Lección 13
TEXTO CLAVE“Porque desde donde el sol
nace hasta donde se pone, es
grande mi nombre entre las
naciones; y en todo lugar se
ofrece a mi nombre incienso y
ofrenda limpia, porque grande
es mi nombre entre las
naciones, dice Jehová de los
ejércitos”
Malaquías 1:11
INTRODUCCIÓN
Problema:¿Qué dice el profeta Malaquías acerca del compromiso de Dios con su pueblo y las responsabilidades de este?
INTRODUCCIÓN
Hacía ya muchos años que el Templo había sido reconstruido en tiempos del rey persa Darío. Su sucesor, Artajerjes, envió a Nehemías como gobernador para reconstruir la ciudad de Jerusalén.
1. Dios merece nuestra fidelidad (Mal. 1)2. Dios quiere que seamos fieles con los demás
(Mal. 2)3. Dios promete bendecir nuestra fidelidad
(Mal. 3:1-12)4. Dios guarda un registro de nuestra fidelidad
(Mal. 3:13-18)5. Dios da una misión a su pueblo fiel (Mal. 4)
En ese tiempo (entre 444 y 432 a.C.), Esdras y Nehemías dirigieron un importante movimiento de reforma espiritual entre el pueblo.
Pero, cuando estos dos hombres faltaron, el pueblo cayó en la desidia espiritual. Alrededor del año 425 a.C., Malaquías fue llamado al ministerio profético para hacer recapacitar al pueblo sobre su infidelidad hacia su Creador, renovando de nuevo el llamado: “Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros” (Malaquías 3:7)
“Habéis además dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto! y me
despreciáis, dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo
hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda.
¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? dice Jehová”
(Malaquías 1:13)
Los sacerdotes menospreciaban de tal manera los ritos del santuario que aceptaban animales cojos o dañados para los sacrificios y consideraban fastidiosos los ritos y ceremonias sagradas.
Con esta actitud, no solamente eran infieles con Dios, sino que rechazaban la Salvación al no apreciar en aquellos sacrificios al “Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29)
“En el antiguo ritual que era el Evangelio expresado en símbolos, ninguna ofrenda
defectuosa podía llevarse al altar de Dios. El sacrificio que había de representar al Cristo
debía ser inmaculado. La Palabra de Dios señala esto como ejemplo de lo que deben ser
sus hijos: un “sacrificio vivo,” “santo y sin mancha,” “agradable a Dios.” Romanos
12:1; Efesios 5:27” E.G.W. (El ministerio de curación, p. 92)
“El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre,
¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová
de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y
decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?” (Malaquías 1:6)
Dios exige fidelidad porque Él es Padre, Señor y Gran Rey de Israel (Mal. 1:6, 14)
1. El hijo ha de honrar a su Padre.
2. El siervo ha de honrar a su Señor.
3. El súbdito ha de honrar a su Gran Rey.
Como hijos, siervos y súbditos, debemos honrar triplemente a nuestro Dios.
“¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo
Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el
otro, profanando el pacto de nuestros padres?” (Malaquías 2:10)
El pueblo de Dios es acusado de deslealtad mutua y de deslealtad entre los cónyuges.
“Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de
tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la
mujer de tu pacto” (Malaquías 2:14)
Malaquías toma el matrimonio como un ejemplo para ilustrar la falta de fidelidad y compromiso mutuos. De acuerdo con la Biblia, el matrimonio es una institución sagrada establecida por Dios. El pueblo de Israel fue advertido contra los casamientos fuera de la fe, porque el hacerlo pondría en riesgo su compromiso con el Señor y caería en la idolatría (ver Jos. 23:12, 13).
“Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob,
no habéis sido consumidos” (Malaquías 3:6)
La infidelidad del pueblo de Israel merecía la destrucción. Pero la fidelidad y el amor de Dios no cambian y, por eso, no habían sido destruidos.
Ahora, Dios les pone (nos pone) una prueba de fidelidad: “Traed íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa” (Mal. 3:10 NVI p.p.)
Y, además, añade una promesa de bendición:
“Probadme en esto —dice el Señor Todopoderoso—, y ved si no
abro las compuertas del cielo y derramo sobre vosotros
bendición hasta que sobreabunde” (Mal. 3:10 NVI u.p.)
“Cuandoquiera que los hijos de Dios, en
cualquier época de la historia del mundo,
ejecutaron alegre y voluntariamente el plan de
la benevolencia sistemática y de los dones y
ofrendas, han visto cumplirse la permanente
promesa de que la prosperidad acompañaría
todas sus labores en la misma proporción en
que le obedecieran. Siempre que reconocieron
los derechos de Dios y cumplieron con sus
requerimientos, honrándole con su sustancia,
sus alfolíes rebosaron; pero cuando robaron a
Dios en los diezmos y las ofrendas, tuvieron
que darse cuenta de que no sólo le estaban
robando a él, sino que se defraudaban ellos
mismos; porque él limitaba las bendiciones
que les concedía en la proporción en que ellos
limitaban las ofrendas que le llevaban”
E.G.W. (Testimonios para la iglesia, tomo 3, pg. 435)
“Entonces los que temían
a Jehová hablaron cada
uno a su compañero; y
Jehová escuchó y oyó, y
fue escrito libro de
memoria delante de él
para los que temen a
Jehová, y para los que
piensan en su nombre. Y
serán para mí especial
tesoro, ha dicho Jehová
de los ejércitos, en el día
en que yo actúe; y los
perdonaré, como el
hombre que perdona a su
hijo que le sirve. Entonces
os volveréis, y
discerniréis la diferencia
entre el justo y el malo,
entre el que sirve a Dios y
el que no le sirve”
(Malaquías 3:16-18)
Ante la demora de Dios de cumplir sus juicios sobre los pecadores, los israelitas llegaron a una conclusión errónea: “Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia de Jehová de los ejércitos?” (Mal. 3:14)
Pero Dios escucha y anota las palabras y actos de aquellos que claman por justicia y, aferrados a los méritos de Cristo, le sirven gozosos, al amparo de Su gracia.
“Que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme
ahora de tu libro que has escrito” (Éxodo 32:32)
“Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban
escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una
de ellas” (Salmos 139:16)
“Y acontecerá que el que quedare en Sion, y el que
fuere dejado en Jerusalén, será llamado santo; todos los que en Jerusalén estén
registrados entre los vivientes” (Isaías 4:3)
“Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago
de fuego”(Apocalipsis 20:15)
“Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol
de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y
saltaréis como becerros de la manada” (Malaquías 4:2)
Dios le encarga al pueblo fiel que vive los últimos momentos de la historia de este mundo una obra doble:
1. Recordar la Ley dada a Moisés (Mal. 4:4)
2. Hacer volver el corazón de los padres hacia los hijos, de los hijos hacia los padres, y el corazón de todos hacia Dios (Mal. 4:6)
E.G.W. (Alza tus ojos, 21 de octubre)
“Ahora, justamente antes de la venida
de Cristo en las nubes del cielo, ha de
efectuarse una obra como la que realizó
Juan el Bautista. El Señor llama a
hombres que preparen a un pueblo que
esté firme en el gran día del Señor.
El mensaje que precedió el ministerio
público de Cristo fue: “Arrepentíos,
publicanos y pecadores; arrepentíos, fariseos y saduceos; arrepentíos,
porque el reino de los cielos se ha acercado”. Véase Mateo 3:2. Como
pueblo que cree en la pronta manifestación de Cristo, tenemos un
mensaje que dar: “Preparaos para ir al encuentro de vuestro Dios”.
Nuestro mensaje debe ser tan directo como lo fue el de Juan. Reprendió
a reyes por su iniquidad. A pesar de que arriesgaba constantemente su
vida, no vaciló en declarar la Palabra de Dios; y nuestra obra en estos
tiempos debe realizarse con la misma fidelidad”
REFLEXIÓN
•¿Qué dice el profeta Malaquías acerca del compromiso de Dios con su pueblo y las responsabilidades de este?
Dios tiene un compromiso de bienestar con su pueblo, lo ama; quiere bendecirlo y lo llama a ser fiel en todas las esferas de su vida.
CREATIVIDAD
• La lección menciona dos aspectos de fidelidad: Fidelidad en las ofrendas y diezmos, y fidelidad al conyugue. Si estas fallando en uno de estos aspectos, dobla tus rodillas pide perdón y ayuda divina. Ahora inicia el cambio en tu vida… ¡SE FIEL!
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13 lecciones que tratan sobre este tema
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