voladores de Papantla

3
Pájaros alaban a los dioses B ajando en espiral se ven a lo lejos los imploradores de lluvia en pleno ritual. Ofrenda a los dioses de origen mesoamericana, el juego del volador (o la danza de los voladores de Papantla como se le conoce comúnmente), es un complicado acto adoratorio en el que cuatro voladores suben a un palo de aproximadamente 30 metros de altura y se dejan caer, simplemente agarrados de una cuerda atada a la cintura, mientras un quinto, el caporal, los va dirigiendo con bailes y melodías al estilo totonaco.

description

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, designaron a los Voladores de Papantla, en Veracruz, como patrimonio inmaterial de la humanidad. La designación para los Voladores de Papantla se debió a que dicho ritual constituya una danza asociada a a la fertilidad que ejecutan diversos grupos étnicos de México y Centroamérica, en particular los totonacos del Estado de Veracruz. Su objeto es expresar el respeto profesado hacia la naturaleza y el universo espiritual, así como la armonía con ambos.

Transcript of voladores de Papantla

Page 1: voladores de Papantla

Pájaros alabana los dioses

B ajando en espiral se ven a lo lejos los

imploradores de lluvia en pleno ritual. Ofrenda a

los dioses de origen mesoamericana, el juego del

volador (o la danza de los voladores de Papantla como

se le conoce comúnmente), es un complicado acto

adoratorio en el que cuatro voladores suben a un palo

de aproximadamente 30 metros de altura y se dejan

caer, simplemente agarrados de una cuerda atada a la

cintura, mientras un quinto, el caporal, los va dirigiendo

con bailes y melodías al estilo totonaco.

Page 2: voladores de Papantla

Al parecer, el ritual tuvo un éxito contundente ya que la ceremo-

nia se empezó a realizar en varias partes del territorio mesoame-

ricano y con gran continuidad, volviéndose así, en una tradición

anual que se realizaba al principio de la primavera para lograr

con esto lluvias suficientes para tener una buena siembra que de

las mejores cosechas.

La tradición de los voladores no tiene una fecha de origen exacta pero la leyenda cuenta que muchos

años antes de la llegada de los españoles, una gran sequía en el señorío del Totonacapan (actualmente

territorios de Veracruz y Puebla) pego fuertemente en estas tierras diezmando demasiado a su pobla-

ción por lo que los grandes sabios encomendaron a un grupo de jóvenes castos buscar el árbol más

alto, recio y recto que existiera en el monte con el que realizarían un ritual en la parte más alta de su

tronco para que sus peticiones alcanzaran el cielo y en el que pedirían la benevolencia de los dioses

para que regresen las lluvias, en tal medida que la tierra recuperara su fertil idad.

Originalmente y a diferencia de lo que comúnmente se piensa,

este ritual comenzaba con la búsqueda del tronco encabezada

por el caporal, en el momento de su encuentro se realizaban

danzas, ofrendas y alabanzas a su alrededor, haciendo reverencias

en dirección a él y a los puntos cardinales en petición del perdón

de Kiwi Qolo, el dueño del monte, por quitarle la vida de su árbol,

posterior a esto, el tronco se trasladaba a el lugar donde sería

“sembrado” pero sin tocar en ningún momento el piso o mujer

alguna, pues se pensaba que eso podía ser símbolo de mala suerte.

Al momento de plantar el

tronco en la tierra se

procedía a realizar una

ofrenda consistente en un

gallo o seis pollos vivos

bañados de aguardiente

y tabaco, que serviría de

presente para que Kiwchat,

la dueña del monte, no

reclamara la vida de los

voladores.

Page 3: voladores de Papantla

Llega la hora de volar. Para el

momento en el que los

danzantes se tiran al vacio se

le pone una escalera de liana

al poste, por él suben los

cuatro voladores y el caporal,

este se coloca al centro, flautín

y tambor en mano, los demás

en cada punto cardinal. Se

escuchan las primeras notas,

de repente se da la señal, al

fin llegó el momento de saltar,

cada uno emprende el vuelo

dando vueltas alrededor del

antiguo árbol, dando trece

vueltas alrededor del árbol,

multiplicando las vueltas

como lluvia caída del cielo por

cada uno de ellos, resultando

cincuenta y dos, el periodo de

años que dura el Xiuhmolpilli ,

su calendario. Los danzantes

comienzan a tocar el piso.

En este momento el rito ha

terminado.