jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también...

51
Campesinos Artículos José L. Caravias sj. ¿Autoeducación campesina? Solidaridad campesina en Latinoamérica La fe del campesino Levítico: Asegurar al campesino la posesión de la tierra "Llenen la tierra y sométanla" Mi huerta, mi altar Estaba sin tierra, y no me diste nada... ¿Tienen los sin-tierra derecho a ocupar tierras? No toda propiedad es sagrada Derechos parejos ¿Quiénes son los invasores? A favor o en contra del campesinado ¿Política agraria? Propiedad familiar para todos Visión profética del problema campesino (Ver Iglesia y derecho de propiedad en Iglesia) ¿Autoeducación campesina? Asunción, Acción, 1972 El campesino tiene plata yvygüy (enterrada)en su corazón. Pero muchas veces ni él mismo sabe que la tiene. Y las "clases superiores" ni lo sospechan siquiera. Es un verdadero tesoro escondido, en el que cree muy poca gente. Cuando los "intelectuales" hacen planes de educación para el campesinado, en lo único que piensan es llevarles "tesoros" importados de otros ambientes. Piensan que sólo así les harán progresar y quizás un día ponerles a "su" misma altura. Las clases dominantes se creen a mismas el modelo de educación que todo el mundo tiene que imitar.

Transcript of jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también...

Page 1: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

CampesinosArtículos

José L. Caravias sj.

¿Autoeducación campesina?Solidaridad campesina en LatinoaméricaLa fe del campesinoLevítico: Asegurar al campesino la posesión de la tierra"Llenen la tierra y sométanla"Mi huerta, mi altarEstaba sin tierra, y no me diste nada...¿Tienen los sin-tierra derecho a ocupar tierras?No toda propiedad es sagradaDerechos parejos¿Quiénes son los invasores?A favor o en contra del campesinado¿Política agraria?Propiedad familiar para todosVisión profética del problema campesino

(Ver Iglesia y derecho de propiedad en Iglesia)

¿Autoeducación campesina?Asunción, Acción, 1972

El campesino tiene plata yvygüy (enterrada)en su corazón. Pero muchas veces ni él mismo sabe que la tiene. Y las "clases superiores" ni lo sospechan siquiera.

Es un verdadero tesoro escondido, en el que cree muy poca gente. Cuando los "intelectuales" hacen planes de educación para el campesinado, en lo único que piensan es llevarles "tesoros" importados de otros ambientes. Piensan que sólo así les harán progresar y quizás un día ponerles a "su" misma altura.

Las clases dominantes se creen a sí mismas el modelo de educación que todo el mundo tiene que imitar.

LA EDUCACIÓN DEL COMPLEJO DE INFERIORIDAD

Cuando en Paraguay un niño campesino comienza el primer grado lo primero que nota es que su "señorita" le habla en un idioma desconocido para él. Muchos días vuelve a su casa sin haber entendido el deber que tiene que hacer. Recibe retos porque no entiende lo que se le dice. A veces hasta se le prohíbe hablar en el idioma de sus padres.

Ante un idioma desconocido y una cultura ajena, los niños toman una actitud mecánica de copiar y aprenderlo todo de memoria, sin preocuparse del contenido de sus palabras.

Page 2: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

Su mecanismo psicológico de defensa le enseña también a engañar al maestro diciéndole que entienden lo que no entienden. Pues le llega a resultar vergonzoso preguntar en su propio idioma sobre el significado de una palabra desconocida en el "idioma de los señores". Desde pequeños aprenden a decir "sí señor" a toda orden dada en castellano.

Y así resulta que esos jóvenes campesinos que piensan y hablan en guaraní, aprenden a leer y escribir en castellano, sin haberse preocupado nadie de enseñarles técnicamente este idioma desconocido. Con lo que conseguimos que no le sirva para nada saber leer y escribir. Pues su pensamiento va por un camino idiomático y el movimiento mecánico de leer y escribir va por otro. Prueba de ello es que rara vea un joven campesino que esté lejos de los suyos, se atreve a escribirles a sus padres o a su novia. ¡Hasta se ha llegado a crear entre ellos la idea absurda de que es muy difícil llegar a aprender a leer y escribir en guaraní!

Con este disparate pedagógico de intentar educar a los niños en un idioma ajeno se consigue muy eficazmente formar en ellos un horrendo complejo de inferioridad. Desde el primer día de escuela hasta el último el niño se siente incómodo al escuchar cosas que no entiende. Se avergüenza de su propio idioma. El castellano es para él "karaí ñe'e". Durante toda su vida se considerará inferior ante cualquiera que sepa el "idioma de los señores". Quizás nunca en su vida se anime a dar su opinión en público, por miedo a no saber expresarse bien.

No sólo se le habla en idioma extraño. Sino en imágenes extrañas también. Los dibujos y las historietas de sus libros están muy lejos de su realidad.

Sirvan como ejemplo las dos primeras páginas del libro de lectura del primer grado. En ellas el niño puede ver un señor y una señora muy bien vestidos; debajo dice "papá" y "mamá". Y sin darse cuenta pensará el niño enseguida en sus padres, a quienes esa mañana ha visto en ropa de trabajo, remendada y sucia, tomando mate en su cocina de "pared francés". ¡Sus papas son de menos categoría! ¡No viven como "la gente"! Comienza a entrar en su corazón el desprecio a sí mismos, a los suyos y a sus cosas...

¡En el libro de primer grado hasta encontramos a una niña parando a un taxis! Y en el libro de lectura de alfabetización de adultos, el campesino protagonista de la historia termina casándose con la hija del estanciero como premio a su espíritu de trabajo. No se le dice, por supuesto, que en el Paraguay hay muchas menos "hijas de estancieros" que analfabetos.

Poco a poco se les da a los alumnos la idea de que para ser personas dignas necesitan comprar muchas cosas. Que la felicidad consiste en "tener" mucho. Y como ellos intuyen muy bien que con su trabajo campesino jamás van a conseguir la plata necesaria para poseer y consumir todo lo que posee y consume la "gente bien", nace entonces en ellos un sentido de frustración muy profundo, que posiblemente le va a durar toda la vida.

Se les da un concepto equivocado do persona humana. La educación capitalista es como una máquina, que tiene como fin producir futuros consumidores progresivos. Los capitalistas se preparan el mercal-do en las escuelas. Por eso ponen mucho cuidado en enseñar como ideal de la vida humana la comodidad, la riqueza y la seguridad. El fin de los estudios superiores es ofrecer la facultad de conseguir dinero o poder. Y al que le entra dentro este ideal, pero sabe que nunca lo va a poder conseguir, queda para siempre aplastado como persona.

LA EDUCACIÓN DEL ENGAÑO

La mayoría de los niños campesinos abandonan la escuela en segundo o tercer grado. Relativamente pocos llegan al sexto grado. Pero aun en el mejor de los casos, muy pocas cosas útiles han aprendido para enfrentarse a su vida. Una educación que no partía de su realidad, no le sirve para enfrentarse con su realidad.

Page 3: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

Se les llena la cabeza con multitud de conceptos memorísticos; pero casi ninguno le sirve para nada. Parece que hay un verdadero interés en que no sepan la verdad y en que no aprendan lo que les puede ser útil.

Se les enseña la histeria de los vencedores; nunca la historia de los vencidos. Se exalta al glorioso pynandi, que defendió el Chaco; pero no se les dice que el Chaco sigue en su mayor parte en manos de unos pocos. Se fomenta cada día el fervor a la Patria y a los héroes de la Independencia; pero no se les puede hacer caer en la cuenta de cómo nos falta todavía mucho para ser de veras independientes; ni en qué sentido estamos oprimidos por el imperialismo interno y externo.

Se podrán estudiar las causas de la lluvia o de las estaciones del año; pero no se pueden estudiar las causas verdaderas de la miseria en que viven. ¡Hasta se les prohíbe darse cuenta de que viven en la miseria!

En los libros de la enseñanza oficial se pone un interés especial en no hablar de los verdaderos problemas campesinos. Todo es como un paraíso color de rosa. El campesino que no progresa es porque es un haragán. El bienestar está a disposición de todos; es sólo cuestión de esfuerzo.

Este sistema de educación es como querer engañar sistemáticamente al pueblo. Se le quiere vendar los ojos. Se le quiere hacer creer en lo que algunos campesinos llaman "la falsa realidad".

EDUCAR PARA ALIENAR

Los métodos de educación usados en las escuelas de la campaña van formando lentamente en el niño diversos complejos de inferioridad, de dependencia de los de arriba, de pesimismo. Su corazón se va endureciendo y se va formando en él el callo de la paciencia y de la indiferencia campesina. ¡ Tantas horas »de aguante de cosas que ni entienden, ni les interesan, les encallecen el corazón'

Y lo que es peor todavía, se les corta de raíz su capacidad de pensar y de decidirse por sí mismos. Dentro de los cauces rígidos de los planes oficiales de enseñanza no hay lugar para que el alumno se conozca a sí mismo, ni a la realidad en que vive. No puede desarrollar toda su capacidad de reflexión y de creación. No puede decir su palabra Nuestra máquina capitalista de educación es como una prensa, que destroza en los educandos su capacidad creativa de educarse a sí mismos.

Y esto no solamente pasa en las escuelas. Los mismos métodos son usados casi siempre en las iglesias, en los cuarteles y en las reuniones políticas. Las radios y los diarios tampoco le enseñan al campesino a conocerse a sí mismo, ni las raíces de donde nacen sus problemas, ni los caminos del verdadero progreso integral; ¡pero sí tendrán disponibles muchas páginas y muchas horas para hablar de los problemas del fútbol!

Con todo este proceso de "educación" resulta que el campesino nunca llega a ser él; es otro. Es una mezcla del pensamiento y los intereses de sus dirigentes políticos, sus sacerdotes, sus comerciantes y sus comisarios. Todos nos hemos esforzado en alienar el campesino. Le hemos quitado lo que más debiera ser suyo, su personalidad y su capacidad de creación, para usarla en provecho nuestro. Por eso ellos no son lo que deben ser. Están como fuera de sí. Ni nosotros somos personas, ni dejamos que ellos lo sean.

Antiguamente el concepto de alienación se aplicaba preferentemente al mundo de la economía: la compra salarial del trabajo humano le quita al hombre el derecho a crearse a sí mismo. Pero esta alienación cada vez se hace más peligrosa en el mundo de la educación.

Hoy día la persona humana ya está pre-alienada de antemano, desde el momento en que entra en la escuela dispuesta a comer con los ojos cerrados esos paquetes prefabricados de educación alienante. En la mayoría de los países la educación oficial se ha convertido en

Page 4: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

una expedidora de opio.

¿ES POSIBLE UNA AUTOEDUCACIÓN CAMPESINA?

Ciertamente es grande el desastre que nuestros métodos de educación han dejado en el campesinado. Parecería que hoy por hoy son incapaces de auto educarse. Ellos piensan como piensa su patrón o sus dirigentes. Son fuertemente individualistas, fruto de las muchas veces que han sido engañados. Políticamente son fanáticos; su partido es sólo un color, sin contenido ideológico. Religiosamente son espiritualistas; su religión no les compromete en la construcción de un mundo justo. El campesino es conformista y fatalista; está demasiado acostumbrado a la miseria. Cuando se trata de hablar o de organizarse, enseguida se siente paralizado por el miedo. Les gusta ser serviles y aduladores con los que mandan. No tienen iniciativa, ni creatividad. Y lo peor de todo es que muchos campesinos desprecian profundamente a sus compañeros y se desprecian también a sí mismos.

Es duro este diagnóstico. Pero hay que tenerlo muy en cuenta si de veras la educación ha de ser liberadora. Y junto con una conciencia clara de todas estas taras que por generaciones les han llovido desde arriba, hay qua tener también una fe muy viva en sus muchos valores enterrados, que son los que justamente les capacitan para crear un mundo nuevo.

El sentido común del campesinado, su sencillez, su sana alegría, su hospitalidad, son valores inapreciables, de los que necesita mucho nuestro mundo. Ellos tienen un profundo sentido de la realidad y una capacidad certera de intuición, muy dignos de ser educados. Aunque no sepan expresarlo, ellos están menos cegados qua nosotros para conocer las enfermedades de nuestro mundo. Están menos alienados que la burguesía comodona, que los intenta educar. Su corazón es más sano. Y son mucho más libres, más independientes, para poder formar un mundo nuevo. No tienen sueldos, ni intereses obscuros, que los aten y les cieguen.

Su mucho sufrimiento les ha dado un profundo sentido de humanismo. Son más capaces de valorar a las personas por sus cualidades, y no por lo que aparentan. Se pueden tomar más en serio toda tarea comunitaria de socialización. Ellos tienen el sentido de la verdad, no adulterada substancialmente por ningún colegio, ni ningún libro. Los pobres son los únicos capaces de recibir de veras la fuerza liberadora de la fe cristiana. Tienen hambre y sed de una verdadera justicia. De ellos es el futuro.

Pero falta educar y desarrollar todas estas cualidades. La educación opresora las tiene como aplastadas. La misión da una educación liberadora será abrirles camino para que se puedan desarrollar en su plenitud. Sólo podremos decir que tenemos una educación autóctona en el momento en el que el pueblo sepa expresar lo que tiene dentro.

Los que no creen que es posible una autoeducación campesina es porque nunca les han dado a los campesinos la oportunidad de auto educarse. Si pisoteamos cada día un terreno, no nos podemos quejar de que no nazca nada de él.

En el corazón del campesinado está el germen del verdadero humanismo. Por eso todo plan pedagógico liberador tiene que nacer de ellos mismos. No nos sirven todos esos planes nacidos de los opresores. No veo por qué hemos de desechar un plan de enseñanza elaborado en Rusia, y no uno sacado de Norteamérica, pues los dos son igualmente impositivos y opresores. La pedagogía del oprimido no puede ser elaborada por los opresores.

Ni siquiera las personas de buena voluntad podemos elaborar un plan de enseñanza "para" los pobres, pues estaríamos cayendo en el mismo pecado de los opresores. Con la intención de libertarles de su miseria no nos es lícito usar los mismos métodos con los que se les ha hundido en la miseria. Es una ilusión creer que podemos manejar a los demás en bien de ellos. Eso no lo hace ni Dios.

Page 5: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

Hay que crear nuevos métodos de pedagogía que no pisoteen la creatividad del campesino y hagan posible que su savia brote con toda su fuerza. Los que no somos campesinos les podremos ayudar a decir su palabra. Pero son ellos los que tienen que hacerse a sí mismos.

"La tarea de educación de estos hermanos nuestros no consiste propiamente en incorporarles a las estructuras culturales que existen en torno a ellos, y que pueden ser también opresoras, sino en algo mucho más profundo. Consiste en capacitarles para que ellos mismos, como autores de su propio progreso, desarrollen de una manera creativa y original un mundo cultural, acorde con su propia riqueza y que sea fruto de sus propios esfuerzos" (Medellín. Educación,3)

NOSOTROS, LOS IDIOTAS ÚTILES

La verdadera educación cristiana debe buscar la liberación de toda clase de esclavitudes. Y antes que nada, de nuestro propio egoísmo personal (Medellín. Educación, 8). Nos ha de hacer cada vez más personas. Cada vez más al servicio de los hermanos. Debe buscar el "ser más"; y no solamente el "tener más".

¿Se pueden cumplir estos fines siguiendo los planes oficiales de enseñanza que rigen en la mayoría de las naciones sudamericanas?

Yo creo claramente que no. Últimamente en los ambientes religiosos se ha puesto de moda la palabra "educación liberadora". Y creemos que con alguna que otra charla religiosa actualizada y quizás algunas reflexiones sociales en la materia que a cada uno toca enseñar, vamos a conseguir ya una educación liberadora, tal como se nos pide en Medellín. Muchos de nosotros hemos creído que se podría salvar el sistema actual de educación introduciendo algunos cambios en maestros, alumnos y programas. Es como querer buscar venenos más suaves y mejor presentados.

Mientras no nos demos cuenta de que la educación capitalista necesariamente produce alumnos alienados, se enseñe lo que se enseñe, nunca seremos capaces de llevar a la práctica una verdadera educación liberadora. Por no entender bien este problema estructural, resulta que multitud de personas de buena voluntad estamos ayudando inconscientemente a formar instrumentos dóciles y útiles al servicio de la plata de unos pocos. Así es como muchos sacerdotes y religiosos nos hemos pasado parte de nuestra vida siendo "idiotas útiles" al sistema. A los ricos les hemos enseñado a ser explotadores; a los pobres les hemos amansado para que se dejen explotar mejor; total que a nadie le enseñamos a ser de veras personas. Así es como muchas veces hablan los hechos.

Desgraciadamente con frecuencia tiene más fuerza un rubro o las ganancias de un colegio, que el espíritu de nuestra fe. Nuestro cristianismo nos debiera lanzar más sinceramente al riesgo de buscar nuevas fórmulas de educación, más de acuerdo con nuestras creencias y con la realidad de nuestro pueblo. Necesitamos replanteamos muy en serio cómo llevamos a la práctica nuestra vocación educacional.

EN BUSCA DE NUEVAS FÓRMULAS DE EDUCACIÓN CAMPESINA

Después de Medellín en toda América Latina diversos grupos cristianos intentan abrirse camino en la difícil tarea de conseguir una educación liberadora. Los campesinos no se han quedado ajenos a este movimiento. Por todos lados hay tanteos en este sentido. Sus métodos no están todavía maduros. Pero representan un serio esfuerzo, que quizás nos puedan ser útiles en algo a los demás.

Una verdadera educación liberadora debe comenzar desde la primera formación de los niños. Pero desgraciadamente todavía no encontramos ningún esfuerzo serio en este sentido. Por eso las siguientes reflexiones se reducen a los intentos que hacen ciertos grupos de campesinos adultos para conseguir su propia autoeducación.

Page 6: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

a)Reflexiones -comunitarias.

La primera dificultad que encuentran los campesinos al intentar auto educarse es que no saben "pensar por su cabeza". Les cuesta mucho decir lo que sienten dentro. Están acostumbrados a escuchar las palabras de sus dirigentes, pero sin reflexionar sobre ellas. Por eso su primera necesidad es aprender a reflexionar comunitariamente. Para ello hacen cursillos de base, de dos o tres días de duración. Nadie da una conferencia. Un "coordinador", generalmente campesino, les pregunta que para qué se han reunido, qué es lo que quieren, cómo es su vida. Después de describir entre todos su realidad campesina, buscan en común las causas de su miseria.

Comparan su realidad con el plan que Dios tiene sobre ellos. Discuten largamente sobre las exigencias de su fe cristiana. Y terminan concretando más o menos, según los casos, la forma como se deben organizar para poder llegar a vivir como hermanos.

Nunca hay esquemas fijos prefabricados. Cada curso de base resulta de una manera distinta. Lo importante es saber crear el ambiente necesario para que se desate el nudo de miedo que tienen en la lengua; crear un clima de confianza mutua y confianza en sí mismos.

El único papel del coordinador es ayudarles a que saquen afuera esas riquezas que por tanto rato han escondido en su corazón; y a coordinar las aportaciones de cada uno, de forma que entre todos lleguen a conclusiones claras.

Cuando los campesinos saborean este método activo comunitario, se entusiasman en gran manera con él. La razón de su alegría está en que se encuentran a sí mismos. Se reconocen como hombres, con vocación de ser cada día más, según los planes de Dios, ahora destruidos. Quieren ser actores de su propia personalización. Cada uno quiere decir su palabra. Comienzan a sentir en sí mismos el poder que les dio Dios para transformar el mundo y crear algo nuevo.

Los cursillos activos son un remedio eficaz contra el pesimismo y el conformismo campesinos. Comienzan a pensar. En sus corazones nace la esperanza de un nuevo amanecer.

b) Trabajos comunitarios.

Los cursillos de base son el comienzo de la reflexión comunitaria. Esta reflexión debe continuar en reuniones semanales de equipos naturales de amigos, compuestos de cinco a diez personas.

Pero las viejas enfermedades campesinas, fruto de una educación deformante, no se podrán curar solamente con palabras. Ese profundo individualismo, que les hace vivir desapartados unos de otros, sólo podrá ser destrozado a base de mucho trabajo comunitario.

Ellos dicen que el único "pohá" contra el chentesé" es el "oñondivepá". Comienzan por una pequeña chacra en común, un almacén comunitario o cualquier otro trabajo, con tal de que sea en común.

En la práctica surgen una cantidad de pequeños problemas. Las dificultades nacidas en el trabajo se hacen temas de reflexión en las reuniones semanales. Y de estas reuniones surgen nuevos trabajos comunitarios. Así es como nace una nueva pedagogía de reflexiones que llevan a la acción; y acciones que llevan a una reflexión más profunda; y así sucesivamente. Siempre a la luz de la Palabra de Dios.

El secreto pedagógico de estos métodos consiste en que ellos mismos son los que tienen que ir poco a poco poniéndoles en práctica según su propia capacidad. A través de la reflexión y la acción comunitarias el campesino se va personalizando cada vez más, y por consiguiente se capacita para acciones cada vez más complejas. Sistemáticamente deben rechazar toda ayuda externa que supere la medida de su capacidad, pues aunque esta ayuda les haga progresar un poco materialmente, en el fondo aumenta su servilismo, su

Page 7: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

irresponsabilidad y su complejo de inferioridad. Querer desde fuera hacerles apresurar el paso es destrozarles.

Ellos mismos, por ejemplo, deben administrar su pequeño almacén en común. Y según se aumentan su recursos, se va aumentando también su capacidad administrativa. Y así en todo lo demás.

Estas pequeñas experiencias de trabajos en común son el camino práctico para ir cambiando los conceptos egoístas de propiedad privada y de economía capitalista en los que han sido maleducados.

Si este proceso de educación no queda truncado por el egoísmo de algunos participantes, el paternalismo de algún cura o la persecución sistemática de politiqueros y comerciantes, el entusiasmo de los campesinos se concreta en nuevas formas auto educativas. Hacen compras y ventas en común. Aumentan los cursillos de profundización. Nacen entre ellos nuevos tipos de organización horizontal, sin caudillos. Se ayudan unos a otros en cualquier necesidad. Llegan a crear escuelas libres para sus hijos, con programas y métodos propios. Se manifiestan solidarios cuando un compañero es perseguido. Nacen poesías y canciones nuevas. Los sacramentos y la liturgia toman una nueva vida Nuevos hombres y una nueva sociedad comienzan a nacer.

A su estilo, (ellos) consiguen lo que pedía Medellín: "Una educación creadora que anticipe el nuevo tipo de sociedad que buscamos en América Latina". Basan sus esfuerzos en la personalización de las nuevas generaciones, profundizando la conciencia de su dignidad humana, favoreciendo su libre autodeterminación y promoviendo su sentido comunitario" (Medellín. Educación. 8).

EL RIESGO DEL FUTURO

¿Hasta dónde será capaz de llegar una experiencia pedagógica de este tipo? Yo creo que no lo podemos saber. Si de veras se están formando hombres nuevos, tendrán que dar como fruto una nueva sociedad. Querer prefijar desde ahora esos es. quemas del futuro sería abortarlos.

En toda Latino América están germinando con fuerza los brotes de esta nueva sociedad. No hay que tenerle miedo a estos nuevos ensayos. Todavía hay mucha gente que no cree que sea posible abrir nuevos caminos para la; humanidad. Son gente de corazón pequeño y mirada muy corta. No creen en ese poder maravilloso de creación que nos dio Dios a los hombres.

Los de arriba, los que se alienaron con una educación bancaria, los embriagados por el mando, los esclavos de la plata, nunca serán capaces de abrir una nueva picada! para la humanidad.

Sólo los que están abajo, muy en contacto con la madre tierra, serán capaces de crear algo nuevo que nos sirva a todos. Si algún día el campesinado latinoamericano llega a ser capaz de decir su palabra, llegará a crear formas nuevas de convivencia entre los hombres. Nunca les hemos dejado que se manifieste su sangre indígena, vigorizada por una verdadera te cristiana. Los "colonizadores" le arrancaron al indio sus maravillosas virtudes humanas y sociales, y le pusieron encima una plasta de fe cristiana sin hacer el más leve esfuerzo por encarnar esa fe en sus valores indígenas. Pero hace tiempo que el campesino se está despertando. Se viene dando cuenta de la fuerza creadora que puede tener su fe cristiana encarnada en su propia realidad. Está aprendiendo a auto educarse.

¿Triunfarán los campesinos? ¿Serán capaces de crear algo nuevo? Tendrán que aprender a dominar la violencia de los poderosos, que harán todo lo posible por aplastar cualquier brote de verdadera hermandad entre los hombres. Tendrán que aprender también a sufrir las incomprensiones de muchos cristianos miopes. Y no dejar nunca de hacerse una

Page 8: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

sincera autocrítica.

Solidaridad campesina en LatinoaméricaMadrid, Noticias Obreras, enero 75

He escuchado decir con frecuencia en España que los campesinos son individualistas y conservadores y, por consiguiente, es difícil ayudarles a abrir los ojos y a organizarse. Pero resulta que mi experiencia de trabajo durante unos diez años en diversos puntos de Latinoamérica me ha enseñado todo lo contrario. ¿Es que el campesino español es distinto? ¿O es que nunca acabamos de entender al campesino y no sabemos, por consiguiente, ayudarles a crear su propia organización, según las características actuales de nuestra época, pero sin traicionar su propia forma de ser?

Hospitalidad campesina

La convivencia con el campesinado paraguayo me enseñó a descubrir su sentido profundo de solidaridad. A base de observarlos y escucharles mucho comprendí que la solidaridad estaba en la raíz más profunda de su ser, aunque las circunstancias actuales de la vida les hicieran aparecer a veces individualistas y hoscos.

Lo primero que me impresionó fue su hospitalidad. En un rancho campesino siempre había buena acogida para todo el que llegaba. En su pobreza sabían compartir con él todo lo que tenían. Y esto de una manera casi constante en todas las casas. En una mesa campesina siempre hay una cuchara de más para compartir alegremente el puchero o la cazuela. En el campo nunca queda abandonado un niño o un anciano. Hay disponibilidad entre ellos para echar una mano en un caso de urgencia o para compartir una pena.

Y lo más importante es que todo esto el campesino lo hace con una total naturalidad, sencilla y alegremente; señal de que le sale de lo más profundo del corazón.

Una clase social que tiene sentido de la hospitalidad y la solidaridad encierra dentro de sí un gran tesoro. ¿No existe este tesoro también en el corazón del campesino español? Me imagino que sí, aunque quizá el tesoro esté enterrado y pisoteado.

Tradiciones comunitarias

Preguntemos a nuestros abuelos sobre las costumbres de nuestros antepasados en el campo. Yo lo hice con frecuencia en Paraguay y después en Argentina, en Perú, en Ecuador... Hablar de este tema era suscitar añoranzas. Era como volver a anudar algo vital que les unía al pasado, con un imperioso deseo de que volviera a ser realidad. Antes eran mejores vecinos; se ayudaban más unos a otros. Trabajaban más unidos. ¿No dicen también algo parecido nuestros viejos campesinos?

Pondré algunos ejemplos de por allá. Existe en toda Sudamérica una tradición común a las dos grandes familias indígenas, los quechuas y los guaraníes, que se llama «Minga»; se trata de formar como una peña de amigos que todos juntos trabajan alternativamente en el campo de cada uno de ellos. Otra tradición guaraní, «el yopói», consistía en repartir entre los vecinos la carne de un cerdo que mataban, por ejemplo, y cada vecino hacía lo mismo cuando le tocaba a él el turno. Añoran también con frecuencia le. cantidad de campos comunales que existían. Pero ellos no han perdido estas costumbres de una manera total. Y hay un gran deseo de volverlas a resucitar, adaptadas a las circunstancias de nuestro tiempo.

Redescubrir las tradiciones comunitarias del campesino es una tarea de suma importancia, sobre todo cuando aún existen en la tradición oral del campesinado actual. Si

Page 9: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

los viejos se lo cuentan a los

jóvenes con añoranza, señal de que este gran tesoro no se ha perdido todavía.

En América Latina hay una gran corriente de valorización y actualización de las tradiciones comunitarias campesinas. Creo que en España también las ha habido. ¿No se podrían valorizar y actualizar también aquí?

Temo que en las últimas décadas haya sucedido en España todo lo contrario: un proceso de menosprecio a las tradiciones campesinas y con ello una pérdida de auténticos valores humanos.

Quizá haya que volver a echar raíces hondas en el alma campesina para poder llegar a germinar de nuevo con fuerza, según los aires y el clima de nuestro tiempo.

Puede resultar sugestivo narrar, aunque sea brevemente, algunas experiencias concretas en este sentido, una histórica y otra actual, las dos de un mismo país, el Paraguay, que es el que conozco más a fondo.

Las reducciones del Paraguay

Los misioneros jesuitas del siglo XVII supieron ver en los indios guaraníes su propensión al trabajo en común, estudiaron sus tradiciones y forma de ser, se metieron a vivir en medio de ellos y en menos de una generación consiguieron realizar una organización socializada, para aquellos tiempos casi perfecta, en una extensión algo mayor que Andalucía.

Conozco casi todo lo que queda de aquellos pueblos comunitarios. Las viviendas en piedra de entonces eran mucho mejores que los pobres ranchitos de estacas de los campesinos del siglo XX. A aquellos indios el trabajo en común, organizado de una forma racional, les posibilitó conseguir una prosperidad y una cultura de la que aún los paraguayos actuales se acuerdan con añoranza.

La agricultura era el eje central de aquellas comunidades. La mayoría del terreno era comunitario, de cuyos frutos se repartía a cada familia, en forma proporcional al número de sus miembros. Y parte se guardaba para los que no podían trabajar, como eran los enfermos, los ancianos y los huérfanos. Cada familia tenía también una pequeña propiedad particular, en la que podía trabajar algún tiempo a la semana. La venta al exterior se hacía siempre en común.

En este ambiente se desarrolló una verdadera cultura popular guaraní. Las buenas cualidades indígenas, valorizadas e impulsadas por la fe cristiana, se desarrollaron poderosamente.

En aquel tiempo, en el que era normal trabajar el campo a base de esclavos más o menos disimulados, los grandes señores no podían mirar con buenos ojos la experiencia comunitaria de las reducciones. Varias veces organizaron expediciones para llevarse esclavos a los indios comunitarios. De forma que éstos tuvieron que organizar un verdadero ejército para defender su forma de vida de los ataques de los «esclavistas» y los «encomenderos».

Esta organización duró casi doscientos años, hasta que después de la expulsión de los jesuitas, decretada por Carlos III, fue destruida por la invasión que hicieron de aquellos terrenos los «encomenderos" de Asunción, ávidos de mano de obra barata y de destruir aquel «mal ejemplo».

En España hablar de indios es hablar de «salvajes». ¿Pero seremos capaces de organizamos de manera que podamos cultivar el campo en común como ellos? De hecho, en aquel caso fueron los salvajes españoles, representantes de los intereses de los grandes «señores» los que destrozaron aquella realidad.

Las Ligas Agrarias del Paraguay

Page 10: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

Es otra experiencia interesante, realizada en nuestro tiempo. Los que hayan leído «Vivir como hermanos» podrán hacerse una idea del espíritu que anima a estos campesinos, pues ese libro ha sido escrito en medio de ellos, como fruto de sus reflexiones.

Para considerarse miembro de las Ligas es necesario cultivar al menos un pedazo de tierra en común. Su ideal es llegar a una explotación comunitaria de toda la tierra en un ambiente de verdadera fraternidad. Pero conscientes de la dificultad para llegar a ello, el objetivo actual de las Ligas es poner en marcha un proceso pedagógico de formación que les vaya, capacitando para una paulatina socialización y para soportar las luchas que ello supone. En sus reuniones y cursillos planean sus acciones comunitarias y, a su vez, estas acciones les exigen reunirse de nuevo para reflexionar, de donde sacan nuevos planes corregidos sobre los anteriores.

Tienen un principio muy sencillo: la enfermedad del individualismo sólo se cura a base de trabajo comunitario. Las palabras y los buenos propósitos no bastan, pues el individualismo lo llevamos dentro y está largamente fomentado por nuestra sociedad. Por eso es necesario empezar poco a poco y aumentar la comunitarización sólo en la medida en que se van capacitando para ella.

El campo de acción en este terreno es muy amplio. Van aumentando el número de hectáreas cultivadas en común, compran y venden todos juntos, organizan granjas comunitarias o especies de cooperativas para los artículos de consumo de primera necesidad. Suprimen cada vez más a los intermediarios, en la medida en que su grado de organización se lo va permitiendo. Declaran el «boicot» a ciertos comerciantes... Lo importante es partir siempre de su propia realidad, según sus propias fuerzas, reflexionar mucho entre todos sobre la marcha del proceso y aumentar la comunitarización según se van preparando personal y socialmente para ello.

Como es natural, estas realizaciones levantan enseguida polvareda y persecuciones por parte de los que no les interesa que se rompa el mito del individualismo del campesinado. Pero las Ligas cuentan con la persecución, preparan a sus miembros para ella y aún la consideran una ocasión propicia para ejercitarse en el espíritu de solidaridad. En unos cuantos años han sufrido varios centenares de presos y muchísimas amenazas e intrigas. Lo sé por propia experiencia. Pero generalmente estas pruebas les han servido para aprender a distinguir quiénes son los verdaderos enemigos de la unidad campesina.

Ejemplos parecidos podrían contarse de toda Latinoamérica, siempre con el denominador común de una toma de conciencia de sus propios valores y de la explotación en que viven, y un ponerse, por consiguiente, en marcha hacia la formación de una organización que parta de ellos mismos.

En la mayoría de los casos su fe cristiana juega un papel importante. Cuando estos hombres se dan cuenta que su propia fe les exige luchar por una vida digna y fraternal, son capaces de un compromiso muy serio. Los valores campesinos impulsados por una auténtica fe cristiana son capaces de una fuerza creadora insospechada .al servicio de la solidaridad.

¿Solidaridad campesina española?

No conozco mucho al campesino español. Pero parece como si se hubiese desatado un proceso de desprestigio del campesinado ante los ojos de los propios campesinos. Parece como si fuera una deshonra ser campesino. Veo que con frecuencia se avergüenzan de sus costumbres, sus tradiciones y aun de verdaderas cualidades humanas que tienen. Huir del campo es casi como un lema.

¿Por qué esta carrera por escaparse? ¿Huir de qué? ¿Son así más personas, más libres, más felices, más unidos? Es cierto que hay que progresar, ¿pero progresar en qué? Es cierto que el campo no da hoy para vivir, ¿pero quién tiene la culpa de ello? ¿No tendrá cierta culpa el propio campesinado, que no ha sabido valorizarse a sí mismo y organizarse de manera que

Page 11: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

los intermediarios y las grandes compañías no les robasen gran parte del fruto de sus sudores?

Por supuesto que hay toda una propaganda organizada para conseguir que los campesinos se conviertan en consumidores no-pensantes, que pongan su felicidad en tener cosas y no en ser personas. Y los que están detrás de todo este manejo son los verdaderos responsables. Pero me parece que el campesinado español se ha dejado arrastrar demasiado... Ha habido muchos huidos del campo y muy pocos luchadores a favor del campo. Esta estructura económica actual ha aplastado a demasiados campesinos y lo peor es que muchos se han dejado aplastar inconsciente y aun alegremente.

En nuestro mundo industrializado el número de campesinos tiene que ser necesariamente menor, pero no por eso ser campesino se debe convertir para nadie en un yugo vergonzoso. Dar alimentos al mundo es una honra. Y si junto con el alimento supiéramos aportar nuestro humanismo y solidaridad, sería una honra mucho mayor.

Si en otros países de sangre hispana toman conciencia de sus valores y se están organizando, ¿por qué creer que el campesino español no es capaz de organizarse por sí mismo, según su propia manera de ser...?

La fe del campesinoQuito, Mensajero, enero 1976

Raíces históricas

Creo interesante comenzar estas reflexiones sobre la fe del campesino latinoamericano haciendo un rápido bosquejo histórico del nacimiento y desarrollo de esa fe. No me refiero al campesino indígena, sino al mestizo o al blanco radicado en el campo desde la colonia.

La evangelización de los dos primeros siglos de la colonia, aunque mediatizada por serios problemas de dominio e invasión cultural, hizo nacer en el corazón de aquel pueblo mestizo que surgía profundos valores evangélicos. Hubo en aquellos misioneros un serio esfuerzo de evangelización. Y un papel muy importante tuvo también el pueblo ibérico, que se trasladaba acá con sus creencias y sus costumbres populares.

Los misioneros se esforzaron por conocer a los aborígenes y dominar su idioma. Consideraron el bautismo como la aceptación de la igualdad en dignidad e todos, como hijos comunes de un mismo padre. Es curioso que en Guaraní "bautizar" se dice "amongaraí", o sea, "hacer señor" al que se bautiza. Esta conciencia de la igualdad radical de todos los hombres ante Dios, está profundamente enraizada hasta hoy en el campesino latinoamericano.

Los misioneros lucharon también seriamente por la libertad de los indios. Atacaron los abusos y llegaron a experiencias comunitarias de una gran autonomía, sobre todo en el caso de las reducciones jesuitas. El sentido de libertad y al mismo tiempo de fraternidad, sigue siendo un distintivo del campesino.

Consiguen dar al pueblo una cosmovisión, de elementos muy simples, pero claros y profundos. Dios ocupa el centro de todo. El es Padre de todos. El pueblo se reconoce en relación filial con Dios, en relación fraternal con los demás hombres, y superior a las cosas, que fueron hechas por Dios para su uso.

Esta evangelización la recibió además el pueblo como pueblo, y no solamente individuos aislados. Es evangelizar la cultura popular. Los valores evangélicos van impregnando su forma de ser.

Se da en ellos una profunda síntesis de fe y cultura. Pueblo civil y pueblo creyente es una misma cosa. Viven de una forma unificada su relación con Dios y su relación con la vida y aún con la

Page 12: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

historia.

En aquel mestizaje del pueblo español y aborigen, puesto que les es difícil expresarse en categorías intelectuales, cobra gran importancia todo lo devocional paralitúrgico, con un tinte muy colorista, propio de ambos pueblos. Surge una honda devoción intuitiva a los misterios de la encarnación y la pasión de Jesús, puesto que en ellos sienten interpretadas sus vidas. Y la devoción a la Virgen María cobra fuerza por todos lados, quizás como la imagen de los ideales más limpios y nobles que hay en ellos.

Por supuesto que no todo fue positivo. No se superó el riesgo de una evangelización masiva y poco profunda. El patronato real impidió evangelizar más a fondo, sobre todo teniendo en cuenta los condicionamientos ideológicos y políticos que suponían.

El siglo XVIII marca el comienzo de una época de decadencia, de la que podríamos poner como signo representativo la expulsión de los jesuitas.

En el siglo XIX se rompe, en parte, la síntesis lograda anteriormente entre fe y cultura, debida quizás al influjo de los primeros intelectuales de la ilustración, y sobre todo a la falta del clero y las divisiones políticas de los estados. El pueblo queda marginado, y su fe más expuesta a desviaciones. Comenzaron a perder sentido algunas de sus costumbres religiosas, se desvirtuaron otras y crecieron las supersticiones.

Hoy estamos en una tercera etapa en la que se intenta crear una síntesis original nueva de todo aquello que está en la raíz de nuestra cultura latinoamericana.

La fe actual del campesino

Me refiero solamente al campesino que conozco, que es el paraguayo, el del noreste argentino, y del sur del Ecuador.

Ellos ciertamente tienen fe. Creen en Dios de una manera auténtica y profunda. Es la fe de los sencillos de corazón, que ponen su confianza en Dios y todo lo esperan de El. Creen en el Dios de la naturaleza, que fecunda sus campos, sus animales y a ellos mismos. En el Dios que es bueno, y les ayuda en todos sus quehaceres. En el Dios que es también misterio y, por consiguiente, incomprensible en muchos de sus designios. Ellos saben recibir el consuelo y el "castigo" de Dios con toda naturalidad. Sienten en sus vidas la mano de Dios.

La fe es para ellos un valor firme, hondo y decisivo. Engendra en ellos conciencias de dignidad y un profundo aprecio por las virtudes fraternales de recibir en su casa a quien llega o echarle una mano al que lo necesita. Saben ser amigos fieles y sacrificados. En las zonas que conozco, sienten una gran añoranza y tendencia a todo lo que se trabajo comunitario. Es fácil desarrollar la "minga" como institución aborigen, de gran raigambre en su corazón.

La fe les da un sentido de esperanza y trascendencia en la vida, y hasta un sano humor ante todos sus problemas. La fe les da fuerzas para seguir bregando siempre adelante. Les da razón de existir; para ellos la vida del hombre tiene un sentido, que no radica en sí mismo, sino que es trascendente.

El campesino siente un repudio instintivo ante toda forma de hipocresía, abuso, desprecio o explotación del prójimo. Sienten sobre sí las consecuencias aplastantes de la organización sociológica actual, que les impide desarrollarse como hijos de Dios y unirse como hermanos. Por eso nadie como ellos es capaz de su hambre y sed de justicia. Pero creo que la liberación no la miran meramente en el aspecto económico. Ellos sienten hambre, ante todo, de respeto, de comprensión, de ser tratados en igualdad de condiciones; hambre de encontrarse consigo mismos, con los demás y con la naturaleza "como Dios manda". Para ellos es más el "ser", que el "tener". Aunque vivan económicamente en la pobreza, su corazón es rico en humanismo. La alegría de los pobres no es fruto de la idiotez, como piensan ciertos burgueses materializados; es fruto de un corazón sano, que sabe trascender las angustias diarias de la vida.

En el fondo de todo esto hay un profundo sentido de sentirse salvados por Dios. Lo cual quiere decir que su fe es auténtica; imperfecta, pero verdadera. Aunque conozcan poco a Jesucristo, su fe en El es genuina, ya que Cristo está implícito en el concepto de un Dios que salva.

En Martín Fierro, por ejemplo, apenas se habla directamente de Dios, pero toda su vida está

Page 13: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

marcada por la realidad de Dios, se subyace en forma constante en su propia vida y en toda la naturaleza.

En su fe hay un subsuelo de Evangelio intuido y vivido, aunque no saben expresarlo en categorías intelectuales. Se dan juntos la intuición profunda y el conocimiento confuso. De aquí la importancia de estar muy cerca del pueblo, para saber reconocer, encauzar y cultivar la fuerza de su fe.

Los pobres son destinatarios privilegiados del Evangelio, por su capacidad de abertura a Dios, de sensibilidad a las diversas formas de opresión del pecado, por su mayor conciencia de debilidad y de necesidad de la Salvación de Cristo.

Su fe no es madura. Es un brote sin desarrollar, pero con una gran fuerza de crecimiento si es que no lo pisoteamos y le ayudamos en cambio a desarrollarse.

En nuestro pueblo cristiano hay, pues, una fe válida, sobrenatural, aunque inicial e imperfecta. En sus virtudes populares, tan profundamente evangélicas, está Cristo actuando. En sus inquietudes y sus ansias por poder vivir con más dignidad y más unidos, es Cristo el que les empuja interiormente para continuar su camino. Aunque confusamente conocido por ellos, Jesús vive en el corazón de los pobres.

¿Fe alienante?

En la historia de nuestro continente hay dos constantes: dominación y dependencia. Y como contraste, una lucha por la liberación ¿Qué papel ocupa la fe popular en la lucha por esta liberación? ¿Es una mera protesta ineficaz, cómo diría Marx? ¿Un consuelo que no sirve sino para frenar?

Aún dentro de círculos católicos, se ha afirmado que "la religiosidad de la pobreza difícilmente transforma la vida". Se cree que "trae una visión dualista de la realidad, y por tanto, una actitud religiosa ajena a las tareas temporales". Se dice que la religiosidad popular despersonaliza, hace a la gente conformista y acrítica y, al fin y al cabo, llega a ser un poderoso puntal que refuerza la permanencia de las actuales estructuras sociales; y por ello se estimula por los poderes dominantes. ¿Se puede considerar toda manifestación de religiosidad popular como "manifestación de una conciencia esclava y un instrumento disponible para la continuación y consolidación de la opresión?".

La religiosidad popular tiene sus defectos, que voy a procurar deslindar según mi propia experiencia. Pero de antemano quiero afirmar que mucho me temo que los que hablan demasiado de alienación, hayan compartido muy poco la vida y la fe del campesino y, sobre todo, no hayan hecho nada en serio para ayudarles a desarrollar su fe. Temo de los que intelectualizan sobre el pueblo, sin vivir con el pueblo...

Intentaré hacer un recorrido de algunas prácticas y ritos desviados, tal como los he conocido, sabiendo que no los identifico con la esencia de la religiosidad popular. Son cosas que la obscurecen, pero generalmente no la desvirtúan. Y sabiendo también que en la raíz de su fe hay una gran capacidad para transformar estas desviaciones, si es que sabemos acercarnos debidamente a ellos.

La devoción a los santos queda a veces reducida a la de un "abogado", sin tener en cuenta ante quién es abogado. Lo consideran poderoso por sí mismo, aunque sólo en su especialidad. Algunos no creen que los santos fueron personas como nosotros; ni conocen en qué estuvo su santidad. Por eso el dicho popular Guaraní: "santera santopáma" (los que van a ser santos se acabaron).

Hay quienes tienen devoción a santos "abogados" para conseguir cosas no buenas. San Onofre, por ejemplo, para que les consiga mujeres; San Alejo, para que nunca les falte trago; Santa Catalina "la del puñal", para tener fuerza en la pelea. Creen en santos vengativos, como San Lorenzo, San Antonio o Santa Librada, que castigan duramente si se trabaja en su día. Hay santos que "no son de Iglesia", como San La Muerte, alrededor del cual surge un culto medio secreto bastante extendido. Hay rezos y ritos con los que se pretende hacer daño a personas concretas. Asi los santos pasan a ser como caudillos que favorecen a sus devotos según sus inclinaciones, sin relación alguna a la santidad personal. Se da el caso de gente que dice no creer en Jesucristo, pero tiene una fe ciega en "su" santo, a quien considera rival de los demás santos.

Ciertamente en estos casos no se puede hablar de una fe implícita en Jesucristo, puesto que directamente se buscan cosas malas, en las que no puede estar presente Cristo.

Page 14: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

Junto a estas "devociones", superviven con fuerza también las creencias aborígenes. El miedo a ciertos personajes medio mitológicos juega un papel importante en sus vidas. Hay que procurar tenerlos contentos. Como el miedo también a la mala suerte, el ojo, las maldiciones, supersticiones y demás agüe-rías. En diversas circunstancias ponen en ellos su esperanza para conseguir algún fin concreto, que generalmente es la defensa personal.

Estos miedos ciertamente son alienantes. Paralizan al hombre frente a dificultades concretas de la vida. Les lleva a huir los problemas o buscar soluciones falsas. Y esto no se puede decir que es fe cristiana.

¿Todas las supersticiones son malas? Yo creo que no. Depende de cómo y para qué se las use. Si se trata de ciertas expresiones culturales, que no llevan a algo pernicioso, no veo por qué hay que despreciarlas. Tampoco fomentarlas. Pero sí respetarlas. Y cuando es posible, ayudarle a la gente a dar el paso a Cristo a través de esa su creencia.

Hay supersticiones que son expresiones de valores humanos. Caso típico de la Difunta Correa en Argentina, que expresa fidelidad conyugal y amor materno hasta la entrega de la vida. No veo por qué habría que combatirla, sino más bien explicitar el mensaje cristiano que encierra, e impedir además que algunos aprovechados, como está ocurriendo en este caso, explotan en su provecho la fe del pueblo. La Iglesia mantuvo durante siglos el culto a santos inventados por el pueblo cristiano... Además, no valdría la pena querer extirpar la superstición corriendo el riesgo de arrancar, junto con ella, la verdadera fe del pueblo.

Habría que buscar en la historia del nacimiento de ciertas supersticiones, para descubrir en ellas los restos de una evangelización anterior, y darles su primitivo valor. Con frecuencia he constatado la alegría de la gente cuando descubren el por qué de sus ritos y costumbres más o menos supersticiosas y de nuevo pueden centrarlas rectamente. Hay muchos valores rescatables en orden a una religiosidad madura.

Hay supersticiones, en cambio, que les frena el desarrollo de sus vidas, fruto normalmente de la ignorancia. Que un campesino crea que va a extirpar la plaga de orugas en su algodonal haciendo rezos especiales en tres esquinas de su chacra, no le favorecerá mucho en su desarrollo económico, pues le impide aplicar medios eficaces. No son buenas las supersticiones que sustituyen mágicamente la iniciativa y la acción humana, como la cábula o la curación de animales "por simpatía". Pero habrá que enseñarles, con tacto y respeto las soluciones normales, según el estado de la ciencia actual, haciéndoles ver que Dios así lo ha querido, y por consiguiente, no tiene por qué debilitarse el núcleo esencial de su fe.

¿Y que-pensar del curanderismo? Ciertamente hay quienes se aprovechan de la fe del pueblo y quienes se enferman más o mueren por recurrir a estos métodos. Pero la mayoría de los curanderos —generalmente curanderas— que he conocido, me han inspirado respeto.

Con frecuencia cubren un vacío de falta de médico —"doctor" dicen ellos—, ya que la mayoría de nuestros médicos aunque en la universidad hayan sido muy "revolucionarios", a la hora de la verdad, no están dispuestos a ir a ayudar a los pobres del interior. Además, aunque haya médicos, mucha gente no tiene con qué pagar un tratamiento médico. Y los curanderos saben usar ciertos métodos de medicina natural económicos y eficaces para algunas enfermedades. También suelen recetar algunos "remedios" de farmacia. Y sobre todo, debido a la igualdad de vida con sus pacientes, inspiran confianza en ellos, que tiene normalmente como fondo la fe en Dios, y que psicológicamente muchas veces es sumamente eficaz.

Nuestra responsabilidad

No es fácil conocer el alma del campesino: lo que piensa, lo que busca, sus criterios de valor, sus motivaciones interiores de acción. Pero podemos afirmar que tiene una profunda religiosidad natural, fundada en hermosas aspiraciones humanas y con valores verdaderamente evangélicos, apoyados y fortalecidos por una fe explícita en Dios. También podemos afirmar que esta fe tiene sus lagunas y sus desviaciones. Pero pienso que los responsables principales de sus errores somos la "gente de Iglesia", obispos, sacerdotes y religiosas, que después de la gran crisis de los siglos XVIII y XIX, todavía no nos hemos acercado suficientemente al pueblo para hacerle creer y madurar en su fe; para predicarle a Cristo a partir de su propia fe.

Pienso que ciertas "pastorales" y "teologías" europeas nos han hecho daño. Al menos en mi

Page 15: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

caso personal fue así. Tenía como un desprecio solapado hacia las formas más espontáneas de religiosidad popular. Quería "desmitologizar", purificar la fe del pueblo; y para ello procuraba combatir procesiones, imágenes de santos, y, en el fondo, todo lo que fuera colorista y popular. Por un lado era un esfuerzo por intelectualizar su cristianismo, pues quería enseñarles a expresarse según mis conceptos. Y por otro, quería reducir su fe al compromiso socio-político. Pero el pueblo mismo me fue evangelizado. Me enseñó que yo estaba más equivocado que ellos.

Somos los responsables de que Cristo no ocupe el centro vivo de la religiosidad popular, pues nosotros tampoco somos cristocéntricos. Cristo resucitado, por lo general, no es la piedra central de nuestra vida. Estamos lejos de aquella obsesión por predicar a Cristo que tenía Pablo y los primeros seguidores de Jesús. Muchas veces nos hemos predicado a nosotros mismos; hemos enseñado moralismos y ritos vacíos de sentido para el pueblo. Jesús, que se hizo pobre y vivió para los pobres, generalmente es poco conocido por los pobres. No lo miran como la Gran Esperanza, La Vida, el Señor, que les es necesario y suficiente. Ellos creen y esperan en Dios, pero apenas les ha llegado en profundidad la noticia de que ese Dios se hizo hombre como nosotros y sigue viviendo y sufriendo en nosotros. Jesús es normalmente para ellos como un santo más, quizás más importante que los otros, pero por ello más lejano, al que es más difícil acercarse.

Su religiosidad hace muy poca referencia a Cristo resucitado. Como ya dijimos, conocen algo al Niño-Dios y al Crucificado. Pero conocen poco de su vida y de la Salvación que vino a traer.

Generalmente van a Misa en los aniversarios de sus difuntos, pero muy pocas veces saben ver en la Misa a Cristo muerto y resucitado, Esperanza y Vida de sus vidas.

Este es nuestro gran. pecado: no haber predicado suficientemente a C-isto, de una manera encarnada en ellos. Somos los primeros responsables de sus desviaciones y errores, pues nuestra única razón de ser como sacerdotes y religiosos es predicar a Cristo de una manera que pueda ser entendida por el pueblo. Yo al menos así lo veo.

¿Evangelizar la religiosidad popular?

Como ya he insinuado, en primer lugar creo que curas y monjas tenemos que dejarnos evangelizar por los pobres. Dejar que la Buena Nueva que ellos viven penetre en nuestros corazones. Descubrir las huellas de Cristo en ellos, que aunque un poco desdibujadas, son muy profundas. Y después podremos ayudarles a encontrar más a fondo a Cristo y los valores evangélicos que El trae.

La religiosidad popular es un fenómeno masivo latinoamericano, que no puede ser ignorado en un proceso serio de evangelización. La presencia de Cristo en sus auténticos valores evangélicos debe ser el punto de arranque en toda pastoral popular. Esa fe del pueblo es un gran tesoro, con un enorme potencial transformador. Señal de ello es la alarma que enseguida se extiende entre los sectores conservadores y la violencia de los ataques contra todo programa pastoral verdaderamente popular, que arranque de la propia fe del pueblo.

Creo y defiendo que a partir de la fe popular es posible un verdadero proceso de evangelización. Condición para ello: creer en el pueblo y creer en Cristo, que vive en él. Un gran respeto y entrega a ellos. Y mucho espíritu de sacrificio, pues la persecución de la octava bienaventuranza no tarda en llegar. Si anunciamos la Buena Nueva a los pobres, no podemos espera rser menos perseguidos que el Maestro.

Me parece que las circunstancias históricas actuales nos llaman a ayudar al pueblo a hacer de nuevo una síntesis original y nueva entre fe, cultura y compromiso histórico. Nuestro pueblo está haciendo inconscientemente un proceso no formulado de autoevangelización. Y necesita con urgencia de nuestro compromiso junto a ellos para ayudarlos a encontrar a Cristo, cada vez de una manera más auténtica. Es urgente que sintonicemos más con esa hambre de Dios que se da en medio de los pobres; que seamos entre ellos el signo viviente de la presencia amorosa de Cristo en sus vidas, sus ideales y sus luchas por vivir como personas. Tenemos que aprender a orar juntos al pueblo sin sentirnos una "casta privilegiada", que sabe dirigirse a Dios por métodos más "puros y espirituales". Necesitamos ser más pueblo, para poder evangelizar al pueblo.

A ellos les falta un conocimiento más completo del Kerigma. Hay que hacer un esfuerzo serio de catequesis de adultos, de una manera adaptada a su realidad cultural. A ellos les cuesta demasiado formular su fe en conceptos culturales como los nuestros. Y no hay por qué seguir intentando imponérselos. Necesitan de verdades expresadas de una manera intuitiva a través de signos. Será fácil

Page 16: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

encontrar en ellos errores conceptuales, pero no nos podemos quejarnos cuando nuestra catequesis siempre ha sido intelectualista, que es un arma que ellos no saben usar. Cristo evangelizó de otra forma. Haría falta una gran renovación catequética y litúrgica, sin los miedos que ahora nos atan. Los tanteos que se hacen son demasiados tímidos. Y temo que Jesús nos lo esté echando en cara. Me parece que es más fuerte en nosotros el freno de la prudencia de la carne, que el aguijón de la caridad de Cristo.

Hacia una religiosidad popular cristocéntrica

A pesar de nuestra falta de predicación, sabemos que Cristo vive siempre de una manera especial en el corazón de los pobres. Y se manifiesta de continuo en ellos. Su fe en Dios nace de Cristo. Su hospitalidad, su generosidad, su sentido del sufrimiento son manifestaciones del Espíritu de Cristo.

La raíz del cristocentrismo está viva en el corazón del pueblo. En este tiempo bendito en el que estamos aprendiendo a respetar la religiosidad popular, se van extendiendo las experiencias de una pastoral" centrada en Cristo. Veamos de una manera rápida alguna de las experiencias.

Reflexiones bíblicas

Un primer paso, cada vez más extendido, es el facilitar el contacto directo del pueblo sencillo con las páginas de los evangelios, más tarde con el Nuevo Testamento íntegro y aún con toda la Biblia. Afortunadamente se van haciendo traducciones y selecciones y explicaciones populares del Evangelio. Normalmente estos libritos, si están bien hechos son de más eficacia para empezar, que el contacto directo con la Biblia.

La formación de grupos y cursillos bíblicos suele dar resultados mucho más allá de lo esperado.

Es muy importante que los pobres puedan tener acceso directo y comunitario a la Palabra de Dios, sin presentarles problemáticas importadas de otros ambientes.

Pero para que tengan éxito estos grupos hay que saberles acompañar con la actitud de espíritu ya expuesta antes. Con un, gran respeto hay que ayudarles a profundizar toda manifestación del espíritu y a corregir posibles desviaciones. Que ellos sepan aceptar el magisterio de la Iglesia y dejarse llevar por la rica tradición de los que nos precedieron en la fe, con el fin de evitar interpretaciones caprichosas y raras. Pero al mismo tiempo, que magisterio eclesial no sea lo mismo que invasión cultural y aplastamiento de los brotes del espíritu en ellos. Obispos y sacerdotes tenemos mucho que enseñar a los pobres en la interpretación de la Biblia, pero con humildad, pues es probable que también quiera Dios enseñarnos mucho a nosotros a través de la simplicidad de los pobres, ricos en la fe.

Como fruto del contacto directo con la Palabra de Dios, va naciendo un conocimiento de Cristo y una fe en El cada vez más profunda. Comienzan a sentir reflejamente la acción de Cristo en ellos mismos. Descubren la presencia de Jesús en el prójimo. Les impresiona profundamente el Mandamiento Nuevo. Y su fe se convierte en una fuerza creadora cada vez más activa. Se sienten responsables de su misión histórica. El descubrimiento de Cristo es para ellos en verdad la Buena Nueva, que llena de alegría, abre nuevos horizontes y da razón de ser a sus vidas.

Es importante evitar que entren en un proceso de desprecio a sus creencias y prácticas religiosas anteriores. La reflexión bíblica les debe ayudar a purificar y ahondar sus creencias. Hacerles ver el respeto de Jesús por las creencias y costumbres de sus contemporáneos, sobre todo en los ambientes populares; y no así en lo que suponía esclavitud, hipocresía o desprecio a los demás.

Devoción a la Virgen

Especial importancia tiene en la religiosidad popular la devoción a la Virgen María. Guardémonos mucho de despreciarla. Ella es, como nadie, camino hacia Cristo. A través de una seria reflexión bíblica, la devoción a María tomará de nuevo su lugar. En la Virgen María el pueblo dio a luz a Cristo, pues en ella se siente representado. En ella de nuevo el pueblo se encontrará con su Señor. Como lo hizo en la Cueva de Belén con los pastores, María muestra de nuevo a su Hijo a los pobres de nuestro tiempo. Los santuarios marianos deben ser lugares de fraternización universal en Cristo, bajo la mirada de la Madre común.

Page 17: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

Devoción a los Santos

Tampoco debe ser despreciada la devoción a los santos, sino esforzarnos por colocarlos en su lugar. Hay que humanizar a los santos. Hacerles ver que fueron personas como nosotros, que llegaron a la Santidad justamente por su entrega y su amor a Jesucristo, a quien veían presente en sus hermanos. Son un modelo para llegar a Cristo; un modelo de servicio a los demás. Y hoy, que viven gloriosos en el cielo, junto a Jesús y los hermanos, pueden ayudarnos eficazmente para que también nosotros aprendamos a seguir sus huellas. Creo que debiera insistir más en fomentar la devoción a los santos bíblicos, los que acompañaron a Jesús personalmente, pues su ejemplo es más claro. Y también en santos más de nuestro tiempo y de nuestro ambiente. .

Supersticiones, miedos a personajes mitológicos aborígenes, creencias en venganzas de santos o en ayudas de otros para fines no buenos, todo eso, sin necesidad de combatirlo directamente, va cayendo solo, poco a poco, de las creencias del pueblo, cuando entran en su proceso de formación bíblica cristológica, adaptada a su ambiente.

Los sacramentos

Los sacramentos, como signos visibles que son, tienen mucha importancia en un proceso serio de pastoral popular, sobre el Bautismo y la Eucaristía.

La gente sencilla cree profundamente en el bautismo. Sepamos encauzar este caudal maravilloso de fe. Ayudémosle a entender el sentido de unión a Cristo que tiene el bautismo, de nacimiento a nueva vida, con fuerzas para ser hombres nuevos. Y ello sin tener por qué entorpecer el folklore de alegría que hay alrededor del bautismo, sino más bien sepamos incorporarlo en cierto sentido a la misma acción litúrgica la celebración del bautismo es un hecho muy importante, al que vale la pena dedicarle tiempo, de manera que deje de ser un acto rutinario e incomprensible para el pueblo.

La celebración eucarística

Puede y debe ser el centro vital de la vida del pueblo cristiano. Ellos tienen un profundo respeto y un gran aprecio por la Misa. Pero normalmente es algo como heredado, sin entender apenas nada de lo que significa. Son espectadores pasivos. Pero si les hablamos en su lenguaje y en su ambiente, fácilmente se vuelven agentes activos, pues el caudal de fe reprimido es muy grande, y en cuanto se le da cauce, corre y empuja de una manera maravillosa. He disfrutado con frecuencia de la participación activa en la Misa de gente muy pobre. A ningún otro grupo humano escuché pedir perdón con tanta sinceridad. Y sus peticiones y comentarios bíblicos llegan a ser a veces una verdadera manifestación del Espíritu.

Es importante hacerles ver que la Misa no es sólo para los difuntos, sino también para los que luchamos todavía en esta vida. Y suelen entenderlo bien, pues he comprobado que, cuando se les explica, enseguida aumentan las peticiones de misas en acción de gracias o para pedir ayudas especiales, sobre todo en lo referente a la convivencia familiar o del grupo humano del que forman parte.

Creo que es un error cortar ciertos folklores que ellos tienden a traer a la Misa, como son el colorido de los adornos llamativos, imágenes de santos y velas. Si nuestro pueblo es colorista, no hay por qué imponerle la frialdad centroeuropea. No veo problema en que traigan imágenes de santos, si se les hace comprender que su santo está realmente presente allá, acompañando a Cristo. Es la gran ocasión para hacer la distinción entre la imagen y el santo. Y si las velas simbolizan su oración silenciosa a Dios, sobre todo de la gente que no sabe oraciones de memoria, ¿por qué ponerles impedimento?

Conclusión

He expuesto algunas ideas y experiencias sobre la fe del campesino latinoamericano, siempre con el fin de ayudarnos también entre nosotros en este camino de la pastoral popular. Son sugerencias nacidas de mis años de vida entre ellos. No he pretendido dar ninguna lección. Sino simplemente compartir. Reconozco que el pueblo me ha cambiado mucho y veo que aún tendré que cambiar mucho más. Por eso busco con ansias compartir mis experiencias con los hermanos que están embarcados en la misma tarea. Tenemos todos mucho que corregir y aprender.

Como conclusión, me siento llamado a afirmar que la religiosidad campesina no es algo digno

Page 18: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

de desprecio: encierra un potencial de fe maravilloso, que debemos saber ayudarles a purificar y desarrollar. Creo que no es posible poner en marcha un proceso de pastoral campesina liberadora, si no es a partir de su propia religiosidad.

Levítico: Asegurar al campesino la posesión de la tierraCuenca, El Mercurio, 11 julio 87

El capítulo 25 del Levítico está situado dentro de las leyes del Código de Santidad (Lev 17-26). Contienen un material muy antiguo, pero su redacción actual de tipo sacerdotal, probablemente es del tiempo del destierro de Babilonia.

Consecuentemente con lo expuesto en Génesis 1, dice Yavé en Lev 25,28: "La tierra es mía y ustedes están en mi tierra como forasteros y huéspedes". La tierra ya no es, pues, sólo objeto de promesa por parte de Dios, sino que es pertenencia exclusiva suya. El es el único dueño. Los hombres la poseen tan sólo a nombre suyo y deben por ello pagar un tributo a Dios y distribuírsela según su voluntad.

Como tributo se deben pagar a Dios los primeros frutos de los árboles (19,23) y las primeras espigas de la cosecha (23,10); sólo después de ofrecer las primicias podían ellos comenzar a comer los frutos de la tierra (23,14).

Como dueño, Dios puede dar su tierra a quien quiera y como quiera. Y ya era doctrina general que, en contraposición a los dioses de Egipto y Canaán, de Nínive y Babilonia, Yavé había entregado su tierra a todos los hijos de su pueblo y quería que fuera repartida equitativamente según el número de miembros de cada familia (Núm 26,52-56; 33,53). Pues bien, el capítulo 25 pretende asegurar el buen reparto de las tierras. Se trata de una tradición muy antigua, redactada a través de etapas sucesivas. El Dios liberador, el Dios de la vida, considera primordial la posesión fraterna de la tierra, una tierra para poder ser libres y vivir dignamente, ya que para el campesino poseer suficiente tierra es poseer vida plena; en ella vive y en ella tiene futuro y sentido su vida.

El mal reparto de las tierras, el unir campo a campo dejando a los demás sin nada, había sido una de las causas del destierro. Ahora, cuando se quiere volver, la escuela sacerdotal recuerda la necesidad de asegurar permanentemente un buen reparto. Para ello actualiza dos instituciones antiguas: el año sabático y el año de jubileo.

Cada siete años la tierra debía descansar (Lev 25, 1-7). Con ello se expresaba la aceptación de la soberanía de Dios, que quería la rehabilitación de "su" tierra y que ese año, al menos, comieran libremente los pobres. Después del destierro hay dos citas que hablan del cumplimiento de esta norma (Neh 10,32; 1Mac 6,49.53), aunque el pueblo generalmente no se la tomó muy en serio.

El año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse para siempre porque la tierra es mía" . (Lev 25,23). El la ha dado en "heredad" a todos sus hijos y esa herencia es sagrada. Sólo en caso de necesidad se podía vender por unos años. De hecho, lo que debía hacerse era alquilarla temporalmente. Pero siempre quedaba en pie el "derecho de rescate": el mismo dueño o un pariente podía volver a comprar su parcela siempre que quisiera. Si no la podía comprar, el año del jubileo la tierra volvía automáticamente a ellos (Lev 25, 24-28). Con esta medida se pretendía que no llegase a haber acaparadores de tierras, ni gente sin tierra. Así se garantizaba la posesión de la tierra en manos de los campesinos. La tierra pertenece a Yavé, y su voluntad es darla al campesino para que se realice y viva. El no quiere que comer-ciándola se reste vida a otros campesinos. "Declararás santo el año cincuenta y proclamarás la liberación para todos los habitantes de la tierra... Este año jubileo cada uno recobrará su propiedad" (Lev 25, 10.13). Se trata de liberarse de la posesión de la tierra como riqueza diferencial: la tierra es un don fraterno porque viene de Dios. Comercializar la tierra es comercializar la vida de los campesinos. Poseer cada uno "tierra buena y espaciosa" es poseer vida plena.

En la Biblia se habla de algunos casos concretos de devolución de tierras como Números 36 y

Page 19: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

Nehemías 5,1-19. El año jubilar se nombra en Isaías 61, Is y Ez 46, 17. Jeremías 32,6-10 se refiere a un caso de derecho de rescate, como también en el librito de Ruth.

Como complemento a estas normas, al final del capítulo 25 del Levítico (v. 35-43), se insiste en la obligación de prestar al que lo necesita y ello sin cobrarle intereses. Así se intentaba anular otra de las causas de los procesos de diferenciación. Deuteronomio dice que el año sabático se deben perdonar las deudas de todos los que no han podido pagar (15, 1-4).

"Llenen la tierra y sométanla"Cuenca, El Mercurio, 22 julio 87

Durante la esclavitud de Babilonia, durante el siglo VI antes de Cristo, la comunidad de los judíos usó la Palabra de Dios para poder resistir a la sociedad dominante. Recordó las historias antiguas como instrumento crítico. La creación del mundo ya había sido contada por otras comunidades antiguas, cuyo texto es el capítulo 2 del actual Génesis. El segundo Isaías la había recordado hacia poco tiempo. Al final del cautiverio la comunidad contó nuevamente esta historia, pero insistiendo en algunos nuevos. Subrayaron mucho que la cumbre de la creación es el hombre. Pero fueron más allá de eso. Mostraron que Dios terminó su obra de creador descansando y dando a todos el derecho sagrado del descanso en el séptimo día. Fue una reivindicación laboral muy importante para aquella comunidad de esclavos. La comunidad escribió esto como un salmo, un poema litúrgico. Es importante darse cuenta que en la Biblia la oración nace ya como un grito de resistencia.

Aquella comunidad vivía en un mundo en el que se sacralizaban las fuerzas de la naturaleza, y así el hombre estaba sometido y dependiente del clima, del sol, del cielo y de todo. En este ambiente aquella comunidad contó que Dios intervino de un modo especial para crear al hombre: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza" (Génesis 1,26). La palabra "adam" es colectiva y significa propiamente "la humanidad".

En muchos mitos orientales los reyes eran creados por Dios a imagen y semejanza de él. Imagen significa la plástica real, la copia, la figura. En Egipto y en Babilonia los faraones y reyes eran imágenes vivas de Dios en la tierra. Resulta entonces tremendamente subversivo nuestro texto al proclamar que Dios dice: "Hagamos a la humanidad a nuestra imagen y semejanza".

La palabra ' 'adam " insiste en la relación del hombre con la tierra. En hebreo, hombre (o humanidad, gente) se dice "adam", y tierra se dice "adamá". Se trata del campesino, del hombre simple, sin valor social. "¿Quién es el hombre, que te acuerdas de él, el hijo de Adán (gente de la tierra), para que de él cuides?" (Sal 8,5).

En la misma época en la que las comunidades escribían así sobre la creación, el profeta Ezequiel se refería a una tradición que enseñaba que el primer hombre había sido de una belleza perfecta (Ez. 28, 12). El mismo Ezequiel vio la gloria del señor semejante a un hijo de Adán (Ez. 1,26).

¿En qué consiste para el hombre esta semejanza con Dios? Consiste, dice el Génesis, en una tarea: "Llenen la tierra y sométanla". Esta es la consecuencia de haber sido puesto el hombre en el mundo como imagen y semejanza de Dios.

El hombre es en el mundo la figura de Dios, su administrador. En aquel tiempo para dominar las provincias y probar que eran propiedades suyas, los reyes acostumbraban a colocar estatuas suyas en los lugares altos. Estas estatuas eran señales de la presencia del rey en aquella provincia. De la misma forma el hombre es la estatua de Dios en el mundo, colocada sobre las tierras de las que la humanidad sencilla, el hombre del campo, es el señor.

En la época de los cananeos la posesión de la tierra era garantizada por los santuarios del pueblo del campo, en el cautiverio, sin santuarios y sin necesidad de ídolos, la comunidad dice que es hombre el campesino que, obedeciendo la orden de Dios, es fecundo y domina la tierra.

Page 20: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

Mi huerta, mi altarQuito, Hoy,17 agosto 87

Anoche merendé torta de borraja. Y lo hice pensando en un amigo: monseñor Alejandro La-baca. No hace mucho, durante un almuerzo compartido, conversábamos sobre nuestra común afición a cultivar una huerta. Ante el alboroto bullicioso de los demás comensales, como en subasta pública, discutíamos sobre quién tenía más variedad de hortalizas. Y me ganó, justamente con la borraja. Afirmó cultivarla, y comerla como la más deliciosa de las verduras; bastaba lavarla bien y cocinarla con papas o en tortilla de huevo, decía él. Por supuesto que en cuanto llegué a casa hice la prueba con muy buen resultado. Y ahora, pensando en él, he cosechado las primeras plantas sembradas al rescoldo de su amistad... Pero él ya no está en esta vida: la ha dado, en defensa de la tierra de sus hermanos, los tagaeri, intentando defenderla de la voracidad irritante de las petroleras.

Todos estos días, cuando trabajo la huerta, palpo a veces la presencia amiga de Alejandro. Me siento acompañado de él. Días antes de su muerte había recibido carta suya confirmando fechas para un curso en su Vicariato sobre Teología de la Tierra. Y ahora, cuando escribo sobre la tierra o cuando trabajo la tierra, lo siento presente: me acompaña su amor a la tierra.

Siento, con él, la espiritualidad que encierra y desprende la tierra. Es el don predilecto que siempre Dios ha prometido y ofrecido a su pueblo. En la tierra está Dios. Veo su presencia cuando al picarla y abonarla con mi propio compost, ella se esponja, se suelta y me abre sus brazos silenciosos esperando la semilla que yo le quiera ofrecer. Y lo poco que le doy, me lo va devolviendo poco a poco en la hermosura del crecer de las plantas y en el gozo de la cosecha. Lo poco que se le da, lo devuelve multiplicado, como alimento, sin pedir nada a cambio. Sabe desgastarse, como buena madre, en silencio, al servicio de sus hijos... ¡Pacha mama querida! ¡Sacramento de encuentro con Dios!

Mi pequeña huerta es para mi un altar. También lo era para Alejandro... En un altar hay cosas que se ven con los ojos del cuerpo y hay cosas también que se ven con el ojo interior. En él se manifiesta Dios y a través de él entrega su alegría y su fuerza.

Al ver mi huerta, la alegría juvenil de sus lechugas, la seriedad de sus alcachofas, la humildad ruborosa de sus frutillas, la generosidad de espinacas y acelgas, todo creciendo y dándose, me siento yo también creciendo en generosidad. Soy hermano de las coles y los porotos: mi cuerpo es un hijo de la tierra. Es por eso –pienso yo- que me siento tan contento al verla fecunda...

Cada uno de nosotros tiene derecho a un pedazo de tierra, lo mismo que tiene derecho a su propio cuerpo: Porque la tierra pertenece al cuerpo y el cuerpo pertenece a la tierra. Mi cuerpo necesita un espacio propio para vivir. Los límites de mi tierra son los límites que necesito para vivir.

Pero hay quienes plantan las cercas más allá de los límites de las necesidades de su propio cuerpo. Un latifundio está formado con la carne de todos los que han sido arrojados fuera de él.

Cuando la tierra es realmente propiedad, algo que es propio al cuerpo -se trabaja y se suda-entonces es constantemente transformada en vida. Pero cuando la tierra es más de lo que el cuerpo necesita, ella deja de ser vida y se transforma en mercadería, en lucro..., en metal. Y cuando sucede esto, la tierra deja de ser un altar, lugar sagrado, y pasa a ser una

Page 21: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

extensión de los bancos, lugar donde el capital se transforma en lucro, Dios, dador de vida, es sustituido por demonios, comedores de cuerpos humanos. Por eso la violencia.

Trabajando mi huerta, y recordando a Alejandro, reaprendo lecciones eternas del mundo indígena:

Que la tierra pertenece a Dios, que no tenemos derecho a quitársela a nadie porque ella no es objeto de mercadeo, que es sacramento ofrecido a la vida y que los que se sienten privados de ella es como si tuvieran amputadas partes de su propio cuerpo.

Ante el cuerpo de mi amigo, convirtiéndose en tierra por defender la tierra, quiero recordar aquel poema indio, que sé que tanto le gustaba a él:

"El indio es el hijo de la tierra. La tierra es nuestra vida y nuestra libertad.

Los grandes señores de' la tierra no comprenden al pueblo indio, porque los grandes señores de la tierra esclavizan a la propia tierra... Ellos la destruyen y se largan... Su lucro empobrecerá a la tierra, y ellos dejarán detrás de sí mismos la arena cansada de los desiertos.

La fuerza del pueblo indio es amar y defender la tierra hermana. Ella es de todos los hombres. ¿Quién tiene derecho a vender a la madre de todos los hombres?

La tierra es nuestra vida y nuestra libertad. El indio sin tierra es como el tronco sin raíces a la orilla del camino. Todo lo que hiere a la tierra hiere también a los hijos de la tierra. Todo el que roba a la tierra, roba también a los hijos de la tierra."

Estaba sin tierra, y no me diste nada...Asunción, Noticias, 25 nov. 90

El capítulo 25 del Evangelio de Mateo habla de lo que se llama el "juicio final". En él Jesús cuenta los motivos por los que seremos juzga dos después de la muerte.

Este trozo bíblico es realmente molesto. Jesús selecciona seis necesidades básicas de los pobres de su tiempo: hambre, sed, falta de vivienda, falta de ropa, enfermedad y prisión. Se trata de los problemas concretos de aquella sociedad de su tiempo. Los "maestros de la ley" afirmaban que estos males no eran sino un castigo de Dios, que había que aceptar con resignación. Jesús, en cambio, remarca la rebeldía radical de Dios frente a esta creencia. Tanto es así, que la felicidad eterna la hace depender de cómo nos comportemos en esta vida frente a estos males.

El planteamiento que hace Jesús es radical. Dice que él mismo sufre en los que sufren. Jesús pasa hambre en todo hambriento; sufre en los enfermos sin cuidados, en los sin techo, en los torturados de las cárceles. Basta que alguien tenga un problema serio, para que Jesús se identifique con su dolor.

El Dios de Jesús no es el responsable de los males de este mundo. Somos nosotros mismos los culpables. Y Dios nos ha de pedir estricta cuenta de cómo hayamos contribuido a resolver o a agravar los problemas. No valdrán excusas, ideologías, ni "planes de desarrollo", ni "derechos de propiedad"... O ayudamos o estorbamos..."Estaba enfermo, y me ayudaste" o "estaba enfermo, y no me ayudaste". "Siempre que no ayudaron a algunos de estos más pequeños, que son mis hermanos, dejaron dé ayudarme a mí mismo en persona..."

Hoy, en nuestro país, uno de los grandes sectores de necesitados son los sin tierra. Aunque fuera verdad, como afirman algunos "poderosos", que entre ellos hay infiltrados "propietarios", nadie puede negar la existencia de miles de compatriotas que realmente no

Page 22: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

tienen nada; que quieren trabajar y no tienen dónde. Y nadie puede negar tampoco que en este país hay propietarios con muchísima más tierra que la que necesitan para vivir.

El campesino sin tierra es como el prototipo del necesitado por el que nos preguntarán en el juicio final: sufre hambre, sed, enfermedades, desnudez, falta de casa y de libertad. Por ello se puede afirmar que a la hora de nuestra muerte seremos juzgados por nuestro compromiso real frente a los campesinos sin tierra.

Ellos acaban de realizar un largo y doloroso vía crucis. Muchos les animaban. Algunos les insultaban. Es que se trataba de un signo evangélico, que obligaba a optar: a favor de ellos o en contra de ellos. Lo cual, en el lenguaje de Mateo 25, quiere decir: o a favor de Jesús o en contra de Jesús.

Ciertamente este Evangelio de hoy es molesto. El desafío que nos echa a la cara es tremendo: seremos juzgados por Jesús sobre nuestro comportamiento con los sin tierra y los sin techo actuales. No valdrán excusas. ¡A Dios nadie le engaña! Los especuladores de tierras y de solares serán maldecidos por Dios a la hora de la verdad...Pero si queremos ser bendecidos por Dios, no hay más remedio que compartir algo de las tierras y de los solares que algunos poseemos...

¿TIENEN LOS SIN-TIERRA DERECHO A OCUPAR TIERRAS?Asunción, Última Hora, 19 febr. 94

Hoy día nadie con razón pone en tela de juicio el derecho de huelga de los obreros. Lo reconocen casi todas las Constituciones del mundo, los Derechos Humanos y la Doctrina Social de la Iglesia.

El reconocimiento de este derecho se consiguió a base de medidas de fuerza. Las presiones de los oprimidos obligaron a reflexionar y entrar en razón a la sociedad. Y entre ese cúmulo de razones, la básica es el derecho de la persona humana a una vida digna y, por consiguiente, a luchar por ella.

Las presiones de la huelga están al alcance del mundo obrero. Todo grupo obrero explotado tiene derecho a forzar a su empresa, en el caso de que ésta no admita ningún otro tipo de razonamiento, creándole una situación tensa de pérdidas. Con ello se le obliga a entablar relaciones de cierta igualdad con sus obreros. Preferible le es a la empresa compartir un poco más sus ganancias, antes que entrar en un proceso mayor de pérdidas...

Pero en los últimos decenios se ha creado un nuevo tipo de pobres: los sin tierra. Invertir en tierras es hoy día gran negocio. En estos países de devaluación monetaria constante, comprar tierras es la mejor forma de guardar la plata sin que se devalúe. La acumulación de tierras resulta ser algo así como un banco seguro que paga buenos intereses. De hecho, en nuestro país, la tierra está cada vez en manos de menos gente. Las mismas personas tienen grandes propiedades en varios sitios, ya sea con su propio nombre o a través de entidades anónimas y aun de presta-nombres.

La implementación de este nuevo enfoque del agro tiene un punto débil: para ponerlo en marcha es necesario eliminar a los pequeños propietarios de tierras. Y sin escrúpulos, sistemáticamente, como una aplanadora, el monstruo va aplastando con el rodillo de sus dólares a infinidad de pequeños propietarios. Compra, extorsión, fraude, desalojos, Fuerzas Conjuntas del ejército y la policía, leyes a su favor, calumnias, campañas de prensa en contra, violencias sin fin..., todo es útil con tal de que las tierras queden acumuladas en sus manos.

Se defiende la propiedad solamente del que la tiene en cantidad. Pero no les importa para nada la situación en que queden las familias desalojadas de una u otra forma, con tal

Page 23: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

de que no molesten demasiado. Es como el que barre desperdicios inservibles... Nuestros bañados de Asunción o las villas miseria de Buenos Aires son el basurero donde se tira a los campesinos sin tierra.

¿Cómo los campesinos sin tierra que quieren seguir siendo campesinos, muchos de ellos viviendo en la miseria más terrible, pueden conseguir tierra? Ellos realizan esfuerzos sobrehumanos para agarrarse con todas las fuerzas a su ser campesino y no dejarse engañar por el colorido de las luces centelleantes de la ciudad, en la que les espera más o menos la humillación de la mendicidad. Parece que la única forma que les queda para hacer valer su derecho a tener un pedazo de tierra es hiriendo a los acaparadores en lo que más les duele: en su acumulación de tierras. Invadir las tierras acumuladas es la única manera de presionarles, una vez agotadas las instancias de diálogo y agotada también la paciencia, pues al hambre y a la miseria no se les puede exigir que esperen demasiado.

Se ha demostrado con la práctica que no sirven las negociaciones vacías de presiones sociales. A no ser en casos muy excepcionales, la mera buena voluntad no sirve para nada. Los latifundios suponen un inmenso quemeimportismo de sus dueños respecto a la suerte de los que se quedan sin tierras. Y con esos corazones duros no valen sólo las buenas palabras.

Insisten ellos en que hay que mantenerse dentro de la ley. Así debería ser, si las leyes fueran humanas. Pero resulta que las leyes están hechas en buen porcentaje precisamente por los acumuladores de tierras. Sería interesante conocer con datos verídicos qué extensión de tierra acumulan los personeros del Gobierno, los generales, los legisladores... Los traga-tierras ponen cara de buena gente, de democráticos y de servidores del pueblo, pero prueben a tocar algo de sus muchas posesiones y verán cómo sacan las uñas. Los que tanto prometen solucionar los problemas de tierras deberían avalar sus palabras entregando parte de lo mucho que les sobra...

Esos señores acapara-tierras, ante cualquier ataque, se rasgan las vestiduras clamando por la sacralidad de la propiedad privada. Desvergonzadamente manipulan el concepto de sagrado. Algo es sagrado cuando se convierte en signo visible de la presencia y voluntad de Dios. Pero de ninguna manera se puede afirmar que Dios bendice las egoístas acumulaciones de tierras, que dejan a cantidad de hijos suyos sin nada para poder vivir dignamente. La propiedad es sagrada cuando es repartida según la necesidad de cada familia, pues ése es el deseo de Dios. Pero las grandes propiedades de tierras de ninguna manera son sagradas. ¡Son satánicas! Ni en la Biblia, ni en ningún documento de la Iglesia, se pueden encontrar argumentos para afirmar que las grandes propiedades de tierra son sagradas.

¿Qué queda, pues, a los campesinos sin tierra para poder conseguir un pedazo de tierra donde vivir dignamente como hijos de Dios?: Nada más que presionar a los que ávidamente la acumulan. Y como ellos inutilizan con su poder y sus leyes todo intento de reclamo eficaz y masivo, lo único que les queda a los pobres es tocarle en lo que les duele: sus mismas propiedades. El derecho de vivir de los sin tierra se realiza a través de la invasión de tierras mal cultivadas o mal habidas. Y ello pienso que es un derecho natural de los despojados de sus tierras. Pues no veo otra forma de presionarles. Lo que el gobierno llaman vía legal está demostrado que no es eficaz.

Así como se ha llegado a reconocer que los obreros tienen derecho a la huelga, así creo que tenemos que admitir que los sin tierra ejercen su derecho a la vida tomando tierras a los acaparadores. Rebeldía en contra de esta situación injusta de que existan tantas tierras sin hombres que las trabajen y tantos hombres sin tierra para trabajar. Rebeldía en contra de esta situación “legal”, que va contra el derecho natural.

Otro asunto es cómo se debe ejercer este derecho. Los patrones pretenden siempre desprestigiar la legitimidad de toda huelga; los terratenientes hacen lo mismo. Y ciertamente a veces el mundo obrero y el campesino les dan motivos cometiendo errores. Pero ello no desvirtúa el derecho que tienen.

Si los campesinos invaden tierras de otros campesinos que honradamente trabajan sus tierras, cometen una grave injusticia y ensucian su bandera de lucha. Es necesario planear

Page 24: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

razonadamente qué tipo de tierras es justo tomarse. Ciertamente deben ser las grandes extensiones de tierras sin cultivar o mal cultivadas, muy especialmente si han sido robadas de una u otra forma.

¿Se crearía con ello "una verdadera conmoción social"? Ciertamente. Pero mucha mayor conmoción es que en un país que se llama civilizado, una gran cantidad de sus ciudadanos no puedan tener tierras para trabajar porque unos cuantos aprovechados se han adueñado "legalmente" de todo. El ruido que levantan las invasiones de tierras debe sonar como campanada de alerta para despertar al país sobre este grave problema. Debemos presionar todos juntos para que se legisle según la necesidad de los ciudadanos más pobres, y no según la conveniencia de unos pocos que tienen muy de sobra para vivir.

Si la invasión de tierras inútiles está en contra de la ley, ello quiere decir que hay que cambiar las leyes. Y si los que hacen las leyes no quieren cambiarlas, es necesario presionarles para que lo hagan. No queremos estar fuera de la ley, sino presionar para que haya leyes justas y así se pueda vivir con conciencia tranquila dentro de la ley. Es urgente una auténtica Reforma Agraria. En caso contrario, cada vez seremos como país y como personas más antihumanos y anticristianos... Y serán imprevisibles las explosiones sociales...

Es muy alto el ideal que se busca, y por ello es necesario ir estableciendo normas que aseguren la moralidad y eficacia de las invasiones. Es necesario vigilar para que no se entremezclen personas especuladoras, pues de nuevo se daría una nueva forma de explotar al pobre y de desprestigiar sus luchas. Y planear con seriedad a quién en concreto se les deben invadir las tierras, pues a veces es más fácil quitar las tierras a los más débiles, con lo que se cae en una nueva injusticia y un enorme desprestigio.

Es necesaria una buena organización y la debida preparación sicológica y aun religiosa; y una enorme capacidad de aguante, pues toda la fuerza del egoísmo acaparador les cae encima violentamente. Por ello es muy útil también un buen cubrimiento periodístico, que pueda desenmascarar las intrigas y las mentiras. Se trata de poner en práctica métodos de acción directa no-violenta. La violencia viene de los acaparadores; ellos son los que la fomentan. Pero el campesinado no debe ni quiere luchar con las armas de los poderosos. Su fuerza está en la unión, en la verdad de sus reclamos, en la constancia...

En resumen. La gran propiedad de tierra no es sagrada. Pero la lucha por conseguir un pedazo de tierra para poder vivir dignamente sí es sagrada. Y puesto que es sagrada, hay que prepararse para saberla realizar de forma eficiente. La propiedad es sagrada sólo cuando puede alcanzar a todos de forma justa.

No toda propiedad es sagradaAsunción, Última Hora, 26 febr. 94.

Se caldean los ánimos cuando se presenta con su cruda realidad el problema de la propiedad privada. La cortina de humo y la cohetería de petardos insultivos es a veces la táctica que emplean algunos para que al final nada se entienda y todo siga igual.

Voy a intentar disipar los vapores asfixiantes de la confusión. Es curioso cómo algunas personas se esfuerzan con frecuencia por distorsionar mis palabras y presentarme encuadrado en ese esquema trasnochado de violento y subversivo. Jamás he sido violento, ni he fomentado violencias. Pero, eso sí, me he metido con frecuencia donde se ejerce violencia en contra de los desposeídos de este mundo. Y en medio de esas refriegas he recibido buenos golpes.

Al insistir algunos en que toda propiedad es sagrada se meten en un terreno religioso. Se pretende presentar a Dios como aprobando y bendiciendo todo tipo de propiedad. Con lo cual aparece un problema aun más sagrado: en qué tipo de Dios creemos… ¿En el que

Page 25: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

hace ricos a los ricos y pobres a los pobres, o en el que hizo la creación para ser repartida entre todos sus hijos?

Yo estoy totalmente de acuerdo en que la propiedad es sagrada. Lo cual quiere decir que es querida y amparada por Dios. Pero la propiedad que llega a todos. Creo que Dios ha hecho la tierra para que todos sus hijos puedan vivir en ella y de ella dignamente. Por eso todos los hijos de Dios tienen derecho a poseer un pedazo de tierra en la que poder vivir justamente como hijos de Dios.

Esta mi fe la he alimentado y hecho crecer apoyado en las Sagradas Escrituras y en la Doctrina Social de la Iglesia. Hoy voy a fijarme un poco en esta última.

Ya el papa Pío XII insistió en aquel lema de “propiedad para todos”. De ninguna manera se puede afirmar que la propiedad ilimitada e incondicional sea algo sagrado, o sea, algo querido por Dios, mientras hermanos nuestros vivan en la indigencia. Así lo denunciaba él con claridad: “La Iglesia se opone a la acumulación de bienes en manos de relativamente pocos super-ricos, mientras que amplios sectores del pueblo están condenados a un pauperismo y a una condición económica indigna de seres humanos”.

Es un delito contra la Patria y contra Dios el hecho de acumular grandes extensiones de tierras mientras hermanos nuestros se mueren de hambre porque no tienen un pedazo de tierra que arañar. Y lo es mucho más grave cuando esas tierras permanecen indebidamente cultivadas. Y peor aún si han sido acumuladas fraudulentamente.

Toda propiedad tiene una función social que cumplir. Nunca una justa propiedad privada puede atentar en contra del bien común. Decía el Concilio Vaticano II: “La propiedad privada tiene, por su misma naturaleza, una índole social cuyo fundamento reside en el destino común de los bienes”.

Por ello, porque la propiedad debe llegar a todos, no se puede afirmar que sea sagrada la propiedad del latifundio exagerado, ni del mal cultivado, ni menos aún del adquirido fraudulentamente.

Ya el Concilio describía una dolorosa realidad, que por desgracia aún sigue siendo la nuestra: “En muchas regiones económicamente menos desarrolladas existen posesiones rurales extensas y aun extensísimas mediocremente cultivadas o reservadas sin cultivo para especular con ellas, mientras que la mayor parte de la población carece de tierras o posee sólo parcelas irrisorias...”

El Concilio mismo sugiere actitudes a tomar: “Son, pues, necesarias las reformas que tengan por fin... el reparto de las propiedades insuficientemente cultivadas en favor de quienes sean capaces de hacerlas valer. En este caso deben asegurárseles los elementos y servicios indispensables...”

Juan Pablo II en este punto es siempre claro y exigente: “La Iglesia defiende, sí, el legítimo derecho a la propiedad privada, pero enseña con no menos claridad que sobre toda propiedad privada grava siempre una hipoteca social, para que los bienes sirvan al destino general que Dios les ha dado. Y si el bien común lo exige, no hay que dudar ante la misma expropiación, hecha en la debida forma”

En su encíclica Centesimus Annus, insiste en el carácter social del derecho de propiedad. Por ello afirma que la posesión de la tierra “resulta ilegítima cuando no es valorada o sirve para impedir el trabajo de los demás”. “No se puede disponer arbitrariamente de la tierra sometiéndola sin reservas… como si no tuviera una fisonomía propia y un destino anterior dados por Dios, y que el hombre puede desarrollar ciertamente, pero no debe traicionar”.

En nuestras circunstancias actuales paraguayas es posible constitucionalmente solucionar el problema de los campesinos sin tierra. Sólo falta una auténtica voluntad política de hacerlo. El Gobierno debe crear las condiciones adecuadas que permitan el acceso de las mayorías a la propiedad. La Constitución, lejos de constituirse en un obstáculo a la reforma agraria, crea un marco adecuado para su concreción. Es posible que los latifundios improductivos sean destinados a la reforma agraria para resolver las

Page 26: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

necesidades reales del pueblo. Y es necesario establecer leyes que concreten el derecho de propiedad “en su contenido y en sus límites”. Y en esa tarea, si es que de veras estamos decididos a realizarla, contamos con la aprobación y la ayuda de Dios…

Derechos parejosAsunción, Última Hora, 12 marzo 94

Nuestra sociedad está enferma. No es que se acabe de enfermar. La infección venía de lejos. Pero recién ahora aparece en su urgencia la gravedad de este cáncer. Ya desde hace tiempo los especialistas habían diagnosticado el mal, pero nadie responsable les hizo caso en serio.

Se hicieron esfuerzos titánicos por ocultar los síntomas. Se insistió en que "acá no pasa nada". Se amordazó al enfermo para que ni rechistara siquiera. Se le vapuleó con dureza cuando algunas veces se atrevió a quejarse. A presión se le metió el miedo en el cuerpo. Se aplastó todo posible paso hacia la curación. Y ahora resulta que los "silenciadores" ponen cara compungida de extrañeza cuando revientan putrefactas esas llagas tan cuidadosamente ocultadas. Hasta se buscan extrañas brujerías a las que responsabilizar de tan loca enfermedad.

Pero no, no se trata de ningún "Plan H" maquiavélico para desprestigiar al Gobierno e inestabilizar al país. El virus de la corrupción hace tiempo que está pudriendo las entrañas de nuestra identidad. Y su caldo de cultivo es un desprecio radical a la dignidad humana...

Me duele hondo cuando percibo desprecio y explotación a mis hermanos paraguayos más necesitados. Sé de la dulzura familiar del mate mañanero alrededor de un fogón campesino; he recibido con gozo la generosa hospitalidad de nuestra gente; me encanta la alegría, la creatividad chispeante del pueblo paraguayo, su reciedumbre humana, su capacidad de solidaridad en el dolor, su tenacidad en la lucha por un ideal... He trabajado y sufrido con ellos. Y por ello siento en carne propia el desprecio a los pobres que muestran ciertos sectores oligárquicos. Y me siento con derecho a levantar mi voz de protesta.

Los que han acaparado tierras de una forma desmedida, muy por encima de sus necesidades vitales, hasta el punto de que ya no tienen dónde ir a plantar su nuevo hogar las jóvenes parejas campesinas, esos traga-tierras desprecian la dignidad de los jóvenes paraguayos que sueñan con formar un hogar.

Los que, además de tener mucho, dejan sus tierras incultivadas, sin dar trabajo, ni hacerles producir riquezas para su país, esos irresponsables no quieren a su patria...

Los que, además, adquirieron esas tierras de forma fraudulenta, pagando una miseria por ellas al hacerse beneficiar como sujetos de la reforma agraria, esos ladrones están conculcando gravemente el derecho de muchos hermanos paraguayos a tener una pequeña propiedad de la que poder vivir.

En esta sociedad hipócrita se aprecia y premia al que mucho tiene; pero que un muerto de hambre intente apoderarse de un pedazo de tierra para trabajar es mirado por algunos como delito imperdonable...

Piensan que hay paraguayos de primera, y que hay paraguayos, muchos, de tercera. Porque de clase media cada vez hay menos. Creen que unos pocos tienen todo el derecho del mundo a vivir a todo lujo; y hay otros, la mayoría, que deben aguantarse con la miseria, sin rechistar siquiera. Unos son los que trabajan, y otros los que disfrutan del sudor ajeno.

Cuando se incentiva a los pequeños propietarios a que siembren algodón, cultivo de

Page 27: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

alto riesgo, para que los agroexportadores puedan mantener sin riesgos su capital y sus ganancias, se está despreciando seriamente al campesino: "Si algo hay que perder, que lo pierdan esos desgraciados...".

Está permitido reclamar, exigir y apoyar subidas de sueldos que ya son millonarios, y aun cobrar varios sueldos abultados; pero son subversivos los cultivadores de algodón que quieren cobrar medio dignamente el largo y pesado trabajo de su familia en la chacra.

A los grandes se les dan dietas abultadas para que nada les falte, para que nada gordo se hunda, pero se mira como un paternalismo imperdonable ayudar a que no sea deficitario el trabajo honrado de miles de campesinos paraguayos. ¿Dónde se quedó la paridad de derechos? .

Se dice que no sería justo que los agro-exportadores dejaran de ganar a la medida de sus inversiones, pero parece lo más natural del mundo que los campesinos pierdan lo poco que han podido invertir en su pedazo de tierra: para eso están ellos, para sumir sacrificadamente las pérdidas del país...

Es lógico que en Asunción se caldeen cantidad de solares, llenos de yuyos, empollando los huevos de la especulación; y es natural también que más de 50.000 personas vivan miserablemente en los bañados, siempre enlodados, en espera de que el señor don Río los desaloje, sin tener a dónde ir...

Si son los empresarios agrícolas los que cierran una ruta con costosos camiones y tractores, como protesta además en contra del Derecho Laboral, no pasa nada; pero si son deficitarios campesinos los que se atreven a cortar la ruta, con sus manos callosas vacías, pidiendo una retribución digna a su trabajo, en este caso se trata de agitadores que merecen toda clase de denuestos y golpizas.

Esos policías que alguna vez se han sentido con todo el derecho a declararse en huelga en reclamo de mejora de sueldo, se sienten también con derecho a dejar sus cachiporras marcadas en las espaldas de padres de familia al declararse en huelga como protesta porque su mujer y sus hijos, recogiendo algodón de sol a sol, no reciben nada por ese terrible esfuerzo...

Con frecuencia se han pagado subsidios millonarios para que la vaca lechera de IAPSA. del IBR o de qué sé yo, siga engordando a unos cuantos popindá; pero se afirma que sería la ruina del país subsidiar el trabajo deficitario del principal rubro de exportación... Los despilfarros del aparato público tienen abundantes subsidios abiertos, pero la falta de comida o escuela parece que sólo existe en las mentes enfermizas de tenebrosos agoreros... ¡Eso no es paridad de derechos!

¡Cuántos ladrones de guante blanco sueltos y "honrados"...! ¡Y cuántos pobres hacinados en la cárcel, sin juicio, sin saber siquiera por qué están allá...! ¡ Se insiste en que los pobres no tienen derecho a violar la ley, pero parece que los poderosos la pueden violar impunemente!

¿Por qué el campesino vive en la miseria y los agroexportadores vi ven en la opulencia? ¿Por qué será tan difícil que caminen con agilidad el impuesto a la renta personal y el impuesto al latifundio improductivo, mientras que los pobres pagan el IVA hasta por una caja de fósforos? ¿Es que los pobres no son gente como la gente?

Se adora como sagrada a la propiedad ilimitada e irrestricta; se contempla a la economía de mercado como algo absoluto, como una intocable diosa, capaz de solucionar todos los problemas existentes. Pero el Dios de la Biblia, el que lo hizo todo para todos sus hijos, es repudiado con soma.

Los que buscamos propiedad y dignidad para todos nuestros hermanos, somos tildados de violentos, ingenuos y sucios. Los que acaparan tierras y ganancias, los corruptos a gran

Page 28: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

escala, son los honrados y exaltados al poder...

La inmoralidad corroe al país, pero se persigue a lo más sano del país: al campesinado que se quiere organizar y hacer valer su trabajo y su dignidad.

¡Cuánta trampa en esos intentos de diálogo hipócritas, en los que no se quiere cambiar nada! ¡Cuánta dureza de corazón, cuánta miopía, cuánto desprecio...! ¡Cómo llueven las calumnias! ¡Qué capacidad de violencia sorda y cruel!

Todo ello me duele profundamente. Se me subleva irresistible el corazón. ¡Y por eso grito! Grito en defensa de la dignidad de mis hermanos. Grito por amor, por patriotismo, en búsqueda angustiada de soluciones en las que se respete la dignidad de todos y cada uno de los hijos de Dios. Ésa es mi misión de profeta, y por nada del mundo dejaré de realizarla.

Es urgente un cambio de actitud por parte de los poderosos; un cambio profundo en la jerarquía de sus valores, en sus prioridades. Hay que aprender a respetar, de forma absoluta e irrestricta, la dignidad y los derechos de cada ser humano. Y para ello, acá y ahora, no hay más remedio que llegar a estar realmente dispuestos a desprenderse de parte de las tierras acumuladas y a aflojar en el porcentaje de ganancias del capital. Es condición imprescindible para que comience una etapa de curación. Si no se cambia de actitud, todos los posibles diálogos no serán sino frustrantes e irritantes.

Yo les invito a que un día vayan a visitar un bañado de Asunción, pero sin coche, sin ostentación, sencillamente, desnudos de prejuicios, sólo a ver, a meditar, a sentir lo que. les dice el corazón...

¿Quiénes son los invasores?Asunción, Última Hora, 9 sept. 95

De nuevo estos días los poderosos se rasgan las vestiduras porque unos campesinos de San Pedro han ocupado "tierras ajenas", "propiedad sagrada" de algún "propietario" de muchas "propiedades". Parece que con ello se derrumba la estructura más íntima del país. Esos irresponsables campesinos son la causa de la mayoría de los males que nos aplastan: por culpa de ellos no vienen inversiones al país, se derrumba el Estado de Derecho y vamos camino al caos...

Se usa una artillería pesada en contra de ellos y de los que los apoyan. Hasta se ha llegado a afirmar que los religiosos que los acompañan son "verdaderos demonios"; y sus dirigentes, políticos infiltrados y vendidos.

Lustrosos y educados ministros, presidentes de sociedades venerables y su ejército de lacayos pontifican sobre la necesidad ineludible de cumplir la ley. Y amenazan con echarles encima a esos irresponsables el duro y seco "peso de la ley". ¿A dónde iríamos a parar si no se respetan la propiedad y el Estado de Derecho? Parecen cándidos angelitos escandalizados. En su inocencia se ruborizan como si ellos nunca hubieran matado una mosca...

¿Por qué será, hermanos, que son tan "feos" los pobres, y tan "lindos" los ricos? ¿Por qué será que cuando los pobres cometen un "delito" se les echa encima toda la cañonería, y en cambio para los delitos de los grandes abundan los paños calientes, las excusas legales y todo tipo de dilaciones? Los delitos de los pequeños son siempre mirados con lupa de aumento; pero para los de los poderosos siempre hay cortinas de humo, perfumes y endulzantes.

En contra de unos campesinos, hijos de la miseria, que después de largos e infecundos

Page 29: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

trámites se deciden a ocupar un pedazo de tierra para poder vivir, fácilmente se movilizan centenares de policías y de leyes. Pero no hay policías ni leyes capaces de apresar a los banqueros, hijos de la opulencia, que han dejado en la miseria a multitud de ahorristas.

Morbosamente se repite que hay que aplicar la ley a los campesinos ocupantes, pero las faltas contra la ley de un general se pueden escapar viscosamente de todo tipo de ley.

No, la ley no es aplicada por igual a todos. Si eres pobre, te jodes; si estás en el poder, te libras... Esta es la triste realidad: el secreto a voces. Aquí se blanquea la porquería y se ensucia a los limpios. La ley desvía la mirada ante esos lustrosos hombres "honrados", que viven en regias mansiones, conseguidas a base de "guantes blancos". La ley se hace la "ñembotavy" ante multitud de casos de enriquecimiento incomprensible; pero es obsesivamente fisgona ante todo grupo de pobres que quieran conseguir tierra para trabajar y vivir.

Vivimos en un estado de corruptos hipócritas. ¿Quiénes son los verdaderos invasores de tierra? ¿Quiénes son realmente los que infringen las leyes? ¿Quiénes son los que roban al país? ¿Quiénes son los que nos están llevando a todos al caos?

Cantidad de "personajes" recibieron tierras del IBR, a precios ridículos, que a veces ni siquiera pagaron. ¿Por qué no hay camiones de policías para recuperar esas tierras? Cantidad de ahorristas han sido robados. ¿Por qué no se puede recuperar esa "plata", fruto del trabajo quizás de muchos años? Cantidad de Juzgados están siendo ocupados por jueces indeseables. ¿Por qué no hay para ellos piquetes de desalojo?

Desde el punto de vista cristiano, es claro que la tierra ha sido creada por Dios para todos sus hijos. El derecho de propiedad es sagrado en la medida en que puede llegar a todos y hay defensa para todos. Pero no se puede llamar sagrada la propiedad de grandes latifundios mal explotados; peor aún si fueron mal adquiridos. Ni la de grandes fortunas mal habidas. Ni es sagrada la autoridad del corrupto.

Si nuestra sociedad quiere ser considerada cristiana, tiene que organizarse de modo que todo campesino pueda poseer un pedazo de tierra para trabajar y vivir. Pero hoy en día todo está estructurado como para apoyar a los terratenientes y no a los campesinos; a los acaparadores y no a los pobres.

Ciertamente no hay que estar en contra de la ley, siempre y cuando esa ley sea buena. Pero si es mala, hay que sublevarse contra ella para que sea cambiada.

El derecho a una vida digna está muy por encima del derecho de acumulación de bienes. Pienso que apoyar a los campesinos sin tierra es una honra, al menos ante Dios; y apoyar a los terratenientes que especulan con sus tierras es una vergüenza...

A favor o en contra del campesinadoAsunción, Última Hora, 16 sept. 95

Ha sido interesante en días pasados escuchar diversos programas radiales de diálogo sobre el tema campesino. Estos programas constituyen una picada en el camino hacia la democracia, que se va ensanchando poco a poco.

He sido invitado varias veces a entrar en estas rondas de pareceres. Me gusta participar en ellas, a pesar de lo que tienen de improvisación. Pero me agrada su colorismo, espontáneo y variado. Es lindo que cada ciudadano pueda decir su palabra en una palestra pública.

Pero cuando la participación se realiza con los nervios crispados, debido a un reciente

Page 30: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

"terremoto", como el de Santa Bárbara, se polarizan posiciones extremas y con frecuencia se queda cada uno patinando en su propio estero. No se escuchan los dialogantes. Sino que cada uno se enloda y se hunde en su propio karugua.

Es curioso cómo en estos programas radiales, donde nada frena la sinceridad, se afianzan posiciones contrarias. Por un lado aparecen apoyadores entusiastas de los campesinos; y por el otro extremo se atrincheran enojados acusadores de los campesinos. Se radicalizan con facilidad las posiciones. Pero rara vez se dan razones de fondo. Predominan los prejuicios.

Lo normal es que escuetamente, pero con calor, se está a favor o en contra de los campesinos sin tierra. Para ello se aducen experiencias históricas personales, de lo bien o lo mal que les fue en su trato con los campesinos. Normalmente los que han conocido en propia carne el mordisco del hambre, suelen estar a favor. En cambio, los terratenientes o sus allegados suelen tomar posiciones contrarias.

Admira el lenguaje altamente insultivo que usan los que están en contra de los campesinos sin tierra. Ladran desaforadamente, como perros que huelen al enemigo. Se palpa que no quieren a los campesinos. Repiten machaconamente que los campesinos son haraganes, ladrones, violentos, irrespetuosos, provocadores de todo tipo de desastres y caos... Los apoyadores abren los ojos del corazón, recordando el sabor agridulce de la bondad de su familia campesina y la belleza de su valle natal, en contraste con el choque de necesidades vitales no satisfechas.

Ambos grupos de personas dejan desbordar, a borbotones, la irracionalidad del sentimiento. No se dan razones de fondo.

El fanatismo les envuelve en campanas de cristal encegadoras y ensordecedoras. A base de encerrarse en sí mismos pierden el sentido del oído y se vuelven miopes y unidireccionales. No saben mirar a los lados, ni a lo lejos. El fanatismo es un virus que petrifica los músculos del cuello y la cintura, vuelve a las personas rígidas y cuadradas, y seca paulatinamente las células de la racionalidad.

Necesitamos desinfectarnos de este virus petrificante, tan largamente cultivado por la dictadura. Los "micrófonos abiertos" constituyen ciertamente un ejercicio elastificante de democracia. Las "mesas redondas" son gimnasios que van devolviendo agilidad a los músculos de la democracia.

Rebrotes infecciosos dictatoriales intentan con frecuencia paralizar las lenguas. Pañuelos colorados —a veces azules, a veces clericales— pretenden amordazar la libre expresión de las ideas. Hasta se ha pretendido prohibir que los radioescuchas hablen de un cierto general, del que hay mucho que hablar...

Los campesinos no tienen acceso al teléfono para poder participar de programas radiales. Pero ellos tienen sus formas, quizás desesperadas, de hacerse escuchar. Parece, por desgracia, que las más eficaces son las de tomar tierras y cortar carreteras. Pero cuando los campesinos usan el único lenguaje al que se le hace caso, se les cae durísimo encima, como para que vuelvan a su viejo silencio resignado. Amenazas, insultos, desprecios, golpes, alguna que otra muerte escarmentadora... Todo es bueno con tal de que no molesten el sueño acaparador de los magnates. Cuando los niños se vuelven revoltosos, se les silencia con prohibiciones o palos o caramelos. Pero resulta que el campesinado está dejando atrás su infancia. Y los "entendidos" pontifican afirmando con aire de superioridad que si los dirigentes campesinos saben expresarse bien, ello es señal de que no son campesinos, sino agitadores infiltrados.

Es muy triste que nuestras autoridades nieguen al campesinado el derecho de saber pensar por sí mismos y expresarse correctamente. En la semana pasada se les pasó la mano en la represión, con lo que se ha desdibujado esa linda imagen de sí mismos que intentan

Page 31: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

proyectarnos por todos los medios. Ahora pretenden dibujar de nuevo su sonrisa de buenitos tapando la boca de los campesinos de Santa Bárbara con chupetes en forma de víveres.

Piensan que no se trata sino de niños caprichosos y mal educados, que tienen la ocurrencia de pedir un pedazo de tierra para jugar en él, cuando la tierra es un banco seguro que paga lindos intereses sin grandes esfuerzos.

A esos campesinos necios se les ocurre nada menos que querer trabajar la tierra, cosa tan contraria a la especulación, que es la moda.

Se dice que el señor dueño de Santa Bárbara echó de sus tierras, con argucias y violencias, a sus legítimos dueños, que eran indígenas Mbyá. Dicen que esas tierras están prácticamente sin cultivar, aunque, eso sí, esos campesinos imprudentes han descubierto restos de plantaciones de mariguana.

Dicen que el dueño goza de otras muchas tierras, rurales y urbanas, puestas, como lagartos, al sol de la especulación. Se dice que este grupo de campesinos lleva ya cinco años de trámites legales para conseguir por ley esas tierras. Se dice que están debidamente censados y son realmente campesinos sin tierra. Pero de esto no se puede hablar...

La calumnia, la cortina de humo, el embrollo, en torbellino vertiginoso, arrastrándolo todo, van de nuevo camino del opa rei. Cuanto más densa sea la niebla, menos se podrán ver los problemas, menos se encontrará el camino a seguir, menos se llegará a la meta.

¿En qué bando estamos cada uno de nosotros? ¿A favor o en contra? ¿Con prejuicios o sin ellos? ¿Estancados en sentimentalismos o en búsqueda honrada de soluciones? ¿Improvisando parches o planificando en serio? ¿Con actitudes paternalistas o ayudando a un auténtico desarrollo?

En una próxima entrega intentaré poner sobre el tapete los problemas reales de la tierra y el campesinado, como para dialogar en serio sobre el tema. Dejémonos de románticas añoranzas, de soluciones infantiles y de los viejos caminos de las improvisaciones antitécnicas.

¿Política agraria?Asunción, Última Hora, 23 sept. 95

El problema agrario encierra problemas complejos. No basta con gritar exigiendo una "reforma agraria", ni ocupar o entregar tierras. El mundo de hoy se mueve a velocidades vertiginosas y a escala mundial. Los problemas son nuevos los agrarios también-, y nuevas han de ser también las vías de salida. No sirven los parches viejos en tela nueva, aunque en este país pululen los empecinados en parchearnos a lo yma guaré (antiguo).

Necesitamos tomamos en serio el problema del campo, con adultez y amplia visión de futuro. Y para ello hay que implementar una política agraria nueva, seria y responsable.

En primer lugar es necesario que todos nos demos cuenta de la importancia del campesinado. El Paraguay, por su realidad y su tradición, sólo se podrá realizar como país a partir del campesinado. En este país, eminentemente agrario, el comienzo de la espiral del desarrollo es el campo. No se trata de un sueño utópico, sino de un proyecto viable. Sólo hace falta querer realmente construir este camino y poner los medios necesarios para poderlo recorrer. Pero resulta, desgraciadamente, que, hoy por hoy, ni el Gobierno tiene voluntad política de emprender la construcción de este camino ni el campesinado está preparado para recorrerlo. El Gobierno actual ha demostrado fehacientemente que no le interesa el tema del

Page 32: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

campesinado. A lo más que llega es a bombero chambón y malhablado. Apaga torpemente los incendios y, una vez que disminuyen las llamas, se retira lo más que puede de esos humos malolientes. Lo cual es sumamente peligroso. Hay tanta materia inflamable acumulada y tantos chisporroteos por todos lados, que esos incendios mal apagados cada vez serán más peligrosos.

No es posible un desarrollo campesino si el Gobierno no se lo toma en serio. El Gobierno tiene que cambiar de actitud y destinar personas y recursos suficientes al servicio de un auténtico desarrollo rural. Tiene que planificar y financiar proyectos serios. Hasta ahora se limita a proyectitos aislados, muchos de ellos de carácter paternalista limosnero, más que nada con el fin de taparles la boca a los pocos que protestan y exigen algo. Faltan convencimiento, leyes y medios que apoyen un desarrollo técnico, de la agricultura a todos los niveles y para todos los campesinos. Ojalá el proyecto que presentan después del conflicto de Santa Bárbara sea el comienzo de un cambio real de actitud.

El segundo gran problema, consecuencia en parte del primero –pero del que todos somos culpables-, es la falta de capacitación técnica a escala campesina. El monocultivo, fomentado desde arriba, y las migraciones han conseguido disminuir en los jóvenes los conocimientos culturales que tenían sus padres para los cultivos tradicionales. Y no han aprendido nada nuevo. Pareciera como si unas largas tenazas, clavadas en las sienes del campesino, les obligaran - a mirar en una sola dirección y les impidiera abrirse a nuevas experiencias. Se necesita con urgencia desarrollar una educación técnica apropiada, adaptada a la realidad y a la cultura campesina.

Estamos, pues, embretados por estos dos problemas –falta de voluntad política del Gobierno y falta de preparación del campesinado-. No saldremos adelante si no derribamos los bretes que nos encajonan, de forma que podamos movernos con agilidad y contemplar el horizonte de un futuro posible.

Partiendo de la realidad de la tierra y de la gente, debemos saber planificar un desarrollo autogestivo sustentable, desde el punto de vista campesino, teniendo claros los objetivos a alcanzar. No sirve el solo reparto de tierras. Es imprescindible una buena asistencia técnica, crediticia y de mercadeo.

Hay que aclarar también qué tipo de reforma agraria queremos implementar y qué tipo de propiedad debemos fomentar. Hay que cambiar el concepto “sagrado” acumulativo y especulativo, que tenemos actualmente de propiedad privada, tipo lagarto gordo intocable puesto al sol.

Es imposible desarrollarnos aisladamente. Hay que tener en cuenta las tendencias agrarias de los países en desarrollo. Una de ellas es la disminución relativa del número de campesinos. En nuestro país también seguirá disminuyendo el porcentaje de campe sinos. Necesitamos opiniones técnicas de cuál es el ideal en Paraguay de este porcentaje. Lo cual nos obliga a planear muy en serio la futura distribución de la población, no como ahora, que todo está dejado a la improvisa ción, lo cual lleva al incremento de suburbios en ínfimas condiciones de vida y la consiguiente degradación de la salud, la cultura y la moral.

Habrá que tener en cuenta las relaciones futuras con el Mercosur. Ellos van a querer imponer un modelo de desarrollo según sus intereses. Sabemos muy poco de sus políticas agra rias. Quizás los dos gigantes vecinos nos vean como un mero mercado de tierras buenas y baratas, con mano de obra fácil, y sin ninguna posibilidad de competencia técnica con ellos.

Es imprescindible el aporte de técnicos comprometidos, tanto a nivel de base como de ONGs y de instituciones gubernamentales.

Los campesinos solos no podrán avanzar. Se necesitan técnicos de categoría que se impongan por su calidad profesional de investigadores, de planificadores y de educadores, en

Page 33: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

busca de soluciones viables. Hay que hacer atractivo el campo, creando alternativas viables.

Una de ellas sería crear polos de desarrollo agroindustrial dentro del área rural. Sin dejar de mirar al Paraguay como un conjunto, se deben desarrollar pequeños proyectos en grupos pilotos. Sembrar esperanzas: hay mucha sed y muchas frustraciones. No crear expectativas sin vías de solución.

Necesitamos desarrollar una mentalidad abierta, lejos de todo tipo de in genuidades, fanatismos y prejuicios. Nadie vale o deja de valer por el partido o el estrato social al que pertenece, sino por su competencia profesional y su honradez personal.

En las votaciones eleccionarias habría que tener muy en cuenta el interés y la capacidad de los candidatos por poner en marcha un modelo de desarrollo a partir del campo. Su política agraria debiera ser definitiva a la hora de decidir por quién votar.

Propiedad familiar para todosAcción Popular, junio, 2004

Como avispas alborotadas revolotean amenazantes defendiendo “su” derecho de propiedad. Sus inmensas tierras “sagradas” están siendo amenazadas por campesinos famélicos y harapientos. Ellos, los terratenientes, tan dignos y cultos... Los campesinos sin tierra, tan ignorantes y violentos...

Algo así es el lenguaje usado por algunos medios de comunicación de nuestro ambiente. Afirman que el derecho de propiedad es sagrado y, por consiguiente, intocable.

Pero resulta que sólo se puede llamar “sagrado” a lo que es querido y bendecido por Dios. Y si la propiedad de los terratenientes fuera sagrada, resultaría entonces que Dios estaría a favor de los que tienen de más y en contra de los campesinos sin tierra.

Creo que la Biblia dice otra cosa muy distinta. Y la Doctrina Social de la Iglesia también. La tierra ciertamente es sagrada, don precioso del amor de Dios para todos sus hijos. Pero no todo derecho de propiedad es sagrado. El de la pequeña propiedad familiar, suficiente para poder vivir dignamente, ciertamente es sagrado, o sea, bendecido por Dios. Pero la propiedad del que tiene mucho más de lo que necesita para vivir dignamente, de ninguna manera es sagrada. En este país de vergüenza, el de peor reparto de tierras de Latinoamérica, es una desvergüenza recurrir a la sacralidad de la propiedad para mantener intactos los latifundios.

Las leyes humanas son respetables en la medida en que respetan los derechos de todos los ciudadanos. Miles de jóvenes familias campesinas se esfuerzan por poseer un pedazo de tierra suficiente en el que poder vivir dignamente. Y la miseria reinante, por un lado, y la ineficacia gubernamental, por otro, no les permiten acceder a la propiedad de la tierra. Muchos no aceptan la solución fácil, pero terrible, de venir a la capital a mendigar. Y si no encuentran otro camino, tienen el derecho de invadir latifundios improductivos o mal explotados.

Es triste tener que invadir tierras. No debieran de tener que hacerlo. Pero si se les asfixia y no se les deja otro camino, es laudable que se organicen para invadir latifundios. Pienso que el Dios de la Biblia está con ellos.

Cierto que a veces se infiltran entre ellos gente indeseable, pero no por eso su causa es injusta. ¡También en el Gobierno hay indeseables! Pero la lucha desesperada de los sin tierra por conseguir un pedazo de tierra donde vivir dignamente es lucha respetable y sagrada, aunque a veces la desesperación o los infiltrados les hagan cometer algunos disparates.

Mientras los latifundistas, encristados en el Gobierno, no den facilidades para que las

Page 34: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

jóvenes parejas campesinas consigan tierra donde vivir dignamente, las ocupaciones serán laudatorias. Es una lucha heroica, semejante a la que tuvieron los obreros del siglo XIX en demanda del derecho a la huelga como arma de lucha contra la patronal. Las ocupaciones son el arma de lucha contra el egoísmo de los latifundistas. Por desgracia, ningún otro medio es eficaz.

Cierto que no basta con tener tierras. Se necesitan también formación agrícola, organización, medios económicos y mercados... Pero todo ello se empieza con la tenencia de la tierra. Y si sigue la tozudez de los terratenientes y la ineficacia del Gobierno, el futuro de este país será angustiosamente violento.

Visión profética del problema campesinoAsunción, Acción Popular, nov. 2004

Dios ha creado la tierra y sus bienes para todos sus hijos. Por eso todos tenemos derecho divino a disfrutar de un pedazo de tierra donde poder vivir dignamente. Y por consiguiente, el derecho de propiedad es sagrado sólo en la medida en que la tierra y sus bienes están repartidos equitativamente.

Pero el derecho de propiedad es maldito cuando se acaparan grandes extensiones, sin dejar nada para los demás. Y cuando se vive en grandes lujos, sin compadecerse del sufrimiento del pueblo. Y cuando los jueces y los legisladores apoyan incondicionalmente a los terratenientes. Y cuando los gobernantes defienden sólo sus privilegios, y ponen a su favor sus ejércitos y policías.

No puede ser sagrado el hecho de que el 1% de los habitantes de este país tiene la propiedad del 77% de la tierra existente. Y se calculan en 11.000.000 de hectáreas las tierras mal habidas. ¡Esto es satánico! El Paraguay no es pobre, sino que tiene muy mal repartidas sus riquezas... Las propiedades agrarias descomunales en manos de unos pocos, en medio de la pobreza de muchos, son moralmente perversas, y hacen imposible el desarrollo.

Puede ser cierto que haya algunos “infiltrados” entre los campesinos. En este desorden reinante ellos toman a veces tierras cultivadas, legítimamente adquiridas, o se ponen nerviosos y dicen inconvenientes... Pero ello no quita la verdad de los reclamos de multitud de auténticos campesinos sin tierra. Y la verdad de que los trámites legales por ahora no corren. Y la verdad de que cada vez viven más en la miseria.

Por desgracia, la única forma de que se les preste atención son las manifestaciones, las tomas de tierras y los cortes de rutas. Si existiera voluntad política de resolver el problema campesino, no haría falta ninguna medida extrema...

Es horrendo que en este país de tan fértiles y abundantes tierras, se persiga como delincuentes a campesinos que buscan un pedazo de tierra donde trabajar. Es desesperante la dura ceguera de algunos acaparadores de tierras enquistados en el Congreso. Ellos son los que nos están llevando al desastre.

Sus avionetas fumigan venenos mortales. Pero cuando los campesinos organizados estornudan, los acusan de violentos y los reprimen, en vez de comprender su asfixia desesperada. Hasta se les está incriminando de “asociación criminal”. Maltratos, insultos y prisión para todo el que luche por su dignidad... Así es como muchos sin-tierra, caídos sus ánimos, acaban engrosando las espinas de la corona de miseria de las ciudades.

Las autoridades, pretendiendo hacer respetar la propiedad y desterrar la violencia, de hecho, en los bañados, están creando amplios núcleos de personas sin ningún tipo de

Page 35: jlcaravias.files.wordpress.com · Web viewEl año del jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño. "La tierra no puede venderse

propiedad, caldo de cultivo para todo tipo de violencias. Meten fuego bajo la hoya a presión del pueblo paraguayo. Y el acero paraguayo aguanta mucho, pero revienta feo...

Si sigue esta necia ceguera, llegará el día en que será terrorífico el levantamiento de los bañados y suburbios, llenos de gente sin nada; y no habrá ya nadie que pueda levantar cabeza...

Esto no es incitar a la violencia, sino detectar un grave problema de espiral de violencia que está ya girando peligrosamente. Y si no lo paramos a tiempo, hará muchísimo daño.

Este rico país acaparado, o se reparte mejor o no podrá ser... Los tiempos están cambiando. Y el pueblo cada vez se deja menos despreciar, engañar, robar y pisotear...