BIOGRAFÍA SUCINTA
del Siervo de Dios, Luis Querbes
El Siervo de Dios nació el 21 de agosto de 1793 en Lyon, parroquia Saint-Pierre1,
Su padre Joseph (1763-1829), era originario de la diócesis de Rodez; su madre
Jeanne Brebant (1766- 1831), había nacido cerca de Ars, en la actual diócesis de
Belley. Eran sastres de trajes. Nació Luis en momentos de violencia y agitación
durante el sitio de Lyon por las armas de la Revolución. Fue bautizado el mismo
día en la iglesia de Saint-Pierre, con los nombres de Jean, Louis, Joseph, Marie2.
Su única hermana, Josèphe-Magdelaine, nació en 1797.
1. 1. La juventud
En 1805, Luis ingresó en la escuela clerical o escolanía de la parroquia Saint-
Nizier, que era entonces la parroquia de su familia. Hizo su primera comunión el
13 d junio de 18053, En 1807, con dos meses de intervalo, recibió la confirmación
(2 de febrero), y después la tonsura (28 de mayo)4, con otros tres clérigos de la
escolanía. Por escrito, hizo voto perpetuo de castidad, sin duda en octubre de
18085. No se trataba de un compromiso tomado por el joven en un impulso de
fervor, sino de una decisión que siguió a un proceso (primera comunión,
confirmación, tonsura) y que orientaba la vida de alguien que se dejaba conquistar
por Dios y que se entregaba a él.
Con sus tres compañeros, recibió muy sólida formación intelectual de Guy-Marie
Deplace, profesor de retórica y de filosofía con el que conservó siempre una
relación y que le enseñó a cultivar las sólidas cualidades intelectuales que poseía, a
dominar perfectamente el francés y el latín, y pasablemente el italiano. Testigos
directos, dicen del Siervo de Dios que estaba “dotado de una memoria prodigiosa,
de una gran inteligencia y de una facilidad excepcional de dialéctica6 “. En 1812,
era bachiller. En el mes de noviembre de este mismo año, entró en el seminario
Saint-Irenée de Lyon. Después de la supresión de la Compañía de Saint-Sulpice
(1811), sacerdotes diocesanos le orientaron en el espíritu de los métodos de los
Sulpicianos. Después de tres años de seminario, demasiado joven para recibir el
diaconado, el señor Querbes volvió a la escuela clerical de Saint-Nizier como
1 Doc. 1 Sum., p. 32
2 En el desorden de la época, el registro de bautismos de Saint-Pierre se perdió. Doce años después, los padres
Querbes atestiguaron que su hijo había ciertamente sido bautizado (Doc. 2, Sum., p. 32) 3 Dc. 3, Sum., p. 33.
4 Confirmación: Doc. 119, #2, Sum., p. 269.- tonsura: Doc. 4, Sum., p. 33.
5 Sobre la fecha del voto, ver Un fundador contrariado, t. 1, p. 47.
6 Doc. 113, #2, Sum., p. 250. Testimonio del Hº Jea-Pierre Blein.
profesor. Al igual que otros seminaristas de la diócesis, intentó ingresar en la
Compañía de Jesús reconstituida, pero el consejo episcopal le negó la licencia7.
Recibió las órdenes menores el 18 de diciembre de 1812, el subdiaconado el 23 de
junio de 1815, el diaconado el 21 de julio de 1816, y el sacerdocio, el 17 de
diciembre de 18168.
A petición del señor Besson, párroco de Saint-Nizier, el sacerdote Querbes fue
nombrado 4º coadjutor en su parroquia de origen, encargado de la escuela clerical.
Era a la sazón una parroquia privilegiada, dirigida por en párroco de fuerte
personalidad, con sacerdotes que habían conocido las pruebas de la persecución,
con cofradías activas, con obras numerosas, un culto celebrado con esplendor,
gracias a la pujante escolanía de varias dicenas de niños. A diferencia de una parte
importante del clero francés que entonces era de tendencia galicana, los sacerdotes
de Saint-Nizier eran ultramontanos. Por otra parte, Deplace y el párroco Besson
preparaban la edición de Du Pape, de Joseph de Maistre. En esta obra, el autor
considera que la autoridad infalible del Soberano Pontífice constituye la clave de
bóveda de la restauración del orden en Europa, después del descalabro que conoció
desde la Reforma a la Revolución francesa.
En la escuela clerical, el señor Querbes estaba ayudado por un sacerdote joven. Lo
esencial de su trabajo era el “santo ministerio”: catecismo, predicación,
administración de los sacramentos, visitas a los enfermos, confesiones, dirección
espiritual, etc. Muy pronto adquirió fama de buen predicador. Sus talentos
motivaron peticiones de predicaciones fuera de Saint-Nizier. De ahí que el consejo
episcopal le propuso tomar la dirección de los misioneros diocesanos en curso de
formación en la diócesis de Tours. Prefirió quedarse en la de Lyon.
1. 2. Párroco de Vourles
El 25 de octubre de 1822, el sacerdote Querbes fue nombrado para la aneja de
Vourles, pueblo de 800 almas, con malas secuelas de la Revolución, donde todo
estaba por hacer. Eso permitió manifestarse, al celo activo del párroco. La
restauración de la parroquia se emprendió con los métodos pastorales del
momento: la predicación, el impulso a la práctica de los sacramentos, el desarrollo
de las cofradías piadosas, etc. Las primeras cofradías fueron la del Santísimo
Sacramento y la del Rosario perpetuo (diciembre de 1822). Otras siguieron más
tarde. Al igual que en Saint-Nizier, el párroco Querbes aprovechó sus talentos de
predicador para mover los espíritus y los corazones. Desde el inicio de su nuevo
cargo, organizó el catecismo de los niños que estaba asegurado desde Todos los
7 Doc. 109, #12, Sum., p. 241, Testimonio del P. Hugues Favre.
8 Órdenes menores. Doc. 5, Sum., p. 34.- Subdiaconado : Doc. 6, Sum., p. 35.- Sacerdocio: Doc. 7, Sum., p. 35.
Santos hasta Pascua, todos los días a las 11. Durante el resto del año, todos los
domingos después de Vísperas. Siempre en la iglesia9.
Con la ayuda de la municipalidad, se levantó una nueva iglesia Para la belleza de
las ceremonias y la participación de los fieles, el párroco rebuscó cantos, los
corrigió en caso necesario e hizo imprimir un libro que, hasta 1861, conocería 15
ediciones y reimpresiones. Fue publicada y tres veces reeditada, una colección de
canciones con sus notas en canto llano.. Para el uso parroquial, el párroco dejó
varios manuscritos de canto.
En 1823, el párroco consiguió de las Hermanas de Saint-Charles la apertura de una
escuela para niñas en Vourles. Era la primera del arciprestazgo. Para los niños,
hubo dificultades tal como manifiesta un testigo:
“Se dirigió a las congregaciones de enseñanza que entonces existían para conseguir
disponer de un religioso. Todas le respondieron que no podían facilitarle menos de
tres miembros. La parroquia de Vourles era muy pobre para asegurar el trato de
tres Hermanos. Lamentando el vacío que dejaban estas instituciones, vacío que
privaba al niño de pequeños pueblos de la necesidad de la educación cristiana, no
le vino de momento otra idea que la de arreglarse lo mejor posible para educar
cristianamente a los niños, dando la mejor dirección posible a su escuela parroquial
dirigida entonces por un profesor laico10
“.
Este profesor se llamaba Pierre Magaud. Originario de la diócesis de Belley,
sobrino del alcalde de Vourles, Pierre Magaud se salió, en 1824, del instituto de los
Hermanos de las Escuelas cristianas, al que pertenecía. Lo hizo en condiciones
poco regulares; quería ser sacerdote y marchó sin haber obtenido la conformidad de
sus superiores. Se refugió en Vourles donde el párroco redactó en su favor una
petición de dispensa de los votos. Como el obispo de Belley, puesto al corriente de
las circunstancias de la salida del instituto se negó al principio a admitir a Magaud
en el seminario (lo admitiría más tarde), el párroco Querbes acogió en su casa al
antiguo religioso, le dio ocupación, de modo que abrió la escuela de muchachos, y
le formó dándole cursos de latín, de letras y de pedagogía. Hizo de él, escribirá, su
cantor, sacristán, catequista, comensal y compañero11
.
1. 3. El proyecto de fundación
9 Doc. 99, Sum., p. 224. Visita canónica de la parroquia de Vourles (1827).
10 Doc. 119, #12, Sum., p. 271. Testimonio de Charles Saulin.
11 Doc. 54, #2, Sum., p. 121. Informe de Luis Querbes al cardenal de Bonald (junio-julio de 1841)
El párroco vecino de Brignais, tenía también un profesor joven en situación de
formación, Thomas Nogier. Le pidió al párroco de Vourles que lo recibiese con
Magaud, para que se aprovechase de la misma formación. El párroco Querbes se
percató de una necesidad:
Me sorprendía pensando en lo ventajoso que sería facilitar a mis hermanos,
maestros y compañeros como el que yo tenía la suerte de tener entonces12
.
La idea de hacer algo para formar maestros cristianos y convertirles en auxiliares
del clero había nacido:
Fue hacia el final del año 1826 , escribe el Padre Querbes en 1839, cuando el
fundador de los Clérigos de San Viator concibió el primer proyecto de esta
sociedad13
.
El proyecto maduró a lo largo de dos años, agitado por dos propuestas que el
consejo episcopal hizo al Siervo de Dios: encargarse de la dirección del pequeño
seminario de Saint-Jodard o bien secundar la idea del sacerdote Vincent Coindre
fundador del Sagrado Corazón. Pero el señor Querbes declinó el ofrecimiento y se
mantuvo en una idea que, escribió al Monseñor de Pins, le ocupa completamente,
le persigue incluso en el altar14
; una idea que ha considerado ante Dios desde hace
varios años15
.
Poco a poco el proyecto fue madurando: se trataba de crear un seminario para
maestros de escuela parroquial16
, por tanto una escuela normal. Pero estos
maestros serían más que simples profesores:
La intención es formar una escuela realmente normal que sea para la diócesis
un semillero de maestros de escuelas parroquiales y piadosas y cuyos alumnos
puedan ser en nuestras parroquias de aldea los acólitos y los sacristanes de los
párrocos, siempre a sus órdenes como también a las del Ordinario, bien sea
permaneciendo célibes, o bien comprometiéndose después en el matrimonio17
.
No se trataba sólo de formar los maestros, si bien en el terreno de la enseñanza
elemental todo estaba por hacer18
sino de aprovechar el desarrollo de las escuelas
12
Ibid 13
Doc. 44, #1, Sum., p. 101. Diario de asusntos interiores de la Sociedad. 14
Doc. 12, #1, Sum., p. 42, Borrador de carta a Monseñor de Pins. .Sin fecha. 15
Doc. 17, #1, Sum., p. 54. Borrador de carta a Monseñor de Pins. Sin fecha. 16
Doc. 17, #6, Sum., p. 55. Borrador de carta a Monseñor de Pins. Sin fecha. 17
Doc. 20, #2, Sum., p. 59 18
La Revolución había eliminado el sistema de las “pequeñas escuelas”, dirigidas por párrocos (cf. 17, #3, Sum., p.
54), y no había tenido tiempo de elaborar un sistema de enseñanza coherente. Napoleón se había interesado por los
primarias para hacer del profesor, un agente de pastoral que pudiese, en las
parroquias escasas en medios, impartir la catequesis con competencia, cantar en la
iglesia, secundar al párroco, muy a menudo solo y aislado. Para diseñar esta
persona polivalente, el párroco Querbes utiliza dos expresiones de la época, clérigo
laico, clérigo parroquial, o simplemente, catequista. El proyecto se incluía en el
movimiento de recristianización y se pretendía diocesano. El párroco se negaba sin
embargo a querer fundar una congregación religiosa: para él, una cofradía piadosa,
era suficiente.
El proyecto iba dirigido a maestros ya en ejercicio o bien a personas que querían
participar en la profesión, fuesen hombres casados o no. Los primeros borradores
de estatutos prevén por otra parte compromisos más exigentes para aquellos que
siguiesen célibes: vivir según el modelo devoto de las cofradías o de las
asociaciones piadosas. El señor Querbes, piensa incluso que, ya que los catequistas
servirían en el altar, algunos pudiesen ser tonsurados siguiendo una decisión del
concilio de Trento (sesión 23, capítulo 17) que nunca se había puesto en práctica19
.
El santo protector y modelo dado a los Catequistas se tomó del santoral de la
diócesis. San Viator fue, en la segunda mitad del siglo IV, un lector de la Iglesia de
Lyon durante el episcopado de san Justo, por tanto encargado de anunciar y
proclamar la Palabra. Fue fiel hasta el final a su obispo cuando este dejó su cargo
episcopal y se retiró en el desierto de Scete.
1. 4. La aprobación civil y la reacción de Msr. De Pins
En enero de 1829, de acuerdo con el consejo episcopal, en particular de M. Simon
Cattet, vicario general, el señor Querbes redactó los estatutos civiles de la futura
asociación caritativa para someterlos a la aprobación del gobierno. En efecto, la
realización del proyecto, en particular la creación de una especia d escuela normal,
exigía un reconocimiento legal y fondos que no podían conseguirse más que siendo
una asociación reconocida de utilidad pública.
liceos que proporcionaban cuadros y oficiales, pero había descuidado la enseñanza elemental. Antes de 1833, todo
el sistema de enseñanza estaba por hacer: legislación, programas, pedagogía y sobre todo formación de los maestros.
Eso explica el lugar que ocuparon las nuevas congregaciones de hermanos de enseñanza y de religiosas. De 1821 a
1826, fueron reconocidas diez asociaciones de hombres, como piadosas asociaciones dedicadas a la enseñanza y que
eran de hecho congregaciones religiosas. De 1825 a 1827, una cincuentena de congregaciones femeninas fueron
autorizadas. (cf. Un fundador contrariado, t. 1, p. 226) 19
Quod si ministeriis quatour minorum Ordinum exercendis clerici caelibes praesto non erunt, possint etiam
contugati vitae probatae, dummodo non bigami, ad ea munia obeunda idonei, el qui tonsuram et habitum clericalem
in ecclesia gestent ( Concilium Tridentinum, Sessio XXIII, Caput. XVII.- Qua ratione exercitia minorum Ordinum
repetenda).
El texto presentado fue considerado insuficiente por el ministerio. El párroco
Querbes redactó rápidamente una serie de artículos explicativos20
pero en mayo de
1829, el ministro rechazó el texto: le parecía que ciertos artículos anunciaban que
se trataba de una congregación religiosa de hombres y en tal caso hubiera sido
necesaria una ley para autorizar la Sociedad. ¿Podía la administración francesa
entender que esos laicos que daban catequesis y que tenían un lugar en el coro no
eran Hermanos?. El señor Querbes se defendió:
Sólo los votos constituyen una congregación religiosa: aquí no hay ninguno. Es
cristianamente una cofradía y legalmente una asociación caritativa.. Nada más.
Lejos de mí, ser fundador de una orden21
.
A mediados de julio, se presentó un nuevo informe22
. A fin de defender mejor el
documento y con la autorización de monseñor de Pins, el párroco Querbes fue a
París (finales de julio, primera quincena de agosto). Dándolo autorización para
dirigirse a París, el consejo episcopal ¿creía en el éxito?. Según un testigo parece
ser que no:
“estando el señor Querbes en París uno de sus amigos le escribió diciéndole que
habiendo ido al arzobispado le dijeron que tenían por loco al señor Querbes, que se
le había permitido este viaje para ceder a su empeño, pero que volvería como había
ido23
“.
En París, la redacción de los estatutos fue notablemente simplificada: 7 breves
artículos definían una asociación caritativa de maestros de primaria para los
departamentos de la academia de Lyon: l’Ain, la Loire, le Rhône. Estaría
“sometida a los reglamentos universitarios que regían las asociaciones caritativas
destinadas a la instrucción pública de los niños de pueblo” (art. 2). En la sesión del
8 de agosto de 1829, el Consejo real de Instrucción pública recomendaba la
autorización de la asociación. La ordenanza real sería firmada el 10 de enero de
1830.
“La aprobación del gobierno, ha quedado como el secreto un tanto exclusivo del
padre Querbes” observaría más tarde el Hº Charles Saulin24
. ¿Cómo un simple
párroco de una pequeña parroquia de pueblo pudo, en menos de seis meses, hacer
que se aprobasen los estatutos de una sociedad que no existía, y eso en un corto
20
Cf. ACSV. DQ 27 y Doc. 14, Sum., p. 43. 21
Doc. 21, nota 2, Sum., p. 43. 22
Cf. ACSV. DQ 43B. 23
C. P. p. 1354, DQ 702. Relato del sacerdote Jean-Baptiste Martin en Histoire des Eglises et Chapelles de Lyon.
Lyon 1908, 372 p. 24
Doc. 119, #17, Sum., p. 272
espacio de tiempo y por un gobierno considerado poco favorable a las instituciones
de Iglesia?. Sin duda el párroco Querbes supo ser un buen abogado de su causa con
ocasión de los dos encuentros que tuvo con el ministro Vatimesnil. Tuvo buenos
defensores en la persona de varios altos funcionarios: Ambroise Rendu y los
sacerdotes de La Chapelle y Clausel de Coussergues. Hombres políticos, entre ellos
M. de Verna, diputado, intervinieron en su favor. Este era además, miembro de la
Congregación de Lyon, una sociedad de laicos cristianos muy activa e influyente.
Pero este éxito originó una seria dificultad con el arzobispo administrador,
Monseñor de Pins, que al parecer no estuvo perfectamente al corriente por M.
Cattet de las negociaciones en curso entre el párroco Querbes y el ministerio.
Rechazó que la asociación caritativa de San Viator recibiese el menor asomo de
aplicación. No admitía que el señor Querbes hubiese aceptado tratar con un
gobierno enemigo. Tampoco admitía que las escuelas de San Viator estuviesen
sometidas a los reglamentos universitarios. Para monseñor de Pins, como para
muchos otros miembros del clero, todo control universitario era intrínsecamente
malo, ya que iba contra una de las prerrogativas que los obispos reclamaban:
recuperar el control de la enseñanza que la Revolución les había usurpado. Aceptar
este control, era aceptar la nueva situación de las cosas, por tanto un cierto espíritu
liberal. El párroco trató de explicarse en un largo alegato, bien argumentado y
respetuoso con la autoridad eclesiástica25
. Todo fue inútil. Durante dos años, el
administrador se opuso a la creación de la asociación y no la consintió hasta el 3 de
noviembre de 1831 a condición sin embargo, de que los estatutos le fuesen
sometidos para aprobación.
El 5 de noviembre de 1831, el señor Querbes firmó sus promesas de sacerdote
catequista26
. El 10 de noviembre, recibió los primeros Catequistas, Pierre Magaud,
Thomas Nogier y Pierre Liauthaud27
. Otros llegarían en 1832 y 1833.
1. 5. Los primeros años de la Asociación de San Viator
En una serie de redacciones sucesivas, corregidas y refrendadas por el consejo
episcopal, alteraciones de redacción polarizaron la Asociación como un grupo de
hombres célibes que, aunque laicos, se comprometían a practicar en toda su
extensión los consejos evangélicos de castidad y de obediencia y a formarse en el
espíritu de la pobreza cristiana28
. Una evolución importante se presentó en el mes
25
Doc. 22, Sum., p. 61. 26
ACSV. DQ 558. Registro de actas de recepción de los Catequistas de San Viator. 27
Es posible que Pierre Liauthaud que era maestro en un departamento vecino hubiese enviado sus promesas por
carta. En el registro de actas de recepción de Catequistas, aparece como ingresado el 10 de noviembre de 1831. 28
ACSV. DQ 112
de agosto de 1833, cuando el consejo episcopal proyectó fusionar la Sociedad de
los Catequistas, aprobada desde el punto de vista civil pero cuyo proyecto
diocesano parecía desenfocado, y los Pequeños Hermanos de María del P.
Champagnat que no conseguían hacerse aprobar por el gobierno pero que sí lo eran
canónicamente. El proyecto de fusión no gustó a los dos fundadores. El Padre
Querbes que hubiera tenido que ser el superior del conjunto, preparó sin embargo
un proyecto de estatutos que contaba con las dos clases, la de los hermanos y la de
los catequistas.
Aunque la fusión no llegó a realizarse, las disposiciones estatutarias sobre los
religiosos no fuero borradas en los estatutos de los Catequistas y, el 11 de
diciembre de 1833, Monseñor de Pins aprobó el texto definitivo que los regiría. El
artículo 7 decía:
La sociedad de los catequistas al ser a la vez una piadosa asociación y una
congregación religiosa, sus miembros se distribuyen en dos clases que difieren una
de otra por la extensión de sus compromisos y por la naturaleza de sus
prerrogativas. La primera es de hermanos; la segunda de cofrades29
.
El párroco de Vourles se convirtió por tanto en el superior de una congregación
religiosa de derecho diocesano y el director de una piadosa cofradía.
Entre tanto, en agosto de 1832, se había adquirido una casa en Vourles, gracias a
un donativo y a un préstamo, lo que permitió recibir a los primeros aspirantes.
Algunos establecimientos (los estatutos los nombran magisterios), fueron
aceptados en 1832 y 1833. En julio de 1833, a petición del señor Querbes, un
rescrito pontificio afilió la Sociedad de los Catequistas a la Archicofradía de la
Doctrina cristiana de Roma30
. No se trataba sólo de obtener para los Catequistas
indulgencias de las que la Archicofradía disponía, sino sobre todo inscribir la
Sociedad en la corriente catequética nacida en la segunda mitad del siglo XVI y
que había sido pujante en Italia y en Francia.
El Siervo de Dios redactó y publicó un método de lectura (A B C de las pequeñas
escuelas) y un Directorio que era, a la vez, un libro de normas, un tratado
pedagógico y un manual de urbanidad para los Catequistas a fin de que pudiesen
ocupar dignamente su sitio en una parroquia y en la nueva Sociedad.
Poco a poco la organización de la Sociedad se fue situando. La mayoría de los
primeros Catequistas eran enviados solos, a pequeñas parroquias y alojados en la
29
Doc. 27, art.7. Sum., p.70. Estatutos vistos y aprobados por Mons.. de Pins, el 11 de diciembre de 1833 30
Doc. 25, Sum., p. 65. Súplica para solicitar la afiliación, que se obtuvo el 10 de julio de 1833
casa parroquial. Muy pronto, algunos de entre ellos, de conducta irreprochable y de
competencia reconocida se convirtieron en personas de valía: Pierre Liauthaud,
Jean-Jacques Mermet, Claude Robin, Jean-Pierre Blein, Antoine Thibaudier, Louis
Fraigne. Algunos otros, que ingresaron ya mayores, y en ocasiones después de
haber fracasado en otra sociedad, no dieron la talla. Fue de esos de donde vinieron
las primeras dificultades.
El consejo episcopal, a partir de algunas referencias recibidas de párrocos y en
relación con un asunto menor (el hábito), amenazó con intervenir más de cerca en
los asuntos de la Sociedad. El Superior aseguró la obediencia de todos:
En nombre de la sociedad os confieso ante todo nuestra obediencia. Tenemos
tres casas y treinta mil francos de deuda. Nuestras adquisiciones no se han hecho
más que estimulados por algunos de MM. los miembros del Consejo de Monseñor.
Puedo responder de la abnegación de gran número de clérigos. Monseñor puede
echarnos por tierra con un plumazo. Nos levantaremos con un havresac31
al
hombro e iremos guiados por la Providencia, en busca de nuevas experiencias32
.
A pesar de estas protestas, el sacerdote no dejaba de preocuparse en garantizar el
futuro de lo que había sido el proyecto inicial de la Sociedad de los Catequistas:
Por eso, escribe más tarde, el fundador de los Clérigos de S. Viator tomó la
resolución de solicitar a la Santa Sede Apostólica la aprobación de los estatutos de
la Sociedad, a fin de ponerlos al abrigo de todos los cambios33
.
1. 6. La aprobación pontificia
Al emprender la gestión, el Siervo de Dios trataba de asegurar la estabilidad de la
Sociedad cuya existencia iba ligada a una administración episcopal considerada
provisional. Además era consciente de problemas de salud; quería dejar las cosas
en orden por si tuviese que confiar la Sociedad a otro. Recurrir a Roma era
también buscar una aprobación que se impone a todos y que permita la extensión
de la Sociedad sin que los obispos puedan adaptarla a su gusto34
. Era también tratar
de que fuese reconocida la rama laica, suprimida por la última revisión de los
estatutos por el consejo episcopal .
31
Especie de mochila 32
Doc. 28, #4, Sum., . 75. Borrador de carta a M. Cattet, el 25 de noviembre de 1836. 33
Doc. 44, #8, Sum., p. 103. Diario de los asuntos internos de la Sociedad 34
Era el caso del obispo de Belley queno quería tener en su diócesis religiosos originarios de la autoridad del
arzobispo de Lyon.
En efecto, a fin de ser presentados a la Santa Sede, los estatutos sufrieron una
última revisión en el arzobispado, en febrero de 183835
. Lo referente a la cofradía
desapareció completamente del texto. Sin embargo, el Padre Querbes redactó muy
meticulosamente, en francés y en latín, un capítulo adicional sobre los catequistas
seglares36
. En julio de 1838 en la presentación que hizo de los Catequistas al
cardenal encargado de estudiar el expediente de aprobación, indicaba:
Gli Associati célibi compongono la Società regolare, i dicui Statuti sono
sottoposti alla Confermazione della S. Sede Apostolica. Non esiste ancora l’altra
classe di Confratri secolari e pii Catechisti che potrebbero esser ammogliati. Ma il
governo civile avendo riconoscitito il diritto di dirigerli, quanto bene sarebbe
approffitarsene37
.
Resumiendo, no era solo “decreto de alabanza” lo que el Fundador esperaba, sino
más bien la aprobación definitiva de la regla.
Un testito, el Hº Charles Saulin, cuenta que al partir para Roma, el señor Querbes
fue tratado de “presuntuoso y de loco”38
. Su antiguo maestro, Guy-Marie Deplace,
le escribió, dudando de su éxito39
. Pero al menos dos amigos, no dudaron. El P.
François Renault, Jesuita de La Louvesc, le animó y le recomendó en seguida a
varios miembros de la Sociedad de Jesús influyentes en la administración
pontificia. Pauline Jaricot, a su vez, le animó y le indicó personas que conocía en
Roma y que podrían serle útiles.
Parece ser que el P. Querbes hubiese intentado la aprobación pontificia sin tener
que trasladarse a Roma40
. Cuando el documento estaba ya preparado, su estado de
salud no le permitía proyectar este viaje: sufría de un cálculo renal. Sin embargo
salió el 8 de mayo de 1838.
Tres períodos de distinta duración se reparten la permanencia. El primero
transcurre desde el 15 de mayo al comienzo de agosto. Es el conocimiento de la
Ciudad eterna, las visitas de cortesía, la presentación de la Sociedad, la primera
audiencia concedida por Gregorio XVI y las gestiones ante la S. Congregación de
Obispos y Regulares.
35
ACSV. DQ 213. 36
Doc. 29, Sum., p. 76. Apéndice o capítulo adicional sobre los cofrades o Catequistas seglares. 37
Doc. 34, #1 nota, Sum., p. 85. Notizia circa i Catechisti.. Sin fecha pero en julio de 1838. La ortografía es del P.
Querbes. 38
Doc. 119, #17, Sum., p. 272. 39
ACSV. P. 1198, carta del 20 de julio de 1838. 40
ACSV. DQ 181, DQ 182. Carta al P. Faure el 5 de febrero de 1838.
El segundo, corresponde al mes de agosto, un mes de dificultades. El 3 de agosto,
los miembros de la Sagrada Congregación se reúnen y consideran que la
aprobación de los estatutos debe ser diferida. Los Catequistas dependían hasta
entonces del arzobispo de Lyon que recibía los votos de los religiosos, les eximía
de ellos, tenía derecho de vigilancia sobre la administración, etc. En Roma, al
haber sido modificados algunos artículos y suprimida la referencia al arzobispo de
Lyon, los cardenales consideraron que, al menos por deferencia, Monseñor de Pins
debía ser consultado y que a él le correspondía otorgar su acuerdo a la nueva
versión de los artículos retocados. El P. Querbes esperaba una aprobación sin
demoras. La decisión del 3 de agosto estropeaba su deseo de un regreso rápido a
Francia. El 6 de agosto escribió a Monseñor de Pins. Le sometía los cambios
previstos y le suplicaba el favor de una pronta respuesta. Terminaba su carta con
estas palabras. El tedio tanto como los calores, me están haciendo pagar el tributo
al clima de Roma41
. En efecto, se puso enfermo y tuvo que guardar cama. La
respuesta del Monseñor de Pins superaba lo que el P. Querbes esperaba: no sólo el
arzobispo suscribía los cambios propuestos, sino que además, aceptaba por
adelantado todas las modificaciones que en delante pudiesen hacerse42
El tercer período, el mes de septiembre, fue corto pero aprovechado. El informe se
completó con la impresión de nuevos arreglos y de nuevo sometido a los
cardenales. A continuación, el P. Querbes se aisló en una casa de los Jesuitas para
hacer un retiro. El 21 de septiembre de 1838, los miembros de la S. Congregación
de Obispos y Regulares, reunidos en sesión plenaria, aprobaron la versión
definitiva de los estatutos de la Asociación de los Catequistas de San Viator43
. El
decreto de aprobación fue firmado el 27 de septiembre.
El importante Breve pontificio de aprobación, sería publicado el 31 de mayo de
1839 y llevado a Francia por Pauline Jaricot, a su regreso de una peregrinación a
Roma con ocasión de la canonización de San Alfonso de Ligorio.
La Sociedad aprobada el 21 de septiembre de 1838 es una congregación religiosa.
Aparte lo referente a los votos y a la dirección, la regla retoma las disposiciones
vigentes. Los votos se emiten primero por cinco años y después, para siempre. El
Director principal, elegido por el capítulo general, no tiene ya que validar sus
decisiones por el arzobispo de Lyon.
El P. Querbes había ido a buscar estabilidad para la Sociedad. Lo consiguió. Quería
también obtener el reconocimiento de la Sociedad, tal como la había ideado al
41
ACSV. DQ 239-A. 42
ACSV. DQ 243. 15 de agosto de 1838. 43
Doc. 98, Sum., p. 209. Estatutos de la Asociación de los Catequistas parroquiales o Clérigos de San Viator.
principio. En nota redactada para presentarla, indica: Secondo il consiglio del
Eccmo Mgr Soglia e del molto R. P. Rosaven non sarà esibito l’appendice
contenente il progetto di Confraternità dei Catechisti secolari44
.
Pero tampoco vuelve de Roma como había ido: vinculado hasta entonces a la
Sociedad por la simple promesa de sacerdote catequista, el 27 de septiembre ante
al Papa pronuncia los votos perpetuos en la Congregación de la que es el primer
superior general45
.
Como tantos otros, el Siervo de Dios fue movido a caminar sin saber muy bien
adonde iba. Sin duda, Monseñor de Pins anuló el proyecto primitivo. El P. Querbes
fue consciente de ello: La segunda clase (la de los cofrades laicos) no pudo
conseguirse, ya que la autoridad eclesiástica negó su aprobación, escribe en
184946
. Pero al constituir los Catequistas en la forma clásica y reconocida de una
congregación religiosa, el arzobispo salva los Clérigos de San Viator, que sin la
autorización episcopal, hubiera desaparecido pronto, como muchos intentos en el
siglo XIX. El 15 de agosto de 1838 otorgando su conformidad a las ligeras
modificaciones que se le habían presentado, Msr. de Pins dice: “En este modo de
redacción, veo un porvenir, y este porvenir me consuela”.
1. 7. El desarrollo de la Congregación
A partir de 1839 la historio personal del Siervo de Dios se confunde, en buena
parte, con la de la Congregación, sus problemas de crecimiento y de estructura, sus
fracasos, pero también sus éxitos. Fueron veinte años de intenso trabajo, de
preocupaciones continuas que le llegaron de puntos diversos, pero también
satisfacciones merecidas.
Aunque era superior, siguió siempre como párroco de Vourles y su función no era
honorífica, si bien era secundado por un coadjutor. Seguía siendo el pastor de su
parroquia, participaba en las conferencias eclesiásticas, en las que era un
conferenciante solicitado., predicaba en su parroquia y en otras como predicador
invitado Por el hecho de su experiencia muy conocida, era muy solicitado por sus
feligreses para intervenciones de todo tipo.
La gestión de su joven Congregación le supuso muchas preocupaciones. El
noviciado regular, abierto en junio de 1839, con el Hº Liauthaud como maestro de
44
Doc. 34, nota 3, Sum., p. 86. Notizia circa i Catechisti.. Sin fecha pero en julio de 1838. 45
ACSV. DQ 249. 46
ACSV. DQ 458. Borrador de carta a Claude-Louis Michel, sin fecha pero en 1849.
novicios y el apoyo de los Jesuitas de Lyon, recibió muchos aspirantes. La
Congregación vivía principalmente de donativos recibidos en un despacho de
laicos lionés, pero la inundación que arrasó la ciudad y la región en noviembre de
1840 desvió naturalmente las limosnas hacia las víctimas del desastre y privó a la
Congregación de recursos. El noviciado tuvo que ser interrumpido durante cerca de
un año.
Una segunda desilusión llegó de la diócesis de Nevers en la que se había abierto
una casa de formación y aceptado asentamientos. Se esperaba un desarrollo pero
las profesiones no fueron sólidas, las escuelas apenas sostenidas por el clero y el
desarrollo pretendido no llegó.
Pocos días después de la apertura del noviciado, dos americanos llegaron a Vourles
enviados por Monseñor Rosati, obispo de Saint-Louis del Missouri. Venían a
formarse en la vida religiosa para regresar a Estados Unidos, acompañados de
religiosos franceses. El obispo los enviaba a los Hermanos Maristas pero M.
Cholleton, vicario general, les había dirigido a Vourles. El P. Querbes se encontró
ante una fundación imprevista y que llegaba demasiado rápida. Pero aceptó. No
resultó exitosa: las divisiones entre los religiosos, el fallecimiento de Monseñor
Rosati y la incapacidad de su sucesor para encontrar un lugar para los religiosos
arrastraron rápidamente el fracaso de la fundación.
Una de las principales dificultades surgió en 1843-1844, con los ministros de
Instrucción pública Villemain y Salvandy que amenazaban suprimir todas las
escuelas dirigidas por los religiosos de San Viator fuera de la academia de Lyon.
En efecto, se habían hecho aperturas irregulares de escuelas en departamentos para
los que la Sociedad de San Viator no estaba autorizada47
. Con muchas reticencias y
gracias a recomendaciones de diputados, los ministros consintieron suspender la
decisión, a condición de que no hubiese más aperturas irregulares.
Si el ministro había cerrado de modo autoritario las escuelas abiertas ilegalmente,
el Siervo de Dios tenía que hacer regresar a Vourles a religiosos sin trabajo. Fue
entonces cuando aceptó, en agosto de 1844, la propuesta de Monseñor Borghi,
obispo de Agra, de enviar religiosos a la India con el proyecto de abrir allí un
pensionado para los hijos de los colonos y un orfanato para los indios. La
fundación, aceptada de modo precipitado, mal preparada, dirigida por personas
poco competentes, fue también un rotundo fracaso.
47
Los superiores de congregación recibían, entonces, peticiones urgentes para abrir escuelas a fin de oponerse a los
progresos de profesores liberales. Respondían en la medida en que contaban con efectivos disponibles, sin
preocuparse demasiado si respetaban el área geográfica para la que su congregación había sido autorizada. Pero,
hacia 1840-1845, la administración poco favorable al desarrollo de las escuelas dirigidas por Hermanos, reaccionó
vivamente.
Pero felizmente, toda la historia de le joven congregación no se limita a reveses. En
1844, la afiliación de la pequeña congregación de los Hermanos de Saint-Odilon,
de Saint-Flour, abrió la diócesis a la de San Viator, y le proporcionó religiosos
valiosos y un desarrollo lento pero seguro en el Macizo Central. En 1847, tres
religiosos partieron hacia Canadá y, muy pronto, la rama canadiense se desarrolló
gracias al apoyo de Monseñor Bourget, obispo de Montreal. En 1851, amparándose
en una interpretación benigna de un artículo de la Ley Falloux favorable a la
enseñanza dirigida por congregaciones, la Sociedad de San Viator fue permitida en
toda Francia. En 1854, una segunda afiliación, la de los Hermanos de Saint-Jean, le
abrió generosamente la diócesis de Rodez.
La táctica con la que Luis Querbes gestionó la congregación desconcierta a veces
al observador: correspondencia irregularmente mantenida, consejos y capítulos
escasos, dificultadas con sus directos cooperadores, el Hº Liauthaud y el P. Faure;
demoras muy prolongadas para redactar el comentario de los estatutos reclamado
por los religiosos, etc. Realmente era un superior muy ocupado: la parroquia, las
visitas a las comunidades, que se extendían de Nevers al Sur de Francia, la
redacción de varias obras necesitaban su tiempo, un tiempo que era, por una parte,
mermado por períodos de enfermedad. En todo caso, parecer ser que el Siervo de
Dios desarrolló su función de superior con más dificultad que la de fundador. Al
fundar una asociación cuyo director estatutario era el párroco de Vourles, el P.
Querbes no había previsto ser un director perpetuo. Se convirtió lentamente a su
papel de superior general de por vida, de una congregación religiosa.
1. 8. Los últimos años y la muerte del Siervo de Dios
Están marcados por un fuerte desarrollo de la Congregación, desarrollo que
también conocieron otras congregaciones religiosas llamadas a participar en la
expansión de la enseñanza, característica de estos años del Segundo Imperio. En
1853, un primer aviso de diabetes inmovilizó al P. Querbes durante algún tiempo.
Otros siguieron, hasta el último y más grave.
En efecto, en 1859, el P. Querbes sufrió una progresiva degradación de sus fuerzas.
El 15 de enero de ese año, el párroco de Vourles, que seguía siendo él, inscribió la
última acta sobre el registro de catolicidad de la parroquia. Su correspondencia se
hizo más escasa48
, y la última firma suya conocida es del 7 de agosto49
.
48
Del año 1859, los archivos no conservan más que una corta tarjeta dirigida al Hº Foucault (30 de marzo) y dos
cartas al Hº Gonnet (6 de abril y 17 de mayo).
La diabetes y los desgastes que ocasionaba en el organismo empeoraron hacia el
mes de febrero de 1859 y especialmente durante la cuaresma50
, hasta el punto que
en la semana de Pascua el enfermo “ se encontraba en las últimas, señala el P.
Favre, y los médicos que ya le había desahuciado no le daban ocho adías de
vida”51
. Los religiosos de la región lionesa fueron informados e invitados a reunirse
en Vourles para un definitivo adiós.
El 27 de abril, el Siervo de Dios dictó su testamento52
ante un notario y en
presencia de cuatro testigos: un rentista, dos agricultores y un carnicero. El
documento, que empieza con la frase Encomiendo mi alma a Dios nombra al P.
Hugues Favre como legatario universal o, en su defecto, al Hº Jean-Pierre Blein, de
modo que los bienes de que el testador era propietario quedan en la Congregación.
Se trataba de propiedades de Vourles, del pensionado de Rochetaillée, de la escuela
de Saint-Didier-au-Mont-d’Or y de una parte en una posesión, en Thel (Rhòne).
Además,, el documento presenta disposiciones prácticas en relación con la casa de
los padres Querbes y las condiciones de empleo de los primos propuestos para el
mantenimiento de la casa Comte. En el testamento no aparece ninguna disposición
en relación con los funerales o la elección del que llegaría a ser Director principal.
Al comienzo del mes de mayo, se manifestó una mejoría. El P. Hugues Favre vio
en ello el resultado de las oraciones en favor del Siervo de Dios por los religiosos y
alumnos: “Tantas oraciones conmovieron al Cielo. Llegó el mes de mayo, y con él
una mejoría en el estado del enfermo, que se mantuvo y se afianzó con gran
asombro del médico que le visitaba todos los días, y que atribuía este cambio
inesperado a una especie de milagro53
“. En una carta al P. Gonnet, el Siervo de
Dios narra él mismo este tipo de resurrección54
. Adelgazado y debilitado, recuperó
una parte de su actividad parroquial “en el altar, en el púlpito, en el. confesonario y
en atención de los enfermos55
“. Pero fue sólo una mejoría de algunas semanas, y a
partir del mes de julio, la diabetes reapareció.
49
Va en una tarjeta escrita por otra mano y dirigida l alcalde de Vourles para pedirle autorización para arreglar una
pared. La firma es de un trazado tembloroso. 50
En 1859, la Pascua fue el 24 de abril. 51
Doc. 112, #2, Sum., p. 249. Carta al P. Etienne Champagneur, 11 de octubre de 1859. 52
ACSV. DQ 736 53
Ibid. Subrayado por el autor. 54
Cf. Doc. 88, #1, Sum., p. 175. Carta del 17 de mayo de 1859. Cf. c. 3.2. La fe: 3.2.3. “El sentimiento de la
presencia de Dios”; c. 3.3. La esperanza: 3.3.5. “El que vive en la gratitud y la humildad”. 55
Doc. 112, #3, Sum., p. 249. Carta del P. Hugues Favre al P. Etienne Champagneur ,11-X-1859.
La fiesta patronal del Siervo de Dios, San Luis, celebrada el 25 de agosto, fue
ocasión para la última reunión a su alrededor, de sus religiosos y discípulos. El P.
Pailhès narra la escena56
:
“El 25 de agosto de 1859, fiesta de San Luis, su patrono, los Hermanos de la casa y
de los establecimientos vecinos se reunieron alrededor del venerado Padre para
ofrecerle su felicitaciones. El día era hermoso y el cielo sin una nube. El R. P.
Querbes bajó a la terraza57
. El rostro sonriente, pero profundamente alterado por el
sufrimiento. Recibió de pie los buenos deseos de sus queridos hijos y les dirigió
piadosos consejos que recogieron como el testamento de un padre moribundo.
Quiso ocupar su sitio en la comida de la comunidad y se esforzó por alegrar con
palabras amables una reunión que iba a ser para él la última. Varios de los
presentes no volverían a verle en este mundo. Acabada la comida, rendido de
cansancio y dominado por la emoción, tuvo que subir a su habitación y acostarse.
No se hacía ninguna ilusión sobre su situación. “Todavía algunos días, y me
encontraré con la muerte58
“.
Antes de atravesar el umbral de la casa, ¿dirigió el Siervo de Dios por última vez
su mirada hacia el “Berceau” y, más allá, hacia la iglesia que había contribuido a
edificar? Desde aquel día de octubre de 1822 en el que conoció Vourles, ¡cuánto
camino recorrido!
Recibió los últimos sacramentos el 29 de agosto de manos del sacerdote Hugues
Favre59
. A los religiosos que le rodeaban en ese momento les dirigió algunas
palabras que su secretario, el Hº François Favre escribió en un cuaderno. Es a la
vez el traspaso de cambio a su vicario, el P. Hugues Favre, una invitación a
obedecer al que sería su sucesor y la bendición del padre de familia que despedía a
sus hijos:
“Veamos, hijos míos. Ahora tengo que hablaros. Pero estoy sin fuerzas. Habéis
visto la unión que siempre existió entre el señor Favre y yo. Dedicadle a él la
misma obediencia que habéis manifestado conmigo. Alejad lejos de vosotros el
espíritu de partido o de sistema. Sed obedientes. Haced partícipes de mis
56
¿Fue testigo directo? Es posible Durante el curso 1857-1858, se encuentra en la escuela de Vaux-Renard (Rhòne).
En el curso 1858-59 es otro religioso el que se encuentra allí. En la relación de las “estadías” establecidas por el
Superior no aparece el nombre del Hº Pailhès. Ahora bien, el Superior tenía la costumbre en este tipo de documento
de no mencionar los religiosos que trabajaban en Vourles.. 57
La escena tuvo lugar en lo que había sido la propiedad Comte 58
{Joseph Pailhès], “Reseña sobre el R.P.Querbes”, en Manual necesario de los Clérigos de San Viator, 1888. 59
Cf. Doc. 112, #1, Sum., p. 249. Carta al P. Etienne Champagneur, 11 de octubre de 1859.
recomendaciones a los que se encuentran ausentes. Os doy mi bendición y la hago
extensiva a todos 60
.
El P. Hugues Favre, indica brevemente:
“Sufría mucho sólo tenía raros y breves momentos de descanso, fuera de su lecho
en el que podía aguantar. Sus sufrimientos soportados con resignación y paciencia
sólo le arrancaban estas exclamaciones u otras parecidas: “Dios mío, tened piedad
de mí. Dios mío ayúdame. Ten misericordia de mí. María, mi buna madre, ruega
por mí, asísteme61
“.
Tras una corta agonía, el Siervo de Dios suspiró finalmente el 1º de septiembre de
1859, al anochecer62
.
1. 9. Los funerales
El Hº Jean-Baptiste Clavel ofrece datos sobre los días que siguieron a la muerte y
sobre los funerales del Siervo de Dios63
:
“Se le expuso en el. salón, revestido de sus prendas sacerdotales, en todo momento
rodeado de sus hijos que, noche y día salmodiaban el oficio de difuntos. La
parroquia entera vino también a contemplar a su venerado pastor, y ofrecerle el
último tributo de respeto, amor y gratitud64
“.
La esquela impresa es simplemente informativa: señala la fecha y hora de la
defunción, como también la fecha y hora de la celebración de los funerales. En
cambio, le mención que el P. Favre hizo sobre el registro de catolicidad es más
interesante por lo que se refiere a los datos de uno y otro:
“El año mil ochocientos cincuenta y nueve, ha sido inhumado, en el cementerio de
esta parroquia, en presencia de una multitud inmensa de sacerdotes, de clérigos de
San Viator, de feligreses y de otras personas, por el señor Chavalard, párroco de
60
Doc. 117, Sum., p. 266. Texto escrito en el Registro de deliberaciones del Discretorio. Posteriormente, se han
resumido un tanto demasiado estas palabras en la fórmula: “Hijos míos, sed fieles a la obediencia”, olvidando las
demás recomendaciones, y en particular la bendición a todos los religiosos, a través del espacio y del tiempo. 61
Doc. 111, #5, Sum., p. 248. 62
Los documentos dicen “hacia las 9” (21 h.); el registro civil. 9 h. 30; el P. Hugues Favre:: 9 y cuarto 63
Sin embargo, la tendencia del testigo a reescribir la historia hace que no se puedan considerar estas informaciones
perfectamente fiables. 64
ACSV. Jean-Baptiste Clavel, Vida del R .P. Juan, Luis, María, José Querbes, cap. 20.
Saint-Genis-Laval, el cuerpo del sacerdote Juan-Luis José María Querbes, párroco
de Vourles (...)65
“.
La ceremonia fue presidida por el arcipreste del sector, lo que era de rigor para el
entierro de un párroco y , como era época de régimen concordatario fue organizada
por la municipalidad, con el decoro sin duda, de la época, pero que no se
correspondía apenas con la sencillez del difunto y con el rango que ocupaba en la
jerarquía eclesiástica:
“Sus funerales constituyeron un duelo general, la parroquia entera, los bomberos en
traje de gala con su música, todos los sacerdotes de la zona y de las parroquias
vecinas, sus amigos de Lyon, representaciones de varias comunidades religiosas,
sus hijos profundamente entristecidos, le acompañaron, primero a la iglesia que al
igual que la fachada se había tapizado totalmente con colgaduras negras, rodeada
de una serie de lámparas; en medio de la nave se había levantado un rico catafalco.
Cuatro perdigueros venidos de Lyon cuidaban del orden. Terminada la misa
cantada en fabordón, el mismo cortejo le acompañó al cementerio...66
“.
Hubo otra alteración de las normas habituales en los funerales de los sacerdotes: se
pronunció un elogio fúnebre por el señor Vincent Pater, párroco de Sanit-
Bonaventure de Lyon y amigo de siempre del difunto67
. El orador se defendió sin
embargo de querer hacer el elogio del Siervo de Dios:
“ [1] No esperáis de mí un discurso ordenado sobre la vida tan llena y tan
edificante del venerable sacerdote cuyas exequias os reúnen en tan gran número y
hacen que en todos corran las lágrimas...Las normas d la Iglesia no permiten esta
clase de panegíricos sin su permiso y aunque lo tuviéramos, nuestro corazón se
encuentra demasiado afectado por la pérdida de una amistad68
de siempre como
para que nos sea posible poner orden en nuestras ideas y analizarlas69
dentro de los
límites normales de un elogio fúnebre. Desearíamos encontrarnos en medio de
vosotros, no para haceros oír mi débil voz70
sino para mezclar nuestras lágrimas
con las vuestras, y unir nuestros deseos a los que dirigís al cielo71
a favor de este
querido difunto, si le son necesarios los sufragios de la Iglesia, si una vida toda
65
Archivos de la parroquia de Vourles. Registro de catolicidad del año 1859. Texto redactado por el P. Hugues
Favre. 66
ACSV, Jean-Baptiste Clavel, Vida del R. P. Juan Luis, María, José Querbes, cap. 20 67
Doc. 120. Sum., p. 273. 68
Primera redacción: la muerte de un amigo 69
Ortografía del párroco Pater. Otras variantes o distracciones: bibliotecte, impost, péccuniaires, anales, cercuil,
l’ordre hyerarchic, ce seroient acquitté, excelent. 70
No para haceros oír mi débil voz: añadido. El señor Pater se encontraba a unos meses de su muerte, ocurrida el 15
de diciembre de 1859, con 69 años. 71
Primera redación: a las vuestras
mortificada, si los sufrimientos de una larga enfermedad soportada con tanta
resignación no le han abierto ya las puertas de la morada del descanso”.
El orador enumeró a continuación las grandes etapas de la carrera del Siervo de
Dios. Recuerda en primer lugar que pertenecía al clero diocesano:
“[2] Venerables hermanos, hemos perdido en la persona del señor Querbes, un
hermano modelo, lleno de celo, sólidamente instruido, que reunía las cualidades del
espíritu y del corazón72
y cuya vida ha sido dedicada al bien de la Iglesia. Desde su
ingreso en la clericatura hizo presentir73
por su conducta y su inteligencia lo que
sería74
en el futuro. Y así, desde su salida del Seminario, en su parroquia Saint
N(izier), allí dispuso de una gran ventaja, comenzó a trabajar con esos ancianos del
sacerdocio que (avaient)75
habían pasado por la revolución, probados como el oro
en el crisol76
. Con sus ejemplos adquirió aquel celo por la dirección. Predicación,
fidelidad a las normas litúrgicas, canto, y todo lo que es del dominio de la ciencia
del sacerdote. Supo evitar los escollos tan peligrosos para los sacerdotes jóvenes,
con el amor al estudio, biblioteca...77
“[3] Su designación a Vourles. La suerte que tuve al sr su vecino, nuestras visitas
semanales, nuestros intercambios de predicaciones alternativamente, la
construcción de su Iglesia, sin carga legal, sin suscripción78
, sino por el ascendiente
que ejercía aunque joven sobre las autoridades y notables, de modo que lo que
hubiera sido temeridad, imprudencia, era para él celo ardiente y sensatez...Después
establecimiento de las Hermanas, los est. de otros municipios, Charly,
Brignais...después79
. Vourles tuvo la iniciativa”.
En señor Pater aborda la fundación de la Sociedad de San Viator. El hecho de
haber estado desde 1822 hasta 1828 con cargo en Brignais, a dos kilómetros de
Vourles le convirtió en testigo del nacimiento de la obra:
“[4] Pero sobretodo su congregación de San Viator. Su débil comienzo, sus
dificultades, asociados escandalosos, oposición de aquellos que debían ser su
apoyo. Nada de recursos pecuniarios...No importa. Va a París a lograr la
72
Reuniendo las cualidades del espíritu y del corazón: añadido 73
Primera redacción: conocer. 74
En 1859 no era raro que formas ortográficas caídas en desuso desde 1835, fuesen siguiesen empleándose:: seroit 75
En el original : avoient 76
Los sacerdotes: Besson, párroco, Huet, Marduel, Würtz, coadjutores, Linsolas, cercano a Saint-Nizier 77
Se ha de entender: su biblioteca es una prueba evidente del amor al estudio que caracterizó al Siervo de Dios. Los
puntos de suspensión van en el texto. 78
Una carta del alcalde de Vourles al prefecto, afirma sin embargo que el ayuntamiento y la fábrica tuvieron que
pagar cerca 50.000 F. por la iglesia y el presbiterio. 79
La escuela de niñas de Vourles fue la primera de la zona en abrirse.
autorización legal y ¡ en aquel tiempo! Consigue...Va a Roma. ¡Cuánta dificultad!
Pero les cardenales acaban por apreciarle...Aprobación canónica. Las dificultades
no han terminado. Como en todas las congregaciones, falsos
hermanos...Murmuraciones, inclinaciones al descrédito, él sigue su camino, su
congregación se extiende por bastante gran número de Diócesis, en Canadá.
Tenemos aquí al Señor Obispo de esas regiones...
“[5] Pero, ¿olvidaba que era párroco?...Ah, queridos habitantes de Vourles,
vosotros sabéis mucho de su apego a vosotros para dudar de su
solicitud...Admirabais ese caridad activa que abundaba y llenaba todas las
necesidades. Sus viajes cuando se presencia (era) menos necesaria y siempre bien
reemplazado. En cuanto regresaba, en seguida predicciones, confesiones, visitas,
detalles de familias...Llegaron días de tempestad. Hubo entonces en varias
parroquias recriminaciones contra los párrocos80
. Vosotros no, y en esos tiempos
tempestuosos la paz entre vosotros aunque tuvo su modo claro al hablar.
“[6] Con tanto celo, actividad, con los conocimientos tan variados, qué modestia,
no buscando en modo alguno descollar81
, la mayor modestia82
abnegación.
Condiscípulo y amigo de los más ilustres prelados de Francia, teniendo por su
congregación relaciones con otros obispos, le hubiera sido posible y muy fácil
gozar de alguno de esos títulos concedidos a otros que estaban lejos de tener los
mismos derechos...Veía hermanos con talentos corrientes llegar a puestos83
...nunca
tuvo envidia, él84
hubiera tenido tanta facilidad para llegar a cargos más
elevados...Sólo el título de párroco de Vourles, Superior...le bastaba.”
En la parte final, la más convencional, el orador desarrolla un verso de la Sabiduría
(Consummatus in brevi, explevit tempora multa85
), y otro de la carta a los Hebreos
(Defunctus adhuc loquitur86
). A continuación, vuelve a los tres grupos de personas
afectadas por el fallecimiento, los sacerdotes, los religiosos, los feligreses. Insiste
en los motivos de consuelo que tienen unos y otros. Finalmente, en sus últimas
palabras, se dirige a su amigo de casi cincuenta años, al que pide que le consiga
una muerte semejante a la suya.
80
Alusión sin duda, a los movimientos anticlericales ocurridos en las jornadas de julio de 1830. 81
Ocupar el primer sitio 82
El señor Pater había escrito primero: Con tanto celo, actividad, la mayor modestia después ha recargado su texto
olvidando borrar modestia 83
Con el régimen concordatario, aparte de los méritos del candidato, otros criterios entraban en juego para acceder
al episcopado: tendencias políticas, pertenencia a un grupo galicano, o ultramontano, padrinazgo (políticos,
episcopales, familiares)... 84
A continuación: los rechazaba, borrado 85
Alcanzando en breve la perfección, llenó largos años. (Sb. 4,13) 86
Aunque muerto, habla todavía (He, 11,4)
El Siervo de Dios fue enterrado en el cementerio de Vourles, en los Bois des Côtes,
que había bendecido en 1845. Según la tradición de los pueblos, al pie de la cruz
central. Sus restos descansan allí para siempre.
La piedra sepulcral recuerda las fechas y los hechos esenciales de su biografía y
resume abreviadamente su rica personalidad :
,
Bajo esta piedra
descansa, esperando la feliz resurrección,
el cuerpo de
Juan Luis José María QUERBES, sacerdote de un celo,
de un desinterés, de una caridad admirables.,
que durante treinta y siete años fue párroco de la parroquia de Vourles
y fundó el instituto de los Clérigos de San Viator
murió el 1 de septiembre de 1859, a los sesenta y seis años de edad
A la muerte del Fundador, el primer superior general, la Congregación contaba en
250 religiosos, distribuidos en 4 “obediencias” (Vourles, Saint-Flour, Canadá,
Rodez). Inteligente, lúcido, activo, el Siervo de Dios fue un gran trabajador.
Publicó una dicena de obras: colección de Cánticos para uso de las parroquias,
obras para su congregación (Directorio, Ceremonial, Manual necesario), libros
escolares (Nuevo ABC de las pequeñas escuelas, Cálculo de las pequeñas escuelas)
y otras publicaciones como la Vida de Dom Agustín de Lestrange, abad de la
Trapa, y un Ordo perpetuo en 36 fascículos.
Autor: Robert Bonnafous C.S.V.
Cronología
3 de julio de 1763 Nacimiento de José Querbes
11 de mayo de 1766 Nacimiento de Juana Brebant
Noviembre de 1792 Matrimonio Querbes-Brebant
21 de agosto de 1793 Nacimiento de Luis en Lyon y bautismo en San Pedro
15 de octubre de 180(8) Voto perpetuo de castidad
13 de junio de 1805 Primera comunión
2 de febrero de 1807 Confirmación
28 de marzo de 1807 Tonsura (cardenal Fesch)
24 de junio de 1812 Bachiller en letras
31 de octubre de 1812 Ingreso en el Seminario San Ireneo de Lyon
18 de diciembre de 1812 Ordenes menores (cardenal Fesch)
23 de junio de 1815 Subdiaconado (Mons. Simon, obispo de Grenoble)
21 de julio de 1816 Diaconado (Mons. Dubourg, obispo de La Nueva Orleáns)
17 de diciembre de 1816 Ordenación sacerdotal (Mons. Dubourg)
13 de febrero de 1817 Coadjutor en San Nizier
25 de octubre de 1822 Párroco de Vourles (Rhône)
Finales de 1826 El “primer esquema de la sociedad”
5 de mayo de 1828 Bendición de la nueva iglesia de VOurles
Finales de 1828 Primeras cartas en relación con la cofradía proyectada
20 de enero de 1829 Los primeros estatutos de la sociedad
Finales de julio de 1829 El señor Querbes va a París para obtener la aprobación civil
8 de agosto de 1829 Aprobación civil por el consejo real de Instrucción pública
10 de enero de 1830 Orden de Carlos X aprobando la asociación de San Viator
3 de noviembre de 1831 Aprobación episcopal de la institución de las Clérigos de S.Viator
5 de noviembre de 1831 Querbes firma su promesa de sacerdote catequista
11 de diciembre de 1833 Aprobación episcopal de los estatutos
27 de febrero de 1834 Aprobación episcopal del Ceremonial
Octubre de 1836 Aprobación episcopal del Directorio
Mayo-septiembre, 1838 Estancia en Roma
21 de septiembre de 1838 Aprobación pontificia de los estatutos
27 de septiembre de 1838 Votos perpetuos en manos de Gregorio XVI
31 de mayo de 1839 Breve Cum Caelestis aprobando los estatutos de la congregación
21 de octubre de 1841 Partida de 6 catequistas a San Luis de Missouri
3 de junio de 1844 Afiliación de los Hermanos de S. Odilon a los C. S. V.
4 de octubre de 1844 Partida de 5 catequistas a Sirdhana (India)
6 de octubre de 1845 Apertura del primer capítulo general de la congregación
19 de abril de 1847 Partida de 3 catequistas a Joliette (Canadá)
Enero-febrero de 1849 Viaje a Argelia :proyecto de misión no realizada
15 de marzo de 1851 Autorización de los C: S: V. para toda Francia
29 de junio de 1854 Afiliación de los Hermanos de San Juan a los C. S. V.
29 de agosto de 1859 Últimos sacramentos
1 de septiembre de 1859 Muerte de Luis Querbes
5 de septiembre de 1859 Funerales
Mayo de 1909 Exhumación y reconocimiento de los restos
Robert Bonnafous C. S.V.
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