Las calles ya están llenas de lucecitas de colores, los escaparates de las tiendas decorados al
detalle, los árboles y belenes puestos en nuestras casas, y en el súper no encontramos los huevos
porque en su lugar han plantado una estantería gigante llena de turrones y mazapanes.
¡Sí! El tiempo pasa volando y ya están aquí de nuevo las, ansiadas para un@s y temidas para
otr@s, FIESTAS NAVIDEÑAS.
Compartiréis conmigo que para las familias que tenemos niños y niñas, el momento más
esperado en estas fechas es en el que recibimos la visita de Papá Noel y/o los Reyes Magos
¡cómo va a ser otro!. Es maravilloso imaginarnos sus caritas desenvolviendo regalos o cómo les
brillan los ojos cuando descubren que les han dejado ese juguete que tanto deseaban.
Pero hasta que llega ese momento tan mágico, los papás y las mamás repetimos en
demasiadas ocasiones una frase: “si no te portas bien, los Reyes Magos no te traerán nada”
¿la has dicho alguna vez? seguramente sí… Pues yo quiero daros mi punto de vista sobre esta
frase de la que tanto abusamos en estos días, y animaros a que no la digáis más. Yo la
considero un error.
Con este argumento además, les estamos diciendo que su comportamiento debe ser
el correcto para que a cambio le den algo material, les estamos enseñando a
portarse bien porque les interesa y no porque crean que deban hacerlo. ¿Y cuándo
pase la Navidad? ¿tendrán licencia para portarse como les dé la gana porque ya no
hay regalos en nuestro argumento? claro que no.
Ahora os voy a pedir un instante de imaginación: pensad en que durante varias
semanas tenéis a alguien vigilándoos las 24 horas del día: mientras que desayunáis,
vais en el autobús, estáis durmiendo o incluso mientras estáis en el baño; tooooodo
el día y toooooda la noche… ¡Da pavor sólo imaginarlo! ¿no os parece?
Pues esa es la sensación que le estamos provocando a nuestros hijos e hijas
diciéndoles esa frase, que les están vigilando todo el tiempo y que a la mínima que
la líen ¡zas! se quedó sin regalos.
Y seamos sinceros ¿quién saldría inmune al ojo que todo lo ve durante 24 horas?
¿Quién no ha dicho alguna vez una mentirijilla, ha cruzado con el muñequito del
semáforo en rojo o ha criticado a la espalda a un compañero de trabajo? No sé
vosotras y vosotros, pero yo no paso el filtro ¡fijo!
En mi opinión, como madres y padres creo que nuestra obligación es la de
explicarles qué es lo que está bien y lo que no, y cuáles pueden ser las
consecuencias de sus actos, las buenas y las malas, pero no las materiales. Están
creciendo y lo están aprendiendo todo y (al igual que a los adultos) les queda por
equivocarse muchas veces. Pero esa precisamente es nuestra misión, la de
acompañarles en este proceso de aprendizaje sin mentiras, amenazas ni miedos.
Disfrutad de estas fiestas tan entrañables, que nos gusten más o menos, está claro
que en estos días todo tiene un olor y un color especial.
Y ya sabéis: aunque no os portéis del todo bien, Papá Noel y/o losReyes Magos os
traerán algún regalito ¡seguro! ¡Feliz navidad familias del Blas de Lezo!
Ana Domínguez Madre de alumno de 2º Primaria del colegio
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Lo primero es porque además de un error es una mentira, ya que en la inmensa mayoría de los
casos esto finalmente no ocurre. Cuando los Reyes ya tienen preparados en su “almacén” todos
los regalos que han escogido minuciosamente para cada niño o niña, perfectamente
empaquetados y listos para la noche más mágica del año, es muy poco probable que
finalmente no se los entreguen a sus destinatarios porque un día no han recogido sus juguetes
o porque otro han chinchado a su hermanita.
Y los papás y las mamás no queremos mentir a nuestros peques ¿verdad?
Otra de las razones que os doy es porque es una amenaza o incluso un chantaje. Sí, suena
fatal, pero es lo que es. Les estamos amenazando con que si no hacen lo que esperamos de
ellos o ellas, se van a quedar sin regalos.
Dónde estamos
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