ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… ·...

27
MINISTERIO DE AGRICULTURA Y PESCA Y ALIMENTACiÓN INSTITUCiÓN NACIONAL PARA LA CONSERVACiÓN DE LA NATURALEZA (ICONA) FUNDACiÓN GENERAL DE LA UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DE INGENIEROS DE MONTES MAPA FORESTAL DE ESPAÑA Escala 1:200.000 HOJA 7-4 ZARAGOZA IV - VEGETACION L. Villar pp.: 53-78. MADRID 1990

Transcript of ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… ·...

Page 1: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

MINISTERIO DE AGRICULTURA Y PESCAYALIMENTACiÓN

INSTITUCiÓN NACIONAL PARA LACONSERVACiÓN DE LA NATURALEZA (ICONA)

FUNDACiÓN GENERAL DE LAUNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID

ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DEINGENIEROS DE MONTES

MAPA FORESTAL DE ESPAÑA

Escala 1:200.000

HOJA 7-4

ZARAGOZA

IV - VEGETACION

L. Villar

pp.: 53-78.MADRID 1990

Page 2: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

1. INTRODUCCION

La Hoja de Zaragoza, que ahora vamos a comentar, abarca territorios comprendidos en elSistema Ibérico, desde el Moncayo hasta la Sierra del Algairén; la Depresión del Ebro, en suparte media, desde Ribaforada(Navarra) hasta Pina de Ebro (Zaragoza), más la cuenca baja delGállego, flanqueada por los Montes de Zuera y Castejón de Valdejasa, al W, y la Sierra deAlcubierre, al E.

El centro de la Depresión es llano, árido y se halla en su mayor parte deforestado, por locual aparece como una mancha blanca, huertas y cereal, surcada por el gran río Ebro y susjirones de bosque galería, es decir, sotos. Los Campos de Cariñena y Borja, más los regadíosdel Jalón y Gállego, se suman a esas porciones cultivadas, con sus olivares, viñedos, camposde almendros o de árboles frutales. No obstante, ya están salpicados de ciertas elevaciones notan secas y con vocación forestal.

Estos niveles medios nos llevan, en el ángulo SW de la Hoja, a las primeras estribacionescalizas del Moncayo, su gran macizo silíceo y a las Sierras de la Virgen, Vicort y Algairén, dondese alcanza la máxima diversidad de la vegetación en el territorio que abarcamos.

El clima del Valle del Ebro es de carácter mediterráneo continental, seco, con largo períodode heladas, inversiones térmicas y nieblas en las hondonadas y un viento dominante frío ydesecante, el cierzo.

Zaragoza no es sólo la mayor urbe, sino también el centro de mayor aridez, la cual seprolonga desde Gallur, río arriba, hasta Los Monegros y Sástago, aguas abajo. Este sería elantiguo dominio del sabinar de Juniperus ttiurttete, hoy reducido en la zona que nos ocupa, ala porción occidental de Alcubierre y aledaños.

A ambos lados de esta tierra baja, o sea, entre los 350 y 700 m de altitud, se extiende labanda del coscojar aragonés o «sarda», donde la coscoja (Quercus coccifera) va acompañadadel escambrón (Rhamnus tycioidee), de diversos matorrales de romero y de formaciones dePinus halepensis, las cuales alcanzan su mayor desarrollo en los Montes de Zuera y Castejónde Valdejasa.

Por encima de los 700 m de altitud las heladas ya no son tan prolongadas y los suelospedregosos de terrazas y piedemontes muestran amplias zonas del carrascal de Quercus rotun-

Page 3: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

54

difolia, acompañado unas veces de la gayuba (Arctostaphylos uva ursij y otras del enebro de lamiera (Juniperus oxycedrus). Precisamente, a este nivel, la presencia puntual de boj (Buxussemperviréns) nos indicará un cierto carácter submediterráneo o «prepirenaico»: en las faldasdel Moncayo se les compara con el «Quercetum mediterraneo montenum» y hallaremos algunamancha del robledal submediterráneo genuino, formado por quejigos o robles carrasqueños(Quercus faginea ssp. valentina).

A los macizos occidentales ya anotados, llega por el NW la influencia del clima de montaña-lberoatlántíca-, señalada por el desarrollo en la «Dehesa del Moncayo» (900 m), cabecera delIsuela, etc., del rebollar o marojal, bosque de Quercus pyrenaica, más los prebrezales que leacompañan.

Un roble de hoja caduca, Quercus petraea o roble albar, forma bosquetes más o menosaislados y tampoco es raro encontrar híbridos con los dos anteriores, particularmente el llamadoQ. X numantina por el botánico bilbilitano C. Vicioso, esto es, Q. pyrenaica x Q. petraea.

Aún más, recordándonos los bosques húmedos de Navarra y Vascongadas, por encima delos 1.000 m, las faldas sombrías del Moncayo exhiben los hayedos más meridionales de Aragón,donde el haya (Fagus sylvatica), favorecida por las nieblas parásitas, convive con el acebo (l/exaquifolium), el tejo (Taxus baccata) y los arándanos (Vaccinium myrtillus).

Ya por encima de los 1.600 m de altitud, la innivación es un factor climático destacado ypasamos del dominio de árboles caducifolios al de las resinosas. Este piso «subalplno», sobrelas elevaciones silíceas del Moncayo, viene representado por el piorno o escoba (Cytisus purgans)más las bellas masas .del pino silvestre o royo (Pinus sylvestris); aunque el pino negro (P. uncinata)no exista espontáneo en el Moncayo, sí forma todavía bosques en la Sierra Cebollera (Soria) yen Gúdar (Teruel).

Así llegamos a los pastos cacuminales, más allá de la cota de los 2.000 m, donde losenebros rastreros alternan con musgos y pastos duros de la famosa -rompebarriqas», Festucaduriuscula varo aragonensis, más algunas especies fisurícolas destacadas, como la endémicaSaxífraga moncayensis o el rarísimo licopodio Huperzia selago. El Moncayo no sólo es un monteseñero aragonés, sino que con sus 2.316 m es la cima más elevada de todo el Sistema Ibérico.

Pero estas muelas y collados altos también nos muestran ciertos elementos de montañamediterránea, como los que se ven en las parameras castellanas del nacimiento del Jalón. Setrata de los cojinetes o almohadillas espinosas, bien adaptados a fríos, vientos y períodos secos,del «erizo» (Erinacea anthyllis) o de los menos vulnerantes de la Genista pumita.

Estos breves comentarios introductorios pueden cerrarse hablando, como excepción a laslíneas generales esbozadas, de la vegetación de los yesos o suelos salobres (Arba, Jalón, Ebro,Gállego, Huerva, Monegros), a base de asnallo, albardín, sisallo, ontina, sosa, salicornia, tamariz,etcétera.

En resumen, al descender de los confines castellanos del Moncayo hacia las tierras bajasmonegrinas, el viajero podrá percibir en tan sólo cien kilómetros la transición entre la Iberiahúmeda y la Iberia árida, entre los hayedos o bosques de ladera brumosa y las estepas yesosasabiertas al cierzo, entre la vegetación de la alta montaña mediterránea ibérica y los sotos de losgalachos que bordean nuestro más caudaloso río, el Ebro.

Destaquemos cómo, a nivel europeo, sólo será posible encontrar mayores contrastes, entan poco espacio, bajando desde la Cordillera Pirenaica hasta el mismo valle medio del Ebro.

Page 4: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

55

En las páginas que siguen hablaremos de la composición florística, dinamismo, estado deconservación, valor ecológico y posibilidades de futuro de cada uno de esos dominios bioclimá­ticos. Comenzaremos por las cejas del repetido Moncayo e iremos descendiendo poco a pocohasta las cercanías de Zaragoza.

1.1 LOS ELEMENTOS COROLOGICOS

Son los siguientes:

El irano-turaniano o estepario, en el que se incluyen especies adaptadas al viento y a laaridez, junto a los fríos invernales. Como representantes más llamativos, quizá relictuales desdeel Mioceno, mencionemos Ceratoídes (=Kraschennínnikovia) latens, Nepeta ucraníca y diversasespecies del género Stipa. Muchas de ellas sólo se hallan en el SE ibérico, Norte de Africa yAnatolia-Irán.

- El mediterráneo, ampliamente distribuido a ambos lados de la Depresión, con especiestan genuinas como el romero, la coscoja, la carrasca, el pino carrasco, el tomillo, el escambrón,Fumana eticoides, G/obularía alypum, Thymelaea tinctoria, Bupleurum rigidum, Brachypodiumretusum, Medicago secundiflora, Ephedra fragilis, E. nebrodensis, Lavatera maritima, Andryalaragusina, Arundo plinii, Ficus carica, Asparagus acutifolius, Aphyllanthes monspeliensis, Loníceraimplexa, Celtís australis, Quercus suber, Cístus albídus, Narcissus dubíus, Asplenium glandulo­sum, Centaurea tinitotie, Piptatherum (= Oryzopsis) coerulescens, etcétera.

- El iberoatlántico, igualmente llamado supramediterráneo, encabezado por Quercus pyre­neice, Genista florida, Eríca arborea, Cal/una vulgarís, Hypericum montanum, Luzula forsteri,Genísta hispaníca ssp. occidentalis, Helictotrichon cantabricum, Erica vagans, Nardus stricta,etcétera.

- El submediterráneo, puntual, señalado por el Quercus faginea ssp. valentina, Buxussempervirens, Acer monspessulanum, Viburnum lantana, Fraxinus angustifolía, Brachypodiumphoenicoides, etc.

- El oromediterráneo, con plantas tan llamativas como Erinacea anthyllis, Genísta pumila,Helianthemum canum, Jasonia glutinosa, Juniperus sabina, Globularia repens, Festuca gautíeri,Juniperus thurifera, Fumana procumbens, etcétera.

- El atlántico, que se identifica por Fagus sylvatíca, Ilex aquifolium, Pteridium aquilinum,Athyrium filix-femina, Vaccínium myrtillus y algunas especies más.

- El endémico, centrado principalmente en Aragón y E de España, con especies siempreoriginales pero de diversas afinidades: Cochlearia aragonensis (ibero-pirenaica), Saxifraga mon­ceyensis, Saxifraga losae (ibérica), Ptilotríchum spinosum, Sarcocapnos enneaphylla, Medicagosecundíflora, Hornungía aragonensís, Mícrocnemum coralloídes ssp. coral/oídes, Festuca indi­gesta ssp. aragonensís, Víola montcaunica, Límonium vicíosoi (suelos yesosos), etcétera.

2. LA VEGETACION

2.1 EL PISO SUBALPINO ALPINIZADO

En este caso coincide con el llamado «piso supratorestal- del Moncayo, entre los 1.700 ó

1.800 m de altitud y las cumbres. Respecto al sustrato, digamos que es silíceo, dando lugar a

Page 5: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

suelos muy pobres en bases, los cuales no pasan de estados iniciales, debido a la bajas tempe­raturas, a la innivación y a la acción periglaciar.

Se estima que las precipitaciones alcanzan los 1.000 mm anuales, con un máximo eninvierno, debido a los frentes «oceánicos» del NW, y otros máximos secundarios en otoño yprimavera.

El viento barre la nieve de las crestas moncáunicas y para adaptarse a él y a los fenómenosde hielo-deshielo edáficos se impone una vegetación en forma de cojinetes o pulvínulos, carac­terizada en primer lugar por el enebro rastrero, Juniperus communis ssp. alpina. Entre las man­chas de este arbusto hallamos los pastos pedregosos, ralos, dominados por gramíneas durascomo Festuca indigesta ssp. aragonensis o Deschampsia flexuosa ssp. brachyphylla, la primeraendémica de algunos montes ibéricos más el SW francés y la segunda, ibérica.

También. forman almohadillas de menor tamaño especies como Armeria bigerrensis ssp.microcephala (endémica), Silene ciliata, la Antennaria dioica o «falso edelwelss», Alchemi/laalpina, Hieracium vahliiy Jasione crispa. Ligadas a los suelos rocosos citemos Sedum brevitolium,Linaria alpina, la mencionada Saxífraga moncayensis, líquenes como la Cetraria istendice, mus­gos como el Polytrichum piliferum y algunas especies más: Paronychía polygonífolía, Luzulaspicata, Cerastíum ervense, Veronica fruticans, Scleranthus perennis, Euphrasia pectinata, etcé­tera.

Se trata, por tanto, de un mosaico entre el matorral bajo denominado Vaccinio-Juniperetumnanae y los pastos discontinuos conocidos como Minuartio-Festucion indigestae, ambas comu­nidades descritas por Rivas Martí nez.

Por el difícil acceso y la pobreza de su vegetación, esta zona sólo ha servido para pastoreoextensivo, pero ya hemos visto que alberga algunas especies vegetales de interés, e incluso.alguna endémica. Sólo cabe pedir a los excursionistas su respeto por esa flora de las alturas.

2.2 EL PISO SUBALPINO INFERIOR

La presencia de arándanos, Vaccinium myrtillus, dedaleras (Oigitalis purpurea, O. parviflora),escobas (Cytisus purgans) , frambuesas (Rubus idaeus) y otras plantas como 8iscutella intermediay el brezo Erica australis ssp. aragonensis, ya nos indica que nos apartamos del nivel de cumbresy dejando canchales y circos glaciares, nos acercamos al dominio subalpino inferior, de claravocación forestal.

Entre grandes bloques silíceos hallaremos muchas de las especies citadas de las cumbres,más un helecho de color verde tierno, Cryptogramma crispa. Aquí estamos en el nicho ecológicomás idóneo para el pino negro (Pinus uncinata) , el árbol más genuino del subalpino pirenaico.No obstante, sólo lo encontraremos repoblado junto con algunos abetos y ante ello podemospensar que en alguna época climática pretérita pudo haber sido eliminado de estas cimas porsu congénere P. sylvestris.

Las masas de este último árbol se extienden entre los 1.900 m de altitud (avanzadillas) ylos 1.600 m, ocupando suelos ácidos en laderas de pendiente acusada. Los fitosociólogos las.incluyen en la comunidad llamada Junipero-Cytisetum purgantis, subasociacián pinetosum syl­vestris. Además de las especies citadas, cabe mencionar la brecina, Cal/una vulgaris, algúnejemplar del serbal de cazadores (Sorbus aucuparia) o de su congénere el mostajo (S. aria), la

Page 6: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

57

vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del cervuno, Nardusstricta , propio de la montaña atlántica (si bien llega hasta Albarracín) y alguna otra pratense.

En opinión del Dr. P. Montserrat, se trata de pastos muy pobres, con casi ninguna legumi­nosa, antes aprovechados por el vacuno, pero de muy difícil mejora.

Hacia los 1.800 m de altitud ya podremos encontrar algunas hayas achaparradas, las cuales,junto con el brezo arbóreo (Erica arborea), son el aviso de que de allí para abajo la innivaciónes menor y dejando la insolación elevada de las cumbres, entramos en otro nivel más brumoso,con heladas menos prolongadas, dominado por caducifolios como el haya, Fagus sy/vatica.

2.3 EL PISO MONTANO

Expresando la penetración meridional de los efluvios cantábricos, a través de Cameros yUrbión, alcanzan nuestro Moncayo los hayedos. La mejor masa se encuentra en el Barranco deCastilla, entre unos 1.300 y 1.600 m de altitud, en exposición N o NNE, pero existen otras porencima de Añón, hacia el Santuario, y también vimos de lejos en la umbría de la Sierra delTablado, ya en tierras sorianas.

Al parecer, cuando la exposición es más oriental y las nieblas no son tan persistentes, estanoble fagácea se ve sustituida iJar bosquetes del roble albar, Quercus petraea, o de sus híbridoscon el roble tozo, rebollo o marojo, árbol este último que le reemplaza a niveles inferiores.

. Su carácter de límite de área se acusa por la casi total ausencia de «pulmoneras» (Usnea,Alectoria, Evernia...), llamativos líquenes corticícolas colgantes, de uso medicinal, o por supobreza florística cuando se les compara con hayedos navarros u oceánicos, aposentados ensuelos más ricos y bajo atmósfera de humedad más constante. Quizá el terreno no da para másy las raíces del árbol eliminan por competencia a muchas otras plantas, precisamente las queno pueden resistir soporte edáfico ácido y de poco alimento.

Estos bosques de frondosas se han incluido en la asociación Galio rotundifolii-Fagetum, dela alianza lIici-Fagion. Entre de sus especies más constantes citemos la gram ínea Deschampsiaflexuosa, el cuajaleches Galium rotundifolium, que junto con el acebo, l/ex equitolium, sirve parabautizarla; la elegante juncácea Luzula sy/vatiea, el frambuesa (Rubus idaeus), Sanicula europaea,Hepatica nobilis, Mice/is murelis, Cruciata g/abra, Helleborus virldis. Digitalis purpurea, Taxusbaccata (el tejo, árbol muy tóxico), Geranium sylveticum, Circaea /utetiana, Poa nemora/is, Me/icauniflora, Ho/cus mollis, Li/ium martagon, etc. En algunos rodales más sombríos nos sorprenderáel helecho hembra, Athyrium fi/ix-femina, junto a otros pteridófitos como Oryopteris di/atate,Polypodium vulgare, etcétera.

En los claros del hayedo aparecen los saúcos (Sambueus nigra), la dedalera (Digíta/is pur­purea), la Viola montcaunica descrita por el farmacéutico Carlos Pau y cercana a la ~ eornuta,los serbales (Sorbus aucuparia, S. tormínalis), Solidago virgaurea, Veronica offieina/is, Prímulaverls, Epilobium angustifolium y, a veces, Genista florida.

Entre los musgos de las cortezas destacan dos especies del género Orthotrichum y entrelos que recubren las piedras sombrías bajo la capa del haya mencionemos Pterigynandrumfiliforme y la Grimmía /eucophaea.

Los barrancos más húmedos, por donde el agua fluye constantemente, mantienen sueloscon alto grado de humedad, lo cual favorece el desarrollo de bosquetes de abedul, Betuta

Page 7: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

cettiberice, en detrimento del haya. Van acompañados de la gramínea Melica uniflora y de ahíque se hayan llamado Melico-Betuletum celtibericae. En estos arroyos veremos avellanos, fres­nos (Fraxinus excetsior, F. angustifolia) , arañones, Prunus spinose, el arbusto vibumum opulus,la ranunculácea Clematis vitalba o «hierba de pordioseros», Lysimachia vulgaris, etc., así comoalgunos musgos: Calliergonella cuspidata, Polytrichum formosum, Pseudoscleropodium purum,etcétera.

Incluso pueden bordear estas corrientes algunas comunidades fontinales como ocurre enel arroyo de Agramonte; se caracterizan por tapices de musgos casi permanentemente enchar­cados como son los esfagnos: Sphagnum palustre, S. subnitens, S. auriculatum, junto con otrashierbas tiernas indicadoras de aguas frías y ácidas.

La parte baja de los hayedos, es decir, la cercanía de los rebollares, viene anunciada porla presencia de especies comunes con este tipo de robledal. Nos referimos a la Luzula forsteri,la Genista hispanica ssp. occidentalis, Erica vagans, Hypericum pulchrum, Geum sylvaticum,Fragaria Yesca, Lathyrus montanus, Trifolium montanum, Vaccinium myrtillus, etcétera.

Los hayedos del Moncayo pueden considerarse bien conservados. En parte de su dominiose llevaron a cabo repoblaciones de pino royo (Pinus sylvestris) y como era de esperar dieronmuy buen resultado. La resinosa aprovecha la fertilidad acumulada por la frondosa y crecedeprisa en los vacíos o claros provocados al plantar. Otro tanto ocurre en el Pirineo, si bien enla parte occidental de esta cordillera, sobre todo en Navarra, el haya, con el tiempo, recolonizasus antiguos feudos.

No sabemos si este último proceso se dará en el Moncayo. A decir verdad, los hayedos enlímite de área, también llamados submediterráneos, presentan una regeneración a veces difícil,porque el microclima especial que mantenían desaparece. Aunque sólo sea por su condiciónde bosque húmedo más meridional en Aragón, el hayedo del Moncayo merece sin duda untratamiento conservador.

En nuestra opinión, los escasos abetos que puedan hallarse en este macizo deben conside­rarse plantados, a pesar de alguna cita bibliográfica antigua. Abies alba es netamente pirenaicoy no se halla espontáneo al oeste del Irati navarro, ni incluso entre los inmensos hayedos deAralar y Urbasa.

2.4 LOS REBOLLARES

El bosque supramediterráneo ibérico-carpetano, formado por esos robles de hoja grandey peluda, caediza, conocidos como rebollo (Ouercus pyrenaica), se extienden en todo el Moncayosilíceo, cabecera del Isuela (Purujosa-Beratón) y Sierra de la Virgen, por una banda altitudinalcomprendida entre 900 y 1.300 m, aunque puede descender a veces hasta 700 m y alcanzar lacota de 1.400 m.

Este bosque caducifolio, aparte de formar muchas veces masas puras, con gran vitalidad,puede mostrar poblaciones hibridógenas con los quejigos (O. valentina) o lo que es más común,con el roble albar (O.petraea), que como ya hemos dicho, llega a individualizar algún bosquete.

Comparado con el de los hayedos, el suelo del rebollar no es tan pobre en sustanciasnutritivas, pudiéndose calificar de tierra parda silícea y con un pH ligeramente ácido, entre 5,5y 6,6. Al parecer, las hojas caídas en otoño aportan bases y frenan una acidificación mayor.

I

I~~

1

Page 8: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

5'1

Como extremo dependiente de suelos arenosos pobres, a este nivel hallaremos en la Sierrade la Virgen, no lejos de Illueca, dos manchas de un árbol mediterráneo genuino, el alcornoque(Quercus suben, que la Diputación General de Aragón se esfuerza en conservar.

El rebollo ya puede resistir períodos de sequía atmosférica más prolongados que el hayay, a la vez, aguantar heladas más duraderas que la carrasca (Ouercus rotundifo/ia) , árbol medi­terráneo siempreverde que le sustituye al descender en altitud (Añón, Lituénigo, San Martín,etc.), cuando ya la 'sequía de verano y, en especial, la topográfica, se acusan.

Ouercus pyrenaica es un árbol íbero-norteafricano y del SW de Francia, que resulta frecuenteen la mitad Norte peninsular y por el Sistema Ibérico baja desde Soria hasta Cucalón y Albarracín(Teruel).

Los fitosociólogos distinguen en el ángulo SW de nuestra hoja dos asociaciones del marojal:Luzu/o-Quercetum pyrenaicae y Festuco-Quercetum pyrenaicae. El carácter iberoatlántico deestos bosques se aprecia en su composición florística, dominada por varios brezos y otrasespecies subatlánticas.

Mencionemos Erica vagans, E. cineree, Arenaria montana, Teucrium scorodonia, Genistahispanica ssp. occidenta/is, G. mícrantha, G. tinctorte, Luzula forsteri, Erica arborea y en lasporciones más secas observemos gayuba, Arctostaphylos uva-ursi y brecina, Cal/una vulgarís.También es normal encontrar Primula veris, Stachys officínalís, Brachypodíum pínnatum, Prunellavulgaris, P. laciniata, C/inopodium vu/gare, algún rodal del helecho común, Pteridium aquilinum,más alguna especie ya mencionada del hayedo, como es el caso de Luzule sylvatica, Hepaticanobi/is, Geum sy/vaticum, etcétera.

Dado que la explotación tradicional del rebollar ha sido en forma de bosque adehesado,para pastos y leñas (Dehesa del Moncayo es el nombre del reciente Parque Natural), no es deextrañar la frecuencia de arbustos que indican ese antiguo aclareo. Por ejemplo, las madreselvasLonicera periclymenum y L. etrusca, las rosáceas Ame/anchier ova/is, Prunus avium (cerezo),P. spínosa y Crataegus monogyna; Viburnum /antana, la escoba Sarothamnus scoparius, unarce (Acer campestre), Rhamnus saxatí/is (un arbusto espinoso), Ligustrum vulgare (aligustre) yalgún escaso acebo.

Junto a los arroyos o en aquellos suelos encharcados temporalmente veremos también unavegetación higrófila señalada ya de lejos por un sauce, Salix atrocinerea, el abedul, el temblón(Populus tremula) , más el raro arraclán, Rhamnus ttenqute, el avellano, la hiedra (Hedera he/ix),las macollas de la gramínea Molínia coeru/ea, el bonetero (Euonymus europaeus, de preciosofruto escarlata en noviembre), etcétera.

A las especies fontinales ya mencionadas al comentar el abedular añadamos ahora Succisapratensis, Geum urbanum, Ajuga (una labiada), así como varios juncos, la campanulácea Wahlen­bergia hederacea, Erica tetrelix, Stel/aria uliginosa, Lotus peduncu/atus, varias enoteráceas (Epí­lobium) , Carum verticíl/atum, Pedicularis sy/vatica, Filipendu/a u/maria; incluso se ha citado conlos esfagnos la Drosera rotundifolia. .

Las etapas de degradación del rebollar suelen venir indicadas por el prebrezal citado y suincendio por la jara, Cistus laurifolius; el enebro, Juniperus communis y, sobre todo: los escobo­nales de Genista florida. Cistus salviifolius no es muy frecuente, como tampoco lo es Digítalisparviflora, prefiriendo ambas suelos secos del carrascal.

Page 9: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

En tierra de rebollo se efectuaron repoblaciones con pino resinero (Pinus pinaster) y pinoalbar (P. sylvestris); en nuestra opinión, ambas son acertadas, especialmente si el roble primitivose mantiene como segundón, en forma de monte bajo, evitando la acidificación progresiva delsuelo. También se plantó algún rodal de pino laricio (P. nígra ssp. selzmenniñ, pero quizá no seadapta a estos suelos silíceos como los otros pinos.

La estación meteorológica más cercana a los rebollares quizá sea la de Agramonte deMoncayo (Sanatorio), situada a 1.090 m de altitud. Trece años de observaciones dan una tem­peratura media anual de 9,40 C, junto a una precipitación de 729 mm, de los cuales algo másdel 50 por 100 caen en primavera y verano, esto es, de marzo a agosto; aunque viniendo delhayedo estamos en un ambiente más seco, tal como se aprecia por el escaso recubrimientomuscinal (Hypnum, Brachythecium, Fissidens, etc.), la verdad es que sólo los meses de agostoy septiembre acusan una pequeña falta de agua, según reseñan LISO y ASCASO (1969).

2.5 RETAZOS DE VEGETACION OROMEDITERRANEA y FLORA OROFILA CALCICOLA

Hasta ahora nos hemos extendido en la vegetación del piso montano silíceo, o sea, ladesarrollada sobre suelos pobres en bases. Sin embargo, desde el punto de vista florístico ybiogeográfico resulta muy interesante el conjunto de montes calizos que rodean el Moncayo.Nos referimos, en primer lugar, a las Peñas de Herrera y montes circundantes, que rayan ysobrepasan los 1.600 m; la Tanda de Talamantes, algunas Muelas y las Peñas Albas (Purujosa­Calcena), entre 1.300 y 1.500 m, así como la Sierra de Nava Alta, con más de 1.000 m, accesibledesde el Puerto de la Chavala.

Muy expuestas al viento, muestran por doquier suelos pedregosos calizos, incluso algunasgleras al pie de los escarpes. Por otra parte, se hallan a la sombra de lluvia del Moncayo y laprogresiva cercanía al clima seco de La Almunia y Epila se aprecia en un cambio de los árbolesque las rodean: algunos jirones del quejigo (Ouercus valentina) y, sobre todo, carrascales deOuercus rotundifolia.

Cuando se recorren estas mesas o muelas, con sus atractivos salientes rocosos, el botánicodebe compartir su atención entre las especies que vería en las parameras de Alcolea del Pinar(Guadalajara), ligadas a cresterías de piedras trituradas, batidas por el viento y aquéllas especiesde fisuras y rellanos de peñasco, que traerán a su memoria los montes calizos pirenaicos.

Llaman la atención las almohadillas espinosas del erizo (Erinacea anthyllís) que se visten deflores moradas en mayo-junio, junto a otros cojinetes no tan vulnerantes, los de Genista pumita(flor amarilla). A menor dimensión, también se pegan a las rocas Globularia repens, Seselimontanum y Paronychia serpyllífolia.

La gramínea más propia de estos suelos sometidos al hielo nocturno y deshielo diurno esFestuca tiystrix, la cual sube desde Teruel por el Sistema Ibérico y se hace rara en algún montevasco y navarro; suele ir acompañada de otra gramínea revestida de fibras, Koelería vallesiana.SEGURA (1982) cita además Festuca scoperie, muy abundante en el Pirineo y en Gúdar, asícomo la sabina rastrera o ratiza (Juniperus sabina) y el Bupteurum ranunculoides, la primeraabundante en Albarracín y la segunda en el Pirineo, pero ambas pulviniformes.

Los escarpados de color claro muestran las manchas más oscuras de la Ephedra nebroden­sis, los cojinetes algo pegajosos de Saxífraga losee, endémica de estos montes con los riojanos,los rosetones de la corona de rey, Saxífraga longífolía, tan abundantes en el Pirineo, pero rarísima

Page 10: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

'1hacia Levante, la escasa y también pirenaica Potentílla alchemílloides, la madreselva de losPirineos (Lonicera pyrenaica, de bonita flor blanca), hierba de las piedras (Sílene saxífraga), lafumariácea Sarcocapnos enneaphylla, que desde el Sur y Este peninsulares bordea el valle delEbro llegando hasta Burgos y prefiere la roca extraplomada; no olvidemos preciosos helechitoscomo la doradilla (Ceterach offícinarum), Asplenium fontanum y A. trichomanes, un clavelillosilvestre (Dianthus hispanicus, descrito de Zaragoza por el insigne Asso), etcétera.

Al pie del roquedo, donde sestea el ganado a la sombra, citemos la gramínea Piptatherumparadoxum y la crucífera de enormes frutos colgantes Sisymbrium tnecroiome, conocida tambiénde Gallocanta, que desde Africa viene por el E de España hasta el Pirineo. También hallaremosotra crucífera, Arabis eeroñtitoíte (grieta más húmeda) o la carrasquilla (Rhamnus a/aternus) y sila sombra es fresca la hiedra (Hedera he/íx).

Las pequeñas pedrizas albergan las poblaciones más meridionales de Cochlearia aragonen­sis, crucífera endémica del Prepirineo aragonés y navarro que llega hasta Purujosa, Peñas Albasy Puerto de la Chavola (Tabuenca), donde la encontró el citado SEGURA a principios de los 70.Conviven con ella Iberís saxatílis, Geleopeis angustífolía, etc., no lejos de las umbelíferas Lígus­tlcum lucidum y Laserpitíum gallícum o de la cariofilácea Te/ephium ímperati.

Las crestas venteadas, con sus almohadillas, pertenecen al orden fitosociológico Erínaceta­lía, pero sus asociaciones todavía no se conocen muy bien. La vegetación de fisuras de rocase incluye en la clase Asp/enietea rupestria y la vegetación glareícola en la clase Thlaspietearotundifoliae.

Aún más, si encontramos alguna cueva con humedad y sombra constantes, podremoscontemplar los delicados frondes del culantrillo de pozo, Adíantum capillus-veneris, planta tóxicaque se utilizó como abortiva. Y antes de despedirnos de estos atractivos Morrones, Muelas yPeñas, miremos al cielo, porque no será difícil contemplar el majestuoso vuelo de nutridascolonias del buitre leonado, cercanas a los cien ejemplares.

La flora y vegetación de estas montañas calizas perimoncáunicas no corre hoy en díamayores peligros. El fuego y sobrepastoreo que las acosó a fines del siglo pasado y primeramitad del nuestro ha aflojado mucho ante la despoblación rural. Por ejemplo, en Calcena se hapasado de miles de ovejas y cabras a escasos centenares. Unicamente en algunas laderaspendientes la escorrentía y el viento erosionaron los suelos y entonces la recuperación delbosque resulta más difícil.

2.6 BOSQUETES DE QUEJIGOS

En la banda de contacto altitudinal entre los rebollares y carrascales, concretamente cuandoel clima es de carácter submediterráneo, esto es, muestra sequía de verano clara, pero corta ydos máximos pluviométricos equinocciales, en suelos relativamente profundos y atmósfera me­nos fría o venteada que la del carrascal, prospera el quejigal de Quercus faginea ssp. valentina,roble de hoja marcescente, pequeña y coriácea, cuya hoja seca cae al rebrotar la nueva, en abrilo mayo.

Se desarrolla tanto en sustratos calizos como silíceos y, en la Hoja que comentamos, estebosque es netamente ibérico, formando manchas considerables en las cercanías de Beratón(Soria), Oseja (río lsuela, Zaragoza), Sierra de la Virgen (Viver de la Sierra) y algún punto delAlgairén. Muchas veces aparecen como masas mixtas de quejigo y carrasca y en algún sitio

Page 11: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

concreto se da el pino laricio (Pínus nígra ssp. setzmennlt; Hay masas mejor conservadas y másextensas en la vecina Sierra de Cucalón.

La mayor parte de estos bosquetes pertenecen a la asociación Cephalanthero longífolíae­Quercetum fagíneae, ya que a la sombra del roble se hallan orquídeas del género Cephalanthera(C. rubra, C. damasoníum, C. longífolia), junto a especies que ya conocemos del rebollar comoPoa nemorelis, Luzula torsteti, Prímula veris ssp. columna e, Hypericum montanum, etcétera .

.Como arbustos del borde citemos Viburnum lantana, Juniperus communís ssp. hemisphae­rica, Crataegus, varias Rosa, Amelanchier, algunas Lonicere, etc. Excepcionalmente, en suelocalizo aparece el boj (Buxus sempervirens), como ocurre en Calcena-Oseja; este arbusto siempreacompaña al quejigo en ef dominio pirenaico y por eso alcanza nuestra Hoja al otro lado delEbro, en algún barranco sombrío de los montes de Zuera; tanto aquí como en el Sistema Ibéricopodemos encontrar con el quejigo el arce de Montpellier, Acer monspessulanum.

El pastoreo extiende las pratenses como Festuca rubra o especies de los géneros Lathyrus,Vicia y Trifolíum; las partes secas y calizas vienen señaladas por la salvia de Aragón (Salvialavandulífolía), los magros pastos de Festuca hystrix e incluso las almohadillas de Erinacea an­thyllis. A veces se ven jaras, Cistus laurifolius, debidas a incendios pretéritos.

Al igual que ocurrió en el Pirineo, los quejigales se explotaron para leñas domésticas o comomonte adehesado (ganado mayor, porcino), pero hoy en día, al mecanizarse la agricultura y conel uso del gas butano, sufren menor presión humana y se van recuperando. Aparte del pinomencionado, en su ámbito se ha plantado el pino silvestre y también el pino rodeno.

2.7 LA AMPLIA BANDA DE CARRASCALES

El piedemonte ibérico del Moncayo, desde Cintruénigo (Navarra) hasta La Almunia, pasandopor los campos de Tarazana y Bor]a, más el Campo de Cariñena hasta Mezalocha, Jaulín yValmadrid, ya están más expuestos al efecto desecante del cierzo dominante o de otros vientoscomo el -altaqüeño» del río Huecha o el «[ornandil» del Jalón. La evapotranspiración es, portanto, más intensa y la presencia de la retama (Retama sphaerocarpa) se vuelve normal. Lossuelos con frecuencia son pedregosos (glacis, muelas, laderas), por lo que su capacidad deretener agua es menor. Ya estamos en los climas secos mediterráneos, donde escasea el líquidoelemento de julio a septiembre; sin embargo, los inviernos son relativamente benignos, ya queno hay heladas de inversión térmica como las del fondo de la depresión.

He aquí el dominio de los carrascales del llamado Quercetum rotundifolía e, tanto en sufacies silícea (Junipero oxycedri-Quercetum) como calcícola (Bupleuro rigidi-Quercetum), la se­gunda más extensa que la primera en la Hoja de Zaragoza. El romero, los enebros y las sabinas,pero sobre todo el primero, serán elemento dominante del matorral y los cultivos mediterráneos(almendro, olivo, vid) predominarán sobre el cereal °pipirigallo.

En el conjunto del Valle del Ebro, este cinturón de vegetación rneso o supramediterráneaocuparía los terrenos comprendidos entre los 700 m y los 1.300 m de altitud, si bien puedenverse carrascas aisladas más arriba o más abajo. Por su cercanía a las poblaciones humanasy por su gran utilidad, los carrascales han sufrido explotaciones muy antiguas, no sólo paraocupación agrícola, sino también para carbón, pastoreo y leñas. Además, por su terrazgo seinstalaron calderas de esencia a partir de espliego y en la actualidad sirven para fines apícolas.En la posguerra, el fuego pastoral, la necesidad de tierra cultivable y de leña arruinó muchos

Page 12: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

63

carrascales, pero los nuevos modos de vida y la despoblación rural mencionada permitieronque en muchos terrenos se vuelva a reinstalar un monte bajo secundario, principalmente a basede romero.

No obstante, en nuestra década la maquinaria pesada ha permitido abrir caminos hasta losúltimos rincones y esta accesibilidad ha potenciado nuevos avances en la deforestación odescuaje de los robustos carrascales. Por su valor como bosque cortavientos, para sostener elsuelo de laderas pendientes o para retener la humedad edáfica, estos bosques nobles debenconservarse y favorecer, al menos allí donde todavía se conservan, su recuperación paulatina.En el dominio ibérico, la fertilidad acumulada por la carrasca se aprovecha para producir maderaen plantaciones de pino rodeno (Sierras de la Virgen, Vicort, Algairén), mientras que en otroslugares fue el pino carrasco, espontáneo o repoblado, quien ocupó el carrascal. El mejor ejemplode esto último lo constituyen los pinares de Castejón de Valdejasa y Zuera.

Aunque puede ocupar terrenos llanos o Muelas, en las citadas sierras ibéricas es indiferentea la exposición. Sin embargo, en su límite inferior, como es el caso de Alcubierre y Zuera, prefiereladeras umbrías; por lo general, en estas exposiciones septentrionales, en todo nuestro territoriola carrasca ve recubierto su suelo por una densa alfombra de gayuba (Arctostaphylos uve-úrsiy.por ejemplo, en la cabecera del río Grío, cerca de Codos o en los barrancos inmediatos al PicoEsteban (Zuera).

Es sumamente difícil hallar en tierras zaragozanas un carrascal que haya escapado a talas,incendios, laboreos o desmoches. Los escasos rincones bien conservados muestran plantastrepadoras como Rubia peregrina, la madreselva Lonicera implexa (rara)o la esparraguera Aspa­ragus acutifolius.

En el estrato herbáceo es constante la umbelífera Bupleurum rígidum, con una violeta (Violagr. alba), un cárice descrito por el destacado botánico aragonés ASSO en 1779, Carex hallerana,la labiada Teucrium chamaedrys y el lastón Brachypodium ramosum.

Sobre suelos básicos también se ve una compuesta, Centaurea linifolia, la carrasquilla,Rhamnus alaternus y otras. Rara vez hallamos una cariofilácea de sombra, Moehringia pentandra,mientras que son más comunes en los claros iluminados la coscoja, Quercus coccitere, el tomillo(Thymus vulgaris), gamón (Asphodelus ramosus), etcétera.

Por el contrario, en los extensos carrascales aposentados en sustrato silíceo o descalcificado(Moncayo, Sierras de la Virgen, Vicort, Algairén), junto a algunas plantas ya citadas hallaremosun helecho, Asplenium onopterís, las gramíneas acidófilas Deschampsia flexuosa y Anthoxan­thum odoratum, la decorativa Ruscus aculeatus, otra madreselva (Lonicera etrusca) y en lospastos intercalados Saxifraga granulata, con plantas efímeras como Androsace elongata varobreistrofferi, Mibora minima, Aira caryophyllea, etc.

Ya en abril los rellanos de rocas cuarcíticas se visten con un narciso (Narcissus triandrusssp. pallídulus) , un helecho (Polypodium cambrícum) y más tarde con un bello clavelillo, elDianthus lusítanus. Por el contrario, en otoño veremos en flor varias especies del género Odontites(O. tenuifolia, O. viscosa ssp. hispanica).

Cuando tales carrascales se aclaran, prolifera el enebro de la miera, Juniperus oxycedrus,varias cistáceas (Cistus laurifolius, C. albidus, Halimium gr. umbellatum), algún rodal de cantueso(Lavandula pedunculata), Digitalis parviflora y algunas hierbas ya indicadas para los rebollares.

Page 13: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

,t,Aunque parezca mentira, las alfombras de musgos, indiferentes al sustrato, también se

abrigan a la sombra de cualquier clase de bosque mediterráneo esclerófilo. Destaquemos elgénero Pleurochaete, entre otros.

2.8 LOS ABRIGOS DE PLANTAS TERMOFILAS

Como ya se ha dicho, una porción de la Depresión del Ebro, con centro en Zaragoza, sufrelos rigores de las heladas por inversión térmica en los meses invernales, visible por las densasnieblas que, a veces, no levantan en varios días. Ese fondo carece de algunas especies medite­rráneas, las cuales, sin embargo, empiezan. a aparecer cuando nos elevamos hacia Alcubierreo remontamos los valles del Huerva o Jalón, entre 450 y 850 m aproximadamente; en dichasierra ya veremos, por ejemplo, una bufalaga, Thyme/aea tinctone, también citada de Ricia, ola bella «ceqollada», G/obu/aría a/ypum.

En opinión de MONTSERRAT (1975), a estos nidos de plantas frioleras se añaden otras deafinidad esteparia, a favor de la ausencia de bosques en esas zonas rejuvenecidas por las fallasgeológicas que separan el horst de la fosa tectónica. Tales enclaves se pueden seguir, al menos,desde el Pantano de Mezalocha (Zaragoza) hasta Sanfelices (Soria), pasando por Mularroya yotros puntos del Jalón. Para explicar la riqueza florística de estas «comunidades relícticasgeomorfológicas» aduciremos también la naturaleza calcárea de sus suelos (calizas jurásicas) yel hecho de hallarse relativamente protegidas de los vientos fríos del NW.

Las rocas calizas pardo-rojizas del río Huerva en el citado pantano, o las del río Grío, sepueblan de sabinas negras, Juniperus phoenicea, de las llamativas Ephedra (E. nebrodensis,pero sobre todo E. fragi/is), de cornicabras (Pistacia terebinthus) más sus híbridos con el lentisco,Pistacia X saportae (Mularroya, Cavero, Tierga), higuera silvestre (Fícus cerice), té de roca (Jasoniaglutinosa), la olivilla (Phillyrea angustifolia), la ruda (Ruta angustifolia), otro narciso primaveral(Narcissus dubius), una malvácea grisácea (Lavatera maritima), Melica minuta, helechos capacesde resistir sequía (Ceterach otttcinerum, Asplenium g/andu/osum, Chei/anthes ecrostice, Asp/e­nium trichomanes y un largo etcétera.

Al pie de estos roquedos hay plantas nitrófilas especiales, como Asperugo procumbens,Plumbago europaea, Sisymbrium mecroiome, C/ypeo/a microcarpa, Echium asperrimum, Nepetaamethystina, etc., más la gran umbelífera Feru/a communis, abundante en Cosuenda y presenteen Mularroya o Mezalocha. Son constantes Rhamnus /ycioides más Juniperus oxycedrus a vecesarbóreo o Linum suffruticosum y Bup/erum fruticescens, ambas de romeral; Phagna/on sordidum,Rumex induratus, etcétera.

Dos o tres especies propagadas por el hombre por su utilidad, señalan igualmente la benig­nidad del clima: nos referimos al zumaque, Rhus eoriaría, plantado antaño por ser curtiente yahora en regresión (Daroca, Calcena, Añón, etc.), a un árbol mediterráneo, al almez (Ce/tisaustralis), apreciado como forrajero y para fabricar horcas (Usuela, Grío) y una crucífera tintórea(Isatis tinctorte), frecuente en Terrer, Nigüella y otros puntos del Jalón.

Las primaveras húmedas ven germinar muchas especies anuales en las pequeñas pedrizaso derrubios fijados, de entre las que destaca Medicago secundiflora (planta rara conocida deBaleares, Tarragona, Salamanca, Tesos, Mezaíocha y Riglos), junto a Linaria simplex, Scandíxaustra/is, Campanula erinus, Híppocrepís ctliete, Medícago trunca tu/a, Dip/otaxis virgata, Atrae..ty/is cancel/ata, Arenaria /eptoc/ados, Cerastium qrecile, etcétera.

Page 14: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

65

Tampoco suelen faltar en estos suelos pedregosos Anthirrhinum berrellen, planta levantina,Si/ene ineperte, Te/ephium imperati, Sideritis spinu/osa, Helichrysum serotinum, Ononis minutis­sima, Lavandu/a letitotie, etcétera.

Para terminar esta larga lista florística, citemos algunas plantas con afinidad esteparia, cualvarios Astraga/us (A. turo/ensis, A. austriacus, A. denicus, A. vesicerius), Convo/vu/us lineetus,C. /anuginosus, Andrya/a ragusina, Ga/íum laubedee, G. vertícíllatum, tres especies del géneroOryzopsis, Poa f1accidu/a, Festuca hystrix y alguna más, que nos recuerdan aquellas crestasbatidas por el viento con Erinacea y Genista pumi/a.

2.9 EL COSCOJAR ARAGONES O AMBIENTE DE PINARES Y SABINARES

Cuando en nuestro descenso altitudinal hacia Zaragoza, bien sea desde el Gállego por elNorte o desde el Jalón y Huerva, por el Sur, nos acercamos al gran río, dejamos atrás lospiedemontes y muelas con carrasca y pasamos a una banda concéntrica dominada por elcoscojar aragonés, descrito en 1957 por BRAUN BLANQUET y BOLOS, como Rhamno-Coccí­feretum.

Esta comunidad mediterránea se extiende también por el litoral de Tarragona, Valencia,Sureste y Sur, hasta Baza y Guadix (Granada), estando perfectamente adaptada a los climassemiáridos como el de la capital aragonesa; la precipitación media sólo. llega a los 300­400 mm, con dos máximos equinocciales (primavera 30,55 por 100; otoño 27,4 por 100),seguidosdel invierno (22,8 por 100) Y verano (19,13 por 100)..

Se trata de suelos ricos en carbonatos, en los que falta agua de junio a octubre y por esoestán sometidos muchas veces a fenómenos exopercolativos. Ciertos años llueve tan poco quese diría estamos en un semidesierto; además, las heladas invernales se acentúan, como ya vadicho, por las inversiones térmicas y nieblas o por el cierzo frío. Este último, unido al «bochorno»cálido, hacen que la oscilación térmica absoluta se acerque a los 60 grados, como ocurre enclimas muy continentales.

Esos matorrales cerrados de coscoja, las sardas, parecen preferir los cerros y sasos, algoabrigados con respecto a los fondos o vales, ya que además del escambrón, Rhamnus tycioides,Quercus coccifera va acompañada de algunas plantas frioleras como la bufalaga Thyme/aeatinctorie, la efedra fina (Ephedra nebrodensis), la rubia (Rubia peregrina), madroño, la olivilla(Phillyrea angustifolia), la citada cegollada (G/obularia a/ypum) y más rara vez el lentisco (Pístacia/entiscus).

Sobresalen del matorral la sabina negra, Juniperus phoenicea, su congénere Juntperusoxycedrus y en algunos suelos mejor conservados, con carácter residual, dos coníferas, unaaciculifolia (Pinus ha/epensis) y otra de hoja escuamiforme, la sabina vera o albar, Juniperusthurifera.

El pino carrasco, árbol mediterráneo, está bien adaptado al régimen pluviométrico expresa­do, ya que presenta dos crecidas anuales, una en primavera y otra en otoño, con dos períodosde reposo en verano e invierno. Sin embargo, soporta mal las prolongadas heladas, y por eso.bajo este clima inhóspito se refugia en la parte alta de los cerros tabulares; otro tanto ocurrecon los olivos y almendros.

Page 15: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

G

Opuestamente, la sabina albar es nuestro árbol más sobrio, ya que resiste tanto los caloresy sequías estivales, como los vientos fríos o hielos invernales; de ahí que también se le vea porlas hondonadas más inhóspitas.

Completan el coscojar otros arbustos como el romero, la carrasquilla, Rhamnus alaternusy en ciertos lugares la gayuba, junto a matas como la salvia, Lavandula latifolia, Coronilla minima,Staehelina dubia, Atractylis humilis, Echinops titro, Centaurea /inifo lie, tomillo, aliaga, Línumeutttuticosum, escobizos (Dorycnium penataphyllum), etcétera.

En el estratc herbáceo abunda el lastón (Brachypodium ramosum), Dactylis hispaníca, Carexhumilis, C. hallerana, Aristolochia pistolochía, Bupleurum rígidum, varios Helianthemum, Cistusy otras muchas acompañantes, entre las que tampoco faltan algunos musgos y líquenes.

El hombre prehistórico seguramente conoció el coscojar aragonés poblado de bosquetesde pino y sabina, pero desde la edad del hierro los árboles h ~:I.r'. sufrido una explotación superiora su capacidad de regeneración en condiciones semiáridas. La necesidad de leña combustible,madera, tierra de labor o de pastos, así como de ramón para el ganado en el caso de la sabina,ha ido reduciendo en tiempos históricos y recientes los antiguos pinares y sabinares hastahacerlos desaparecer.

Si tal como indicamos, el área estimada de la sabina se extendería desde el río Arba, alNorte, hasta Sástago, al Sur, hoy en día sólo vemos sabinares ralos en la Retuerta de Pina yestribaciones de Alcubierre, precisamente en el ángulo nororiental de nuestra Hoja.

En la actualidad, tanto el Servicio de Montes de la Diputación General de Aragón como elAyuntamiento de Zaragoza se hallan interesados en reconstruir algunas parcelas del sabinar yel primero de ellos ha encargado un estudio de este bosque noble; sin embargo, la germinaciónde Juniperus thurifera a partir de semilla resulta difícil y por el momento estos ensayos no hanpasado del vivero.

Sabemos que incluso en la posguerra última algunos pinares de la margen derecha delHuerva, entre Jaulín, Cadrete y Valmadrid, resultaron muy menguados. Además, en muchoscasos, la desaparición del árbol significa un emprobrecimiento paralelo del suelo que lleva amatorrales y tomillares diversos, en los cuales resulta muy difícil la reposición del bosque.

Por ello, las repoblaciones efectuadas con pino carrasco han dado crecimientos muy esca­sos, especialmente en suelos yesosos. Se ven masas repobladas en las cercanías de Calatayud,Fuendejalón, al Norte de Zuera, etc., si bien hay alguna mancha espontánea en la Loma Negrade Sancho Abarca y los Montes de Castejón de Valdejasa y Zuera. Estos últimos son los pinaresmás extensos de la Cuenca media del Ebro, con Alcubierre y Vedado de Fraga, pero ya se hallanen la clímax del carrascal.

En consecuencia, debemos inclinarnos a hablar más bien de paisaje estepizado aragonésque de estepa araqonesa, pues la ausencia de árboles es debida, por una parte, a la deforestaciónabusiva, y por otra a factores edáficos (yeso, sal), como enseguida comentaremos.

2.10 ROMERALES Y TOMILLARES D1VERSOS

Si el sobrepastoreo, incendio u otras explotaciones intensas no sólo eliminan los árboles,sino que también destruyen el matorral estudiado de Quercus coccifera o coscojar, por esas

Page 16: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

laderas descarnadas calizas, con suelo esquelético, tan frecuentes en nuestra zona estepizada,se instalan matorrales bajos, claros, pertenecientes a la alianza mediterránea Rosmarino-Ericion.

Los citados profesores BRAUN BLANQUET y BOLOS (1957) estudian al detalle tres asocia­ciones vegetales atribuibles a distintas etapas de degradación, señalando que algunas de ellastambién colonizan los vacíos que la explotación humana provocó en los carrascales circundantes,más altos.

Al romero le acompañan un lino de flor blanca (Linum suffruticosum), la preciosa leguminosaHedysarum humite (flor rosada), la salvia, las jarillas (Helianthemun pi/osum, H. hirtum. H. myrti­tolium, H. ariganitotium, etc.), la umbelífera Bupleurum fruticescens, tomillo, diversas Fumana,Lithospermum frutícosum, Teucrium cepitetum, diversos Astragalus, Sideritis scordioides, laromerilla (Cistus clusii), las leguminosas Cororiltte minima y Genista scarpius, a veces la ontina,gramíneas como Brachypodium ramosum, Koeleria vallesíana, Avena bromoídes, e incluso Ly­geum spartum, lechetreznas y otras muchas especies que sería prolijo enumerar.

Cabe destacar la fragancia y el color de estos matorrales en la segunda quincena de mayo,cuando a favor de las lluvias dan idea de una primavera tan bella como efímera; efectivamente,al igual que los cereales cultivados, de los colores tiernos pronto se pasa a los pajizos onegruzcos, a no ser que llueva más de lo normal.

A veces, este matorral se ve salpicado de algunos arbustos propios del coscojar, como lasabina pudia, el enebro de lamiera e inclusó alguna sabina albar maltrecha. Se trata de indiciosde recuperación del coscojar-pinar o coscojar-sabinar, que por desgracia, ante la erosión delsuelo, no podrán progresar. Por excepción, en los montes de Zuera o en el Baquero de Calcena,se les sumará el boj, ya en el límite superior altitudinal del romero.

Como extremos de degradación del romeral, en algunas localidades de clima muy continen­tal, donde hay años muy secos, aparecen poblaciones de una quenopodiácea ampliamentedistribuida por Mongolia y el Tibet, escasa en Europa oriental (Austria, Hungría, Grecia), que seconserva en Zaragoza y Sur de España como reliquia del Terciario; nos referimos a la Ceratoides/atens (= Krascheninnikovia ceratoides), cuyas poblaciones también colonizan a veces suelosyesosos y se sitúan entre 180 y 290 m de altitud (Fuentes, Burgo, Osera-Monegrillo). Estearbustillo tomentoso, de fruto algodonoso, también se conoce del río Alfambra, cerca de Teruel,donde igualmente indica continentalidad climática.

2.11 LOS ALBARDINARES

Si el suelo es más limoso, menos pedregoso-esquelético, en terrenos lianas de la Depresiónprosperan los espartales de albardín, Lygeum spartum, junto con varias especies del géneroStipe, unas de afinidad esteparia (Stipa barbata, S. lagascae, S. parvíflora) y otras mediterráneas(Stípa offneri, S. pennata); todas estas gramíneas presentan adaptaciones destinadas a evitarla pérdida de aqua por evapotranspiración como, por ejemplo, hojas arrolladas con apertura deestomas hacia una «cámara interior», enormes aristas que prolongan los granos y favorecen sudiseminación, etcétera. .

Estas hondonadas y pendientes suaves son lo más parecido que tenemos a las estepas degramíneas norteafricanas, si exceptuamos los espartales de atocha (Stipa tennacissima) levan­tinos y sureños, una avanzadilla de los cuales se cita del Cabezo Miguelón, ente Jaulín yValmadrid, a 550-600 m.

Page 17: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

,'$La característica más destacada de estos albardinares, claro exponente de su «aclimatación»

a la aridez, consiste en la gran abundancia de especies anuales, o mejor efímeras, muchas delas cuales sólo germinan el año que llueve bien, para completar su ciclo biológico en cuestiónde días. Entonces, en pocos metros cuadrados pueden inventariarse hasta 60 o más especiesmodestas como Catapodium (=Desmazeria) rigidum, Eremopyrum cristatum, Bupleurum semi­compositum, Crucianella patula, Chaenorhinum exlle, Micropus, Wangenheimia, Galium parisien­se, P/antago elbicens, etc., la curiosa labiada Ziziphora hispanica y, ya en el Bajo Aragón, unavalerianácea endémica, Valerianella mu/tidentata.

Por todo ello, en vez de pertenecer a la clase fitosociológica Ononído-Rosmarinetea, comolos romerales y tomillares, se incluyen en la clase Thero-Brachypodietea, rica en terófitos yefemerófitos.

Las comunidades «esteparias» de albardín, verdaderas antítesis del ecosistema forestal,sirvieron durante siglos, de un modo equilibrado, como pastos de invierno para nutridos rebañostrashumantes del Pirineo, y en períodos concretos se arrancaba el esparto como materia primapara fc)ibricar papel en Zaragoza. Estos usos han ido menguando o desapareciendo en las últimasdécadas y, paralelamente, muchos albardinares han sido transformados en regadíos, pero suresultado es muy desigual ante la progresiva salinización del suelo.

2.12 ONTINARES y SISALLARES

Cuando el suelo de la «estepa» que acabamos de describir recibe aportes nitrogenadosdebido a excrementos acumulados, abono, intensa evaporación, etc., se puebla de una comu­nidad de especies nitrófilas, dominada por los cojinetes hemisféricos de la perfumada ontina,Artemlsie herba-alba (otra especie de Asso), acompañada de sisallo (Salsola vermiculata), ambasmatas muy apreciadas por los pastores, y la salsolácea, además, como combustible doméstico.

(

Igualmente se hallan los gamones (Asphodelus fistu/osus), manrubios (Marrubium vu/gare),alharma (Peganum harma/a), la semiespinosa Camphorosma monspeliaca, los cenizos (Cheno­podium vulvaria y Ch. mura/e), la ortiga menor (Urtica urens), las cachurreras (Xanthium spino­sum), junto a otras malas hierbas y algunas plantas anuales.

Cabe destacar el modo de diseminación de algunas de esas plantas, que al secarse enteras,con sus frutos maduros, ruedan por la llanura a favor del viento y de este modo se propagan.Son los llamados «esteplcursores», entre los que mencionaremos el cardo corredor, Eryngiumcampestre o la «capitana», Salsola kell, esta última erigida en verdadera plaga.

Ya en este dominio del ontinar se establecieron campos de cereal, que a veces bordea estaformación vegetal; ahora, sisallos y ontinas invaden tierras de labor, abandonadas precisamentepor su producción aleatoria, según la lluvia. Es indudable que ontinares y sisal/ares convienenmás para ganadería extensiva que para los cultivos de arado.

2.13 VEGETACION DE LOS ALGEZARES O YESERAS

Los depósitos yesosos del Mioceno caracterizan el Valle medio de Ebro y en distintasformaciones geológicas como margas, arcillas, nódulos, cristales, depósitos pulverulentos ocostras, salpican la zona que nos ocupa. Son los algezares, frecuentes en la mitad oriental de

Page 18: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

España, por ejemplo, entre Teruel y Valencia, y que hallaremos en las cercanías del Ebro, Tauste,La Muela, Morata de Jalón, etc.

Su tapiz vegetal pertenece a la misma clase fitosociológica que los tomillares (Ononído-Ros­marinetea) y son ricas en plantas especializadas (gipsícolas, alianza Gypsophilíon), que resistenalto contenido en sulfatos. Cuando estos sustratos no se han abarrancado y erosionado, lacomunidad vegetal adopta la forma de matorral claro dominado por una mata de las leguminosas,el asnallo (Ononis tridentata), que puede alcanzar un metro de alto y no suele recubrir más del50 por 100 de la superficie.

Va acompañado del consabido romero, las matas del género Gypsophi/a, varias jarillas(Helianthemum lavandulífolíum, H. myttifolium y otras), el lino (Linum suffruticosum), la cariofiláceaHerniaria fruticosa, el tomillo común (Thymus vulgaris) y el rastrero (T. zygis), las crucíferasMatthiola frutieulosa y Lepidium subu/atum, las compuestas del género Launaea (L. pumila,L. resedifolia), Reseda stricte, Salvia, Sideritis, Campanula fastigiata, más otras muchas plantasque ya conocemos del romeral o del espartal.

En estos suelos yesosos merecen mención los líquenes especialistas, de los géneros C/a­donia, Fulgencia, Psora, Acarospora, Diplosehistes, etc., en ocasiones los únicos vegetales querecubren la costra, junto con la jarilla de hojas céreas Helianthumum squamatum, tal como seve en torno al castillo de Alfajarín.

Algunos asnal/ares proceden del coscojar degradado, tal como ilustra por la presenciaesporádica de algunas sabinas negras o pinos carrascos; sólo en aquellos enclaves de mejorsuelo podría obtenerse algún éxito en posibles repoblaciones de ese pino o de sabina albar,Juniperus thurifera. Como cortavientos también podría plantarse en estos sustratos la retama,Retama sphaerocarpa.

Quizá la degradación de los asnallares no sólo sea debida a factores edáficos, sino tambiénantrópicos (sobrepastoreo, leña); por ello, si no se pastorearan podrían regenerarse lentamentey pasar a romeral denso, cual ocurre en Peraltilla (Huesca) y otros lugares.

2.14 LOS SALADARES

Ya sabemos que los terrenos terciarios son ricos en depósitos salinos. Bajo climas semiá­ridos, los fenómenos edáficos exopercolativos, activados por una intensa evaporación, elevany depositan en superficie soluciones saturadas de cloruros de sodio y magnesio.

Estos depósitos, por escorrentía, se acumulan en depresiones o bien rodean las lagunasendorreicas o «saladas», como ocurre al Este de la Hoja de Zaragoza, en Monegros, fuera denuestro ámbito, donde incluso se explota la sal.

En el territorio que estamos estudiando, la vegetación de saladar, perteneciente a la claseArthroenemetea, se puede hallar en algunos puntos, como por ejemplo entre Tauste y Ejea delos Caballeros, entre Alfajarín y Nuez de Ebro, entre Lumpiaque y -Urrea, etcétera.

Se trata de formaciones ralas de arbustos bajos, de consistencia carnosa, junto con otrasmatas o plantas anuales, todos ellos capaces de soportar alta concentración edáfica de cloruros~olubles y, además, resistir largos períodos de sequía. Tales exigencias ecológicas limitan el

Page 19: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

70

número de especies, que en unos cuatro metros cuadrados de área mínima no suele pasar de20 taxones.

La especie dominante es la «sosa»,Suaeda vera varo brevifolia (= S. fruticosa ssp. brevifolia),cuyo entramado radical sujeta el suelo de manera que sitúa a la planta oscura en prominenciashemisféricas rodeadas de pequeñas hondonadas, donde a veces duerme el agua hasta que seevapora y la sal pinta de blanco el suelo. Junto a ella, otra planta de tallo craso, de la mismafamilia Quenopodiáceas, el Arthrocnemum macrostachyum ( = A. glaucum), y dos gramíneas,una de fina espiga ramificada, Sphenopus divaricatus, y otra arqueada, Lepturus incurvatus,ambas anuales.

Además, abundan en estos medios hiperhalinos las especies del género Limonium (L. echioi­des, L. latibracteatum, L. viciosoi, L. nsizit, L. aragonense, etc.). Entre las especies anuales'destaca la crucífera Hymenolobus procumbens, las hojas empolvadas de Frankenia pulverulenta,la cariofilácea Spergularia diandra, la quenopodiácea Salicornia ramosissima y, sobre todo,Microcnemum coralloides, endemismo ibérico que alcanza su límite norte en el Valle del Ebro(Bardenas-Cinco Villas).

Resultan comunes los llantenes (Plantago coronopus, P. maritima, P. crassifolia), más lasgramíneas del género Puccinellia, Aeluropus, la compuesta lnuie crithm oldes, etcétera.

Cuando el grado de concentración de sales ya no 'es tan elevado, estos saladares con sosaceden su lugar al tamarizal, esa bella comunidad de arbolillos de hoja escuamiforme del géneroTamarix (T. africana, T. gallica, T. boveana, T. canariensis), que trataremos más abajo, o acomunidades dominadas por Juncos, de la clase Juncetea maritimae.

Estas parcelas son improductivas para el hombre y están rodeadas de albardinares, sisallaresu ontinares; no obstante, albergan una flora muy original, que viene a ser una réplica aragonesade los saladares del litoral marino, de los castellanos o de los manchegos; precisamente en lasCinco Villas y en la Hoya de Huesca señalan su límite Norte en el conjunto de la Depresión delEbro.

2.15 LA VEGE~-ACION RIPARIA

Los bosques en galería o bosques de ribera constituyen los famosos sotos, comunidadesde la orilla de los ríos o de los galachos. Se desarrollan en suelos aluviales, cuya freática es altae incluso se ven inundados temporalmente durante las crecidas; estas avenidas arrastran ysepultan, pero también fertilizan el suelo. Muchas de las especies del soto tienen, como conse­cuencia de este rejuvenecimiento temporal, carácter colonizador, que podemos apreciar por lagran cantidad de semillas que liberan; por ejemplo, las salicáceas (Salix, Populus, etcétera).

En las tierras z......aqozanas del Ebro, el fuerte contraste entre la vegetación xerófila, de saladaro de «estepa» y la vegetación riparia, constituida por árboles caducifolios como chopos y álamos,ya se ve amortiguado por una banda de transición creada por el hombre. Nos referimos a esosextensos regadíos del Ebro, Gállego, Huecha, Jalón y Huerva, con sus frutales, maizales ycampos de hortalizas.

Concretamente, muchos de esos regadíos han ido constriñendo los antiguos sotos, a vecesabusivamente desde un punto de vista ecológico. En efecto, las choperas y alamedas sonbosques protectores que frenan la velocidad de las aguas y su capacidad erosiva, a la vez quecontribuyen al sedimento de los limos, es decir, al entarquinado. En esa misión ecológica nunca

Page 20: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

1. Enebral rastrero de Juniperus communis alpina, con pies dispersos de Pinus uncinata yde Cytisus purgans, en laderas altas del Moncayo. (Foto J. Pemán.)

2. Aspecto invernal de masa Quercus pyrenaica en el Moncayo. (Foto J. Pemán.)

'11

Page 21: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

72

3. Rodal de Rhus coriaria con su colorido otoñal, en las gargantas del Jalón. (Foto J. Pemán.)

4. Pinar de Pinus halepensis, con golpes y pies de Acer monspessulamum salpicados, en losmontes de Zuera. Vista otoñal. (Foto J. Pemán.)

Page 22: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

5. Paisaje en mosaico de cultivos y monte en la serranía de Alcubierre, con pies de sabina albaren las ·lindes de las propiedades. Las laderas están cubiertas fundamentalmente por Pinushalepensis, predominando Juniperus thurifera en las partes bajas y en tránsito a los cultivosde vales. (Foto E. Escudero Nogué.)

6. Detalle del mosaico dendriforme de romeral mixto y cultivos sobre terrenos yesosos. Se puedeapreciar la diferencia de porcentajes de cubierta entre solanas y umbrías. A la derecha, la valcultivada y al fondo una vaguada poblada por albardín. Cercanías de Torrecilla de Valmadrid.(Foto E. Escudero Nogué.)

Page 23: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

74

7. Mezcla de romero y coscoja en el Puerto de la Chavala, con cubierta discontinua. (FotoE. Escudero Nogué.) " '.

8. Matoiral halófilo en valles de Monegros, con baja cubierta. (Foto J. Pemán.)

Page 24: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

75

podrán igualarles los muros de contención de hormigón, ya que si bien frenan la erosión fluvialen la orilla, aumentan el flujo y entrañan arrastre y pérdida de suelo.

Otra actuación menos agresiva consiste en las plantaciones de chopos híbridos de creci­miento rápido (P. x canadensis), cuyo éxito económico es de todos conocido, si bien no estánexentos de plagas.

La primera banda que ante las crecidas del río se ve inundada, doblegada y casi sepultadaes el salgueral o sauceda, formada por arbustos de dos o tres metros, densamente agrupados(90-100 por 100 de recubrimiento). En el Ebro es discontinua y relativamente pobre en especies,todas ellas pioneras y algunas nitrófilas. La asociación Salicetum neotrichae, descrita por BRAUNBLANQUET y BOLOS, hoy incluida en la clase Salicetea purpureae, está dominada por Salixtriandra, S. fragilis, S. purpurea y salpicada por la salicaria, Lythrum salicaria, la menta de lobo,Lycopus europaeus, alguna cola de caballo (Equisetum), poligonáceas (Polygonum lapathifolium,P. amphibium, Rumex) y otras.

Se trata de una comunidad protectora del verdadero bosque de ribera, la alameda, que sehallará un poco levantada sobre el nivel de las aguas y algo por detrás de la corriente. Estaripisilva de frondosas tiernas se caracteriza por sus árboles altos, sus plantas trepadoras, unsotobosque enmarañado, con especies de sombra y nitrófilas. Suele apoyarse en suelos limo-are­nosos, profundos, ricos en materia orgánica, sobre todo en los horizontes superficiales. Susdistintas etapas de instalación se pueden seguir en meandros, brazos muertos o islas, ya queen las demás orillas se muestran en estado fragmentario ante los cultivos o pastoreo (REGATO,1988).

La asociación Rubieto-Populetum albae define estas alamedas del Ebro y afluentes. Suestrato arbóreo puede pasar de los veinte metros y está compuesto por Populus alba, P. nigra,Fraxinus angustifolia, fresno de hoja estrecha, olmo común y sauce arbóreo (Salixalba). A vecesaparece el nogal, raramente el aliso y algún otro árbol.

Entre las lianas mencionemos Rubia tinctorum, Vitis vinifera, Bryonia dioica (la nueza negra),Cynanchum acutum, zarzamoras (Rubus, spp.), Humulus lupulus, la dulcamara (Solanum dulca­mara), la hierba de pordioseros (Clematis vitalba), etc.

También son características la jabonera, Saponaria otticinelis, la violeta olorosa (Viola odo­rata), el mijo del sol (Lithospermum officinale), el cornejo, Cornus sanguinea, más las gramíneasElymus hispidus ssp. hispidus (= Agropyrum glaucum), Brachypodium sylvaticum, B. phoenicoi­des, la umbelífera Torilis arvensis y otras especies acompañantes.

En aquellos suelos aluviales donde se acumula elevada cantidad de sales se desarrolla,también junto a los ríos, el tamarizal, conocido como Tamaricetum gallicae, por ejemplo en LaAlfranca, Nuez, Zuera, etc. Aparte de los tamarices o tarajes, cabe mencionar el regaliz (Glycy­rrhiza glabra), Inula viscosa, el malvavisco (Althaea officinalis) y numerosas gramíneas (Hordeummaritimum, Brachypodium, Lolium, Bromus, Cynodon, Phragmites, Erianthus, Imperata, etc.).

Precisamente las orillas arenosas se ven colonizadas a rodales por cañares, a base Arundodonax, la utilísima caña, su pariente tan escaso como elegante A. plinii, un equiseto (Equísetumramosíssimum) y, sobre todo, las macollas tan llamativas de Imperata cylindrica y de Saccharum(= Erianthus) ravennae, que nos recuerdan las ramblas levantinas (clase Nerio-Tamaricetea).

Todas estas especies son geófitos rizomatosos, o sea, poseen rizomas capaces de darraíces a varios niveles, como hace también la grama, y de este modo superan los altibajos omovilidad del arenal, contribuyendo, además, a fijarlo.

Page 25: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

76

Por el contrario, la orilla pedregosa, compuesta por gravas o cantos rodados, soporta uncalentamiento e insolación tan fuerte que está dominada por una especie de color grisáceo, lacompuesta Andryala ragusína, la escrofulariácea Scrophularía canina, una lechetrezna, Euphorbiaseguíerana, una pariente de la manzanilla (Santolina rosmarinífolia), la nevadeta (Paronychiacapitata), la también tamaricácea Myrícaria germánica (rara), Chondrilla juncea y otras acompa­ñantes.

Desde Logroño hasta Zaragoza, pasando por Navarra, los sotos del Ebro y sus afluentes,con sus alamedas, choperas, tamarizales, etc., se aprovecharon, y se siguen aprovechando parausos ganaderos (lanar, vacuno, equino); incluso algunas choperas repobladas son muy aprecia­das por los pastores en determinadas épocas. Entonces, todas las comunidades mencionadasse enriquecen con gramíneas y otras herbáceas en detrimento de los arbustos, es decir, seabren o aclaran.

Al menos, la vegetación de algún galacho debería conservarse lo más intacta posible, comotestimonio de la antigua vegetación de ribera y como libro abierto de su dinamismo y adaptacióna las condiciones cambiantes impuestas por el curso divagante del río, sus crecidas y estiajes,sus acúmulos o arrastres, etc. Quizá, desde el punto de vista biogeográfico, la especie másrepresentativa de la ribera zaragozana sea Arundo plinit, esa cañita endémica de la regiónmediterránea que por el Valle del Ebro penetra, al menos, hasta Zaragoza.

y así hemos lleqado, querido lector, al fin de nuestro recorrido por las distintas unidadesde vegetación de las riberas del Ebro zaragozanas más los piedemontes y sierras ibéricas,territorio suficientemente variado para sintetizarnos gran parte de la vegetación peninsular. Ex­cepto los lugares más áridos, algunos yesos y saladares, todos los demás terrenos son devocación forestal, aunque la intervención humana, agrícola y ganadera sobre todo, ha menguadoo destruido gran parte de los antiguos bosques.

Si en muchas áreas esta deforestación ha entrañado, por erosión posterior, el empobreci­miento del suelo, y de ahí que sea muy difícil regenerar los antiguos bosques, bien es verdadque en otras todavía cabe hacer esfuerzos para repoblar o para permitir que muchos matorralessecundarios evolucionen hacia comunidades arbóreas. De este modo aumentaría la capacidadde reserva de agua edáfica, hoy tan escasa.

Tanto en el dominio del carrascal como en el del sabinar debería evitarse la tala a matarrasade los escasos jirones de bosque, especialmente en los climas más secos o expuestos al viento.En las zonas de montaña media los bosques se recuperan debido a la menor intensidad de laganadería y a la introducción de combustibles gaseosos, pero todavía en la tierra baja no hemosconseguido frenar el proceso de -desertificaclón-.

Queda mucho por hacer en este sentido. Esperemos, sin embargo, que este mapa forestal,junto con otros estudios ecológicos y biológicos, aumenten el conocimiento de nuestro entornoy se sumen a esa creciente sensibilidad social por los problemas de conservación de la naturaleza.

Sólo de este modo podremos ser moderadamente optimistas cuando desde las límpidascumbres del Moncayo contemplemos, con mirada reflexiva, los paisajes vegetales extendidosal pie, hacia la entrañable Depresión del Ebro.

Page 26: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

77

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

ASCAso, A., YCUADRAT, J. M. (1981): «El clima». In Geografía de Aragón. Guara Editorial, vol. 1.Zaragoza.

BALLARIN, 1. (1985): Arboles y arbustos del Moncayo. Diputación General de Aragón. Zaragoza.

BRAUN BLANQUET, J., y BOLOS, O. de (1987): Las comunidades vegetales de la Depresión del Ebroy su dinamismo. Ayuntamiento de Zaragoza.

CASAS, C.; FUERTES, E., Y VARO, J. (1984): «Aportaciones al conocimiento de la flora briológicaespañola». Notula VI: Musgos y Hepáticas del Macizo del Moncayo. Anales de Biología, 2(Sección especial, 2): 229 247. Murcia.

CASTROVIEJO, S. et al. (eds.) (1986,1990): Flora Ibérica, vols. 1 y 2. C.S.I.C. Madrid.

CEBALLOS, L.,Ycol. (1966): Mapa forestal de España 1:400.000. Ministerio de Agricultura. Madrid.

FERRER, J. (1986): «Estudio florístico y aspectos geobotánicos de Sierras de Herrera, Cucalón yFonfría. Tesis doctoral. Universidad de Valencia. Valencia.

FILLAT, F. (1984): Estacionalidad de las precipitaciones en España: Clasificación de zonas homo­géneas. In: Avances sobre la investigación de Bioclimatología: 73-88. Salamanca.

ISÁÑEz, M. J. (1981): La Depresión del Ebro. La Cordillera Ibérica. In Geografía de Aragón. GuaraEditorial, vol. 1. Zaragoza.

LISO, M., YAscAso, A. (1969): Introducción al estudio de la evapotranspiración y clasificaciónclimática de la cuenca del Ebro. Anales Est. Exp. Aula Dei, 10 (1, 2). Zaragoza.

MENDIOLA A., BURGAZ, A. R. YFUERTES, E. (1984): Estudio fitosociológico de las comunidades deQuercus petrea en el Moncayo. Collectanea Botanica 15: 307-310.

MENSUA, S. (1971): Mapa de utilización del suelo de la provincia de Zaragoza, '1 :200.000. CSIC.Zaragoza.

MONTSERRAT, P. (1959): Flora y Vegetación del Moncayo. 7 pp. mecanograf. Jaca. Inédito.

MONTSERRAT, P. (1966): «Vegetación de la Cuenca del Ebro». Pub. Cent. Piro Biol. exp. 1 (5). Jaca.

- (1975): «Comunidades relícticas geomorfológicas». An. lnst. Bol. A. J. CAVANILLES, 32 (2): 397 404.

Madrid.

MONTSERRAT, P. etal. (1988): Flora. In: Enciclopedia Temática de Araqón. Ed. Moncayo. Zaragoza.

RlVAS MARTINEZ, S. (1986): Mapa de las series de vegetación de España, escala 1:400.000. 9Zaragoza. Ministerio de Agricultura. Madrid.

Page 27: ZARAGOZA - DIGITAL.CSIC: Homedigital.csic.es/bitstream/10261/73568/1/082_Vegetacion_MFE_Zarag… · 57 vara de oro (So/idago virgaurea o «té del Moncayo»), escasas manchas del

78

SEGURA, A. (1982): De flora soriana y otras notas botánicas (11). In Homenaje al botánico RufinoSagredo. Almería.

TUTIN, T. G., Ycol. (1964-1980): Flora Europaea. 5 vol. Cambridge.

URSUA, C. (1986): «Flora y vegetación de la Ribera Tudela», Tesis doctoral. Universidad deNavarra. Pamplona. .

VILLAR, L., YFERNÁNDEZ, M. C. (1980): Unidades vegetales del paisaje. In Navarra. Guía ecológicay paisajística. Caja de Ahorros de Navarra. Pamplona.

REGATO, P. (1988): Contribución al estudio de la Flora y la vegetación del Galacho de la Alfranca.Naturaleza en Areqon, 3. D.G.A. Zaraqoza,