Luis Manuel Moreno Bautista 70141072 Lo doméstico y la residencia.
Los espacios domésticos de la vivienda como arquitectura sustentable.
El diseño y construcción de una vivienda como tal, abarca ciertos factores que
influyen en su buen funcionamiento, al querer establecer un espacio en donde una
o más personas desarrollarán gran parte de su diario vivir, de tal forma en que el
habitante o individuo que ocupa este lugar sienta agrado por su entorno. Uno de
estos factores tiene que ver directamente con el espacio doméstico, el cual
configura el interior de una vivienda, ajustándose a los hábitos cotidianos del
grupo familiar. Mediante este escrito desarrollaremos una síntesis desde el campo
antropológico, en donde no sólo se debe tener en cuenta la estructura o fachada
de un edificio para determinarlo sustentable, si no que genere espacios interiores
que sean prácticos y confortables para la construcción de un hogar.
En primer lugar, para generar espacios domésticos que se entiendan como
componente esencial para desarrollar arquitectura sustentable, se debe tener en
cuenta el cómo el individuo habita el lugar. Para esta teoría, Según la tesis de
Luis Guillermo Sañudo (2013) “(...) Es relevante que nos ubiquemos en un plano
físico-espacial de la vivienda, por lo tanto, entendemos en este momento, el
espacio doméstico como un sistema que reúne objetos, utensilios, artefactos,
materiales, divisiones, funciones, intimidades e implementos necesarios para
establecer la vida cotidiana, donde precisamente cada familia o habitante ordena
de manera determinada sus espacios y objetos, configurando su propia
interpretación estética del habitar.” (pág. 2)
El autor sintetiza que el espacio doméstico además de verse determinado por los
hábitos que se formalizan día a día por el grupo familiar, también influyen
utensilios u objetos que configuran el lugar disponiendo de su uso como tal, para
realizar actividades determinadas, partiendo de un plano netamente físico.
La disposición de un objeto puede generar un límite virtual el cual establece un
cierto grado de intimidad en un mismo espacio, que a su vez formaliza una
actividad, generando así un hábito o uso propuesto por el individuo. Tomando en
cuenta la teoría proxémica de Edward T. Hall. La cual se refiere a los grados de
intimidad dispuestos por un individuo, podríamos relacionarlo con lo dicho
anteriormente, ya que en una vivienda podrían interactuar dos o más individuos,
proponiendo así diferentes grados jerárquicos en cuanto al campo espacial.
El usuario o individuo de la vivienda juega un papel esencial a la hora de construir
un espacio doméstico, ya que cada habitante adapta el espacio plasmando su
identidad en ello, por lo tanto el habitante es quien dispone la actividad o rutina
que se da en el interior.
Retomando el tema del espacio como base fundamental para la construcción de
una vivienda, podríamos llegar a concluir que el espacio doméstico como lo
menciona sañudo, “(…) es un campo de fuerzas donde las acciones y actividades
diarias van generando demandas de uso en relación al espacio habitacional.”
(pág.9) es decir, un sistema por el cual puede que sirva de medio para generar
relaciones intrapersonales o jerarquías entre los habitantes, logrando así una
delimitación fragmentada por tensiones funcionales y haciendo de este un espacio
habitable.
Ahora bien, volviendo al interés primordial del escrito, radica en la importancia de
la estructuración de espacios dispuestos a generar viviendas confortables y
dispuestas a satisfacer las necesidades del individuo, es importante enfatizar en la
forma de habitar, ya que esto genera patrones de organización espacial, según las
dinámicas domésticas que surjan de las rutinas cotidianas.
Recapitulando los temas tratados anteriormente, podemos concluir que la
inclusión de un estudio antropológico, observando así las formas de hábito del
usuario y como él llega a determinar la espacialidad funcional de la vivienda,
generando así límites entre los integrantes familiares y a la vez relaciones
mediante el uso del espacio doméstico podemos llegar a diseñar espacios
agradables y viviendas sustentables , ya que referenciando lo que Paola Cappola
plantea: “ El usuario no está involucrado, directamente en la producción actual de
las viviendas, precisamente porque éste con mucha dificultad, termina aceptando
la idea de adaptarse a un espacio que se le impone, con el cual no se
identifica”(pág. 8) es decir, que el habitante no puede relacionarse fácilmente con
el espacio sin que él no incluya su identidad o hábitos por los cuales él se sienta
cómodo para desarrollar su cotidianidad.
Bibliografía
Sañudo; L ( s.f ) metodología estética del habitar, Medellín, Colombia, universidad
pontificia Bolivariana