I.E.P. MONITOR HUÁSCAR | ¡FELIZ XXXVI ANIVERSARIO!
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“Somos monitorinos, seámoslo siempre”
CONTENIDOS
VIDA Y OBRA DE MIGUEL GRAU
ANTECEDENTES DE LA GUERRA
CAUSAS PRINCIPALES DE LA GUERRA
PROTESTAS Y RECLAMACIONES DE
BOLIVIA
LOS PRETEXTOS DE LA GUERRA
DECLARACIÓN DE GUERRA AL PERÚ
EL MUNDO ANTE EL CONFLICTO
PERUANO-CHILENO
COMIENZA LA GUERRA
LA CAMPAÑA MARÍTIMA
LECCIONES DE LA DERROTA.
“Somos monitorinos,
seámoslo siempre”
Compilación elaborada por los docentes del Área de Ciencias Sociales de la I.E.P. “Monitor Huáscar”.
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“Somos monitorinos, seámoslo siempre”
Miguel Grau Seminario 1834-1879
NACIÓ EN PIURA PERO SE CRIÓ EN PAITA El 27 de julio de 1834 nació don Miguel Grau
Seminario en la ciudad de Piura. Su padre fue
don Juan Manuel Grau y Berrío, nacido en
Cartagena de Indias, en Colombia, de
ascendencia catalana, quien llegó al grado de
teniente coronel en la Expedición Libertadora del
Norte, jefaturada por Simón Bolívar, y que,
terminada la gesta independentista, se quedó en el Perú y obtuvo la
nacionalidad peruana. Su madre fue doña Luisa Seminario del Castillo.
Vivió los primeros días de su infancia en la sexta cuadra de la calle de los
Mercaderes y fue bautizado en la iglesia matriz de San Miguel.
El jubilado militar Juan Manuel Grau y Berrío se empleó en la aduana y
se afincó en Paita cuando Miguel Grau tenía ocho años. No tuvo una
enseñanza escolarizada, pero su padre lo puso bajo el cuidado de
Manuel Francisco Herrera, capitán del bergantín colombiano
“Tescua”. Allí, pues, Grau convivió entre la arena y el agua y se
enamoró del mar. Lo cierto es que a muy temprana edad, a los 09 años,
en 1843, Miguel Grau hizo su primer viaje marítimo en dicha nave
mercante, rumbo a Panamá. Vivió una indescriptible aventura, porque,
luego de varios viajes, el barco naufragó y Miguel Grau se salvó
milagrosamente.
EL MAR LO ATRAJO DEFINITIVAMENTE El 14 de mayo de 1854, Miguel Grau ingresó a la marina de guerra. Todavía
como alumno del cuerpo general de la armada, es decir, como guardiamarina,
hizo sus primeros viajes a bordo del vapor “Rímac”, el mejor barco de la marina
de guerra del Perú de su época. Después pasó al “Apurímac”, alcanzando el
grado de alférez de fragata en el año 1856.
GRAU NO ESTUVO ALEJADO DE LOS AVATARES POLÍTICOS
Entre los años 1857 y 1858 hubo varios levantamientos contra el
gobierno de Ramón Castilla. El más resonante fue el del general
Manuel Ignacio de Vivanco en Arequipa, no solo por su duración (un año y medio) sino por su contraposición ideológica. Era la reacción
del conservadurismo contra el liberalismo. Lizardo Montero, teniente, y Miguel Grau, alférez de fragata, apoyaron dicha sublevación desde el comando del “Apurímac” y contaron con la adhesión de los tripulantes de otros barcos de la armada. Controlaron las islas guaneras, pero no pudieron lograr la adhesión de los chalacos para que
Vivanco tome Lima, por lo que fracasó la conspiración. Castilla premió al Callao elevándolo a la categoría de Provincia Constitucional (22 de abril de 1857), hizo vigilar las islas guaneras con barcos ingleses impidiendo que los de la armada explotaran el guano, asedió Arequipa, primero con las tropas de San Román y segundo con las dirigidas por él mismo, hasta tomar la “Ciudad Blanca” el 6 de marzo de 1858. La revuelta terminó con la huida de Vivanco y la degradación de Arequipa a la categoría de provincia. Miguel Grau fue separado del servicio
oficial. En 1860 regresó al mar comandando el barco “Lerzundi”. En el año 1862
también retornó a la Marina
de Guerra. En setiembre de 1863, el presidente de ese entonces, general Juan
Antonio Pezet, ascendió a Miguel Grau al grado de
teniente segundo de fragata y lo envió a Europa para adquirir las fragatas “América” y “Unión”.
En 1865, Grau fue ascendido al grado de capitán de corbeta, pero, como se sumó a la
revolución de Mariano Ignacio Prado contra el gobierno, Pezet lo hizo apresar y expulsar de la armada.
En el año 1866, con Mariano
Ignacio Prado como presidente, Grau fue reincorporado al servicio como comandante de la
corbeta “Unión” y el 7 de febrero de 1867 interviene en el combate de Abtao, donde, junto con el barco chileno “Cochrane”, vence a la escuadra española, compuesta por los barcos “Villa de Madrid” y “Blanca”
¿CÓMO ERA GRAU? En el año 1867, Grau pidió licencia de la armada y se casó
el 12 de abril de 1867 con doña Dolores Cavero y Núñez en la Catedral de Lima. La pareja llegó a tener diez hijos. “Era Grau –dice Francisco Alayza Paz Soldán– de mediana estatura, grueso, de piel morena y espesas barbas negras...”. González Prada dice que era: “Sencillo, arraigado a las tradiciones religiosas, ajenas a las dudas del filósofo, hacía gala de cristiano y demandaba
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“Somos monitorinos, seámoslo siempre”
El personaje y su tiempo
1834
1843
1854
1857
1860 1862
1863
1866
1865
(27 de julio) Nace don Miguel Grau Seminario en la ciudad de Piura. Sus padres fueron doña Luisa Seminario del Castillo y don Juan Manuel Grau y Berrío.
Hace su primer viaje en el barco “Tescua”, rumbo a Panamá.
(14 de mayo) Ingresa a la Marina de Guerra del Perú.
Por plegarse al movimiento de Vivanco, Grau es separado de la marina.
Toma el mando del buque “Lerzundi”.
Reingresa a la Marina de Guerra.
(Setiembre) Es ascendido a teniente segundo de fragata y es enviado a Europa a adquirir barcos para el Perú.
Toma el mando de la corbeta “Unión”.
Grau asciende al grado de capitán de corbeta. Otra vez es separado de la marina por sumarse a la revolución de Prado contra Pezet.
la absolución del sacerdote antes de partir con la bendición de todos los corazones. Siendo sinceramente religioso, no conocía la codicia esa vitalidad de los hombres yertos, ni la cólera violentase momentáneo valor de los cobardes, ni la soberbia ese calor maldito que solo lo engendran víboras en el pecho. A tanto llegaba la humildad de su carácter que, hostigado un día por las alabanzas de los necios que asedian a los hombres de mérito, exclamó: “Vamos, yo no soy más que un pobre marinero que trata de servir a su patria”.
GRAU POCO ANTES DE LA GUERRA DEL PACÍFICO
En el año 1868 se reincorpora a la Marina de Guerra, es ascendido al
grado de capitán de fragata y toma el mando del monitor “Huáscar”. En
el año 1872 (22-26 de julio), Grau se opuso al legicidio de los hermanos
Gutiérrez (Tomás, Silvestre, Marceliano y Marcelino) y defendió el
proceso democrático y al gobierno civil de Manuel Pardo.
En 1873 fue ascendido a capitán de navío, pero el año 1876 tuvo que dejar el comando del “Huáscar” porque, propuesto por el Partido
Civil, fue elegido diputado por la provincia de Paita. Participó en el
Parlamento hasta el año 1878. En 1877 había sido nombrado por el presidente Mariano Ignacio Prado como Comandante General de la Marina, cargo en el que se mantuvo hasta 1878
ANTECEDENTES DE LA GUERRA
El límite entre lo que era el
Virreinato del Perú y la
Capitanía de Chile se situaba al
norte de Copiapó en el río
Salado; habiendo sido
reconocido este límite por
capitulaciones, cédulas reales y
diversas cartas geográficas de la
época.
Constituidas en repúblicas Perú y
Chile, a raíz de la independencia;
los límites se rigieron por el "uti
posidetis", es decir, como hasta
entonces habían sido sus
posesiones; quedando como límite
entre ambas naciones el citado río.
Debido a la ambición y los designios de Sucre y de Bolívar se
creó posteriormente la república de Bolivia y con el objeto de que
tuviera una puerta de escape al mar se decidió proporcionarle un
puerto en el litoral frente al
Pacífico entre la región de
Atacama y el río Loa. Con este
propósito, Sucre, justamente el
primer Jefe de Estado
boliviano, comisionó al Coronel
Francisco O'Connor para
fundar un puerto en la pro-
Nuestro héroe a su esposa Dolores Cabero y
Núñez.
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vincia de Atacama. Y fue así como, el 28 de diciembre de
1825, Simón Bolívar decretó la habilitación del puerto de Cobija al
que dio por nuevo nombre el de "La Mar".
La Constitución y las leyes chilenas y los documentos virreinales al
respecto, ofrecen empero vaguedad, pues aunque se refieren al
desierto de Atacama, no se fijan de manera rotunda los ríos ni las
variantes topográficas; dando como consecuencia que el desierto
de Atacama, pese a su configuración, se haya querido dividirlo sin
considerarlo corno perteneciente a la soberanía de Bolivia.
CAUSAS PRINCIPALES DE LA GUERRA Entre estas causas señalamos las siguientes:
1) El descubrimiento de las guaneras en las zonas de Tarapacá,
Antofagasta y Atacama, ya que antes carecían de importancia. Su descubrimiento, la industria del salitre y la explotación de sus minas significaron un promisor futuro económico.
2) El estímulo y la ambición que dicho descubrimiento despertó en los
negociantes y financistas de Chile. Ante el descubrimiento de
acumulaciones de guano en Punta Angamos y Mejillones Chile
efectuó estudios de la zona y planeó apoderarse de la misma.
Los chilenos afrontaban entonces una difícil situación
económica y en 1842, el que fuera presidente Montt, envió una
expedición científica a Coquimbo y Mejillones, la que expidió un
detallado informe, y, en base a éste, se dio una ley declarando
de propiedad de Chile los depósitos de guano allí existentes
(incluso los de las islas circundantes) y creando la provincia de
Atacama.
3) La angustiosa situación financiera chilena. Fue sin duda la mayor razón. Sus minas de plata se encontraban a la razón
agotadas. El cobre se cotizaba internacionalmente a bajo precio. Lo
mismo sucedía con el trigo. La enorme deuda externa había destruido el crédito en el ámbito internacional; y en cuanto a la deuda interna, también incidió para que desapareciera el crédito, viéndose el gobierno en la urgencia de adoptar el régimen del papel moneda inconvertible.
PROTESTA Y RECLAMACIONES DE BOLIVIA La Ley citada más arriba (de 31 de Octubre de 1842) motivó que
Bolivia reclamara diplomáticamente a su vecino: inútilmente.
Posteriormente, en 1856, Bolivia envió la Misión Aguirre con
instrucciones precisas de ceder territorios con la condición de que se
establecieran límites definitivos; y más tarde envió otra Misión
proponiendo el paralelo 25º como límite, empero Chile propasó
el paralelo 23º. La república boliviana solicitó el arbitraje de Gran
Bretaña, más los chilenos se negaron a ello. Igual fracaso tuvo la
Misión Frías.
Chile no sólo no aceptó
ninguna propuesta boliviana
sino que además,
sucesivamente, protegió el
contrabando en la región. La
goleta chilena "Janqueo"
tomó posesión de Punta
Angamos y habiéndose
descubierto nuevos
yacimientos minerales el 20
de agosto de 1857, la
fragata "Esmeralda"
desembarcó tropas en
Mejillones apoderándose de
la zona y nombrando
autoridades chilenas.
Las desmembraciones de
Bolivia se acentuaron en
cuando Mariano Melgarejo
asumió el poder, gracias a una
revolución sangrienta.
Calificado como un "caudillo
bárbaro", debido a su
predilección por Chile,
aceptó negociaciones para la
suscripción de un Tratado
favorable a las ambiciones y
planes expansionistas
chilenos, quienes le
propusieron una acción
armada contra el Perú con el
objeto de apoderarse de
Sama o Arica, a cambio de
la cesión definitiva de
Atacama a la república chi-
lena .
La dictadura de Melgarejo
derogó así la Ley
autoritativa para hacer la
guerra a Chile y celebró un
Tratado por el cual Bolivia
le cedía el paralelo 24º,
habil itó el puerto de
Mejillones, se facultó a
Chile a intervenir
fiscalmente en dicho puerto
y creó dificultades a los
propios intereses bolivianos.
Caído el régimen de
Melgarejo, en 1871, el
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Congreso boliviano declaró nulos todos les actos de su inepta
administración quedando sin efecto las concesiones dadas en
Atacama. Esto produjo la reclamación chilena y la transacción
aprobada por el Ejecutivo por la que se autorizaba a la Cía., Salitrera
para explotar las salitreras de "El Carmen" y las "Salinas” abonando
el impuesto anual de 42 pesos, con libre exportación por la vía de
Antofagasta.
Con dicha transacción, aparentemente, concluyeron las dificultades
entre ambos países respecto a asuntos comerciales, quedando en
pie el litigio de las fronteras. En efecto, Chile insistió en alegar
que su dominio se extendía por oriente hasta las cumbres más
elevadas de la cordillera de Los Andes.
CHILE SE ARMA
En su decidido plan expansionista la república, chilena desde 1866
se había preocupado de armarse. Así, incrementó en forma
notable su armada con el fin le rivalizar y superar a la fuerza
naval peruana e hizo negociaciones con los Estados Unidos de
América para la compra de numerosos barcos de guerra,
contando en 1871 con tres naves de guerra y cuatro transportes
y empezando la construcción de dos poderosos blindados y de
dos auxiliares.
LOS PRETEXTOS
Los pretextos sobran cuando es otra la intención. Y en, asuntos
bélicos son justamente los países que provocan la guerra que
escogen los mejores pretextos para justificarla ante el mundo
y sus propios compatriotas.
Considerando la posibilidad de la Alianza Perú-Boliviana-Argentina,
la diplomacia de Chile influyó en el gobierno de Boliv ia para hacer
fracasar la unión con Argentina y lo consiguió a través de
los Tratados de 1874 y 1875 , pues aseguraron la paz hasta
el 23 de febrero de 1978, en que se promulgó una ley
boliviana aprobando la transacción entre Bolivia y la
Cía. Anónima de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta,
efectuada en 1873, con la condición de que se hiciera efectivo
por lo menos un impuesto de diez centavos por quintal de sa-
litre exportado.
La Municipalidad de Antofagasta había creado un arbi trio
municipal gravando la renta de la propiedad, lo que motivó
reclamaciones por parte de la Cía. de Salitres, negándose a
cumplir esas disposiciones por estimarlas contrarias al espíritu del
Tratado de 1874 que prohibía alzas o creaciones de contribuciones,
fuera de las ya existentes en la fecha del Tratado. La Repúbl ica
bol iv iana por su lado, quiso poner en vigencia el impuesto de
C. 10 al quintal del salitre. Considerando las apremiantes medidas
asumidas por los bolivianos, la Sociedad Chilena de Salitres,
pidió la intervención del gobierno chileno; pero Bolivia
insistió en hacer cumplir la Ley del impuesto al salitre,
confiada en su alianza con el Perú, y declaró rescindido el
contrato con la Cia. de Salitre.
Por su parte, Chile el 2 de
Enero de 1879 envió al
"Blanco Encalada" a
Antofagasta y dio a Bolivia
un ultimátum exigiéndole
que declarara si aceptaba
o no el arbitraje que
proponía para resolver
sobre la rescisión del
contrato con la Cía.
Salitrera y sin conocerse
aún en la capital chilena
sobre el resultado de
semejante presión, en forma
sorpresiva el 14 de enero
de dicho año, la
escuadra de Chile ocupó
Antofagasta, Caracoles y
Mejillones sin resistencia
obviamente.
Bolivia declaró rotas las
relaciones diplomáticas con
Chile y decretó la
expuls ión de los
chi lenos; lo que en forma
amañada interpretó Chile
como una declaratoria de
guerra y sirvió como
pretexto para ocupen todo
el litoral boliviano y la toma
de Calama, el 23 de marzo
de 1879, iniciándose de esta
manera la Guerra del
Pacífico.
PERÚ COMO MEDIADOR
Conocida la ocupac ión
mil i tar del l i toral
bol iviano el Perú envió a
José Antonio Lavalle para
José Antonio de Lavalle
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que en su calidad de Ministro Plenipotenciario interviniera en
aras de impedir la propagación del conflicto armado.
Lavalle inició sus conferencias proponiendo la desocu-
pación del litoral boliviano a cambio de la derogatoria,
por parte de la república boliviana, de la contribución de
C.10 sobre el salitre y del sometimiento del l it igio a un
árbitro. Empero, el gobierno de Chile respondió que el
conflicto no sólo se refería a cuestiones de tributación sino
también a la propiedad de los paralelos 23º y 24
º que
estimaba como chilenos y que, por ende, la ocupación
obedecía en realidad a una política de reivindicación territorial.
Renovadas posteriormente las negociaciones, Chile ofreció aceptar
la mediación peruana, pero manteniendo la ocupación militar chilena
y con la condición de que el Perú declarara su neutralidad.
DECLARACION DE GUERRA AL PERÚ Y RAZONE S ALEGADA S
Sin que siquiera el gobierno del Perú respondiera sobre la
neutralidad solicitada y en mérito a la declaración del Mi-
n is t ro Laval le sobre la ex is tenc ia de la Al ianza Defens iva
Perú-Boliviana, el 1º de abril de 1879 la prensa chilena
informó que el gobierno había pedido autorización al
Consejo de Estado para declarar la guerra al Perú . Al
mismo t iempo e indudablemente bajo la instigación inicial,
se efectuaron manifestaciones populares contra la nación
peruana, asaltando el Consulado y arr iando e l escudo del
Perú. El 3 de abri l , la Cancillería rompió relaciones
diplomáticas y el Ministro chi leno en Lima declaró la
guerra, siendo ratificada dicha declaratoria el 5 de abril de
1 879.
He aquí las razones alegadas por Chile en justificación a
su decisión:
a) Hostilizar su soberanía por el Perú y Bolivia en base a un
Tratado de Alianza Defensiva entre ambos países.
b) Abstenerse de formular una declaración de neutralidad
incondicional por parte del Perú.
c) Mantener en forma secreta la Alianza Defensiva en tre
Perú y Bolivia.
d) Movilizar las tropas peruanas, concentrarlas en Iquique y
poner en pie de guerra a la armada del Perú.
e) Suministrar el Perú a los bolivianos armas y municiones.
f) El opinar público peruano en favor del conflicto.
La realidad fue que Chile precipitó la guerra, pues sabía
demás que el Perú se encontraba prácticamente desarmado
y ante una desorganización política y administrativa.
LA OPINION PÚBLICA PERUANA Preparativos Ante La Agresión
Lo más dif ícil entre los hombres es la uniformidad de
criterios y opiniones, aún en situaciones graves o quizá por
esto mismo. Antes de la declarator ia de guerra, en el
Perú, mientras unos eran
partidarios de ella, otros
eran contrarios a la
misma, porque adivinaban
seguramente la inminente
derrota ante la superioridad
bélica chilena, su mejor
organización y su espíritu
nacional muy unificado. El
mantenimiento de la
neutralidad se dejó sentir a
través de la opinión
pública peruana; pero
como era de esperar al
conocerse la ocupación de
Antofagasta explotó la
bel igerancia y el deseo
de repeler la agresión.
Sin embargo, podría
haberse llegado a un
acuerdo más ventajoso
para el Perú dada las
c ircunstancias por la que
atravesaba y que se han
dejado acotadas.
Empero el orgullo nacional
y sobre todo la demagogia y
el afán de aparentar lo que
no sé tenía, influyó para
que la prensa, las
manifestaciones populares
y la actitud beligerante
del propio Presidente
Mariano Prado y de los altos
funcionarios precipitaran la
guerra. El gobierno peruano
respondió a Chile decretando
el estado de guerra y la
movilización general canceló
las patentes consulares,
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constituyó la Junta Centra administradora de Donativos para la
Guerra y una Junta de Informaciones para tomar en cuenta todas
las iniciativas en pro del éxito del conflicto armado. Decretó
asimismo la expulsión de los chilenos y la repatriación
de los peruanos, creó una contribución personal de s/.
4.00 en la costa y de S/. 3.00 en la sierra, prohibió la
explotación del oro y la plata y empezó a negociar
empréstitos.
Con la emergencia del caso se empezó a reparar la es-
cuadra que se hallaba en deplorable estado, así como,
las fortalezas del Real Felipe, en el Callao.
Los demagogos siguieron movil izando al pueblo en suce-
sivas manifestaciones exigiendo al gobierno acción
contra el enemigo. Fue así como cuando el Presidente
Prado, luego de inspeccionar en el Callao el estado de la
escuadra, se improvisó una manifestación popular, en la que
pese a reconocer que se había tomado de sorpresa al Perú y
que no estaba preparado para la guerra, ofreció cumplir con
la demanda popular de ir a la misma.
El 7 de abril zarparon "La Unión y la "Pilcomayo" conduciendo tropas, armamento y refuerzos rumbo a Arica e Iquique y el 16 de mayo de 1979 el propio Prado, con el resto de la escuadra, también se dirigió hacia el sur del Perú.
EL, MUNDO ANTE EL CONFLICTO PERUANO – CHILENO
Al conocer el inminente conflicto varias naciones como
Colombia, Ecuador e Inglaterra ofrecieron su mediación
para una solución pacífica; pero fueron rechazados por ambos
países.
COMIENZA LA GUERRA
Para su mejor visión la guerra peruano-chilena puede dividirse
desde el ángulo militar en dos grandes campañas, la marítima y la
terrestre, ya que entonces se desconocía la aviación que
sólo muchos años después de su invención y perfec-
cionamiento pudo intervenir en la primera guerra mundial y
con mayor poder y efectividad aún, en la segunda, al lanzar en
especial sobre Hiroshima y Nagasaki las bombas atómicas que
revolucionarían la técnica bélica y la ciencia.
LA CAMPAÑA MARÍTIMA
Después de su triunfo en la guerra
contra España (1866) el Perú se
había descuidado de conservar y
acrecentar sus armamentos y de
modernizar su escuadra; descuido
que se ahondó con la crisis
económica. Por esta razón, la
Escuadra peruana contaba sólo
con el monitor "Huáscar",
la fragata "Indepen-
dencia'' (por lo demás
anticuados) la corbeta
"Unión'', la "Pilcomayo" y
los monitores
"Atahualpa", y "Manco
Cápac". Por su parte, Bolivia
no tenía un solo barco de
guerra.
Mientras tanto, Chile había
dedicado gran parte de su
presupuesto a la adquisición
de unidades navales; de modo
que en 1879 era la primera
potencia naval en el Océano
Pacifico.
BLOQUEO Y COMBATE DE IQUIQUE
El 5 de abril de 1879 los
barcos de guerra chilenos
"Blanco Escalada",
"Chacabuco", "Cochrane",
"Esmeralda" y "O'Higgins"
al mando del Comandante
Williams Rebolledo bloquea-
ron el puerto de Iquique y
bombardearon los indefensos
puertos de Pisagua y
Mollendo; habiéndose
comisionado al capitán Arturo
Prat para que entregara al
Prefecto los oficios en re-
ferencia al bloqueo.
Mientras tanto, "La Unión"
y la "Pilcomayo", al mando
del capitán de navío Aurelio
García y García lograron
alcanzar a la cañonera
chilena "Magallanes", a
órdenes del Comandante Juan
José de la Torre, en la
desembocadura del río Loa,
produciéndose el combate el
12 de abril entre las once de
la mañana a las dos de la
tarde. La primera de
las
naves nombradas hizo fuego
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contra la "Magallanes", sin que ésta respondiera y más bien esperó
que se le aproximara. La "Pilcomayo" por su relativa capacidad de
movimiento no pudo ayudar con la debida eficacia. Sin embargo,
al verse acosada, la "Magallanes" escapó a la persecución peruana
hasta fondear en Iquique.
El 13 de abril el "Blanco Encalada" sorprendió al “Chalaco”
que conducía de Mollendo 1 800 hombres, por lo que después de
una persecución infructuosa de varias horas debió desembarcar a
sus hombres en Arica. Posteriormente dejaron unos 1 300
hombres en Pisagua.
Al mismo tiempo, la escuadra chilena principió a destruir los muelles
y aparatos de carguío de Pica y Huanillos, a incendiar las
embarcaciones menores y a cortar los cables de Iquique. El "Blanco
Encalada" y "Chacabuco" bombardearon Pisagua e incendiaron
la ciudad, sin que pudieran desembarcar sus fuerzas por la
impetuosa resistencia de sus pobladores. Por su parte, la
"Magallanes" y el "Cochrane" bloquearon el puerto de Mollendo
y decomisaron el cargamento y los víveres de dos embarcaciones
nicaragüenses, las cuales después fueron hundidas.
En conocimiento de semejante represalias y acciones sangrientas, el
Jefe del Ejército Peruano, General Buendía, lanzó patrióticas
proclamas y exhortó a los peruanos a repeler al enemigo.
El 16 de mayo de 1879, casi toda la armada chilena se dirigió al
puerto del Callao. Por su lado, el Presidente Prado se embarcó
en el "Oroya" hacia Iquique, habiendo arribado en Arica el 20 del
mismo mes, donde se informó que el bloqueo de dicha localidad
sólo estaba mantenida por una corbeta y, una cañonera por lo que
dispuso la rápida salida de los blindados peruanos con el objeto de
destruir el bloqueo.
El "Huáscar” comandado por Miguel Grau y la "Independencia"
por Moore, llegaron a Iquique el 21 de mayo; atacando el primero
a la "Esmeralda", al mando de Arturo Prat, la que se acercó al
puerto sin que sus disparos alcanzaran a la población, por lo que
Grau variando de táctica la obligó a navegar mar afuera.
Después de un largo cañoneo el "Huáscar" se aproximó al
"Esmeralda" para echarle a pique, Prat se lanzó de la "Esmeralda
al “Huáscar" muriendo en el acto, Grau logro hundirla.
Por su parte, la "Independencia" continuó persiguiendo a la
"Covadonga", pero ésta debido a su poco calado pudo seguir su
travesía muy cerca a la costa. Por desgracia, la "Independencia”
quedo varada en su arrecife cerca de Punta Gruesa, de lo que
aprovechó la nave chilena para descargar sus baterías
destruyéndola y aniquilando a los náufragos peruanos.
DESMORALIZACIÓN PERUANA. Pese a que la "Independencia" y el "Huáscar" eran anti-
cuados y pequeños blindados, el Perú esperaba mucho de ellos,
demasiado: por lo que es de suponer que la pérdida del primero
ocasionó en los peruanos un sentimiento de honda desmoralización.
Poco podía hacer el
heroísmo de los
combatientes peruanos ante,
el poderío naval del enemigo.
MISIÓN SECRETA CHILENA
Luego del combate de
Iquique, el 29 de mayo de
1879, Chile envió una misión
secreta a la república
boliviana, con el propósito de
pactar la paz con ese país y
aliarla contra el Perú con la
condición de cederle
Antofagasta y adquirir en su
provecho territorios
netamente peruanos.
Semejante proyecto de pacto
fue rechazado por Daza, a
la sazón Presidente de Bo-
livia.
LA EPOPEYA DEL "HUÁSCAR"
COMBATE DE ANTOFAGASTA Y ANGAMOS
Hundido la
"Independencia", el Perú
quedó con el "Huáscar"
como su única y débil defensa
marítima, por lo que todas las
esperanzas se fijaron en él. En
su afán de ganar tiempo y de
que cumpliera arriesgadas
incursiones, Prado no le dio
tiempo para que fuera
convenientemente reparada.
En efecto, luego de
aprovisionarse de carbón
en Iquique, el 24 de mayo
zarpó el "Huáscar" al sur,
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“Somos monitorinos, seámoslo siempre”
bombardeó Antofagasta, cañoneó la "Covadonga", cortó el cable
submarino y recapturó las barcas "Coqueta" y "Emilia"
regresando a Iquique. Prado ordenó que se aprovisionara de
combustible en Pacocha y retornara a Arica, siendo perseguido por
tres barcos enemigos.
El 2 de Junio escapó de la persecución del “Cochrane” y la
“Magallanes” y posteriormente se dirigió al Callao para ser
reparado; pero nuevamente Prado ordenó que se constituyera en el
sur, al informarse que la escuadra chilena se había movilizado hacia
Valparaíso, dejando en Iquique sólo pequeños barcos.
El 8 de julio llegó a Arica y el 9 anocheció en Iquique, en donde se
informó que las pequeñas embarcaciones de guerra estaban mar
afuera. El 10 de julio consiguió así la rendición del “Matías Cousiño”.
Sostuvo después un intenso tiroteo con la "Magallanes" y al
disponerse a echarla a pique apareció el “Cochrane", por lo que
escapó a su persecución retornando a Arica.
Al conocerse el bombardeo de Iquique (el 16 de julio) por los barcos
chilenos, Prado ordenó que el "Huáscar" y la "Unión"
marcharan al sur; por lo que ambos partieron de Arica y en su
travesía apresaron a un transporte enemigo y a barcas cargadas de
carbón y cobre,
regresando con
este botín a Arica,
el 25 de julio.
El 1º de agosto el
“Huáscar" y el
"Rímac" en-
rumbaron al sur
para sorprender al
"Cochrane", mas,
el último se malogró
y debió dirigirse al
Callao.
El "Huáscar"
prosiguió viaje para
alcanzar al
"Cochrane" que se
había acodado en
Coquimbo, pero
una tempestad lo
obligó a retornar.
A su regreso encontró a los barcos chilenos "Abtao", "Magallanes" y
"Limarí" fondeados en Antofagasta y al acercarse al puerto fue
rechazado por las naves de guerras y las baterías del mismo.
Entonces, el "Huáscar" se enrumbó hacia el norte y atacó al
"Abtao" ocasionándole importantes averías y bajas.
El ataque no tuvo el éxito
esperado, pues en el puerto
yacían anclados buques
mercantes con bandera
neutral, tras los cuales, en
forma estudiada accionaban
las embarcaciones de Chile.
En setiembre, el "Huáscar"
llevó a cabo nuevas
incursiones, escoltando
transportes con destacamento
que se dirigían para unirse a
las fuerzas del sur, y, en
octubre, después de cubrir el
desembarco de la División de
Bustamante en Iquique, tocó
varios puertos chilenos
logrando apresar la goleta
"Coquimbo" que llevaba una
valiosa carga de metales.
La escuadra chilena,
convenientemente
reorganizada, zarpó de
Valparaíso con la orden
terminante de hundir el
"Huáscar", cuya acción contra
el enemigo había causado
admiración. En dicha
determinación influyó la prensa
y el pueblo chileno, pues
habían comenzado a criticar
duramente que la unidades
chilenas se reunieran en
Valparaíso para limpiar y
reparar sus máquinas; e
incluso se pretendió realizar
un cambio de política y en la
dirección bélica por lo que
luego de la represión que
ejerció el gobierno del
Presidente Pinto, se nombró
como Almirante de la
escuadra a Galvarino
Riveros y se dio severas
instrucciones para terminar
con los barcos peruanos
Fue así como se dispuso la
movilización total de las fuer-
zas de la marina chilena y la
Primera División Naval
Correrías del Huáscar.
I.E.P. MONITOR HUÁSCAR | ¡FELIZ XXXVI ANIVERSARIO!
11
“Somos monitorinos, seámoslo siempre”
inspeccionó el litoral entre Cobija y Mejillones; en tanto la Segunda
División lo hizo entre Mejillones y Antofagasta, El Presidente Prado
en su empecinamiento de dictar órdenes temerarias presionó para
que el "Huáscar" llegara nuevamente hasta los puertos de Chile,
acompañado sólo por el Monitor "Unión".
El 8 de octubre de 1879, el "Huáscar" ubicó entre la densa niebla a
los buques enemigos, por lo que en vista de que tenía sucias sus
máquinas y fondos, pues como se ha subrayado siempre por los
requerimientos de Prado no pudo hacerlo en su debida
oportunidad, debió tomar otra vez la dirección del norte, protegido por
el indicado Monitor, al mando de Aurelio García y García.
A las siete de la mañana apareció la Primera División Naval
chilena, que anteriormente se había estacionado frente a Punta
Angamos, y ante esta situación Miguel Grau decidió presentar
combate, previas señales a la "Unión" para que se pusiera a salvo,
por lo que el Monitor siguió su marcha perseguido por el
"O'Higgins" y el "Loa".
Solo, frente a toda la escuadra chilena, el "Huáscar'' debió
replegarse hacia el Morro de Angamos, perseguido por el “Cochrane",
al que disparó sus cañones. Estrechada la distancia que lo separaba
de la nave enemiga, ésta al fin descargó sus baterías destrozando
el castillo de proa, perforando el blindaje y dando muerte a muchos
hombres. Otro cañonazo cortó la guardia de babor de la rueda de
combate y dejó sin comando al Monitor. El "Cochrane" siguió
atacando y a los pocos minutos perforó la torre de comando del
"Huáscar" hiriendo mortalmente a Grau y a su ayudante Teniente
primero Diego Ferré, por lo que tomó el mando de la nave el
Segundo Comandante, Capitán de Corbeta Elías Aguirre. El
"Huáscar" dirigió entonces su proa sobre el "Blanco”, mas quedó
aprisionado entre los fuegos de los blindados, sin poder escapar
por el mal estado de sus máquinas. Empero, se arremetió contra
dichos blindados; más la superioridad de la fuerza enemiga continuo
destrozándolo, conjuntamente con sus heroicos combatientes. Una
granada dio muerte a Elías Aguirre y a otros jefes, por lo que
debió asumir el mando el Teniente Pedro Garezón. Un proyectil
desmontó otro de sus cañones de grueso calibre y derribó la
bandera peruana. Nuevos proyectiles hicieron blanco y el "Huáscar"
quedó sin gobierno, viéndose obligado Garezón a abrir sus
válvulas para, hundirse, lo que tampoco pudo conseguirse, ya que la
nave enemiga logró cerrarlas, apresarla y tomar prisioneros a los
sobrevivientes.
NUEVA DESMORALIZACIÓN PERUANA La pérdida del "Huáscar” y la muerte del Almirante Miguel Grau
desmoralizaron una vez más a la nación. Debido a sus primeras
hazañas, la opinión pública nacional, especialmente la de Lima,
había creído en un milagro y por ello le exigió esfuerzos más allá
de la realidad. El propio Presidente Prado, como se ha visto, en su
anhelo de verlo triunfante le daba incesantes órdenes de perseguir y
destruir al enemigo, sin considerar que la nave debía ser reparada y
acondicionada para resistir los embates. Por su parte, Miguel Grau,
magnánimo, íntegro, decidido,
se inmoló en forma inútil, pero
consciente de la misión
encomendada, escribiendo
así una página gloriosa en la
historia.
¿Por qué no se reemplazó el
"Huáscar" con otras naves?
¿Por qué no se accionó en
forma decidida y eficaz ante
la superioridad naval
chilena? Los historiadores
coinciden en señalar que la
situación económica difícil
por la que atravesaba el país
así como las intrigas
políticas, las divisiones
internas v la influencia de
poderosos intereses lo
impidió, llevando al Perú por
el contrario a una lucha
desigual, absurda y estéril.
LECCIÓN DE LA DERROTA
Es interesante anotar la
act i tud que tomaron
ciertas agrupaciones o
personalidades de la
época, con oportunidad de
la guerra con Chile que
brevemente hemos reseñado.
Así muchos abogados
peruanos lucharon
denodadamente por
mantener la integridad de
la patria, inmolando sus
vidas en su empecinado
objet ivo. Entre ellos,
podemos citar a los
doctores Manuel Pino,
Fél ix Olcay; Juan Pablo
Bermúdez; José María
Hernando, Juan Manuel
Irr ibarren; Juan de la
Fuente que se alistaron
en diversos batallones
como simples soldados
para combatir hasta el,
último contra el enemigo.
I.E.P. MONITOR HUÁSCAR | ¡FELIZ XXXVI ANIVERSARIO!
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“Somos monitorinos, seámoslo siempre”
Manuel Gonzáles Prada fue una de las personalidades
peruanas, cuya actitud luego de terminada la guerra; es
necesar io remarcar. Había as is tido a la batal la de
Miraflores y luego de producida la derrota, encontrase
con un jefe de la ocupación de Lima, no obstante haber sido
amigo suyo y de adelantársele en esa oportunidad para
saludarlo y abrazarlo, Gonzáles Prada lo detuvo fríamente,
volviéndole la espalda y decidiendo desde ese entonces
encerrarse en su casa hasta que se fueran los chilenos.
La derrota sirvió a Gonzáles Prada para hundirse en mil
reflexiones y tratar de llegar hasta lo más profundo sobre las
verdaderas causas de el la. Sus l ibros de esta época
inciden dolorosamente al respecto. Nadie como él se
pronunció en forma tan clara, rotunda y sincera.
En uno de sus discursos vibrantes, Manuel Gonzáles
Prada acotó:
"Sin especialistas o más bien dicho, con aficionados que
presumían de omniscientes, vivimos de ensayo en
ensayo; ensayos de aficionados en Diplomacia, ensayos
de aficionados en Economía Política, ensayos de
aficionados en Táctica y Estrategia. El Perú fue cuerpo
vivo, expuesto sobre el mármol de un anfiteatro, para sufrir
las amputaciones de cirujanos que tenían ojos con cataras
seniles y manos con temblores de paralítico. Vimos al
abogado dirigir la hacienda pública, al médico emprender
obras de ingeniería, al teólogo fantasear sobre política
interior, al marino decretar en administración de justicia ,
al comerciante mandar cuerpos de ejército... Cuánto no
vimos en esa fermentación tumultuosa de todas las
mediocridades, en esas vertiginosas apariciones y
desapariciones de figuras sin consistencia de hombres, en
ese continuo cambio de papeles, en esa Babel, en fin ,
donde la ignorancia vanidosa y vocinglera se sobrepuso
siempre al saber humilde y silencioso..."
Y luego, lapidario:
Cuando el más obscuro soldado del ejército invasor no
tenía en sus labios más nombre que Chile, nosotros,
desde el primer general hasta el último recluta, repetíamos
el nombre de un caudillo, éramos siervos de la Edad
Media, que invocábamos al señor feudal. Indios de
punas y serranías; mestizos de la costa, todos fuimos
ignorantes y siervos y no vencimos ni podíamos vencer..."
¿Qué causas produjeron el desastre nacional?, se pre -
gunta amargamente Gonzáles Prada y señala:
“La mano brutal de chile despedazo nuestra carne y
machacó nuestros huesos; pero los verdaderos
vencedores, las armas de nuestros enemigos, fueron nuestra
ignorancia y nuestro espíritu de servidumbre...
“Qué escándalos no
dimos al mundo, desde
las ridículas
escaramuzas, hasta las
inexplicables dispersiones
en masas; desde la fuga
traidora de los caudillos,
hasta las sediciones
bizantinas; desde las
maquinaciones
subterráneas de las
ambiciones vulgares,
hasta las tristes
arlequinadas de los héroes
funambulescos.”
Iglesias que había captado la
realidad de la época y la
Inutilidad de las
intervenciones extranjeras
en favor del Perú, hizo lo
posible como se ha visto
para que se firmara el
Tratado de Ancón aunque
como vencido, en
condiciones desfavorables
para el país. Y se dio
luego a la tarea de la
reconstrucción nacional,
logrando restaurar los
ferrocarriles: los edif icios
públicos y las bibliotecas.
Adquir ió art i l lería y
sostuvo a ocho mil
hombres en el ejército
Realizó amortizaciones de
billetes fiscales hasta por un
millón de soles y su gobierno
adquirió los guardacostas
"Santa Rosa" y "Vilcanota`.
Pero más tarde
nuevamente se in ic ia la
lucha por e l poder y
Cáceres logra vencer a
Iglesias... y se hace Jefe
Supremo de la Nación.
Después de algunos
intervalos, el caudillismo
seguirá imponiéndose.
En 1888, en otro
candente discurso Manuel
Gonzáles Prada sentenció:
I.E.P. MONITOR HUÁSCAR | ¡FELIZ XXXVI ANIVERSARIO!
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“Somos monitorinos, seámoslo siempre”
"La palabra que se dirija hoy a nuestro pueblo debe
despertar a todos, poner en pié a todos, agitar a todos,
como campana de incendio en avanzadas horas de la
noche. Después de San Juan y Miraflores, en el cobarde
abatimiento que nos envilece y nos abruma, nadie tiene
derecho de repetir miserias y puerilidades: todos vivimos
en la obligación de pronunciar frases que levanten los
pensamientos y fortalezcan los corazones".
El Perú seguía debatiéndose en la miser ia moral y en la
pobreza económ ic a… ¿Y los pat r io tas , l os po l í t icos , los
l íderes? Todo, una farsa s in f in . En otra ocasión por esto
Manuel Gonzáles Prada se pregunta:
"¿Qué fueron por lo general nuestros partidos en los
últimos años? Sindicatos de ambiciones malsanas clubes
eleccionarios o sociedad e s m e r c a n t i l e s . ¿ Q u é , d e
n u e s t ro s c a u d i l l o s? A g e nt e s d e l as g r a n d e s
sociedades financieras o soldados impulsivos que vieron
en la Presidencia de la República el último grado de la carrera
militar"…
Para la reconstrucción nacional debe existir una mística un
ideal y sobre todo hombres responsables y honrados. Escéptico y al
mismo tiempo lleno de fe, Gonzáles Prada vuelve sus ojos
hacia la juventud, siempre más idealista y capaz de
entregarse sin los intereses que corrompen, al sacrif icio. Por
ello dijo.
"En la obra de reconstrucción y venganza, no contamos
con los hombres del pasado: los troncos añosos y carcomidos
produjeron ya sus flores de arma deletéreo y su frutos de sabor
amargo. ¡Qué vengan los árboles nuevos a dar flores nuevas y
frutas nuevas!
Y luego terminando con aquella frase que se ha hecho
memorable hasta hoy:
«¡Los viejos a la tumba, los jóvenes a la obra!".
En los textos escolares de historia del Perú poco o nada se
ha dicho sobre las descarnadas causas del fracaso y de la
derrota que sufrió en la guerra con Chile. A través de ella
se exalta más bien de un modo exagerado las hazañas de quienes
intervinieron en la misma, es decir de los caudil los y jefes,
así como de lo glorioso que signif icaron las diversas
batallas pese a que todas e l las d ieren e l tr iunfo a l
enemigo. Se les llega a calificar de titanes, de héroes
incomparables, de una especie de adalides griegos de leyenda y se
exhorta especialmente a la juventud para que en casos
semejantes sigan su brillante ejemplo.
Estam os de acuerdo a que e l cu l to a los próceres y
héroes de un país, de cualquier país, es un deber
ciudadano; porque nadie puede dejar de lado a quienes
destacaron por su acción en beneficio de una nación, como
se rinde homenaje a todos los grandes hombres en otros
campos de la act ividad
humana (ciencia, arte,
literatura, etc.) y que sirven
de ejemplo a las nuevas
generaciones. Pero de
aquí a que se fabriquen
mitos y semidioses y se
oculten los sucesos que
llevaron a la ruina a un
país es ya otra cosa. No
hay que seguir la política
de aquella avestruz del
dicho que ocultándose
cree que ya no va ser
vista. Por lo contrario, si
en asuntos privados el
mejor amigo es que el
que señala a otro sus
errores para que los
supere, con cuanta mayor
razón eso debe hacerse
cuando los errores son
cometidos por muchos
hombres de modo que van
a repercut ir en todo un
pueblo. No es pos ible
s iempre vivir engañado.
No se debe engañar a una
nación. En consecuencia,
si por un lado se destaca
el heroísmo y la nobleza
de quienes afrontaron la
guerra con decisión y
coraje, por otro, hay que
también recordar la mala
preparación, la
improvisación, la
inf idel idad, la traic ión, el
equívoco imperdonable,
el odio, la r ival idad y la
locura de poder de
muchos otros que
sobrepusieron sus
intereses personales a los
de la patria. Porque contra
esto es lo que se debe
luchar para que no se
repitan sucesos dolorosos y
lamentables.
Fin
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