8/3/2019 Casas nuevas para nuevos tiempos. Cambio cultural y materialidad en las braas-pueblo de Somiedu (Asturias)
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II JORNADASDE JVENESEN
INVESTIGACIN ARQUEOLGICA(Madrid, 6, 7 y 8 de mayo de 2009)
TOMO II
OrJIA (coord.)
LIBROS PRTICO
8/3/2019 Casas nuevas para nuevos tiempos. Cambio cultural y materialidad en las braas-pueblo de Somiedu (Asturias)
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EDITORES CIENTFICOS
OrJIA: Pedro R. Moya Maleno, Cristina Charro Lobato, Nria Gallego Lletjs, David Gonzlez
lvarez, Ivn Gonzlez Garca, Fernando Gutirrez Martn, Sandra Lozano Rubio, BeatrizMarn Aguilera, Luca Moragn Martnez, Paloma de la Pea Alonso, Manuel Snchez-ElipeLorente, Jos Mara Seorn Martn.
FICHA CATALOGRFICA
Textos e imgenes de los/as autores/ras
EDITAN: Libros PrticoOrganizacin de Jvenes en Investigacin Arqueolgica (OrJIA)
Departamento de Prehistoria, Facultad de Geografa e Historia, Universidad Complutense de Madridc/ Prof. Aranguren s/n (Ciudad Universitaria), ES-28040. Madrid (Espaa)[email protected]
DISTRIBUYE: Prtico Libreras, S. A.Muoz Seca, 6 50005 Zaragoza (Espaa)[email protected]
COLABORAN:
COMPOSICIN DE LOS TEXTOS Y MAQUETACIN: OrJIA
I.S.B.N. 978-84-7956-092-8 (de la obra completa)
I.S.B.N. 978-84-7956-093-5 (del Tomo I)I.S.B.N. 978-84-7956-094-2 (del Tomo II)
Deposito legal: NA-2918/2011
IMPRIMEUlzama Digital
31194.- Arre. [email protected]
Impreso en Espaa-Printed in Spain
Facultad de Geografa e HistoriaUniversidad Complutense de Madrid
IMAGEN CUBIERTA: Arqueologa experimental, de Javier Hernndez. Foto finalista II Concurso de Fotografa Arqueolgica JIA09.
OrJIA (eds.)Actas de las II Jornadas de Jvenes en Investigacin Arqueolgica(Madrid, 6, 7 y 8 de mayo de 2009). JIA 2009, Tomo II.
pp. 444; il. escala de grises.
902/904(063), 903/904(460)(063)
I.S.B.N. 978-84-7956-094-2 (vol. 2)
D.L.: NA-2918/2011
Departamento de PrehistoriaFacultad de Geografa e Historia
Universidad Complutense de Madrid
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NDICE
sesin 6: LA CONSTRUCCIN DE LOS PAISAJES EN ARQUEOLOGA
Introduccin: A vueltas con el paisaje: balance y perspectivas de futuroFERNANDO ALONSO, CRISTITNA CHARROY JESS GARCA SNCHEZ
ALEXANDRA VIEIRA A construo da Paisagem na Bacia Hidrogrfica do Douro durante a Pr-Historia Recente : quecaminho(s) seguir?
DANIEL JESS MARTN ARROYO-SNCHEZ Ager diuisus et adsignatus. Propuesta metodolgica para la recostruccin deun paisaje de la colonizacin cesariana-augustea
HELENA JIMNEZ VIALS Una ciudad en las columnas de Hrcules el paisaje antiguo de carteia
ARMANDO EZQUERRO CORDN El valle del Crdenas (La Rioja). Evolucin del paisaje desde la antigedad tarda hastala alta edad media. Una propuesta metodolgica
JUAN PABLO LPEZ GARCA Paisaje y arquitectura. Propuesta metodolgica para el conocimiento de las sociedadesprotohistricas. La casa C de la mesa de Miranda
MARCOS GARCA GARCA Metodologa para un anlisis locacional: el entorno de el Casetn de la Era II (Villalba delos Alcores, Valladolid)
BEATRIZDEL MAZO FERNNDEZ Identidad, paisaje urbano y fotografa
JOS PAULO FRANCISCO A construo da paisagem cultural dos caadores-recolectores do Vale do Ca
SANDRA BAULS-CARDONA y JUAN MANUEL LPEZ-GARCA Analisis de los cambios paleoambientales del pleistocenosuperior final-Holoceno a partir del estudio de micromamferos en la cova volomera (San Esteve de la Sarga. Lleida)
ANDRS A. FERNNDEZ GMEZ La Ciellina: un caso prctico de acercamiento al pasado desde el paisaje
sesin 7: EXPERIMENTACIN EN ARQUEOLOGA
Introduccin: Experimentacin en ArqeuologaFERNANDO GUTIRREZ, IGNACION MARTN y PALOMADELA PEA
MARTA ROCA GARCA, DANIEL RUBIO GIL y FELIPE CUARTERO MONTEAGUDO El contraste experimental como mtodocomparativo en la elaboracin de raederas tipo quina
MIREIA ACHE DELGADO Actividad economica en piedra: un enfoque diacrnico del anlisis geolgico, funcional yespacial de los artefactos macrolticos
FERNANDO GUTIERREZ MARTN Arqueologa experimental y los comienzos de la agricultura
FRANCISCO MARTNEZ SEVILLA y CARLOS MAESO TAVIRO Experimentacin aplicada a un problema arqueolgico:tecnologa de los brazaletes de seccin plana en el neoltico del sur de la Pennsula Ibrica
MARIANA PINTO LEITO OEREIRA Weaving in the III millenium B.C.- Contribution for a future archaeological
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TERESA PALOMAR SANZ, JAVIER PEA-POZA y JUAN FLIX CONDE MORENO Cuentas de vidrio prerromanas en la PennsulaIbrica y su estudio arqueomtrico
sesin 8: ARQUEOLOGA FUNERARIA
Introduccin: Arqueologa funeraria
SUSANA ABAD MIR, JUAN F. MARTNEZ CORB y LUCA MORAGN MARTNEZ
TERESA FERNNDEZ CRESPO y CRISTINA TEJEDOR RODRGUEZ El registro funerario como reflejo del cambio
NURIA GALLEGO LLETJS Primeros apuntes sobre identidad y registro funerario en el mesoltico peninsular
CLAUDIA PAU El analisis de la continuidad en el uso de las tumbas megalticas del ro Gor a partir de los elementos deadorno
JUAN FRANCISCO M. CORB Algunas miradas de futuro sobre las necrpolis de cremacin de las reas Celtibrica yVettona
SUSANA ABAD MIR El uso de la memoria social y el culto a los muertos en las comunidades humanas de la antigedadtarda: las tumbas privilegiadas del nordeste peninsular
MARTA CRESPO FERNNDEZ y ROSA MARA FUERTES GARCA Acercamiento a la investigacin de las necrpolis excavadasen roca del suroeste de la comunidad de Madrid: hacia un modelo explicativo del poblamiento medieval
M ELISA DAZ GONZLEZ Agricultura y hambre en los siglos XVII y XVIII: la necrpolis de armas de Santiago, Jerezde la frontera (Cdiz)
DOMINGO CARLOS SALAZAR GARCA Interrogando a los muertos mediante istopos estables
RICARDO TORRES MARZO y FRANCISCA LORENZO MORA Patrones de enterramiento en la ciudad maya de La Blanca,Petn, Guatemala. Intervencin arqueolgica y tratamientos de conservacin en clima subtropical
sesin 9: SOCIEDADES JERRQUICAS, ESPACIOS Y TERRITORIOS: NUEVAS PERSPECTIVAS DELA PREHISTORIA RECIENTE EN EL CENTRO DE LA PENNSULA IBRICA
Introduccin: Sociedades jerrquicas, espacios y territorios de la Prehistoria Reciente en el centro de la Pennsula IbricaPEDRO R. MOYA MALENO y LVARO SNCHEZ CLIMENT
RAQUEL ALIAGA ALMELA El mundo funerario del III milenio a.C.en la regin central de la Pennsula Ibrica: Madrid
FERNANDO PEREZ LAMBN Sistema de Poblamiento en la Baja Huerva (Zaragoza) durante el Bronce Antiguo y medio.
MARTA LAPUENTE MARTN Caractersticas biolgicas de la poblacin de El Cerro de la Encantada (Grantula deCalatrava, Ciudad Real II milenio a.C.)
DAVID RODRGUEZ GONZLEZ Aportacion al conocimiento de los asentamientos den llano de la cultura del Bronce de laMancha
LVARO SNCHEZ CLIMENT El Bronce final en la provincia de Ciudad Real: yacimientos y nuevas perspectivas
PEDRO R. MOYA MALENO Caminante no hay camino? Arqueologa de la edad del Bronce del Campo de Montiel ypasos tradicionales entre la Meseta Sur y la Alta Andaluca
REBECA LENGUAZCO GONZLEZ SCA en el bronce de la Mancha Motilla de Santa Mara del Guadiana y Motilla delRetamar
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sesin 10: EL ESTILO EN ARQUEOLOGA
Introduccin: Resucitando una vieja discusin: el estilo en Arqueologa. Concepto, caracterizacin y posibles vias deaproximacinOLGA GMEZ PREZ
JUDIT LOPEZDE HEREDIA MARTNEZDE SABARTE Cermica y estilo, ensayo de un estudio estilstico para la edad del
hierro
CLAUDIA PAU y ANTONIO RUIZ PARRONDO Evolucin en el estilo de los objetos de ornamento en la Prehistoria
MARA BORAO LVAREZ Las azagayas monobiseladas con decoracin en espiga: un rasgo estilstico de amplia difusinen el inicio del magdaleniense
ADRIANA SOTO SEBASTIN Dnde est el estilo? Una reflexin sobre la identificacin de rasgos estilsticos en laindustria ltica
TRINIDAD MARTNEZI RUBIO El cambio social a travs de las representaciones rupestres. Propuesta de seriacinestilstica del arte rupestre levantino en el Masssis del Caroig (Valencia)
IRENE GARCA ROVIRA Qu tendr que ver el estilo con el mar? Estilo en teora arqueolgica: una breve introduccin
OLGA GMEZ PREZ Reinterpretando mapas arqueolgicos mediante el anlisis de estilo de la cermica neoltica
AZUCENA MARTN FERNNDEZ Definiendo estilos de talla: la gestin de las materias lticas en el yacimiento de lasChoperas (Santas Martas, Len)
sesin 11: ARQUEOLOGA DE LA IDENTIDAD QUINES ERAN?
Introduccin: Arqueologa de la identidad quines eran?MANUEL ALBERTO FERNNDEZ GOTZ y SANDRA LOZANO RUBIO
MANUEL ALBERTO FERNNDEZ GOTZ Del esencialismo al posmodernismo; las interpretaciones tnicas en arqueologa
EVA ALARCN GARCA Reconstruyendo identidades a travs de la preparacin de alimentos
ROSSEND ROVIRA MORGADO Etnias e identidades barriales en la ciudad prehispnica de Teotihuacan (Mxico)
BEATRIZ MARN AGUILERA Tanto tienes tanto vales. Matrimonio y posicin social en Etruria
JORGEDE TORRES RODRGUEZ Territorio, etnicidad y sociedad en el valle medio del Tajo
LVARO FALQUINA APARICIO Identidad, Hegemona y cambio cultural en la sierra de Gredos: una aproximacin
arqueolgica a un proceso contemporneo
PALOMADELA PEA ALONSO Discusin en torno a la identidad cultural gravetiense
DAVID GONZLEZ LVAREZ Casas nuevas para nuevos tiempos. Cambio cultural y materialidad en las braas-pueblo deSomiedu (Asturias)
JOANA ALVES FERREIRA The Neolithic, the fantasy of the origins
SANDRA LOZANO RUBIO Interseccionalidad una nueva herramienta terica para la arqueologa?
sesin 12: POSTERS LIBRES
ALBERTO ROMERO MOLERO D. Francisco Collantes de Tern y Delorme (1899-1977). Un ejemplo de arqueologa en laposguerra
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ESTER MORENO GARCA y FERNANDO CIRUJANO PONTES El triado necesario? El caso de Camino de las yeseria (SanFernando de Henares, Madrid)
ANA GRAC CASTAEDA y JAVIER PARRA CAMACHO Herramientas informticas para el estudio de la mujer en el mundoibrico: bases de datos y pgina web
ANADEL OLMO CALVIN y ROSA CALERO CORDEIRO Problemtica del hallazgo de cantos trabajados en el yacimiento de
La Motilla de Santa Mara del Retamar
ANDREA MARTINS Arte esquemtica em Portugal: um pprojecto em construo
JESS RODRGUEZ HERNNDEZ Herramientas de cantera aparecidas en yacimientos vettones
MERCEDES MURILLO-BARROSOS Nuevos artefactos en viejas estructuras: el tesorillo del dolmen de Palacio III (Almadnde la Plata, Sevilla) resultados preliminares
JORGEDE TORRES RODRGUEZ, CRISTINA CHARRO LOBATO, JAIME ALMANSA SNCHEZ y CARLOS CAETE Arqueologa de losjesuitas en Etiopia. Misiones jesuitas ibricas del siglo XVII en la region del lago Tana
MARA GARCA VELASCO y EVA FERRERO INFESTAS Estudio antropolgico de los restos seos hallados en la excavacinarqueolgica del alto de San Pedro (Quintanilla-Vivar, Burgos)
ANDRS FERNNDEZ GMEZ La Ciellina: industria a medio camino entre el Achelense y el Paleoltico Medio
GRUPODE INVESTIGACINPROYECTO CARRACALLEJA Proyecto Arqueolgico Carracalleja. Conciencia social de un entornorural en recesin con el Patrimonio Arqueolgico Segoviano
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Casas nuevas para nuevos tiempos. Cambio cultural ymaterialidad en las braas-pueblo de Somiedu (Asturias)
DAVID GONZLEZ [email protected]
Departamento de Prehistoria. Universidad Complutense de Madrid
Resumen
Se presenta un estudio arqueolgico sobre el cambio cultural e identitario realizado en un contexto de convergencia entre el mundo rural tradicional y la
irrupcin de la Modernidad. Se analiza la arquitectura domstica y productiva de varios pueblos de la montaa central asturiana con una ptica arqueo-
lgica. Esto sirve para reexionar acerca de cmo las cuestiones identitarias en contextos de cambio cultural se reejan en la materialidad de los espacios
domsticos y productivos, y cmo a su vez la materialidad funciona como un elemento fundamental en la construccin de la identidad. Se considera as
que los estudios arqueolgicos pueden servir de valiosas herramientas con las que repensar los procedimientos arqueolgicos encaminados a estudiar
estas mismas cuestiones identitarias sobre las comunidades humanas del pasado.
PalabRasClave:cambio cultural, materialidad, espacio construido, vaqueiros dalzada, modernidad.
abstRaCt
We present an archaeological study about cultural and identity change that was carried out in a context of convergence between the traditional rural
world and the emergence of Modernity. We analize the domestic architecture of several mountain villages in central Asturias with an archeological point
of view. This is to reect on how issues of identity can be reected in the materiality of the domestic and productive spaces in contexts of cultural change,
and how the materiality acts as a key element in the construction of identity. We considere that the archaeological studies can work as valuable tools with
which to rethink the archaeological procedures designed to examine these same issues of identity human communities in the past.
KeywoRds: cultural change, materiality, built space, vaqueiros dalzada, modernity.
1. BASES DEL TRABAJOAl plantearme realizar un trabajo etnoarqueolgico de campo sobre la organizacin de los espacios productivos en las comunidades
trashumantes actuales de la montaa asturiana (Gonzlez lvarez, 2007), me encontr con una nueva problemtica de estudio muy inte -resante, sobre el que he tratado de realizar unas primeras labores de documentacin e interpretacin que aqu presento.
El paisaje humano del rea de estudio se encontraba en un avanzado proceso de transformacin, en el cual el espacio construido ylas pautas productivas haban sufrido profundas mutaciones formales. Por ello, consider interesante reconducir mis objetivos iniciales
para estudiar el cambio cultural y su contexto material, donde la casa es un espacio clave en la construccin estructural de la identidad.As, me plante reexionar acerca de las posibles correlaciones entre cambio cultural, cambio identitario y cambios formales de losespacios domsticos... El objetivo ltimo ser la generacin de narrativa interpretativa acerca del proceso de transformacin identitario,cultural y socioeconmico de las reas de montaa del medio rural asturiano. Creo que se puede atender a este proceso de cambio formalen las casas como un reejo del proceso de choque, convergencia o cambio cultural entre la Tradicin y la Modernidad capitalista actual,que se ha venido produciendo a lo largo del siglo XX, con una constante aceleracin desde la dcada de 1960. La atencin a la materiali-dad en este caso de estudio puede ser una va interpretativa muy fructfera, que podr ser complementada, en un marco interdisciplinar,
con otras disciplinas de las Ciencias Sociales como la Historia, la Sociologa o la Antropologa.
El rea de estudio se localiza en el segmento centro-occidental del tramo asturiano de la Cordillera Cantbrica. He seleccionadopara mi anlisis las localidades de El Puertu, La Peral y L.lamardal, todas ellas parte del municipio de Somiedu. Las tres poblacionesse corresponden con braas estivales de familias pertenecientes al colectivo de los vaqueiros dalzada, un grupo ganadero trashumantecaracterstico de esta regin. En estos pueblos de montaa se pueden contemplar las casas tradicionales en diferentes estados de con-servacin, mostrando muchas de ellas cambios formales bastante interesantes, por cuanto suponen usos de materiales no tradicionales(bloques de hormign, cubiertas de brocemento...), la creacin de nuevos espacios inditos en la arquitectura verncula (jardines,
porches, reas cerradas) que transmiten unas marcadas connotaciones de cambio estructural en el importante contenido identitarioque descansa en las casas, entendidas como importantes elementos conformadores y reproductores del habitus en los grupos humanos,siguiendo los planteamientos de Bordieu (1997). La muestra de estudio comprende un total de 140 construcciones, base sobre la cual sehan elaborado las reexiones que presentar en adelante.
JIA 2009, pp. 775-782
ISBN: 978-84-7956-094-2
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2. TRASHUMANCIA Y VAQUEIROS DALZADA
Los vaqueiros dalzada son comunidades ganaderas trashumantes que mantienen una doble residencia entre las braas de inverno,donde pasan tres o cuatro meses, y las braas de verano, donde habitan entre ocho y nueve meses. Los pueblos en los que pasaban elinvierno estaban repartidos a lo ancho de los municipios costeros e interiores, entre Navia y Xixn, aproximadamente, mientras que las
braas de altura estaban en municipios de montaa como Somiedu, adems de localidades del Norte de Len como Torresto (Acebedoy Huelves, 1893; Ura Ru, 1976; Garca, 1988; Ctedra, 1989; Cantero, 2003). Entre sus dos moradas las familias realizan un doble viaje
anual la alzada cargado de una profunda carga simblica en la conformacin de su identidad. Las familias al completo trashumabanjunto a todos sus aperos y sus rebaos, mayoritariamente de ganado vacuno.
Este colectivo presentaba unas marcadas particularidades identitarias, culturales y socioeconmicas que les condujeron a sufrir lamarginacin y el desprecio por parte de los campesinos sedentarios asturianos, entre quienes se generaliz el juicio de que formaran
parte de una raza diferente, con ancestros distintos a los del tronco comn de los asturianos. Para ello, se construyeron mltiples rela -tos legitimadores entre los que predominaba la idea de su ascendencia mora. Su marginacin estaba motivada ms bien por motivoseconmicos, ecolgicos y religiosos (Vaquero y Fernndez, 1986; Gonzlez Alonso, 2005).
En las ltimas dcadas mltiples cambios han afectado las formas de vida de los vaqueiros dalzada, hasta hacer desdibujar supertenencia a un grupo cultural diferenciado. Ms an si el grueso de los habitantes del medio rural asturiano han variado tambin susmodos de vida, minimizando las diferencias que los separaban. De los cambios acontecidos entre los vaqueiros cabe destacar su pau -
latino abandono de la trashumancia, la mecanizacin y tecnicacin de sus formas productivas y la marcada merma demogrca delcolectivo tras una acusada incidencia del xodo rural. Todo ello ha propiciado la integracin de sus formas econmicas en el capitalismo,lo que ha hecho que su cosmovisin y sus esquemas de pensamiento hayan ido transformndose, desde su esquema tradicional, haciaformas heterogneas en las que se entremezclan parmetros empiristas modernos con un fondo mtico-tradicional. De igual forma, la
pretrita marginalidad del colectivo ha quedado slo como un recuerdo. Otro importante factor de cambio ha sido la consolidacin delmedio rural como destino turstico y como segunda residencia de familias procedentes del mbito urbano, ajenas a la tradicin culturaldel medio rural.
3. LAS BRAAS-PUEBLO Y SU ARQUITECTURA TRADICIONALEste estudio ha sido realizado sobre el espacio construido de las braas de verano o braas-pueblo, pues son las que se sitan como
eje central de las estrategias vitales del colectivo vaqueiro, erigindose como centro de las referencias identitarias y de la produccineconmica. Por esto, conviene repasar brevemente las caractersticas tradicionales de sus rasgos, para luego discutir acerca de sus muta -
ciones formales y conceptuales.
3.1. Los asentamientosLas braas-pueblo son los asentamientos estivales de los vaqueiros dalzada, donde pasan hasta nueve meses al ao, entre marzo y
noviembre. Su aspecto se acerca al de los pueblos estantes, diferencindose de las otras clases de braas de las montaas asturianas conun uso temporal ms restringido. En estos asentamientos encontramos tres espacios principales. El casero es el centro del espacio, condos reas dispuestas a modo de cinturones a su alrededor. Alrededor de ste, encontramos los espacios cercados, en los terrenos msfrtiles; son propiedades familiares cercadas con pared seca, destinadas a prados de siega y a cultivos. Ms all se sitan los pastos yel monte, como un conjunto de terrenos explotados segn un rgimen colectivo; se dedican a reas de pastizal y a la obtencin de rozoy lea. Sobresale la importancia capital de los pastos, pues son el sustento del ganado, tanto del vacuno mayoritario, como del ovino ycaprino que complementaba tradicionalmente la cabaa.
3.2. Caractersticas formales de las casasDebido a la necesidad de refugio y como frmula de territorialidad en una situacin de competencia por los espacios ganaderos, los
vaqueiros construyeron cabaas y otras estructuras que se concentraron en braas. Las viviendas vaqueiras en los puertos aparecierona partir de la Baja Edad Media con la consolidacin del colectivo como grupo social y productivamente diferenciado (Garca, 1988).Tomaran unas formas territoriales propias de un ambiente de montaa propicio para las prcticas ganaderas.
Las casas vaqueiras formaran un grupo diferenciado dentro de la arquitectura popular asturiana, aunque compartan parmetrossimblicos, formales y funcionales con las pautas generales del pas. La casa es la unidad bsica de propiedad, produccin, consumo,identidad y socializacin; es mucho ms que un edicio (Garca, 2006: 13-14). El espacio construido sirve tambin para exponer y transmitirla idea del cosmos y los principios del orden social. Se pueden, as, entender los espacios domsticos como medios no verbales de comunica-cin en la conformacin y transmisin de los valores culturales de una comunidad (Rapaport, 1990).
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La casa vaqueira tradicional se construa en piedra, con cubierta vegetal. El ejemplo paradigmtico lo constituyen los denominadosteitos (lvarez, 2001; Graa y Lpez, 2007) que, no obstante, no son un tipo constructivo exclusivo de los vaqueiros. Las casas presentesen las braas-pueblo pertenecen a diversos tipos de casa terrena de una planta, o evoluciones de sta, ya con dos plantas, como la casa deturria o casa en talud, y la casa de patn o casa con escalera exterior (Paredes, 2006: 124). En ellas convivan el ganado y la familia, condiversas soluciones en su separacin. Tres eran sus partes bsicas: vivienda, establo y pajar. Dentro de la vivienda podemos diferenciar lacocina, los cuartos y algn espacio distribuidor, aadindose posteriormente la sala, el horno o fornu, y el bao o escusu. La parte ms
importante de la casa vaqueira era sin duda la cuadra que determinaba la forma y el tamao de aquella en relacin con las necesidadesdel ganado. Puede incluso armarse que se prestaba ms atencin a las comodidades del ganado que a las de las personas (Ctedra,1989: 77).
Las casas eran construidas por la propia familia, con la ayuda de otros vecinos, sin que interviniese personal especializado, por loque las tcnicas constructivas eran sencillas y adaptadas al medio, sin grandes preocupaciones estticas o estilsticas. Sin una planica -cin previa del proceso constructivo, el crecimiento y reformas de la vivienda se acumulaban de un modo orgnico. Los materiales seobtenan del entorno inmediato. Las fachadas, levantadas con mampostera en seco, no solan revocarse ms que en su fachada princi -
pal, empleando un enfoscado de arena y cal (Paredes, 2006: 165). La cubierta vegetal requera soluciones particulares (Graa y Lpez,2007), ya innecesarias con la extensin de las cubriciones con teja o losas de pizarra producida desde inicios del siglo XX, puesto que nisiquiera en los casos que conservan mejor las pautas constructivas vernculas mantienen las viviendas estas techumbres vegetales. Susformas y dimensiones, dentro del conjunto del pueblo, eran bastante homogneas, enmascarando as la manifestacin de las posibles
diferenciaciones sociales y econmicas entre las distintas familias.
Las construcciones vaqueiras forman asentamientos dispersos con las casas separadas unas de otras. Esto contrasta claramentecon respecto a las aldeas no vaqueiras, que muestran una distribucin del casero generalmente ms concentrada. Destaca tambin laausencia de hrreos y paneras junto a las casas vaqueiras, ya que ante la escasa importancia de la agricultura en sus formas de vida, no sehacan necesarios estos psitos elevados, omnipresentes en el resto del paisaje rural asturiano.
Las viviendas vaqueiras de verano han sido insistentemente estudiadas. Existe una tipologa establecida por Adolfo Garca en basea 5 estadios establecidos de forma unilineal y evolucionista, asociando cada tipo a las posibilidades tcnicas y econmicas del grupo
para cada periodo, como reejo del desarrollo social y cultural del colectivo (Garca, 1988: 230-43). Desde entonces el modelo no ha sidodiscutido en su concepcin por ningn otro autor (lvarez, 2001; Linares, 2004; Graa y Lpez, 2007) introducindose tan slo algunasaclaraciones muy concretas, a la vez que se ha ampliado la base documental existente.
A pesar de todas las modicaciones que la casa vaqueira ha sufrido, las pocas que mantienen hoy su actividad productiva tradicionalsiguen cumpliendo las mismas funciones que en el inicio de su evolucin en el siglo XVIII: casa-habitacin, establo y pajar (Garca,1988: 230). Muchas casas han sido abandonadas y estn en un estado ruinoso, cumpliendo a veces funciones distintas a la habitacional.Unas pocas de estas casas vacas han sido remodeladas y cumplen ahora funciones de segunda residencia o alojamiento para turismorural. Esta perduracin de formas antiguas, ser crucial a la hora de recomponer los hipotticos hitos diacrnicos, y servir de base paralos estudios arqueolgicos de la vivienda vaqueira.
4. DE LA TRADICIN A LA MODERNIDADSe puede establecer la perduracin del esquema de pensamiento tradicional en el rea de estudio hasta mediados del siglo XX.
Corre parejo al desenvolvimiento de este esquema una precisa concepcin y signicacin de la cultura material que, con el cambio depensamiento, sufrir cambios en cuanto a sus formas fsicas, usos y concepcin simblica se reere. El Capitalismo causar las primeras
mutaciones a partir de la dcada de los 60, cobrando fuerza desde los 70. Habr cambios en la mentalidad, en las formas sociales y pro-
ductivas, en la estructura familiar, en la concepcin del mundo y el paisaje que les rodea, en el acceso a la tecnologa, al conocimientoy a la informacin... lo que puede rastrearse en la cultura material, por la mutacin de sus formas, usos, y signicados atribuidos. Este
proceso de cambio ser prolongado, a lo largo de la segunda mitad del siglo XX; al igual que sucede en otros contextos rurales en des -articulacin del Norte peninsular, veremos situaciones sincrnicas en las que distintos esquemas mentales estarn en funcionamientodentro de las mismas comunidades tradicionales (Gonzlez Ruibal, 2003: 27). El estudio de estas fases dinmicas, de interacciones ycambios, es en lo que se pretende centrar este trabajo.
Una persona procedente de una comunidad preindustrial como la de los vaqueiros dalzada (como lo son tambin todas las comu-nidades campesinas tradicionales europeas, hasta las transformaciones iniciadas en el siglo XIX, y culminadas en las ltimas dcadas)emplea un mecanismo estructural de seguridad que le sirve para comprender la realidad que percibe y poder as relacionarse con ella: el
pensamiento mtico (sensu Hernando, 2002). Estos hombres y mujeres mitican la realidad que perciben para poder obtener explicacio -nes, justicaciones y orientaciones en las situaciones en que las necesiten. Slo se iniciar un cambio profundo a nivel estructural en el
esquema de pensamiento tradicional con la aparicin de la documentacin escrita y la asimilacin del carcter empirista de la Ciencia; loque se generalizar entre comunidades marginales (del poder y del sistema culto) como la que aqu es protagonista, como producto de la
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extensin de formas institucionales y administrativas del sistema de poder del estado espaol del siglo XX, y de las prcticas productivascapitalistas. De entonces en adelante, comenzar a extenderse paulatinamente la percepcin de que el mecanismo bsico de seguridadser la conanza en nosotros mismos, como individuos pertenecientes a una comunidad (global, a nivel casi de especie), que es capazde reconocer los mecanismos por los que funciona la realidad observada, anticiparse a ellos, y actuar en consecuencia. Esta conanzaen la Ciencia propicia que se valore positivamente el cambio, rompiendo con la tradicional valoracin del estatismo, la permanencia, y elmantenimiento invariable de lo conocido (Hernando, 2006: 226).
En el caso aqu expuesto, creo que se podra acotar ese momento de cambio a lo largo de un perodo de choque que se mantiene vi -gente desde mediado el siglo XX, cobrando ms fuerza a medida que avanzamos hacia el presente. Intentar as abordar el estudio de lasformas materiales asociadas a este momento de confrontacin, documentando y exponiendo las evidencias relacionadas con el espacioconstruido caractersticas a las distintas posiciones implicadas en esta situacin de friccin que permanece an vigente.
La Arqueologa parte con una tremenda ventaja de aplicacin en este caso de estudio frente a otras disciplinas de las Ciencias Socia-les. Esto es as porque la cultura material est en contacto con todos los sujetos sociales, por lo que habla de toda la sociedad; mientrasque para la Historia tradicional, por ejemplo, el soporte de sus interpretaciones es la documentacin escrita, producida en su mayor parte
por (o a instancia de) las lites polticas y/o sociales, observadores ajenos al contexto que pretenden plasmar por escrito... contando ascon un grave sesgo documental de partida (ms o menos intencional), que en la mayora de los casos va encaminado hacia la legitima -cin de la situacin de marginalidad en la que permanecan, en este caso los vaqueiros, o hacia la recogida de informaciones aspticas,
errneas o banales.
Cabe aclarar que la eleccin del colectivo vaqueiro, como centro de este estudio, se debe a la singularidad y homogeneidad de sumodelo caracterstico de espacio construido, claramente individualizado en el medio rural asturiano. De este modo, creo que las modi-caciones en sus pautas formales podrn indicar con mayor facilidad los parmetros en los que se inserta el cambio cultural que intentocomprender.
5. CASAS Y CAMBIO CULTURALEl espacio construido de las braas-pueblo somedanas ha sufrido una serie de modicaciones que me servirn para reexionar
acerca de la materialidad del cambio cultural. Asumo para ello que las mutaciones en los patrones formales y funcionales de la culturamaterial reproducen, refuerzan o responden a cambios identitarios, mentales y productivos. Para facilitar esta tarea, he establecido unaserie de categoras con las que agrupar los diferentes ejemplos estudiados, en funcin de los parmetros constructivos y los condicionan-
tes simblicos o productivos que median en la concepcin y uso del espacio.
5.1. Casas tradicionalesLas casas tradicionales mantienen unas formas constructivas propias de la arquitectura verncula, sin modicar sustancialmente
la distribucin de los espacios ni incorporar de forma masiva materiales constructivos alctonos o industriales (Fig.1A). Cuando estosaparecen, se usan con una concepcin tradicional, y no como podran presentarse en el mbito urbano. As por ejemplo, se empleanladrillos o bloques cermicos industriales sin ser recubiertos por cargas murarias y pintura, de un modo semejante a como aparecen losviejos muros de piedra de estas mismas casas (Fig.1B). Muchos ejemplos incluidos en esta categora son casas deshabitadas, usadas co-mo cuadras o pajares. Slo unos pocos casos son viviendas en uso, en las que habitan familias an trashumantes (Fig.1C). Si bien antaotodas las casas tenan cubiertas vegetales, hoy se conservan pocos teitos en pie. Ninguno sigue habitado. Las techumbres de escobas sesustituyeron en el siglo XX por cubriciones de teja o pizarras, adems de lminas de brocemento para cuadras o pajares.
5.2. Casas vaqueiras en transicin formalHe llamado casas en transicin formal a los casos que toman como base constructiva una vivienda tradicional, a la que se in -
corporan sustanciales modicaciones formales y funcionales, derivadas de prcticas ajenas a la tradicin vaqueira. En los ejemplosde este grupo podemos observar el uso de materiales y tcnicas constructivas modernas, como bloques de cemento o ladrillos en elalzado de las paredes, cargas murarias policromadas, azulejos o plaquetas plsticas en las fachadas... empleadas ya de forma conscientey moderna, con la exhibicin marcada de esos rasgos formales rompedores, que enmascaran en parte las pautas constructivas vern-culas (Fig.1D). Muestran elementos ligados a una concepcin constructiva y funcional ajena a la tradicin domstica vaqueira. Vemosmodicaciones en la escalera de algunos casos de casa-patn, emergiendo un nuevo volumen constructivo anexo a la escalera que hacelas veces de vestbulo en la entrada de la casa (Fig.1F). Esta obra se aprovecha, en muchos casos, para incorporar el cuarto de bao. Otro
punto reseable en este grupo es la creacin de un nuevo espacio en el mbito inmediato a la casa, a modo de jardn (Fig.1E). Se trata deun espacio delimitado como mbito privado no-productivo, entre las viviendas y los prados cercados. La consolidacin de este espacio
es progresiva en el tiempo. As se atestiguan realidades intermedias en la implantacin de estos mbitos ajardinados, con jardines-huertoen los que conviven plantas ornamentales con especies hortcolas tradicionales.
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5.3. Casas vaqueiras modernasLas casas vaqueiras modernas son las construcciones que presentan remociones importantes que enmascaran casi totalmente el
origen tradicional de estas casas. Tambin hay algunos ejemplos de nueva fbrica (Fig.1G), habitadas por familias que mantienen lasprcticas productivas ganaderas. En su construccin se emplean tcnicas y materiales modernos e industriales. Se aprecia una mayorbsqueda de la ostentacin y de visibilidad, lo que se consigue con materiales determinados como azulejos, ladrillos industriales opinturas de vivos colores. Un punto importante, que diferencia a esta categora de las nuevas casas capitalistas es la carencia de una pla -nicacin previa total o cerrada, puesto que estas viviendas sufren cambios orgnicos en sus formas, con nuevos volmenes adosados ocon el levantamiento de nuevas alturas sobre el conjunto de la vivienda (Fig.1H). Tambin se acenta la parcelacin y privatizacin delespacio circundante de las casas con sistemas de cerramiento, que le coneren una visibilidad ms opaca hacia el exterior. Otro puntodestacado es la clara separacin entre vivienda y establo, gracias al uso como tal de otras casas deshabitadas del pueblo; o bien con ellevantamiento de nuevas cuadras exentas respecto a la vivienda familiar, con un aspecto muy semejante al de las naves industriales(Fig.2A), necesarias en el proceso actual de intensicacin de la produccin ganadera. Una caracterstica destacada de este tipo de casas
es la voluntad cristalina de sus habitantes de dotar de un aspecto arquitectnico urbano a las viviendas y su entorno, tratando de alejarsede la apariencia rural atrasada que sera ms propia de los pueblos.
Figura 1. Diferentes de casas de las distintas categoras. A, C, E y F: La Peral. B, D y H: El Puertu. G:L.lamardal.
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5.4. Casas nuevas para nuevos tiemposLas casas nuevas son construcciones concebidas y erigidas de forma moderna, habitadas por personas ajenas al paisaje y al pai -
sanaje del rea de estudio (Fig.2D). Con ellas, se introduce el esquema mental capitalista-empirista-urbano en su completa integridad.Hasta ahora, las casas presentadas eran mayoritariamente autoconstruidas por cada familia; mientras stas son planicadas y construi-das por especialistas, mostrando una completa apariencia externa de racionalidad (Fig.2C), frente a la imagen orgnica tradicional. Sushabitantes no parecen mostrar una clara intencin de pasar a formar parte de la organizacin espacial y paisajstica tradicional vaqueira.
El rasgo ms sobresaliente de estas viviendas es la desconexin total con los rasgos arquitectnicos tradicionales de este espacio demontaa, volviendo la espalda incluso a rasgos derivados de la adaptacin al medio. Proliferan grandes ventanales, balcones, amplios
porches, o incluso arquitecturas en madera (Fig.2B). Se observa la profusin de elementos decorativo, todo encaminado a alcanzar lasmximas cotas en trminos de exhibicin, visibilidad y opulencia. En cuanto a sus parmetros espaciales, es curioso observar cmo sesitan en el permetro de los pueblos, preferentemente junto a la carretera principal. Su entorno inmediato est invariablemente cerrado,a modo de mbito privado, ajardinado y/o urbanizado (Fig.2D). Entre estas casas llama la atencin la existencia de motivos decorativosajenos a la tradicin artstica y arquitectnica local (Fig.3). Son guras nada usuales en la decoracin o arte mueble vaqueiro, pero queaqu se insertan en conjuntos habitacionales de nuevas familias llegadas desde realidades urbanas. Entiendo estas evidencias como la
Figura 2. Diferentes de casas de las distintas categoras. A, B, E, G y H: La Peral. C, D y F: El Puertu.
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parte material de un proceso de remiticacin articiosa y asptica de un medio rural desmiticado. Estas familias que rigen su exis -tencia segn parmetros empiristas y cientistas, remitican el espacio construido de sus segundas residencias, y son, asimismo, bien
conscientes de la realidad mtica tradicional que impera en la base del paisanaje que les rodea, persiguiendo quizs acomodar o adaptarsus casas a ese entorno que han elegido para pasar sus perodos vacacionales. Las guras elegidas son las ms difundidas en publicacio -nes de divulgacin sobre Folklore, que se presentan para ellos como fuentes ables de informacin por el hecho de difundirse por escrito.Paradjicamente, no son conscientes de que sus tentativas remiticadoras, adems de forzadas y articiales, son intiles, puesto que el
proceso desmiticador del paisaje y el paisanaje tradicional est ya en marcha en estos pueblos, con un ritmo imparable.
5.5. RuinasEl xodo rural hace que las ruinas se multipliquen en zonas de montaa como la que nos ocupa (Fig.2F). Se convierten en un re -
cuerdo material perenne de lo que un da signicaron sociocultural, demogrca y productivamente. Este proceso de abandono tambines propiciado por el traslado de las unidades familiares a nuevas casas construidas en los mismos pueblos. Estas estructuras arruinadas
juegan un importante papel en el dilogo material que se establece en las situaciones de cambio y/o conicto cultural como la que aqu sepresenta. As, las ruinas pueden ser ocultadas, exhibidas (Fig.2G), obviadas o reutilizadas (Fig.2H), desde los distintos polos de interlo-
cucin que se establecen en esta dinmica dialctica entre las distintas cosmovisiones que entran en friccin.
6. CONCLUSIONES Y DEBATECon la realizacin de este trabajo he podido enunciar brevemente las bases de un estudio arqueolgico sobre el fenmeno actual de
cambio cultural en las zonas rurales de los pases occidentales, bien reejado en el rea de estudio seleccionada en esta investigacin.A partir de esta somera aproximacin puede establecerse que existen interesantes posibilidades de indagacin respecto a este tema conla atencin a los parmetros formales de las casas. Los estudios referentes a este plano de la materialidad podran verse enriquecidos ycomplementados acudiendo a otras fuentes informativas como las fotografas familiares, las distribuciones internas de las casas, testi -monios orales, la documentacin escrita, el estudio del uso del lenguaje o las formas de vestir...
Queda pendiente una interesante y enriquecedora tarea a desarrollar de aqu en adelante, como ser el seguimiento de casos particu-
lares a lo largo de los aos, buscando documentar cambios en tiempo real, lo que proporcionar valiosos datos diacrnicos al estudio delcambio cultural en Arqueologa.
Uno de los principales resultados de mi trabajo ha sido la convergencia de las valoraciones de este estudio con otros planteados, entrminos similares, en la zona gallega de Terra de Montes (Gonzlez Ruibal, 2003, 2005) y en la Serrana de vila (Falquina, 2005).Ambas investigaciones sirvieron de excelentes referentes tericos y metodolgicos al planteamiento de este estudio, comprobando nal-mente que pueden contemplarse paralelos en muchos parmetros materiales vinculados a determinados contextos o estadios del cambiocultural hacia la Modernidad, que se repiten en los tres marcos estudiados con similares trasfondos interpretativos.
Con las revoluciones burguesas y la revolucin industrial, el peso econmico y poltico ha pasado en Europa del campo y la Corte,respectivamente, a la ciudad. El medio rural ha quedado notablemente marginado del cambio econmico e ideolgico, de un modomarcado en Espaa, y especialmente apreciable en las montaas de Asturias. En esta tendencia general de xodo rural, la renta mediaen el campo ha descendido notablemente en la actualsociedad del bienestar, que ante todo es urbana. Como respuesta a todo esto, los
habitantes del campo tratan de urbanizarde un modo articioso sus casas y sus vidas. En este contexto, el paisaje tradicional y su con-ceptualizacin mtica est siendo reelaborado y reinterpretado, proceso en el que la materialidad juega un papel central.
Figura 3. Ejemplos de motivos decorativos ajenos a la tradicin artstica y arquitectnica local, introducidos desde el contexto capitalista-emprico-urbano en un vano intento por remiticar el paisaje tradicional. A y B: La Peral. C: El Puertu.
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Los cambios en las formas y frmulas constructivas, apreciados en el caso de estudio, se relacionan con el proceso de friccin entrelos esquemas vitales tradicionales (elaborado en clave mtica) y moderno-capitalista-urbano (elaborado en clave emprica). Las trazasde este cambio cultural hacia la Modernidad se identican en la arquitectura urbanizante; en los cambios en la accesibilidad al espaciodomstico, que se ve progresivamente privatizado; y en la remiticacin articial del medio rural por los nuevos habitantes capitalistas-urbanos que comienzan a frecuentar estas reas rurales de montaa. Asimismo, las nuevas formas productivas capitalistas se venreejadas en los espacios domsticos, producindose una progresiva industrializacin del sistema ganadero tradicional, a lo que se une
la irrupcin del turismo rural y los servicios del ocio. Estas nuevas actividades quedan vinculadas a determinadas formas materiales dela arquitectura domstica y productiva.
Finalmente, querra poner de relieve la apreciacin de que la cultura material es un buen referente sobre el que elaborar narrativascrticas sobre procesos sociales contemporneos. La materialidad es referente excepcional sobre el que reexionar acerca de cuestionesidentitarias, culturales, polticas y sociales, aunque es un medio reexivo mucho ms poderoso si se combina con la atencin a otrasfuentes informativas, produciendo contextos de trabajo verdaderamente interdisciplinares. En este marco, las casas constituyen unareferencia fundamental sobre la que estudiar arqueolgicamente los procesos de cambio cultural.
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