachelet
2000 2006
Brasil Lula Da Silva Dilma Rousseff
2003 2007 2011
2015
Argentina Néstor Kirchner Cristina Fernández
2003 2007
2011
Panamá Martín Torrijos 2004
Uruguay Tabaré Vázquez José Mujica Tabaré Vázquez
2005
2010
2015
Bolivia Evo Morales 2006 2010 2015 Nicaragua Daniel Ortega 2007 2012 2017 Ecuador Rafael Correa 2007 2009 2013 Guatemala Álvaro Colom 2008 Paraguay Fernando Lugo 2008
El Salvador Mauricio Funes Salvador Sánchez
2009 2014
Perú Ollanta Humala 2011 Costa Rica Luis Guillermo Solís 2014
* Se incluyó sólo los casos en que hay acuerdo en la literatura en que esos presidentes son de izquierda. Fuente: Elaboración propia y Diego (2016).
Si bien el giro ha sido dominante en la región, su duración muestra variaciones importantes
entre países. Así, en Venezuela, Brasil, Uruguay, Argentina, Bolivia, Nicaragua y Ecuador
se mantuvo o se mantiene más de una década; en tanto que en Paraguay, Panamá o Guatemala
no se extendió por más de una gestión presidencial. El porqué de estas diferencias aún no ha
sido estudiado, aunque es claro que hay factores comunes entre los países que llevan a esos
resultados (es decir, la explicación no puede limitarse a describir las trayectorias y procesos
internos nacionales). Otro contraste notorio es que en algunos casos la continuidad de la
izquierda en el poder se dio a través de la alternancia de líderes políticos (Uruguay, Brasil,
Chile), en tanto que en otros la izquierda fue incapaz de cambiar de líder y cayó en el
caudillismo (Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua).5 La interacción entre el grado de
institucionalización del sistema de partidos antes del giro y el desprestigio del mismo parece
ser la causa principal de esto, aunque su comprobación empírica aún está pendiente.6
5 El caso argentino es un intermedio entre ambos, ya que hubo alternancia pero de esposo a esposa. 6 Schamis (2006), Lanzaro (2007) y Paramio (2008) sugieren esta relación causal pero la vinculan con el surgimiento del populismo, lo que no es una consecuencia teóricamente inevitable.
Una pregunta obvia que surge cuando se discute sobre el giro es: ¿qué queremos decir cuando
hablamos de la izquierda en América Latina? Quienes la han abordado coinciden en que una
característica de esta corriente política es la búsqueda de la igualdad en sentido amplio
(Arditi, 2009; Borón, 2012), en especial la reducción de la desigualdad socioeconómica
(Castañeda, 2006; Schamis, 2006; Santander, 2009) a través de una distribución lo más
igualitaria posible de la riqueza (Clearey, 2006), lo que implica su disposición a recurrir al
Estado para corregir el desbalance de las fuerzas del mercado (Cameron, 2009; Weyland,
2010). Si en décadas pasadas la izquierda era relacionada con posturas anticapitalistas, hoy
en día se la asocia más bien con la búsqueda de un modelo económico que no solo produzca
crecimiento, sino también inclusión social. Por ello, la izquierda plantea la necesidad de una
política social activa que permita la creación de empleos, la mejora de la educación y de la
salud y la reducción de la pobreza (Paramio, 2006). Actualmente la izquierda no se opone a
la propiedad privada ni a la competencia de mercado, pero rechaza la idea de que las fuerzas
del mercado no reguladas pueden satisfacer las necesidades sociales (Levitsky y Roberts,
2011). La regulación del mercado y la política social que defiende la izquierda requiere del
aumento de las capacidades del Estado, en especial de su recaudación a través de una
estructura tributaria progresiva, basada más en impuestos a los sectores de mayores ingresos
(tanto a la riqueza como a la propiedad) y menos en tributos al consumo (como es el caso del
Impuesto al Valor agregado o IVA) (Beasley-Murray, Cameron y Hershberg, 2010). En ese
sentido, esta corriente es consciente hoy en día de la importancia de la estabilidad económica,
lo que la aleja de lo que Dornbusch y Edwards (1992) llamaron “populismo
macroeconómico”.7 Adicionalmente, se señala que la izquierda ha ampliado su mirada sobre
las desigualdades y actualmente incluye a las que se desprenden de las diferencias de género,
raza o etnia (Levitsky y Roberts, 2011).
La postura de la izquierda en relación a la economía descrita en el párrafo anterior se aleja
de la tradición estatista prevaleciente en las décadas sesenta y setenta y tiene coincidencias
con algunos planteamientos que se impulsaron con las reformas de los ochenta y noventa
(control del déficit fiscal, de la inflación, respeto a la propiedad privada y a los intercambios
7 Dentro de esta caracterización general hay obviamente variaciones entre países. Así, por ejemplo, en unos casos la política social es más activa, la regulación estatal es más intensa o el respeto a las reglas del mercado es mayor que en otros.
de mercado), lo que lleva a algunos autores a plantear que el giro está muy lejos de configurar
un modelo alternativo al Consenso de Washington (Paramio, 2006) o que incluso la izquierda
en Brasil, Uruguay y Chile no es izquierda (Borón, 2012). Sin embargo, no puede ignorarse
que la postura izquierdista de inicios del siglo XXI tiene también importantes diferencias con
los señalamientos neoliberales, en especial en relación a que los frutos del crecimiento
económico no llegarán en automático a todos los sectores de la sociedad (por lo que se
requiere redistribución), o que el libre mercado es benéfico para todos (lo que hace necesaria
la regulación). También hay diferencias sobre la conveniencia de los acuerdos
internacionales de libre comercio (mismos que fueron impulsados con fuerza antes del giro),
ya que si bien la izquierda de hoy en día no es aislacionista ni radicalmente proteccionista,
mantiene sus reservas respecto a la apertura total del comercio internacional en sus países,
en especial cuando el mismo se realiza con naciones más poderosas (Santander, 2009). En
consecuencia, el giro a la izquierda en América Latina no puede caracterizarse como la
continuación del neoliberalismo, aunque ciertamente no rompe con él. Se trata de un giro,
mas no de un cambio radical y menos de un retorno al pasado.
En relación al ámbito político, en la literatura se suele destacar que la izquierda dejó atrás su
escepticismo con la democracia (a la que llamaba burguesa o meramente formal) y está
comprometida con los procedimientos electorales para elegir autoridades, pero los considera
insuficientes para incluir a los grupos marginados, por lo que promueve la democracia
participativa (Cameron, 2009; Panizza, 2009; Weyland, 2010) y la toma de decisiones a
través de mecanismos de democracia directa (nombrados por algunos autores como formatos
posliberales de participación política).8 En ese sentido, su crítica política estaría usualmente
dirigida a cuestionar el desempeño de los gobiernos más que la democracia en sí misma,
aunque sin dejar de buscar la construcción de sistemas políticos más incluyentes (Schamis,
2006; Beasley-Murray, Cameron y Hershberg, 2010).
No está claro en qué medida lo que la literatura identifica como planteamientos que defiende
la izquierda tiene sustento empírico, y si así fuera, si se está prestando atención a lo que los
líderes de esta corriente política dicen en sus discursos, en sus entrevistas y en sus programas
8 Véase Lanzaro (2008) y Arditi (2009).
de gobierno o a las decisiones que toman y a las acciones que emprenden una vez que están
en el poder.
III. El estado del arte sobre el giro a la izquierda en América Latina. ¿Qué sabemos y
qué ignoramos?
La discusión académica sobre el giro a la izquierda en América Latina ha atravesado tres
etapas. En la primera los estudios se limitaron a argumentar que, en efecto, se estaba
produciendo dicho giro y comenzaron a plantear de manera preliminar las causas del mismo,
aunque sin mostrar evidencia de ello (Borón, 2004; Boersner, 2005; Panizza, 2005; Paramio,
2006; Touraine, 2006). En estos trabajos se aprecia un optimismo moderado sobre las
posibilidades que los nuevos gobiernos tienen para efectuar cambios importantes y se señalan
algunos desafíos que enfrentaría la izquierda (amplias demandas de la población, deterioro
económico previo, necesidad de gobernar eficazmente para aliviar las carencias de los
sectores más empobrecidos y de hacerlo de manera más incluyente) que además le permitan
construir o mantener su credibilidad. En la segunda etapa la academia discutió ampliamente
las causas del giro y los tipos de izquierda que se puede identificar en los gobiernos de la
región. Al respecto, hay consenso de que la crisis económica de fines de los noventa e inicios
de este siglo9 desencadenó la ola de triunfos de candidatos izquierdistas, aunque las lecturas
sobre ese episodio varían, ya que para algunos se trató de la culminación del fracaso del
neoliberalismo en generar crecimiento, mejorar las condiciones de vida de la población y
reducir la desigualdad (Laclau, 2006; Arditi, 2009; Macdonald y Ruckert, 2009; Sader, 2009;
Borón, 2012), en tanto que para otros lo que hubo fue un desencanto social con los resultados
económicos obtenidos luego de varios años de reformas, aunque el saldo sería más bien mixto
ya que las mismas permitieron al menos mantener la estabilidad de las economías (Lanzaro,
2008; Paramio, 2008; Panizza, 2009; Santander, 2009; Beasley-Murray, Cameron y
Hershberg, 2010; Luna, 2010; Levitsky y Roberts, 2011; Weyland, 2010; Oxhorn, 2009).10
Otras de las causas frecuentemente mencionadas en la literatura son la crisis de
representación que sufrió la clase política ante la ciudadanía, el mal desempeño de los
9 Llamada media década perdida por la CEPAL (2002). 10 Pero todas las explicaciones al respecto destacan la amplia desigualdad y la extendida pobreza en la región a inicios del siglo XXI.
gobiernos en la región y la falta de rendición de cuentas democrática (Lanzaro, 2007;
Paramio, 2008; Cameron, 2009; Panizza, 2009; Santander, 2009; Silva, 2009; Luna, 2010;
Thwaites, 2010), que se pueden aglutinar bajo el término déficits del sistema político
democrático. Esto ya había sido diagnosticado en un documento elaborado por el PNUD
(2004) (con datos hasta 2002) y ampliamente difundido en la región en el que se mostraba
que la insatisfacción ciudadana con la democracia había aumentado y que los partidos
políticos y los cuerpos legislativos recibían el apoyo de menos de un cuarto de la población,
todo ello a pesar de que la mayoría de los países gozaban de más de veinte años de vida
democrática ininterrumpida. La principal diferencia en la interpretación de ese fenómeno
entre los autores es que unos (aquellos para los que el fracaso del neoliberalismo es el único
factor causal del giro a la izquierda) lo conciben como parte integral del deterioro neoliberal
(es decir, las reformas estructurales de mercado habrían sido más que un cambio de las
políticas de desarrollo, y constituían también un proyecto de transformación político, social
y cultural),11 y en cambio para otros los ámbitos económico y político son autónomos, aunque
ciertamente existe relación entre las crisis en ambos de principios de siglo.12
La crisis económica y los déficits del sistema político democrático latinoamericano son las
causas del giro a la izquierda más mencionadas en la literatura (aunque ningún estudio ofrece
un planteamiento metodológico causal para demostrarlo).13 También se suele resaltar el
impacto que tuvo la normalización electoral en la región, ya que en la medida en que se
institucionalizó la competencia política las elecciones se convirtieron en parte de la vida de
los países y fueron asumidas por los distintos actores (incluidas las izquierdas) como la única
ruta para la conquista del poder. En ese sentido, era esperable que tarde o temprano los
partidos y candidatos que no habían accedido a los gobiernos tengan su oportunidad, la cual
llegó cuando el electorado pudo castigar a sus autoridades por la crisis económica y por el
mal desempeño público (Castañeda, 2006; Clearey, 2006; Levitsky y Roberts, 2011). Es más,
algunos autores señalan que el giro a la izquierda no fue más que una alternancia política en
que la población no votó a favor de la izquierda, sino de oposiciones o de líderes que no
11 En especial Laclau (2006), Arditi (2009), Macdonald y Ruckert (2009), Roberts (2009), Sader (2009) y Borón (2012). 12 Véase Lanzaro (2007), Paramio (2008), Cameron (2009), Panizza (2009), Santander (2009), Silva (2009) y Luna (2010). 13 Con excepción de Diego (2016), que es una tesis de maestría de la FLACSO-México.
habían gobernado previamente, esto con el fin de que haya cambios en los gobiernos
(Panizza, 2009). ¿Por qué entonces no llegaron las izquierdas antes al poder?
La crisis de la deuda de la década del ochenta del siglo pasado afectó la credibilidad de los
planteamientos que señalaban la necesidad del involucramiento del Estado en la economía,
mismos que siempre han sido parte de los programas de la izquierda política. El desprestigio
de estas ideas fue tan grande y el acuerdo sobre la conveniencia de las reformas de mercado
llegó a ser tan amplio que varios candidatos que postularon por partidos de tradición
nacionalista-revolucionaria se ajustaron a los señalamientos del Consenso de Washington
cuando les tocó gobernar.14 El éxito en contener la inflación y en conservar la estabilidad
económica, en un contexto en que el recuerdo de los trastornos provocados por la crisis aún
estaban frescos, permitieron la continuidad de dichas políticas. Sin embargo, las izquierdas
fueron avanzando de forma gradual en elecciones subnacionales y municipales, lo que les
permitió, antes de llegar a la presidencia, gobernar regiones importantes de los países y
ciudades tan centrales como Caracas, Brasilia, Sao Paolo, Montevideo, San Salvador y la
Ciudad de México. Ese ejercicio de gobierno no sólo les permitió ganar experiencia en la
gestión pública, sino también construir una buena reputación al respecto.15 Además, el acceso
que tuvo la izquierda a los poderes legislativos le permitió proyectar su imagen y mezclar
discursos de oposición radical con el juego pragmático de alianzas y compromisos
parlamentarios. En ese sentido, el giro habría sido producto de un proceso de acumulación
política de la democracia que tomó casi dos décadas, tiempo en el cual las ideas de mercado
perdieron fuerza y los partidos de izquierda acumularon experiencia y ganaron aceptación.
Las causas desarrolladas en los dos párrafos anteriores pueden sintetizarse bajo las
expresiones institucionalización de la competencia política y acumulación política
democrática. A las mismas la literatura agrega dos factores causales de índole internacional:
el retiro de Estados Unidos de la región después del ataque a las torres gemelas de 2001
(Cameron, 2009) y el surgimiento de un proceso de difusión regional hacia la izquierda,
similar a un efecto contagio de un país a otro (Levitsky y Roberts, 2011). En relación al
14 Fue el caso de Carlos Menem en Argentina, Carlos Salinas en México y Víctor Paz en Bolivia. Esta aparente paradoja es explicada por Stokes (2001). 15 Este argumento es desarrollado por Panizza (2009) y por Levitsky y Roberts (2011).
primero, se menciona que el país norteamericano concentró sus esfuerzos militares,
diplomáticos y económicos en las invasiones a Irak y Afganistán y en los efectos negativos
que éstas generaron en los países cercanos, lo que provocó que América Latina pase a un
segundo o tercer plano de su agenda internacional, motivo por el que la fuerza cada vez mayor
que iba cobrando el giro a la izquierda no se vio amenazada por una reacción contraria desde
Washington. Esta postura de Estados Unidos incluso aumentó después de la IV Cumbre de
las Américas en Mar del Plata en que prácticamente quedó sepultada cualquier posibilidad
de que se concrete la iniciativa norteamericana de constituir un área de libre comercio
continental (el ALCA). En relación al proceso de difusión regional se señala que el éxito de
los primeros gobiernos de izquierda en lograr un buen desempeño económico (en buena
medida gracias al aumento de precios internacionales de materias primas) eliminó las
reservas que algunos sectores de la población en otros países tenían con la izquierda y dio
mayor impulso al giro. La siguiente tabla resume las causas del giro a la izquierda en América
Latina que identifica la literatura comparada.
Tabla 2. Causas del giro a la izquierda
Ámbito Causas
Interno
Crisis económica/fracaso del neoliberalismo Déficits del sistema político democrático Institucionalización de la competencia política Acumulación política democrática
Externo Retiro de Estados Unidos de la región Difusión regional hacia la izquierda
Fuente: elaboración propia
En la discusión académica sobre los tipos de izquierda en América Latina se identifican dos
corrientes: una que construye tipologías mutuamente excluyentes (que es predominante en
los estudios) y otra que propone clasificaciones multidimensionales. En relación a la primera,
ha tenido amplia difusión el planteamiento de Castañeda (2006) de que existen dos izquierdas
en la región, una populista y otra socialdemócrata. La primera estaría presente en Venezuela,
Bolivia y Argentina, y la segunda en Chile, Uruguay y Brasil. Para este autor sólo la izquierda
socialdemócrata representa un avance en términos de su responsabilidad fiscal, su pluralismo
y su apertura a la modernidad, en tanto que el populismo es un retroceso histórico en todos
los sentidos. Oxhorn (2009) y Weyland (2010) presentan clasificaciones muy similares pero
con distintas etiquetas; así, identifican una izquierda moderada donde las instituciones
representativas tuvieron éxito (presente en Brasil, Chile y Uruguay) y otra contestataria que
emergió del rechazo a esas instituciones (en Venezuela, Bolivia y Ecuador). Por su parte,
Schamis (2006) y Lanzaro (2008) proponen una categoría intermedia entre las dos anteriores,
misma que estaría caracterizada por su pasado nacional-popular y por el hecho de que está
presente en países que nunca pudieron establecer un sistema de partidos institucionalizado
(en Argentina, Nicaragua y Perú).
En las tipologías mutuamente excluyentes siempre aparecen de un lado Chile, Uruguay y
Brasil, y del otro Venezuela, Bolivia y Ecuador, y se desvanecen las diferencias que hay al
interior de cada grupo, pero las clasificaciones multidimensionales añaden información
importante. Así por ejemplo, Panizza (2009) muestra que en Bolivia la participación directa
y la deliberación de los actores sociales es muy alta, lo que la acerca al caso uruguayo y la
aleja de la izquierda venezolana, pero que el poder del líder también es alto, lo que, de forma
contraria, la aleja de Montevideo y la acerca a Caracas. Para Luna (2010) también hay
similitudes entre la izquierda uruguaya y la boliviana (en relación a los límites sociales al
poder) y entre ésta y la venezolana (ya que ambas buscan cambios radicales). Finalmente,
quienes hacen la propuesta más interesante son Levitsky y Roberts (2011), quienes
identifican cinco grupos de esta corriente política en la región: izquierda electoral profesional
(en Brasil y Chile), izquierda orgánica de masas (en Uruguay), maquinaria populista (en
Argentina y Nicaragua), izquierda populista (en Venezuela y Ecuador) y movimiento de
izquierda (en Bolivia).
Al igual que en la discusión sobre qué es la izquierda, en el debate sobre los tipos de izquierda
no queda claro si los autores están evaluando lo que dicen los líderes o lo que hacen, los
orígenes de esos gobiernos o la forma en que gobiernan. Tampoco ayuda mucho el que ese
debate esté atravesado por prejuicios en contra de una parte de la izquierda de la región o
esté planteado en términos normativos de la buena y la mala izquierda, algo que es notorio
al menos en Castañeda (2006), Schamis (2006)16 y Weyland (2010). Pero ese tipo de sesgo
también se aprecia en quienes se empeñan en defender, con ninguna evidencia sistemática, a
16 Este autor incluso viola la regla de clasificación (institucionalización del sistema de partidos) que él mismo establece y señala que en Venezuela y Bolivia existe una petro izquierda.
las experiencias de Venezuela, Bolivia y Ecuador (Laclau, 2006; Borón, 2012). En ese
sentido, resulta lamentable que la batalla ideológica permee en los estudios científicos sobre
los fenómenos políticos.17
La tercera etapa de la discusión académica sobre el giro a la izquierda es reciente y está muy
poco desarrollada. En ella se discute sobre los resultados de los gobiernos de izquierda: cómo
gobernaron en términos del ejercicio de autoridad, qué reformas institucionales
emprendieron y qué políticas impulsaron a nivel económico y social. Al respecto hay acuerdo
en que las condiciones externas del giro fueron favorables debido al notable incremento de
precios de materias primas que benefició a la región por al menos una década. Ello permitió
a los gobernantes aumentar el gasto social, fomentar la participación económica del Estado
(aunque con grandes variaciones entre países) y, al mismo tiempo, mantener en orden las
finanzas públicas; es decir, sin abandonar la ortodoxia económica la izquierda pudo
emprender políticas redistributivas, siendo predominantes los programas de transferencias
monetarias condicionadas18 (Madrid, Hunter y Weyland, 2010; Levitsky y Roberts, 2011;
Macdonald y Ruckert, 2009; Hershberg, 2010). En realidad, este tipo de programa social no
es una innovación de la izquierda, ya que surgió en México a mediados de los noventa (en
pleno dominio priísta) y después fue propagado en la región por el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), pero la posibilidad que ofrecía de llegar a los sectores más necesitados y
de obtener buenos resultados con poca inversión pública lo hizo muy popular entre los
gobernantes.19 Esto muestra que un rasgo adicional de la izquierda latinoamericana actual es
su pragmatismo.
Lo anterior significa que el giro a la izquierda no significó el fin del Consenso de Washington
(Oxhorn, 2009; Silva, 2009) pero tampoco el inicio de una transición al socialismo, sino el
intento de construir un capitalismo más incluyente (Levitsky y Roberts, 2011). Sin embargo,
si bien el aumento de precios de materias primas permitió a los gobiernos impulsar políticas
17 El debate contemporáneo sobre el populismo, que es una parte de la discusión más amplia sobre los tipos de izquierda, es el que más ha sufrido la falta de rigor científico de la academia. 18 Esta combinación entre ortodoxia económica y política social activa ha sido denominada posneoliberalismo. Para algunos autores este es el rasgo principal de los gobiernos de izquierda latinoamericanos, los que no serían neoliberales, pero tampoco antineoliberales ni keynesianos (esto último exigiría al menos el intento de construir un Estado de bienestar, lo que no ha sucedido). Al respecto, véase Macdonald y Ruckert (2009). 19 Véase Fiszbein y Schady (2009) y Cecchini y Madariaga (2011).
sociales de forma más activa que sus antecesores (con buenos resultados en términos de
reducción de la pobreza y de la desigualdad), también redujo la presión para emprender
reformas impositivas progresivas y para iniciar un proceso de transformación productiva que
permitan que los avances logrados sean sostenibles en el largo plazo. En ese sentido, América
Latina podría haber perdido una oportunidad histórica e incluso haber dado un paso muy
peligroso debido a que la dependencia de las materias primas se profundizó y su
vulnerabilidad externa aumentó (Hershberg, 2010).
En el aspecto político, los estudios destacan que los gobiernos de izquierda han mantenido
las instituciones básicas de la democracia electoral y no han echado abajo el orden político;
sin embargo, claramente en unos países los cambios han sido más radicales que en otros, ya
que mientras en Brasil, Chile y Uruguay se ha respetado a las instituciones políticas existentes
y a la oposición, en Venezuela, Bolivia y Ecuador se concentró el poder en el Ejecutivo
debilitando los pesos y contrapesos entre poderes y prevaleció una práctica política
confrontacional y polarizante (Levitsky y Roberts, 2011). Si bien esto lleva a afirmar que la
democracia fue respetada más en el primer grupo que en el segundo, no puede ignorarse que
los sectores políticamente excluidos antes del giro vieron incrementada su influencia en
mayor medida en éste que en aquél, y que, como consecuencia, la satisfacción con la
democracia aumentó notablemente en los países gobernados por lo que algunos consideran
la izquierda populista y que en los de la izquierda socialdemócrata dicha satisfacción se
mantuvo en niveles relativamente bajos (Madrid, Hunter y Weyland, 2010). En ese sentido,
el reto para América Latina sigue siendo el mismo desde hace décadas: ¿cómo lograr una
inclusión política plural? (Oxhorn, 2009).
El presente artículo se inserta en la tercera etapa de estudios sobre el giro a la izquierda en
América Latina, pero a la vez pretende inaugurar una cuarta, dedicada a discutir si éste ha
concluido, qué escenarios a futuro se abren para la región y qué retos deben afrontar los
nuevos gobiernos con independencia de su signo ideológico. Sin embargo, es preciso señalar
que las preguntas que han motivado cada una de las etapas anteriores aún no han sido
completamente respondidas. Así, aún está pendiente la corroboración empírica de las causas
del giro, el estudio de los factores que explican por qué surgen distintos tipos de izquierda en
la región y las implicaciones de ello, el análisis de por qué ciertos gobiernos decidieron
emprender cambios más profundos que otros y el examen de si el aumento de precios de
materias primas debió producir avances sociales mayores (evaluación de la gestión pública
de la izquierda), entre otras interrogantes. El debate que se genere debe, además, procurar ser
desapasionado y centrado en la evidencia disponible.
IV. Causas del giro a la izquierda
A continuación, se presenta un modelo de regresión logística para dar cuenta del efecto que
tuvieron las variables planteadas en el apartado teórico, sobre la primera victoria de la
izquierda en los países de la región en los que adoptaron un gobierno presidencial de esta
corriente, desde finales de la década de los noventa del siglo XX hasta la fecha.
Para la prueba empírica se construyó una base de datos tipo panel, la cual está compuesta por
cuatro tipos de variables:
1) Dicotómicas: primera victoria de la izquierda, retiro de Estados Unidos de la región,
difusión regional hacia la izquierda y acumulación política democrática.
2) Categóricas: evaluación de la economía y nivel de confianza en el gobierno.
3) Discretas: Institucionalización de la competencia política.
4) Continuas: Crecimiento del PIB (porcentaje anual), inflación a precios constantes, e índice
de Gini. Éste último grupo de variables es de control y se tomó en cuenta porque de acuerdo
con Nadeau et al. (2015), los indicadores que más se utilizan en el análisis del voto económico
retrospectivo son la tasa de crecimiento del PIB y la inflación, mismos que en el presente
análisis se complementan con el índice encargado de medir el nivel de desigualdad.
Una vez que se mencionaron las variables que explican los resultados obtenidos por la
izquierda, se presenta la ecuación del modelo:
𝐿𝐿𝐿𝐿 � 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖1−𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖
� = 𝛼𝛼𝑗𝑗 + ∑ 𝛽𝛽𝑘𝑘𝑘𝑘=1 𝑋𝑋𝑖𝑖𝑗𝑗𝑘𝑘
Donde
𝑷𝑷𝒊𝒊𝒊𝒊:𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑑𝑑 𝑡𝑡𝑃𝑃𝑃𝑃𝑡𝑡𝐿𝐿𝑡𝑡𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑑𝑑 𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖𝑡𝑡𝑃𝑃𝑑𝑑𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃 𝒊𝒊: 𝑃𝑃𝐿𝐿𝑃𝑃𝑃𝑃𝑖𝑖𝑃𝑃𝑃𝑃𝑡𝑡𝑃𝑃 𝑃𝑃 𝒊𝒊:𝑝𝑝𝑃𝑃í𝑠𝑠 𝑗𝑗
𝒌𝒌: 𝑑𝑑𝑃𝑃𝑑𝑑𝑒𝑒𝑒𝑒𝑃𝑃ó𝐿𝐿 𝑘𝑘 𝜶𝜶𝒊𝒊: 𝑒𝑒𝑃𝑃𝐿𝐿𝑠𝑠𝑡𝑡𝑃𝑃𝐿𝐿𝑡𝑡𝑑𝑑 𝑖𝑖𝑡𝑡𝑑𝑑 𝑃𝑃𝑑𝑑𝑡𝑡𝑃𝑃𝑑𝑑𝑗𝑗𝑃𝑃 𝑃𝑃ó𝐿𝐿𝑃𝑃𝑑𝑑 𝑝𝑝𝑃𝑃𝑃𝑃𝑡𝑡𝑃𝑃𝑃𝑃í𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖𝑡𝑡𝑃𝑃𝑑𝑑𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃
sin 𝑡𝑡𝑃𝑃𝑡𝑡𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑑𝑑𝐿𝐿 𝑒𝑒𝑡𝑡𝑑𝑑𝐿𝐿𝑡𝑡𝑃𝑃 𝐿𝐿𝑃𝑃𝐿𝐿𝑛𝑛𝑡𝑡𝐿𝐿𝑃𝑃 𝑖𝑖𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑑𝑑 𝑃𝑃𝑑𝑑𝑃𝑃 𝑡𝑡𝑃𝑃𝑃𝑃𝑑𝑑𝑃𝑃𝑃𝑃. 𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑒𝑒𝑃𝑃𝐿𝐿𝑠𝑠𝑡𝑡𝑃𝑃𝐿𝐿𝑡𝑡𝑑𝑑 𝑃𝑃𝑑𝑑𝑠𝑠𝑡𝑡𝑃𝑃𝑡𝑡𝑃𝑃𝐿𝐿𝑡𝑡𝑑𝑑 𝑑𝑑𝑠𝑠 𝑑𝑑𝑃𝑃 𝑝𝑝𝑃𝑃𝑃𝑃𝑡𝑡𝑑𝑑𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑑𝑑 𝑃𝑃𝑃𝑃𝑠𝑠 𝑒𝑒𝑃𝑃𝐿𝐿𝑠𝑠𝑡𝑡𝑃𝑃𝐿𝐿𝑡𝑡𝑑𝑑𝑠𝑠 𝑃𝑃𝑑𝑑 𝑃𝑃𝑃𝑃𝑠𝑠 𝑃𝑃𝑃𝑃𝑡𝑡𝑑𝑑𝑃𝑃𝑑𝑑𝐿𝐿𝑡𝑡𝑑𝑑𝑠𝑠 𝑝𝑝𝑃𝑃𝑃𝑃𝑠𝑠𝑑𝑑𝑠𝑠 𝜷𝜷𝑿𝑿𝒊𝒊𝒊𝒊𝒌𝒌:𝐶𝐶𝑃𝑃𝑑𝑑𝑡𝑡𝑃𝑃𝑒𝑒𝑃𝑃𝑑𝑑𝐿𝐿𝑡𝑡𝑑𝑑 𝑃𝑃𝑑𝑑 𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑖𝑖𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑑𝑑 𝑋𝑋 𝑝𝑝𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑑𝑑𝑃𝑃 𝑃𝑃𝐿𝐿𝑃𝑃𝑃𝑃𝑖𝑖𝑃𝑃𝑃𝑃𝑡𝑡𝑃𝑃 𝑃𝑃, 𝑑𝑑𝐿𝐿 𝑑𝑑𝑃𝑃 𝑝𝑝𝑃𝑃í𝑠𝑠 𝑗𝑗, 𝑑𝑑𝐿𝐿 𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑑𝑑𝑃𝑃𝑑𝑑𝑒𝑒𝑒𝑒𝑃𝑃ó𝐿𝐿 𝐾𝐾. La ecuación en su forma ampliada se expresa:
𝐿𝐿𝐿𝐿 � 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖1−𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖
�=𝛼𝛼𝑗𝑗+β1𝑋𝑋1+β2 𝑋𝑋2+β3𝑋𝑋3+β4𝑋𝑋4+β5𝑋𝑋5+β6𝑋𝑋6+β7𝑋𝑋7+β8 𝑋𝑋8 +β9𝑋𝑋9
Dado que interesa saber el impacto que tienen las variables independientes y las de control
sobre los resultados obtenidos por la izquierda en las elecciones presidenciales, a
continuación se describe como fueron construidas, y que se espera de cada variable.
Variable dependiente
Primer victoria de la izquierda, se utilizó una variable dicotómica en la que se asignó el valor
0 a los años de las elecciones en las que no ganó la izquierda y 1 para cuando obtuvo el
triunfo en cada país de la región.
Variables independientes. La elección de estas variables y las de control, se llevó a cabo bajo
la premisa de que la izquierda representa a la oposición en el año de la elección.
Evaluación de la economía, para medir fracaso del neoliberalismo se utilizaron los datos
Latinobarómetro sobre la percepción que tenían los ciudadanos respecto al desempeño
económico en sus países, en el año de la elección. Se espera que si los electores consideran
que la economía va mal, obtén por un gobierno de izquierda.
Para medir el déficit del sistema político, de nueva cuenta con datos de Latinobarómetro, se
tomó en cuenta el nivel de confianza en el gobierno. Se espera que si la desconfianza es alta,
los ciudadanos elijan a un líder de izquierda para encabezar el poder ejecutivo.
Respecto a la institucionalización de la competencia política se contabilizó el número de años
que llevaban realizándose elecciones democráticas antes del año de la elección ya que la
realización de comicios, otorgaba la posibilidad de alternancia ideológica en el poder.
En cuanto a la acumulación política democrática, se construyó una variable dicotómica en
la que se asignó el valor 0 para aquellos países en los cuales, no habían gobiernos
subnacionales de izquierda y 1 para el caso contrario. Se espera que si en las naciones existían
mandatos locales izquierdistas, la corriente aumentaba sus posibilidades de llegar a la
presidencia.
Para el caso del retiro de Estados Unidos, se creó variable binaria, a la que se asignó el valor
1 para la presencia de Estados Unidos antes de 2005 y 0 para los años siguientes. Sobre el
comportamiento de la variable dependiente, se espera que la izquierda aumente sus
posibilidades de llegar a la presidencia cuando el país del norte deja de intervenir.
Respecto a la difusión regional hacia la izquierda, se utilizó una variable dicotómica, en la
que el valor 1 fue asignado a los años posteriores a 2003 y 0 para los anteriores. Se espera
que la izquierda tenga resultados positivos en las elecciones después de este año.
Variables de control
Para este grupo de variables se espera que si la inflación y el índice de Gini son altos, y el
nivel de crecimiento del PIB es bajo, las posibilidades de la izquierda de encabezar el poder
ejecutivo se incrementen. Los datos fueron obtenidos del Banco mundial, de la base de datos
de las economías de América Latina 1965 – 2014, y The Standardized World Income
Inequality Database (Harvard).
Una vez descrita la composición de las variables se presentan los resultados de la regresión
logística, después de cuatro iteraciones.
Tabla 1 Modelo: Factores que favorecieron el Giro a la Izquierda en Latinoamérica.
Variable dependiente Primera victoria de la izquierda Variables independientes
Variable X Coeficiente β Signo Evaluación de la economía -0.30**
(0.02) Esperado
Déficit del sistema político -0.31** (0.01)
Esperado
Institucionalización de la competencia política
-0.01** (0.00)
No esperado
Acumulación política democrática 0.45** (0.03)
Esperado
Retiro de Estados Unidos 0.80** (0.03)
Esperado
Difusión regional hacia la izquierda 2.47** (0.05)
Esperado
Variables de Control % de Crecimiento del PIB -0.13**
(0.00) Esperado
Inflación a precios constantes de 2005 0.00 (0.00)
Gini 0.05** (0.00)
Esperado
Constante -4.26** (0.25)
Pseudo R2 0.085 0.1052
Además de la tabla 1 con los resultados del modelo, se presenta la Gráfica 1, mediante la cual
el lector podrá identificar el sentido del impacto de las variables independientes y de control
sobre el primer triunfo de la izquierda. La línea vertical señala el impacto nulo sobre la
primera victoria de la izquierda; los puntos que se observan del lado derecho, señalan un
impacto positivo y los del lado izquierdo, tienen el efecto contrario.
Grafica 1. Coeficientes del modelo. Impacto de las variables explicativas sobre la primera victoria de la izquierda.
En la gráfica de coeficientes del modelo, la línea vertical indica un impacto nulo en la variable
dependiente, -primera victoria de la izquierda-, la cual tienen dos posibilidades: triunfo o
derrota; las variables más próximas a la línea vertical inciden en menor cuantía sobre los
resultados de la corriente -Institucionalización de la competencia política, Índice Gini, e
inflación (esta última no es significativa)-. Mientras que del lado derecho se encuentran las
variables que inciden positivamente sobre el triunfo en las elecciones –retiro de Estados
Unidos, difusión de la izquierda, acumulación política- Del lado izquierdo están las variables
tienen el efecto contrario –evaluación positiva de la economía, alto nivel de confianza en el
gobierno saliente, crecimiento del PIB-. A continuación se interpretan los resultados
obtenidos con el modelo, atendiendo tanto a las probabilidades de la corriente como al
número de individuos que podrían votar por la izquierda para que ésta llegue al poder
ejecutivo por primera vez.
eco_actual
conf_gob
Interv_USA_05
dif_izq_03
Años_Democ
Gob_subna
crec_pib_porc_anual
inf_prec_cons
gini_net
-1 0 1 2 3
Probabilidades de la izquierda de llegar a la presidencia por primera vez
Para el cálculo de las probabilidades de votar por la izquierda con cada una de las variables
manteniendo todo lo demás constante, se transforma, la ecuación base del modelo de la
siguiente manera:
𝐿𝐿𝐿𝐿 � 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖1−𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖
�=𝛼𝛼𝑗𝑗+β1𝑋𝑋1+β2 𝑋𝑋2+β3𝑋𝑋3+β4𝑋𝑋4+β5𝑋𝑋5-β6𝑋𝑋6-β7𝑋𝑋7-β8 𝑋𝑋8 +β9𝑋𝑋9-β10 𝑋𝑋10+β11𝑋𝑋11
Por simplicidad se definirá
z=𝛼𝛼𝑗𝑗+β1𝑋𝑋1+β2 𝑋𝑋2+β3𝑋𝑋3+β4𝑋𝑋4+β5𝑋𝑋5-β6 𝑋𝑋6-β7𝑋𝑋7-β8 𝑋𝑋8 +β9𝑋𝑋9-β10 𝑋𝑋10+β11𝑋𝑋11
Realizando el álgebra pertinente se tiene que:
𝐿𝐿𝐿𝐿 �𝑃𝑃𝑖𝑖𝑗𝑗
1 − 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑗𝑗� = 𝑖𝑖
Para transformar el logaritmo se utiliza una función exponencial
𝑃𝑃𝑖𝑖𝑗𝑗1 − 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑗𝑗
= 𝑑𝑑𝑧𝑧
𝑃𝑃𝑖𝑖𝑗𝑗 = 𝑑𝑑𝑧𝑧�1 − 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑗𝑗�
𝑃𝑃𝑖𝑖𝑗𝑗 = 𝑑𝑑𝑧𝑧 − 𝑝𝑝𝑑𝑑𝑧𝑧
𝑃𝑃𝑖𝑖𝑗𝑗 + 𝑝𝑝𝑑𝑑𝑧𝑧 = 𝑑𝑑𝑧𝑧
𝑃𝑃𝑖𝑖𝑗𝑗(1 + 𝑑𝑑𝑧𝑧) = 𝑑𝑑𝑧𝑧
Por lo tanto, ara observar el impacto variable por variable la ecuación que se utilizará es:
𝑃𝑃𝑖𝑖𝑗𝑗 =𝑑𝑑𝑧𝑧
1 + 𝑑𝑑𝑧𝑧
Tabla 2. Cálculo de Probabilidades
Variable dependiente Primera victoria de la izquierda Variables independientes Variable X Coeficiente β Probabilidad Evaluación de la economía -0.30 58% Déficit del sistema político -0.31 58% Institucionalización de la competencia política
-0.01
50%
Acumulación política democrática
0.45 61%
Retiro de Estados Unidos 0.80 69% Difusión regional hacia la izquierda
2.47 92%
Variables de Control % de Crecimiento del PIB -0.13 53% Inflación a precios
constantes de 2005 0.00
Gini 0.05 51% Elaboración propia
La información de la tabla 2, refleja que las probabilidades de la izquierda de encabezar el
poder ejecutivo por cada variable, manteniendo todo lo demás constante, disminuyen 58% si
la evaluación de la economía es positiva o si existe alta confianza en el gobierno saliente,
50% si la Institucionalización de la competencia política es sólida, 53% si aumenta el
porcentaje de crecimiento del PIB.
Por el contrario, las probabilidades aumentan 61% si existen gobiernos locales de izquierda,
69% si no existe intervención estadounidense, 92% si la izquierda gobierna en otras naciones
de la región, y 51% si se incrementa el nivel de desigualdad.
Una vez calculadas las probabilidades de triunfo de la izquierda, resulta conveniente
transformarlas y presentarlas como razones de momios para interpretarlas a través del
número de votantes.
Para transformar el logaritmo en una razón de momios se puede utilizar una función
exponencial en la que:
� 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖1−𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖
� = 𝑑𝑑𝛼𝛼𝑖𝑖+∑ 𝛽𝛽𝑘𝑘𝑘𝑘=1 𝑋𝑋𝑖𝑖𝑖𝑖𝑘𝑘
Por lo tanto:
𝑝𝑝 =𝑑𝑑𝛼𝛼𝑖𝑖+∑ 𝛽𝛽𝑘𝑘
𝑘𝑘=1 𝑋𝑋𝑖𝑖𝑖𝑖𝑘𝑘
1 + 𝑑𝑑𝛼𝛼𝑖𝑖+∑ 𝛽𝛽𝑘𝑘𝑘𝑘=1 𝑋𝑋𝑖𝑖𝑖𝑖𝑘𝑘
El cociente cobra riqueza explicativa si se multiplica la expresión por 100, ya que esto
permite expresar los resultados en función del número de votantes. Entonces, la expresión
queda de la siguiente manera:
𝑉𝑉𝑃𝑃𝑡𝑡𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑝𝑝𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖𝑡𝑡𝑃𝑃𝑑𝑑𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑖𝑖𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑑𝑑 𝑋𝑋𝑁𝑁𝑂𝑂 𝑖𝑖𝑃𝑃𝑡𝑡𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑝𝑝𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖𝑡𝑡𝑃𝑃𝑑𝑑𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑖𝑖𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑑𝑑 𝑋𝑋
=𝑑𝑑𝛽𝛽
𝑑𝑑0. �
100100�
=𝑑𝑑𝛽𝛽
1. �
100100�
Tabla 3. Posibles votantes
Variable dependiente Primera victoria de la izquierda Variables independientes Variable X Coeficiente β Posibles votantes Evaluación de la economía -0.30 135 Déficit del sistema político -0.31 136 Institucionalización de la competencia política
-0.01
101
Acumulación política democrática 0.45 157 Retiro de Estados Unidos 0.80 223 Difusión regional hacia la izquierda 2.47 1182 Variables de Control % de Crecimiento del PIB -0.13 114 Inflación a precios constantes de 2005 0.00 100 Gini 0.05 105
La información de la tabla anterior señala que por cada 100 votantes que favorezcan a la
izquierda en las elecciones presidenciales, no lo harán 135 si la evaluación de la economía
es positiva, 136 si la confianza en el gobierno es alta, 101 si la Institucionalización de la
competencia política es sólida, y 14 si aumenta el porcentaje de crecimiento del PIB.
Por el contrario, por cada 100 votantes que no elegirían a un candidato de izquierda, sí lo
harían, 157 si existen gobiernos subnacionales de izquierda, 223 si no existe intervención
estadounidense, 1182 si el poder ejecutivo está encabezado por esta corriente en otras
naciones de la región, y 105 si el nivel de desigualdad se incrementa.
Conclusiones
El modelo estadístico presentado brinda respaldo a la mayoría de las causas del giro a la
izquierda identificadas por la literatura. La única variable que no tiene el comportamiento
esperado es institucionalización de la competencia política, ya que el resultado muestra que
en la medida en que la democracia persiste en el tiempo es menos probable que la izquierda
gane elecciones presidenciales (aunque el efecto es muy pequeño).
Top Related