XXIII NOVIEMBRE 2015 www.exploracampeche.com.mx
#PatrimonioCampechano
LOS ESPACIOS DE LA MUERTE
#ExploraCampeche
NUNKINÍ: UN LUGAR DE LEYENDA
#EsteEsCampecheSeñores
EL REPASO Y PASEO DE LOS VIVOS POR LAS ÁNIMAS
#TuristeandoCampeche
RUTA CEMENTERIOS DE CAMINO REAL
#CampañaRaíz/ Pág. 8
#CAMPECHE ESDisfruta de las mejores fotos de Campeche que comparten algu-nos de nuestros seguidores en Instagram. Participa con nosotros eti-
quetando tus fotos a #ExploraCampeche
#EsteEsCampecheSeñores/ Pág.
EL REPASO Y PASEO DE LOS VIVOS POR LAS ÁNIMASPintoresco, alegre y colorido, así es la tierra del pregonero. Disfruta de todo lo que aconteció en el Centro Histórico con motivo de las fiestas
de Noviembre.
#ExploraCampeche / Pág.10
NUNKINÍ: UN LUGAR DE LEYENDALeyendas y mitos, patrimonio intangible que nos distingue y que da forma al tejido social de nuestra época. Conoce una de las leyendas más famosas de Nunkiní.
#PatrimonioCampechano/ Pág. 24
LOS ESPACIOS DE LA MUERTEVida y muerte son dos fenómenos que gestan una cultura singular en esta región y que en parte se ven reflejados en sitios como son los
cementerios de Camino Real. ¿Qué tanto conoces de ellos?
#TuristeandoCampeche / Pág. 52
RUTA CEMENTERIOS DE CAMINO REALEl necroturismo, tipo alternativo de turismo que es muy practicado en Europa y que muy bien podría implementarse en Campeche. Atrévete a Explorar Campeche con esta nueva ruta.
CONTENIDO:XXIII E D I C I Ó N
NOVIEMBRE 2015
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COLABORADORESEditor en JefeLaet. Hugo R. Del Río Richaud
Editores AdjuntosLic. Arón Enrique Pérez DuránLic. Roger Mario Moo YahLic. Alicia Elidé Gómez Montejo
Editor Comercial y PublicitarioJorge Richaud Gómez de Silva
Director de Arte y DiseñoLdg. Pedro Ricardo Durán
FotografíaGuadalupe Ceballos CambranisLaet. Hugo Del Río Richaud
El patrimonio cultural de un pueblo no se limita solo a las creacio-
nes materiales, sino que también está constituido por el espíritu
de las culturas, el cual le da vida al patrimonio intangible. Este
patrimonio va más allá de las artes y las letras pues engloba modos de
vida, derechos del ser humano, valores, tradiciones y creencias. Así mis-
mo, este tesoro invaluable tiene la particularidad de ser sumamente di-
námico ya que se comporta como un ente vivo que tiene la capacidad de
transformarse constantemente, tal y como sucede con las leyendas y
los mitos, elementos que han acompañado al hombre a lo largo de toda
la historia y que en sí mismas provocan creencias y movilizaciones que
a través del tiempo se incrementan y fortalecen. En esta nueva edición
buscamos transmitir a nuestros lectores el universo que influye para
que el patrimonio oral de un pueblo perdure en el tiempo, como es el
caso de las leyendas de nuestra querida comunidad de Nunkiní, pueblo
del municipio de Calkiní que nunca dejará de sorprendernos.
TÍTULOS DE REGISTRO DE MARCA ANTE LA SECRETARÍA DE GOBERNACIÓNNúmero 1428355, clase 16. Se aplica a revista (publicaciones periódicas).Número 1428356, clase 41. Se aplica a publicaciones electrónicas de revista en línea. Número 1426196, clase 35. Se aplica a publicidad, gestión de negocios comerciales, administración comercial. El registro de referencia se otorgó con fundamento en los artículos 1°, 2° fracción V, 6° fracción III, 125 y 126 de la Ley de la Propiedad Industrial. De conformidad con el artículo 95 de la Ley de la Propiedad Industrial, los presentes registros tienen una vigencia de 10 años contados a partir de la fecha de present-ación de la solicitud y los mismos podrán renovarse por períodos de la misma duración, en los términos establecidos en los artículos 133 y 134 del mismo ordenamiento legal. La suscripción de los presentes títulos se hace con fundamentos en los artículos 6° fracción III y 7° BIS 2° de la Ley de la Propiedad Industrial; 1°, 3° fracción V inciso b), subíndice ii) y iii) primero y segundo guión respectivamente, 4°, 5°, 11, fracción II y último párrafo y 13 fracción III del Reglamente del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial; 1°, 3°, 4° y 5° fracción V inciso b, subíndices ii) y iii) 1° y 2° guión respectivamente, 17 fracción III, 28 y 31 del Estatuto Orgánico de este Instituto; 1°, 3° y 6° inciso a) párrafos antepenúltimo, penúltimo y último del acuerdo que delega facultades en los DIrectores Generales Adjuntos, Coordinador, Directores Divisionales, Titulares de las oficinas regionales, Subdirectores Divisionales, Coordinadores Departamentales y otros subalternos del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial. Ordenamientos legales cuyas reformas, adicones y modificaciones se encuentran vigentes a la fecha de emisión de los presentes títulos. México, DF a 14 de Enero del 2014
Contáctanos:Calle 63 Núm. 36 entre 14 y 16 Ciudad
Amurallada San Francisco de Campeche, Campeche.Teléfono: 9811036927 y 1459585 [email protected]
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Explora Campeche cons-ciente de la responsabili-dad que tenemos de legar a nuestros hijos valores que los llenen de amor y orgullo para con su tierra, lanzó desde sus inicios la Campaña Raíz, que tiene como fin rescatar nuestra identidad y revivir en cada uno de nosotros la gran-deza que corre en nues-tras venas campechanas, a través de la magia que nos brinda la fotografía.
Para todos nuestros se-
guidores en Instragram, estrenamos esta sección en la que publicaremos aquellas fotos de concep-to turístico que difundan la belleza de nuestro Cam-peche. Únicamente men-ciona nuestra cuenta en tus fotos y utiliza el has-htag #ExploraCampeche. ¡Listo! Atrévete a creer y comparte al mundo lo ma-ravilloso y único de nues-tro Estado.Y para ustedes, ¿Qué es CAMPECHE? Atrévete a COMPARTIRLO
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Muéstrale al mundo la belleza de Campeche
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1.- Licenciada en Historia e investigadora.
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Desde temprana hora el movimiento. Todo oscila a un objetivo: el de honrar a las
ánimas. La calle 59 una de las arterias principales del centro histórico y a temprana hora del pasado viernes 30 de octubre se encontraba en completa ebullición. Decenas de personas y peatones alborozados por el levantamiento de altares para participar en el primer concurso organizado por la Secre-taría de Turismo estatal: “Hanal Pixán 2015”. Flores, velas, incienso, enramadas que eran cortadas y unidas para elevar paredes que simulan las casas rurales de las comunida-des mayas, techos de huano, manteles bordados con primor, cruces verdes, y claro, las fotografías de personas apreciadas por los vivos que se esfuerzan en dar su mejor trabajo en honor a esta festividad. Hombres y mujeres, jóvenes y viejos, pro-yectaban cómo sería la estampa que el público vería, los ciudadanos y turistas que recorrían las cuadras del centro histórico, propios y extraños venidos de otros lares. Pero no sólo para ellos sería esta muestra, sino para los que, según la creencia, vienen del inframundo para asistir en el frenesí de estas fechas. Los vivos y las ánimas reco-rrerán al caer la tarde este paseo de altares de la calle 59 en el corazón de la ciudad. Una profusión de color, de aromas dulces de flores y fragantes de incienso, inundan el ambiente generando diversos significados.
Es enorme el impacto visual y cultural para los que observamos la puesta en marcha de un sincretismo contrastante que resurge año con año en un estado de eternidad, el del amor a la vida por medio de la rememo-ración ritual de los que ya no están física-mente, pero que aún viven en el corazón de los presentes. Una vez que el sol se oculta los altares ya están listos. Ingenio y creatividad van de la mano con lo tradicional. Aquí y allá hay altares de diverso estilo. Uno, ecléctico, con cráneos de yeso semejando un tzompantli, atravesados en la representación de un yaxché, la majestuosa ceiba sagrada de los mayas. Uno más con la impronta de su creador, dando honor a su quehacer comercial, el de la venta de ropa típica, con diseños borda-dos en telas de manta o algodón por manos de tradición indígena y que son del agrado de turistas. Otros más tradicionales de corte mestizo, con su característico mantel bordado de flores o motivos alegres, el blanco unido de corolas bordadas con esmero, y encima las ofrendas, y los rostros de los ausentes. Con el manto negro de la noche, la luz de las velas se hace más profunda iluminando los retablos y elevando humaredas que al contraste de la luz artificial, simulan figuras caprichosas que se pasean por el ambiente, entre la comida, objetos y el murmullo de la
multitud, lo que proporciona una estampa mística y una aureola mágica. Todo es atractivo a los sentidos. Y cual magnetismo nos adentramos a los motivos y razón de ser de cada ofrenda y cada altar. Como ejemplo está el llamado Coo tenee-chos tiwuootoch (vengan a mi casa) de estudiantes de Ingeniería Industrial de la Universidad Valle Grijalva. Andrea Varela nos explica: “Y es que, en muchos altares observados se siguió este patrón, el de los tres niveles. Que representan la parte superior el cielo, el nivel intermedio la tierra y el inferior el inframundo. Como el cielo es la parte sagra-da le es puesta una cruz verde que simboliza el cristianismo y la aceptación de la iglesia católica, aún cuando subyace el sentido maya ya el verde es recordatario de las máscaras de jade. El segundo nivel representa nuestra dimen-sión, lo terrenal, donde nos movemos, de ahí que se ponga generalmente aquí la comida que le gustara al difunto, mukipi, relleno negro, pan, frutas de la región, así como dulces y una cruz de velas que representan los 4 puntos cardinales de colores que son azul (agua), verde (tierra), rojo (fuego), amarillo (aire) indicativo de dónde falleció la persona. Finalmente el tercer nivel el del inframundo que abarca hasta el suelo, donde se colocan dulces de todo tipo, dulce de pan, mazapán,
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frailes, arroz con coco, suspiros, camotes, peitorias, etc. Se ponen frutas, juguetes, pan, agua y chocolate para niños porque en este nivel se recuerda a los infantes. En el suelo se coloca una cruz de cal y cempasúchil así como también un camino de velas que representa el purgatorio. El incienso sirve para dar paz a las almas y los libera de demonios y la cruz de cal aleja a la muerte. La forma del llamado pan de muerto no es al azar. El cúmulo de panes alrededor de un altar representan los huesos, el pan también simboliza la carne, la azúcar si es blanca es el alma y si es roja la sangre. El Mukipi (Pibipollo), significa la masa, la carne de pollo representa la carne del difunto, y la col su san-gre.” De los 104 altares que se regis-traron a lo largo de la calle, tres resultaron ganadores: el primer lugar fue para el altar número 64 del COBACH de Nunkiní. El segundo lugar para el altar del CONALEP, el tercer sitio fue también para el municipio de Nunkiní y un premio especial para el Instituto Campechano. Al día siguiente sábado 31 de octubre, en el Parque Principal también se levantaron altares y se celebró venta de productos típicos de la festividad. El objeti-vo como bien dice la antropóloga
Socorro Rodríguez: fortalecer esas otras experiencias que hay en el Estado. Se hizo gala del altar mam, totonaco, maya peninsular, y la manifestación del municipio de Tenabo. Experiencias donde se da honra a las ánimas pero con altares distintos a los que el maya yucateco hace y que es impor-tante que se sepa de las mani-festaciones de otros pueblos que viven en otros puntos de la geografía estatal, y que estas tradiciones son un crisol de creencia importante, uso y costumbre de mezcla cultural que desde 2014 ha sido declara-do como Patrimonio Intangible de la Humanidad. Se encuentra una representación de tumbas del cementerio de Pomuch, cajas donde en una entreabierta se observa cráneo de vinil asomándose. Esta répli-ca de un pedacito del camposan-to pomuchense ha sido expuesta en el estado de Quintana Roo y ahora nos deleitamos mirándola en el centro de nuestro Parque Principal. Los altares de otros grupos mayenses tienen su propio atractivo. Según explica Pedro Arcos López originario de Chia-pas y quien hizo uno al estilo chol. Con enramadas de xiate que parecen bovedillas suspen-didas sobre la mesa. Dentro las exquisiteces preparadas por su
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familia, frutas como naranjas, mandarinas, tamales, no pibipollos como en la Penín-sula, sino tamales colados y torteados. Caldito de pollo. Del cielo de xiate cuelgan tostadas con frijoles. En cuanto al pueblo totonaca presente en el municipio de Calakmul el universo está pre-sente en su altar. Las naranjas representan el sol, las velas colocadas en los tallos de los plátanos. Este pueblo general-mente hace dos altares, el altar de muertos propiamente dicho y el altar de todos los santos que no tiene ningún tipo de ofrenda salvo agua. También hizo su explicación Jesús Alfredo Ehuan Xool de Pomuch con un altar caracterís-tico de esa comunidad que tan ligada está a esta manifestación. El explica: “el altar viene con la Colonia, muestra el sincretismo, porque los mayas no hacían altares sino ofrendas y cuando viene la religión se mezclan ambos: religión y ofrendas”. Hay ofrenda para los infantes difuntos: silbatos de barro, los dulces de cucurucho en forma de cornetas, comida de sopa que no tenga condimentos porque se supone que son las ánimas de niños que vienen a comer. Los niños que escuchan el rezo luego de terminar éste se dispo-
nen a comer de lo que hay en la mesa, a esta costumbre se le llama cach cal. Para el día de los difuntos adultos se hace la ofrenda mayor, lo que al difunto le gustaba en su vida y esos son los elementos que se le van a ver en la mesa. Todo es cíclico y tiene qué ver con el patrón del maíz. El 13 de mayo que caen las primeras lluvias una de las partes del maíz se les otorga al difunto, el pibipollo el col de masa, el primer maíz se le otorga al difunto y estas fechas son como el clímax con el tamal cilíndrico. Juana Dominga Morales de Laureles pone una mesa así como hacen en su comunidad al uso y modo de Guatemala de donde son originarios. Ella dice que se colocan muchos tamales, fotos incluso hasta de compa-dres y el licor llamado “indite”. Fue así como en dos días en el centro histórico, entre murallas, los vivos le han dado honra a los que se han ido, por medio de una demostración cultural avasallan-te y tan nuestra.
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1.- Licenciado en Historia
Para Octavio Paz “El desprecio a la muer-te no está reñido
con el culto que le profe-samos. Ella está presen-te en nuestras fiestas, en nuestros juegos, en nues-tros pensamientos. Morir y matar son ideas que po-cas veces nos abandonan. La muerte nos seduce” , así lo vive la comunidad de Nunkiní , ubicada en el municipio de Calkiní; pue-blo de superstición don-de las tradiciones y las leyendas se funden para recordar a sus muertos. Se puede considerarse una leyenda como un tipo de creencia establecida,
habitualmente a través de varias generaciones, con relación a ciertos hechos improbables y sorpren-dentes que, de acuerdo a la leyenda, han sucedido en la realidad, los cuá-les no son posibles de ser verificados de mane-ra objetiva. Pero incluso los hechos históricos pue-den servir como leyendas si son importantes para una cultura determinada. Nunkiní es un antiguo pue-blo de agricultores en don-de tiempo atrás los hacen-dados se hicieron de estas tierras y explotaron a los nativos; desde aquel mo-mento las diferencias so-
ciales marcaron la entrada al más allá. Los agriculto-res desde la época pre-hispánica enterraban sus difuntos, en lo que mas tarde se llamo “cemente-rio sur”, y los hacendados para demostrar su esta-tus construyeron el ce-menterio norte; así la vida y la muerte era marcado por la sociedad colonial. Este año la comunidad, en especial los jóvenes, se han dado a la tarea de rescatar una leyenda olvidada, pro-piciando que la tradición oral marque un nuevo encuentro con las ánimas que año con año regresan a visitar a sus seres que-
ridos que aun habitan en el mundo de los vivos. La leyenda ocurre días antes del 31 de Octubre y narra que “había una peregri-nación de los pobladores que salía justamente de este cementerio sur y se dirigía hacia el centro del pueblo, entonces pasaba la peregrinación por las calles e iban alumbrándo-se con velas; un día había una persona que salió a la calle a ver el ruido que ha-cia la gente y al momento de acechar, una señora le dijo “ko´ox” que significa vamos en maya, al decirle “ko´ox” la señora le entre-go una vela que llevaba en
“En él se asienta, ahonda y edifica, cumple una edad amarga de silencios y un reposo gentil de muerte niña, sonriente, que desflora un más allá de pájaros en desbandada.” Muerte sin fin de José Gorostiza 26
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la mano, él agarro la vela y la guardo en su ropero; al día siguiente esta perso-na reviso lo que le había entregado la señora de la peregrinación y cuál sería su sorpresa que al tratar de buscar la vela solo en-contró un hueso humano”. De esta leyenda se par-te para que los jóvenes se organicen y revivan de nuevo la tradición de pere-grinar saliendo del cemen-terio sur hasta la iglesia de San Diego de Alcalá, la finalidad “es para darle a conocer a las nuevas ge-neraciones lo que noso-tros vivimos en nuestra infancia, como nosotros
vivíamos las historias de nuestros abuelitos”. La iniciativa fue de varios muchachos, siendo Diego Argáes el representante general del grupo; Gilberto Argáez y María Balam son los otros organizadores, ellos forman parte de un colectivo cultural que res-cata las viejas tradiciones del pueblo. En esta ocasión los niños que participan en su mayoría son de los grupos folklóricos que se invitaron para la represen-tación de las ánimas. Hubo además gente que se unió por iniciativa propia, la úni-ca recomendación era que acudieran vestidos de hui-
pil y de traje de campecha-nas las niñas y los niños con su guayaberas, ya que los infantes son quienes fungen como las ánimas saliendo del cementerio. Los niños van caminando con una vela en la mano y un silbato, sumándose a la peregrinación varios ca-rros alegóricos; una carre-ta con una catrina de fon-do y una mantis religiosa acompañan el derrotero. El Primer Festival “Máan K’iinal Pixano’ob” “el pa-seo de las almas” de Nun-kiní es una representación de lo arraigado que están las leyendas en el pueblo
y de como este sitio es ejemplo vivo de un pueblo que no permite que mue-ran su patrimonio oral y que no olvida las raíces de su cultura ancestral. Nunkiní es un pueblo de casi 6 000 habitantes, en su mayoría hablan la len-gua maya, y la tradición oral ha hecho posible que su identidad cultura con-tinue vigente hasta el día de hoy. Las historias y re-latos son para los nunki-nienses manifestaciones populares que identifican y aglutinan a importantes sectores de la población. Las leyendas han acom-pañado a todas las socie-
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dades a través de las di-ferentes etapas históricas por las que ha pasado la humanidad, muchas de las que se conocen hoy en día son sumamente antiguas, tan antiguos como el hom-bre mismo. Las leyendas se han heredado de ge-neración en generación y siguen vigentes, algunas sufren una metamorfosis otras simplemente evo-lucionan, otras se expan-den, cruzan sin importar las barreras del tiempo y del espacio y acompañan a las personas para orien-
tarlas, para decidir por ellas, para pre-miarlas, para pro-tegerlas, e incluso hasta castigarlas.
Otra de las tradiciones del
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día de muertos, es la lim-pieza de los osarios, cada año las familias se reúnen en el cementerio para lim-piar y mantener en orden la morada de sus fami-liares; las casas se man-tienen aseadas, barren, acomodan y limpian los patios; en caso contra-rio “los pixanitos vienen a limpiar tu casa”, así le sucedió a “ una señora que no limpio su casa, la dejo todo sucia y cuando despertó el mero(sic) día de los fieles difuntos su casa amaneció limpia”. María Balam también na-rra que en el cementerio sur “dicen que una vez una señora vio a unas iguanas danzando agarra-dos de las patas y paradas
con las colas danzando”; así es que en cada calle, en cada rincón hay his-torias que merecen ser contadas, hay relatos dig-nos de los pueblos patri-moniales, llenos de mis-ticismo y incredulidad. Los jóvenes del colecti-vo cultural buscan “rea-firmar nuestras costum-bres, nuestras tradiciones y que mejor que nosotros impulsemos a las nuevas generaciones porque es lo que buscamos, queremos dar a conocer las activi-dades que hacían nuestros padres y nuestros abue-los”, el trabajo de estos jóvenes entusiastas se ve reflejado cada día y tienen el compromiso de no de-
jar morir las tradiciones. En Nunkiní actualmen-te se llevan a cabo diver-sas acciones culturales basadas en las leyendas, como recorridos, relatos y escenificaciones, sin em-bargo la proyección que se les ha dado, ha sido de carácter local, espe-ran que estos eventos tengan mayor impacto a nivel estatal o nacional.
Referencia
María Guadalupe Balam. Entrevista Per-sonal. 31 de Octubre de 2015. Nunkiní,
Calkiní Isaac Moo. Entrevista Personal. 31 de
Octubre de 2015. Nunkiní, Calkiní
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1.-Licenciado en Historia con Especialidad en Patrimonio Cultural. Investigador e Historiador.
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La forma y lugar de enterramiento ha
variado a lo largo de la historia como
un elemento más, inherente a cada
cultura, tradición o época histórica.
Los cementerios reflejan de un modo
u otro su mundo, su sociedad, de ahí
su importancia e interés. Estos luga-
res sagrados, que han llegado hasta
nosotros, no sirven tan solo para el
estudio de la muerte sino también
para el de la vida, ya que suponen la
expresión de un momento histórico.
En la cultura clásica la vida y la muer-
te tenían espacios claramente dife-
renciados. Las necrópolis se situaban
fuera de las ciudades pero no lejos,
en lugares de paso, a lo largo de las
carreteras evitando el olvido de los
antepasados y propiciando, a la vez,
la seguridad de estos espacios sa-
“Cuanto más completamente ha vivido uno,
cuanto más haya realizado sus capacidades creativas,
menos temerá la muerte… La gente no teme a la muerte, sino a lo incom-
pleto de sus vidas”.
(“Lisl Marburg Goodman).
grados. Ésta cierta lejanía evitaba el
riesgo de contagio de enfermedades
que podían emanar de estos lugares
infectos.
Este panorama se vio alterado con el
cambio de mentalidad y de creencias.
Con la llegada del cristianismo surgía
la necesidad de inhumación cerca de
lugares sagrados o personajes san-
tos. Así surgen las catacumbas, cavi-
dades subterráneas en las cuales los
cristianos perseguidos se hacían ente-
rrar lejos de las necrópolis paganas.
Estos subterráneos se polarizaban
entorno a tumbas de santos o márti-
res de ahí nombres como, catacumba
de San Calixto o de los Santos Pedro y
Marcelino. Las tumbas en su mayoría
estaban dotadas de inscripciones, de-
coraciones de significado cristiano o
en los mejores casos, cuando el pro-
pietario se lo podía permitir, encarga-
ba a algún tallista un sarcófago deco-
rado mediante relieves o hacía pintar
imágenes en el muro. De un modo u
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otro estas tumbas trasmitían el re-
cuerdo del difunto a las generaciones
siguientes, de ahí su nombre monu-
mentum, de memoria, la tumba es
memorial (Ariés, 1984, p. 173).
Al proclamar Constantino el cristia-
nismo religión oficial del Imperio Ro-
mano en el año 323, la necesidad de
enterramientos subterráneos desa-
parece. En este momento, cuando se
comienzan a construir las primeras
basílicas paleocristianas en superfi-
cie, también los cementerios salen
al exterior. Ya en la Edad Media había
quedado delimitado por la tradición el
emplazamiento de las tumbas. Per-
petuando a sus antepasados, ahora
se localizaban cercanos a conventos,
junto a los muros de catedrales y
monasterios esperando con ello una
garantía de salvación.
Es este momento cuando la vida y la
muerte se unen en un mismo espa-
cio, la ciudad se convierte en un gran
cementerio a pesar de la oposición de
las máximas autoridades eclesiásti-
cas. Los muertos ahora presentes en
la vida cotidiana de los vivos dejaban
explícita su diferencia, su jerarquía.
Las clases más elevadas, nobleza y
aristocracia, los personajes más fa-
vorecidos o aquellos pertenecientes
a hermandades o cofradías ocupaban
espacios privilegiados en el interior de
los edificios religiosos, bien en capillas
privadas, bien en criptas o en bóvedas
excavadas en muros y suelos. La nave
central, sin embargo, era reservada a
las categorías eclesiásticas y familias
reales. El resto de la población queda-
ba fuera del recinto sagrado ocupan-
do todos los terrenos adyacentes a
la iglesia, conformándose con la cer-
canía, no a las imágenes de devoción,
sino al templo se situaban los llama-
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dos cementerios parroquiales. Sin embargo, tanto se pre-
ocupó por el destino de las almas que el cristianismo se
desembarazó de los cuerpos, abandonándolos a la Iglesia,
donde eran olvidados. Esta afirmación podría apoyarse
en el hecho de que las sepulturas fueran completamente
anónimas, los cuerpos estuvieran hacinados, se reutiliza-
ran las fosas una y otra vez y se amontonaran los huesos
revueltos en los osarios sin ningún tipo de pudor. Para
Philippe Ariés (1884) estos serían signos de indiferencia en
relación a los cuerpos físicos y esta misma indiferencia no
cambiará hasta finales del siglo XVIII.
Sin embargo, debemos resaltar el hecho de que no to-
dos los enterramientos se hicieron en las cercanías de la
población, ya que posteriormente se fueron habilitando
cementerios en las afueras de las ciudades por causa de
las más diversas epidemias que asolaron a la población
como pudiera ser la peste, con la intención de mantener
los cuerpos alejados y no contagiarse. Este racionamiento
lógico será más tarde el principal argumento para hacer-
los permanentes.
Lo cierto es que se produce una reafirmación de la vida,
y la muerte pasa a considerarse un destino no deseable.
El pensamiento adquiere una preeminencia fundamental
que se plasma en el ámbito urbano en medidas de higiene
pública y sanidad. Desde este punto de vista, la coexisten-
cia de los vivos y los muertos en condiciones de deficien-
cia sanitaria agravada por frecuentes epidemias requiere
una intervención radical; se tomarán medidas al respecto,
prohibiendo las inhumaciones en las iglesias y obligando a
la construcción de lugares específicos para realizar ente-
rramientos, apartados de los cascos urbanos.
Y como dice Luis Fernández Galiano “somos el único ani-
mal que posee ritos funerarios, y antes de ser monos
gramáticos fuimos monos sepultureros”
Fuentes consultadas Ariés, Philippe (1984) El hombre ante la muerte. Consultado el día 6 de noviembre de 2015.
Recuperado de https://drive.google.com/file/d0B5JGoBVRg7zraTZvd0xudWFjMm8/edit?pli=1
Lalueza, Fox (2005) Genes de Neandertal. Madrid, Ed. Síntesis.
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AntecedentesLos cementerios de Camino Real son museos al aire libre, con un valor patrimonial y cultural incal-culable, ya que datan de la épo-ca de la colonia. El transitar por sus callejones es conocer parte de la historia de esta región, los hombres y prohombres que la marcaron y dejaron huella. Es im-portante considerar su diversidad arquitectónica que refleja el sin-cretismo de costumbres y ritos practicados mucho tiempo atrás. Su simbología mortuoria nos ense-ña características de cementerios en donde se conjugan teologías e incluso pensamientos de culturas lejanas que se materializan en los rituales practicados en estos si-tios, mismos que nos distinguen como destino único en el país.
RUTA CEMENTERIOS DE CAMINO REAL
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