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Mayo-Agosto
REVISTA CONJETURAS SOCIOLGICAS ENERO-ABRIL 2016
Aldana Boragnio1 IIGG-UBA/ CIES
El objetivo de estas pginas es hacer hincapi en la posicin subjetiva del investigador
durante el proceso de constitucin del problema de estudio. Para ello planteamos los
desafos que implica incorporar la auto-etnografa como recurso de reflexin y
conocimiento en las estrategias de indagacin social que nos ayude a acercarnos a la
experiencia personal, centrndonos en el rol del investigador, en su vida cotidiana y en
cmo lograr incorporar su conocimiento sensible como informacin de primera mano.
La lnea argumentativa seleccionada ser: a) se presentan abreviadamente las bases
conceptuales de la auto-etnografa como herramienta en la investigacin social, b) se
incluye la auto-etnografa escrita con el fin de pensar la implicancia en la vida cotidiana
del problema de investigacin, c) se concluye presentando los aspectos a tener en
cuenta, que surgen a partir de la utilizacin de la auto-etnografa como recurso
metodolgico.
1 Licenciada en Sociologa FSOC-UBA. Becaria interna doctoral CONICET.
Auto-etnografa, entre la experiencia y el problema de
investigacin
RESUMEN
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Palabras clave: auto-etnografa, sensibilidades, emociones, metodologa
...when writing autoethnographically, we are forced to hold a
critical mirror to our lives, and sometimes looking in that
mirror by candlelight is more flattering than looking into the
mirror in broad daylight. (Megford, 2006)
La investigacin social es un proceso durante el cual se ponen en juego la cultura, el
conocimiento y la accin del investigador, por lo cual, reflexionar en torno a sus
vivencias e inquietudes durante todo su desarrollo se vuelve una prctica que nos
permite mantener nuestra vigilancia epistmica sobre las propias prcticas.
El objetivo del presente artculo es compartir las vivencias y reflexiones que fueron
surgiendo en el camino a mi postulacin al doctorado de ciencias sociales, las cuales
pusieron en primer plano el querer preguntarme por el lugar del investigador en el
proceso de construir el problema de investigacin y su objeto de estudio. Por ello, que
uno de los desafos que se plantean es el poder hacer hincapi en la posicin subjetiva
del investigador durante la totalidad del proceso de investigacin, centrndonos en el
compromiso personal que implica constituir el problema de estudio.
La estrategia argumentativa utilizada ser la siguiente: a) se presentan abreviadamente
las bases conceptuales de la auto-etnografa como herramienta en la investigacin
social, b) se incluye la auto-etnografa escrita con el fin de pensar la implicancia en la
vida cotidiana del problema de investigacin, c) se concluye presentando los aspectos a
tener en cuenta en el desarrollo del proyecto de tesis.
El sujeto que investiga
INTRODUCCIN
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Poder asumir la complejidad que presenta conocer por y a travs del cuerpo supone
reconocernos como sujetos partcipes de la accin y atravesados por
relaciones/estructuras sociales. Por ello, para poder pensar nuestra experiencia como
sujetos e investigadores es necesario no perder de vista y enfatizar todo lo posible
que ambos roles no pueden ser separados a lo largo del proceso de indagacin.
El investigador no puede distinguirse de la experiencia de su vida cotidiana, por lo cual,
para poder acercarnos a nuestra posicin de sujetos que buscan construir objetos de
conocimiento se vuelve necesario reconocernos como sujetos portadores de una
sensibilidad y expresividad histrica, socialmente construida. En tal sentido, buscamos
hacer hincapi en la posicin subjetiva del investigador durante el proceso de
constitucin del problema de estudio a la vez que en el proceso de produccin de
conocimiento. En ese marco, las preguntas que nos realizamos giran en torno a cul es
la sensibilidad puesta en juego como investigadores? Cul es la estructura de
sensibilidad propia y qu nos permite percibir? Cules son los supuestos de nuestra
experiencia cotidiana que portamos en torno a nuestro tema de investigacin? Cules
de ellos nos pueden opacar la visin?
Sabemos que estas preguntas no son novedosas y mucho menos originales; conocemos
que desde la Escuela Sociolgica de Chicago (Goffman, Garfinkel, Becker, entre otros) se
comenz a redimensionar el lugar del investigador dentro del proceso de indagacin y
las emociones de los sujetos que intervienen en el proceso investigativo adquieren un
rol central. De esta manera, se corre al investigador del lugar de objetividad del que
sola imbuirse para captar un supuesto conocimiento externo, disponible. Entendemos
que estas preguntas siguen presentes, que se reactualizan en el propio proceso
reflexivo, por lo que se vuelve enriquecedor no perderlas de vista e incorporarlas a la
experiencia de investigacin social.
En las siguientes pginas compartimos algunas lecturas y reflexiones que surgieron en
torno a mi postulacin al doctorado de ciencias sociales. En efecto se vuelve necesario
remarcar que algunas lneas no slo pueden parecer pensamientos algo subjetivos o
ideas abiertas que no terminan de cerrar, sino que en su mayora lo son.
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Auto-etnografa, o de cmo escribir las respuestas
Sosteniendo lo inescindible que resulta nuestra experiencia del mundo como sujetos y
en tanto investigadores, observamos que es a partir de esta condicin que se interacta
con el objeto de estudio, se formulan preguntas y se conoce el mundo. Por ello se vuelve
primordial ahondar en el lugar de este sujeto-investigador, en su posicin y condicin
de clase, en sus vivencias como rasgo fundamental para as mejorar la comprensin del
mundo social. Precisamente con la finalidad de captar y usar las potencialidades que
la posicin del investigador implica, desde el Grupo de Estudios Sociolgicos de
Emociones y Cuerpos del Instituto Gino Germani-UBA (GESEC) junto al Centro de
Investigaciones y Estudios Sociolgicos (CIES) venimos trabajando con la auto-etnografa
como recurso procesual de la investigacin social. Entre ellos se destacan la tesis
doctoral de Victoria Dhers titulada Configuraciones de las sensibilidades y
Soportabilidad social en hbitats precarios. Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires
(2007-2011), en la cual se investiga la construccin de la vivienda a nivel subjetivo,
profundizando en las configuraciones sociales de las sensibilidades asociadas a dicha
experiencia.2 Al respecto de la auto-etnografa, sta es utilizada para recorrer las
emociones y experiencias que se dieron durante la elaboracin y escritura de la tesis,
sumado a cmo ese recorrido fue parte del conocimiento que se produjo en el trabajo
mismo. Dhers nos dice al respecto: la construccin misma del problema de indagacin
se vincula con los procesos que atraves durante toda la elaboracin y escritura. No slo
a nivel anecdtico, sino a nivel del entendimiento que fui teniendo de la problemtica en
sus distintos niveles.3 En la misma lnea, el trabajo de Scribano, Boragnio, Bertone y
Lava (2015) se centra en el diseo y aplicacin de una experiencia de indagacin a la
que se llam experiencias del comer que implic la puesta en prctica de
2Para un desarrollo ms detallado ver Dhers, V. (2012) Analizando la invisibilizacin del ambiente. La danza y el
movimiento como abordaje metodolgico en estudios de sensibilidad y percepcin ambiental. En Revista Latinoamericana de Metodologa de la Investigacin Social RELMIS. N4. Ao 2. Oct. 2012-Marzo 2013. Argentina. 3 Fragmento de entrevista que realic en 2015 a Victoria Dhers a propsito de su tesis, la auto-etnografa y las distintas
herramientas creativas-expresivas de indagacin, ligadas a la investigacin de los procesos de configuracin de esquemas
de percepcin y accin, en las que se encontraba trabajando.
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innovaciones metodolgicas, en donde la auto-etnografa es incorporada como un
recurso que aporta miradas necesarias en el proceso de investigacin.
En un primer momento la auto-etnografa podra aparecer como una simple
combinacin narrativa de autobiografa con etnografa, pero es un recurso que
atraviesa lo narrativo en donde se busca involucrar la autorreflexin y la emocin
(Scribano, Boragnio, Bertone y Lava, 2014). Podemos decir que lo que busca la auto-
etnografa es explorar las experiencias de vida del sujeto-investigador centrndose en
lo que stas poseen de nicas.
La auto-etnografa es considerada y trabajada por varios autores. A modo de sntesis,
podemos remarcar en primer trmino los aportes de Smith (2005), para quien la auto-
etnografa no es slo un recurso para la reflexin, sino que aparece como un espacio
intermedio entre la pasin y el intelecto, una frontera entre el anlisis y la subjetividad
(en Scribano y De Sena, 2009). En esta misma lnea Scribano y De Sena (2009) entienden
a la auto-etnografa como un recurso que se abre a una exploracin de lo emotivo,
aproximndose a la reflexin personal y a las interpretaciones intersubjetivas, dentro de
un proceso de reflexividad que busca profundizar el lugar del investigador como un
sujeto partcipe de los estados de cosas.
Por otra parte, Wall (2006) se enfoca en la auto-etnografa como una forma de tomar
contacto con la reflexin del investigador en relacin a las preguntas que l elabor y a
sus problemas en el transcurso de la investigacin. A la vez, Custer (2014) se centra en
la experiencia de vida del investigador, pero busca explorarla con el eje puesto en la
relacin con instituciones sociales y culturales, buscando el vnculo indisoluble entre lo
personal y lo cultural, en otras palabras, buscando reconocer que yo soy el mundo y el
mundo soy yo (Custer 2014: 8)4.
Mndez (2013) tambin pone el eje en el yo, ya que considera que la riqueza principal
de la auto-etnografa es su capacidad para plasmar la interaccin entre el yo y sus
4 The intent of autoethnography is to acknowledge the inextricable link between the personal and the cultural... In other words, I am the world and the world is me (Custer, 2014: 8). Traduccin propia.
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propias experiencias, reflejando el contexto cultural y social en el que estas se llevan a
cabo. As, la auto-etnografa se utiliza para referirse a diferentes relaciones entre la
experiencia personal del investigador y el fenmeno que se investiga, pudiendo
centrarse tanto en las experiencias personales previas al proceso de indagacin como
durante el mismo, o en las experiencias de ste en la relacin con los participantes de la
investigacin.
Por otro lado, Montero-Sieburth (2006) corre el nfasis de la auto-etnografa como
reflexin inicial y se centra en el papel del investigador como autor integrado situado
en el centro de la investigacin. En otras palabras, pone el eje en el investigador como
sujeto vivencial, quien no slo selecciona, recorta y construye el problema de estudio,
sino que pone en juego sus emociones, sus ideas y su vida cotidiana durante todo el
proceso de indagacin social.
Los sentimientos/creencias/emociones ya haban sido puestos en consideracin por
Blumer para pensar la relacin entre el investigador y su objeto de estudio, y retomados
por Becker (2009) para enfatizar la importancia del investigador como un sujeto
vivencial que pone en juego sus emociones, ideas e ideologa para poder definir qu
tomar como objeto de indagacin social. Lo que busca remarcar el autor es que el
investigador no slo estudiar aquello que conoce, sino que l tendr
inconscientemente alguna clase de imagen del rea de la vida que se propone estudiar.
Pondr en juego las creencias e imgenes que ya tiene para formarse una idea ms o
menos inteligible de esa rea de la vida () Todos nosotros, en tanto estudiosos,
tenemos nuestra cuota de estereotipos comunes que empleamos para ver aquellas
esferas de la vida social emprica que no conocemos (Blumer en Becker, 2009: 30).
Desde aqu, la seleccin del tema de investigacin puede aparecer como lo ms
complejo ya que ste surge de la bsqueda de una explicacin de prcticas culturales
observadas a partir de un aspecto de la realidad que se basa en la participacin en el
mundo de la vida en el cual el problema se encuentra inscripto (Boragnio y Luzza
Rodriguez, 2015:109). Por lo tanto, nuestras ideas, nuestro imaginario, nuestra vida
cotidiana, influyen notablemente en la seleccin del problema de investigacin. Sin
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desacreditar esta aparente limitacin, Becker (2009) recomienda que esta relacin se
mantenga explicita con el fin de lograr destrabar el juego de imgenes y metforas que
se constituyen como formas naturalizadas del mundo.
En este sentido, la auto-etnografa es un recurso que nos permite dar lugar a nuestro
imaginario lego, a las ideas y prejuicios que podemos tener por el simple hecho de vivir.
Principalmente, la auto-etnografa nos pide que no slo examinemos nuestras vidas
sino tambin que consideremos cmo y por qu pensamos, actuamos y sentimos como
lo hacemos. La auto-etnografa requiere observarnos a nosotros mismos observando
(Jones, 2013, en Custer, 2014: 1)5.
A los fines de su instrumentalizacin, Scribano y De Sena (2009) tambin nos permiten
pensar la auto-etnografa en relacin a tres formas de hacer y usar: a) centrada en la
auto-evaluacin y reflexin desde la propia experiencia de vida, b) centrada en las
relaciones con los otros, incorporando las experiencias individuales de formar parte de
un grupo, espacio social, institucin o colectivo, c) centrada en objetos o procesos que
implican la vivencia personal de un fenmeno o proceso social.
A partir de ello podemos ver que la auto-etnografa, en tanto estrategia cualitativa, es
un recurso que permite trabajar con informacin privilegiada, tomando la experiencia
del investigador desde su posicin en el campo de indagacin, buscando acentuar su
reflexividad a la vez que su capacidad de mostrar sentimientos/creencias/opiniones y
utilizando su propia experiencia como informacin primaria a fin de ampliar la
comprensin de lo social.
De esta manera, la auto-etnografa se vuelve central para poder acercarnos al
conocimiento de la experiencia propia que poseemos todos los investigadores en torno
a nuestro objeto de estudio, y poder as conocer los preconceptos que tenemos sobre
l, por el simple hecho de ser un sujeto viviente de esa cultura. Sin este conocimiento
5 It asks that we not only examine our lives but also consider how and why we think, act, and feel as we do. Autoethnography requires that we observe ourselves observing,.. Traduccin propia
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de primera mano para corregir nuestro imaginario, no slo no sabremos dnde buscar
sino tampoco sabremos por dnde comenzar a pensar el problema (Becker, 2009).
En pocas palabras, entendemos que la auto-etnografa se ubica en la interseccin entre
la etnografa y la auto-biografa, pero cuando se despliega como una estrategia
metodolgica de investigacin cualitativa, tiene como fin principal aprovechar y hacer
valer las experiencias afectivas y cognitivas de quien quiere elaborar conocimiento
sobre un aspecto de la realidad (Scribano y De Sena, 2009: 5). A partir de ello, la
participacin del sujeto que investiga como parte del mundo de la vida en el cual est
inmerso el aspecto a indagar, se vuelve un eje central desde el cual las emociones y
creencias del investigador se transforman en informacin esencial de primera mano.
La experiencia como eje de la reflexin
Centrarnos en el rol del investigador, en su vida cotidiana, y pensar como ese
conocimiento sensible lo interpela implica abordar informacin de primera mano que
puede brindar aportes especficos a la investigacin. Al incorporar la auto-etnografa a
nuestro trabajo sumamos herramientas que nos permiten dar cuenta de lo dialctico
del proceso de investigacin, el cual requiere que se identifique el problema que surge
a nivel personal para lograr comprender su existencia, universo y extensin cultural y
social (Montero-Sieburth, 2006:11), pero con el fin de superar la simple narracin
autorreferencial.
Como se viene sosteniendo en las lneas anteriores, no se pone en discusin la
participacin del investigador en el campo de investigacin como sujeto partcipe del
mismo. Por lo tanto, epistemolgicamente se vuelve imposible separar al
sujeto/investigador de su cuerpo/emocin; y a esto se le deben sumar la imposibilidad
de separar la teora/percepcin, ya que la ltima podr llevarse adelante desde la
conexin con la carga terica.
Es conveniente no dejar pasar que esta no posibilidad de separacin de los
cuerpos/emociones tambin tendr implicaciones metodolgicas, ya que la relacin
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entre observacin/registro/anlisis, asimilada desde los cuerpos/emociones, involucra
una construccin de una relacin imbricada de modo tal que los cuerpos-se-observan-
situados-en-emociones (Scribano, 2012). A partir de ello es posible ver que la
observacin no slo estar situada en un cuerpo/emocin6, sino que las cadenas y
esquemas cognitivos-afectivos que conectan (y desconectan) las prcticas sociales en
tanto narraciones y visiones del mundo hechas cuerpo, constituyen los procesos que
aqu se caracterizan como ideolgicos (Scribano, 2012: 101).
Si pensamos en los cuerpos y tomando las palabras de Scribano, entendemos que stos
se encuentran situados en emociones, a la vez que las emociones se encuentran
situados en los cuerpos, lo cuales estn/son situados en tiempos/espacios que son
sociales. En este sentido es que no se puede separar de forma tajante la
individualidad/subjetividad en la constitucin de la agencia social (Scribano, 2012: 97)
en tanto los cuerpos/emociones estn construidos socialmente. Es por ello que el sujeto
slo podr conocer y sentir(se) en el mundo a travs del cuerpo, y el investigador, como
sujeto/investigador, no se podr ver por fuera de esto mismo.
Desde las emociones, es necesario decir que la construccin de stas se nos aparece
como lo ms intimo y nico que todo individuo posee en tanto agente social
(Scribano, 2012:101), pero que estos niveles se retroalimentan y son slo distinciones
analticas para poder lograr una reflexin al respecto. La sociedad se hace cuerpo y la
frase de Custer presentada anteriormente yo soy el mundo y el mundo soy yo (2014:
8) nos acerca a la comprensin de que en el propio sentir la emocin est ya
involucrado el ser social, el cuerpo en tanto cuerpo propio, individual y social (Dhers,
2009: 136). Es por ello que, desde una perspectiva de cuerpos/emociones se vuelve
necesario producir un entramado epistmico, terico y metodolgico que nos permita
acercarnos a los procesos-fenmenos sociales desde un abordaje que re-tome las
sensaciones como punto de partida (Scribano, 2012: 92).
6 La barra utilizada entre cuerpos/emociones busca hacer visible semnticamente la separacin/unin, la distancia/proximidad de dos objetos que muchas veces se conforman como campos separados dentro de las ciencias sociales. La relacionalidad a partir de la mutua referencialidad entre ambos conceptos, que lleva a la reciprocidad conceptual, nos aporta claros indicios sobre lo imposible de llevar a cabo la separacin de stos.
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La auto-etnografa no debe ser pensada en trminos de un ejercicio de toma de
conciencia de las tareas del investigador sino como un punto de partida ms que
interesante. En primer lugar, por el peso de una concepcin ontolgica que caracteriza
y define lo que consideramos que vale la pena conocer y, en segundo lugar, porque
sabemos que no existe prctica de investigacin neutral y avalorativa. Esto ltimo nos
vuelve a llevar al investigador como sujeto y a sus ideas, sentimientos y compromisos
polticos y personales imbricados en su biografa (Boragnio y Luzza Rodrguez, 2015). En
definitiva, es en esta bsqueda donde la auto-etnografa se vuelve una herramienta de
gran aporte, ya que nos permite repensar la propia observacin y el impacto emocional
que tiene el problema de estudio en nuestra vida, dando lugar a la diversidad de lo
individual del investigador.
En la auto-etnografa la experiencia personal interviene expresamente en la produccin
de conocimiento, conformando un espiral hermenutico incentivando al investigador a
acercarse a las preguntas que el mismo elabor, a la reflexin de su problema de
investigacin y de su comprensin como parte de lo social a comprender (Scribano y De
Sena, 2009). Pero la caracterstica principal es que este acercamiento se da desde un
lugar diferente, desde su participacin como sujeto y desde sus propias emociones. Por
lo tanto, haciendo foco en la propia experiencia y en el proceso dinmico que implica,
se sostiene el carcter dialctico de las dimensiones metodolgicas, tericas y
epistemolgicas que se ver reflejada en la observacin/registro/anlisis. Dado que
partiendo de la encarnacin de los cuerpos en las geometras corporales y en las
gramticas de las acciones, aparece el desafo de construir un modo de indagacin a
partir de las sensibilidades. En este sentido, lo que el sujeto investigador exprese ser
un indicio de esa vinculacin, que se relaciona con sus propias experiencias; algo
vinculado con la historia que el sujeto va construyendo con su cuerpo, una vinculacin
consigo mismo y con lo social (Scribano et al, 2014).
En este contexto reflexivo la auto-etnografa se incorpora como una estrategia para
mejorar y profundizar nuestra experiencia de indagacin sobre las sensibilidades, a la
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vez que observar nuestras propias sensibilidades como sujetos que llevarn adelante un
proceso de indagacin social.
La auto-etnografa que presentamos a continuacin fue escrita en consonancia con la
presentacin de mi proyecto de tesis doctoral titulado Comer en la oficina: emociones,
comensalidades y prcticas en torno al comer de mujeres jvenes en el mbito de la
administracin pblica nacional, y se realiz con la intensin de reflexionar y registrar
qu pasaba con las sensibilidades en relacin al comer en la experiencia laboral propia.
A partir de esta pregunta se buscaba re-capturar a posteriori la experiencia cotidiana
propia para transformarla en un recurso de indagacin y ayudar a despejar prejuicios y
pensamientos enraizados en torno a lo que significa una actividad cotidiana que nos
atraviesa a todos los sujetos y que presenta la complejidad de darse en la interseccin
del cuerpo biolgico individual y las prcticas sociales.
Hora de almuerzo
No recuerdo cuando empezaron mis preguntas sobre el comer, sobre cmo se relacionan
las personas en situacin de comer, pero si s que siempre me gust la comida. La comida
y todo lo que trae aparejado. Me gusta cocinar, me gusta mirar programas de cocina,
me gusta ir a comer, me gusta hablar de comida, me gusta compartir la mesa, me gusta
probar alimentos nuevos, me gusta la sobremesa, pero principalmente me gusta comer.
Tuve siempre una relacin muy cercana con la comida, muy fluida. Como bastante, como
todo. Mi abuela cocinaba, y desde los 8 aos cocinbamos juntas, recuerdo la primera
vez que puse los dedos en esa mezcla gelatinosa, no no, no la recuerdo, la siento
pegajosa, chirle, me dio asco tocar el engrudo que formaba la harina. Pero tambin
recuerdo la alegra de ver que esa masa que se me adhiri a los dedos, a las uas, esa
masa se volvi lisa, pareja, suave, como plastilina, pero con un aroma menos plstico.
Recuerdo la sorpresa y la alegra que sent cuando esos bollitos blancos salieron del
horno, algo pas no era ms masa, era pan. Magia! Ah pas algo mgico La cocina, el
horno, mi abuela, el pan caliente, felicidad.
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Cuando empec a trabajar recin haba empezado la facultad, hoy puedo decir que sal
de la burbuja que en parte plantea ir al colegio secundario del barrio al mismo tiempo
que me empec a relacionar con la lgica jerrquica de un jefe, de compaeros de
trabajo y de compartir el momento de la comida con gente que no conozco.
Trabajaba por la tarde por lo que siempre me llevaba algo para acompaar el mate. La
recepcionista no poda comer, poda tener una botella con bebida, pero nada de comida;
tampoco tena horario de almuerzo. Yo no entenda cmo iba a pasar toda la
maana? Cmo suponan que iba a estar todos los das 6 horas sin comer nada?
Comenc a trabajar desde la maana y apareci una nueva rutina, el horario de
almuerzo. ramos entre 8 y 10 jvenes que comamos en la oficina, llevaban comida o
compraban, pero siempre almorzbamos ah. La cocina empez a quedar chica y despus
de un par de reclamos se organiz una pequea sala en la que podamos almorzar todos
juntos. El momento del almuerzo no slo era un momento de distencin y de alejarse del
trabajo (aunque sin alejarse del espacio) sino que era un momento de socializacin. Un
da empez a almorzar con nosotros un chico nuevo, rpidamente aparecieron las
preguntas: Qu es eso? Por qu sos vegetariano? No coms huevo? Cmo hacs?
Era claro para todos que l coma distinto Por qu no coma lo que comemos todos?
Todos los das surgan preguntas, comentarios y conversaciones en torno a su tupper.
Nunca pareci incomodarse, aunque recuerdo mi incomodidad en algunos momentos.
Cuando empec a trabajar en una agencia de administracin nacional, todo fue distinto,
no slo de pronto trabajaba en un edificio enorme, con varias oficinas y mucha gente,
sino que empec a pasar mis almuerzos en una oficina que no tena ningn espacio
destinado para ello.
Al poco tiempo fue aprendiendo las normas explcitas y la mayora implcitas de la
oficina. No estaba estipulado en ningn lado, pero almorzbamos a las 13 hs. Haba una
heladera compartida con la oficina de al lado, un microondas, comamos en un grupo de
2 escritorios enfrentados que estaban en el centro de la oficina y todos los principios de
mes juntbamos plata para comprar yerba, salvo un compaero que no comparta el
mate, ni el termo ni la yerba.
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Con el correr de las semanas not que no comamos todos, dos seores no comen nunca,
otra chica sale siempre en el horario del almuerzo, voy a dar una vuelta, a despejarme
deca; otra chica llega alrededor de las 11 y toma mate, pero nunca almuerza; el nico
varn joven que trabaja en esa oficina come siempre a la misma hora, pero en su
escritorio. En conclusin, not que las que almorzamos, las que nos tombamos ese rato
para comer ramos 5 o 6, mujeres, slo mujeres, siempre mujeres.
Lentamente comenc a sentir que el momento de la comida comenzaba a tener
instancias problemticas. El qu puedo comer hoy? me nublaba los mediodas. La
comida era cara, por lo que siempre terminbamos comprando en los mismos 2 o 3
locales. Empanadas, sndwiches, una porcin de tarta, una ensalada cada tanto en un
local de la vuelta cmo puede ser que sean tan caras? Al tiempo, me empec a cansar,
me cans de comer siempre lo mismo, ya no saba cmo variar y a la vez mi presupuesto
no me permita hacer grandes cambios tampoco quera comer algo pesado porque
despus me costaba demasiado transitar las horas que quedaban. Ya no saba qu
comer, haba das que ese fastidio me generaba ganas de no comer nada, de saltear esa
situacin. Me empec a llevar comida de casa. Terminaba llevando lo que sobraba de la
cena anterior. Como nunca pude lograr organizar un men especialmente para ello,
termin alternando entre sobras de anoche y la comida de siempre. Volva a repetir,
volva a comer lo mismo.
A partir de llevarme comida comenzaron a darse algunas situaciones que aportaron a
mis reflexiones en torno a esos momentos de comensalidad compartida casi
obligatoriamente. Una compaera compraba comida siempre, iba variando de plato y
de local de compra, otra sala siempre durante el almuerzo, por lo que nunca la vi comer.
Otra compaera siempre se traa comida de la casa, cocinaba todas las noches y haca
comida de ms para ella y el marido, as cada uno lleva comida casera me dijo.
Casero, esa palabra comenz a tomar un nuevo papel en mi vida. En mi casa siempre
nos valimos de las ventajas que la modernidad de la industria alimentaria nos brindaba,
por lo que amasar o hacer salsa a partir de tomates nunca fue una opcin. Casero
nunca fue un adjetivo que signifique mucho para m, ni algo que sume valor agregado a
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lo que est comiendo. Rico, rico es un adjetivo que me representa ms Lo hice yo, s,
pero casero, qu significa
Varias veces mi compaera remarcaba algo sobre mi comida, y sus frases llegaban con
un aire de cuestionamiento y hasta de desaprobacin... Qu es eso?, por qu le
pones eso? Es casero?, La masa es casera?. Es casera? Qu significaba esa
frase? S, es casero, lo hizo el pizzero Es casero?, qu me quera decir con esa frase?
Qu haba detrs de esa caracterstica que al no poseerla pareca que pona en duda
toda mi comida? Esta situacin claramente me incomodaba, por qu siempre tena algo
qu decir?, qu tena de malo, de extrao, de raro lo que coma?
Qu est pasando ac? Mi personalidad de portea psicoanalizada no me dejaba pasar
por alto esas secuencias que se iban generando casi todos los das a la misma hora. Un
da lo descubr, era muy simple: ella y yo comemos diferente. Ella y yo venimos de lugares
diferentes, ella es de un pueblo de Santiago del Estero, con familia que viven en el campo
y yo de Buenos Aires, una ciudad con plazas de cemento. Ella y yo tenemos trayectorias
familiares diferentes, por eso comemos diferente. Ella y yo somos de clases sociales
diferentes. Ella y yo tenemos culturas alimenticias diferentes. Ella y yo comemos
diferente. (Despus de unos aos, ya inserta en el tema, lea a Patricia Aguirre (2004: 36)
y ella lo explicaba todo de una forma mucho ms clara: Las representaciones de los
alimentos, de las comidas y los cuerpos sustentan la pertenencia a un sector
identificando a los que son, piensan y comen como nosotros separndonos de los que
no son, no comen y no piensan, es decir, son los otros. Y en esta clasificacin entre
nosotros y los otros, cada grupo llenar el nosotros de condiciones positivas que
sostengan su identidad, diferencindose de los otros que por no compartir nuestra
idea del mundo, no saben pensar, ni comer, ni vivir.)
A mediados de 2012 comenc a trabajar en otra rea del mismo edificio. Para comenzar,
no slo la oficina era diferente, una sola planta con 3 islas de trabajo, sino que ramos
el triple, el cudruple de personas. Mi grupo de trabajo eran nuevamente mujeres, un
grupo de 7 abogadas. Toda la dinmica de esta oficina era diferente, no haba escritorios
que oficien de mesa, no haba estipulado horario de almuerzo, no juntaban plata para
comprar yerba, lo nico parecido era que haba una mini heladera y un microondas
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comprado por los empleados, me enter despus. Ac encontr rdenes no ordenados
que ya estaban instituidos, cada isla tena su yerba, sus mates, sus termos y claramente
stos no eran objetos de prstamo.
Entre mate y mate casi todos bamos llenando las horas con agua caliente y harinas
empaquetadas, salvo ella, No no, gracias, estoy bien, ya desayun, ayer cen un
montn, una u otra frase, pero nunca aceptaba comida. Maana compro otras
galletitas; tampoco come. Nunca trae. Insistimos, come una, media Esta secuencia
maanera se repite con la constancia de la rutina cotidiana.
El mate siempre est sucio, Otra vez no hay yerba?, que tal nunca compra yerba,
que yo compro siempre, que el otro usa mil kilos de yerba, que ella siempre trae la
ms barata que no le gusta a nadie, que la jefa nunca pone ni un peso. De pronto
comenc a observar que no era slo en mi isla, sino que en la otra isla juntaban para el
caf y que nadie limpia la cafetera, que nunca hay caf hecho, que no es de ac y
viene y se sirve como si nada, dejaron el mate sucio, el escritorio est lleno de
comida. Comenc a notar que las molestias en torno a estas prcticas grupales eran
una constante.
Por suerte llega el medioda, la panza cruje otra vez, es hora de la comida, estoy harta
de estas galletitas duras. Vamos a comprar? La hermosa pregunta que nos saca de la
computadora y nos habilita a salir del edificio. Dnde vamos? La molesta pregunta que
nos vuelve a traer la idea de repeticin, de constante, de siempre lo mismo Che, vamos
a comprar, quers algo? No no, no tengo hambre. Cmo no va a tener hambre?
Pienso; no comi nada en toda la maana, cmo puede ser que nunca tenga hambre?
Le insistimos, ahora no tengo hambre, ms tarde como algo responde por inercia,
pero el ms tarde nunca llega, al menos nunca llega.
Por dentro me pregunto constantemente cmo puede ser, estar a dieta me pregunto,
me respondo, me pregunto. No puede no tener hambre, no puede no comer nada en
todo el da y no tener hambre. Yo tengo hambre. Tengo hambre, principalmente en los
momentos del da donde se supone que el cuerpo debe ingerir alimentos, yo tengo
hambre; por eso no entiendo. Pienso en m, pienso que soy injusta, que siempre me
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dijeron que era una bendecida por ser de familia flaca, de comer lo que quiera; pienso
en todas esas frases hechas que tienen asidero en la realidad que me repitieron toda la
vida. Y pienso que con eso slo no basta, que el cuerpo tiene hambre, que se necesita
comer, que comer es el acto natural, que por qu ella no come, que cmo hace para
no comer pienso y pienso, no llego a mucho.
En esta oficina las prcticas durante el horario de almuerzo son distintas a las de la
oficina anterior, nadie compra en los locales por peso, nadie. Ah, s! Las secretarias y
administrativas si compran ah, pero ellas estn en otra parte, en una isla separada. Ellas
compran mayormente en los locales por peso, pero de mis compaeros, los abogados
no, ninguno, nunca. Ellos piden comida por telfono, en restaurantes de la cuadra,
compran en Mc Donalds o van a comer afuera. Nadie se trae, nadie compra por kilo. Lo
primero que me pregunto es cmo hacen para costearlo. No slo es una cuestin de qu
me gusta comer o de que me canso de comer siempre lo mismo o que ya ni se me ocurre
cmo variar Qu pasa ac? Es porque son ms grandes, o porque tienen salarios ms
altos? Es porque tienen dos trabajos? O es porque son un nosotros diferente?
Las quejas y secuencias del horario de almuerzo tambin son distintos, es que claro, ac
el espacio es compartido, oficina, comedor, cocina, todo en uno... Las reuniones de
trabajo son un caso aparte. Si haba algo que me molestaba de esas reuniones eran que
se realizaban en el horario de almuerzo, siempre, pero el problema no era el horario en
s, el problema era cuando se atrasaban, cuando eran de improviso, cuando eran las
cuatro de la tarde y seguamos ah, con suerte compartiendo unos cuantos mates
lavados. Por qu no podamos organizar y comer algo mientras estbamos ah? Por
qu tenamos siempre que pasar esas horas sin comer nada? Me dola la panza o
literalmente senta que no poda pensar del dolor de panza por hambre siempre que me
pasaba eso pensaba en el horror de pasar hambre de verdad, nunca estuve ajena a que
esa experiencia en donde realmente dola la panza y se senta el vaco estaba organizada
en torno a una vida de clase media urbana en donde nunca falt para alimentarnos ni
para llenarnos la panza. Cmo poda ser que a nadie le pase lo mismo?
Despus de un tiempo me enter que casi todas tenan hambre. A partir de ese momento
la pregunta que me acompa fue por qu? Por qu nadie propone llevar algo a la
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reunin? Por qu hacemos como que comer no es una necesidad? Pero no hablo slo
de que comer sea una necesidad biolgica del cuerpo humano, pienso en el comer
concreto, en parar, sentarme, comer, alimentarme; comer para seguir. Por qu no se
habla de esto?
Pero entonces, por qu hacemos como si comer fuera una actividad ms? Por qu
siento que, a pesar de la cantidad de informacin disponible, no se toma en cuenta la
importancia constitutiva que tiene el comer? Por qu siento que los otros no le dan la
importancia que merece? Por qu siento que los otros lo viven distinto? o soy yo?
La construccin del objeto de estudio no suele ser una tarea sencilla ya que implica
un compromiso personal por parte del investigador pero es de gran relevancia la
proximidad con el mismo, dada la posibilidad de incorporar al estudio el conocimiento
adquirido en los haciendo con y el privilegio de un lenguaje desde la propia prctica
(Scribano y De Sena, 2009: 8), posibilitndose un anlisis y reflexin de la temtica desde
las interacciones personales en el desarrollo de la temtica.
Esta auto-etnografa busca dar cuenta del punto de partida del proceso de construccin
de mi tema de investigacin, y la puse en prctica para poder desarrollar una reflexin
de mi experiencia concreta del comer en el mbito de trabajo y en cmo stas me
influenciaron y me hicieron formar una idea, una opinin, tener representaciones
diversas sobre lo que es, debe ser y significa comer en la oficina. Porque si bien analizar
la estructuracin de las sensibilidades y las prcticas de alimentacin en las mujeres
jvenes trabajadoras en oficinas pblicas nacionales ubicadas en la ciudad de Buenos
Aires es el objetivo general del proyecto, esta formalidad acadmica engloba diversos
aspectos de mi experiencia que requiri, en un primer abordaje, ser puesta en palabras
para poder acceder a las sensibilidades propias que se ponan en juego.
La auto-etnografa como herramienta metodolgica me posibilit no quedarme
centrada en la mera narracin de un hecho de mi vida cotidiana, sino que me brind la
posibilidad para involucrarme en una reflexin sobre mis prcticas, que incluya mis
emociones en torno a las experiencias concretas, a las relaciones con otros sujetos y
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apoyndome en un corpus terico que me estaba ayudando a observar la realidad. En
este sentido, la auto-etnografa se vuelve una herramienta sumamente til para poder
explorar las experiencias propias, centrndonos en lo que poseen de nicas, y a partir
de all pensar el tema a investigar desde las prcticas cotidianas. Al mismo tiempo nos
permite acercarnos desde otra perspectiva a un campo especfico que conocemos, que
posee reglas y un lenguaje particular, en donde las sensibilidades y las emociones
cotidianas logran aparecer, permitiendo que afloren dilogos y prcticas que la
cotidianeidad suele dejar de lado.
Si debo remarcar algo en lo que el recurso de la auto-etnografa aport una diferencia,
es en ser una herramienta que brinda lo necesario para dejar fluir el discurso y as darle
lugar a la creatividad en la indagacin; a la vez que permite que aparezcan rpidamente
las conexiones entre lo personal y lo colectivo de tal forma que se puede acceder a la
subjetividad del investigador en los campos no dominados por el saber acadmico. La
auto-etnografa es un recurso metodolgico que me brind la posibilidad de construir
una mirada desde otro ngulo en el proceso de construccin del problema, y mantener
presente esta distincin se volver imprescindible para mantener una vigilancia
epistemolgica activa.
Uno de los principales aspectos sobre los que la auto-etnografa me permiti reflexionar,
es el encontrar que la bsqueda de disfrute en el comer cotidiano es una experiencia
que me marc el recorrido. Entiendo que este es un dato de mi individualidad, pero que
se vuelve necesario de indagar. Si puedo entender al cuerpo subjetivo en tanto locus
de la sensacin vital enraizada en la experiencia de un yo como centro de gravitacin
de sus prcticas (Scribano, 2012: 99), a la vez que las estructuras sociales incorporadas
son puestas en relacin en las conexiones del cuerpo/emocin que vive-la-vida-con-
otros (Scribano, 2012), se vuelve esencial indagar si a las mujeres jvenes en quienes
me centrar tambin buscan disfrute en el comer. Dicho de otro modo, comprendo
por las experiencias propias en donde la repeticin y el hasto se volvieron emociones
cotidianas, que el disfrute tal vez es una nocin que puedo estar dando por sentado, ya
que principalmente deber indagar en si a las mujeres jvenes les gusta comer.
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Al mismo tiempo, el disfrute del comer se encuentra situado en cuerpos concretos en
este caso en mi cuerpo que fueron constituidos socialmente desde la ponderacin de
esa misma emocin. Disfruto del comer desde un cuerpo/emocin que disfruta del
placer del cuerpo comiendo. Por lo tanto, indagar sobre si a las mujeres jvenes que
trabajan en oficinas pblicas les gusta comer es tambin preguntarme sobre la
imbricacin de esos cuerpos/disfrute y de cmo se encuentran construidos no slo
socialmente sino desde lo individual y lo subjetivo.
Centrarme en los cuerpos/emociones del comer es tambin centrarse en la accin, ya
que todo cuerpo es cuerpo en accin, por lo cual es considerar como principal no slo
el qu sino el cmo; cmo llevan a cabo la prctica del comer, cmo lo hacen. Pero es
necesario remarcar que no se trata de remarcar los puntos de contacto entre sus
prcticas y las mas, sino en indagar cules son las prcticas propias de esas mujeres
jvenes buscando conocer tambin que hay de individual y social en ellas, cules son las
formas en que las suelen llevar a cabo, solas o acompaados, de forma colectiva o
individual, cotidianamente o de forma extraordinaria, y cules son las sensibilidades de
esos cuerpos puestos en juego de diferentes modos.
Al poder observar que no slo las practicas llevadas a cabo en las diferentes oficinas
fueron distintas, sino que pensando que los cuerpos/emociones se constituyen situados
en un ambiente del que es parte constitutiva a la vez, entiendo que ser necesario
conocer los espacios en donde se llevan a cabo ambas opciones, las similitudes, las
diferencias, a la vez que describir su especializacin. Mis propias estrategias en la
eleccin de la comida y de los alimentos me lleva a reflexionar en la vinculacin entre
los cuerpos/emociones situados en un ambiente, y en como el cuerpo/emocin no
est en un espacio, sino que es el espacio. Como explicita Ingold, los sujetos no
estamos en el mundo, sino que nos encontramos inmersos en l y es a travs de las
experiencias con el ambiente que las personas desarrollan aptitudes y sensibilidades
especficas (2000: 9) que referirn a procesos sociohistricos. A partir de esto y
observando las diferencias sobre las emociones que experiment en relacin a los
diferentes espacios de trabajo compartidos, entiendo que los cuerpos/emociones no
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slo interactan con otros sujetos, sino que interactan en trminos del espacio vivido;
en el cual el sujeto/investigador tambin funciona como testimonio de una sensibilidad
espacial dominante que estamos buscando problematizar (Dhers et al, 2015).
A posteriori, la auto-etnografa me ayud a entender que la disponibilidad econmica
no slo fue un importante condicionante a la hora de elegir qu y dnde comer, sino
que fue el punto de encuentro del aburrimiento con la frustracin al tener que
resolver lo mismo que el da anterior, con los mismos recursos y las mismas escuetas
posibilidades. Por lo tanto, entiendo que el presupuesto alimentario destinado a comer
dentro del horario laboral ser una tarea que puede aportar una variable ms de
explicacin a las prcticas llevadas a cabo en torno a las posibilidades materiales de esos
cuerpos/emociones.
En este punto es interesante retomar algunas de las ideas expuestas con anterioridad
para pensar sobre cmo la auto-etnografa es una herramienta que nos permite trabajar
con informacin privilegiada que todo sujeto posee al estar inserto en el campo de
indagacin que desea problematizar, y como el sujeto/investigador no slo es poseedor
de experiencias concretas que pueden funcionar como informacin de primera mano al
pensar un problema social sino que posee experiencias afectivas y cognitivas
sumamente ricas para ampliar la comprensin de lo social.
En definitiva, como columna central del proyecto de tesis se encuentra la pregunta sobre
qu significa para otras personas comer; pero la puesta en prctica de la auto-etnografa
como recurso metodolgico que me permita trabajar el cuerpo/emocin propia, me
permiti poner en primer plano el cuerpo/emocin implicado en la observacin de la
experiencia, y poner en primer plano la implicancia de esa experiencia en la construccin
del problema de investigacin. As, pudiendo reflexionar en la imposibilidad de la
separacin de mi cuerpo de mis emociones, en la conformacin de mi cuerpo/emocin,
pude puntualizar que la pregunta que rige el trabajo no se debe centrar en la comida
sino en qu sensaciones, qu sentimientos se ponen en juego en esos momentos. Con
esto quiero decir que el eje de mi trabajo debe centrarse en conocer cules son las
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emociones que las mujeres jvenes trabajadoras del mbito pblico sienten a travs de
la comida ligadas al hecho de comer en la oficina todos los das.
A modo de cierre
A travs de estas pginas no slo definimos y reflexionamos sobre la auto-etnografa
como recurso procesual del proceso de investigacin, sino que presentamos el trabajo
de hacerla funcionar como herramienta en la bsqueda de poner en evidencia desde
dnde pensamos lo que pensamos para as poder ponderar la articulacin donde el
sujeto/investigador no se puede diferenciar de su cuerpo/emocin.
Utilizar la auto-etnografa como recurso que oriente el proceso de indagacin nos brinda
las herramientas necesarias para acercarnos a las experiencias de la vida cotidiana que
nos ligaron a nuestros temas de investigacin, y poder averiguar cules son los
preconceptos, las experiencias y las sensibilidades que surgen desde all. Es importante
tener en cuenta que el retomar las prcticas desde las propias emociones exige un
esfuerzo cognitivo que nos implica pensarnos a nosotros mismos buscando conocer
desde la propia posicin, sumergindonos en nuestras prcticas desde un
cuestionamiento crtico. Es decir, se trata no solamente de no evitar la exposicin de
estos condicionantes sino de ponerlos en evidencia en el proceso de investigacin, se
trata de poner en prctica la demanda de una vigilancia epistemolgica permanente.
El objetivo de presentar mi auto-etnografa aqu es brindarle al lector herramientas que
le permitan observar desde qu experiencias personales surgi mi tema de investigacin
y desde qu sensibilidades que aparecen como propias e individuales se puede poner el
eje en el proyecto de indagacin social. Esta auto-etnografa me permiti no slo poder
pensar mi experiencia concreta del comer en el mbito de trabajo sino reflexionar en
torno a mis prcticas como sujeto que come, que come en la oficina, que posee
sensaciones y emociones en relacin a la comida.
Y fue a partir de la puesta en prctica de la auto-etnografa que pude explorar algunas
reflexiones, sentimientos, ideas y preconceptos que me surgan en torno a una temtica
concreta, en donde lo experimentado, lo ledo, estudiado y reflexionado volva en
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palabras concretas bajo la forma de interrogantes que despertaban interrogantes y
sensibilidades apasionadas; a la vez que segua buscando entender lo que hay de social
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