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ORGANIZACIÓN POLÍTICO-SOCIAL
EL FARAÓN
Al ser el Faraón la encarnación del dios Horus en la
tierra, desde los tiempos predinásticos se le reconoce un
poder absoluto sobre el resto de los mortales, que daban
por supuesto que era el dueño de todo Egipto; sus tierras,
sus cosechas, las armas e incluso la gente le pertenecía, y
cuanto ocurría en el país se le atribuía, ya se tratara de
buenas cosechas o de una inundación a destiempo del
Nilo. Él en persona nombraba visires, sacerdotes,
generales y demás altos cargos.
Como dueño absoluto de la tierra, el faraón tenía
derecho a recibir sus frutos, aunque algunas veces cedía
tierras a los templos o a particulares, bien como pago de
un cargo o como premio condicionado, por ejemplo a
veteranos siempre que un hijo sirviera en el ejército. Pero en cualquier caso, faraón,
sacerdotes o nobles subarrendaban a campesinos con experiencia. La recaudación de
impuestos movilizaba gran cantidad de funcionarios, y para controlarlo todo se hacían
frecuentes censos, pagando cada uno con parte de su trabajo, grano, animales o
productos artesanos.
Una consecuencia directa de la divinidad del rey fue el gran poder de los
sacerdotes por él nombrados personalmente para representarle en el culto.
Era la figura clave alrededor de la cual giraba la sociedad. La institución, creada
directamente por los dioses, se mantuvo inalterada durante los tres milenios que duró la
civilización egipcia.
Dueño de un poder absoluto, Horus viviente, sostenía la
maat, el orden cósmico.
No se puede afirmar que existiera un derecho dinástico,
aunque se suponía que la divinidad se transmitía por las mujeres
de la casa real: por eso los reyes se casaban con sus hermanas
e incluso con sus hijas, transmisoras del derecho, y aseguraban
al heredero nombrándole corregente.
Ajenatón con la corona Doble, el látigo y el cayado
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La ceremonia de la coronación se realizaba en Menfis, primera capital del reino
unido, y comenzaba ascendiendo al heredero al rango de dios, entregándole las
insignias del cayado y el látigo, atributos del poder. Luego, tocado primero con la
corona blanca del Alto Egipto, después con la roja del Bajo Egipto, y finalmente con una
combinación de ambas, se sentaba en el trono hecho con papiros (símbolo del norte) y
lotos (símbolo del sur).
En su vida oficial, dios e hijo de dioses, debía ejercer el culto y controlar todos los
detalles del gobierno, nombrando personalmente sacerdotes y funcionarios de alto
rango, y viviendo en medio de una rígida etiqueta y con unas obligaciones asfixiantes.
En un plano más íntimo, tenía momentos de ocio, como se representa en
numerosas pinturas: cazando, pescando o paseando por los jardines del palacio. Por
supuesto, también tenía bufones, amigos, músicos y bailarinas a su disposición. El faraón
mantenía varias esposas, entre las que se encontraba la oficial, que adquiría el rango de
reina. Tanto ella como su madre poseían un alto rango, e incluso podían ser regentes.
El harén real era llamado Casa Jeneret, tenía su propia administración, bajo las
órdenes de la reina, y constituía una zona independiente del palacio. En él vivían las
esposas y concubinas, sus hijos, familiares y también hijos de altos funcionarios. No era un
lugar cerrado y prohibido, y en algunas épocas se convirtió en un nido de intrigas.
SACERDOTES
En cuanto a los sacerdotes, eran delegados del faraón, verdadero dios viviente,
que debía realizar todas las ofrendas, procesiones y ceremonias necesarias para
mantener el orden universal, ‘’maat’’, porque sólo sus oraciones y ofrendas eran
eficaces. Es por eso por lo que en los templos se le representaba realizando las distintas
ceremonias, rituales que renovaban los sacerdotes elegidos por él y en su nombre. Al
igual que el aparato del estado requería innumerables funcionarios, así los templos
cobijaban una ingente multitud de servidores: además de los muchos sacerdotes, había
escribas, médicos, artesanos, campesinos de la ‘’tierra sagrada’’, auxiliares, bailarinas y
músicos.
Entre los sacerdotes, había lectores, puros, profetas, culminando en la figura de
Sumo Sacerdote de Amón, escogido personalmente por el rey entre sus leales aunque
no perteneciera a la jerarquía sacerdotal. Ostentaba títulos como “Jefe de los secretos
del cielo” o “Jefe de los sacerdotes de todos los dioses” y su poder político era grande.
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Los sacerdotes podían casarse y llevar la vida de cualquier ciudadano rico, con la
salvedad de vestir sólo de blanco y depilarse cada dos días, incluyendo cejas y
pestañas, y abstenerse de relaciones sexuales durante los periodos de culto: un mes de
cada cuatro. Debían someterse a una escrupulosa limpieza antes de comenzar
cualquier ritual.
VISIRES
Eran los más altos funcionarios dentro de la pirámide social, cuya autoridad sólo
era superada por la del faraón, asumiendo varias de sus funciones por delegación.
ESCRIBAS
Los escribas se ocupaban de los asuntos “terrenales”.
Formaban la élite dirigente. Dos características del trabajo
del escriba eran: su comodidad y su condición de
funcionario del Estado; respetado y adulado por todos,
podía ascender fácilmente por la escala social desde que
terminaba sus estudios en la ‘’Casa de la Vida’’.
Lo más importante era el hecho de que constituía la
base del funcionariado, sin cuyo concurso se habría
paralizado la administración. Sus múltiples funciones
abarcaban levantar actas de juicios, anotar las entradas y salidas de los almacenes,
vigilar el cobro de los impuestos, redactar cartas y contratos a los particulares, escribir las
leyes dictadas por el faraón, entre otras. Formaban, junto con la aristocracia y los
sacerdotes, la clase social más alta, y conseguían riqueza y poder fácilmente.
MÉDICOS
Los llamaban sun-nu, hombre de los que sufren, y aplicaban los remedios
mezclados con fórmulas mágicas para pedir a los dioses que hiciesen efecto.
Nos han llegado multitud de recetas que ellos
utilizaban a través de distintos papiros (de Ebers, de
Chester Beatry, de Hearst...) y de las tumbas de
algunos médicos. Otros procedimientos utilizados
fueron la cirugía o la internación del enfermo grave
Circuncisión, tumba del médico Ankhmahor.
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en unos establecimientos adyacentes a los templos, para que los dioses le tuvieran
cerca.
Como el cuerpo era necesario en la otra vida, llegaron a poner prótesis en el
cadáver de aquellos a quienes les faltaba algún miembro.
El afán regulador de la administración intervino también en el cuerpo médico,
convirtiéndolos en funcionarios, lo que les garantizaba unos ingresos mínimos fijos aparte
de los que consiguieran por su cuenta, y un escalafón que culminaba con título de "Jefe
de los Médicos del Alto y Bajo Egipto", el máximo de la profesión.
SOLDADOS
Dado el apacible aislamiento de la sociedad y el temperamento de la población,
moldeado por el aparato religioso y administrativo del Estado, los ciudadanos estaban
poco dispuestos a enrolarse.
Ingresar en la tropa era signo de baja extracción social y sólo los más
depauperados lo hacían, por lo que la mayoría estaba formada por extranjeros.
Poco se sabe de la vida o de la actuación de las tropas, ya que todos los relatos
se centran en exaltar la gloria del faraón.
ARTESANOS
La gran mayoría trabajaba para el faraón, los
templos y los nobles, fabricando y decorando las casas, los
muebles y las tumbas.
Casi todo lo que se conoce sobre ellos procede del
estudio del poblado de Deir el-Medina, donde los escribas
registraban cualquier detalle. Gracias a ellos se sabe que
Infantería egipcia
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los obreros cobraban regularmente en grano, y les abastecían de sal, vestidos y
herramientas, pero el resto de enseres como muebles o aceite debían comprarlos.
En general, los obreros trabajaban en semanas laborales de diez días seguidos de
un festivo, pero hay manuscritos que relatan que durante muy largos períodos de tiempo
los esclavos no tenían festivos. Divididos en grupos bajo las órdenes de capataces,
trabajaban en jornadas de alrededor de ocho horas, hasta la llegada de la comida y
bebida desde el pueblo.
La escultura, pintura y la arquitectura estaban reguladas al milímetro, con unas
normas y escalas inalterables.
La joyería era delicada, hecha con materiales
como el oro, lapislázuli, turquesas. Estos materiales
también se usaban en la ebanistería.
La fayenza (loza egipcia) con tonos desde el azul
intenso hasta el verde, se conoce desde la época predinástica, así como el vidrio que
se usaba tanto en recipientes para ungüentos como en figuras macizas. También
construyeron instrumentos musicales, tejidos de lino, papiros, etc.
CANTEROS Y MINEROS
Las canteras estaban en el desierto, y no se explotaban
de forma regular, sino cuando convenía por las obras previstas.
En principio, los canteros buscaban las rocas sueltas que se
ajustasen por tamaño, aunque también se excavaban galerías
en caso necesario. Era un trabajo duro, en el que extraer el
bloque deseado, transportarlo, tallar un obelisco y colocarlo en
su lugar, podía llevar siete u ocho meses.
El método era simple: se elegía un bloque del tamaño
necesario (si ya estaba desprendido, mejor), bloque que se
lanzaba cuesta abajo hasta que a un capataz se le ocurrió hacer caminos en pendiente
para que se deslizaran en una especie de trineos. En caso necesario, también
perforaban la roca y practicaban galerías.
El trabajo era duro y poco considerado, estaba en lo más bajo de la escala
artesanal, siendo muchos de los canteros prisioneros de guerra.
Obelisco inacabado. Cantera de Asuán
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Los mineros tenían un trabajo todavía peor. Para extraer el mineral, calentaban la
roca y luego la golpeaban siguiendo el filón. Los fragmentos se sacaban de las galerías
de la mina para lavarlos y transportarlos luego a su destino. Habida cuenta de que las
minas estaban en el desierto y que casi todos los mineros eran cautivos de guerra, el
maltrato y la escasez de agua hacían estragos entre ellos.
CAMPESINOS
Regían su vida por las estaciones, que para ellos eran tres: Inundación, Siembra y
Cosecha, pero de forma especial por las crecidas del río.
Después de que los terrenos inundados
afloraran, era necesario volver a medir y señalar
las lindes, tarea que realizaban los escribas. Tras
esto, el cabeza de familia trabajaba la tierra,
llevando un arado de madera del que tiraba una
pareja de bueyes dirigidos por un niño, y detrás el
resto de la familia sembraba el grano,
proporcionado por los almacenes del Estado.
Al terminar, el ganado se soltaba en la parcela para que enterrara con las
pezuñas la simiente.
Mientras llegaba la cosecha, se supervisaban los canales de riego y se cuidaba
de la ganadería: ovejas y cabras que pastaban cerca del desierto y bueyes y cerdos
criados en corrales.
En la siega también participaba toda la familia: el hombre delante con una hoz
de madera y pedernal y mujeres y niños detrás recogiendo las espigas. Concluida la
recolección, se llevaba la cosecha a la era donde se trillaba con la ayuda de bueyes y
se transportaba a los silos públicos. De allí se repartía a funcionarios, esclavos, obreros y
se guardaba el excedente para compensar los malos tiempos.
Durante la inundación, los campesinos se dedicaban a la limpieza de los canales
de regadío o eran llamados para trabajar en las obras públicas.
ESCLAVOS
Al principio, la línea que separaba al esclavo del siervo era muy tenue, ya que
todo Egipto pertenecía al faraón. Las campañas bélicas victoriosas trajeron multitud de
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esclavos reales como botín de guerra, por lo que la abundancia hizo que fueran
distribuidos entre los templos y los particulares.
Un esclavo tenía derechos legales, podía
conseguir riquezas, y recibía un buen trato, sobre
todo los destinados al servicio doméstico. Debían
recibir como pago alimentación y alojamiento,
pero también una cantidad determinada de telas,
ropas y aceite, y podían comprar tierras o ser
mantenidos por su amo. Está documentado en
papiros de la dinastía XVIII que algunos trabajadores se vendían a sí mismos,
asegurándose así mejores condiciones de vida. Otra cosa era el trato que recibían a
manos de sus guardianes los prisioneros de guerra destinados a las minas de Nubia y el
Sinaí.
PIRÁMIDE DE CLASES SOCIALES
FARAÓN
SOLDADOS
COMERCIANTES - ARTESANOS
CAMPESINOS
ESCLAVOS
SACERDOTES VISIRES
ESCRIBAS FUNCIONARIOS
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ACTIVIDADES POSIBLES PARA DESARROLLAR √ Ilustrar en una escena los diferentes miembros de la pirámide social de la cultura
egipcia.
√ Observa las siguientes imágenes de actores sociales de Egipto e indica brevemente a
qué clase social pertenecía. Fundamenta tu respuesta.
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√ Enumera en pocas palabras qué realizaba cada actor social.
√ Selecciona una clase social de Egipto y relata cómo sería un día de su vida como si
fueras él.
√ Investiga sobre una de las clases sociales. Realiza una breve reseña sobre lo que has
encontrado y luego prepara una presentación (con afiches, en pc, etc.) para
compartirla con tus compañeros.
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