ELIMINACIÓN
DE UNA CONDUCTA
INAPROPIADA
MEDIANTE
CASTIGO
EL PRINCIPIO DEL CASTIGO
Un castigo es un suceso que presentado inmediatamente después de
una conducta hace que se reduzca la frecuencia de la misma.
Los castigos también se denominan estímulos aversivos.
Una vez que se determina que un suceso actúa como castigo para una
conducta concreta de una persona en una situación específica,
podemos usar este mismo suceso para reducir la frecuencia de otras
conductas de la misma persona en otras situaciones.
Asociado a este concepto está el principio del castigo: si en una
situación determinada, una persona hace algo que es inmediatamente
seguido de un estímulo punitivo, es menos probable que la persona
repita la misma acción cuando se encuentre en una situación
parecida.
Término «castigo» en el ámbito
conductual El significado del término «castigo» es específico y distinto al que pueda tener en
otros contextos, como por ejemplo, en alguien que ingresa en prisión como castigo por haber cometido algún delito.
En primer lugar, es poco probable que el ingreso en prisión sea una consecuencia inmediata de la comisión del delito.
En segundo lugar, hay quienes defienden que un «castigo» ha de conllevar reciprocidad, es decir, ha de ajustarse a la gravedad del delito, de manera que los delitos más graves merezcan penas más severas.
En tercer lugar, un efecto que la cultura espera del «castigo» es que sirva como disuasor para los posibles delincuentes.
Sin embargo, para los modificadores de conducta, «castigo» no es más que un término técnico que se refiere a la aplicación de una consecuencia inmediatamente después de que una persona emita una conducta, lo cual tiene como efecto la reducción de la probabilidad de la aparición futura de esa conducta en esa persona. Cuando empleamos el término castigo en este capítulo y a lo largo del libro, por tanto, siempre lo hacemos con este último significado.
Al igual que el refuerzo positivo, el castigo afecta a nuestro aprendizaje a lo largo de la vida: las consecuencias inmediatas de tocar una estufa caliente nos enseñan a no repetir la acción; es probable que en la infancia, los chichones de las caídas nos ayudaran a adquirir el equilibrio necesario mientras aprendíamos a caminar; y el ceño fruncido de nuestra pareja cuando eructamos en un restaurante extinguió este comportamiento en citas posteriores.
Todos hemos visto nuestra conducta afectada cuando los profesores nos han castigado o retirado determinados privilegios o tras sufrir diversos «desplantes» sociales de nuestros compañeros.
CASTIGO:
Se penaliza la conducta NO deseada, castigando o bien "premiando" con un estímulo aversivo o no gustable
EJEMPLOS:
Si NO terminas la tarea temprano, te quedas encerrado toda la tarde.
Si paga el préstamo después del 9 de marzo, se incrementará un 3% la taza de interés
VARIANTE:"CASTIGO NEGATIVO"
Se recompensa la conducta, premiando con retirarle un estímulo deseable. EJEMPLO:
Si NO terminas la tarea temprano, no podrás salir a jugar afuera
Si NO logras vender un carro este mes, te tendremos que despedir (no tendrás trabajo)
Para efectos de la cátedra el castigo no lo vamos a subdividir, porque esta técnica invariablemente utiliza una de las dos formas, -generando estímulos aversivos, o quitando deseables-, y no tiene mucho sentido distinguirlos. Además, hablar de "castigo" y "castigo negativo" genera mucha confusión, porque el castigo en sé es un estímulo negativo.
En muchos casos también es difícil distinguir si se está presentando un estímulo aversivo o retirando uno agradable puesto que automáticamente al retirar un estímulo agradable, es en sí un estímulo aversivo. (Por ejemplo puedo castigar con, que "te quedas en casa" lo que significa que no puedes salir afuera, como también podría plantear que "no puedes salir a jugar afuera" lo que quiere decir que te quedas en casa. Y aunque uno no sería "castigo negativo" y el otro sólo "castigo", básicamente son el mismo estímulo y lo que cambia es el planteamiento de cómo se presenta este estímulo aversivo).
Tipos de castigos: consecuencia de la conducta, encajan en nuestra definición previa de estímulo
punitivo y pueden clasificarse conforme a las siguientes categorías
1. Que Producen dolor*: Provocan sensaciones de
malestar físico. (*dolor o desagrado)
2. Reprimendas: Verbalizaciones negativas.
3. Tiempo fuera: Exclusivo, cuando es aislado y no
exclusivo, cuando es ignorado en el mismo ambiente
4. Coste de la respuesta: Retirar los reforzadores
inmediatamente después de la mala conducta.
Existe solapamiento entre las categorías, clasificación sencilla de organizar los
procedimientos de castigo.
1. Castigos que producen dolor (o
desagrado)
Suelen ser castigos físicos e incluyen todo tipo de estímulo punitivo que active los
receptores del dolor u otros receptores sensoriales que habitualmente provocan
sensaciones de malestar.
Algunos ejemplos de esta categoría son bofetadas, pellizcos, descargas eléctricas,
inhalaciones de amoniaco, baños de agua fría, sonidos muy altos o muy agudos,
cosquillas prolongadas y tirones de pelo.
Se denominan castigos incondicionados porque resultan punitivos sin que se haya
producido ningún aprendizaje ni condicionamiento previo.
La aplicación del castigo no es agradable y sin embargo, hay casos en que las
personas mejoran enormemente con este procedimiento.
Un ejemplo muy llamativo es el procedimiento que salvó la vida de Sandra cuando tenía seis meses (Sajwaj, Libet & Agras, 1974).
Sandra ingresó en el hospital porque no lograba ganar peso, lo cual estaba asociado a que regurgitaba el alimento continuamente. Evidenciaba falta de peso y desnutrición hasta el punto de que su vida corría peligro. Las observaciones preliminares indicaron que, minutos después de beber la leche, la niña comenzaba a regurgitar y seguía haciéndolo entre veinte y 40 minutos, hasta que aparentemente vomitaba toda la leche que había bebido.
Sajwaj y sus colegas decidieron administrarle zumo de limón como castigo. Durante el tratamiento, en cuanto los profesionales detectaban los movimientos de lengua enérgicos que precedían sistemáticamente a los vómitos, le llenaban la boca con zumo de limón. Tras la administración de dieciséis dosis punitivas de zumo, la regurgitación disminuyó hasta un nivel muy bajo. Para asegurarse de que la mejora se debía al programa, el equipo de Sajwaj suspendió el zumo de limón en dos tomas, con el resultado de un aumento evidente de la regurgitación…
Tras un periodo de intervención adicional, con las dosis iniciales Sara recibió el alta y la custodia de una familia adoptiva, que mantuvo el tratamiento hasta que ya no fue necesario para su correcta alimentación.
2. Reprimendas (regaños)
Las reprimendas son verbalizaciones negativas (por ejemplo, «¡No, eso no se
hace») inmediatamente contingentes con la conducta inadecuada, que suelen
acompañarse de miradas fijas y a veces de un apretón en el brazo. En el
Capítulo 4 comentamos que un estímulo asociado a un castigo se convierte
también en un castigo y entonces se denomina castigo condicionado.
Es probable que el componente verbal de la reprimenda sea un castigo
condicionado, en tanto que el apretón de brazo sea un castigo
incondicionado.
En algunos casos, la eficacia de las reprimendas aumenta si se emparejan con
otros castigos y así, Dorsey, lwata, Ong y McSween (1980) las acompañaban de
un pulverizador de agua para suprimir los comportamientos auto-lesivos en
personas con retraso cognitivo; lo cual logró que las reprimendas no sólo
fueran eficaces en el contexto original, sino también en situaciones en que no
habían utilizado el pulverizador.
3. Tiempo fuera: Existen dos tipos de procedimiento de tiempo fuera: exclusivo y no exclusivo.
Un tiempo fuera exclusivo consiste en apartar a la persona durante un periodo de tiempo breve, por ejemplo, cinco minutos, de la situación en que se está produciendo el refuerzo. A menudo, se dispone de una habitación especial al efecto, que se denomina sala de tiempo fuera, y que carece de cualquier objeto que pudiera servir como reforzador, además de estar frecuentemente acolchada para minimizar comportamientos auto-lesivos. El tiempo de permanencia en la sala no debe ser prolongado, y son varios los estudios que señalan que cinco minutos es un periodo adecuado.
Por supuesto, al calibrar la duración de este castigo, hay que considerar aspectos éticos (¿El fin justifica los medios?) y pragmáticos, ya que en el caso de los escolares, se les mantiene alejados del ambiente de aprendizaje.
El tiempo fuera no exclusivo consiste en introducir en la situación un estímulo que está asociado a un refuerzo menor.
Un ejemplo pertinente es el procedimiento en que los alumnos de una clase llevaban un cinturón, del que se les privada durante un rato si no se portaban bien. Mientras no llevaban el cinturón, no podían participar en las actividades del aula y eran ignorados por el profesor.
4.Coste de la respuesta
El procedimiento de coste de la respuesta implica la retirada de una cantidad pre- determinada de reforzador inmediatamente después de que se haya producido un comportamiento específico.
Este tipo de castigo se emplea a veces en los programas de modificación de conducta en que los participantes obtienen fichas como reforzadores (Kazdin, 1977a). Por ejemplo, Sullivan y O’Leary (1990) mostraron que en un entorno escolar, la pérdida de fichas (cada una de las cuales podía cambiarse por un minuto de recreo) tenía éxito a la hora de reducir comportamientos ajenos a la tarea.
Observará que a diferencia de lo que ocurría en el tiempo fuera, en el coste de respuesta no se modifican las contingencias de administración del refuerzo. No hay que confundir este procedimiento con la extinción, en que se deja de administrar el refuerzo inmediatamente después de una respuesta que era previamente reforzada; en tanto que aquí, la respuesta tiene un coste porque se retira un reforzador después de que se produce una respuesta inaceptable.
Algunos ejemplos cotidianos de coste de la respuesta son las penalizaciones de la biblioteca, las multas de tráfico y las comisiones de los bancos por mantener la cuenta en descubierto, aunque estos castigos no suelen aplicarse inmediatamente después de la conducta inapropiada.
FACTORES QUE INFLUYEN EN LA
EFICACIA EL CASTIGO
1. Elegir una respuesta. El castigo es más eficaz cuando se elige una
conducta específica y no general.
2. Optimizar las condiciones para conseguir una respuesta alternativa
deseable. Antes de castigar, se probará con refuerzo positivo.
a. Elegir un comportamiento alternativo deseable que se pueda
reforzar y que compita con el comportamiento a castigar. Siempre que
sea posible, hay que elegir una conducta que se mantenga en el
entorno cuando termine el programa de refuerzo.
b. Presentar señales que inciten claramente a aumentar la frecuencia
con que ocurre la conducta deseable.
c. Reforzar el comportamiento deseable mediante reforzadores
potentes aplicados mediante un programa adecuado.
3. Minimizar las causas de la respuesta que se quiere castigar
a. Intentar identificar y eliminar todos los estímulos de la conducta
inapropiada, sobre todo durante las primeras fases de la intervención.
b. Intentar eliminar cualquier refuerzo potencial de la conducta no deseada.
4. La elección de un castigo eficaz
a. Elegir un castigo que pueda aplicarse inmediatamente después de la
aparición de la conducta inadecuada.
b. Quien imparte el castigo ha de ser alguien que de ninguna manera se
empareje con el reforzamiento positivo de la conducta inapropiada.
5. Presentar estímulos discriminativos punitivos claros
a. Explicar a los aprendices el programa antes de comenzar.
b. Dar señales de «aviso» o «recordatorios, antes de que ocurra la conducta.
6. Administrar el castigo
a. Administrar el castigo inmediatamente después de todos los casos en que
aparezca la respuesta a eliminar, pues si se espera mucho, podría aparecer una
conducta aceptable y podría ser ésta la que estamos castigando.
b. administrar el castigo de manera tranquila y desapasionada
c. tener la precaución de no emparejar el castigo de la conducta no deseable con
el refuerzo de la misma
7. Registrar los datos. En todos los programas de intervención con castigo, hay que
llevar a cabo un registro minucioso de datos para estimar los efectos del mismo, pues
se podría conseguir efectos adversos como: comportamientos agresivos, emocionales,
de escape y evitación, negación a un cambio, imitar el castigo.
8. El castigo siempre será el último recurso. Sólo debe aplicarse junto al refuerzo
positivo de una conducta deseable.
Desaparecer conductas
indeseables por medio
de Extinción (resumen)
Extinción:
La conducta NO se premia Ni se castiga, sencillamente no hay estímulo
y el resultado de esto es que la conducta tiende a desaparecer
EJEMPLOS:
Entro a la Universidad, saludo a una persona y no me saluda, tras varias ocasiones en que no me saluda, opto por ya no saludarla o evitarla.
Un niño llora y nadie le pone atención, tras untiempo de seguir la conducta, si nadie le pone atención, dejará de hacerlo.
Problemas con la extinción:
Muchas veces por no generar un refuerzo positivo, hacemos que la conducta (que podria calificarse de deseable) desaparezca, como en el caso de saludar. No saludo no me contestan y luego me ignoran
Muchas veces podemos premiar, por cansancio, una conducta que queremos que sea extinguida, como el caso de los padres que se cansan del niño llorón y lo premian con algo para que deje el berrinche. Esto genera que el niño refuerce la conducta porque entiende que finalmente y a las cansadas ¡…si funciona!
Ahora costará mas extinguir esa conducta pues sabe que en determinado momento los padres se rinden y tendrán berrinches más prolongados que afrontar. (Por supuesto que esto debe ser comprobado que se trata de un berrinche y los padres o el psicólogo lo identifiquen como tal, en ningún momento se trata de desatender a un niño. Solo es a forma de ejemplo generalizado).
Condicionamiento de
Escape
y Evitación
“¡Jason, eso es malo para tu salud!”
Corregir la mala postura de Jason.
Jason era un empleado modelo. Un asistente del Anna State Hospital, muy trabajador,
puntual y apreciado por los pacientes. Desafortunadamente, Jason solía encorvarse.
A primera vista, encorvarse no tendría por qué ser un problema serio. Pero que el
personal del hospital camine encorvado no es un buen modelo para los pacientes
psiquiátricos. Una mala postura suele repercutir en la aceptabilidad social cuando
vuelven a para integrarse en la comunidad. Además, muchas autoridades médicas
creen que una buena postura mejora la salud.
Por suerte para Jason, algunos psicólogos del hospital estaban llevando a cabo una
investigación sobre ingeniería conductual, es decir, el uso de aparatos para manejar
contingencias con el fin de modificar la conducta. Jason aceptó llevar una espaldera
especialmente diseñada con un cordón elástico conectado a un pequeño generador de
tonos y un interruptor. Cuando Jason llevaba camisa y chaqueta, el arnés no se
traslucía y nadie lo notaba.
Así es como funcionaba el aparato: cuando Jason se encorvaba, el cordón elástico tiraba y sonaba un clic. Tres segundos después sonaba un tono agudo y se mantenía hasta que Jason se erguía. Por tanto, recuperando una buena postura después del tono, Jason escapaba del sonido. Y si continuaba manteniendo la postura adecuada, lo evitaba. Los resultados fueron llamativos: antes de llevar el aparato, Jason estaba encorvado casi el 60% del tiempo, pero mientras llevaba el arnés sólo estaba encorvado un 1% del tiempo. Cuando se quitó el aparato, volvió a recuperar en parte su mala postura (un 11% aproximadamente), pero la demostración clara de los efectos del aparato le dieron esperanzas para corregir su mal hábito postural.
1. Condicionamiento de escape
Requiere un Estímulo aversivo
El principio de condicionamiento de escape establece que
hay ciertos estímulos (los aversivos) que, al eliminarse inmediatamente después de que ocurra una respuesta (enderezarse), incrementaran la probabilidad de respuesta.
Utilización de estimulo aversivo o punitivo y diferencia con el “castigo”
- el suceso aversivo se elimina inmediatamente después de una respuesta, mientras que en el castigo, el estimulo aversivo se presenta inmediatamente después de una respuesta.
Tiene la desventaja que el estimulo aversivo debe estar presente para que ocurra la respuesta deseada.
Ejemplos de condicionamiento de escape
Situación aversiva Respuesta de escape
de la persona
Eliminación de
la situación
aversiva
Efectos a largo plazo
Un niño ve a un adulto con
una bolsa de caramelos. El
niño empieza a gritar
«caramelos, caramelos!»
Para acabar con los
gritos, el adulto da al
niño un caramelo
El niño deja de
gritar
Es más probable que el adulto
ceda a los gritos del niño debido al
condicionamiento de escape que
el adulto implementa. (Este a su
vez para el niño es un refuerzo
positivo)
The nanny Berrinche
frente a juguetería pues
siempre se le compra
juguete
a. Comprarle juguete
b. Cambiar ruta
c. Reglas, no siempre
se te comprara
juguete
Termina
berrinche
Niño sabe que pasar frente a
jugueteria mas berrinche es
premio.
Una corredora experimenta
la sensación de labios
irritados mientras corre en
un día ventoso.
La corredora se pone
cacao en los labios.
La sensación de
irritación
desaparece.
Es más probable que la corredora
vuelva a ponerse cacao en los
labios para aliviar la irritación.
2. Condicionamiento de evitación Estímulo de advertencia o estímulo aversivo condicionado
La frecuencia de una conducta aumentará si previene la ocurrencia de un estímulo aversivo.
Este condicionamiento de evitación, que incluye una señal de advertencia, que permite a la
persona prepararse para el estímulo aversivo inmediato, se conoce como condicionamiento de
evitación discriminada.
Situación
Estímulo
de
advertenci
a
Respuesta de
evitación
Consecuencias
inmediatas
Consecuencias
aversivas evitadas
Nanny Jugueteria tiempo
fuera
Un niño que juega en el patio
de su casa ve al perro de los
vecinos, que ya le había
asustado antes con sus
ladridos
El niño
siente
ansiedad
El niño decide
que es mejor
entrar en la casa
El niño está
menos asustado
El niño evita oír los
fuertes ladridos del
perro de cerca.
Posibles obstáculos en el
condicionamiento de evitación Las personas aplican por desconocimiento condicionamiento de escape y de
evitación. El resultado son conductas que no son agradables y que se fortalecen.
Muchos padres y madres de los niños etiquetados como antisociales solían fortalecer
las conductas agresivas de sus hijos desistiendo o rindiéndose cuando la conducta
agresiva tenía lugar. “Seré buena, no volveré a hacerlo” para escapar o evitar el
castigo por alguna infracción de las normas domésticas.
Otro ejemplo se observa en los reclusos que aprenden a responder con frases
correctas para conseguir libertad condicional. Ha cambiado su conducta verbal pero
no su conducta antisocial.
Un segundo riesgo del escape y la evitación es el condicionamiento fortuito de
estímulos como si fueran aversivos, a los que una persona responderá
posteriormente huyendo o evitándolos.
Otro riesgo del condicionamiento de escape es que en muchas situaciones mantiene
conductas inadecuadas de los profesores y de otros cuidadores. (adulto con una bolsa
de dulces, niño gritando que quiere un dulce).
Normas para la aplicación efectiva del
condicionamiento de escape y de evitación
1. Si es posible elegir entre mantener una conducta mediante procedimientos de escape o de evitación, es preferible la segunda opción por dos razones. Primero, en el condicionamiento de escape el estímulo aversivo de apoyo debe estar presente antes de la respuesta objetivo, mientras que en el condicionamiento de evitación, el estímulo aversivo de apoyo sólo se aplica cuando la respuesta final no ocurre.
2. La conducta objetivo debería establecerse mediante condicionamiento de escape antes de incluirla en un procedimiento de evitación.
3. Durante el condicionamiento de evitación, conviene que un estímulo de advertencia señale la aparición inminente del estímulo aversivo. (Infracción).
4. El condicionamiento de escape y de evitación, como el castigo, han de usarse con cautela porque implican estímulos aversivos que conllevan efectos secundarios nocivos como agresión, miedo y tendencia a evitar o a escapar de cualquier persona o circunstancia asociada con el procedimiento.
5. Es aconsejable emplear conjuntamente el reforzamiento positivo del objetivo con el condicionamiento de escape y de evitación, no sólo porque ayudará a fortalecer la conducta deseada, sino porque tenderá a contrarrestar los efectos secundarios disfuncionales.
6. Como en todos los procedimientos descritos en este texto, la persona afectada debiera conocer, para su mejor comprensión, algo acerca de las contingencias que están funcionando. Al mismo tiempo no son necesarias las instrucciones para que el condicionamiento de escape y de evitación funcionen.
Bibliografía:
Martin, Garry; Pear, Joseph (Univ. de Manitoba)
Modificación de conducta. Qué es y cómo aplicarla
Pearson Prentice Hall
Octava edicion
Traducción al español: Vivas Fernández, Laura; Suengas Goenechea, Aurora, Facultad de Psicología Universidad Complutense de Madrid
Litográfica Ingramex, S.A. de C.V. México D.F.
455p.p.
ISBN 978 84832 2380-2
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