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PORTADA PRINCIPAL DEL CEMENTERIO DE LA HABANA
DIDÁCTICA Y COMUNICACIÓN EN LOS MUSEOS| COMPARTIENDO EXPERIENCIAS
Educando desde el legado: vivencias en un cementerio
patrimonial de La Habana.
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Educando desde el legado: vivencias en un cementerio
patrimonial de La Habana
Lic. Lisset González Batista*
Dime y olvido, enséñame y lo recuerdo,
involúcrame y lo aprendo.
Benjamin Franklin
La necrópolis Cristóbal Colón es el cementerio más importante de La Habana. Con una
distribución urbanística reticular1 de 56 hectáreas de extensión, y situado en una de las
zonas más populosas y céntricas del barrio del Vedado del municipio Plaza de la
Revolución. Este recinto cumple aún con el objeto social para el cual fue concebido en la
segunda mitad del siglo XIX, cuando el azote de continuas epidemias diezmaban la
población de la ciudad portuaria de La Habana, y el antiguo cementerio Espada quedó
totalmente saturado por la falta de espacio para inhumar todos los cadáveres que morían
en la capital.
Fue diseñado por el arquitecto de origen catalán, Calixto de Loira Cardoso, quien al
llamado a concurso de la Junta Cementerial, órgano encargado de la organización de los
asuntos cementeriales, presentó un proyecto que solucionaría al dilema de los
enterramientos de los fallecidos en la capital del país. Calixto resultó ganador del
1 El diseño cementerial recuerda a las ciudades romanas. Es posible que el autor se haya inspirado en ellas
en el momento de diseñar el camposanto. Resguardado por altos muros perimetrales que delimita el área del resto de la ciudad, la planta, que es rectangular, está dividida por dos avenidas principales las cuales comienzan y terminan siguiendo los cuatro puntos cardinales. En la intersección de ambas de encuentra la iglesia de base octogonal, única de su tipo en Cuba.
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certamen, y fue nombrado Director Facultativo de las obras de construcción de lo que
sería una verdadera ¨ciudad de los muertos¨.
El 30 de octubre de 1871, con la presencia de personalidades religiosas, políticas y
militares del gobierno de la época, quedó oficialmente inaugurado el Cementerio Católico
Cristóbal Colón, el cual debe su nombre al Marqués de la Pezuela, quien en 1853 era
Capitán General de la Isla, y tuvo la idea de construir un cementerio de mayor amplitud, y
homenajear al almirante genovés, cuyos restos descansarían en sus predios.
De igual forma que en el mundo de los vivos, su artífice supo recrear en la distribución
espacial del recinto, la dinámica social que obedecía a la desigualdad entre ricos y pobres,
y a la segregación de estos últimos. Destinó tarifas para las inhumaciones, y sectores bien
delimitados para cadáveres pertenecientes a familias de linaje y alto poder adquisitivo, y
otros exclusivamente para los negros, mestizos, y en general, para todos aquellos que
morían y no habían abrazado en vida los preceptos de la religión católica, como los
chinos, los bautistas, o los practicantes de religiones de origen africano.
Su administración y funcionamiento estuvo desde sus inicios bajo la égida de la Iglesia
Católica, a la que le agenció pingues dividendos, pues la muerte llegó a convertirse en un
negocio verdaderamente lucrativo. No fue hasta agosto de 1960 que fue nacionalizado
por el Gobierno Revolucionario.
Considerado uno de los tres
cementerios más extensos de
Latinoamérica, conserva la
majestuosidad que lo ha
caracterizado desde su
fundación. Con una imponente
portada estilo Arco de Triunfo,
única de su tipo en Cuba, y el
románico bizantino de sus edificaciones, atesora en su interior un cúmulo valioso de
piezas escultóricas decorativas de materiales diversos como el mármol de Carrara, el
“De igual forma que en el mundo de los vivos, su
artífice supo recrear en la distribución espacial del
recinto, la dinámica social que obedecía a la
desigualdad entre ricos y pobres, y a la segregación
de estos últimos”.
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cristal de Lalique, el granito noruego rosado, el cobre y la porcelana. Asimismo, muchas de
las construcciones funerarias que la constituyen, recrean diversos estilos arquitectónicos
que recuerdan otras culturas y épocas pasadas, como el período gótico o la civilización
egipcia.
Cuenta también con un considerable legado intangible, recogido en las diversas
manifestaciones de religiosidad popular, las historias contadas, sus mitos y leyendas que
son trasmitidos de unas generaciones a otras.
Por todo este caudal de patrimonio material e inmaterial, el lugar se erige como sitio
patrimonial y Monumento Nacional2 continente de buena parte de la historia de Cuba.
Aunque este sitio no está declarado oficialmente como museo, existe un Departamento
Técnico de Museología, Historia y Arquitectura, responsable de conservar, difundir,
interpretar y presentar el contenido patrimonial del cementerio.
Conformado por un equipo de profesionales con estudios en carreras de humanidades y
de arte, una buena parte de su trabajo se centra en la labor educativa enfocada a la
comunidad colindante al lugar, al visitante motivado por su exuberancia artística y
relevancia social, a los estudiantes de primaria y secundaria de las escuelas del municipio,
y al trabajador no vinculado directamente con la labor patrimonial del cementerio, dígase
personal del camposanto y gestores funerarios.
La necrópolis es un espacio vivo, dinámico, que interactúa con su entorno y se renueva
cada día por el cometido social que desempeña. Forma parte sustancial de la vida de los
vecinos de la zona donde se encuentra enclavado, y de la del resto de los cubanos que
residen en la capital.
2 El cementerio fue declarado Monumento Nacional el 18 de febrero de 1987 por la Ley No.2 de la
Asamblea Nacional del Poder Popular de los Monumentos Nacionales y Locales de la Comisión Nacional de Monumentos, atendiendo al carácter excepcional de valor histórico, artístico y social del lugar.
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Como lugar de reencuentro y memoria, posee una carga
importante de significado simbólico individual, tanto afectivo
como emocional, que en la mayoría de las ocasiones, aunque no
la única, ni excluyente, supedita el hecho de ser apreciado en la
totalidad de su dimensión artística y patrimonial.
Al ser un lugar representativo de la muerte, pocas veces es
contemplado entre las opciones para disfrutar como espacio de
educación informal y de ocio. Solo el turismo internacional lo
incluye como sitio de visita obligada en su itinerario por los sitios
emblemáticos de la capital.
Asimismo, para buena parte de sus trabajadores, el cementerio
representa, casi exclusivamente, su espacio de pertenencia
laboral con los consiguientes beneficios económicos y materiales
que se derivan de este vínculo.
Por todas estas razones, el Equipo de Museología se traza varios
propósitos: difundir el legado del cementerio de manera
consciente, teniendo en cuenta cómo la sociedad cubana actual
concibe la muerte, y la movilidad emocional que esta genera en
cada persona; potenciar y afianzar el trabajo con escuelas
aledañas, proyectos sociales y grupos educativos no formales;
generar la concienciación, el compromiso social y cultural en el
colectivo de trabajadores del lugar, en la comunidad, y en el
público que lo visita.
Se trata que todos los que interactúan con el cementerio, lleguen a ser ¨propietarios¨ de
su patrimonio cultural. Un legado que lejos de ser estático, convive y dialoga
permanentemente con el pasado y el presente, lo nuevo y lo viejo, lo vivo y lo muerto.
Se trata que todos
los que interactúan
con el cementerio,
lleguen a ser
¨propietarios¨ de su
patrimonio cultural.
Un legado que lejos
de ser estático,
convive y dialoga
permanentemente
con el pasado y el
presente, lo nuevo y
lo viejo, lo vivo y lo
muerto.
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Por diversos motivos que impiden hacer actividades de costos elevados, la fortaleza del
quehacer educativo de los museólogos está sustentada principalmente en las propuestas
de recorridos temáticos que allí se realizan. Estos son asequibles a todo tipo de público, el
cual llega con un horizonte de expectativas individuales amplio y diverso, puesto que cada
persona es poseedora de un universo simbólico único conformado por su subjetividad. Por
tanto, el significado que una pieza artística, o un hecho concreto, ya sea social o cultural,
tenga en un grupo de visitantes, generará en estos, disímiles lecturas aun cuando sean
percibidos en el mismo marco espacial y temporal.
El quehacer conjunto
con las escuelas es otra
labor que forma parte
del plan de trabajo del
departamento. A través
de la coordinación con
la directiva escolar, y
los profesores de
asignaturas como
Historia de Cuba, o el
Mundo en que vivimos,
durante el período
lectivo, se planifican los
talleres que incluyen
recorridos temáticos
específicos que
complementan los
contenidos impartidos en el aula.
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Esta es una de las iniciativas que garantiza la presencia del público infantil y adolescente
a la institución. Este tipo de encuentros, que por lo general se realizan cada semana, son
disfrutados genuinamente por los estudiantes.
En el año 2011, el cementerio formó parte del Programa Rutas y Andares3, ideado por la
Oficina del Historiador de la Ciudad. Con el nombre Andar la arquitectura, se dieron cita
en el recinto más de doscientas personas en las dos jornadas que se destinaron para los
recorridos. Esta experiencia aportó un saldo positivo en la difusión cultural de la
necrópolis, con nuevos visitantes de municipios distantes de las zonas más céntricas de la
capital.
También se iniciaron las obras de restauración y puesta en valor de panteones y bóvedas
funerarias. Estos trabajos son realizados por los especialistas, técnicos profesionales, y
alumnos de las escuelas taller de restauración y arquitectura de la Oficina del Historiador
de la Ciudad.
En estos momentos los miembros del área de museología e historia, están abocados a una
nueva tarea, que es lograr que la necrópolis habanera sea constituida oficialmente un
museo. Para esto se realizan varias acciones, como el inventario de las construcciones
funerarias, y la clasificación de las mismas atendiendo a su valor histórico y(o) artístico.
Trabajar en un cementerio patrimonial, activo, estatal, y en Cuba, no es tarea fácil. El
magro presupuesto que le es asignado por los organismos gubernamentales, se destina a
la infraestructura y logística necesaria, de una institución que tiene la responsabilidad de
garantizar más del 70 % de los enterramientos de los fallecidos en la capital.
En mi experiencia en los años de trabajo como comunicadora y promotora de la herencia
que atesora el lugar, pude comprobar, que lo más interesante no es el discurso, ni la pieza
que adorna el paseo. Lo verdaderamente enriquecedor y que aporta al aprendizaje
3 Creado en el año 2001, el programa se realiza todos los años en los meses vacacionales julio y agosto.
Tiene como objetivo mostrar a sus participantes la historia de la ciudad, y sus organizadores apuestan por incluir en sus actividades a un público amplio y variado. Esta modalidad de proyecto comunitario se ha extendido a otras provincias del país, y al igual que en la capital, goza de muy buena aceptación entre los asistentes.
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individual o colectivo, son las ideas y comentarios que el público te devuelve durante el
recorrido y después de este, sobre todo los adultos mayores, que siempre aportan sus
vivencias de otras épocas, las cuales están al margen de la historia oficial y de los
documentos de archivo.
El conocer nuestro pasado histórico y
cultural sin mitificaciones ni
grandilocuencias, es una herramienta
eficaz para comprender e incluso
cuestionar nuestro presente críticamente.
Es desde esta perspectiva que podremos
educar en valores, principalmente a las
nuevas generaciones, que sin desestimar
los logros positivos alcanzados, serán los
encargados de las transformaciones
sociales, culturales y económicas por las
que habrá de transitar la sociedad cubana.
El hecho que en las bóvedas y panteones
que conforman la necrópolis Cristóbal Colón, puedan descansar buena parte de los
residentes en La Habana sin distinción de clase social, color de piel, afiliación religiosa o
política, hace del cementerio un espacio rico y diverso, expresado en las personas que
diariamente atraviesan el umbral de su majestuosa puerta, ya sea para realizar trámites
en las oficinas, visitar a sus difuntos, o enterrar a un ser querido. Es también allí donde
confluyen y se entremezclan las distintas expresiones de la espiritualidad del pueblo
cubano, se percibe su percepción filosófica acerca de la muerte y de la dimensión que
implica el estar vivo.
(…) lo más interesante
no es el discurso, ni la
pieza que adorna el
paseo. Lo
verdaderamente
enriquecedor y que
aporta al aprendizaje
individual o colectivo,
son las ideas y
comentarios que el
público te devuelve
durante el recorrido y
después de este.
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El cementerio de La Habana en
imágenes…
Patrimonio, legado cultural y educación
VISTA DE LA AVENIDA CRISTÓBAL COLÓN, LA PRINCIPAL DEL CEMENTERIO.
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*Presentación de la autora
Lisset González Batista es Licenciada en Estudios Socioculturales por la Facultad Enrique José Varona de la Universidad de la Habana. Actualmente, se encuentra redactando la tesis de Maestría en Estudios Interdisciplinarios sobre América Latina, el Caribe y Cuba, de la Casa de Altos Estudios Fernando Ortiz. Universidad de La Habana.
Se desempeñó como Profesora de Arte Cubano en la ciudad de La Habana y como Especialista en Museología e Historia en la Necrópolis Cristóbal Colón.
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BIBLIOGRAFIA
ALDEROQUI, Silvia: Museos, y escuelas: socios para educar. Editorial PAIDOS,
Buenos Aires, 1996.
ASENSIO, Mikel, POL, Elena: Nuevos escenarios en educación: aprendizaje
informal sobre el patrimonio, los museos y la ciudad. Aique Grupo Editor S.A.
CABA, 2002.
CALAF MASACHS, Roser: Didáctica del patrimonio: epistemología, metodología y
estudios de casos. Ediciones Trea S.L. Asturias, 2009.
PASTOR, J.: El museo y la educación en la comunidad. CEAC. Barcelona, 1991.
SOCARRAS MATOS, Martin: La necrópolis Cristóbal Colón. Editorial Arte y
Literatura. Instituto Cubano del Libro. La Habana, 1975.