Coordinación: Autores:
Irene Chamón Estudiantes X Campus Social 2010
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
Coordinación:
Irene Chamón
Autores:
Irene Chamón
Víctor García
Paula González
Álvaro Gutiérrez
Diego Molina
Isabel Montero
Alicia Nieva
Iván Orgaz
Sergio Salguero
Celia Sánchez
María Sánchez
Noelia Viñas
Apoya:
Programa de Cooperación con Centroamérica
Maquetación:
Ana Reyes
ÍNDICE
PRÓLOGO
- Prólogo Fernando Cerezal 1
PRIMERA PARTE: NICARAGUA
- Nicaragua… Celia Sánchez 4
- ¿Cómo están muchachos?¿cómo están? Iván Orgaz 7
- Lo esencial es invisible a los ojos María Sánchez 10
- Los mismos sueños María Sánchez 12
- Conversaciones nicas María Sánchez 14
- Recuerdos de un verano inolvidable Noelia Viñas 18
- Querido amigo… Sergio Salguero 20
- Viajar a Nicaragua Víctor García 22
- Viajar a la selva Víctor García 25
- Algunas fotografías… Roberto García Roa 28
- Nicaragua en imágenes 30
SEGUNDA PARTE: EL SALVADOR
- Llegada Irene Chamón 34
- Segunda noche 04/07/10 Alicia Nieva 36
- Cooperación universitaria en El Salvador Diego Molina 38
- Misión de la cooperación Universitaria al Desarrollo Diego Molina 40
- Va de bichos… Irene Chamón 42
- La piel de gallina Álvaro Gutiérrez 45
- América Latina: Región de contrastes Diego Molina 47
- La ilusión de José Isabel Montero 48
- Bajo Lempa: Vivencias, experiencias y anhelos… Diego Molina 50
- El salvador es… Irene Chamón 52
- El día a día en San Carlos Lempa Irene Chamón 53
- Impresiones Paula González 58
- Monseñor Romero: Defensor de los pobres Diego Molina 59
- Las tardes en el Bajo Lempa Irene Chamón 61
- Los últimos días Irene Chamón 63
- Gracias Diego Molina 67
- Sólo en El Salvador… 68
- El Salvador en imágenes… 70
EPÍLOGO
- Epílogo Cristina Francisco 75
GLOSARIO ESPAÑOL SALVADOREÑO-PENINSULAR Diego Molina 77
TUTORES Y ESTUDIANTES DEL CAMPUS X 101
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 1 -
PRÓLOGO
Han pasado 23 años desde que en 1988, un grupo de profesores comenzamos
la cooperación entre la Universidad de Alcalá (UAH) y la Universidad Nacional
Autónoma de Nicaragua en León (UNAN-León). Comenzamos con más voluntad que
conocimiento de qué era cooperación solidaria entre universidades. Así, poco a poco,
se fue gestando el Programa de Cooperación con Nicaragua y desde 2007 con
Centroamérica. La institucionalización de esta cooperación como Hermanamiento en
1999 sirvió en gran medida para abrir la puerta a nuevos programas y a la
incorporación de los técnicos y de los estudiantes de la UAH.
La incorporación de los estudiantes a proyectos académicos y socio-
comunitarios fue demandada por la Universidad de Alcalá a la UNAN-León de
Nicaragua, inicialmente, y posteriormente en 2006 a la Universidad de El Salvador,
demanda muy positivamente atendida por ambas Universidades. Eso significó que
todos los sectores de la comunidad universitaria se implicaban de una u otra manera en
las actividades de cooperación de la UAH. Así surgieron los Campus Sociales en
Centroamérica.
Once años después vemos que ya casi trescientos estudiantes alcalaínos
habrán pasado en 2011 por un buen número de proyectos académicos o con una
dimensión socio−comunitaria en Nicaragua y El Salvador.
La integración estudiantil en un Programa de Cooperación solidaria como éste
es indispensable por varias razones. Quizás la principal sea ofrecer una excelente
oportunidad para mejorar su formación, pues todos ellos participan en proyectos
tutelados en Alcalá y en las Universidades receptoras relacionados con sus áreas de
estudio: Biología, Ambientales, Medicina, Enfermería, Fisioterapia, Educación,
Psicopedagogía, Computación, Turismo, Empresariales, Farmacia, Filología
Española…
Pero también es una oportunidad para sensibilizarse ante la realidad de los
países del Sur, de sus problemas −que en este mundo global son también nuestros−.
Los textos que aquí se presentan muestran cambios importantes en la percepción de
esa realidad y su contraste con la que afortunadamente disfrutamos en nuestro país.
Y, finalmente, revierten su experiencia a la comunidad universitaria a su
regreso, retroalimentando la solidaridad, especialmente entre las y los estudiantes.
Después de once años de participación estudiantil podemos decir que ha sido
muy fructífera y gratificante no sólo para los propios estudiantes, sino también para el
fortalecimiento de la cooperación en ambos lados del charco. Y, de una manera clara,
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 2 -
ha sido un aporte que los países de Centroamérica nos hacen a la Universidad de
Alcalá.
Los textos que aquí se presentan reflejan las vivencias, los contrastes entre
nuestro mundo rico y el de los países con graves deficiencias, el intercambio cultural;
reflejan, en definitiva, una nueva forma de ver el mundo y una conciencia de las
desigualdades a nivel internacional.
Esta recopilación de relatos, coordinada por uno de los estudiantes del X
Campus Social –Irene Chamón–, es un claro reflejo del impacto de la experiencia y la
motivación que les ha aportado a los 35 estudiantes que en 2010 se desplazaron a
Centroamérica.
El Programa de Cooperación con Centroamérica les agradece a todos ellos su
colaboración para sembrar solidaridad en nuestra Universidad y marcar la pauta de
una cooperación solidaria desde la comunidad estudiantil.
El Programa de Cooperación con Centroamérica quiere, igualmente, agradecer
a las y los coordinadores y tutores que en la Universidad de Alcalá, y a las y los
Coordinadores y tutores en las Universidades de León y El Salvador, así como en las
ONG CORDES, CEPRODEP y Mary Barreda, que asesoraron y tutelaron a estos
estudiantes. Sin ellos el Campus en Centroamérica no existiría.
Finalmente, pero con gran cariño y admiración, quiero agradecer a las
familias, a los estudiantes centroamericanos que han estado trabajando directamente
con los alcalaínos y a todos los que les han atendido durante su estancia.
Verdaderamente, sin ellos la experiencia de los estudiantes no habría sido igual.
Fernando Cerezal
Coordinador
Programa de Cooperación con Centroamérica
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 3 -
PRIMERA PARTE
NICARAGUA
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 4 -
Nicaragua… Celia Sánchez
1
Si buscas Nicaragua en la enciclopedia te hablará de su ubicación en América
Central y que se encuentra entre el océano Pacífico al oeste y el mar Caribe por el este
y que limita con Honduras, al norte, y con Costa Rica, al sur. Y que se autodefine
como un estado independiente, libre, soberano, unitario e indivisible.
Esa es la información objetiva, la que puedes encontrar en un libro; es objetiva
pero no es la realidad, porque la realidad no son datos, números o fronteras; esa no es
la realidad que yo vi, mi experiencia es diferente.
Dicen que el tiempo no se puede medir, que el reloj en ocasiones no tiene
objetividad; hay situaciones en que el tiempo se detiene y otras que no deja de correr.
Dicen que hay momentos que se te quedan en la retina para siempre, que te marcan y
te cambian por dentro, y otros que se olvidan sin más.
Mi estancia en Nicaragua se quedó en mi retina y en mi memoria. Durante el
viaje creo que todos tuvimos la sensación de que el tiempo fluía a un ritmo diferente,
puesto que pudimos comprobar que el tiempo allí no trascurría de la misma manera.
A los pocos días a muchos nos parecía que llevábamos más tiempo allí y al mismo
tiempo se nos había hecho muy corto y cuando regresé a España seguí viajando cada
día a Nicaragua, lo tenia en mi pensamiento a cada momento. Tenía en mi mente sus
colores, sus calles, mi camino para ir a trabajar, a su gente, la comida, los olores…
Recuerdo que cuando llegué me resultaba extraño que en el autobús nadie
cantase las paradas, “Managua la UCA, Managua la UCA”, que los vendedores no
fuesen por la calle diciendo, “tortilla”, “al agua, al agua”, no oír animales cuando me
despertaba, etc. Al igual que me extrañaban los edificios altos, me resultaban algo más
amenazadores que antes y añoraba las casa bajas de colores, de diferentes tamaños,
formas, alturas, eso que hacía que cada calle fuese singular.
Mi proyecto se llevó a cabo en la Asociación Mary Barreda con niños y niñas
vendedores de la terminal de autobuses. Estos niños viven en una situación de riesgo
de exclusión social y explotación sexual debido a las características de la zona en la
que trabajan. Antes de ir nos planteamos cómo y qué queríamos trabajar con ellos,
nuestras ideas fueron cambiando, pero mantuvimos la propuesta de trabajar desde un
1 Celia Sánchez participó en el proyecto Actividades prácticas de Psicopedagogía con niñas,
niños y adolescentes en situación de exclusión social en León cuando estaba cursando la
licenciatura de Psicopedagogía.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 5 -
enfoque diferente, desde el desarrollo de las habilidades sociales y el desarrollo
personal, utilizando el juego como herramienta para conseguirlo.
Los primeros días los recuerdo como un caos, niños corriendo por doquier y
que en mi mente no paraban de multiplicarse, pero poco a poco fuimos aprendiendo a
encajar unos con otros, empezamos a disfrutar de cada día, de cada juego, de cada
canción.
Cada día cantamos, reímos, nos enfadamos, regañamos, bailamos, pero sobre
todo cada día disfrutamos del trabajo con los niños, de nuestros niños, de sus “¿cómo
amaneció señorita?, de “¡el me lastimó primero!”, de los “¡dele, dele, vamos a jugar!”,
de “¡que linda canción!, ¡está bien linda!”
Estando allí me ofrecieron participar en otro proyecto un día a la semana, en
este se trabajaba con chicas jóvenes en situación de explotación sexual. Tuve una
primera reunión con el equipo y allí me informaron de las situaciones en las que se
encontraban las chicas, ese día volví a la residencia con un nudo en la garganta, esas
chicas habían sufrido mucho, mucho más de lo que podamos imaginar, y solo habían
vivido una ínfima parte de su vida, una infancia sin juegos y una adolescencia plagada
de abusos. Pero todas ellas se levantaban cada día y luchaban por seguir adelante, con
su trabajo, con sus estudios, con sus hijos, con la vida. Creo que solo por eso tienen un
valor que dudo pueda tener yo nunca.
Hay viajes que te cambian la vida, este para mí lo hizo, unió a diecisiete
desconocidos, hizo que compartieran un proyecto común más amplio que en el que
estaban trabajando de forma individual, les unió como personas, como individuos con
una causa común y sobretodo como compañeros y amigos. Cada vez que viene a mi
memoria una anécdota, una canción, las charlas sentadas en las mecedoras de la
residencia, los paseos por León, una media sonrisa se dibuja en mi rostro, me lleva a
Nicaragua, sobretodo me lleva al sentimiento que me desprende esta, una mezcla de
alegría y añoranza.
Esos desconocidos partieron un día de Madrid con una maleta llena de de
ideas previas de expectativas, de objetivos que cumplir y de ilusiones. Los objetivos y
las expectativas se fueron modificando en el trayecto, en la vivencia, fueron
haciéndose más realistas teniendo en cuenta una realidad diferente, una cultura
diferente y una forma de actuar diferente. Al volver esos desconocidos habían creado
un grupo, se habían conocido y les unía una vivencia común, un sentimiento de
pertenencia a un grupo creado de forma artificial que contra todo pronóstico de
convirtió en un grupo de compañeros y amigos.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 6 -
Mucha gente cuando piensa en este país lo une a un sentimiento de lástima, yo
siento lástima de que los niños españoles no tomen jugos, no jueguen en la calle, no
oigan cantar a los gecos2 por la mañana, etc.
La verdad es relativa, a Centroamérica le faltan recursos, pero puede
que a Europa le falte corazón, todos podemos aprender de todos y de
Nicaragua hay mucho que aprender y mucho por descubrir, yo lo puede
comprobar.
Una parte de mí se quedó en Nicaragua porque una parte de Nicaragua la traje
conmigo.
Espero pronto poder volver a buscar esa parte de mí.
A mi abuelo, que me enseñó que la vida hay que vivirla,
2 Reptil que hace un ruido característico.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 7 -
¿Cómo están muchachos? ¿Cómo están? Iván Orgaz
3
-¿Cómo están muchachos? ¿Cómo están?
- ¡Muy bieeen!
Así, cantando, comienzan una mañana tras otra, las clases en el Preescolar. Y
están muy bien todos los niños, sin la necesidad de saber que el viejo pizarrón en el
que escribe la maestra, aquí, en España, en Europa, ha sido cambiado por una pizarra
multimedia, donde se pueden ver videos y fotos con mil colores. Y están muy bien,
aunque sus juguetes sean los que algún niño en otro país con más suerte ya desechó
hace tiempo porque estaban viejos, y sus libros de texto no son sino los que en otro
lugar, posiblemente no tan lejano, ya no valían. Y aún así, están muy bien.
Y nosotros sin tener demasiado claro lo que vamos a hacer allí, nos liamos la
manta a la cabeza para ayudar. ¿Ayudar a qué? Nosotros tenemos la solución. Con
nuestras lecciones de clase de universidad y unas cajas de lápices de colores vamos a
cambiar todo. Vamos a enseñarles como se dan las clases, como deben programar y
hasta a decirles qué canciones tienen que cantar. Primera lección de humildad. Pues no
están tan mal; esas maestras que nos habían contado que necesitaban tanto nuestra
ayuda; parece que se desenvuelven bastante bien. Han cubierto la falta de recursos con
una imaginación que más quisiéramos para nosotros, y la carencia de formación
académica parece no importar cuando se tiene todo el interés y todas las ganas por
aprender algo nuevo. Así que nos vemos que allí donde íbamos a ayudar, estamos
aprendiendo, y todos nuestros conocimientos de manual, los tenemos que transformar
en experiencias prácticas. Aprendemos a cambiar de mentalidad, y olvidamos aquello
que desde casa nos parecía tan importante de enseñar, y bajamos al mundo real, donde
los intereses no son tan complejos como cabría esperar.
Sabemos que no ha sido una gran proeza, pero algo tan simple como un plato
con bananos, ha sido nuestro granito de arena en un desierto que parece que no quiere
hacerse montaña. Tras una semana de estar en León, nuestra mentalidad ha empezado
a cambiar, nos planteamos qué cosas son las que creemos que pueden cambiar, y ahí
nos lanzamos. Parece no alarmar a nadie, pero a nosotros nos cambia la cara al ver que
3 Iván Orgaz participó en el proyecto Apoyo escolar en centros de Ed. Preescolar, talleres con
maestras de Preescolar en León cuando cursaba la licenciatura en Psicopedagogía.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 8 -
los niños, de familias humildes, gastan sus cinco córdobas4 diarios en el puesto de
caramelos de la puerta del colegio. Aún están aprendiendo a sumar y a restar, pero
saben perfectamente que con esas monedas pueden comprar un puñado de caramelos,
que a menudo se convertía en su único almuerzo. Las consecuencias son fácilmente
visibles en dos sentidos: la falta de unos hábitos alimenticios sanos en unos niños con
caries y sospechosos dolores de tripa y un gasto de dinero innecesario. Nos ponemos
manos a la obra, y lo que iban a ser unas jornadas de formación de maestras, se
convierten en una cruzada por el ahorro y la comida sana. Empezamos a trabajar con
las maestras, a las que tras contarles nuestra idea nos brindan todo su apoyo y energía.
Se acabaron los caramelos en el colegio. Pero esta medida, como tantas otras no viene
sin falta de consecuencias, y nos empezamos a plantear qué le parecerá nuestra nueva
política de alimentación a la joven que tiene su “ventita” a la puerta del preescolar. No
podemos arruinar su negocio por una nueva medida adoptada en la escuela, ni
tampoco podemos dejar ajenos a este problema a los padres y madres de los alumnos.
Nuestro pequeño proyecto empieza a crecer, y se amplia, no sólo a maestras y
alumnos, sino que incluimos en él a las familias y a la vendedora del puesto de
caramelos. Hacemos folletos y una reunión donde explicamos a los padres los
problemas de alimentación y administración de sus hijos, y para nuestra sorpresa,
todos se muestran muy colaboradores. Son ellos los que deciden hablar con la
vendedora de caramelos y entre todos llegamos a un acuerdo: nada de caramelos en
horas de colegio. Si los niños quieren comprar algo durante el recreo, podrán hacerlo,
pero ahora en lugar de caramelos, bombones o gelatinas, podrán comprar fruta, jugos
o pan horneado. Ahora toca la concienciación de los niños dentro de la escuela, y las
felicitaciones y alabanzas a aquellos que siguen una dieta óptima para su salud y para
sus bolsillos.
Puede que no haya sido el proyecto más ambicioso de todos los que se hayan
llevado a cabo, pero ha sido el nuestro, y se nos escapa una sonrisa al ver que con el
tiempo, los niños aún siguen nuestros consejos, y las familias y las maestras siguen
colaborando. Y en el puesto de caramelos, un plato de bananos. ¿Quién nos iba a decir
que algo tan simple iba a alegrarnos tanto?
-¿Cómo están muchachos? ¿Cómo están?
- ¡Muy bieeeen!
-¿Cómo están muchachos? ¿Cómo están?
- ¡Muy bieeeeeeeen!
4 Moneda oficial de Nicaragua. Veintidós córdobas equivalen, aproximadamente, a un dólar
estadounidense.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 9 -
- Haremos lo posible para ser buenos amigos. ¿Cómo están muchachos?
¿Cómo están?
- ¡Muy bien!
Canción de bienvenida en el Preescolar “Jardín de Oriente”.
El puesto de venta antes de nuestra llegada. León, Nicaragua
En el Preescolar “Benito Mauricio”.
El puesto de venta tras nuestro paso. León, Nicaragua.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 10 -
Lo esencial es invisible a los ojos María Sánchez
5
Siempre me ha encantado escribir, desde pequeña siempre he tenido diarios en
los que he relatado todos los acontecimientos importantes de mi vida. Nicaragua no
podía ser menos y este maravilloso verano se merecía un diario para él solo.
Dos meses de una vida son apenas un suspiro, pero a veces las vivencias de
una pequeña etapa te marcan para siempre. Te hacen conocerte un poco mas a ti
misma, conocer el mundo en el que vives y conocer a otras personas que pueden
cambiar tu concepto y visión del mundo.
Y eso siento que me ha ocurrido en Nicaragua. Cuando era pequeña y me
estudiaba los países del mundo nunca pensé que Nicaragua fuera a adquirir una
connotación tan importante en mi libro de recuerdos. Evidentemente no puedo
contaros un libro entero, la idea es transmitiros algunas de mis vivencias para que os
animéis a participar en esta aventura y para que no perdáis la oportunidad de realizar,
durante vuestros años de universidad, algo tan enriquecedor como es la cooperación.
La universidad no sólo debe servirnos para adquirir conocimientos, conseguir un buen
trabajo y cerrar los ojos a la realidad que nos rodea. Debe educarnos como personas,
con principios e ideales. Con ganas de cambiar y mejorar el mundo y sabiendo que
somos muy pocos los afortunados que podemos estudiar y tener una vida digna, que
hay millones de personas muriendo de hambre y que no debemos dar la espalda a esta
realidad.
Y lo mejor de todo no es lo que tu das, si no lo que recibes. El sentir que, por
una vez, tu vida tiene sentido, que sirve para algo lo que estudias y recibir el calor de
los demás. El cariño, la compresión y el apoyo de otros, que realmente no esperan
nada, pero que te agradecen todo.
Así pues, os voy a contar alguno de los momentos más mágicos que viví en
Nicaragua. Esos momentos en los que sientes que realmente tienes un corazón debajo
del pecho, que late con fuerza y que no sólo te ayuda a vivir sino también a sentir.
Todo empezó el día 2 de julio, un grupo de 17 desconocidos nos dirigíamos rumbo a
Nicaragua. Apenas habíamos hablado entre nosotros y éramos todos muy diferentes,
pero algo nos decía que llegaríamos a ser grandes amigos. Y no nos equivocamos.
En el grupo había biólogos, ambientólogos, médicos, psicopedagogos,
enfermeras y yo, química. Un grupo variado, donde todos teníamos conocimientos
que aportar y en el que pudimos aprender mucho los unos de los otros.
5 María Sánchez participó en el proyecto Apoyo al Laboratorio de Análisis Clínico de
Bioquímica cuando cursaba la licenciatura en Química.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 11 -
Nunca olvidaré las comidas y las cenas, cuando nos juntábamos todos en la
enorme mesa del comedor y charlábamos sobre nuestras vivencias, ideas, impresiones
e incluso nuestros sueños. Como, desde el primer día, fuimos buenos amigos y en
muchas ocasiones sentía que les conocía de toda la vida. Y no sé si la vida volverá a
juntarnos a todos, ni sé si volveremos a estar tan unidos como en aquel verano, pero sé
que una de las cosas mas bonitas que he vivido ha sido ir descubriendo, poco a poco, a
cada una de esas maravillosas personas que había dentro de aquellos universitarios.
Recuerdo que un día hablamos sobre las primeras impresiones que habíamos tenido
los unos de los otros y cómo, para todos, esa primera impresión había cambiado tanto.
Y entonces aprendí una nueva lección, como decía El Principito, - No se ve bien sino
con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos -. Y eso me paso precisamente, al
principio, sólo fui capaz de mirarles con los ojos, al final de aquel verano, ya les
miraba con el corazón. Un día increíble fue el 5 de julio. El día de mi cumpleaños.
Antes de salir de España pensaba que quizá mi cumpleaños sería triste porque lo iba a
pasar con personas prácticamente desconocidas para mí y sola al otro lado del mundo.
Pero en ningún momento de aquel verano, me sentí sola. Siempre hubo alguien con
quien reír, salir a tomar un ron, bailar o simplemente conversar tumbados en una
hamaca o sentados en una mecedora bajo la luz de las estrellas y la noche
nicaragüense. Y mi cumpleaños fue perfecto, mágico y diferente.
Nicaragua muchas veces te sorprende. Recuerdo un día volviendo de la playa:
íbamos en un autobús bastante ancestral. Los autobuses escolares de los Estados
Unidos que cuando ya no sirven los donan a Nicaragua. Un autobús con los asientos
rotos, sin aire acondicionado y probablemente poco seguro para viajar. A nosotros
aquella situación nos parecía divertida y esto mismo es lo que me emocionó. Miré a
mí alrededor y vi a familias con sus niños en los brazos. Familias que se tienen que
conformar con lo poco que tienen, y pensé en mi casa de cuento, en nuestros
transportes cómodos, limpios y seguros y en las grandes diferencias que hay entre
unos y otros. De lo iguales que somos, pero de lo mucho que se diferencian nuestras
sociedades. Y me entristecí pensando que yo tengo más que ellos, solo porque tuve la
suerte, un día 5 de julio, de nacer en España y no en Nicaragua.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 12 -
Los mismos sueños María Sánchez
Durante dos meses estuve trabajando en los laboratorios de microbiología de
la Universidad de León, junto con uno de mis compañeros de la Universidad de
Alcalá. Uno de los días tuve que ir a los centros de salud de una comunidad (el Barrio
de los Poetas) a dejar frascos y recoger muestras. La visita a dicho barrio me
impresionó mucho. Era un barrio donde todas las casas eran chabolas en medio de
barrizales. Los centros de salud eran casas prefabricadas sucias y mal cuidadas, con un
par de bancos en la entrada donde esperaban las madres con sus niños en los brazos y
entre ellas algún perro escuálido suelto. No vi a ningún padre con sus hijos, sólo había
madres, y la mayoría muy jóvenes. También por las calles había muchos niños
pequeños solos. Y como tantas otras veces, volví a sentir una punzada en el corazón y
un porqué constante retumbando en mi cabeza.
También me gustaba mucho conversar con mis compañeros de laboratorio. Y
con mis tutores. Profesores que me han enseñado con cariño y con ilusión. Con los
que he podido aprender nuevos conocimientos y conocer un poquito más su cultura.
La Universidad estaba bien, aunque, evidentemente, con menos recursos que
las universidades europeas. Mis compañeros parecían conformes, aunque todos ellos
anhelaban la oportunidad de poder viajar a otros países o estudiar en otros lugares. A
veces, se me escapaban ciertos comentarios sobre mi vida y luego me sentía mal por
haberlos dicho. Por ejemplo, recuerdo un día que les hablé sobre mi beca Erasmus en
Suecia, se lo conté con entusiasmo pero al darme cuenta que muchos de ellos no han
salido ni de León me sentí como una tonta presumida. Ojala todos los estudiantes
tuviésemos las mismas oportunidades. Nosotros estudiando en una Universidad
europea y con la posibilidad de viajar y realizar estancias en otros países, y la mayoría
de ellos deben dar gracias por poder estudiar una carrera en una Universidad con
pocos recursos. Una carrera que en Europa o en Estados Unidos no se la reconocen.
Uno de los días me acerqué al hospital a ver a mis compañeras de Medicina y
Enfermería. También tenía curiosidad por conocer aquel lugar. Estaba muy sucio,
había camas con pacientes por todas partes, incluido el pasillo. No había ningún tipo
de intimidad y hasta los orinales se veían por los suelos. Es increíble como el lugar en
el que naces puede condicionar tanto tu vida y lo injusto que es que unos tengamos
tanto y otros tan poco.
En los autobuses continuamente pasan vendedores de bebidas y comida. En
muchas ocasiones son niños o madres con sus hijos. Hijos que no pueden tener los
mismos sueños que otros niños. Madres que no pueden imaginar a sus hijos
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 13 -
convertidos en médicos, abogados o arquitectos y deben conformarse con unos pocos
córdobas, que les permitan alimentar a sus chavitos cada día.
Una mañana muy bonita fue la que pase en el colegio acompañando a dos de
mis compañeros de Psicopedagogía. Era día festivo para mí en León, pero los
profesores tenían que seguir acudiendo a clase, así que yo decidí ir con ellos para ver
la escuela y a los niños. Los niños eran adorables, en seguida me abrazaron y me
trataron como si yo también fuera una profesora más. Estuve cantando y jugando con
ellos y emocionándome con sus risas, sus ojos llenos de ilusiones y sus sueños. Su
colegio era muy rudimentario, apenas había libros o juguetes y los niños eran felices
cantando una canción. A la hora del desayuno ninguno llevaba nada de comer y como
mucho tenían dos pesitos con los que se compraban un caramelo o un chupachups. Y
yo recordé mi colegio, lleno de materiales caros, de libros… de los desayunos que me
ponía mi madre. Sándwiches de jamón y queso, o enormes bocadillos vegetales. Y en
Nicaragua los niños con un simple caramelo para desayunar. Y de repente vuelves a
notar como se te encoge el alma, como te asoman las lágrimas porque descubres un
mundo muy distinto al tuyo. Las clases duran a penas dos horas, muchos días los niños
no van a clase y las profesoras siempre tienen que pelear para que les paguen su
sueldo. Además la Educación no es obligatoria, de modo que muchos padres sacan a
sus hijos del colegio cuando aún no saben ni leer ni escribir. También me sorprendió
lo jóvenes que eran todos los padres y que algunos niños, de sólo 5 añitos, volvían
solos a sus casas. Diferencias enormes con los países ricos. Diferencias que te hacen
querer luchar por un mundo mejor, pero también te asustan cuando compruebas que es
tan difícil ayudar un poquito. Todo esto son pequeñas cosas que te sorprenden, que te
ayudan a conocerte un poco más a ti misma y a darte cuenta del hipócrita mundo en el
que vives.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 14 -
Conversaciones nicas María Sánchez
Una de las mejores cosas de vivir en otro país es conocer su cultura y la mejor
manera de lograrlo es integrándote entre sus gentes y conversando con ellos. De modo
que, entre charla y charla, he podido conocer a soñadores, entusiastas y luchadores.
Recuerdo una conversación que mantuve con un agradable chico nica. Estudiaba en la
Universidad de León y era presidente de uno de los grupos políticos de la Universidad.
Me habló sobre la situación política del país, de la deuda externa y de su ilusión por
cambiar Nicaragua y conseguir un mundo mejor. Me entusiasmó su manera de hablar
y sus ganas de hacerse escuchar y me dio pena pensar que, en España, los jóvenes,
tenemos una situación tan cómoda que hemos olvidado lo que es luchar por un ideal.
Yo también soy una romántica soñadora, con la cabeza llena de ilusiones. La
vida, especialmente los últimos años, me han abierto la mente y me han hecho
madurar, pero sigo soñando con las mismas cosas. Y soy feliz de poder soñar porque
en sueños se alcanza la libertad y porque muchos de mis sueños quizá puedan hacerse
realidad. Pero es triste pensar lo difícil que es soñar para otros. Ver como tú puedes
vivir casi todo lo que deseas y otros sólo pueden conformarse con lo poco que tienen.
Nicaragua está llena de niños y entristece mucho cuando te los encuentras solos por
las calles, vendiendo rosquillas o pidiéndote un pesito. Pero también tengo esperanzas
en Nicaragua. En su revolución, en sus ganas de mejorar. Nicaragua está llena de
hombres y mujeres con ideales fuertes y ganas de cambiar su país, y algún día lo
lograrán, y los padres se emocionarán viendo a sus hijos estudiar y convirtiéndose en
lo que ellos desearon, pero la vida no les dejó. Y podrán viajar, conocer mundo,
aprender idiomas y ser libres. Y no tendrán que cruzar un gran océano y separarse de
sus familias por obligación sino para conocer otras culturas y otros lugares. Lo único
malo de todo esto es que cuando los países se vuelven más desarrollados, también se
pierden valores. En nuestro mundo desarrollado e hipotéticamente perfecto parece que
todos debemos pensar igual, vestir igual y desear las mismas cosas. Sólo pensamos en
el piso, el coche o el viaje perfecto y olvidamos que la vida es mucho más. Miramos a
nuestro alrededor y aquellas personas que no son tan ricas, limpias y “estúpidamente
perfectas” como nosotros nos causan rechazo. También olvidamos lo importante que
es luchar por nuestros ideales o por el mundo que vamos a dejar a nuestros hijos,
porque nuestra vida es tan fácil que no merece la pena desgastar los pensamientos.
Un fin de semana que pasé en San Juan del Sur6, con tres amigas, conocí a un
chico nica con el que pude conversar sobre la política de Nicaragua. Me habló de lo
6 Población a orillas del Océano Pacífico del departamento de Rivas, en Nicaragua.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 15 -
frustrante que resulta intentar mejorar tu sociedad cuando la mayoría de los políticos
son corruptos. Me contó que en Nicaragua los votos están manipulados y siempre gana
el mismo partido aunque no le vote nadie. Y entonces ¿cómo puedes luchar por
mejorar tu país cuando los cargos de mayor responsabilidad son ocupados por
personas sin conciencia y sin ideales? Este chico soñaba con emigrar a otro país como
España y poder tener allí una vida mas digna. Y luego los españoles nos sentimos
invadidos por ellos y no queremos que vengan a nuestro país porque tenemos miedo
de que nos roben o incrementen la crisis y olvidamos que todos tenemos el mismo
derecho a una vida digna y a cumplir nuestros sueños. Y no solo los afortunados, que,
sin saber por qué, tuvimos la suerte de nacer en un país más rico y más desarrollado.
Nicaragua es un país pobre y hay muchos países como este y muchos más, aún
mas pobres y parece imposible poder cambiar esta realidad. Pero de repente, entre la
pobreza, conoces a un soñador con ideales y muchas ganas de luchar y vuelves a creer
en el mundo. Y me encanta poder creer que la vida es mucho más y que aún me
quedan mil cosas más por hacer.
Otra conversación que recuerdo fue con una de mis compañeras del
laboratorio. Me habló sobre su vida. Me contó que estaba casada y que su marido
estaba de inmigrante trabajando en EEUU; por supuesto le echaba muchísimo de
menos y se sentía muy solita en Nicaragua sin él. Me contó que su marido llevaba un
par de años viviendo en EEUU y que el verano pasado ella había intentado ir a
visitarlo pero le habían denegado el visado. Para los latinos ir a EEUU, aunque sea
sólo de turismo, es casi un imposible. Primero deben pagar 500 dólares para pedir el
visado, 500 dólares que para los sueldos de Nicaragua es muchísimo dinero. Y si no
les conceden el visado tampoco les devuelven los 500 dólares. Y lo peor no es esto
sino las conversaciones y las entrevistas que les hacen. Y todo para que, finalmente, a
la mayoría de ellos les denieguen el visado. Y de nuevo, vuelves a darte cuenta de lo
tristes e injustas que son las desigualdades del mundo. Yo puedo visitar EEUU sin
pagar un centavo y rellenando un ridículo papel vía Internet. En cambio, otros no
pueden cruzar las fronteras porque les cobran un dinero que no tienen o porque les
consideran inmigrantes ilegales o les juzgan de ladrones o delincuentes sin ni siquiera
pararse a pensar que son personas con sentimientos, sueños e ideales.
Algunas vivencias nicas…
María Sánchez
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 16 -
Y para terminar estos relatos de mis “vivencias nicas” me gustaría contaros
una excursión que hice al volcán Cerro Negro7. Fue uno de los últimos días que
pasamos en Nicaragua. Para llegar al volcán fuimos en moto con otros dos guías
nicas. Fuimos a toda velocidad atravesando bosques y calándonos hasta los huesos con
la lluvia tropical. A mitad del recorrido se nos pinchó una rueda y tuvimos que parar
en una casita hasta que nos trajeron la rueda de repuesto. La casita era una especie de
chabola con techo y un par de paredes. En ella vivían dos abuelos, con una de sus hijas
y sus ocho nietos. Tenían cerdos, perros y gallinas corriendo por todas partes. Era una
familia muy agradable. Mientras esperábamos la rueda, estuvimos jugando al fútbol
con los nietos. Eran unos niños encantadores que no paraban de reírse y nos abrazaban
con inmensa ternura. Finalmente llegaron con la rueda, repararon la moto y volvimos
a retomar nuestro camino hacia el volcán. Llegamos casi de noche, tuvimos que andar
unos 40 minutos hasta la cima. El paisaje era bellísimo y también pudimos contemplar
el cráter del volcán. Para bajar el volcán nos montamos en un trineo y en una tabla de
snowboard. Era completamente de noche y no veíamos hacia donde nos dirigíamos. El
trineo iba a toda velocidad y podía sentir el aire y la arena golpeándome la cara,
además de una increíble sensación de libertad. Tras esto, volvimos a coger las motos y
paramos de nuevo en la casa de la familia nica porque querían invitarnos a cenar. Nos
pusieron gallo pinto, cuajada y tres bollitos de pan, además de café como bebida. Las
condiciones higiénicas no eran demasiado buenas y tuve miedo de comer aquélla
comida. Pero al ver el inmenso cariño con el que habían cocinado para nosotros, no
pude decir que no. Y tengo que decir que me sentó de maravilla. Eran gente pobre,
viviendo en una chabola sucia y dedicándose a las labores del campo, pero aún así,
nos invitaron a cenar con todo su cariño. Cuando acabamos, los niños nos abrazaron y
no dejaban de preguntarnos: -¿van a volver mañana? ¿Cuándo les vamos a ver de
nuevo?- Y a mí se me rompía el corazón pensando: -Creo que nunca más volveré a
veros-. Ojalá les hubiera conocido al principio de mi estancia en Nicaragua y hubiese
podido ir a visitarlos cada tarde.
De modo que lo mejor de esta excursión no fue bajar en trineo por un volcán,
sino haber conocido a esa lindísima familia nicaragüense. Porque lo mejor de este
viaje no son las aventuras vividas, sino las personas con las que las he compartido, y
todas aquellas que he tenido el privilegio de conocer y que perdurarán en mi corazón
para siempre.
7 Este volcán está ubicado en León y tiene 726 metros de altura sobre el nivel del mar. Es
frecuente que quien lo visita acabe descendiéndolo en una especie de tabla de madera, a
gran velocidad.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 17 -
Pero por supuesto tampoco olvidaré jamás los inmensos volcanes, las playas
paradisíacas, las luciérnagas que te sorprenden en medio de la noche como estrellas
fugaces, sus distintas especies de aves y animales, como las ranas, los cangrejos o los
lagartos. Las calles de León con sus diversos bares, con su música que te envuelve y te
hace soñar con el amor, de sus bailes apasionados y sobre todo de sus gentes. Que a
pesar de la dureza de la vida siempre te dedican su mejor sonrisa. Personas con ganas
de conversar, porque el tiempo no es tan importante y puedes disfrutar de él
lentamente. Y cómo olvidar la lluvia tropical que hace sentir la grandeza de los cielos
y parece que una cascada de agua saliese de las estrellas, las inmensas olas del océano
pacífico y la noche plateada reflejándose en ellas. El contacto con la naturaleza y
sentirte parte de ella. Encontrar los momentos adecuados para descansar en una
hamaca o en una mecedora, y pensar sobre la vida o escuchar tu alma. De conocerte
más a ti misma, de sentirte viva. Cómo olvidar todas esas emociones que me han
hecho reír, llorar, tener miedo pero sobre todo, me han hecho feliz.
Gracias a Dios, al destino o a quien quiera que mueva este mundo por darme
la oportunidad de haber visitado Nicaragua y por haber puesto a sus gentes en mí
camino. Y sobre todo, gracias a mis compañeros, ya amigos, de la UAH con los que
he podido compartir mil ilusiones, con los que he vivido este sueño que ya acaba pero
que perdurará como el mejor tesoro en mi corazón, para siempre.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 18 -
Recuerdos de un verano inolvidable Noelia Viñas
8
No pensé que al llegar a Madrid echaría tanto de menos Nicaragua: sus calles,
sus gentes, sus autobuses, sus paisajes, sus volcanes…
Nunca había hecho un viaje tan largo y menos con gente desconocida, aunque
fueron desconocidas por unas horas. Cuando llegamos a León, ya parecía que los
conocía de toda la vida. Hasta que un día me di cuenta de que aquellas personas que
habían cruzado el charco conmigo, se habían convertido en una gran familia.
Con ellos compartía mí día a día en León durante aquellas cenas.
Todos los fines de semana hacíamos excursiones para poder conocer al
máximo el país. Cada excursión era un mundo, porque en Nicaragua nunca sabes lo
que puede pasar…
Recuerdo una en especial, cuando viajamos a la isla de Ometepe9. Después de
un largo y duro día subiendo el volcán Maderas llegamos a la villa donde nos
hospedábamos y para ducharnos no había luz, así que cada uno dejaba su linterna en
un ladito de la ducha y listo. Eso sí, la linterna que no se quedara mucho tiempo
encendida porque sino te veías acompañada de miles de bichitos que iban hacía la luz.
Lo mejor de este día fue durante la cena porque un millón de luciérnagas nos
alumbraron, parecían estrellitas en medio de la nada. Nos quedamos en silencio
disfrutando de ese momento inolvidable.
Otra excursión que no se me olvidará nunca fue a la isla de Juan Venado10
.
Ese día cogimos una barca, con ayuda de dos tutores de los alumnos de biología, y
recorrimos aquellas aguas hasta llegar a ella. Ese día, aunque no vimos ninguna
tortuga ni ningún caimán, la luna llena nos dejó disfrutar de ese paisaje. Y la
experiencia de dormir bajo un techo con las hamacas y las mosquiteras todos juntos
será única.
En cuanto a mis días en el hospital y centro de Salud he podido ver cómo
funcionaban y sobre todo cómo trabajaban las enfermeras en cada lugar. Me
sorprendió como lo intentan solucionar todo con su maña por la falta de recursos. Si
8 Noelia Viñas participó en el proyecto Práctica clínica de Enfermería en los programas de
Atención Primaria y de Atención Secundaria cuando cursaba la diplomatura en Enfermería. 9 Isla ubicada en Nicaragua, en el lago Cocibolca.
10 Es una de las 76 áreas nacionales cuya fauna y flora están protegidas por el Estado
nicaragüense.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 19 -
faltaba una cortina en la consulta daba igual, ellas cogían un puñado de gasas y hacían
una cuerda para que la cortina estuviera allí.
San Juan del Sur, Somoto, Estelí, Granada, Masaya… millones de lugares, y
cada uno especial por lo que vivimos allí. Es difícil leer esto e intentar sentir lo que
nosotros sentimos en aquellos lugares, en las calles, autobuses y rincones de León.
De estos dos meses me llevo mil historias que recordar y que contar.
Gracias a los “nicas”, porque son ellos los que nos han dado muchas cosas, su
cariño, su amabilidad, su tranquilidad, su alegría… Ellos son los que nos han dado
todo, y nos han hecho entender lo importante de la vida. Ahora entiendo eso que
dicen: “no es más rico el que mas tiene sino el que menos necesita”.
Y ahora, vuelta la rutina, a las prisas, empujones… Echo de menos esa vida
tranquila y esa sonrisa en cada calle.
En la Isla de Juan Venado, Nicaragua En la Isla de Ometepe, Nicaragua
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 20 -
Querido amigo: Sergio Salguero
11
Te escribo para contarte lo que hice este verano. Lo de mi aventura por
Centroamérica.
El curso acabó, hice los exámenes y, sin demasiado tiempo para reflexionar,
me encontré en el aeropuerto, rodeado de gente desconocida, dispuesto a vivir el día
más largo de mi vida. Literalmente. Facturar las maletas, control de seguridad, control
aleatorio de seguridad, colas y más colas, vuelo interminable, hacer escala, más
controles, retrasos, otro vuelo…
Una mirada a través de la ventanilla del avión a punto de aterrizar en la
capital, me empezó a abrir los ojos: pocas luces. Muy pocas luces.
Llegamos por la noche. Desorientados, cansados. Con un desconocimiento
absoluto del país. Un niño pidiendo limosna nos vino a dar la bienvenida.
Poco a poco fui adentrándome en ese otro mundo del otro lado del charco. Lo
bueno de no saber nada es que todo te sorprende.
Me sorprendió su gente, seguramente lo más valioso del país. Me sorprendió
la franqueza con la que hablan de las heridas de una guerra tan reciente como la suya.
En sus relatos se distingue la pasión por su bando, pero yo nunca pude dejar de pensar
que, como en toda guerra, los que pierden son los de abajo. Sufren las marionetas, no
los titiriteros. Me sorprendieron sus sonrisas, amplias. Me sorprendió su tosca manera
de conducir y su despliegue de marketing avanzado en los autobuses.
Me sorprendió el paisaje, con los volcanes al fondo elevándose como una
hilera de dientes.
Me sorprendieron las lluvias tropicales. Cómo hacían de las carreteras, ríos, y
de mi intento de secar la ropa, una quimera.
Me sorprendió que en las "pulperías"12
no se vendiera pulpo.
Me sorprendió casi todo. Desde las ranitas del tamaño de una uña hasta el
caimán más grande. Desde el suave sabor de la pitaya13
, hasta el color verde de los
limones.
11
Sergio Salguero participó en el proyecto Multiplicación de vitroplantas y evaluación en
campo de las mismas cuando cursaba la licenciatura en Biología. 12
Pequeños establecimientos comerciales que proveen de distintos tipos de productos al detal: bebidas, azúcar, cigarrillos, jabón, bollos, etc… 13
Fruta típica de Nicaragua, China, Vietnam, Colombia e Israel. Posee un color fucsia característico.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 21 -
Conservo muchos recuerdos de los que quisiera hablarte, pero no sé cómo
hacerlo. ¿Cómo describirte el olor de un plato de frijoles cocidos, el sonido del rugir
de las olas del Pacífico o el sabor de unos picos14
para desayunar?
Sí. Te puedo decir que me lo pasé bien, que conocí muchos lugares.
Pero, ¿cómo contarte nuestro recorrido por el estrecho cañón de Somoto y
nuestro tambaleante caminar a través de las rápidas aguas? si tú no te mojaste, caíste y
te volviste a levantar.
¿Cómo hacerte entender el sufrimiento de la subida al volcán Maderas, y su
recompensa en lo alto en forma de laguna? si tú no derramaste ni una gota de sudor.
¿Cómo explicar el miedo ante el poder de lo desconocido al atravesar la
oscura selva? si tú no sufriste ninguna herida, rozadura y/o picadura de todo tipo; o ¿la
adrenalina liberada al surfear sobre la arena? cuando tu cara no se quedó tan negra,
que sólo se distinguía el blanco de los dientes en tu sonrisa
¿Cómo definir la belleza del Caribe y sus aguas? cuando no nadaste entre
bancos de peces de todos los colores posibles.
No fui sólo. De Alcalá hice muchos amigos. Compartir vida, rutina y botes en
los autobuses, nos hizo hermanos. Como los granos de arroz y frijoles en el gallo
pinto: inseparables.
Supongo que también tuve momentos malos, pero para serte sincero, de esos,
no me acuerdo.
Ahora vuelvo a estar por aquí. Ya echaba de menos Madrid, sus atascos, sus
prisas y a los míos. La vuelta a la realidad puede ser dura, lo sé; pero yo de Nicaragua
no me olvido. Y es que los plátanos son buenos para la memoria. Y eso sí, plátanos he
tenido para rato.
Espero que nos veamos pronto.
14
Bollo en forma de triángulo. Se encuentra frecuentemente en pulperías.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 22 -
Viajar a Nicaragua Víctor García
15
El viaje a Nicaragua era un gran aliciente para este verano y tenía unas ganas
inmensas de poder vivir en un país tan alejado geográfica y culturalmente al nuestro.
Era un viaje de aventura, lleno de interrogantes acerca de lo que nos esperaba.
Las expectativas eran grandes: tenía ganas de ayudar lo máximo posible en
nuestro proyecto de cooperación, de vivir experiencias únicas, de aprender, de saber
desenvolverme en un lugar ajeno al mundo en que vivimos normalmente, de aprender
lo que verdaderamente es importante y necesario de lo que no lo es, poder viajar a
fondo en un país que a priori, nunca pensé que fuese a visitar.
Ahora, ya de regreso, puedo decir que Nicaragua me ha aportado todo esto, de
una forma muy por encima de lo esperado.
En los países desarrollados, sobre todo en las ciudades, obsesionados por las
prisas, la productividad, la competencia, la tecnología y lo material, hemos dejado de
lado un pilar que considero importante: las relaciones humanas, quizás por la falta de
tiempo. En Nicaragua, donde los recursos materiales son limitados, el trato y las
relaciones humanas son ricas… cualquier sitio era bueno para establecer una
conversación con algún desconocido y hacerte su amigo, las personas permanecían
sentadas en la calle largos ratos o paseando sin prisas ni agobios, el autobús te espera
aún cuando lo has perdido, los niños juegan juntos con cualquier cosa que tienen,
quizás son situaciones que ya sólo quedan en los pueblos de España y que con el
tiempo desafortunadamente, se están perdiendo.
En Nicaragua, el tiempo parece detenerse, verdaderamente disfrutas del
camino, de los trayectos. No tienes la mente fijada en un objetivo, en llegar a un sitio
determinado para hacer algo e irte rápidamente a otro lado a hacer otro recado, sin
apenas fijarte de lo que está pasando a tu alrededor. Aquí no, en Nicaragua disfrutas
completamente del recorrido llenándote de todo aquello que está pasando a tu
alrededor, y siendo participe de aquella situación.
No obstante, Nicaragua es el país de las dos caras: te enseña lo mejor y lo
peor.
15
Víctor García participó en el proyecto Apoyo al Laboratorio de Análisis Clínico de Bioquímica
cuando cursaba la licenciatura de Ciencias Ambientales.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 23 -
Ya desde el aterrizaje del avión, se veían las tenues luces de los núcleos
urbanos, y de la mayor parte de las casas o chabolas donde tiene que vivir la gente,
que anticipaba la pobreza que más tarde pudimos presenciar.
La primera imagen que te encuentras son calles principales asfaltadas pero con
numerosos socavones, el cableado eléctrico colgando, perros moribundos correteando
por las calles, una circulación de coches y buses antiquísimos mezclados con carros y
caballos, y multitud de personas andando, muchas vendedores ambulantes.
Las personas se transportan apretujadas en algo parecido a furgonetas de
mercancía o en buses muy antiguos con asientos rajados, sin ventanas o taxis sin freno
de mano y similares. Sin embargo, esto es, simplemente, apariencias o el falso velo a
la antesala de la más cruda realidad.
Al pasear por uno de los barrios más pobres de León, me pude dar cuenta de
las verdaderas condiciones de vida en las que están inmersos, calles de barro llenas de
suciedad, casas sin electricidad ni agua, hechas con cartones y planchas metálicas, sin
suelo, con apenas una televisión, unas sillas, hamacas y algunos cacharros para cocina.
No me quise imaginar cuál será la situación de estas personas, cuando haya
inundaciones o alguna catástrofe ambiental.
Las infecciones y el ponerte enfermo están a la orden del día, cosa poco de
extrañar viendo mercados lleno de puestos con unas condiciones higiénico- sanitarias
pésimas, como puedan ser carnes y pescados al aire libre plagados de moscas,
verduras por el suelo, suciedad, y un olor nauseabundo.
No menos, estremecedor es la situación en el hospital. Hay una gran multitud
de gente, personas en camastros por los pasillos, con inquilinos habituales tales como
cucarachas y algún que otro perro, aparatos médicos obsoletos o estropeados, personas
en habitaciones sin ninguna intimidad, y algunas de ellas con caras de agonía y dolor
como si estuvieran esperando la muerte. Son situaciones que aunque nosotros estemos
ajenos a ello, están ocurriendo. Y es que, en realidad, no nos damos cuenta de lo
afortunados que somos por vivir en un país desarrollado y de no tener que
enfrentarnos a esta realidad cada día.
Tampoco puedo olvidarme de que el viaje no habría sido lo mismo sin mis
compañeros de la Universidad de Alcalá, los cuales han vivido esta gran experiencia
conmigo. A la ida en el avión eran unos desconocidos, pero a la vuelta se han
convertido en unos grandes amigos. Nicaragua nos ha unido y muchas veces son los
únicos que verdaderamente entienden lo que hemos vivido allí.
Ellos fueron mi gran familia nicaragüense, nos apoyábamos los unos a otros
para enfrentarnos a las situaciones desconocidas, a animarnos y ayudarnos cuando
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 24 -
estábamos enfermos, o simplemente para contarnos qué tal se nos había dado el día
cuando nos juntábamos todos en la cena. Con ellos he pasado ratos únicos e
inolvidables, y sin ellos este viaje nunca habría sido tan maravilloso.
Ahora, después de esta gran experiencia cargada de recuerdos bonitos, sólo
nos cabe transmitir lo que Nicaragua nos ha enseñado: que podemos comportarnos y
vivir de otra forma. Que por más tener, no somos más felices. Que no nos podemos
volver seres insensibles, y sólo estremecernos cuando ocurren desgracias de calado
internacional. Que no podemos estar inmersos en nuestras comodidades y privilegios
ajenos a una parte del mundo que se ahoga, y sobre todo, que otro mundo es posible.
En el laboratorio de la UNAN-León, Nicaragua
Calles de León y su mercado, Nicaragua
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 25 -
Viaje a la selva Víctor García
Nicaragua no sólo impresiona por su gente, también por su naturaleza. Es un
lugar donde la naturaleza está en estado puro.
Está lleno de majestuosos volcanes, bosques, selvas, cascadas, montañas,
largas playas de aguas cristalinas plagadas de corales y pececillos, y un largo etc.
También me sobrecogió la fuerza y altura de las olas del Pacífico las cuales
son como “mini-tsunamis”, o las torrenciales lluvias que nos caían casi todas las
tardes. Te despertabas con un sol de justicia y por la tarde se ennegrecía el cielo de tal
forma que parecía que se iba a caer sobre nosotros. Luego, venían las torrenciales
lluvias que en pocos minutos convertían las calles en ríos y siempre acompañadas de
relámpagos, y truenos sobrecogedores.
Una de las mayores vivencias en Nicaragua fue el viaje que hice con otros
cinco compañeros (David, Gaspar, Juanma, Rober y Salgu) a la Reserva de Indio-
Maíz, situada al sur de Nicaragua haciendo frontera con Costa Rica.
Todo comenzó cuando otro chico de nuestra residencia de la Universidad de
Córdoba nos contó que había estado en la Reserva Indio- Maíz con una familia y que
la experiencia había sido única. De esta forma, contactamos con dicha familia con la
que él había estado en su viaje.
Tras un largo camino de autobús lleno de baches y charcos (de 10 horas)
desde Managua hasta San Carlos y un recorrido en barca de 3 horas, conseguimos
llegar, bien entrada la noche, al bonito pueblo de El Castillo, coronado en la cima de
su cerro por una fortaleza construida en la época de los colonizadores españoles. Allí
en el muelle nos estaba esperando el hijo de Pallín, el cual sería nuestro guía durante
esos 3 días que pasamos en la zona. Sin decirle nada, nos llevó a su casa de madera
donde vivían toda una familia de 7 personas y allí mismo nos ofreció alojamiento sin
cobrarnos nada. Colgamos nuestras hamacas como pudimos en las vigas de madera
del “comedor” de la casa y tras cenar y dar una vuelta nos fuimos a dormir.
Al día siguiente fuimos en una “panga” (una especie de canoa- lancha), para
cruzar el Río San Juan, y dirigirnos hasta la casa que tenía en mitad de una pradera,
cerca del río, y rodeada por la inmensa selva. La casa era literalmente un porche, sólo
había techo, no había ni electricidad ni agua. Al principio se echaba de menos esas
comodidades pero pronto nos acostumbramos, y casi era más divertido irte a bañar a
un riachuelo y seguir el ritmo de sueño que nos marcaba el sol. Junto a este “porche”,
había una especie de cobertizo el cual hacia las funciones de cocina. Durante esos 3
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 26 -
días estuvimos comiendo la única dieta que tienen ellos habitualmente para
desayunar/comer y cenar: Un jugo, frijoles, arroz y alguna tajada de carne
acompañada de tortas de maíz y que, Apolonia (la mujer de Pallín), se encargaba de
tenerla hecha puntualmente y que no nos faltase nada.
El día que llegamos, nos adentramos en la selva con Pallín. Aquel lugar era
espectacular, él iba abriendo el camino con un machete a “lo Indiana-Jones” y
nosotros íbamos siguiéndole sorteando las ramas espinosas y hojas que había por
todos lados, árboles de gran porte, arbustos, lianas. Apenas entraba la luz, de la
densidad tan abundante de vegetación…y todo ello acompañado de un ruido incesante
que ponía de manifiesto la abundante y oculta vida animal que también habitaba en
aquel lugar. Era una mezcla rara, por un lado fascinación y por el otro, miedo de
encontrarte cualquier animal venenoso y mortal como las temidas serpientes corales
(incluso por el propio Pallín, que desde pequeño había vivido en ese entorno).
Cada vez que volvíamos a la casa, lo hacíamos manchados de barro, sudor y
telarañas, pero todos estábamos felices de que no nos había pasado nada y de la
aventura que estábamos viviendo. Así como de la hermosura de la selva.
Había riachuelos (quebradas) por multitud de sitios, cascadas en las que nos
bañamos, saltamos troncos, quitábamos las ramas que se nos cruzaban por la cara. Y
que decir de todos los animalillos que vimos: ranas de colores, infinidad de lagartos,
hormigas gigantes, monos…
No sólo las excursiones por la selva fueron mágicas, también las vivencias con
Pallín y Apolonia.
Una de las noches, Pallín nos estuvo contando muchas hazañas que había
pasado en la selva durante la guerra de Nicaragua entre el Frente Sandinista de
Liberación Nacional o FSLN y el dictador Somoza. Con las historias que nos narraba,
nos dábamos cuenta de las condiciones en las que había vivido aquel hombre y de
cómo el ser humano es capaz de adaptarse a las condiciones adversas. A pesar de eso
se le veía un hombre feliz y fuerte.
Fueron unos días inolvidables, todos los que fuimos nos hicimos una piña y
nos ayudábamos los unos a otros.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 27 -
Reserva Indio-Maíz, Nicaragua
Salto Estanzuela en Estelí, Nicaragua. Volcán Telica, Nicaragua.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 28 -
Algunas fotografías… Roberto García Roa
16
Con su mirada sana y exploradora, aquel niño fue el único en percibir todo aquello tan
variopinto y dispar que le rodeaba. Es el sentido que perdemos y nos hace olvidar la
grandeza de las cosas pequeñas, el sentido de la inocencia. Las Peñitas, Nicaragua
Curioso: Un ojo que me recorre, y mis pensamientos
que vuelan al ver, cómo algo tan primitivo como un
lagarto, y algo tan superfluo como la mente humana,
se cruzan allá donde menos nos esperamos. Salinas
Grandes, Nicaragua.
16
Roberto García Roa participó en el proyecto Fortalecimiento del trabajo en la isla Juan
Venado cuando cursaba la licenciatura en Biología.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 29 -
Camino a ninguna parte: Una barca y muchos destinos, capturados por un objetivo y el
click de mi cámara...Y tú, ¿A dónde quieres ir? Las Peñitas, Nicaragua.
Descanso: A medio metro de distancia ella dormía donde yo también lo hacía, los dos
en nuestras hamacas, esperando a que llegara un nuevo día... Zona amortiguamiento
Reserva Indio Maíz, Nicaragua
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 30 -
Nicaragua en imágenes:
Corn Island.
Patio de la escuela Jardín de Oriente. León
Río San Juan.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 31 -
Los niños del Benito Mauricio lavándose las manos antes de comer, León.
Vuelta a Madrid, en Barajas
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 32 -
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 33 -
SEGUNDA PARTE
EL SALVADOR
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 34 -
Llegada… Irene Chamón
17
El viaje había sido largo, muy largo. Atrás quedaba la despedida con
familiares y amigos en Barajas. Y empezaba la aventura más maravillosa de nuestras
vidas.
El proceso hasta llegar a nuestro avión fue muy caótico. En facturación
tuvimos que contestar a un montón de preguntas del tipo: ¿Lleváis algún objeto
punzante? ¿Eres un delincuente? Típicas preguntas en un control americano… Al
facturar nos metieron mucha prisa para embarcar y nos fuimos desperdigando para
llegar. Pasamos por seguridad y luego directos a la puerta de embarque y ponía
“Última llamada” como en las pelis, ¡Vaya estrés! ¿Y qué pasó? Qué casualidades de
la vida que de 10 que viajábamos, cogieron a dos para registrarles la maleta. Con un
poco de nervios, comenzamos el primer vuelo con dirección Miami, unas 9 horas y
media dividido entre ratejos de sueño, de charla, de juegos,… para ir conociéndonos
todos, porque íbamos a pasar mucho tiempo juntos.
Cuando llegamos a Miami, lo hicimos justo para ver el partido de España
contra Paraguay. Así que allí estábamos todos, junto a un montón de gente de
diferentes nacionalidades pendientes del partido que ganamos.
Luego hicimos tiempo jugando mientras esperábamos a la hora de embarque.
Ya quedaba menos, y se notaba. En varias horas estaríamos en El Salvador. ¡Qué
ganas!
El avión que nos llevaba a El Salvador iba medio vacío, pero lleno de
ilusiones, nervios, emociones, expectativas, incertidumbre,… aunque nosotros íbamos
ya muy cansados.
Al final, el momento había llegado y tras un día entero entre aviones y
aeropuertos, aterrizamos en San Salvador. Todos teníamos la misma idea en la cabeza.
¿Quién estaría ahí fuera esperándonos? Pasamos los últimos controles de seguridad y
nos fuimos a por las maletas y… ¡faltaba una! Así que mientras Ofelia hacía el
papeleo con los nervios a punto de estallar, los demás fuimos saliendo hacia fuera, nos
esperaba una tropa al completo con cartelitos que ponían: UAH. ¡Qué ilusión!
Pensábamos que sólo vendría Emilio, y además conocimos a Niña Mari, Montse, Luis,
su sobrino Wilmer…
17
Irene Chamón participó en el proyecto de Atención a los asociados y asociadas de la
Asociación Rural de la Tercera Edad (ARTE) cuando cursaba la diplomatura en Fisioterapia.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 35 -
Nos presentaron a un montón de gente y cuando estábamos todos, nos
separamos. Ofelia y Cristina se fueron rumbo a San Vicente. Diego, Paula y Alicia se
fueron con Octavio (Grace había llegado al mediodía) y Carlos. Álvaro, Arantza, Isa y
yo nos metimos en un microbus donde iban unas 8 personas más, y tal que 12 maletas
ya que llevábamos las maletas de los de La Pita porque no cabían en el coche de
Octavio.
No cabía ni un alfiler en el microbus, y en la oscuridad de la noche
salvadoreña, el carro arrancó en dirección a San Carlos Lempa. Mirabas por la ventana
y solo veías oscuridad. Nos acompañó Montse, una mujer catalana que estaba allí de
cooperación, y nos empezó a contar las numerosas clases de bichos que nos podríamos
encontrar: chicotes, alacranes, arañas caballo, ratas,… Total, que nos metió de lleno
toda la información clave… Tardamos alrededor de una hora en llegar, y cuando
salimos del microbus todavía no se podía percibir cómo era todo. Habíamos llegado a
lo que sería nuestra casa durante dos meses. Nos esperaba más gente para recibirnos.
Nos enseñaron nuestro nuevo hogar, que resultó ser una habitación alargada donde
había unas colchonetas y unas mesas al fondo. Luego nos explicaron dónde estaba
todo: la cocina, las letrinas, dónde lavar la ropa y los platos, las duchas, que al
principio cuando preguntamos dónde lavarnos nos dijeron que donde la ropa… jeje, ya
me veía buceando en el lavadero. Luego cenamos todos juntos… ¡pupusas! Fue
nuestro primer contacto con la comida salvadoreña y nos encantó. Era tarde, y
mientras Luis se quedó ayudándonos a colgar las mosquiteras, los demás se fueron a
dormir. Al rato, se fue a su casa, y nosotros a dormir nuestra primera noche. No
sabíamos qué pasaría al día siguiente, pero no importaba. Entre la luz del sol y los
ruidos de toda la fauna: vacas, gallos, perros, garrobos18
… Nos desvelamos un poco al
amanecer, pero estábamos tan cansados que nos volvimos a dormir.
La primera impresión que tuvimos no fue ni buena ni mala, nos creíamos que
al menos tendríamos camas, pero al despertar, todo cambió. Tras dormir los cinco en
comuna sobre una colchoneta en el suelo, me pareció interesante y divertido, vivir dos
meses así y…resultó ser mucho más que eso.
18
Lagartos grandes
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 36 -
Segunda noche 04/07/10 Alicia Nieva
19
Esta es nuestra segunda noche en La Pita, aunque la primera que escribo. Ayer
llegamos a San Salvador de noche, hacía mucho calor y estábamos agotados. En la
puerta del aeropuerto estaban los salvadoreños esperándonos con un cartel que decía:
“Grace, Diego, Alicia y Paula bienvenidos”. Octavio, que es quien nos va a dar casa
durante estos dos meses, es un señor pequeño, moreno y con un gran bigote, que nos
recibió con una gran sonrisa. Nos montó en su coche pequeño, blanco y destartalado.
Aún nos quedaba un “largo” viaje hasta el hostal donde nos hospedamos. Pasamos
por una carretera estrecha, los coches no quitaban las largas cuando te cruzabas con
ellos y…el cuentakilómetros de Don Octavio no funcionaba. Relampagueaba y todo
estaba oscuro. De camino a casa paramos en ARTE, donde se alojan otros compañeros
de la Universidad, a recoger la mosquitera y ropa para el día siguiente; porque
tuvieron que llevarse nuestras maletas en la furgoneta que les recogía, ya que no
cabían en el coche de Octavio. Seguimos por un camino de tierra lleno de vacas que
había que esquivar, ¡no se movían! Por fin llegamos al hostal, y allí estaba la mujer de
Octavio, Yaritza. Y Grace, la cuarta componente del grupo que llegó a San Salvador
en otro vuelo. Cenamos comentando el viaje y empezamos a conocernos. Después de
esta primera “plática” nos dispusimos a colocar las mosquiteras en las camas…hasta
que lo conseguimos…estábamos cansadísimos, ya que eran como las 8 de la mañana
en España y nosotros aún sin acostarnos.
Cuando desperté a la mañana siguiente, ya estaba amaneciendo, se oía mucho
alboroto, gente, pájaros, coches… abrí la puerta de la cabaña y…aluciné. Todo era un
verde brillante que nunca había visto, el día estaba nublado… desperté a Paula, mi
compañera de habitación, nos vestimos, y salimos a desayunar. Eran las 8 de la
mañana, y Octavio y Yaritza nos estaban esperando para desayunar. Nuestro primer
desayuno en El Salvador: pupusas, que son una especie de tortitas rellenas de frijoles y
queso… buenísimas. Ya nos han advertido que nos vamos a cansar de comer pupusas.
Después, una pequeña ducha y, nos fuimos de paseo.
Nada es como imaginé… otro color, otro olor… pero todo precioso. Estamos
en mitad de ningún sitio con el río al lado. Pero mucha gente vive aquí, en chabolas de
19
Alicia Nieva es participó en el proyecto Desarrollo turístico y ambiental en el Bajo Lempa
cuando cursaba la licenciatura en Biología.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 37 -
madera y en algunos casos de piedra. Todo el mundo nos habla por la calle y nos
pregunta de dónde somos, supongo que para ellos es raro ver gente tan “chelita”20
.
Así pasó el día, cotilleando la zona, haciendo fotos, platicando con Octavio…
a las 7 de la tarde, ya de noche, nos tenía preparada la cena… ¡¡tortilla de patata!! Este
Octavio es ¡¡genial!! Después de la cena una larga platica como la del desayuno y
comida, y resulta que en dos días que llevó aquí ya tengo mote… ¡me llaman la
gritona! Porque dicen que cuando hablo con la gente grito mucho, pero no lo hago
conscientemente, la verdad.
Ahora estoy tumbada en una hamaca que Octavio nos ha puesto en la puerta
de la cabaña. Se oyen perros ladrar, todos los vecinos tienen chuchos feos y flacos.
Aún no me creo que esté aquí… creo que no soy consciente del sitio en el que
estoy. Apenas llevamos horas aquí, pero yo me siento como en casa.
Desde aquí, veo a Octavio viendo la televisión y fumándose un cigarro. Es un
señor que sabe de todo, siempre tiene tema de conversación y hace todo lo posible
porque nos sintamos como en casa. Cuando ayer íbamos en el coche de camino a casa,
dijo una cosa que hizo que se me encogiera el estómago: “No me gusta la tormenta
eléctrica porque me recuerda a la guerra”. Seguidamente se notó un silencio… pero
rápidamente se puso a hablar de otra cosa. Seguro que es una persona de la que vamos
a aprender mucho…al fin y al cabo, va a ser nuestro “papa” estos dos meses.
Huele a Relec, que Paula se está echando en la cabaña… y es que hay muchos
“zancudos”, mosquitos. Mis 3 compañeros me han caído genial, y seguro que vamos a
hacer muy buen equipo. Aunque aún no sabemos qué es lo que tenemos que hacer,
hasta que no tengamos la reunión con CORDES, que es la ONG con la que vamos a
trabajar. ¡La verdad que me intriga mucho! ¡Ah! Otra cosa interesante es que hay un
montón de animales de todo tipo; iguanas, lagartos, ranas, ¡hasta sapos en el baño!
Parece la jungla, ¡pero me gusta! Está relampagueando, pero de momento no hemos
visto llover, supongo que nos cansaremos de ello. Espero que mañana recuperemos
nuestras maletas, porque hoy Octavio no ha puesto mucho interés en ir a recogerlas.
¡Quiero cambiarme de ropa! En fin, ya es tarde aquí, y tenemos que hacernos al
horario salvadoreño, así que me voy a colocar bien mi mosquitera, y a dormir. Tengo
intriga de ver qué cosa nueva aprenderemos mañana.
20
Es común en Centroamérica llamar “chele/chela” a las personas blancas de piel y también a
los extranjeros.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 38 -
Cooperación universitaria en El Salvador… Diego Molina
21
En el verano de 2010 tuve la oportunidad y la gran suerte de poder pasarlo en
la República de El Salvador, en América Central. Más concretamente, conviviendo
con la familia de Don Octavio Aguilar, su mujer Yaritza, y sus hijos Octavio junior y
Nayarit. En sus cabañitas de Lempa Mar, Comunidad La Pita, al sur de Tecoluca: en
plena desembocadura del más caudaloso e imponente río centroamericano, el Lempa.
Ésta área geográfica fue repoblada después de los Acuerdos de Paz, que dieron fin a la
cruenta Guerra Civil salvadoreña (1980-1992), dejando un doloroso reguero de unos
75.000 civiles, guerrilleros y militares muertos.
Primeramente, la cooperación es una actividad voluntaria y desinteresada que
siempre me ha llamado la atención. Ya en febrero de 2010, el Decanato de mi
Facultad organizó un viaje a Hassilabied (Sahara marroquí), para realizar un Taller
sobre Gestión Sostenible del Agua, Paisaje y Patrimonio Cultural. Me percaté de la
necesidad de hacer algo más, en la medida de mis posibilidades y limitaciones.
Entonces solicité el proyecto en Centroamérica, y verdaderamente mi estancia en la
pequeña República salvadoreña, ha representado para mí el primer contacto directo
con la Cooperación al Desarrollo. Además, por supuesto, que me encanta viajar y
relacionarme con otras gentes y otras formas de vivir y pensar.
Por tanto nos presentamos, pues, en el “Pulgarcito de América” (como
cariñosamente llaman a El Salvador) con la misión de llevar a cabo el denominado
“Proyecto de desarrollo turístico y ambiental en el Bajo Lempa”. Bajo este título tan
generalista, la ONG Asociación para la Cooperación y el Desarrollo Comunal de El
Salvador (CORDES), nos asignó varios proyectos que pudimos llevar a cabo:
- Realización de un Dossier Ecoturístico del municipio de
Tecoluca;
- Matrices DAFO con las debilidades, amenazas, fortalezas y
oportunidades de cada iniciativa social y turística;
- Asesoramiento y tríptico turístico de la Planta de
Procesamiento de Pescados y Mariscos “Bocanalempa”;
21
Diego Molina participó en el proyecto Desarrollo turístico y ambiental en el Bajo Lempa
cuando cursaba la licenciatura en Ciencias Ambientales.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 39 -
- Capacitaciones en las escuelas sobre la biología y
conservación de las tortugas marinas y los “punches” (cangrejos).
Sin duda, el trato y la convivencia con las gentes del Bajo Lempa fueron muy
enriquecedores. Lo más gratificante, en especial: los “bichitos” (niños/as), quienes
conservan aún la tierna capacidad para la sorpresa, la admiración, el asombro, la
curiosidad, el anhelo por conocer, por saber, y la solidaridad sin límites; compartiendo
absolutamente todo y conformándose con poco.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 40 -
Misión de la Cooperación universitaria al Desarrollo… Diego Molina
Para empezar, se me viene a la mente una frase del historiador británico
Arnold J. Toynbee que dice: “No podemos pretender conocer a un ser humano sólo
por lo que vemos en él en un momento determinado; lo importante es saber cómo ha
llegado a ser lo que es. Y lo que sucede con los individuos, ocurre también con las
naciones, civilizaciones y religiones, y para comprenderlas en su más último
significado, debemos compenetrarnos de su pasado histórico, al igual que de su
presente”.
Es decir, nuestra estancia en el Bajo Lempa debía poder desarrollar nuestro
proyecto concreto pero también, y es imprescindible, debía procurar entender y
comprender el pasado histórico del pueblo salvadoreño, para afrontar su presente y
desafiar su futuro. Porque una gran virtud del pueblo “guanaco” (como cariñosamente
se refieren a los salvadoreños) es su dignidad, decencia y orgullo, como bien hace
referencia la famosa canción del Sombrero Azul: “El pueblo salvadoreño tiene el cielo
por sombrero, tan alta es su dignidad en la búsqueda del tiempo en que florezca la
tierra por los que han ido cayendo, en que venga la alegría a lavar el sufrimiento”.
Verdaderamente, es un pueblo sufrido y trabajador, que día a día “llena el
mundo con trabajo y sudor, y reconstruir el pueblo del Divino Salvador”, como
cantan en el Sombrero Azul; porque después de 18 años del fin de la guerra, se puede
volver a citar la canción para rotundamente atestiguar que: “El Salvador resiste a
cualquier adversidad”, con mucha fe y esperanza en un futuro más próspero.
Por tanto, la Cooperación Universitaria al Desarrollo (CUD) debe tener una
doble vertiente: la experiencia académica y la experiencia humana del estudiante,
como dicta el Artículo 8 del Código de conducta de las Universidades en materia de
Cooperación al Desarrollo. La primera, me ha supuesto afianzar conceptos,
intercambiar conocimientos y poner en práctica metodologías estudiadas en las
diversas asignaturas de mi Licenciatura en Ciencias Ambientales. La segunda, la
experiencia personal, me aportado sin duda alguna muchísimo más. He tenido la
oportunidad de vivir, convivir, con personas, con formas de vida y de pensamiento
diferentes a las mías. Comiendo, bebiendo lo mismo que ellos, trabajando en las
mismas labores, yendo a sus fiestas populares y disfrutando y sufriendo con ellos.
Desde luego, el intercambio cultural es mutuo porque ellos nos aportan mucho, y
nosotros también ponemos nuestro granito de arena, sobre todo, en la caída de ciertos
mitos sobre los españoles.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 41 -
Para mí, verdaderamente el compromiso con los demás es una exigencia
personal, puesto que mis creencias políticas, religiosas y culturales me mueven, me
exigen, me comprometen con el Humanismo, es decir, con los más sufridos y
necesitados de este mundo. Siempre teniendo en cuenta mis limitaciones y
colaborando donde se pueda, porque no hace falta irse a Centroamérica para
encontrarse con problemas sociales. Por lo tanto, debe primar un espíritu positivo,
comprensivo, integrador y participativo.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 42 -
Va de bichos… Irene Chamón
Era la primera semana y ya nos habían avisado de las diferentes clases de
bichos que nos podíamos encontrar: cucarachas, chicotes22
, alacranes, arañas
caballo,…
Uno de los primeros días en los que todavía no teníamos programada ninguna
actividad, aprovechamos para limpiar y recoger un poco todo. Estábamos barriendo, y
al quitar la mochila de Arantza… ¡apareció un alacrán! El primero que veíamos, no
dudamos, y le matamos un poco acojonados. Al rato seguimos limpiando y… ¡otro
alacrán en la cocina! ¡De no ver ninguno, a todos de golpe! Nos habían dicho que la
picadura dolía mucho, y se te llegaba a dormir parte del cuerpo, por lo que les
teníamos mucho respeto. Además, nos contaron que con la lluvia salían y como
estábamos en época de lluvias… ¡qué suerte!
Ese mismo día por la tarde nos fuimos a casa de Luis a tomar un jugo de
guineo (¡¡qué bueno!!). Luego nos pusimos a jugar a las cartas, y Luis sacó una
colchoneta para sentarnos todos. Justo estábamos hablando de los alacranes que
habíamos visto por la mañana y de repente, vi cómo uno de ellos subía por el pantalón
de Luis, directo hacia su pie. Me levanté rápido intentando avisar, pero casi no me
salían las palabras, y sólo le señalaba la pierna. Al verlo, todos se levantaron, y lo
gracioso es que Luis, tranquilamente, le dio un toquecito, como si nada, y tuve que ser
yo quien lo matara, zapatilla en mano. Luis nos dijo que él normalmente no los
mataba, simplemente les cortaba la cola pero pufff, así siguen reproduciéndose y
apareciendo más y más… yo sintiéndolo mucho… bicho que veía, bicho que mataba.
Por las noches, cuando estábamos en el porche hablando o jugando, siempre
venían cucarachas voladoras enormes, y también los chicotes, cariñosamente
conocidos como bichos tontos. Estos eran más pequeños que las cucarachas, y su vida
consistía en darse de leches contra el techo y las paredes, para al final, acabar cayendo
al suelo patas arriba… una vida un tanto curiosa.
Una de esas noches, ya estábamos dentro de la habitación para ir a dormir, y se metió
un bicho tonto a darse con el techo. Isa se pone muy nerviosa con los bichos y de
repente dice: “¡que me ha caído en el pelo!” Y nosotros: “anda anda, ¿cómo va a estar
en tu pelo?”; e Isa: “que sí, que sí”; y nosotros no le creíamos. Total, que al final se lo
creyó hasta ella misma y, después de unos segundos, “¡Qué sí, qué sí, que lo tengo!”
22
Escarabajos.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 43 -
se tocó el pelo, y lo notó, así que empezó a sacudirse como una loca y el bicho tonto
cayó al suelo. Pobrecita… que no le creíamos…
Otro de los bichos que nos ha acompañado durante muchos días y que tiene
que quedar reflejado, ha sido la araña de la letrina, conocida como Marcela. Al
principio siempre elegíamos para hacer nuestras necesidades la letrina donde no estaba
Marcela, pero a los pocos días ya nos daba igual, porque la verdad que era muy
respetuosa con nosotros, jeje.
Total, que cuando volvimos de nuestro viaje a Nicaragua, Marcela había
crecido mucho, estaba inmensa, y aparte, campaba a sus anchas por todas las paredes
y ya la convivencia... se hacía difícil. Al poco tiempo, Arantza e Isa me dijeron que se
habían visto obligadas a matar a Marcela, un hecho que tarde o temprano pasaría.
Hubo una noche que íbamos de camino a casa de Luis, y en un momento, Isa
casi pisa algo raro, así que enfocamos para ver qué era y ¿qué era?: una serpiente de
esas con aros rojos y dorados, que luego nos dijeron que era una coral, una serpiente
venenosa… menos mal que no paso nada. Y además, otros animalitos que nos
acompañaron durante muchas noches fueron los murciélagos… que venían a nuestra
cocina y habitación a comer y cagar, básicamente, pero con estos, la convivencia fue
muy bien.
Ya en los últimos días, de hecho, creo que fue el último, cuando estábamos
limpiando: estaba Álvaro en la cocina, y notó un bicho en la espalda. Cogí un aguacal
(un barreño), y le empecé a dar para quitárselo, pero se había agarrado muy bien a la
camiseta, y le tuve que dar muchas veces para despegárselo de la camiseta. Era una
especie de escarabajo dorado muy duro.
Después de tantos bichos que hemos visto a lo largo de estos meses puede
parecer que hemos ganado la batalla pero no… hay unos bichos muy pequeñitos que
nos han ganado la guerra entera… los zancudos. Espalda, piernas, brazos, culo,…
poca parte de nuestro cuerpo se han quedado sin ser probadas.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 44 -
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 45 -
La piel de gallina Álvaro Gutiérrez
23
Nuestra vivencia en el bajo Lempa, El Salvador, supuso para nosotros, entre
otras cosas, una misión de supervivencia. Nos encontramos escorpiones por casa,
convivimos con todo tipo de arañas, e hicimos frente a un buen número de picaduras
de mosquito. Tuvimos que aprender a ordeñar vacas, y nos bañamos varias veces en el
Pacífico, cuyas olas no hacen precisamente honor a su nombre. Y pasadas unas
semanas, debimos coger confianza en nuestro instinto de supervivencia, porque
decidimos aprender a cocinarnos una gallina.
Empezamos por elegirla. Fue fácil. De entre todas las que correteaban por la
comunidad, no teníamos ningún criterio que nos llevase a elegir una u otra, por lo que
simplemente cogimos una, creo recordar que, de plumas negras. Obviamente sólo la
señalamos; un perro se encargó de atraparla y traérnosla. Una vez fue nuestra, (previo
pago al dueño, por la módica cantidad de 5 dólares), nos dirigimos hacia la cocina,
nuestra próxima parada.
Allí, con la gallina atada por las patas a una barandilla y cabeza abajo, niña
Mari, nuestra encantadora madre salvadoreña, le retorció el pescuezo hasta partirle el
cuello (creo que fueron dos vueltas y media…). Entonces se dispuso a desplumarla; os
podéis imaginar cómo quedó el patio de la casa.
Para entonces llegó niña Venicia, refuerzos para niña Mari, en la tarea de
despiezar a nuestra pobre víctima, quitarle las vísceras, y bañarla en limón, para
desinfectarle las entrañas. No fuese a ser que nos diese una mala digestión.
Mientras tanto, además de observar y aprender la técnica de nuestro par de
maestras, nos dedicamos a pelar y partir papas, yuca, pimientos y algunas verduras
más. Una vez estuvo la gallina bien troceada, la introdujimos junto con el resto de
ingredientes en una gran olla. A partir de ahí, fue cuestión de esperar pacientemente a
que el fuego hiciese el resto del trabajo.
23
Álvaro Gutiérrez participó en el proyecto de Asociación Rural de la Tercera Edad cuando
cursaba los estudios de Medicina.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 46 -
Finalmente, nos sentamos todos juntos a comernos el sabroso plato, a medio camino
entre una sopa bien cargada de tropezones y un guiso caldoso. Estaba riquísimo.
Suerte que nos sobró para la cena.
El proceso en imágenes:
Antes Durante
Ya falta poco… Mmmm… rica sopa de gallina
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 47 -
América Latina: región de contrastes… Diego Molina
En El Salvador pude comprobar, desgraciadamente, el gran problema del
incipiente, pero lento, desarrollo económico y social que se puede generalizar para
toda América Latina. Que radica en problemas de organización y coordinación entre
las distintas actividades políticas, sociales y económicas.
Latinoamérica es la región de los contrastes, donde se visualiza el “círculo de
la pobreza”, como lo llaman los economistas del desarrollo, es decir, la falta de
coordinación y la falta de productores. Atascada en la “teoría del dualismo”, donde
conviven al mismo tiempo la tradición en un sector de la población, la rural, y la
modernidad en las ciudades. Siendo la región más desigual del planeta, con ciudades
inmensas con poca capacidad para prestar servicios (como abastecimiento de agua,
gestión de residuos, etc.), con graves problemas ambientales locales y el
emplazamiento de suburbios abandonados por la administración alrededor de las
ciudades. En definitiva, una mala y desigual distribución de ingresos y una deuda
externa que ahoga a los países y, les impide salir de este círculo maquiavélico.
En El Salvador, pues, existen dos sociedades antagónicas, por un lado, muy
pocos ricos (y muy ricos) y por otro lado, muchos pobres (y muy pobres). La clase
media es escasa y muy localizada en las grandes urbes. Todos estos problemas y
desigualdades nos deben mover al cambio, es decir, a apostar por un término medio
entre el capitalismo salvaje y despiadado (e inhumano), y el comunismo-socialismo
bárbaro e irracional (y también inhumano). La moderación existe y es posible. El ser
humano puede y debe enfrentarse cara a cara a los grandes retos de este Tercer
Milenio.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 48 -
La ilusión de José Isabel Montero
24
Esta historia comienza con una tarde lluviosa, como muchas otras en “el
Pulgarcito”.
Íbamos camino de la plaza de San Vicente25
, deteniéndonos en algunos de los
puestos de artesanía que abundaban por allí.
-¡Pulsera a dólar! ¡Dos por un dólar!
De repente, algo pequeñito se interpuso en nuestro camino:
-Gringos, ¿quieren agua? tan solo una cora26
.
-No, muchas gracias, no necesitamos agua.
Un niño vendiendo por las calles de San Vicente, algo bastante común de ver
por allí y, no sé si por desgracia, es algo a lo que te acabas acostumbrando a ver. Los
niños venden cualquier cosa: agua, fruta, chicles, caramelos, etc. Si tú les dices que
no, ellos ¡no se dan por vencidos!, te persiguen, te tiran de la camisa… al fin y al cabo,
niños son.
El niño de nuestra historia no iba a ser menos, y tampoco se dio por vencido
fácilmente, así que se vino de ruta por la plaza de San Vicente con nosotros. Viendo
los puestos, le pregunté por su nombre y a qué se dedicaba en su día a día.
Se llamaba José, tenía 7 años, era delgado y con el pelo desaliñado, su cara
mostraba una sonrisa que no dejaba duda a que, como niño que era, tenía sueños e
ilusiones. Todos los días salía a la calle para vender agua o fruta, con el dinero que
consiguiera de esta venta, tendría algo que comer, aunque fuera una simple tortilla al
día. Me contó que, “a veces”, también iba a la escuela, dónde tenía muchos amigos y
se lo pasaba muy bien jugando con ellos.
Después de “platicar” un rato con él, y comprarle agua (uno no es de piedra),
nos regaló una fruta, que todavía no tenemos muy claro qué era. Estando en la plaza,
José nos contaba que siempre había deseado tener una radio, es normal, todos los
niños sueñan con tener cosas, lo que ocurre es que no es tan fácil para todos.
24
Isabel Montero participó en el proyecto Atención a los asociados y asociadas de la
Asociación Rural de la Tercera Edad (ARTE) cuando cursaba los estudios de Enfermería. 25
Ciudad perteneciente a la zona central del país. 26
Especie de donación.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 49 -
Nos sorprendió mucho que un niño de tan apenas 7 años, soñara con una
radio. Según nos contó, llevaba varios días viéndola y costaba tan sólo un dólar y
medio.
Carlos, un compañero nuestro, le prestó el dólar y medio con la condición de
que fuera a comprar la radio y volviera con ella para que nos la enseñara. José marchó,
y nosotros nos quedamos esperando a que volviera. Después de un tiempo, y viendo
que José no regresaba, pensamos en que no le volveríamos a ver.
Bajando la cuesta de la plaza, decididos a marcharnos a nuestra comunidad,
oímos a alguien que gritaba a lo lejos.
-¡GRINGOS, GRINGOS!
Para nuestra sorpresa, José bajaba a toda prisa con algo en las manos, que era
nada más y nada menos que… ¡¡una radio!!
Nosotros nos miramos y, con una gran sonrisa, le pedimos a José que se
hiciera una foto con nosotros.
Finalmente, José con su radio, y nosotros con un buen sabor de boca,
tomamos caminos diferentes. Quizás nunca le volvamos a ver, pero nunca
olvidaremos esa alegría que compartimos con él.
José, esperamos que esa radio de ritmo y alegría a tu día a día y… ¡NUNCA
DEJES DE SOÑAR!
Carlos, Álvaro e Isa con José y su radio
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 50 -
Bajo Lempa: vivencias, experiencias, anhelos… Diego Molina
De mi estancia en el Bajo Lempa recuerdo las noches lluviosas y tormentosas,
(con truenos y relámpagos como nunca he contemplado y que me hacían sentir
curiosamente, tranquilidad y sosiego) aunque era desolador, ver en cuestión de
segundos todo el ranchito inundado, por lo que nos tocaba achicar agua.
Recuerdo también los pequeños seísmos, las recurrentes inundaciones del
caudaloso e incontrolado Lempa, los sonidos nocturnos de ranas, sapos y “gecos”
(lagartijas pequeñas pero ruidosas y hambrientas de mosquitos), los “piquetes”
(picaduras) de “zancudos” (mosquitos) y jejenes (insecto diminuto pero voraz).
La multitud de luciérnagas que iluminaban el camino con su resplandor
intermitente, el cacareo antojoso de los gallos madrugadores, el sonido del pájaro
carpintero ampliando su casita, la caída estrepitosa sobre las cabañas de las vainas de
un árbol frondoso y de peculiar olor, las vacas escuálidas que se entrometían a pastar
en nuestro rancho, los “garrobos” (iguanas) trepadores y casi nadadoras. Ciertamente,
como futuro profesional del Medio Ambiente, disfruté mucho, todo lo echo en falta,
incluso a los mosquitos, porque a mí no me picaban.
En estas tierras la naturaleza está mucho más presente y, de vez en cuando,
causa graves calamidades, con mermas económicas y, lo más doloroso, con pérdidas
humanas. También es cierto que los desórdenes son grandes y que la gente vive en
cualquier sitio, sin estudios ambientales previos, en especial, los más pobres. Por
ejemplo, la Ordenación del Territorio en este país ni está, ni se la espera. Es escasa,
por no decir inexistente, y se ha construido en las zonas de inundación de los grandes
ríos, en las laderas de volcanes o en las cercanías del mangle.
Por otra parte, con respecto a la gastronomía, verdaderamente me gustó todo,
echo de menos la sopa de pata (es decir, una especie de cocido pero, a lo salvadoreño),
la sopa de “punche” (cangrejo), el “marañón orgánico” (anacardo ecológico). La
variedad de pescados y mariscos frescos, los múltiples y diversos jugos y licuados.
Pero sobre todo, las pupusas, esas ricas tortillas de maíz o arroz rellenas de frijoles,
chicharrón y queso… servidas con curtido, es decir, repollo en vinagre con zanahoria,
cebolla y chile verde, acompañado de salsa de tomate. ¡Mmmm! Se me hace la boca
agua…
Además, recuerdo gratamente los ventosos, tumultuosos y turbulentos viajes
en pick-up o en bus, con las vendedoras ambulantes: con su admirable capacidad para
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 51 -
ofrecerte el producto, a la vez que sujeta su “guacal” (palangana), y te da el cambio
del “pisto” (dinero), subiéndose y apeándose en cuestión de segundos.
Recuerdo los baños a media tarde, o de noche en el río Lempa, o los paseos en
lancha por la bocana, la contemplación nocturna del puro e infinito cielo sin
contaminación lumínica, las tardes en las playas de Isla Colorada, Tasajera o
Montecristo, las noches con los tortugueros buscando huevos de tortuga, las
excursiones por el país…
Todo lo echo en falta, y me acuerdo muy a menudo con una sonrisa en la cara.
Pero sobre todo, los momentos con las gentes de nuestra comunidad de La Pita, las
historietas y vivencias sobre la Guerra Civil de D. Octavio o Emilio Espín. Las
exquisitas comidas con nuestra querida familia (D. Octavio, Yaritza e hijos) en el
ranchito de Lempa Mar, las visitas a la tiendecita regentada por niña Chus, su hija
Irma y nietos; las cenas degustando pollo campero (de campo pero de verdad) en casa
de la familia Portillo con niña Lola al frente, y sus 9 hijos (Wendy, su esposo Chepe y
sus hijitos Erika y Jorge, Tilo, David, Eva, Moisés, Flor, Ezequiel, Avi y Laura). Los
cumpleaños con toda la comunidad, el Primer Festival del Mangle, las Fiestas
patronales de Tecoluca en honor a San Lorenzo Mártir, con sus actos lúdicos y
folclóricos… En definitiva, todo instante donde nos sentimos uno más de la
comunidad, compartiendo momentos emotivos e inolvidables.
También me acuerdo mucho, con gran tristeza, de los niños y chavales del
Bajo Lempa, que no podrán ir nunca a la Universidad, y no (que también) por falta de
recursos económicos, sino por el penoso y paupérrimo nivel educativo de las
comunidades rurales de El Salvador. Ello provoca que los chicos de esta zona no
puedan superar las pruebas de acceso a estudios universitarios. Años luz separan la
Educación pública del medio rural y la de las ciudades. Debe ser, sin duda, la
Educación de calidad un reto del Gobierno salvadoreño, y de todas las instituciones
públicas y privadas relacionadas con este tema tan importante para el desarrollo de
una nación. Como dice la letra de una canción muy popular sobre “el Pulgarcito” de
Centroamérica: “patria chiquita linda, mi mamasita chula, vas a ver qué linda vas a
ser cuando seas libre”. La libertad de un pueblo se enraíza y sostiene cuando se
apuesta por la Educación de los hijos del futuro.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 52 -
El Salvador es… Irene Chamón
… el verde de su selva.
… el rojo de la sangre derramada.
… el negro de la muerte y sus numerosos bichos.
… el blanco de su queso, sus estrellas, de sus cocos…
… el azul de su cielo, su “sombrero”.
… el marrón de sus frijoles, de sus pieles morenas, de su tierra.
… el amarillo de sus jugos de guineo27
, del lote.
… el naranja del mango.
… el arco iris de los paisajes tan diferentes: de la montaña, de la playa, de
los volcanes y el océano Pacífico, de sus comidas y bebidas.
…el olor a hierba mojada tras la tormenta.
…el olor a azufre de sus volcanes.
… el agua templadita de sus lagos, lagunas y playas.
… el calor de la plancha donde se hacen las pupusas28
y las tortillas de maíz.
… el rico sabor de las pupusas recién hechas.
… el sabor dulce de la canela en el jugo de guineo.
… un niño jugando descalzo.
… unión, paz y libertad… o debería.
... revolución y lucha, alegría y tristeza.
… el brillo en los ojos de cada salvadoreño cuando sonríe.
27
Plátano.
28 Tortilla de maíz -o arroz- gruesa hecha a mano rellena con uno o más de los siguientes
ingredientes: queso, frijoles refritos…
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 53 -
El día a día en San Carlos Lempa Irene Chamón
Éramos cinco los españolitos (como nos llamaban ellos) en San Carlos:
Álvaro, Carlos, Arantza, Isabel y yo. Vivíamos juntos y revueltos en el centro de día
de la Asociación Rural de la Tercera Edad (ARTE).
Nuestro hogar en El Salvador era una habitación donde, con unas mesas al
fondo repletas de maletas, mochilas, ropa, hojas… y cinco colchonetas con sus
correspondientes mosquiteras colgando del techo, dormíamos en comuna. Según
salíamos de la habitación, teníamos la cocina donde innovábamos día a día con la
comida. Junto a la cocina, estaba el porche donde desayunábamos, comíamos y
cenábamos aparte de jugar a las cartas entre otras cosas, charlar,…
Enfrente de la “casa” estaban las letrinas, un cuartito con dos WC de plástico
que tenían dos compartimentos: uno para el pis, pelín pequeño, donde había que atinar
bien, y otro para la caca, donde había que echar cal para que no aparecieran
cucarachas, como en la mayoría de las letrinas del Bajo Lempa.
Al lado de las letrinas estaba el lavadero donde fregábamos los cacharros (o
mejor dicho lavar, que fregar allí, es romper) e intentábamos limpiar la ropa, que las
primeras veces, a pesar de lavarla con mucho ahínco, hiciéramos lo que hiciésemos
seguía oliendo mal, sería por la humedad, o porque las vacas entraban en el recinto y
se restregaban por la ropa limpia recién tendida… pero bueno, al final le pillamos el
truco, y conseguimos un olor neutro en la ropa.
Justo al lado del lavadero, había un grifo donde cogíamos el agua para cocinar,
lavarnos los dientes,… Y al fondo del todo, a unos 40 metros (más o menos) estaban
las duchas. Al estar tan lejos las duchas de la casa, muchas mañanas que amanecía
diluviando… era tontería ducharse y como pasaran varios días así… bueno, todos
estábamos en la misma situación.
Cuando teníamos que hacer compra grande, avisábamos a Emilio, que
amablemente nos acompañaba en su carro para no tener que ir cargados por los
autobuses. La verdad es que comer, comíamos bien, la mayoría de las veces
calculábamos mal con las cantidades y al final nos quedábamos con un poco de
hambre, pero bueno, comida más o menos sana, escasa de verdura y pescado, pero
bueno. Me acuerdo que los primeros días en El Salvador muchas veces, por pereza, de
cocinar cenábamos un jugo de guineo y listo, y la verdad que nos quedábamos bien.
Con el agua nos avisaron que teníamos que tener cuidado y no beber del grifo,
sino sólo agua embotellada, así que cada varios días teníamos que ir a por barriles de 5
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 54 -
galones de agua a la gasolinera de San Nicolás. Pero la verdad, que bebimos agua de
grifo sin querer al día siguiente de llegar y todos los jugos que nos tomamos eran con
agua normal, pero no nos pasó nada así que… a todo se acostumbra el cuerpo.
Nuestro proyecto se llamaba “Atención integral de las necesidades de salud de
los asociados/as miembros de la Asociación Rural de la Tercera Edad (ARTE)”.
Durante el mes de Julio nos dedicamos a pasar consultas multidisciplinares de
medicina, enfermería y fisioterapia por todas las comunidades del Bajo Lempa. Nos
solíamos levantar entre 6:30 y 7 de la mañana dependiendo también de la persona…
siempre hay alguno al que se le pegaba más la sábana-saco… Casi siempre nos
turnábamos para preparar el desayuno, o más bien, la leche. Teníamos que ir a coger
agua, hervirla, y luego echar la leche en polvo, y luego enfriarla con nuestro súper
ventilador. Tras ducharnos, vestirnos y desayunar, esperábamos a la persona de ARTE
que nos acompañaría a la comunidad correspondiente, aunque siendo sincera, no
siempre esperábamos nosotros, y al final se nos pegó la hora salvadoreña. Cuando
venía el responsable que podía ser: niña Mari, niña Juana, don Paco, niña Venicia, don
Ramón, Luis Erazo,… nos íbamos en pick-up hacia la comunidad de destino.
Cuando llegábamos a la comunidad, a veces estaba todo listo con la gente
esperando, y otras veces no había nada preparado y había que ir avisando de casa en
casa a la gente. Hubo veces que había mucha gente y cuando se enteraban de que no
dábamos medicinas, se iban. Se suponía que las consultas eran dirigidas a la tercera
edad, pero no había comunidad por la que pasáramos en la que no viéramos varios
niños y madres jóvenes.
Cuando íbamos a pasar consulta, siempre comíamos en la propia comunidad,
y fue una experiencia muy buena. En cada comunidad había un voluntario que se
encargaba de prepararnos la comida y madre mía, ¡cómo se esforzaban! La verdad que
las mejores comidas han sido esas, comiendo en sus casas con ellos, siempre atentos a
que todo estuviera bien, y lo estaba.
Realizábamos varias pruebas con el fin de diagnosticar las posibles patologías,
y aconsejar en consecuencia. La verdad que fue complicado, muchos ancianos tenían
problemas de oído, o no nos entendíamos mutuamente… se dieron situaciones muy
divertidas con estos problemas de comunicación… Creo que ninguno nos olvidamos
del primer paciente que vimos. Muchos dejaron huella en nuestro corazoncito por su
simpatía, su ternura, su sordera, su uso inadecuado de los medicamentos…
Por mi parte, la verdad que a veces se hacía muy difícil intentar enseñarle una
tabla de ejercicios a unos ancianitos. Siempre lo repetía varias veces con ellos para
que lo entendieran, pero luego no sé yo hasta que punto se enteraban… A veces se lo
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 55 -
escribía en una hoja para que tuvieran una guía, pero la mayoría no sabían leer, y no
tenían a nadie cerca que se lo pudiera leer todos los días. Sin embargo, lo pasé muy
bien, conociendo el problema de cada anciano y joven, e intentando inculcarles unos
buenos hábitos para cuidar su cuerpo y sobre todo, si tenían alguna patología.
Tengo muy buen recuerdo del día que fuimos todos a Nueva Jerusalén, donde
también iba gente de Agua Fuerte. Nos organizamos de tal manera que yo solo viera la
gente susceptible de tratamiento de fisioterapia y… ¡me encantó! Vi a unas 12
personas, entre ellas a un hombre que se llamaba Carmen (curioso ya que en España es
nombre femenino), que había tenido un ictus y se le había quedado un patrón
hipotónico, aunque con buen control del tronco. A mí no me apasiona la fisioterapia
neurológica, pero me resultó muy gratificante enseñarle, tanto a él como a su mujer,
ejercicios que pueden hacer de: estimulación para las extremidades y la cara, drenaje
linfático y para la incontinencia urinaria.
Me quedé pensando si serviría o no, pero me encantó. Creo que me ha pasado
muy pocas veces algo así. De hecho, de primeras se me olvidó enseñarle los ejercicios
de incontinencia y en vez de dejarlo pasar, porque ya se habían ido, fui a buscarle a su
casa para enseñárselos. Su mujer Juliana, muy simpática, me ofreció café con galletas.
Cogí una galleta y le dije que prefería que comieran ellos. Es increíble como la gente
aunque tenga muy o poco, o incluso nada, te ofrezca lo que puede, sin ningún reparo.
Es una generosidad infinita, que ojala tuviéramos todos.
En Agosto, tras la semana de vacaciones, nos dedicamos a terminar alguna
comunidad que faltaba por pasar consulta, y realizamos varias charlas educativas
sobre diabetes, hipertensión arterial e higiene postural. No hicimos charlas en todas las
comunidades, pero en las que sí la realizamos tuvieron muy buena acogida. Me
encantaba ver a los ancianitos atentos, contestando, preguntando a veces sobre el tema
que estábamos tratando y otras veces… sobre cualquier otra cosa, algunos hablando
entre ellos, o despistados como niños al ver una mosca pasar, otros pendientes de sus
nietos… Me gustó mucho explicarles todo sobre higiene postural, era gracioso que la
gran mayoría durmiesen en hamaca, y luego les dolía la espalda… ¡cómo no! Intenté
hacerles ver que la hamaca para un ratito está bien, pero para toda las noches de su
vida… como que no. Fue muy divertido que participaran poniendo ejemplos de la vida
cotidiana, y juntos darnos cuenta de la forma correcta de hacer las cosas.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 56 -
Nuestra casita, ARTE, El Salvador
En uno de los talleres, El Salvador
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 57 -
El equipo de ARTE, El Salvador
En la Pick-up
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 58 -
Impresiones Paula González
29
Calurosa primera noche al llegar
No sabíamos qué nos esperaba
Amanecer radiante, Hostal Lempa Mar
Nuestra gran aventura comenzaba
Primeros días tiempo de asimilar
¡Tanta belleza El Salvador mostraba!
Dulces gentes nos hicieron despertar
Y abrir los ojos cuando el sol brillaba
Inolvidable muelle al atardecer
Vacas, gallinas, garrobos andando
Charlas, juegos, risas al anochecer
El camino nos fue enseñando
Lecciones de vida por agradecer
Al “Pulgarcito” que estoy extrañando.
Dedicado a todos los salvadoreños que nos acogieron, y de los que tanto aprendí. Les
quiero.
29
Paula González participó en el proyecto Desarrollo turístico ambiental en el Bajo Lempa
cuando cursaba los estudios en Administración y Dirección de Empresas.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 59 -
Monseñor Romero: Defensor de los pobres… Diego Molina
Mi estancia en El Salvador me ha brindado la oportunidad de conocer a un
personaje histórico que me ha fascinado. Hablo de Monseñor Óscar Arnulfo Romero
Galdámez (1917-1980), arzobispo de San Salvador y líder espiritual de la Nación
salvadoreña, según propuso Mauricio Funes, actual Presidente de la República.
Monseñor Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980 mientas oficiaba
misa en la capilla del Hospital Divina Providencia, a pocos pasos de su humildísima
casa. Él ubicó a los pobres en el centro de su discurso y de su actuar, hizo de la
defensa de los Derechos Humanos uno de los pilares de su teología, lo que le supuso
choques constantes con la poderosa oligarquía salvadoreña, con el propio Estado, y
también con distintos grupos de la izquierda revolucionaria.
Recientemente, la Asamblea General de las Naciones Unidas, reunida, en
Nueva York, el pasado 2 de noviembre, proclamó el 24 de marzo como el Día
Internacional del Derecho a la Verdad en relación con Violaciones Graves de los
Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas.
Y en la resolución A/C.3/65/L.59 de la ONU se comenta: “Reconociendo
también los valores de Monseñor Romero y su dedicación al servicio de la
humanidad, en el contexto de conflictos armados, como humanista consagrado a la
defensa de los derechos humanos, la protección de vidas humanas y la promoción de
la dignidad del ser humano, sus llamamientos constantes al diálogo y su oposición a
toda forma de violencia para evitar el enfrentamiento armado, que en definitiva le
costaron la vida el 24 de marzo de 1980”.
En definitiva, Monseñor Romero apostó por lo que el sacerdote católico Luigi
Taparelli en su “Ensayo teórico del derecho natural apoyado en los hechos (1843)”
llamó justicia social (giustizia sociale en italiano), es decir: “A cada cual, por
consiguiente, debe dársele lo suyo en la distribución de los bienes, siendo necesario
que la partición de los bienes creados se revoque y se ajuste a las normas del bien
común o de la justicia social, pues cualquier persona sensata ve cuán gravísimo
trastorno acarrea consigo esta enorme diferencia actual entre unos pocos cargados
de fabulosas riquezas y la incontable multitud de los necesitados. La justicia social es
pues un límite al que debe sujetarse la distribución de la riqueza en una sociedad, de
modo tal que se reduzca la diferencia entre los ricos y los necesitados (Doctrina
Social de la Iglesia Católica)”.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 60 -
En aquellos años 80 tan tumultuosos y revolucionarios, la sociedad
salvadoreña escucharía la canción Casas de cartón de “Los Guaraguo” que a mí me
evoca aquéllos tiempos: “Qué triste se oye la lluvia, en los techos de cartón, qué triste
vive mi gente en las casas de cartón.” Haciendo hincapié en las desigualdades
sociales: “Viene bajando el obrero, casi arrastrando sus pasos por el peso del sufrir,
mira que mucho ha sufrido, mira que pesa el sufrir.” “Niños color de mi tierra, con
sus mismas cicatrices, millonarios de lombrices”.
Gracias a Dios no se sigue cumpliendo la letra de la canción: “Hoy es lo
mismo que ayer, es un mundo sin mañana”. Algo ha cambiando y seguirá cambiando,
aunque queda mucho por hacer.
Me gustaría terminar con la última homilía dominical del 23 de marzo de
Monseñor Romero: “Yo quisiera hacer un llamamiento, de manera especial, a los
hombres del ejército. Y en concreto, a las bases de la Guardia Nacional, de la policía,
de los cuarteles,… Hermanos, son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus mismos
hermanos campesinos. Y ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer
la Ley de Dios que dice: “No matar”. Ningún soldado está obligado a obedecer una
orden contra la Ley de Dios. Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo
de que recuperen su conciencia, y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden
del pecado. La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la
dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación.
Queremos que el Gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van
teñidas con tanta sangre. En nombre de Dios y en nombre de este sufrido pueblo,
cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego,
les ordeno en nombre de Dios: ¡Cese la represión!”
Como cristiano católico que me considero, Monseñor Romero es un ejemplo a
seguir como gran amante del ser humano y defensor de los Derechos del Hombre. Él
denunció y condenó la injusticia, porque consideró que era su “obligación como
pastor de un pueblo oprimido y humillado”. Me anima pues, a ser libre y a buscar la
verdad, que como proclamó Jesucristo: “La verdad os hará libres” (Jn 8, 32).
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 61 -
Las tardes en el Bajo Lempa Irene Chamón
Normalmente las tardes las teníamos libres, dedicábamos a reunirnos con los
catalanes para tomar un jugo de merienda, hacíamos la colada, limpiábamos,
trabajábamos en los ordenadores, íbamos al ciber, veíamos una peli en casa de Luis,
nos reuníamos con los jóvenes de San Carlos para hacer talleres de malabares y
pulseras, íbamos a ver los partidos del equipo de San Carlos… Además, Álvaro jugó
varios partidos con ellos, todos ganados y con gol incluido. Era muy gracioso ver
cómo se llamaban entre ellos los jugadores del equipo, ninguno se llamaba por su
nombre de pila, todos tenían motes como: Gata, Pájaro, Zancudo, Pechuga, Alacrán,
El Abuelo… así que pocos nombres recuerdo, sólo motes.
Algunos días cogimos prestado el coche de la comunidad para hacer alguna
excursión. Bajábamos a hacer alguna visita a los de La Pita, o a conocer San Vicente
donde estaban Ofelia y Cristina, y también fuimos a la costa del sol a pasar el día. La
de momentos que pasamos con ese “coche”, ¡si es que era más viejo que nosotros!
Tendría casi 25 años y había que apagar el motor tirando de una cuerda en el capo,
uno de los parabrisas no funcionaba, menos mal que era el del copiloto porque
volviendo de San Vicente nos pilló una tormenta… con la que comprobamos que
“Chiti Chiti Bang Bang” (como lo llamábamos cariñosamente) podía navegar. Fueron
unos cuantos los posibles accidentes con riesgo de muerte, pero menos mal que se
evitaron gracias a algún que otro volantazo, y otros tantos, fueron los sustos al
dejarnos tirados por sobrecalentamiento del motor… nunca nos olvidaremos de esos
momentos.
También fuimos a dos funerales, la verdad que impresionan, ¡son una fiesta a
lo grande! Los niños y jóvenes juegan a las cartas, los adultos charlan, cantan al
compás de las canciones que los jóvenes de La Pastoral tocan. En uno de ellos, el
médico Celso nos sacó para que cantáramos la famosa canción “El poderoso de
Israel”, fue muy divertido. Otra noche Carlos y Álvaro se fueron con Chello y otro
chico a “cazar”, Isa y Arantza se fueron de pesca…
También aprendimos a hacer tamales de lote, de la mano de niña Mari y Tila,
y pupusas con Tila e Ibeth. Que la verdad que muy redondas no nos quedaban, hay
que tener mucha maña con la comida salvadoreña.
Bueno, espero que los que lean esto, se hagan una ligera idea de lo que es la
vida en San Carlos Lempa y se animen a vivir una experiencia así, con condiciones…
ni buenas ni malas, simplemente diferentes a las de los países del norte, porque es una
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 62 -
experiencia inolvidable que te cambia la vida por completo y que todo el mundo
debería experimentar, no sólo porque te cambia como persona, sino porque estoy
convencida de que si todo el mundo viviera experiencias así, el mundo sería mejor.
El famoso “Chiti Chiti Bang Bang”. El equipo de fútbol de San Carlos y el “gringo”: Álvaro.
Haciendo tamales con Tila. El Salvador
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 63 -
Los últimos días… Irene Chamón
Desde pequeña siempre soñaba con viajar a África y ayudar a los más
necesitados. La oportunidad de viajar a El Salvador este verano para mí, ha sido el
comienzo de una nueva vida. A pesar de que siempre he estado concienciada de los
problemas del mundo, vivir una experiencia así en un país con la pobreza de El
Salvador, te abre más la mente. De la teoría a la práctica hay mucho trecho; y ese
camino es lo que te cambia la vida.
Yo lo he sentido, he cambiado. Ya no doy tanta importancia a algunas cosas,
me apetecen otro tipo de planes, me intereso por otras cosas…
Me acuerdo de los primeros días, semanas ya, en España, la primera vez que
vi a mis amigos, me sentí muy extraña. Estaba alegre por verles pero me sentía como
una pieza de puzzle que no encajaba. Acababa de vivir la mejor experiencia de mi vida
y por mucho que se lo contara con pelos y señales… no es como vivirlo en tus propias
carnes.
En este viaje me he dado cuenta de que me encantaría vivir de la Cooperación,
poder dedicar mi vida a intentar ayudar a los demás.
El proceso de adaptación fue largo, pero me di cuenta que viviendo en San
Carlos no había echado de menos nada de Madrid. En cambio, estando en Madrid
echaba de menos todo de San Carlos. Esto te hace pensar que claramente las
comodidades, en cuanto a condiciones, no son tan importantes, y mejor o peor se
puede vivir en cualquier sitio y ser feliz.
Los últimos días en El Salvador fueron difíciles… muchas despedidas,
palabras bonitas, regalos mutuos… Cada día teníamos una cena con alguien y nos iban
surgiendo planes a cada minuto.
Recuerdo las cenas a la que nos invitó Celso, ¡madre mía! ¡le echó picante
hasta a los espaguetis! Estaba todo riquísimo, ya que es un cocinero estupendo, pero la
verdad que algunos sufrimos y lloramos un poco mientras nos comíamos todo cuanto
antes, para que la sensación de fuego en la boca se pasara lo más pronto posible.
Después nos quedábamos jugando, y al final siempre se nos hacía tarde de lo bien que
lo pasábamos.
También la despedida con CORDES fue muy rica gastronómicamente, además
de que pudimos charlar mucho los unos con los otros, los salvadoreños con los
españolitos… además de que se portaron, y nos invitaron a ron Flor de Caña, juntos
nos tomamos unas copichuelas mientras brindábamos por El Salvador y por poder
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 64 -
volver pronto. Recuerdo muy bien la vuelta en pick-up bajo la lluvia, que les pilló de
lleno a los de La Pita.
Otra de las despedidas especiales fue la de ARTE, hicimos un intercambio
gastronómico. Nosotros pusimos tortillas de patata y ellos pusieron una deliciosa sopa
de gallina y verduras muy rica. Vino Emilio, niña Mari, niña Juana, don Paco y Luis.
Al terminar de cenar, niña Juana nos cantó unas canciones típicas con una voz… que
en sus tiempos mozos sonaría muy angelical pero… demasiado aguda para mi gusto,
pero encantadora…
Recuerdo el último día perfectamente. Me acuerdo que nos despertamos
prontito para ir a dar una vuelta por la zona. Fuimos a un árbol enorme que hay en el
desvío para ir a Anonas porque queríamos intentar subirlo. Fue complicado y gracias a
que don Chavelo (el dueño del bazar) nos prestó una cuerda, Álvaro y Carlos pudieron
subir, con esfuerzo, pero lo lograron. Cuando bajaron estuvimos vacilando un poco
con las vacas que había por la zona corriendo detrás de ellas y de repente nos
encontramos con Gata, que iba en la bici sin frenos… Le dijimos que se viniera por la
noche a nuestra casa, ya que era la última noche y nos dijo que iría.
Tras nuestro paseo matutino, fuimos a casa para terminar de hacer las maletas
y limpiar toda la casa. Nos dividimos tareas, y mientras, Álvaro se fue a juntar todas
las fotos. Luego llegó la hora de la comida y se vino Chepe. Luego vino Celso a
despedirse y trajo unos dulces. Fue muy emotivo porque no paró de decirnos cosas
bonitas: que estaba muy orgulloso de nosotros, que la gente estaba muy contenta con
la tarea que habíamos hecho, que quería que volviéramos pronto… y oírlo de las
palabras de Celso emociona mucho.
Al final se nos hizo tarde y el resto del día fuimos con prisas ultimando los
últimos “regalos-recuerdos”, yendo cada uno de un lado para otro. Por ser la última
noche, la familia de Tila nos invitó a cenar en su casa. Antes de la cena estuvimos con
ellas haciendo, o más bien intentando, hacer pupusas con el mandil puesto, y todo.
Había mucha gente reunida hablando y haciéndose fotos con nosotros: los jóvenes y
cómo no, los bolos (los borrachos). Creo que va a ser difícil olvidarnos de Arnulfo, un
hombre muy bolo, pero entrañable. Luego estuvimos ayudando a doña Tila a preparar
la cena cortando verdurita. Y resultó que compró carne que debió de ser cara, por la
pinta que tenía, para nosotros, eso sumado a los regalos que nos hicieron a los cinco…
demasiado para nosotros. Se lo agradecimos lo mejor que pudimos, y les dimos una
foto de los cinco dedicada para que no nos olvidaran. Los dos meses se portaron genial
con todos, siempre pendientes de nosotros para que no nos pasara nada.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 65 -
Tras la cena fuimos a nuestra casa donde nos esperaban unos cuantos jóvenes.
A las 5:30 vendrían a buscarnos para ir al Aeropuerto así que decidimos no dormir esa
noche y pasarla charlando con los salvadoreños que más apreciábamos. Estuvimos
haciéndonos unas camisetas de recuerdo, además de hacer una pequeña hoguera donde
quemamos una cosa, cada uno. Era algo que solía hacer Álvaro en sus viajes y éste no
podía ser menos. La verdad que la noche se me hizo muy corta y la verdad que fue
muy especial. Y la despedida… dura.
A las 5:30 vino Mauricio con la “aeronave” (así llamábamos a su microbus), y
cuando tuvimos todo listo nos fuimos los cinco, acompañados de Luis y niña Mari,
hacia el aeropuerto. Íbamos todos muy cansados ya que no habíamos dormido nada,
así se noto menos la tristeza de nuestra marcha. A mitad de camino, nos escribió Celso
al móvil. Como ya nos había dicho, no iría al Aeropuerto porque no le gustan las
despedidas, así que nos escribió un mensaje muy bonito que contestamos diciéndole la
gran persona que es y que le echaríamos de menos. A los dos minutos, llamó diciendo
que iba al Aeropuerto. Cuando llegamos vino lo de siempre: facturación otra vez,
todos juntos a coger un avión. Y llegaron las despedidas reales… niña Mari, Luis,
Mauricio, Celso y todas las personas que habíamos conocido en el “pulgarcito” y nos
importaban de verdad… Cuando nos separamos y nos enfrentamos a la vuelta a
España, nos entró el bajón, de repente miré a Isa y estaba con las lágrimas cayendo, y
ya nos lo pegó, Arantza con los ojos súper llorosos, y yo… más de lo mismo. No
sabíamos si volveríamos a verlos pero la intención era clara: ¡volver!
La verdad que cada persona que hemos conocido en San Carlos forma parte de
nuestra segunda gran familia, espero podamos volver pronto a nuestro segundo hogar.
En El Salvador… me sentí cuidada, protegida, querida, desesperada,
impaciente, emocionada, ilusionada, triste, libre, alegre, sentí angustia, mucho picor,
calor pero lo más importante… me sentí FELIZ.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 66 -
Álvaro y Carlos en el famoso árbol, El Salvador Hoguera en las últimas horas, El Salvador
De vuelta a Madrid
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 67 -
Gracias Diego Molina
Ciertamente, una vez concluido el viaje de Cooperación, puedo afirmar que
formará una parte importante de mi formación universitaria y personal. La CUD me ha
enriquecido personalmente, me he sensibilizado aún más en los problemas de los
países del Sur (en especial América Latina), y ha representado el punto de inicio en el
mundo de la Cooperación y el voluntariado social.
Porque la Universidad tiene como misión la aportación al alumnado de
conocimientos científicos, humanísticos y técnicos, pero además, no es despreciable la
formación de futuros profesionales de mentes abiertas a otras realidades y que formen
parte de una ciudadanía responsable, solidaria y comprometida con un mundo mejor.
La comunidad universitaria alcalaína puede sentirse orgullosa de la participación
activa y directa de nuestra Universidad en proyectos de Cooperación Universitaria al
Desarrollo, tanto en tierras salvadoreñas como nicaragüenses. Porque, como dijo
Virginia Burden: “La cooperación es la convicción de que nadie puede llegar a la
meta sino llegamos todos”. Me gustaría agradecer a todos los encargados del X
Campus Social del Programa de Cooperación con Centroamérica de la Universidad de
Alcalá, la gran oportunidad que nos brindaron con este Proyecto en El Salvador.
En especial a sus coordinadores, el Sr. Fernando Cerezal Sierra, Profesor del
Departamento de Filología Moderna, y la Sra. Cristina Francisco del Rey, Profesora
del Departamento de Enfermería.
Ellos, con su esfuerzo y tiempo, hacen posible la buena marcha y la puesta a
punto del Programa de Cooperación, que tarea ardua es.
Ellos brindan a los alumnos participantes la oportunidad de conocer de
primera mano otras gentes y culturas. Conocer América Latina es ver un mundo de
contrastes entre el mundo rural pobre, y el urbano rico.
Ellos conciencian a los alumnos a la autocrítica y la reflexión para intentar
luchar por un mundo mejor para todos.
Y muy especialmente a mi querida y siempre presente familia salvadoreña, D.
Octavio y Yaritza, con sus dos hijos; ellos me han tratado con gran cariño,
comprensión y aprecio, como uno más de la familia Aguilar.
Gracias de todo corazón. Desearía terminar con una frase esperanzadora de la
canción guanaca Sombrero Azul: “Dale salvadoreño, que no hay pájaro pequeño que
después de alzar en vuelo se detenga en su volar”.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 68 -
Sólo en El Salvador…
Sólo en El Salvador se cazan garrobos con tirachinas.
Sólo en El Salvador se queda a la 13:30 y se llega casi a las 16:00.
Sólo en El Salvador los gallos cantan durante toda la noche, en el campo y en
la capital, en plena ciudad.
Sólo en El Salvador los perros tienen miedo de los hombres.
Sólo en El Salvador se pesca en medio de la carretera cuando llueve.
Sólo en El Salvador hace un sol radiante cuando de repente llega una tormenta
increíble.
Sólo en El Salvador se comen frijoles y arroz para desayunar, comer y cenar.
Sólo en El Salvador duermen con murciélagos, alacranes, ratas y gallinas
dentro de casa.
Sólo en El Salvador se quema los restos inorgánicos y los orgánicos… de
abono a la tierra.
Sólo en El Salvador sudas como un cerdo en el ciber, a pesar del ventilador.
Sólo en El Salvador hay túmulos de tal altura que hacen parar a las pick-up,
carros,… para no cargarse los bajos.
Sólo en El Salvador comes por un dólar y medio, y te quedas lleno.
Sólo en El Salvador, cuando vas a la playa es imposible no acabar lleno de
arena por todo el cuerpo, e incluso dentro de los oídos.
Sólo en El Salvador en la playa puedes ser arrollado por un tronco enorme que
trae las olas del Pacífico.
Sólo en El Salvador se toma el agua, coca-cola, horchata, jugos… en bolsa.
Sólo en El Salvador la horchata sabe a avellana.
Sólo en El Salvador un “ratito” puede llegar a ser más de una hora.
Sólo en El Salvador te duchas, y a los 5 minutos ya estas sudando.
Sólo en El Salvador el queso sabe a sal.
Especial transporte de El Salvador:
Sólo en El Salvador un autobús da marcha atrás para devolverle el móvil a una
chica a la que se le ha olvidado en el asiento.
Sólo en El Salvador un autobús lleno de gente remolca a otro autobús
estropeado o atascado en el barro.
Sólo en El Salvador el autobús te espera a que termines el desayuno para
partir.
Sólo en El Salvador los autobuses pitan antes de parar.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 69 -
Sólo en El Salvador los autobuses te despiertan por la mañana con el claxon.
Sólo en El Salvador parece que se te va a salir las lentillas de los ojos cuando
vas en pick-up.
Salvadoreños:
Sólo los salvadoreños tienen la imaginación para usar de mil maneras el maíz
(o el lote).
Sólo los salvadoreños juegan al fútbol a las 15:00 bajo un sol tremendo y
corriendo como posesos y sobreviven.
Sólo los salvadoreños van en bici sin frenos y a toda velocidad en la oscuridad
de la noche.
Sólo los salvadoreños llevan a su mujer e hijos, todos, en una sola bici.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 70 -
El Salvador en imágenes…
Octavio Aguilar y su familia
El embarcadero del Hostal Lempa Mar
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 71 -
Pick-up de la Isla Tasajera
Niños jugando en la Isla Tasajera
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 72 -
Isla de Montecristo
Niñas jugando después de la escuela
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 73 -
Casa típica del Bajo Lempa Niño trabajando
Atardecer en San Vicente Carretera del Bajo Lempa
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 74 -
Fin de la estancia. Aeropuerto de San Salvador
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 75 -
EPÍLOGO
De nuevo nos encontramos ante una publicación en la que los estudiantes que
han participado en el X Campus Social en Centroamérica han querido plasmar el
significado de su experiencia durante el verano del año 2010.
Leer los relatos que han elaborado representa para quienes organizamos esta
actividad una motivación más que nos anima a dedicarnos al proyecto y, a nivel
personal, un estímulo para planificar la siguiente convocatoria y los preparativos que
conlleva. El hecho de comprobar que la experiencia contribuye a la formación tanto
académica y profesional como humana de los estudiantes, pone de manifiesto que los
objetivos del programa se cumplen, más allá de hechos cuantificables.
Los aspectos relacionados con las cuestiones académicas y profesionales se
plasman de manera concreta en las memorias elaboradas por los estudiantes. En
cuanto al segundo gran objetivo del proyecto, que consiste en promover la
sensibilización ante los problemas de los países del sur, queda reflejado en estos
relatos, que revelan los cambios que se han producido en los alumnos, en tan solo
ocho o doce semanas de estancia, como consecuencia de su participación en los
diferentes proyectos en Nicaragua y El Salvador.
Es muy satisfactorio ver que los estudiantes sienten cómo la experiencia les ha
cambiado, porque cambiar significa aprender, y esta sensación de “haber cambiado” se
pone de manifiesto en la práctica totalidad de los relatos. Algunos participantes en el
Campus Social observan incluso el cambio en sus compañeros, destacando como
“hemos cambiado”, y otorgando siempre al cambio una connotación positiva.
Se sienten afortunados por haber podido vivir la experiencia, por las
conversaciones con las gentes de allá, las sonrisas que les dedican conocidos y
desconocidos, los valores de solidaridad y generosidad que demuestran las personas
con las que han convivido, entre sí y con ellos, el cariño, la compresión y el apoyo
recibidos y un largo etcétera que los estudiantes expresan con más precisión que yo.
Cabe recalcar que, en el balance final que hacen, dan más valor a lo recibido que a lo
aportado.
Otro aspecto que destacan es la relación que se genera entre los propios
estudiantes. Aunque empiezan a conocerse en las actividades de preparación, es
realmente allá donde establecen unas relaciones de compañerismo y colaboración que
difícilmente se constituyen aquí, en la cotidianidad de las aulas, en las que a menudo
la relación se limita a un grupo, siendo todavía más difícil la relación entre estudiantes
de diferentes titulaciones.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 76 -
Un año más se pone de manifiesto que los estudiantes regresan de esta
experiencia motivados a contribuir a hacer un mundo mejor, más justo. Esto sin duda
hará de ellas y de ellos mejores profesionales y, lo que es más importante, les hará
mejores personas. Como ha ocurrido con los participantes de otras ediciones,
encontrarán diferentes formas de hacerlo realidad.
Gracias por compartir vuestra experiencia, para alguno “la mejor de su vida”,
y darnos elementos para la reflexión y contribuir a que los participantes en los años
sucesivos se acerquen a la realidad que van a vivir.
Y un agradecimiento muy especial, a todas las personas de Centroamérica que,
año tras año, dedican una buena parte de su tiempo y buen hacer a los estudiantes de
Alcalá. Gracias a los profesores y profesoras en general, y especialmente a quienes
desarrollan la tutorización de los estudiantes, por su disponibilidad. A las familias por
su acogida, y a todos aquellos que con sus enseñanzas y talante han hecho que los
participantes del Programa hayan vivido una de las mejores experiencias de su vida, o
incluso la mejor.
Cristina Francisco
Responsable del Campus Social en Centroamérica
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 77 -
GLOSARIO LÉXICO
ESPAÑOL SALVADOREÑO-
ESPAÑOL PENINSULAR
Verano 2010
Autor: Diego Molina Machés
Colaboradores: Cristina Pardo Marqués, Ofelia Martín López, Alicia Nieva
Tercero, Grace Elizabeth Ramírez Armijos y Paula del Mar González Fernández
UNIVERSIDAD DE ALCALÁ DE HENARES (MADRID)
UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR (SAN SALVADOR) – ONG CORDES
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 78 -
1. INTRODUCCIÓN
Esta iniciativa nace de los dos meses estivales de 2010 pasados en el Bajo
Lempa (Municipio de Tecoluca, Departamento de San Vicente, República de El
Salvador) como estudiantes integrantes del X Campus Social en Centroamérica,
dentro del Programa de Cooperación con Centroamérica (PCCA) de la Universidad de
Alcalá de Henares (UAH), donde tuvimos la oportunidad de vivir y convivir con
gentes y familias rurales de pescadores, granjeros o trabajadores de pequeños negocios
ecoturísticos y comerciales.
Ello supuso un verdadero intercambio cultural y lingüístico entre nosotros y
ellos, es decir, entre dos formas de sentir y vivir dentro del mundo hispano del que
todos formamos parte. Por tanto, los estudiantes aportamos palabras y expresiones
novedosas para los guanacos (forma cariñosa de referirse a los salvadoreños) y ellos
también nos enseñaron a nosotros, los gringos (expresión referida a todo extranjero),
nuevos y diversos vocablos y locuciones que en este glosario léxico recopilamos.
El compendio lingüístico que se presenta comprende palabras de todas las
letras de nuestro alfabeto salvo vocablos que comiencen por la “K”, la “W” y la “X”,
puesto que no se ha contabilizado expresión alguna que empiece por dichas letras, que
de por sí, escasean y suelen proceder de otros idiomas.
Por otra parte, nos pudimos dar cuenta que incluso cambia la forma de
interpretación de ciertas actitudes cotidianas, como puede ser la hora. Por ejemplo, las
10:45 a.m., para los españoles serían las “once menos cuarto”; pero los salvadoreños
lo interpretan como las “quince para las once”. E inclusive cómo deletrean las letras:
<b> (para nosotros “be”) y la <v> (para nosotros “uve”). Para los salvadoreños es la
<b> (be) de burro: <b> larga o grande, y la <v> (be) de vaca: corta o chica.
Curiosidades que no hacen sino agrandar la riqueza idiomática y la diversidad
cultural de nuestra lengua española, conformando pues un conjunto amplio de
dialectos, acentos, modalidades lingüísticas, jergas, etc., que deben ser conservados y
difundidos. Porque no se puede obviar que el idioma español es lengua materna de
unos 500 millones de personas a lo largo y ancho de este planeta, constituyendo un
mundo hispano hermanado, cohesionado, identificado entre sí, y que tiene muy y
mucho que ofrecer a las sociedades en este Tercer Milenio.
Finalmente, nos gustaría agradecer a todos los encargados del PCCA de la
Universidad de Alcalá la gran oportunidad que nos brindaron de poder desarrollar
proyectos de Cooperación en El Salvador. En especial a sus coordinadores, el Sr.
Fernando Cerezal Sierra, responsable del Programa de estudiantes, y la Sra. Cristina
Francisco del Rey, Profesora del Departamento de Enfermería.
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 79 -
Ellos, con su esfuerzo y tiempo, hacen posible la buena marcha y la puesta a
punto del Programa de Cooperación, que tarea ardua es. Ellos brindan a los alumnos
participantes la oportunidad de conocer de primera mano otras gentes y culturas.
Conocer América Latina es palpar un mundo de contrastes entre lo rural pobre y lo
urbano rico. Ellos conciencian a los alumnos a la autocrítica y la reflexión para
intentar luchar por un mundo mejor para todos. Gracias de todo corazón.
2. GLOSARIO LÉXICO
A
ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
A la orden De nada
A mona Totalmente borracho/a
A todo mecate Muy bien, de gran calidad o lujo,
maravilloso/a, estupendo/a
Acompañarse Casarse
Agarrar Coger
Andar Llevar algo encima
Anona Chirimoya
Anonadado/a Sorprendido/a
Apachar Aplastar
Apearse Bajarse
Apenado/a Avergonzado/a
Apretador Cangrejo
¡Apúrate pues! ¡Date prisa!
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 80 -
Arrojar Vomitar
Atarantado/a Mareado/a
Atipujar Comer con gula
Atol o atole Bebida dulce a base de maíz cocido en agua
Atol chuco Atol con frijoles
Atolondrado/a Distraído/a
Ayeco Variedad de frijol salvadoreño
B
ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
Balacera Tiroteo
Balde Cubo, cubeta
Baldear Asaltar
Bartolina Calabozo
Bastimento Almuerzo de campesinos
Bejuco Liana
Bicho/a Niño/a
Boca barata Sonriente
Bocana Desembocadura de un río
Bocinas Altavoces
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 81 -
Bolo/a Borracho/a
Bomper Nalgas, parachoques
Botar Tirar
Bringuitas Pecas
Brochure Folleto, panfleto
Buena onda Buen rollo
Buso/a Astuto/a, listo/a, avispado/a
C
ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
Cabal Sí (afirmación), correcto
Cachucha Gorra
Cama Parte trasera de un pick-up
Capacitación Formación
Carro Coche
Catracho/a Hondureño/a
Casamiento o gallo pinto Mezcla de frijoles y arroz fritos
Celular Teléfono móvil
Chambo Tamal sin carne
Chambres Chismes, rumores
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 82 -
Chapín/ina Guatemalteco/a
Chelito/a Rubio/a o blanquito/a de piel
¡Chévere! ¡Que bien! ¡Que guay!
Chibola Canica
Chibolona Tumor
Chicha Licor natural (maíz, marañón, etc.)
Chicharrón Corteza de cerdo
Chiche Fácil
Chicote o ronrón Escarabajo
Chilote Mazorca joven de maíz (con granos no
cuajados)
Chinear Llevar en brazos o a cuestas (un objeto o un
niño/a)
Chingar Molestar, fastidiar, joder
Chira Boca
Chirolón Canica grande
Chúcaro/a Bravo/a
Chuchitos Pinzas de la ropa
Chucho/a Perro/a que no es de raza pura
Chuco/a Sucio/a
Chupadero Bar, taberna
Chupar Beber alcohol
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 83 -
Chotear o chotiar Pasear
Cibernética Informática
Cincho Cinturón
Cipote/a Niño/a
Coger Follar
Colocho Tirabuzón, rizo
Como aguapachocolate Enojado/a, enfadado/a
Computadora Ordenador
Control Mando de TV
Convidar Invitar
Cora ¼ de dólar, 25 centavos de dólar
Corvo Machete
Coyote Intermediario del pescado, guía de
inmigrantes
Crayón Lápiz de cera
Cuadra Calle (de esquina a esquina)
Cuajiliote Elote o mazorca de maíz tierno
Cuayote Calabaza
Cucaracha Órgano sexual femenino
Cuche Cerdo
Cuculmeque Asustadizo/a
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 84 -
Cuentear Mentir, exagerar
Culero Homosexual
Culuca Gallina o ave sin cola
Currutaca Diarrea
Curtido Repollo picado para las pupusas
Cusuco Armadillo
D
ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
Dar un cachimbazo Dar un golpe
Dar en la nuca Quitarte el/la novio/a
Darse temperatura Tener fiebre
Darse verga Pegarse
Dejar fiado Dejar en deuda
Desastrado/a, desguavilado/a,
destrazado/a
Mal vestido/a
Descachimbarse Caerse
Desmantelar Desarmar
Despotricar Criticar ferozmente
Desteñirse Morirse
Destragado/a Sin apetito
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 85 -
Departamento Provincia
Diario Periódico
DUI (Documento Único de Identidad) DNI (Documento Nacional de Identidad)
Dulce Caramelo, golosina
E
ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
Ejote Judía
Elote Mazorca tierna de maíz
Embalada Embarazada
Embolarse Emborracharse
Empanada Plátano relleno con leche o frijoles molidos y
fritos
Encaramarse Subirse
Enchibolarse Confundirse, tratar de confundir
Enclenque Raquítico/a, débil, enfermizo/a
Encularse Enamorarse
Enjalanar Estar en deuda con alguien
Enjuagar Aclarar
Esfero Bolígrafo
Estar cayendo/a Ligar, camelar
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 86 -
Estar con cólera Tener rabia
Estar lavado/a Estar sin dinero, estar acabado/a
Espundia Sanguijuela
F
ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
Fiestiado/a Festejado/a
Filo Hambre
Fogaz Calor
Forrarse Hartarse (en una comida)
Fósforo Cerilla
Fotiar Tomarse fotos
Fregar Molestar, fastidiar
Fresco Refresco, bebida gaseosa
Frijol o chojol Alubia, judía
Frijoles en balas Frijoles salcochados y sin ropa
Friqueado/a Resfriado/a
Fuereño/a Foráneo/a
Fulear Llenar de combustible un automóvil
Fundido/a Cansado/a
Fundillo Culo, ano
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 87 -
Furico/a Enfadado/a
Furular Servir
G
ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
Galleta Homosexual
Galón Botella de 3,8 litros
Ganchitos Pinzas del pelo
Garrobo Iguana
Goma Resaca
Gringo/a Estadounidense, rubio/a
Guacal o huacal Recipiente, palangana, barreño
¡Guacala! ¡Qué asco!
Guachar Mirar, observar
Guanaco/a Salvadoreño/a
Guapachoso/a Contento/a
Guaro Bebida alcohólica
Geco Lagartija
Guineo Plátano
Guineo de seda Plátano de mejor calidad
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 88 -
H
ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
Hacer ray Hacer autostop
Hacerse del ojo pacho Hacerse el tonto
Halar Tirar hacia ti (una puerta)
¡Hale! ¡Tire! (en las puertas)
Hilachas Ropa
Hocico Boca
Hocicón Mal hablado/a
Hornear Sacarse los mocos con el dedo
Horra Vaca sin cría
Huelepega Drogadicto/a
Huevear Robar
Huevón/ona Holgazán/ana
Huyón/ona Cobarde
I
ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
Iguanear Abandonar el trabajo sin autorización
Implementar Ejecutar, poner en práctica
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 89 -
Incachable Inútil
Indiada Población rural
Influenza Gripe
Ipecacuana Jarabe para la garganta
Ir a vacilar Ir de fiesta, juerga o parranda
Irse de mojado/a Migrar de forma ilegal
Irte de la patada Irte mal
Izote
Flor comestible de yuca pie de elefante o
yuca de interior (Yucca elephantipes, sin.
Yucca guatemalensis), Flor Nacional de El
Salvador
J
ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
Jabón de olor Jabón de manos
Jacha Diente
Jalar Comer
Janiche/a Gangoso/a
Jarana Trampa, deuda
Jate Cucaracha
Jayanada Vulgaridad
Jején Insecto más pequeño que un mosquito
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 90 -
Jelengue Juerga
Jirimisquiar Llorar
Jocote Difícil
Juco/a Sucio/a
Jugo Zumo (de frutas)
Juruna Frijol grande
Jute Caracol, moco
L
ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
Lámpara Linterna
Lengón/ona Hablador/a
Lengualarga Chismoso/a
Lentear Mirar de reojo a alguien
Lentes Gafas
Libra 16 onzas, 453,6 gramos
Licuado Batido
Ligoso/a Viscoso/a
Llanta Grasa del abdomen y caderas
Llinas Chanclas, chancletas, sandalias
Locataria Vendedora del mercado
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 91 -
Lomear Llevar carga en la espalda
Lonchera Fiambrera para el almuerzo
Lonjeado/a Fileteado/a
Lotificación Urbanización
M
ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
Majoncho Variedad de plátano
Mamarse Emborracharse
Mamasita Mujer guapa, linda
¡Mande! ¡Diga!
Manejar Conducir
Maña Manía
Marañón Anacardo
Marcha Manifestación
Mataburro o mataburros Diccionario o parachoques
Maquilishuat Roble de sabana o apamate (Tabebuia
rosea), Árbol Nacional de El Salvador
Mecate Soga, cordel, cuerda, rienda
Metate Mortero de piedra para moler maíz
Metiche Entrometido/a
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 92 -
Miguelear Enamorar, cortejar, piropear
Minuta Granizado
Mirujear Cotillear
Molla Michelín, panza
Mojado/a Indocumentado/a, persona ilegal (en
especial, en EE.UU.)
Money Dinero
Monto Importe, suma de varias partidas
Montuca Tamal de elote relleno de gallina o pollo
Morro/a Niño/a
Mostachón Bigotudo
Muco/a Toro o vaca sin cuernos
N
ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
Naco/a Llorón/ona
Nana Mamá
Nanita Abuelita
Nave Automóvil
Nica, pinolero/a o chocho/a Nicaragüense
Nomasito Muy cerca de acá
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 93 -
Noticiero Telediario
Nursería Enfermería
Ñ
ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
Ñanga Inútil, mangle
Ñecudo/a Musculoso/a
Ñeque Fuerte, valiente, vigoroso/a
O
ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
Ojos zarcos Ojos de color azul claro
Onza 0,0625 libras, 28,3 gramos
Oxidada Mujer mayor y soltera
P
ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
Pachorra Pereza
Pana Panameño/a
Pantalones punta de yuca Pantalones pitillo
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 94 -
Paleta Piruleta
Palo Tronco del árbol
Paloma Órgano sexual masculino
Papel crespón Papel de seda
Patojo/a (en Guatemala) Niño/a
Pechito/a Delgado/a
Pelo canche Pelo rubio
Petate Alfombra
Petatear Morir
Pichinga Botella
Pipián Calabacín
Piquete Picadura
Piquetero/a Coqueto/a, tierno/a
Piscucha Cometa
Pisto, plata Dinero
Pisque Tamal de masa de maíz
Platicar Hablar, charlar, conversar
Pleito Discusión
Plumón Rotulador
Poner el balde Robar, asaltar
Poner la balanza Pedir dinero
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 95 -
Prender Encender
¡Puchica! ¡Joder! ¡Hey! ¡No puede ser!
Punche Cangrejo
Pupusa Tortilla de maíz/arroz con chicharrón
(comida típica salvadoreña), órgano sexual
femenino
Puyar Apuñalar
Q
ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
¡Que chivo! ¡Que bien! ¡Que guay!
¿Qué dice? Hola. ¿Qué tal?
¿Qué onda? Hola. ¿Qué tal?
¿Qué va a llevar? (En el mercado) ¿Qué quiere que le ponga?
¡Quihúbole! Hola. ¿Cómo estás?
R
ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
Rabadilla, lomo Espalda
Ralear Herir con un cuchillo o machete
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 96 -
Rangón Espléndido/a, desprendido/a
Rascuache De mala calidad
Raspaminutas Caminar de los ancianos
Refrigerador o refri Frigorífico
Regalar (en un restaurante) Traer, comprar (una bebida/comida)
Rejero Mujeriego incorregible, toro semental
Rendido/a Cansado/a
Repunta Crecida repentina de un río
Reservación Reserva
Revuluto Escándalo
Romper la chira/trompa Romper la boca
Rumbiar Ir a un lugar
S
S ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
1 ¡Salud! ¡Que le vaya bien!
2 Sancochar Hervir, cocer
3 Sanitarios Servicios, WCs
4 Seguro social Seguridad social
5 Serote Tonto/a, imbécil
6 Short Pantalón corto
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 97 -
7 Siguanaba Espanto
8 Simón Sí (afirmación)
9 Soda Gaseosa, bebida con gas
T
T ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
1 Talpetate Barro
2 Tamal Masa de maíz cocida y envuelta en las
hojas de la mazorca
3 Tamal pisque Tamal de masa de maíz cocido con
ceniza de carbón y relleno de frijoles
4 Tayuyo Tamal de maíz tierno
5 Tecolote Búho
6 Tener huevo Pretender demasiado
7 Ticuco Tamal de chipilín (planta leguminosa
herbácea) con queso
8 Tico/a Costarricense
9 Tierno/a, tiernito/a Joven, niño/a recién nacido/a
10 Tinequitos Frijoles cocidos
11 Tirro Celo, celofán
12 Trapear Fregar
13 Traste Plato
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 98 -
14 Trastear Hacer travesuras, meter mano
15 Tocino Panceta, beicon
16 Tomar Beber alcohol
17 Topar al morro Tomar medidas drásticas contra una
persona
18 Torito pinto Toro de fuego
19 Torogoz o talapo Momoto ceja turquesa (Eumomota
superciliosa), Ave Nacional de El
Salvador
20 Túmulo, resalto, policía acostado Badén
U
U ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
1 ¡Újule! ¡Qué barbaridad! ¡Vaya sorpresa!
2 Un diego Dos cosas, un par
3 Un duque Diez cosas
4 Unidad de salud Centro de salud
V
V ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
1 Vacilar Pasear
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 99 -
2 Vacilón/ona Juerguero/a
3 ¡Vaya! Expresión para da por aceptada una
petición como ¡vale! ¡De acuerdo!
4 Venado Ciervo
5 Vencimiento Caducidad
6 Vendido/a Sobornable
7 Ventoso Pedo
8 Verga Órgano sexual masculino
9 Vergazo Trago de bebida alcohólica
10
11 Virar Girar
12 ¡Visa, visa! ¡Avisa, avisa! ¡Pare, pare! (El cobrador
en un transporte público)
13 Volado Asunto, negocio, cosa u objeto
14 Volatín Borracho
Y
Y ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
1 ¡Ya estuvo! ¡Basta!
2 Yuca Difícil
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 100 -
Z
Z ESPAÑOL SALVADOREÑO ESPAÑOL PENINSULAR
1 Zacate Pasto
2 Zancudo Mosquito
3 Zángano Vividor
4 Zapotazo Caída estruenda
5 Zurrar Cagar
Fuente consultada: Real Academia Española (RAE), www.rae.es
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 101 -
TUTORES Y ESTUDIANTES PARTICIPANTES EN EL X CAMPUS
PROYECTO
PROFESOR/A
UAH
PROFESOR/A
CENTROAMÉRICA
ESTUDIANTES
Juan Venado Josabel Belliure Oscar González Quiroz José David García
Roberto García
Prácticas
sanitarias de
medicina
Eladio Montoya
Nora Cárdenas
Noemí Lomillos Prieto
Mónica Alonso
Beatriz Corredor Andrés
Prácticas clínicas
de enfermería y
medicina
Cristina
Francisco
Thelma Díaz
Janeth del Socorro Fuentes
Trujillo
Bárbara Martínez
Noelia Viñas
Susana Alvero
Ainhoa Martínez
Fátima Cabello
Lucia Benavent
Silvia Arilla
Laura Martín
Apoyo al
laboratorio de
análisis clínico de
bioquímica
Eladio Montoya
Byron Leyva
Víctor García
María Sánchez
Multiplicación de
vitroplantas
Carmen
Bartolomé
María Inés Dávila Sergio Salguero
Prácticas en
centros de
educación
preescolar y
primaria/Prácticas
Psicopedagogía
Fernando
Cerezal
Elia Dina Galo
María Eladia Solís Ruiz
Sarah Fernández
Celia Sánchez
Jardín Botánico de
la UNAN-León
Juan Manuel
González
Trigueros
Ivania Munguía Juan Manuel Martínez
Con otra mirada…
Relatos de estudiantes de Alcalá en Centroamérica
- 102 -
Proyecto de Agua
y Salud Ambiental
Miguel Martin
Loeches
Amada Carrasco
Sonia Mentrida
Álvaro Gaspar
Estrella del Mar Tena
Aldeas Infantiles
SOS
Fernando
Cerezal
Celia Cañas Ana Pardo
Ofelia Martin Lopez
Apoyo a maestras
de preescolar en
escuelas de
preescolar
Fernando
Cerezal
Juan Silva Rico
Asunción Langa
Iván Orgaz
ARTE
Medicina:
Eladio Montoya
Enfermería y
Fisioterapia:
Cristina
Francisco
Cristina Guadalupe Bernabé
de Espin
Álvaro Gutiérrez
Carlos Manrique
Irene Chamón
Isabel Montero
Arantxa Lopez
Proyecto de
desarrollo turístico
y ambiental en el
Bajo Lempa
Josabel Belliure
Luis Erazo
Diego Molina
Paula González
Grace Ramírez
Alicia Nieva
En el verano del año 2010, 35 estudiantes de la Universidad de Alcalá,
participaron en el X Campus Social en Centroamérica, organizado por el
Programa de Cooperación con Centroamérica en colaboración con las
Universidades Nacional Autónoma de Nicaragua (en León) y nacional de El
Salvador (sede San Vicente). Se integraron, aprendieron y aportaron en
diferentes proyectos en temas relacionados con salud, educación, medio
ambiente, desarrollo turístico y biología.
…la experiencia vivida en Centroamérica me ha cambiado la vida, esto se lee
en los relatos que recoge esta publicación, junto con otras vivencias y
reflexiones que les supone esta experiencia.
Nuestros estudiantes descubren allá desde el valor del tiempo, la
sonrisa de las niñas y los niños y la generosidad de sus gentes, hasta el
resplandor de la luna… Tienen la sensación de volver con más de lo que se
llevaron, sensación que es compartida por muchas de las personas que hemos
estado allá.
UNAN-León