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LEX N ER ROOR
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MISTIC
L MUS O H RMTI O
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K(jLN LONOON LOSAN(, ,IU.f S MAQRID I ARI$ TOKYO
T S HEN
ALEXANDER ROOB
LQUIMI
&
MISTI
EL MUSEO HERMTI O
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NDICE8
ROTACiN
Torbellinos y magnetos Geometra divina La rueda
La rosa El peregrino
492
ELMICROCOSMOS
Lasproporciones divinas del cuerpo Cerebro y
memoria Los signos - Escritura y sellos Apariciones
428
110
EL
Opus
MAGNUM
Gnesis en la retorta La purificacin Lacada de
Adn El caos La noche saturnal El martirio de los
metales Resurreccin Aurora Luz y tinieblas
Laescala El rbol filosfico Lossephiroth . Ab uno
Elfuerte Enigmas de la zoologa Oe di pus chymicus .
El roco Labor de mujeres y juegos de nios
Qumica vegetal Laserpiente El retorno La cpula
Elandrgino Separatio . Los yantras hermticos
Latrinidad El fuego E l h uevo filosfico La matriz
La fuente El Lapis Cristo La sangre
EL MACROCOSMOS
El mundo El sol La luna Astronoma inferior
Los astros La msica de las esferas Gnesis El ojo
El u vo csmico
34
INTRODUCCiN
CONTENIDO
Printed in China
ISBN3-B229-5036-5
Edicinoriginal: 1997Benedikt TaschenVerfagGmbH
2006VGBild-Kunst, Bonn, para lasreproducciones
de JosephBeuys,Marcel Duchamp,e YvesKlein
Diseode la portada: Sense/Net, Andy Disl y
Birgit Raber,Colonia
Traduccin:C arlosCarams,Colonia
2006 TA5CHENCmbH
Hohenzollernril1g53, 0 50672 Ki:iln
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fax: 3491360 5064.Noscomplacerremitirle un
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completaacercade todos nuestros libros.
Reproducciones: pg.
de: William
Blake:Jerusaln,1B04-1B20;pg. 6,de:
Michael Maier: Viatorium, Oppenheim,
161B;pg. 34, 110,4g2, de:J.Typotius:
Symboladivin a e t h umana,Praga,
1601-1603;pg. 428,de: BasiliusValen
tius: ChymischeSchriften, Leipzig,1769
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H einrich Khunr
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sap ientae e ete r
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6 6
Tabla de esm
ralda monume
central de la ir
ginacin herm
tica.
ntrodu in
INTRODU iNNTRODU iN
los milagros del Uno. Y lo mismo que todos las cosas vienen del Uno,
por la meditacin sobre el Uno, asi todas las cosas han nacido de esa
cosa nica, por modificacin. Su padre es el sol, su madre la luna, el
viento lo ha llevado en su vientre; la tierra es su nodriza. Es el padre
de todas las maravillas del mundo entero. Su fuerza es orbicular,
cuando se ha transformado en tierra. Separars la tierra del fuego,
losut il de lo grosero, suavemente con gran entendimiento. Asciende
de la tierra al cielo y vuelve a descender a la tierra, recogiendo la
fuerza de las cosas superiores e inferiores. Tendrs toda la gloria del
mundo, las tinieblas se alejarn de t. Esta es la fuerza de fuerzas,
pues vencer todo lo sutil y atravesar lo slido. Asi se cre el
mundo. He aqu lafuente de las admirables transmutaciones apli-
caciones indicadas aqui. Por eso me l laman Hermes Trismegisto,
porque poseo las tres partes de la s abiduria universal.
DeHermes, mensajero de los dioses, deriva la hermenutica la
ciencia de la interpretacin de textos, que segn el autor del Libro
de la Santsima Trinidad 1415,primer texto de alquimia en lengua
alemana, tiene una cudruple vertiente: natural, sobrenatural, divina
y humana. En los cdices de sus ms eminentes representantes, la
Ideogramas y lenguaje cifrado
El extrao carcter jeroglfico de estas imgenes nos remite a la
legendaria antigedad de su arte ya la fuente de sus sabiduras:
Hermes Trismegisto, el patriarca de la mistica de la naturaleza y
de la alquimia.
Fueron los colonizadores griegos en Egipto, en la Antigedad
tarda, quienes identificaron a uno de sus dioses, Hermes Iat. Mercu-
rius mensajero alado y conocedor del arte de curar, con Thot, el
tres veces grande, del antiguo Egipto. Thot era el dios de la escri-
tura y de la magia, siendo venerado, al igual que Hermes, como psi-
copornpos, como gua de las almas en los infiernos. La figura de
Hermes Trismegisto se asoci tambin a un faran legendario que
supuestamente haba dotado al pueblo egipcio de 30.000 volmenes
que contenan todos los conocimientos naturales y sobrenaturales,
entre ellos la escritura jeroglfica. Fue una especie de Moiss de los
alquimistas, pues haba transmitido los mandamientos divinos de su
arte en la Tabla de esmeralda. EsaTabula smaragdina, hoy da
datada entre los siglos VI VIII de nuestra era, andaba por el occi-
dente cristiano, a partir del siglo XlV, en traducciones del rabe.
Desde entonces apenas volvi a haber un alquimista, ni opera-
tivo ni especulativo, que no se esforzase en hacer concordar sus
conocimientos con el texto lapidario de estas doce tesis:
Esverdadero, verdadero, sin duda y cierto:/ Lo de abajo se
iguala a lo de arriba, y lo de arriba a lo de abajo, para consumacin de
Existe todo un mundo de imgenes profundamente ancladas en la
memoria del hombre moderno. Pero no seencuentran en publicacio-
nes accesibles al gran pblico, sino sepultadas en manuscritos y
grabados antiguos.
All estn las eternas salas de Los, el profeta de la imaginacin,
salas repletas de imgenes arquetpicas y figuras platnicas que
rigen nuestra representacin del mundo y de nosotros mismos, im-
genes de las que el poeta ingls William Blake 1757-1827 dice que
reflejan todo lo que pasa en la tierra, y que cada poca puede uti-
lizarlas para acopiar renovadas fuerzas. Jerusaln, 184-1820
l m useo hermti o
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6/284NTRO U iNNTRO U iN
ntrodu in
iteratura alquimista despl iega un lenguaje extraordinariamente
sugestivo, r ico enalegorias, analogas y alusiones, un lenguaje que,
gracias sobre todo a la mediacin de los escritos teosficos que
Jacob Boehme, haejercido una profunda influencia en el romanti-
cismo Blake, Novalis , en el idealismo alemn Hegel, Schelling y
enla l iteratura moderna Yeats, Joyce, Rimbaud, Brecht, Breton,
Artaud .
Numerosos eran quienes, incluso enel seno de la propia corpo-
racin, criticaban la lengua oscura de los alquimistas. Y lo que el los
mismos nos revelan sobre sus medios deexpresin, no parece facili-
tar ms las cosas: Cuando hablbamos abiertamente, nodeciamos
en realidad nada. Pero cuando escribiamos en lenguaje cifrado y en
imgenes, ocultbamos la verdad. Rosarium philosophorum, ed.
Weinheim, 1990
Quien, sin tener en cuenta esta advertencia, penetra eneste
campo lingstico, seencuentra bruscamente en uncatico sistema
de referencias, en una red de pseudnimos cambiantes y smbolos de
substancias arcanas que pueden en principio significar algo muy dis-
tinto y que no pueden desentraar n siquera los lxicos especializa-
dos ni los modernos diccionarios de sinnimos. Semejante maraa de
conceptos dfusos l leva unay otra vez aadoptar medidas simplifica-
doras. Enese sentido conviene citar aqu los desvelos hermenuticos
y fecundos del psicoanalista suizo e Jung, que redujo la fgura
hbrida de laalquimia nicamente a su aspecto interno, y que slo
aceptaba la obra qumica exteror como una proyeccin de procesos
psquicos manifestos.
No obstante, los f ilsofos hermticos seexpresan ms clara
y libremente, con ms rgor, mediante un discurso sin palabras o
incluso sin discurso, o con imgenes de los misterios, que con las
palabras, incluso en aquellos enigmas representados porfiguras
Horlacher, I ern und Stern ... , Francfort, 1707. Con sus ideogra-
mas pretenden, en opinin del adepto rosacruciano Michael Maier,
l legar al intelecto por los sentidos. En este contexto puede desig-
narse laimaginera criptogrfica de la alquimiapor su motivo prefe-
rido, el Hermafrodita, cruce del estmulo sensual Afrodita con la
vindicacin del espr itu Hermes . Esta imaginera seendereza a la
intuicin, y no a lasfacultades discursivas, consideradas destructi-
vas. Lo que vive segn la razn, vive contra el espr itu, escribe
Michael Maier
Atalanta fugiens
Oppenheim 6 8
Senutre del agua
mercurial.
LaTierra es su
nodriza.
Michael Maier
Atalanta fugiens
Oppenheim 6 8
El nacimiemo de
la piedra filosofal
tiene lugar en el
aire.
El aire lo ha
l levado ensu
vintr
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Achil e B occhi u
Symbolicarum
qusestiooum
O
Bolonia 555
n l s visiones
csmicas de
Giordano Brun
154B-1600,
s
establece una
correspondencia
entre las mna
como ncleos
divinos de los
seres
y
los cent
de gravitacin
de l os cuerpos
celestes.
HerrnesMercu
el dios del com
cio
y
de la corn
cacin, exhorta
aqui al silencio.
elocuenc ia mer
rial slo concier
a la periferia fe
mnica, al mun
desplegado de
las apariencias.
que aprehende
centro espiritua
la unidad o
nada)y lo que
t iene de radica
sustrae a las po
bilidades expre
vas de lalengua
ntrodu in
INTRODUCCiN
NTRODUCCiN
para la propagacin de lastesis paradjicas de los alquimistas y de
sus aforismos. Los pseudo-jeroglficos secombinaron de esa forma
con viejas enseanzas pseudo-egipcias, de la misma forma que la
mayor par te de los escri tos hermticos aparecidos en los entarima
dos de los techos o encavidades de antiguos muros resultaron ser
pseudo-epgrafes debido.s a miembros eminentes de ladinasta her
mtica.
Paracelso. Muchos otros esperaban con Paracelso el advenimiento
del tertius status del tercer re ino del Espritu Santo, profetizado por
Joaqun de Fiore 1130-1202 , en el que la letra de los textos sera sus
t ituida por una comprensin visionaria. Se llegara de nuevo a la len
gua original del paraso, que nombra todas lascosaspor suverda
dero nombre, y todos los misterios de lanaturaleza se manifestarian
como enun libro abierto. Latendencia a la lengua secreta en sintag
masoscuros, cifrados, en imgenes enigmticas, seexplica por el
profundo escepticismo frente al poder expresivo de la lengua de
Babilonia, con su alfabeto impo y sus reglas gramaticales que enca
denan al Espr itu Santo. Lo que realmente importaba era preservar
de los abusos del profano el saber primordial, esa prisca sapientia
que haba sido directamente revelada por Dios aAdn y aMoiss y
que una lite haba transmitido a los largo de los siglos. Por ese
motivo, Hermes Trismegisto, con Zoroastro, Pitgoras y Platn un
eximio representante de esa lite, haba inventado los jeroglificos.
Laidea que tena el Renacimiento de los antiguos jeroglficos
egipcios era lade un cdigo secreto y simblico, y esa idea estaba
basada en el tratado de un eqipciodel siglo V de nuestra era llamado
Horapolo, en el que seencuentra la clave simblica para descifrar
cerca de
200
signos. Esta obra, titulada Hieroqlvphica, publicada
en numerosas traducciones e ilustrada entre otros por Durero, esti
mui la imaginacin de los art istas de la poca como Bellini, Gior
gione, Tiziano y El Bosco.
En el Hieroglyphica de Horapolo t iene tambin suorigen la
emblemtica, las f iguras simbl icas acompaadas siempre de un
corto lema y un comentario aclaratorio. Losemblemas conoceran un
gran xi to en los siglos XVII y XVIII, revelndose como vehculo ideal
Copias de
ilustraciones
de Horapolo,
por Durero
Lashoras
2) Imposible
3) El corazn
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ntrodu in
INTRO U IN
NTRO U IN
Los dos manifiestos que prometan al lector ms oro que el que
tiene el rey de Espaaen las Indias -humorada de un grupo de estu
diantes de teologa protestante en nombre de una fabulosa Her
mandad de la Rosa-Cruz- dieron, a comienzos del siglo XVII, un
decisivo impulso a la produccin de libros de alquimia. Incluso en el
siglo XVIII, los puestos de libros enlas fer ias alemanas tenan tal
abundancia de volmenes semejantes, cuyo objeto era la bsqueda
del pis o piedra f ilosofal, que sepodria pavimentar lindamente
con ellos el camino de Francfort a Leipzig. J.G. Volckamer el Joven,
Adeptus Fatalis, Friburgo, 1721; citado segn J. Telle, Bemerkungen
zum Rosarium philosophorum, en Rosar ium philosophorum, Wein
heim, 1992)
Entre los muchos simpatizantes de la invisible hermandad lute
rana se encuentra Lucas Jennis, editor del primer Musaeum Herme
ticum, publicado enFrancfort en1625. Aunque esta compilacin
de tratados no hacehonor a su ttulo en lo referente al nmero de
ilustraciones; contiene al menos algunos magnficos aguafuertes
de Mathaeus Merian 1593-1650). No obstante, un ao antes bajo
el ttulo de Viridiarium Chymicum o Chymisches Lustqartleir
Hortulus Hermeticus). Jennis haba publicado una coleccin de
ilustraciones alqumicas provenientes desus archivos. Cada uno de
esos motivos iba acompaado de versos salidos de lapluma de
Daniel Stolcius von Stolcenberg, discpulo del mdico paracelsiano
Michael Maier 568\ 1622). Maier haba sido mdico de cabecera de .
Rodolfo 11,lamado el Hermes alemn, en cuya corte de Praga se
congregaban los ms ilustres representantes de las ciencias ocultas
de la poca. En 1618, Maier public suclebre corpus de emblemas
titulado Atalanta fugiens en la editorial de Theodor de Bry,
Oppenheim. A la unin enmatrimonio de Merian con la hija de Maier
debemos no slo las i lustraciones de Atalanta, sino numerosos
grabados para la gigantesca obra de arte bibliogrfica del ingls
Robert Fludd, amigo y colega de Maier 1574-1637), Lahistor ia de
los dos cosmos.
Fludd fue objeto de burlas, algunas de las cuales atinaban baso
tante en su trasfondo espiritual, como el sobrenombre de doctor
trismegstico-platnico-rosacruz que le endosaron. Puede que su
aportacin a las ciencias sea exigua; pero a la vista de la extraordina
ria plasticidad de formas con que ha sabido revestir la cultura isabe-
Basndose en suamplia infraestructura terica, los alquimistas
se calificaban frecuentemente de filsofos, denominando simple
mente arte ars) o arte filosfica sucampo de actividad. Aunque
la nocin de arte en laalquimia proviene del t hn aristotlico y
designa deforma sumaria toda destreza encosastanto tericas
como prcticas, es indudable que pueden encajar en ella las ms
amplias definiciones del arte moderno. Y n o es, como podra pen
sarse, en el gnero de la ilustracin fantstica propia de las artes
plsticas tradicionales donde es preciso ver una afinidad con el opus
mg num hermtico, la magna obra de los alquimistas, sino en los
dominios de la aprehensin de la realidad, como el Concept-Art y el
Fluxus.
El esplendor de la emblemtica hermtica y del arte de la ilustra
cin hermtica llega a su fin con el declive de la alquimia clsica,
que an estaba en condiciones de fundir la destreza tecnolgica y
la experiencia prctica con elementos espirituales. Peroya acomien
zos del siglo XVII existan posturas opuestas e irreconciliables entre
los alquimistas teosficos como los Rosa-Cruz y los alquimistas ope
rativos como Andreas Libavius, que buscaban mejorar las bases
empricas de la alquimia, situndola en la rbita de laqumica anal
tica. Los RosaCruz concedan generosamente que no haba mal
alguno enfabricar ese oro impo y execrable, ridculo remedo en
comparacin con el fin verdadero del acrisolamiento interior y preci
saban que suoro era sobre todo eloro espiritual de los telogos.
No obstante, ambas posturas antagnicas reivindicaban para s
la f igura de Theofrastus Bombastus von Hohenheim, ms conocido
por el sobrenombre de Paracelso 1493-1541). En este autor, el estu
dio emprico de la naturaleza va ala par del misticismo misionario.
Suvasta obra, en la que se encuentran gran cantidad de frmulas
para la preparacin farmacutica de productos de origen vegetal o
mineral, abunda tambin en teorias sobre lamstica de la naturaleza,
en el campo de influencia de la magia astral, la cbala y la mstica
cristiana. Suestilo eminentemente enftico en alemn se dice
bombstico, trmino derivado del nombre de Paracelso) no merm
en modo alguno la difusin de sus escritos, cuya influencia se
extiende desde los exgetas especulativos de la alquimia, Valentin
Weigel, los Rosa-Cruz y Jacob Boehme, hasta el romanticismo y los
movimientos antroposfico-teosficos de los tiempos modernos.
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7
NTRODUCCiN
NTRODUCCiN
Gnosis Neoplatonismo
Elh istoriador de arte Aby Warburg, cuyos trabajos interdisciplinarios
a comienzos del presente siglo lo convirtieron en un innovador en
este campo, vea en laAlejandr a del fin de la Antigedad la encar
n in del obscurantismo y de la supersticin. All, en aquel lugar
que fue, en pleno feudo egipcio, el antiguo centro de la cultura
griega universal, crisol de pueblos, zoco de colonizadores griegos y
romanos, egipcios y judos, convergen los hilos de las disciplinas que
forman el grueso de la filosofa hermtica: alquimia, magia astral,
cbala. Bajo los trminos de gnosis y neoplatonismo se esconden sis
temas sincrticos, hbridos, remendados de filosofa helnica, de
relig iones orientales y de cul tos amister ios que se complementan e
influencian mutuamente. El animismo caracteriza tanto la gnosis
como el neoplatonismo; en ambas doctrinas se encuentran numero
sas entidades demonacas y anglicas, cuyo poder e influencia deter
minan el destino del hombre.
ntrodu in
ina, sobre todo los dramas de Shakespeare, contribuyendo enorme
mente asu mejor comprensin, merece el rango en lahistor ia del
arte que hasta ahora sele hanegado. Debo aDietr ich Donat la not i
cia, debidamente documentada, de que Fludd entreg a la imprenta
de Bry dibujos muy exactos y detallados.
En las generaciones siguientes, el mayor competidor de Fludd,
proveniente esta vez de la Contrarreforma, sera eljesuita Athanasius
Kircher 1602-1680 . Susconocimientos enciclopdicos sobrepasa
ban con mucho los de Fludd en todos los campos. Sabio universal,
Kircher pasa por fundador de la egiptologa, y hasta el advenimiento
de Champollion, su interpretacin simblica de los jeroglficos era
indiscutida.
Suobra extremadamente vasta, en la que junto a infolios rica
mente ilustrados seencuentra suclebre coleccin de ciencias natu
rales -que hasta 1876poda admirarse en Roma, enel Museum Kir-:
cherianum-, est impregnada de sus vastos conocimientos cientfi
cos y de suinters por los saberes ocultos y hechos pretendida mente
milagrosos. Este hecho, unido asu inters precoz por los sistemas
relig iosos de Oriente Medio y Lejano Oriente, prepar el terreno al
audaz sincretismo de la Sociedad Teosfica, fundada al trmino del
siglo XIX.
A ircer Turris
BabelAmsterdam
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El museo Kircher
en Coliegium
Romanum
ntrodu in
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9
Introduccin
INTROU iN
NTRO U iN
meico. A la esfera de Saturno, la ms exterior, corresponde la sucia
vestidura del alma, el plomo, metal grosero. Para franquear esa
esfera, es necesario pasar por la muerte del cuerpo y la putrefaccin
de la materia, condicin previa de la transmutacin. El alma tendr
que atravesar las esferas de Jpiter cinc), Marte hierro), Venus
cobre), Mercuri o me rc ur io) , L una plata) y Sol oro).
Lagnosis p ar t a de l a tesis de q ue los diferentes metales corres
pondian a diversos estados o estadios de madurez o de enfermedad
de u na s ol a m ateri a pr ime ra e n s u c ami no h acia la perfec ci n : el o ro.
Para facilitarle e l pa so po r l as s iete puertas de los espritus planeta
r ios, haba q ue estar en posesin de la qnoss del conocimiento de
las prcticas de la magia astral.
Los neoplatnicos encajaban las d iferentes tesis, a veces diver
gentes entre ellas, que su maestro haba expuesto dialcticamente
en sus dilogos, en el estrecho cor s d e un orden del mundo pirami
dal y escalonado. En una especie de escala de sonidos descendente,
el universo surge de la p le ni tu d d el Un o, del bien, y acta los interva
los de las leyes de l a a rmon ia que se remontan a Pitgoras s. VI a.C)
ya su teoria de laarmo n a d e las esferas. El conflicto interno de
5
gnsticos era ajeno a los neoplatnicos, que interponan una serie de
instancias mediadoras entre los dos polos de la filosofa de Platn: el
mundo de ideas inmutables y arquetipos celestes y el mundo muda
ble y per ec ed er o d e las imgenes terrestres. Al igual qu e el ser
humano, el mundo pequeo de ste microcosmos estaba formado
de tres pa rtes, el cuerpo, el alma y el espiritu; la regin astral tenia
un alma, el alma del mundo. Las ideas habitan las regiones superiores
y trascendentes del i nt el ec to divino, reflejndose e imprimindose
sus signaturas eternas en las cosas de abajo, materiales mortales,
por i nflujo de los planetas.
El hombre tiene ahora el poder de ma nipular las cosas que ocu
rren aqu abajo, actuando sobre las regiones intermedias del alma
del mundo mediante prcticas mgicas como los talismanes , e xo rcis
mos, y ot ra s similares. El contacto se verifica por medio del cuerpo
sutil, invisible, sideral o astral q ue r od ea al hombre. Los mitos
gnstico-cabalisticos hablan del cielo como de un solo hombre hecho
de materia sutil, el proto-Adn anterior al pecado original, andrgino
gigantesco que pervive an en cada uno de nosotros bajo la forma
reducida de ese cuerpo invisible, que aguarda su retorno a la patria
Gnosis quiere dec ir c ono ci mi ent o, y el gn s ti co pasa por varios
estadios de la conciencia. El primer conocimiento fundamental es la
buena nueva de que el fondo del propio ser humano tiene naturaleza
divina: el alma aparece como rayo de luz divina. La segunda noticia,
la mala nueva, se refiere al horror de la situacin: ese rayo de luz es
prisionero de los poderes tenebrosos, est c on fi na do e n el exilio de
la materia, encerrado en la mazmorra del cuerpo, los sentidos corpo
rales lo engaan, los a stros demonac os l o ma nc il la n y e mb rujan, para
impedir su retorno a la patria divina.
Bajo la influencia del dualismo mazdesta Zoroastro) y plat
nico, la visin del mundo gnstico presenta una doloros a s im a entre
mundo interior y mundo exterior,entre sujeto y objeto, entre espritu
y materia. Fue Aristteles quien , e n e l s igl o I Va.C, haba formulado
esta dicotoma y le haba dado un carcter csmico, dividiendo radi
calmente el un iverso en cielo etreo, eterno, y una regin sublunar y
transitoria. Este modelo, que fue asumido casi sin modificaciones
por Claudio Ptolomeo hacia 1 178d. C), el ag n st ic o de Alejan
dra, campe sobre los espiritus durante dos milenios, aniquilando
cualquier visin monista del mundo.
Al pleroma, a la plenitud espiritual del m un do de luz divino, se
opone en la gnosis, de repente, el kenoma, la v ida material del
mundo de las apariencias. La ingrata tarea de la creacin le cae en
suerte a un Dios creador que asume los rasgos despticos del Jehov
del Antiguo Testamento, y que en suaccin se vuelve contra el Dios
de la luz y de la bondad, contra el Padre desconocido. Esel
demiurgo; e n o tra s palabras, el artista o el maestro de obras. Mien
tras que en el mito platnico de la creacin, el Tirneo, eldemiurgo
Platn an lo llama poeta) forma a partir del mundo de las ideas un
cosmos de proporciones armoniosas bajo la forma de u l0rganismo
animado que contiene todos los seres mortales e inmortales, el
demiurgo de la gnosi s origina un horrible caos, crea un mundo desna
turalizado e incompleto. Un mundo que laalquimia pretende mejorar
por medio del arte, creando un nuevo orden o modificando el ya
existente.
En muchos mitos gnsticos, se atribuye al hombre una responsa
bilidad c re ad ora: para curar el organismo e nf erm o del mundo, es
preciso devolver el rayo de luz divino, el oro espiritual, a su patria
celestial, pasando por lassiete esferas planetarias del cosmos ptola-
8
Introduccin
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Es udio de las
pr opo r i o n s s
Vitruvio
TambinLeon
daVinci
1452-
1519
estabafa
liarizadocon la
ideasdel neop
tonismofloren
tino, sobretod
travs del -Cor
herrneticum-, e
traduccinde
Marsilio Ficino
ntrodu in
INTRODUCCiNNTRODUCCiN
El poder creativo de la imaginacin corresponde en el hombre a
la actividad demirgica y creadora de los astros exteriores. Paracelso
llamaba por ese motivo astro interior a esa imaginacin. Pero no
hay que confundir imaginacin con fantasa. La primera se concibe
como una fuerza solar, creadora, que seconcentra en el eid las
ideas, los arquetipos paradigmticos del mundo real; la segunda,
por el contrario, no es ms que una ilusin luntica y engaosa, rela
cionada con el eidols plido reflejo de las ideas en el mundo de las
apariencias.
Si alguien poseyera realmente esas ideas de lasque habla Pla
tn, podra convertirlas ensubstancia vital y crear perpetuamente
una obra de arte tras la otra. (Alberto Durero)
Paracelso compara la imaginacin
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ntrodu in
INTRODUCCiN
NTRODUCCiN
Pocos alquimistas tenan conocimiento del Corpus Hermeti
cum, Pero todos ellos asociaban a Hermes con la imagen aportada
por la Tabla de esmeralda, y con el principio hmedo, mercurial,
del comienzo y del fin de la obra. En la veneracin de
es t
agua
divina se encuentran las a guas superiores y pneumticas la gno
sis que en los textos griegos de los albores de la alquimia desembo
can en las tinieblas de la materia, evocando as el descenso del Cristo
gnstico, para despertar de su letargo a los cuerpos muertos
los
metales.
En dichos textos se abordan los r itos del desmenuzamiento
y resurreccin de los metales, que recuerdan el mito egipcio de
Osiris, asi como los cultos rf icos y dionis iacos perpetuados en nues
tros das en el rto masnico. Mircea Eliade, especialista en temas de
religin, habla de la nocin de complejidad y del drama
n
la vida
de la materia propia de la antigua prctica metalrgica de los egip
cios y del reacul tural de Mesopotamia; slo despus de conocer
los misterios greco-orientales podemos tener una idea cabal las
imgenes y vis iones que los conforman. Herreros y alquimistas,
Pars 1956
La distinc in exacta entre materia orgnica
e
inorgnica era des
conocida entonces. Por ese motivo, el proceso de transmutacin se
representaba como una especie de fermentacin, durante la cual
ciertos metales podan transmitir sus propiedades, como una encima
o levadura.
Pero la alquimia, tal cual lleg al Occidente cristiano despus
de pasar por Espaa en los siglos XII y XIII, es i nfini tamente ms rica
y misteriosa de lo que sugieren los textos dealquimistas de comien
zos del perodo alejandrino. Si se quiere hacer honor atoda lacom
plejidad del real arte, hay que recurrir al esquema ternario tan
socorrido por los filsofos hermticos: el alma de la alquimia se
situar a en Alejandra; su corpus, sus innumerables prcticas empiri
cas, su saber tcnico, los criptogramas, las mximas y las imgenes
alegricas, encuentran su continuacin en los rabes. Su espritu,
por ltimo, est estrechamente ligado a la filosofa de la naturaleza
griega, cuyos fundamentos tericos fueron sentados en el siglo
Va.e.
este corpus en el mundo del humanismo se explica por el hecho de
que pareca transmitir, aun estando impregnado de ideas mgicas, la
pretendida sabiduria de los misterios ant iguos en el estilo del Nuevo
Testamento, es decir, con unespritu cristiano. Y el hecho de que los
textos evocaran una ciencia antigua y secreta de los hebreos, la
cbala, tal cual la habia expuesto Picodella Mirandola 1463-1494 ,
amigo de Ficno, no hizo ms que reforzar la creencia de que exista
una pris s pienti de espritu totalmente cristiano. La cbala de
fundamento alejandrino, como la conocemos ahora, surgi en los
siglos XII y XIII en el sur de Francia y en Espaa.
Los efectos
la conciencia gnstica sobre lavida espiritual en
Europa son tan complejos y omnipresentes, que es difcil evaluarlos
entoda su extensin: el hombre del Corpus Hermeticum, que par
ticipa del genio creador de Dios, cuadra de maravilla con el ideal del
hombre renacentista, que comienza a liberarse de las ataduras del
cosmos gradual del medioevo para penetrar en el centro del devenir
universal.
El rayo de luz gnstico que, pris ionero de las tinieblas de este
mundo, aspira al conocimiento de Dios, se refleja en la lucha solitaria
del alma protestante por alcanzar lasalvacin. Laortodoxia luterana
ha conseguido, a lo largo de los siglos, borrar de su memoria todos
los intentos de reforma, provenientes de sus propias filas, basados
en la alquimia y la cbala, yaque dichos intentos se oponan al cris
tianismo amurallado ya la letra de la fe. Pero la huella dejada por
estas fuerzas visionarias del siglo XVII como las de Weigel, los Rosa
Cruzo los partidarios de Boehme, en la mstica anglicana, en las
corrientes pietistas del siglo XVIII yen el idealismo alemn, de orien
tacin protestante, ha sido profunda.
William Blake ve con toda razn el demiurgo de la gnosis en el
Dios deista de la Ilustracin creyente en el progreso, un Dios que
emprende la huida despus de haber puesto en marcha la rueda de
la creacin y haberla abandonado a su curso disparatado. Se imponia
la nocin un mundo perfecto, necesitado de mejora, para que
pudiera desarrollarse el moderno espritu cientifico. Es interesante
constatar que son los pensadores gnsticos como Paracelso y
Boehme quienes pueden trazar la imagen de una naturaleza divina
surgida de la materia sombra, inspirando asel culto del romanti
cismo a la naturaleza.
ntrodu in
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ntrodu in
INTRODUCCiN
NTRODUCCiN
Conceptos de la filosofa de la naturaleza
Se dice que el filsofo y taumaturgo Empdocles crea en la existen
cia dedos soles. Lasteorias hermticas hablan asimismo de unsol
doble, distinguiendo entre un claro y luminoso sol espiritual,
el oro filosfico y un sol oscuro, natural, que corresponde al oromate -
rial El primero est hecho defuego esencial, y serelaciona con el
t
y el aire ardiente. Lacreencia de Herclito siglo VI a.C} en la
existencia deun fuego vivificador que l llama artista y que pene
t ra en la materia es una reminiscencia de la magia persa. La participa
cin del fuego invisible en laobra de los alquimistas es lo que distin
gue a la alquimia de la qumica profana. Elsol natural, por el contra
rio, no esotra cosa que fuego comn que todo lo consume, pero cuya
aplicacin, convenientemente dosif icada, esnecesaria para la consu
macin del opus.
Empdocles ense tambin que toda vida es producto del
movimiento nacido de la tensin entre las dos fuerzas polares del
amory la disputa. Enel opus magnum esasfuerzas corresponden a
las dos operaciones sucesivas de disolucin y coagulacin, dispersin
y fijacin, destilacin y condensacin, sistole y distole, si y noen
todas las cosas J Boehme). A suvez secorresponden con los dos
agentes bipolares de la alquimia rabe: el mercurio filosfico y
el azufre, el
5
y la luna, la esposa blanca y el esposo ro jo. Pero.el
punto culminante de la obra es la
conjuncin
es decir, la unin de los
princip ios masculino y femenino en los desposorios del cielo y la tie
rra, del espritu gneo la materia acuosa el trmino latino
materia
deriva de
meter
madre). Elproducto de este coito
csmico
es
el/apis
el hijo rojo del sol.
William Blake identi ficaba el principio masculino con el tiempo,
y el femenino con el espacio. Lapenetracin de los dos suscita el eco
mltiple de acontecimientos particulares que, en relacin asu totali
dad -e l cuerpo microcsmico y macrocsmico de Cristo en la met
fora de la imaginacin humana y divina, t ienen lugar en una simul
taneidad relativa. Cada momento particular seabre en sucurso a la
presencia continua de ese organismo fluctuante, recibiendo el cu
druple marchamo que Blake llama erusaln Deesta figura meta
frica resultan las estructuras caleidoscpicas de sus poemas tardos,
que seofrecen al lec tor como un tejido de mltiples relaciones pers
pectivistas . todo ello or ientado contra lausual concepcin de una
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Baro Urbigerus
Besondere Ow-
misc e chriften
J-/::,mh y T )
rrru
La divi na aqua
mercurial
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D. Stokiu von
Sto/cenberg, v -
dsr ium
chymicum
Francfort 6 4
La
disoluciny
coagulacino
Mercurio y el
azufre,en figura.
de guilasapo
D Sto/cius von
Sro/cenberg v -
derium cbymicum
Francfon 6 4
HermesTrismegis
y elfuego creador
que unelaspolari-
dades.
ntrodu in
INTRODU INNTRODU IN
sencil la localizacin deacontecimientos en un tiempo lineal yabso-
luto y en un tiempo tambin absoluto, tesis de la que parte Newton
para formular sus leyes fsicas.
Tras las imgenes frecuentemente crudas del pintor y poeta
ingls seesconde, con gran precisin de detalles, una critica extre-
madamente inteligente y perspicaz de esta visin del mundo mate-
rialista y mecanicista de los siglos XVII y XVIII, cuyos desastrosos
efectos se aprecian actualmente, a escala mundial, en toda su
extensin.
El principio femenino y mercurial simboliza en la alquimia el
aspecto proteomorfo de los procesos naturales, su movilidad fluc-
tuante. Los laborantes operativos quieren dominarlo a Mercurio y
maniobrar en el curso de la operacin contra todas las reglas de la
gratitud, se lee en Johannis de Monte Raphim; pero se libera una y
otra vez, y si se reflexiona sobre su ser,se convierte en reflexin;
si seemite unjuicio sobre l, se convierte en juicio.
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Micllel Maer
Ara/anta fugiens
Oppenheim 1618
LamateriainiciaI
paralaelaboracin
dellapis puede en
contrarse por do
quier: en la tierra,
en lasmontaas,
enel aire
y
enel
aguanutriente.
D Stotcius von
Sto/cenberg v -
darium chymcum
Francfort 1624
Loscuatro
elementosde
izquierdaadore
cha:tierra, agua,
aire, fuego , que
correspondena las
cuatro fasesdel
opusy a loscuatro
gradosdel fuego.
ntrodu in
INTROU iN
NTROU iN
filosfica extrada de los descubrimientos mercuriales de la fsica
moderna: Exactness is a fake la exacti tud es una falacia.
En la alquimia, la fuerza antagnica, quef ija y da forma, operada
sobre Mercurio, est representada en la alquimia por el principio
masculino del azufre. Paracelso aadi a esta doctrina medieval de
dos principios un tercer elemento, contribuyendo decisivamente a
una concepcin dinmica de los procesos naturales.
El tercer principio es la sal, cuyo poder solidificante se corres
ponde con el cuerpo. Al azufre, combustible graso y aceitoso, se le
atribuye la posic in de mediador del alma. Mercurio, fluido sujeto a
la sublimacin, es el espritu sutil.
El Tria prima de Paracelso no representa substancia qumica
alguna, sino fuerzas espirituales de las que se sirven, modificando
constantemente las relaciones entre ellas, los art fices o maestros de
obra invisibles para crear en la naturaleza las condiciones materiales
y pasajeras de las cosas. En la alquimia especulativa tarda, tal como
la practicaban ciertas tendencias masnicas del siglo XVIII, la sal
secreta pasa a ocupar el centro de la mistica gnosticohermtica. Por
su poder teraputico, fue en ocasiones objeto de una interpretacin
cristolqica que vea en ella la luz coagulada del mundo, el fuego
central secreto o la sal de la sabiduria.
A Empdocles se d ebe tambin la tesis de los cuatro elementos,
que l llama
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