UNIVERSIDAD DE MEXIGO
-¡Qué gran monarca! No parece monarca.
-¡Qué gran general! No parece militar.
-¡Qué gran sacerdote! No parece ecle~
siástico.
El afán de continuar sistemáticanlcnteprendido a las consecuencias de una hipótesis perjudicó a Platón en su República y perjudicó a Nietzsche en su teoría del superhombre. La hipótesis que, en sí misma, puede ser benéfica como un golpe de vientofresco, si dura más de cinco minutos se convierte a veces en un ventarrón calamitoso.La verdad admite una secreta sazón de ticmpo y de espacio, una cualidad de cxtensión:la verdad de una hora puede ser el error deun año; la verdad de aquí, el error de allá.
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servan un código de honor en cuanto a lacomplicidad y el secreto. Por lo que ya afirmaba Sancho, cuando se halló entre la gentede Roque Guinart: "Según lo que aquí hevisto, es tan buena la justicia que es necesario que se use aun entre los mesmos ladrones".
El habla castellana es un habla pulcra ysalubre: deja sentir la limpieza de la boca,de la nariz, los órganos de la pronunciacióny el resuello, los dientes. Porque hay otrashablas de gangueo y muermo, de asma, malaliento y dolor de muelas, hasta 'de punzaday de cólico. Por eso es una lástima que quede por ahí algún horror como el uso popular de "ababol" por "amapola", sin que sirva
La polí tica, como el periodismo, va deprisa, montada en los apremios de la hora,y no deja tiempo a vacilar. En polí tica sólohay dos respuestas: sí o no, por o contra,ltfi rogas o antiquo. La excelencia del parlamentarismo verdadero está en que sólo admite dos caras: el gobierno y la oposición..¿Quién dijo "dos caras" para decir falsía?Lo malo es disponer de más de dos caras.
Aunque se pretenda otra cosa, no puedehaber textos de filosofía en el sentido corriente de la palabra, porque la filosofía consiste en el filosofar mismo y no en lo quehan dicho los filósofos. Cuanta solución definitiva se ofrece es siempre rechazada, mástarde o más temprano.
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Toda obra histórica es una ant.ología dehechos históricos. Todos los historiadores toman y arreglan los fragmentos de la realidadque convienen a· su doctrina. Los más .peligrosos vienen a ser los que no se percatan deello. (Claro que hay otros; los "documentistas"; pero esos aún no llegan a la arquitectura histórica: son los picapedreros y los albañiles de la historia, cuando no simplementelos del "camión materialista", denominaciónaquí muy adecuada).
de disculpa la etimología árabe. ¡"Ababol"!¡Qué desaseo! Eso recuerda al "bobre durgo",eso recuerda el cuento de "bi herbano bayorel que se cobía los bocas".
Aunque es indudable que Chesterton juguetea un poco o un mucho, no siempre esasí, no tanto como se lo figura la gente por"espíritu de pesadez", que decía Níetzsche,por odio al buen humor y al ingenio. Chesterton se ha percatado de que las palabrasopuestas no siempre corresponden a cosas
1953Por Alfomo REYES
Para que un sistema esté en equilibrio, csmenester que se cierre el polígono de lasfucrzas y la resultante sea cero. A esto se
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de
EPILOGaS
Dibujus de Ricardu MARTlN EZ
Mal síntoma, cuando los oficios comienzan a elogiarse por la negativa.
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reduce el arte de la composición literaria. ¡Siquisiéramos entenderlo!
Hoy dije a un amigo: Lugones valía másde lo que él se figuraba, y por eso no siempre supo respetarse a sí mismo. El últimoagravio que se hizo fué suicidarse.
Decía el otro loco:-Los últimos caballeros que quedan son
los caballeros de industria, porque aún con-
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¿Conocéis el caso de Tamanzuchale? Ta~
manzuchale, sobre la carretera que une aMéxico y a Nuevo Laredo, ve pasar los autosen una y en otra dirección: ya hacia el sur,ya hacia el norte. Estos corren ru.mbo. a ]aderecha, y aquéllos, rumbo a la IzqUIerda.Pero, si cruzamos la vía, aquéllos correnrumbo a la izquierda, y éstos, rumbos a laderecha. Ante la dificultad de acomodar enel cerebro estas dos relatividades simultán-.;as,se han preguntado algunas personas sincerasde la región: ¿cuál es la derecha y cuál laizquierda? Y de aquí la crisis que atraviesala juventud. intelectual de Tamazunchale.Esta crisis es el símbolo y el compendio demuchas angustias juveniles.
Consciente o inconsciente, delito de culpao de intención, el plagio es inevitable. Keyserling me robó de la conversación la ideade la gama melancólica en Hispanoamérica,que va desde la montañosa cólera y el patetismo mexicanos hasta el tedio de la pampaargentina. A José Ortega y Gasset le conté,y él se lo apropió por obvias razones de derecho espiritual, el chiste sobre la hora kantiana de Buenos Aires: aquella caída de la tardeen que oíamos pregonar por las calles LaCrítica y La Razón, los diarios vespertinos.Ramón Gómez de la Serna tomó de mis páginas tres citas: el Metzengerstein de Poe,cierto pasaje de Mateo Alemán aplicado pormí a esclarecer la pintura cubista: los caballeros que pasan vibrando astas, de modo quecada asta parece cuatro, y una frase equivocada de Santa Teresa ("Entre los pucheros anda Dios, hijas"), cuya verdadera lec-
. ción es esta: "Entre los pucheros anda el Señor". Por mi parte, yo me apropié dos o tresfrases felices de Xenius, en que ni él mismoha reparado y que lamento no recordar, porque me agradaría devolvérselas. Y otra vez,plagié avant la lettre a Chesterton; pues,burlándome de la pedagogía, afirmé: "Estose dice muy bien en inglés: There is no suchthing as cducation." Y, a la semana siguiente, me llegó The lllustrated London Newscon un artículo en que Chesterton declarabatextualmente 10 mismo, y con idénticas palabras. Pero el casO más singular es el del Dr.Bachiller, de apacible recordación, prdectode la Preparatoria durante mi época d~ estudiante:
-Fuí poeta, -me confesó un día-o Pero¡figúrese usted! ... Leía Horacio, y meencontré con que éste se me había anticipadoy decía todo 10 que yo había puesto cn misversos. j Y los quemé!
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opuestas. En suma, no le estorban las palabras para pensar. Lo contrario de esos falsospensadores tan a la moda, que creen descubrir nuevos reinos con meros equívocos verbales.
En la remota antigüedad, un ejercito noera más que una banda d~ salteadores; en suma, de gente que no quería trabajar y sedaba mucho trabajo para no hacerlo, paravivir del trabajo ajeno. Estos bandidos, unavez reconocida su autoridad en cierto territorio, se convertían ·~n protectores de losque trabajaban para ellos, cuidaban su ganado doméstico. El orden fué, así, creado enel mundo por el bandido transformado engendarme. A veces, se da el salto atrás.
Cervantes era un experto .:n fronteras dela locura. Don Quijote, un cuerdo que a veces se finge loco. Así cuando dice a Sancho:"El toque está en desatinar sin ocasión". Ycuando Sancho quiere hacerle tragar sus patrañas, cuando quiere darle la alucinaciónya forjada, él la rechaza, o bien le dice máso menos: Si quieres que acepte tus invenciones, acepta tú las mías en la Cueva de Montesinos, y calla. Don Quijote, se ha dicho sinexageración, es el Burlador de la Mancha.
El "Neptuno" es el cuento del loco quese finge cuerdo para salir del manicomio.El curioso impertinente se adelanta a Freudy, en cierto modo, anuncia el Crommelynckde Le Cocu Magnifique; el cual, por lo demás, recuerda a su vez la historia de! reyCandaulo en Herodoto, tan enamorado desu mujer 'Y tan dispuesto a hacerla admirar,que acaban por quitarle la mujer y, de paso,el reino.
Cervantes ha descubierto que hay un coqueteo incesante entre la cordura y la locura, tal vez en busca de la felicidad inasible.Pues se cuenta de Charles Lamb que, al salir de la casa de orates, escribía a un amigo,algún poeta de la época: "Si nunca has estado loco, renuncia a saber lo que es la verdadera felicidad." Por desgracia la mayoría
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Que los niños repitan todas las mañanas,al verse al espejo para peinarse y a modode oración matinal:
-Pero ¡qué idiota eres, muchacho!Precaución contra la vanidad y el engrei
miento, ejercicio para no tomar muy porlo trágico nuestros inevitables errores, disciplina para mantener alerta el humorismo,única actitud respetable ante la vida.
La mUStca de Bach nos ofrece uno delos mayores deleites platónicos: la sensaciónde la nec~sidad matemática, mucho más hondamente apreciada, más vital desde luego,Si.!: a la mera contemplación de los conceptos. ¡Qué no hubiera hecho Platón si llegaa oír e! claviccrdio de Bach!
ventaja, por cuanto descuida las líneas derelación entre esto y aquello.
2. Desconfianza por los antiguos sistemas,que se consideran sostenidos en seudo-problemas, vaguedades y ambigüedades verbales. Aceptable muchas veces en cuanto a laformulación o planteo de los problemas; noaceptable en igual grado en cuanto a .laautenticidad de los problemas mismos.
3. y' muy importante: la preocupación ourgencia por crear un nuevo lenguaje lógico-'matemático, sin circun!9quios de charla común ni metáforas literarias. Continúa, así,con la semántica, la exigencia de Sócratespor la "homología", por poner a los conceptos una trampa fija y sin salida. Inquietud legítima. Pero el llevarla hasta sus extremos ¿será provechoso? ¿No se perderá,de paso, una buena dosis de alma humana?
4. Y no taJ;l general: la actitud muchomás profesional ante la vida, y e! mayor desprendimiento ante las cuestiones humanas ysociales: s:an las nuevas organizaciones políticas a lo Pla tón; sean los derechos de losreyes y de los pueblos a que descendió lamás abstracta filosofía medieval; sean lasteorías éticas de Bentham o de los MilI.
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Reality; Taggart, T!Je Nature of Existencr.Acaso e! pensamiento inglés tiene preferencia por esa utilidad inmediata que suelellamarse práctica, lo que más conduce al
No creo que en Inglaterra se hayan dadomuchos sistemas filosóficos estricta y rigurosamente cerrados. Acaso los últimos datende unos treinta años: Alexander, S¡Jace,Time and Deify; \\'lhitehead, Procrss and
nifiesto desdén para los modestos hombrescuerdos). Y, en efecto', el novio de prontooye gritos de espanto, y se percata de que yaestá haciendo exactamente todas esas extravagancias ... Al reconocerse loco, lo invadeuna onda de plenitud en que el gozo y elmiedo parecen mezclar~~ para producir unanueva emoción compacta y den'sa.
Nó sé qué decirme, pero a veces creo queesta tentación de' la locura no es más quela tentación suprema del egoísmo. La locura, forma del egoísmo integral: el universoesclavizado a las arbitrariedades del yo.
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de las ,locuras son torturantes y pavorosas.Como fuere, hay, entre la lucidez y la in
sensatez un plano de deslizamiento y, alláabajo, algo como una terrible tentación. Heleído hace años el caso de un novio, hastaentonces cuerdo, que, en e! bañquete debodas, comienza a cavilar así: "¡Qué sustopara toda esta pobre gente, y cuánto medivertiría yo si, de pronto, saltara sobre lamesa y empezara a volcar el vino sobre lacabeza de los comensales!" (Y nótese quela locura siempre va acompañada de un ma-
tratamiento problemático que no ;11 sistemático.
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En Inglaterra principalmente, la filosofíamovediza y probkmática de nuestro tiempoofrece cuatro rasgos principales bien perceptibles:
1. El mét~do fragmentario de ataque;ventaja, por cuanto no sujeta la investigación al consabido lecho de Procusto; des-
Hará unos cien años ·escribí cierta Fábuladel Microbio y del Elefante. Esta;nos en lodicho. La naturaleza ·-por vil o por sutil,yo lo ignoro- otorga el triunfo a lo ínfimo sobre lo enorme. Sí: un microbio '11ata aun elefante. Pero ¿ha sabido alguien de unelefante que mate a un m:crobio, así sele plante encima con todo su peso? Se dirá,en defensa de la Creación, que una cosa esla calidad y otra la cantidad, que la magnitud no es espíritu. Pero yo 'contesto que lacalidad, el espíritu, están más bien en lasmagnitudes medias, como el hombre. (¡Siempre la áurea ley de! justo medio!). Porque,si el microbio tiene mejor calidad y másespíritu que el elefante, entonces el mundoestá al revés.
Esto da mucho en qué pensar ... ¡Vayacon el microbio! ¡Ojo con los miserables,seli.ores, y penicilina con ellos! Después detodo, es verdad, el hombre, e! del términomedio, acierta a matar uno que otro microbio. ¡Por ahí, por ahí!
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Algunos tediosos quieren decir que la humanidad siempre es igual y siempre ha sentido (fe igua!' modo. No exageramos. Lahistoria nos dice que cambia, y no miente:hay evoluciones, hay mudanzas en la sen-
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DICKENS, Blcak fIo!lsc, ca? XI!.
Cuando el poeta, cuando d a;·tista dechran que al fa se han descubierto a sí mis-
11. medida que nos acei·cam03. las intenc:ones manuales dominan sobre las visuales:lo que era paisaje se vuelve depósito de materia p~ima para la industria, ('n el mejorde los casos; la estatua, abj.eto sm:;ual; elhéroe, estorbo.
"Al otro extremo de la mesa, el HonorableWilliam Buffy, Mie~bro del Párlamento,arguye con otro comensal y le declara qued naufragio del país -sobre lo cual nohay duda, pues sólo se discute ahora el modo como va acontecer- es atribuíble aCuffy. Si hubiéramos hecho con Cuffy loque debimos haber hecho cuando vino porprimera vez al Parlamento, y hubiéramosevitado que se pasara a Duffy, ahora lo tendríamos aliado a Fuffy, contaríamos conun polemista de peso como lo es Guffy, habríamos dispuesto para las c1ecciones de los·recursos de Huffy, al menos respecto ales tres condados de Juffy, Kuffy y Luffy;y habríamos reforzado la administracióncon ese conocimiento de los negocios quees la característica de Muffy. Todo esto hubiéramos ganado, ¡en vez de encontrarnos,co:no lo estamos, a merced de los caprichosde Puffy!"
Esta biografía de Freud por Ernesto Jones hace meditar. Ignoro cuántos se habrán"curado" realmente por el método del psico:mális:s, y me parece un rasgo de grandeza en Freud el haber dicho más o menos queeso le importaba muy poco. Sospecho que elmétodo exige del paciente un valor y uncarácter semejantes al del fundador del método, y aun no pe::¡ueña dosis de amor, sinel cual nadie hace dejación de sí mismo enajenas manos ni entrega a otro sus miserias.
Pero lo que sobre todo me impresiona enFreud es su tipo de mentalidad más bien histórico que científico, lo cual lo llevaba confrecuencia a desentenderse de términos técnicos y a prestar mayor atención al hechosingular que a las colecciones estadísticas.La gran revolución que él representa a misejos, y que lo enaltece aun sobre los posibleserrores de sus teor.ías y su sistema (y ni si-
mundo: iba al galope. No sé si se habrá estudiado cuidadosam:nte la repercusión de('~te agente aséptico en el pensamiento occidental. Lo que después aconteció en la España árabe es ya cosa distinta.
Hoy, a la sutileza teológica sucede la sutileza política. Y entre la complicación infin~ta de la burocrac:a, la tecnocracia, la cien··cía de la destrucción y hasta la pedanteríaLngüística, d mundo se ahoga. Los sistemas opuestos padecen del mismo mal, yninguno nos ofrece un alivio. ¿De dóndevendrá la marejada simplificadora?
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sibilidad, en la apreciación de la vida, en losremedios que se aplican contra este. desastrede la existencia. Basta recorrer los pocos añosque hemos vivido. Cuando, por 1892, Maurice Barres escribió L'Ennemi des Lois (librodescosido, frío, mediocre, aunque de excelente dicción), a nadie le parecía absurdoque un profesor algo anárquico, a quienprecautoriamcnte se condenó a tres mesesde cárcel porque cierto artículo suyo pudoprovocar el lanzamiento de una bomba eneLCírculo de Oficiales, volviera tranquilaIl)e,nte a su casa después de oír la sentencia,mientras llegaba la hora en que se le invitara a cumplirla; y, ya en su celda, emplearasu ocio en dar lecciones de reforma sociala dos jóvenes discípulas atraídas por su aventura, una intelectual francesa y una princesarusa, quienes, naturalmente, pronto se alternarían en su amor. ¿Qué hubiera pasado ennuestros días, amén de la inevitable destitución? El sometimiento a una vigilancia constante,. la constante censura de su trabajo ysus papeles, la cesantía incurable, acaso elcampo de concentración o sus mil y unaequivalencias ...
En el final será el Verbo. Cuando todo sehaya hecho explícito a través del Logos(ecuación de Espíritu y Palabra), e! mundo, llegado al remate, desaparecerá automáticamente. Los poetas son los más intensosagentes calóricos en este proceso de combustión metafísica.
Los grupos pequeños son e! secreto deléxito en la educación. También lo son en lascosas fundamentales del sostenimiento material: la mesa y la cama. Allá, dice la frasehecha, más que las Gracias y menos que las·Musas; acá -¡por favor!- las Gracias como máximo.
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Sustancias de una charla polí tica :"He aquí a milord Boodle, que goza de
considerable reputación en su partido, quesabe lo que es un cargo público y que declara a Sir Leicester Dedlock con la mayorgravedad, a la hora de la sobremesa, querealmente no puede entender a dónde vamos:Ya un debate no es lo que solía ser un debate; la Cámara no es lo que solía ser laCámara, y aun e! Gabinete no es ya lo queera. Se percata con sobresalto de que, en e!supuesto de que fuese derribado el actualGobierno, las limitadas posibilidades de laCorona, para la integración de un nuevoMinisterio, tendrían que oscilar entre LordCoodle . y Sir Thomas Doodle, dando .poradmitido que fuese imposible para el Duquede Foodle el asociarse a Goodle, lo que esde creer a consecuencia de la ruptura acontecida con motivo de! caso de Hoodle. Yentonces, dejando el Departamento del Interior y la Presidencia de la Casa de losComunes a Joodle, e! Exchequer a Koodle,las Colonias a Loodle, y e! Foreing Office aMeodle, ¿qué hacemos c:>n Noodle? No podemos ofrecerle la Presidencia del Concejo,que estaría reservada a Poodle. Tampocopodemos darle Reforestación y Bosques, queapenas es bueno para Quoodle. ¿Y qué sucede? ¡Qué el país naufraga, se arruina, sedespedaza (según claramente lo comprenderá sin duda e! patriotismo de Sir LeicesterDedlock), sólo porque no sabemos qué hacer con N oodle!
mos, a veces sólo logran desagradar a losdemás. Y es que confunden la originalidadcon la indisciplina, y creen haber encontrado su ruta por enttegarse a sus impulsos temperamentales, a sus manías, a sus tics nerviosos. El descubirirse a sí mismo es, másbien, descubrir al hombre abstracto que hayen nosotros, al universal, al arquetipo, yabrazarse a él con fervoroso entendimientoplatónico. .
Esto no pueden aceptarlo, claro es, los"existencialismos", de cualquier época o denominación que sean: sistemas o doctrinasque ven· al hombre, no como un ser, sinocomo un hacer, o como un movimiento sinmóvil. Y ya se sabe que la explicación delmovimiento ha sido el derrumbadero de todas las filosofías.
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Entre la sutileza medieval, cuyas marañas;¡:~lcnazaban ahogar el alma, e! ventarrón de!islamismo trajo un alivio simplificador, ypor eso se ..apoderó rápidamente de medio
quiera estoy cierto de que él se haya percatado cabalmente de lo que hacía) está enhaber concedido a los hechos psicológicos eltratamiento que corresponde, no al ordennatural -que se investiga según la químicao la biología-, sino al orden histórico. Postura audacísima que no sólo lo ponía contra las convenciones vulgares, sino que loenfrentaba con su mismo Dios. Pues el mundo histórico es un lugar de abominación donde, en vez de las energías limpias y mensurables, todo anda revuelto y mezclado, suciode lo uno con lo otro, y donde lo que secree haber sucedido es tan real como lorealmente sucedido, para cuya descripciónapenas es posible valerse de circunloquios yfrágiles analogías.
Parece que Freud, al descubrir los contornos de su quimera, sintió algún pavor;y era justo, porque él lanzaba un reto contra los sab:os qúe más admirab:l y quería,aC:lSO contra las disciplinas de su juventud,por las que siempre guardó una vaga nostalgia.
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