01íºúíea eonómíeaD E LO S
R e ye s C a t ó l i c o s- 4
ESTUD IO HISTÓRICO '0RÍTICO
l e i do e n l a so l em n e c l a usura de l a S e ri e de C o nfe ren cza sdada s e n l a S o czeda d Eco n ó m zca Gra cz e nse de Arru gas
de l P a zs, pa ra co n m em o ra r e l I V C e n te n a rzo de l de scubn m ze n to de Am e rzca ,
D . ÁLVARO LOPEORRIOLSP R ES I DEN T E D E D I CH A S O C !ED AD ECO N Ó M I C A, I N D IVI DUO C O R R ES PO N D I EN Í E D EL AS R EA LES AC AD EM |AS D E BU EN AS LEÍ R AS D E BARC ELO N A Y M ATR I T EN SED E J U R I SP RU DEN C I A Y LEGI S LAC I O N , S O C I O H O N O R AR I O Y R EP R ESEN TA NT ED E LA AS O C I AC I Ó N D E ESC R I TO RES Y AR T I S T AS , M I EM BRO D E LOS CO NGR ESOS ECO N Ó M I CO Y M ERCA N T I L D E B ARC E LO N A , VI CEPRES I D EN T E D E LAAS O C I AC Í Ó N D E PUBL I C I S 1'AS E I N D IV| D U O D E O T R AS VAR I A S SOC I EDA D ESC IEN Í I F I C AS Y L | Í ER AR IAS .
1 894
EST ABL EC I M IENT O 'I I P O GR ÁF I C O D E M I GU EL
M ayor, 23 .— GRAC IA (BAR CELO NA)
Excm o s . S e ñ o re s
S eñ o re s
%¿xespléndida ñe
'st a con que el Viej o
y el Nuevo Mundo co nmemo ran eneste año de gracia 1892 el cuart o Centenaíº io del descubrimiento de América ,desp iert a y aviva en l a memoria de loseruditos y aún en l a fantasía del vulgoel i nterés histó rico de aquel la ya remot a centur ia en que se cumpl ieron paranuestra patria t an al tos y trascendental e s designios de l a Providencia . Todol o que á aquel l a glor io sa época se reñere , ha recobrado en esto s días el encant o de la novedad
,el vigor y el color ido
de las co sas actuales y vivientes . Nose vió jamás, no volverá á verse fácil
6 POLÍTICA ECONÓMICA
mente,que todo un período histór ico
resucit e y surja,por decir lo así , de l
fondo de esa tumba en que r eposa l opasado y muer to . y que ra sgando lo svel os del t iempo , se nos aparezca denuevo con todo el bri l l ante atavío desus esplendores y grandezas . Pueblo s ynaciones
,evocando en determinados
momento s lo s anales de su parti cularhi stor ia
,feste j an á l a s veces un hecho
aislado,una efeméride cu lminante , un
recuerdo gl ori oso ; l evantan una estátuaÓ erigem un monumen t o que perpe tú elam emo ria de un hombre , de una fecha ,
de un acontecimiento por algún co ncept o dignos del cu l t o cívico de l a poster idad ; mas sol o e sta vez hemos vist ocomo á un t iempo mismo
,en uno y otro
hemisfer io , se ha despertado el e ntu
siasmo públ ico á impulso s de una sol aidea y de idént ico recuerdo
,y como
al festej ar por modo in sól it o y extra ó r
dinario aquel act o de sublime audaciaque di lat ó l os ámbito s del Mundo an
t igno , t razando nueva s direcciones ála s corrientes de l a act ividad humana , ha surgido en derredor de l a ima
D E LOS REYES CATÓLI COS 7
gen del inmorta l argonaut a de Palo sla re a 1idad hist ór ica de l ti empo de su sdescubr imientos, como si la luz irradiant e de su genio
,desvaneciendo l as
sombras de cuatro s iglos , diese vida yreli eve á l os vari ados accidentes deaquel l a centuri a coetánea . Ya no e sso lo l a figura casi l egendaria de Colón1 0 que se admira ; ya no es sol o el de scubrimiento de América 10 que se recuerda ; es t oda l a grandi osa epo peyadel siglo XV en su mitad postr era , queseñala en España el comienzo de l aEdad moderna y el o ríge n propio 6 inmediato de nuestra hist or ia genera l .
Ar tes,indu stri as , ciencias , l i teratura,
t odo á una ha colaborado en esta singul ar re surrección , en este estudio retros
pe ctivo que ha venido á popularizar elconocimiento de tantas co sas y hechosno b ien conocidos O t a l vez del todo igno rado s por la muchedumbre indo cta
pre sentándo se l o s gráficamente á la impre sión de los sent idos con el auxil ioeñcaz de l as formas plá st icas .
— Hemosvisto mecerse gal l ardament e en agua sde nuestro s puert os l a reproducción
8 POLÍTICA ECONÓMI CA
ñde lísima de la primera ñota co lombina
,dándonos ej emplo vivo de lo que
fueron las nao s y carabelas de aquel per iodo de nuestra arqui t ectura naval ;hase rest aurado y e n gran parte reconstruido ,
allá en l a provin cia de H ue lva ,
el cé lebre monasteri o de S ant a Mar íade la R ábida , oasi s ho spit al ari o para elerrabundo ge no vés en su peregrinaciónpor e l de siert o de sus desengaño s yamarguras : monumento venerando del a arquitectura monást ica , mucho másinteresant e que cual o bra artíst ica , co
mo test imonio sin par de cuanto se debeal Claustro y á l a Igles ia en l a obra denuestro pr ogreso nacional ; en fest ivale sy cabalgatas , en fa r s a s escénicas ypúblico s espectáculo s se han repro ducido con arreglo á l os modelo s de l a Indume ntaria , de l a Herá ldi ca y de laArqueología
,vest iduras y t ocados , e s
cudos y pendones , armas y trofeos ,figuras y per sonajes de fines del sigloXV ; en l ibro s y foll etos , en revistas yperiódico s
,en Atene o s y Academias ,
en Conferencias y Congresos,se ha di
cho y escr ito, en el e spacio de esto s
DE LOS REYES CATÓL ICOS 9
últ imos meses , imponderable copia det rabajos li t erari o s y de estudios crítico sSobre tan variado s y múltiples asuntos ,de ntro de una ba se común de unidad ,
delineada por el objet ivo capit al delCentenario , que ya no sé qué quede po rexplicar mi por o ír
,desde l as más e le
vadas disquisiciones geográfi cas y e tno
lógicas sobre l a virgen América precolombiana y la constitución polít ica y lacul tura general de nuestros reino s en laépoca de l hasta l adu1 0 e y melodi osa música de l o s romances y vil lancico s que r e galaba el oido ycomponía el atr ibulado ánimo de la cultísíma Isabel en la int imidad de suCorte y la del severo fabo rdó n y delapocalíptico canto de la Sib ila que poraquel t iempo entonaba l a clerecía en elcoro de l a catedral de Toledo . Noquiero yo apreciar h ast a qué puntoesta copiosa producción l i terar ia y cie nt ifi ca, determinada en su mayor partepor el exceso de una dem anda urgentey de circunstancia s y movida a l vaporde una premio sa oportunidad , haya podido aportar gran caudal de nuevas y
1 0 POLÍTI CA ECONÓMICA
o r iginale s investigaciones para e l futuro enriquecimien t o de l a crít ica h istó rica ; pero es indudable que , aun dej andoaparte l o poco 0 mucho que en el fondodel criso l ve nga á p o sarse , como verdadero y subst ancioso sediment o c ientí
fico , luego que cese l a ebul l ición de l osentusiasmos del Cent enario , t odavía l osupérñuo é inút i l par a el progreso de laci enci a habrá prestado excelen te ser
vici o como vehícul o de i lu stra ción popul ar
,vulgarizando el conocim ient o de
un o de los período s más intere santesy aún diré más dramático s de nuestr a
patria hi storia .
No h e de ser,pues , yo ,
que l lego yasobrado tarde 21 esta mode st a tr ibuna ,
ocupando el úl t imo lugar en el turno del a s Conferencia s organizada s por nuestra Sociedad Eco n ó m ica — para asoc i arno s de algún m odo al tribut o univer salde admiración y de grat itud que hanrendido á Colón l o s pueblos de l Viej o ydel nuevo Continent e ,— no h e de se r yo ,
repit o , quien acuda á espigar en camposde donde ya levan taron sus gavil l aso tr o s más expertos y avi sados segado
DE LOS REYES CATÓL ICOS 1 1
res , dejando só l o malezas y rastrojospara la e spo rtillada hoz de mi pluma .
Mas como quiera , obligado por el criter io común que preside á nuestras conferencias , á escoger el t ema de mi D i scurso de ntro de un orden de ideas relac io nada s con el suceso que se
'
couruemora ó con l a época históric a en lacual plugo á D ios que se r ealizas e ; ydeseoso por mi part e de que , en com
pe nsació n de lo s defecto s que l leve inevitablemente ,
cual obra mía ,este t raba
jo ,t enga cuando meno s algún in terés de
novedad que 1 0 recomiende , por estesol o méri to
,á l a benévola atenc ión de
m i auditor io , nada me ha parec ido tanpropio y adecuado á l a índol e y ñne s deuna Sociedad com o ésta ,
que vive decontínuo consagrada al es tudio de loscomplejos problemas económicos que laciencia y l a polít ica plantean y debatenen esta ú l t ima década del s iglo xxx, comovolver l a mirada hácia l os úl t imo s lust ro s de l sigl o xv
,hoj eando los anales de
una histor ia muy poco conocida y mucho menos vulgarizada
,l a de l a Eco no
mía polít ica en España,para buscar en
1 2 POLÍTI CA ECO NÓMICA
el exáme n analít ico y en la apreciaciónsintét ica de l o que me h e permit ido l lamar l a p o lít ica económ ica de lo s ReyesCató licos
,el primer esboz o y el pr imi
tivo o rígen ,de una reconst itución , en0 1 erto modo si stemátic a
,de l os e lemen
t o s económico s del paí s .
N ecesit a el enunciado de mi t ema presentar se aparej ado de alguna explicacio n aclaratoria que fij e su verdadero alcance y el sentido propio en queaplico l a expresión moderna de po lít icaeconóm ica, tratando de un rei nado y deuna época en que ni fué conocida estaexpresión ui siquiera el concepto genera l que con el la moderna mente designamo s. Porque no es est a sólo una cuestió n de aparent e impropiedad en ell enguaj e, 1 0 que al cabo sería pecadoven ia l que vuestra i lust ración fácilmen
te discu lpara : mucho más me importaanticiparm e á la censura que se mehiciese
,suponiendo tal vez que , eucari
ñado con el asunto del d i scur so y movido 21 exagerac ión a l admirar , como deciert o admiro ,
l a portento sa inicia t ivadesplegada en su gobierno por l o s C a
DE LOS REYES CATÓLICOS 1 3
tó l ic o s Reyes D . Fernando de Aragóny D .
“Isabel de Castil l a
,hab íame re
montado,en a las del entusiasmo
,hast a
las a l turas de una crít 1 ca general izadora y t rascendental á cuya luz
_
contemplase á lo s Reyes Catól icos po seedoresde toda una ñamante t eoría e conóm icay de todo un acabado sistema gubernamental sujeto á lo s pr incipios de una e scuel a y á los cánones … de una doctr in acientífica , t a l como si adelantándose , enuna concepción superior y clar ividente
,
al movimiento int electual de su época,
hubiesen venido á ser lo s precur soresde l a Eco nomía políti ca en España . Nada meno s que esto : no temais
,señores
,
que i ncurra en tan errónea exageraci ó n , que no deja , sin embargo , de serfrecuen t e
,cuando l legan á. ofuscar l o s
juicio s de l a críti ca l a pasión del e scrit or , el pueri l deseo de aparecer erudi t oó senci l lamente el afecto que se va co
brando al mi smo tema elegido y que parece ampliñcarse y ofrecer nuevo s punt o s de vista á medida que se adel ant a y
p rofundiza en su estudio . Tal ha acon
tecido,sin duda
,á aquel los escrit ore s
1 4 POLÍTI CA ECON ÓM I CA
que no sati sfecho s con reconocer ennue stro sin par D o n ! u ij ote l os imponderable s méritos de l a obra l i t erar ia . muybast antes po r sí so lo s para inmortal izaren mármoles y bronces l a glor ia de Cervantes , se han empeñado en presentarnos á éste como génio omni sciente , descubri endo entre l as línea s de su rego c i
jada novela,con lo s Buscapz
'
és de unacrít i ca exagerada , l o s secret os de unasmal ici as que no t uvo y lo s tesoro s deuna cienci a universal que segurament eno poseyó — s in ofensa puede decirsee l ingenioso manco de Lepanto .
Hoy que l a Economí a polít ica yaco nsti tuye una verdadera di scip l inacientíñca ,
un conjunto sistemático deverdades
,más ó menos absolutas ó cir
cunstancia le s, pero a l fin acredit adas ócontrast adas en el t erreno de l a expe
riencia ; hoy que l a Economía polít ica ,como cienci a que se ocupa de l a producció n
, circulación ,distr ibución y cousu
mo de las r iquezas,es ya un cue rpo doc
t rina l de cuyo conten ido se desprendenprincipio s y normas de conducta práctica que pueden aplicar se , con criter io
DE LOS REYES CATÓLICOS 1 5
constante y ciert o,á las rel aciones que
nacen de l os fenómenos económico s ydel común trato y ordinari o comercioent re los hombres y los pueblos ; hoy, enñu, que tenemos esta ci encia formada yconstituída e n el te
'
rreno especulativoó t eóri co , surje naturalmente , de estaciencia ap1icada , el arte práct ico de laP olít ica e cO n óm z
'
ca , cuando aquel los princ ipio s, aquel los t eoremas , que no son ,
después de t odo,vagas y quimérica s
concepciones de l a razón pura , si no consecuencia induct iva de la observaciónexper imenta l , se adoptan como ley po
sit iva y regla de conducta en l a gobernació n del Estado : elevada dire c
ció n científica,de la que n o cabría
hoy prescindir,vo lviendo á lo s t iempos
de un vacilante empiri smo económico ,porque
,como acertadamente ha dicho
Colmeiro , no e s, sin duda, l a economíapolíti ca por sí sol a la ciencia de la g o
bernac ió n del Estado ,m á s debemos
contar co n'e l la como un auxi liar pode
r oso y necesario en todas l as co sasa l legadas á las artes de l a paz , de cuyoejerci cio nace l a abundanci a de l os bie :
1 6 POLÍTI CA ECONÓMICA
nes que n o s dispensa la natural eza y delo s l ogrado s por l a industri a del hombre mediante l a virtud del t rabajo .
Nacida muy modernamente , cas i enl o s albores de nuestro siglo , l a cienciaeconómica propiamente dicha ; apena scolumbrada y nunca formalmente deñnida entr e aquel lo s escr it ores ,más bienñló sofo s, teólogos ó moralist as que , como los Padres Juan de Mar iana , Do
mingo S ot o,Juan de Medina
, Giginta yAndrés Mendo
,como Gonz ález de C c
l lo rigo , Rivadeneira , Mercado , Luís deMol ina . Al onso de S andoval
,S ancho
de Moncada,Saavedr a Fajardo , Marti
nez de l a Mata y tanto s otros que dent ro de nuestra España y en los s iglos XVIy XV I I estudiaron parcialment e diversa scuest iones económica s
,t ale s como l as
del val or de l a moneda y sus a lteracio
nes , el préstamo con interés y 1a l ícítudi l i ci tud de l a usura
,l a mendicidad, la
esc l avitud y lo s problemas de l a despoblació n del reino en rel ación con laru ina de la agri cul tura y l a decadenciadel comercio y de l a industri a ; descono cida aquel l a ciencia por compl eto en
DE LOS REYES CATÓLICOS 17
el sigl o xv . de cuya época apenas ten
go noti cia de otr o estudio de caráct ereconóm ico que el l ibr o escri t o en 1 487por el catalán Arnaldo Capdevi la T racta t ó compendz
'
fet de las mo n edas que he
visto reimpreso en l a obra de Salat so
bre l as m oneda s del pr1nc: 1 pado de C a
taluñ a ; evidentemente sería imperdonable anacroni smo el querer censurary juzgar la s l eyes y pragmát icas de l o sReyes Catól ico s dictadas sobre mate.
ri as per t enecientes a l régimen y fo
mento de l a r iqueza públ ica,con crite
r io análogo al que hoy apl icamos á l asdisposiciones arance l arias y ñnanc iera sde los gobierno s con st itucionale s denuestros día s
,que r eal izan en la s e sfe
ra s del poder y en lo s acto s legislativos de l a administración general delEstado l a s teo rías y aún veces l asutopía s de la e scue l a económica á quelos pro h ombre s de part ido se hal lan afil i ados .
Per o entonces,como ahora , como
siempre,desde que el hombre existe ,
en vida de relación con Su semejante, con sus i rredimibles n ecesidades por
t)H
1 8 POLÍTI CA ECONÓMICA
t ormento . con e l i nstint o de con servació n por estímulo , con la ley del t raba
jo por penit encia , con l os elemento snaturales po r
'
pro videncia l auxil io , conel derecho de propiedad por re compen
se ; entonces,como ahora
,señore s
,
porque es un hecho hum ano anter ior ysuperior á toda cienci a que l o deñnay á toda l ey que lo regule
,exis
tió el h echo económ ico , es decir , el act oproductor de l a r iqueza
,el aprove
cham ie nto de los dones naturale s,l a
apl icación var iada del t rabajo,l a co
rriente contínua de mútuas ne cesida
dade s y servicios , el movimiento pro
pulso r del cambio ; t oda esta serie , enfín
,de fenómenos sociales que co nstitu
yen l a manife stación de la a ct ividadproductor a y ú ti l del humano e sfuerz o á que l lamamos vida económica , ycuyo estudio forma el objeto particularde l a Economí a polít i ca . Y así, baj o est econcepto
,cuando trato de examinar ,
para pr esentar l o á vuestr a admiracióny ap lauso — poco es 1 0 que no l o merezca— cuanto y cuan sabiamente legislaronen el siglo xv l os regios consortes fun
20 POLÍTI CA E CON ÓM I CA
n ecesidad de haceros que me refier oconjunta e indist intamente á uno y otr ode aquel l os monarcas , como quien l esatribuye por igual m anera y en idéntico grado e l impulso inicia l de l a r est anración económ i ca en su t iempo r eal iz ada . No echo en olvido
,al expresarme
a sí , que el matr imon io de l a pr incesaIsabel , jurada y reconocida en lo s Toro s de Gui sando por sucesora del trono de Cast il la ,
con el infante D . Fernando
,heredero de l a corona
_
de Ara
gó n á l a muerte de su padre D . Juan II ,si e st abl eció la s bases de la futura un i
dad nacional y preparó e l cam ino á l aunidad de l a m onarquía e spañol a, sol oconsumada , en r igor de verdad . cuando ambas coronas vin ier on á fundir sesobre l a s siene s de la infe l ic ísíma Doña
Juana ,no m o diñcó
,sin embargo
,en e l
t erreno lega l,l a const itución pol ít ica
de uno y o tro reino que debían conservar su part icularidad jurídica y socia lcomo Estad o s independient es , reco no
cie ndo por soberano propio al príncip eque re spect ivamente habían jurado .
Pero es l o cier to que si Aragón y C a
D E LOS REYES cm ó m co s 2 1
ta luña n o pue den señalar e ntre l as másgl oriosas esta ú lt ima página de su h is
t or ia d inást ica D i de ben agradecer áD . Fernando
,como rey de Aragón
,
grandes muestra s de paternal sol ici tudpor el biene star y pro speridad de sus
súbditos en est os reinos, ya que alej adode e l l o s casi con stan temente , so lo encont ada s ocasiones reunió sus Cortessin más objet o apenas que re cabar deel las lo s subsidios que necesitaba paral as empresas guerreras en que anduvocomprometid o ; aquel mi smo príncipe áquien no podrían negarse sin injustici asu s re levantes cualidades de ta lento , desagacidad políti ca, de habilido sa dipl omacia y de enérgica volun tad , síntió se
desde entonces bien ha l l ado en su nueva Corte de Castil la ,
y á las t areas desu gobierno c o nsagró se por ente ro
,
atraída con marcada preferenc i a suatención por l a magnitud e importanc ia de l o s aconte cimiento s que en e lt erritori o de l a Península , al lende elEbro
,íbanse desarr o l l ando durante
aquel providencial reinado de D …
a
Isabel
,primero con la guer ra de Portugal
22 POLÍT I CA ECONÓMI CA
que a seguraba su derecho á la coronacontra las re sist encia s de l o s part idari o s de l a Be ltranej a ; l uego con l a lncha pol ít ica sosten ida contr a el poderde una nobl eza cada vez más alt iva ,
desmandada y turbulenta, re cabando
para l a au toridad real la fue rz a y e l
pre st 1g 1 0 que había perdido en l o s calam ito so s t iempos d e Juan I I y deEnrique IV ; más tarde con l a decisivaguerr a de Andalucía y la toma de Granada
,ú ltim o e anto del grandioso poe
ma de la Reconquista , que reconst ituíal a unidad mater ia l de la nación al rec o jer, entre l as ruinas del imperio de losmusl imes , l o s de smenuzados fragme n
to s del t rono de R e caredo , perdido sent re l as agua s del Guada le te ; pocodespués con l a e spulsió n de lo s judíosde t odo s l o s dominio s e svañ o le s y mástarde l a sumi sión de los moriscos deGranada
,del A lbaicín y de S ier ra Ber
mej a que res tauraba en España , después de och o s iglo s
,esta un idad rel i
gi o sa que solo en nuestros días habíamos de ver más quebrantada en latol erancia de las l eye s que e n l a intimi
DE LOS REYE S CAT ÓL ICOS
dad de las conciencias ; luego con la esp inosa y difíci l r eforma de l clero y de l asÓ rdenes rel igio sa s que re stab le cía l a ant es r elajada di scipl ina monásti ca y l apurez a y seve ridad de la s co stumbresecl esiást ica s , y con l a lucha diplomática , r espetuosam ente so stenida con laSanta S ede ,re ivindicando co n persi stent e firmeza las regalías de l a Corona cont ra l a s pretensiones de l a Curia Romana ; con las caba l lere scas empresas dela guerra de It alia que inm o rta liz aro n
el n ombre del Gran Capitán Gonzal o deCórdoba
,y más que todo , señore s , con
el fel iz descubrimiento de la ignota t iefra americana que inesperadamente ypor un venturo so halago de la fortunavenía á poner en las manos de nuest rosreyes el cetr o de los más va sto s dominio s q ue pudo soñar l a fan tasía del másco nquistado ry ambicio so de lo s C ésare s de l mundo .
Es achaque muy común entre los e s
crito re s é hi stor iógrafo s cast el l ano s e lde con sumir t odo el incien so de su s just ísimo s elogios an te el soberbio pedesta l en que se asi ent a la veneranda ñgu
24 P O LÍT ICA ECONÓMICA
ra de la Reina Catól ica , atr ibuyendo áé sta poco m enos que en abso luto todasl as grandez as v t odo s l o s laurel e s deaquel r einado que acabo de recordaro sen fugaz bosquej o
,y dejando
,por decir
1 0 así , vel ada y sin re l ie ve l a del i lust r eDon Fernando
, sí moralmente m eno ssimpát ica V at ract iva para el se ntimie nt o popula r
,no menos digna de adm ira
ció n para l os polít i cos y estadi st as .
Ninguno más estremado que Clemenc ín e n semej ante achaque
,y sin embar
go , de l as n o tables I lustrac iones con queava lo ra su Elog i o de la R e ina C ató l ica le ido ante l a Real Academ i a de l a H i stor ia por lo s años de 1807, h e adquiridopreciosas y poco esparcidas no t ic ia s ei nvest igacione s
,pac ientemente rebu s
cadas por el autor entre el po lvo de l o sarchivo s
,que son auténtica prueba de
l a labor común á que ambos monarcasse dedicaban ,
con incansable ac tividad ,
e n el gobierno pol ít ico v económico delo s pueblos . Prescind 1 endo , pues , de l arazón legal que nos impediría siempredis cerni r méri t o s e iniciat iva s individuales , á través de la plural idad de con
DE LOS REYES cm ó u co s 25
t ínuo emple ada en la s fórmula s camcil lere sca s de l o s documento s emanado sde l os Reye s Catól ico s y por co nsi
guiente de lo s despachos,provi si ones ,
privilegio s y pragmáti ca s que componen el nutrido conjunto de su legisl ac ió n económica , de la cua l h e formadoe l especial obj eto de m i estudio parae st a conferenc ia
,pues de seguro no ig
no ra is que cabalmente una de las pr inc ipa le s bases del concie rto est abl ecidoentre Isabel y Fernando á raiz de su eul ace matrimonia l y políti co fue l a deque
, así como se estampar iam e n las
monedas l os dos busto s y en l o s sel lo sl as armas enlazadas de Cast i l l a y deAragón
, e spediríanse firmadas por ambos consortes las car ta s y demás provisi o nes r eales
, paréceme que l a críti cahi stór ica ve rdaderamente imparcia l ysere na
,desl igada de toda prevención
que se inspire e n l o s exclusivi smos dele spír itu regional i sta
,debe admitir sin
reparo que compartan Fernando e I sabel en la s al turas de l sol i o donde seaunaro n sus destinos y lo s de l a pátri ae spañola
,l a glori a perdurable de aque
26 POLÍTICA ECONÓM I CA
l l a be néñca y rest auradora pol ít i ca queno s abrió el camino de l a pujante pros
peridad con que , en riqueza y poderío,l legamos poco más tarde á col o carno sá l a del anter a de la s potencias de Europa . Porque no hay duda
,señores :
aquel reinado señala bien marcadame n
t e , no por el convencional ismo de unacronol ogía fij ada á p osterz
'
o rz'
sino por l apropi a natural eza de l as cosa s y el proceso histórico de los hecho s e l pr incipiode una nueva era en todos l o s a specto sd e nuestra v ida públ ica . Con é l empiez a ,
'en rigor , l a edad moderna en E spa.
ñ a . L a mudanza operada en la c o nstitució n externa de l o s estados regionale ssuj eto s desde entonces á un poder com ú n , imprimió á la pol íti ca y en ci ert omodo á la legis lación un caract er de genera l idad naturalmente der ivado de l aunidad de inicia tiva en la acción y en elconsej o ; e l desarrol l o de la s r elacionesexteriores y l a exten sión de nuestro poder io mil it ar , polít ico y mercanti l dió elprimer impulso l o s vuelo s de l a moderna diplomacia
,y conquistó para
nuestra nación una inñue nc ia p odero sa
28 POLÍTICA EC O NÓMICA
industr ia s , al comercio inter ior . á l aagricul tura y singularmente á la ganader ia , con el fomento de las obra s p úb l icas, con l a reglamentación ó e stabl ecimiento de ciertos serv1 0 1 o s de ut ili dadgeneral
,se fo rt íñcan y re const ituyen
l a s fuerzas productoras de l a nación ,
l os elementos t odos de l a vida e co nó mi
ca,ha st a entonces e scasos . disperso s ,
inseguros y a ú n diré atro ñado s en medio de la contínua zozobra y desastrede una guerra secular que a so laba l o scampos
,amagaba l a s vi ll a s y ciudades
y había de ser forz o samente l a másgrave pre ocupación de lo s reyes y delo s pueblos . O tra vez lo repit o : en elreinado de los Rey es Católicos empiezal a edad moderna de España , como potencia polít ica y como nación ejemplaren orde n al progreso y la cultura . Pudimos hasta entonce s t ener pa lma l o s es
pañ o le s en la ma te ria lidad geográficaé hi st órica del te rri torio ; sólo desde emto nce s se form ó e se compuesto de intereses morales y económ icos que l l amamos pa ís , por una dist inción de lengua
je cuyo fundamen to sabemos concebir
DE LOS REYES cn ó u co s 29
aunque no expli car . Y tanto más admirala grandiosa obra acom etida y en meno sde un cuart o de siglo realizada pornuestros Reyes Catól icos
,si reparamos
cuanto era el de sorden y tr ast orno general de l a s co sas
,cuan t o el mísero e s
t ado de p_
o stración y ru ina en el inter ior del Reino y cuanto su descrédito ymengua ant e la opin ión de l as n acionesextrañas en e l ominoso r einado de donEnrique IV de Cast il la
,que precedió a l
de D .
a Isabel . Par a comprenderl o,oi
gamo s al cron is ta ! urita ( 1) cuando alr eseñar la embaj ada que en 1 473, p e nú lt imo año de aquel r einado
,envió e l
duque Carlos de Borgoña al malave ntu
rado — D . En rique,en só n de re co nven
c ió n amistosa,no por- esto meno s humi
l lante , no s dice : “No ce saron aquel l os
,,embajadore s de exor tar a l Rei de
,,Casti l l a que considerase at entamente
,,cuanto s excesos se cometían e n su s
,,reinos
,y cuanto menosprecio había de
,,l a just ici a y cuanta libert ad tenían lo s
,,poderosos par a abat ir á l os que no lo
( 1 ) Anal es . — L ib . XVIII, C ap . 6.º
30 POLÍT ICA ECONÓMICA
,,eran , cuan desolada estaba la republi
,,ca ,y cuantos r obos se hacían del
,,patrimonio Real , y cuanta licencia te
,,nían t odo s lo s ma le ch o re s, y que esto
,,era con tanto atrevimiento , como sino
,,hubiera juicio entr e lo s hombres .
“
Por su part e un historiador mo derño ,
el i lustr e Lafuente trazando el tri st e cuadro que ofrecía Cast il l a en las
po strime rías de aquel reinado , pin t acon enérgi cos y sombríos “ l a
,,degradación del trono
,l a impurez a de
,,1a privanz a , l a i n so lenci a de l o s gran
,,des, l a r elaj ación del cl er o , el estrago
,,de l a moral pública ,el encono de los
,,bando s y el desbordamien to de la s pasi ones en su más al to punto … l os cas
,,t i l lo s de lo s grandes convert ido s en
,,cuevas de ladrones
,l os pasaj eros ro
bados en l o s caminos , la justicia y l a
,,fe públi ca escarnecidas , l a miser ia de l
,,pueblo in sul tada por l a opulenci a de
,,l o s magnates
,l a l i cencia introducida
,,em el hogar domésti co , el regio tálamo
,,mancil l ado
,l a cor te hecha un lupa
( 1 ) D 1 5 cur5 0 p re l im ina r .
DE LOS REYES CATÓL ICOS 1
y la nación en uno de aquel l os
,,caso s y situaciones extr ema s , en que
,,parece no queda á lo s reinos sino l a a l
,,ternativa ent re una nueva dominación
,,extrañ a ó l a disolución inter io r del
,,cuerpo socia l . “ ¿Cómo e ra posible que ,en medio de t al desquiciam iento y det anta calamidad
,no digo prosperasen
pero siquiera existie sen , con vida másó menos trabajo sa y dif1 cil, ld agricul
tura , l a industri a,el comercio
,est o s
út i les mini st erios de l a paz,que deman
dan para su ordenado y provechosofuncionamiento l a salvaguardia de l a
l ibertad civi l y pr ivada , el seguro de l apropiedad individual
,l a garantía de la s
l eyes,el amparo de l a justi cia
,l a e sta
bilidad y el crédit o de l os gobierno s !Cuando otras causas no hubie se , bast aran á consumar l a ruina económ ica de lre ino la s despi lfarradas pro digal idade sde aquel monarca que conoce l a his t ori a con el nombre de mercedes e nrique
ñus, y la anarquía y corrupc ión 1 ntro
ducidas en el cuñ o y en el va l o r de l amoneda . Con 10 primero h abíase empobre cido l a hacienda y el patrimon io
32 POL ÍTI CA E CONÓMI CA
Real hast a un extremo que sus renta sd i staba n mucho de equipararse á l as delos noble s y señore s favor ec idos ; con 10segundo pro dú jo se una espant o sa confusión en las t ransa cciones y una t a lca re stía de t o dos l o s artícul o s y m enest er es que hacia l a vida poco m eno s queimposible .
A uno y ot ro de l o s graves males queacabo de señalaro s hubo de pone r pronto y eficaz remedio ] a enérgica vo lun
t ad de los Reye s Catól icos . La revocació n de las imprudentes l ibera l idadesde Enr ique IV y l a reivindica ci ón de la sabusiva s usurpaciones que la debil idadde est e y otros anteri ores Monarca shabía consent ido
,era empresa que al
interé s económ ico de la nación y de l aCorona unía el interés políti co y social .T ra tábase de robustecer l a autoridad yel prest igio del T rono
,de reducir á sus
Justo s l ímit es e l poder y la influencia dela nobleza
,de e stablecer una sa ludable
y equi l ib rada p o nde ració n en tr e t o do sl o s elem e nt o s socia le s , de suert e queno fuesen ya tan sol o lo s pr ivil egios dell inaj e y las proeza s de l a espada sino
DE LOS REYE S c .n ó u co s 33
t ambién la c iencia , l a virtud , el mérit oper sonal , aun cuando se di esen esta scual idades en hombre s salido s del e stado l lano , l o s t ítulos que habili ta sen parades empeñar cargos y o fi cios públicos ypara merecer de lo s Reyes h o nores ydist incio ne s . Ejempl o admirab le de C Omo aplicaban prácticamente aquel l o sMonarcas de derecho divino , sin pro fundizar en nuestras modernas fi l osofíaspol ít icas , el pr incip io de l a verdaderademocraci a cri stiana que reconociendoá cada cua l hij o de sus obras , permiteá los humildes elevarse por sus mérito shasta l a s al turas en vez de buscar el nivel de l a igualdad, como la pseudo-dem o cracia raci onali st a , en el general rebajam iento de todas l as capacidades .
Má s dejando á un l ado est e a spect opo lít i co para fijarno s t an sol o en el as
pe cto económico de l a radica l ísima ytrascendental reforma ll evada caboen la s Cortes de Toledo de 1 480, fuerzaes admirar el prudent e tact o y la ent ereza no exenta de moderación con quel ograron lo s Reyes Catól icos r evert iren su mayor parte á l a Corona l o s pin
34 P U L Í T I C A ECONÓMICA
gues bienes arrebatados á su patrim o
nio,importando la rent a de tales bienes
la considerabl e suma de t rein ta cuentos
(millones)de maravedi s . A poco más deest a sum a se elevaba la renta tot a l dela Corona de Cast il l a a l empezar el reinado de Do ña Isabe l . Fiada la ej ecuciónde esta reforma al i lustrado y justicierocr iteri o de hombres tan eminentes enciencia y v i r tud como el Cardenal Mendoza y F ray Fernando de Tal avera ,re a l iz ó se sobre bases prudenciales yequitat ivas
,anulando en absoluto l as
mercedes que reconocían su o r igen enuna mera l iberal idad
,reduciendo á tér
minos proporcionados y decoro sos lasque se habían a lcanzado como premiode servm1 o s
'
hecho s a l Estado 6 á losr eyes y pagando á l o s poseedore s devale s el verdadero precio de su adqui
sic ió n . N i altez a de 1 inaíe , ni valim ient oc o n l o s reye s , ni l a adhesión y servicioá sus personas fueron part e á quebran '
t ar el saludable rigor co n que se aplicaba aque l l a justa reparación de lo s perjuicio s causados a l Erar io ; y es curiosoen este se ntido el C ua dem¿0 de la s dacla
36 POLÍTICA ECON ÓMICA
cla ir a l mismo Cardena l de España donPedro González de Mendoza . R e spe tá
ron se, sin embargo
,y pruébase con
el lo el i lu str ado cel o de l os R eyes C atól i cos — l o s juro s ó mercedes afecto s áinst itut o s de en señanza 6 benefi cencia,como el de maravedis que secon servó a l estudio de Segovi a paraque se en señase gramáti ca
,l ógica y fi
l o sofía moral , con l a sin gul ar prevenció n de que sí n o l o h z
'
czesen bz'en quedase
suprimido el juro ; y las pensiones quese dest inaron
,del producto de l a s ren
ta s revert ida s,al al ivio de la s viudas y
huérfanos de los que sucumbieron e n l aguerra habida con Portugal en lo s pr iros años de aquel reinado .
Tan acertada s reformas,á l as que
sirvieron de comp] eme nto el arregl o delos impuest os verificado en las mi smasCortes de 1 480, el buen orden intro due ido en l a administración de l as renta spúbl ica s y ot ras varias providencias delrégimen económico de que sucesivamente habremo s de hacernos cargo , repusieron al Erar io de sus pasados quebranto s, alenta ron l a confianza de lo s
I
DE LOS REYES CATÓLI COS 37
pueblo s , rehabi li taron desde luego e lc rédi to del Gobiern o y fueron
, e n su
ma , el preludio de una nueva y dese ono c ida p o lítica paterna lm e nte solicit a del a riqueza y pro speridad de la nación .
A sí fue pos ible que,a l ver cumpl ido s
con rel igiosa exacti tud l o s comprom i
so s pecuniari o s que ocasionara la guerra de Portugal , se ofrecieran al Gob ie rno
,con motivo de la de Granada ,
capitales bastantes á l evantar un empre sti t o de 200 millones ; y así vemostambién que mientra s el arrendamientode las rentas reale s no excedía de die zmil lones de maraved i s en l o s últimost iempo s de Don Enrique IV , y el quese hizo en 1 477 montaba en l impio , ósea después de pagados l o s juros ypensiones entonces todavía subsi stent e s
,sin contar la s de S an
t iago , T oro , Madrid y O lmedo , alcanzóen 1 482, después de la s reformas de lasCortes de Toledo , l a cifra demaravedis
,no inc luyendo , por no ha
berse arrendado , l o s impuest os de Gal i cia
,Múrcia , Asturias de O viedo y de
Sant il lana y algunas ot ras comarca s ,
38 POLÍT I CA ECONÓMICA
cifra que en 1 504 , úl t imo año del r einado de Doña Isabel , e levó se muy cercade 343 mill one s , ademá s de otros 209 ymedio de servici o extraordinar io y para dote de Infant a s y otras cosas quehizo e l reino por aquel año .
Es hoy una verdad económica del dominio común y vulgar que l a monedametál ic a de oro y pl ata no e s mero signo representat ivo de un valor co nve ncional y arbitrario
,sin o que tiene el l a
mi sma un valor real e i ntrínseco , cuyaestimación , como en toda suerte de mercancías, depende de la propia cal idad yde l a mayor 6 menor abundanci a de l osmetal es
,del cost e de su extra cción y
acarre o y de l t rabaj o i ndustri al em
p le ado en l a fabri cación de las especie smonetaria s . También es cosa por demás sabida qu e si el acuñar l a moneda ,
fijar su peso y su ley y determinar lar elación que guardan entre sí l a s diversas especies c ir cu lantes , son funcionesdesde remot os t iempo s r eservadas á laautoridad de l o s príncipes
,como atr i
DE LOS REYES CATÓL I COS 39
butos de la soberanía mantenido s porl a sanción de severísimas penas , no esporque e l capricho del l egislador hayaquerido sustraer al l ibre ej e rcic io de lossúbdit o s l a facul tad de amone dar l o smetal es precio so s s implement e para
grange ar a l Estado l o s ben efici o s delmonopol io
,sino porque consti tuyendo
l a moneda , en t o do pueblo m edianamen
t e civi lizado , l a común medida de lo svalores para real iz ar en el co merc i o del o s hombres el trueque de productos yservicios sin las dificul tades ma t er ialesde l a gro se ra y rudime ntaria permuta ,se ha reconocido univer sa lme n te c omonece sidad social y polít ica la de garant i r l a l ea l tad y buena fe de lo s contrat o s y transacciones y evi tar l o s excesosde la codicia y de l a u sura ,
erigiendo
a l p o de r p ú bhco en guardador de uninteré s part icular en e l que se cifra unode lo s pr incipales elemento s de la riqueza de la s nacione s . Pues e sta do et r ina
,tan elem e n tal y divulgada en
nuestros día s,no l a penet raron segura
mente lo s polít icos n i l o s Reyes de laEdad Media que , así en España como
40 POLÍTI CA ECONÓMIC A
fuera de ell a , acudieron repeti das vecesa l rui no so a rbitrio de adult erar l a moneda , dism i nuyendo e l pes o 0 l ey de lo smetale s mientras conservaban su valornominal y su denominac ión primit iva .
No echaban de ver entonces , aunque nopor esto eran me nos cierto s los resu l tado s de tan empír ica provide nci a , tomada las más veces so pret exto de acudirá urgen tes apremio s de l a guerra
,que
sí de momento parecía sali r. gananciosoe l fi sco pagando sus obligaciones conmoneda co rm rnpida por un exceso del iga que rebajaba su ve rdadera ley , alfin y á l a p o stre había de ser igua lment e defraudado cuanta s veces volvieseá l a s arcas del Tesoro en forma derentas
, subsidió s ó a lca ba las ; que e l
i n stin to popular,más práct ico y av isa
do en lo tocan te á su s propias co nve
n iencias, necesariamente había de e s
tab le ce r comparaci ones ent re l a ant igua moneda legítima y la nue va moneda rebaj ada
,y buscando la debida pro
p o rc io na lidad de l o s valore s en la s transaccio ne s del comercio
,encarecer ta l
vez más de lo estr ictamente justo lo s
DE LOS REYES CATÓLICOS 4 1
precios corrientes de toda me rcadería ,con l o cual l a demanda disminuye, l aproducción se paral iza , l a escasez y lamiser ia cunden
,tr ayendo aparej ado to
do un trist e cortej o de calamidades ydi sturbio s ; y que , por último , est a perturbación inter ior de lo s reino s trascie nde en perjuicio del comerc io conlo s pueblos extraño s que re pugnan elt rat o mercant i l con una nación de defraudado re s, cuyo prínc ipe dá el ejempl o de inmoral idad que val ió 21 Feli peel Hermoso el cal ificat ivo de mo n edero
falso ap l icádo le por el Dante y que l eha conservado l a historia .
En Aragón com o en Cast il l a venía delej os el abuso de labrar
,por orden de
l os monarcas,moneda de baj a l ey , de
abatir y re acuñar l a l egít ima y de permit ir á los part iculare s que l a fabricasen su co sta ; pero el mal l legó á sucolmo en lo s t iempo s de D . Enr ique IV ,
motivando enérgicas re pre se ntac io ne s
de las Cortes de O cañ a e n 1 469 y de lasde Nieva en 1 473 . Cuéntanos un e scri t ore o e táne o ,de quien publicó un l argo fragmento Fr. L ic iniano Saez en el t ratado
4 2 POLÍTI CA EC O NÓMICA
de las monedas de Enr1 que IV ,que de
cinco ca sas real es de labrar moneda que
en todo el reino había , l l egaron á contarse hasta ciento cincuenta en el decursode t res años , por autori z ación de aqu e lmonarca , sin añadir l as muchas másque
,no en lugares recóndi tos
,s ino en
paz y en fa z de la autoridad,l abraban
moneda tan fa l sament e com o podían . Lamisma m oneda legal era obj e to de sucesiva s y frecuent es re acuñ ac io ne s conlas cuale s se tom aba á más baj a l ey,
proporci onando esta grange ría l o s m o
mederos y ne gociantes be nefi cios fabul o so s . R ebajó se el va lor de l a moneda ,de suerte que l a de ve l l ón
, que era uncuart o de real de valor 5 maravedise s
(ó diez blancas)hecha en fábri ca r ea l y
p o r con sigu iente l egít ima no va lí a unablanca , ni l a tenía de ley . S iguió se deesto el encarecimiento de las mercancías hasta e l punto de que la vara depaño que solía valer 200 mar aved i s l le
gó á co star 500,el marco de plat a que
val ía l legó á valer el quinta lde cobre que val ía pagábase á
de ta l manera que como dice el
44 POLÍTI CA ECONÓMICA
neda, quedando solamente autorizadasla s de Burgo s, l a Coruñ a , Sevil l a , Segovia y T oledo , á que más adel ante seañadió l a de Granada , e stableciéndoseen una de las pet iciones de aquel l asCortes
,que pasó á formar la ley l .
a
,
t it . X ,lib 1X de l a Novísima R e co pi la
cio n,que el marco de plat a fuese el de
l a ciudad de Burgos , de ocho onzas e lmarco ; que la p 1ata fuese de ley de o uce dineros y cuatro granos y que e l
peso del oro , en todo s su s Reino s y Señ o rí o s se acomodase al de la ciudad deToledo , así en dobla s como en coronas ,en ño rine s y ducado s y en todas l a smonedas de oro ; por pragmática dadaen Valencia á 1 2 de Abri l de 1 488 (1)proveyeron sobre la ley de la plat a señ a lando el marco y pesas para lo s metale s precioso s y di sponiendo que conpesos de hierro y de la tón se pe sasenen todas la s ciudades
,vil la s y lugares
la s monedas de “ex e len tes y m edios ex e
len tes,de ca ste l la n os y cua rto s de exal an tes
,
(2) Prag . de R am í rez . fó l . 222 — N o v . R e co p . l ey tí tu
lo IX . l ib . X .
D E L O S REYES CATÓL I COS 45
y ¿l e medio ca ste l la no , y dobla s , y _/lo rín es y
águ i las y ducado s , y cm s ados y co ro nas ,
cada una de el las bi en concer tadas yjusta s y que sean acuñadas co n sus t rochel e s “ ; prohibi endo como i lu strado senemigo s de l a ru tina que se cont inuase pesando las fal ta s de la m onedacon granos de tu go
,en lo que — dicen
“podría haber engaño porque unos sonmayores y otros menores“ sino que sefabriquen pesas de l atón de peso exact o y concertado y con marca conocidade Ia per sona por el l as deputada parafabri cad a s . Todavía aquel mismo añ o ,
por pragmática expedida en Val ladol idá 1 3 de O ctubr e , hicieron nueva de claración sobre el peso de l a m oneda deoro , previniendo que l o dispuest o se eut ienda y guarde en todos l o s pesos y pesas de 1 0 5 ma n ten im ien tos y o tra s co sa s que
n o so n 0 7 0 m'
plata . C u la nuestra merced e'
vo lun tad es que todas la s cosa s que se hu
m'
eren de pesa r en nuestros re in o s se pesen
p or pesa s que sea n igua les , e la s o n z a s res
po nda n las unas á la s o tra s ;“ en 1 497 (1 3
Jun io) expidieron desde Medina delCampo el C uaderno de O rdena n z a s para
46 POLÍTICA ECONÓMICA
l a l abor de l a moneda , algunos de cuyos capítul o s pasaron á la No ví simaRecopilac ión
,señalando el respect ivo
valor y ley de l a moneda mandandor efundir t oda la antigua de vel l ón yreit erando la prohibición de fundir moneda fuera de las Casas dest inadas ásu labor
,bajo tan rigorosa sanción co
mo que e n el capítulo 67 se impo ne lapena de muerte y l a pérdida de todo ssus bi enes al que fuese osado “de desfacer, n i fundir ni cercenar la s moneda sde oro y plata y vel lón
,
“ cualquiera quefuese el estado, preemine ncia o dignidaddel culpabl e ; y por últ imo en e l m ismoaño y en lo s de 1 479, y 1 483
promulgan nueva s dispo si ciones acerca de est a importante mater ia
,bien
para r egl ame ntar l a fabricación de momeda, bien para establecer la pr oporcion de l o s m etale s precioso s entre sí ,bien para uniformar e l valor de las monedas de oro y pl at a en todo el Reino ,
( 1 ) O rden am i en to h ech o él p e t ic1 ó n de las Co r tes de T ol edo , e n d ich a c¡uda d á. 28 de enero de 1 480.
(2) O rdenam i en to en que se s eñ a la e l v a lor de las monedas corr1 en tes de oro ; en M ad r i d at 1 9 de marz o de d ich o a ño .
DE LOS REYES CATÓLICOS 47
bo n cuyas providenc ias y las que sucesivam e nte dictaron impidiendo l a e s
tracc i6 n,ya dege nerada en abuso , de l
oro y plata,en pasta . en vaj i l l a o amo
nedado s, y las que se refie ren á 1a o r
de naci ó n de l as pesas y medidas en general , y e n cuyo exámen no me detem
g o por considerar l as más bie n de ordenpúblico y de poli cía in teri o r que de prim o rdia l in te ré s e conóm ico ,
rem ediaronl a anarquía monet ari a hast a entoncesimperante y restab le cie ro n l a co nfi an
z a en lo s ánimos y l a buena fe en last ran sacciones .
Just o e s , ant es de abandonar est epunto de v i sta del gob ie rno e conómicode l o s Reyes Cató l icos
, sincerarles de lcargo que alguno s econom i sta s han h echo en su contra
,por lo que toca al cá
l ebre ordenami e nto de Toledo de 1 480,el cual
,dando sat isfacción á inst ancias
ya formuladas cuatro años ante s p o rl o s Procuradores de la s Cortes de Madriga l , prohibió , baj o pena de muert e ,l a extracción exportación — como ahora decimo s — de lo s meta les amonedados
,suponiendo que tal medida era hij a
48 POL ÍTICA ECO NÓMICA
de un crit er io pro h ibic io n ista y de l acr eencia errónea de ser el oro y la plat a la ún ica r iqueza de l os o ueb lo s . Ya
dij e al princip i o que n ada me parecíat an int empestivo y aventurado e n mater ia económica
,de suyo circunstancia l
y r e l ativa , sugeta las más veces a l variado induj o de los accide nte s de lugary tiempo
,com o juzgar de los hechos
an tiguo s 21 l a luz engañosa de l os cr ite rio s nuevos y de l a s modernas lecci ones de l a ciencia o de la exper iencia . N i
l o s Reyes Catól icos adop taron de l igero , sino después de repetida in sistenciade los mandatar ios de las vi l l as y ciudades , una medida que su buen cr iteri o
pro bablem ente juz gaba t an perjudicialpara e l comercio exterior como de difici l cumpl imient o
,n i en verdad puede
decir se que se tuviese por entoncesclara noción de l o que hoy entendemospor régim en prohibit ivo ni mucho meno s del sistema m ercant il , como lo persuade el hecho de que precisam ente porno quer er impedir e l comerc io con losextranj eros pero deseando evitar el dañ o que resul taba de l a extracción de l a
DE LOS REYES m róm e o s 49
moneda , optasen por el t érmino medi ode obl igar á l o s negociantes á que l levasen en género s del reino el equivalent ede l o que de extrañas t ierras habíantraído . Después de t odo , no era co sanueva en Cast il la, ni siqu iera en Ara
gó n y Cataluña — apesar de que s iemprefue aquí algo más expansivo el comercio exteri or — l a prohibición de sacar delreino cier ta s cosa s y producto s que portal mot ivo se l l amaban o edado s . Ejemplo s de est a pol ít ica prohibit iva nos losofrece nuestra hi stor ia económica desde e l siglo XIII . La misma naturalez ade las cosas cuya extracción sol ía vedar se
,t a le s como el ganado de toda
clase,cereales y legumbres , hierro , ma
dera,cáñamo
,armas, oro y plata , et c .
parécem e una demostración … de quecuantas disposiciones prohibit ivas sedictaron en aquel lo s s iglo s de l a EdadMedia , cuando las continuas guerra sintestinas y la s aso lado ras incursio
nes de l o s moros deva staban lo s campos é impedían l o s medro s de l a agricul tur a y de la indu stri a , cuando l a snecesid ade s de l a defensa exigían re
50 POLÍTI CA ECONÓM IC A
cur so s y pertrechos extraordinariosque apenas podían dar de sí l os pueblo sempobre cidos y fatigados
,cuando e s
t aban en tal desequ il ibrio la s fuerzasde la producción con la s exigenci as delcon sumo
,más que á un criteri o siste
mático de exajefada protección á l o seleme ntos productores del país
,n i á un
falso conce pto de l a riqueza metál ica ,n i repugnancia del t rat o mercant i lcon l o s e xtranj ero s
,obedecían senci l l a
mente aquel las prohibiciones y m'
edas ,
como en Aragón se l l amaban — á l a previso ra mira , que la s ci rcunstancias hacían muchas veces n ecesar ia , de t enermejor abastecido el mercado 1 nte rio r,
bien para evitar á l os pueblos l a diñcult ad de la s tran sacciones
,el daño de las
carestías y el azot e no poco frecuentede l a miseria y del hambre
,bien para
el manten imiento y equipo de lo s ejerc ito s y aprovi sionamiento de la s naves ;motivos t odos que
,á mi ver
,ante s son
del r esorte de una prudente pol ít ica adm inistra tiva y aun diré mejor de l o quehoy l lamamos poli cía de abast os V subsiste ncias que la aplicaci ón de princi
52 P O L Í T I C A ECON ÓMICA
pero , hi s tór icamente considerado , n ovacil o en afirmar que no hubo en nuestr a Penín sula , durant e l os agit ado s sigl o s de l a Edad Media , forma algunade l a act iv i dad productora del hombreque como l a Agricul tur a sufriese másvici si tudes y quebranto s, n i más contrariedade s y vejaciones , ni más rudalucha contr a todo l inaj e de element o sadversos . No eran sus peores enem i
go s,con serl o t anto y con ser lo siem
pre,l a s nubes con sus l luvias desat a
das,l o s frío s con sus e scarchas helado
ra s,el vendaba l con su s aludes y vent i s
quero s, el granizo con su s azot es impíos ,el aluvión con su s empujes inco ntrastables
,el so l canicul ar con sus dest el l os
abrasadore s ; que al fin l a mano providadel Creador , si permiti ó que alguna vezest as fuerzas de l a Naturaleza añigiesen 21 l a mísera humanidad como rayosde l a divina có lera , puso para siempr een el l a s mismas el gérmen y el secret ode la fe cundidad de l a t ierra e h íz
_
o las
e l auxil iar más poderoso y gratu i t o delt rabajo humano , para que l e fuese másl l evadera al hombre caído en la culpa
DE LOS REYES CATÓL ICOS 53
l a sentenci a que l e condenaba á ganare l sustento con el sudor de su ro st ro .
Más que con la s inclemencia s del ciel o , debía luchar el l abrador con la s a s
pere z a s de la t ierra , algo menos ferazde suyo
,en gran parte de nuestra Pe
n ínsula , de lo que generalmente se piensa hoy a l verl a ferti lizada por l a constante labo r de las generacion es ; peromás t odavía que estas condic ione s n atura le s eran obstáculo s a l de sarro l lode l a Agricul tur a en nue st ro s reinoscr isti anos de l a Edad Media , l as circunstancias histór icas de lo s t iempos ,l a poca o ninguna protección de las
l eyes,l a defectuo sa organización de la
propiedad, l a servidumbre de l terruñopropia del régimen feudal , l a fal t a devía s de acarreo y la no mucha abundancin de los riego s en algunas comarcas , l a excesiva r eglamentación de la sfaenas agrícolas , l o s desmedido s privil egio s e inmunidade s acordadas á la ganadería en daño evidente del cul t ivo del o s campos
,l a rudeza de las co stum
bre s cinegét icas,l o s errore s economi
cos e n que se fundaban la s tasas de l os
54 POLÍTI CA ECON ÓMI CA
salar io s y del precio de lo s manteni
miento s y otra mul t itud de variadasco ncausas de las que no puedo haceraquí part i cular y deten ido estudio . Brinda l a ti err a con sus dones y re compen
sa al l abrador de sus fatigas cuando ,ayudada l a pot encia product or a delsuelo por favorables condiciones cl imato ló gicas, germina l a semil l a en el surco abierto , yérgue se l a dorada mies enla s l l anuras y brota en el árbol el precindo fruto en medio de aquel la apacible calma y de aquel silencio so recogímiento que preside l a eterna gestació n de l a naturaleza y que reina de o rdimario en val l es y prado s
,y egi dos y .
montañas en ti empos de d icho sa pazpara l os pueblo s
,cuando n i las zozo
bras de l a guerra,n i l a s rapiñas de l
bandoleri smo, ni l as repre sal ia s del pandillaje ,
ui el yugo de l a servidumbre , nil a opresión de injust a s l eyes turban elsosegado labo re o de lo s campos
,res
pe tando a sí l a l iber tad de l os cult ivo s Vl a esperanza cier ta de beneñciar l o s
productos del penoso trabajo agrícol a .
Pues s iendo est o así , ¿cómo n o había
DE LOS REYES CATÓL ICOS 55
de ser desmedrado el desarrol l o de l aAgricultura mientras no l l egase á realiz arse por completo l a emanc ipació n
de la cl ase rura l y de l a gent e camp e sina
,merce d á lo s progresos de l a l iber
t ad civi l y de lo s fuero s mumcipa le s
que tro case n al vasal l o sol ariego encol ono volun tario y las prest ac i one sfeudales en l ibre s convenciones e nñtéut icas! ¿cómo no había de ser az arosa lasuer te del l abrador que durante aquel lo s siglo s sufría de continuo e l extragode tanta s luchas int est inas , provocada sora por l a r iva l idad de l os bandos , orapor l a minoridad de l o s r eyes
,ora por
l a suce sión al t rono , o lo s c o nñ íc to s e n
tr e lo s Est ado s region al es ; y más quetodo l a de sastrosa guerra con l os m o
ros que e n su s per iódicas incursiones ya lgaradas por t ier ra s de cristiano s t alaban la s arboledas y sembrados , arrasaban lo s huertos y plantío s , entrabaná saco las poblaciones y arrebatabannuestros ganados
,co nvirt iendo en esté
ri les eriales las que fueron antes comarcas ño reme nte s y de esmerado cul tivo!
¿Dónde e5 taba el seguro de la pro pie
56 POLÍTI CA ECONÓMICA
dad ni e l re speto á l a co secha age nacuando las mismas l eyes agobiaban ála agri cul tura con onero sas servidumbres pecuari as , haciéndol a víctima delos privil egio s de l a ganadería e stan tey trashumante y del poderoso val ímient o del H o nrado C o ncej o de la M esta
,y no
l a de fen0 1 an , sino del modo tibio é ineficaz que demuestran las Part idas de Alfo nso el Sabio ( 1)y los fuero s de Ara
gó n y Cataluña (2)contra la s demasíasy atropel l os de l béli co ejercicio de l acaza!Fuerz a es confesar , sin embargo , que
no era ya tan precaria y m ísera comoacabo de describirl a l a situación de laagri cul tura en pleno sigl o XV Realizada en su mayor parte l a obra de la re
conquista,l imi tado á las provincias del
Mediodía el imperio de l o s mah ome ta
no s , reforzada s con siderablemente l a senergías productoras de l a nación con
l argas treguas de paz , est imulada laact ividad de l os natural es con e l mi s
( 1 ) L ey 1 7, tu. 28. Pa r t .(2) F o r. reg . A ra g . uh . I I I , D e Ve n a tombus .
— C ons t . d eC a th a l . , l ib . I V. t i t . V .
DE LOS REYES CATÓL I COS 57
mo ejemplo de los progreso s y pe rfec
c io ne s del arte agríco l a de l o s moro s ,t an ño re cíente y consumado que aúnhoy se siente el induj o de su pericia y seuti lizan sus admirable s obras de r iegoen la s provinci as l it o ral es de l Medit erráne o ; favorecida est a regeneraciónde l a agricul tura por el desarro l l o del a v ida municipal y también — ju sto esproclamar lo — por l a enseñanz a práctica que sobre ro turac íó n ,
saneamientoy labranza de las ti erras recibían lo spueblos de l a s comunidades monacalesdedicadas , por ley de su austera disc ip lina , á este humi lde mini ster io , cabesuponer con fundamento que en l a época de lo s Reyes Católicos l a extensiónde la propiedad rúst ica y l a variedady relativa abundancia de producci onesacusaban para la agricul tura un e stadode medi ana pro speridad . Sólo creyén
dolo así,hal lo expl icaci ón sat isfactori a
a l hecho que h e observado e n el estudiode la legislación económ ica de lo s R eyes Catól icos
,es á saber : que mientr as
su in ic iat iva reformadora se mostró tanmúlt ipl e y so lici ta en todos lo s órdenes
58 POLÍTI CA ECONÓMICA
de l a riqueza pública , sól o en e ste deque voy trat ando resul ta defi ciente ypare a . No es est o decir que no se dict asen en su t i empo muchas y muy útil e s
pro vide ne ia s, encaminadas l a s más deel las 21 fomentar e l p lantío de viñas yrepo sic ión de arbo ] ado s ,
l a conservac ion de lo s m ont es y l a abundanc ia yregularidad de l os r iegos , sin contar l asque t enían por objeto la con strucciónde cam inos
,calzadas y o tra s obra s p ú
b l ica s de inm enso be neñcio para l a s l abore s del campo y para el tráfi co desu s pr oductos . Por no cit ar sino lo másimpo rtant e , re co rdaré si est e propósit ola s ordenanza s dadas
,por ciert o
,en
Barcelona él 27 de Junio de aquel año1 493 que no s recuerda el v ict oriosoarribo de Colón á l a ciudad condal , devuelt a de su prime r viaj e
,ordenanza s
en las cuale s se reglamentaba l a conservació n de los montes
,estableciendo
el modo de romper y rozar lo s terrenosmontuosos ; l a orden dictada en Léridael año anterior
,do s día s después de
aquel tan memorable e n que l a voz de
¡T ierra ! anunciaba la pr o xim idad de un
60 POLÍT ICA ECONÓMICA
l a necesidad de combustible para e lcon sumo y de maderas para l o s mucho s ediñcio s que s e construían co n
motivo de l a concurrencia á l a s fer ias ;l o s despachos expedidos e n 1 495 21 l o scorrejidores de Granada , Jaén , Úbeda ,
Baeza , Al cal á la Real , Guadix y Loj apara l a habili tación de las calzadas deAndalucía con dirección á Granada ; yla provisi ón de carácter general , insert a en la Nueva Recopi lación paraque cada Concej o hiciese abrir l o s ca
minos y carri l e s de su término juri sdiccio na l ; merec
'
iendo especial mencion , entre l a s providenci as relat ivasal aprovechamiento de la s aguas ñuviales y construcción de acequi as , a z udas de regadío y otra s obra s públ icasde análogo servic io
,sobre lo cual fue
muy pródiga l a administración de losReyes Católi cos
,l a provi sión dada en
Val ladolid á 20 de D ic iembre de 1 488,
para que e l º Ayuntam ie nto de M ú rc ¡aensanchase el cauce de l río Segura , ad
( 1 ) En M ed ina de l C ampo á 1 9 de agos to de 1 497 . (N uevaR e co p . uh . IV . t i t . 1 9, l e y
DE LOS REYES CAT Ó L I CO S 1
quiriendo al efecto algunas tierras yheredades contiguas , con e l HD de prevenir l o s daños de sus frecuentes avenidas ; peligro ya entonces advert idopero nunca eficazmente r emediado
,
cuando todavía en nue stro s t iempo s elsól o nombre del Segura
,como el del
Amarguil lo , paréce no s perpetua arnenaza de ruina , de deso lación y de
muerte,pues su recuerdo va unido a l
de dos tremendas y luctuo sa s catástrofe s . Después de lo poco que h e mencionado y de lo mucho más que h e de omit ir en este y otros pasajes de mi discurso
,por no entrar en particularida
des y ampli aciones tan desmesurada spara una conferencia como que daríanmater ia bastante para un voluminosol ibro , bien puede disculpar se á lo s R eyes Catól icos que
,part icipando del co
m ú n error económico de los gobierno sy de l o s pueblos de aquel l a edad ,
fij asen tasa legal en el precio de cier tasproducciones y mantenimientos , cosaque h oy juzgamos insostenible ante l o smoderno s principio s de l iber tad y decompetenci a sol o regulada po r l a ley de
62 POLÍTI CA ECONÓM ICA
l a oferta y l a demanda ; y recordemos,
en cambio , que á la protectora soli citudde aquel l o s Reyes debieron lo s l abradores el b eneñcio co ncedídó le s con laley hecha en las Corte s de Madrigal (1)de que ni por pecho s y tr ibut os ui pordeudas de clase alguna le s fuesen tomudos , prendados n i embargados lo sbueyes ó best ias de arar , l o s aparej osde labranza ui l os fruto s de l a t ierra ;que e l m ismo espír i tu de proteccióninspiró l a imp o rtantísima pragmáticade Me din a del Campo de 1 480 concedie ndo á l o s l abradores l a facult ad depasar de unos lugares á otros y avecindarse en el los , t ransportando consigol o s muebles
,ganado s
,ape ro s y fruto s ,
vendiendo sus b ienes en una par te ycomprándolos en otra , s in que fuesenimpedim ent o á est a l ibert ad las antiguas distincio ne s de pu eblo s de r ealen
g o , abadengo ,órdenes
,señorío y hehe
t ría ; y que , por últ imo, l a in sti tución dela Santa He rmandad per siguiendo y ex
( 1 ) Leyes 1 2 y 1 3,mt . 3 1 , l ib . XI , N ov 1 s . R e co p .
(2) R am íre z ,fó l . 1 3 3 .
DE LOS REYES CATÓL I COS 63
term inando con sumario s y ejecut ivo sprocedimientos á lo s bandidos
,mero
de ado re s y crim inales de todo linajeque á l a sazón pululaban po r los camino s y despoblados , según n o s cuentaPulgar en su C ró n ica de l o s R eyes C a tá
l z'
co s,contr ibuyó podero samente res
tabl e cer el o rden social , l a t ranquil idadde l os pueblo s rural es , l a seguridad devidas y haciendas de l o s campesino s ycom o consecuencia de t odo e l l o , amparando el pacíñco ejercic io de l os labradores y ganaderos , influyó de rechazoen el desarrol l o de l a agri cul tura .
Inter e san te y curio so estudio sería ,
si el t iempo y la ocasión me permitiesen a com e te rl o
,el de l o rígen y suce si
vo de se nvo lvimie nto de las artes industria le s en España
,desde lo s comienzo s
de l a Reconquista en que sus tosca smanifesta ciones bie n claro demuestranque solo responde n las más rudimen
tarias ne cesidades de l a vida humana yá la s fruga l es y simp l icísimas co stum
bres de aquell a ruda c ivi ] iz ació n visi
64 POLÍTICA E CO NÓM ICA
goda hasta e l apogeo de nuestra s industrias nacionale s en el sigl o décimosexto . Más como no es este
,n i siquier a
por vía de digre sión , asunto propio demi di scur so que debo refer ir no tant oa l exám en hi st órico de las fuente s denuestra r iqueza pública como al de l apol ít ica económica apl icada á fomen
t ar la s y protegerl as,en un período de
t erm inado de nuestra histor ia , bástame
consignar,corno necesar io antecedent e ,
que s i bien antes de lo s Reyes C atól ico s
,especialment e en los siglos X1 y
XI I , l o s monumentos dip lomát ico s y lo scuerpos legales no s revelan la existenci a de variadas industri as
,artes y o f1
ci o s en nuestros reino s cr i st ianos yalgún conato de intervención reglame n
t ar ia por parte del l egislador . sol o desde e l siglo XIV comienzan , por puntogeneral
,á ser objeto de part icu lar aten
c ion y á reconocerse su importanci a enel ó rden económico y en la vida social ,si n duda porque, aparte el natural crecímiento de lo s trabajo s industr ia les enmedida proporcionada a l desarrol l o del as necesidade s y gustos de la época ,
DE L o s REYE5 CATÓ LI COS 65
inñuia en e l l o el progreso de l a l ibertadcivi l y polít ica , que redimi endo el t rabajo manual de toda hum i l lant e serv idumbre , pre stába le nuevo s estímulos yelevaba ] a condic ión soc i a l y jurídicade l o s hombres á su cult ivo dedicados .
Cie rt o e s que apenas com en z ó la industri a á le vant ar sus vu e l o s , sinti ó lo s enalgún m odo a tajado s por una e xcesivatut e l a de la autor idad que con p lausiblepropósito de protecci ón
,empero sin
cr iter io cie ntíñco ,p o nía tr abas á la l i
bertad de los productore s en fuerza de
quere r reglamentar su e j ercicio y asegurar á l os consumidore s l a abundanci a
,bondad y bara tura de l o s artícul os
elaborados . Sea com o fuere , no h e dedetenerme á formula r ahora un juici oc ríti co sobre el régimen industr ial de l aEdad Medi a , que nunca ,
sin embargo ,m e he sen t ido inc l inado á juz gar contan ta severidad co mo l o hacen aquel l o sque
,atentos 5 6 1 0 a l posit ivismo de lo s
intere ses materi ales , parecen desdeñarl a necesaria inñuencia de ¡a ley moralen l a esfera de la vi da económica ; porque aquel régimen , en medio de sus de
5
66 POLÍTICA ECONÓM ICA
fe cto s, h a l lábase inspirado y vigorizadopor ese espíri tu esencia lmente cri st ianoque al desprenderse , en esto s moderno s t iempos , del cuerpo de nuestras l eyes , de nuestra s costumbres , de nue stras i nst ituciones , nos dej ó ent regados ,en l o que to ca a l orden económ ico , 21una frenéti ca y despiadada lucha porla existenci a y á t odos l os exceso s delmás feroz i ndividual ismo . S i con su extremada y minuciosa reglam entaciónpudo aquel r égimen coar tar alguna svece s l a s … expansiones de l a inventivaindustri al y de la peri cia mecánica ,
e n
cambio ponía frenos á lo s abuso s delfraude
,de la codicia y de l a mal a fe . Y
si co n su inst itución de lo s gremio s l imi taha la l ibert ad de la industri a , encambio e strechaba lo s vínculos del com
pañ erismo y de la comunidad de intereses
,guardaba la saludable di scipl ina de
lo s respetos mútuos,de las ge rarquías
profesiona les , de la harmonía entre pat rono s y operario s
,como elemento de
co nservación social,y con sus co fra
días rel igio sa s y su s hermandades benéficas m antenía vivo el sent imiento de
68 POL ÍTICA ECONÓM ICA
dene i a co rte sana como entre las fatiga s del campamento de Santa F e
, ha
l l aban espacio y vagar bastante parade scender á l o s más n imio s p o rm eno
re s de l gobierno adminis t rat ivo y econó m ico
,ñrmando en e l Real de Grana
da unas ordenanza s para el arte de lace r e ría con l a misma p luma tal ve z conque h ab íanse su scrit o l as m emorable scapitulaciones del infortunado Boabdi l .
Apenas había ramo de industr ia que n opromovi e se alguna medida protect orade part e de aque ] lo s Reyes , de suerteque e l sol o examen de su s pragmáti ca ssirve para venir en conocimiento decuales eran y en qué estado se hall aban lo s ofici o s fabri le s en el úl t imo tercio de ] s igl o xv . Por el l as vemos comprobada l a existenc ia de fábri ca s y t ela re s de paño s en Durango, Haro, Jaen ,
Logroño,Múrcia
,Pal encia
,Segovia ,
Vergara y Val l adolid , al pa so que ño1
º
e cía el art e de l a seda en Córdoba , Sevi i l a y Toledo
,el de l a jabonería en
Málaga y l a fabri cación de corambresen Córdoba y Madrid . Conservadas enl o s archivos de varias ciudades del Rei
DE LOS REYES C AE'
Ó L 1 C O S 69
no o t rasmit idas por el testimonio deJuan Ramírez
,cuyo l ibro de pragmáti
ca s de lo s Reyes Cató l icos fue impresoen 1 503, puede n citar se , como formando parte de su l egis lación industr ial
,
l as O rdenanzas dadas á los tundido re sde Haro y de Logroño
,á lo s tejedores
de t ocas, á lo s torcedore s y á l o s pelle
jero s de Córdoba y 51 Gonz alo de Burgos , veedor de t in tes de l a mi sma ciu
dad , á l o s fabricantes de ve las de ceray sebo
,en cuya industri a se distinguía
Baeza,á l os curtidores y zapatero s de
Madrid,mandando por razones de hi
g iene que las t enería s se estableci esenfuera de la pobl ación ; l a s que r epet idamente dier o n acerca de l o s telare s
,
obraj e y t intura de lo s paños,mere
c íendo especi a l mención l a s de l año1 500 (1 5 de Se pt iembr e), expe didas enGranada
,por haberse confecc ionado
previa audiencia de l os fabricant e s deSegovi a y demás del r ei no . Por último ,t ambién fueron r e glamen tadas la s labores de la minería por ordenanzas deSegovia de 26 de O c tubre de 1 503 .
La manufactura de paños fue, sin du
70 P OLÍTICA ECONÓMICA
da,l a más favorecida
,dictándo se m ú l
t i ples dispo siciones para fomentar sudesarrol l o y e vitarle l o s perjuicio s dela competencia extranj era , como l o demuestran una s Reale s c arta s de 1 486y 1 489 en la s cual es como medida deprote cción á l a i ndustri a l ocal y á l aganadería pro hibió se l a in tr oducciónde paños fora steros en Múrcia , con excepc ió n de l o s de Flandes
,vi sto que
habían debido ausentarse de l a ciudadmuch o s fabricant es y que apenas pacíapor su comarca l a qu inta parte de aquellas oveja s que anteriorment e enel l a se contaban . No dice menos en favor del ce lo i lu strado de l os Reyes C ató l ico s l a pro t ección que concedieronal en t onces nacient e art e de l a co nfe c
cion de l ibro s de molde , di spensando dea lcaba las
,a lmo jarifaz go y otros tribu
tos á l os impresores,como acordaron
igual franquic ia á l o s intro ducto re s de l ibros extranjeros en el Reino (l)que se
gú n reza el t exto de la carta orden —
se
expo n ía n mucho s pe l igros de la marpor
( 1 ) ( Cuad erno de l eyes d e T oledo . O rden . rea l e s, h b . IV ,
t l c. IV , l ey 83
DE LOS REYES CATÓL I COS
tra erlo s á Espa ñ a y ennoblecer co n e l l os la s
l zbrería s . (1 )En suma
,si no s fij amos en e l estado
general económico de España co n an
terio ridad al período que nos ocupa yrecordamos por otra pa rte l o s sint omas de decadenci a que ofrecen muchasde nuestras industr ia s en la segundamitad del sigl o XV I
,t a l vez por couse
cue nc ia del nuevo espíri tu mercant i l yaventurero que despert ó l a codici a del as riquez a s del Nuevo Mundo
,bien po
demos afi rmar que en e l patr iót i co gobierno de lo s Reye s Cató l i co s t iene suprincipi o aquel breve período de pros
peridad industrial que si no fue tan e s
p léndido y ño re c íente como algunosapasionados escr itor es del sigl o xvn
han querido supo ne rlo ,nos colocó por
l o meno s ¡ya quisiéramos hoy o tr otanto ! — a l n ivel de las naciones cont em
po ráne a s de Europa .
( 1 ) Pueden 9 ita rse tamb ién á. este p rop ó si to l a p ragmat ic a d a d a en U bed a a 24 d e d ic 1 embre d e 1 489 conced 1 en dofranqu ez a a l h b re 1 0 An ton Cor tés F l oren ti n . cuyo despach ose di rij e espec i a lmen te a l os aduaneros d e V i z ca ya ; y la deM adr1 d él 1 2 d e d1 c 1 emb re d e 1 508 co nce d1 éndo l a a l l i brero deT o ledo M e lch o r Ga rc ía .
72 POLÍTI CA ECONÓMICA
La histori a del comercio duran te l aEdad Media
,— h a dicho uno de nuestro s
más i lu stres econom is t a s, (1) — ti ene muchos puntos de semej anza c o n l a histori a de su industri a fabri l . Primero apá
rece el t ráfi co e scaso y pobre , c o molimitado á l a sat isfacción de las poca snecesidades de una v ida m ode sta y senci l l a , y e s favorecido por leyes cusu i st icas y está en comendado á la de sigualpr o t ecc ión y vigilanc ia de l o s concej o s :después adqui ere fue rz a y vigor , se dil at a c o n l o s deseos de comodidad y luj oque penet ran todas l as cl ase s del estado , se honra c o n priv i legio s y caut ivae l ánimo de l os r eyes y de las cort es .
Lo s artesanos y lo s mercade res componen una so la fam i lia y part icipan de l am isma fortuna .
“ Cierto que el com ercio ,
siendo como e s más bie n que una fu e rz a económ ica de vi t a lidad pr o pia ,
más
que una e ntrañ a esencia l e n e l o rganis
mo de las sociedade s humanas, el nervio conductor y l a sangre c i rculante
! ue pone en relación aquel las fuerzas y
( 1 ) Co lme 1 ro .
D E LOS REYES CATÓL I COS 73
vigor iza l as funciones de las di st inta spartes de est e organismo
,o para decir
l o de o tro modo,el agente mediador eu
t re la producción y el consumo,parece
que sus progresos,e n t oda nac ión y
t iempo , han de senti r de cerca e l impul so de lo s que real icen l a agri cul turay la industr ia
,y que t oda polít ica eco
n ó m ica verdaderamente conocedora del a harmonía general y de la ínt ima c o
rre sp o nde nc ia e n tre esto s tres órdene sde l a actividad del hombre
,debe rá
siempre inspirarse en un cri t eri o de simultáne a y bie n e qui librada protección .
Pe r o es un hecho,con tradi ctor io hast a
ciert o punto con l a observación deleconom i st a á quien aludo , y a ú n diréreñido con el r aciocinio lógico de l acienci a económ ica
,que en nuestra p e
nínsula, po r causas cuya sati sfacto ri a
expl icación reconoz co superio r á mi e scasa perspicacia. y siempre dema siad oentretenida para el ango sto espacio e n
que corre la pluma de ntro de l t ema deeste di scur so
,pe ro á cuya expl icac ión
no serían probabl emente agenas la s remotas tradici ones mercantile s de lo s
74 POLÍTI CA ECONÓM I CA
primi t ivo s pobladores y dominadoresde nuestro terri t or io
,l a si tuaci ón geo
gráfica de este mismo y lo s hábitos guerrero s engendrados por tantos sigl o sde lucha que no s hici eron ser más un
puebl o de inquieto s consum idores quede pacífi co s productores en las art es dela paz , ocurre l a singular anomal ía de
que el movimient o comercial , e l esp iritu de especulación , de suyo más atrevido
,emprendedor y co smopo lit a y por
l o mismo no resignado á vivi r y pro
gre sar l entament e dentro de l a estrechez de la s front era s , sino ambici o so demayor expan sio n y desahogo , se adel ant a no poco á l a tardía prosperidadde l a agricul tur a y de la industr ia ylogra mucho antes que ella s fij ar l aat en ción de l o s podere s públ icos comofuente de r ique za de l os Estado s . Porque e s un hecho también
,cla ramen te
comprobado en l a historia,que cuando
apenas el legi slador de l a Edad Mediahabía parado miente s en l os humildesmini ste ri os del t rabajo manual sino espara embarazar su acción con recelosas preve nciones
,mirándolos con in
76 P — )L Í 1“
1 C A EC O NÓM I CA
Aragón otorgado por D . Pedro III enlas Corte s de 1 283 ,
y cuanto Cataluñaen la Compil ac i ón de l o s U sages y enlas ordenanza s comerciale s y aduane
ra s del t iemp o de D . Jaime 1 . D igamos ,en re sú me n ,
que esta con stan te pro te ccion á lo s int ereses mercan t i l es , in iciada en el par ti cu lari smo de l a vida municipa l , seguida y amp ] iñcada por losReyes a l ext e nder l o s límite s de su so
beranía y los alcances de su legi slación ,favorecida últ imamente por l a mayorfrecuencia de relaciones ent re cristia
nos , moros y judíos , y por el e ngrandecimiento del terri t or io real izado con elrecobro de importantes y r ica s ciudade s del mediodía . cuyos puert os mar i t imos o ñuvia le s habían sido de ant iguolos natura les vehícul os del tráñco merca nt il de l a Península , l evant a l o s vuel o s del com ercio que en l o s s iglos xwy xv
,así en Casti l la como en Aragón y
Cataluña , se oste nta podero so y flor ec ie nte
,c o n t odo su aparato de ordenan
zas y privi l egio s,de aduana s y arance
l es , de a lh ó ndigas y con sulados , decorredores y banquero s , de fe rias y
DE LOS REYES CATÓL I COS 77
mercado s int er iore s , de armamento sm arítimos y de pol i cía náut ica parasu s empresas e n e l exteri or , como yerdudera insti tución de l Estado y comouno de sus e lem e nt o s ec o nóm ico s másinfluyen t e s en l a v ida pública .
Tal debiero n reconocerl o l o s ReyesCatól ico s cuando emple ar o n no e scasapart e de su sol icitud e n promove r medidas favorabl es a l desarrol l o y buenrégimen de l as transacc iones mercant il es ; medidas que sin forzado prurito decl asifi cación pueden con siderar se comprendida s en dos órdenes di st intos : unode carác t er fi sca l , por referir se á la srelaciones del com erc i o exter ior , y otrode carácter reglament ari o o adm in is
trativo que v iene á const ituir l a pol icíadel comercio in terio r S i exam inamosel primero sin preju i ci o s , con el conocímiento que ya tenemos del cri te rio al tament e prot e ccion ista , quizá e n algunoscasos exagerado , de aqu e l lo s t iempos ,y recordando l o que antes h e dicho so
bre l o s mot ivo s de cier tas pro h ibiciones de importación o exportación demateria s comerciabl e s
,no podremos
78 POLÍTI CA E CONÓMI CA
censurar algunas de las que dictaronlo s Reyes Cató lico s con e l eviden te yloabl e propósit o de pro tejer l a s i ndust rias y produc ciones de l país . Predomi
na en el segundo grupo un fmde moral idad, pues t ienden sus disposiciones ágarant ir l a fe de lo s contratos y á evit ar l o s dolos y malas ar tes de l a codic ia , primero y natural pecado del mercader á poco que l e t iente el deseo deextremar los lucro s de l a legítima ganancia .
Lo más notorio y saliente de est al egislación comercia l y aduanera encuanto responde al acontecimiento polit ico de más bulto en el período b istorico que no s ocupa
,es indudablemente
l a desaparición de las fronteras que enl o económico separaban los reinos deLeon y Cast i l la de l o s de Aragón .
“Pue s por l a graci a de D io s — decíanD . Fernando y D .
& Isabel en ordenanz a de Toledo 26 de mayo de 1 480 (1)l os nuestros Reinos de Casti l l a y de
( 1 ) L e y 6 X I I,N ov 1 s . R e co p O rdenan z as
R ea l es ,uh . V I , t 1 t . IX ,l e y 49.
DE LOS REYES c¿xró m co s 79
Leon y de Aragón so n unidos y tenemos esperanza que por su pi edad deaquí adelante estarán en unión y perm ane cerán en una Corona Real , y asíes razón que todos los naturales de el l osse t raten y comuniquen en sus tratosy h acimie nto s ; por ende á pet ición delos Procuradores de Corte s ordenamosy mandamos que todo s los mante nimie n
t o s . best ias , ganados y otra s mere ndería s
,de cualquier cal idad que se an … .
de aquí adelante se puedan pasar todasy pasen libre y seguramente los dichos nuestro s Reino s de Aragón sinpena alguna , sin embargo del vedam ient o hecho por l as dichas leyes .
Por refer ir se t ambién al comercio exte ri o r m e recen especial mención l a sr e pet ida s disposic iones dictada s paraque l o s inglese s y demás mercadere s extranjero s que introdujesen géne ro s en e lr eino l levasen preci samente l os fetornos eu fruto s y mercancías del paísen l o cual perseguían lo s Reye s Cuto l i
1 ) A sí lo mandaron rep e t i damen te en e l R ea l d e l a veg ad e Granada á. 20 d e d ic iembre de 1 491 , en ! aragoz a á 3 d eagos to d e 1 498 y en A l ca lá á. 1 1 de febrero d e 1 503 .
…80 POLÍT ICA ECONÓMICA
co s el doble objet o de impedir l a extraccion de l metal am o nedado sin cerraren ab solut o las fron teras á la importaci ó n ; e l seguro concedido en 1 485 á
l a s na o s veneci ana s y genovesas paracomerc iar en l as costa s de España
,
comerci o principalme nte sosten ido conel puert o de Barcel ona que ya en elsigl o xn e ra visi tado por la s naves deGénova , P i sa y Sici l i a y por negociantes y mercade re s de toda s la s co stasde l Medit errán e o ; e l despacho dirigidoá l a Aduana de V i z caya sobre l ibrein troducción de l ibros proceden t e s delextranj ero ; el decreto dado e n 1 503 paraque l o s de N avarra y otra s tierra s extrañ as que intro dujeren m e rcaderías l oh ici esen solamente por lo s puntos señalados
,regist rándose aquel l a s á su intro
ducc ió n y dándose fianzas de sacarot ras t antas fabri cadas en el Reino ; l aprohibi ción de impor tar del extranjer os eda de Calabri a o de Nápole s en m a
deja ,hil o n i capuilo ,
l a de exportarl i no ni cáñam o sus sim ient e s , supon iéndo se que para su extracción se mec e sitab a l icen ci a de l Papa , ta l vez por
DE LOS REYES CATÓL I COS 81
exi st ir el precedent e de que Juan XXIIh abía la concedido al Rey D . Jaime IIde Aragón pa ra enviar á U l t ramar a l
guna s m ercadería s n o proh ibidas y porque , en efecto , desde el sigl o XIII habíanprohibido los Papas todo com er0 1 o decri sti an o s con cier to s e stados inñe le s;y por úl t imo
, aunque est o más bienafecta al progreso de l a m ar ina mercant e y de la industr ia naval , l as cé le
bres pragmáticas ( 1 ) por la s cualesprohibieron que n ingún natural de e sto sreinos pudiese cargar mercadería s n imanten imientos en buques extranj ero s ,ni l o que es más todavi a , que pudiesenhacerl o l o s m i smo s e xtranj eros h ab iendo en el puert o buques nacionales; yque n i conce j o n i á persona extranjera
, malgrado tuviese cart a de naturalez a , pudiese enagenarse na o ni carabel ani galea nacional .Y est o me conduce na turalmente á.
decir algo sobre l a polít i ca económicade l os R eyes Catól ico s en lo que se re
( 1 ) S o n las d e 3 de sep t iembre de l a ño 1 500. y 1 1 de agostod e 1 501 , dadas e n Gran ad a . ( R am zre z , Pragmá t 1 ca s de l o sR e y e s C a tó l i cos).
82 POLÍTI CA EC ONÓM ICA
ñe re á otr o importante elemento de r iqueza : l a n avega ción , acerca de lo cualper severaron en el cri terio ya iniciadoen anteriore s reinado s de promover pordist int o s medios l a const rucción de naví o s y galeras y otorgar pr ivilegio s ála bandera nacional . Pruebas son deeste cri ter io prot eccion ista , aparte l a sindi cadas
,l a pragmática dada en A l ca
l á de Henares ¿1 20 de Marzo de 1 495, l acua l renovando y confi rmando l a de Alfaro , concedía una grat ificación ó acostamie nto de 1 00 maravedis anuales porcada tonelada á l o s dueños co nstructo
re s de baje les que pasasen de 600 ,de
suerte que por cada barco de es ta cabida recibía e l naviero una prima de
maraved i s , independientementede l o que pudiese ganar e n servici o delo s Reyes ; l a di sposición cont enida enesta mi sma pragmát ica oto rgando preferencia para l o s ñete s y cargam ento s
á los buques nacionales de 600 ó mástoneladas respecto á todos lo s extranjero s aunque fue sen de mayor porte ; ypor último l a notable pragmática deGranada á que ha poco he a ludido y
84 POLÍTI CA EC Ó N Ó M I C A
videncia del orden económico por l aque generalmente se ha atribuido á
Cromwel l t oda l a prosperidad comerciul y todo el poderío marít imo de l aGran Bretaña .
Por el cansancio y premio sidad qu eadvier to en mi propio t rabajo
,deduzco
,
señores,cuan t a mayor ha de ser la fa
t iga que en vuestra atenc ión habré producido , y esto sol o , que no en verdad elagot amien t o del t ema de mi estudio hi st órico — cr i t ico , fuérz ame á ñna liz arl o ,
porque ya temo haber abusado en demasia de vuestra galant e benevolencia .
No abrigo l a inmodest a preten sión dehaber t razado un cuadro complet o d el a vida económica de España en el sigl oxv , sin o tan solo algunos t oques y broch az o s de ab o ce tado estudio
,sin más
obj et o que el de presentaro s un trasun
t o del fe cundísim o gobierno de aquel l osReyes de perdurable memoria , cousiderado baj o el aspecto que más direct a relación guarda con lo s vital es inter eses económico s de cuya defensa sonesforzados paladines , por voluntad de
DE LOS REYES CATÓL ICOS 85
otro monarca i lustre y por ley de susfi nes corporat ivos
,nuestra s modernas
Sociedades Económica s de Am igos delPaís .
No será del todo estéri l mi trabajo,
compuest o á expensas de lo s breves éi ntermitentes ócios que puedo con sagrar á l os goce s ínt imo s del estudio yde l a lectura V al ej erc i ci o l i terar io deuna p luma cada vez más e n t orpecid
.a
por las prosaicas asperezas de la s fó rmulas notar ia les y curialescas , s i ávueltas de su s t ildes y lun ares , h e conseguido cuando menos que a cabeis pensando
,como yo ,
que con ser t anto s ytan bril lantes y tan inmarce sible s l ost imbres de glori a que esmaltan l a corona de aquel l os Reyes , con se r t an e s
p léndido s sus triunfo s e n l a guerra , conser tan grandes sus talentos en e l ar tede l a polít ica
,con ser t anto s su s acier
t o s en los negocios de la diplomacia ,t an plausible su protecc ión á la s a rtes ,á la s letra s , á todo género de culturaintelectual , t an fel iz su intervenc ión ene l providencia l hal l azgo de un NuevoMundo , con ser, en fin , tan prominente
86 POLÍTI CA ECONÓMICA
el lugar que ocupa su figura en la hi stor ia de nuest ra s pasadas grandezas nacio na le s, t odavía es ju st o atribuir á sureinado una glori a menos ruidosa quelo s t r iunfos bél i co s de Portugal y deAndalucía , meno s fastuo sa que l a s haz añas de Ital ia , meno s admirada que l o sdescubrim ien tos y conquista s de Améri ca , pero ta l vez más sól ida , más posit iva , más t rascendental en el ordenin tern o de la sociedad español a y en e lmovimient o incesante
,aunqu e 21 veces
pa rezca in termitent e o interrumpido ,
del progreso nacional . Y est a glori a e s,
s in duda , l a de haber in iciado la polít ica ,
hasta entonces desconocida,de los in
t ereses materia le s ; l a de haber comprendido , com o hast a ent onces no secomprendía , que l a misión del gobern ante no se c ifraba sol o en la s grandesdireccione s y e n l as a ltas empresas del a vida públ ica que van formando , en l asucesión de l o s t iempos
,l a hi stori a ex
t erna de una n ación,sin o también en la
tar ea pate rnal de promover el bi enest ary la riqueza privada
,de cuyo conjunto
harmón ico resul t a el bi en general y l a
DE L o s REYES cra ó mco s 87
pro sper idad común del Est ado , de sarrol lando y vigor izando , como múscul os ynervio s que son de su organi smo
,l a s
artes,las industri as , l o s ofi cios ,
l asfuerzas todas de l a act ivida d economica y del pacífico trabaj o humano ; es l agloria de haber reconocido , po r l a vezprimera
,en esta s fuerzas económ i ca s y
en lo s el emento s socia l es que las re presentaban
,objeto s dign os de preferent e
y protectora sol ici tud de parte de losreyes , y mater ia abonada y negociopropio de la s iniciat ivas y provide nc i a sde l os gobierno s ; y de haber depositadoen el mismo suel o en que a sen taron l o scimient os de la unidad pol ít ica e l fruetifero germen de nuestra materi al pros
peridad.
— Fué l a suya , como al comenzar os dij e
,una obra comp le t a de rege
neració n de nuestra vitalidad nacional ,e stenuada y abatida por tantos siglosde continuo desgaste ; obra en l a cual elsentimiento pat riót ico y la intui ción pol ít i ca
,vino á supli r , casi siempre con
feliz acier to , l a falt a de un prejuici ocientífico y de una doctr inal conviccióneconómica . Lo s mismos errores en que
88 POL ÍTI CA ECONÓMICA
i ncurri eron — de algunos ya o s hice mér it o - no fueron , como por desdicha soná veces los de l a modern a polít ica econ ó m ica , l a ciega obst inación del sectar io que porfia en apli car su s teorías ádespecho del c lamor de la opinión l a st imada , sino natural concreción del com ú n p en sar de aquel los t iempos . Biendice un escri tor que el amor al orden ,
exajerado t a l vez por l a m emor ia de
l os males originado s de la an arquíaanter ior y univer sal de Casti l la ,
dio
ocasión á multipl icados regl amentos yordenanzas que parecieron en toncesplausible s per o que entorpecen esencia lmente e l curso y progre sos naturalesde l as ar tes ; excusables , sin embargo ,
en una época en que las especul aci onesde l o s sabio s ayudadas de las l eccionesde l a expe r iencia no habían fij ado t odav ía l o s justos límites de l a protecciónque e l gobierno debe á la actividad privada y el punto en que l a autoridad debe levan tar l a m
'
ano para que obre sol oy l ibre el interés individual . (1 )
( 1 ) C íem encín .
DE LOS REYES CATÓL ICOS 89
Pero esto aparte , no puede negarseque muchas de sus dispo si ciones y o r
denanz a s se hal lan in spi radas en un cr it eri o amplio y expansivo y en ideas del ibertad y de ilustracio n que se adelant an las corri entes generales de su sigl o . An tes de su época e ncuéntranse ,
ciertam ente, e n l o s fuero s y en lo s C ó
digos part iculares de nuestros an tiguosr einos , l eyes relacionadas c o n estos queh e l l amado a l pr incip io h ech o s eco n óm ico s , pero ai sladas
,casuíst ica s
,inco
nexas,rudime ntarias, marcadas siem
pre con el sel lo del int erés l ocal y muchas veces de la forma punit iva , másbien dirigida s á castigar abuso s que áfomen tar iniciativa s y promover generales benefi ci os ; ant es son ,
en una palabra, empírica s medidas de pol icía quereal izac ión práctica de un pensam i ent oeconómico . 86 10 desde enton ces co
m ie nz a á ser obj e t o formal y con st antede la tarea l egisl at iva l a admini stracion int erio r del Estado en sus re laciones con los interese s de l a r iqueza p úbl ica y privada ; pre o cú panse de el l os ,con mej or o peor fortuna , l o s gohi er
90 POLÍTICA ECONÓMICA
nos ; e stú dianl o s, con mayor o menoraciert o , l o s escr it ores , y á través de lo serrores y de l as preocupaciones de l ost i empos , va con st i tuyéndose l a nuevaciencia y aparece e l nuevo arte de laPolíti ca económica que ,
paulat inamentedesarrol l ado , t iene su más genu ina ygloriosa manifestación en el reinado delgran Car lo s I I I
,fundador del patriótico
in st ituto de nuestr as Sociedades .
Ved como resume Clem encin , el e ntusiasta panegir i sta de la Rein a C atól ica
,este renacimiento económico de
que o s hablo , si n que yo deba re ctiñcar
sus palabras sino en cuanto envuelven ,á mi ju icio
,una injusta omi sión de l a
legítima part e de glor ia que al Rey donFernando corresponde .
“Lej os — dicede exageraciones di ct ada s por un cel omal entendido de la glor i a nacional ,hasta consul tar el estado que tenía e lr eino al t i empo de su fal lecimient o enel año de 1 504 ,
cual nos l e presentan l o sdocumento s i rrecusabl es de l a hi stor ia .
Doña Isabel había cr eado y establecidol a seguridad públ ica , rectifi cado l a moneda , igualado los pesos y medida s ,
92 POLÍTICA ECONÓMICA
Termino ya ; pero creería dej ar en p iél a base de un desfavorabl e comentar ioque podría sugeri r e ste mal compue stodiscurso , si espontáneamente no sal ie seal r eparo de una pregunta que , 21 buenseguro , me están dir igiendo z
'
n men te sino t odos
,algunos de mis i lu strado s
oyentes . ¿Porqué — os habréi s dichot ratando de l gobierno de l o s Reyes C ató lico s y de su época , ha pasado en sile ncio el disert ante dos hecho s co e tá
neo s de tanta magnitud y de tanta t rascendencia en l a hi st oria económ ica deEspaña como la expul sión de l os judíosy el descubrimiento de Améri ca , motivo de terminante , e ste últ imo , del fest ej oc ientíñco — l it erario con que lo ha coumemorado est a S o ciedad
'
e n l arga ser ie deConferenci a s á que hoy pongo ñu y re
mate,i ndigno ciert amente de su hermo
sa y uniforme bril l an tez !Reproducir aquí cuest ión t an debat i
da y mano seada como la de si obraro nbien o mal los Reyes Cató l ico s al expulsar de sus dominios á l a raza judáicacon el famo sísimo decreto de 3 1 de marz o de 1 492, hub iérame parecido empeño
DE LOS REYE S CATÓLICOS 93
pretencio so y tarea inúti l cuando ya l acrít ica hi stór ica ha dicho sobre est epunt o l a últ ima palabra y la opin iónimparcia l y serena
,descartando l os
anatemas de la. into le ranc ia sectari a ,concuerda hoy en reconocer en aquel laradi¿:a
_
l medida,indudablement e daño
sa para l o s in tereses m ateriales de Es
paña , una n ecesidad soci al y polít icade los ti empo s á la que
,aún con violen
c ia de sus magnánimos sent imien t os ,hubieron de dar sat isfacción aquel l osReyes . Por otr a parte
,cualesquier a
que fueran su s consecuenci as inmedia
t as y su momentáneo influj o sobre l asuert e del comercio
,l a industr ia y ot ra s
arte s preferentemente cult ivadas por elpueblo proscr ito
,induj o sin duda com
pensado en cierto modo por simultá
neas causas de prosper idad y bienandanza
,ni creo que el juicio de est a me
dida , si ha de ser completo , exacto ycongruent e
,deba por necesidad limitar
se a l concepto económico cuando erande t an di st int a índol e l os móvi le s quel a impulsaron y los ñne s que con el l a ses e per siguieron
,ni dej o de recordar l o
94 POLÍTI CA ECONÓM ICA
que ant es de pasada os decía : que nosiempre se han de mover los individuo sni l o s pueblos por el acicate del int erésmat eria l y p o si tivo ; que aún si endo é stel egítimo podrá consti tuir un aspecto dela vida , nunca la vida entera del serhumano ui de la co le ctividad social , yque no es única l ey de la hi st or ia miúnico fmde la polít ica el que l a s naciones sean r icas y pró speras y opulenta s ,sino que muchas veces cumplen mej orsus provi denciales dest ino s sacrifi candoen algo el bien relat ivo y con tingentepor e l bien superior y abso lut o de losgrandes ideales .
Del de scubrimiento de las Indias e n
t iendo poder decir con fundamento quesi en el terreno histórico es uno de l o shechos más culminant es de aquel fe cundo reinado
,no t iene
,dentro del mi smo ,
e l val or de un acontecimient o economico apreciabl e baj o el punt o de vista denuestro e studio . Es m enester l l egar alsiglo XVI , á aquel los días en que l a codic ia fe bri l del oro de la s Indias dejabacegar l os manantiales de l a propia r iqueza de nuestro suel o y en que la har
DE LOS REYES C AT Ó L I C O S 95
tura momentánea de metales preciososadormecía lo s hábito s del tr abajo
, pa
ra medir en toda su extensión l a t ra scendencia perturbadora de aquel hechoen el de se nvo lvimiento de nuestra histori a económica . Paréceme co sa indudable que n i el mismo descubridor
,en
medio de sus fantást icas vi sione s de lasr i cas co sta s de Bata i y de Cipango
,n i
l o s Reyes Cató l ico s en sus acuerdos deprotección á l a o sada empresa que elgenoves les proponía
,l l egaron nunca á
con siderar la de un modo pr1 n0 1 pa l , uimucho meno s exclusivo
,bajo e ste as
pe cto que cae de l leno den t ro l o s domin io s de la Economía polít ica , n i fue rontales, en verdad, l o s pr imero s resul t ado spor entonces obtenidos que pudiesenespaci ar su per spicaz mirada por lo shorizontes de un ha lagií eñ o porvenir .
Razón tenía,y bien fundada , el i lu str e
escritor catól ico que ocupó est e s it io enoca sión reciente , nuest ro estimado yreverendo consocio D . José I ldefon soGate l l, cuando afi rmaba que el ideal deColón y de los Reyes Catól icos era , an
t e t odo y sobre todo , de aposto lado , de
96 P O L Í T I C A ECONÓMICA
redención , de cul tura ; y que no fue
suya l a culpa si más t ard e l a codiciade sñguró y empequeñeció e l genero soideal , reba jando al n ivel de una nuevaconqui st a de l vel l ocino de oro l a epo peya del descubrim ient o .
D e susconsecuencias m ediatas y posterio re s, de su influjo en nuestra decadene i a nacional
,de l o costoso
,in seguro
v efímero de nuestr o dominio en Amér ica , no h e de discurr ir ahora y otro santes que yo l o hicieron en est a tr ibu
na con holgada extensión y manifi e s
ta compet enc i a ; pero permitidme queapunte aquí
,por más que no l a e scla
re z ca ,una duda que más me hostiga
cuant o más t rat o de profundiz ar en l ah ist ori a de l hecho que co nmemo ramo s .
¿No habría s ido acaso más a ct iva y ro
bu sta nuestra vi tal idad económica , máspróspero el est ado de l a agri cul turamás rápido e l desarrol lo de l a indust ria
,más vigoro so
,en suma , el o rga
n ismo genera l de l a nación , si duranteest o s cuatro siglos hubiésemos benefic iado en e l suel o de l a Penín sula est ecúmul o de fuerzas
,de energías, de ac
DE LOS REYES C AT Ó L I C O S 97
tividade s, de iniciat iva s de todo géneroque esparcimos y prodigamos por aquelNuevo Mundo que al ñu hemos casi perdido sin glor ia y con dudoso provecho!Festejemos , pues , l a obra de Colón
por e l mérito de su convicción c ientifica y el quid dzw
'
num de su intuición provide ncia ] ; fe stejémo sla porque ha unido
pe rdurab leme nte el nombre de nuestraquer ida España 21 una de la s más grandes empresas de l a Historia ; festej émosl a porque á el l a se debe que nuestra bandera ondease un día vict orio say soberana en l os más ampl io s dominio s que po seyó j amás nación alguna ,
que nuestra sangre haya lat ido en la svenas de cien generaciones americanas ,que nuestra F é redimiese l as almas yconquistase l o s corazones de tant o s mill ares de seres muerto s para la d ivinagracia
,que nuestra lengua dul ce y har
mo nio sa sea todavía el verbo de suspen samiento s y el a lma de sus vírgenesli teraturas ; pero a le ccio ném o no s en elrecuerdo de l o pasado y en l a contem
plac ió n del present e para renunciar enabsolut o él toda ambición de conquista s
98 POLÍTI CA ECONÓMICA
t e rritor iales y á todo ensueño de poderío colonial ; y pensando que somos e l h idalgo de l inajuda prosapia más de quebrantadu hacienda , ostent emos en buenhora con dignidad nuestro s limpio s nu
tiguo s blasones , pero co nsagrémo no s
por mucho tiempo , con laborio sidad yperseverancia
,á rehacer y acrecentar
e l maltrecho patr imonio de nuestra vie
ja casa so lar i ega .
H E C O N CLU Í D O .
1 7 c zem bre de 1 892
H dv e hte n e ia
Publ icado y pue sto á la ven ta e ste trábajosíri pro pó sito a l guno de . lnero y si tan so lo con
la m íra'
de sínte re sada de uti l i z arl o e n pro ve cho
de a lg ú n fi n b e néfi co re lac i o nado co n e l insti
tuto de las S o ciedade s Eco n ó micas, e l auto r,
dando las más expre sivas gracias á aque l lo s
de sus amigo s que adquieran e jemplarespo r
e l m ó dico pre cio e st ab l e c ido , de clara que e l
pr'
o ducto de la ven ta vá de stinado á l a do ta
c ion de uno de l o s prem io s de l pró ximo C o n
curso po r accio ne s meri to rias y virtuo sas del a c lase o brera y jo rn al e ra que co nvo cará la
S o ciedadEco n ó mica Grac ieuse de Am igo s de l
Pa ís, que t ie n e l a ho nra de pre sidir.
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