Alfonso Aguil
Carcter y acierto en
el vivir 100 relatos y reflexiones sobre la mejora personal
m
Versin Electrnica formato PDF por Morgan Software 2012
morgan
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
2
ALFONSO AGUIL PASTRANA naci en Madrid en 1959. Es
ingeniero de caminos, pero abandon pronto el ejercicio de esa
profesin para dedicarse a diversos trabajos de carcter educativo y
docente. Desde 1991 es Vicepresidente del Instituto Europeo de
Estudios de la Educacin (IEEE).
Ha publicado ms de doscientos artculos en diversas revistas y
publicaciones especializadas, as como nueve libros sobre temas de
educacin y antropologa: Tu hijo de 10 a 12 aos, Educar el carcter, Interrogantes en torno a la fe, La tolerancia, Carcter y vala personal, Educar los sentimientos, 25 cuestiones actuales en torno a la fe y Es razonable ser creyente?.
En 1999 cre el portal www.interrogantes.net y desde 2002 es
director de Tajamar.
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
3
Muchas personas hacen grandes inversiones de tiempo, energa y
dinero para ampliar cada vez ms sus conocimientos y mejorar su
propia preparacin personal.
Sin embargo, la mayor parte de las veces esas personas presentan
luego serias carencias en lo que se refiere a la formacin de su propio
carcter: pesimismo, indecisin, desorden, inseguridad, dependencia
de los estados de nimo, dificultad para trabajar en equipo o
relacionarse con los dems, u otros defectos en su modo de ser que
suponen un lastre importante, no slo para su vala profesional sino
tambin para su felicidad y su realizacin como personas.
El carcter de una persona es, muy frecuentemente, lo que marca el
techo de sus posibilidades en lo profesional, en sus relaciones
familiares o de amistad. Las ms de las veces, lo que nos falta no son
ms conocimientos, ttulos o idiomas, sino una mejor relacin con los
dems, dominar los estados de nimo, aprender a organizarnos,
conseguir ser cordiales y optimistas, comprender mejor los problemas
propios y ajenos, cultivar ms lo que da luz y sentido a nuestra vida,
etc.
Casi todo el mundo intuye que tendra que mejorar en muchos de
esos aspectos, pero pocos saben cmo lograrlo. A travs de relatos,
ejemplos y ancdotas de la vida cotidiana, en estas pginas se
reflexiona sobre cmo acceder a ese cambio: un cambio que pasa por
cambiar nosotros mismos, y en muchos casos por cambiar antes
nuestra percepcin de los problemas.
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
4
I. Carcter y mejora personal
1. La fuerza de la educacin
2. Ver en otros nuestros defectos
3. Hacerse adulto
4. La fuerza de la expectativa
5. Inteligencia guiada inteligentemente
6. Reacciones inteligentes
7. Felicidad y dinero
8. El atractivo de la virtud y del bien
9. El riesgo de la lentitud
10. Sentido del humor
II. Contar con los dems
11. Interdependencia personal
12. Jugar en equipo
13. El abismo de la soledad
14. Dejarse convencer
15. Las razones de los dems
16. Las formas son importantes
17. Explicaderas y entendederas
18. Espontaneidad, hasta dnde?
19. Tener conversacin
III. Centrarse en los dems
20. La exaltacin del ego
21. Creer en los dems
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
5
22. Miedo a la intromisin
23. Corresponder
24. El cristalito en el ojo
25. Personas interesadas en los dems
26. Tirar para arriba de los dems
27. El verdadero enamoramiento
28. La falsa compasin
IV. Libertad, ideales, compromiso
29. Los ideales de la juventud
30. Sentirse interpelado
31. Cuestin de hbitos
32. La impaciencia de los hombres
33. La soledad moral
34. Soluciones sencillas
35. Modelos humanos
36. Las sombras y los miedos
37. Religin y educacin moral
38. Respeto a lo sagrado
V. Carcter, autonoma y autoridad
39. Decisiones latentes
40. Autoridad y autoritarismo
41. La teora de los grmenes
42. Un impulso exterior
43. Aprender a decir que no
44. Independencia y formacin
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
6
45. Mentes cerradas
46. El juicio de los nios
47. Dominio propio y coherencia
48. El problema de ser tonto
49. Los grandes hombres
VI. Sobreponerse a la dificultad
50. El milagro de no desistir
51. La prueba del dolor
52. Los golpes de la vida
53. La libertad interior de elegir
54. Memoria inteligente
55. xitos y fracasos
56. Rehacerse
57. El dolor de los dems
58. Defender los derechos de los dems
59. La voluntad humana
VII. Constancia y tenacidad
60. El hombre que plantaba rboles
61. Tenacidad
62. La pasividad
63. Expectativas de fracaso
64. Fugarse al pasado o al futuro
65. Invertir en futuro
66. Voluntarismo
67. Enfermedades de la voluntad
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
7
68. Vivir mejor con menos
69. Austeridad y templanza
70. El espejo de los deseos
VIII. El riesgo de la adiccin
71. El mito de Ssifo
72. Adicciones inadvertidas
73. El len y la gacela
74. La evitabilidad del desastre
75. Adicciones y amor
76. Amor y libertad
IX. El riesgo del victimismo
77. El dilogo interior
78. La espiral de la queja
79. El confort de la derrota
80. La retrica victimista
81. La tentacin de la inocencia
82. La barrera del sonido
X. Orgullo y egocentrismo
83. Soberbia yo?
84. Escapar de uno mismo
85. La espiral del rencor
86. El sentido de culpa
87. El riesgo del autoengao
88. El control de la ira
89. La satisfaccin de los deseos
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
8
90. Una nueva clave
XI. Reflexin y renovacin
91. Resistencia a renovarse
92. El poder del lenguaje
93. El duelo de la lectura
94. Capacidad de admiracin
95. Coherencia y cercana
96. Arriesgarse a perder
97. Una cabeza bien amueblada
98. La verdadera cultura
99. Afn de aprender
100. El conocimiento tcito
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
9
I. Carcter y mejora personal
1. La fuerza de la educacin
"El seor de las moscas" es una magnfica novela de William
Golding. Cuenta la historia de una treintena de chicos ingleses que son
los nicos supervivientes de un accidente areo. Deben organizar su
vida ellos solos en una pequea isla desierta, sin ayuda de ningn
adulto. Agrupados en torno a dos jefes, Ralph y Jack, pronto
comprueban que convivir no es tarea sencilla. Aparecen los primeros
conflictos, difciles de resolver en aquella situacin, y finalmente
estalla la violencia, que desemboca en una guerra abierta entre ellos,
con trgicas consecuencias.
La historia de la difcil convivencia de estos jvenes nufragos est
salpicada de multitud detalles que muestran la importancia
fundamental de ese aprendizaje y esos valores que el hombre ha
acumulado durante siglos y que transmite de una generacin a otra
mediante la educacin. Frente a otras visiones ms ingenuas sobre la
bondad de los nios, Golding muestra la maldad que anida en el
corazn humano, y apunta que la nica posibilidad de rescate del
hombre ha de venirle desde fuera. Sin ayuda, sin formacin, el hombre
se encuentra muy indefenso ante el empuje de sus malas tendencias.
Es cierto que busca por naturaleza el bien, pero tambin es cierto que
esa naturaleza est herida y que necesita muchos cuidados para
funcionar correctamente.
Cualquier persona con un poco de experiencia de la vida sabe lo
que es la maldad del hombre, ha visto ya muchas veces su feo rostro
de inhumanidad. Golding desenmascara la simpleza roussoniana de la
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
10
bondad natural del hombre y su progresiva degradacin por la maldad
radical de la sociedad y de la cultura. Y cuestiona tambin el
racionalismo arrogante del siglo XIX, que hizo a muchos confiar en
que el progreso cientfico y econmico traeran consigo un progreso
moral igual de veloz. Los que alimentaban ese ideal pensaban haber
dado de una vez por todas con la frmula definitiva de la eficacia y el
bienestar, pero pronto vieron que aquel optimismo era precipitado,
que ese avance no significa que los hombres se entiendan mejor entre
ellos, ni que haya ms respeto mutuo, ni que vivan en paz. Y es que,
en definitiva, por mucho progreso econmico o cientfico que se
alcance, nunca ser fcil educar moralmente al hombre.
La historia muestra numerosos testimonios bien elocuentes de
hasta dnde puede llegar la maldad del hombre. Ni siquiera en sus
noches ms negras poda soar hasta qu punto iba a degradarse y
envilecerse. Pero tampoco saba quiz cunta fuerza permanece
escondida en su interior para vencer peligros y superar pruebas.
Todo hombre, para ser bueno, o para mantenerse en el bien,
necesita ayuda para hacer rendir esos talentos latentes que encierra. Es
cierto que al final es siempre la propia libertad quien tiene la ltima
palabra, pero sera bastante ingenuo minusvalorar la influencia enorme
que tiene la formacin. Por eso, educar bien a los hijos en la familia, a
los alumnos en la escuela o la universidad, o cualquier otra tarea
relacionada con la formacin de la nuevas generaciones debera
considerarse como uno de los empeos de ms trascendencia y
responsabilidad en cualquier sociedad que realmente piense en su
futuro.
Transmitir el progreso cientfico o econmico es relativamente
fcil, pero transmitir los progresos morales siempre ser difcil, pues
requieren su asimilacin personal y su empleo prctico. Como ha
escrito Leonardo Polo, sin hbitos no hay educacin, slo se ilustra.
Es imprescindible por tanto el esfuerzo personal por adquirir esos
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
11
hbitos. Y eso resultar costoso siempre, en cualquier lugar o poca.
Es un progreso personal que nos lleva la vida entera y del que depende
en gran parte el acierto en el vivir.
2. Ver en otros nuestros defectos
Lo contaba un profesor, de esos que observan y reflexionan. El
protagonista de la ancdota es un chico de ocho aos que se agitaba en
llanto y rebelda mientras su madre forcejeaba para introducirle en el
autobs escolar. Con la ayuda de un discreto y polticamente
incorrecto azote, finalmente lo consigui. Una vez dentro el chico, y
algo ms calmado, el profesor le pregunt por el motivo de su enfado.
Despus de algunas evasivas, Guillermo as se llamaba explic que su madre no le haba comprado el calendario de chocolate que l
quera, sino otro, en su opinin mucho peor. Ante su airada exigencia
para que su madre fuera a cambiarlo, ella tuvo la sensatez de negarse,
y sa era la razn del enojo.
El profesor intent hacerle ver que aquello era propio de un nio
caprichoso, pero Guillermo se negaba a aceptarlo. De pronto, tuvo una
inspiracin: Entonces..., t quieres ser como Dudley, y que tu mam
te trate como ta Petunia?. El nio abri mucho los ojos, se qued
callado un instante, como imaginando algo, y despus su respuesta
son alta y contundente: No! Nunca!.
Cualquier lector de Harry Potter habr entendido de inmediato la
reaccin de Guillermo. Nadie ms repulsivo que el caprichoso primo
Dudley, y nadie tan antiptico como sus padres. En los libros de Harry
Potter apenas se hacen recomendaciones morales directas, pero los
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
12
chicos caprichosos y mimados son desagradables, y los envidiosos y
crueles resultan antipticos y odiosos. Harry Potter y sus amigos se
quieren, se respetan, estudian (ms o menos), y se enfadan pero se
perdonan. La numerosa familia Weasley es simptica y acogedora, y
lleva las estrecheces sin demasiadas tragedias; son el contrapunto de la
odiosa familia con la que Guillermo no quera tener nada que ver.
Esta ancdota es una buena muestra de cmo hay ocasiones en que
lo mejor para advertir la necesidad de cambiar es ver nuestros defectos
encarnados en otra persona. Esos defectos, desposedos de la
indulgencia con que los vemos en nosotros mismos, se nos hacen
mucho ms vivos, ms speros, ms desagradables. Contemplados con
la objetividad que da ver las cosas desde fuera, nos parecen menos
lgicos, menos disculpables.
Descubrir con claridad en nosotros mismos algo que nos desagrada
es uno de los grandes motores de la mejora personal. Los modelos
positivos tienen la fuerza del "yo quiero ser as", pero los modelos
negativos pueden tambin encerrar una potencialidad positiva muy
importante. El "yo no quiero ser as", expresado con rotundidad ante la
viva imagen de los propios defectos reflejados en otra persona, resulta
a veces el revulsivo ms eficaz.
Solemos estar tan acostumbrados a convivir con lo malo, pequeo
o grande, que hay en nuestro interior, que es fcil que ya no nos
sorprenda demasiado. Nuestros defectos han ido naciendo de
pequeas concesiones al egosmo, a la pereza, a la soberbia, o al vicio
que sea. Al hacerse habituales esas concesiones, los defectos se
consolidan, se cronifican, y poco a poco se apaga nuestra sensibilidad
y nuestro rechazo ante su objetiva fealdad. Por eso necesitamos que
algo o alguien nos despierte de ese letargo. Si lo hacemos, y si
tenemos adems el valor necesario para mirar a esos defectos cara a
cara, y para llamarles por su nombre, ya habremos recorrido la parte
ms difcil del camino para vencerlos. Por eso la ayuda de quien desde
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
13
fuera nos hace ver lealmente lo que no hacemos bien, es uno de los
mejores signos de amistad y de cario que existen; y la receptividad
ante esa ayuda, una de las mejores muestras de inteligencia y de
sensatez.
Todos tenemos una notable y aguda perspicacia ante los defectos
ajenos. Se destacan ante nuestros ojos con una escandalosa claridad.
Podramos avanzar mucho si cada vez que advertimos en otra persona
un defecto pensramos si tambin lo tenemos nosotros, en mayor o
menor grado. A Guillermo, ese ejercicio mental le fue muy bien.
3. Hacerse adulto
Y entonces a Emily le sucedi un acontecimiento de importancia
considerable. De repente se dio cuenta de quin era. No haba motivos
claros para comprender por qu no le sucedi eso cinco aos antes o
cinco despus; y tampoco era fcil saber por qu le ocurri
precisamente aquella tarde.
Cada vez que mova un brazo o una pierna, este sencillo
movimiento le produca una impresin de divertida sorpresa al
observar lo pronto que le obedecan sus miembros. La memoria le
deca que siempre le haban obedecido, pero no se haba dado cuenta
nunca de lo sorprendente que resultaba.
Cada consideracin acuda a su mente como un fogonazo y sin
palabras. Cuando se hubo convencido del hecho asombroso de que
ella era ella, se puso a calcular el alcance que poda tener ese
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
14
descubrimiento. En primer lugar, a qu era debido que entre tanta
gente como poda haber sido, ella fuera precisamente esta persona
determinada, Emily Bas-Thornton, nacida al ao tal entre todos los
aos de todos los tiempos, y encajada en esta determinada envoltura
de carne? Lo haba escogido ella misma, o lo haba hecho Dios?
En segundo lugar, por qu no haba reparado antes en esto?
Llevaba viviendo as un montn de aos y nunca antes lo haba
pensado. Tena la misma sensacin que un individuo que recordase de
pronto a las once de la noche, sentado en su silln, que haba aceptado
una invitacin a cenar aquella noche. Cmo puedo haber estado
sentado toda la tarde sin que me inquietase la menor preocupacin?
Cmo haba podido pasado ella tantos aos sin haber notado un
hecho tan evidente?
Las reflexiones de esta protagonista de una novela de Ricard
Hughes traen a nuestra consideracin una realidad importante e
interesante: cada uno de nosotros somos un ser humano irrepetible, y
tenemos una misin que cumplir, algo que nadie puede hacer por
nosotros, y adems en ello est la clave de nuestro acierto en el vivir.
No se trata de convertirse en visionarios ni en quijotes de una
extraa misin; y tambin es cierto que se puede ser feliz de muchas
maneras; pero no debemos eludir por pereza o egosmo esos retos
personales que la vida a cada uno nos plantea. Descubrir y aceptar esto
es muestra del verdadero despertar a la etapa adulta.
Muchos lo descubren en la adolescencia, pero otros apenas llegan a
comprenderlo nunca. Son vctimas de una especie de sndrome de
Peter Pan por el que su mente se resiste a hacerse adulta. Les cuesta
tomar las riendas de su vida. Se dira que ven la lnea divisoria que
separa la juventud de la madurez una lnea que les parece una zanja de profundidad insondable, y buscan algn vado o puente para
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
15
cruzarla, despus de merodearla durante meses o aos, pero no se
deciden a dejarla atrs de un salto. Lo triste es que no tardan en
lamentar los das de su juventud y el modo en que los han malgastado.
Todo esto se manifiesta con claridad en la inmadurez de algunos
matrimonios, que resultan no ya un proyecto entre dos seres humanos
adultos y conscientes sino como ha escrito Susanna Tamaro la fuga en un sueo de dos nios.
Quiz la educacin tenga mucho que ver en esto. El miedo a exigir
de los padres; o ese no advertir que la pequea infidelidad de ahora
conduce a la injusticia flagrante de maana; o no hablar de las
consecuencias, seguramente por miedo a ser tachados de cenizos; o no
estimular el esfuerzo personal, para no incomodar. Todos esos errores,
si no se atajan a tiempo, conducen a una triste e inconsciente
prolongacin de la infancia, una de las grandes tragedias de nuestro
tiempo, y que siempre acaba en un amargo despertar.
4. La fuerza de la expectativa
Corra el curso 1968-69, en un colegio de California. El Doctor
Robert Rosenthal cerr su portafolios y se dirigi a un grupo de
profesores que le escuchaba con atencin: Los resultados de las
pruebas realizadas no dejan lugar a dudas. Estoy en condiciones de
asegurarles que este 20 por ciento de alumnos que les he sealado
tiene unas capacidades intelectuales superiores a lo normal. Los
profesores tomaron buena nota de todo aquello y regresaron a su
trabajo habitual. Ocho meses ms tarde, las calificaciones finales
arrojaban un resultado contundente: el rendimiento de ese grupo de
alumnos tericamente ms inteligente era notoriamente superior al del
resto.
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
16
La ancdota, y su conclusin, parecen obvias. Pero hay un pequeo
detalle: Rosenthal haba elegido ese 20 por ciento de alumnos al azar.
El experimento de este profesor de Harvard es bastante conocido
en el mundo de la educacin. Lo que haba mejorado el rendimiento
de esos alumnos no eran sus aptitudes naturales, sino las altas
expectativas de sus profesores y la mayor atencin que quiz inconscientemente todos les haban dedicado. A su vez, los propios alumnos, conscientes de que se esperaba ms de ellos, tambin se
haban esforzado ms.
La manera en que nos relacionamos con los dems, sean alumnos,
hijos o colaboradores, condiciona enormemente su rendimiento
personal. El mero hecho de saber que alguien espera mucho de
nosotros, y que confa en que seremos capaces de conseguir algo aunque sean capacidades para las que no estamos realmente muy
dotados, supone un estmulo grande y aade una energa que nos lleva a alcanzar metas superiores.
Cuando se confa en el potencial de desarrollo de las personas, esa
relacin transmite confianza y seguridad, genera una motivacin
especial para superar obstculos y llegar a ms. Trata a una persona como parece que es y seguir siendo como siempre ha sido. Trtala
como puede llegar a ser y se convertir en quien realmente es", deca
Goethe. En contra de eso est el fcil recurso de ir a lo seguro, de
contar con quien siempre hemos contado, con resultados probados,
atendiendo sobre todo al corto plazo y evitando la complicacin que
suele suponer la tarea de descubrir nuevas personas, o de descubrir
nuevos talentos en las personas que ya conocemos. Esa actitud puede
deberse a la pereza, a la desconfianza o al escepticismo, pero las
consecuencias son casi siempre la frustracin de numerosas
potencialidades en las personas.
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
17
La imagen que cada uno tiene de s mismo es en gran parte un
reflejo de lo que en l ven los dems. Por eso las expectativas que
ponemos en una persona pueden llegar a cambiar mucho a esa
persona, mejorando o empeorando su motivacin personal. Por eso
hay que desconfiar un poco de nuestra intuicin profesoral, que a veces se jacta de presentimientos o impresiones del tipo de yo s cmo es una persona al primer golpe de vista, o yo ya veo desde el primer momento quin vale y quin no, u otros juicios apresurados en los que atribuimos a un pequeo dato o a una corazonada el valor
de una sentencia (que con frecuencia luego se cumple, no por nuestra
intuicin sino por la fuerza del prejuicio).
Para ayudar de verdad a los dems hay que aprender a valorar a la
gente. Somos ms transparentes de lo que pensamos, y por eso no
basta con la estrategia de simular unas expectativas, sino que hay que
cambiar nuestra mente para ver con mejores ojos a los dems. Porque
si una persona tiende a valorar en poco a los dems, tender a tratarles
con poca consideracin, a pensar mal de ellos, a hablar mal de ellos y,
en definitiva, a dificultar que desarrollen el talento que tienen.
5. Inteligencia guiada inteligentemente
Por lo general, el problema de la mayora de las personas no es que
carezcan de recursos. Su principal dificultad suele ser que carecen del
necesario control sobre los recursos personales que ya poseen.
Acudamos a una comparacin. El director de una pelcula, o de un
reportaje televisivo, puede obtener efectos muy distintos de una
misma realidad que est filmando. El ngulo y el movimiento de la
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
18
cmara, el tipo de msica de fondo y su volumen, el color y la calidad
de la imagen, etc., pueden crear en el espectador impresiones
enormemente diferentes. Hay todo un conjunto de detalles que
influyen mucho en los sentimientos que una misma realidad puede
generar en quien la vive o la presencia.
Algo parecido sucede con el mundo interior de cualquier persona.
Dependiendo de cmo se utiliza la cmara con que observamos lo que
nos sucede, o la msica con la que acompaamos esa mirada, o los
dilogos que establecemos en nuestro interior, una misma situacin
objetiva puede generar en nosotros efectos subjetivos muy distintos.
Puede ponernos en pantalla ideas positivas o negativas, estados
emocionales favorables o desfavorables, argumentos alentadores o
depresivos.
Aunque quiz sea simplificar un poco, puede decirse que cabe vivir
de dos maneras. O bien se deja que la mente siga su curso al son de lo
que espontneamente surja ante lo que nos sucede, o bien se opta por
dirigir conscientemente nuestra actividad mental. Esos dos estilos
corresponden, por decirlo de modo sencillo, a dos niveles de uso de la
inteligencia: la inteligencia simple y la inteligencia guiada
inteligentemente. Lo verdaderamente inteligente pido disculpas por la redundancia es lo segundo: implantar en nuestro interior los estilos intelectuales y emocionales que consideremos mejores (o ms
adecuados a nuestra situacin).
Todos tenemos experiencia de cmo el simple hecho de dar vueltas
a un pensamiento negativo (ya sea de envidia, rencor, victimismo,
crtica exacerbada, tristeza, etc.), acenta y amplifica nuestras
percepciones negativas sobre la realidad en cuestin. Si se sigue as un
poco de tiempo, ese dilogo interior nos acaba llevando, por su propia
dinmica, a una situacin en la que probablemente el asunto quede
fuera de toda proporcin sensata. A qu se debe? Sin duda, en gran
parte a la fuerza de nuestras imgenes mentales. Y esas imgenes
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
19
mentales no estaban al principio, las hemos aportado nosotros. Nos
hemos ido haciendo una pelcula en la que la imagen, la msica y los
dilogos nos han conducido a un estado emocional negativo, poco real
y que nos puede perjudicar bastante. Cul es la solucin? Llegar a ser
el director de esa pelcula, no un simple espectador.
Te has visto alguna vez atormentado por un dilogo interior
incesante, por una de esas situaciones en las que la mente gira a gran
velocidad y parece casi imposible de parar? Muchas veces nuestra
mente dialoga consigo mismo de modo interminable, sopesando pros
y contras de una decisin intrascendente, buscando un nuevo
argumento para darnos la razn en una antigua discusin sin
importancia, o acumulando agravios sobre determinada persona a la
que quiz deberamos tratar con ms afecto y comprensin.
Haz un esfuerzo por hacerte con el mando de esa voz, de esa
msica y de esas imgenes. No dejes que se te llene la cabeza de ideas
recurrentes sobre tus grandes cualidades advertidas o inadvertidas por
todos, ni sobre tus grandes limitaciones igualmente advertidas o
inadvertidas por todos, ni sobre los grandes defectos o cualidades de
los dems, lo que te han hecho o dicho o te han dejado de decir.
Te hablas a ti mismo constantemente con un tono de voz quejoso,
o triste, o amargo? Prueba a hacerlo con un tono ms cordial, alegre y
positivo. Piensa tambin si te hablas con un tono de voz crispado, o si
es estimulante. Piensa si te tratas con el afecto y la comprensin, y
tambin la exigencia, con que debes tratar a cualquier amigo al que
aprecias de verdad y a quien quieres ayudar a mejorar.
6. Reacciones inteligentes
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
20
Un da, el burro de un aldeano se cay a un pozo. El pobre animal
estuvo rebuznando con amargura durante horas, mientras su dueo
buscaba intilmente una solucin. Pasaron un par de das, y al final,
desesperado el hombre al no encontrar remedio para aquella desgracia,
pens que como el pozo estaba casi seco, y el burro era ya muy viejo,
realmente no vala la pena sacarlo, sino que era mejor enterrarlo all.
Pidi a unos vecinos que vinieran a ayudarle. Cada uno agarr una
pala y empezaron a echar tierra al pozo, en medio de una gran
desolacin. El burro advirti enseguida lo que estaba pasando y
rebuzn entonces con mayor amargura.
Al cabo de un rato, dejaron de escucharse sus lastimeros quejidos.
Los labriegos pensaron que el pobre burro deba estar ya asfixiado y
cubierto de tierra. Entonces el dueo se asom al pozo, con una
mirada triste y temerosa, y vio algo que le dej asombrado. Con cada
palada, el burro haca algo muy inteligente: se sacuda la tierra y
pisaba sobre ella. Haba subido ya ms de dos metros y estaba
bastante arriba. Lo haca todo en completo silencio y absorto en su
tarea. Los labriegos se llenaron de nimo y siguieron echando tierra,
hasta que el burro lleg a la superficie, dio un salto y sali trotando
pacficamente.
Llevar una vida difcil, o tener contratiempos ms o menos serios,
es algo que a cualquiera puede suceder. La vida a veces parece que
nos aprisiona como en el fondo de un pozo, y que incluso nos echa
tierra encima. Ante eso, hay modos de reaccionar inteligentes, como el
de aquel burro, que de lo que pareca su condena supo hacer su tabla
de salvacin; y otros estilos que son ms bien lo contrario, propios de
personas que no saben sacar partido a sus propios recursos, y que en
cambio dominan lo que podra llamarse el arte de amargarse la vida.
Hay quienes se han acostumbrado a dejar divagar su mente por el
pasado hasta convertirlo en una inagotable fuente de amargura. Ven su
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
21
juventud como una edad de oro perdida para siempre, lo que les
proporciona una reserva inagotable frustracin, y sobre todo les hace
pensar poco en el presente. Sus suposiciones sobre el futuro son
igualmente tristes y sombras, y eso les facilita encontrar motivos para
abandonar la mayora de los esfuerzos razonables por mejorar las
cosas. Son bastante dados al victimismo, a echar la culpa a los dems,
o a la sociedad, que malogra todos sus esfuerzos, o a sus amigos o
parientes, o a lo que sea, pero casi siempre la solucin a sus problemas
parece estar fuera de su alcance. Piensan mal de los dems, y se
conducen como si leyeran con gran clarividencia los pensamientos
ajenos, cuando en realidad aciertan pocas veces (aun as, seguirn
considerando ingenuos a los que tengan una visin ms positiva de las
personas o las situaciones). Tambin muestran una sorprendente
capacidad para ver cumplidas sus negras profecas (hacen bastante
para que as sea), y en el trato personal son susceptibles e
impredecibles, de esos que te dicen algo y es difcil saber si van en
broma o en serio, pero lo que es seguro es que despus te reprocharn
que te tomas en broma las cosas serias o que no tienes ningn sentido
del humor.
Todos tenemos contratiempos, todos los das. La clave es cmo
reaccionamos ante ellos. De eso depende en buena parte nuestra
calidad de vida, y la de quienes nos rodean.
7. Felicidad y dinero
En una entrevista a la multimillonaria Barbara Hutton, un
periodista se dirigi a ella comenzando con la tpica frase hecha:
Aunque sabemos que el dinero no da la felicidad, dganos, por
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
22
favor.... La entrevistada no le dej terminar la frase: Oiga, joven, pero quin le ha dicho a usted esa tontera?.
Aunque haya infinidad de dichos populares que sostienen que el
dinero no asegura nada, es frecuente ver que luego en la vida prctica
son pocos los que se lo creen. La respuesta de aquella mujer, y lo
cortado que debi quedarse el entrevistador, son un buen reflejo de
ello.
Es evidente que una persona con semejante fortuna recibira como
una catstrofe un empeoramiento de su situacin econmica. Igual que
un mendigo recibira con gran satisfaccin cualquier mejora
sustanciosa en su nivel de vida.
Influye mucho entonces el dinero en la felicidad? Durante ms de
diez aos, un nutrido equipo de investigadores norteamericanos
dirigido por David Myers y Ed Diener ha intentado arrojar alguna
nueva luz sobre esta cuestin a travs de amplios estudios estadsticos.
Desde el principio se propusieron no fijarse slo en las sensaciones
subjetivas de felicidad que tenan los encuestados, sino tambin en el
juicio que merecan ante los dems. Este enfoque les facilit una de
sus primeras conclusiones: casi todos los que se sentan felices
tambin lo eran a los ojos de sus ms ntimos amigos, de sus
familiares y de los propios investigadores que les entrevistaban.
Pronto comprobaron tambin, con cierto asombro, que la impresin
personal de felicidad est distribuida de modo bastante homogneo en
casi todas las edades, niveles de ingresos econmicos o de titulacin
acadmica, y tampoco se ve afectada de modo significativo por la raza
o el sexo. Por ejemplo, slo encontraron una cierta relacin entre
ingresos econmicos y sensacin de felicidad en algunos pases ms
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
23
pobres, como la India o Bangladesh; en los dems casos, sola ser
incluso ligeramente ms frecuente lo contrario.
La investigacin conclua sealando una serie de rasgos de carcter
que parecen comunes a casi todas las personas que se sienten felices:
la persona feliz es cordial y optimista, tiene un elevado control sobre
ella misma, posee un profundo sentido tico y goza de una alta
autoestima. Aunque es difcil saber en qu medida esos rasgos de
carcter contribuyen a la felicidad o son ms bien parte de sus efectos,
s podemos concluir con Myers y Diener en destacar la gran
importancia que para todos tiene la mejora personal.
Aunque la ilusin legtima de muchas personas sea que les toque la lotera, la realidad es que luego se comprueba que aquellos a
quienes les ha tocado no son, al poco tiempo, ms felices que antes.
Otro dato ilustrativo es que las encuestas realizadas en pases en
etapas de gran crecimiento econmico tampoco ofrecen las diferencias
esperadas en el sentimiento de bienestar subjetivo de la poblacin.
Podra decirse que una vez se tienen resueltas las necesidades
bsicas, cada uno tiende a adaptarse al nivel econmico que tiene, y su
felicidad apenas depende del nivel en que est situado. Es verdad que
una mejora de nivel econmico suele repercutir en el sentimiento de
felicidad, pero esa impresin suele durar poco. De manera anloga, un
empeoramiento de ese nivel suele producir una cierta infelicidad (en
ese caso, adems, los efectos suelen ser algo ms duraderos), pero con
el tiempo suele aceptarse y se acaba llegando a reconocer y disfrutar
lo que antes apenas se valoraba.
En general, el dinero no parece colaborar mucho a sentirse feliz de
modo estable. Tampoco la fama suele aportar mucho por s misma (es
ms, hay que ser muy maduro emocionalmente para saber digerir de
forma adecuada el encumbramiento). Tener un gran talento, o muy
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
24
buena salud, o un gran atractivo fsico, tampoco puede considerarse el
eje de la felicidad: indudablemente pueden favorecerla, y crear un
clima propicio para sentirse feliz, pero no siempre es as, ni mucho
menos.
Como escribi Sneca, todos los hombres quieren ser felices, lo difcil es saber lo que hace feliz la vida. Hay que acertar en esa bsqueda, pues quien no lo hace se pasa la vida esperando un maana
que nunca llega.
8. El atractivo de la virtud y del bien
A veces uno tiende equivocadamente en su interior a etiquetar
como desagradables, por ejemplo, determinadas personas, o
determinadas tareas, o determinados aspectos relacionados con la
mejora del carcter, y no se da cuenta de hasta qu punto le perjudican
esos vnculos mentales que se han ido estableciendo en su mente, de
manera ms o menos consciente.
Ante posibles puntos concretos de mejora personal que advertimos
en nuestra vida (vemos, por ejemplo, que deberamos ser ms
pacientes, o menos egostas, ms ordenados, menos irascibles, o lo
que sea), es frecuente que tendamos a ver esos objetivos como metas
muy lejanas, o como algo poco asequible a nuestras fuerzas. Lo vemos
quiz como avances apetecibles, s, pero que alcanzarlos requerira tal
esfuerzo que slo pensarlo nos produce ya un profundo rechazo. Lo
percibimos como algo fatigoso y agotador, que nos llevara a un estilo
de vida de demasiada tensin.
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
25
Sin embargo, la mejora personal no supone ni exige eso. Al menos,
de modo ordinario no tiene por qu plantearse as. El avance en el
camino de la mejora personal ha de entenderse y abordarse ms bien
como un proceso de liberacin. Un progreso gradual en el que vamos
soltando da a da el lastre de nuestros defectos. No una extenuante
subida a un interminable puerto de montaa, sino un progresivo alivio
de la carga de nuestros errores, un desahogo paulatino de la causa de
nuestros principales problemas. Por eso, aunque siempre habr
tambin retrocesos, pequeos o grandes, si logramos en conjunto
mejorar, nos encontraremos cada vez con ms autonoma,
avanzaremos con ms soltura y nos sentiremos mejor. Cada hombre
debe adquirir el dominio de s mismo, y se es el camino de lo que
Aristteles empez a llamar virtud: la alegra y la felicidad vendrn
como fruto de una vida conforme a la virtud.
Si nos fijamos ms, por ejemplo, en lo positivo de una determinada
persona, o en el reto que supone tener ordenado el armario o el
despacho, o incluso en lo apasionante que puede llegar a ser, tanto
para un hombre como para una mujer, cocinar, mantener limpia la
casa, o educar a los hijos..., si nos esforzamos por verlo as, el camino
se hace mucho ms andadero.
Podra objetarse que eso no es difcil de hacer..., pero durante unos
minutos, o incluso unos das. Pero, cmo impedir que al poco tiempo
se vuelva a lo de antes? Puedo esforzarme, por ejemplo, por variar mi
humor durante un rato, que no es poco, pero... cmo mantenerme as
y llegar a ser una persona bienhumorada?
Un camino es esforzarse en cambiar la imagen que se nos presenta
en la mente al pensar en esas cosas. Por ejemplo, en vez de representar
en la imaginacin lo apetitoso que resulta lo que no deberas comer o
beber o hacer, procura pensar en lo atractivo y liberador que resulta
ser una persona sana y honesta, y logra que esas representaciones
tomen un mayor espacio en tu imaginacin.
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
26
O si te invaden pensamientos relacionados con el egosmo, la
pereza o el la mentira, procura suscitar la imagen de ser una persona
generosa, diligente, sincera y leal, y recrate un poco en la
contemplacin de esos valores y esas virtudes que has de desear ver en
tu vida. Incluso, si quieres, recrate tambin en lo desagradable que
resultara convertirse poco a poco en una persona egosta, perezosa o
desleal, y compara una imagen con otra.
Es importante esto? Pienso que s. Si una persona logra formarse
una idea atractiva de las virtudes que desea adquirir, y procura tener
esas ideas bien presentes, es mucho ms fcil que llegue a poseer esas
virtudes. As lograr, adems, que ese camino sea menos penoso y
ms satisfactorio. Por el contrario, si piensa constantemente en el
atractivo de los vicios que desea evitar (un atractivo pobre y rastrero,
pero que siempre existe, y cuya fuerza nunca debe menospreciarse), lo
ms probable es que el innegable encanto que siempre tienen esos
errores haga que difcilmente logre despegarse de ellos.
Por eso, profundizar en el atractivo del bien, representarlo en
nuestro interior como algo atractivo, alegre y motivador, es algo
mucho ms importante de lo que parece. Muchas veces, los procesos
de mejora se malogran simplemente porque la imagen de lo que uno
se ha propuesto llegar no es lo bastante sugestiva o deseable.
9. El riesgo de la lentitud
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
27
Hay gente que un da le salen diez cosas bien y slo una mal, y
llega a su casa en estado de desnimo total. Por qu? Porque permite
que esa pequea cosa que result mal deje flotando en su memoria una
imagen negativa que llena casi por completo la pantalla de su mente. Ha pasado ese da por muchas cosas positivas, pero tiene la
habilidad la desgracia de no considerarlo apenas. Es como si todo lo positivo quedara de inmediato arrinconado en su memoria. Slo lo
negativo queda bien grabado. Lo dems, pasa sin pena ni gloria, y en
poco tiempo queda reducido a imgenes borrosas, grises, lejanas,
como viejas fotos desvadas.
A veces, por ejemplo, se deteriora una amistad, o un matrimonio, o
una relacin profesional, simplemente porque uno tiende a recordar y
almacenar experiencias desagradables sufridas en la relacin con esa
persona, mientras que las agradables enseguida pierden relieve en la
memoria.
Por qu sucede esto? Quiz hay algo que produce un desagrado
muy vivo, aunque sea una tontera. Por ejemplo, la forma que tiene de
comer, o que deja desordenado lo que usa, o pierde las cosas, o habla
en un tono que nos resulta desagradable. O que a lo mejor ha dejado
de tener determinada deferencia con nosotros. O nos repite algo que
dijimos en un momento de enfado y estamos hartos de que nos lo
recuerden otra vez ms. O quiz sucede al revs, y somos nosotros los
que recordamos una y otra vez aquella ocasin en la que nos sentimos
tan molestos y ofendidos.
La lista de ejemplos podra ser interminable. Pero aunque todas
esas cosas negativas sean ciertas y objetivas que no suelen serlo demasiado, ese modo de recordarlas y tenerlas presentes no ayuda en nada a resolver las cosas. Adems, sabemos que tambin podra
hacerse otra lista muy larga de ejemplos positivos, de tantas cosas
agradables que suelen quedar en el olvido. Todo sera muy distinto si
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
28
ambos se esforzaran en tenerlas ms presentes, y procuraran generar
las circunstancias necesarias para que se repitan.
Por eso es bueno preguntarse de vez en cuando: Si contino dando vueltas a estas ideas de esta manera..., a dnde me lleva esto?
Qu voy a conseguir? Hacia dnde me conduce? Hacia dnde
quiero ir? Una persona ha de ser capaz de tomar de vez en cuando un poco de distancia sobre s misma, y analizar sus sentimientos como si
estuviera contemplando a otra persona, para as actuar sobre ellos. De
lo contrario, resultar enormemente vulnerable ante los vaivenes de
sus estados emocionales.
De acuerdo podra objetarse, es preciso no encenagarse en los malos recuerdos, s... pero cmo?, porque no es tan sencillo, no es
fcil cambiar el modo de ser, se necesita mucho tiempo y esfuerzo.... Es verdad, no voy a negarlo. Pero tampoco tiene por qu ser siempre
as. Se puede cambiar en poco tiempo. Muchas veces se comprende
mejor una cosa en un relmpago de claridad que en aos de pedaleo.
A veces los procesos de mejora personal fracasan porque van tan
lentos y perezosos que el cambio apenas se ve llegar, y entonces uno
se cansa enseguida. Es como si quisiramos ver una pelcula
contemplando un fotograma ahora, otro dentro de un rato, y un tercero
otro rato despus.
De esa manera, es difcil sacar nada en claro. Pero la culpa no sera
de la pelcula, porque con ese modo de verla no podemos saber si es
buena o mala. Hay que tomarla con su ritmo, y entonces te haces una
idea del argumento, y de los personajes, de las emociones que suscita,
y entonces capta nuestra atencin, y vindola disfrutamos al tiempo
que notamos que nos enriquece. De la misma manera, si en la mejora
personal logras un ritmo ms rpido, entonces te haces una idea de lo
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
29
que ganas, y de lo que an puedes ganar, y te gozas con ello, y eso
mismo te anima a seguir adelante en ese empeo.
10. Sentido del humor
Jerry era director de un restaurante en una pequea ciudad de
Estados Unidos. Siempre estaba de buen humor y tena algo positivo
que decir. Era un motivador nato. Por dos veces, cuando cambi de
trabajo, varios de sus empleados se empearon en seguirle a donde l
fuera a trabajar. Si un trabajador tena un da malo, Jerry siempre
estaba all, hacindole ver el lado positivo de la situacin.
Su manera de ser provocaba curiosidad, as que un da le
preguntaron: No me lo explico. No se puede ser positivo siempre, sin
interrupcin. Cmo lo haces?. Jerry contest: Siempre me digo,
tienes dos opciones, puedo elegir estar de buen humor o de mal
humor. Y siempre elijo estar de buen humor. Cada vez que ocurre algo
malo, puedo elegir entre el papel de vctima o el de aprender algo de
aquello. Y procuro elegir lo de aprender algo. Cada vez que le oigo a
alguien quejarse, puedo elegir entre sumarme a sus lamentos o fijarme
en el lado positivo de la vida, y siempre escojo el lado positivo de la
vida.
Pero no siempre es tan fcil, le objetaban. Tampoco es tan
difcil, contest Jerry. La vida es una eleccin constante. Cada
situacin es una eleccin. Eliges cmo reaccionar ante las situaciones.
Eliges cmo va a afectar la gente a tu humor. Eliges estar de buen o de
mal humor. Es eleccin tuya decidir cmo vives tu vida.
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
30
Tiempo despus, Jerry fue vctima de un atraco. Haba olvidado
cerrar con llave la puerta trasera del restaurante mientras haca el
balance de caja del da, y entraron dos hombres armados. Trat de
abrir la caja fuerte, pero con el nerviosismo fallaba la combinacin.
Los atracadores se pusieron ms nerviosos an que l, y acabaron por
dispararle. Afortunadamente, le llevaron enseguida al hospital, y
despus de una larga operacin y varias semanas de convalecencia,
Jerry recibi el alta.
Al volver a su casa, un vecino le pregunt qu le haba venido a la
mente cuando ocurri el atraco. La primera cosa en que pens es que
deba haber cerrado bien la puerta. Luego, despus de que me
disparasen, cuando estaba tendido en el suelo, record que tena dos
opciones: poda elegir vivir, o poda elegir morir. Y escog vivir. Los
camilleros eran unos tos simpticos. Me animaban. Me decan que me
iba a poner bien. Pero cuando me metieron en la sala de urgencias y vi
las caras de los mdicos y enfermeras, mientras me exploraban, me
asust realmente. En sus ojos se lea es hombre muerto. Entonces pens que tena que pasar a la accin.
Qu hiciste?, le preguntaron. Bueno, haba una enfermera que
me preguntaba a gritos si era alrgico a algo. S!, le contest como pude. Se hizo un silencio grande. Esperaban que continuara. Yo cog
aire de nuevo y continu: S, tengo alergia... a las balas!. Despus de las risas de todos, les dije: Quiero vivir. As que, por favor, hagan todo lo posible cuanto antes.
Jerry piensa que vivi gracias a los mdicos y enfermeras, pero
tambin gracias a su actitud. Cada da puedes elegir si vas a encarar la
vida con ganas o te vas a amargar. La nica cosa enteramente tuya,
que nadie puede controlar o asumir en tu lugar, es tu actitud. De modo
que si te das cuenta de esto, todo lo dems de la vida se hace bastante
ms fcil.
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
31
La historia de Jerry concluye aqu. Es quiz un tanto simple, pero
apunta una idea importante. Todos conocemos personas que, con su
sola presencia, irradian sentido positivo. Su actitud es optimista,
animosa, esperanzada. Poseen como una especie de campo magntico
que orienta los de los que le rodean, que quiz son ms dbiles o ms
negativos. Son desactivadores de crispaciones y rencillas. Cuando
afrontan una situacin difcil, suelen ser serenos, conciliadores,
armonizadores.
Suelen ser personas que han conseguido aprender de sus propias
experiencias, tanto de las negativas como de las positivas. Creen en
los dems. No reaccionan desproporcionadamente ante sus defectos,
ni ante la crtica o las dificultades. No se sienten satisfechos cuando
descubren los errores y debilidades de los dems (y eso no porque
sean ingenuos, pues tambin ellos ven esos errores, pero saben que
con su actitud pueden hacerles mejorar o encastillarse en su conducta).
Procuran no etiquetar ni prejuzgar a la gente, sino descubrir los
valores positivos que hay en toda persona. Despiertan agradecimiento
y gratitud. No son envidiosas. Son agradecidas. Tienden, de forma
casi natural, a perdonar y olvidar las ofensas que reciben. Buscan el
modo de mejorar su formacin. Leen, escuchan, poseen afn de
conocer cosas, les interesa lo que interesa a quienes le rodean. En fin,
toda una actitud digna de imitar en nuestra vida.
II. Contar con los dems
11. Interdependencia personal
Todos hemos venido al mundo como nios totalmente
dependientes de otros. Hemos sido dirigidos, educados y sustentados
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
32
por otros durante bastante tiempo, y est claro que si no hubiera sido
as no habramos vivido ms que unas pocas horas, o a lo sumo unos
pocos das. Despus, nos fuimos haciendo cada vez ms
independientes. Se podra decir que nos fuimos haciendo cargo
gradualmente de nosotros mismos.
Una persona con una dependencia fsica (un paraltico o un
enfermo de Alzheimer, por ejemplo), necesita ayuda de los dems.
Una persona que sea muy dependiente emocionalmente, tomar sus
decisiones y se sentir segura muy en funcin de la opinin de los
dems, de lo que otros piensen de l. Una persona que sea muy
dependiente intelectualmente, cuenta con que otros piensen y decidan
por l ante los principales problemas de su vida.
En cambio, una persona independiente se desenvuelve por sus
propios medios, tiene su propia opinin sobre las cosas y sus propias
pautas para la construccin de su vida.
Sin embargo, esa independencia personal, que es un logro decisivo
en la vida, ha de tener tambin su justa medida. Porque ser
absolutamente independiente no parece que sea el gran paradigma de
la existencia. Entre otras cosas, porque los ms altos logros de nuestra
naturaleza tienen siempre que ver con nuestra relacin con los dems.
La vida humana lograda es de por s por llamarlo de alguna manera interdependiente.
La sensibilidad de nuestra poca ha entronizado a veces de modo
exagerado la independencia, como si fuera la ms grande meta
humana y una garanta segura de felicidad. Sin embargo, un mal
entendido afn de independencia puede en muchos casos acabar en
dependencias mucho ms amargas.
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
33
Por ejemplo, la que se ve en esas personas que abandonan su
matrimonio y sus hijos en nombre del amor y la independencia,
aunque en el fondo lo hacen por razones egostas bastante fciles de
suponer. O en la de aquellos que desatienden a su familia, o traicionan
a sus amigos, o renuncian a sus principios, en razn de un desmedido
afn de afirmacin personal en su trabajo, de ganar ms dinero o de
alcanzar mayores cotas de poder. O la que se ve en aquellos otros que
hablan de romper las cadenas, liberarse, vivir la propia vida..., y en
realidad estn con ello sujetndose a otras cadenas que suponen
dependencias mucho ms fuertes, porque son dependencias que estn
en su interior: en una bsqueda egosta de placer o comodidad, en una
renuncia a enfrentarse a la propia responsabilidad, o en echar la culpa
a los dems de todo lo que les resulta difcil en sus vidas.
La independencia personal nos hace actuar por cuenta propia, en
vez de entregar a otros el control de nuestra vida, y eso es un logro
muy importante. Pero no es suficiente como meta final de una vida.
Parece claro que conviene siempre aadir a la independencia una
buena dosis de sensatez y buen criterio, para no caer en la idiotez
independiente, que no por independiente deja de ser idiota.
La vida, por naturaleza, es interdependiente. El hombre no puede
buscar la felicidad poniendo la independencia como valor central de
su vida. De entrada, porque cualquier logro en la vida afectiva de una
persona pasa necesariamente por depender en cierta manera de su
mujer, su marido, sus hijos, sus amigos, su proyecto profesional, etc.
Por otra parte, todos necesitamos depender tambin de unos
principios, ideales y valores personales acertados.
En definitiva, se puede ser independiente y comprender que se
avanza ms trabajando en equipo, que necesitamos enriquecer nuestro
pensamiento con los de otras personas, que hay que ser fiel a unos
valores seguros, o que todo hombre necesita dar y recibir afecto. La
vida ha de plantearse buscando compartirla profunda y
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
34
significativamente con otros, y esto siempre supone un contrapunto a
un afn de independencia mal entendido.
12. Jugar en equipo
Si a cualquiera nos preguntaran cules han sido las experiencias
ms enriquecedoras de nuestra vida, las que mejor conservamos en la
memoria y recordamos con mayor satisfaccin, casi siempre nos
referiremos a vivencias personales dentro de un conjunto de personas
a las que apreciamos. Quiz sea la familia, o un equipo de trabajo, o
un grupo de personas dentro de un determinado mbito cultural, o de
un deporte, o de lo que sea.
Saber compartir, hacer equipo, sentirse unido a otras personas, es
siempre gratificante, y tambin de ordinario un buen acicate para
esforzarse, para mejorar. La presencia de otros nos inspira y estimula a
un nivel quiz difcilmente accesible para nosotros yendo en solitario.
De los dems aprendemos muchas cosas que nos enriquecen
enormemente, y por ayudarles a veces nos sorprendemos haciendo
cosas que quiz incluso no haramos ni por nosotros mismos.
Los dems son un elemento decisivo en nuestra mejora personal.
Es cierto que la fuerza para cambiar depende en gran parte de uno
mismo. Pero tambin sabemos que las personas que nos rodean
pueden ayudarnos o estorbarnos mucho en ese camino. La capacidad
para cambiar se ve reforzada cuando sabemos convivir con los dems,
cuando sabemos trabajar en equipo, cuando logramos estar cercanos a
las personas que componen nuestro entorno.
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
35
El que se esfuerza dentro de un mbito de confianza e ilusin, bien
integrado entre personas a las que aprecia, normalmente se esfuerza
ms y mejor. Y eso suele producir un benfico efecto feedback.
Cuanto ms das, ms recibes, y mejor clima de colaboracin y apoyo
logras, lo cual siempre refuerza la satisfaccin de todos.
Se trata de saber integrarse lo mejor posible en los mbitos de
relacin en los que participemos. Como ha escrito Anthony Robbins,
todos jugamos en varios equipos: la familia, nuestro entorno
profesional, nuestra ciudad, nuestra cultura, nuestro pas, la
humanidad entera. Puede uno quedarse sentado en el banquillo y
mirar, o bien levantarse y jugar. Y es mucho mejor jugar. Compartir
nuestro mundo con otros. Cuanto ms demos, ms nos ser dado.
Cuanto ms participemos, ms daremos y ms recibiremos.
Y tambin hay que saber elegir equipo. Como recuerda el dicho
popular, la ley ms universal es la ley de la gravedad, que tiende a
llevarnos hacia abajo, y nos hace abandonar muchos retos que
deberamos plantearnos. Si sabemos rodearnos de personas positivas,
con deseos de mejorar, con ilusin por hacer rendir sus talentos en
servicio a los dems, entonces nos veremos mucho ms estimulados.
Si logramos jugar en un equipo as, eso es extremadamente valioso.
Por eso es vital rodearse de personas que nos lleven a ser una persona
mejor cada da.
La felicidad y el acierto en el vivir no depende de lo que tenemos,
sino ms bien de lo que somos, de cmo vivimos. Y lo que hacemos
con lo que tenemos determina en gran medida cmo vivimos, hasta en
detalles mnimos. Por ejemplo, si somos generosos con una persona
que ha hecho bien su trabajo, y le tratamos como merece, eso nos hace
mejores a nosotros y a l. Y esto es aplicable a casi todo. Deberamos
hacer una reflexin personal sobre esto. Y si hiciera el propsito
agradecer siempre con calor cualquier favor que recibo, o cualquier
servicio que me hagan, por pequeo que sea? Y si dedicara ms
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
36
tiempo a hacer la vida agradable a quienes me rodean? Y si llamara
de vez en cuando a mis amigos y familiares, sin necesidad grandes
motivos, aunque slo sea para interesarme por ellos? Y si hiciera el
propsito de hacer un donativo, aunque sea modesto, a la medida de
mis posibilidades, cuando tenga noticia de un proyecto interesante? Es
un estilo de vida. No es cuestin de tener mucho tiempo ni mucho
dinero. Es cuestin de cmo administro lo que tengo, sea poco o
mucho. De decidir con acierto a qu dedico mi tiempo y mis recursos.
De no dejarme llevar por la rutina, sino procurar poner en mi vida un
poco ms de ingenio y de reflexin.
Todo esto puede parecer poca cosa, pero es ms importante de lo
que parece. Cualquier pequeo detalle tiene un efecto positivo sobre
nosotros mismos y los dems. Y un conjunto de pequeos detalles
puede cambiar por completo el ambiente de una familia, una oficina,
un lugar de descanso, un grupo de amigos, un noviazgo o un proyecto
cultural. Proponerse ese reto con ilusin es algo que siempre vale la
pena.
13. El abismo de la soledad
El matrimonio tena dos hijos: dos muchachos despiertos,
inteligentes y resabiados que conocan al dedillo la forma de tratar a
sus padres para conseguir lo que se proponan.
A menudo recurran a buscar complicidades unilaterales cuando
los padres estaban en desacuerdo, y era tal el acierto con que
utilizaban sus trucos que siempre salan victoriosos: Pero no se lo digas a tu padre, o bien: Sobre todo, que no se entere tu madre. Era
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
37
una forma cmoda de quitarse los problemas de encima, y de aceptar
sin aceptar. O de asentir traicionando. Pero ni el marido ni la mujer se
daban cuenta de que aquel sistema no slo malcriaba a los hijos sino
que los iba separando poco a poco de ellos. Estaban demasiado
ocupados en organizar su vida con agendas apretadas: reuniones,
viajes, estrenos, conferencias o invitaciones de alta sociedad, como
para divagar sobre las consecuencias de las minucias de sus hijos.
Ms que comprenderse, se ponan de acuerdo. Y ms que
intercambiar opiniones, intercambiaban un poco de tiempo. As fueron
distancindose el uno del otro. Poco a poco fueron entrando en los
destructivos arcanos de la rutina. Ese tipo de rutinas que jams deja
paso a la sorpresa y a las suposiciones adversas.
Tambin los hijos se desligaban de ellos. No es que mediaran
animadversiones destructivas: sencillamente se haban acostumbrado a
la desunin de los que se consideran unidos por el simple hecho de
vivir juntos en la misma casa o por llevar el mismo apellido.
De pronto ella empez a sufrir arrebatos de tristezas sin sentido.
Eran decaimientos flcidos impregnados de desaliento y como
sumergidos en aguas heladas. En realidad ella no saba con exactitud
por qu se notaba tan desalentada, no llegaba a comprender la causa.
Tampoco echaba de menos que su marido, siempre tan ocupado, se
quedara impvido y no tratara de averiguar qu le ocurra para poder
ayudarla. Ella llevaba demasiado tiempo aceptando que su marido
jams se inmiscuyera en sus dominios privados, y l consideraba que
lo esencial era actuar como siempre haba actuado: con la naturalidad
propia que requeran las personas a las que nunca les ocurra nada
verdaderamente distinto y agobiante.
En ocasiones pasaban horas sentados el uno frente al otro en la
misma habitacin sin dirigirse la palabra. Metidos en sus cosas. O tal
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
38
vez ideando como zafarse del otro para que el silencio que los estaba
atenazando no fuera un silencio compartido sino algo eventual. As
comenz aquel matrimonio a rozar el terreno de las infidelidades. Fue
una transicin lenta. Como el hecho de crecer. Nadie se encuentra alto
de la noche a la maana.
As describe Mercedes Salisachs en una de sus novelas la vida de
un matrimonio respetable, que al principio fue feliz pero que fue abandonndose poco a poco. Una vida matrimonial que se haba
convertido en una yuxtaposicin de egosmos y de soledades
autofabricadas.
Como ha escrito Martn Descalzo, no es que todos los solitarios
sean egostas y que se hayan ganado a pulso la soledad. Hay a veces
mucha ingratitud que provoca muchas soledades inmerecidas. Pero,
las ms de las veces, el problema ms grave es pensar que el problema
est en el otro, o en los otros. Si una persona, al comprobar su soledad,
se pregunta: quines me quieren?, probablemente nunca saldr de su
soledad. Para vencer la soledad hay que formularse otra pregunta: a
quines quiero yo? Es preciso poner cario en el trato con los dems,
en lugar de angustiarse reclamando ser querido y valorado. Es el modo
de alcanzar remedio a la soledad, porque si uno pone cario, aunque le
parezca que no es correspondido, tarde o temprano acaba siendo
querido tambin.
La insinceridad era otra de las causas de la soledad en aquel
matrimonio. Al principio aquella insinceridad estaba en pequeeces,
pero luego fueron cosas ms serias. Y, sobre todo, manifestaba cosas
ms de fondo. Cuando una persona falta a la sinceridad, manifiesta,
entre otras cosas, una cmoda tendencia a las soluciones fciles y
limitadas al presente. Se busca salir del paso, evitarse una
incomodidad, satisfacer un deseo torpe. Y lo peor es que,
normalmente, lleva al final a un callejn sin salida, porque la mentira
tiene una validez muy corta, y para mantener la mentira enseguida uno
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
39
se ve empujado a mentir ms, y eso conduce a la soledad de quien est
constantemente teniendo que actuar. Por eso deca Janklvitch que uno de los ms duros castigos del mentiroso es la prdida de su propia
identidad. El mentiroso est encerrado en una soledad autofabricada
de la que no sabe bien cmo salir. Le cuesta sincerarse, porque piensa
que se le viene abajo el edificio de su vida, cuando lo cierto es que la
sinceridad es el nico modo de reedificarlo.
14. Dejarse convencer
Platn, en uno de sus Dilogos, plantea una interesante discusin entre Scrates y Calicles sobre la fuerza de la razn. Calicles rechaza
la moralidad convencional y defiende otra basada en la ley del ms
fuerte. Asegura que esa ley es la que impera en la naturaleza, y la que
realmente procede de ella. Hacer el mal sostiene Calicles puede ser vergonzoso desde el punto de vista de los convencionalismos
sociales, pero esos convencionalismos proceden de una moral
gregaria, establecida por los dbiles para defenderse de los fuertes.
Los dbiles, que son la mayora, se juntan para modelar y esclavizar a
los mejores y ms fuertes de los hombres y proclaman como justas las
acciones ms convenientes para ellos.
A lo largo del dilogo, Calicles se va quedando sin argumentos
ante las objeciones que le hacen, pero no deja de defender cnicamente
sus ideas. Dice que los fuertes saben bien que, si hace falta, pueden
cometer una injusticia con otros, porque esa es la justicia del fuerte.
En un momento dado empieza a dar la razn a Scrates, pero
enseguida se desdice y asegura que no le interesa seguir hablando,
porque no est dispuesto a ser persuadido por las razones de nadie,
sino que recurrira a la fuerza para imponer las suyas. Y contina con
afirmaciones y planteamientos que hoy, dos mil quinientos aos
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
40
despus, nos recuerdan muchas frases que fueron recogidas casi
textualmente por Nietzsche, y puestas despus en prctica por el
nazismo y otras doctrinas basadas en sus tesis nihilistas.
Pienso que lo ms trgico en la historia de Calicles no son sus
ideas intolerantes y violentas. Lo peor es su total falta de receptividad
ante cualquier argumentacin. Eso es lo que blinda su terrible error y
le impide salir de l.
Y esa es, lamentablemente, la actitud con que a veces blindamos
nuestros defectos y nuestras incoherencias en algunos pequeos
detalles de la vida diaria. Quiz, cuando vemos que nuestras razones
no tienen suficiente peso, en vez de analizarlas de nuevo, o buscar
otras que las refuercen o mejoren, o buscar consejo en quien pueda
ayudarnos a comprenderlas o explicarlas mejor, tendemos a cerrarnos
en banda ante las razones de los dems.
Dejarse convencer por las razones de otros es muchas veces no siempre, parece obvio decirlo una muestra de inteligencia y de rectitud. Nuestra inteligencia se manifiesta no slo cuando
argumentamos, sino tambin cuando aceptamos y comprendemos los
argumentos de los dems. Por eso la educacin tiene tanto que ver con
ese hacernos receptivos a los razonamientos de otros. Lo razonable es
aceptar que nuestra razn se ha de enriquecer con la razn de otros,
con la consideracin y aceptacin de otros puntos de vista, otros fines,
otros objetivos, otras valoraciones.
Para desarrollar realmente nuestra capacidad intelectual es preciso
desarrollar nuestra capacidad de escucha. Debemos aspirar a ser
persuadidos por argumentos, no slo persuadir a los dems con
nuestros argumentos. Por eso, si tenemos muy claras nuestras razones,
pero tendemos a ver muy poco claras las razones de los dems, quiz
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
41
es porque hace tiempo que hemos limitado mucho nuestra capacidad
de aprender.
Quiz buena parte de la culpa de ese fenmeno es que est mal
visto aceptar que uno ha sido persuadido por las razones de otro.
Como si cambiar de opinin implicara usar poco la razn.
Efectivamente, el mundo est lleno de personas que se enorgullecen
de pensar lo mismo que pensaban hace veinte o treinta aos, y en
algunos casos eso puede ser una manifestacin de sensatez y fidelidad
a los propios principios, pero en otros muchos probablemente
demuestre que ni ahora ni entonces han pensado demasiado. Parecen
invulnerables a cualquier argumentacin, y eso no es algo de lo que se
deba presumir.
15. Las razones de los dems
Platn, para pensar y para explicarse mejor, imaginaba personajes
cuyas ideas eran opuestas a las suyas, tanto para plantear rplicas a sus
afirmaciones como para exigir que las expusiera de otra manera y as
las mejorara. Aristteles mantiene en gran parte ese sistema, aunque
de forma un poco menos teatral, y seala primero los obstculos a sus
afirmaciones suele decir: "hay aqu una dificultad", y luego sortea o rebate pacientemente esas objeciones. Toms de Aquino, en
cada artculo de la Summa, emplea la famosa frmula del sed contra est: busca primero lo que le resulta contrario, lo que se opone a la tesis que sostiene, y luego, despus de haber expuesto la solucin
segn el orden de las razones, vuelve a las objeciones que se haba
hecho, y las contesta. Tambin Descartes intercambia argumentos para
responder a las objeciones que le lanzan.
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
42
En todos los casos, se advierte un loable espritu de receptividad
hacia las razones de los dems. Y ese modo de alojar en la propia casa
al adversario, y de darle ocasin a que nos contradiga, ha sido siempre
una prueba de valenta y de coherencia de los grandes hombres. El
pensamiento que ha pasado a travs de la contradiccin es un
pensamiento ms maduro y contrastado. Por eso me preocupan tanto
esas personas que parecen estar tan poco dispuestas a considerar las
razones de los dems.
Entre otras cosas, porque quienes no admiten las razones de otros,
casi nunca se sienten culpables de nada, y eso es demoledor para
cualquiera. Suelen ser personas que casi siempre se consideran
vctimas. La culpabilidad es algo que slo aplican al otro. As es su
mente y, pase lo que pase, al final recalan en ese vicio de origen. Y
llega un momento en que ya no es cuestin de mala o buena voluntad,
sino una simple cuestin de ignorancia, de mucho tiempo de no
escuchar las razones ajenas, de demasiados aos de vivirlo todo
siempre desde la ptica enrarecida del egosmo.
Podra decirse que ese modo de ser depende mucho de la
educacin que cada uno ha recibido, y es verdad. Pero tambin es
cierto que nuestro carcter lo hacemos cada uno. Una prueba de ello es
que todos conocemos personas que han vivido en el mismo ambiente,
incluso en la misma familia, han sido bombardeados por los mismos
medios de comunicacin e influidos por las mismas rutinas y
costumbres del lugar donde viven, y, sin embargo, son personas muy
distintas. Muchos logran no caer en la trampa de eludir siempre las
razones y puntos de vista de los dems, esa trampa sutil que siempre
se nos ofrece, tentadora. Por qu? Sencillamente porque no han
querido cegarse, porque han ido descubriendo la verdad a fuerza de no
pensar siempre en s mismos.
Y ese esfuerzo se ve premiado en que son personas observadoras, a
las que interesa un amplio abanico de cuestiones y tienen sentido del
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
43
humor, sobre todo para rerse un poco de s mismos, no a costa de los
dems. No sienten necesidad de alardear de sus xitos o sus
cualidades. En su forma de hablar son francos, sencillos y asequibles.
A la hora de juzgar tienden con ms facilidad a sobrevalorar a los
dems que a sobrevalorarse a s mismos. Tambin tienen ms sentido
de la medida, y no abordan los problemas en clave de todo o nada, ni
dividen las cosas entre blanco y negro, ni el mundo entre buenos y
malos. Procuran discernir el fondo de las cuestiones, sin dejarse llevar
por impresiones precipitadas o conveniencias personales. Reciben con
mesura los elogios y agradecimientos, sin envanecerse, y tambin las
culpas por sus errores, que no les llevan a hundirse sino a sacar
experiencia y rectificar.
16. Las formas son importantes
Un Sultn so que haba perdido todos los dientes. Despus de
despertar, mand llamar a un sabio para que interpretase su sueo.
"Qu desgracia, mi Seor! dijo el sabio, cada diente cado representa la prdida de un pariente de Vuestra Majestad". "Qu
insolencia! grit el Sultn enfurecido Cmo te atreves a decirme semejante cosa? Fuera de aqu!". Llam a su guardia y orden que le
dieran cien latigazos.
A continuacin mand que le trajesen a otro sabio y volvi a
contarle lo que haba soado. Este, despus de escuchar con atencin
al Sultn, le dijo: "Mi Seor, gran felicidad os ha sido reservada, pues
el sueo significa que sobrevivirs a todos vuestros parientes". Se
ilumin el semblante del Sultn y orden que le dieran cien monedas
de oro.
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
44
Cuando este segundo sabio sala del palacio, uno de los cortesanos
le dijo admirado: "Es curioso! La interpretacin que habis hecho de
los sueos del Sultn es la misma que el primer sabio, pero a l le
pag con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro". "Recuerda,
amigo mo respondi el segundo sabio, que casi todo depende de la forma en el decir".
Esta vieja historia muestra cmo uno de los grandes desafos de la
humanidad es aprender a comunicarse. De la comunicacin depende,
muchas veces, la felicidad o la desgracia, la amistad o la enemistad, la
armona o el conflicto. Es cierto que debe decirse la verdad, pero la
falta de acierto en la forma de expresarla, o la falta de oportunidad en
el momento y circunstancias de decirla, provoca muchas veces
grandes problemas.
Es cierto que hay verdades que son duras de decir, o duras de
escuchar, y que quiz an as hay que decirlas, pero todos hemos de
aprender a hablar de manera que nuestras palabras no despierten la
defensividad del interlocutor, es decir, que quien las escucha no las
perciba como hostilidad o como provocacin. Hay muchas formas de
decir lo mismo, y normalmente no hay necesidad de hacer antiptica
la verdad. La verdad es como una joya, que puede lanzarse contra el
rostro de alguien, para herirle, o bien ser presentada y ofrecida de
modo afable, con la consideracin que merece.
La mayora de los que presumen de andar por la vida cantando las
verdades a todo el mundo, lo que quiz no dicen o no saben es que lo
que les mueve a hacerlo no es su amor a la verdad sino su afn de
impresionar a los dems, cosa que parece que les encanta. Quiz creen
que quedan muy bien, que quedan por encima, cuando la realidad es
que suelen hacer el ridculo, y sobre todo, no convencen a nadie. La
razn expresada con malos modos no persuade, sino que enfurece y
encona. Todos necesitamos de indulgencia, y como deca Menndez
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
45
y Pelayo el que no la otorga a los dems, difcilmente la encontrar luego para s mismo.
Sera interesante examinar con qu cuidado tratamos a cada uno, si
tenemos la suficiente consideracin con todos, si hablamos a todos y
de todos con respeto y aprecio, si actuamos con justicia y lealtad. Y
quiz con ms razn en su ausencia: de manera que si el interesado
estuviera presente, quedara agradecido por el modo en que se habla de
l.
17. Explicaderas y entendederas
Todos hemos observado cmo algunas personas poseen unas
cualidades que les hacen conectarms fcilmente con los dems. No
me refiero a los grandes lderes, o a esas personalidades geniales que
poseen un carcter tan singular que poco podemos aprender de ellos
las personas corrientes. Me refiero ms bien a esas personas que viven
a nuestro alrededor y tienen una buena capacidad de congeniar con los
dems, saben captar sus sentimientos y logran mantener una buena
relacin habitual con casi todo el mundo.
La capacidad que las personas tienen de entenderse guarda una
profunda relacin con la educacin afectiva, pues las personas no
expresamos verbalmente la mayora de nuestras ideas o sentimientos,
sino que emitimos continuos mensajes emocionales no verbales,
mediante gestos, expresiones de la cara o de las manos, el tono de voz,
la postura corporal, o incluso los silencios, tantas veces tan elocuentes.
Cada persona es un continuo emisor de mensajes afectivos del ms
diverso gnero (de aprecio, desagrado, cordialidad, hostilidad, etc.) y,
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
46
al tiempo, es tambin un continuo receptor de los mensajes que
irradian los dems.
Por esa razn, muchos de los problemas de comunicacin entre las
personas suelen tener su origen en una deficiente percepcin de los
mensajes emocionales que se reciben (podramos hablar de problemas
de entendederas) o en una deficiente emisin de los que se quieren
expresar (problemas de explicaderas).
Es verdad que tanto los problemas de entendederas como de
explicaderas pueden ser nuestros o de los dems (de hecho, lo ms
habitual en la prctica es que ambos problemas vayan unidos), pero
normalmente podemos actuar mucho ms sobre lo que est ms a
nuestro alcance, que son nuestros propios defectos.
Por ejemplo, como sugera Antonio Machado, cuando no
acertamos a ensear algo es porque quiz nosotros no lo sabemos bien
todava, y es probable que tengamos que aprender a comprenderlo y
expresarlo mejor.
Y si observamos que otras personas suelen ver determinado asunto
de modo distinto a como nosotros lo vemos, sera poco inteligente
desdear por sistema la posibilidad de que los dems tengan razn, o
al menos una parte de ella. Si tendemos de inmediato a considerar con
rotundidad que estn equivocados, y adems lo manifestamos de tal
manera que esas personas perciben que hay desagrado en nuestra
actitud, entonces lo ms probable es que levanten una barrera ante
nosotros y nos consideren como personas ante las que no deben
mostrar receptividad. Como es natural, no se trata de dudar
constantemente de nuestros principios o de nuestro modo personal de
ser, puesto que la inseguridad en ese sentido puede llegar a ser un
defecto ciertamente peligroso, pero s es preciso aprender a captar
mejor el pensamiento de los dems y expresar mejor el nuestro.
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
47
Hay toda una serie de actitudes esenciales para mejorar la
comunicacin con las personas. Es preciso, en primer lugar, partir de
una actitud de deseo de conocer los puntos de vista del otro y
enriquecerse con ellos. Eso supone estar abierto a ser influido y a
cambiar, lo cual es perfectamente compatible con tener convicciones
firmes y serias. Despus, es preciso concretar esas actitudes siempre
en comportamientos. Por ejemplo, escuchar mucho y con atencin;
hablar sin despertar defensividad en el otro; procurar partir de puntos
de acuerdo comn y avanzar progresivamente hacia las reas de
desacuerdo; etc.
Nuestro entendimiento vuelvo a citar a Antonio Machado tiene una escala gradual: primero, entender las cosas (o creer que las
entendemos); segundo, entenderlas bien; tercero, entenderlas mejor;
cuarto, entender que no hay manera de entenderlas mejor sin mejorar
nuestras entendederas.
18. Espontaneidad, hasta dnde?
"Mam, es que no lo entiendes. La gente joven dice lo que piensa,
sin hipocresas." As defenda una joven adolescente la escasa
educacin y diplomacia de una amiga suya a la que haba invitado a
pasar unos das con ellos durante las vacaciones.
Sin duda, la espontaneidad es un valor emergente en la sociedad de
nuestros das. Ser espontneo y natural es algo que hoy afortunadamente se valora mucho. Hay una gran pasin por todo lo
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
48
que significa apertura y claridad. Un elogio constante de las conductas
que revelan autenticidad. La gente joven tributa un apasionado culto a
la sinceridad de vida, quiz como respuesta al rechazo producido por
algunos resabios de corte victoriano que ha llegado a detectar en la
anterior generacin.
Todo eso, no cabe duda, esconde un avance innegablemente
positivo. Y en el mbito de la educacin, se trata de una conquista de
la sensibilidad contempornea que ha supuesto aportaciones
especialmente valiosas. Moverse en un clima de confianza se
considera hoy un principio educativo fundamental, decisivo tambin
para la formacin del propio carcter.
Sin embargo, las razones que daba esa chica demuestran la
necesidad de un sensato equilibrio en todo lo relacionado con la
espontaneidad. Parece evidente que es preciso encontrar un equilibrio
entre la hipocresa y lo que podramos llamar exceso de
espontaneidad. Porque parece posible lograr ser corts sin caer en la
hipocresa o la adulacin, ser sincero sin recurrir a la tosquedad, y fiel
a los propios principios sin necesidad de ofender a los dems.
Decir la verdad que no resulta conveniente revelar, o a quien no se
debe, o en momento inadecuado, es fundamentalmente una carencia de sensatez. Parece claro que conviene siempre aadir
sensatez a la sinceridad, y as nos ahorraremos como dice H. Cavanna la idiotez sincera, que no por sincera deja de ser idiota.
Echar fuera lo primero que a uno se le pasa por la cabeza sin
apenas pensarlo, o dejar escapar los impulsos y sentimientos ms
primarios indiscriminadamente, no puede considerarse un acto
virtuoso de sinceridad. La sinceridad no es un simple desenfreno
verbal. Hay que decir lo que se piensa, pero se debe pensar lo que se
dice.
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
49
El que se encuentra a un amigo que acaba de perder a su padre y le
dice que no lo siente lo ms mnimo porque su padre era antiptico e
insoportable, no es sincero, aunque lo sintiera realmente, sino un
autntico salvaje.
Como seala Juan Bautista Torell, bajo la excusa de esa falsa
sinceridad, se esconden a menudo arrogancia, grosera, tendencia
malsana a la provocacin, inclinaciones exhibicionistas o gusto por
zaherir a los dems. Quienes as actan son figuras tristes de hombres
o mujeres sin frenos, que se dejan llevar por sus impulsos ms
arcaicos y distan mucho de alcanzar un mnimo de madurez en su
carcter.
El equilibrio del carcter y la personalidad exige una cuidadosa
compensacin entre un extremo y otro. Y as como hace treinta aos
poda ser mayor el peligro del envaramiento y la desconfianza, quiz
ahora sea ms bien el de la excesiva desinhibicin o desenfado. Se
comprueba que la exaltacin de la espontaneidad y la devaluacin de
la seriedad producen frutos ambivalentes. Pretenden fortalecer la
personalidad, y en gran parte lo logran, pero tambin traen el riesgo de
producir personas con una espontaneidad aleatoria, gracias a la cual
son lo que les da la gana, lo que se les ocurre. Pero las ocurrencias
siempre son imprevisibles.
19. Tener conversacin
Haba otras causas de esa soledad escribe Dorothy Parker que se remontaban muy atrs, a cuando eran novios. Ella trat de
recordar de qu hablaban antes de casarse, cuando estaban prometidos,
y le pareci que nunca haban tenido gran cosa que decirse. Pero
Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR
50
antes, eso no le preocupaba, e incluso experimentaba la satisfaccin de
que su noviazgo iba bien, pues siempre haba odo decir que el
verdadero amor no se expresa con palabras. Adems, en aquel
entonces los besos y tonteos les tenan siempre ocupados. Pero result
que el verdadero matrimonio pareca ser igualmente silencioso, y al
cabo de siete aos de vida en comn no es posible confiar en los besos
y en todo lo dems para llenar los das y las noches.
Antonio Vzquez ha escrito que el matrimonio es, entre otras
cosas, cincuenta aos de conversacin. Que es preciso cultivar el
deseo de conocer y conocerse, de intercambiar impresiones, de
comunicarse. Por eso, quienes desde el noviazgo centran sus
aspiraciones en el atractivo fsico, o en el sexo, y construyen sobre eso
una relacin sin mucho ms cimiento, bien pronto se encuentran con
el aburrimiento y la soledad.
En absoluto quiero con todo esto proponer un rechazo puritano al
cu
Top Related