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La ferroviaria calle de PrimManuel Basas

N las pocas historias exis­tentes sobre el callejero de la villa, al llegar a esta de PR IM el asunto se re­suelve por la cóm oda so­lu c ió n d e c o n ta r n o s , ab rev iada , la b iografía

dei general catalán Ju a n Prím y P rats (Reus, 1814; M adrid, 1870), C onde de Reus y M arqués de los Castillejos, hé­roe de m ultitud de hazañas, en especial las protagonizadas en la guerra de M a­rruecos en 1859-60 en la que participa­ron, com o es sabido, los Tercios Vas­congados. ¿Fue por esta razón por la que se la dedicó una calle, que nace en el Casco Viejo de Bilbao y acaba en el altiplano de Begoña? N o lo sabemos, porque hasta la fecha esta cuestión no está resuelta, siendo una de las que más pueden interesarnos a la hora de hacer la historia de esta calle. ¿Quién propu­so, y por qué razones, este nombre? C uando m urió Prim , asesinado en M a­d rid , en la fam osa calle del Turco, esta calle o vía u rbana de Bilbao aún no existía. Unos 25 años después, o sea, hacia 1894-95, que es cuando se com en­zó el trazado ferroviario, que iba a ori­ginar la calle, con parte de su recorrido en la villa de Bilbao y el resto en la an ­teiglesia de Begoña, tam poco se la bau­tizó, todavía, con el nom bre del gene­ral catalán, sino con el del ferrocarril de Lezama. Tenemos que entrar en el siglo actual, para advertir que, antes de la anexión de Begoña a Bilbao, en 1924, es cuando encontram os la denom ina­ción de B arrio de Prím para esta zona, lo que nos hace pensar que fue una ini­ciativa del A yuntam iento begoñés la de poner este nom bre al paraje, que la C orporación bilbaína heredó con la anexión y lo m antuvo cuando este ca­mino ferroviario se fue transform ando en calle. En las modificaciones del N o­m enclátor u rbano de Bilbao, iniciadas en 1980 y concluidas en 1983, el nom ­bre de Prim estuvo a pun to de ser sus­tituido p o r el del bersolari Kepa Enbei- ta , no llegando a producirse el cam bio. De m odo que este singular nexo ono­mástico y u rb an o entre C ataluña y Bil­bao aún se m antiene, al cabo de unos 75 años, sin que tengamos todavía una explicación del mismo.

Estructura actualLa estructura actual de la calle Prim

es el resultado de una larga evolución que vam os a referir a través de las prin­cipales fases históricas por las que fue pasando, pero antes debemos describir tal estructura que se origina detrás de la plaza Miguel de U nam uno, donde tam bién arranca la calle Iturribíde, de la que ya hem os hablado en estas pági­nas y que conviene recordar puesto que estas dos calles son paralelas y ascen­dentes, hacia el altozano de Iturribide que el de P rim , que sube, em pinada, dejando casi b a jo tierra, las fachadas traseras de Iturrib ide y la acera de los pares de P rim , m ientras que, p o r la iz­quierda, aparece el m urallón de piedra sobre el que discurre el tren de Lezama. U na serie de escalinatas com unica las dos calles; incluso hay dos casas (núm e­ro 7 de Itu rrib ide y 8 de Prim ) que dis­fru tan de un curioso derecho de paso interior en tre am bas calles.

Después del cruce de Prim , la calle de Iturrib ide asciende de form a pro­nunciada, hasta alcanzar a P rim en su confluencia con Aurrecoechea, donde aquélla (Iturrib ide) gira a la derecha, en una curva que se muerde la co la (P ar­ticular de Iturribide) y ésta (Prim ) gira

a la izquierda, en una vuelta, casi re­donda, donde confluyen las pequeñas calles de Iturralde, Santa Mónica« y nuevam ente el otro extrem o de Aurre­coechea, con grandes desniveles, salva­dos m ediante escaleras, entre todas ellas. El últim o tram o de Prim llega, por la acera de los impares, hasta el nú­mero 55 y por la de los pares hasta la casa 60-62, antes de recibir la confluen­cia, en plano inclinado, de Mazustegui y, poco después, de la calle Amadeo I>eprít. P o r el costado de los impares, entre la prim er boca del túnel ferrovia­rio de Prim y la prim er confluencia con Aurrecoechea, que es el costado de la ladera de Begoña (Barrio de Dolare- che), nos encontram os con o tra serie de escalinatas que salvan este acusado des­nivel entre Prim y la calle D eprit, pare­

cido al de la estación ferroviaria de Las Calzadas y el B arrio de la Cruz, flan­queado por las susodichas Calzadas de M allona o de Begoña.

Primera faseL a prim era fase de preparación de es­

te paraje bilbaino-begoñés para su pos­terio r urbanización y conversión en ca­lle, corresponde al proyecto de tendido de una línea ferroviaria entre Bilbao y Lezam a, pasando por Begoña, cuya concesión obtuvo, en 1889, don Juan U rru tia y Burriel, vecino de Bilbao, ini­ciándose las obras este mismo año, ba­jo la dirección del ingeniero José Luis Torres Vildósola. E ra un ferrocarril de vía estrecha, cuyo prim er tram o, de unos 15 km s., se abrió al público en 1894, que es cuando se explanó la p ar­

te trasera del antiguo Instituto Vizcaí­no que ocupaba la actual plaza de U na­m uno, para establecer la Estación y una vía de acceso, antes de la boca del tú ­nel que atraviesa parte del subsuelo de Begoña. Tal explanación fue el inicio de la actual calle de Prim , que nació del trazado de este ferrocarril, el cual tenía que vencer muchos desniveles y volver­se a internar en tierra para llegar, por debajo de A rchanda, al Valle de Asúa. En 1897 se abrió toda esta línea hasta Lezama, pasando por Derio y Zamu- dio.

Segunda faseEn los prim eros años del siglo actual,

ocurrió un aparatoso descarrilamiento del tren de Lezama, cuando éste servía ya de medio de traslado de los cadáve­res de los difuntos bilbaínos, ai nuevo Cementerio de Vista Alegre, inaugura­do en 1901, por lo que, la estación de las Calzadas, fue dotada de una capilla para su depósito antes de subir al tren de los m uertos, como le llama Prieto en sus M emorias, diciendo que tam bién los coches eran como «capillas rodan­tes» de prim era y segunda clase. La Di­rección General de Obras Públicas obli­gó a rectificar el trazado de esta línea, a la que se do tó de nuevos túneles para evitar el recorrido por laderas peligro­sas. La reapertura se hizo en 1908. Se trazó entonces un nuevo ram al de 5 kms. para efectuar el empalme, en Son- dica, de esta línea con el F. C . de Lu- chana a M unguía, tram o que se abrió en 1909.

A esta fase corresponde tam bién el trazado y puesta en circulación del T ranvía E léctrico B ilbao-Begoña, a donde subía por el cam ino, preparado al efecto, con raíles y traviesas, a lo lar­go de la actual calle de P rim , cuyo iti­nerario se iba configurando con esta nueva función tranviaria. E ntre los años 1907-1910 se fue organizando este servicio, inaugurado en octub re de 1912. El recorrido que hacía este tran ­vía, por veinte céntimos de peseta, iba desde la plaza del Sagrado C orazón hasta el Santuario de Begoña, siendo el tram o entre el Casco Viejo bilbaíno y el astillero de Euskalduna, cubierto por los obreros que trabajaban en él, así co­m o el tram o Casco Viejo-Begoña, lo hacían los devotos que subían al san­tuario , entre los que se encontraban abundantes parejas de novios que aca­baban celebrando su boda en el mismo templo.

Tercera faseLa década de los cuarenta con la apa­

rición de los trolebuses y la construc­ción de los ascensores de Solocoeche y Begoña, señaló la etapa final de los tranvías eléctricos, el úuim o de los cua­les (el de Bilbao-Santurce) dejó de fun­cionar en 1958. La línea núm ero 11 de Begoña a la M isericordia tam bién desa­pareció por este tiem po, com enzando la transform ación del camino ferroviario y tranviario del Barrio de P rim , en la vía urbana actual con edificaciones que fueron sustituyendo a los chalets y ca­sas de cam po de la ladera de Dolare- che, es decir, lo que es hoy la acera de los impares de Prim , cuya longitud se fue prolongando hacia a rriba , com o le ocurrió a Iturribide. Luego fue llegan­do el flujo circulatorio de automóviles, camiones y autobuses, que desconges­tionó Iturribide y congestionó esta ca­lle de Prim , por donde d peatón se jue­ga la vida, al faltar aceras en muchos de sus tram os y eso que es calle de una sola dirección: la subida a Begoña.