1. Historia de la DermatologaLatinoamericana bajo la direccin
de Ricardo Galimberti Adrin Martn Pierini Andrea Bettina
Cervini
2. HISTORIA DE LA DERMATOLOGALATINOAMERICANA
3. Historia de la Dermatologa Latinoamericana, bajo la direccin
de Ricardo Galimberti, Adrin Martn Pierini y Andrea Bettina
Cervini.Este libro ha sido realizado por iniciativa del Comit
Organizador del XXI Congreso Mundial de Dermatologa, Buenos Aires,
2007.Redactado por 73 autores que representan a la comunidad
dermatolgica de Amrica Latina, constituye el regalo oficial del XXI
Congreso Mundial de Dermatologa, realizado en Buenos Aires del 1 al
5 de octubre de 2007. La Historia de la Dermatologa Latinoamericana
se publica gracias a un fondo educativo irrestricto de Laboratorios
Pierre Fabre Dermo-Cosmtique.Coordinacin editorial: Andrea Bettina
CerviniRevisin de contenidos: Andrea Bettina Cervini, Amelia
Laterza y Adrin Martn PieriniEdicin tcnica: Margarita PieriniDiseo
de interiores: Petits Papiers, en Toulouse (Francia)Composicin
tipogrfica, armado y correccin: Rafael CentenoDiseo de portada:
Mariana Nemitz 2007, ditions Privat 10, rue des Arts BP 38028 31080
Toulouse Cedex 6ISBN: 978-2-7089-5864-7Depsito legal: abril 2007En
tapa: Estatuillas prehispnicas con lesiones de la piel
4. Bajo la direccin de RICARDO GALIMBERTI , ADRIN MARTN PIERINI
, ANDREA BETTINA CERVINI HISTORIA DE LA DERMATOLOGALATINOAMERICANA
LABORATOIRES PIERRE FABRE
5. AUTORES DEL LIBRO HISTORIA DE LA DERMATOLOGA LATINOAMERICANA
QUE ASISTIERON AL CCTEL REALIZADO EL DA 17 DE NOVIEMBRE DE 2005EN
CARTAGENA, COLOMBIA, EN EL MARCO DEL XIV CONGRESO
IBERO-LATINOAMERICANO DE DERMATOLOGA (CILAD)Alfredo Abreu Daniel
(Cuba); Gilberto Adame Miranda (Mxico); Danielle Alencar-Ponte
(Colombia); Claudio Arias Argudo (Ecuador);Ma. Isabel Arias Gmez
(Mxico); Eduardo Baos (El Salvador); Antonio Barrera Arenales
(Colombia); Zuo Burstein Alva (Per); AndreaBettina Cervini
(Argentina); Mauricio Coello Uriguen (Ecuador); Paulo R. Cunha
(Brasil); Luis Flores-Cevallos (Per); Elbio Flores-Cevallos (Per);
Ricardo Galimberti (Argentina); Pedro Garca Zubillaga (Argentina);
Jaime Gil Jaramillo (Colombia); Flavio GmezVargas (Colombia); Rubn
Guarda Tatn (Chile); Enrique Hernndez Prez (El Salvador); Alfredo
Lander Marcano (Venezuela); FranklinMadero Izaguirre (Ecuador);
Fernando Magill (Per); Graciela Manzur (Argentina); Aldo Edgar
Martnez Campos (Nicaragua); Jos A.Mssimo (Argentina); Jairo Mesa
Cock (Colombia); Martha Minio (Repblica Dominicana); Isaac Neira
Cuadra (Nicaragua); LenNeumann Scheffer (Mxico); Yolanda Ortiz
(Mxico); Adrin Martn Pierini (Argentina); Jaime Piquero Martn
(Venezuela); LeanaQuintanilla (El Salvador); Roberto Rampoldi
(Uruguay); Antonio Rondn Lugo (Venezuela); Amado Sal (Mxico);
Eduardo Silva-Lizama(Guatemala); Csar Ivn Varela Hernndez
(Colombia); Mirta Vzquez (Argentina); Alberto Woscoff
(Argentina)
6. LISTA DE AUTORESABREU DANIEL, ALFREDO (Cuba). Profesor
Consultante. Presidente de la Sociedad Cubana de Dermatologa. Jefe
del Grupo Nacional de Dermatologa del Ministerio de Salud Pblica de
Cuba.ADAME MIRANDA, GILBERTO (Mxico). Dermatlogo. Prctica Privada.
Presidente de la Academia Mexicana de Dermatologa
(2006-2007).ALENCAR-PONTE, DANIELLE (Colombia). Especialista en
Dermatologa y Clnica Mdica. Diplomada en Programacin
Neurolingstica. Dermatloga. Servicio Mdico de la Universidad del
Valle.ALMODVAR, PABLO I. (Puerto Rico). Catedrtico Asociado;
Departamento de Dermatologa de la Escuela de Medicina, Universidad
de Puerto Rico.AMOR GARCA, FRANCISCO (Uruguay). Jefe del Servicio
de Dermatologa. Ministerio de Salud Pblica. Montevideo.ARENAS,
ROBERTO (Mxico). Presidente del Colegio Ibero-Latinoamericano de
Dermatologa (2003-2007).ARIAS ARGUDO, CLAUDIO (Ecuador). Presidente
de la Academia Ecuatoriana de Medicina. Ex Profesor de las Ctedras
de Medicina Interna y Dermatologa de la Universidad de Cuenca y de
la Universidad Catlica.ARIAS GMEZ, MA. ISABEL (Mxico). Dermatloga.
Prctica Privada.BAOS, JULIO EDUARDO (El Salvador). Presidente de la
Asociacin Dermatolgica de El Salvador.BARRERA ARENALES, ANTONIO
(Colombia). Presidente de la Asociacin Colombiana de Dermatologa y
Ciruga Dermatolgica. Ex Presidente de la Asociacin Colombiana de
Dermatologa Peditrica. Ex Presidente de la Asociacin Colombiana de
Dermatopatologa.BORES, AMALIA M. (Argentina). Mdica Dermatloga.
Docente Pedaggica en Ciencias de la Salud y Carrera Docente.
Orientacin Dermatologa e Historia de la Medicina.BORES, INS A.
(Argentina). Mdica Dermatloga. Docente Pedaggica en Ciencias de la
Salud y Carrera Docente; Orientacin Dermatologa e Historia de la
Medicina.BURSTEIN, ZUO (Per). Profesor Emrito de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos (Dermatologa y Medicina Tropical).
Acadmico de Nmero de la Academia Nacional de Medicina, Per.
Investigador Permanente del Instituto de Medicina Tropical Daniel
A. Carrin, UNMSM (Dermatologa Sanitaria).CCERES, HCTOR (Per). Mdico
Dermatlogo Pediatra. Instituto de Salud del Nio, Lima. Profesor de
Dermatologa. Universidad Peruana Cayetano Heredia. Presidente de la
Sociedad Latinoamericana de Dermatologa Peditrica.CAMPOS MACAS,
PABLO (Mxico). Departamento de Dermatologa, Hospital Aranda de la
Parra, Len, Gto. Facultad de Medicina, Universidad de
Guanajuato.CRDENAS UZQUIANO, FERNANDO (Bolivia) (). Profesor
Emrito, Universidad Mayor de San Andrs. 7
7. LISTA DE AUTORES CERVINI, ANDREA BETTINA (Argentina). Mdica
Dermatloga. Mdica Asistente del Servicio de Dermatologa del
Hospital de Pediatra Prof. Dr. Juan P. Garrahan, Buenos Aires.
Docente adscripta orientacin Dermatologa de la Universidad de
Buenos Aires. COELLO URIGUEN, MAURICIO (Ecuador). Mdico Dermatlogo.
Sociedad Ecuatoriana de Dermatologa Ncleo del Azuay. CORREA, JULIO
(Paraguay). Mdico Dermatlogo. Miembro activo de la Sociedad
Paraguaya de Dermatologa. CUNHA, PAULO R. (Brasil). Profesor
Autnomo de la Facultad de Medicina de la Universidad de So Paulo.
Profesor Titular de Dermatologa de la Facultad de Medicina de
Jundia. Posdoctorado en The New York University. DE LEN G.,
SUZZETTE (Guatemala). Jefe de la Unidad de Docencia Instituto de
Dermatologa y Ciruga de Piel. DAZ ALMEIDA, JOS G. (Cuba). Profesor
de Mrito. Doctor en Ciencias Mdicas. Jefe de la Ctedra de
Dermatologa de la Facultad de Ciencias Mdicas General Calixto
Garca. DIEZ DE MEDINA, JUAN CARLOS (Bolivia). Jefe de enseanza e
investigacin de la Fundacin Piel, Bolivia. FAIZAL GEAGEA, MICHEL
(Colombia). Coordinador, Unidad de Dermatologa, Universidad
Nacional de Colombia. Profesor Asociado, Unidad de Dermatologa,
Universidad Nacional de Colombia. Director del Departamento de
Medicina Interna de la Universidad Nacional de Colombia. FALABELLA,
RAFAEL (Colombia). Profesor Emrito. Jefe del Servicio de
Dermatologa, Universidad del Valle, Cali. FLORES-CEVALLOS, ELBIO
(Per). Profesor de Ciruga Humana de Cabeza y Cuello, Facultad de
Medicina de San Fernando, Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
Lima. Fundador y Ex Jefe del Servicio Docente y Asistencial de
Ciruga de Cabeza y Cuello del Hospital General Nacional Dos de
Mayo, Lima. FLORES-CEVALLOS, LUIS (Per). Profesor de Dermatologa,
Facultad de Medicina de San Fernando, Universidad Nacional Mayor de
San Marcos, Lima. Fundador del Servicio Asistencial y Docente de
Dermatologa del Hospital Edgardo Rebagliati Martins y Ex Director.
GALIMBERTI, RICARDO (Argentina). Jefe del Servicio de Dermatologa
del Hospital Italiano de Buenos Aires. Profesor Regular Adjunto de
la Universidad Nacional de Buenos Aires. Profesor Adjunto de la
Escuela de Medicina del Hospital Italiano de Buenos Aires. GARCA
ZUBILLAGA, PEDRO (Argentina). Pediatra-Dermatlogo Universitario.
Docente Adscripto a Dermatologa, Facultad de Medicina UBA.
Dermatlogo Pediatra del Hospital de Nios Ricardo Gutirrez. GIL
JARAMILLO, JAIME (Colombia). Profesor del Servicio de Dermatologa,
Universidad Libre de Cali. Dermatlogo. Instituto de Seguros
Sociales de Cali. GMEZ VARGAS, FLAVIO (Colombia). Ex Presidente de
la Asociacin Colombiana de Dermatologa y Ciruga Dermatolgica. Ex
Profesor Titular, Servicio de Dermatologa, Universidad de
Antioquia. GONZLEZ ROJAS, Carlos Horacio (Colombia). Ex Presidente
de la Asociacin Colombiana de Dermatologa y Ciruga Dermatolgica. Ex
Presidente de la Asociacin Colombiana de Dermatologa Peditrica. Ex
Presidente del Colegio Iberoamericano de Criociruga. GREENBERG
CORDERO, PETER A. (Guatemala). Director Mdico del Instituto de
Dermatologa y Ciruga de Piel. Miembro de la Academia Guatemalteca
de Dermatologa. GUARDA TATN, RUBN (Chile). Ex-Presidente de la
Sociedad Chilena de Dermatologa y Venereologa (1986-1990).
Ex-Profesor Asociado de Dermatologa de la Facultad de Medicina de
la Universidad de Chile. GUTIRREZ ALDANA, GUILLERMO (Colombia). Ex
Jefe, ex Profesor Titular y Profesor Emrito del Servicio de
Dermatologa de la Universidad Nacional de Colombia. Ex Presidente
de la Asociacin Colombiana de Dermatologa y Ciruga
Dermatolgica.8
8. Historia de la Dermatologa latinoamericanaHALPERT, EVELYNE
(Colombia). Jefe de la Seccin de Dermatologa Peditrica de la
Fundacin Santa Fe de Bogot. Mdica Dermatloga de la Universidad de
Antioquia y Dermatloga Infantil del Instituto Nacional de Pediatra
DIF de Mxico.HERNNDEZ PREZ, ENRIQUE (El Salvador). Director del
Centro de Dermatologa y Ciruga Cosmtica de San Salvador. Presidente
de la Mesoamerican Academy of Cosmetic Surgery y Miembro del Grupo
de Actualidades Teraputicas Dermatolgicas.ISA ISA, RAFAEL (Repblica
Dominicana). Mdico dermatlogo, epidemilogo y miclogo. Director
General del IDCPDHBD. Vicepresidente del CILAD.LANDER MARCANO,
ALFREDO (Venezuela). Presidente de la Sociedad Venezolana de
Dermatologa y Ciruga Dermatolgica.MADERO IZAGUIRRE, FRANKLIN
(Ecuador). Mdico Dermatlogo. Profesor del Posgrado de Dermatologa
Universidad de Guayaquil. Jefe del Servicio de Dermatologa
Peditrica Hospital del Nio Dr. Francisco de Ycaza Bustamante.
Dermatlogo Pediatra del Hospital de Nios Dr. Roberto Gilbert
E.MADERO IZAGUIRRE, MAURO (Ecuador). Profesor Principal de Historia
de la Medicina, Inmunologa Bsica e Inmunologa Clnica, Universidad
Catlica de Santiago de Guayaquil. Profesor de Posgrado de
Dermatologa, Universidad de Guayaquil. Jefe del Servicio de Alergia
del Hospital Dr. Teodoro Maldonado Carbo, IESS, Guayaquil.MAGILL,
FERNANDO (Per). Presidente del RADLA 2004.MANZUR, GRACIELA
(Argentina). Pediatra-Neonatloga. Dermatloga Universitaria.
Dermatloga Pediatra del Hospital de Nios Ricardo Gutirrez.MARTNEZ
CAMPOS, ALDO EDGAR (Nicaragua). Mdico Dermatlogo. Profesor Titular
de la Ctedra de Dermatologa, Facultad de Medicina, Universidad
Americana.MSSIMO, JOS ANTONIO (Argentina). Doctor en Medicina.
Pediatra-Dermatlogo Universitario. Director de la Carrera de
Dermatologa Peditrica de la Facultad de Medicina UBA. Jefe del
Servicio de Dermatologa del Hospital de Nios Ricardo Gutirrez.MESA
COCK, JAIRO (Colombia). Ex Jefe del Servicio y Profesor Titular de
Dermatologa. Servicio de Dermatologa de la Universidad de Caldas.
Director de la Pgina Web de la Asociacin Colombiana de Dermatologa
y Ciruga Dermatolgica.MINIO, MARTHA (Repblica Dominicana). Mdica
Patloga, Dermatloga y Dermatopatloga. Editora de la Revista
Dominicana de Dermatologa y en el IDCP / DHBD.MONTENEGRO LPEZ, GALO
(Ecuador). Mdico Dermatlogo. Servicio de Dermatologa, Hospital
Carlos Andrade Marn, Quito.NEIRA CUADRA, JORGE ISAAC (Nicaragua).
Mdico Dermatlogo. Profesor Auxiliar de la Ctedra de Dermatologa,
Facultad de Medicina, Universidad Americana. Profesor Auxiliar de
la Ctedra de Posgrado de Dermatologa, Facultad de Medicina,
Universidad Nacional Autnoma de Nicaragua, Managua.NEUMANN
SCHEFFER, LEN (Mxico). Ex Presidente Sociedad Mexicana de Ciruga
Dermatolgica y Oncolgica.ORTIZ, YOLANDA (Mxico). Profesora de
Dermatologa IPN. Jefa del Servicio del Hospital Jurez de
Mxico.PIERINI, ADRIN MARTN (Argentina). Jefe del Servicio de
Dermatologa del Hospital de Pediatra Prof. Dr. Juan P. Garrahan.
Profesor Adjunto de Dermatologa, Facultad de Medicina, Universidad
de Buenos Aires.PIERINI, LUIS DAVID (Argentina). Ex Jefe de los
Servicios de Neurologa de los Hospitales Torcuato de Alvear e
Ignacio Pirovano, Buenos Aires. Ex Docente de Neurologa de la
Universidad de Buenos Aires. Ex Miembro Titular del Tribunal de
Honor del Colegio Argentino de Neurlogos Clnicos.PIQUERO MARTN,
JAIME (Venezuela). Jefe del Servicio de Dermatologa del Hospital
Vargas de Caracas. Instituto de Biomedicina.QUINTANILLA SNCHEZ,
LEANA (El Salvador). Secretaria de la Asociacin Dermatolgica de El
Salvador. 9
9. LISTA DE AUTORES QUINES, CSAR (Puerto Rico). Catedrtico
Asociado Ad Honorem, Departamento de Dermatologa de la Escuela de
Medicina Universidad de Puerto Rico. RAMPOLDI BESTARD, ROBERTO
(Uruguay). Mdico Dermatlogo. REYES FLORES, OSCAR (Venezuela).
Miembro Honorario de la Sociedad Venezolana de Dermatologa y Ciruga
Dermatolgica. RONDN LUGO, ANTONIO (Venezuela). Jefe de Ctedra de
Dermatologa de la Escuela de Medicina Jos M. Vargas, UCV. RUIZ
MALDONADO, RAMN (Mxico). Profesor Titular de Dermatologa y
Dermatologa Peditrica, Universidad Nacional Autnoma de Mxico.
Investigador Nacional nivel III del Sistema Nacional de
Investigadores. Investigador en Ciencias Mdicas F de los Institutos
Nacionales de Salud. SAL, AMADO (Mxico). Profesor de Dermatologa
UNAM e IPN. Consultor Tcnico del Servicio Dermatologa del Hospital
General de Mxico. SILVA-LIZAMA, EDUARDO (Guatemala). Jefe de la
Unidad de Dermatologa, Centro Mdico Militar, Guatemala. Coordinador
de la Ctedra de Dermatologa, Facultad de Medicina, Universidad
Mariano Glvez. Miembro de la Asociacin Guatemalteca de Dermatologa,
de la Sociedad Centroamericana de Dermatologa, CILAD, de la
Internacional Society of Dermatology y de la American Academy of
Dermatology. TRUJILLO REINA, BENJAMN (Venezuela). Vicepresidente de
la Sociedad Venezolana de Dermatologa y Ciruga Dermatolgica.
URQUIZU DVILA, PABLO HUMBERTO (Guatemala). Jefe de la Unidad de
Dermatologa, Departamento de Medicina Interna, Hospital Roosevelt.
Ex Presidente de la Asociacin Guatemalteca de Dermatologa. Miembro
de la Sociedad Centroamericana de Dermatologa, del Colegio Ibero
Latinoamericano de Dermatologa y de la American Academy of
Dermatology. VALDIVIA BLONDET, LUIS (Per). Profesor Principal de
Dermatologa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. VALLE,
LIDIA E. (Argentina). Dermatloga Universitaria. Docente Adscripta
en Dermatologa, UBA. Profesora Universitaria en Medicina, UCS.
VARELA HERNNDEZ, CSAR IVN (Colombia). Profesor Ad Honorem Servicio
de Dermatologa, Departamento de Medicina Interna, Universidad del
Valle. Presidente-Fundador de la Asociacin de Historia de la
Dermatologa Colombiana. Ex Presidente de la Asociacin Colombiana de
Dermatologa y Ciruga Dermatolgica, Captulo Valle del Cauca. VARGAS
MONTIEL, HERNN (Venezuela). Jefe del Servicio de Dermatologa del
Hospital de Maracaibo. VZQUEZ, MIRTA (Argentina). Mdica Pediatra
del Servicio de Pediatra del Hospital Pirovano, Buenos Aires.
VELSQUEZ BERRUECOS, JUAN PEDRO (Colombia). Ex Presidente de la
Asociacin Colombiana de Dermatologa y Ciruga Dermatolgica. Ex Jefe
del Servicio de Dermatologa de la Universidad de Antioquia. Ex
Profesor Titular del Servicio de Dermatologa de la Universidad de
Antioquia. VIGLIOGLIA, PABLO A. (Argentina). Profesor Emrito,
Universidad de Buenos Aires. VIGNALE, RAL (Uruguay). Profesor
Emrito de la Ctedra de Dermatologa de la Facultad de Medicina. Jefe
del Servicio de Dermatologa, Ministerio de Salud Pblica. WOSCOFF,
ALBERTO (Argentina). Profesor Consulto Titular, Universidad de
Buenos Aires.
16. PRLOGO EL INICIO DE UN CAMINO RICARDO GALIMBERTI , ADRIN
MARTN PIERINI , ANDREA BETTINA CERVINIR egresamos en julio de 2002
de Pars y en las valijas, en nuestras mentes y corazo-nes traamos
no slo el recuerdo de lo aprendido en el Congreso, sino la enorme
alegray responsabilidad de ser los encargados de organizar el XXI
Congreso Mundial de Der-matologa en Buenos Aires. Por primera vez,
un pas de Sudamrica iba a ser el anfitrin del evento ms impor-tante
de la Dermatologa Mundial. El sueo de nuestros maestros se haca
realidad. Para este logro habamos contado con todo el apoyo de las
Sociedades Dermatolgi-cas de Latinoamrica, que contina y se
acrecienta cada da. La esplndida Historia de la Dermatologa
Francesa nos impact y ah vislumbramosel inicio de un camino. Desde
el primer momento, Pierre Fabre Dermo Cosmtique apoy la realizacin
deeste libro que hoy presentamos: Historia de la Dermatologa
Latinoamericana. Esta obra no hubiera sido posible sin el
compromiso de las Sociedades Dermatolgi-cas de Latinoamrica, y es
nuestro deber destacar, por lo invalorable, el entusiasmo y
larapidez con que respondieron todos los coautores, quienes sin
ninguna duda no slo fa-cilitaron nuestro trabajo sino que
aumentaron nuestra responsabilidad ante semejanteparticipacin. Y si
hablamos del inicio de un camino es porque creemos que esta
Historia de la Der-matologa Latinoamericana es, en cuanto demuestra
un espritu de colaboracin sinmezquindades ni prejuicios, el acto
inaugural para el ms preciado de nuestros objeti-vos en tanto que
dermatlogos de este continente: la unin de la Dermatologa
Latinoa-mericana, respetando nuestras diferencias que, en lugar de
alejarnos, nos asombran ynos unen, para aprender los unos de los
otros. Contamos con dos hechos favorecedores para esta unin: 1.
Nuestra pasin por la Dermatologa, por el estudio y el cuidado del
rgano de ex-presin por excelencia, no solamente de los sucesos de
nuestro organismo, sino y en es-pecial de nuestra calidad de vida.
2. Nuestros orgenes comunes, ya que todos compartimos las races
latinas, lo quenos facilita la comprensin de nuestros problemas,
nuestras investigaciones, nuestrosobjetivos. Amrica Latina tiene
una historia muy rica desde la poca precolombina, en las cul-turas
indgenas cuyas trazas an perduran en las costumbres de nuestros
pueblos. 17
17. RICARDO GALIMBERTI , ADRIN MARTN PIERINI , ANDREA BETTINA
CERVINI La colonizacin trajo la modernidad, no siempre favorecedora
del bienestar del hombre, pero a la postre enriquecedora de la
salud de nuestras poblaciones. La casi totalidad de las Sociedades
Latinoamericanas de Dermatologa se expresan en esta Historia,
mediante el recuerdo de sus races, sus investigadores y maestros,
en un esfuerzo que ser valorado por las generaciones futuras.
Vivimos este libro como el inicio del camino de la unidad
latinoamericana. No perdamos el rumbo. Unamos esfuerzos para
profundizar el conocimiento de nuestras patologas regionales.
Unamos esfuerzos para realizar investigaciones en conjunto. Unamos
voluntades para realizar actividades cientficas compartidas que
estimulen la participacin de todos y que hagan ms eficaz el costo
de realizacin. Unamos capacidades en pos de objetivos que mejoren
la salud de nuestra poblacin y que lleven a optimizar integralmente
su calidad de vida. Gracias a todos los colaboradores directos e
indirectos y gracias a Laboratorios Pierre Fabre Dermo Cosmtique, y
en especial al Sr. Jacques Fabre, a la Sra. Colette Arrighi y al
Sr. Philippe Constant, por su sensibilidad y generosidad para
apoyar este proyecto de la Dermatologa latinoamericana.
18. HISTORIA DE LA DERMATOLOGA EN LAS CULTURAS INDGENAS
ARGENTINAS LUIS DAVID PIERINI A la memoria de mi padre, Luis E.
Pierini, quien se alegr de que mi especialidad estuviera
relacionada con el ectodermo. Introduccin Los imperios del futuro
se construirn sobre el conocimiento. Albert Einstein El libro es el
ms sorprendente entre los mltiples instrumentos del hombre. Los
otros son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio,
son ex- tensiones de su vista, el telfono, una extensin de su voz;
pero el libro es otra cosa; el libro es una extensin de la memoria
y de la imaginacin. Es una de las posibilidades de felicidad que
tenemos los hombres. Jorge Luis BorgesL a Dermatologa argentina
comienza a surgir cuando arriban los conquistadores his-pnicos.
Ellos contagian sus males, aportan esclavos enfermos y a su vez,
desarrollan en-fermedades cutneas endmicas. La medicina aborigen,
con sus luces y sombras, cubri las necesidades de importan-tes
grupos poblacionales. Con magia, religin y empirismo, ellos crearon
sistemas asis-tenciales que mejoraron enfermedades y epidemias
crnicas. Los espaoles expresaron su admiracin por ciertas tcnicas y
modalidades de los in-dgenas, aprovechando muchas veces las
propiedades teraputicas de especies vegetalesvaliosas que luego
enviaron a Espaa. En este aspecto, es reconocida la labor
desempe-ada por Nicols Monardes con su clasificacin de plantas de
uso farmacolgico, utiliza-das con gran xito en Europa luego de la
empresa colnica. Se considera a Nicols V. Greco y a Marcial Ignacio
Quiroga como los primeros historia-dores de la Dermatologa
argentina. Ambos impulsaron el conocimiento de la especialidad,sus
caractersticas docentes y sus cultores, as como el estudio de la
lepra en nuestro pas. 19
19. LUIS DAVID PIERINI Nicols V. Greco, en su universal anlisis
crtico de 1944, refiere los avatares de la Dermatologa en nuestro
pas, que se inicia cuando Baldomero Sommer presenta en 1884 su
tesis de doctorado. Aclaremos que Sommer fue el primer catedrtico
que ense- en la Argentina las enfermedades cutneas a partir de
1892. Marcial Ignacio Quiroga, personalidad polifactica, acadmico
de Medicina y de His- toria, describi con decantada madurez la
evolucin de la lepra en la Argentina. Los grupos indgenas: botnica
mdica, Aspectos generalesgeografa mdica, patologas El vocablo
aborigen deriva del latn aborigines, compuesto de ab: desde y
origo: or- genes, y ste de oriri, nacer. Por lo tanto, desde los
orgenes se llama aborgenes a los originarios del suelo en que se
vive. El aluvin inmigratorio desencaden horribles epidemias en el
seno de estas agrupa- ciones primitivas. Una de las primeras
enfermedades que se difundieron en forma epi- dmica fue la viruela.
Los indgenas la llamaron mal o enfermedad de los espaoles, pues,
segn su tradicin, acaso no mal fundada, no conocieron las viruelas
hasta que los espaoles arribaron a Amrica. Es indecible el horror
que les tienen estos indios, y con razn, pues entrando en sus
toldos, mueren tantos que sus poblaciones quedan desier- tas,
escriba un cronista. Al igual que la viruela, la lepra y la
tuberculosis segn tradiciones orales eran en- fermedades
desconocidas antes de la Conquista. Siguiendo a Fiz Fernndez, con
leves modificaciones de nuestra parte, ubicamos a nuestros
aborgenes en los siguientes acpites: I. Brasilio-guaranes y grupo
Chaco Litoral, integrantes del conjunto guaran. Com- prende adems
de los mismos guaranes, a los guaycures (tobas, mocobes o mocoves,
abipones, pilages), matacos, wichis y charras, estos ltimos
vinculados a los pampas. II. Grupos del Noroeste: abarcan los
omahuacas, los apatamas de la Puna y los dia- guitas calchaques,
con poderosa influencia incaica. III. El grupo andino y de las
Sierras Centrales est integrado por los pehuenches, los huarpes,
los comechingones de Crdoba, los sanavirones del Ro Dulce o del Ro
Negro, los tonocots de Santiago del Estero, los lules y vilelas de
Tucumn y los peri- cordillera- nos, todos ellos con enculturacin
incaica. IV. Pampas: comprenden los querandes, los pampas y los
puelches. V. Patagones o tehuelches. VI. Extremo sur magallnico:
onas, yaganes y alacalufes. Grandes naturalistas y excelentes
empricos, guiados por reconocidos herbolarios, es- tos aborgenes
aplicaron la botnica, que formaba parte del paisaje, a las
necesidades de su poca. En las pginas siguientes expondremos en
forma sumamente sucinta las ca- ractersticas de estos grupos.
LosBrasilio-guaranes y grupo Chaco Litoral Chaco Litoral I. grupos
brasilio-guaranes y Constituan el grupo aborigen ms numeroso del
pas. El historiador Pedro de Angelis cree que guaran proviene de
Gua: pintura, Ra: manchado y Ni: signo de plural. Es de- cir, eran
los manchados de pintura o sea, aquellos que se pintan. Escribe: Se
cubren el cuerpo con pintura negra, roja y amarilla, para
protegerse de los rigores del sol, a guisa de los actuales filtros
y protectores solares. Lo agreste de su hbitat hizo que Espaa, al
perder sus colonias, no hubiera llegado20
20. Historia de la Dermatologa en las culturas indgenas
argentinasa conocer siquiera la existencia de algunas de estas
tribus esparcidas en la inmensidadde la selva virgen, de modo que
el exterminio casi total de muchas de ellas no se debitanto a la
accin conquistadora como a las desastrosas consecuencias de las
epidemiasque tuvieron que soportar desde la llegada de los
europeos. Recordemos que la etimologa del vocablo Chaco indica la
multitud de naciones quepueblan esta regin.1. Guaranes Practicaban
el tatuaje*, no slo como ornato, sino con fines curativos para
pacientescon determinadas afecciones, a travs de incisiones en la
piel en la regin dorsal y gl-tea. Cuando se realizaban como alivio
del cansancio, luego de marchas agobiantes, talestatuajes se
nominaban como higinicos. Muchas tribus practicaron este ritual
ancestral. Son oportunas las expresiones del an-troplogo Rubn
Palavecino, quien a propsito de los naturales chaqueos dice: El
ta-tuaje del rostro es un hbito extremadamente difundido, que se
inicia en el pber yprogresa con la edad. La operacin es casi
siempre practicada por las viejas de la tribu,mediante el trazado
de un dibujo gua. La puncin de la piel se efecta con espinas
decactus o de pescado, o con agujas de hueso, seguidas de
introduccin de materia colo-rante por friccin enrgica. Sin embargo,
el adorno masculino por excelencia fue el tembet, de forma y
materia-les diversos, como por ejemplo: plomo con incrustaciones de
turquesa o madera de paloborracho. Significaba valenta, coraje,
agresividad y era signo distintivo de jvenes gue-rreros y
cazadores.BOTNICA MDICA El rico reservorio fitogeogrfico tropical y
subtropical fue empleado en la curacin deafecciones, supeditndose
su aplicacin a virtudes mgicas de la flora o a la concepcintergica
de la enfermedad. Copaiba (Copaifera officinalis) (palo de aceite):
da un leo resina que se utiliz en he-ridas, ulceraciones y despus
en enfermedades venreas. Se considera uno de los medi-camentos ms
antiguos del Nuevo Continente. Zarzaparrilla (Zarzaparrilla
smilaxsifiltica): en cocimiento o en solucin macera-cin en vino,
goz de prestigio teraputico en afecciones dermatolgicas, tales
comosarna y venreas, difundidas por los espaoles. Posea tambin
accin sudorfica. Salvia: aplicada a la superficie cutnea, serva
para ahuyentar insectos. Mangle (Conocarpus erecta o Bucia erecta):
se empleaba la raz asada en personasque haban sufrido picaduras de
raya. Carqueja (Yaguaret Ca) (Baccaris chispa): indicada an hoy en
infusin teiformepara aliviar disquinesias biliares, era aplicada en
ulceraciones venreas y en pacientesportadores de lepra. Anguay,
copal o benju (Styrax leprosus): rbol de madera incorruptible e
imputres-cible, utilizado para construir las primitivas iglesias.
Se extraa de l un blsamo al quese atribuan virtudes curativas,
aplicado en heridas, ulceraciones y lesiones seas. Los hechiceros
pay adoptaron su aromtica resina para sahumar, a modo de incien-so,
el lugar donde cumplan sus rituales, de ah la denominacin de iber
pay, vocesguaranes que literalmente significan rbol de los
hechiceros. Contrahierba (Dorstenia contra hierba): se utilizaba en
baos tibios y en sahumerio,para rehabilitar formas de parlisis. Era
utilizada en el tratamiento del sarampin y de* La palabra tatuaje
es originaria de las islas de Oceana, de los canacos polinesios.
Tatahu deriva de ta: dibujo,y designa de un modo general las marcas
y seales hechas sobre el cuerpo. 21
21. LUIS DAVID PIERINI la viruela. Se aplicaban sus hojas y
races machacadas para curar lceras trpidas y pi- caduras de vboras.
Ceibo, chop (Erythinia cristagalli): de gran profusin en las costas
del Paran y afluentes, los indgenas se valieron de su corteza,
cogollos y brotes para preparar coci- mientos y blsamos, que
aplicaban en heridas ocasionadas por garras o dientes de ya-
guarets. Uruc (Bixia orellana): rbol de 2 a 5 m de altura, cuya
difusin se extiende desde Mxico hasta Chaco, siempre al oriente de
la Cordillera. Especie de vistosas flores, cuyas semillas contienen
dos sustancias colorantes: una amarilla, la orellina, y otra, rojo
cina- brio. Esta ltima se usaba para proteger la piel, pues el
ungento atemperaba los rayos ultravioletas. La urucuizacin consista
en untarse todos los das con aquella sustancia para mantenerse
libre de las proteiformes picaduras de insectos. Por su
indisolubilidad, resista la accin del bao y del sudor. Moiss
Bertoni apunta en su Memoria que todo el cuerpo y la cara de los
indgenas presentaban un tinte colorado especial, plido lustroso,
que les daba un aspecto extra- o, pero no desagradable a la vista
ni al tacto, pues se borraba toda marca o cicatriz, quedando el
cutis satinado. El color rojo que exhiban hizo nacer el errado
concepto de la existencia de una raza roja entre los aborgenes
sudamericanos. Los indios yaguas y los guerreros xikriu, habitantes
de la gran cuenca del Amazonas y Orinoco, siguen empleando el uruc,
como sus antepasados, para ahuyentar los insec- tos y teir su
vestuario. Tabaco (Nicotiana tabacum): esta especie botnica es la
primera mencionada en las referencias literarias europeas
inmediatamente posteriores al Descubrimiento, que son los diarios
de navegacin de Cristbal Coln. En los albores del Nuevo Mundo, el
tabaco se usaba para ser fumado y aspirado a modo de rap. Era comn
chupar su jugo y beber el agua de sus hojas maceradas. Existan
claras relaciones entre el culto y la medicina, pues antes de
ciertas ceremonias, como la iniciacin de los adolescentes, se beba
jugo de tabaco y se lo aspiraba por va nasal. Se menciona, ade- ms,
su empleo en forma de aspersin y de solucin tintrea para decoracin
cutnea. Antes de la era precolombina, se lo empleaba tambin como
principio activo en dolo- res y picaduras, sarna y erisipela. La
documentacin disponible no nos permite aseverar que en ese perodo
se cultivara en el actual territorio argentino. El tabaco es la
nica planta daina que hemos heredado de nuestros aborgenes.
GEOGRAFA MDICA Juan Carlos Boudin dira que el hombre no nace, no
vive, no sufre ni muere de la mis- ma manera en las distintas
partes del mundo. La concepcin, el nacimiento, la vida, la
enfermedad y la muerte varan segn el clima y el suelo, segn las
estaciones y los me- ses, la raza y la nacionalidad. Las crnicas
registran una incidencia manifiesta de las patologas tropicales y
subtro- picales entre los indios guaranes. Enteritis,
enterocolitis, anquilostomiasis, disentera, paludismo, necatoriasis
y otras parasitosis conforman el haber de estas infestaciones por
vermes, nematelmintos y platelmintos. Artrpodos venenosos, como
miripodos, escor- piones y araas, provocaban no pocos accidentes
por su ponzoa. Tambin los insectos transmisores y vectores de
enfermedades, tales como moscas, mosquitos, pulgas y pio- jos,
contribuyeron a mantener un significativo ndice de morbilidad.
Debemos recordar, adems, enfermedades importadas, como la
tuberculosis, la vi- ruela y segn algunas teoras la sfilis,
provocadoras de innumerables defunciones. 2. Guaycures Los
guaycures son una extensa familia que segn Salvador Canals Frau era
de origen22
22. Historia de la Dermatologa en las culturas indgenas
argentinaspatagnico y estaba compuesta por los tobas, mocoves,
abipones, pilages, payaguas ymbayes. Los dos ltimos grupos
desaparecieron hace mucho tiempo. Como rasgo general, los hombres,
en vez de usar vestido, se pintaban el cuerpo.A)TOBAS La medicina
nativa tradicional de los tobas posee una polifactica farmacopea
aplica-da a heridas, fracturas, esguinces, ulceraciones, mordeduras
y parasitosis. Diversas sus-tancias pertenecientes a los otros dos
reinos de la naturaleza enriquecen el vastoanaquel farmacolgico de
estas primitivas poblaciones, donde el ritual, los cnticos,
lamonotona de los tambores, el humo del tabaco, los conjuros e
invocaciones a agentessobrenaturales, dramatizados por el
mdico-brujo, crean el contexto teraputico ade-cuado a las
estructuras sociales de la comunidad.B)MOCOBES O MOCOVES Segn un
cronista, curan las heridas con slo atarlas, como tambin las
quebradu-ras de los huesos, y tienen una carnadura tan sana que en
breve se suelda y poco se hin-cha. Y an han llegado a ver un indio,
rasguado de un tigre cuyas uas son venenosas,sanar de ello sin
producir hinchazn.Tatuajes, adornos Como sus vecinos territoriales,
los abipones se aplicaron al arte del tatuaje. En el ca-so de las
nias, se les hacan grabados en el busto. Segn la descripcin del
Padre Ma-nuel Canelas, esta operacin se realizaba con ciertas
espinas untadas en diversoscolores, en especial el negro y el azul.
El dolor e hinchazn que padecan encerradaspor cerca de un mes,
sufriendo hasta parecer monstruosas, [era] para quedar, slo a
suparecer, hermosas. Otros lugares preferentemente elegidos eran
las zonas lagrimales,los ngulos externos del ojo y el
entrecejo.Medicina Aunque los pequeos, por el hecho de deambular
desnudos, se hallaban acostumbradosa los embates telricos, no
pudieron evitar las picaduras de insectos, en especial
mosquitos,pese a que sus mayores se ingeniaban para atenuarlos.
Para esto apelaban a la grasa de an-d o de pescado, que mezclada
con resinas, se friccionaba sobre toda la superficie corporal.
Tambin se hallaban torturados por el pique, nombre vulgar dado en
la Argentina yParaguay a la nigua (Sarcopsylla penetrans). Este
agente es una pulga de la Amrica tro-pical y subtropical que ataca
al hombre, penetrando debajo de la epidermis de los pies,en
especial de las uas. Sus huevecillos son de color amarillo, no
salen al exterior y se de-sarrollan en los planos subtegumentarios.
Forman pequeos abscesos, que en ocasionesexigen drenaje quirrgico.
Esta dolorosa afeccin, acompaada de prurito y otras derma-tosis,
era tratada por preparados que tenan como vehculo grasa y polvo de
cantrida. Las micosis cutneas, la sfilis, las reacciones
dermatolgicas de probable origen alr-gico y la leishmaniasis eran
tratadas con grasa fosforada, como el almizcle de yacar. En los
testimonios histricos correspondientes a diferentes perodos del
nomadismo y se-dentarismo mocoves, las primeras descripciones
coinciden en afirmar que por la misma se-leccin natural existan
pocas enfermedades fuera de las epidmicas. Cuando se difundanestas
patologas, todos los indgenas huan; no se conoca una calamidad
mayor. As, la ma-dre o el padre se alejaban, dejando a los nios
afectados en el mayor desamparo. Slo co-locaban a la cabecera del
lecho un cntaro con agua, carne asada y frutos silvestres. En el ao
1745, una asoladora epidemia atac 30 poblaciones del Paraguay y
adya-cencias, segando la vida de 72.000 naturales de todas las
edades. En 1760, en la reduc-cin mocov de San Javier, provincia de
Santa Fe, hubo un nuevo recrudecimiento delgenio epidmico que diezm
a 800 aborgenes. 23
23. LUIS DAVID PIERINI En cuanto a la medicacin la vacunacin
antivarilica de Edward Jenner se difundi- r como profilaxis a
partir de 1796 el suministro de agua de cebada y de lino, de agua
azucarada con pepitas de sanda o de meln como bebida refrescante y
calabazas ma- chacadas representaban los recursos farmacolgicos de
esa poca. Herboristera Mencionaremos algunos especmenes: Mistol:
conocido tambin por otras etnias, este rbol de precioso porte es
muy comn en los montes santafesinos y santiagueos. Posee un fruto
dulce, rojo, con el cual se ha- ce la aloja; sus hojas se emplean
para el tratamiento de las heridas. Cebil: pertenece a la familia
de las mimosas; sus hojas y cortezas maceradas fueron aplicadas a
modo de emplasto en las lesiones mutilantes de la lepra. Guayacn:
adems de aliviar las enfermedades reumticas y las algias de la
gota, se emple su resina para neutralizar las complicaciones del
tercer perodo de la sfilis. Nues- tros indgenas beban en infusin
sus hojas y cortezas como reconstituyente general. Palmera pindo o
palmera grande (Coco Romango flianum): especie muy apreciada para
la techumbre de los ranchos, se utiliza tambin en la fabricacin de
mltiples tre- bejos y sus cogollos se emplean como alimento. Esta
variedad alberga un gusano blanco del tamao de un dedo, que los
naturales lla- man tomb. Refiere el doctor Esteban Laureano
Maradona que este verme verme espe- luznante puesto al fuego,
segrega un aceite que los indgenas utilizan para tratar las
heridas. Su cuerpo as frito o ensartado es comestible, como si
fuera un chicharrn. Ortica dioca (Ortiga mayor): en medicina
popular y aborigen posee indicaciones pa- ra casi todos los
sistemas y aparatos. Era ensalzada por su funcin galactagoga y
diur- tica, as como su accin sobre el folculo piloso. Solimn o
colmillo de vbora: fue empleado por los aborgenes como antiofdico.
Las zonas que frecuentaron los autctonos pertenecen a una dilatada
zona de ofidismo donde pululan la vbora de coral (Elaps corallino),
la serpiente de cascabel (Crotalus terrificus) y la vbora de la
cruz o yarar (Lachesis alternatus), cuyas picaduras pueden ser
letales. Mastuerzo: se lo emple en cocimientos para neutralizar
afecciones dermatolgicas, escorbuto y diversas formas de
tuberculosis pulmonares. C) ABIPONES Herboristera La policroma
variedad botnica permiti a los naturales del Gran Chaco crear una
suerte de farmacopea donde se aunaban conocimientos empricos y de
hechicera cha- mnica. Mencionaremos algunas variedades: Abariguay:
con ella preparaban un blsamo empleado en la curacin de heridas.
Cre- an que su aplicacin bucal detena las hemorragias y los accesos
de tos. Ambay: ha sido mencionado como tratamiento antivenreo y
como elemento de fric- cin para la obtencin del fuego. Quinoa:
leguminosa que adems de servir de alimento se aplicaba como
cataplasma sobre la parte herida o traumatizada. Zarzaparrilla:
contra mordeduras y picaduras de animales ponzoosos. Patologas A
pesar de la privilegiada contextura de los abipones, las
enfermedades surgidas de la ecologa regional, los insectos y
parsitos, las guerras internas y exteriores, unidas a las
afecciones transmitidas por el blanco, devinieron en la casi
extincin de esta raza. Las epidemias tambin hicieron sentir sus
efectos; en 1734, la viruela diezm a 30.000 habitantes, entre
adultos y nios.24
24. Historia de la Dermatologa en las culturas indgenas
argentinas Otra plaga que hallamos mencionada la constituy el
pique, bicho de pie o agra-ni, vocablo abipn que significa mordaza.
Estos grupos reconocieron la accin hematfaga de la vinchuca, a la
que denomina-ban sanguijuela con alas, as como las complicaciones
provocadas por picaduras deavispas, arcnidos y escorpiones.Smbolos
de belleza La perforacin de las orejas era realizada con trocitos
de hueso, astillas o cuernitosde venado, introduciendo luego una
hoja de palmera arrollada que por distensin agran-daba el orificio,
pudiendo llegar el lbulo hasta el hombro. El tatuaje, difundido
entre las culturas americanas, mostraba su refinada expresinentre
los abipones, escarificando la piel del rostro, pecho y brazos. El
primitivo cincel erauna espina rgida que fijaba en la dermis
tinturas vegetales, holln y cenizas. Las filigra-nas de este sello
indeleble constituyeron un blasn de diferenciacin tribal. Casi
todos los pueblos de Paracuaria* se tatuaban. Los abipones
reconocieron este ar-te con el nombre de likinranala. Preguntados
sobre el significado o la causa de aquellabrbara costumbre, los
aborgenes respondan que la haban heredado de sus ancestros.Aquel
suplicio duraba cinco das, durante los cuales la adolescente
permaneca encerra-da en su choza, cubierta con una piel, privndose
de algunos alimentos como la carne yel pescado. Las sesiones
repetidas y cercanas encendan el rostro, con edema y tumefac-cin.
Desde temprana edad, las nias se depilaban cejas y pestaas,
rasurndose par-cialmente la cabellera como elemento de
identificacin tribal.D) PILAGESAdornos Peinaban el cabello, muy
abundante, con peines de palillos y usaban pendientes fa-bricados
con los mismos elementos. Nos detendremos en la perforacin de las
orejas: es-tas mutilaciones parciales se practicaban en ambos
sexos, introduciendo botones demadera u hojas de palmeras
arrolladas. El agujero se dilataba hasta permitir el pasajede un
disco, de cuatro o cinco centmetros. Practicaban la depilacin y
decoraban la piel con diversas pinturas. Casi siempre an-daban
descalzos.Tatuajes El taraceo estuvo muy difundido entre los
pilages del ro Pilcomayo. Este mgico y di-fcil arte se practicaba
con agujas de cardn, frotando sobre la piel punteada diversas
sus-tancias, entre ellas, holln. Los nios eran tatuados con dibujos
que mostraban figurasgeomtricas: valos, crculos y rombos, divididos
por dimetros, diagonales y rectngulos. Las respuestas que daban
acerca de las motivaciones de los diversos tatuajes eran:es marca
pilag, o para que no tengan la peste o para adquirir inmunidad.3.
MatacosBotnica mdica Los naturalistas que se internaron en la
intimidad de la espesura amaznica o arri-baron a la vera de sus ros
recopilaron excepcionales observaciones fitolgicas. Mencio-naremos
algunas especies:* Paracuaria: amplia zona de Sudamrica, donde se
situaron las misiones jesuticas; su capital era Crdoba delTucumn.
25
25. LUIS DAVID PIERINI Palo santo (o palo bendito o guayacn):
empleado en diversas afecciones por todas las tribus del nordeste.
El hermano jesuita Pedro de Montenegro, reconocido cirujano y
herbolario del Paraguay, resumi en su Materia Mdica, escrita a
principios del siglo XVIII, todas las aplicaciones de esta variedad
arbrea. Conocido en Europa como impor- tante curalotodo, se lo
emple en el tratamiento de la sfilis, en las artropatas y en los
trastornos circulatorios. Sus preparaciones utilizaban la resina de
la corteza; se le atri- buan propiedades diurticas, diaforticas y
catrticas. La resina, unida con grasa de avestruz o de pescado,
aplicada sobre la piel ahuyentaba los mosquitos. En la actuali-
dad, el palo santo se utiliza con el mismo fin en la composicin de
los espirales. Ceibo o seibo: la corteza machacada fue utilizada
como cataplasma sobre las morde- duras provocadas por animales; en
forma de cocimiento an persiste en las prescripcio- nes populares
para tratamiento de lceras, rectitis, hemorroides y vaginitis.
Yetibay o jalapa: el jugo de sus flores, recin exprimidas, fue
empleado en las otitis infantiles y en las erupciones herpticas.
Ayuy o laurel: rbol de madera resistente, sus frutos fueron
utilizados en trastornos digestivos infantiles y en la
escrofulosis; triturado con miel se aplicaba en ulceraciones
crnicas. En forma de linimento se recetaba para la flogosis
reumtica, las neuralgias y el prurito de la sarna. Oruzuz: adems de
emplear la infusin en los cuadros catarrales y en las afonas, se
usaba en las erisipelas a modo de sinapismo o en forma de pasta.
Canchalagua: se administraba en forma de infusin, adems de servir
como atenuan- te de los dolores de los reumticos y tambin en los
portadores de enfermedades venreas. Totora: sus flores se aplicaban
en las quemaduras, y el cocimiento de sus races se utilizaba en el
lavado de lceras y tumores. Tusca: se beba en forma de cocimiento,
luego de tostar y hervir su fruto. Se indica- ba su ingestin en
ayunas y se la recomendaba en infecciones gonocccicas. Tabaco: el
doctor Esteban Laureano Maradona, destacado mdico formoseo e inves-
tigador de la flora del Chaco central, relata en su libro A travs
de la selva que los ind- genas, en caso de picaduras de vbora,
succionan la parte afectada a manera de ventosa, previa masticacin
de hojas de tabaco. Adems, se suele emplear en otras afecciones di-
versas partes de la planta, como races y semillas, con grasa o sin
ella, con o sin resinas y con polvo de valva. 4. Wichis o wichs y
charras La palabra wichi significa hombres verdaderos u hombres de
vida plena, es decir, que participan de las plantas, de los rboles,
de los peces y de las aves. Los espaoles los llamaban
incorrectamente matacos, trmino que en castellano antiguo
significaba animal de poca monta o animal sin importancia. A los
primeros que conocieron, hacia 1623, los denominaron mataguayos. Se
puede decir que es una de las comunidades ms antiguas del mundo. An
hoy, ais- ladas en el norte de la Repblica Argentina, luchan por
subsistir en el mundo moderno. Las enfermedades que diezmaron a
estas comunidades fueron la tuberculosis, la des- nutricin, el
Chagas, las venreas, el clera y la brucelosis, todo lo cual se vio
potencia- do por la dieta mal balanceada, basada fundamentalmente
en maz, zapallo, carne de cabro, pescado y frutas, pero escasas
verduras. Grupos del Noroeste II. Grupos del Noroeste Este grupo
conoca las aguas termales. Los espejos de agua, las temperaturas
propicias, el tapiz de vegas y mallines y la proliferacin de
ejemplares arbreos, como el molle,26
26. Historia de la Dermatologa en las culturas indgenas
argentinascrearon un paisaje buclico en el que la vida de las
familias nativas se desliz sin lasangustias y sobresaltos de otras
etnias. Amrica indgena tuvo en cuenta el mito universal de la
fuente de Juvencio, y el cono-cimiento y la valoracin de los
efectos teraputicos de las aguas que Pachamama (Madretierra)
brindaba generosamente a sus hijos fueron incorporados por sus
habitantes protohis-tricos en distintas pocas. Frecuentaron las
fuentes termales, con fumarolas bullentes, ma-nantiales clidos,
efluvios azufrados que formaban un espejo de agua clida y
vivificante. Desde el perodo preincaico eran conocidos en la regin
de Cuyo el bao de Uyurmi-re y el del Inca, en el templo de
Wiracocha (o Viracocha). Otra fuente unida a la devocin indgena,
por su riqueza legendaria y por la virtud desus vertientes, es la
que surge en el paraje La Laja. Aqu el amante huarpe Yahue, lue-go
de matar a la dulce Tahue y al seductor de sta, muri en los
pedregales sanjuaninoscomo redencin de aquella tragedia; despus de
su muerte, cual fuente de esperanza,brotaran tres milagrosos
manantiales. Otros nativos de nuestro territorio concurrieron
igualmente a diversos baos y fuen-tes. Los araucanos visitaban
Copahue y Futalauquen y tambin conocieron Cullu-co(aguas cidas) y
Laguen-co (aguas calientes). Los indios que transitaban por la
provinciade Buenos Aires conocieron la laguna de Epecun. Segn Toms
Falkner, a este lugar detonificantes aguas concurran desde tiempo
inmemorial los jefes indios con su familia.Cuentan las tradiciones
vernculas que el cacique puelche Carhu (Corazn Puro), apa-sionado
por Epecun, cur de una extraa parlisis al sumergirse en la gran
laguna queformaron las lgrimas de amor de su bella amada. Tambin
los diaguitas de Talacasto dejaron su pena indiana a travs de las
calcina-das tierras de sus antepasados en una aguada surgida del
llanto incesante de un apues-to joven, que viera fenecer a su amada
por el odio atvico hacia los invasores Incas.Inti-Yacu (agua del
sol) llamaron los nativos mediterrneos a la actual zona de Ro
Hon-do (Santiago del Estero), cuyos cursos surgentes afloraban como
vivificantes de vertede-ros. Los pobladores vinculaban las bondades
de Yacuru-pay (agua caliente), con los rayosflamgeros del astro
sol, al cual adoraban. Alonso Ovalle, en un libro publicado en Roma
en 1646, hace referencia al calor, salo-bridad y mineralizacin de
las aguas de Puente del Inca, sin revelarnos la
explicacincientfica. Su resea es una descripcin paisajista de este
monumento enclavado en laprecordillera, en la que el autor exalta
aquella curiosa expresin de la naturaleza. Segn Michel Horst von
Brand, el primer anlisis de aguas termales argentinas lo efec-tu el
fsico y qumico Michel Faraday, en 1827, sobre muestras tomadas en
aquel lugar. Villavicencio, segn testimonios de viajeros, fue
visitada por el clebre naturalistaCharles Darwin en 1839. Ya desde
1800, lugareos y vecinos de Mendoza acudan enbusca de sus
cualidades benficas. El grupoIII. El grupo andino y de las Sierras
Centrales andino y de las Sierras Centrales Est integrado por los
pehuenches, los huarpes, los comechingones de Crdoba,
lossanavirones del Ro Dulce o de Ro Negro, los tonocots de Santiago
del Estero, los lulesy vilelas de Tucumn y los araucanos
peri-cordilleranos, todos ellos con enculturacinincaica.Botnica
mdica Canelo: (Drymis winteri) pertenece a la familia de las
magnoliceas. Tiene cerca deocho metros de altura y suele
desarrollarse en terrenos hmedos. Fue introducido en Eu-ropa por
John Winter, mdico del pirata ingls Francis Drake, de all su
denominacin 27
27. LUIS DAVID PIERINI tcnica. La corteza de este rbol se us en
infusiones y tambin en aplicaciones exter- nas. Planta sagrada de
los mapuches, se utilizaba en alteraciones del aparato digestivo,
en las parasitosis (sarna) y reumatismo. La flor de la ceniza de
este rbol, mezclada con grasa a modo de excipiente, tambin se
utilizaba como depilatorio; por esta costumbre se atribuy
errneamente a los jvenes mapuches la ausencia de vello. Su accin
por in- flujo simptico era imprescindible en todas las ceremonias
mgico-evocativas. La machi cuidaba en el bosque un canelo
predilecto y, segn la creencia araucana referida por Ra- mn Pardal,
si alguien descubra y cortaba esta planta, la machi languideca y
mora. Lafo (Rumex romasa): poligoncea. Muy utilizada por los
araucanos chilenos, se la consideraba una de las ms preciadas
hierbas. Por sus mltiples cualidades farmacol- gicas gozaba de gran
prestigio en la curacin de heridas, ulceraciones trpidas, otitis y
lepras que nacen a los nios, dejando el casco limpio. incuil
(Heliantus thurfera): segn Martn Gusinde, era reconocida como
maravilla del campo y se le adjudicaba accin antilutica. Jarilla:
entre otras aplicaciones teraputicas, este arbusto se utiliz en
forma de ca- taplasma, para resolver abscesos y flemones. Al
finalizar la presente seleccin botnica hacemos un reconocimiento a
los invalora- bles mritos que le cupieron al profesor Juan. A.
Domnguez, quien realiz importantes estudios analticos sobre la
composicin de frmacos vegetales, logrando desentraar la sntesis
frmaco-dinmica del vivero araucano. Pampas, querandes puelches IV.
Pampas, querandes y y puelches Se denomina pampas a un conglomerado
humano de origen mixto con los que se hall Sebastin Gaboto en la
desembocadura del Carcara, dndoles el nombre de querandes (hombres
con grasa). Frente a la viruela, en caso de ntrax o abscesos estos
aborgenes provocaban su ma- duracin aplicando cataplasmas de
estircol muy caliente. Cuando estn a trmino ex- tirpan el germen
por medio de una crin doblada y lo comen enseguida entre dos
bocados de carne cruda, pretendiendo as conjurar toda recada. Los
puelches guenakn, que habitaban la parte norte de la Patagonia
eran, segn ex- pres Jos Snchez Labrador, de naturaleza fortsima y
de tal condicin que sin medicina se restablecan muchas veces de
enfermedades y heridas que para otros seran mortales. Herboristera
Grandes naturalistas y excelentes empricos, guiados por reconocidos
herbolarios, aplicaron la botnica que formaba parte del paisaje a
las necesidades de su poca. Se cuenta con poca informacin sobre los
elementos naturales que usaban los abor- genes de esta etnia para
los problemas dermatolgicos; solamente se sabe que usaban una
variedad de yang, que aplicaban en ulceraciones y aftas bucales.
Patagones o tehuelches V. Patagones o tehuelches La zona al sur del
ro Colorado, lmite natural de las provincias de La Pampa y Ro Negro
la planicie ms austral de Amrica, es internacionalmente conocida
con el nom- bre de Patagonia, que alude a los mticos gigantes
patagones, descriptos en 1520 por Antonio Pigafetta, cronista de la
circunnavegacin de Hernando de Magallanes.28
28. Historia de la Dermatologa en las culturas indgenas
argentinasNacimiento y crianza Poco despus del nacimiento, los
recinnacidos eran untados con yeso hmedo. Se-gn Ludwig Karsten
(1926), este procedi-miento tena por finalidad proteger al
niocontra los malos espritus. El mismo autormenciona otras prcticas
como la aplica-cin de pintura roja, aceitado y fumigacio-nes con
tabaco, efectuadas con el mismoobjeto. Al cumplir el cuarto ao, se
realizaba laceremonia de la perforacin de una o dosorejas, segn el
sexo, introduciendo cerdasde caballo en las incisiones, para evitar
lacicatrizacin. Conocieron el carcter epidmico de lasenfermedades,
aunque stas eran innomi-nadas, y trataban de neutralizar su
carc-ter infeccioso dispersando los toldos en loslugares donde
habitaban. En general los patagones gozaban debuena salud y sus
heridas curaban con ra-pidez; el brujo, mediante las
ceremoniasdescritas, indicaba la preparacin de bre-bajes, con
propiedades mdico-curativas.Conocan la prctica de la sangra y
sabanabrir una vena con un trozo de concha o
depedernal.Ectoparasitosis Los nios y adultos fueron portadores
depulgas y piojos, debido a la utilizacin de lalana de guanaco y
las plumas de avestruzen su vestimenta y enseres domsticos.
Distribucin de la poblacinVI. Extremo Sur Magallnico Extremo sur
magallnico indgena en la Argentina a fines Las enfermedades venreas
sellaron un horizonte sin esperanzas tanto en los alaca- del siglo
XXlufes como en los onas y los yaganes. Se supone que desconocieron
las hierbas y los Fuente: Institutoderivados animales y minerales
para la curacin de las enfermedades. de Cultura La transculturacin
fue otro mecanismo negativo para la sobrevivencia de estas Popular
(Incupo-etnias, as como la despiadada exhibicin a que fueron
sometidos en el siglo XIX en Endepa)diversas ciudades
europeas.Eplogo Eplogo El autor coincide con los destacados
genealogistas Diego Herrera Vegas y Carlos Ju-regui Rueda en que el
tronco fundacional de nuestro pas deriva de tres etnias: la
aborigen, 29
29. LUIS DAVID PIERINI la africana y la del colonizador espaol.
Estas etnias se unieron a travs de dos generaciones y se
completaron hace ciento cincuenta aos con la inmigracin.
Conclusiones Conclusiones Los tesoros de la naturaleza se brindaron
con toda la generosidad de la madre tierra, y el espritu intuitivo
de los nativos se sirvi de ellos para superar sus dolencias. En es-
ta exposicin hemos seleccionado, en apretada sntesis, algunos de
los elementos de su arsenal botnico. Septiembre, 2005 Referencias
argentino. Buenos Aires: Galerna; 1992. selva. Buenos Aires:
Talleres Grficos de la Penitenciara bibliogrficas Furlong G. Los
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