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MINISTERIO DE AGRICULTURA
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BREZALES Y BR.EZOS
Síntesis geobotániéa de las formaciones de Erícoideasy
Resumen monográfico de las especies españolas
POR
NICOLAS DE BENITO CEBRIAN
Becario del Grupo de experiencias de Flora
dol INSTITUTO FORESTAL DE INVESTIGACIONES Y EXPERIENCIAS
SECCIOM DE ¡r.n"..FMA"·(l';" r. e \,~" 'Ti u~~ ,~ al l.. _ n H h 1 U ..... ,[. ."" >.: - v v.' - ~
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A1Il'O XIX
MADRID 1948NÚM.
El indudable interés e importancia de los brezos en la vegetación mundial y el que particularmente ofrecen en los montes españoles, han sido las razones que me han movido a escoger estetema, al recibir L'1 encargo de redactar una Memoria sobre alguna de las materias que- han sido objeto de mis trabajos yestudios, como becario de la Sección de Flora, de este InstitutoForestal.
Elegido el asunto, hube de fijarme como primera finalidad demi trabajo, la de dar a los forestales españoles un resumen monográfico sobre los brezos que viven en nuestros montes, en elque se encontraran los datos precisos para la determinación delas especies, seguidos de una descripción botánica e informacióngráfica de cada una de ellas; complementando esto, con brevedadpero sin ligereza, con la documentación fitogeográfica y ecológica, necesaria para permitir interpretar, en cada caso, la presenciade estas plantas o de los matorrales por ellas formados, atribuyéndoles la significación debida.
Parecíame bastante este programa, pero apenas iniciada milabor, el Jefe de la Sección me sugirió la idea de ampliarle, haciéndome patente la conveniencia de que toda esta informaciónsobre los brezos españoles quedara relacionada y encajada en unareseña general sobre los brezales del Globo, en la que podríanresumirse los datos conocidos sobre la representación que tieneny la significación que corresponde a los tipos de vegetación caracterizados por las Ericáceas ericoideas; resumen que de-beríapreceder al desarrollo del tema fitográfico que se fijó desde elprincipio como principal de este trabajo.
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Ajustándome, pues, al indicado plan, voy a tratar de desarrollarle con arreglo al siguiente sumario:
l. ¿Qué son brezos?-Resumen sistemático de las Ericáce:as.Características de los gens. Calluna y Erica.--Concepto debrezal.-Datos sobre ecología y temperamento de estas formaciones vegetales y distribución geográfica de las mismas.-Reseña de los principales tipos de brezal del Mundo.
11. Los brezos españoles.--Clave para la determinación de lasespeciea-c-Descrípcíón botánica y datos fitogeográficos yecológicos de cada especie.
No se me oculta lo ambicioso de esta pretensión, sobre todoen mi caso de principiante en los estudios botánicos; pero todoha sido posible merced a la ayuda constante y sabia direcciónque para mi trabajo he tenido en el Jefe de la Sección de Florade este Instituto, D. Luis Oeballos, a quien, tanto por sus enseñanzas en la cátedra de nuestra Escuela, como por sus consejosy asesoramientos actuales, debo el haber podido dar cima a laredacción de esta Memoria, venciendo numerosas dificultades, quesin tal ayuda me hubieran sido insuperables.
Huelga advertir que no pretendo en esta publicación decir nadanuevo sobre un tema del que se han ocupado, en todos sus aspectos, botánicos de gran prestigio y experiencia. Estando en plenonoviciado de las lides botánicas, y no mereciendo casi la denominación de incipientes mis trabajos de campo, sería ridículo y abosurdo si tratara de presumir presentando este trabajo como fruto de la propia investigación. Se trata simplemente de una recopilación de datos sobre las cuestiones indicadas, que he procuradoreunir y glosar, en la forma en mi concepto más oportuna yacertada, para dar en breve espacio, a los forestales y personasque se interesen por la vegetación de nuestros montes, un resumen sobre el contenido de las palabras "Brezales" y "Brezos".que he adoptado como título para la publicación.
Al final van indicadas, en la correspondiente nota bibliográfica,todas las obras que he utilizado para mi documentación y me hanservido de guía para la redacción de este estudio.
1
Con el nombre de brezos se designan en España las plantaspertenecientes a los géneros Erica y Culluna, de la Fam. Ericáceas, llamándose brezales a las formaciones que dichas plantascaracterizan.
Aunque excepcionalmente puedan algunas especies presentarse con talla y porte árboreos, se trata, en general, de arbustos,matas o matíllas muy ramificados y densamente poblados de hojas pequeñas, escamiformes en CallU'Y!¡(J) casi lineares en Erica,especialmente acondicionadas para disminuir la transpiración;esta conformación de hoja estrecha, con los bordes enrolladoshacia abajo y ligero surco en su parte central, hace que los estomas situados en su envés, queden en el fondo de la acanaladuraformada por los bordes revueltos, y defendidos por éstos de laacción de los vientos; tales hojas, con apariencia de aeículas,constituyen el llamado tipo erioouie, característico del gen. ENea) aunque presentado también por otras muchas plantas, Ericáceas o de otras familias, que precisan adaptarse a situacionesanálogas a las que describiremos como propias del brezal.
La coincidencia de morfología externa que en los brezos puede ser apreciada, responde a cierta semejanza en las condicionesespeciales de la habitación botánica en que se instalan y difunden las diversas especies, por lo que el brezal constituye un tipode vegetación perfectamente definido y caracterizado ecológica ygeográficamente.
Antes de efectuar el análisis temperamental de los brezos yde estudiar el medio estacional en que se desarrollan los brezales,
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creemos conveniente dejar bien precisada la situación sistemática de los gens. Oalluna y Erioa, Y señalados los caracteres botánicos que los definen. Para ello damos a continuación un cuadro,índice o resumen, de la Fam. Ericáceas (perteneciente a las Angiospermas dicotiledóneas, de la Subclase Metaclamídeas y OrdenEricales) en el que se hace relación de todos los géneros que comprende, con las indicaciones oportunas para darse idea de la importancia y repartición geográfica de cada uno, habiéndose subrayado los nombres de aquellos que espontáneamente están representados en España.
Fam. ERICACEAS.
Flores gamopétalas, tetrámeras o pentámeras; estambres diplostémonos, no adheridos a la corola; anteras extrorsas, frecuentemente apendiculadas, con dehiscencia poricida; polen en tetradas. Fruto capsular, bacciforme o drupáceo formado por 4 ó 5carpelos,
Plantas leñosas con hojas simples, generalmente perennes.Unas 1.700 especies ampliamente difundidas por ambos he
misferios.
Subfam.
V ACCINIOIDEAS.
Ovario ínfero.Fruto en baya.
Géneros
GaylU8sucia (40 sp. Amer. tropo y del N.).- Veccínium (100 sp. Eur., Amer., India, Madag., s;m;r.;I;ili.).-Rigiolepis (1 sp, Borneo).-Catanthera(1 sp, Nuev. Guin.).-Gorallobotrys (1 sp, Rimalaya).-Disterigma (3 sp. Amer, N.).-Pentaptery·gium (5 sp, Himalaya).-Agapetes (30 sp, S. Himal., N. Aus1:mlia).-Paphta (1 sp. ¡"idji).-SphJJrospermum. (5 sp. Amer. trop.).-Sophoclesia(10 sp. Amer. trop., Trinidad).-Oreamtes (1 sp.Andes).-Macleania (12 sp, Amer. trop.).-Anthopterus (10 sp. Andes).-Notopora (1 sp. Guay.brit.).-Findlaya (1 sp, Trinidad).-Cavendishia(2 sp, Perú, Méj.).-Psammisia (30 sp. Andes).Hornemamia (2 sp, Antill.).-Thibaudia (50 sp,Amer. trop.).
BREZALES Y BREZOS 9
Subfam. Géneros
ARBUTOIDEAS.
Ovario súpero,
Fruto carnoso, bacciforme, rara vezcapsular.
Corola caduca.
EukyanthU8 (5 sp, Asia W.).-Cassiope (7 sp. nórdicas y mont.).-Leucothoe (32 sp. Amer.).-Andromeda (6 sp. Jap., Amer. N.).-Lyonia (17 sp.Asia, Amer. N.).-Agauria (5 sp, Afr. trop.).Oxydendron (1 sp. Amer. N.).-Orphanidesia(~sp. oriental).-Epigaea (2 sp. Amer. N., Jap.),GaultherW, (100 sp. Amer., Asia, Australia).-Diplyoetria (10 sp, malay.).-Pernettya (26 sp, Andes).-Chiogenes (2 sp. Amer, N.).-Wittsteinia(1 sp, Mts. Victoria) .-Arbutus (20 sp. Medit., Canarias, Amer. N., Méjico).-Aretostaphylos (18 sp.Europ., Asia, Canadá) .-Arctous (2 sp, círcumpol, bor.),
iElliotia (1 sp. Amer. N.).-Tripetaleia (2 sp, Jap.).Oladothamnus (1 sp. Amer. N.).-Bejaria (16 sp.Amer. centro trop.).-Ledum (3 sp. Amer. N., Europa N.).- Rhododendron ('WÚ sp, Europ., Amer.,Asia).-Menziesia (7 sp, Asia W.).-Tsusiophyllum (1 sp. Jap.).-LedothammlUS (1 sp. Guay.).-Leiophyllum (1 sp, N. Jersey-Florida).-Lo;s.e/euda (1 sp, circumpol. y monto Europ.).-Diplarche(2 sp. Himalay.).-Rhodothamnus (1 sp. Alpes).Kalmia (6 sp, Amer. N.).-Phyllodoce (7 sp. boroy monto europ.).-Bryanthus (1 sp, Kamstchatka).-Dab~e~;CJ (1 sp. Europ. atlán.).
Ovario súpero.Fruto capsular, de
dehiscencia sep-tíeída, I
Ca r ola irregular,caduca.
Hojas alternas.
RHODODENDROIDEAS.
~a"u_'!...,! (1 sp, Europ., Asia W., America N. y Africa N., islas atlán.).-·Erica (570 sp, Europ., Africa, islas atlán., Asia SW.) .-Macnabia (1 sp,Cabo).-Bruckentalia (1 sp. Cárpatos).-Philippia(20 sp, Cabo, Madag., Camerun).-Ericinella (4 sp.Cabo, Madag., Afr. trap. Fernando Póo) .-Blaería (15 sp. Afr. S. y monto Afr. trop.).-Eremia(30 sp, Cabo) .-Simochilus (34 sp. Cabo) .-Sympieza (5 sp. Cabo).-Scyphogyne (4 sp. Cabo).Codonostigma (1 sp. Cabo).-Salaxis (22 sp.(Cabo).
ERICOIDEAS.
Ovario súpero,Fruto capsular, de
dehiscencia gene
ralmente IOCUli_¡cída,
C o rol a marcescente.
Hojas opuestas overticiladas.
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Los géneros OaUuna y Brica, de los que especialmente vamosa ocuparnos en este trabajo, coinciden morfológicamente en laestructura tetrámera de sus flores, con corola marcescente, y ensu fruto capsular; pero se diferencian y quedan perfectamenteindividualizados por los siguientes caracteres:
Oalluna.-Cáliz coloreado de longitud mucho mayor que lacorola; hojas escamiformes densamente empizarradas, opuestasdecusadas, Cápsula septicida.
Erica.-Cáliz normal, verde o escarioso, de longitud muchomenor que la corola; hojas revueltas por los bordes, estrechas,casi lineares (tipo ericouie) verticiladas u opuestas. Cápsula 10culicida.
No deja de ser curioso el contraste existente entre el gen. Oa...lluna, monoespecífico (C. vulgaris Salisb.), con enorme difusióngeográfica, y EriorD, con más de 500 especies, muy pocas de áreaextensa; más de 450 son endemismos con localización bastanterestrigida en la región sudafricana del Cabo.
Fijándonos en los datos fitogeográficos consignados en el cuadro-índice de las Ericáceas, observamos que las tres primeras subfamilias tienen dispersión universal, mientras que las Ericouieoscasi pueden considerarse limitadas a Europa y Africa, puesto quela presencia de Oallwna en América del Norte es muy escasa yprobablemente debida ya a la acción del hombre.
Aunque en España se aplique el nombre de brezo (como enel resto de Europa los de HeiiJJ6, heain, bruyere, brughiera, urze,etcétera) únicamente a los géneros Oalluna y Erica, las analogíasecológicas y de conformación que con ellos tienen todos los demás géneros de Bricouieas, justificarían se ampliasen a éstos y asus formaciones los conceptos de brezo y brezal.
Como complemento gráfico de los datos que se han dado sobre la repartición geográfica de las Briooideas, incluímos un croquis, en el que se han señalado con números las situaciones correspondi-entes a los principales tipos de brezal, que brevementehemos de analizar en las páginas que siguen.
Apreciamos, desde luego, en este croquis que el área de losbrezos está esencialmente formada por dos grandes manchones,uno boreal y el otro austral: el primero, de gran amplitud, seextiende desde las regiones nórdicas europeas hasta el Norte daAfrica y Archipiélago Canario, con marcada tendencia a no des-
AREA DE LAS ER/CACEAS
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ER/COIDEAS.
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30
60
Distribución del tipo brezal
ft nórdico
íl! Europeo de lransicrán
~ mediterráneo
4J. Islas allanhcas
~ Afrtca tropical
~ región del C~~'l
12 N. DE BENITO CEBRIÁN
viarse de las influencias atlánticas; como apéndice occidental delmismo, llega a tocar las costas de América del Norte, precisamente para dejar incluidas las localidades de Calluna vulgaris aque antes hicimos alusión. Lógicamente, dentro de la enorme extensión abarcada por esta mancha, las diferencias de situación,especialmente las originadas por la latitud, deben dar lugar a ladistinción de los tipos de brezal que hemos designado con los nombres de nórdico, europeo de transición, mediterráneo y de las islas atlánticas.
De bastante menor extensión es el otro manchón, localizadoen Africa, en cuyo extremo Sur, región del Cabo, se concentranla mayoría de las especies. Aunque le hemos calificado de austral,no lo es completamente, ya que por encima del ecuador se encuentran algunas de las estaciones del brezal de mayor interés eimportancia, como son las correspondientes a las altas montañasde Abisinia y a parte de las del Africa tropical.
En el área sur de los brezales deben quedar incluidas las montañas de Madagascar y de las demás islas africanas del océanoIndico, quedando como islotes sueltos las manchas correspondientes al matorral de Ericoideas existente en las regiones de Angolay Golfo de Guinea.
Según la autorizada opinión de Chevalíer y de otros ñtogeógrafos de prestigio, los brezales localizados en las grandes alturas del Africa tropical, representan los relictos de la verdaderapatria de las Ericoideas, del foco original, desde donde se realizóla dispersión de todos los brezos.
Antes del Cuaternario, el clima existente en la región central de Africa, que hoyes tropical, era muy apropiado a la floraxerotérmica, dentro de la cual el tipo brezal tuvo adecuada localización en las mesetas rocosas y turberas temporales situadas alpie de las montañas, de clima más lluvioso. Las modificacionesque en el transcurso del tiempo ocurrieron en el clima provocaronen la vegetación los cambios consiguientes, y el brezal hubo dedispersarse: las especies que permanecieron en la región tuvieronque encaramarse hasta las alturas de 2.000 a 4.000 m. en que hoyse encuentran; la mayoría de los brezos se desplazaron hacia elSur, pero faltando ya el contacto con tierras de la Antártida, laemigración se detuvo en la región del Cabo, donde algunas especies se extinguieron y las demás quedaron como embotelladas, sí-
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guíendo un proceso de extinción más lenta, que actualmente continúa; las Ericoideas del Cabo no son, pues, neoendemísmos, sinoreliquias del brezal antiguo. Algunas especies que se desplazaronen sentido oriental u occidental dieron lugar a las manifestaciones que hoy tienen las Ericoideas en Madagascar, Mascarenas,Guinea, Camerún, etc. Otros brezos, los menos, huyeron hacia elNorte, y salvando la depresión mediterránea, invadieron Europa.Los cambios de clima que determinaron después la existencia delos grandes desiertos africanos, dejaron a estos brezos separadospara siempre del país de procedencia. Los trastornos y hundímientos ocurridos en aquellas épocas dieron lugar al aislamientode los manchones de las islas atlánticas y a la separación en dosbandas del grupo homogéneo de los brezales mediterráneos.
Estas especies que emigraron hacia Europa encontraron en ellaun medio tan apropiado para su difusión y tanto espacio parasus migraciones, que no tardaron en conquistar las regiones másseptentrionales, continuando después la evolución progresiva de suárea y la diversificación de sus formas, como lo prueban las variaciones habidas en algunas Erica, y, sobre todo, el polimorfismo de laCalluna vulgaris y sus conquistas relativamente recientes en elContinente americano.
• • •
Por dispares que, geográfica y ecológicamente, nos parezcanlas regiones comprendidas en el área de los brezales que acabamos de diseñar, no cabe duda que en todas ellas han de ofrecerselas semejanzas ecológicas que determinan y consienten la instalación y dominio de esta forma de vegetación. Procede, pues, queanalicemos brevemente el temperamento de los brezos y las condiciones de medio requeridas para el desarrollo del brezal.
De un modo general, los brezos son especies muy frugales, silicícolas y acidófilas, fácilmente ada ptables a los suelos pobresy sueltos, de climas no excesivamente castigados por la sequíani por las extremas temperaturas.
A pesar de su estructura xeromórfica, que les permite soportar períodos de acusada sequía, los brezos requieren en sus estaciones un cierto grado de humedad, que si no es proporcionadopor las precipitaciones, suele compensarse por la abundancia de
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brumas; confirmación de este hecho es la localización preferentedel brezo en comarcas no alejadas de las influencias oceánicas.
La adaptación de los brezos a los suelos de extremada pobreza en sustancias nutritivas y su transigencia con la acidez, a veces elevada, que a los mismos proporciona el humus crudo acumulado, son las características más notables de estas plantas,merced a las cuales, se adueñan y colonizan los terrenos de talcondición, sin tener que vencer la competencia de las demás especies, en general, no preparadas para el caso.
Se ha tratado de explicar dicha adaptación por la compensación que a la escasez de alimentos en el suelo supone en estasplantas la abundancia y persistencia de su follaje, de especialestructura, lo que unido a la benignidad del clima, con humedadno escasa, les permite prolongar grandemente el período vegetativo y aprovechar hasta el límite esas pocas sustancias nutritivasque el suelo contiene; pero al mismo tiempo, esa misma escasezde alimentos impide la presencia de las bacterias encargadas dela descomposición de la materia orgánica, que abundantementeproporciona el propio brezal, la cual se acumula y origina la acidezdel suelo, sobre todo cuando se trata de suelos con exceso de humedad y mala ventilación, frecuentes en la parte septentrionaldel área de los brezales, de clima más frío que en el resto. Sinembargo, ni la acidez, ni la escasez de sales disueltas son obstáculopara la existencia de las míeorrízas, constantes en los brezos, cuyafácil subsistencia en tales medios se atribuye en gran parte a losefectos de esa simbiosis.
En medios de la mala condición citada puede constituir el brezal la forma climax de vegetación; pero con mucha más frecuencia, las formaciones de brezos son derivaciones regresivas delbosque, en cuyo suelo empobrecido por la desaparición de la cubierta arbórea encontraron habitación adecuada a su frugalidady acceso facilitado por su abundante diseminación; en suelos silíceos y en clima apropiado, como el ofrecido por el occidenteeuropeo, es muy frecuente y característica la invasión rápida ycompleta del brezal después de la destrucción del bosque. Estemismo es, en general, el origen de los brezales mediterráneos.
Sea cualquiera su significación y origen, la uniformidad y monotonía suelen caracterizar la fisonomía de los verdaderos brezales, en los que se llega, a veces, a la total exclusión de otras es-
lIR.EZALEB y BRf:ZU'; lS
pecies; la densidad de la formación y la oscura tonalidad verdosa,o pardo verdosa en invierno, son también rasgos constantes de' lamisma, mientras que la talla resulta variable, según las condiciones de la localidad y las especies que integren el brezal.
Aunque en su conjunto respondan los brezos a esas características ecológicas que hemos esbozado, existen, entre las numerosísímas especies del gen. Erica, algunas de temperamento tandistinto, que aun siendo sitemática y morfológicamente tan bre208 como las otras, no pueden, en sentido ecológico, ser consideradas como tales, como no encajan en el concepto brezales, losmatorrales en que intervienen; tal es el caso de nuestra E. multi/ZOTa, especie típica mediterránea, calcóñla y xeróñla, de marcadafidelidad con el bosque esclerófilo (Quercus ilex, Pinus 1uiLepenBÍ8, etc.) , que matiza con frecuencia los matorrales definidos porLabiadas o Cistáceas, completamente ajenos al verdadero brezal.
Del mismo modo que apuntamos la existencia de especies deEric<J extrañas al brezal, debemos anotar la frecuente intervención en los brezales típicos de especies de otros géneros, Vacci·nium, Daooecia, e incluso de otras familias, como Empetrum nigrum, Myrica gale, perfectamente adaptadas a las situaciones enque aquella formación se instala.
Una vez acusados los rasgos que caracterizan al conjunto delos brezales, vamos a dar una breve referencia sobre cada unode los tipos que, por razones geográficas, hemos distinguido ennuestro croquis.
BREZALES NÓRDICOS.
Callwna '/JUZgaría y Brica tetraii» son las especies fundamentales de este tipo de brezal, que podemos suponer plenamente caracterizado por la primera, e incidentalmente por la segunda, lacual llega en ocasiones a adquirir predominio. La intervención deotras especies de Brica suele indicarnos el tránsito hacia otrostipos de brezal, dando lugar a facies especiales, propias del límitemeridional de éste que nos ocupa.
Se extiende esta formación por Islandia, Península Escandinava, Dinamarca, Estonia, N. de Alemania, Escocia y algo de losPaíses Bajos y NW. de Francia, con manifestaciones aisladas en
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las partes altas de algunas montañas del centro y sur de Europa.La presencia de Calluna 'lJIilgaris en Norteamérica (Ma.ssachu
setts y Terranova) no implica la exísteneía allí del brezal nordieo; se trata de un hecho cierto y de interés geográfico; pero.existen fundamentadas dudas de que la especie sea autóctona enel Nuevo Continente. Por otra parte, la Callwna, además de serespecie fundamental del brezal nórdico, puede intervenir como elemento accesorio o principal en otros tipos de brezales.
Los brezales de este tipo son, en general, de talla mezquina(10 a 30 cm.) y suelen presentarse en formación densa, a vecestanto, que el suelo queda invisible por completo; no obstante, hayocasiones en que este matorral se muestra francamente abierto,en cúmulos irregularmente repartidos sobre un suelo desnudo enlo demás.
Guardan los brezales nórdicos estrecha relación con los suelosácidos del tipo turbera, siendo frecuente que el matorral de Calluna colonice las turberas desecadas por los drenajes y que se instale en los cerros, lomas u otras elevaciones que destaquen sobre .el trampal de la turbera. Del brezal a la turbera, o viceversa, puede pasarse sin bruscas transícíones.
La vegetación arbórea rara vez es compatible con los suelosácidos y pobres ocupados por tales brezales; pero además es frecuente que la mala condición de estos terrenos permeables, lavados y exentos de cal, se agrave por la presencia de capas endurecidas de alíes, en niveles relativamente superficiales, constítuyendo un obstáculo insuperable para la penetración de las raícesde los árboles. En estos casos en que la instalación del bosqueno es factible, el brezal constituye, sin competencia, la forma elrimax de vegetación.
La especial ecología diel brezal le consiente además rebasaren montaña los limites altitudínales del bosque, al igual que enllanura rebasa los impuestos por la latitud, siempre en relacióncon la vegetación de tipo turbera (líquenes, musgos, BetUla nana}etcétera).
Al llegar a los límites de su difusión, en sentido ártico o alpino, el brezal pierde su peculiar aspecto; Callwna y Erica vancediendo su puesto a otras Ericáceas, Q a especies de otras familias, mejor adaptadas para resistir la intensidad y persistenciade los fríos, acabando por ausentarse del todo, encontrándonos
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con un tipo de vegetación que pudiéramos llamar breeü sin bre208, el cual se sale ya del concepto a que se refiere este trabajo.De aceptar la denominación brezal COn ese criterio amplio, fijándonos exclusivamente en las condiciones del medio, con abstracci6n de la composición floristica, tendríamos que hablar de losbrezales de Groenlandia, del NE. de Asia, del Canadá e inclusodel brezal antártico de las islas Falklind, Kerguelen y Georgiadel Sur, caracterizado por Acaena, Bmpetrum, Pernettua, etc.
En las manifestaciones más septentrionales de estos brezalesdel norte: de Europa, Calluna y E. tetrolix, además de ser los únicos verdaderos brezos, constituyen la principal representación delas especies oceánicas, pues en el conjunto es completo el predominio de los elementos boreales, Empetrum niqrum, Vacciniummyrtillus, V. uliginosum, V. oitis-uiae, Dryas octopetala, Oarex rígida, etc., que acaban por caracterizar plenamente esas facies queya hemos designado como brezal sin brezos. En general se instalan estas formas de vegetación en modestas altitudes, casi siempreen concomitancia con asociaciones higrófiIas de musgos, líquenes,Cíperáceas (Er'iophorum, Sphagnum, etc.).
Al separarnos de los límites nórdicos de la formación, la proporción de especies oceánicas aumenta, los musgos disminuyen;son frecuentes las interferencias del brezal con los herbazales deGramíneas (Nardus, Agrostis) , no tardando en aparecer, en lasorientaciones de solana, laderas más cálidas y secas, la Erica citlicrea, iniciándose el cambio hacia los tipos que hemos llamadoeuropeos de transición.
BREZALES EUROPEOS DE TRANSICIÓN.
La Erica cinerea, supeditada a la Callutna o con manifiesto predominio en el brezal, se hace ya presente en las latitudes del suroeste de Noruega; tiene algunas manifestaciones en el sur de Suecia y en Dinamarca, extendiéndose por las Islas Británicas, Francia occidental y región noroeste de la Península Ibérica.
Desde los brezales nórdicos del tipo Oallurna-Empe:trum-Vacciniu.m o del más húmedo, Callu'YILJ" E. tfltralix, Myrica gale se pasapor algunas facies intermedias al tipo de tendencia xerotérmica
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caracterizado por la Brica cíneroo, de presencia casi constante enlos brezales europeos de transición hacia los mediterráneos.
El límite septentrional de los brezales con E. citW'rea vienedeterminado por la isoterma 2" en enero, que fija el paso al nórdico del tipo Empetrum; el limite meridional, lo fijan las temperaturas estivales, isoterma de 22" en julio, señalando el paso albrezal netamente mediterráneo. No suele llegar la citada especiea la costa mediterránea, pero es muy frecuente que intervenga enmatorrales o formaciones caracteristicas de la parte occidentalde esa región.
La disminución de los musgos, o su desaparición completa, suele ser simultánea con la aparición de la E. cinereo: Aún puedenestos brezales representar la climax de la vegetación natural; perosalvo casos de excepción son derivaciones del bosque: bien del defrondosas (abedules, fresnos, olmos, avellanos), caso frecuente enDinamarca y otros puntos del norte de su área, o del bosque deresinosas (principalmente del Pinus silOO8tris), cual ocurre en Escocia.
La facies de brezal con enebro, JuntiJperus communis, frecuente en los montes europeos, suele referirse casi siempre a estasderivaciones del pinar (P. 8'Üve8tris).
En Inglaterra, donde E. cineq-ea está difundida por todo el territorio, el brezal es generalmente sucedáneo del Quercetum roburis, y su aspecto nos ofrece ya, como nota marcadamente atlántica, la intervención de los tlojos o aulaqa« tUle» galli, U. nanus); junto a ellos suelen intervenir Erica ciliaris y E. tetrralix.
Este tipo de brezal con U1Jex es frecuentísimo en Francia, eincluso llega a tener manifestaciones importantes en el noroesteibérico: Ule» europeou«, GetnistelZa tridentata, Doooeeia polijoliJa,Halimium occidJmtale, son especies características de nuestros brezales gallegos, en los que intervienen con la Erica cinerea las E. arborea, E. cil~aris, E. umbellaVa y Calluna vuJ,garis, representandocasi siempre derivaciones regresivas del robledal (Q. pedunculata),
La transición hacia los brezales mediterráneos, apreciable yaEn el noroeste ibérico, queda plenamente de manifiesto en el surde Francia, donde junto con la E. arborea hace su aparición laE. sooporia, y el brezal se interfiere con el típico maquis, en elque intervienen Arbutus, Oieiu», Genista, Buaus, Viburnum, etc.,
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elementos del Qw::rcetum sessiliflloraeJ tozas, e incluso en algunoscasos del ilici8.
Si al desplazarnos desde los brezales nórdicos hacia el sur, lohacemos separándonos de las influencias atlánticas, e internándonos en la Europa Central, bien pronto desaparece el ambientepropio del brezal, que, como tal tipo de vegetación, sólo se conserva en determinadas situaciones de montaña: brezales del tiponórdico encontramos en algunas localidades de las cadenas exteriores de los Alpes sobre alturas donde las precipitaciones sonabundantes, estando relacionados, como aquéllos, con las formaciones de turbera, correspondientes a suelos ácidos y húmedos enexceso; también la Calluna vulgaris figura como característicaprincipal de la vegetación leñosa en la zona de nieblas y parteinferior del piso subalpino, en diversos puntos del interior de laCordillera, quedando relegada a un papel subordinado en los valles de los Alpes centrales, de clima subcontinental, donde el matorral con Calluna no rebasa los límites del bosque de coníferas.
Sin constituir verdadero brezal, tiene el gen. Brica curiosa yabundante manifestación en las cordilleras de la Europa Central,por medio de la E. carnea) especie que, sin rehusar los suelos degranito y gneis, tiene marcada tendencia calcófila, representandoimportante papel en los Alpes calizos y dolomíticos, dentro de loslímites climáticos del Pinus montana) interviniendo también enlas facies degradadas de otros bosques de coníferas de montaña,en laderas soleadas, de suelo rocoso; por excepción aparece enaislados ejemplares sobrepasando los limites del bosque o en lasregiones inferiores, como en Toscana y Valencia, donde se aproxíma al mar.
Este pseudo-brezal, en E'l que interviene la Erica carnea conArct08taphykJ.s uva-ursi) Polygl1la ckamaebuxus) Daphne stricta,Heliatnthemum alpestre, etc., constituye tapiz rastrero, con predominio completo de las especies leñosas, muchas de ellas perennífolias, lo que no es frecuente en las asociaciones alpinas.
Por su situación sistemática, en la Sec. Ectasis del gen. Erica,se aparta la E. earnJ/'la de las demás especies europeas, pertenecientes a la Seco Euerioa; sin embargo, parece indudable su parentesco con la E. mooiterranoo) guardando ambas sus mayores afinidades con algunos brezos endémicos de la región del Cabo. SegúnBraun Blanquet, la asociación E. carnea con Polygaltx, ohamoeou;
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:m8 puede servir como ejemplo de la existencia de un tronco florístico africano primitivo en los Alpes.
Otro brezo del sur de Europa y región mediterránea, que manifiesta también ciertas tendencias calcóñlas, es la E. vagan s, lacual interviene con frecuencia en el brezal típico de CaUuna y E.cineroo, sin que pueda consíderársela característica del mismo; teniendo, en cambio, acusada significación, junto con Genista hispanica e Ile» aquifolium en algunas etapas regresivas de hayedos yrobledales, a veces coincidentes con la colonización por el Pinu»siloestru; Aunque los brezales con E. vagan.s tengan su principaldifusión en zonas de Francia y España influenciadas por el Atlántico, la variedad oertioillato: de la especie, de temperamento calcófilo, da lugar a esporádicas manifestaciones de pseudo-brezalen Dalmacia y en Turquía; probablemente coincidentes estas últimas con los matorrales caracterizados por la Bruckenthalia spiculifolia, género monotipo de las Ericáceas que representa en elsureste de Europa y Asia Menor un papel análogo al de la Call~tfItJ
en el Occidente.
BREZAL MEDITERRÁNEO.
Contrastando con la uniformidad y monotonía de los brezalesnórdicos y europeos, una relativa riqueza. florístíca y cierto polimorfismo en sus aspectos, resultan peculiares de este tipo, másmeridional, a que ahora nos referimos.
Además de las especies Calluna 'VU1garis, Erica erboreo, E. seoparia, E. australis y E. umbellat(J¡, que fundamentalmente intervienen en los brezales mediterráneos, accidentalmente o en planaccesorio, otros muchos brezos y brecinas contribuyen a la representación espléndida que el gen. EITWa alcanza en estos territorios(E. lusitanm, E. cinerea, E. tcrm:imJa:Zis, E. rrvediterramea, E. carnea,E. ciliam) E. tetralix, E.1J,agans y E. multiflora) ; madroños (Arbutus) y gayuba'8 (Arotostaphylos) ,no suelen ser extraños al brezal, yjunto a las Ericáceas, es frecuente que otros muchos géneros, dediversas familias, intervengan en los matorrales que los brezoscaracterizan y dan nombre (Cytisu.s, Ulex,' Myrt'u8, Cistus, Thymus, La.vamduJa, etc.) , Las interferencias del brezal con las for-
BREZALES Y BREZOS 21
macíones frutescentes del tipo llamado maquis, son caso corrienteen los suelos silíceos del país mediterráneo.,
Se inician los brezales de este tipo con las formas de transición, ya aludidas, de la región Cantábrica española y de la Gironde francesa, difundiéndose después por la mitad occidental dela cuenca mediterránea, demostrando claramente su fidelidad a lasinfluencias atlánticas, al tener sus principales y más extensas manifestaciones en el oeste ibérico y noroeste de Africa, mientrasque van siendo menos frecuentes y menos típicos, cuanto máshacia Oriente se hallan situados; es decir, cuanto más típicamentemediterráneo sea el conjunto de la flora: sur de Francia, Cataluña, Valencia, Baleares, Córcega, Cerdeña, Italia, Argelia, Túnez.Aunque los brezos tengan en el Asia Menor la representación queya hemos señalado (E. oerticillatc, E. orborea, Bruckenthalia spiculifolia), no existen brezales en el oriente mediterráneo, ni aunen la parte central de la región merecen el nombre de tales lasformaciones de matorral con intervención del brezo, generalmenteOoüuna, E. arborea, E. scoparia, o especies más típicas mediterráneas, como E. multifloraJ que llega a Dalmacia y Grecia, y E.sicula tPentopera sicula) de Sicilia, Chipre y Cirenaica.
De un modo general, el brezal mediterráneo debe ser considerado como derivación regresiva del Quercetum~ siendo quizá susmas genuinas representaciones las procedentes del alcornocal. Losbrezos colonizan los claros abiertos por el hacha en el bosque deQuercus sruberJ en análoga forma que los jarales se adueñan delos rasos en él producidos por el fuego: tanto en Portugal comoen las provincias andaluzas del suroeste yen el norte de Marruecos, corresponden al alcornocal amplios dominios sobre los suelossilíceos, principalmente de areniscas terciarias, y es precisamentedentro de esos dominios y como regresión del bosque como aparecen los brezales de OallunaJ E. orborea, E. australisJ E. scoparia y E. umbellata. Muchas veces parecen estos brezales supeditados al pinar (P. pimaeter), pero hay que tener en cuenta que talés pinares representan a su vez etapas o fases en la evoluciónregresiva del Quercelum.
Quizá la E. scoparia, de xerofilia bastante acusada, sea de loabrezos más fieles al pinar de P. pinaeter, oriundo de los eñcínaressobre sílice, tanto como del alcornocal. Las E. arborea y E. lusitcm.ica suelen acusar más claramente sus exigencias en humedad,
22 N. DE BE:-JI'I'O CEBRIÁN
localizándose en umbrías y barrancos, formando bosquetes densos,mientras que sólo aparecen salpicadas en el brezal con otras situaciones. La E. australis suele ser la especie fundamental de losbrezales representativos de la degradación del alcornocal en suslímites altítudinales: en las modestas cotas, rara vez superanlos 1.000 metros, de la zona de cumbres de los dominios del alcornoque en el suroeste ibérico, el brezal de E. australis, en formación densa y en frecuente interferencia con el matorral de Quercus humilis, es sumamente típico.
No obstante la significación regresiva que corresponde a estasformaciones, tanto los brezales de E. arborea y E. lusitamica, comolos de E. australis, no representan aún etapas avanzadas de la degradación, no debiendo olvidar la misión beneficiosa que les incumbe, de preparar en los suelos silíceos la evolución progresiva quepermita la reinstalación del estrato arbóreo.
Fuera de los dominios del Q. suber, la E. ausiralie, representada generalmente por su val'. araqonensis, suele funcionar comoespecie netamente de montaña, caracterizando en grandes extensiones el matorral que cubre las laderas de los montes cantábricosy de las sierras ibéricas.
Los brezales mediterráneos de significación más regresiva sonlos caracterizados por E. umbollata y Calluna oolgaris,. la primera, que rara vez deja de estar acompañada por la otra, se hallaextendida únicamente por la mitad occidental de la Península Ibérica y noroeste de Marruecos, mostrando ya alguna transigenciacon la cal, aunque su abundancia corresponda siempre a los suelossilíceos y bastante averiados, siendo frecuente que la asociaciónde estos brezos sea sucedánea de las otras formas mejores de brezal. No es raro que en el brezal de E. umbellata intervengan pequeñas matillas de Labiadas y Cistáceas, que, junto con algunasGramíneas xerófilas, suelen constituir la vegi.tación típica y miserable de los suelos agotados.
La Calluna 'IJ'Il1garis., además de intervenir en las degradacíones avanzadas del alcornocal, no suele hallarse ausente de ningúnbrezal mediterráneo, figurando como Especie principal en muchosde ellos; la plasticidad de temperamento de esta especie le consiente llegar hasta los arenales del litoral en Africa y en Andalucía, para tomar parte en el matorral psammófilo de HalimiJumhalimi.fdliunn, mientras que, por otra parte, funciona como ele-
BREZAI.ES y BREZOS 23
mento fundamental del matorral de alta montaña de las sierrasdel interior, representando degradaciones altitudinales del pinarde P. silvestris, asociándose con el enebro rastrero, en facies análogas a las que ya citamos de los brezales europeos.
Los brezos de hojas pestañosas, E. cili4?"Í8 Y E. tetrali», presentes ambos en la región mediterránea, mantienen constantemente la condición higrófila que dentro del género les corresponde;más meridional el primero, llega hasta los alcornocales africanos,apareciendo en pequeños grupos o en ejemplares sueltos, que señalan, con la nota de color de sus vístosas inflorescencias, la situación de manantiales, fuentes y regatíllos. La E. tetralix no llegaa Sierra Morena y se mantiene en ambientes más propios delmonte europeo, guardando cierta fidelidad a la E. cmerea, ocupando trampales y zonas húmedas, en dominios de pinares y robledales. Tanto estas Brioa como la E. cmere« y la E. oaqan», desentonan del típico ambiente mediterráneo, y estas incursionesmeridionales nos parecen como un intento de prolongar hacia elsur las facies del brezal del occidente europeo.
A pesar de su nombre, la E. mediterraweJa no puede en modoalguno considerarse como especie típica de la región; su papel,siempre accesorio, se limita a matizar, con ejemplares sueltos, brezales de condición netamente atlántica, como puede apreciarse enel croquis de distribución, por la situación completamente occidental de su área.
De modo análogo, tampoco puede considerarse típica la esporádica aparición, en Toscana y en nuestra región valenciana, dela E. carnea, característica de las montañas de Europa Central.
Tenemos, por último, dos especies de neto carácter mediterráneo: E. t'terminalis y E. multiflora; pero ninguna de las dos constituye verdaderos brezales: la primera, localizada de preferenciaen arroyos y barrancos, tiene esporádicas representaciones entrematorrales de condición diversa; de la segunda, ya hemos señalado su condición calcófila y xerófila, completamente extraña altemperamento clásico del brezal, por lo que debemos considerarlacomo representante de los brezos en las manifestaciones más típicas de la región mediterránea, como son las garrígasJ derivadasde los bosques de Qwerrcus ÜBa: y PVnus haJ;epe'11.sis.
24 N. DE BENITO CEBRIÁN
BREZAL DE LAS ISLAS ATLÁNTICAS.
Un nuevo aspecto del brezal encontramos en las islas atlánticas que componen la región floral llamada Macaronesia. CallunavuZgaris y ErUJa a.zorka (variedad de la E. scoparia,) son los componentes del brezal en las Azores. En las restantes islas, E. arboroo es la especie fundamental de la formación, ofreciendo, muylocalizadas, algunas variaciones, por la intervención de la E. seoparia varo pwtycodon/ en Madera, hay que anotar también la presencia de una curiosa forma de la E. cinerea, varo maderensis, quetrae a estas latitudes algo del carácter propio de la flora atlánticaeuropea.
Esas tendencias oceánicas, o atracción por las influencias atlánticas, que hemos señalado en los brezales hasta ahora considerados, deben tener, lógicamente, amplia y total satisfacción eneste dominio de las islas, y, efectivamente, encontramos en ellasalgunos aspectos de la formación de brezo de tal esplendidez encuanto a su densidad, talla y desarrollo, que nos hacen pensaren una vegetación primitiva, climax del brezal arbóreo, tal vezsemejante a la que presentaron las formas ancestrales de la asociación en las montañas del Africa tropical, que hoy se suponenfoco original de su difusión.
La general localización de estos brezales es en montaña, sobre suelos silíceos, escasamente regados por las lluvias, pero ampliamente bañados por las brumas, ya que se sitúan precisamenteen las orientaciones y niveles afectados por la acción beneficiosade los vientos alisios del nordeste, cargados de humedad.
La constante presencia de la Myrica "aya en el típico brezalmacaronésíco, de talla arbórea o arbustiva, permite establecer cierto paralelismo con las facies, de talla más humilde, que E. cinereay E. tetraZix, acompañadas de la Myrioa gale, caracterizan en losdominios del brezal oceánico europeo.
Corresponde a estos brezales matizados por la M. faya representar el óptimo natural de la vegetación, en las exposicionesmencionadas, a partir de las altitudes en que, por razones térmicas, tiene limitada su expansión ascendente el bosque de Lauráceas, lo que suele ocurrir hacia los 800 ó 1.000 metros, pudiendoextenderse los brezales hasta unos 1.800 metros. Sin embargo. es
BREZALES Y BREZOS 2S
frecuente que los brezos, con significación regresiva, derivada dela Laurisiloo, se hallen presentes desde niveles ínferícres, y que,en cambio, encuentren impedida su difusión en altura por otrasformaciones más xeróñlas, anejor adaptadas, por tanto, al cambiode ambiente que sucede al rebasar el borde superior de la fajade brumas traídas por el alisio.
En las Azores, por su situación más septentrional, no lleganlos brezales, ni por su composición ni por su talla, a ofrecernoslas facies, típicas y espléndidas, que se encuentran en Madera yen Canarias, debiendo considerarse como aspectos de transiciónentre el brezal del occidente ibérico y el macaronésíco. Por encima de los dominios del Lausus canariensis, la Erica scoporia v,ooorio,a forma denso matorral, en el que intervienen Vaccinium,Daboecia, Dophne, Ilex y Juniperus; pero a partir de unos 1.800metros queda la Oallwna vulgMis dueña y señora del terreno;esta facies de brezal de cumbre, no representada en las otras islas, tiene un marcado parentesco con el matorral de algunas montañas del suroeste europeo, y viene, a confirmar el indicado carácter intermedio, que por su vegetación como por su situación geográfica, corresponde a las Azores.
Aparte de la presencia, ya apuntada, de la E. cineroo v. maderensie, los brezales de Madera son perfectamente comparables alos de Canarias. La E. arborea, como dominante, constituye formación densa, con talla arbustiva, que frecuentemente pasa a arbórea (10 a 15 metros de altura y 50 centímetros o más de diámetro); no falta la Myrica laya, sobre todo en los niveles inferiores del brezal, en los que también intervienen a menudo LouruscanarietnSis, Ile» ocnariensi«, Prunue lu.sitanica, Persea indica, etcétera, clásicos elementos del Lauretum que se mantienen presentes en sus degradados dominios después de la conquista porla formación de brezo y faya. La ausencia de sotobosque y detapiz herbáceo, dada la espesura del estrato superior, es una delas características del óptimo del brezal.
En el archipiélago de Madera, por sus cotas menos elevadas,llega el brezal hasta las cumbres, mientras que en Canarias suelequedar limitado superiormente por el pinar (P. canariensis), conel que no sólo llega al contacto, sino a la mezcla, caracterizandoel brezo algunas de sus facies menos xerófílas, En las mesetas ycumbres bajas, cuyas cotas no rebasan la de la acción de las bru-
26 N. DE BENITO CEBRIÁN
mas, es donde encontramos las mejores manifestaciones del brezalcanario (zona alta de Gomera y Península de Anaga, en Tenerife).
En las orientaciones de solana no existe verdadero brezal, salvo ligeras manchas, supeditadas a la existencia de humedad, porsu especial localización en barrancos, proximidad de manantialeso zona de cumbres con altura apropiada para que rebosen porellas las nieblas procedentes de las laderas de umbría.
Aunque todavía existan abundantes muestras de estos magníficos brezales, corrientemente la intervención del hombre ha dadolugar a la transformación del brezal arbóreo en matorral de brezo, que no suele pasar de los 2 ó 3 metros de talla, a causa de losaprovechamientos de que, por periódicas rozas, son objeto.
BREZALES DE ALTA MONTAÑA EN EL AFRICA TROPICAL.
En las altas montañas del Africa tropical, cordilleras de Abisinía, Kenia, Ruwenzori, Kilimandjaro, etc., aparecen formacionesde Ericoideas en las que se reconocen todos los caracteres delbrezal, aunque con facies y composición especifica muy peculiar,a las que se supone corresponde la importante significación. yaaludida, de reliquias o vestigios del foco original de la dispersiónde los brezos.
Bastante elocuente para el caso resulta la discontinuidad delárea de estos brezales: manchones dispersos, a veces separadospor millares de kilómetros, localizados en grandes alturas, generalmente superiores a 2;000 metros, rebasando en ocasiones los4.000 metros y nunca por debajo de 1.200 metros, lo que corrobora tratarse de un tipo de vegetación formado por especies refugiadas hoy en esas altitudes, que un día tuvieron gran difusióny concreta significación del clima:c en extensas zonas del país. delas que más tarde fueron desalojadas y rechazadas hacia las alturas, donde hoy están arrinconadas por causa de las variaciones del clima, a las que se unió después la acción destructora delhombre.
Dada la posición central que todas estas manchas ocupan dentro del área general que actualmente ofrecen los brezales, no esde extrañar se relacionen aquí los brezos de ambos hemisferios,apareciendo la europea E. arborea, en mezcla con especies típicas
BREZALES Y BREZOS--------------------
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del Cabo, junto a otras Ericoideas exclusivas de la propia regióntropical de Africa.
También aquí la E. arborea hace honor a su nombre específico, constituyendo, en sus facies de óptimo, verdaderos bosques;con tallas hasta de 30 metros en algunas localidades de Abisinia,donde se mezcla con Jun.iperus procera y con otros árboles o arbustos de hoja persistente, que dan al conjunto cierto aspecto devegetación mediterránea. Otras diez especies de Erica están representadas en el Africa tropical; algunas muy afines a los brezos europeos, especialmente a la citada E. arborea; las demás, relacionadas con diversas especies del Cabo; apareciendo todas,formando manchones, en alta montaña, principalmente en Nyasaland, Gazaland y Ruwenzori, como eslabones sueltos de una cadena que relacionase el brezal mediterráneo con el paraíso de losbrezos, en el Cabo.
Además del gen. Erica, y con mayor profusión, intervienen enlos brezales de que tratamos los gens. Philippia, Ericinella y BloIJría, más afines a Brica que la Calluna} por lo que no debemos discutir su derecho a ser llamados brezos. Las formaciones caracterizadas por Philippia son las más extendidas e importantes: unasveinte especies de este género figuran en los matorrales de lasmontañas centro-africanas y de Madagascar, Santo Tomás, Mauricio y Reunión. Siguen en importancia los brezales de Bricuiella,género muy próximo al anterior, con muy pocas especies, aunquealguna, como la E. Mannii} de área sumamente extensa por todaslas montañas del Africa tropical, desde Abisinia al Camerun yFernando Póo. Al gen. Biaeria le corresponde un papel más secundario en el brezal, y, además, sus numerosas especies son casitodas endemismos locales; únicamente la B. spwarta tiene una difusión parecida a la E. Mannii.
En los más importantes macizos montañosos, Kilimandjaro yRuwenzori, representan estos brezales un tipo de transición entreel bosque espeso de la zona media de las -laderas (1.600-3.000 metros) y las praderas de la parte alta de la montaña, constituídaspor manchones de gramíneas xerófilas de gran talla (Eragrostis)Koeleria, AndropogO'n, etc.). Reína en el citado bosque un climahúmedo, precipitaciones abundantes (más de 2 metros anuales).cielo cubierto casi todo el año, temperaturas medias de 15° a 20° ynunca inferiores a 7°. En las praderas altas, sobre los 4.000 me-
28 N. DE BENITO CEBRIÁ1''¡--- --------_.------
tras, cielo despejado, aire muy seco, precipitaciones escasas enforma de nieve; temperaturas mínimas que pasan de _14°,
Entre esas dos zonas climatológicas se encaja la del brezal:las precipitaciones no llegan en general a 1.000 milímetros anuales; no hay nieblas persistentes, pero sí brumas viajeras, que interrumpen la normal sequía e insolación del ambiente del -brezal;las temperaturas varían de 00 a 20°.
En la parte inferior, limítrofe con el bosque, la Erica arboreallega a adquirir tallas de 15 a 20 metros, presentándose, a veces,recubierta por la Usnea barbeta; algo deben recordar a estas facies las formas óptimas del brezal en las islas atlánticas. Másarriba, hacia los 3.500 metros, la formación de brezo constituyeaún espléndidos bosquetes, de verdadera selva, en las hondonadasy gargantas que moldearon los glaciares; en lo demás, no suelepasar de la talla arbustiva, estableciéndose una transición paulatina desde el bosque a la pradera de las grandes alturas,
Elementos fundamentales de la formación en estas localidadesson Erica arborea y Ericinella Maqmii; con ellas suelen mezclarStl algunas compuestas de tipo ericoide (Stoebe kilimandsclumca,Euryops~) y matas de otros tipos, como Myl'icaJ Myrsine y HelychrisumJ género este último representado por numerosasy muy típicas especies.
Por encima de los 4.000 metros llega la Erica arborea, muyachaparrada, acompañada de Erioinella ManntiiJ Hypericum kiboense, Adenocarpu..s ManniiJ Artemisia afr«, etc. La Ericinellasube hasta El límite de la vegetación y acompaña a los célebresSenecio arborescentes en las alturas del Kilimandjaro.
BREZALES DEL CABO.
La representación del gen. ErúJuJ y de los brezos en general,llega a su máximo en esta región del suroeste africano: más desetecientas especies de Ericoideas, repartidas en veinte géneros,intervienen en los brezales, que con carácter de vegetación cuma»,ocupan las mesetas, gargantas y laderas del Tafelberg, y se extienden desde el río Olifant hasta la alineación montañosa deStadenberg, en una faja de unos 100 kilómetros de anchura. So-
BREZALES Y BRf...ZO¡; 29
lamente de Erica existen 469 brezos endémicos y cerca de uncentenar entre híbridos y especies mal conocidas.
Los matorrales definidos por estas plantas aparec-en Instaladosen suelos silíceos de pobre condición, graníticos o de arenisca, devariable profundidad y contenido de agua; en general, de reacciónácida; en la meseta (de unos 650 metros de cota), donde el brezaltiene gran difusión, abundan .las nieblas y los vientos violentos.
En su óptimo constituye el br~zal capense formación densa. deescasa talla (1 a 2 metros) y de composición muy compleja, puesintercalados en el matorral ericoide, aparecen diversos arbustosy subarbustos de hoja plana persistente, principalmente Rhus,Proiea, Leucadendron, formando un conjunto que, prescindiendode las diferencias florísticas, recuerda el aspecto de las formaciones frutescentes mediterráneas, con las que repetidas veces hasido comparado por los ñtogeógraf'os.
En las laderas abruptas y gargantas acantiladas, la formaciónse modifica con la aparición de ñsurícolas arbustivas y herbáceas,originándose tipos muy semejantes a los ofrecidos en los barrancos de algunas montañas de Canarias. Tanto en ese plan como enlas zonas arenosas, donde el brezal se empequeñece y aclara, surgen las plantas crasas o suculentas, típicas del Cabo (Messf:mbryanthemum, Orassula, Rochea, Aloe, etc.) , harto conocidas algunas de ellas, por ser objeto de cultivo en macetas, dentro delerróneo, pero vulgar y comercial, concepto de cactus.
Las formas de brezal clirnax son hoy poca frecuentes en elCabo; la formación ha sido, en el transcurso de los tiempos, profundamente afectada por los agentes destructores. El área de losbrazales, alterada por incendios y cultivos, se ofrece hoy comoun mosaíco de parcelas de variable desarrollo, composición y fisonomía, según la etapa que les corresponda en el proceso evolutivo. En general, las facies de mayor regresión se caracterizanpor la presencia de geofitas de típica conformación xérica: Restíonáeeas, Ciperáceas, Gramineas (Domthonia, Andropoqon.• Oyrtúdon), figurando con constancia en estas situaciones Elytropappusrhsnocerotie, compuesta frutescente, de escasa talla y verde mateazulado, que cubre, por sí sola, enormes extensiones de terreno.
Del aspecto citado se pasa, en plan progresivo, al matorral detipo ericoide, caracterizado por Bloeria ericoidee y por la compuesta Met1azasia muricata, en el que seguidamente empiezan a
30 N. DE BENITO CEBRlÁN-------------_._------------------ ----
aparecer y a tomar predominio los arbustos y subarbustos, notardando, si la progresión no se interrumpe, en quedar reconstruído el brezal, con sus Proteáceas, Leguminosas, Mirtáceas, etc., ycon el neto predominio de Brico, representada por numerosísimasespecies, la mayoría frutescentes, llegando a 1 6 2 metros de talla(E. ooccinea, E. physodes) E. lutoo) E. petiveri) etc.); algunas arbustivas, como E. mammostJ) y otras francamente arbóreas, comoE. Plukenetii y E. baoccn«:
En resumen, el brezal capense, mucho más complejo y polifacético que los anteriormente considerados, no afecta nunca la uniformidad del europeo, aunque sí la tenga, en su conjunto, la fisonomía del paisaje.
•
11
LOS BREZOS ESPAÑOLES
CLAVE PARA LA DETERMINACIÓN DE LAS ESPECIES.
~. Cáliz petaloideo, de longitud mucho mayorque la corola; cápsula septícída: hojasescamifcrmes, densamente empizarradas,opuestas decusadas .
A Cáliz normal, verde o escarioso, purpures-eente, de longitud mucho menor que lacorola; cápsula loculicida; hojas revueltaspor los bordes, generalmente estrechas,vertícíladas .,. . .
B I~ An teras inclusas en la corola . .
~·Anteras exertas (siempre sin apéndices) .
e I~ Hojas pestañosas .
~ Hojas no pestañosas .
~ Flores de color pprpúreo, en racimos terminales, con tendencia unilateral; "'corolatubulosa; anteras sin apéndices; hojas
D ovales, vertícíladas por 3-4 .
Flores rosadas, en umbelas terminales; corola ovoidea; anteras apendículadas ; ho-jas casi lineares, vertícíladas por 4 .
Gen. Calluna (1 sp.)c. vulga.ris L. 1
G€n. Erica113 sp. españolas) B
eJDE
E. cJI1a.ris L.
E. tetralix L.
E
~ Flores muy pequeñas y poco vistosas, de color verdoso, en racimos largos y estrechos, mezcladas con hojas; anteras sinapéndices .
Flores blancas, rosas o violadas; anterascon apéndices .
E. soopa.rta L.
F
4
32
F
N. DE BENITO CEBRIAN______________··o··_._·.
.. . Flores blancas; ramillas jóvenes blanqueci-nas o blanoo-tomentosas .
Flores rosas o violadas ..
G
H
G
- Pedúnculos más largos que la flor, con brácteas en la base; corola de 2-4 mm.; pelosde los ramillos jóvenes. ramificados .
Pedúnculos igualando apenas la flor, conbrácteas hacia su mitad; corola algo mayor; pelos de los ramillos jóvenes, simples.
E. arborea L. 5
E. lusitanlca Rud. 6
H
Hojas vertícíladas por 3, con fascículos dehojillas en sus axilas; flores de rosa intenso, que pasa a violeta; matillas de20-50 cm .
Hojas vertíciladas por 4, sin hacecillos dehojas axilares; flores rosadas o rojizas;matas de 0,50 a 1,50 m. .. ..
E. clnerea L. 7
J
. Flores poco numerosas, en umbelillas acabezueladas en el extremo de las ramillas;corola rosa pálido, aovado urceolada, conlos lóbulos revueltos; apéndices de lasanteras, alesnados, casi enteros. Mataerecta, follaje verde ceniciento .
Flores muy abundantes, en hacecillos terminales umbeliformes, formando en suconjunto panoja densa alargada; corolarosa intenso, poco o nada estrechada ensu boca; anteras que llegan al borde dela corola, con apéndices inciso-pinatífidos.Mata arbustiva, muy ramificada, follajeverde intenso .. .
- Anteras poco salientes, insertas por su basesobre el filamento; flores en racimos detendencia unilateral; pedúnculos más corotos que las flores .
Anteras francamente salientes, unidas porsu dorso al filamento; flores en racimoscompletos o en umbelas; pedúnculos máslargos que las flores ..
E. tennlnaUs 8allsb. 8
E. austraIis L. 9
K
L
WS BREZOS ESPA1IlOLES 33
11E. carnea L.
-- Corola tubulosa, de 5 a 7 mm. de longitud,rosada; estilo muy saliente; hojas de lamisma longitud que la corola. Mata de1 metro o más............... . E. medíterranea L. 10
Corola de 4 a 5 mm. de longitud, rosa; estilo poco saliente; hojas bastante máslargas que la corola. Matilla de 30 a 60centímetros .
K
1- Flores en umbelas; corola aovada; pedúncu.I los iguales o casi iguales que la flor; ha-I jas muy cortas, 2-4 mm., ternadas. E. umbellata L. 12
L Flores en racimos; corola acampanada; pe-dúnculos dos o tres veces más largos quelas flores; hojas de 7 a 10 mm. verticila-das por 4-6 M
iMI
Anteras con lóculos separados hasta subase; corola casi tan larga como ancha;flores en racimos, terminados por un pe-nacho de hojas . E. VaglUUI L. 13
Anteras con lóculos solamente separados ensu ápice; corolas más largas que anchas;racimos florales sin penacho de hojas ... E. multiflora L. 14
Damos a continuación los datos ñtográñcos y ecológicos correspondientes a todas estas especies; cada descripción va acompañada de undibujo original, en el que se reproducen:
a)b)e)
d)e)
f)g)
Ramo florido (tamaño natural).Conjunto de la flor. \Estambres. ,Pistilo. \ Aumento:Fruto. X 4
Semilla.Hoja.
Entre las descripciones se intercalan los croquis relativos a la distribución geográñca de las especies en cuestión.
3
of
1. (JaJIuna vulgaris Salisb. Trans. Soc. Lin., VI, pág. 317.
Sin.-Erica vulgaris L.-Calluna enea DC.-Calluna sagittaefolia Gray.
Wk. et Lge. Prodr., Il, pág. 348.-Laguna. Fl. forest., II, pág. 80
N. vulg.-BrezO-Brosa, Bruza, Xipell (Cataluña) .---Breeina, Breoinilla,
Quirola (Andalucía).-Brieeol, Biercol, Biercot merino (Aragón, Río
ja, Soria).-Arga,ña, Ganeo, Gorbeza (Asturias).-·Carpaza (Galicia}.
Mata muy ramosa, achaparrada o erecta, de 40 cm. a 1 m. o más de
altura; ramillas tetrágonas en apariencia, por las hojas que las cubren,
densamente empizarradas en cuatro filas; hojas opuestas, muy cortas,
LOS BREZOS ESPAÑOLES 35
sentadas, lanceolado-lineares, obtusas, lampiñas o con pestañitas cortas,
convexas por su dorso y un poco cóncavas por la cara interna, prolon
gadas por su base en dos apéndices aleznados. contiguos y a veces sol
dados. Flores sonrosadas, malváceas o blanquecinas, muy numerosas,
cabizbajas, sostenidas por cortos pedúnculos y dispuestas en racimo
unilateral, situado en la extremidad de las ramas. Cáliz petaloideo, con
cuatro sépalos, opuestos por pares, más largos que la corola, persistentes
y coloreados con la citada tonalidad; corola marcescente, carnpanulada,
cuadrifida (b.) oculta por el cáliz; estambres, ocho, libres, de filamentos
planos; anteras oblongas, apendículadas ; estilo filiforme, poco o nada sa
liente; estigma grueso; cápsula, globosa y velluda, de cuatro lóbulos y
valvas; dehiscencia seepticida. Florece casi todo el año.
TIene esta especie marcada preferencia por los suelos de reacción
ácida y una cierta exigencia de humedad, mostrando en lo demás una
gran amplitud ecológica, pues se encuentra tanto en las frias latitudes
del cabo del Norte como en las cálidas comarcas del Narte de Africa;
tan pronto en plan de matorral de cumbres, sobrepasando los límites
de la vegetación arbórea, como en los arenales del litoral.
Dada su frugalidad y la plasticidad de su temperamento, tiene esta
especie un área general extensísima, llegando desde la península de Rola
(7r 5' lato N.) hasta Marruecos, y desde las localidades ya aludidas de
Massachusetts y Terranova (Norteamérica) hasta las vertientes orien
tales de los Urales : teniendo su límite SW. en las Azores y el SE. en las
costas del Mar Negro y Cordillera del Cáucaso.
En España se halla en casi todas laa provincias, tanto en la región
baja como en la montana o subalpina, siendo más abundante en las
del Norte que en las del Centro y mucho menos frecuente en las del Sur,
a pesar de su profusión en algunas sierras meridionales.
Corresponde a loa Calluna caracterizar, junto a E. teiralu», los breza
les climax, principalmente en los suelos turbosos del N. de su área y
de alta montaña; pero en nuestras latitudes es corriente que SUR ma
torrales representen derivaciones por degradación del bosque de pinos
(P. silvestris, P. pinaster) o de Cupulíferas (Quercu8) Fagu,s) , asocián
dose con otros brezo,s o con especies de distinta familia y condiciones,
en la forma que ya dejamos Indicada en la primera parte.
e
2. Erioo. cilia.ris L. Codo Richt., núm. 2.789.
Wk. et Lge. Prodr., rr, pág. 343.-Laguna. FL forest., n, pág. 67.
N. vulg.-Carroncha (Galicia).-Argaña (Asturias).-Moguerita (Tarifa).
Mata pequeña, de 20 a 80 cm., muy ramosa, con tallos tortuosos,
ascendentes o echados; ramas y ramillas híspido-pubescentes o pelosas
y aun, a veces, glandulosas, densamente pobladas de hojas; éstas son
vertícíladas, por 3-4, aovado agudas, de 2 a 3 mm. de longitud, pestaño
sas y revueltas por loabordes, verdes y lampiñas por el haz y cano-
LOS BREZOS ESPAf'OLES 37
tomentosas por el envés. Flores purpúreas, en racimos generalmente
laxos, al extremo de los ramillos, con tendencia a la disposición unila
teral; pedúnculos muy cortos, inclinados u horizontales, con bracteillas
pestañosas; cáliz más corto que la mitad de la corola, con lacinias
lanceoladas, largamente pestañosas; corola tubuloso-urceolada, de 8 o 10
milímetros, algo inflada en su base y encorvada en su parte superior,
boca estrecha, con lóbulos cortos y reflejos; anteras inclusas, sin apén
dices; estilo saliente y algo engrosado bajo el estigma; caja lampiña.
Florece de mayo a octubre.
Esta matilla, francamente ailícicola- y de tendencia higrófila, no
suele constituir formación densa y continua, pero abunda en los mato
rrales y sotobosques, sobre suelo arenoso y húmedo, incluso en los
tremedales y tierras cenagosas, an al titudes variables, del nivel del
mar a 1.800 m.
El área general de esta especie, netamente atlántica. se extiende,
en el Oocidente europeo, por Gran Bretaña, Irlanda, mitad W. de Fran
cia y die la Península Ibérica. Es rara en el N. de Africa, donde está
citada de Tánger (Laguna), Ceuta (Font-Quer y Maire) , Djebel-Kebir
(Ball), Montes de Zem-Zem y El' Regel (Font-Quer).
En España es especie frecuente en los humedales y matorrales de
toda la región Oantábrica: abunda en Galicia, donde puedt hallarse des
de la costa hasta alturas de 1.700 m., cumbres de San Mamed y Peña
rrubia (Merino); mucho más escasa aparece por el Centro, en distintos
puntos de la Oordilltra Ibérica y Carpetana, volviendo a mostrarse con
alguna frecuencia en el SW., sobre los suelos de arenisca que definen
la zona del alcornocal, donde esta planta resulta característica en las
proximidades de fuentes, manantiales y bordes de regatíllos.
De mayores exigencias térmicas que la E. tetralix, coincide con su
congénere de hojas pestañosas en la predilección por las situaciones hú
medas, eliminándose del matorral en los suelos desecados o rocosos;
no suele intervenir, por tanto, en las facies frutescentes de avanzada
regresión de nuestros bosques, generalmente robledales o alcornocales,
ni tampoco caracteriza por sí misma las etapas de primera degradación,
limitándose a aparecer en el subvuelo o en los claros del bosque, seña
lando precisamente las zonas de mayor humedad del suelo.
f'oe'
3. Erica tetralix L. Cod.. Richt., núm. 2.779.
9
Wk. et Lge. Prodr., n, pág. 343.--Laguna. Fl. forest., TI pág. 68.
N. vulg.-Carroncha (Ga:licia).
Mata de 20 a 70 cm. de altura; tallos generalmente acostados ensu parte inferior y luego erectos, muy ramosos; ramillas erguidas, canotomentosas al principio y después peloso-glandulosas, anguloso estriadas; hojas verticiladas por cuatro, brevemente pecioladas, oblongo-lineares, verdes y peloso-glandulosas por la cara superior, blanco tomentosas por la inferior,arrollarlas por el borde, largas, de 3-4 mm., densamente dispuestas sobre las ramillas estériles y más laxas sobre lasfértiles. Inflorescencias en umbelillas terminales, de 5 a 12 flores, con pe-
LOS BREZOS ESPA~OL&~ 39
dúnculos cortos, tomentosos y glanduloso-pelosos, como los sépalos ylas brácteas; corola regular, rosácea o rojiza, urceolada, con los lóbuloscortos, patentes o recurvos: anteras inclusas, con apéndices denticulados; estilo casi incluso, con estigma globoso; caja vellosa.
De esta plantase han descrito las siguientes variedades:
v. glabrescens Wk.: ramillos rojizos, brácteas y sépalos pestañosos,pero lampiños, con viso purpúreo; hojas con leve tomento por su envés.
v. glandulosa. Lge.: toda la planta hirsuto-blanquecina, viscosa en suparte superior; corola pubescente al exterior.
Y. Martinezii DC.= E. Martinezii Lag. (ined.) : Cano-pubescente, hojasmás largas que en el tipo, apenas pestañosas.
Subsp. Mackayana (Bab.) C. Vico ,1= E. Mackayana. Bab.=E. MackayiHook.
Es una forma intermedia entre la E. ciliaris y la E. tetroñ»,quizá un híbrido de ambas; tiene el porte y aspecto general de la primera;pero las inflorescencias en umbelillas, como la E. tetralix y las anteras (e'), con largos apéndices denticulados; las corolas (b'), algo mástubulosas y con el estilo saliente; cápsula (e'), casi lampiña.
Especie sílícícola y de marcada tendencia higrófila; es, quiza, elbrezo mejor adaptado a los suelos ácidos y húmedos en exceso; extendido principalmente por regiones de clima frío, puede localizarse, segúnlas latitudes, desde el nivel del mar hasta alturas de más de 2.000 m.
Se halla este brezo muy difundido por Europa, principalmente porla parte septentrional de la misma, llegando hasta los 65° 5' de latitud;se encuentra en Islandia, Islas Británicas, Suecia, Noruega, Dinamarca,Rusia media, NE. de Polonia, Alemania, Paises Bajos, Francia, N. y Centro de Portugal. En España existe con abundancia en toda la regióncantábrica y es frecuente en la Cordillera Ibérica (Urbión, San Lorenzo,Moncayo, etc.) : más escaso en el Pirineo y Cordillera Central; porel W. descienda hasta los Montes de Toledo (val'. Marinezii DC.).
La subesp. Macka,yana se encuentra en Asturias y Santander.Interviene la E. tetrali«, conforme quedó dicho, en el brezal clima»
de los suelos turbosoerpero en España y, en general, en la parte menidional de su área, los brezales que caracteriza, suelen representar regresiones del bosque (pinares, robledales, hayedos); localizándose siempre en las zonas más húmedas.
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4. Enea scoparia L. Codo Richt., núm. 2.776.
Wk. et Lge. Prodr., n, pág. 346.-Laguna Fl. forest., 11, pág. 70.
N. vulg.-Brezo, Brezo de escobas, Brecina, Brezo blanquillo (Andalucia).-Berozo (Logroño).-Brueh d'escombrcs (Cataluña).--Brueh/amella (Baleares).
Mata arbustiva, muy ramosa, de 0,50 a 1,50 m. de talla; tronco decorteza pardo-rojiza; ramas y ramillas grisáceo-blanquecinas, erectas ylampiñas; hojas con peciolo muy corto, nudoso en su base, verticiladaspor 3 Ó 4, apríxímadas, lineares, lampiñas; de 4 a 7 mm. de longitudpor 1-1,5 de ancho, asurcadas y mareadas con dos rayitas blancas en el
LOS BREZOS ESPA~OLES 41
envés. Flores aisladas o en grupos poco numerosos, insertas en la axilade las hojas superiores de ramas y ramillas, formando racimos cilíndricos, largos y estrechos, hojosos; pedúnculos de longitud aproximada
mente igual a la de las flores, con una braeteilla al pie de cada grupo ydos bracteíllas opuestas hacia la mitad de cada uno; cáliz de lóbulos 800
vado-obtusos de 1 mm. de longitud; corola acampanada, verdosa o amarillento-verdosa, de doble longitud que el cáliz o poco más, con su parteinferior hemisférica y el limbo partido en cuatro lóbulos, ovalados yobtusos, como los del cáliz; anteras inclusas, sin apéndices; estilo muypoco saliente; estigma discoideo peltado ; cápsula lampiña. Florece deenero .a julio.
En Canarias está representada. esta especie por su varo platycodon
Webb., vulgarmente llamada Tejo; matas más robustas y de verde másintenso que en el tipo, con mayor tamaño en todos sus órganos; florescon corolas de tonos cámeos, mucho más abiertas y acampanadas,
Especie sílícíoola, como la generalidad de los brezos; se destaca delconjunto por su temperamento algo más xerófilo y termófilo; formando
matorrales, o en plan de stobosque, aparece en terrenos de areniscas oen arenales sueltos, principalmente en la región baja, del nivel del mara 1.500 m.
Es uno de los brezos característicos de la región mediterránea, di
fundido especialmente por su mitad occidental: W. y S. de Francia, Península Ibérica, Baleares, Córcega, Cerdeña, Italia y Yugoeslavía, Túnez,
Argelia y Marruecos, donde abunda en los terrenos silíceos del litoral.Occidentalmente, se extiende hasta las islas Azores (var, azorica) , Ma
dera y Canarias (Tenerife y Gomera).
En España es frecuente por casi toda ella; pero abundando más en
su mitad meridional, donde interviene en el aotobosqua la alcornocalesy encinares, formando densas agrupaciones, puras de la especie, en al
gunos claros producidos en la masa arbórea; compitiendo con las jarasen los matorrales que caracterizan las primeras etapas regresivas del
Qwercetum. Vive también en los pinares (P. pinaster y P. pinea); perocon mayor frecuencia se presenta caracterizando matorrales originadospor la degeneración de las citadas formas de bosque; comportándosesiempre como sílícícola, heliófila y xerófila.
La varo platycodcm, de Canarias, desdice un tanto del temperamen
to del tipo, al localizarse en las zonas de brumas más intensas, dentrode los dominios del brezal de E. arborea.
5. Erica arborea L. Codo Richt., núm. 2.780.
Wk. et Lge. Prodr., n, pág. 346.-Laguna.. Fl. forest., n, pág. 71.
N. vulg.-Brezo, Brezo blanca, Brezo castellano (Montes de Toledo).
Brezo albarizo (Huelva).-Breza cucharero (Serranía de Ronda).
Bricio (Sierra de Albarracín).-Berozo macho, Berozo blanco (Lo
groño).-Turel (Soria).-Uroo, Urce branca (Galicia).-A'-íarra. [rUl
rra (Vascongadas).-Dinada, Bruch (Cataluña y Baleares).
Mata arbustiva, que puede llegar a adquirir talla y porte arbóreo,
aunque en Españ'a no es frecuente pase de 3-4 m.; muy ramosa, con
las ramas erectas y 198 ramillas velloso-lanuginosas, mediante pelos muy
LOS BREZOS ESP~OLES 45
cortos y abundantes que forman borra densa, entre la que salen pelos
largos, ganchudos, ramosos o plumiformes. Hojas verticiladas por 3-4,
lineares muy angostas, de 3 a 4 mm. de longitud, lampiñas y asurcadas
por su dorso. Flores blancas o con ligero viso sonrosado, en hacecillos
de 2 ó 3 al extremo de los ramillos, formando en su conjunto una pano
ja piramidal; pedúnculos más largos que las corolas, con bracteíllas •en su base; lacinias del cáliz, oblongo o aovado-lanceoladas, obtusas,
dos veces más cortas que la corola; ésta es acampanada, de 2-3 mm.,
con su limbo hendido en cuatro lóbulos anchitos y obtusos; anteras in
clusas, con apéndices oblongos y denticulados; estilo saliente; caja lam
piña. Florece de febrero a agosto.
Netamente aíllcícola esta especie, tiene, a pesar de su xeromorfismo,
ciertas exigencias de humedad y tendencias umbrófilas, que se mani
fiestan por su localización preferente en arroyos, umbrías y hondona
das, dentro de las rigiones baja y montañosa de los países mediterrá
neos, por los que se halla ampliamente difundida, tanto en el S. de
Europa como en el Asia Menor y N. de Africa. Se encuentra además con
porte arbóreo o arbustivo, constituyendo densas formaciones, dentro
de la región de las nieblas, de las montañas de Canarias y Madera, en
altitudes de 800 a 1.800 m. otras importantes manifestaciones de esta
especie se hallan en las cordilleras del Africa tropical, donde además
de ofrecer en plan arbóreo, sus más gigantescas formas, llega con porte
achaparrado a superar los 4.000 m. de cota.
En España tiene este brezo gran difusión en los montes de suelo sí
líceo; el matorral puro de la especie no suele afectar a grandes exten
siones, mostrándose en cúmulos o agrupaciones densas en las citadas
localizaciones de umbría y barrancos, en los que el recuerdo del bos
que (Quercetum o Pinetum) aún flota en el ambiente. Con mayor fre
cuencia, la E. arborea aparece salpicada entre la masa de otros brezos,
matizando el conjunto, en el que su presencia señala los puntos de me
jor condición y suelo menos seca. Por su tamaño y mayor utilidad, la
labor edificadora de esta especie se ve frecuentemente interrumpida
por el hacha, que descuaja sus cepas, muy buscadas para carbón y fa
bricación de pipas, dando con ello paso a otras matas más pobres, ge
neralmente brezos de condición más sufrida, como Caltuma vulgaris.
b
6. Erica lusitanica Rud. In Schrad. Journ., II, pág. 286.
Sin.-E. erborea Brot. (ex part.).-E. polytrichijolia Salisb.-E. codo
tlOdes Lind.-E. arborea Thore (non L.).
Wk. et Lge. Prodr., n, pág. 345.-Laguna. Fl. forest., H, pág. 72.
N. vulg.-Brezo, Breea albar. Brezo blanco.
Mata arbustiva, de 1 a 3 m. de talla, muy ramificada; ramas erectas,
blanco agrisadas, pelierízadas y tomentosas en su primera edad. con los
pelos no ramificados; lampiñas y con la corteza parda, cuando adultas.
Foliación densa; hojas verticiladas por 3-4, lineares, obtusas, lampiñas
LOS BREZOS ESPAÑOLES 47
y con surco poco pronunciado por su envés, de 4 a 5 mm. de largas. Flo
res blancas con viso rosado, reunidas de 1·3 en los extremos de las ra
millas, formando en su conjunto panoja piramidal muy alargada; pe
dúnculos de la longitud de la corola o algo más cortos, con dos bracteí
llas hacia su mitad; lacinias del cáliz aovadas, tres o cuatro veces más
cortas que la corola; esta es acampanado-oblonga, un poco estrechada
en la garganta y de 3 a 4 mm. de longitud, dividida hasta su cuarta
parte en cuatro lóbulos obtusos; anteras inclusas, con apéndices ancho
lineares, franjeados. Caja lampiña. Florece de diciembre a marzo.
Tanto por su organización como por su temperamento, queda mani
fiesta la afinidad de este brezo con la especie anterior, de la cual puede,
no obstante, distinguirse fácilmente, no sólo por las pequeñas diferen
cias señaladas en el párrafo anterior, sino por su floración más abun
dante, densa y nítida, y, sobre todo, más temprana; distinguiéndose
también por' el exiguo desarrollo de su cepa, no apta para los usos de
que es objeto la E. a",borea.. Por otra parte, no es frecuente este brezo
en plan de sotobosque; interviniendo en los matorralesvsobre 'suelo si
líceo, de la región montana, sin llegar nunca a grandes altitudes, se
señalando la situación de las hondonadas o dibujando el curso de los
cauces, de acuerdo con sus preferencias por las localidades de ciertafrescura y humedad.
Es uno de los brezos menos extendidos geográficamente, pues su
área e,stá restringida al SW. europeo, sin apartarse nunca de las influen
cias atlánticas. Existe en algunas comarcas del Occidente de Francia
(Bretaña, Finisterre, Gironde, Landas); haciendo honor a su nombre es
pecífico, se halla abundante en Portugal, del Miño al Algarve, En Es
paña, conocemos citas sueltas de la región Cantábrica (Monte Irisasi,
proximidades de Bilbao, y de los Montes de Toledo (San Martín de la
Montiña); pero su mayor difusión y abundancia se observa en el extre
mo 'Occidental de Sierra Morena, provincias de Huelva, Badajoz y Sevilla.
Las manifestaciones de este brezo en su área portuguesa están fre
cuentemente relacionadas con el pinar (P. pinaster); pero, en general,
los matorrales con intervención de E. lusitanica, representan derivacio
nes, por degradación, del alcornocal; siempre en localidades con cierto
grado de humedad; siendo, quizá, de significación algo más regresiva
que la E. «rborea, con la que se asocia.
b
9
7. Erica cinérea L. Codo Richt., núm. 2.775.
Sin.-E. humilis Neck.-E. mutabilis Salisb.-E. tenuiJolia Bub.
Wk. et Lge. Prodr., ll, pág. 344.-Laguna. Fl. forest., lI, pág. 73.
N. vulg.-c-Breec, Breoma (ClUltina).-Carra..~cina)Qllciroa, Carpaz« (Galicia).-Argaña (Asturias).
Mata de 20 a 60 cm. de altura, bastante ramosa, tallos erguidos oencorvado-ascendentes, con pubescencia o tomento que les dan ciertatonalidad grisácea, a la que alude el nombre específico; hojas ternadas,angostas, lineares obtusas, de 4-7 mm. de largo, con un hacecillo de hojuelas en sus axilas. Flores de color rosa Intenso, que pasa a violeta,color que conservan al secarse, en los bebaríos : no son raros los ejem-
LOS BREZOS ESPA.NOLES 49
plares albinos; se disponen sobre pedúnculos de longitud casi igual a lacorola, en umbelillas o corimbos terminales, que en conjunto formanuna panoja espiciforme ; los pedúnculos, de tonalidad rojiza, llevan ensu ápice bracteillas lanceoladas, arrimadas al cáliz; sépalos lanceolados,lampiños, algo escariosos en su margen, sobrepasando algo el terciode la corola; ésta es de 5-7 mm. ureeolada, con lóbulos cortos y reflejos;anteras inclusas, con apéndices dentados, en forma de cresta; estilopoco saliente, terminado en un. estigma peltado, obscuramente tetralobado; caja globosa, lampiña, marcada con cinco surcos. Florece demayo a octubre.
Especie silicicola, propia del Occidente europeo, lo que denota SU
tendencia a no apartarse de las influencias atlánticas; se comportacomo netamente xerófila en la parte N. de su área, localizándose enladeras soleadas y secas, mientras que en la parte meridional de lamisma es frecuente en plan de sotobosque, no rechazando las orientaeíones de umbría, e interviniendo en matorrales de la zona montañosa,en cotas que superan, a veces, los 1.500 m.
Se extiende por la Europa atlántica, desde el SW. de Noruega, porlas Islas Británicas, NW. de Alemania, Países Bajos, Francia, E~paña
y Portugal; estando también representada en la isla de Madera, poruna forma especial (var. m.aderensis). Aunque va siendo cada vez másrara a medida que nos internamos en la Europa Central, su área ofrece,en sentido oriental, dos importantes manchones: uno en Liguria y Córeega, y el otro en Transilvania.
En España se presenta con abundancia en los matorrales de la región Cantábrica (Galicia, Asturias y Santander) y en algunos montesde la Cordillera Ibérica (Burgos, Soria, Logroño); mucho más escasaen el Pirineo y montes de Aragón y Cataluña, siendo rara en la Cordillera Central y Montes de Toledo.
No es esta especie de las que constituyen por si solas verdaderosbrezales; pero interviene incluso en la climax nórdica del brezal deCalluna y E. tetrali», como indicadora de las situaciones más cálidas ysecas. En la generalidad de su área, algo atenuado el carácter xerófilo,como hemos indicado, corresponde a este brezo formar parte del subvuelo en las partes aclaradas del bosque de Coníferas, principalmenteP. siioestrie ° de los robledales, persistiendo y aumentando su difusión,en las facies subsiguientes a la desaparición del arbolado, supeditadacasi siempre a otros elementos del matorral, en el que no suele faltarla Calluna. Tal es el plan en que corrientemente se encuentra en nuestros montes.
4
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8. Erica terrninaJis Salisb. (1.796).-Prodr., pág. 369.
Sin.-E. striJcta D. Don. 1.796 (nomen nudum).--E. multiflora Salisb.
(non L.).-E. multicaulis Salisb.-E. corsica De.-E. pendsüo. Wendl.
E. ramuZosa Vivo
Wk. et Lge. Prodr., n, pág. 344.-Laguna Fl. forest., 1I, pág. 76.
N. vulg.-Brezo) Breoina.
Mata erecta, de medio a un. metro de talla; ramillas blanquecinas,
muy poblad-as de hojas, lampiñas y lineares, verticiladas por cuatro,
de 5 a 8 mm. de longitud, pecioladas, muy patentes y de color verde
LOS BREZOS ESPAt';OloES 51
ceniciento. Flores rosadas, agrupadas de 5 a 8 en umbelillas, al extremo
de los ramos, erectas o péndulas sobre pedúnculos más cortos que la
corola; lacinias del cáliz aovado-lanceoladas, escariosas y algo pestaño
sitas por los bordes, de longitud igual a un tercio de la corola, aproxi
madamente; corola de 5 a 7 mm. de longitud, aovado-urceolada, con
16bulos cortos, curvados o reflejos; anteras con apéndices enteros o
algo denticulados; estilo saliente; caja velloso sedosa. Florece de junio
a septiembre.
Esta especie no forma nunca agrupaciones densas, apareciendo ge
neralmente en ejemplares sueltos, salpicada entre otros matorrales, a
veces completamente ajenos al brezal, de preferencia en umbrías, már
genes de arroyos y sitios frescos, sobre suelos silíceos, en altitudes va
riables entre 300 y 1.500 m.
Es uno de los brezos más raros y escasos, encontrándose bastante
disperso dentro de un área relativamente reducida, que se desarrolla
por la mitad occidental de la región mediterránea, con citas concretas
en el S. de Italia (Campania, Capri, Salerno); Córeega y Cerdeña; N. de
Marruecos (Ametrás, Bei-Zedjel) y en S. y E. de España. No conoce
mos ninguna cita referente a Portugal. Las plantas de las proximidades
de Nápoles, según indica Willkomm, por la anchura de sus hojas y el
indumento cinero-pubérulo que las recubre, difieren bastante de la es
tirpe española y corsícana,
Las citas de nuestro país se refieren casi todas a las provincias de
Málaga y Granada: Sierra de Estepona, Sierra Yunquera, Sierra Ne
vada, Sierra Tejeda (Boissier); Sierra de Marbella, Cómpeta, Canillas
de Albaida (Pau) ; márgenes del Guadalevín y Puerto de Montejaque,
Ronda, Sierra Parda de Tolox, Río Chillar de Frigiliana (Ceballos y
Vicioso). Está citada también de San Felipe de Játiva, Valencia (Duf-o four).
No demuestra esta especie marcada fidelidad hacia formaciones ar
bóreas determinadas, aunqu¿ la mayoría de las localidades consignadas
para España correspondan a los dominios del Pinüs pinaster. Tampoco
es fácil, dada la escasez de su representación, conceder a esta planta
significación especial, no siendo la derivada de sus preferencias por las
situaciones frescas sobre suelo silíceo.
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9. Eriea australis L. Codo Richt., núm. 2.741.
Wk. et Lge. Prodr., Il, pág. 345.-Laguna. Fl. forest., n, pág. 74.
N. vulg.-Uroe bermella (Galicia).-Brezo mbio (Sierra Morena).-Brecína, Perrita, Mermejuela, Bennejuelo, Brezo colorado (Andalucía).
Mata arbustiva, de 0,50 a 1,50 m., muy ramosa; ramas y ramillaserguidas, cano-pubescentes; hojas en verticilos de a 4, muy patentes,brevemente pecioladas y como articuladas en la base engrosada delpeciolo; lineares, obtusas y lampiñas, arrolladas por el margen y asurcadas por el envés; de 5 a 8 mm. de longitud. Flores erguidas o nutantes, subsentadas y agrupadas en hacecillos umbeliformes, en la extremidad de los ramillos, formando en conjunto una gran panoja; pedúnculos
LOS BREZOS ESP~OLES S3
muy cortos, bracteados en el ápice, junto a los cálices; brácteas planoconvexas, lanceoladas, rodeadas de pestañas rígidas; sépalos aovados,obtusos, aquillados y mucronados, escariosos en su margen pestañosa ygeneralmente algo rojizos, como las brácteas; corola. de 6 a 9 mm., rosada; aovado-tubulosa, con 'limbo de cuatro lóbulos obtusos, apenas ensanchado; anteras enrasando con la corola, sin llegar a ser salientes, conapéndices pinnado-partidos; estilo saliente; caja globosa sedoso-pubescente. Florece de febrero a mayo.
varo aragonen8is (E. aragonensis Wk.=E. australís Dur.=E. umbellata Asso (non L.».
Difiere del tipo por su menor talla y foliación más densa; hojas máscortas y delgadas y profundamente' asurcadas, viscoso-papilosas cuandojóvenes; brácteas y sépalos aguzados y apenas pestañosos; corola algoestrechada en la garganta (b'); apéndices de las anteras laciniados solamente en el borde exterior (e'); estilo más saliente.
varo occidentaZis (E. occ1.tltmtaJis Merino. Fl. Gal., n, pág. 256).
Difiere del tipo por su menor talla. y porte desparramado; hojas máslargas y algo encorvadas; brácteas y lacinias del cáliz muy pestañosas;corola encarnada, tubulosa, con las anteras casi exertas por completo yel estilo muy saliente.
Tanto en el tipo, como en la varo aragonensis, son frecuentes los ejemplares albifloros.
Este brezo, de área muy restringida en el Occidente mediterráneo,es especie sociable, que, en suelos de naturaleza silícea y en altitudesde 400-1.500 m., suele formar y caracterizar plenamente matorrales densos, en Ios que es frecuente intervengan E. orborea, E. scopario y Calluna; en ejemplares aislados, entre otros matorrales, rebasa con amplitud las citadas cotas en ambos sentidos.
Limitada la expansión de esta especie a la Península Ibérica y N. deMarruecos, encontramos con abundancia la forma tipo en Sierra Morena y la Penibética, principalmente en. la zona de alcornocalesdel SW., representando casi siempre la degradación altítudínal de dichaforma de bosque. La. varo arag~'n8is es más frecuente en la regiónCantábrica y Cordillera Ibérica, relacionándose con el robledal, rebollaro pinares de las series regresivas die éstos. La varo oocid~ntalis se citade Pontevedra, proximidades de Tuy.
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e
10. Erica mediterranea L. cea Richt., núm. 2.771.
Sin.-ErÍDa carnea varo occidentalis De.
Wk. et Lge., n Prodr., n, pág. 348.-Laguna. Fl. forest., Il, pág. 76.
Mata erecta de la 2 m. de talla, lampiña, excepto en el extremo de
los ramillos, que son algo cano-pulverulentos: hojas vertlcíladas por 4,
lineares obtusas y asurcadas por el envés, de 5 a 8 mm. de longitud, lus
trosas y lampiñas. Flores de color rosa, generalmente gemínadas en las
axilas de las hojas superiores, sobre pedúnculos bracteolados hacia su
LOS BREZOS ESPA1ilOLE.';¡ ss
mitad, arqueados y más cortos que la flor, formando en su conjunto ra
cimos casi unilaterales o ladeados; cáliz rojizo, con lacinias lancealado
agudas, de la mitad de longitud que la corola; ésta es aovado-tubulosa,
de 5 a 7 mm. de larga, con lóbulos remellados y extendidos, anteras sa
lientes, sin rebasar por completo la corola, bífidas, de color rojo oscuro,
situadas en prolongación del filamento, desprovistas de apéndices; estilo
recto, muy saliente; caja trasovada, lampiña. Florece en invierno oprin
cipio de primavera.
A pesar de su nombre específico, esta especie no es nada típica en
la región mediterránea, hallándose dispersa en un área, relativamente
reducida y netamente atlántica, que se extiende por la parte occidental
de Irlanda, por contadas localidades de la región de la Gironde, en
Francia, y por el W. de la Península Ibérica, siendo en Portugal donde
parece mostrarse con mayor frecuencia.
En España existe, en ejemplares aislados, en algunas localidades de
Galícía, donde la citó Colmeiro y ha sido herborizada últimamente por
los alumnos de nuestra Escuela, siendo curioso que no se incluya en la
Flora del P. Merino. También se cita en el Norte, de Castro-Urdi:ales
(Mortz) yen las proximidades de Lumbreras, en la Rioja (Boutelouj ; ha
cia el Sur se cita en Sierra de Estepona, en Málaga (Laguna, Oeballos y
Bolaños) Sierra Almijara (Laza) y de los montes de Tarifa, Los Barrios y
La A:lmoraima (Ceballos y Vicioso). La presencia de esta especie en Ba
leares no ha sido confirmada, pareciendo que las citas de Mallorca, he
chas por Mairé y Pigineix, deben ser rectificadas y referidas a alguna
forma de la E. multiflora.
A juzgar por el tipo de habitación que, para este brezo, se cita en
las Floras portuguesas y por las localizaciones en que se encuentra
en España, parecen manifiestas sus tendencias umbrófilas y su predilec
ción por los terrenos sueltos, en las proximidades de las corrientes de
agua o sitios con humedad abundante.
Aunque su mayor frecuencia sea en los dominios del Quercus suber
y del Pimus pinooter, no procede, dada su exigua difusión, adjudicar a
este brezo ninguna significación especial en el proceso evolutivo del
bosque, limitándonos a señalar el interés florlstico y fitogeográfico ofre
cido por esta especie.
e
9
\ :
11. Erleacarnea L. Codo Richt., núm. 2.801.
Sin.-E. herbacea L.-E. saxatilis Salisb.
(No se .describe ni cita en Wk. et Lge. Prodr. ni en Laguna. FL forest.,
por ser posterior a dichas obras su descubrimiento en España.)
Matilla de 30 a 60 cm., con tallos tortuosos, acostados y difusos y
ramillas erectas; hojas vertícíladas por 4, lineares, agudas, de 6 a 9 mm.
de longitud, lampiñas y con surco bien acusado en su dorso; verticilos
de hojas, bastante separados en las ramas fértiles y algo más densos
en los ramillos estériles. Flores de color rosa cárneo, péndulas, insertas
casi siempre por pares en las axilas de las hojas superiores, sobre pe-
LOS BREZOS ESl'A:!'lOLES 57
dúnculos cortos, con bracteíllaa verticiladas, formando en su conjunto
racimos de escasa longitud, en los que todas las flores se orientan del
mismo lado; cálices coloreados, lampiños, con los sépalos lanceolado
agudos de longitud algo mayor que la mitad de la corola, ésta es ovoí
deo-tubulosa, de 4 a 5 mm. de longitud, estrechada en la garganta, con
lóbulos obtusos y rectos; anteras rojizo-amoratadas, oscuras, exertas y
sin apéndices basales, insertas por su base sobre el filamento; estilo
filiforme muy saliente; caja aovado-apuntada, ligeramente pubescente,
con surcos bien marcados.
Las flores se expansionan al principio de la primavera; pero los
capullos están diferenciados desde el verano, y algunos se abren en pleno
invierno, las flores tienen entonces una tonalidad verdosa.
La región en que habita y el tipo de estaciones en que suele ha
llarse este brezo no responden a la ecología general de las Ericoideas,
resultando, por ello, excepcional en el género. Se trata de una especie
netamente ealcicola y de montaña, difundida en los Alpes Centrales,
en los pastizales de suelo rocoso y en los claros del bosque de Conífe
ras (Abies, Picea, Pinus montana), pudiendo subir, en las exposiciones
de solana, por encima de 2.500 m. Cuando el bosque se regenera yad
quiere buena. espesura, la Erica carnea desaparece y es sustítuída por
Vaocinium.
Abunda en Suiza, Tirol, Alta Saboya y Alpes marítimos franceses;
Alpes y Apeninos, de Italia; Serbia y Cárpatos. Al SE. del Apeníno, en
la Toscana, puede encontrarse este brezo en la región baja, fuera de su
clásica habitación de montaña.
En España no era conocida la existencia de esta especie hasta 1918,
en que fué herborizada por Pau en Tous (Valencia), estribaciones de
la Sierra Marres, donde dijo hallarse frecuente. El hecho es de induda
ble interés fitogeográfico, por la separación y condición distinta de esta
localidad respecto al conjunto del área de la especie, aunque también
aquí se trata de suelo calizo. Aumenta el interés del caso, de esta estación meridional, el hecho de tratarse de una especie extraña, con sus
mayores afinidades en el S. de Arrica.
Por lo temprano de SU floración y belleza de sus ramos floridos,
suele ser este brezo objeto de cultivo en los jardines y hallarse con
frecuencia en los mercados de flores.
9
e
12. Erica umbellata L. Cod. Richt., núm. 2.774.
Wk. t Lge, Prodr., TI, pág. 347.-Laguna. Fl. forest., TI, pág. 79.
N. vulg.-Quirola (Montes de Toledo).-Mogarizu, Quiruela (Sierra Morena).-Brecim (Cádiz, Málaga).
Mata. de 30 a 80 cm. de altura, con las ramas erguidas o tortuosoascendentes, de corteza parduzca que pasa a blanquecina en las más viejas, mientras que son rojíso-pubérulas en su primera edad; hojas muycortas, 2-4 mm., verticiladas por tres, lineares, obtusas, lampiñas y lustrosas, de sección trigona; a veces, pequeñísímas y empizarradas, re
cordando a la Calluna. Flores rosadas o de color carne, reunidas de 4-7en umbelas sencillas, terminales, sostenidas por pedúnculos tan largos omás que la corola, derechos, provistos de brácteas arrimadas al cáliz,
LOS BREZOS ESPARoLF~<; 61
verdes y oblongo-lineares, como las lacinias de éste, que no llegan a al
canzar la mitad de la corola; ésta es ovoidea, contraída en su garganta,
de 4 a 6 mm. de Iongítud, con los cuatro lóbulos de su limbo truncados y
extendidos; anteras salientes, partidas casi hasta su mitad, sin apén
dices; estilo recto y saliente; estigma acabezuelado sub-bífido; caja. aova
da, lampiña. Florece de abril a julio.
Presenta esta especie cierto polimorfismo en sus flores, lo que ha
dado lugar a la distinción de las siguientes variedades:
varo subcampanulata DC.: Corola con la garganta más abierta y los
estambres más oortos que en el tipo.
varo major Coss.: Anteras mayores, pero menos exertas que en el
tipo; hojas muy cortas.
varo anandra Lge.: Corola algo> mayor, cílindríco-urceolada ; estam
bres sin anteras.
var. filiformis Merino.: Flores como en el tipo; ramas y ramillas muy
delgadas y divergentes, hojas muy cortas y estrechas, casi setáeeas,
Es una especie rústica y frugal, con preferencia por los suelos silí
ceos y las situaciones frescas, como la generalidad de los brezos; pero
transigiendo en ocasiones con los suelos calizos y aviniéndose con fre
cuencia a los rocosos, secos y soleados, demostrando fácil adaptación
al ambiente xero-térmico, propio de las facies degradadas del bosque en
el occidente mediterráneo.
Su área general es muy restringida, pues fuera de la Península Ibé
rica sólo se cita en los matorrales de montaña del N. de Marruecos,
Zona de Tánger. En Portugal es muy abundante por todo el país. En
España no sale de su mitad occidental, teniendo su mayor difusión en
los dominios averiados del Quercetum sobre sílice: Galícía, Extrema
dura, Montes de Toledo, Sierra Morena, Sierra del Aljibe, etc.
Suele funcionar este brezo como indicador de una regresión avanza
da, predominando en las facies desarboladas; asociado a la Oalluru:t} sus
tituye con frecuencia a los brezales de mejor condición CE. orborea,
E.australis), no siendo rara su intervención en plan de matilla rastrera,
en las formaciones de Cistáceas o Labiadas.
18. Eriea vagans L. Cod. Richt., núm. 2.768.
Sin.-E. multiflora Huds. (non L.).-E. didyma Stok.-E. vaga Salisb.-·E. viridi-PUTPurea Lap. (non L.).-E. decipiens Sto Amas.
Wk. et Lge. Prodr., n, pág. 346.-Laguna. Fl. forest., n, pág. 77.
N. vulg.-Brezo, Biercol (Logroño).-Bruco (Moncayo).-Ruyón (Burgos, Soria).-Lizarra, Borozo (Alava),
Mata de altura variable de 0,30 a 1 m. cuando más, con tallos tor
tuosos, más o menos levantados, sobre el suelo y ramas alargadas, poco
ramificadas, erguidas; hojas en verticilos de 4-5 algo distanciados, li
neares y casi planas por 'su haz, cóncavas y ligeramente asurcadas en
el envés, de 6 a 8 mm. de largo. Flores rosadas o blanquecinas, casi
LOS BREZOS ESPA~OLJ~ 63
verticíladas O en grupitos axilares de dos ° tres, formando, en el ex
tremo de los ramillos, racimo alargado y compacto, donde las flores se
mezclan con las hojas; las flores se expansionan progresivamente de
abajo a arriba, abortando con mucha frecuencia las situadas en el vér
tice, por lo que el ramillo queda terminado por un penacho de hojas. Pe
dúnculos 3-4 veces más largos que la corola, con bracteillas escariosas
purpurescentes en su parte inferior; lacinias del cáliz aovado-redondea
das; corola ovoidea de unos 3 mm. de longitud e igual anchura; estam
bres muy salientes, anteras sin apéndices, con los lóbulos separados has
ta su base; estilo muy saliente, fino y flexuoso; caja aovada, lampiña.
Florece en verano, de junio a octubre,En la parte oriental de su área presenta esta especie una variación
con ramillos blanquecinos y hojas vertícíladas por tres, varo oeriicillata
(Forsk).=E. cretica Tausch.
Especie propia de los terrenos silíceos, aunque no del todo incom
patible con los calizos, en climas de cierta humedad; vive en la región
montana, aproximadamente entre 400 y 1.500 m., relacionada casi siem
pre con las formaciones arbóreas: hayedos, robledales, pinares (P. sil
trestris); figurando como característica de algunas facies regresivas
de los mismos, sin que su presencia sea sufícíente para dejar individua
lizada la vegetación de tales etapas.
Su tendencia a no prescindir de la influencia atlántica queda mani
fiesta por la situación occidental de la parte principal de su área: S. de
Irlanda, SW. de Inglaterra, W. de Francia (desde Bretaña a los Pirineos
occidentales) y mitad septentrional de España. Con independencia de
este gran manchón, aparece representada hacia Oriente por la var, verticillat,a) en Dalmacía, Istría y Turquía (Gallípoli).
En España es abundante en Asturias, Santander, Vascongadas y
Navarra; pero escasa en Galicia; supeditada en toda la región Cantá
brica a 10'3 dominios averiados de Fagus silvatioa o de Quercus robar. Se
halla también con frecuencia en los montes ibérico-sorianos, de Burgos
a! Moncayo, resultando muy típica su presencia en los restos de los ha
yedos y en los claros del pinar de P. silvestris) asociada con Ge1nista.
hispa¡nica) Erica cinerca y VMdnium myrNllus. No existe en Cataluña
ni Levante. El limite meridiana! lo marcan algunas localidades de la
Cordillera Oentral (San Martín de Valdeiglesías).
de
, g
b
14. Erica multiflora L. Cod. Richt., núm. 2.804.
Sin.-E. vagans DC. (non L.).-E. 'fJ'Urpurascens Cavo (non L.).-E. um
bellifera Lois.-E. umbellijlora C. Koch.-E. dianthera Moellch.
E. peduncularis PresJ.
Wk. et Lge. Prodr., II, pág. 347.-Laguna. Fl. forest., n, pág. 78.
N. vulg.-Bruch, Bruguera, Xipell (Cataluña).-Sapell (Aragónjv--Pe
torra, Petorrera (Valencia).-Sepell (Sierra Mariola).- -Cipell, Si
pell (Baleares).
Mata de unos 40 cm. a 1 m., erecta en su conjunto, aunque de ta
llos tortuosos, lampiños, de corteza pardusca moteada de gris. que se des
prende en placas en 11)s ramos viejos. Hojas vertícíladas por 4-6, an-
LOS BREZOS ESPA~OLES 65
chas de 1 a 2 mm. y largas de 8 a 10 mm., carnosítas, obtusas en el
vértice y con surco blanquecino bien acusado en su envés. Flores rosas,
subvertíciladas, formando en conjunto racimos compactos en el extremo
de los ramillos, que rara vez se prolongan en penacho de hojas, como en
la E. vagans; pedúnculos filiformes, de 2 a 3 veces la longitud de la
corola, con bracteíllas enau tercio inferior; lacinias del cáliz oval
agudas, coloreadas, casi tan largas como la mitad de la corola; ésta, de
unos 5 mm. de longitud y la mitad de ancho, acampanada y con los ló
bulos cortos; anteras muy salientes y sin apéndices, con sus lóculos
separados solamente en su tercio o mitad superior; estilo muy sa
liente; caja lampiña. Florece de agosto a diciembre.
Tiene esta especie marcada predilección por los suelos calizos, lo
que unido a su temperamento más xerófilo y heliófilo, son circunstan
cias que deben destacarse, por lo inusitado en el género. Acorde con ta
les caracteres, resulta ser éste el brezo más típicamente mediterráneo,
en cuya región, dentro de las zonas inferior y montana, suele encontrar
se, no constituyendo, ni caracterizando por sí solo, densos matorrales,
sino interviniendo, con más o menos abundancia, en los constituidos por
por otras especies propias de la región (Cistáceas, Labiadas).
Su área general se extiende por los países costeros e islas del Me
diterráneo, en su parte central y occidental: España, S. de Francia,
Baleares, Córcega, Oerdeña, Italia, Dalmacia, Sicilía, Malta, Túnez, Ar
gelia y Marruecos. En nuestra Península, solamente se halla en su mi
tad oriental, siendo abundante en Cataluña, Valencia y Bajo Aragón,
debiendo anotarse, como localidad destacada, la cita de Lacoízqueta, re
ferente al Valle de Vertizarana (Navarra).
Con independencia completa del brezal clásico, se relaciona esta es
pecie con las facies calizas del bosque esclerófilo mediterráneo, bien
figurando en el subvuelo del encinar o de los pinares, de P. halepensi3
o P. laricW, o más frecuentemente matizando matorrales de regresión
de los mismos; es frecuente hallarla en suelos empobrecidos o rocosos,
totalmente desarbolados, entre romeros, espliegos y tomillos, correspon
dientes a etapas de avanzada degradación.
5
ZUSAMMENFASSUNG
Im ersten Teil der Arbeit bringt der Autor Ausführungen genereller Natur über das Thema, wáhrend er den zweiten Teilausschliesslich denspanischen Heidepflanzen widmet.
Der Name Heidepflanze bezíeht sich auf die Arten der Gattungen Erica und Callum und im weíteren Sinne auf alle Pflanzender Unte:r-Familie Ericoideen.
Nach Anführung ihrer systematíschen Eingliederung undhaupsáchlíehsten botanischen Eigenschaften analysiert der Autordie geographísche Verteilung der Heiden und erwahnt den Ursprung díeser Vegetations-Forme:n, der aller Wahrscheinlichkeitnach in Ze:ntral Afrika su suchen ist. Anschliessend gibt er eínekurze Beschreibung der Physionomie, spezifischen Kompositionund Bedeutung der verschiedenen Heide-Typen entsprechend íhrergeographíschen Verteilung.
Der zweíte Teil bringt eínen dikotomíschen Schlüssel zurFeststellung der spanischen Arten. Im Anschluss folgt eine genauebotanische Beschreibung, begleitet von eíner Oríginal-Zeichnungfür jede Art. Ferners werden die wichtigsten Angaben. okologischer und phytososíologíscher Natur aufgeführt, die durch Datenund Diagramme über geographische Verteilung ergaanzt werden.
SUMMARY
In the first part oí the work the author gíves a general information of the subject, whilst the second deals exclusively ofthe Spanish heath-plants..
The name heath-plants applíes to the specíes of the generaErica and Callwna and in a larger sense to all plants oí the subfamily Ericoidea¡l3.
•BREZALES Y BREZOS 67
After indícatíng the systematíc order and stating the principal botanical characterístícs of the heath-plants the author analyses the geographic dístribution of the heath-lands referring tothe origin of these vegetative foms which has to be situated in allprobability in the Central Africa. He gives then a brief information as to physionomy, specific composition and significance ofthe heath-land types such as they are geographically established.
The second part begins with a dicotomic key for the determination of the Spanish specíes and contínues with a detailed botanical description, accompanied by an original design for each andfollowed up by the most ínterestíngecological and phytosociological statements in support of which are included notes and graphics referring to the geographic distribution.
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FORESTALY EXPERIENCIAS
EDICIONES DEL INSTITUTODE INVESTIGACIONES
BOLETINES
Núm. Pesetaa
1 Trabajos de las Seccicmes de F"(qra y Mapa rorestat, Repoblaciones. Maderas, R~as, OrJliuUJsa,'1 y O<>mbuetibtes,1928. 206 págínaa Agotado.
2 Trabajos de las Secciones dl6 Hidrálulw.a. TorrtJll1Cial, Flora yMapa Forestal y Resinas. 1928. 164 págin8.'l............ ..... Agotado.
3 Trabajos de las Secciones de HidrÚlUZioa Torrencial, Combus-tibles Vegetales, Fkn"a y Ma.pCll Fare8tal. Re8'iwts. 1929.143 páginas '" Agotado.
4 Trabajos de las Secciones de suelos, Hidráulica' TorreflCliaZ,Madl:l7"a8, Oeluloeas, Re8'itl'..iIS, QuMnica y Repoblacione~.
1929. 296 páginas Agotado.
5 L(J) SeY/WllUJ, Forestal de Barcelona; t!wbajos de las Seccio~
de Oeluloeae, ReS'im.as y Combustibles Vegetales. 1929.126 páginas .. . .. . .. Agotado.
6 Trabajos de lia<s Secciones de FZora, Mapa y Su,elos Fores-tales, Resinas y otros jugos e HidráuZica Torrencial. 1930200 páginas , ,....... Agotado.
7 J. ITURRALDE y M. SEVILLA: EsfJablecimiento de sitios de ensayo de resinas y re.sultados obtewidos.--M. TOMEO y J.GARCtA VIANA: Las mie'1"ffiS amarillas. Estudio físiCo-quí-mico de tae ooZoforvi.aJs e(',pañolas. 1931. 122 páginas...... 10,-
S T. BATUECAS: Estudios sistenuiticos sobre combustibles vegetales y contribución al estudio de loe maderas coloniales de la Guinea e.spañola.-·T. BATUECAS y E. MORALES:AnáZi.sis fisico-qu1imico de un ace~t~ esenouü de Eucalyptus globulua.-J. BENITO MARTtNEZ: Hongos p!1tráSitos ysaprofitos 18 las pk1Jntas leñolSia.s de España; estudio a,Of)T-
ca dieZ Trametes píni, 1931. 89 páginas........................ Agotado.
Núm.
9 J. EcHEVERRfA Y S. DE PEDRO: El Pínus Insignís en el Norte00 Es'[X1lñi1. 1931. 45 páginas ..
10 A. KAJANDER: La teqrÍ/.L de los tipos do montes. 1932. 89 págs.11 L. VtLAz DE MEDRANO y J. UGARTE: Estudio monoqrátíco del
TÍo Man.zaflllliTe8. 1933. 68 páginas........................ .. ...
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L. CEBALLOS y M. MARTIN BOLAf'los: M,apa fo-restal de la pTO'l:'Íincíaae Cád.iz, en escala 1 : 100.000. 1930 .. .
L. CEBALLOS y M.. MARTtN BOLA~OS: E8t'Udio 8'Obre la 'l;egetaci6n fo-restal de Z!t provincia de Cád.iz. 1930. 353 páginas' ..
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W. SCHMIDT: A8~t08 actuales de la genética fore.s:tail en Buropa,(Oonrerencía.) 1944 '" ..
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L. VtLAz DE MEDRANO: 14 hidrobiologtal en Galic1a. (Conferencia.)1944 .
M. PRATS ZAPIRAIN: Pnoduociótl 11 con8Wl7loO le aemillas en el afiojCh"681lt1l 1943-·H. 68 pág1n.a.9 .
M. PRATS ZAPIRAIN: Produooión 11 COfl8UomO tbJ. semillas en el afioj01'68tal 194·H6. 64 páginas ' .
M. PRATS ZAl'IRAIN: P1'Oduocíón 11 consunuJ de semillas e?l el altO<jore.atal 1945-46. 78 pá.ginaB oo.oo oo oo .
PUBLICACIONES DEL INSTITUTO FORESTAL, EN PREPARACION:
Modemos antisépHc08 11 pq'ool'dimientos para conservar la madera.Elltrudio especial del aceite de alquitrán pl'imm'io de los ligmtos ElS'plIJñole8, por JOS!!: BENITO MARTINEZ.
Producción 11 Consumo de Semillas en el año forestal 1946-47, porM. PRATS ZAPIRAIN, Ingeniero Encargado del Servicio de Semillas.
Estudio SOOre el gérlero ROSA en Espatña, por CARLOS VICIOSO.
Todas estas obras se pueden adquirir en el INSTITUTO FORESTAL DE INVESTIGACIONES Y EXPERIENCIAS, Núftez de Balboa, 51. Maórid (ApIll'
tado 1.265), y en las príncípales llbrerias de Ellpafia.
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