Colectivo Ioéc/ Luna nº 11-1º dcha.28004 Madrid.-Tf: 531.01.23Fax:532.96.62
COLECTIVO IOE
(Carlos Pereda, Miguel Angel de Prada, Walter Actis)
EMPLEO Y LISMI
EN EL SECTOR FINANCIERO
LÓGICA CULTURAL SUBYACENTE
EN ALGUNOS SECTORES SOCIALES
SIGNIFICATIVOS
A demanda de: FEBASO-UGT
Madrid, 29 de abril de 1993
3
CONTENIDO
Página
INTRODUCCION 4
1. TENDENCIAS PERCIBIDAS EN EL MERCADO DE
TRABAJO DEL SECTOR FINANCIERO 9
1.1. La informatización como signo de modernidad.
Recesión del empleo y reciclaje del personal. 10
1.2. Cambios en el modelo de gestión. Entre la
robotización y el marketing. 14
1.3. Flexibilidad/ precarización. 19
1.4. Concentración empresarial y fragmentación del
trabajo. Las empresas auxiliares. 23
1.5. Los trabajadores, víctimas y cómplices de una
transformación en profundidad del sector.
Diversas posiciones en el campo ideológico. 25
2. PROBLEMATICA ESPECIFICA DE LOS MINUSVALIDOS 31
2.1. La doble mirada: "es como ver los toros desde la
barrera o desde la arena". 32
2.2. Cambios de mentalidad en la familia y la escuela:
mayor tolerancia y reconocimiento de las diferencias. 36
2.3. La entrada de los minusválidos en el mercado de
trabajo: "te siguen mirando de arriba abajo". 39
2.4. Competencia y rentabilidad según tipos de minusvalía. 46
2.5. Difícil relación entre empleados válidos y
minusválidos. 50
2.6. Polémica sobre los centros especiales de empleo para
minusválidos. 55
2.7. Entre la igualdad formal como ciudadanos y la lógica
discriminante del mercado. Límites de la ideología
de la modernización. 57
4
3. PAPEL DEL GOBIERNO Y DE LOS RESTANTES AGENTES SOCIALES 65
3.1. Incoherencia de la política social de la
administración en relación a los minusválidos.
Incumplimiento de la LISMI. 66
3.2. La patronal es coherente con sus objetivos.
Diversas interpretaciones a partir del caso
paradigmático de la ONCE. 71
3.3. Los sindicatos, "misioneros de causas perdidas".
Escasa intervención en la problemática de los
minusválidos. 74
3.4. Estrategias adoptadas por los propios minusválidos.
Las asociaciones del sector: entre el ghetto y el
estímulo. 79
3.5. Debate ideológico entre la orientación neoliberal y
la del Estado del bienestar. Intento de explicación
a partir de la posición social de los agentes
intervinientes. 83
APÉNDICE: Ficha técnica de los seis grupos de discusión. 88
ANEXO: Texto mecanografiado de los 6 grupos de discusión.
- - - - - - - - - -
5
0. INTRODUCCION
El presente estudio forma parte de una investigación más
amplia coordinada por FEBASO-UGT sobre Empleo y LISMI en el
Sector Servicios. El objetivo general que se persigue es "conocer
los motivos por los cuales no se aplica la LISMI en el sector
servicios a fin de llegar a obtener unas conclusiones-propuestas
de cara a su efectivo cumplimiento" (Proyecto presentado al
INSERSO en noviembre de 1992, pág. 8).
Para alcanzar este objetivo, se decidió investigar coordina-
damente las tres lógicas -jurídica, económica y cultural- que
parecían condicionar en mayor medida la problemática planteada.
Este informe aborda la tercera de esas lógicas, la cultural,
entendiendo por tal el conjunto de opiniones, actitudes y
posiciones ideológicas que adoptan los sectores implicados en
relación a la inserción laboral de los minusválidos.
Por la amplitud del tema y considerando las limitaciones
presupuestarias, se acotó el número de sectores que iba a ser
explorado mediante la técnica cualitativa del grupo de discusión,
delimitándose los siguientes colectivos:
- Minusválidos empleados en el sector financiero (1GD).
- Minusválidos buscadores de empleo (2GD).
- Empleados bancarios antiguos en gran centro urbano (3GD).
- Empleados bancarios antiguos en ciudad intermedia (4GD).
- Empleados bancarios recientes, varios con contrato eventual
(5GD).
- Responsables sindicales del sector, varios de ellos minus-
válidos (6GD).
Como fácilmente se puede apreciar, se decidió focalizar el
estudio en los empleados del sector financiero, colectivo donde
se sitúan 5 de los grupos realizados. El otro grupo, con
minusválidos en paro, era en parte asimilable al colectivo
anterior en la medida que se les puede considerar trabajadores
6
1) Al final de este informe se ofrece una ficha técnicacompleta de los seis grupos realizados.
en potencia (de hecho estaban en situación de búsqueda de
empleo). Al interior del sector de trabajadores asalariados, se
distinguieron diversas características, como el sexo, la edad,
el hábitat, la pertenencia al sector público o privado, el tipo
de empresa (banca/cajas de ahorro/empresas auxiliares), los tipos
de minusvalía, etc., tratando de que estuvieran representadas las
diferencias más significativas(1).
No se ha realizado una exploración cualitativa de otros dos
colectivos (los empresarios y los responsables políticos) que,
evidentemente, tienen gran importancia en relación con el tema
estudiado. Aunque al estudiar la lógica económica y la lógica
jurídica se dará cuenta de los planteamientos de estos dos
colectivos, conviene remarcar que el presente informe no los ha
explorado directamente, lo que constituye una laguna importante
para obtener una perspectiva global.
Así mismo, tampoco se ha estudiado otro colectivo central
de la problemática estudiada (los clientes del sistema financie-
ro) cuyas opiniones, actitudes y presupuestos ideológicos forman
parte también de la logica cultural que condiciona la inserción
laboral de los minusválidos. En este caso, el motivo de no
aplicar grupos de discusión con clientes fue su heterogeneidad,
que habría obligado a un número mínimo de reuniones que superaba
los límites presupuestarios del proyecto.
Los tres colectivos no investigados aparecerán referidos en
el presente informe, pero sólo desde la óptica de los trabajado-
res asalariados del sector financiero, éstos en muy diversas
condiciones y contextos, y de los minusválidos en situación de
búsqueda de empleo. Por su importancia, ofrecemos a continuación
un apunte de los principales agentes e instituciones cuyas
opiniones y planteamientos configuran la trama cultural de la
7
problemática que se quería abordar, indicando cuáles han sido los
incluídos en el presente informe.
PRINCIPALES AGENTES DE LA LOGICA CULTURAL
QUE INCIDE EN LA INSERCION LABORAL
DE LOS MINUSVALIDOS
Agentes investigados
- Trabajadores del sector financiero:
. Minusválidos/válidos.
. Antiguos/recientes.
. Sindicados o no.
. De diverso hábitat.
. Entidades diversas.
. Varias categorías.
. Etc.
- Minusválidos que buscan empleo.
Agentes no investigados
- Empresarios del sector financiero:
. Sector público/privado. . Bancos/cajas de ahorro/ empresas auxiliares. . Etc.
- Administración:
. Responsables de la polí-tica laboral y social.
. Inspectores de trabajo yjueces.
. Etc.
- Clientes (sexo, edad, posición socioeconómica, hábitat, etc.)
En cuanto a los niveles en que se sitúa nuestro análisis,
hemos intentado articular la lógica cultural de los sectores
analizados, tanto en su vertiente referencial (experiencias
acumuladas por los participantes en los grupos) como en su
vertiente más propiamente ideológica (organización conceptual y
axiológica de aquellas experiencias). No hemos pretendido, sin
embargo, una articulación contextual de los discursos analizados,
que debería proporcionar una explicación de los mismos basada en
la posición de los grupos dentro de la estructura social, en la
medida que el estudio de los contextos institucionales en que se
circunscribe la problemática laboral de los minusválidos era
objeto de otro trabajo (otros equipos implicados en la investiga-
ción global de FEBASO-UGT. Aunque introducimos algunos avances
e hipótesis en esta dirección, queda mucho trabajo por desarro-
8
llar a ese nivel, que esperamos se vea enriquecido y contrastado
con los análisis en curso correspondientes a la lógica económica
y la lógica jurídica.
Probablemente a causa de la homogeneidad que supone el que
todos los grupos analizados sean trabajadores, o candidatos a
serlo, hemos constatado una notable convergencia y hasta
redundancia en el nivel referencial. Los "datos" y "hechos de
experiencia" a los que se refieren los participantes en los
grupos (tanto cuando hablan de los cambios operados en el mercado
de trabajo del sector financiero como cuando se refieren a la
escasa inserción laboral de los minusválidos) apenas son objeto
de controversia; más bien, se produce una acumulación informativa
en esos aspectos, lo que permite una lectura conjunta de todos
los grupos de discusión, salvo en puntos concretos que especifi-
caremos en su momento.
Las diferencias aparecen en el nivel ideológico, cuando los
grupos tratan de articular su experiencia en base a principios
explicativos de la génesis y los efectos sociales de los hechos
a los que se refieren, así como de las estrategias que habría que
adoptar para intervenir sobre ellos en algún sentido. Como
veremos, la ideología de la modernización en su vertiente más
próxima al "estado del bienestar" es la dominante entre los
sectores analizados (sobre todo en los minusválidos y los
sindicalistas), si bien en confrontación constante con la
tendencia "neoliberal"; marginalmente aparecen también algunas
posiciones en una línea tradicional o de crítica radical al
sistema social vigente.
Basados en las anteriores consideraciones, nos ha parecido
conveniente presentar de forma globalizada el análisis de los
seis sectores estudiados, iniciando la exposición de los diversos
bloques temáticos con los aspectos más referenciales del discurso
-donde normalmente hay consenso- y terminando con los niveles más
ideológicos, donde es mayor la confrontación entre los grupos,
e incluso entre diversos segmentos de un mismo grupo.
9
El primer capítulo recoge las tendencias observadas en el
mercado de trabajo del sector financiero, en la medida que esas
tendencias constituyen el marco en el que va a tener lugar la
problemática específica de los minusválidos, aspecto central del
informe que se recoge en el capítulo segundo. Por último, el
capítulo tercero se refiere al papel que se asigna al gobierno
y a los restantes agentes sociales en el cumplimiento de la LISMI
y, más en general, en el abordaje de la problemática que afecta
a los minusválidos y a otros sectores con problemas de segrega-
ción social.
Con las limitaciones a las que ya hemos aludido, nos parece
que el presente informe puede ser indicativo de la lógica
cultural en que se inscribe la problemática aplicación de la
LISMI en el sector financiero. A modo indicativo, ofrecemos a
continuación algunas conclusiones que se desprenden de los
analisis efectuados:
- - - - - - - - -
10
Capítulo 1
TENDENCIAS PERCIBIDAS
EN EL MERCADO DE TRABAJO
DEL SECTOR FINANCIERO
11
1.1. La informatización como signo de modernidad. Recesión del
empleo y reciclaje del personal.
La mecanización de las tareas, a través de soportes
informáticos cada vez más potentes, es el cambio que los
trabajadores reconocen como más evidente. En primer lugar, la
informatización ha transformado los hábitos tradicionales de
trabajo; se ha pasado del manguito de escribiente a la terminal
del ordenador y el teleproceso:
"Ha sido un cambio impresionante. Yo mepegaba tres días o cuatro para hacer untrabajo que ahora hago en media hora, o sea,en esta escala. (...) Luego no puedes vivirsin ellos (los ordenadores), es una cosa quete mueres... Ahora me han puesto un no séqué, pues mira fantástico, al medio minutoya te has acostumbrado a aquello porque escómodo, eficaz, rápido" (5GD,19).
La cita anterior refleja la fascinación suscitada entre los
empleados más jóvenes por la tecnología, que permite acelerar el
trabajo y hacerlo más cómodo. El nivel de informatización sirve
para catalogar a las entidades bancarias y cajas de ahorro como
atrasadas o modernas: el BBV es más moderno que el Central, las
cajas en general se han modernizado más que los bancos, etc. A
su vez, este proceso de modernización se relaciona con la
creeciente apertura a la competencia internacional y tendría por
principal objetivo aumentar la eficiencia o rentabilidad de las
empresas financieras: sacar más cantidad de trabajo con menos
coste.
Para la mayoría de los empleados, la informatización ha
supuesto una recesión de los puestos de trabajo y problemas de
reciclaje, para adaptarse a las nuevas tecnologías, lo que ha
afectado principalmente a las personas de más edad.
La recesión del empleo ha significado un estancamiento de
nuevas contrataciones (sobre todo en la banca), la disminución
del número de empleados por oficina, la promoción de jubilaciones
12
2) Entre 1970 y 1982 se duplicó la producción del sectorbancario en términos reales, mientras el conjunto de laeconomía española creció algo menos del 50%. En los años 80 labanca continuó su ritmo ascendente hasta lograr los mejoresresultados de su historia reciente en 1988 y 1989.
3) ALCAIDE, J., "Evolución de los sectores industrial y deservicios entre 1970 y 1990", en Papeles de Economía Española,Nº 50, Madrid, 1992, pág. 35.
4) En el período más crítico de recesión del empleo enEspaña (1976-1983), cuando el número total de ocupados seredujo un 12%, el sector de banca y cajas de ahorro aumentósus empleos en un 21%. CASTELLS, M. y otros, Nuevastecnologías, economía y sociedad en España, Alianza Editorial,Madrid, 1986, T.II, pág. 639 y sig. La tendencia de los
anticipadas y una mayor movilidad entre las oficinas (traslados
subvencionados o forzosos):
"Los avances tecnológicos en el fondo nosperjudican porque con determinadas máquinas,en vez de utilizar a cien personas, estánutilizando a dos" (1GD,21).
Sin embargo, la recesión del empleo hay que considerarla en
términos relativos, ya que la banca ha sido en los últimos 20
años el sector con mayor crecimiento en la producción, según la
Contabilidad Nacional de España, después de transportes y
comunicaciones(2). Seguramente debido a la posición privilegiada
del sector financiero en la economía española, los incrementos
constantes en la producción y en la productividad no se han
traducido en una bajada de los tipos de interés y en un
abaratamiento del coste de los servicios bancarios: "El mayor
reproche que se deduce del análisis de los datos agregados del
sector bancario para el quinquenio 1985-1990 es que las altas
ganancias en la productividad no se hayan reflejado en la
contención de los precios de los servicios prestados, que han
aumentado en forma similar o superior a la de otras ramas"(3).
El número de oficinas, entre bancos y cajas de ahorro, pasó
de 4.294 en 1970 a 35.000 en 1990 y, aunque el número de
empleados por oficina ha disminuído, el volumen global del empleo
ha aumentado(4). La contraposición se presenta, por tanto, entre
13
últimos años, sin embargo, es de estancamiento o disminuciónde los empleos, con mayor intensidad en los bancos que en lascajas. Así, entre 1986 y 1990 los bancos sólo ampliaron 159oficinas miemtras las cajas inauguraron 2.107.
el enorme aumento de la actividad bancaria y el estancamiento del
empleo, lo que se traduce en una mayor productividad por
empleado, gracias sobre todo a las nuevas tecnologías.
En opinión de los trabajadores, la introducción de la
informática se ha llevado a cabo sin un reciclaje adecuado del
personal. Se quejan de la escasez de cursos o cursillos, con
frecuencia fuera del horario laboral, y del bajo nivel de los
mismos, ya que se reducen a enseñar cómo "meter datos" sin
explicar ni la informática ni los criterios contables utilizados.
Las tareas y los criterios de programación quedan centralizados
y en las oficinas se trabaja sólo a nivel de "usuario" de los
programas (dependientes y ligados al propio puesto, sin
cualificación real para abandonar el sector ni la entidad
bancaria).
Los empleados son conscientes de que el nuevo instrumento
de trabajo les exige un reciclaje continuo, tanto para conocer
la gama de nuevas ofertas que ofrece el banco como para entender
el lenguaje de ordenador en que tales ofertas vienen expresadas.
Ambos aspectos están en constante transformación y exigen una
notable capacidad para adaptarse tanto a nuevas ofertas como a
nuevos lenguajes informáticos. La lentitud o el tener que
consultar a otros para hacer una operación se consideran en este
sentido los mayores defectos. Pues bien, la inversión en
reciclaje o formación es insuficiente en la mayoría de empresas
del sector, lo que tiene por efecto marginar de la actividad a
bastantes empleados, sobre todo a aquellos que tienen una edad
avanzada, tal como reconocen los más jóvenes:
"No se puede pretender que una persona decincuenta años tenga la misma agilidadmental que uno de veinte, que se memoricentodas las claves del ordenador para hacer
14
las operaciones. (...) Por la misma edad yason más conservadores, todo cambio lescuesta más" (5GD,20-22).
La mayoría de los empleados aprenden "a golpes" y "por
transmisión oral" el uso del ordenador, lo que origina frecuentes
fricciones y problemas interpersonales, al depender unos de otros
en la realización de las tareas. Pero esta situación afecta en
mayor medida a las personas de edad más avanzada, acostumbradas
a trabajar de otra manera y con menos reflejos para el uso de la
informática. En bastantes casos esto llega a producir estados
depresivos y situaciones de marginación que se consideran
injustos:
"A lo mejor es gente que ha trabajadomuchísimo en el banco, que le han sacadotodo el jugo en sus años jóvenes, y después,llegada una edad en que no se han adaptadoa los nuevos sistemas, se les haarrinconado. Eso de preparar no, eso es a lobestia (...) Es muy duro haber tenido unacategoría en el banco, haber tenido ciertoprestigio y, de repente, pues verte relegadoa hacer tareas tontas. Las depresiones detodos los años de trabajo te salen a los 55"(4GD,11-13).
En resumen, los grupos analizados (de empleados antiguos y
nuevos, de bancos o de cajas de ahorro, del sector público o del
privado, sindicados o no) ofrecen sus puntos de vista sobre la
informatización en el sector financiero de manera acumulativa,
sin contraponerse unos a otros. El fenómeno en sí aparece como
incuestionable en cuanto progreso técnico, si bien hay acuerdo
en que su introducción en el sector se ha hecho sin un reciclaje
adecuado del personal, lo que ha perjudicado en mayor medida a
los antiguos. Así mismo, la informatización ha traído consigo una
transformación del modelo de gestión de las empresas, como
veremos a continuación.
15
- - - - - - - - -
16
5) CASTELLS, M. y otros, o.c., pág. 684.
1.2. Cambios en el modelo de gestión. Entre la robotización y el
marketing.
La libertad de maniobra del antiguo trabajador bancario, su
"saber hacer" en la relación con el cliente, se encuentran ahora
rígidamente sometidos a los requerimientos y exigencias de los
programas informáticos. Los hombres de oficio de las oficinas se
han vuelto meros terminales del cerebro electrónico ubicado en
la central del banco o caja de ahorros, con la consiguiente
pérdida de protagonismo en su relación con los clientes, algo que
es percibido principalmente por los empleados antiguos:
"No tenemos oficio porque hacemos un trabajomecánico. Para decirlo de una manera másexpresiva, yo soy contable y fuera del bancohago contabilidad de una empresa, esto es unoficio; pero en el banco no, tenemoscategorías de auxiliar, oficial primero, detercera, de cuarta... pero no un oficio, unaprofesión. Eso para mí es una vergüenza.(...) Porque nosotros sabemos que hay unospapelitos azules que se cuadran o tienen quesumar lo mismo que los papelitos rojos, y eldía que te cambian el color del papel nosabes lo que estás haciendo" (3GD,17).
La nueva banca tiene un sistema informático centralizado que
ha restado poderes al empleado de oficina; éste se siente
sometido a una "presión brutal desde arriba" sin apenas márgenes
para poder negociar con los clientes. En este punto, la
valoración de los grupos estudiados por nosotros coincide con la
opinión de los comités de empresa y líderes sindicales de banca
y cajas de ahorro recogida en una amplia investigación llevada
a cabo para conocer el impacto de las nuevas tecnologías en el
sector: "La informatización está provocando la taylorización del
trabajo bancario. Los terminales no están siendo una herramienta
que ayude a desarrollar mejor la propia tarea, sino que la tarea
propia consiste en no despegarse del terminal"(5). Esta nueva
servidumbre o sujeción del trabajador a la máquina es objeto de
17
6) MANZANARES, J. (Ed.), Trabajo y Nuevas Tecnologías,pág.17. Ver también el monográfico de la Revista "Sociologíadel Trabajo", Nº 718, sobre La Ergonomía frente a las nuevastecnologías
atención de sociólogos, ergónomos y sindicalistas: "La aplicación
de las nuevas tecnologías parece venir acompañada de una
estandarización y de una homogeneización de los procedimientos
de trabajo demasiados rígidos. Esto es, como si el operador
humano fuera estable, capaz de ajustar las informaciones
recibidas a las posibilidades de tratamiento del cerebro.
Paradójicamente cuando la taylorización del trabajo desaparece
en la industria, aparece ahora con más fuerza en los sectores
laborales denominados de cuello blanco".(6)
Sin embargo, las ofertas bancarias se multiplican y aparecen
continuamente nuevos productos (tarjetas, seguros, fondos de
inversión, venta directa de mercancías y servicios de todo tipo,
etc.), lo que da paso a la figura del empleado polivalente, capaz
de desarrollar todo tipo de tareas, de modo flexible, como punto
de encuentro entre el ordenador central y el cliente. Esta figura
es valorada sobre todo en las oficinas pequeñas donde ni el
volumen de empleados ni el de clientes justifica la división de
funciones en el trabajo, lo que no impide que se oferte toda la
gama de productos bancarios.
La informatización centralizada, unida a la expansión de la
oferta y la demanda, ha generado un nuevo modelo de empleado de
oficina (sea administrativo o comercial, o una figura mixta) con
dos cualidades principales: la agilidad o velocidad operativa,
de cara al ordenador (cuya principal cualidad es precisamente la
velocidad), y la buena imagen o capacidad de comunicación, de
cara al cliente. En otras palabras, el empleado tiene una función
de mero "trasmisor" entre el ordenador (que dirige la operación)
y el cliente (con quien debe lograr la mejor conexión y empatía).
+)))))))))))))), +)))))))))))))), +)))))))))))),* ORDENADOR * * EMPLEADO * * CLIENTE *.))))))))))))))- .))))))))))))))- .))))))))))))-
18
En cuanto a la imagen o capacidad de comunicación, el
empleado tiene que ser agradable, simpático y con buena
presencia, porque ya no sólo vende el producto (valor de uso)
sino el envoltorio y la imagen (valor de cambio). Desde este
punto de vista, se llega a sugerir que una mujer joven y
agradable tiene más "gancho comercial" y sería el tipo ideal de
empleado:
"Desgraciadamente hay pocas mujeres todavíaintroducidas en la banca, pues para mí en eltema comercial creo que la mujer tiene másgancho que nosotros, y en un puestoinformático, incluso, también. En un puestode atención al cliente una mujer siempre esmaravillosa (...). Si vas a un banco y estándos, una chica y otro, pero una mujer quesea agradable, pues a mí sinceramente meapetece dirigirme a ella" (4GD,36).
La lógica subyacente en la cita anterior es la misma que se
utiliza para asegurar la eficacia de los mensajes publicitarios:
la venta de los productos no se consigue principalmente por su
calidad intrínseca sino por la forma en que son presentados, es
decir, por las imágenes que se asocian a su puesta en escena.
Este punto es particularmente destacado -y denunciado- por los
minusválidos que han participado en los grupos de discusión.
Según ellos, la imagen externa cuenta mucho en la selección de
personal y en el acceso a determinados puestos (comerciales y
cajeros, secretarias de dirección, etc.). En igualdad de
preparación, ser "alto, rubio, bonito y todo eso" resulta
decisivo para entrar o ascender dentro de la empresa (6GD,16).
Esta cultura del cuerpo y de la imagen exterior, frente a
la cultura de la personalidad y del hombre "interior", es
recogida por muchos autores como una nota característica de la
sociedad de consumo, con efectos de discriminación y control
social muy importantes: "No es tan banal como a simple vista
parece todo este lanzamiento postmoderno de la gente guapa y del
new look, pues, la intolerancia estética vigente en la
19
7) VARELA, J. y ALVAREZ-URIA, F., Sujetos frágiles,Paideia, Madrid, 1989, pág. 157.
actualidad, el racismo estético, encierra una gran violencia
hacia estilos de vida diferentes, y no es sino una de las
modalidades encubiertas de los enfrentamientos entre los grupos
y clases sociales"(7).
Todos los sectores analizados comparten el análisis de la
evolución del modelo de gestión bancaria que acabamos de
describir, si bien cada uno pone el acento en aspectos diferentes
del mismo en la medida que les afecta de forma diversa. Así, los
empleados antiguos son más sensibles que los nuevos al cambio
operado en relación al modelo de gestión tradicional y, debido
a su mayor dificultad para adaptarse al nuevo, insisten en sus
aspectos negativos, llegando a idealizar a veces el tradicional.
../..
20
Modelos de gestión bancaria
Antiguo
Función acotada: comprar yvender dinero. Pocosproductos y claros.
Estabilidad: identificacióncon la entidad y el trabajo en un lugar fijo. Contratofijo
Clientes: estables. Escasainformación y confianza en elempleado
Control de la producción:anual.
Remuneración: homogénea enf u n c i ó n d e l acategoría/antiguedad. Horasextras pagadas.
Actual
Expansión comercial: comprary vender de todo. Muchosproductos y variables.
Flexibilidad: Competencia yflexibilidad en cualquierentidad y actividad. Contratoeventual.
Clientes: inestables. Másinfoamación. Desconfianza enel empleado.
Control de producción:semanal o diaria.
Remuneración: variable.Incentivos individuales.Horas extras no pagadas.
Los empleados nuevos, que no conocen por propia experiencia
el antiguo sistema, tienden a enfatizar los aspectos positivos
del nuevo modelo de gestión: eficacia y agilidad, gama más amplia
de servicios al cliente, etc. Socializados en el contexto de
precarización laboral y desempleo juvenil de los años 80, se
consideran privilegiados en relación a los trabajadores de otros
sectores y también en relación a los empleados antiguos cuya
experiencia ha quedado obsoleta y se adaptan con mayores
dificultades al nuevo modelo.
Los sindicalistas insisten en los efectos negativos que se
han derivado para los trabajadores de la informatización y del
nuevo modelo de gestión. Más que criticar la introducción de
estas nuevas tendencias, lo que rechazan es la forma como ha
tenido lugar, sin la formación adecuada, precarizando las
condiciones de trabajo, marginando a los sindicatos, etc.
21
22
1.3. Flexibilidad/precarización.
Todos los sectores analizados coinciden en señalar que el
mercado de trabajo se ha endurecido en los últimos años. Es más
difícil encontrar empleo y, una vez encontrado, es menos estable.
Además las condiciones de trabajo han evolucionado en diversos
sentidos: control individual de productividad, horas extra no
pagadas, movilidad de plantillas, mayor riesgo de enfermedades
profesionales, etc. La empresa exige "todo" de los empleados sin
ofrecer apenas compensaciones. Una permanente "psicosis de
crisis" se ha apoderado de la vida económica y desde ella se
justifican continuamente nuevas exigencias a los trabajadores.
La flexibilidad se aprecia sobre todo en el aumento de la
contratación temporal que afecta a un número de empleados cada
vez mayor y repercute también en los "fijos"; éstos ya no son el
modelo de referencia sino aquéllos, en la medida que su
inseguridad en el empleo los vuelve más dóciles y competitivos.
La estabilidad en el empleo es contemplada por los empresarios
como rigidez ya que les obliga a mantener a las plantillas al
margen de las exigencias de la producción. Con frecuencia el
único freno para despedir a muchos empleados antiguos es el monto
de la indemnización:
"¿Qué supone hoy estar fijo en un banco?. Enmi caso al banco no le supone más que dosmillones de pesetas; con dos millones cogeny me hacen así... (hace una señal de que leechan). ¡Hombre! si llevas 20 años se lopensarán, porque igual te tienen que dar 14millones" (5GD,45).
La flexibilidad se entiende también como movilidad de las
plantillas entre departamentos, oficinas y entidades (a partir
de las fusiones y absorciones), lo que a veces supone movilidad
geográfica. La tendencia se considera imparable (incluso
Maastrich la ampara) y todavía no ha tocado fondo, pues la
movilidad supondrá también el traslado desde el sector financiero
a otros sectores económicos pertenecientes al mismo holding:
23
8) "La informatización (en el sector financiero) estáafectando a la salud de los empleados y empleadas, conproblemas psíquicos y de vista y espalda, y un crecimientonotable de abortos en las mujeres. Todo ello está haciendocrecer el absentismo". CASTELLS, M., o.c., pág. 684.
"Y menos mal que a los bancos no se lesocurre meternos en otros grupos del sector,porque ya me veo abriendo coca-colas opepsi-colas... o en las gasolineras"(3GD,13).
Se considera que las condiciones de trabajo, en lo referente
a salud e higiene, se han degradado en los últimos años; las
empresas no hacen caso a las enfermedades profesionales: vista,
deformaciones óseas, depresiones, etc.(8). La inversión en
mobiliario tiene más en cuenta la imagen externa que elj
bienestar de los empleados: "da pena entrar en cualquier banco,
una vez que quitas lo del mostrador" (4GD,45).
Desde el punto de vista de los trabajadores, su actitud ante
estos cambios es ambivalente: por un lado se sienten "explotados"
(expresión que aparece repetidas veces, no sólo entre
sindicalistas); por otro, entienden que la competitividad en un
mercado abierto tiene esas consecuencias. Esta ambivalencia es
valorada de manera diversa dependiendo de la edad y la mentalidad
de los empleados. En general los jóvenes se adaptan más
fácilmente al nuevo modelo ("pues si mañana tengo que estar en
otro sector pues estaré... me costará más o menos pero encontraré
trabajo"); en cambio, los empleados de más edad, acostumbrados
a un modelo estable de empresa y menos capacitados para competir,
lo viven frecuentemente como una agresión personal (el banco "te
vende", "te arrincona", "te degrada", etc. después de 40 años de
servicios).
La valoración de esta realidad varía también en función de
la mentalidad. Para unos, frecuentemente también los más jóvenes,
la competitividad y la libre concurrencia en el mercado (tanto
de los productos como de la mano de obra) es el motor de la
producción y del progreso social, a pesar de los costes que
24
conlleva en casos individuales. Ser "dinámico" es la principal
virtud y la rutina el principal defecto. Pero para que un mercado
abierto funcione es preciso eliminar las rigideces, los puestos
de trabajo vitalicios y las indemnizaciones que son un "lastre"
para la libre competencia:
"La gente dinámica está encantada, yo por lomenos, de trabajar en mi entidad (...), loque no quiere decir que no tengas miedoporque yo no estoy fijo... pero la gente quetiene subvención (trabajo fijo con derechoa indennización) es una lacra para laentidad, están un poco aletargaos, ¿no?, nose esfuerzan nada con los clientes. Entoncesa mí eso me da rabia porque hay cantidad degente dispuesta a hacer su trabajo, hacerlobien y encima esforzarse con los clientes.Sin embargo, cuando te tocan esos que les daigual que protestes que no protestes porquevan a seguir ahí..." (5GD,24-25).
La flexibilidad del mercado de trabajo garantizaría que los
empleos fueran ocupados por los trabajadores mejor dispuestos y
capacitados en cada momento y circunstancia, lo que repercutiría
en beneficio de la empresa (más rentabilidad) y de los clientes
(mejor servicio). En cuanto a los trabajadores, aumentarían los
incentivos para la formación permanente y para desempeñar su
trabajo con competencia y entrega, sin caer en la rutina.
Desde otra posición, la libertad de mercado es percibida
como ley de la selva (donde ganan los más fuertes) y la
flexibilidad como precarización de las condiciones de trabajo.
Esta posición, que predomina en los sectores de más edad, se
muestra sin embargo a la defensiva ante la tendencia neoliberal,
hoy día en boga. Además, no aparece como una fuerza homogénea
sino dividida en múltiples corrientes, desde una posición
conservadora (que añora la época franquista) hasta una posición
defensora del Estado del Bienestar (con un estado fuerte,
regulador del mercado de trabajo, con amplias prestaciones
sociales, mayor peso de los sindicatos, etc.); incluso aparecen
algunas alusiones de corte radical que acusan al sistema
25
capitalista de ser el origen inevitable de la explotación de los
trabajadores (ver más adelante, apdo. 1.5).
En todo caso, cualquiera que sea la posición ideológica
adoptada por los grupos analizados, en cuanto empleados
subalternos tienen poco poder o influencia en la política del
sector: "el problema es que el empresario tiene la sartén por el
mango" (3GD,13). Su actitud habitual, más bien, es de acoplarse
a la lógica de la competitividad, aunque sea a regañadientes y,
a veces, con mala conciencia: "a la hora de competir, la
solidaridad terminó" (1GD,32).
- - - - - - -
26
9) Este proceso se considera imparable teniendo en cuentaque el sistema bancario español -bancos y cajas- no alcanza el5% de los activos de la C.E. (frente al 25% de Francia, el 30%de Alemania o el 16% de Italia), mientras el número deoficinas en función de la población es de los más altos de laO.C.D.E. (35.000 sucursales en 1990). Ver MARTINEZ DE PABLOS,F.J., "La banca, de los setenta al mercado único", enETXEZARRETA, M. (Coord.), la reestructuración del capitalismoen España. 1970-1990, ICARIA-FUHEM, Barcelona, 1991, pág. 356y 368-69.
1.4. Concentración empresarial y fragmentación del trabajo. Las
empresas auxiliares.
Bastantes bancos y cajas de ahorro han iniciado un proceso
de fusiones con el fin de poder competir en un mercado a escala
europea(9). Para los empleados, las fusiones se traducen en
reducción de personal y movilidad funcional y geográfica. Como
ocurre con otros aspectos de la evolución del sector, las
fusiones responden al principio de asegurar la rentabilidad en
un mercado cada vez más abierto y competitivo, lo que a su vez
es interpretado con diversos matices en función de la mentalidad
de los trabajadores: para unos será signo de vitalidad y
crecimiento económico; para otros, de robustecimiento del capital
a costa de los trabajadores, opinión ésta que prevalece en los
sectores analizados.
Internamente el nuevo modelo de empleado polivalente, al que
hemos aludido en el apartado 1.2, se limita a subsumir las tareas
administrativas y las comerciales pero no elimina otras diversas
formas de fragmentación del empleo. En primer lugar, está la
división entre la central (especialmente el ordenador central)
y las sucursales, éstas con funciones cada vez más dependientes
o subsidiarias.
En segundo lugar, la división entre jefes o cuadros y
personal subalterno sigue muy acentuada en todo el organigrama
del sector, esperándose de los cuadros una mayor identificación
con la entidad y castigándose severamente cualquier tipo de
veleidad laboralista. En algunos bancos se ha llevado a cabo una
27
política de proliferación de la categoría de "jefes", aunque
tales jefes no tuvieran a nadie a sus órdenes, como medio de
asegurarse una mayor dedicación a la empresa:
"Es otro de los temas simpáticos de labanca, el nivel de jefes. A todo el mundoque ha querido le han hecho jefe, jefes queno mandan en nadie ni tienen derecho a nada.Eres jefe porque te han dado una categoría,una medalla, pero por esa categoría temachacan: '¡que no!, ¡cuidado!, que tú eresjefe y tienes que venir por las tardesgratis'" (4GD,17).
Otra forma de fragmentación laboral del empleo que se
observa en el sector bancario es la tendencia a subcontratar
determinadas tareas en empresas auxiliares, algunas de las cuales
están formadas en parte o totalmente por trabajadores
minusválidos. En general, tales tareas se subcontratan con el fin
de abaratar costes gracias a que las referidas empresas
auxiliares cuentan con una tasa de explotación muy superior a los
estándares del sector bancario:
"Esto es por culpa de la banca que es la quenos proporciona el trabajo a las empresasestas... pues vuestro trabajo lo estamossacando entre una tercera y una cuarta partedel coste (que tendría en la banca). Y esoen sueldo directo, pero añade beneficiossociales, horario más rígido, nivel demarcajes, menor número de pagas..."(6GD,21).
Desde este análisis los sindicalistas minusválidos acusan
a la patronal bancaria de ser cómplice de la sobreexplotación de
que son objeto los trabajadores de empresas auxiliares. En cuanto
a los propios minusválidos que están en estas empresas,
consideran que en la mayoría de los casos son "chiringuitos que
se montan para vivir a costa de ellos" y que sólo valen "como
mal menor", ya que no encuentran trabajo en las empresas
normalizadas (2GD,12-13). Volveremos sobre este tema más
adelante.
28
29
1.5. Los trabajadores, víctimas y cómplices de una
transformación en profundidad del sector. Diversas
posiciones en el campo ideológico.
Todos los grupos analizados coinciden en afirmar que en las
últimas décadas el sector financiero español ha experimentado
grandes cambios, hasta el punto de alterar profundamente sus
hábitos de trabajo tradicionales. Sin embargo, la implicación
personal en el sentido u orientación de estos cambios es casi
inexistente. Son otros (el mercado, la banca, la empresa, los
jefes...) quienes han tenido un papel activo, influyente,
mientras ellos se sitúan simplemente como afectados de tales
transformaciones. Su talante es de testigos, que conocen por
propia experiencia lo que ha pasado, pero no se sienten
responsables de ello, al menos responsables en primer grado.
Para el conjunto de los sectores analizados, y muy
especialmente para los empleados de más edad, los afectados por
alguna minusvalía y los sindicalistas, la evolución del sector
ha repercutido negativamente en los trabajadores: más paro y
empleo temporal, segregación de los empleados antiguos,
jubilaciones anticipadas, movilidad funcional y geográfica,
controles diarios de productividad, horas extras no pagadas, etc.
En definitiva, una de las claves del éxito de la banca en los
años ochenta ha sido la mayor explotación de sus trabajadores a
los que se ha exigido reciclarse y rendir a tope a cambio de casi
nada:
"Ahora la empresa tiene una potencia brutaly nos las están dando todas en el mismocarrillo. Y tan contentos (...). ¿Qué bancocontrata a nuevos y no les saca todo el jugohasta por las tardes?. A mí nadie me obligaa ir por la tarde, porque está el convenio,lo que pasa que bueno, te lo venden muy bienvendido y vas además sin cobrar" (4GD,22 y28).
Esta cita refleja una cierta complicidad de la víctima:
poner buena cara mientras se reciben bofetadas; trabajar fuera
30
de horario sin recibir nada a cambio pero, además, porque
quieres... Una actitud que es resultado de una situación de
debilidad de los trabajadores, impotentes y divididos ante las
exigencias de la empresa. Entonces se hace de la necesidad virtud
y se colabora con el agresor: "Si tú necesitas trabajar, vas a
ir donde sea, porque tienes una familia, ¡claro!" (3GD,13).
Con menos fuerza que la posición anterior, aparece también
en los grupos analizados un sector que ve con buenos ojos la
evolución del sector financiero y su repercusión en los
trabajadores. El punto focal de esta actitud es la valoración de
la libertad de mercado o de la libre concurrencia de capitales,
mercancías y trabajadores como motor del cambio social, evitando
cualquier traba u obstáculo que impida ese libre juego de los
agentes sociales. Desde este planteamiento se considera muy
positiva la entrada en la Comunidad Europea, que obliga a la
banca a mejorar las condiciones de trabajo (trato al cliente,
mejores prestaciones, informatización, etc.) para poder competir
con eficacia. Del mismo modo, se valora la flexibilidad del
mercado de trabajo, en la medida en que ello permite un mejor
acople de la demanda y la oferta de mano de obra en cada momento.
Además, al no sentirse "fijo", el trabajador no caerá en la
rutina o el burocratismo y estará más incentivado para procurar
una formación permanente que le permita colocarse mejor en el
mercado de trabajo.
Esta posición tiene más peso en el sector de nuevos
empleados, que se sienten mejor dispuestos para el uso de las
nuevas tecnologías y creen que la rigidez del mercado de trabajo,
que favorece a los empleados más antiguos, es un obstáculo para
su ascenso profesional.
Es evidente la sintonía de esta posición con la corriente
"neoliberal" que hoy predomina en la política económica española.
En cambio, la primera posición que hemos descrito se subdivide
en dos corrientes ideológicas de signo diverso:
31
- La conservadora, que añora el modelo vertical-autoritario
de empresa y de relaciones laborales "claras" de la época
franquista; critica el desorden, la falta de respeto y el
carácter violento de las innovaciones que se introducen en
el sistema financiero. Con la democracia y la libertad de
mercado se ha impuesto la "ley de la jungla". Cada empresa
y cada trabajador compite con los demás, pisándose el
terreno unos a otros, en lugar de ocupar cada uno un
espacio definido y mutuamente complementario. La
consecuencia es que el trabajador ya no se puede
identificar con su empresa ni ésta tiene una función
definida en el mercado; los clientes, en esta situación, ni
confían en las empresas ni respetan a sus empleados, en
parte desconcertados y en parte ansiosos por encontrar los
nuevos productos que aparecen continuamente:
"De un modelo bien definido de empresa se hapasado, quizás por la democracia y loscambios, a una falta de modelo: cada uno esun mundo y esto es una jungla, ¿no?. Ahoramismo la banca o los empleados no saben pordónde van sus bancos. Se actúa a ramalazos,suprimiendo centros administrativos enormesde la noche a la mañana (...), asuntos comolas fusiones y todo esto se hacen de unaforma descabellada (...), los cambiosinformáticos están siendo brutales decualquier forma... Hay una mitad de laplantilla que se tiene que sentir a lafuerza discriminada y que tiene que odiar asus compañeros y a la empresa, ¿no escierto? (...) Aparte de esto, se respetabaal empleado, nos respetaba más la empresaque ahora, el empleado no vivía como un ceroa la izquierda y cobraba sus horas cuandoiba por la tarde. O sea, había unasrelaciones laborales definidas bien claras"(4GD,26-28).
Esta mentalidad, más clara en el grupo de discusión
realizado con empleados de edad relativamente avanzada en
una capital de provincia de la España interior (Salamanca),
tiñe casi todos los temas que aparecen en el debate de este
sector, como las diferencias hombre-mujer o la opinión
sobre los minusválidos, tal como veremos más adelante.
32
- La corriente partidaria de una democracia con carácter
"social", insiste en que la libertad de mercado debe estar
regulada por la intervención del Estado y de otros agentes
sociales como los sindicatos, evitando así los excesos y
abusos que se pueden producir. La actual evolución del
sector financiero estaría teniendo lugar en un momento de
crisis del "Estado del bienestar", con repercusiones
negativas para los trabajadores: privatizaciones,
congelación o recorte de prestaciones sociales,
desregulación del mercado de trabajo, etc. Los intereses
empresariales, de este modo, se verían beneficiados a costa
de la clase trabajadora, dando lugar a una sociedad cada
vez más dividida o fragmentada:
"Yo es que vuelvo a insistir ¿eh?, es quecon tantísimos problemas laborales que hahabido en los últimos años, cada vez lascosas se ponen más crudas. (...) Hoy díasabemos que en el mundo éste de fieras,donde las empresas lo único que persiguen esel duro y donde los gobiernos lo único quepersiguen es el voto, en donde tantísimoscolectivos lo único que se preocupan es devivir bien y de mejorar el yate y de que noles falten no sé cuantas historias, entonceslos sindicatos han encontrado un vacío,digamos, en los responsables verdaderos queson los gobernantes y las instituciones.(...) Pienso que hay tantas y tantas cosasque, cuando es un mogollón tan grande el quehay, debería estar España parada nosolamente media jornada sino una semanaentera, si hace falta, para solucionar todosestos problemas" (6GD,46-49).
Desde esta posición, que podemos calificar como
"socialdemócrata", se aceptan las instituciones políticas
vigentes si bien se las acusa de no cumplir con sus
responsabilidades en la resolución de los problemas
laborales; del mismo modo, se critica a los sindicatos, que
no presionarían lo suficiente. Sin otros contrapesos, la
lógica de beneficio del capital conduce inevitablemente a
"un mundo de fieras" (punto en el que coinciden con la
33
mentalidad conservadora, en contra de la tendencia neoliberal).
Las tres posiciones descritas aparecen combinadas en los
sectores estudiados, si bien la neoliberal tiene más fuerza en
el sector de nuevos empleados, la conservadora entre los
empleados antiguos de capitales de provincia y la socialdemócrata
entre los sindicalistas y empleados de edad intermedia y sin
posición jerárquica. En cuanto a los propios minusválidos se
debaten entre una posición dominante, la socialdemócrata,
favorable al Estado del bienestar, y la posición neoliberal, ésta
particularmente presente en un segmento de minusválidos empleados
que han logrado éxito profesional en base a sus propias fuerzas
y que ven en cualquier ayuda externa una forma de proteccionismo
(en el capítulo 2. ampliaremos este punto).
Entre las tres posiciones ideológicas que hemos descrito,
son frecuentes las combinaciones, ambivalencias y transacciones,
apareciendo también algunas líneas de ruptura hacia modelos de
sociedad diferentes. En especial, la postura socialdemócrata se
debate entre la aceptación del modelo económico vigente, sobre
todo al observar que es el partido "socialista" el que dirige la
política en curso ("basta de lágrimas, se ha avanzado mucho") y
el recurso fugaz a una crítica frontal del capitalismo como
sistema de explotación.
A continuación esquematizamos las tres posiciones
detectadas, así como los puntos de consenso, transacciones y
líneas de fuga.
../..
34
POSICIONES DE LOS EMPLEADOS
ANTE LA EVOLUCION DEL SECTOR FINANCIERO
+))))))))))))))))))))))))))))))))))), * Empleados subalternos, testigos * * pasivos de GRANDES CAMBIOS en * +)))))))))))))))))))))), * el sector: * *Los protagonistas son * * . Informatización * *otros: la banca, el * * . Nuevo modelo de gestión * *mercado, los jefes * * . Fusiones de empresas * .))))))))))))))))))))))- * . Fragmentación del empleo, etc.* .)))))))))))))))))))))))))))))))))))-
+))))))))))))))))))))))))))))))))))), +)))))))))))))))))))))))))))), * Efectos negativos sobre: * * Efectos positivos para:* * Paro, empleo temporal, movilidad,* *Competencia, productividad * * control del trabajo, horas no pa-* *flexibilidad, incentivos, * * gadas, etc. * *mejor trato al cliente, etc.* * * * * * (empleados víctimas-cómplices) * *(empleados encantados) * .)))))))))))))))))))))))))))))))))))- .))))))))))))))))))))))))))))-
+))))))))))))))))))))))))))), +))))))))))))))))))))))))))))), +)))))))))))))))))))))))))), * Posición Conservadora * * Posición Socialdemócrata * * Posición Neoliberal * * * * * * * *- Se ha abandonado el * *- El Estado y los sindicatos * * -El (libre) mercado es * * antiguo orden laboral, la* * deben regular el libre * * el motor del progreso *
35
* conformidad con lo propio* * mercado, garantizando el * * social. * * y el respeto de lo ajeno.* * equilibrio social. * * -La regulación y el * *- La libertad *- La política económica * * proteccionismo fomentan * * han impuesto la * * "neoliberal" beneficia al * * la pasividad y frenan la* * ley de la jungla. * * capital a costa de los * * competitividad. * * * * trabajadores. * * * .)))))))))))))))))))))))))))- .)))))))))))))))))))))))))))))- .))))))))))))))))))))))))))-
+)))))))))))))))))))))))))))))))), +)))))))))))))))))))))))))))))))))))), * Consenso: Conjugar el (antiguo)* * Consenso:los costes particulares* * orden laboral y las libertades * * no impidenque la sociedad en * * * * conjuntoprogrese * .))))))))))))))))))))))))))))))))- .))))))))))))))))))))))))))))))))))))-
+))))))))))))))))))))))))))))), * Postura radical:el capi- * * talismo es un sistema de * * explotación del trabajador* .)))))))))))))))))))))))))))))-
36
Capítulo 2
PROBLEMATICA ESPECIFICA
DE LOS MINUSVALIDOS
37
2.1. La doble mirada: "es como ver los toros desde la barrera o
desde la arena".
La problemática de los minusválidos es sentida de distinta
manera por los propios afincados y por las personas "válidas".
Mientras los primeros padecen el problema, los otros lo
contemplan desde fuera, y a veces les pilla tan de lejos que ni
se han detenido a pensarlo. La metáfora de los toros aparece en
los dos grupos con minusválidos: en un caso se utiliza para
expresar la diferente actitud ante el problema (el toro) por
parte de quien se enfrenta a él (el torero) y quien lo contempla
desde fuera (el público de las gradas)(2GD,11-12); en otro caso
sirve para mostrar la soledad del minusválido, al que nadie le
puede suplir en el desarrollo de la faena: "tú sólo ante el toro"
(1GD, 39). Ambas metáforas dejan a las claras que sólo el
minusválido puede sentir propiamente un problema que sólo él
padece.
En cuanto a los válidos, éstos reconocen que el problema de
los minusválidos no les preocupa personalmente (salvo en aquellos
casos en que tienen algún familiar o amigo con minusvalía); en
consecuencia, tienen poca "información" sobre el tema, lo conocen
"de oídas", están escasamente "mentalizados", etc. Sin embargo,
lo anterior no impide que asocien al concepto de minusválido una
serie de imágenes que reflejan y condicionan su actitud ante
ellos. Destacamos algunas de ellas:
- Son diferentes, como los negros o los gitanos, y ante esa
diferencia caben actitudes "racistas" (son inferiores) o
actitudes "solidarias" (todos somos iguales)(3GD,48). Tanto
los empleados válidos como los clientes pueden ser más o
menos racistas o solidarios: saludar a un ciego equivale a
"dar la mano a un negro" (4GD,38).
- Son un caso particular de personas "diferentes" con las que
hay que convivir: vagos, cutres, amargaos ("cara de
cuerno"), jóvenes de tribus diversas (pelo teñido, etc.)
Por los ejemplos utilizados, se da a entender que el
38
minusválido plantea unos problemas peculiares para la
convivencia, al igual que otros tipos de personas: "a un
cara de cuerno tampoco le renuevan el contrato" (5GD,45).
- Los empleados válidos se sienten "minusválidos" cuando no
saben resolver una tarea, asociando así minusvalía a
ignorancia, incapacidad, etc.: "sopitas pedimos todos y me
ayudan muchísimo, y me siento una incapacitada cuando no sé
algo" (5GD,43).
- Es un problema de salud o integridad física que a todos
puede llegar, como el cáncer o el sida: "Estamos más
preocupados de los cánceres o del sida, pero la china de
una minusvalía nos puede tocar a todos, porque un día se
cae alguien por la escalera y se queda tararí" (5GD,50).
- Son como las mujeres, tradicionalmente discriminadas en la
banca y cajas de ahorro. Y también como ellas, plantean
problemas de debilidad física, mayor absentismo, etc.
- Las connotaciones peyorativas del concepto "minusválido" se
utilizan para afirmar que algunos empresarios son los
verdaderos minusválidos, por explotadores, es decir, por no
dar la talla como personas capaces de tratar a los demás
con igualdad (serían minus-personas): "La minusvalía la
tendrá el hijo de su madre ése que hace esas relaciones
laborales que en realidad son explotaciones" (6GD,4).
Todas las imágenes asociadas a la minusvalía tienen en común
el rasgo de la negatividad; en consecuencia, el minusválido es
portador de un estigma. Llama la atención que, si bien se trata
de minusvalías que afectan al cuerpo o la psique, se establecen
asociaciones con los otros dos tipos de estigma descritos por
GOFFMAN: los del carácter (falta de voluntad, deshonestidad,
etc.) y los tribales (color de la piel, nacionalidad, etc.). "En
todos estos ejemplos de estigma se encuentran los mismos rasgos
sociológicos: un individuo que podía haber sido fácilmente
39
10) GOFFMAN, E., Estigma, la identidad deteriorada,Amorrortu, Buenos Aires, 1970, pág. 14-15.
aceptado en un intercambio social corriente posee un rasgo que
puede imponerse por la fuerza a nuestra atención y que nos lleva
a alejarnos de él cuando lo encontramos, anulando la atracción
de los restantes atributos. Posee un estigma, una indeseable
diferencia que no habíamos previsto. (...) Basándonos en el
defecto original, tendemos a atribuirle un elevado número de
imperfecciones. (...) Creemos, por definición, desde luego, que
la persona que tiene un estigma no es totalmente humana"(10).
Este análisis de GOFFMAN puede parecer excesivo pero, más
allá de las buenas intenciones, recoge fielmente las actitudes
espontáneamente reflejadas por los empleados válidos del sector
financiero ante los minusválidos (fueran sus propios compañeros
u otros). En un segundo momento, se puede llegar a considerar que
tales actitudes espontáneas son injustas llegando incluso a
autoculpabilizarse por ello:
"No hay que echar la culpa a la banca, esque somos todos así. Empieza por darnoslástima esa persona y a lo mejor somos másamables con ella por la pena que nos estátrasmitiendo. Entonces yo creo que esto esa nivel general, si la persona esa está enuna silla de ruedas, pues ya... ya se va conreticencia" (4GD38).
En un tercer momento, se pasa a la propuesta de nuevas
actitudes hacia los minusválidos, hacia los diferentes,
insistiendo en que hay que "mentalizarse" y aceptar a los demás,
desde el principio de la igualdad de derechos de todos los seres
humanos.
Volviendo a la experiencia de los propios minusválidos, no
es de extrañar que se sientan "etiquetados" por los demás o que
encuentren todo tipo de barreras exteriores (arquitectónicas,
pero también psicológicas y económicas) para integrarse
normalmente con los válidos. De ahí que esperen poco de los demás
40
y hagan depender la solución de sus problemas de sus propias
fuezas (sólos ante el toro). Estando así las cosas, esperan de
los otros tolerancia, ya que pedirles aceptación sería demasiado:
"Aceptar al otro es demostrar un determinadogrado de cariño, de relación humana con esapersona, aceptar la persona del otro quetiene una limitación. Pero esto es telamarinera en el espacio productivo, y mebasta con la tolerancia, o sea, que a mí seme tolere pegarme contra una columna o hacerlas cosas cinco minutos más tarde que losdemás, que se tolere mi presencia y mi formade trabajar" (1GD,42).
- - - - - - - -
41
11) IDES-INSERSO, Las personas con minusvalía en España.Necesidades y demandas, Ministerio de Asuntos Sociales,Madrid, 1988, pág. 35.
2.2. Cambios de mentalidad en la familia y la escuela: mayor
tolerancia y reconocimiento de las diferencias.
En contraste con la experiencia descrita en el apartado
anterior, tanto los minusválidos ocupados como los desempleados
reconocen que ha habido un cambio significativo en la opinión
pública durante las últimas generaciones, hacia una mayor
aceptación social del minusválido. Se le ve más en televisión,
se les encierra menos en casa, tienen más medios técnicos en que
apoyarse y, en consecuencia, ya no extrañan tanto, aunque
"todavía las personas mayores y los niños se paran y se vuelven
para verte" (2GD,48).
Este cambio de mentalidad se constata también en estudios
sobre la minusvalía en España. Así, una investigación basada en
grupos de discusión aplicados en 1988 concluye lo siguiente: "El
carácter de la minusvalía como impureza o mácula social, y la
consiguiente prevención y rechazo por parte de la sociedad que
condena al minusválido al ostracismo, parecen estar conociendo
en nuestro pasado inmediato y en nuestro presente un cambio hacia
una mayor aceptación social. Este valor de cambio aparece
reflejado, por una parte, en una mayor, y creciente, habituación
de la sociedad ante la visión de la minusvalía"(11).
El cambio de mentalidad ha repercutido sobre todo en dos
instituciones: la familia y la escuela. Antes, según los
minusválidos consultados, las familias sentían vergüenza y
sobreprotegían al minusválido encerrándole dentro de casa (a los
minusválidos psíquicos se les "empocilgaba" en casa o en un
psiquiátrico)(1GD,37). Ahora es diferente, aunque todavía queda
camino por recorrer:
"Cada vez existe menos sobreprotecciónfamiliar, aunque todavía existe, pero ya haymás conocimiento, no hay mucho pero hay más
42
12) IDES-INSERSO, o.c., pag. 222-4.
que antes. Antes era una vergüenza tener undisminuído en la familia, había queocultarlo y ahora, bueno, se sale a lacalle, la gente lo va viendo y algunos puesse van habituando" (2GD,47).
La mayoría de los minusválidos antes no estabaa
escolarizada, en unos casos porque las barreras arquitectónicas
lo hacían imposible y en otros porque la escuela no les aceptaba.
Actualmente, se reconoce que el acceso a la escuela está más
generalizado, aunque se mantienen obstáculos importantes, como
no disponer de transporte o mobiliario adaptados. Estas
apreciaciones de los grupos estudiados coinciden con los
resultados de una encuesta nacional a minusválidos encargada por
el Inserso en 1988: el 41% de los minusválidos con más de 65 años
nunca había ido a la escuela, proporción que bajaba al 21% entre
los menores de esa edad; de los minusválidos en edad escolar (6-
14 años), el 10% no estaba escolarizado(12).
La integración en la escuela normal se considera un paso
fundamental para el desarrollo de los minusválidos en la vida
adulta, por lo que supone de cualificación profesional y
posterior acceso al mercado de trabajo:
"Si quieres acceder a un puesto de trabajo,hay que tener una buena formación. Pero nopuedes formarte si no te ponen los mediosadecuados, como es la integración desde laescuela infantil. Es que se tiene que iratajando de raiz el problema" (2GD,24).
Tanto los propios minusválidos como los empleados
sindicalistas insisten en la importancia de superar los
obstáculos que todavía impiden o hacen poco accesible la
integración escolar de los minusválidos, sobre todo en el medio
rural.
43
Por otra parte, los minusválidos consideran que el cambio
de mentalidad experimentado en la familia y en la escuela todavía
no ha tenido lugar en las empresas, donde siguen siendo
rechazados y discriminados. Como veremos en el siguiente
apartado, la mayoría de los empresarios, muchos empleados válidos
y también bastantes clientes siguen planteando diversas
reticencias y reparos a la presencia de los minusválidos en los
centros de trabajo, según la opinión de los diversos sectores
consultados por nosotros.
- - - - - - - - -
44
2.3. La entrada de minusválidos en el mercado de trabajo: "te
siguen mirando de arriba abajo".
Al ser éste un tema central del presente estudio, vamos a
detenernos en varios aspectos. En primer lugar, recogeremos las
experiencias y opiniones que tienen los sectores estudiados sobre
el acceso de los minusválidos al mercado de trabajo, en general,
y en el sector financiero en particular; en segundo lugar,
repasaremos las diversas estrategias que se apuntan para lograr
la integración laboral de los minusválidos.
Experiencia de los minusválidos con empleo
En opinión del sector de minusválidos empleados en el sector
financiero, el mercado de trabajo está "mucho más duro que
antes", lo que se acentúa "en proporción geométrica" para los
minusválidos. Si bien en la opinión pública se ha producido a
nivel ideológico un cambio positivo respecto de las minusvalías,
ello no se ha traducido en una más fácil integración en el
mercado de trabajo: "Se sigue mirando igual que antes; te miran
de arriba abajo" (1GD,4).
Ante la dureza del mercado, muchos minusválidos buscan la
clásica recomendación, el enchufe o los amigos ("si no entras a
dedo, te excluyen"). En efecto, en los exámenes normales del
sector privado las pruebas médicas suelen ser contundentes y, si
se logran pasar, las empresas buscan cualquier subterfugio para
echar atrás al candidato minusválido (la experiencia de un
participante en una discusión de grupo es que tuvo que recurrir
a un sindicato y plantear una demanda para que le adjudicaran el
puesto que había obtenido en concurso). En el sector público, se
introducen a veces cupos para minusválidos y la selección es
menos rígida.
Si no cuentan con recomendación, los minusválidos han de ser
"fenómenos", personas excepcionales, para acceder a un puesto de
45
trabajo: "y, aún siendo un fenómeno, tienes que demostrar que
eres 'el' fenómeno" (1GD,5).
Se valora positivamente el papel jugado por las ayudas
públicas a la contratación de minusválidos, así como por la
creación de centros especiales de empleo para ellos, si bien
tales medidas son insuficientes y han tenido muchos problemas en
su aplicación.
Experiencia de los minusválidos en paro
La experiencia de este sector es particularmente ilustrativa
del difícil acceso de los minusválidos al mercado de trabajo, aún
cuando cuentan con cualidades y son insistentes en la búsqueda.
Recogemos algunos casos:
- Una mujer con problemas de columna, después de muchos
rechazos y desengaños en empresas normales ("una peluquera
me dijo en mi propia cara que no me podía dar el trabajo
porque no resultaba estética" 2GD,3) encontró trabajo en
una empresa constituída sólo por minusválidos. Cuando la
empresa se puso en pié, después de varios años, fue
expulsada lo mismo que los restantes minusválidos que
habían sido contratados inicialmente.
- Un minusválido físico obtenía de un almacén subcontratas
esporádicas para elaborar determinadas mercancias, hasta
que el vigilante del almacén dejó de proporcionarle el
trabajo para pasárselo a sus familiares: "ellos tienen el
pastel, ellos se lo cortan y ellos se lo comen, los demás
estamos para eso... ¡para vivir de limosna!, simplemente
para esto. Y nada más tengo que decir" (2GD,2).
- Una persona con problemas notables de visión no es
contratada en empresas privadas porque "ve poco" pero la
ONCE no la contrata porque "ve mucho".
46
- Otro acude al alcalde de su pueblo a pedir ayuda para
encontrar trabajo y, al levantar la voz, el alcalde le
amenaza con denunciar a una hermana del minusválido que
cose en su casa sin licencia. En otra ocasión no le
proporcionan el trabajo aduciendo que ya tiene como
minusválido una pensión muy alta ("que venga Dios y lo
vea").
Con frecuencia se aduce como motivo de rechazo la imagen
antiestética que el minusválido puede dar en la empresa; también
se aduce que son menos eficientes en el trabajo: "Te preguntan:
¿para trabajar o para figurar?" (2GD,3). En definitiva, "un
empresario en su trabajo quiere a la gente más guapa, la más
eficaz y la que más le produzca" (2GD,32). Todas estas razones
no son aceptadas por los minusválidos, que consideran que son
víctimas de prejucios y de discriminación social.
En cuanto a la posibilidad de encontrar trabajo en el sector
financiero, dos de los reunidos se presentaron a oposiciones de
banca: uno no fue aceptado y a otro lo aprobaron pero fue
rechazado al comprobar que iba en silla de ruedas.
Opinión de los empleados válidos
Todos los sectores de empleados de quienes hemos recogido
información (antiguos y nuevos, de bancos y de cajas de ahorro,
del sector público o del privado, sindicados o no) reconocen que
su sector laboral es muy apropiado para proporcionar trabajo a
personas con minusvalía, aunque en la práctica la mayoría de las
entidades estén muy lejos de cumplir la cuota del 2% que marca
la ley.
Al considerar qué puestos de trabajo serían aptos para
minusválidos se limitan las posibilidades en casi todos los
terrenos: algunos no serían apropiados para el trato directo con
el público por cuestión de imagen; otros por incapacidad física
47
13) "Los gastos para adaptar las condiciones de trabajo alas características especiales de los minusválidos difieren deun grupo al otro; para una buena parte de los minusválidosfísicos es suficiente tener en cuenta los aspectos ergonómicosusuales; en cambio los minusválidos sensoriales necesitansobre todo aparatos especiales bastante caros. Losminusválidos mentales y síquicos padecen la situación máscrítica, ya que frecuentemente necesitan una amplia divisiónde las operaciones laborales para reducir la complejidad delas tareas", SEYFRIED, E., Condiciones para el éxito de laintegración de los minusválidos en la vida profesional,CEDEFOP/C.E., Berlín, 1992, pág-38.
para desplazarse o realizar esfuerzos físicos; tampoco valdrían
en general para "comerciales", función para la que se requiere
movilidad y buena presencia. Como tareas apropiadas, se señala
la de cajero y aquellas que sean metódicas y a espaldas del
público (como hacer el correo o poner sellos, para los
psíquicos). Los minusválidos físicos de cintura para abajo
podrían desarrollar bastantes tareas, ya que gran parte del
trabajo se realiza sobre una silla de ruedas (en las que tales
minusválidos se desplazan con gran agilidad); pero también en
estos casos existe un grave impedimento: la mayoría de las
oficinas presentan todo tipo de barreras arquitectónicas y
mobiliario inadecuado que habría que reformar, lo que resulta
demasiado caro para las empresas(13). En definitiva, son muy
escasas las tareas que los empleados válidos consideran
apropiadas y en buenas condiciones para que las puedan realizar
personas con minusvalía. Se produce, así, una contradicción entre
su afirmación genérica de que el sector financiero es muy
apropiado para proporcionar trabajo a minusválidos y la
aceptación, en un segundo momento, de la lógica productivista y
de imagen de la banca según la cual casi todas las ocupaciones
son inapropiadas.
Ante la no contratación de minusválidos, los empleados
subalternos se lavan las manos e insisten en que los responsables
son la empresa y el departamento de personal.
El sector de empleados que son responsables sindicales se
muestra particularmente sensible a la escasa contratación de
48
minusválidos en el sector. Aunque las nuevas generaciones son más
tolerantes, creo que se sigue rechazando a los minusválidos por
su imagen externa, lo que supone una discriminación que no sólo
cuestiona a los empresarios sino a toda la sociedad. En opinión
de los sindicalistas, los responsables de la contratación juegan
con el supuesto, quizás cierto, de que muchos clientes pueden
sentir miedo o prevención ante un empleado con minusvalía.
Estrategias para conseguir trabajo
Todos los minusválidos consultados están de acuerdo en la
dificultad que han tenido o tienen para acceder a un puesto de
trabajo digno. En lo que no están de acuerdo es en la estrategia
a adoptar para abordar eficazmente el problema. Las diversas
posturas se enfrentan entre sí, en clara correspondencia con la
adscripción ideológica de sus portavoces:
- Una primera postura es conservadora y fatalista, (la menos
presente en los sectores analizados). Insiste en la
importancia de reconocer las propias limitaciones y
contentarse con la propia suerte, aceptando con realismo la
situación en que se encuentran: "tú eres así y no puedes
cambiar" (1GD,44).
- Una segunda postura, defendida firmemente por un amplio
sector de los grupos analizados, exige a la sociedad que,
ante las limitaciones objetivas del minusválido para
acceder con igualdad al mercado de trabajo, establezca las
medidas necesarias para una discriminación positiva hacia
ellos; La Ley de Integración Social de los Minusválidos
(LISMI) y otras medidas legales irían en esa dirección,
pero son insuficientes y, además, apenas se han cumplido.
- Una tercera postura se vincula a la ideología liberal y
plantea que los propios minusválidos tienen que lanzarse a
49
competir, hacerse valer, sin aceptar privilegios ni
recomendaciones de ningún tipo.
La tercera postura polemiza fuertemente contra la segunda
a la que acusa precisamente de alimentar la discriminación cuando
defiende formas de proteccionismo:
"Tienes que sentar la base de que eres unomás, aunque vayas en silla de ruedas. Sipuedes realizar un trabajo, no tienes porqué ser menos o estar protegido por una ley.Y eso nos ocurre muchas veces, ¿eh?, quenosotros mismos nos excluímos" (1GD,13).
En esta misma línea se plantea que el principal obstáculo
para la integración laboral del minusválido es él mismo, que ha
perdido la autoestima y el afán de superación:
"Yo siempre lo he dicho: depende de cómo nosconsideremos nosotros. Tengamos unaminusvalía o no la tengamos, seamospresidente de gobierno o un pocero, lo quetienes que hacer es tu trabajo con la cabezabien alta y bien hecho, con dignidad, seaslo que seas. (...) Somos nosotros los quenos tenemos que incorporar en la sociedad,con todas las trabas que nos pongan"(1GD,36).
Desde la segunda postura, próxima a la ideología del "Estado
del bienestar", se plantea que, aunque los minusválidos se
esfuercen al máximo, en la mayoría de los casos no pueden
competir en pie de igualdad con los válidos, y, si el derecho al
trabajo es igual para todos, la sociedad debe adoptar las medidas
oportunas, vía gobierno, para asegurar esa igualdad:
"Mi meta es que tengo que superarme y tengoque demostrar a la sociedad que, aunque soyminusválido, soy tan buena persona paratrabajar como otro cualquiera. (...) Peropienso que la administración es la primeraque tiene que empezar por... por dar eseacceso. Si a la hora de pagar los impuestos,los pagamos igual todos, eso está claro, quea mí me den las mismas condiciones de
50
trabajo, vivienda, transporte, etc. que alos demás" (1GD,47).
Los neoliberales replican que "no hay que cargar muertos a
la administración", a lo que responden los segundos que no se
trata de ningún "muerto", sino de derechos constitucionales que
se deben exigir. Aquellos responden que ese planteamiento no es
realista ni fomenta la integración (los minusválidos buscarán ser
reconocidos como tales para asegurarse beneficios y prestaciones,
lo que reforzará su estigma), a lo que se replica que el derecho
a la igualdad es una cuestión de principio que el Estado debe
fomentar, etc. Las dos posiciones reconocen mútuamente con parte
de razón y en ningún caso cuestionan las bases del sistema social
existente. La diferencia está en que unos enfatizan más el papel
de los individuos que el papel del Estado como motor de
transformación social, y los otros a la inversa.
En cuanto a los sectores de trabajadores válidos que hemos
investigado, se inclinan generalmente por la posición del "Estado
del bienestar", si bien constatan que la postura que prevalece
en las empresas es la neoliberal. O se trata de un minusválido
"recomendado" o la empresa da primacía al criterio de
rentabilidad. Sin embargo, como insisten los minusválidos desde
su propia experiencia, los prejuicios de muchos empresarios en
torno a la laboriosidad y eficiencia de los minusválidos limitan
mucho su acceso al trabajo y tienen que ser "lumbreras" para
conseguir un trabajo digno en un concurso ordinario.
- - - - - - - - -
51
14) Según la Encuesta sobre Discapacidades, Deficiencias yMinusvalías, aplicada por el Instituto Nacional de Estadísticaen 1987, 296.401 personas con menos de 65 años padecían algunaminusvalía psíquica, lo que supone el 24% del conjunto deminusválidos en ese tramo de edad. INSERSO, Las personas conminusvalía en España. Aspectos cuantitativos, Ministerio deAsuntos Sociales, Madrid, 1989, pág. XVI.
2.4. Competencia y rentabilidad según tipos de minusvalía.
Aunque generalmente se afronta el tema de los minusválidos
en forma genérica, las situaciones varían mucho según el tipo y
grado de minusvalía. Así, todos coinciden en que el mayor
problema lo tienen los minusválidos psíquicos(14).
Comparativamente con otros tipos de minusvalía, las diferencias
se consideran enormes:
"Tengo dos hermanos deficientes mentales y,bueno, ese es un submundo que me río yo delos minusválidos físicos, vamos, me puedocarcajear. Y lo digo yo que soy minusválidafísica de poliomelitis de cintura paraabajo" (1GD,8).
En opinión de los sectores estudiados, los minusválidos
psíquicos sólo podrían hacer algunos trabajos simples y
rutinarios que no exijan relación directa con el público. Se ve
positivamente que para este tipo de minusvalía se creen "centros
especiales de empleo", con financiación pública, que se adapten
a su nivel de realización laboral y les permitan salir del
enclaustramiento familiar:
"Los tienen haciendo bolígrafos, haciendomanipulados y cosas así. La mayoría sonpsíquicos, que sus padres los llevan a estoscentros especiales, se los quitan de casa,descansan y es como una guardería paraellos, ¿no?, con lo cual están haciendo unafaena que puede ser integradora para esagente, porque sienten que por lo menos hacenalgo, están con gente de su misma minusvalíay pueden sentirse incluso bien" (2GD,12).
52
15) "Las deficiencias físicas más frecuentes son las queafectan al aparato locomotor, padecidas por 481.314 personasminusválidas menores de 65 años, de las que 383.319 tieneentre 45 y 64 años. Otros grupos con importantes niveles deincidencia son las deficiencias del aparato circulatorio, queafectan a 189.647 personas; las del aparato respiratorio(96.557 personas); y las endocrino-metabólicas (65.349personas)". INSERSO, o.c., pág. XVII.
16) "Los problemas de audición afectan a 105.832 personas,de las que 28.412 padecen sordera total. Los problemas devisión, por su parte, afectan a 128.707 personas, de las que15.142 son ciegas totales; 34.997 personas presentandeficiencias del lenguaje, y 51.515 otras deficienciassensoriales que dan lugar a vértigos o pérdidas frecuentes de
Los minusválidos físicos, estimados en el 67,2% del total
de minusválidos según el estudio citado(15), tienen más
posibilidades de encontrar trabajo dependiendo principalmente de
su grado de invalidez. Los cojos y mancos tienen más
posibilidades que los paralíticos de cintura para abajo, si bien
se señala que la banca es muy selectiva en contratarles
inicialmente por problemas de imagen ("pagarte con un brazo...").
En cuanto a los minusválidos con silla de ruedas, ya hemos
señalado que su posición es la más habitual para los válidos en
bancos y cajas de ahorro (trabajan y se desplazan sobre sillas
de ruedas) por lo que en la práctica no se distinguirían entre
sí:
"Paso todo el tiempo sentada en una silla yno levanto el culete para nada, se me pillanhasta las faldas con las ruedas. Porsupuesto que los minusválidos en silla deruedas pueden estar en una caja sacandodinero o haciendo préstamos en una terminal"(5GD,31).
El principal problema que se presenta a los minusválidos
físicos son las barreras arquitectónicas y la inadaptación del
mobiliario en la mayor parte de las oficinas.
De los minusválidos sensoriales, estimados en el 23,3% del
total de minusválidos de España (16), se alude a los ciegos y a
53
equilibrio y/o a discapacidades ambientales". INSERSO, o.c.,pág. XVI.
los sordos. A partir de experiencias conocidas se valora mucho
a las telefonistas ciegas ("son como computadoras"); en cuanto
a los sordos y sordomudos, se aprecia su capacidad de
concentración y su productividad para trabajos mecánicos.
Otra distinción destacable es la que existe entre los
minusválidos de origen (que entraron a trabajar teniendo la
minusvalía) y los sobrevenidos, que adquirieron la minusvalía una
vez empleados (por una accidente, enfermedad, etc.). La mayoría
de los minusválidos presentes en el sector financiero son
sobrevenidos, sobre todo en el sector privado (tanto de bancos
como de cajas de ahorro). En general, la opinión de los
colectivos investigados es que las empresas favorecen poco la
integración laboral de los sobrevenidos, dándoles de baja en
cuanto pueden en lugar de buscar un puesto de trabajo que se
adapte a su minusvalía (se relatan casos de ciegos y sordos
sobrevenidos que fueron "expulsados").
Un reciente estudio internacional promovido por el Centro
Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (C.E.),
después de reconocer que los minusválidos psíquicos son los que
tienen peores perspectivas en el mercado de trabajo, insiste en
que el principal motivo es la ignorancia o falta de conocimiento
sobre las capacidades reales de estas personas, prejuicio que
hace extensible a otros tipos de minusválidos: "Las peores
perspectivas son para las personas con afecciones cerebrales o
epilepsia; sin embargo, Stadler ha podido demostrar con un
estudio de seguimiento de 102 personas afectadas de parálisis
cerebral que las posibilidades de integración profesional de los
mencionados minusválidos no son inferiores a las de otros menos
graves cuando se benefician de una promoción adecuada. Para
conseguir que la integración profesional alcance el éxito
adecuado fueron más decisivas las capacidades intelectuales y la
posibilidad más rápida de traslado de la escuela especial a una
normal. Si las posibilidades de esta categoría son consideradas
54
17) CEDEFOP/C.E., o.c., pág-34.
como malas, se debe sobre todo también a la ignorancia y a la
falta de conocimiento sobre las capacidades reales de estas
personas. Lo mismo sucede con los ciegos o con otro tipo de
minusválidos visuales, así como con los minusválidos físicos y
mentales, cuyas posibilidades de empleo se consideran también
negativas"(17).
- - - - - - - - -
55
2.5. Difícil relación entre empleados válidos y minusválidos.
Cabe distinguir en este punto dos niveles de opinión, tanto
en los sectores de personas válidas como en los minusválidos que
hemos estudiado. En un primer momento, y como opinión más
general, unos y otros aluden a que la relación es normal, una vez
pasado un primer momento de incertidumbre y mutuo conocimiento:
Minusválidos
"En un principio, hasta quete conocen pues hay, no yadesconfianza, sino ese temorde cómo vas a ser tú, de cómovas a reaccionar, ¿no?. Pero,cuando ya te conocen, pues yano miran ni que estés cojo nimanco ni de ninguna manera,te miran como uno más..., larelación es completamentenormal" (2GD31).
Válidos
"Para mí, cuando llega unincapacitado es igual quecuando llega una personanueva, que, bueno, intentasenseñarle, resolverle todaslas dudas que pueda tener,para que luego ya seaautosuficiente y puedarealizar su trabajo. Piensoque al tema del minusválidose le está dando másimportancia de la querealmente tiene" (5GD,46).
En un segundo momento, sin embargo, se aprecian muchas
prevenciones mutuas. Así, desde el punto de vista del
minusválido, los empresarios están inicialmente llenos de
prejuicios y los compañeros se debaten entre la competitividad
y la compasión. Los empresarios serían ignorantes a nivel
manifiesto (desconocen los condicionamientos y las posibilidades
de los diversos tipos de minusvalía) y temorosos a nivel
inconsciente:
"El empresario o la empresaria tienendesconocimiento en el lenguaje manifiesto. Dicen:'pues entra una señora con silla de ruedas,¡joder!', o si entra un ciego: "pues, vamos, hayque llevarle al cuarto de baño, pobrecito...'. Unmontón de cosas, ¿no?. Por otro lado, elempresario realiza una proyección de temorinconsciente frente al hecho de la enfermedad"(1GD,10).
56
Estos prejuicios de los empresarios son un handicap
importante para que los minusválidos puedan encontrar trabajo,
a lo que se une el miedo del empresario a que éstos no sean bien
aceptados por el público.
Una vez establecidos en su puesto de trabajo, la actitud de
los empresarios es desconfiar de la productividad de los
minusválidos y exigirles el máximo rendimiento, incluso por
encima de sus posibilidades o encargándoles tareas que no pueden
cumplir. Su actitud habitual es entre paternalista y autoritaria,
sacando a relucir "el garrote del castigo" cuando hace falta.
En cuanto a los compañeros válidos, lo primero que
encuentran es competidores en la medida que los minusválidos
pretendan ser iguales que ellos: "a la hora de competir, la
solidaridad terminó" (1GD,32). Una vez ubicados en un puesto de
trabajo, la relación con el nuevo oscila entre la ayuda que
normalmente se presta a cualquier novato y la compasión que se
experimenta por tratarse de una persona minusválida:
"Se mueven entre dos puntos: 'vamos a ayudara esta persona, no por el hecho de... sinosimplemente por ayudarle, ¿no?, por dar unpoco de facilidad a esa persona que tienemás dificultad que yo'. Ese sería un punto.Y el otro punto pienso que es lástima, lacuestión de decir: 'pobrecito... vamos aayudarle porque... puede ser inferior a mí'"(1GD,34).
Los minusválidos aluden también a que los compañeros
válidos tienen miedo de que "se peguen" a ellos, por lo que
evitan su amistad ("creen que vas a estar allí superfocalizado").
La literatura especializada reconoce también que la reacción
de los válidos ante los minusválidos en la mayor parte de las
culturas conocidas está dominada por los miedos, lo que conduce
57
18) SEYWALD, A., Köpertiche Behinderung Grunfragen einerSoziologie der Benachtelligten, Frankfurt-New York, Campus,1977; y NEUBERT, D. & CLOERKES, G., Behinderung und Behindertein verschiedenen Kulturen. Eine vergleichende Analyseethnologischer Studien, Heidelberg, HeidelbergerVertagsanstait-Edition Schindele, 1987. Citados en SEYFRIED,E. o.c., pág. 39-40.
a comportamientos que van desde el más abierto rechazo y la total
discriminación hasta la compasión, pasando por la ignorancia(18).
Desde el punto de vista de los válidos, se llega a reconocer
que el móvil más frecuente de prestar ayuda especial a los
minusválidos es que "dan lástima", actitud por la que algunos se
culpabilizan ("somos todos así"). Pero hay otros, a los que se
alude en tercera persona, que no sólo no ayudan a los
minusválidos sino que se ríen de ellos (les gritan cuando saben
que les oyen de sobra, se "cachondean", etc.) y, en la medida que
suponen el menor problema, tratan de desembarazarse de ellos
solicitando su traslado:
"Habrá casos que sí y habrá casos que no.Que hay gente que valora el problema y dice:'pobre persona', o sea, será consciente delproblema. Y otro que estará deseandotrasladarlo. Cuando le digan: 'pues de aquíva a salir... tiene que salir una persona'.¿Quién saldrá?: el minusválido. Eso estápasando" (3GD,44-45).
Se alude también a los empleados minusválidos como una
"carga" de trabajo extra para los válidos, sobre todo por su
mayor absentismo (períodos de "baja laboral"), ya que entonces
los compañeros tienen que sacar el trabajo.
En dos de los grupos realizados con empleados válidos
ocurrió una circunstancia que merece ser reseñada. Cuando ya
había terminado la reunión, y por tanto no se grababa la
conversación, se explayaron con más libertad ante el moderador
sobre el tipo de personalidad de los minusválidos que conocían,
resaltanto que una parte importante del problema se debía a que
58
19) GOFFMAN, E., o.c., pág. 131.
habitualmente eran personas resentidas, desconfiadas y
susceptibles, probablemente por su complejo de inferioridad, lo
que dificultaba una relación igualitaria y satisfactoria con los
compañeros válidos.
Este último punto de vista parece aludir a un sistema de
relación básicamente viciado entre válidos e inválidos: porque
aquéllos etiquetan a éstos, los consideran inferiores; y éstos
porque desconfían de aquéllos y creen que no les aceptan como
personas iguales. Siguiendo a Goffman, es como si para ser
aceptado y no suscitar problemas, el minusválido debiera ponerse
"en su sitio" y no pretender ser un igual: "el inválido debe ser
cauteloso y no actuar de un modo diferente del que la gente
espera de él. Ellos cuentan, sobre todo, con que el inválido sea
un inválido -un ser incapacitado, indefenso e inferior a ellos-,
y si no satisface estas expectativas se volverán inseguros y
suspicaces. Es bastante extraño, pero el inválido tiene que
cumplir el papel de inválido, así como muchas mujeres deben ser
lo que los hombres esperan que sean: tan sólo mujeres; y los
negros tienen que actuar con frecuencia como payasos frente a la
raza blanca 'superior', para que el hombre blanco no se sienta
atemorizado por su hermano negro"(19).
Ante las situaciones descritas, las reacciones que adoptan
los minusválidos consultados varían en función de la mentalidad.
Unos, los menos, aceptan la compasión y las actitudes
paternalistas de los demás como medio oportuno para conseguir
ventajas; se puede decir que se agarran al gancho de su handicap
para, desde él, obtener algunos beneficios secundarios.
En total oposición a la postura anterior, están los
partidarios de exigir un trato igual que los demás, cueste lo que
cueste a los minusválidos. Hay que hacerse valer y rechazar el
proteccionismo, que discrimina al que se ampara en él. Esto
implica, en primer lugar, elevar el grado de autoestima, no
59
cohibirse ante las dificultades sino agrandarse ante ellas. "Hay
que demostrar que se es eficaz porque el mercado es y será
competitivo" (1GD15). En segundo lugar, hay que aprender a "no
ser castaña", "ser gracioso" y adquirir destrezas para mejorar
la relación personal. No sólos ser listos sino parecerlo, entrar
en la lógica de la imagen y la competitividad, que es la vía
ordinaria de ascenso profesional:
"Hay que perder un poco la timidez, nolimitarte a hacer tu trabajo y demostrar queeres muy bueno, sino hacerlo notar. (...)Pues nosotros conscientemente tenemos queforzarnos un poco en eso, con actitudes deese tipo, si queremos entrar en esacompetitividad de... para ascender"(1GD,38).
En una posición intermedia entre las dos anteriores se
sitúan aquellos minusválidos que, por un lado, insisten en la
importancia de esforzarse y aumentar la confianza en sí mismos,
pero reconociendo las limitaciones objetivas que tienen, unos más
que otros, para competir en pié de igualdad con los trabajadores
válidos. En consecuencia, plantean la necesidad de que se
articulen medidas políticas que faciliten la integración laboral
de los minusválidos, aunque ello implique un reconocimiento
público de la minusvalía. Esta postura es la dominante en los
grupos estudiados y se corresponde con los planteamientos del
"Estado del bienestar": aceptar la competividad social pero
paliándola o suavizándola mediante medidas protectoras en el caso
de aquellos colectivos, como los minusválidos, que experimentan
mayores dificultades.
- - - - - - - -
60
20) Según la encuesta encargada por el Inserso en 1988,una quinta parte de los minusválidos ocupados estaba encentros especiales de empleo. Esta proporción varía muchosegún tipos de minusvalía; 52,6% en el caso de los psíquicos,28,6% los sensoriales y 16,3% los físicos. IDES-INSERSO, o.c.,pág. 210.
21) Los grandes bancos y cajas de ahorro subcontratandeterminadas tareas en la medida que su coste sea menor que elde abordarlas en el interior. El abaratamiento se produce enla empresa subcontratada a base de reducir los costes(salarios inferiores, subvenciones públicas, etc.).
2.6. Polémica sobre los centros especiales de empleo para
minusválidos(20).
Entre los empleados válidos, el tema de los centros
especiales de empleo para minusválidos pasa desapercibido; en
todo tienen generalmente una imagen positiva de su función
social. La Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE) es
el referente principal y se conocen sólo de oídas empresas
particulares de ese tipo.
Por el contrario los diversos sectores de minusválidos
consultados conocen de cerca, por propia experiencia, los centros
especiales de empleo y tienen una imagen generalmente negativa
de ellos. Salvo casos excepcionales, se considera que son centros
donde prima la explotación laboral de los trabajadores por encima
de cualquier otra consideración.
En el grupo de empleados minusválidos, varios están
contratados en un centro de grabación de datos que trabaja
normalmente para grandes bancos(21). Los jefes, también
minusválidos, actúan de forma autoritaria y discriminatoria,
decidiendo lo que les parece sin contar con los trabajadores y,
en particular, manteniendo o echando de su puesto de trabajo a
quien ellos quieren ("los hay intocables porque son hijos de
personas importantes"). Cuando los trabajadores se rebelan, se
amenaza sistemáticamente con el despido individual o el cierre
de la empresa, aduciendo problemas de rentabilidad y eficiencia.
Los abusos en el horario y en las pagas hay que aceptarlos para
61
no perder el puesto de trabajo. En estas condiciones hay una gran
desconfianza de los empleados con respecto a los jefes:
"El problema que generalmente veo entre miscompañeros, al ser la mayoría sordos, apartede la desconfianza total, es que la empresanos ofrece una cosa y a los dos días nosdice otra cosa. (...) Nos hacen unos cambiosde horario, si los queremos bien, y si nonos amenazan a todos con el despido. A míeso no me parece justo" (1GD,16).
La experiencia del sector de minusválidos en paro es también
negativa: las subvenciones públicas llegan tarde o no llegan a
tales centros, la gestión es mala y las condiciones de trabajo
y de salario precarias. Sin embargo, se trata de centros que
frecuentemente son "un chollo para el empresario..., chiringuitos
para que unos pocos vivan bien a costa de los minusválidos"
(2GD,9-10).
Algunos cuestionan incluso la filosofía de crear centros
especiales para minusválidos porque, en lugar de favorecer su
integración social, les recluyen en ghettos (sólo servirían como
mal menor provisional). En este punto la LISMI estaría amparando
la discriminación del colectivo, en lugar de su inserción en la
sociedad:
"La LISMI ampara la discriminación y luegote está cerrando muchas puertas, o te estámetiendo en ghettos, como pueden ser loscentros especiales de empleo que no tienenpor qué existir, que para mí eso es unghetto, no es un integrarte en la sociedadnormal y corriente" (2GD,12).
Pero el análisis más pormenorizado de los centros especiales
de empleo lo proporcionan algunos minusválidos, afiliados
sindicalmente, y que trabajan en un centro de esas
características, donde una minoría de jefes "válidos" dirigen el
trabajo de más de 200 minusválidos. A todas las críticas
planteadas por los anteriores sectores, añaden las siguientes:
62
- Control agobiante de la producción (por ejemplo, introducir
en el ordenador 7.000 documentos entre 12 grabadores en una
tarde), exigiendo que no se muevan de delante de la
pantalla.
- Horarios forzosos, "pues como el trabajo tiene que
entregarse diariamente, pase lo que pase hay que
terminarlo, las horas que sean da lo mismo" (6GD,3).
- Baja remuneración (2.500 pts./8 horas), realizando
"cambalaches" en cuanto a baremos y categorías: "si no
llega, bájeles la categoría" (6GD,16). Para pagar menos, se
inscibe la empresa en "oficinas y despachos" en lugar de en
"servicios", etc.
- Ante las reclamaciones de los empleados, se amenaza con el
despido individual o con el cierre colectivo: "se chotean
de los empleados minusválidos, (...) como si se tratase de
minusválidos psíquicos que tragan con todo" (6GD,1-3).
La conclusión es que se produce un agravio comparativo grave
con trabajadores equivalentes de los bancos y cajas de ahorro
para los que ellos también trabajan (BBV, Popular, Caja de
Madrid, etc.), lo que va contra la constitución y hace a las
grandes entidades financieras cómplices de la explotación laboral
que padecen.
- - - - - - - -
63
2.7. Entre la igualdad formal como ciudadanos y la lógica
discriminante del mercado. Límites de la ideología de la
modernización.
Todos los sectores analizados están de acuerdo en que la
inserción laboral de los minusválidos encierra una problemática
específica que no ha encontrado vías de solución en la actual
situación española. A pesar de haberse operado una evolución
positiva en la opinión pública, que ahora acepta de mejor grado
a los minusválidos, éstos siguen teniendo difícil acceso al
mercado de trabajo, están más discriminados dentro de las
empresas y las medidas aplicadas por el gobierno (LISMI, centros
protegidos, etc.) no tienen los efectos integradores esperados.
Las diferencias de opinión surgen al intentar explicar la
etiología o las causas de la exclusión que padecen los
minusválidos. Los problemas aludidos no son hechos objetivos que
todos perciben de la misma manera sino que, más bien, se
reinterpretan y reconstruyen por los colectivos sociales a través
del filtro de sus valores y concepciones del mundo. A su vez,
estas ideologías no son algo externo o secundario a los problemas
que se plantean sino que constituyen un aspecto fundamental de
los mismos, ya que condicionan la forma en que deben ser
abordados.
Ya hemos recogido en apartados anteriores las diversas
interpretaciones que hacen los sectores analizados en la presente
investigación. Aparecen dos posiciones claramente definidas, que
hemos calificado como socialdemócrata y neoliberal; se pone el
acento en el déficit de política social por parte del gobierno
o en la falta de voluntad de superación por parte de los
individuos, en este caso los propios minusválidos. Como
contrapunto apenas esbozado en los sectores analizados, aparecen
elementos de una mentalidad conservadora que pondría en cuestión
tanto la economía de libre mercado como un modelo de sociedad
que, en su opinión, no respeta los valores e instituciones
64
tradicionales o bien una fuga radical que cuestiona las bases del
sistema social (ver esquema).
65
60
22) Partimos en este punto de los análisis desarrolladospor Alfonso ORTI en varios de sus trabajos. Ver especialmenteORTI, A., "Génesis de las drogodependencias y discursossociales" , en RODRIGUEZ CABRERO, G., La integración social dedrogodependientes, Ministerio de Sanidad y Consumo, Madrid,1988, pág. 213-46. Nosotros hemos expuesto este tema en variasinvestigaciones desarrolladas con enfoque cualitativo, verespecialmente COLECTIVO IOE, La pobreza en Castilla y León,Cáritas Regional de Castilla y León, Salamanca, 1991, pág. 81-99 y 225-301.
Las posiciones ideológicas captadas en los sectores
analizados no se agotan en sí mismas, como si fueran resultado
o suma de actitudes y opiniones individuales. Más bien, forman
parte de unas coordenadas políticas e ideológicas mucho más
amplias que afectan al conjunto de la sociedad. Por eso, puede
ser oportuno ofrecer un breve encuadre histórico de las
principales transformaciones en el campo ideológico
experimentadas por la sociedad española durante las últimas
décadas(22). Un acontecimiento, la transición del franquismo a la
democracia, marcaría un momento clave de transición ideológica,
y no sólo política, que podría describirse así:
- En las últimas etapas del franquismo se enfrentaron la
mentalidad conservadora del régimen y un conjunto de
valores "progresistas" que planteaba un cambio del modelo
social (democracia, libertades, justicia social, etc.).
Para el pensamiento conservador, dominante hasta los años
60, las diferencias y desigualdades sociales pertenecían a
la naturaleza de las cosas y la atención de los
desprotegidos o incapacitados se ponía en manos de
instituciones especializadas, entre ellas la Iglesia
católica. Para los sujetos con mayores problemas se
disponía de espacios restringidos y bien delimitados en los
que se garantizaban unos mínimos materiales, siempre que el
individuo permaneciera vinculado a la institución y a sus
reglamentos, es decir, se procedía a una segregación
sistemática y ordenada.
61
- Frente a este planteamiento conservador, la mentalidad
progresista, dominante al iniciarse la década de los
setenta, surgió y se articuló en torno a la "conciencia de
clase" del movimiento obrero y a sus organizaciones
político-sindicales, propugnando inicialmente que el cambio
social haría desaparecer las desigualdades y la segregación
social existente.
- Ambas posiciones ideológicas limaron sus aristas en el
momento de la apertura política de la transición. Los
conservadores, reducidos al final al círculo más
reaccionario del régimen ("el búnker"), sufrieron una
profunda quiebra, deslizándose muchos de ellos a posiciones
políticas más liberales (los "conversos" a la democracia);
por su parte, los progresistas recortaron sus aspiraciones
más radicales (como cambiar el modelo económico o reclamar
una democracia directa) en beneficio de la política de
consenso. Se creaba así el espacio ideológico de la
modernización que, si bien terminaba con el tradicional
enfrentamiento de las "dos Españas", no suponía tan sólo el
final del franquismo sino la renuncia a las alternativas de
fondo planteadas tradicionalmente por la izquierda
española. El nuevo marco ideológico no acepta una discusión
abierta sobre otros posibles "modelos de sociedad" y
considera anacrónico, atrasado o peligroso para la
estabilidad social cualquier intento de reabrir la antigua
controntación ideológica.
La nueva mentalidad dominante -modernizadora- considera
válidas e incuestionables las bases del modelo social vigente,
si bien admite una gran pluralidad de opciones y posibilidades
dentro de ese marco general. Aunque se acepta que existen
factores económicos y políticos que favorecen la marginación, se
confía en la racionalidad del sistema y en la posibilidad de
proporcionar respuestas y soluciones técnicas para los problemas
que se presentan. Por ello da mucha importancia tanto al papel
del Estado, de los interlocutores sociales (entre ellos los
62
sindicatos) y de los expertos en general, en cuanto agentes
autorizados para administrar la racionalidad o normalidad social.
A fin de paliar la desigualdad y la segregación social, en
nuestro caso de los minusválidos, la ideología de la
modernización apela a la igualdad de oportunidades que
proporciona el sistema. Se parte del supuesto de que todo
individuo tiene un mayor o menor margen de maniobra y que, en esa
medida, está exento de coacciones externas y es responsable de
sus actos. La libertad de los individuos, solos u organizados,
es el motor del cambio social, pero también el origen o raiz
última de los problemas que se padecen. En consecuencia, el
origen de la marginación se sitúa básicamente en el individuo,
en los desajustes que se producen entre él y su medio de vida;
hay que ayudar a tales personas mediante las diversas fórmulas
de política social, pero esa ayuda tiene un límite cuando el
sujeto afectado no acepta las ofertas que se le ofrecen o no se
esfuerza por integrarse. En este caso, la mentalidad
modernizadora afirma que cada cual es dueño de vivir como quiera,
incluso como "marginado", pero entonces debe cargar con las
consecuencias (exclusión o rechazo social, pobreza, etc.).
Dentro de la mentalidad modernizadora caben varias
corrientes. Las dos más destacadas hoy día son la del "Estado del
bienestar" y la "neoliberal" (coincidentes con las dos posiciones
más destacadas en los sectores analizados por nosotros en la
presente investigación). La primera, surgida en los países
industrializados después de la segunda guerra mundial, insiste
en los conceptos de prevención y reinserción, así como en la
importancia de ofrecer ayudas y prestaciones a los marginados;
la segunda, más en boga a partir de la crisis económica de los
años 70, pone el acento en la capacidad de los individuos para
salir al paso de sus problemas (capacidad que se vería frenada
por las ayudas estatales que reforzarían las situaciones de
marginación). Conviene destacar que estas dos corrientes,
enfrentadas en muchos aspectos, asumen la misma base: los
conflictos sociales han de resolverse en los márgenes
63
establecidos por el sistema social vigente. Dentro de este
terreno común varían por su mayor o menor insistencia en la
intervención estatal o en la responsabilidad de los individuos.
Las dos corrientes afirman ambos aspectos, diferenciándose sólo
al acentuar uno u otro. De hecho, aunque a nivel de las
declaraciones tanto los políticos como los expertos defienden en
mayor medida el Estado del bienestar, en la práctica se impone
un híbrido de ambas tendencias (incluyendo medidas que responden
a un enfoque neoliberal).
La confrontación entre las dos corrientes (que tiene una
traducción política, al menos como imagen de marketing electoral,
en los dos principales partidos parlamentarios) desplaza a un
segundo plano lo que a partir de la experiencia concreta de los
minusválidos se consideraba como principal agente de exclusión:
la lógica competitiva del mercado que anteponía el objetivo del
beneficio y la rentabilidad a cualquier otro criterio de
regulación laboral, problema que, a su vez, remitía a otro de
mayor calado cual es la organización capitalista de la actividad
económica, aspecto asumido como incuestionable o intocable por
los colectivos analizados.
Se llega de este modo a una situación límite de la ideología
de la modernización, en el sentido de que su principal criterio
de progreso -la eficiencia del libre mercado, con sus secuelas
de desigualdad y explotación- entra en contradicción con su
principal criterio de legitimidad -la igualdad de derechos y
oportunidades de todos los ciudadanos-.
Enfrentada a la mentalidad modernizadora, la ideología de
signo conservador, que aparece todavía con cierta fuerza en
algunos segmentos de la población española (zonas rurales de la
España interior, pequeñas clases medias en recesión económica,
etc), se situa a la defensiva buscando fórmulas políticas
moderadas que salvaguarden al menos parcialmente los valores y
pautas tradicionales.
64
En cuanto a una ideología crítica de signo radical, en el
sentido de cuestionar las bases económicas y políticas del orden
social vigente, apenas tiene audiencia en la sociedad española
actual salvo en pequeños colectivos aislados o como recurso
retórico ante situaciones concretas de explotación (como ocurre
en varios momentos de nuestros grupos de discusión).
- - - - - - - - -
65
Capítulo 3
PAPEL DEL GOBIERNO
Y DE LOS RESTANTES
AGENTES SOCIALES
66
3.1. Incoherencia de la política de la administración en
relación a los minusválidos. Incumplimiento de la LISMI.
La función de la administración pública en relación a los
minusválidos es una cuestión central para la posición defensora
del Estado del Bienestar. Por eso, de los sectores analizados en
el presente estudio, los que desarrollan este tema con más
intensidad son los más próximos a esta corriente ideológica (los
propios minusválidos, sobre todo los desempleados, y los
trabajadores sindicados).
Estos afirman que la administración ha promovido nuevas
políticas y planes de actuación para promover la integración
social de los minusválidos, si bien esas intervenciones, además
de ser insuficientes, sólo se han aplicado parcialmente,
generando a veces efectos contrarios a los pretendidos.
Entre las medidas positivas, hay frecuentes referencias a
la eliminación de barreras arquitectónicas en las ciudades:
"La eliminación de barreras ha supuesto unaporte grande, de miles de millones, y esolo hemos hecho toda la sociedad, con granorgullo y con gran sentimiento" (6GD,43).
La eliminación de barreras facilita la movilidad del sector
de minusválidos estadísticamente más numeroso (gran parte de los
físicos y algunos sensoriales), condición necesaria para su
integración escolar y laboral. Sin embargo, el avance ha sido
sólo parcial, y prácticamente nulo en el interior de los centros
de trabajo.
Un segundo logro ha sido la integración escolar de los
minusválidos y específicamente su acceso a cursos de formación
profesional promovidos desde el sector público. La limitación que
se observa en este punto es que frecuentemente los cursos
impartidos no se adaptan bien a los diversos tipos de minusvalía
ni parten de un análisis realista de las demandas existentes en
67
23) Recientemente se ha suprimido esta subvención.
24) Según la encuesta gubernamental ya citada, el númerototal de personas con discapacidades en España (excepciónhecha de Ceuta y Melilla) sería de 5.740.957 personas, de lascuales más de la mitad tendría 65 o más años. El número depersonas con minusvalía sería bastante inferior (2.312.124personas), de las que casi la mitad tendrían 65 o más años.INSERSO, Las personas con minusvalía en España. Aspectoscuantitativos, o.c., pág. XIII-XIV.
el mercado de trabajo, por lo que a la larga resulta poco
eficaces con vistas a encontrar ocupación. Como ocurre con otros
sectores de población, tales cursos se volvían en ocasiones un
fin en sí mismo, como vía para obtener una remuneración
suplementaria(23).
En tercer lugar, el Estado ha fomentado en sus
declaraciones, y a veces mediante campañas publicitarias, la idea
de que los minusválidos, lo mismo que otros colectivos
marginados, son personas con los mismos derechos que los demás,
que merecen un reconocimiento en pie de igualdad y ayudas
específicas tendentes a promover en la práctica esa igualdad. En
este punto se acusa al gobierno de haber sido oportunista, al
realizar campañas en momentos coyunturales como los períodos
electorales (no en vano los minusválidos suman varios millones
de personas)(24). Como ejemplo de campañas de mentalización
eficaces, se destacan las desarrolladas en torno al tabaco y al
sida, arguyendo que sólo así se podría hacer frente a la
ignorancia y los prejuicios que se ciernen sobre los
minusválidos.
Por último se ha avanzado en el campo legislativo, mediante
disposiciones orientadas a fomentar el disfrute de los derechos
constitucionales por parte de los minusválidos. En lo relativo
a su inserción en el mercado de trabajo, se han adoptado diversas
disposiciones a partir del Estatuto de los Trabajadores (1980),
la Ley Básica de Empleo (1980) y, especialmente la Ley de
Integración Social de Minusválidos (LISMI, 1982). Los sectores
analizados reconocen estos logros legales, si bien creen que
68
25) Esta valoración global coincide con evaluacionestécnicas de la Ley hechas recientemente. Ver COCEMFE, EStudiosobre el grado de cumplimiento de la Ley de Integración Socialde los Minusválidos, Confederación Coordinadora Estatal deMinusválidos Físicos de España, Madrid, 1991.
26) Según la ley sobre infracciones y sanciones de 1988,las faltas graves se sancionarán con un mínimo de 50.000 a100.000 pesetas; en su grado medio, de 100.001 a 250.000pesetas; y en su grado máximo, de 250.001 a 500.000 pesetas(art. 37.3). Las reincidencias podrían ascender hasta el duplodel grado de la sanción correspondiente a la infraccióncometida, sin exceder en ningún caso del tope máximo de 15
tanto la letra como la finalidad de tales medidas se han
cumplido muy parcialmente(25).
El punto más destacado por estos colectivos es la
prescripción contenida en la LISMI de que "las empresas públicas
y privadas que empleen un número de trabajadores fijos que exceda
de 50 vendrán obligados a emplear un número de trabajadores
minusválidos no inferior al 2 por 100 de la plantilla" (art.
38.1). Aunque una parte notable de los empleados "válidos" ni
siquiera conocía esta ley, aquellos que la conocían y los propios
minusválidos están de acuerdo en que la ley no se cumple en el
sector financiero. De ello se responsabiliza en primer lugar al
gobierno, a quien se acusa de incoherente, ya que no cumple lo
que por ley tiene obligación de cumplir (en el sector público)
y hacer cumplir (en el sector privado):
"Si quieren solucionar el problema delminusválido, tienen que hacer cumplir lasleyes. (...) Que el gobierno tome cartas enel asunto y esto se solucionará. Que cambienlas normas y después las cumplan, quementalicen al empresariado, y esto sesolucionará" (2GD,6-7).
El incumplimiento de la LISMI vendría favorecido por
diversas causas: imprecisiones y lagunas legales, que los
empresarios saben aprovechar; inspección laboral insuficiente;
escasa penalización de las infracciones, que desanima de proceder
por la via judicial(26), etc.
69
millones de pesetas (art. 38).
27) Este peligro de que las leyes se convietan en"retórica, sin resultados rácticos en la mayor parte de lasocasiones" es reconocido en la bibliografía especializadasobre el tema. Ver DE LA VILLA, L.E. y SAGARDOY, J.A., Derechoal trabajo de las personas con minusvalía, Ministerio deAsuntos Sociales, Documentos 10/1991, Madrid, pág. 57-58.
En segundo lugar, se critica a los sindicatos, a las
organizaciones de minusválidos y a la sociedad en general de no
presionar lo suficiente y exigir el cumplimiento de la Ley, tal
como veremos más adelante.
Sobre la utilidad de la LISMI, las opiniones se dividen:
para unos, ha supuesto un paso adelante y es un punto de
referencia desde el que se pueden reclamar algunos derechos; para
otros, en la medida que no se cumple, tiene un efecto
contraproducente ya que tranquiliza al gobierno y a la sociedad
respecto a su propia responsabilidad en el tema(27). Incluso en
algunos casos, como la protección pública de centros especiales
de empleo para minusválidos, la aplicación de la ley tendría un
efecto de "boomerang", al convertirse algunos de dichos centros
en "ghettos de explotación" de los minusválidos a los que
proporcionan trabajo y un "chollo" para los empresarios.
Desde una perspectiva estrictamente liberal, un sector menor
critica la ley como reforzadora de la discriminación laboral que
padecen los minusválidos, haciéndolos depender de su limitación
como medio para encontrar trabajo. Pero son mayoría, en los
colectivos analizados quienes consideran que la ley, además de
no cumplirse, se queda corta y debería ampliarse en la línea de
otros países industrializados: mayor dotación de inspectores
laborales (especialmente para controlar los centros especiales
de empleo); ampliación de las infracciones; aumento del
porcentaje obligatorio de contratación de minusválidos (se alude
a países de la Comunidad Europea donde se exige la cuota del 6%
a las empresas con más de 20 trabajadores), etc.
70
En cuanto a los tipos diferentes de minusvalía, se critica
al INSERSO por la arbitrariedad en las calificaciones; así mismo,
se insiste en que los desarrollos legislativos deberían
especificar con más detalle los tipos de prestación en función
de los grados y tipos de minusvalía, a fin de favorecer
precisamente la integración igualitaria de todos ellos.
- - - - - - - - -
71
3.2. La patronal es coherente con sus objetivos. Diversas
interpretaciones a partir del caso paradigmático de la
ONCE.
En un contexto de libre mercado, que los sectores analizados
generalmente aceptan desde la ideología de la modernización (ver
2.7.), se ve como algo lógico por parte de los empresarios,
incluídos los del sector financiero, que su criterio de actuación
principal sea la rentabilidad económica de sus empresas. Desde
este criterio, la mano de obra es un factor más de producción,
cuyas principales cualidades son, a su vez, la eficiencia y el
bajo coste:
"Porque el empresario, por muy minusválidoque sea el trabajador, si no produce esapersona, no, ¡ellos no tienen lástima denadie!" (2GD,6)
Desde un punto de vista ético se critican con frecuencia los
comportamientos individuales de los empresarios pero esa crítica
no se extiende al empresariado en general; más bien, los valores
de igualdad, solidaridad y equilibrio social se asignan al Estado
y, subsidiariamente, a las organizaciones sociales que
representan a los sectores sociales afectados (en el terreno
laboral, los sindicatos). Si estas instituciones dejan hacer a
las empresas, no es de extrañar que éstas abusen de los
trabajadores, ni que les discriminen sistemáticamente en función
de su rentabilidad. Desde la lógica del beneficio, viene a
decirse, es natural que las empresas tiendan a no contratar
minusválidos y, caso de hacerlo, que los exploten todo lo
posible.
Una consecuencia que se deriva de lo anterior, y que es
destrozada porla tendencia "neoliberal" de los sectores
analizados, es que para convencer al empresario de que contrate
minusválidos es mejor incentivarlo económicamente, mediante
exenciones y subvenciones "ad hoc", que penalizarlo con multas
(sobre todo cuando éstas son de baja cuantía):
72
"A un empresario no se le puede obligar. Unempresario en su empresa mete a quienquiere. Además, tiene que ver que elminusválido es conveniente, no porimperativo de ley, sino porque elminusválido tiene una serie de subvencionesy una serie de ayudas que es ventajosometerlo... que el empresario prefiere pagaruna multa que admitir a un minusválido"(2GD,6).
Para contrarrestar la tendencia de las empresas a dejarse
llevar por la lógica del beneficio, deben intervenir las
institucionales del Estado y los interlocutores sociales
afectados (sindicatos, organizaciones de minusválidos, etc.).
En todo caso, no cabe esperar de la patronal, salvo casos
"ejemplares" excepcionales, una intervención que se mueva por
criterios humanitarios o de promoción de personas que padecen
algún tipo de limitación. De ahí que se exculpe a la patronal de
su responsabilidad en la no integración laboral de los
minusválidos, y en cambio se insista en el papel de control por
parte del estado y otros interlocutores sociales.
En algunas ocasiones una misma institución pretende actuar
por fines sociales y a la vez con criterios empresariales. En
tales casos, lo normal es que uno de los dos criterios,
generalmente el segundo, acabe imponiéndose a costa del otro.
Así, la experiencia de muchos centros especiales de empleo para
minusválidos es que han tenido que funcionar con rígidos
criterios de productividad, y ello a costa de unos niveles de
explotación particularmente altos sobre los propios minusválidos
(ver apartado 2.6.).
En otros casos se alude a determinados bancos que habrían
facilidado algunos puestos de trabajo a minusválidos con un
enfoque "paternalista", ayudando también a costear los estudios
de los hijos de empleados que padecían alguna minusvalía.
En cuanto al caso paradigmático de la Organización Nacional
de Ciegos de España (ONCE), al que los sectores analizados hacen
73
frecuentes referencias, sería un ejemplo de evolución desde unos
fines eminentemente sociales (de los que todavía conservaría la
"imagen de marca") a otros claramente empresariales. Su
privilegiada posición económica la habría logrado gracias a
asegurarse el monopolio del cupón y a la explotación laboral de
los propios minusválidos, sobre todo en empresas filiales y
subcontratadas:
SECTOR DEMINUSVALIDOS
"A mí me dio trabajo unaempresa que se llamabaPRODIECU, que se dedicaba ala venta de lotería. Esaempresa dio en tres años mástrabajo a minusválidos que elgobierno en todos sus días.Creó más de 12.000 puestos detrabajo, entre ellos más de7.000 de minusválidos. Bueno,pues hubo unos acuerdos entrela ONCE y el Estado porque nointeresaba que hubiera unacompetencia a la ONCE ycerraron esa empresa. (...)Dentro de la ONCE losminusválidos ni pinchan nicortan, son asalariados. Ynada" (2GD,8 y 33).
SECTOR DEEMPLEADOS SINDICADOS
"La ONCE entra ennegociaciones con elgobierno, porque teníanmuchos millones, y llegan alacuerdo de que tenían quepromocionar trabajos paraminusválidos, pero esto eraun chanchullo a niveleconómico porque, a la horade la verdad entraron losmillones pero lo que menosimportaba era el fin con elque lo hicieron. Es unavergüenza porque me duele enlas raíces... No es ningunainversión benéfica, y si envez de a veinte mil tienes aveintitres mil, pero sonventitres mil explotados más.¡joder, qué bien!" (6GD,18).
Los criterios de rentabilidad económica habrían pesado más
en la ONCE que el fin social de beneficiar a los minusválidos.
Además, se critica a esta organización de haber fomentado una
discriminación interna, al beneficiar al sector de los ciegos,
respecto al de minusválidos con el consiguiente agravio
comparativo.
Como contrapunto a las opiniones anteriores, entre los
trabajadores antiguos del sector financiero no minusválidos
prevalece una imagen positiva de la ONCE, como entidad poderosa
a nivel económico que proporciona trabajo a muchos minusválidos.
Esta opinión se establece con carácter genérico, sin referencia
74
a experiencias concretas y parece inducida por la imagen
publicitaria de la ONCE.
3.3. Los sindicatos, "misioneros de causas perdidas". Escasa
intervención en la problemática de los minusválidos.
Todos los sectores analizados coinciden en señalar que los
sindicatos tienen, dentro del sector financiero, escasa
influencia en el abordaje y solución de los problemas de los
minusválidos. En parte, a consecuencia de su debilidad general
dentro del sector, con un bajo nivel de afiliación y casi siempre
a la defensiva en relación a la parte empresarial, que es la que
lleva la iniciativa; y en parte también, a consecuencia de que
la situación de los minusválidos es considerado como tema
marginal o secundario, al afectar a una minoría de trabajadores.
Sobre esta base de acuerdo general, la cuestión sindical es
tratada con significativas diferencias por los diversos sectores:
- Los empleados válidos no sindicados insisten, no sólo en la
debilidad de los sindicatos frente a la parte empresarial
("el único sector sin convenio"), sino en su lejanía
respecto de los empleados normales y de sus problemas
particulares; éstos, en consecuencia, responden con la
misma moneda "pasando" también de los sindicatos. En cuanto
al tema de los minusválidos, se afirma que los sindicatos
"ni lo tratan". En algunos casos, las organizaciones
sindicales llegan a ser un tema tabú que "no se quiere ni
mentar" por ir en contra de los intereses de la empresa:
"Lo de los sindicatos parece el diablo.Hablar allí de la palabra sindicato, no sé,afiliación, todo eso, allí no lo quieren nimentar" (5GD,58).
La prevención de los trabajadores válidos ante el tema
sindical afecta en mayor medida a los empleados nuevos con
75
contrato temporal ("los eventuales, si se mueven, a la
calle"). En cuanto a los empleados antiguos, coexisten dos
interpretaciones: la conservadora, que interpreta la
prepotencia de la parte empresarial como consecuencia de
haberse perdido el antiguo orden laboral, controlado por un
estado fuerte que aseguraba a todos los "derechos mínimos"
("estamos otra vez en pañales, como hace mil años"); y la
modernizadora, sobre todo en su versión socialdemócrata,
que considera necesaria la función de los sindicatos y
acusa a la política económica del gobierno de fomentar la
fragmentación de los trabajadores y la consiguiente
debilidad sindical. El sector conservador se muestra
escéptico ante los sindicatos, a los que acusa de
complicidad con los empresarios por no denunciar las horas
extra no pagadas ("una estafa a toda la sociedad") y otros
abusos que se cometen habitualmente.
- Los minusválidos desempleados polemizan entre sí en torno
a la orientación de los sindicatos: para unos, su actividad
se orienta a defender solo los intereses de los
trabajadores, por lo que no se preocupan de los
desempleados, y menos de los minusválidos; para otros,
aunque de hecho se preocupan poco de los parados, sí deben
defender sus intereses en cuanto "trabajadores en
potencia", incluyendo también aquí a los minusválidos sin
trabajo. Desde el plano de los principios, todos están de
acuerdo en que los sindicatos deberían trabajar en favor de
los minusválidos, para lo que sería conveniente que éstos
también se sindicaran y presionaran desde dentro:
"Los disminuídos tenemos que estar opinandoen todos los sitios para que nuestrosintereses sigan adelante. Porque, si no, elsindicato tiene muchos problemas y seolvidan de los nuestros" (2GD,43).
- Los minusválidos empleados son escépticos respecto del
papel jugado por los sindicatos: éstos están poco
76
informados de la problemática de los minusválidos e incluso
les da "corte" el trato personal con ellos; más bien, se
dedican a "tapar boquetes, lo inmediato", dejando en un
segundo plano el cumplimiento de la LISMI o de otros
derechos de este sector; cuando algún problema particular
se plantea a nivel local (comisiones de acción social),
difícilmente llega a ser después aceptado a nivel de
federación, que es donde se deciden los convenios.
En cuanto al papel que pueden llegar a jugar los
sindicatos, los empleados minusválidos se dividen en
función de su diversa orientación ideológica: los
partidarios del Estado del Bienestar plantean que hay que
unirse para presionar y hacer fuerza ante la Empresa y ante
la administración; los neoliberales plantean que los
minusválidos no tienen que "echar balones fuera", y
esforzarse personalmente para "no ser castañas" tanto para
merecer un puesto de trabajo como para obtener después el
reconocimiento de de la empresa.
- Los empleados activos sindicalmente, por último, son los
que desarrollan con más amplitud y diversidad la cuestión
sindical. Obviamente consideran que una presión coordinada
de los sindicatos sería una clave fundamental para
solucionar los problemas de los minusválidos; sin embargo,
reconocen que, salvo algunos casos excepcionales, apenas se
han abordado tales cuestiones, lo que les lleva a una
reflexión más amplia en torno al papel de los sindicatos en
la actual coyuntura del sector financiero.
En primer lugar, los sindicatos se encontrarían en una
posición de gran debilidad frente a la parte empresarial,
ante la que estarían continuamente a la defensiva; esto se
debería a diversas causas: baja afiliación sindical;
fragmentación de los trabajadores, tanto por arriba,
proliferación de "jefes" como medio de asegurarse la
identificación con la empresa, como por abajo, ampliando
77
cada vez más el sector de contratados eventuales (que les
impide una actividad sindical por el miedo a no renovar el
contrato); política de fusiones entre empresas, que
justifica las transformarciones y movilidad del personal;
etc.
En segundo lugar, los sindicatos se enfrentarían a un
descompromiso del estado en relación a sus deberes de
política social, lo que les llevaría a tener que ejercer,
no sólo la función sindical que les es propia, sino también
una función política:
"El fin primordial de los sindicatos es ladefensa de los intereses de los trabajadoresque están afiliados, ni más ni menos. Pero,claro, hoy día sabemos que en el mundo estede fieras donde las empresas lo único quepersiguen es el duro y donde los gobiernoslo único que persiguen es el voto, en todotantísimos colectivos lo único que sepreocupan es de vivir bien y de mejorar elyate y de que no les falten no sé cuántashistorias. Entonces los sindicatos hanencontrado un vacío, digamos, en losresponsables verdaderos que son losgobernantes y las instituciones, y handicho: aunque no nos corresponde, tenemosotra función que hacer, por inacción dequien le corresponde. (...) Hemosreivindicado la vivienda, el derecho de lamujer, el derecho del marginado, deldrogadicto, del anciano... No sólo hemostrasmitido la voz del obrero sino de lasociedad en general" (6GD,49-51).
En estas condiciones los sindicatos se ven desbordados,
aislados e impotentes, ante el cúmulo de problemas que
tienen que abordar. Su papel normalmente es más testimonial
que efectivo. El siguiente diálogo resulta muy expresivo:
"-Vamos de pleitos pobres. Os meteis entodas las causas perdidas, todas, todas lashistorias. -Es que es verdad. Es que somos causaperdida, no el minusválido, el trabajador.
78
-Joder, parecemos un poco la madre deCalcuta con todo el mundo. Y bueno, no esexactamente eso, pero realmente creo que esel impulso ético que nos debe mover, no sóloa los sindicalistas" (6GD,52).
Un sector menor de sindicalistas desconfía de tan buenas
intenciones por parte de los sindicatos y plantea que
también ellos tienen que "entonar el mea culpa" por haber
sido cómplices de la política del gobierno en materia
económica. Apenas se desarrolla esta posición crítica, que
parece apuntar a las etapas en que los sindicatos
desarrollaron una política de pactos globales con el
gobierno y los empresarios.
- - - - - - - - -
79
3.4. Estrategias adoptadas por los propios minusválidos. Las
asociaciones del sector: entre el ghetto y el estímulo.
Para abordar los problemas que afectan a los minusválidos
en el mercado de trabajo, los empleados "válidos" se remiten al
Estado, a los sindicatos, a los empresarios y a la opinión
pública, sin destacar como importante el protagonismo que tienen,
o pueden llegar a tener, los propios minusválidos. A éstos se les
entiende como resultado de la acción de "otros", remarcando de
este modo su dependencia como agentes sociales.
Por el contrario, los grupos de minusválidos, tanto los
ocupados como los que están en paro, hacen frecuentes referencias
a su propio protagonismo para abordar, individual y
colectivamente, sus problemas. Esto se plantea, en primer lugar,
ante el hecho de que las instituciones que deberían defenderles
(gobierno y sindicatos) no lo hacen o lo hacen insuficientemente
y sin contar con ellos. En el caso de los minusválidos en paro
reunidos en Barcelona, el simple hecho de que el INSERSO (entidad
financiadora de este estudio) les convocara para escuchar sus
puntos de vista les parece "de alucine", ya que la administración
sabe mejor que nadie que ni siquiera cumple los mínimos legales:
"Yo estoy alucinao con esto de que elINSERSO haga unas reuniones para saber cómoestá la situación del nivel de empleo y tal,¿no?. Porque es que son ellos los que debensaber, estadísticamente saben y ademástienen estudios y tienen sociólogos y tienenmedios para saber cómo está el tema de losdisminuidos a nivel de trabajo, ¿no?. Porqueellos saben que está fatal, es el colectivocon más índice de paro de todos loscolectivos que hay, eh... Hay una serie denormas, leyes, decretos y tal que se hanhecho para que este problema se solucione,pero es que ellos saben que no se hancumplido" (2GD,5).
El hecho de que los responsables políticos no cuenten con
los minusválidos cuando legislan sobre ellos estaría en el origen
de muchos "lapsus y meteduras de pata" a nivel legal:
80
"Hay unos lapsus tremendos y hay unasmeteduras de pata tremendas. Pues, como sedice en mi tierra, los toros se ven muyfácil desde la barrera. Para saber cuál esel problema del minusválido, para saber cómosiente un minusválido, de qué es capaz unminusválido, hay que tener una minusvalía.Entonces, es muy fácil para una serie deseñores que lo tienen todo, es muy fácil enesta vida sentarse allí a discutir, a verqué vamos a hacer con esta gente (en tonodespectivo). No señor, sentaros connosotros, hablarlo con nosotros, discutiresa ley con nosotros. No 'yo me lo guiso yme lo como', como Juan Palomo, claro, porqueeso a mí no me sirve de nada; al revés, merebota muchísimo, me indigna muchísimo,porque para mí la LISMI es una ley queampara la discriminación y luego te estácerrando muchas puertas, o te está metiendoen guettos, como pueden ser los centrosespeciales de empleo, que para mí eso no esintegrarte en la sociedad normal ycorriente" (2GD,11-12).
En coherencia con lo anterior, cuando al finalizar la
reunión se les ofrece una gratificación económica, dicen que ya
se sienten pagados de sobra por haber escuchado sus problemas:
"yo ya me considero compensado y bien pagado, porque todo lo que
sirva para que el disminuido tenga un futuro mejor, yo creo que
con eso ya es suficiente" (2GD,44).
La posición dominante entre los minusválidos es que tienen
que organizarse por sí mismos y también estar presentes en las
diversas instituciones (administración, partidos políticos, etc.)
para presionar y hacer que se respeten sus derechos ("tenemos que
ser hasta policías para vigilar que se cumpla la ley"). Se alude
a la autoorganización de los minusválidos en el País Vasco donde
han conseguido muchos objetivos a base de luchas y encierros.
En cuanto a los sindicatos, aparte su debilidad dentro de
las empresas, los minusválidos piensan que están desinformados
y que sería conveniente que los propios minusválidos participaran
activamente en estas organizaciones recordando cuáles son sus
derechos. Frente a la imagen del minusválido como una persona
81
indefensa e impotente, la experiencia de algunas personas ciegas,
sordas o paralíticas es que la fortaleza que han tenido para
superar su discapacidad pueden hacerla extensible a la lucha
sindical: "Se han encontrado que somos gente fuerte, minusválidos
pero gente fuerte porque, si no, no lo habríamos superado"
(6GD,3).
En una posición menos, aparecen en los grupos de
minusválidos otras dos actitudes: la derrotista de quienes creen
que no tienen nada que hacer, porque su experiencia es que ya lo
han intentado todo, yendo de fracaso en fracaso ("estamos para
eso, para vivir de limosna, y nada más tengo que decir"); y la
individualista de quienes insisten que el problema de los
minusválidos es algo que tiene que ventilarse cada uno:
"No todos los ciegos somos igual desimpáticos ni de agradables ni de cocos nide nada, y depende mucho de nosotros. Y yosoy bastante coco, o sea que... es culpamía, no es culpa de la gente que me rodea.(...) Yo tengo que demostrar primero que yosoy, que yo estoy y que tengo que seguiradelante. Mi meta es que tengo quesuperarme" (1GD46).
Desde esta última posición, se valora poco, incluso
negativamente, la existencia de asociaciones propias de
minusválidos ya que podrían contribuir a reforzar el estigma, el
proteccionismo y el repliegue social de las personas con alguna
discapacidad. Sin embargo, pese a este punto de vista, entre los
reunidos prevalece la idea de que las asociaciones son muy
importantes para los minusválidos, primero como estímulo en el
momento inicial, y después para unirse y hacer más fuerza ante
la sociedad. En este sentido, se considera un problema la
división existente entre las diversas organizaciones de
minusválidos:
"Yo el problema que veo es que hay unaexcesiva atomización, que hay multitud deasociaciones que les cuesta agruparse entorno a fines comunes, en seguida aparecen
82
28) COCEMFE, Estudio sobre el grado de cumplimiento de laley de intgegración social de los minusválidos, ConfederaciónCoordinadora Estatal de Minusválidos Físicos de España,Madrid, 1991, pág. 1.
personalismos y competitividadesexcluyentes, ¿no? (...) Establecer unacoordinación permitiría una mayor eficienciade los recursos. Si nos unimos, si unimos lafuerza, vamos a tener una mayor resultante"(1GD,55).
Al considerar los problemas de gestión y de recursos que
afectan a las asociaciones de minusválidos, se señala la
importancia de disponer de recursos económicos, incluso para
disponer de una organización consistente. Pero la "pobreza" es
otro componente habitual de la vida de los minusválidos
"verdaderos"; en opinión de los que están en situación de
desempleo, aquellos que son "ricos", a quienes no les falta de
nada, no sufren los mismos problemas y, en ese sentido, son menos
minusválidos: "lo de los niños ricos, que tienen dinero, pues son
minusválidos, pero son menos que los que no lo tenemos. Con una
buena economía no hay problemas" (2GD,51). La marginación social
va más asociada a la dependencia económica que a cualquier otro
factor, como también se reconoce en un reciente informe sobre
cumplimiento de la LISMI: "Vivimos inmersos en un sistema
capitalista donde prima la independencia económica del individuo.
Si ésta existe, viene acompañada del respeto y consideracón por
parte de la sociedad. Si esto no se da nos encontramos con la
marginación de la persona"(28).
- - - - - - - - -
83
3.5. Debate ideológico entre la orientación neoliberal y la del
Estado del bienestar. Intento de explicación a partir de la
posición social de los agentes intervinientes.
Para comprender la lógica cultural que hemos expuesto hasta
aquí, puede ser útil tener en cuenta lo que los lingüistas llaman
el nivel performativo o pragmático del lenguaje: quiénes hablan,
sobre quiénes hablan y a quiénes se dirigen al hablar. En nuestro
caso hemos realizado seis grupos formados por trabajadores
asalariados (5 grupos) o bien buscadores de empleo (1 grupo); es
decir, todos se situaban como trabajadores, efectivos o en
potencia (agente emisor).
Sin embargo, al hablar, hacen constantes referencias a otros
dos colectivos; los empresarios y los políticos (agentes objeto);
éstos constituyen el polo de referencia del sujeto emisor y, si
bien en la práctica habitual son los que acaparan el discurso,
en nuestro caso sólo se expresan a través de las opiniones e
imágenes que de ellos tienen los trabajadores.
ESQUEMA ACTANCIAL
DE LOS SEIS GRUPOS ANALIZADOS
84
En cuanto a las personas a las que se habla (agentes
destinatarios), los trabajadores se dirigen, en primer lugar a
los dos convocantes de las reuniones: el estado, a través del
INSERSO, como instancia financiadora, y los sindicatos, a través
de FEBASO-UGT, como instancia promotora.
Si observamos la relación que se establece entre los
diversos actores, el esquema actancial, o de agentes, que se
deriva de los grupos analizados tiene tres polo, que remiten a
las tres instituciones básicas del mercado de trabajo: el factor
trabajo, el factor capital y el Estado-regulador (ver gráfico).
Los empresarios aparecen netamente diferenciados de los
trabajadores, en primer lugar como principal motor de los cambios
operados en el sector financiero (los trabajadores habrían sido
testigos-víctimas-cómplices, según el análisis realizado en la
primera parte de este informe, apenas influyentes en el rumbo que
han tomado las empresas). En segundo lugar, la estrategia de los
empresarios persigue ampliar la rentabilidad del capital y la
competencia en el mercado. Desde una perspectiva global, los
empresarios aparecen en los grupos analizados como enfrentados
a los intereses "sociales" de los trabajadores: dirigen el
destino de las empresas y desplazan a los asalariados a una
posición meramente instrumental como medio de trabajo que se
puede introducir, cambiar de sitio, modificar o retirar en
función de los intereses de la producción. Desde esta lógica de
funcionamiento del factor capital, que los trabajadores
consultados no cuestionan, se considera "lógico" que los
empresarios discriminen, en principio, a los solicitantes de
trabajo con alguna minusvalía o que los recluyan en estancias
donde no sean vistos para que no se deteriore la imagen de la
empresa ante los clientes, etc.
El que los trabajadores adopten mayoritariamente un discurso
social-solidario al pensar en los grupos menos favorecidos, pero
aceptando como necesaria o inevitable la lógica productivista de
la actividad económica, introduce en su discurso una ambivalencia
85
que puede convertir en buenas intenciones los planteamientos
solidarios.
El Estado, como instancia de mediación entre intereses
sociales enfrentados, debería ser el encargado de establecer las
medidas necesarias para compensar o regular, en atención a los
derechos constitucionales, los excesos a los que puede conducir
la lógica del factor capital. Sin embargo, en opinión de los
trabajadores, el Estado no cumple satisfactoriamente esta función
reguladora en lo que concierne a los derechos laborales de los
minusválidos: la legislación es insuficiente y, además, no se
exige su cumplimiento. En consecuencia, aún cuando la opinión
pública acepta ahora mejor que antes la integración social de los
minusválidos, en el terreno laboral no se habría avanzado casi
nada.
En la medida que los trabajadores no cuestionan que las
empresas actúen desde la lógica del capital, tampoco exigen a la
administración que se ponga de parte de sus intereses "sociales"
y en contra de los intreses "productivistas" de las empresas. Más
bien, se plantea que el Estado garantice y regule los intereses
enfrentados de ambos colectivos: por un lado, la acumulación
continuada de capital, administrando la esfera económica; por
otro, atender a los asalariados y más especialmente a los
sectores que menos favorecidos, entre ellos los minusválidos,
mediante una política laboral y social equilibradora. La queja
de los trabajadores, especialmente de los sindicalistas y de los
propios minusválidos, es que el Estado no actúa en función de
mediador sino en beneficio de la parte empresarial y en perjuicio
de los asalariados y de los sectores menos favorecidos.
La orientación "neoliberal" de la política económica se
traduce, según la valoración de los trabajadores, en el
descompromiso social del estado: flexibilización del mercado de
trabajo (contratos temporales, abaratamiento del despido,
movilidad funcional y geográfica, desregulación de las
condiciones de trabajo, etc.), aumento de las desigualdades
86
29) Para ilustrar este punto, ver TOHARIA, L., "Unfordismo inacabado, entre la transición política y la crisiseconómica", en BOYER, R. (Dir.), La flexibilidad del trabajoen Europa, Centro de Publicaciones del Ministerio de Trabajo ySeguridad Social, Madrid, 1986, pág. 161-184.
sociales y de la marginación, etc. La ideología liberal, que
insiste en el poder autorregulador del libre mercado, estaría
erosionando poco a poco los relativos logros alcanzados en España
en la etapa anterior(29).
Se enfrentan, así, la tendencia social o del "estado del
bienestar", predominante en los grupos analizados de
trabajadores, con la neoliberal, dominante de forma clara entre
los empresarios y con menos intensidad entre los gobernantes. Sin
embargo, las diferencias entre ambas tendencias no suponen un
cuestionamiento de las instituciones básicas del mercado de
trabajo (el capital, la relación salarial, el estado democrático
y sus instituciones) sino que constituyen dos variantes dentro
de los mismos parámetros socioeconómicos. En este sentido, ambas
tendencias formarían parte de la ideología matriz de la
modernización (expuesta en 2.7), una ideología cuyo principal
límite se sitúa en conciliar la igualdad formal de los
ciudadanos, en nuestro caso el derecho al trabajo de los
minusválidos en pie de igualdad con los válidos, con la lógica
discriminante del mercado.
Desde la lógica cultural que hemos indagado en los grupos
analizados, se confía en que intensificando el papel de algunos
agentes sociales, como los sindicatos y las propias asociaciones
de minusválidos, y sobre todo exigiendo al Estado que cumpla con
su función reguladora y equilibradora de las desigualdades
sociales, sería posible garantizar la inserción social y laboral
de los minusválidos. Evidentemente, por esa vía se lograría más
que por la vía "neoliberal" hoy en boga. Pero, a la luz de los
análisis realizados, cabe preguntarse si desde la relación
salarial (división capital/trabajo que otorga a aquél el
protagonismo del desarrollo económico) y desde la política de
representación (que delega en una minoría las decisiones
87
políticas) estaremos en buenas condiciones de alcanzar aquel
objetivo.
- - - - - - - - -
88
APENDICE
FICHA TECNICA
DE LOS SEIS GRUPOS DE DISCUSION
GD1. Minusválidos empleados en el sector bancario
+)))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))), * Sector representado: minusválidos empleados en el sector * * bancario: banca pública y privada, empresas dependientes * * y subcontratadas. * .))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))-
Sexo y edad: grupo de 7 personas, de ambos sexos,
entre 35 y 45 años.
Otras características:
- mayoría de minusválidos con certificado del Inserso, un
subgrupo de minusválidos sobrevenidos (tengan o no
certificado) en el mismo sector.
- Parte del grupo con formación previa de nivel medio y,
parte, con nivel superior; cualificación laboral diversa.
- Mayoría del grupo con antigüedad en el sector bancario
anterior a 1982, el resto con menos de 6 años.
- Mayoría casados.
Lugar de realización: Madrid.
Realización, trascripción y análisis: Colectivo Ioé.
89
GD2: Minusválidos desempleados
+)))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))), * Sector representado: minusválidos en busca de empleo, * * cuyo perfil ocupacional sea adecuado para el trabajo en * * el sector financiero. * .))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))-
Sexo y edad: Grupo de 8 personas, de ambos sexos,
entre 25-35 años.
Otras características:
- Mayoría del grupo con certificado de invalidez del
Inserso y demandante de empleo en las listas específicas
del INEM.
- Alguno con experiencia laboral anterior.
- Mayoría del grupo con formación de nivel medio o
superior.
- Alguno casado.
Lugar de realización: Barcelona.
Realización, trascripción y análisis: Colectivo Ioé.
90
GD3. Empleados en sector bancario, gran centro urbano
+)))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))), * Sector representado: Empleados en sector bancario * * (banca pública y privada, empresas dependientes y * * subcontratas) de gran centro urbano. * .))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))-
Sexo y edad. Grupo de 6 personas, de ambos sexos,
entre 35-50 años.
Otras características:
- Mayoría del grupo con formación previa de nivel medio;
parte en proceso de recualificación profesional; ubicación
laboral en puestos operativos y comerciales.
- Mayoría con diez o más años de antigüedad laboral en el
sector; parte del grupo con experiencia laboral en dos o
más entidades del sector.
- Mayoría sin afiliación sindical o sin actividad especial
en organizaciones del sector.
Lugar de realización: Barcelona.
Realización, trascripción y análisis: Colectivo Ioé.
91
GD4. Empleados en sector bancario, en hábitat de tamaño
intermedio
+))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))), * Sector representado: Empleados del sector financiero * * (banca pública y privada, empresas matrices y subcon- * * tratadas) cuyo centro laboral y residencia habitual * * es considerado de habitat intermedio (capital provin- * * cial). * .)))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))-
Sexo y edad: Grupo de 5 personas, de ambos sexos y
entre 35-45 años.
Otras características: similar a GD3.
Lugar de realización: Salamanca.
Realización, trascripción y análisis: Colectivo Ioé.
92
GD5. Empleados en sector bancario, nuevas contrataciones
+)))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))), * Sector representado: empleados en sector financiero * * (banca pública y privada, empresas matrices y sub- * * contratadas), con antigüedad de 5 años o menos. * .))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))-
Edad y sexo: grupo de 7 personas, de ambos sexos,
entre 20-35 años.
Otras características:
- Mayoría con formación media y superior; cualificación
laboral diversa.
- La mitad afectada por nuevas formas de contratación;
algunos con experiencia de movilidad funcional y/o
geográfica.
- Sin actividad sindical.
Lugar de realización: Zaragoza.
Realización, trascripicón y análisis: Colectivo Ioé.
93
GD6. Responsables sindicales del sector bancario
+))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))), * Sector representado: empleados en el sector bancario * * afiliados a organizaciones sindicales, con responsabi- * * lidad en niveles medios de las mismas. * .)))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))-
Edad y sexo: 5 personas de ambos sexos, entre 30 y 45 años.
Otras características:
- Afiliados a sindicatos mayoritarios del sector; alguno
afectado por minusvalía previa o sobrevenida.
- Parte del grupo con experiencia sindical anterior a 1982;
parte del grupo implicada en negociación de convenio.
- Alguno sin desligar del puesto de trabajo (en sector de
operativos y comerciales); otros con experiencia de
recualificación profesional.
Lugar de realización: Madrid.
Realización, trascripción y análisis: Colectivo Ioé.
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