REVISTA MISIONERA INFANTIL JUVENILNo. 127 Marzo 2012
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Cuentan que una mujer ciega y mayor, pedía limosna sentada en el suelo de una calle lujosa. Tenía un bote a sus pies y un cartel mal escrito que decía: “Me quedé sin vista hace dos años, ayúdeme”.
No creas que la gente le echaba muchas monedas; no.Pero pasó un hombre con imaginación. Miró a la ciega, cogió el cartón y escribió por el revés con una letra preciosa un mensaje especial. Luego recolocó el cartón en su sitio y se marchó.
Cuando aquel hombre pasó –horas después–, por el mismo sitio, el bote de la ciega estaba lleno. Ella le reconoció por la voz y le preguntó qué había escrito en su cartón, para que las cosas cambiaran tanto. Le respondió:–“Hoy empezó la primavera y yo no la puedo ver”–, es lo que puse, y la gente agradeció que le recordaras desde tu miseria que había una razón para comenzar el día con optimismo. Ya era primavera.
También nosotros podríamos llenar las calles de letreros y carteles, o quizá siendo más modernos, los “muros” de las redes sociales que utilizamos, con men-sajes llenos de optimismo, alegría y esperanza; y hasta lo podemos hacer mucho mejor que aquel peatón. Podríamos escribir, por ejemplo, frases como estas: “Jesús es mi amigo y me ama”; “Soy feliz porque Jesús es mi amigo y no me abandona”; “Soy misionero de Jesús el Salvador”.
Nosotros poseemos una gran riqueza que estamos llamados a compartir con los demás, que es la fe en nuestro ami-
go Jesús, Salvador de la humanidad. Él nos ama, protege y acompaña en nuestras jornadas. Sepamos compartir, con imaginación y sin vergüenza, que somos amigos y misioneros de Jesús. Un abrazo,
Hno. Bernardino
MensajesPositivos
Ángel llegó a su casa muy preocupado porque su ami-go Juan no había asistido a clases. Cuando su abuelo lo vio le preguntó:
–¿Ángel por qué tienes esa cara, qué te ha pasado?–Abuelo, respondió Ángel, es que mi amigo Juan está
muy enfermo y no sé cómo ayudarlo.El abuelo le sugirió que llamara a casa de Juan y preguntara
sobre su estado. Así lo hizo Ángel.Cuando estaban cenando, Ángel le contó a su abuelo lo que había
averiguado sobre Juan.–Abuelo, la mamá de Juan me dijo que estaba muy enfermo y no sabía cuándo regresaría a clases. –¿Sabes qué enfermedad tiene?, preguntó su abuelo.–Sí, abuelo. Tiene un problema en el corazón que lo debilita mucho. Me da mucha triste-za, cómo puedo ayudarlo.–Ángel, ya la estás ayudando con tu cariño y preocupación por él. –Sí, pero qué más puedo hacer… Siento lástima de él.
–Querido Ángel no confundas ese sentimiento noble de compasión y misericordia con la lástima. Son dos cosas distintas.
–Abuelo, no te entiendo.El abuelo miró a Ángel y pacientemente le explicó que la misericordia es un sen-
LA MISERICORDIA
timiento que va más allá de la simple sensación de pena o disgusto por el mal o el dolor de los otros. Misericordia es coparticipar del dolor ajeno y favorecer a los más necesi-tados. Misericordia es pasar por encima de la sensación de lástima y acoger al enfermo, perdonar a los que nos han ofendido… Ángel preguntaba una y otra vez a su abuelo para lograr entender. Entonces el abuelo le enseñó que el término misericordia en la Biblia se refiere a las entrañas, es decir, a lo más íntimo de nuestro cuerpo, de nuestro corazón. –¿Abuelo, eso significa que la misericordia nace de lo más íntimo de nosotros?–Sí, Ángel. La misericordia hace que nuestro interior se remueva para ir a ayudar a los demás. –¿Y si esas personas que sufren no son de nuestros amigos?–No importa, Ángel. La misericordia no hace distinciones de ningún tipo. Si encontramos a un enfermo debemos socorrerlo como al mejor de nuestros amigos. También cuando perdonamos las ofensas que nos hacen otros, estamos actuando con misericordia. Si solo sintiéramos lástima entonces no actuaríamos. La misericordia nos invita a la acción concreta, silenciosa y constante.–Abuelo, yo quiero mucho a Juan y quiero ayudarlo ahora que está enfermo. No sólo siento dolor por su estado, quiero acompañarlo.–Eso está muy bien, Ángel. Puedes organizar tu horario para hacer tus deberes y sacar tiempo para ir a verle y animarle.–Abuelo, es una gran idea. Le diré ya mismo que voy a estar algunas tardes con él.Ángel y su abuelo recogieron la mesa, ordenaron la cocina y se fueron a descansar.Al día siguiente, Ángel se levantó más temprano que de costumbre para adelantar sus labores y después del colegio ir a ver a Juan. Además, le firmó una tarjeta en la que todos los compañeros animaban a Juan a recuperarse pronto.
Chocolate
Se puede decir que las redes sociales son es-tructuras en donde muchas personas mantienen diferentes tipos de relaciones: amistosas, labo-rales, amorosas. Actualmente el término “red social” lo relacionamos con los diferentes sitios o páginas de internet que ofrecen registrarse a las personas y contactarse con infinidad de indi-viduos a fin de compartir contenidos, interactuar y crear comunidades sobre intereses similares: trabajo, lecturas, juegos, amistad, entre otros. Pero las redes sociales son también las que se dan en el colegio, con tus profesores y compañe-ros; entre los amigos que salen a jugar fútbol o vóley por tu casa; en el grupo de tu parroquia...
Así, los estudiosos de este tema definen las redes sociales como “el conjunto de personas, comunidades, entes u organizaciones que pro-ducen, reciben e intercambian bienes o servicios sociales para su sostenimiento en un esquema de desarrollo y bienestar esperado. Estos inter-cambios se dan a nivel local, regional, nacional, internacional y global”.
Todos sabemos que existen las denominadas co-munidades virtuales, como Twitter, Facebook, Hi5, Myspace, entre otras. A través de estas redes sociales se pueden compartir fotos, videos, afi-ciones, conocer gente, darse a conocer, relacio-narse.
Entre las ventajas que podemos encontrar en una red social, están:
–Pueden ser utilizadas académicamente, para el intercambio de diversas experiencias innovadoras.
–Favorecen la participación y el trabajo comunitario entre las personas al poder intervenir en un proyecto en línea desde cual-quier lugar.
–Permiten compartir todo tipo de información (aficiones, creencias, ideologías, etc.) con los otros cibernautas.
–Facilitan las relaciones entre las personas, evitando todo tipo de barreras, tanto culturales como físicas.
–Facilitan el aprendizaje integral fuera del aula escolar y per-miten poner en práctica los conceptos adquiridos.
–Permiten intercambiar actividades, intereses, aficiones.
Olenka Espinoza Rodríguez
Desde el grupo de tu parroquia puedes generar proyectos
de solidaridad para los más pobres, tanto en lo material
como de espíritu, que necesitan ser acercados al amigo que
nunca falla y es Jesucristo.
Con los amigos con los cuales te reúnes para p
racti-
car tu deporte favorito, puedes organizar encu
entros
amistosos con grupos de otros lugares.
Puedes formar equipos de trabajo con tu tu
tor y compañeros de
clase, acordando una hora para estar tod
os en línea (vía in-
ternet) y plantear un tema referente a alg
unos de los proble-
mas por los que atraviesan los adolescente
s; y con los aportes
de todos llegar a posibles soluciones con
la guía del tutor.
Asimismo, puedes ponerte de acuerdo con
tus compañe-
ros de clase y de otras aulas e invita
r al profesor
de algún curso para analizar un tema i
mportante, a
manera de foro de discusión por internet
, en una hora
y fecha determinada.
Cuando te encuentres con tus profesores,
amigos y conoci-
dos en las redes sociales, dialoga cord
ialmente, razona
el tema abordado y expresa tus ideas debi
damente argumen-
tadas, con respeto y buen humor.
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