XI~- MISCELANEA

LA PROPOSICION DEL SELA

Los gobiernos de países latinoamericanos y caribeños miembros delSELA (Sistema Económico Latinoamericano), considerarán en reuniónprogramada para el mes dejunio un proyecto de propuesta a los acreedo­res para el pago de la deuda externa, que representa la fórmula más con­creta,operativa y viable quesehaplanteado hastala fecha en la región. Deaprobarse este proyecto por los gobiernos. miembros del SELA, la pro­puesta será el marco único de referencia de losdeudores de esta región ensus negociaciones con losacreedores. Seaspira a que losgobiernos de losprincipales países acreedores -en primer lugar los EE.UU.- concedan suvisto bueno a esta propuesta, lo que abriria camino a una soluciónmultilateral y probablemente definitiva de este problema que afecta tantoal crecimiento económico de América Latina y el Caribecomoa las rela­ciones internacionales.

La propuesta consiste en lo siguiente: reducción reconocida del valornominal de la deuda enun 50 porciento, loqueequivale a un 10por cientorriás del valor actual del mercado secundario; la deudaasi reducida seriainstrumentada conbonos emitidos por losgobiernos deudores, con plazosde vencimiento de 20 aftos-t20 por ciento del principal, 30 aftos (35 pqrciento) y 40 aftos (el resto); estos bonos devengarian intereses al 5 porcientoanual,y seriangarantizados mediante laconstitución de unfondo endivisas con la aportación de uno por ciento anual de la deuda los veinteprimeros años,tresporciento anuallosdiezañossiguientes y así sucesiva­mente; estefondo seríadepositado enelBanco Interamericano de Desarro­llo y ganaría intereses quealiviarían la cargade la deuda; otras garantíasquizá podrían ser instrumentadas a través del Fondo Monetario Interna­cional y el Banco Mundial. Estos organismos financieros multilaterales,

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por su parte, se avendrían a fórmulas quepermitieran el alivio de la cargade la deudacontraída por lospaises miembros conellos (mayores plazos,menores tasas de interés, másbajacondicionahdad); otrosacreedores, dis­tintos de la bancacomercial, tendrían queajustarse, mutatis mutandi, almarcode referencia trazadoen el SELA.

La propuestadereferencia supera ampliamente alplanBrady, deEE.UU.,quehasta ahorano se ha implementado y se ofrece como un simple «salu­do a la bandera», más para distracción que para ejecución. Permite unareducción sustancial de los pagos al exterior en concepto de deuda(Vene­zuela pagaría, por ejemplo, un servicio anual de intereses de 5 por cientosobre una deuda consolidada en USS 17.000 millones, o sea USS 850millones, y apartaría la sumaanualde USS 170millones para el fondo degarantía previsto; en total USS 1.020 millones, en lugar de USS 5.000millones anuales según losacuerdos vigentes). La región podríaaumentarsus importaciones y fortalecer su tasa 'de recuperación económica. Paraapreciar el alivio de la carga que hasta ahora ha tenido que soportar laregión por servicio de la deuda y conexos, basta mencionar que en losúltimos ocho años las transferencias netas al exterior por ese conceptototalizaron USS 200.000millones, noobstante locual la deudanosólonodisminuyó sinoqueaumentó en USS 100.000 millones. Venezuela, en par­ticular,desembolsó en los últimos cincoaños porese motivo alrededor deUSS 26.000millones, prácticamente elmonto de ladeudapública externa.

La negociación deesa propuesta, encasode seraceptada, llevará tiem­po. Mientras tantohay quemovilizar las fuerzas sociales, sindicales, eco­nómicas y políticas del continente para impulsarla. Hay que tomar medi­das transitorias de suspensión, parcial o total,del servicio de la deuda. Elembajador Carlos Pérez del Castillo, Secretario Permanente del SELA,invitóa variosexpertos venezolanos a cruzar ideas sobreelproyecto; tuvi­mos el honorde participaren esa reunión y expresarnuestros puntos devista concordantes con la propuesta, en loesencial.

LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LOS PRECIOS

Calcularendólares, pensarendólares, tenerlacompradedólares comouna alternativa preferencial decolocación deldinero disponible, son otrastantas formas de la internacionalización de la economia. Poco a poco, a

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vecescon celeridad, el bolívarse subordinaal dólarcomo unidadde cuen­ta, reservade valor y medio de cambio. Esta tendencia a la dolarización seha hecho manifiestaen Argentina y en Perú, en las Antillas y la fronteramexicana. El narcotráficoha hecholo suyo para la dolarización.

En Venezuela, las medidas económicas oficiales se orientan a una ma­yor apertura de la economía al exterior. Esta ha sidosiempreuna economíaabierta:petróleo, deuda, importaciones, fugadecapitales, patronesde com­portamiento, estilos devida, muestran esaapertura. Ahorasetrata de «crear»las condiciones de la competencia en el mercado nacional, para lo cual lareforma arancelaria es un instrumento indispensable. Al facilitar las im­portacionesmediante un aranceladuanerono proteccionista se intentapo­ner un techo al alza especulativa o abusiva de preciosen el país, lo que esbueno, pero hay que manejarel instrumento con eficienciapara que no seconvierta en arma destructoradel aparato productivo. Se corra el peligrode que Venezuela vuelvaa ser, comoen los mejores tiemposdel petróleo,un paraíso comercial. La devaluación, sin embargo, es un freno a la pro­pensión importadora.

Parece que en la mente de los expertosdelgobiernose abriga la idea dela internacionalización de los precios, es decir, que losdel mercadointernose ajusten a los internacionales. En el caso de los combustibles se indicaque aún con el alza defebrero los precios internos están muypor debajodelos de exportación. Se piensa asimismo que los precios de las materiasprimas que producen las empresas del Estado -hierro, acero, aluminio,petroquímicos, entre otras- deben alinearse con los internacionales, paraque haya una verdaderacompetencia. Entonces, ¿dónde están las ventajascomparativas?No decimos quetales materias primasse vendan por debajode los costos de producción, pero si es conveniente que exista un diferen­cial razonable a favor de los productores del país que insumen aquellasmaterias. Hay una ampliagama de bienes y servicios que no son objeto decomercio internacional y cuyos precios se regulan en el mercado interno.Entre éstos se encuentra la fuerza de trabajo. Si se internacionalizan lossalarios realesdelpaís, ¿haciaqué nivel tenderían? No, por cierto,a losdelos países latinoamericanos subdesarrollados y en crisis, sino a los de lospaíses industrializados, principalmente los EE.UU. Si se deseainternacinalizar losprecioshabrá que internacionalizar los salarios. ¿O eneste caso se pretende mantenerlos bajoscomounaespecialventajacompa-

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rativa? Nuestro salario nominal mínimo urbano es de poco más de 100dólares mensuales, sin punto de comparación con el norteamericano o elalemán. Lo que debe perseguirse, comoreglade oro de la economía exte­rior, es una relación estrechaentrenuestratasa de inflación y la tasa mediade inflación de los países industrializados con los que intercambiamos.Ello permitiríaestabilizarel tipo de cambioy sentar la base para una bue­na competencia.

"RevistaBohemia"> Caracas, 5 al 11 dejunio de 1989;pp. 4-6

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LOS RIESGOS DE LA INFRAESTRUCTURAFISICA DEL PAIS

El deterioro de la infraesvuctura fisica es un aspecto singularmenteinquietante"de la crisis y la postración' que afectaal país en lo ecónómicd,administrativo, social, político y ético. Aquella constituye parte importan­te delpatrimonio nacional, que deeste modo está sujetoa pérdidareal, entrance de desaparición. No sóloen la pérdida material, que de por sí debepreocupara la sociedad venezolana, sinotambién, loquees más angustio­so,' el riesgo que una infraestructura deteriorada y en proceso de ruinarepresenta para los usuarios, que son la mayoría de la población. Podríadecirse que si no han ocurrido tragediaspor tal causa es por obra de mila­gro, ya que losvenezolanos somos propensos a confiarnuestras vidasy losmedios de subsistiral azar. Inclusive obras públicas de reciente construc­ciónya presentan signos dedeterioro. No basta con realizarlas obras: hayque conservarlas en buenestado. La administración eficiente y cuidadosase distingue más por el mantenimiento de la infraestructura y los serviciosque por la multiplicidad de nuevas obras.

No es prácticaen la gestión presupuestaria y administrativa del país laasignación regular, obligatoria, de recursos para el mantenimiento y lareposición delpatrimonio fisico nacional, regional o municipal. Elconcep­to de inversión bruta, usualeneconomía, queenvuelve la previsión para lareposición y la conservación y la asignación para la nueva inversión, noparece tener acogida en la administración pública venezolana, como latiene necesariamente en la administración privada. Si los activos rcnova­biesno se mantienen dejan de prestar utilidad; s.i no se reponen desapare­cen. ¡Cuántos medios detransporte, equipos, maquinarias, muebles, perte­necientes al sectorpúblico se hanperdido, o estánabandonados, por negli-

gencia en el mantenimiento, por ausenciavirtualde fiscalización, por faltade sentidoelemental de conservación! Nuestra economía está en crisis nosólo por la extracción irregular, delictiva, de recursosfinancieros sinotam­bién por abandono de activos útiles, valiosos, adquiridos con fondos delEstado. Aliado de la deudapúblicacuantificadaenformafinanciera,exis­te otra deuda real, no cuantificada, queafecta al patrimonio nacional,cau­sada por esa otra formade corrupciónadministrativa que es la negligenciaen el mantenimiento de los bienes públicos. Desaparecieron así las viejasvías férreas, y monumentos históricos están en ruinas o no existen porhaber sido abandonados hace tiempo.

Actualmente el gobiernose proponeacometer la realización de un pro­grama de empleoemergente, para aliviar los efectosque en el empleoglo­bal ocasionan los reajustes económicos. Sería oportuno orientar ese pro­grama al mantenimiento de la infraestructurafisica del país, con especialatencióna las partes de ésta que presentan situaciones más graves de dete­rioro. En este sentidocabe señalar la necesidad de descentralización admi­nistrativa en la ejecución de ese programa, fijando responsabilidades enlas agencias estadales y regionales de la administración y abriendo en loposiblela participación comunitaria, comocontralorasi sequiere,delcum­plimiento de tales actividades. Se teme, con razón, que el programa deempleo se convierta en un subsidio laboral estéril, a fondo perdido, conrepercusión inmediata en la demanda de consumo y escaso resultado encuanto al rescatede obras del patrimonio públicoo nuevasobras de abso­luta necesidad. Se teme,en razón de la experiencia históricay del conoci­mientode la realidadpolítico/administrativa del país, que la adjudicaciónde contratos en relación con el programa de empleo se haga en formadiscriminatoria, para favorecer intereses partidistas y no en función deidoneidad, responsabilidad y procedimientos regularesquepermitanselec­cionar los mejores contratistas.

Existe la figurade una Fiscalía General de Mantenimiento, que no pasade ser un saludo a la bandera, una simpleformalidad administrativa, perosin capacidad para el ejercicio realde tan importante función. Seguramen­te opera comouna receptoríade problemas, quejasy llamadasde emergen­cia, pero sin medios efectivos para hacer frentea esa inmensaresponsabi­lidad. La descentralización administrativa es indispensable para delimitar

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en el espacio fisico y en el ámbitojurisdiccional la obligación de velarefectivamente porel buenestado de lasobraspúblicas y el rescatede aqué­llas que estánen vías de desaparición por abandono.

"Revista Bohemia".-Caracas25deseptiembre al I de octubrede 1989;pp8-10

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DlE LA UTOPIA A LA REALIDAD ECONOMiCA

LATINOAMERICANA

LosjefesdeEstadode la América Latina, y losde Españay Poitugal, sereunieron durante la tercera semana de julio en la ciudad mexicana deGuadalajara (capital del estadode Jalisco), convocados por el PresidenteCarlos SalinasdeGortari, para analizartemasy problemas de la región enla perspectiva de la integración económica y la cooperación política. Laproximidad de la celebración delquinto centenario delprimerviajede Co­lóna América hizopropicia la invitación a lospaíses ibéricos, ensucarácterde fuentes históricas de una de las vertientes formativas de las nacionesiberoamericanas (las otras son: la propia América en su raíz indígena yAfricaforzada por laesclavitud). La incorporación deEspañay Portugalala Comunidad Económica Europea podría ser un puente para ampliar elaccesode nuestros países, en su comercio exterior, a esemercado multina­cional, perohay pocaefectividad inmediata enese sentido.

La crisis económica de los ochenta afectónegativamente los esfuerzosde integración latinoamericana; peroseha encontrado la formaprácticadeconstruir progresivamente un nuevo camino a la unidad económica regio­nal: losconvenios bilaterales o trilaterales celebrados entrepaíses(Argen­tina, Brasil,Uruguay, Argentina y Chile; Venezuela y Chile, la reactivacióndel Pacto Subregional Andino y del Mercado Común Centroamericano,que pueden conducir sinprecipitaciones, aunacuerdo efectivo a escala lati­noamericana para la liberación del intercambio, la cooperación científicoltecnológica ycultural; la creación deindustrias debienes decapital e insumosbásicos y de un sistemaregional monetario y de pagos, así comojambiénuna corporación propiade financiamiento de inversiones.

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La Heterogeneidad Latinoamericana

Si bienexistecomotradición histórica y paradigmasociocultural la Amé­rica Latina, en realidadcoexisten en el marcoregional diversassituacionesrnd;ionates "en el orden político, económico, etnodemográfico y cultural.Aunqueel 'régimen democrático representativo funcionaformalmente en lamayoría de los países, la verdades que algunosdejan mucho que desear,sobre todo en materiade derechos humanos y de vigenciaplena de liberta­des y garantías; otros (como Chile, Uruguayy Paraguay)están enetapa detransicióna la democracia; otros estánen situaciónindefinida, con predo­miniomilitarrepresivo y ausenciadejuegodemocrático (Haití,Guatemala,Honduras, El Salvador); el caso de Panamáes singular, pues está bajo laocupaciónmilitary políticade EstadosUnidos; Nicaragua viveuna expe­riencia que bien puede conducir a un régimen democrático o bien a unacontiendacivil. Cuba padeceactualmente una crisis económica grave, sinque por ello.tenga la voluntad de cambiar el régimen socialista, pero seacerca a lospaíseshermanos de la América Latinapara procurar una nuevarelación de base económica y proyección política. La casi totalidad deestos países -o mejor dicho sus gobiernos- han celebrado acuerdos en elFondoMonetario Internacional y el Banco Mundialpara la realizacióndeprogramas de ajustes económicos en la orientación del neoliberalismo yconvenios de refinanciamiento de la deudaexternaconlosbanquerosacree­doresinternacionales, que losobligan, a losgobiernos deudores, a someter­sea políticas restrictivas y correctivas queimplican grandes sacrificiosparalos pueblos. Algunos, como México, Chile, Uruguay, parece que tienenposibilidades de superar la crisis en sus niveles convencionales; otros per­manecen sumergidos en la depresión, el deterioro del ingresoy la inflación(como Perú, Argentina, Brasil, República Dominicana). Venezuela, porcierto, ostenta indicadores macroeconómicos contradictorios, pues mien­tras la táSa'de recuperación se sitúa, enla estadísticaoficial,entre 5 y 6 porcientoyla de desempleo tiendea reducirse, el bolívarse devalúacontinua­mente, la: inflación asciende a 30 por cientoy la pobreza agobia a la granmayoría de la población.

La Potencialidad de la América Latina

Este no es un continente desahuciado ni mucho menos. Aun con lacrisis cqnstituyeun mercado para bienes y servicios en un orden de US$120.00eJ millones y su capacidadexportadoraes muy considerable en pro­ductos que tienendemanda (hidrocarburos, metales, pesca, productos fo-

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restaJes, alimentos, manufacturas, turismo) no obstante los cambios queocurren enlaseconomías industrializadas encuanto a sustitución tecnológi­ca. Se requiere la apertura interna delmercado por la víade la integraciónregional y la mayor apertura de los mercados de los países ricos. Lasoportunidades de inversión en estospaíses sondiferenciales, y uno de losaspectos indeseables de la llamada competencia consiste precisamente enesta pugnapor laatracción decapitales extranjeros, en lugardeunapolíticacoordinada que pennita el mejor aprovechamiento y canalización de esosflujos de capital. Los países latinoamericanos pueden cooperar para la crea­ción de grandes industrias sustitutivas de importación a escala regional ycon proyección a largoplazoal mercado internacional extrarregional. Elintercambio tecnológico y la especialización productiva, dentrode los ran­gos posibles, sonmedios para fortalecer losvínculos integracionistas, másallá de lodeclarativo y formal.

La Cumbre de Guadalajara: Reafirmací6n de la Esperanza

El hecho de quese reúnan para intercambiar ideas, iniciativas y propósi­tos de unidad regional, sindiscriminación, representantes de 21 repúblicasbajo la anfitrionía de México, y de que emitan una declaración conjuntapara la prosecución del objetivo de la integración, es trascendente yesperanzador. NuestraAmérica tomaconciencia de la necesidad deencon­trarse a sí misma en momentos del mundo que son cruciales e impredeci­bles. Paranegociar conlosgrandes centros del capitalismo, principalmenteEstados Unidos, pero también la Comunidad Europea y Japón, no haymejor posición que la unidad, tomando en cuentala diferenciación de inte­resesespecíficos. Si la unidad hubiese funcionado en relación conel pro­blema de la deuda -y todavía hay tiempo y oportunidad para ello- losconvenios de refinanciamiento tendrían un caráctermenos incisivo y gra­vosoen nuestras economías. En laestructuración de un nuevo ordenmun­dial que surgede la crisis,de la declinación del socialismo soviético y delconflicto del Golfo Pérsico, la presencia activa de la América Latina esindispensable y la Cumbre de Guadalajara es una expresión de ese desig­nio. Esta es una manera máseficaz deasimilar loquede positivo tenga laIniciativa Bushpara lasAméricas.

"RevistaBohemia'l-Caracas, 5 al l lde agosto de 1991; pp. 54-57

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CONSEJERO CONSULTIVO

El seiíor presidente de la República tuvo a bien pedirme que formaraparte, junto con distinguidos venezolanos, de un Consejo Consultivo enmateriaeconómica y social.He accedido a esta invitación, no obstantemideseo de evitar toda función pública que signifique una sustracción detiempo a mis tareas de investigación, porqueconsidero que puedeser unaoportunidadde expresardirectamente al Presidente loque piensoy sosten­go sobre las medidas que deben tomarsepara superar la situacióncríticaque padeceel pueblovenezolano, y abrir caminoa un nuevodesarrollo.

Debodejar claramente establecido que mi incorporación a ese ConsejoConsultivo no significa de ninguna manera concordancia, solidaridad oapoyo a la políticaeconómica y socialdel gobierno. Estoy convencido deque la coyunturaque viveactualmente el país es propiciapara un cambiode rumbo en todos los órdenes de la actividad nacional, teniendo comoobjetivo, razón de ser fundamental, el bienestarhumanobajo la condiciónde la libertad, la soberaníade la República y la justicia social. Ratifico loquetantas vecesheafirmado: no puedeconsiderarse que se ha tenidoéxitoen la gestióneconómica -macroeconómica, para estar a tono con la termi­nologíacientífica- si ellonose manifiesta en elaumento sostenido del nively la calidadde vidade toda la población, y queeste resultadono puedeserdiferidoal largo plazo indefinido, porque las necesidades de la subsisten­cia no esperan,porquela capacidaddesacrificioy toleranciade los despo­seídosha llegado a su límite y porquehay medios para corregiren el cortoplazo la situaciónde insuficiencia vitalen queestá inmersauna gran partede nuestro pueblo.

Hay quienes sostienen la tesis, siempre negadapor la historia, de que elsimplecrecimiento económico, en términos cuantitativos convencionales,asegura, por la vía de su difusión automática, el mejoramiento del ingresoy las condiciones de vidade toda la colectividad. Estoyen desacuerdoconese criterio. Estimo que es indispensable realizar una estrategia integral

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que combine indisolublemente lo económico y lo social; en este sentido nopuede haber un sendero para la economía y otro para la sociedad. No setrata de elaborar e implementar programas de beneficencia popular, deauxilio transitorio y casuístico a los menosfavorecidos; sino de una acciónsimultánea para elevar Iá'capacidad de creaéiónde riquezanacional, sobrebases reales reproductivas, y para hacer que los beneficiosde esa riquezasean compartidos equitativamente por todos los grupos sociales, no comocaridad sino como participación activa. Venezuela tiene la potencialidadpara alcanzar ese objetivo;.y la democraciasies verdadera y no una fíe­ción institucional,tiene loselementos para garantizar una distribuciónjus­ta no conflictiva. 0, si ello no es posible, la democracia no vale la pena,porque la libertad y el derecho no pueden ser tan sólo estados de concien­cia suspendidos en el aire, mientras los padecimientos de la penuria mate­rial agobian a la mayoría.

Hoy más que nunca se requiere una voluntad nacional para encontraruna salida a la crisis evidente, múltipley global, que el país sufre. Si algu­na convicción se ha podido reafirmar en estos momentos dificiles es la deque la crisis existe, no ha sido solventada, ni puede ser encubierta. Y laotra convicciónvinculadaala anterior es la de que para enfrentar la crisishay que propiciar un entendimiento de todos'los sectores, factores y acto­res de la vida nacional, sin aferrarse a intereses parciales o subalternos, sinempecinarse en poseer la verdad.exclusiva, y apreciar que la opinión delcomún es la manifestación efectivade la realidad.No debe existir divorcioentre la conduccióndel país y el propio país. Por ello hay que entenderqueestamos en una emergencia y que si no somos capaces de superarla ensentido positivo, los hechosse escaparán de las decisionesequivocadas delos conductores.

Espero que el señor.Presidente, y su equipo dé gobierno, tengan la dis­posición de escuchar las opiniones que podamos formular los consejerosconsultores, no para llenar una formalidadsino para tratar de ponderarlasdentro de las medidasy orientaciones que sigan. Las comisiones presiden­ciales designadashasta ahora, con raras excepciones, no han sido escucha­das, sus estudios y proyectos hansido archivados; y sus valiosas aporta­ciones, subestimadas. No debe ocurrir esto con las contribuciones que elConsejo Consultivose proponehacer. En micaso, no measiste otro interésque el de la nación y a ella me debo y a ella le respondocon mi conciencia.En este sentido interpreto la oportunidadde participar en el Consejo Con­sultivo,

"El Nacional"> Caracas', 3 de marzo de 1992; p. A-4

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EN LA EMERGENCIA

Una coyuntura singularmente dificil y peligrosa de la crisis global quesufre el país se centra en los sucesos del 4 de febrero. Se ha dado enllamar la emergencia y se manifiesta en la vida política, institucional,militar, económica y social simultáneamente. En este fenómeno se acu­mulan factores, circunstancias y procesos que han venido actuando yocurriendo los últimos veinte años en Venezuela y en los cuales tieneinfluencia el proceso de cambio acelerado del mundo. Esta dinámica dela crisis se ha profundizado durante los últimos tres años, en que se hatratado de'afrontar los problemas económicos y sociales con una estrate­gia de ajuste macroeconómico, orientada a la economía liberal de merca­do, en la tendencia que marcan el Fondo Monetario Internacional yelBanco Mundial. Esta estrategia ha sido aplicada sin transición, casi demanera rectilínea, con poca atención a los efectos negativos previsiblesen la estructura productiva y en la situación socioeconómica de ampliossectores de la población, crudamente golpeados por la crisis.

A las omisiones graves en la política económica y social se han agrega­do errores en los comportamientos políticos del gobierno, los partidos yotras instituciones públicas, así como de la dirigencia de instituciones eco­nómicas privadas. El rezago entre los cambios y exigencias de la sociedadcivil y la normativa jurídica, la organización de los poderes públicos, elfuncionamiento del Estado y la administración de justicia, ocasiona gravesdesequilibrios en la vida nacional, de lo cual no escapa la institución mili­tar, que es parte sensible de la nación. Existe, por tanto, una confluencia,única en la historia de este país, de factores de inconformidad social, quelos sucesos del 4 de febrero agudizaron y situaron en un plano diferente alque anteriormente sustentaba el proceso de crisis. Esta es una interpreta­ción general de la emergencia.

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El presidente de la República estimó conveniente la designación de unConsejo Consultivo para que analizara, desde diferentes ángulos, la co­yuntura de que se trata y le presentara sus recomendaciones y orientacio­nes para afrontarla. Formé parte de ese Consejoporque consideré que po­día prestar un servicio -no lo califico- al país, como una contribución a larecuperación de la estabilidaddemocrática. No me forjé ilusiones sobre laposibilidad de un cambio de rumbo del gobierno,particularmente en rela­ción con la política económica; pero estimé que ante la emergenciase po­dría lograr una rectificación, siquiera parcial, de esa política en beneficiode la mayoría popular y de las fuentes de producción afectadas por elajuste dogmáticamente aplicado. El ConsejoConsultivohizo su labor y seconvirtió en centro de expectativa nacional, como nunca antes había ocu­rrido. Quizá la contribución más útil fue la de haber servido como foroabierto a instituciones, grupos socialesy personalidades de la más variadaactividad: para conocery precisar sus problemas,necesidades, opinionesyaspiraciones, sobre el acontecernacional, y sobre cada parcela de la socie­dad civil. Esta terapia colectivapermitió, sin duda, aliviar algo las fuertestensionesy aprensionesque agobianal país. Por otra parte, facilitó la tareadel Consejo en la preparación de las recomendaciones y orientacionesquefueron presentadas al presidente.

Entendí -junto con otros consejeros- las limitaciones y alcances de lasrecomendaciones que podíamos hacer. Sostengola ideade la necesidaddeun cambio significativo en el orden político, institucional, económico ysocial para superar la crisis; pero la apreciación de la viabilidad de uncambio condicionó el carácter de las recomendaciones contenidas en eldocumento final, que es del dominio público. Puede compararse entre loque aconsejamos y lo que el presidente admitió en la modificación de lapolítica. Pensamos que la formación de un gabinete de amplitud nacional,no sólo de representantes de partidos sino de otros factores y actores de lanación, podía ser una garantía, aunque relativa, de que las recomendacio­nes hechas se llevarían a la práctica y, sobre todo, de que la ciudadaníapodía abrirle una carta de confianza, tan necesaria en esta coyuntura. Laconformacióndel gabinete en mi opinión, no está a la altura de esa expec­tativa: hay figuras valiosas, meritorias, en ese equipo de gobierno: pero elconjunto no ofrece asidero firme para la esperanza.

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El gobierno continuará la ruta emprendida hacia una economía liberalde mercado con algúnalivio social. La crisisestructural que sufre el paísnose superaráconello. Lainquietud o inconfonnidad socialpersistiráy esprobablequenuevas emergencias tengan lugarenel futuro. No parecequela dirigencia delpaísestéa laalturade lasexigencias: unade las necesida­des más evidentes es la renovación de los cuadros dirigentes, ya que elpueblo, el común, se renueva continuamente.

"El Nacional".- Caracas, 17de marzode 1992; p. A-4

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lLA DECL!NAC10N DE UNA POTENCIA

fECONOMICA: ESTADOS UNIDOS

La gran paradoja de este tiempo es que, mientras la estrella de la hege­monía militar y política de Estados Unidos asciende su potencialidad eco­nómica decae, lo que, por la evidente contradicción que ello entraña, per­mite pronosticar un cambio en el largo plazo: o bien esa hegemonía seráreemplazada por alguna forma de cooperación entre los países mayores(Comunidad Europea, Japón, Estados Unidos, Rusia) o bien la declinacióneconómica norteamericana proseguirá y la hegemonía carecerá de basede sustentación. Por otra parte, los norteamericanos están muy preocupa­dos por la situación económica de su país y consideran que la intervenciónen los asuntos mundiales debe ponderarse con la atención a los problemasinternos, lo que es el centro de la campaña electoral en curso en aquelpaís. Sin embargo, parece dificiluna recuperación de la econonúa de EE.UU.en el corto plazo, en un mundo que sufre la recesión económica. Losmedios de la política convencional para combatir la contracción de losnegocios han mostrado ser insuficientes y en alguna medida poco efica­ces, ya que la aplicación de esos medios e instrumentos está restringidapor el fantasma de la inflación. De este modo la economía norteamerica­na, como la europea, se debate entre los riesgos de la recesión, la inflacióny el desempleo.

Para la América Latina y particularmente para Venezuela, la coyunturaeconómica de EE.UU. tiene una significación muy elevada, ya que éste esnuestro primer mercado tanto para vender como para comprar, así comotambién nuestro mayor acreedor y la fuente principal de inversiones, prés­tamos y tecnología. EE.UU. mira hacia esta parte del continente comouna de sus posibilidades de recuperación: el mercado latinoamericanovale US$ 90.000 millones aun deprimido y aquel país pretende conservar ycapturar alrededor de un 60 por ciento, en competencia con Japón, Ale-

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mania, Italia, Gran Bretaña y la propia América Latina. Si EE.uu. nopuede superar su declinación económica en el corto plazo, prácticamenteeste y el próximo año, nuestra economía confrontará un importante obstá­culo para su propia recuperación, por razones evidentes. En cuanto a lapolítica económica norteamericana lo que más directamente nos puedefavorecer es la baja de las tasas de interés, también por razones obvias.

La Débil Actividad Económica

Después de la era de Reagan (Reaganomics), en que pareció superar­se la crisis económica que venía desde la década de los setenta, en virtudde medidas pragmáticas que combinaban la economía de oferta (neoliberal/monetarista) con la de demanda (keynesiana), la economía norteamerica­na manifiesta una tendencia declinante, con tasas de aumento de la activi­dad muy moderadas y aun negativas. En el período 1987-89 el promedioanual de crecimiento del producto bruto interno (PBI) fue de 2 por ciento;en 1990 éste decreció en 0,3 por ciento y en 1991, en 0,7 por ciento. Elconsumo real de bienes y servicios, que siempre ha sido el componenteestable del PBI, se redujo en 1,8 por ciento en 1991; en el bienio 1990/91la inversión privada real disminuyó en 2 por ciento como promedio anual.El desempleo se mantiene en las proximidades de 7 por ciento de la fuerzade trabajo disponible, lo que en cifras absolutas supera los nueve millonesde trabajadores. Las tasas específicas de desempleo (por grupos determi­nados) afectan mayormente a los negros y a los hispanos. Las activida­des más deprimidas son: la construcción, la compra-venta de inmuebles,las industrias tradicionales (inclusive la siderúrgica, la automotriz, la de"línea blanca") y una amplia gama de servicios. La capacidad de ahorrode la población norteamericana ha declinado y su inclinación a ahorrar semanifiesta en una tasa de 8 por ciento del PSI. La brecha entre la inver­sión y el ahorro se cubre mediante la importación de capital, principalmen­te procedente de Japón y de Europa, pero también del mundo árabe ylatinoamericano.

Los Déficit Gemelos

Los indicadores más preocupantes y persistentes dc la declinación eco­nómica de EE.UU. son los referentes al déficit fiscal y al déficit comer­cial. El Congreso ha tratado de frenar por ley el déficit de presupuesto deWashington, pero no lo ha logrado. En 1990 este déficit alcanzó a US$

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220.000 millones y en 1991 seelevóa USS 280.000millones, segúncifrasdel FondoMonetario Internacional. El déficitcomercial (diferencia nega­tiva entre las exportaciones y las importaciones de mercancías) alcanzósu nivel máximo en 1987,con USS 160.000 millones; desdeentonces havenido reduciéndose, más por un aumento de la exportación que por unareducción de las importaciones, hasta situarseen USS 66.000 millones en1991, según cifras del F.M.I. La exportación ascendió de US$ 216.000millones en 1985a US 423.000millones en 1991, un 96 por ciento,mien­tras que la importación aumentó de USS 338.000millones a US$ 489.000millones, un incremento de 45 porciento, loqueexplicala disminución deldéficit comercial en 46 por cientoen el periodo considerado. En la evolu­ción del comercio exterior norteamericano influyen varios factores: elmovimiento desigual de la competitividad entrelos paísesindustrializados,las fluctuaciones 'del dólar, la propia coyunturaeconómica interna y lasincidencias del proteccionismo, entreotros.

Inflacién, Recesión y Tasas de Interés

Algún éxito ha tenido la política norteamericana en el control de lainflación, a pesar de que se mantiene por años una tasa mediaanual de 4por ciento,que oponeun límite tanto al tipo de crecimiento real comoa latasa de interés; en efecto, con una tasa de inflación de 4 por ciento elaumento nominal de 6 por ciento en el PBI se traduce en un incrementoreal de sólo 2 por ciento; asimismo, esa tasa de inflación hace que la tasanominal de interés no pueda bajar de 5 por ciento, ya que la tasa real deinterés es la diferencia entre las tasas nominales de interés y la inflación;por tanto, con tasas nominales medias de 7 por ciento, la tasa real deinterés se sitúa en un 3 por ciento. Para combatir la recesión económicalas autoridades reducen las tasas de interés referentes, pero no tanto comopara hacerlas negativas en términos reales. Por otra parte, las tasas realesde interés en EE.UU. tienen que mantenerse por encima de las prevale­cientes en los países industrializados (principalmente Japón y Alemania)para poder atraer capitales con los cuales llenar la brecha ahorro/inver­sión.

La Invasión Financiera y Económica

Japón es la clavede la emulación norteamericana en varios sentidos: i)una elevada proporción del superávitcomercial japonés (US$ 45.{)O{) mi-

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llenes) se obtiene a expensas del mercado norteamericano; ii) la tecnolo­gía japonesa, excepto la militar y la aeroespacial, gana terreno a la norte­americana; iii) la inversión japonesa en EE.UU. asciende a US$ 90.000millones, en bonos públicos, inmuebles, fábricas y servicios, una especiede invasión pacífica, de desnacionalización, que preocupa a los norteame­ricanos, pues siempre ven en Japón el enemigo tradicional.

Los Dilemas y los Mitos

La terminación de la "guerra fría" (enfrentamiento EE. UUIURSS) haplanteado dilemas a la economía norteamericana; buena parte de ésta sebasa en la producción de armamentos, equipos militares y paramilitares,inclusive aeroespaciales (guerra de las Galaxias), y no es fácil reconvertirlaa una producción para la paz; la hegemonía militar y política se sustentaen un poderío bélico directo e indirecto, que no puede ser reducido consi­derablemente; esa capacidad, de repente ociosa en buena medida, tieneque emplearse en algo, y por ello se ponen en el orden del día las funciones"protectoras" y disuasivas de EE.UU. en el mundo (en Europa, en rela­ción con la Comunidad de Estados Independientes ex soviéticos, en elMedio Oríente y el norte de Africa, sutilmente ante Japón y menos sutil­mente ante China, y América Latina), por las cuales se cobra y, además,se induce a la compra de artículos militares por parte de los protegidos. Enrelación con este dilema estratégico está el dilema económico/social: elnivel de vida norteamericano tiene que reajustarse en términos reales paraponerlo en concordancia con la potencialidad real de la economía y cerrarasí las brechas fiscal y comercial. Esto tampoco es fácil.

Los mitos que obsesionan a los norteamericanos y que están presentesen la campaña electoral son: i) la vuelta al antiguo aislacionalismo, deantes de la primera guerra mundial, para concentrarse en el crecimientointerno y reducir la atención al mundo exterior, lo que implica condicionarel papel de potencia hegemónica; ii) desplazar a Japón en el terreno co­mercial, tecnológico y financiero, lo que parece poco probable en el me­diano plazo; iii) elevar el comercio al punto de hacerlo la clave del éxito:entre 1980 y 1990 mientras las exportaciones mundiales aumentaron enun 70 por ciento, las norteamericanas lo hicieron en solo 12 por ciento;ello envuelve la contradicción de que, mientras necesitan. y preconizan laapertura de los mercados, los norteamericanos siguen siendo proteccio­nistas; iv) recortar el dinero para la ayuda externa y aplicarlo a las nece­sidades internas: esa ayuda se cifró en US$ 16.000 millones en 1991.

41<7

apenas 1 por ciento del presupuesto federal. Esta es la versión de larevista U.S. New World Report, que implica otros tantos dilemas. Lanostalgia de la gran prosperidad norteamericana (década de los 20 y pe­riodo 1946-69) sigue rondando los sueños de aquella nación.

Necesidad de una Política Industrial

La revista "International Business Week", de 6 de abril del año encurso, lanza lo que pudiera interpretarse como un S.O.S. para la econo­mía de EE.UU.: la necesidad de una política, o plan, de relanzamiento deldesarrollo, centrado en la industria, para recuperar el liderazgo en cienciay tecnología básicas, verdadera palanca contemporánea del poder econó­mico y militar. Dice la revista en su portada, en versión castellana libre:"Con la terminación de la guerra fría y la globalización de la economía,Estados Unidos necesita demostrar su competitividad. Esto, sin embargo,no es suficiente. Hay que reafirmar nuestra superioridad en la ciencia ytecnología de base, fundamentos de una sociedad industrial avanzada. Elloexige una política de crecimiento, un plan para retomar el camino del de­sarrollo, una política industrial o como quiera llamársele". Esta exigenciase concreta en el aumento del gasto en investigación y desarrollo, en edu­cación e infraestructura, principalmente. Buena parte de estos gastostiene que estar a cargo del gobierno.

En el informe sobre la necesidad de una política industrial para recupe­rar la competitividad, la revista de referencia cita datos comparativos de lapérdida de la batalla de la productividad con respecto a otros paísesindustrializados: En el periodo 1982-91 la tasa anual media de crecimientodel producto por trabajador, en términos reales, fue de 3 por ciento enJapón, de 2,2 por ciento en Francia, de 2 por ciento en Alemania, de 1,5por ciento en Gran Bretaña y de sólo uno por ciento en EE.UU. En esteúltimo país la productividad ha caído durante dos décadas: desde 1973 elproducto por trabajador ha aumentado en sólo 0,8 por ciento por año, encomparación con 2,5 por ciento los 25 años anteriores. Por otra parte, lainversión privada no residencial en 1991 en por ciento del producto brutointerno, fue en EE.UU. de 10 por ciento, en comparación con 20 porciento en Japón, 15 por ciento en Alemania, 13 por ciento en Gran Bretañay 12 por ciento en Francia. Aún así, la tasa de ahorro interno de EE.UU.es insuficiente para financiar la inversión.

4XX

Una moralejaal caso: la iniciativa privada no es por sí sola suficientepara enderezarel rumbo de una economía, cuando ésta ha caído en unafase prolongadaen declinación; hace falta la políticadel Estadoy la asig­naciónde recursos públicos para la recuperación del desarrollo.

"Revista Bohemia",- Caracas, 11 al 17 de mayo de 1992; pp. 12-15

4Xl)

LA REFORMA CONSTITUCIONAL

La crisis global que padece el país requiere soluciones consistentes yprofundas, que incidan en la organización del Estado y de la sociedad, ensu funcionamiento y desarrollo. Una de las soluciones que se consideraconveniente, bajo la condición de la institucionalidad democrática, es larefonna de la Constitución Nacional. .Los alcances de esta reforma nopueden llegar hasta los principios o las bases de la República; pero sipueden -y deben- servir para hacer más auténtica, más efectiva, másdirecta y participativa la democracia. Se trata del ejercicio de la soberaniapopular, hasta ahora disminuido y mediatizado por la conjunción del poderpolítico y del poder económico, estando el pueblo relegado a la situaciónde espectador y víctima de estos intereses.

La Constitución de 1961 es un magnífico programa político, social yeconómico, incumplido en gran parte. No se puede atribuir a la Constitu­ción la culpa del fracaso que sufre el país al frustrarse su desarrollo yoscurecerse su perspectiva. La culpa es de los conductores y administra­dores de la nación, de quienes han tenido y tienen la oportunidad de gene­rar, ejecutar y evaluar políticas públicas y de disponer de medios y recur­sos para procurar las metas y los objetivos inscritos en el claro interésnacional. Laspolíticas han sido inconsistentes, inconexas, descontinuas yajenas a la realidad, en buena medida. Los recursos han sido desperdicia­dos, despilfarrados, malversados o simplemente apropiados ilegítimamente.Hemos tenido oportunidades de desarrollo y se han perdido. No es que elmodelo establecido en los albores de la democracia se haya agotado; esque ese modelo fue mal construido y funcionó perversamente. La Cons­titución de 1961, ha sido y es propicia para dar fuerza normati va a la mcjorestrategia de desarrollo que pueda concebirse para Venezuela, dentro de

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las coordenadas de sus posibilidades reales y sus expectativas de progre­so.

Hay razones para acometer una reforma constitucional. Dispositivospara el adelanto de la democracia, como la consulta popular, el referendoy la Constituyente, son indispensables, en virtud de la maduración de laconciencia pública, la emergencia de la sociedad civil y la trascendenciade los asuntos que requieren la opinión de la ciudadanía manifestada di­recta y objetivamente. Normas para la transparente designación de ma­gistrados y jueces y para su remoción en casos justificados son necesa­rias. La regulación institucional de los partidos políticos, para que funcio­nen como auténticos agentes de la democracia, y no como maquinariaspara el favorecimiento de intereses grupales, es indiscutible. Elementospara la racional descentralización de la administración pública, para elfortalecimiento del poder regional y del municipal, para el reconocimientode las comunidades como expresiones de los derechos y deberes de esosórganos de la sociedad, son requeridos para el equilibrio de la organizaciónnacional. Valdría la pena reflexionar acerca de si la delegación de atribu­ciones y funciones presidenciales en un jefe de gobierno contribuiría almejor desempeño de la conducción del Estado.

Lo que debe quedar establecido en una nueva Constitución, si a esto sellega, es el conjunto de los derechos políticos, económicos, sociales y hu­manos de los ciudadanos, así como el ámbito en que propiamente debedesenvolverse la acción económica y social del Estado. Sin perjuicio deesos derechos individuales, hay que reafirmar las funciones y obligacionesdel Estado en un país en que la principal riqueza es propiedad de la nacióny en que, por consiguiente, la percepción del ingreso más considerablecorresponde al Estado. Este es un hecho histórico fundamental, en tomoal cual se organiza la sociedad venezolana en el siglo Xx. Aun en el su­puesto de que la explotación económica de esa riqueza se conceda a par­ticulares, los recursos que afluirían al Estado como propietario y autoridadfiscal, serían determinantes para imprimir una orientación y un ritmo a laeconomía nacional. Por ello es procedente la función planificadora. ladefinición de la estrategia económica y social que permita encuadrar laactividad general y la atribución constitucional de proveer los medios ymecanismos para lograr una justa distribución del ingreso.

Dadas las diferentes posiciones y la desigualdad manifiesta entre losfactores de la vida económica y social, es deber del Estado proteger legaly materialmente a los menos favorecidos, a los más débiles, a los de me­nor capacidad de contratación. La-dinámica del mercado es implacable,frecuentemente concentradora y excluyente. No puede el Estado ser unsimple testigo de esta dinámica: tiene que corregir las deformaciones,imperfecciones y malos efectos. La democracia no puede ser encubrido­ra de iniquidades y conductas que contraponen el interés individual de

.enriquecimiento y el interés social de difusión del bienestar. Lejos dedebilitarse y reducirse, las funciones del Estado hay necesidad de dejarlasclaras y precisamente establecidas.

"El Nacional".- Caracas, 26 de mayo de 1992; p. A-4

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Mr. PRESTON, EL PROCONSUL

Nos visitan algunas veces los presidentes del Fondo Monetario Interna­cional y del Banco Mundial, organismos rectores de la política económica,fiscal y monetaria del gobierno de Venezuela. Con más frecuencia nosvisitan misiones técnicas de esos organismos, para evaluar, verificar ysupervisar la ejecución de las políticas, según los términos de las Cartas deIntención suscritas por el gobierno en 1989, que representan un compro­miso de fiel cumplimiento y de fiel sometimiento, cuya contrapartida es el"visto bueno" para el refinanciamiento de la deuda externa (1990) y laapertura de la bolsa, no tan generosa; de los préstamos para facilitar losajustes macroeconómicos y las reformas neoliberales, que convertirán ala maltrecha economía mixta en economía de mercado, compatible con elaumento de la pobreza y la degradación socioeconómica de amplios gru­pos de la población. Tanto los presidentes del FMI y del BM como lasmisiones técnicas hacen recomendaciones y advertencias, que son, enparte, amonestaciones por incumplimiento de metas o deformaciones delos procesos de ajuste. No obstante esas amonestaciones, privadas, lospréstamos continúan efectuándose, merced a los cuales algunos progra­mas pueden realizarse y las reservas monetarias del país se han recupera­do.

Recientemente estuvo aquí el presidente del Banco Mundial, Mr. Prestan,nombre de banquero y de pirata (recordar la toma de Caracas desguarnecidapor el pirata Amyas Prestan y la defensa quijotesca y solitaria de AlonsoAndrea de Ledesma), y exigió al gobierno (y supuestamente al Congresode la República) la implantación del impuesto al valor agregado (IVA) o,en su defecto, del impuesto general a las ventas de bienes y prestacionesde servicios, como pieza de la reforma tributaria a la que se comprometióel gobierno. Debe distinguirse entre recomendación o consejo (que puedeacogerse o no) y exigencia, de imperativa enunciación. Lo que hizo Mr.

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Preston fue exigir la aprobación inmediata del mencionado impuesto, decarácter indirecto, cuyo objeto es extraer dinero de los contribuyentespara cerrar la brechafiscal, estimada, más o menos arbitrariamente, entreBs. 150.000millones y Bs. 300.000millones esteaño. Se trata de transfe­rir, impositivamente, una suma considerable de los bolsillos de la gente alas arcas fiscales. Ante la exigencia de Mr. Preston, tanto el gobiernocomo los partidos políticos del"establecimiento" se han apresurado a ma­nifestar su disposición de crear el instrumento legal respectivo con la ma­yor urgencia (mayor que la de la reforma constitucional) y ponerlo envigenciaeste mismo año.

La política fiscal, como la monetaria y la económica en general, repre­sentanejercicios propiosde soberaníanacional, por delegación del pueblo.El decretode las leyes es atribución inalienable del Congresode la Repú­blica. Ningún poderextrañoa la voluntad de la nacióndebe intervenirenla generación de las políticas nien la formación de las leyes, muchomenosen su aprobacióny ejecución. Diferente es el caso de que, por convenien­cia oficial, los órganosde los poderes públicos tomen consejoo se aseso­rencon expertos venezolanos o extranjeros. Mr. Preston no es un consul­tor profesional, sinounfuncionario deuna institución multinacional acree­dora de la república y agente de acreedores bancarios, cuyo interés evi­dente y manifiesto es el de que el deudor, en la presente referencia Vene­zuela, se provea de los recursos para el cumplimiento de las obligacionesfinancieras; pero también, y en relación con ello, ese interés consiste enutilizar la posición acreedorapara obtener del deudor ciertas concesiones(liberación comercial, libre accesode capitales, participación en inversio­nes y negocios del sector público, entre otras) no computables al pago dela deuda. La forma en que los agentes de los acreedores supervisan elcumplimiento de los compromisos y la entrega de las concesiones hacepensar en un comportamiento de procónsul, a la manera romana.

El impuesto a las ventas de bienes y prestaciones de servicios, no obs­tante las exenciones previstas en el proyecto, acentuaría el carácter re­gresivode nuestro régimen tributario: no se consulta la capacidad econó­mica del contribuyente (consumidor) y se da un tratamiento igual (que enesenciaesdesigualo injusto) a todos losque incurran enel hecho imponible.Con un ingreso realmuydisminuido porefectode la continuainflación. unimpuesto a las ventas (que es en verdad un impuesto a las compras y al

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uso de los servicios) va a causar un deterioro mayordel poderadquisitivode la mayoríaempobrecida. Si se elimina el proyectado impuesto al lujo(como parece que se hará) los ricos podrán seguir ostentando de manerairritante su capacidad para el derroche, sin exacción fiscal apreciable, ylos de mediano pasar y los pobres de cuelloblanco tendrán que sufrir elencogimiento de su ingreso. El Fisco tendrá más para gastar. Se podrágirar de una vez, en anticipación de lo que se recaudará con el nuevoimpuesto, mediante crédito a corto plazo, ya que todo es posible en estaviña del Señor.

"El Nacional".- Caracas, 9 dejunio de 1992; p. A-4

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r?~ONÓSTrrco R!lSERVAnlO Il)E lLAIECONOMITA MIUND~Arr..

Hechos que revelan desajustes graves y pérdida de impulso en los paí­ses industrializados, permiten abrigar dudas sobre el advenimiento de unaera de crecimiento sostenido, equilibrio y prosperidad, como el «triunfo»del capitalismo sobre el socialismo soviético parecía asegurar. Estos he­chos se evidencian no sólo en la esfera monetaria y financiera sino tam­bién en la del crecimiento. la inversión y el empleo. El proceso de integra­ción en la Comunidad Económica Europea, que debía culminar ahora conel Tratado de Maastrich, está sujeto a contradicciones, prevenciones yriesgos. La unidad monetaria, que es indispensable para el funcionamientode la integración, puede ser pospuesta mientras se logran los ajustes entrelas monedas de los países miembros -el retiro, aunque fuese transitorio, dela libra esterlina plantea un problema- y la alineación de las tasas de inte­rés ha resultado dificil en virtud de las situaciones diferentes de cada país.Hay disparidades entre las tasas de inflación y el nivel de desempleo per­manece muy alto en toda Europa, mientras el índice de actividad económi­ca acusa debilidad y aun recesión. Por otra parte, Estados Unidos no logravencer sus déficits gemelos -comercial y fiscal- ni levantar su crecimientoeconómico por encima de 2 por ciento. Japón tiene que recurrir a la ex­pansión del gasto público -concretamente a las obras públicas- para soste­ner su economía interna. Las bolsas de valores, cuyo líder es la de NuevaYork. acusan indicios de inestabilidad. En el escenario financiero interna­cional se muestra el fantasma del «crack» de 1987. Huelga decir que lasituación de Europa del Este continúa siendo incierta y representa un pe­ligro para la estabilidad económica y política mundial.

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La Paradoja Del Desarrolle

Contrasta agudamente el adelanto científico y tecnológico acelerado yel crecimiento correspondiente de las fuerzas productivas con los men­guados resultados que se obtienen en cuanto a niveles de producción,inversión y empleo. Mientras la inversión real-en la actividad productivade bienes y servicios- se mantiene- moderada, la especulación financieraalcanza cifras extraordinarias. Nunca como ahora la capacidad de ofertade bienes y servicios, desde los más esenciales a los más sofisticados, hasido tan considerable; pero la demanda efectiva se rezaga, por la insufi­ciente capacidad de compra, ya que, paradójicamente, el número de po­bres aumenta, no sólo en el Tercer Mundo, y también el de desempleados.Las migraciones, indeseables para los residentes de los paísesindustrializados, procedentes de Europa del Este, de Africa y Asia (enEE. UU., de América Latina) presionan las barreras de los ricos. Laglobalización también puede tomar la forma de los desplazamientos inter­nacionales de grandes grupos de población.

Los Mecanismos del Juego Económico

La alineación de las monedas europeas ha resultado dificil. Implicaajuste de cada moneda -devaluación, revaluación- en procura de una con­vergencia que permita una relación estable, que sustente la unidad mone­taria y su expresión instrumental el ECU (moneda regional europea, quedebe tener funciones de unidad de cuenta, de reserva y de cambio). Lasdisparidades entre las economías -que subsisten- y las razones decompetitividad representan obstáculos para esa convergencia. Sin embar­go, la marcha hacia la unidad europea es irreversible en éste y otros as­pectos, sólo que no es fácil ni llegará a la meta en breve tiempo.

El dólar de EE.VV., no obstante los desequilibrios que padece la eco­nomía de ese país, seguirá siendo por bastante tiempo, impredecible, ladivisa central de la economía mundial. Los problemas monetarios euro­peos de algún modo fortalecen al dólar y los capitales de diferentes partesdel mundo (Europa, Japón, Medio Oriente, América Latina) continúanafluyendo a Estados Unidos. La fortaleza del dólar, no obstante, incidedesfavorablemente en la competitividad comercial de Estados Unidos, demanera que el equilibrio de su balanza de pagos descansa cada vez másen la entrada neta de capitales.

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Las tasas de interés representan otro instrumento del juego económico.Actualmente se inclinan a la baja, lo que propicia el restablecimiento de laeconomía, pues estimula la inversión y el consumo. Sin embargo, la bajade los intereses puede favorecer la emergencia de presiones inflacionarias.El juego es delicado, pues, por otra parte, los bajos intereses reactivan elnegocio bursátil, ya que permiten la recomposición de las deudas y facili­tan el levantamiento de capitales a través de la emisión de valores. Sinembargo, la variabilidad de las tasas de interés puede hacer más vulnera­ble el movimiento de las bolsas de valores y cualquier hecho (político,financiero, económico, accidental) puede desencadenar una crisis, comola de 1987.

Las Rivalidades Comerciales

La competencia entre los tres grandes poderes económicos del mundo(Estados Unidos, Europa de la Comunidad y Japón) no deja de agudizarseen la medida en que la recesión no puede ser superada. Las barrerasproteccionistas indirectas (subsidios, normas sanitarias, ecológicas, de se­guridad, de calidad, etc.) permanecen. Aunque todavía se tiene una relati­va confianza en el GATI, existe el riesgo de su fracaso. La revigorizaciónde los subsidios agrícolas por parte de Estados Unidos ha suscitados unaola de protesta y probablemente represalias de los competidores agríco­las. Existe la posibilidad de un recrudecimiento de las prácticas proteccio­nista hasta el punto de guerra comercial.

Europa.del Este: Bomba de Tiempo

La reconversión de las economías ex socialistas a economías de mer­cado ha resultado ser muy dificil y cargada de problemas. La asistenciafinanciera occidental, necesaria para las reformas económicas, no ha teni­do lugar en la magnitud mínima requerida. Existe la posibilidad de un retor­no eventual al control económico, particularmente en Rusia. Yugoslavia esun caos.

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Efedos en el Petróleo

La revitalización del dólarfrente a las monedas europeas favorece enprincipio a lospaíses exportadores depetróleo, Venezuela incluida, ya quelos precios y los pagos se fijan en dólares norteamericanos. En conse­cuencia, el poder de compra de las exportaciones aumenta en mercadoseuropeos, aunque no en el propio mercado de EE.UU. Todo esto es muyfluido, pues las variaciones monetarias estánocurriendo con muchas fre­cuencia y lo mismo pueden resultar en unaapreciación del dólarcomo enuna depreciación.

Por otra arte, la baja de las tasas de interés beneficia a los deudorescuyoservicio de deuda estápactado a tasasvariables y propicia la deman­da de capital en los mercados financieros internacionales.

"RevistaBohemia".- Caracas, 19al 25de octubre de1992; pp. 48-51

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LOS lWOn:ESTOS ALCANí:ZS

Con frecuencia existe una diferencia entre la imagen pública que unapersona proyecta y la realidad de su significación en la esfera del poder. Seatribuye a la persona que tiene figuración en escenarios importantes de lavida social unas facultades, una influencia, unos alcances en su capacidadde decisión que exceden en mucho a lo que puede hacer y a lo que efectiva­mente hace. En virtud de esa discrepancia se le exige a la persona en con­sideración más de lo que puede realmente lograr. Este desequilibrio se con­vierte en un drama que afecta a la propia actividad, y la disposición deservir se coloca en momentos particularmente agudos al borde de la renun­cia.

En mi situación personal me he encontrado ante ese desequilibrio entrela imagen y la realidad. A través de la vida he procurado expresar de lamejor manera posible mi pensamiento, mi opinión, mi actitud ante hechosy problemas de la vida nacional. Es un empeño sostenido durante más de50 años, en la prensa, en la cátedra, en la tribuna del conferencista, enreuniones, seminarios y foros, en ensayos ylibr.os, en el ejercicio de lasfunciones públicas que se me han impuesto -nunca he buscado la designa­ción para esas funciones, pero las he aceptado con voluntad de servicio- yen la simple comunicación de persona a persona. Algún crédito he obteni­do por esa constancia y consistencia. Me he equivocado muchas veces,como todo ser humano; pero lo he hecho con buena intención, nunca portorcido propósito u oscuro interés. Tengo la noción -por supuesto, subjeti­va- de que mi pensamiento ha evolucionado, no sólo por el transcurso deltiempo sino por el cambio de la realidad. Sin embargo, algunos consideranque estoy anclado en el pasado. Debo advertir que algunas ideas que sepresentan como novedosas son transfiguraciones o simples reposicionesde las que en el pasado se expusieron y lograron influencia. En todo caso,

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ocupo un modesto sitio en la opinión pública que cultivo con voluntad yhonestidad.

He participado, de uno u otro modo, en la orientación de reformasyprocesos importantes para el desenvolvimiento del país; la reforma agra­ria, la nacionalización petrolera, la reforma fiscal, la reforma del Estado,entre otros. Esa participación fue siempre gratuita, sin compensación eco­nómica y sin reclamo de honores. Mi servicio fundamental ha sido a laUniversidad a la que sigo prestando colaboración después de jubilado. Lassatisfacciones mayores las he recibido de la Universidad y de la juventudestudiosa en general en todo el país. He luchado toda la vida por conquis­tar lo que una vez Carlos Eduardo Frías llamó el derecho a soñar; en micaso, el derecho a la tranquilidad, a la oportunidad de dedicarme a mitrabajo de investigación ya mis modestas aficiones inieleciuales, refugio ycompensación.

Actualmente desempeño dos funciones que se consideran importantes:la de miembro del directorio del Banco Central de Venezuela y de la Juntade Administración Cambiaria. Para mi son puestos de lucha y de serviciopúblico. No las estimo como cuotas de poder, como se dice comúnmente;para mi el poder no se divide en cuotas, ni en parcelas: es una totalidad, setiene y se ejerce, o no se tiene ni se ejerce. Debo declarar categóricamenteque no soy hombre de poder ni factor de poder. Soy sencillamente un ser­vidor público en funciones transitorias, impuestas por la emergencia. Porello no tengo ni ostento atributos de poder. Sostengo la esperanza deliberarme pronto de estas cargas.

No desempeño funciones de asesor del Gobierno, ni particularmente delPresidente Caldera. Sin embargo, estoy siempre dispuesto a contribuir conmis limitados conocimientos económicos a la justa orientación de la ges­tión de.gobierno. Estoy firmemente convencido de que el Presidente Calde­ra es la esperanza nacional en este momento, y de la necesidad de un acuer­do nacional con objetivos claros, precisos, de consenso, sobre la base deuna estrategia frente a la crisis, de programas concretos, viables y compro­misos igualmente concretos y viables de los distintos sectores y actores dela economía, la sociedad y el Estado venezolano. La ausencia u omisión deesos compromisos -que podría ser un resultado de la actuaciónde interesessubalternos y de la miopía de dirigentes institucionales- profundizaría lacrisis y fortalecería la inclinación a expectativas negativas y a la sensaciónde frustración o derrota. En todos los escenarios en que me muevo he

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procurado y procuro impulsarla convicción de la necesidad del acuerdo,no como ilusa fónnula para la supresión de las contradicciones en la vidasocial, sino como la apertura de un camino para una mejor salida a lacrisis.

Estos son mis modestos alcances. Soy un hombre del común,un vene­zolano de este tiempo en que la angustia ha llegado a ser un estado deconcienciamás que de ánimo. Participode esa angustiay -eso sí- desearíatener poderpara transformarle en impulso creadorde una nuevay positivarealidad nacional.

"El Nacional".- Caracas, 14de mayode 1995;p. A-4

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LA SABIDURIA CONVENCIONAL

Acojo en el título de este artículo un concepto de Galbraith en su obraLa sociedad opulenta (Ariel, Barcelona, Esp., 1963): «La sabiduría con­vencional está articulada en todas las instancias de un mundo sofisticado.Ya en el supremo nivel académico de las ciencias sociales queda proscritacualquier novedad en la formulación o en el enunciado de conocimientos»(p.31). Esta sabiduría consiste en las verdades consagradas, que se acep­tan por convención y se revisten de respetabilidad. Virtualmente adquierenla categoría de dogmas y, como tales, no admiten discusión: son artículosde fe. Sin embargo, esas verdades cambian cada cierto tiempo, predomi­nan durante una época, luego declinan y son sustituídas por otras verda­des. La historia del pensamiento económico es una sucesión de verdadesque tuvieron su momento de auge y también su caída. Las nuevas verdadeseconómicas se levantan sobre los escombros de las viejas verdades. Curio­samente, las llamadas nuevas verdades son configuraciones de algunasque tuvieron su tiempo de verdades consagradas. Puede decirse que son losciclos del pensamiento social.

En esta época de cambios acelerados en el escenario científico y tecno­lógico hemos asistido al auge y la decadencia de las ideas neoclásicas (has­ta la gran depresión económica de los años 30), al auge y la decadencia delas ideas keynesianas (prefiguradas en el Nuevo Trato de F.O. Roosevelt,que hace poco mencionaba Arturo Uslar Pietri) y al auge de las ideasneoliberales (que se presentan como novedosas, con un pasado de dos si­glos). De vez en cuando, en el trasfondo doctrinario o de la política, reapa­recen ideas keynesianas o puramente clásicas sin reconocimiento de supresencia. Se confia en la frágil memoria humana o en que las nuevasgeneraciones no manifiesten interés por los viejos libros, para hacer pasarla nueva sabiduría convencional como un descubrimiento. Otras veces, se

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interpreta la historia como un proceso que se aproxima a un final, a unparadigma (Fukuyama), que es la democracia del libre mercado. La Hu­manidadha encontrado, ftnalmente, la piedra filosofal de la prosperidadyel bienestar.

Entre nosotros el dominio de las ideas neoliberales creceal favor de lacrisis. En el banquillo de losacusadosestán losgrandesculpablesde nues­tras desdichas: el rentismo petrolero, el gigantismo del Estado, las políti­-casde intervención y de participación delEstadoen la economía, la impo­sición de regulaciones y controles económicos, la proliferación de subsi-dios, losobstáculosa la iniciativa privada,las trabas a la inversión extran­jera. Si la iniciativaprivadaen casosnotables (crisisfinanciera) evidenciafracasos y graves distorsiones, la. culpa esdel Estado. S~ la inflación ago­bia al cuerpo económico y social, la responsabilidad es del déficit fiscalgeneradopor la expansión delgasto público. Si la evasión fiscal se estimaen un 60 ó 70 por ciento, no hay otra razón que la ineficiencia oficial. Losintereses particularessiempre están libresde culpa.

Hecho el diagnóstico, la solución neoliberal es fácil, desmantelar regu­laciones, controles y subsidios públicos; transferir el dominio económicodel Estado a los intereses privados venezolanos o extranjeros; limitar elgasto públicoa lo indispensable para atenderlas necesidades administrati­vas esenciales y algunas necesidades sociales; reducir la carga tributaria,sobre todo la directa;abrir enteramente la economía a las corrientes inter­nacionales bajo el signode la competitividad y la globalización; permitirque el bolívaralcancesu equilibrio real;en suma, dar paso incondicional­mentea la economía de mercado. Desde luego, reconocen los neoliberales,habría traumas y choques, costos sociales, económicos y políticos; peromás tarde tendríamos estabilidad, abundancia, crecimiento, seguridad. Lasvertientes transnacionales -ahora remisas a la inversión en Venezuela- sedesbordaríanen este país. El mundo descubriría, una vez más, al emporiopetrolero y minero que es Venezuela.

Cuando la economía norteamericana -y con ella toda la economía occi­dental- estuvo bajo riesgo inminente de colapso, los primeros años de ladécada de los 30, el segundo Roosevelt (el buenode la historia)construyóla tabla de salvaciónbajo el signodelNuevo Trato: función suplementariadel Estado, eficaciadelgasto público para levantar los niveles de empico.actividade ingreso; conducción de la políticamonetaria y financiera hacia

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los campos de la economía real; heterodoxia o herejía ante los últimosvestigios de la doctrina neoclásica de los equilibrios automáticos eimnanentes del mercado. En 1936 se publicaría la obra capital de J.M.Keynes, que edificó la teoría del Nuevo Trato, de una nueva etapa en lahistoría del capitalismo, salvadode las aguas. Los anatemas de las viejasideas no hicieronmellaen las nuevaspolíticas y se abrió una nueva etapaen el desarrollo de las fuerzas económicas y políticas, que duró 40 años,SegundaGuerra Mundialinclusive. Seríaútil examinarlas políticaspúbli­cas de losgobiernoscontemporáneos, de paísesdesarrollados o «envías dedesarrollo», para apreciar cuánto de la época keynesiana/rooseveltianacontinúa vigente; es decir, cuán neoliberal es el mundode hoy.

Necesitamos, se dice, un Nuevo Trato en este país. Estoy de acuerdo.FOIjemós un proyectonacionalde'salvaméntó qúe'abra caminóál'desarro­1I0~ pero hagámosloa nuestramedida, sobre nuestra realidad, con nuestravoluntady esfuerzo. Puedeserútil la sabiduríaconvencional, pero nocomoun «paquete» dogmático sino como un motivo de discusión, de análisis yde estímuloal propio pensamiento.

"El Nacional">Caracas, 9 de agosto de 1995;p. A-4

sos

EL PENSAMIENTO UNICO

"¿Qué es el pensamiento único? La traducción en términos ideológicoscon pretensiónuniversal de los intereses de un conjunto de fuerzas econó­micas, en particular las del capital internacional". (Ignacio Ramonet: "Elpensamiento único», Le Monde Diplomattque N° 240, traducción libre).Se inscribeen la tendencia absolutistadeFukuyama: el fin de la historia,oel capitalismocomola estación terminal deldesarrollo humano. No admitealternativas: es la nueva tabla de la ley. Quienes disientan de ese pensa­mientoestán condenados por la historia' son los anticuados, los ancladosen los viejos tiempos; personajes de museo. Los principios de la ley delpensamiento únicoson universales, inamovibles, inmodificables, como lapiedra de Moisés. Quienes no piensen, actúeny vivancon absoluta fideli­dad a esos principios estándestinados al fracaso. Lospaísesse salvano sehundensi acatan o no las reglasdel pensamiento único.

La historia de las ideas, de las políticas y de las épocas muestra unasucesión -no lineal-de «pensamientos únicos". El mercantilismo -con lavirtud relativade sus diferentes modalidades- fue un patrónde pensamien­to único.El liberalismo clásico-con tresgrandes vertientes: la deA. Smith;la de D. Ricardo Yla de 1. S. MiII- fue otro patrón en este sentido; sinembargo, siempre hubo disidentes: Malthus, Sismondi, Marx ... Elneoclasismo -el imperio teórico de la microeconomía, de los equilibriosmatemáticos, del análisismarginalista- reemplazó al liberalismo clásico yse convirtió en el pensamiento único de fines del siglo XIX y primerasdécadas delXX; la dinámica magnade las tendencias del crecimiento y dela distribución del ingreso fue sustituída por la estática de los ajustesinfinitesimalesautomáticos, comomecanismos de relojería. Alneoclasismo,que leenseíió su maestroAlfredo Marshall, le levantó el veloJ.M. Keynesy edificóun nuevopensamiento único, quese constituyó en la nuevateoría

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económica por casi 40 años. En los últimos 20 años hemos asistido a laedificación de un nuevo pensamiento único: la teología del mercado, losmandamientos de la ley de la libre empresa.

En la América Latina hemos recibido los ecos del pensamiento econó­mico y social cuando éste ha iniciado su proceso de declinación. Lasondasdel pensamiento llegan a nuestros países cuando la fuerza motriz ha perdi­do impulso. Practicamos el liberalismo económico cuando las potenciasemergentes del mundo aplicaban sin reservas el proteccionismo; practica­mos el proteccionismo cuando los países desarrollados exaltaban las virtu­des del libre cambio (sin ser virtuosos, pues nunca dejaron de ser protec­cionistas); ahora proclamamos las excelencias del libre cambio cuando laspotencias mayores (principalmente Estados Unidos y Japón) se protegencon todos los medios a su alcance, que son muchos y poderosos. Nuestracondición de dependencia -un complejo trasnochado, según los cultoresconversos del pensamiento único- no se circunscribe a los hechos materia­les de la vida, sino que se extiende a las importaciones de las ideas y lasideologías.

La terminología del pensamiento único actual es bien conocida:globalización, apertura, competitividad, libre convertivilidad, libre merca­do, desregulación (barbarismo en el idioma de Cervantes), privatización,desestatización. Habría que añadirle: trasnacionalización, informatización(otro barbarismo tecnocrático), robotización (idem). Detrás de la termino­logía, desde luego, está la ideología, aunque el pensamiento único procla­me el fin de las ideologías. Existe una ideología del mercado (no es éste unsimple mecanismo «naturab de oferta, demanda y precio), una ideologíade la globalización (no se trata del concepto hermoso, utópico, de la soli­daridad y la fraternidad universales, sino del dominio de la economía glo­bal del mundo por los desarrollados, los monopolistas de la tecnología, losmanipuladores de las finanzas), una ideología de la competitividad (no porsupuesto, la libre competencia de los clásicos, la democracia atomística enque vendedores y compradores son cifras del común, sin fuerza para impo­ner condiciones ni rumbos al mercado), una ideología de la satanizacióndel Estado, culpable de todos los males, anatema de la divinidad de laempresa libre: maximización del mercado y minimización del Estado. Noes el fin de las ideologías, sino de su alienación, lo que debe procurarsecomo paradigma del pensamiento y de la acción.

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En Venezuela, quienes no nos subordinamos a la pretendida omnipoten­cia del pensamiento único somos calificados como ignorantes, no tocadospor la gracia de la fe, lectores impenitentes de viejos libros que deberíanser polvo de bibliotecas. Las ideas se discuten, no se presentan como dog­mas, no se estigmatiza"al disidente. Las épocas de mayor esplendor y demayor adelanto en la trayectoria de la Humanidad hacia su superación hansido las de la confrontación de ideas, la riqueza del pensamiento, la deiluminación de caminos que orientan los esfuerzos hacia los grandes obje­tivos de la existencia humana: libertad (frente a la necesidad),justicia (frente

.al privilegio de minorías), creatividad (frente a la uniformación de la vida),solidaridad (frente a la pretendida ley de los mejores, de los fuertes, de losaptos), equidad (frente a la concentración creciente del ingreso y la rique­za).

"El Nacional"> Caracas, 23 de agosto de 1995; p. A-4

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