Antagonista, Noelia Canora Alarcón. Parte IV y Epílogo.
PARTE IV NUDOS DE LOCURA Y OTROS CABOS POR ATAR
No soy digna de que entres en mi vida,
pero un verso tuyo bastará para salvarme.
No soy digna de que entres en mi vida,
pero un beso tuyo bastará para salvarme.
Me hirió severamente y me escondí tan bien del mundo y de mí misma
que cuando quise encontrarme no pude. Entonces enloquecí.
¿Qué pasó con ella? Ella siguió igual. Tenía muchos defectos, mil defectos
más de los que podáis pensar. Era todo defectos, ¿pero sabéis qué? A pesar de
todo seguía siendo el defecto más hermoso del mundo. Y yo una perfecta suicida.
Me perdí. Me entregué de nuevo a mis vicios. En mi defensa he decir que
me acogieron con los brazos abiertos. Destrozándome me creía menos monstruo,
y no frenaba la hemorragia porque entre tanto dolor atisbaba una figura encogida
de miedo en el fondo de la habitación. Era yo.
Respiro.
Sigo viva.
Estoy aquí.
Antagonista, Noelia Canora Alarcón. Parte IV y Epílogo.
ALBA Y SELENE
Hoy abandonamos la coherencia.
Noche de locos, noche de lobos, noche de luna llena.
Encerrada en mi hipnosis lunar
escribo medios versos o versos sin rima.
Oh dama sonámbula
¿por qué haces de mí una nictófila?
Vestida con tu mejor lencería,
los diamantes brillan como perseidas
y transformas palabras mudas en cometas literarios.
La noche huele a goma
de tanto desgastar la carretera de tus meridianos.
Solo entonces a la vuelta
corres en pos de tu amado
reflejado sobre el espejo salado.
Nosotros por entonces salimos de tu embrujo:
los lobos abandonan su inconsciencia
y los locos dejan de aullar a la luna llena.
Antagonista, Noelia Canora Alarcón. Parte IV y Epílogo.
FEMME FATALE
Mi mente caprichosa y desequilibrada
está llena de termitas con sonrisas de hierro;
las mías son de sangre.
Por mis venas fluye tu veneno, Locura.
Un, dos, tres, vuelta a empezar.
Voy a escalar Madrid contigo sobre la espalda
y chillar a los vientos del invierno el monstruo que soy
antes de saltar al vacío
–de esta caída no me salva ni el ángel del Metrópolis–.
Pero no…
hoy no,
hoy la pereza me puede
y hago otra vez de King Kong
abrazando esquinas, farolas y monumentos corporales
sobre tu espalda de humo con garras de pantera.
No puedo salir de estas cuatro paredes
porque mi mente es circular:
un tiovivo donde pasan los quizás una y otra vez.
Una película sin fin,
una mujer, un monstruo,
un ángel sin alas esperando volar.
Hándicaps, solo veo hándicaps,
figuras amorfas contorneándose como marionetas sin hilos,
muñecos que se ahorcan con sus propias cuerdas
por no poder ser libres
…
Un, dos, tres, vuelta a empezar.
Nunca te entenderán, Locura
porque no hay peor tortura
que vivir sin libertad.
Antagonista, Noelia Canora Alarcón. Parte IV y Epílogo.
Reuní a mis cinco sentidos
y aceptaron que fueras el sexto,
así por fin tras encordaros
podré vivir en paz.
Antagonista, Noelia Canora Alarcón. Parte IV y Epílogo.
FUNAMBULISTA
Hoy he vuelto a asomarme a mi precipicio
y me he vuelto a odiar.
Mientras lo espiraba me atacó y le tiré piedras en legítima defensa
pero os confesaré un “secreto de estado” :
si tiráis piedras al vacío
caerán sobre vosotros porque sois Nada,
algo que solo ignoran los desesperados como yo.
Otro día traté de superarlo haciendo equilibrismo.
Mi vida pendía de una cuerda sin enhebrar
y mi cabeza era un péndulo que balanceaba en la sinrazón del ojal de la aguja
con la que me chuto diariamente mililitros de esperanzas.
No voy a mentiros,
caí por creer que me sujetarían las nubes
y lo único que vi fueron a las estrellas
reírse de una funambulista que soñó
con derrotar al equilibrio.
Tengo la teoría de que debo de tener un cajón de gatos desconocido,
sino no me explico cómo he sobrevivido tantas veces a ti
-ya he perdido la cuenta entre tanto frenesí autoprohibido-.
Llamémoslo alzhéimer felino de siete días por semana.
Yo conocí a alguien que se murió así,
entre espinas sin flor
y gatos circenses sin garras con los bigotes mustios:
yo.
Al final estoy aprendiendo por las malas
que es imposible huir de mí.
Antagonista, Noelia Canora Alarcón. Parte IV y Epílogo.
LEJOS, PERO TÚ Y YO
Llévame alto,
tan alto que podamos saltar por unas nubes
para llenarnos las cabezas de aviones
y no tener que bajar nunca a tierra firme,
donde el aire nos rodee como un velo de novia
y no se nos caigan nos anillos amando a la locura.
Seamos pájaros
para tocar el cielo con las alas y evitar
que se nos escape entre los dedos.
Que sea un crucero a ninguna parte.
Seamos tú y yo.
Lejos, pero tú y yo.
Antagonista, Noelia Canora Alarcón. Parte IV y Epílogo.
OBCECACIÓN
“El arrebato es la emoción súbita y de corta duración que se proyecta a través
del furor o de la cólera.
La obcecación es la pasión más duradera, más permanente pero también más
suave como simple obcecación”7
No puedo evitar alegrarme cuando ocurren desgracias a tu alrededor
y eso te afecte de alguna manera:
me da otra oportunidad para abrazarte
y otro motivo más para revolverte cariñosamente el pelo.
Tal vez porque quiero quererte y acabo queriéndote demasiado bien
o desastrosa y escandalosamente mal como solo lo saben hacer los ciegos de
corazón,
cualquier excusa sea buena para retener a Mimosín un ratito más.
Aunque eso equivalga a descubrir que soy una villana egoísta con el resto del
mundo.
Al final va a ser verdad eso de que eres una amante tóxica y dañina,
pero tienes un suicidio precioso y yo nunca le he tenido especial aprecio a mi
vida.
No lo quiero pero te busco,
no me necesitas pero me encuentras
y acabamos llamándonos imbéciles
queriendo creer una vez más en el amigo invisible.
7 Derecho Penal, Martínez Escamilla, Martín Lorenzo y Valle Mariscal de Gante.
Antagonista, Noelia Canora Alarcón. Parte IV y Epílogo.
LOCURA
Llamaste a la puerta y entrarte en mi vida como una exhalación.
Te tiraste tranquilamente en el sillón del rincón
al mirar a la gente pasar por la ventana y a fumar,
destrozándote y destrozándome.
___
No entiendo tu amor apasionado por leer poesía,
ni tus carcajadas estridentes cuando te sorprendes con una frase.
Te escondes de la gente: la temes
pero la buscas
(y todo esto sin dejar de fumar).
¿Sabes?
Te miran raro cuando haces equilibrismo por las calles
creyéndote una funambulista de la vida.
Tienes complejo de Principito: te vuelven loca los atardeceres,
cada día persigues 2 o 3.
Eres capaz de matar al Sol por ver reír a la Luna.
Tus ojos son flores que prefieren seguir a las estrellas
(cuánto crees que sabes y qué poco has aprendido, pequeña).
___
Como una amante me sacas a bailar un vals bajo la lluvia:
alguna ventaja tenía que tener no temer a los truenos.
Luego termino calada, impaciente por sentir un éxtasis más intenso.
Me apoyas, me matas,
te burlas, me disparas.
Me cantas, me elevas,
te quiero, me encantas.
Bendita locura.
Antagonista, Noelia Canora Alarcón. Parte IV y Epílogo.
HABITANTES
Vivimos en una hipnosis,
en un cuento donde tener una mente activa e independiente
es sinónimo de metamorfosis.
A la inversa.
La mariposa se convierte en gusano
para protegerse en su crisálida.
La rosa se encoge asustada
convirtiéndose en un frío capullo.
Parad el mundo que me bajo con Quino.
Vivimos en un teatro,
en un reino donde mandan las apariencias
y donde está de moda ser xenófilo
–y odiar a las personas, por supuesto–.
en este reino somos alérgicos a la luz,
rezamos por un beso y maldecimos sobre una cruz
que no elegimos cargar sobre nuestras espaldas.
Vivimos en el mundo de la controversia
enredados entre rosales de piedra
mientras talamos las raíces de nuestro árbol vital.
Siendo ogros, buscamos quien nos ofrezca miel en un banquete de espinas.
Siendo poetas, recaemos en los susurros asesinos despreciados como colillas.
Afortunadamente todo esto se acaba: nada es eterno.
A la noche nos transformamos y cantamos a los finales felices
en vez de a los principios inesperados,
apuramos el amor de 35 céntimos la calada
y soltamos ese yo interior entumecido
que busca musa a jornada completa.
Ojalá pudiésemos volar eternamente.
Durante las horas que lo hacemos somos infinitos.
Después nos despertamos
resacosos y enganchados a los labios de Melancolía
Antagonista, Noelia Canora Alarcón. Parte IV y Epílogo.
con la frente perlada de dolor,
esos labios que saben a rutina
en otra mañana que huele a pavor.
Un, dos, tres, vuelta a empezar.
Antagonista, Noelia Canora Alarcón. Parte IV y Epílogo.
VENGANZA POÉTICA
Me dejaste criando malvas que crecieron de mis ojeras
mientras sonaba Lana del Rey
y comencé a buscarte en esculturas utópicas
hasta que me convertí en la reina del cementerio de tu memoria.
Atardeceres anaranjados para tardes lluviosas.
Te odio en el sentido más intenso de la palabra.
Lejos solo soy un mal reflejo de lo que fui una vez contigo,
una silueta borrosa que te extraña en cualquier lugar.
En cuanto a los epitafios que me escribiste,
qué poca imaginación amor.
Con ellos haré avioncitos de papel para tirarlos por algún puente;
tal vez algún iluso los encuentre de utilidad
(dos homicidios consumados son mejor que uno).
Maldita tercera persona del singular
y maldito condicional imperfecto.
Fuimos el pretérito más perfecto de Madrid
para acabar siendo meros pasivos a secas
con personas de diferente conjugación.
Antagonista, Noelia Canora Alarcón. Parte IV y Epílogo.
ANTAGÓNICO POSESIVO
“Todo comenzó con una mirada”
y entonces supe que quería que fueses mía.
m-í-a: tantos pensamientos que aceptar y descubrir
condensados en 3 putas letras.
Tres, como nosotras:
tú, mi mala suerte y yo.
“¡Mía!” gritaban los mudos.
“¡Mía!” deseaban los ojos.
“¡Mía!” reclamaban las paredes.
El mundo se divide
entre las personas que utilizan las esquinas para beber o para follar
y luego estoy yo
que te bebería desde las pestañas a la punta de los pies
y dejaría eso de follar a las personas autistas de amor.
Que sean ellas quienes traumen gatos azules de madrugada
que para algo tienen siete vidas.
¿Flores al final? Y una mierda.
Los girasoles están cogiendo esclerosis múltiple de tanto seguirte,
les faltan ojos —son unos pipas—.
Pipas las que como esperando a que salgas apoyada en la pared
que grita que me empotres sin compasión ignorando mi litrona
(desde el día 31 les tengo a las paredes un cariño especial).
Mía.
Mi perra se llama así y da menos guerra que tú.
También menos paz.
Teóricamente si dejo de desearte dejo de desearlo,
pero nunca dejo de desearte.
Como dice Sara Bueno,
en cualquiera de los casos me parece una auténtica frivolidad.
Antagonista, Noelia Canora Alarcón. Parte IV y Epílogo.
TORMENTA
El cielo se está tiñendo de naranja y gris: amenaza tormenta. Adoro esta
sensación de pánico que me hace correr, gritar, enloquecer. El naranja es el color
de la nada. El color del prototipo. El primero. El naranja lo es todo –el principio
y el fin, el crepúsculo y el amanecer–.
La tormenta acecha con su piel felina. Todo indica que la noche va a ser
larga y me va a desgarrar la voz.
¿Y qué ocurre si no soy aquello en lo que me he convertido?8
Hay temporadas en las que sentimos que el mundo se nos cae encima y
solo vemos el plato malo de la balanza. No tienes ganas de salir por nada ni por
nadie y pierdes el interés por todo. Tu vida pasa a ser una película sin banda
sonora –ni los músicos se atreven a eso–. Te aíslas en ti mismo confiando en que
al resto del mundo le irá bien porque sabes que no eres imprescindible y que las
cosas no les van mal.
Poco a poco construyes una burbuja donde levitas sobre las casas, las
calles y los semáforos ajeno al mundo, y empiezas a odiar a la gente por odiarse
entre ellos. Los odias por ser como son, para al final acabar descubriendo que tú
también eres como ellos. Poeta de sujetadores y pantalones, inexperto en tratar
con el resto de las emociones. Odio. La rabia de descubrirlo se transforma en
tristeza y eso es lo que te corroe por dentro como millones de termitas dándose
un festín en una fragata de guerra.
Navegas valientemente por la tormenta pero inevitablemente naufragas.
Quedas inconsciente y cuál es tu sorpresa al levantarte y ver que siempre has
estado en el mismo lugar pero que eres tú quien no es el mismo. Estás perdido y
necesitas a alguien que te salve de verdad; ahora lo ves. ¡Basta de naufragar
agarrado a tablas viejas y caderas rotas! Es la hora de ser tu propio héroe, tu
propio Supermán, así que levántate y deja en el lavabo el rímel y las lágrimas
para lavar tu venda y agujerearla sin compasión. Después colócala sobre los ojos:
será tu antifaz. Ponte los calcetines con capa, píntate los labios y mírate al espejo.
Necesitabas un héroe, y así es como te has convertido.
8 Otoño, Juan Prieto Sánchez
Antagonista, Noelia Canora Alarcón. Parte IV y Epílogo.
REGRESO AL B6129
Siempre es agradable volver a encontrarse
cuando te hacen ver que te habías perdido
y dejas de echarle la culpa a tus pies
que demasiado tienen con haberte sostenido.
He sido víctima de mi propia empecinación de mantenerme en soledad
y acabaron sintiendo mi dolor
las personas a las que evitaba salpicar
(y el dolor tiene el lavado muy malo).
Una parada hecha a tiempo da que pensar
si te encasquillas en si tú eres tú
o si estás a la diestra de la suerte
o a la siniestra de la causalidad.
Hay gente que hace con estrella, otros estrellaos
pero todos pretenden acelerar su supernova
ignorando el tiempo que retoma
un nuevo nacimiento.
Un error superado a tiempo
es un colacao caliente a las tres de la mañana,
dieciséis demonios expulsados
y un cadáver menos que enterrar.
Escondí mi tragedia en una falsa comedia
cuyo guion quemé entre mis manos:
la forma en la que me golpeaba el pecho
era tan fantasmagórica como patética.
Dejaré mis fantasmas
en alguna jaula de veinticuatro barrotes
con una puerta giratoria
que me impida el regreso hacia el alambre.
Volver a pensar por mí y hablar con mi boca,
9 Nombre del asteroide donde vive el Principito.
Antagonista, Noelia Canora Alarcón. Parte IV y Epílogo.
recoger a Migo en la estación
y volver a sentir su calor
esperándome con una sonrisa.
He aprendido que hay que regar lo importante
porque cuidarlo también es cuidarme;
que lo bueno de quien esculpe y lo mantiene
es poder plantar nomeolvides.
Voy a hacer de mi gente
el jardín estrellado más precioso del mundo
un patio andaluz pretendiente
de una saeta noble dedicada al Sol.
No volveré a idealizar París.
No volveré a embriagarme en Nueva York.
No volveré a asomarme al Gran Cañón.
He comprobado que existo como el Triángulo de tu tanga.
Moraleja:
Los nuevos logros nos hacen olvidar las viejas cicatrices
y las viejas heridas se olvidan con los nuevos deslices.
Antagonista, Noelia Canora Alarcón. Parte IV y Epílogo.
Antagonista, Noelia Canora Alarcón. Parte IV y Epílogo.
EPÍLOGO
—¿Y cómo es?
Me preguntó expectante.
—Ella es esa Maga de la que Cortázar se enamoraría
por hacer desaparecer las lágrimas con un beso,
por la que Edison encendería las estrellas cada noche,
por quien Gutemberg transcribiría todas las odas de amor de Europa
y Shakespeare acabaría sus dramas con un final feliz.
Graham Bell la llamaría a cada momento
sin importarle que fuese su padre quien descolgase el teléfono
y Ford la llevaría a dar paseos interminables en los “felices veinte”
por las carreteras junto al mar.
Ni Fleming sería capaz de curarse en salud:
imagínate cómo es.
Mi amigo enmudeció.
Por un momento todos los escritores se quedaron sin palabras
y los inventos se cuestionaron su falta de utilidad.
Veía nacer la pregunta en sus ojos.
—¿Por qué no estás con ella?
Preguntó extrañado.
Sonreí nostálgicamente haciendo rodar el vaso con el índice y el pulgar.
—No es para mí
atiné a decir,
¿qué sentido tiene tener un ruiseñor enjaulado
si todo lo que vas a oír son cantos de melancolía?
Antagonista, Noelia Canora Alarcón. Parte IV y Epílogo.
DOMINGO, 11:30 AM
Tu calor me hace ascender
y desde arriba lo veo todo.
Tú tumbada en la cama
con la sábana tapándote algo menos que las nalgas,
los vasos de whisky sin soda con Sabina de trasfondo,
las macetas muertas de la vecina del tercero
y un gato que acecha sigilosamente a una paloma
entre la ropa del alféizar de la ventana del tendedero.
Sonrío, recojo un vaso y desayuno un trago
con la satisfacción del trabajo bien hecho:
es pronto para beber pero nunca es tarde para celebrar.
Contigo a palo,
la bebida sin hielo
y el maquillaje corrido sobre la almohada.
Tristan Tzara estaría orgulloso.
La mañana huele a fortuna y sosiego.
La vecina del tercero sale a regar sus plantas
que intentan vagamente recordar el uso de la clorofila y la fotosíntesis
cuando de repente de oye un bufido:
el gato ha saltado y ha jodido la colada.
A alguien le van a echar una peta de un par de bigotes.
Pobre idiota.
Siento detrás de mí un ronroneo:
me reclaman.
Bajo de mi nube
dejo de mirar por la ventana
y aterrizo en mi tercero otra vez.
Con ella.
Lo siento Domingo,
tengo otro minino a quien atender.
¡Salud!
Antagonista, Noelia Canora Alarcón. Parte IV y Epílogo.
CONSEJO PRÁCTICO SOBRE LA FELICIDAD
Para ser feliz solo tienes que seguir tus impulsos. Se puede ser feliz de
muchas maneras: escalando una valla para coger una flor para tu novia, corriendo
por un campo de trigo o cantando por la calle con un megáfono y tu mejor amiga.
Solo hay un problema: hay una delgada línea entre la felicidad y la locura. Lo
que te hace enormemente feliz, a otra persona puede parecerle enormemente
descabellado.
No te asustes de lo que opine la gente, hagas lo que hagas te van a juzgar.
Intenta no juzgarte tú mismo. Siente lo que haces y déjate llevar por lo que te
haga feliz, porque todos tenemos derecho a sentir la felicidad. ¡Búscala! Nunca te
quedes quieto, la única droga que necesitas es la que contienen tus pulmones.
¡Corre, el tiempo apremia! Y recuerda: el sordo siempre piensa que los que
bailan están locos.
“Antagonista”
05/02/2015 jueves, 1:17 am Madrid
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