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La Universidad su evolución y sus actores: los profesionales académicos
XII Congreso Anual de la Academia de Ciencias Administrativas AC (ACACIA)
“LA UNIVERSIDAD SU EVOLUCIÓN Y SUS ACTORES: LOS PROFESIONALES ACADÉMICOS
TEMA: Administración de la Educación
Autoras: Marisela Giraldo de López y Lilia Pereira de Homes
INSTITUCIÓN DE ADSCRIPCIÓN: Universidad de Carabobo /Universidad del Zulia
DIRECCIÓN COMPLETA: Universidad de Carabobo, Facultad de Ingeniería, Escuela
de Ingeniería Industrial, Bárbula, Naguanagua, Edo. Carabobo, Venezuela/ Universidad
del Zulia, Centro de Estudios de la Empresa, Facultad de Ciencias Económicas y
Sociales, Edo. Zulia, Venezuela.
TELÉFONOS, FAX Y CORREO ELECTRÓNICOS DE RESPONSABLE:
Marisela Giraldo de López: Cel: 04123429880, Ofic: 02418672843,
[email protected] / [email protected]
Cetys Universidad, Tijuana Baja California, México del 13 al 16 de Mayo de 2008.
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La Universidad su evolución y sus actores: los profesionales académicos
La Universidad su evolución y sus actores: los profesionales académicos
Categoría: Académico
RESUMEN La universidad que se origina después de la postguerra mundial es la populista y clientelar con características muy parecidas en toda América latina tales como: exponencial crecimiento de la matrícula estudiantil; existencia de un solo patrón de financiamiento; baja respuesta científica y tecnológica; poca vinculación con los aparatos productivos regionales; carencia de una vinculación social efectiva; e ineficiente política de formación de recursos humanos. En Venezuela, sólo a partir de finales del siglo pasado, se empezó a formular la movilización del Estado y de las instituciones de educación superior hacia un modelo renovado. Las políticas de educación superior estuvieron durante muchos años orientadas a cumplir con el objetivo de democratización de la educación y la modernización de la sociedad, como política del modelo democrático establecido a partir de 1958.Es por ello que el presente trabajo tiene como objetivo realizar una indagación sobre la evolución de la Universidad y de la importancia que tienen los profesionales académicos al desempeñar las actividades de su profesión. La metodología utilizada es de tipo documental, consistió en la revisión bibliográfica de Gacetas oficiales del Consejo Universitario, libros editados por la Universidad de Carabobo siendo sus autores docentes de esa institución, así como otras bibliografías de autores especialista en el tema abordado por la investigación. Los resultados demuestran que la Universidad Venezolana mantiene estructuralmente el modelo napoleónico el cual centra la actividad académica en las Facultades y se basa en la formación de profesionales y mantiene la autonomía universitaria marcada por el movimiento de Córdoba, y en el ámbito científico y tecnológico se ha encargado de garantizar la educación científica e institucionalizar la ciencia en el país. Adicional la Universidad se ha visto afectada por diversos factores entre los que destacan condiciones laborales que no favorecen la dedicación de los profesionales académicos a la investigación, debido a la centralización de la carga académica en la función docente, la falta de definición de la carrera del investigador, la limitada asignación presupuestaria y la falta de mecanismos o incentivos académicos que perduren en el tiempo.
Palabras clave: Clientelar, Populista, Profesional académico, Universidad.
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La Universidad su evolución y sus actores: los profesionales académicos
1. Introducción
La Universidad como institución responsable por la transmisión de conocimientos,
investigación y difusión, no puede entenderse sino como consecuencia de un proceso y
como producto de necesidades primordiales de la sociedad donde se insertan.
La Universidad que se origina en América Latina tiene una fuerte influencia de
modelo de universidad napoleónica, en el cual el rasgo fundamental era la
centralización de la universidad al Estado, y la formación de profesionales por encima
del desarrollo de la investigación, de allí su organización por Facultades o áreas
profesionales, (Cárdenas 2004). También el movimiento de Córdoba le suministro a la
Universidad Latinoamericana una característica diferenciadora como fue la autonomía
universitaria y la participación de los profesores, los estudiantes y los egresados en el
cogobierno universitario.
La Universidad Latinoamericana fue pasando por un proceso de cambio influenciada
por las teorías desarrollista (modelo cepalino de la década de los cincuenta) hasta
convertirse en una universidad populista y clientelar (desde 1960 y perdura aun en los
inicios del siglo XXI). Estas características de universidad latinoamericanas se
posicionaron en la Universidad Venezolana, en la cual se identifican desde 1958 (año
de reapertura de la Universidad) una etapa de democracia representativa hasta llegar a
los actuales momentos a una etapa de inicio de democracia participativa, la cual se
inicia a partir de 1999 como respuesta a la crisis de agotamiento sufrido por el modelo
de democracia representativa y, por ende, del sistema de representaciones contenidos
en la misma, (Charles, 2005).
Y en todo este proceso de cambio hay que considerar el papel que han
desempeñado sus actores: los profesionales académicos. Por lo que el objetivo de este
trabajo es realizar una indagación sobre la evolución de la Universidad y de la
importancia que tienen los profesionales académicos al desempeñar las actividades
inherentes a su profesión.
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La Universidad su evolución y sus actores: los profesionales académicos
2. Evolución Histórica de la Universidad Latinoamericana Las universidades latinoamericanas heredaron algunas características comunes
de las primeras universidades de la colonia, que las distinguen de las universidades de
otras partes. Las primeras instituciones de educación superior en América Latina se
establecieron en Santo Domingo en 1538, en México y Perú en 1551. La creación de
estas instituciones respondía a la necesidad de evangelizar y ofrecer oportunidades de
educación parecidas a las que se daban en Europa específicamente en España,
(Cárdenas 2004). El objetivo era vincular las colonias culturalmente al imperio y ofrecer
adecuada capacitación profesional a los funcionarios civiles necesarios para la
burocracia colonial, civil y eclesiástica.
Las dos universidades más famosas de la era colonial: Salamanca y Alcalá de
Henares (en España), servían como modelos para las universidades fundadas en
Latinoamérica. Su influencia se refleja de alguna manera en la actual división de univer-
sidades estatales y privadas (fundamentalmente católicas) (Tünnermann 1996). Por lo tanto el modelo Salamantino fue el que orientó la legislación y las
costumbres de las universidades nacionales de la colonia, pero este modelo no podía
reproducirse textualmente en Latinoamérica por la escasez de recursos académicos y
donde se estaba en un proceso de conquista que limitaba aún más la implementación
del mencionado modelo. Es por ello que las disposiciones y procesos tuvieron que
simplificarse e irse adaptando paulatinamente a medida que avanzaba el proceso de
colonización.
La Universidad de Alcalá de Henares se consideraba el modelo de universidad
católica. La coexistencia de universidades nacionales y privadas de un carácter
primordialmente católico dominaba el panorama de la educación superior en la región
por largo tiempo. Solamente en el siglo XX entraron al sector otras universidades
privadas, como respuesta a la ingente demanda de educación superior.
Un movimiento liberal en Argentina a comienzos del siglo XX (1918), la
denominada Reforma de Córdoba, le suministro a la educación superior latinoamericana
una de sus principales características diferenciadoras: la autonomía universitaria.
También se introdujo la participación de los estudiantes en la toma de decisiones sobre
administración de la universidad y se aumentó el papel de la universidad en el desarrollo
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La Universidad su evolución y sus actores: los profesionales académicos
social.
Se está de acuerdo en que no existe aquello de una universidad típica
latinoamericana, pues las universidades reflejan las enormes diferencias en los países
de la región. Sin embargo, comparten características que provienen de estar localizadas
en un continente subdesarrollado y dependiente que todavía no ha alcanzado un nivel
suficiente de desarrollo científico y tecnológico para que sus universidades sean centros
independientes del pensamiento, (García Guadilla,1998).
La organización de la educación superior latinoamericana recibió la influencia de
modelos europeos (Cárdenas, 1994). El modelo básico que se adopto fue el
napoleónico que excluía la investigación como función universitaria, reforzaba la
profesionalización como la misión fundamental. Las universidades públicas capacitaban
estudiantes para las profesiones (derecho, ingeniería, medicina), mientras que las
universidades católicas ofrecían educación general para una élite pequeña.
Conjuntamente las universidades públicas y católicas formaban o dotaban de
conocimiento a los profesionales que serian los intelectuales que tendría América Latina
para ese momento, (Jaramillo, et al 2005).
Después de la Segunda Guerra Mundial se establecieron en América Latina un
conjunto de políticas económicas que intentaron guiar el desarrollo de la región. En este
lapso de casi cincuenta años se aplicaron modelos y estrategias que buscaban
incorporar la sociedad latinoamericana a la sociedad "moderna" de corte europeo
occidental o norteamericano. Dentro de este conjunto de acciones se destacó la
estrategia de la industrialización por sustitución de importaciones, con su carga de
innovaciones tecnológicas y organizativas, como elemento básico para lograr el
desarrollo (Hurtado 1997).
La Comisión Económica para América Latina (CEPAL), desarrollaba políticas que
estaban sustentadas en que América Latina se lograra desarrollar hacia adentro,
basado en: un proteccionismo industrial, explotación de recursos naturales y el
endeudamiento externo.
Por lo tanto, estas teorías de origen desarrollistas y dependentistas le
proporcionaron a la educación un papel importante para nuestras sociedades en
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desarrollo. La entendieron como un factor decisivo promotor del desarrollo económico-
social, como mecanismo de transformación social y como proceso impulsado y desa-
rrollado por hombres con aspectos sociales importantes que atender (Brunner, 1985). Es por ello que se considera a la educación como un factor decisivo en la promoción
del desarrollo y se le destaca tomándola en igualdad de condiciones con las otras
inversiones previstas en los planes de desarrollo. De este modo, el crecimiento
educativo que promueven los criterios cepalinos se convierte en una de las
características más importantes de la educación latinoamericana.
En América Latina se realizaron inversiones en la educación de la misma forma
como se realizó en otros sectores sociales, asumiendo los postulados desarrollistas
propuestos por los expertos internacionales de la CEPAL. De acuerdo a esto se
estructuraron nuevos programas curriculares que favorecieron el surgimiento de nuevas
carreras; se desarrolló la planificación educativa como disciplina, articulándose a la
planificación económica nacional; se desarrollaron responsabilidades docentes en el
estado; se estimuló la transformación social; y a la medición del impacto de los
recursos destinados a la educación dentro de una visión que valoraba la relación
inversión-beneficio y eficiencia-desperdicio (Hurtado 1997).
La universidad que se origina después de la postguerra mundial es la populista y
clientelar con características muy parecidas en toda América latina tales como:
exponencial crecimiento de la matrícula estudiantil; existencia de un solo patrón de
financiamiento; baja respuesta científica y tecnológica; poca vinculación con los
aparatos productivos regionales; carencia de una vinculación social efectiva; ineficiente
política de formación de recursos humanos, (Brunner, 1985).
En la década de los ochenta las universidades latinoamericanas se vieron sujetas
a un incremento de la matricula estudiantil de forma exorbitante. En el caso de
Argentina, se pasó de una matrícula de medio millón de estudiantes en 1983 a más de
un millón al final de la década; y en Uruguay, de treinta mil a noventa mil alumnos en el
mismo período, con lo cual se alcanzaron proporciones de cobertura de la demanda
potencial similares a las de los países europeos, es decir, en tomo al 40%. En este
mismo esquema cabe citar el caso de Bolivia, que entre 1982 y 1990 pasó de una
matrícula de sesenta mil a más de cien mil inscritos (García Guadilla, 1996).
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Adicional ocurrieron restricciones en la asignación de presupuesto para el sector
educativo, se puede decir que fue casi estacionario o muy bajo con respecto a los
periodos anteriores.
Producto de la gran demanda que se suscita en la década del ochenta, se
produce una liberización de la educación privada y se le da apertura para que se amplíe
su participación en la educación superior. Este proceso ocurrió de forma vinculante con
los procesos en curso de especialización y diversificación dentro de los sistemas de
enseñanza superior, teniéndose lo siguiente (Brunner,1993):
• La especialización surgió por el fortalecimiento de determinados
grupos de carreras o áreas dentro de las propias universidades. Es a través de
esta forma que los sistemas educativos superiores tendieron a una diferenciación
de acuerdo a la oferta disciplinaria que presentara en su momento,
encontrándose de esta forma con: escuelas de ingeniería y tecnologías, institutos
superiores de enseñanza normal, establecimientos especializados en disciplinas
de la salud, escuelas superiores de comercio, administración y negocios.
También se encontraron por tipo de actividad profesional como las escuelas
superiores de enfermería, de informática, de negocios, de artes aplicadas.
• De igual forma los institutos universitarios privados tendieron a
especializar su oferta con la finalidad de cubrir la demanda que el sector público
no podía cubrir, bajo instituciones que ofertaban programas con una alta calidad
académica.
• Surge también un conjunto de colegios de educación superior para
cubrir aquella demanda que quedaba fuera del sector público o que no podían
con los costos de las instituciones de educación superior privadas. Durante los
años ochenta y noventa se incrementaron dichos colegios universitarios,
presentando por parte de las instancias gubernamentales educativas una mínima
supervisión y evaluación de los mismos.
En las universidades se pasa de una cultura organizacional fundamentada en la
programación por objetivos a una programación de evaluaciones, donde el presupuesto
se asignaba de acuerdo a los incentivos y salarios, la cantidad de becas, programas y
proyectos que presentaran las instituciones, (Brunner,1993)
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Se observa en la década de los ochenta una mayor demanda hacia las carreras
y/o profesiones que tenían que ver con empleo asalariado y desarrollo en empresas
pertenecientes al sector servicio. En cambio ocurre una tendencia negativa en el
desarrollo de la matrícula de las profesiones liberales y de las carreras de ciencias
básicas y de ciencias sociales. En el área de las carreras tecnológicas el
comportamiento es muy similar, las preferencias se dirigen hacia las áreas de
tecnología denominada suave (ingeniería electrónica e informática) y no a las
tecnologías duras (civil, mecánica, eléctrica) y, del mismo modo, se abren paso planes
de estudio en tecnologías de servicio.
De igual forma como los estudiantes buscaban carreras que les ofreciera un
mercado de trabajo rápido, las universidades públicas marcaron una estructuración de
sus áreas de investigación y postgrado, (Vessuri, 1997). Esto se logra explicar por la
reforma académica emprendida por los profesionales académicos de la época y por el
papel que desempeñaba la universidad pública en el proceso de desarrollo científico,
que fue apoyado por los entes gubernamentales de la educación superior.
Por todo lo planteado las universidades latinoamericanas en la década de los
ochenta fue marcada por las restricciones financieras, y por la transformación de la
educación superior en los países desarrollados, originaron un cambio en la relación
entre el Estado y la Universidad y las relaciones Universidad con la sociedad.
Para la década del noventa algunas regiones pasaron de regímenes autoritarios a
regímenes democráticos, abriendo para las universidades un nuevo espacio para su
recuperación y las expectativas de la sociedad se volcaron hacia esas instituciones, en
busca de mejorar su posición dentro de la misma. Debido a esto la educación superior
fue considerada como una prioridad en el discurso que ofrecían los posibles
gobernantes de esa época.
Se caracteriza por la participación más reducida en la inversión presupuestaria del
Estado hacia la educación superior y aparece un factor bien importante para las
universidades como es la rendición de cuentas.
Surgen reformas bien importantes por ejemplo para Brasil se reconoce los
procesos de evaluación como instrumentos fundamentales para la acreditación de
estudiantes, profesores y de las propias instituciones; establece normas sobre la
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formación docente, sobre el perfil académico de las universidades públicas, sobre la
transferencia estudiantil y sobre la acreditación de estudios en el extranjero, fija la
obligatoriedad de la asistencia de los alumnos y profesores a las instituciones,
(Rodríguez, 1999).
Para Venezuela en el año 2000, surge el Sistema de Evaluación y Acreditación de
las Universidades (SEA), con lo cual se pretende abarcar a las Universidades en sus
dos niveles académicos: pre y postgrado, que sea obligatorio en lo que respecta a la
evaluación y voluntario en lo que atañe a la acreditación, que asegure la calidad
académica de todo el subsector y promueva y certifique la excelencia académica en las
instituciones que lo conforman y que además permita evaluar las instituciones y
programas en su pertinencia, eficiencia y eficacia, (Villarroel, 2000).
La privatización de la enseñanza superior se incremento notablemente, la
proporción de estudiantes matriculados en universidades privadas pasó de un 30% a
más del 45%, esto hace que Latinoamérica cuente con una de las mayores
proporciones de estudiantes universitarios dentro de la opción privada en el mundo.
Estas universidades privadas por lo general no poseen estructuras de postgrado ni de
investigación, y no todas las universidades públicas cumplen las tres funciones:
docencia, investigación, y extensión. (García Guadilla, 1996).
Se observa la participación activa de organismos internacionales tales como el
Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, y en el caso mexicano, la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), dichos
organismos impactaron con sus recomendaciones en el modelo universitario dándosele
mayor importancia al sector de formación tecnológica superior y a la vinculación de las
instituciones de enseñanza superior con empresas y gobierno.
Es a partir de la reforma chilena de 1980-81, en los noventa se han concretado
modificaciones significativas en las normas de los sistemas de Venezuela, Colombia,
Bolivia, Brasil, y más recientemente en Argentina. Surge en 1995 la ley de educación
superior para Argentina, con implicaciones parecidas al caso Brasilero, donde se
reconoce el proceso de evaluación para acreditar a las universidades públicas y
privadas y para ello se crea la Comisión Nacional para Evaluación y Acreditación. Dicha
ley le otorga a las universidades plena autonomía administrativa.
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Por lo tanto esta década de los noventa se presenta como una etapa de reformas
para las universidades, pero para las regiones se sigue con las teorías desarrollistas las
cuales no fueron capaces de recuperar la economía latinoamericana y poder solventar
las demandas sociales de la población. Por el contrario, se ha generado un mayor
desequilibrio en la distribución de la riqueza y las oportunidades sociales: a pesar de los
intentos de recuperación, los indicadores distributivos muestran una mayor
concentración de la riqueza en el segmento económico superior. De la misma manera,
la estructura del empleo prevaleciente expresa la incapacidad de estas políticas
económicas para generar nuevos puestos, al grado que en la actualidad en la mayor
parte de los países de la región menos del 50% de la población activa con un trabajo
asalariado y, como consecuencia, con escaso o nulo acceso a los servicios de provisión
social en manos del Estado o de la iniciativa privada. Los síntomas de recesión con que
termina el siglo se expresan en múltiples aspectos de la realidad social latinoamericana;
en primer lugar en los niveles de ocupación, tales que en 1999 el porcentaje regional de
desempleados (8,7%) es el mayor de toda la década, (CEPAL, 2000).
3. La Universidad en el Contexto Venezolano desde 1958
Surge en 1958 la Ley de universidades con alguna influencia de lo que contenía el
Manifiesto de Córdoba, dicha ley le otorgaba a las universidades nacionales el papel
rector de la educación del país contando dentro la misma con cuatro conceptos bien
importantes para el desenvolvimiento de las mismas: autonomía, cogobierno, libertad
académica y democratización. Es obvio que esta Ley fue producto de la conquista
universitaria por el papel desempeñado en la lucha por la democracia en Venezuela
(Hurtado, 1997).
Ahora bien, no han sido solamente las influencias recibidas por el Movimiento de
Córdoba, las únicas que ha recibido y experimentado la universidad venezolana en este
siglo. También están las anglosajonas, de donde proviene, por ejemplo, la concepción
de departamento (conjunto de cátedras que se integran en una disciplina) como parte
de la estructura organizativa de una escuela adscrita a una Facultad. Esta organización
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por departamentos no resulta práctica a la luz de lo expuesto por Mayz Vallenilla (1984):
Si las universidades norteamericanas adoptaron el departamento para recoger en su seno a indisoluble unidad de investigación y docencia que Humboldt había proclamado, en nuestra realidad institucional semejante departamentalización se ha visto totalmente desvirtuada, sofocada o destruida por la omnímoda autoridad que ejercen las Facultades y/o escuelas en las cuales aquellos departamentos se adscriben. De esta manera, a pesar de su cognomento anglosajón, nuestros departamentos no pasan de ser remedos o caricaturas de pequeñas Facultades o escuelas disfrazadas (págs. 62-63).
Es por ello que resulta complejo que en una organización napoleónica (modelo
que actualmente posee la universidad venezolana Casas, 1998)), tenga en una
cátedra la responsabilidad de la enseñanza e investigación de una determinada
asignatura. Esto contribuye a la centralidad del conocimiento y no permite la
interrelación del mismo en unidades interdisciplinarias.
Se observa que la universidad venezolana recibió varias influencias para el
momento de su reapertura. Estas se han profundizado en mayor proporción a lo largo
de los años, encontrándose la proliferación de institutos universitarios, colegios
universitarios, politécnicos con arraigo francés y norteamericano. Los cuales no tienen
las mismas condiciones de calidad de la enseñanza de las instituciones universitaria
nacionales (Hurtado, 1997).
Adicional a las influencias que recibió la educación superior en Venezuela es
importante destacar lo que aconteció en el plano político y que también marco a la
universidad venezolana. Entre ellos esta el pacto de punto fijo, en el cual se destaca la
implementación de un sistema democrático que había de estar instaurado por las
fuerzas democráticas de ese momento. Pero surge en la década de los sesenta
movimientos guerrilleros en oposición a este régimen democrático, los cuales estaban
liderizados por estudiantes y profesores universitarios. Surge entonces en los recintos
universitarios movimientos opuestos al gobierno y que comulgaban con las ideas
marxistas, son estos movimientos los que logran darle una flexibilización a los estudios.
Entre esos logros cabe destacar los siguientes: el estudio por semestres en lugar de
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años, el régimen de unidades-crédito, prelación y materias electivas, (Morles et al,
2003).
Para 1970, se reforma la Ley de Universidades con la finalidad de poder lograr
mayor control político, por parte del gobierno. Para ello le da mayor poder al Consejo
Nacional de Universidades (CNU), suministrándole responsabilidades tales como la
distribución del presupuesto para las universidades. Surge la creación de la Oficina de
Planificación del Sector Universitario (OPSU), como organismo de asesoría técnica del
CNU
Con la reforma de la Ley se permite la creación de universidades experimentales y
la de institutos y colegios universitarios, estos últimos totalmente controlados por el
gobierno. Esto origina una diversificación de institutos privados de educación superior,
lo que hace difícil la conformación de un sistema integrado de educación superior en el
país.
Es a partir de los años sesenta, que las universidades autónomas nacionales con
la finalidad de estimular y coordinar la investigación crean los Consejos de Desarrollo
Científico y Humanístico (CDCH), los Consejos de Estudios de Postgrado, institutos y
centros de investigación, y Organizaciones de Bienestar Estudiantil (OBE), (Morles et al,
2003).
Para 1980 se aprueba una Ley Orgánica de Educación, la cual sirve de: guía para
el desarrollo educacional, y para poder sistematizar la diversidad de instituciones de
educación superior que se habían desarrollado en los últimos años.
El periodo democrático impulsa la educación superior y la considera como una vía
para el desarrollo social y económico del país. Es por ello que ofrece facilidades para
estudiar y/o realizar carreras que permitían el ingreso de personas que trabajaran en el
día pero que en la noche pudieran estudiar.
Pero la década de los setenta y ochenta presenta altibajos continuos de la
economía petrolera – industrial, ocasionando un sistema político inestable, donde el
Estado asumió un papel cada vez más intervencionista, captando y participando en los
sectores de desarrollo económico del país (petróleo, energía, hierro, siderurgia y
petroquímica), planteando la integración de los sectores industrial y agropecuario,
aumentando su rol regulador social. Es por ello que el gobierno se ve en la necesidad
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La Universidad su evolución y sus actores: los profesionales académicos
de realizar restricciones en la asignación del presupuesto para las universidades.
Viéndose estas obligadas a asignar recursos a los estudios de pregrado, y escasos por
no decir inexistentes los recursos para desarrollo de infraestructura, investigación y
estudios de postgrado.
Sin embargo, para la década de los ochenta la matricula estudiantil se incrementó
de tal forma pasando de 6.900 estudiantes en el año de 1950 a 331.100 alumnos para
1981, o sea cuarenta y ocho veces mayor. Y el caso de crecimiento se observa mejor al
comparar la cantidad de instituciones de educación superior la cual para 1957 estaba
formada por solo seis instituciones: tres universidades nacionales, dos universidades
privadas y un instituto pedagógico. Para 1980 se tenían 91 instituciones lo que
significaba un aumento de 1.417 %. (García Guadilla, 1996)
La creación de estudios de postgrado en el país data desde 1943 en el área de
Salud Pública en la Universidad Central de Venezuela, pero es en el año de 1983 que
el CNU aprueba las normas que permitieron la acreditación de los estudios para
graduados, como mecanismo para controlar el crecimiento de ese tipo de estudio. En
1993 el Consejo Nacional de Universidades aprueba la primera política nacional sobre
la materia, mediante una resolución en la cual se declara como relevante la actividad de
postgrado, dada su importancia para el desarrollo del país y se establecen condiciones
institucionales mínimas para la creación de programas de este nivel. En 1996 el
Consejo Nacional de Universidades dicta la “Normativa General de Estudios de
Postgrado”, en la cual se establece tanto la acreditación como la autorización para
funcionar en forma obligatoria. Esto abrió las puertas para estimular a los profesionales
y en especial a los académicos a buscar mejorar su nivel a través de estudios de cuarto
nivel y cumplir como parte de lo que puede ser un ascenso, la disponibilidad de este
tipo de estudio.
Durante las dos primeras décadas del lapso denominado democrático-liberal, la
educación superior se vio ampliamente beneficiada por la renta petrolera,
constituyéndose el espacio universitario muy atractivo como oportunidad de empleo
para los egresados de las universidades, y la salida hacia el exterior a muchos docentes
en búsqueda de obtener sus estudios de cuarto o quinto nivel.
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La Universidad su evolución y sus actores: los profesionales académicos
Pero en la década de los ochenta y noventa, el país se ve seriamente afectado al
producirse una baja de los ingresos petroleros por el descenso de los precios del crudo
a nivel internacional, lo que trajo una contracción económica, y un redireccionamiento
en el presupuesto de la nación, afectándose grandemente el sector educativo. Esto
ocasiona una gran fuga de talentos de nuestro país en busca de mejores condiciones
de vida. En el ámbito académico el gobierno se vio en la necesidad de implantar
Normas de Homologación las cuales solo sirvieron para fijar reglas de operación
relacionadas al establecimiento de las nivelaciones económicas de los profesores
universitarios en todo el país, (Marcano y Cotte, 2001). Ocurrió entonces la salida del
medio académico de profesores por: ajuste de reducción de horas contratadas, retiro de
las actividades académicas, o por la salida hacia otros países tal como lo hicieron los
otros profesionales (fuga de talentos), siempre en la búsqueda de mejorar su calidad
de vida. Aparecen los premios o bonos por rendimiento o productividad dentro y fuera
de las instituciones. Para ello se diseñan incentivos para la investigación, creándose el
Programa de Promoción del Investigador (PPI), creado por el Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT) en 1990.
Con la finalidad de lograr heterologar a los académicos se crea en algunas
universidades bonos de productividad o de rendimiento, o programas de estímulo al
investigador, o reconocimientos a los profesores acreditados en el PPI.
Como un esfuerzo por hacer cumplir las Normas de Homologación, se crearon
nuevos incentivos a través de la Comisión Nacional para el Beneficio Académico
(CONABA), bajo la tutela de la Federación de Asociaciones de Profesores
Universitarios de Venezuela (FAPUV) y la Comisión Nacional de Desarrollo de la
Educación Superior (CONADES). Este incentivo duro muy poco y se deja de realizar en
el año 1999 por direccionamiento del actual gobierno.
Para el año de 1999 surge una nueva Constitución Nacional, que dio lugar a un
Estado de nuevo tipo: la República Bolivariana de Venezuela, como sociedad federal,
democrática y participativa. La nueva Constitución fortalece el Estado docente, la
autonomía universitaria y la gratuidad total de la educación en todos los institutos
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oficiales. Esto hace que el Ejecutivo Nacional se vea en la obligación y necesidad de
aumentar significativamente el presupuesto de la educación, particularmente el del nivel
superior y de crear dos nuevos Ministerios, el de Ciencia y Tecnología (año 2000) y el
de Educación Superior (año 2001), con lo cual se fortalece jurídicamente este sector.
En síntesis, en lo que se refiere a educación superior la etapa de democracia
representativa se caracterizó por masificación de este nivel educativo, diversificación de
las instituciones, fortalecimiento del sector privado, multiplicación de las carreras,
consolidación de los estudios de postgrado y de la investigación, burocratización de las
instituciones, clientelismo político e incapacidad de los gobiernos para convertir la
educación superior en un verdadero sistema y en factor relevante para el desarrollo
nacional.
En los actuales momentos donde se destaca como política la democracia
participativa, habría que realizar un balance en materia de educación superior. Y
quedaría por preguntarse y responder ¿hacia donde va la Educación Superior?, ¿cuál
seria el camino que se debe emprender para al menos preservar la autonomía
universitaria? y de esta forma continuar las universidades con lo establecido en el
artículo 109 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1998):
Se define la autonomía universitaria como un principio y jerarquía que permite al profesorado, estudiantes y egresados de su comunidad dedicarse a la búsqueda del conocimiento mediante la investigación búsqueda del conocimiento mediante la investigación científica humanística y tecnológica, científica, humanística y tecnológica, “...para beneficio espiritual y material de la Nación. Las universidades autónomas se darán sus normas de gobierno, funcionamiento y la administración eficiente de su patrimonio bajo el control y vigilancia que a tales efectos establezca la ley. Se consagra la autonomía universitaria para planificar, organizar, elaborar y actualizar los programas de investigación, docencia y extensión. Se establece la inviolabilidad del recinto universitario...”.
Es necesario continuar el desarrollo de la educación superior venezolana ya que
de ella depende elevar el nivel de los egresados universitarios. Esto se logra
incentivando la carrera académica en la educación superior con lo cual se desarrollaría
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La Universidad su evolución y sus actores: los profesionales académicos
también el nivel educativo de la población venezolana. Es de esta forma que un país
puede alcanzar soberanía e independencia.
4. Universidad y sus actores: los profesionales académicos
Para hablar de profesionales académicos hay que destacar el trabajo que ellos
desempeñan y el cual es conocido como trabajo intelectual. Se define trabajo intelectual
según Carrión (1995) como “la expresión que designa el tipo específico de actividades y
acciones que se llevan a cabo en el desarrollo institucionalizado del saber o conocer”.
(p.28)
Es por lo tanto importante señalar que al hablar de trabajo intelectual, se esta al
frente de dos consideraciones: primero, la de organización académica, orientada a la
ordenación del trabajo intelectual, y con, segundo, la organización administrativa,
orientada a la ordenación de los servicios que presta al desarrollo institucional del
trabajo intelectual.
Sin embargo, la actividad administrativa es una forma de facilitar y de darle apoyo
a la evolución académica; o sea garantiza las condiciones óptimas para el desarrollo de
las actividades medulares del trabajo de los profesionales académicos, (Clark, 1983). Dichas actividades medulares tiene que ver con la docencia, investigación y extensión
que se realiza en el espacio universitario. Y es dentro de ese espacio que se
desempeñan los profesionales académicos.
Los mencionados profesionales académicos se caracterizan por disponer de una
gran heterogeneidad debido a la gran diversidad de perfiles y condiciones que los
diferencia dentro del espacio universitario. Por otra parte comparten la tarea de certificar
los conocimientos del resto de profesionales que conforman la sociedad, y aún con la
gran cantidad de disciplinas y especialidades que existen también comparten la misma
materia prima de trabajo: el conocimiento, (Aguilar, 2002). Por lo tanto los profesionales
académicos ejecutan el papel de juez al certificar los conocimientos y son parte
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La Universidad su evolución y sus actores: los profesionales académicos
importante para el desarrollo de la sociedad ya que le conceden a otras profesiones la
oportunidad de conseguir empleo y desarrollarse en el ámbito empresarial de
naturaleza tanto privada como pública.
Dichos profesionales académicos disponen de un empleo por lo cual dependen de
un salario y su aumento se produce en la mayoría de las veces por luchas gremiales
(Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela: FAPUV) o por
disposición del gobierno de acuerdo a las políticas que dictamine en materia salarial
para los empleados del sector público. El ser asalariados dependientes del gobierno
hace que muchos veces se disponga de académicos desmotivados en su que hacer
diario, por la serie de restricciones que se le imponen. Si es un profesional a dedicación
exclusiva dentro de la universidad, su desplazamiento dentro de la misma es limitativo
y podrá desempeñar una difusión del conocimiento por medio de actividades de
extensión. Por otra parte ejerce un control de su tiempo, donde cumpliendo con lo
estipulado en las horas que regulan su contratación, puede administrar más
efectivamente sus funciones de docencia, investigación y extensión con la libertad que
le confiere la propia organización que realice de su trabajo, Schwartzman, (1994, citado
en Parra, 2002).
Es por esto que los profesionales académicos regulan su trayectoria de ascenso
en las universidades, diferencia con las empresas del sector privado donde quedara de
parte de la gerencia de turno y del desempeño profesional la oportunidad de ascender
al cargo de nivel superior. Por lo tanto en la Universidad el ascender en el escalafón
queda a potestad del profesional académico, entonces no es justo encontrar docentes
jubilados con categorías menor a la de titular.
Los profesionales académicos vienen a constituir un grupo social bien particular,
donde se comparten ciertas prácticas y elementos simbólicos, los cuales los definen
como profesionales del conocimiento, habría que determinar si comparten una cultura
académica pero al estar colocados en agrupaciones sociales compartiendo un espacio
es muy probable el surgimiento de una cultura, (Clark, 1992). Todo esto permite crear
alrededor de las instituciones una serie de creencias alrededor de las mismas, que
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La Universidad su evolución y sus actores: los profesionales académicos
pueden favorecer o desfavorecer el prestigio tanto de los profesionales académicos
como el de las instituciones.
Los profesionales académicos forman parte de una agrupación social, y tienen el
control de sus saberes y habilidades por lo que resultan que ejercen un control
monopólico de las mismas, así como establecen los términos de su contratación, sus
derechos y obligaciones con los organismos que los representan ante el Estado,
(Grediaga, 2000).
Los profesionales académicos establecen para su funcionamiento normas que
regulan su actividad, por lo que determinan la calidad de los resultados y servicios que
le ofrece a la sociedad, es decir el prestigio que obtengan de sus productos ha sido
fijado por los mismos profesionales académicos que están dentro de la comunidad
donde laboran.
5. Evolución de los profesionales académicos en Venezuela
Los profesionales académicos en Venezuela han presentado características
marcadas por el contexto político, imperante en el país a lo largo de su historia. Según
Morles et el (2003) se destacan tres grandes etapas en la evolución política del país:
(1º) la etapa de conquista y colonización (1498-18101); (2º) la etapa de construcción de
la república(1811-1958), y (3º) la etapa de la democracia en sus dos fases:
representativa, entre 1958-1999; y la participativa, que nace con la promulgación de la
Constitución de la república Bolivariana de Venezuela(20/12/1999).
En la época de la colonia los académicos eran los mismos sacerdotes autorizados
por la Corona Española para impartir la enseñanza de teología, leyes, medicina y artes,
pero la formación eclesiástica era la misión principal, ya que la primera Universidad1
dependía de la iglesia católica. Por lo tanto el cuerpo académico no tenía libertad de
pensamiento, sus ideas tenían que estar alrededor de la fe y al servicio de la Corona.
1Universidad de Caracas, fue la primera Universidad fundada en el país en el año 1721 con carácter de Pontificia. Esta Universidad se convierte en el año de 1827 en lo que se conoce hoy como la Universidad Central de Venezuela (Casas, 1998: 211)
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La Universidad su evolución y sus actores: los profesionales académicos
Sin embargo, se empezaba a sentir las ideas del movimiento de ilustración2
(Cárdenas 2004). Es con dicho movimiento que se empieza con las ideas de que a
través de la razón se puede llegar al conocimiento útil, y que la felicidad se consigue
con la libertad. Estas ideas empezaron a repercutir en las universidades, aunque fue
necesario esperar
más de un siglo para que se produjeran cambios verdaderamente importantes. Es por
ello que los académicos comenzaron a cuestionar al dogmatismo y se inicia muy
levemente las ideas racionalistas de la Ilustración, (Morles et al 2003).
En la época republicana la guerra de independencia frena el desarrollo económico
y social y por ende el educativo. Pero una vez lograda la independencia la primera
Universidad fundada en el país (Universidad de Caracas), inicia cambios bien
importantes tales como el reemplazo del modelo elitesco y eclesiástico, por la llamada
universidad republicana la cual era más dinámica, tolerante y científica
Las reformas fueron muy lentas debido a la instabilidad política. Para mediados
del siglo XIX la estructura académica de la universidad se asemejaba al modelo
napoleónico lo que la convertía en un conjunto de escuelas aisladas, cuya misión
principal era la formación profesional especializada.
En el año 1827, se realiza una gran reforma de la universidad mediante un
Decreto en la cual se le confiere autonomía organizativa y académica. Pero se destacan
en este época largas luchas caudillescas por el control del poder político del país, y el
intervencionismo oficial lo que ocasiono la eliminación de la autonomía universitaria.
Los académicos recibían una remuneración baja en contraste con otros profesionales
(médicos), y su nombramiento dependía del gobierno (Morles et al, 2003).
En el siglo XX, Venezuela paso por dos largas dictaduras en las cuales estos
regímenes hicieron muy poco por la educación, hasta el punto de interrumpir el proceso
educativo con el cierre de las universidades que estaban creadas en ese momento en el
país. Las universidades continuaron siendo elitescas y los académicos seguían siendo
seleccionados por el gobierno y se escogían de los profesionales más destacados y
que estuviesen de acuerdo con el régimen (Cárdenas 2004).
2ideología y la cultura elaborada por la burguesía europea en su lucha con el absolutismo y la nobleza(Cárdenas, 2004:190)
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La Universidad su evolución y sus actores: los profesionales académicos
En el año 1958 se inicia en Venezuela un modelo político democrático liberal de
democracia representativa fundamentada en la alianza política de los partidos de
rasgos socialdemócratas y de democracia cristiana. Las políticas del Estado apuntaron
hacia la industrialización sustitutiva de importaciones, creación de una clase media
profesional y conformación de una clase obrera articulada a la estructura partidista. Este
modelo de desarrollo origino la necesidad de instalar la infraestructura tecnológica que
el país requería para tal efecto y por tanto, fue necesario promover la expansión de la
educación universitaria como mecanismo para la movilidad social ascendente mediante
la certificación académica generada por la titulación. Es a partir de 1958 que surge la
Ley de Universidades donde se decreta la autonomía y el principio de plena
inviolabilidad de su recinto por parte de las fuerzas públicas, (Morles et al 2003).
Adicional se fija la libertad de cátedra y de investigación, con la cual los académicos se
ven beneficiados en el proceso de enseñanza, ya no teniendo que sujetar sus ideas a
las dadas por un ente rector (como las emanadas por la Corona en la época de la
colonia). En 1970 surge la reforma a la Ley de Universidades con la cual se pretende
ejercer un mayor control por parte del Estado en las Universidades, pero se continúa
beneficiando el académico por mantenerse la libertad de cátedra y darle a la misma la
responsabilidad principal de la enseñanza e investigación de una determinada
asignatura. A partir de 1970 los académicos comienzan a enfrentan una expansión
matricular por lo que su evolución ha sido para darle frente a dicha expansión. Para el
año 1980 se contaba con 19.788 docentes y para 1998 se tenia 36.458 docentes o sea
un incremento de un 84 % (Llanos de la Hoz, 2000). Pero dicho crecimiento no ha sido
suficiente y unido a las desfavorables condiciones contractuales no se ha podido contar
con la plantilla requerida por las instituciones lo que ha mermado la calidad de la
educación superior. Esto ha incidido en los profesionales académicos ya que se han
visto en la obligación de tener que impartirle enseñanza a una cantidad considerable de
estudiantes sin conocer si la educación impartida cumple su misión o se queda como
parte de un buen deseo.
También los profesionales académicos no han podido desarrollar sus actividades
de investigación y extensión por no contar con los recursos apropiados para lograrlo. A
este hecho señala Ruiz, (s/f) que no hay tampoco criterios para establecer las
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La Universidad su evolución y sus actores: los profesionales académicos
prioridades de investigación. Dentro de ésta se observa una tendencia academicista
según la cual, la investigación responde a los genuinos valores e intereses de la
comunidad científica representada por los profesionales académicos y otra de
orientación utilitarista que atribuye a la investigación la necesidad de darle respuesta a
las demandas de la sociedad. Es por ello que se tiene dentro de los profesionales
académicos docentes dedicados totalmente a la docencia, docentes con inclinaciones
hacia la investigación y docencia o sólo inclinados a la investigación.
Hay que destacar el hecho de que para algunas personas la asignación de
recursos debe ser mínima y su acción fundamental debe estar referida a la docencia de
pregrado y postgrado y al cumplimiento de los ascensos que exige el escalafón; para
otros, esta asignación de recursos debe ser equivalente a la otorgada a la docencia y su
acción se concibe tan trascendental que se le confunde con la razón que justifica la
existencia misma de la universidad.
Otra diferencia a destacar en la investigación es la ubicación que ella tiene dentro
de la estructura académica y el grado de su especialización. Algunos consideran que la
función de investigación es inherente a la naturaleza del cargo de profesor universitario,
en consecuencia, todos los docentes distribuyen su tiempo de trabajo de tal manera que
puedan atender, por igual, desde su Departamento o Cátedra, todas las funciones
académicas de docencia, investigación y extensión. Otros piensan que la investigación
es una función altamente especializada que requiere de un entrenamiento especial y
una dedicación casi exclusiva de los docentes en los centros e institutos creados para
tal fin. Es por ello que queda a cargo del docente la responsabilidad de distribución de
sus actividades y se encuentran algunos de ellos solo dedicados a la docencia o a la
actividad combinada de las mismas.
El desempeño de la investigación universitaria en Venezuela ha estado
condicionada por los eventos políticos, sociales y económicos por los cuales ha estado
atravesando la Universidad desde su nacimiento.
El período desde el inicio del proceso democrático y casi hasta finales del Siglo
XX, estuvo caracterizado por políticas estatales formuladas en el marco de la relación
benevolente entre el Estado y la educación superior, que devino durante los años 1980
en "benevolente precarizada" (Lovera, 2001), en tanto la situación de deterioro de la
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La Universidad su evolución y sus actores: los profesionales académicos
economía, limitó la capacidad del Estado para sostener las condiciones que hacían
posible el incremento en las asignaciones presupuestarias, sin control de resultados.
Esta situación fue el impulso necesario para la formulación y puesta en práctica de
sistemas de recompensa salarial que, bajo la figura de servir como medidas de
evaluación, en la práctica se convirtieron en la posibilidad de heterologación del
salario, que había sido cerrada por la aplicación de las normas de homologación. Es
así como surgen las políticas públicas que inciden en el desempeño de los
académicos. Se trata del Programa de Promoción al Investigador (PPI) creado en
1990, el Beneficio Académico creado en 1992, el CONADES, de muy corta duración,
creado en 1998 y eliminado a principios de 1999, y otros programas, como los
Programas de Estímulo al Investigador (PEI) desarrollados de manera particular por
cada institución de educación superior, cuyo objetivo es la recompensa económica por
méritos reconocidos a los académicos, pero que en la práctica se han establecido
como mecanismos de compensación ante el desgaste del salario.
A raíz del cambio de gobierno y la promulgación de una nueva Constitución, el
Estado ha asumido, al menos en el discurso, el desarrollo de políticas para la
educación superior que, sin desconocer lo logrado, implican la implementación de
acciones cuyo objeto es mejorar la calidad y equidad de la educación superior, con
atención directa al desarrollo de la carrera académica, para lo cual se cuenta con
recursos aportados por el Banco Mundial.
Sin embargo, las presiones inflacionarias, la devaluación de la moneda nacional y
la recesión económica han deteriorado notablemente los presupuestos de las
instituciones de educación superior y, por supuesto, las condiciones salariales de los
profesionales académico, condiciones que podrían haber sido peores, si no estuviese
vigente la aplicación de las Normas de Homologación, aunque no pocas veces los
ajustes que de ello se derivan, resultan insuficientes y retrasados.
En 1983 se creó la Comisión Nacional de Evaluación de las Universidades, sin que
tal hecho tuviese repercusión mientras prevalecía la idea de la evaluación como
intervención indebida y/o castigo (Villarroel, 1998). Desde 1986, la Oficina de
Planificación del Sector Universitario (OPSU) evalúa los proyectos de creación de
instituciones y carreras y la acreditación de los postgrados, sin embargo, las funciones
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La Universidad su evolución y sus actores: los profesionales académicos
de supervisión y seguimiento no se desarrollan a cabalidad, por lo cual, la normativa
que rige el funcionamiento del sector ha sido eludida con bastante frecuencia,
(Villarroel, 2000). Estas medidas, que en su momento (1982) fueron rechazadas por los
gremios posteriormente fueron asumidas por dichas organizaciones como bandera de
lucha, en tanto las normas obligan a una revisión periódica de los salarios, para
ajustarlos a la inflación. Sin embargo, uno de los efectos contraproducentes de esta
medida fue su repercusión en la calidad académica, toda vez que su igualación por
debajo eliminó toda posibilidad de competencia y desvirtuó la necesidad del esfuerzo
para alcanzar metas, con lo cual se perdió el valor del mérito, como condición no sólo
para ascender, sino para desarrollar una carrera académica.
Adicional, las normas de homologación poco a poco estaban liquidando la
potencialidad del talento humano, por lo que aparecieron grupos que, por tradición
universitaria, veían en esta homologación, que hacía iguales a instituciones y
académicos muy diferentes, no sólo por las funciones cumplidas, sino por la
productividad demostrada, una amenaza a su vocación por investigación científica.
Así, organizaciones vinculadas al medio académico, pero sin representación oficial de
ninguna universidad, ni del gobierno, tales como la Asociación Venezolana para el
Avance de la Ciencia (AsoVAC), la Asociación para el Progreso de la Investigación
Universitaria (APIU) de la Universidad Central de Venezuela, la Sociedad Galileana de
la Universidad Simón Bolívar y la Asociación de Investigadores del Instituto
Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), entre otras, lanzaron la idea de la
creación, desde el Estado, de un sistema que recompensara económicamente la
producción de los investigadores venezolanos, fundamentalmente demostrada por sus
publicaciones. La idea es asumida finalmente por el Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT), quien lideriza el proceso
adaptando los lineamientos que ya habían sido desarrollados en México en el Sistema
Nacional de Investigadores (SIN) (Guevara y Divo 2006).
El objetivo fundamental del sistema es la promoción de la actividad científica y
tecnológica del país, y favorecer la calidad, el incremento y la permanencia del
número de investigadores activos, estimular la eficiencia y calidad de los productos de
investigación en las instituciones de educación superior, mantener activos aquellos
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La Universidad su evolución y sus actores: los profesionales académicos
investigadores jubilados que lo deseen, para aprovechar su experiencia, e integrar y
actualizar los sistemas de información científica y tecnológica por disciplina
(Fundación Venezolana de Promoción del Investigador, 2001). Para recompensar esta
dedicación y promover el número de quienes cumplen estas tareas, se crea el PPI con
el principal objeto de evaluar la producción del profesor de educación superior,
expresada en las actividades que de una u otra manera, estuviesen vinculadas con la
investigación realizada.
El impacto del PPI, se hace sentir en el apremio que sienten los profesores por
investigar y publicar, aunque no sean una mayoría; en el auge de las publicaciones
científicas arbitradas; la creación de grupos de investigación y, en el plano institucional,
la conciencia de la necesidad de apoyar estas actividades, no sólo como una manera
de obtener recursos adicionales, sino por supervivencia en un mundo cada vez más
competitivo.
Existe un reconocimiento por parte de los profesionales académicos, de que
pertenecer al PPI es un logro de sus productos académicos, y un indicador del prestigio
social de la profesión, tan deteriorado como el salario, en los últimos años. De tal
manera que, si estas políticas públicas se plantearon más como evaluaciones
individuales y voluntarias, que permitieran complementar los salarios deprimidos de los
profesionales académicos, en conjunto ofrecen también un saldo positivo para las
instituciones de educación superior del país, convocadas hoy por una política pública,
que se supone de más largo alcance, propuesta por el gobierno como un “Proyecto de
Mejoramiento de la Calidad y la Equidad de la Educación Universitaria en Venezuela” .
5. La Universidad Venezolana en la etapa de democracia representativa (V República).
La Constitución de 1999 de la República Bolivariana de Venezuela plantea varios
aspectos vinculados con la educación superior, a partir de los cuales se han formulado
un conjunto de medidas, muchas de ellas todavía sólo en el papel, que suponen una
transformación y reestructuración del nivel. En este contexto se propone el Proyecto de
Mejoramiento de la Calidad y Equidad de la Educación Superior. Este Proyecto tiene
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La Universidad su evolución y sus actores: los profesionales académicos
como objetivos: lograr una mayor pertinencia social de la educación superior, mejorar
la equidad en el acceso y en el desempeño de los estudiantes, elevar la calidad de la
educación superior, optimizar la eficiencia en el manejo de los recursos, reorganizar el
sistema de educación superior y estimular la cooperación internacional (CNU/OPSU,
2000).
En razón de estos objetivos se definen dos componentes del Proyecto: calidad del
sistema de educación universitaria y equidad en el acceso y optimización del
desempeño de los estudiantes de educación universitaria. Uno de los objetivos del
primer componente, se refiere a la necesidad de "brindar a los profesores universitarios
del sector público, los incentivos y remuneraciones acordes con su nivel y su
desempeño académico, a través de la creación de un sistema nacional de la carrera
académica" (CNU/OPSU, 2000).
Es de esperar que la aplicación de esta política, que supone la evaluación
permanente de los profesores, encuentre el clima apropiado de recepción, toda vez
que, como ya se señaló, el camino recorrido por las iniciativas, casi aisladas que
significaron el PPI y otros incentivos creados (CONABA), han preparado a los
profesionales académicos para aceptar la evaluación del desempeño, no como castigo
o persecución, sino como la oportunidad de conocer mejor las capacidades y ponerlas
al servicio de una universidad de calidad.
Comparando la situación de la docencia e investigación en el país con la de otros
países, Venezuela ha tomado con retraso el tren de las transformaciones universitarias.
Mientras en otros países de la región, durante las dos últimas décadas del siglo XX, se
colocaron en práctica un conjunto de políticas de evaluación, tendientes a producir los
cambios institucionales necesarios, de acuerdo con los nuevos tiempos, en Venezuela
la inmovilización de la educación superior estaba generalizada y, sólo el PPI como
iniciativa aislada, se desarrolló como una política de evaluación, que tomó del SIN
mexicano algunas de sus orientaciones y objetivos, así como los procedimientos
seguidos para realizar la evaluación. En este sentido, Venezuela entraría entre el grupo
de países caracterizados por tener un sistema de incentivos financieros por
productividad de la investigación, entre los cuales cabe mencionar a Argentina, Chile,
Cuba, México y Uruguay (García Guadilla, 1996). De allí que la comparación con otros
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La Universidad su evolución y sus actores: los profesionales académicos
países latinoamericanos permite verificar las limitaciones del sistema de educación
superior venezolano, aunque también le ofrece la oportunidad de emprender las
transformaciones aprendiendo de la experiencia de esos países, para no repetir sus
errores. Lo que resta es esperar para ver si las propuestas de cambio, efectivamente
se llegan a materializar.
6. Conclusiones
La universidad que se origina después de la postguerra mundial es la populista y
clientelar con características muy parecidas en toda América latina tales como:
exponencial crecimiento de la matrícula estudiantil; existencia de un solo patrón de
financiamiento; baja respuesta científica y tecnológica; poca vinculación con los
aparatos productivos regionales; carencia de una vinculación social efectiva; e
ineficiente política de formación de recursos humanos.
Como producto de la utilización del modelo napoleónico, la Universidad se agrupa
por facultades, escuelas, departamentos, centros independientes sin tener
coordinación y cooperación entre ellos. Esto trae como consecuencia una aplicación
del conocimiento y solución de problemas específicos de cada profesión, perdiéndose
la visión integral que se puede tener de la ciencia.
La masificación de la educación superior origino la creación de una gran cantidad
de instituciones, pero sin que tuvieran una clara definición de sus fines y sin la
adecuada coordinación entre sí y con las universidades, que permitiera conformar un
verdadero sistema de educación superior con el cual se ampliara las oportunidades de
estudio, disminuir la presión sobre las universidades y contribuir de una forma
adecuada a las demandas de la sociedad.
Se esta empezando a considerar en las universidades la evaluación, la rendición
de cuentas y la acreditación de las mismas por razones tales como: las relacionadas
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La Universidad su evolución y sus actores: los profesionales académicos
con los problemas para la asignación de recursos y la pérdida de prestigio de muchas
instituciones (proliferación de universidades). Así como la evaluación se hace
indispensable, también es la acreditación, tanto de las instituciones como de los
conocimientos de cada persona que desee continuar estudios.
Los profesionales académicos son los que tienen la función formadora de los
profesionales que la sociedad demanda en los distintos campos del saber. Y se
diferencian de otros profesionales ya que queda bajo su responsabilidad ese proceso
de formación, aún cuando como núcleo básico compartan las exigencias generales del
conocimiento científico y las habilidades necesarias para desarrollar las actividades de
docencia, investigación y extensión.
Los profesionales académicos establecen para su funcionamiento normas que
regulan su actividad, es decir el prestigio que obtengan de sus productos ha sido fijado
por los mismos profesionales académicos que están dentro de la comunidad donde
laboran.
En el ámbito científico y tecnológico nacional, a las universidades se les ha
encargado de garantizar la educación científica e institucionalizar la ciencia en el país.
En el logro de tales propósitos han interferido diversos factores entre los que destacan
unas condiciones laborales que no favorecen la dedicación de los profesionales
académicos a la investigación, debido a la centralización de la carga académica en la
función docente, la falta de definición de la carrera del investigador, la limitada
asignación presupuestaria y la falta de mecanismos o incentivos académicos que
perduren en el tiempo.
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