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Mariano Rajoy se mantiene en los principios que se ha impuesto en el proceso para formar Gobierno. Aguantará con su candidatura larvada a la espera de que Pedro Sánchez fracase en el pleno de investidura (2 a 5 de marzo) y luego solo se planteará pedirle al Rey que le haga ese encargo y someterse a votación en el Congreso si suma los apoyos suficientes para ser elegido. Con sus eurodiputados y en conversaciones con otros líderes europeos, Rajoy apostó este jueves por la repetición de elecciones, pues se niega a que el PP facilite con su abstención la designación de otro presidente. “Lo más probable es que haya elecciones el 26 de junio”, le dijo en Bruselas al primer ministro británico, David Cameron.

Cuando no habían tocado el poder en España ni se avergonzaban de su pasado bolivariano, los políticos antisistema de Podemos criticaban los excesos de lo que llamaban el “capitalismo de amiguetes”. Sin embargo, cuando todavía no ha pasado un año desde que ocuparon los primeros despachos oficiales, los líderes de esta fuerza política se han lanzado sin pudor al mayor de los vicios de la vieja política: el enchufismo.

Pablo Iglesias, con Errejón e Irene Montero en el Congreso. J.P.GANDUL EFE

Anticapitalismo de amiguetes