SER, HACER, TENER
JUAN CARLOS VALERO PINILLA
“La sociedad es una gran sombra
proyectada sobre la pared,
para espanto de los niños y de los tontos.”
Los Críticos - Gobierno Podrido G. P. - Punkeros de Medellín
Tener para hacer, hacer para ser; esa parece ser la consigna que hay en este momento a
nuestro alrededor; yo debo tener dinero, si quiero hacer “algo”, y si hago ese “algo”, podre
ser una persona respetada. Se nos ha olvidado, o mejor, hemos olvidado enseñar a nuestra
descendencia que es mejor Ser, para hacer y hacer para tener, se nos ha olvidado enseñar
que es mejor ser una persona correcta, para de esta manera hacer un cambio y tener una
mejor sociedad.
A partir de la infancia nos vemos influenciados por diversos factores escondidos a través de
la enseñanza y de la injerencia de nuestro entorno, dichos factores más determinantes son la
televisión, los anuncios y hoy en día La Internet, la cual está presente con sus grandes
monstruos Facebook, Twitter, MySpace, entre otros.
Así las cosas, desde pequeños queremos aparentar, o mejor, nos enseñan a aparentar, lo
hacemos desde que nos compran juguetes, porque queremos ser como esos súper héroes de
ensueño, porque queremos ser únicos, pero terminamos siendo uno más del montón, toda
vez que el consumismo, la producción en escala nos conlleva a comprar lo mismo que
compra el resto de la humanidad.
Pero, ¿qué es lo que nos lleva a querer aparentar?; tal vez sea la necesidad de figurar en
nuestro entorno social, la necesidad de mostrar algo que no somos, o probablemente sea,
sentir esa necesidad de demostrarnos a nosotros mismos, que en verdad, la vida vale algo.
Nuestro entorno social nos ha enseñado que, en últimas, la vida no tiene valor y lo peor es
que nosotros como personas no le colocamos un valor agregado y, desafortunadamente,
hemos puesto ese valor de una manera equivocada, permitiendo que los excesos –
drogadicción, alcoholismo, promiscuidad- sean ese motor que nos motive a querer ser como
esas súper estrellas, las cuales logran que nos desmoronen internamente nuestra
personalidad, nuestro carácter.
La publicidad entorpece nuestras ideas haciéndonos creer que al usar un determinado
perfume, un determinado pantalón, una determinada camisa, estos nos permitirán ser parte
de esa sociedad, sociedad de consumo y falsa, pero que aun así, queremos ingresar a ella.
Así mismo, la música, que si bien en un tiempo, era sinónimo de cultura, ahora se ha
convertido en un pretexto para aumentar la promiscuidad, el irrespeto y la degradación del
género femenino; y lo digo directamente por el reggaetón y sus formas de expresión;
aunque si bien es cierto que una que otra canción puede tener un contenido que “aporte”, la
mayoría solo vislumbran y le transmiten a la sociedad, que “perreando”, podrás tener una
mujer y unos buenos carros; que teniendo un estereotipo como el de los cantantes, vas a ser
aceptado en un determinado círculo social. Que comportándote como ellos, al tener “Flow”,
lograrás ser aceptado y respetado por el resto de la sociedad.
Ahora bien, retomando el tema de la influencia y el poder que tiene la Internet en el mundo
y específicamente en esta sociedad de consumo, debemos resaltar que esta misma, hoy en
día es un ingrediente para que la juventud no encuentre un norte hacia dónde ir, no
encuentren mayor entusiasmo por el esfuerzo, ya que al tener acceso a tanta información, se
ha generado una simplicidad para que la juventud sea aun mas facilista y al ser facilista,
queda tiempo para que tanta mente inteligente se disperse y caigan en malos hábitos y/o
compañías y para ser más exactos, vemos el ejemplo de la influencia que tiene la red en las
culturas, al demostrarnos que cada día surgen nuevas tribus urbanas, las cuales simplemente
surgen de la necesidad de ser participes de esta sociedad de consumo. Dichas tribus
urbanas, simplemente están “siguiendo unos parámetros y sufriendo eternamente un adormecimiento”1,
un adormecimiento en el cual, si no llevas un tipo de peinado, un estilo de ropa, un sobre
nombre llamativo, si no tienes una cuenta en una determinada red social, simplemente no
existes, estas “out”, todo porque sencillamente “lo exige la moda, lo exige la tribu urbana para ser
populares, para recibir un reconocimiento y ser aceptados entre ellos mismos”2; es esto una muestra que
la publicidad, que nuestros deseos de figurar en un circulo social en el cual todo es una
mentira, nos lleva a presentar unas conductas un poco fuera de lo común.
Adicionalmente, la industria con el ánimo de seguir produciendo, promueve en estos días
apologías al delito, representaciones de mafiosos, de asesinos, generando que la juventud se
vea directamente influenciada a creer que el dinero fácil, les puede generar una estabilidad,
que les conlleva a pensar, que el tener dinero fácil, conseguirán tener acceso a la mujer de
1 Buitrago, Catalina. Ensayo Los Floggers. Bogotá, Universidad Autónoma de Colombia. Concurso Estudiantil
“Fernando González”, 2010. pág. 80
2 Ibíd., pág. 81
sus sueños. Pero lo peor de todo, es que lo permitimos, que nosotros como padres,
permitimos que nuestra juventud, que nuestros niños se sienten a ver este tipo de
programas, lo cual les está generando un modelo a seguir.
Desde que somos unos niños nos enseñan a vivir en un mundo de cristal, un mundo en el
cual, todo en la ciudad, puede ser perfecto, siempre y cuando utilices lo que dice la
sociedad; terminamos siendo utilizados como carnadas humanas a “un consumo cada vez más
artificial e injustificado"3; pero qué hacemos ahora, cuando nos damos cuenta de lo que hay,
qué hacemos cuando de una u otra manera, abrimos los ojos y nos damos cuenta de que por
el hecho de utilizar un pantalón, o un perfume, el ser humano no va a “levantar” más, o que
no se va a tener asegurado un bienestar para nuestros herederos. Y es precisamente aquí, al
permitir que en este momento de afán, nosotros, como padres de familia, ejercemos
injerencia directa en la situación, toda vez, que por estar trabajando, por estar procurando
darles un mejor bienestar a nuestra juventud, descuidamos aspectos importantes en el
desarrollo socio afectivo de la juventud, aspectos como el compartir tiempo en familia,
salidas a un parque de diversiones, leer un libro o un cuento, entre otros, relegándolos
simplemente a un espacio de ver televisión y ya. Y simplemente lo permitimos porque la
mayoría de nosotros debemos trabajar para suplir esas necesidades que requieren nuestros
hijos, o que en últimas, hacemos que se produzcan estas necesidades para que ellos también
sean aceptados en un determinado círculo social.
3 Ospina, William. Ensayo El canto de las sirenas. Bogotá: Norma, 1994. pág. 59
Al detallar este resultado podemos evidenciar que “la sociedad es una flor carnívora”4, la cual
no tiene nada que ofrecernos, aparte de estar solos, tal vez, porque de resto, ella,
únicamente nos tiene vendados, maniatados, tratando de convencernos que “son los
miserables, los responsables de la miseria”5, que son los perdedores, los responsables de que este
mundo esté como está: “patas arriba”; pero, ¿acaso la sociedad tendrá el valor de reconocer
que es por ella misma que estamos como estamos?, yo pienso que no. Sencillamente,
porque no le conviene, toda vez que ella está basada y regida en el sistema capitalista, no se
puede dar el lujo de dejar de producir, porque entonces la economía se desplomaría y
conllevaría posiblemente al caos mundial.
Pienso que estamos en una carrera de ratas, como diría Kiyosaki en su libro Padre Rico
Padre Pobre, una carrera de la cual, va ser demasiado difícil salir, por que el consumismo,
nos obliga a generar más consumo, porque la necesidad que ha resultado de querer tener
una “aceptación” social, nos ha dado como efecto el tener que aparentar.
Y he aquí que uno de los principales alcances que ha logrado obtener la cultura, aparte de
conllevar a que la sociedad se degrade de una manera acelerada, es que el planeta también
sea víctima de este problema, -y considero yo, que la principal víctima-; ¿sus causas?,
sencillas, la sobrepoblación que existe, la falta de terrenos para cultivo, la contaminación de
los recursos naturales, el poco sentido de utilizar productos reciclados y reciclar. Generar
una cultura que evite reemplazar productos que fallen a la primera vez, tal vez sería
4 GOBIERNO PODRIDO G. P., audio CD, Koncierto para Delinkir, Letra de la canción Track 1: A ti Sociedad.
Sello independiente, 1999.
5 Op. Cit. Ospina. pág. 72
necesario volver a nacer, y si a esto le seguimos sumando factores, nos permitirá darnos
cuenta de que “nuestra especie es la más peligrosa plaga que haya engendrado el planeta”6; nos
demuestran que la humanidad es “como un cáncer que consume esta alma ya frágil, que agoniza, que
muere”7, que genera que este planeta que es nuestra casa, se esté marchitando.
El gran reto que nos queda a nosotros, la misión, tal vez mas importante que seguir
pensando en llevar al hombre nuevamente a La Luna o a Marte es la de velar por que
nuestros hijos y en especial nuestra juventud, reciban una educación, una formación de
calidad, pero es en este momento en que recuerdo las palabras del escritor colombiano
William Ospina: “A veces me pregunto si la educación que transmite nuestro sistema educativo no es a
veces demasiado competitiva, hecha para reforzar la idea de individuo que forjo y ha fortalecido la
modernidad”8. ¿Tendrá razón Ospina al creer que estamos permitiendo que el sistema
también manipule la educación para seguir generando la necesidad de consumo?, pues la
verdad, espero que no sea así, porque en últimas, los afectados no serán nuestros hijos,
serán los hijos de nuestros hijos.
Yo también me suelo preguntar si nuestro modelo educativo está siendo enfocado de una
manera en la cual nuestros hijos sean consientes de que la personalidad, el carácter y su
vida no deben ser dictaminadas por una simple conducta social, por el uso de un perfume,
un jean, unos zapatos o por una campaña publicitaria.
6 Ospina, William. Ensayo Las trampas del progreso. Bogotá: Norma, 1994. pág. 44.
7 GOBIERNO PODRIDO G. P., audio CD, Punk Un-Punked, letra de la canción: La Hechicera. Sello
independiente, 2006.
8 Ospina, William. Ensayo Preguntas para una nueva educación. Bogotá: Norma, 1994.
Solo nos resta esperar y procurar inculcar a nuestros hijos que “lo esencial es lo invisible a los
ojos”, como nos enseña El Principito, que es siendo persona, que podemos llegar a hacer
algo, ese algo que logre que nosotros como seres humanos trascendamos, para que, de esta
manera, nos permita ser un excelente recuerdo para nuestra descendencia y no un simple
número en esta sociedad.
Debemos permitir que se cree un espacio en el que respetando a nuestro prójimo,
respetando la naturaleza y el medio ambiente, lograremos dejar una huella y ser ejemplo
que perdure para nuestros descendientes.
BIBLIOGRAFÍA
BUITRAGO, Catalina. Ensayo Los Floggers. Bogotá, Universidad Autónoma de
Colombia. Concurso Estudiantil “Fernando González”, 2010.
OSPINA, William. Ensayo El canto de las sirenas. Bogotá: Norma, 1994.
_______________. Ensayo Las trampas del progreso. Bogotá: Norma, 1994.
_______________. Ensayo Preguntas para una nueva educación. Bogotá: Norma, 1994.
GOBIERNO PODRIDO G. P., audio CD, Koncierto para Delinkir, Letra de la canción
Track 1: A ti Sociedad. Sello independiente, 1999.
________________., audio CD, Punk Un-Punked, letra de la canción: La Hechicera. Sello
independiente, 2006.
Ficha de inscripción
XXIII Concurso estudiantil Fernando González
Correspondiente a textos elaborados en el 2do semestre de 2011
Modalidad en la que participa
ENSAYO
Título del texto
SER, HACER, TENER
Autor/a
Cédula de ciudadanía o T. I.
JUAN CARLOS
VALERO PINILLA. C.
C. 80.030.060
Dirección
CALLE 82B No. 95D-15
APTO 212
teléfono
4319438 – 3003252616
Correo electrónico
Programa al que pertenece
INGENIERIA
INDUSTRIAL
semestre y clase en la que elaboró
el texto
SEGUNDO SEMESTRE
2010. TALLER DE
LENGUAJE II
Profesor/a a cargo de la clase
FLOR ALBA
BARRAGAN
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