Vociferaciones Peregrinas

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1 VOCIFERACIONES PEREGRINAS Néstor Aguirre Sebastián Alvarado

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Poesía

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    VOCIFERACIONES PEREGRINAS

    Nstor Aguirre Sebastin Alvarado

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    Campanas tocan a la muerte. El sepulturero del cielo se arrodilla frente a mi retrato y pide perdn. Perdn por el puente insalvable entre el deseo y la palabra. Perdn.

    Alejandra Pizarnik

    Silenciosos sobre el calvario

    se abren los dorados ojos de Dios

    Georg Trakl

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    En recuerdo del autor ahora presente en ausencia

    Esta es la poesa compilada que dej Nstor Aguirre, el que hace unos meses

    feneci bajo el accionar aciago de su propia mano. Lo encontraron fro, inmvil, en el

    suelo con las piernas cruzadas como si estuviera meditando, rodeado por un crculo de

    sangre que man por sus venas, las cuales en algn turbio ensimismamiento se haba

    cortado, con el filo de los vidrios rotos de su ventana. Recuerdo bien que su madre

    coment que no se poda distinguir si muri con los ojos cerrados o con los ojos abiertos,

    que al hallarlo el cadver estaba nublado, como si su cuerpo fuera una imagen difusa.

    Los poemas que van a continuacin corresponden a notas que dej en ciertas

    partes de su casa: en el living de paredes blancas adornado por figuras cristianas y

    budistas; en su habitacin con libros viejos apilados, con paredes rayadas con citas que

    abarcan obscuras tradiciones poticas y esotricas; en la pieza abandonada en la que fue

    cometido el suicidio. Son por lo tanto notas mortuorias, mas aquello las vuelve

    sintomticas, nacidas de alguna revelacin acaecida anterior al fatdico hecho. Es poesa

    parida desde la misma muerte, desde la entrega de la vida a lo que est ms all, a lo

    indeterminable.

    Entender la intencin de Nstor es difcil, ya que precisamente esa es la

    imposibilidad que registra en su escritura: nadie puede comprender a nadie, porque el

    lenguaje degenera la verdad, que por esencia es inefable. La palabra carga positiva o

    negativamente el mundo, impone un sentido al objeto, aprehende forzosamente lo

    objetivo, lo externo, encerrndolo en una lgica limitada, escondiendo el alcance real, la

    magnificencia, la sublimidad de los seres y los entes. La palabra es la madre que teje el

    velo de Maya, mas puede servir de puente, puede anular su propio peso centrndose en

    s misma, puede abrir la puerta al mundo donde ya no se necesita la palabra, puede

    ayudar a destejer. La poesa se vuelve un instrumento blico, a travs del trance el poeta

    da testimonio con la letra y as reconoce su interior; entre epifanas sabe en qu peldao

    de la escalera se encuentra, sabe cundo es el momento para saltar al vaco donde

    ningn signo puede entregar salvacin, donde el ser es el ser, donde supera su propio

    reconocimiento, multiplicando en su pecho de forma incontrolable los sentidos. Es la

    sugestin y la angustia introspectiva, traducidas por quien quiso superar al humano a

    travs de una metafsica personal. Nstor pensaba que era un profeta, un santo que

    deba matar la esperanza moderna y sustituirla con una entrega total a la incertidumbre y

    la bsqueda de lo que no existe. Por ello muchos se alejaron de l, ya que se imbua de

    desquicio, voluntariamente enfermo; su fin era la alteracin total de la conciencia, no para

    confundir sino para refundar los sentidos.

    Su muerte, para algunos era un hecho que se vea venir, su conducta era errtica

    en todos los sentidos posibles, era como si fuera de otra tierra, como si no hablara el

    mismo idioma, como si fuera vctima de una bipolaridad descontrolada. A pesar de eso,

    en lo personal siento un profundo sentimiento de vaco por la sorpresa de su ausencia,

    creo que cuando haba lucidez en su mirar, nos entendamos, como si furamos gemelos

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    deformados al nacer, nos conectbamos. Siento su ausencia, aumentada por el contenido

    de sus reflexiones, de los acosos auto-infringidos conocidos por primera vez en vsperas

    de su deceso.

    Como el nico amigo que comparta con l ms all de la embriaguez espordica,

    se me concedi la oportunidad de reflexionar ante la posible muestra al pblico de sus

    escritos suicidas. Acept porque alguien debe reivindicar su nombre defenestrado por la

    masa, por el hombre y la mujer, por lo humano que lo rode en vida y que l repudi

    hasta en su ltimo e iluminado hlito. Si algo debe trascender de Nstor, debe ser el

    testimonio de alguien que vio cmo era una parte de su vida, que presenci qu le

    sucedi, que tenga nociones de las que fueron sus intenciones.

    Slo la verdad nos har libres.

    Nadie puede decir qu pasaba por su mente, pero yo fui testigo de su descenso,

    de su retorno, de su vida personal, de lo potico y por ello, dispondr de este espacio

    como tribuna para narrar la experiencia que nos toc vivir, nuestra amistad y nuestro

    desencuentro.

    Conoc a Nstor en el primer ao de Literatura Hispnica en la Universidad de

    Chile y mi primera impresin fue que estaba lleno de pretensiones, las cuales se vean

    menguadas por su carcter hiperestsico; esto se explica entendindolo como alguien

    que buscaba compaas eternas, que exiga la presencia del resto, a la vez de querer

    mantener un estado trascendente de soledad. Algunas veces estaba ah, algunas veces

    no, como si dejara al cuerpo de lado esperando algo mientras recorra otros pramos

    interminables, como si pudiera desdoblarse en entes invisibles dejando a su cuerpo en

    inercia, como un animal antisocial y encerrado ante estmulos de turistas.

    Me pareca que cuando estaba con nosotros slo finga, actuaba, como si

    estuviera en un teatro, como si todos furamos personajes: nunca nos podremos

    conocer Sebastin, nadie conoce realmente, nadie puede ser sincero, nadie puede

    alcanzar la verdad con las palabras, todo esto, nosotros, somos una mentira, somos

    ficciones, ficciones que edifican ficciones, el lenguaje slo nos confunde, mscaras sobre

    mscaras dijo una vez borracho, atosigado, con un tono tortuoso, antes de ponerse a

    gritar, a lanzar alaridos cmicos para la aceptacin ajena. Alguna vez deduje que l era

    una persona triste que falseaba la felicidad y creo que nos infect un poco de aquello, con

    su carcter viral, como un lder opaco exiliado en pramos ariscos, olvidado por quienes

    lo adoraban; ngel en el exilio.

    No recuerdo especficamente cmo lo conoc, creo que un da me acerqu y le

    ped un cigarro o algo similar, pero de alguna manera conectamos; l sola hablar mucho

    pero nada realmente relevante y yo sola escuchar mucho y no me gustaban las cosas

    relevantes. Hablbamos sin parar, sobre viajar y la banalidad perpetua de los

    sentimientos convencionales. Odibamos juntos cosas que no conocamos, solamos

    levantar altares argumentales a todo lo que pareciera revolucionario, slo por el hecho de

    tener la aparente capacidad de revolucionar.

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    Las influencias de Nstor se pueden encontrar en sus obsesiones. No hablaba de

    muchos autores, pero haban tres textos que traa siempre en su mochila: la biblia, un

    Sutra budista y La negra trinidad de Antonio Montenegro. Nstor haba sido cristiano de

    nio, devoto al punto de contraer la enfermedad de la palidez aciaga por prcticas que

    consideraba que lo acercaran a Dios, pero segn me cont su madre, lo dej de un

    momento a otro sin explicacin alguna. A veces hablaba del budismo y del desapego,

    siempre haciendo notar un dejo de tristeza, sin nunca profundizar en su relacin interior

    con las enseanzas. Antonio Montenegro, otro suicida, pareciera ser quien ms rondaba

    su cabeza. En su habitacin tena escrita en la pared junto a otras, una frase de su

    autora: yo habito donde los otros que los otros creen haber visto. Pareciera segn uno

    da cuenta al revisar el libro- que hay cierta conexin intertextual, cierta tendencia

    heredada respecto a la idea de metafsica como vaco que repleta la existencia, como

    abismo que se cruza por debajo, como accin escritural que subvierte los colores de la

    realidad, que los mezcla, que los devela en su profundidad, como si las tonalidades fueran

    tneles conformados con diferentes luces pesadas. Cabra mencionar que no pude

    encontrar el libro de Montenegro, cuando se me dej entrar a su casa a investigar sus

    motivaciones. Habr sido el paradigma de Montenegro lo que influenci su muerte?

    Cuestionamientos arriban en mis neuronas y me hacen preso de la confusin. Lo

    quemara si pudiera, a Montenegro, a Nstor muerto, a todo este plaido que discurre en

    mis manos en este instante. Lgrima de msica en tierra de sordos, Nstor cay al suelo

    y ah se evaporo para ser la lluvia que me invade.

    En lo referente a la esttica, al estilo que adoptan sus versos, a la forma

    consciente que genera, puedo decir en base a deducciones intuitivas, que utiliza el verso

    libre como si fueran trozos desmantelados de una figura perdida, que intenta montar no

    con la intencin de recuperarla, sino para dar la posibilidad de contemplar la sublimidad

    del eco, de lo que fue; nostalgia a partir de la imagen, para sealar el retorno hacia el

    futuro, para ir despus de cerrar los ojos al lugar donde estaba antes de nacer. Hay algo

    que se pierde con nuestra vida, algo que debemos matar con nuestra muerte, para dejar

    de apartarnos del conocimiento de nosotros mismos. Nstor toma toda la hiel que ha

    acumulado, rene todas las piezas, todo el dolor en el que lo han y se ha sumido, para

    traspasarlo a una voz potica, a una voz de voces. Todo lo que hace es escribir

    pacientemente, con plena tranquilidad, lo que pasa en su cabeza, la comunicacin

    fantasmal de la psique. Nstor monta un altar roto, se sienta a meditar frente a l y

    mientras cierra los ojos es invadido por vociferaciones de paz y pnico, que entran en

    discordia por el dominio de su carne. Fragmentos filtrados por gritos de estruendo, poesa

    mstica, orientada metafsicamente para que Nstor pudiera mirarse, mirar lo que es l y

    superarse, superar la carne, superar el envase, para su ascensin espiritual. No hay duda

    que se tom tiempo para escribir, que lo hizo prolijamente, mientras el trance violento lo

    consuma, progresiva y lentamente.

    Nstor me ayud con mi escritura, cabe decir, tenamos sesiones semanales en

    las que discutamos, vagamente, apreciaciones fugaces, diferencias estticas,

    experimentos, procedimientos escriturales, etc. Me ayud a pensar en un flujo, en una

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    msica, en la idea de lo indeterminado, de lo no que no se puede fijar, de imitar el ritmo

    interior de la vida que nos condiciona como animales msticos.

    Nstor escribi, Nstor muri. Nunca pens que llegara a suicidarse y menos de

    la manera que lo hizo, pero tampoco me imagino ahora otro final para su persona, l

    saba que no tena mucho tiempo en nuestro mundo, tambin le tena un terrible miedo a

    la muerte, de ese tipo de miedo que hace que uno se acerque a la muerte; vrtigo de

    drogadicto, yonqui, miedo de quien se alimenta del miedo, de las afecciones, de la

    angustia, de quien la busca para constituirse, miedo como dentro de la naturaleza

    contemplativa de Baudelaire, de quien siente pnico al fuego, pero hara arder al mundo

    slo para sentir el extremo de ese pnico.

    En ocasiones de juergas probaba de todo: frecuentemente LSD, a veces yerba, a

    veces cocana, a veces sola ponerse agresivo, el alcohol le jugaba mal, su carcter se

    extrapolaba a tensiones elctricas de las que cualquiera poda ser vctima y por las cuales

    se haba inmiscuido en situaciones en el pasado, en las que haba quedado herido de

    gravedad, pero ello no pareca importarle, era una ms de sus humoradas, era su manera

    de no darse importancia, de acercase accidentalmente a su fin.

    Una vez lo encontr llorando en un rincn lejano de la universidad. Le pregunt

    qu le suceda y me dijo que le tena miedo al viaje; dijo que no aguantaba la purificacin

    del alma, que era un monstruo. Trat de calmarlo y grit con desesperacin inexplicable,

    dijo que Cristo bailaba triste sobre el ocaso de los cuerpos muertos, que el otro mundo se

    hallaba en las entraas de los animales, que sus venas no contenan vida, que todo el

    mundo se haba equivocado, que Buda estaba agonizando, que estbamos en el infierno

    de las paredes. Evocaba dolor en sus palabras y tuve que zamarrearlo un poco para que

    entrara en razn; al hacerlo, me di cuenta que su iris estaba slo de un color, las pupilas

    totalmente dilatadas, como si hubiera consumido acido, como si hubiera estado en un mal

    viaje, viendo la realidad de la que hablaba pero que en realidad no quera ver.

    Una vez tambin lo encontr con apariencia catatnica, sentado con las piernas

    cruzadas sobre el pasto de Artes mirando una pared. Le pregunt qu pasaba y me dijo

    que estaba viendo bailar a los que se dirigan desnudos al funeral de todo lo que haba

    vivido. La gente pasaba y se rea porque pensaban que estaba drogado y su apariencia

    fsica no deca lo contrario, pero no estaba drogado, era otra cosa, algo que me daba un

    miedo terrible, eran visiones que le acontecan desde adentro, imgenes que no poda

    controlar, como si fuera posedo por lo otro, por lo que no se ve, por lo que no se debe

    ver.

    Esto no era siempre y slo era visible para quien pudiera ubicarlo cuando quera

    perderse. Para los dems estaba ah rindose, siempre cre que eso era slo una manera

    de adaptacin, para soliviantar la necesidad de invisibilidad que su insalubre estado

    requera; usaba las palabras, usaba la mueca, justamente para esconderse, para no ser

    visto; sola compararlo entre bromas con Mercutio, con el Mercutio de pie con sus llagas,

    gritando que es slo un rasguo, riendo, siempre.

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    La ltima vez que lo vi fue la semana anterior a su muerte. Haba faltado semanas

    a la universidad y algunos pensbamos que iba a congelar la carrera. No sabamos cmo

    era su vida afuera, su vida casera, su vida barrial; haban rumores, pero l no dejaba que

    nadie supiera, cuando alguien se acercaba a su vida ntima, simplemente se alejaba con

    la risa.

    Lleg caminando despacio, ese tpico andar sin preocupaciones, haciendo saludos

    innecesarios a estudiantes que apenas conoca, escondindose con la extroversin. Me

    recordaba el periodo de estabilidad en el cual lo conoc, porque as era su estabilidad:

    alarde perenne, estril que le haca sufrir. Corr hacia l y nos fuimos a un lugar apartado

    a fumar. Le pregunt cmo estaba y me dijo que todo estaba bien, que lo disculpar si

    haba actuado extrao, que ya haba resuelto todo. Le pregunt cmo lo haba resuelto,

    me mir fijamente, lentamente, como guardando mi rostro para recordarme y me dijo en

    tono serio que yo era una buena persona, pero que l no saba lo que era la amistad, que

    no poda saberlo; me explic que no poda comprender nada, ningn vnculo o

    convencin, que por eso slo poda fingir, pero que ya no era necesario, que haba

    llegado el momento de despedirse, que se iba a aislar como un monje para reconocerse

    en todas las cosas. Dijo que en el fondo quera descubrir una nica verdad, que ya haba

    visto el cmo. Yo me call y le invit un caf. No entr a ninguna clase y luego se fue

    caminando por el crepsculo marchito, cantando canciones desconocidas, balbuceando la

    msica que se perder por siempre, que nunca existi.

    Una vez me dijo: yo soy el gran idiota, por ello soy ms libre, por ello me cuesta

    ms vivir; puedo bailar en cementerios, en todas las tumbas, puedo crear, me enfrento a

    todas las posibilidades porque conozco la insignificancia, porque entiendo el tiempo, soy

    el idiota que siente todo lo que acontece, al que slo le queda la risa. Ah caminaba el

    idiota, como al ritmo de sus poemas, algo que no contiene ritmo, algo que busca ser

    fuera, afuera, en el silencio.

    Esa noche me embriagu dentro de la universidad. Todos se rean y yo estaba

    aburrido, por lo que llam por celular a Nstor y no contest. Luego me dej un mensaje

    que deca veo el camino. Todos, son porque no son. Nada ms, nunca ms.

    A Nstor creo haberlo visto divagar y vagar de todas las formas posibles; camin

    al lado de los cerros parando autos, pensando en la fragilidad de la realidad y en la

    beatitud descubierta a travs del arte oculto en la aparente normalidad; lo vi drogndose y

    gritando como un enfermo entre los enfermos, lo vi escribiendo febril algunas veces frases

    estrictamente, procedimentalmente destructivas, pandoras sistemticas, como si mordiera

    las herramientas de annimos verdugos en el papel; lo vi naciendo, renaciendo entre las

    mentiras que lo conformaban ante el resto; lo vi muriendo cuando l intentaba ser,

    encontrarse a s mismo.

    Ahora ha muerto y la gente que lo acompa lo olvida, la mujer que dice que una

    vez lo am se limit a expresar que l era un gran mentiroso, que se suicid por no

    soportar sus mentiras. Sus profesores expresaron indolentes que l nunca aprendi nada

    de literatura, que l slo odiaba las grandes, las pantagrulicas enseanzas que con

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    esmero y sacrificio ellos entregaban, lo probablemente es verdad. Su madre una vez dijo

    que l pasaba das viendo la foto de una mujer con harapos1. Yo lo extrao, yo siento que

    lo extrao, yo no quiero extraarlo.

    Ahora ha muerto. Muri con la posicin de Buda, mientras sus venas se

    desangraban en el piso, obligndose con sus ltimos segundos de efmera vida a

    iluminarse sobre el rbol de su sangre. Lo pienso, negando todo lo que haba sido su vida,

    las humillaciones ocultas todava, las que una vez me confo que haba pasado; pienso en

    su muerte, pienso en la unin con la totalidad, la fuga de la prisin de la materialidad que

    obliga el cuerpo, al igual que un Jess en la cruz, sacrificndose y elevndose hacia la

    iluminacin total a la que puede acceder un hombre purificado, al igual que un Buda,

    consciente de la vacuidad, por encima del dolor, convirtindose en el elegido, en el que

    pudo llegar al Nirvana, a ese estado donde no somos perseguidos, donde simplemente

    no-somos. Quizs eso quera alcanzar como escape a los horrores de una tierra ajena,

    que extingue a generaciones de hombres por las melancolas heredadas por las guerras

    interiores de la orfandad celestial y la condena. Quizs quera escapar de los genocidios

    de los yo internos a los cuales somos obligados, quizs sea libre en su muerte.

    Ahora estar recorriendo el jardn, ahora ya se habr convertido como quiso en un

    individuo por sobre los individuos, en EL PEREGRINO.

    Sebastin Alvarado2

    1 (N. del E.) Probablemente se refiere a la poeta argentina, Alejandra Pizarnik.

    2(N. del E.) Sebastin Alvarado bajo peticin familiar y editorial, nos entreg estas palabras para prologar e

    introducirnos en la mentalidad del autor. Sin embargo, posterior a la entrega del material, Sebastin tambin determin el terminar trgicamente con su vida. Dej una carta y poesas, imitando a Nstor, por lo que decidimos por respeto incluirlas en la presente obra en un apartado final.

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    Dedicatoria

    Este libro est dedicado, segn una nota encontrada despus del trgico

    fallecimiento del autor a: quienes puedan mirar una piedra con los ojos y hacer que

    sangren los ojos y la piedra. Tambin el autor dej un escrito que puede representar lo

    que pensaba de sus eventuales lectores: quienes logren conocerse a s mismos a travs

    del sacrificio, a travs del mltiple amor de las violencias, a travs de las emanaciones

    sublimes que hieren el cuerpo entero y reconocen su esencia etrea, a travs de la

    postracin ante los gatos de la biblia, a travs de la trasmutacin de sombras paridas en

    la obscuridad total de las noches ariscas, donde se difuminan las soledades en individuos

    que buscan y observan el cmo desentraar la vida de la piedra; quienes puedan

    crucificarse a s mismos, quienes puedan amarse tanto como para adornarse con llagas,

    quienes puedan viajar, ser viajeros, quienes puedan comenzar su peregrinaje, ellos me

    entendern, ellos tambin sern YO y todos seremos el secreto perdido por las

    convenciones, la primera verdad, lo nico que puede mirar la verdad.

    Esta nota fue encontrada al lado de su cama. Al lado de la nota haba un vaso con

    agua y unas migas puestas cuidadosamente, como conformando una lnea hacia la

    habitacin vecina donde atent efectivamente contra su vida. Como editorial, le

    dedicamos el libro al autor Nstor Aguirre y a su amigo Sebastin Alvarado, a todos los

    difuntos que cayeron en bsqueda del buscar.

    GRUPO EDITOR

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    EL PEREGRINO SE ABRE EL OJO MIENTRAS SE CIERRA3 capitulacin de la inercia, ya no existe la hora de dormir, el sueo se desplaza a la vigilia

    para verter un sangrado invisible, desde la pupila a los puntos vrgenes del alma

    en la batalla el humano ha perdido, lo han perdido, el profeta se separa para la

    conciliacin

    la ventana dirige hacia el cielo que est vaco, la cabeza se agita por las voces,

    incontenible convulsin, errtica luminiscencia

    en el fondo est la necesidad, desde la necesidad se crea o se destruye

    se vierte la sangre para ver qu sucede, por la necesidad de ver, de ver sin pensar en ser

    visto, de ser el ver

    eres lo que contemplas

    abandona tu vida, abandona tu vida

    las bases arden, las letras se disipan en la bruma, el clima se descontrola, nadie est para

    percibir, para ser testigo de esta percepcin

    puedo ver figuras difuminarse en los espacios porque los nios an no se recuerdan,

    porque saben que van a morir, porque son nios hurfanos que estn perdidos en la tierra

    desolada, sin memoria de sus ojos, los ojos que les han quitado

    limbo, bailamos en un limbo, transito transitorio, somos transicin de lgrimas humeantes

    que hacen nubes en el suelo, para que nadie sepa de donde vienen los abrazos y la

    intencin de los abrazos

    todo calor tiene un solo origen, el centro en Lucifer abrindose de piernas

    no dejar que me respiren, no dejar que respiren, fortalecer la resistencia y las banderas

    con la ausencia, crear una pared de orfandad para ocultar el amor, pasar un cuchillo sobre

    una cabeza para suscitar caricias, ralentizar la mirada oculta frente a un jardn que se

    marchita, porque todo se marchita, porque el todo es un trnsito

    aprender a vivir en el trnsito, aprender que se va a morir

    abandona la vida, abandona la vida

    alquimia de ateos bendecidos que rezan rondando la esfera donde los nios se alimentan

    con agua contaminada, magia para que los nios sobrevivan como hombres, magia para

    3 (N. del E.) Los ttulos son frases que estaban remarcadas con fuerza, por encima de los poemas en prosa

    encontrados y dan la impresin que tratan sobre la evolucin de sus movimientos. Ordenamos cada poema por lo que pareca ser el progreso de la accin del autor el da de su muerte, mas no hay certeza de que l haya querido este orden en particular, ni orden alguno.

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    detener el suicidio colectivo, pero no hay motivo, nunca lo hubo ni lo habr

    Adonai, padre, lo has abandonado, los he abandonado; una cruz para una fiesta, para

    embriagarse, para usurpar la carne con la carne, una cruz para decir que algo se siente,

    para soliviantar el abandono del padre

    escuchas, Elohim? los querubines estn muertos, felices

    los rezos personales son erticas danzas en rincones vulgares

    nadie siente nada, nadie siente nada, somos trozos dispersos e informes, los peces no

    sienten, una cruz, una cruz, queremos una cruz, corramos hacia el monte mientras el cielo

    se nubla

    locura envasada, envase de cruces, iglesia quemada, nadie se confunde, gente con

    muecas en la fila hacia el horno, hacia el hogar

    trozos, somos trozos de nuestro mito, somos un mito que se rompe, somos lo incompleto

    que hay adentro; somos un idioma desfigurado, una esquizofrenia impartida, aprendida,

    fingida, un teatro infeliz

    un peregrino, somos un peregrino, slo uno, elegido por la noche para abrir los ojos por

    primera vez en la luz fra del creador

    el viaje debe comenzar, el viaje debe comenzar, debemos salir del bosque interminable,

    debemos buscar con enojo, con vehemencia, ahondar en cada epifana para bailar por el

    fuego en el final del crculo

    siente la vida, siente la vida

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    PRIMERA MIRADA

    lo ms amargo es la disolucin del motivo de la amargura, lo ms amargo es no saber

    entrar en la muerte para vivir

    la sangre es un dibujo, vuelve a jugar con el papel, con el dibujo en el papel, no se lo

    muestres a nadie, nadie quiere a los nios plidos que dibujan, nadie est vivo porque

    nadie puede gritar

    que el cinerario sea tu vereda, tu mstica, donde puedas recorrer el espesor viejo e

    insigne de la niebla que gua donde t ya no guas

    el tiempo pasar nio, ponte el uniforme de harapos y empieza el peregrinaje hacia donde

    no se va, desde donde no se es

    metamorfosis para ser pjaro con ojos que no ven, en un patbulo, conscientemente;

    recuerda dejar todo atrs, atrs de la lpida

    aljate de ti para ver, aljate de ti para encontrar

    todo lo que ha muerto en ti, te ha dado vida, todo el dialogo incontrolable te lo ha dicho un

    difunto, pero la llamada alegra en el otro mundo no existe, al igual que en ste, porque

    las palabras degeneran, porque cuando mueren hablan, porque siempre mueren, porque

    nunca hablan

    toda dicotoma es falsa, el sufrimiento y la dicha no se diferencian

    el otro mundo no existe, la existencia es solamente una palabra

    ahora

    ya sabes parte de una verdad, una verdad fragmentada, ahora has atestiguado el

    fragmento

    ahora sabes, que en el pramo recndito de los prpados cerrados se esconde algo ms,

    algo tuyo, algo ms all del bien y el mal, algo ms all de la frustracin y el tedio, algo

    ms all de la vida y la muerte

    slo puedes superar al tiempo dentro de ti, dentro de ti no hay tiempo, toda la vida es

    simultnea

    ahora sabes que el poeta es alguien que regresa continuamente, a s mismo, en

    diferentes tiempos, en diferentes defunciones, para recrear y crearse, para crear lo que

    nace de la conexin celestial dentro del centro de la tierra

    la creacin es una paradoja, la paradoja de ser

    la creacin son trece arcanos, la creacin se basa en saltar dentro y fuera del espejo,

    hasta dejar de reflejarse para disipar la podredumbre

    aljate de ti para verte, aljate de ti para encontrarte

    no somos dos, somos incontables e inefables, legin de legiones, porque somos la

    materia eterna de la naturaleza y aquella nos reclama, todos los das, el regreso a la

    totalidad, que algunos lloran, que yo tambin lloro, que l llor, porque es la msica, la

    msica que no se oye

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    nacer fue el problema, el trauma no es llegar al mundo, el trauma es ver el mundo con

    ojos propios y creer que es el mundo

    somos unos degenerados porque degeneramos, continuamente, vocacionalmente

    an puedes creer en la noche, si te dejas arrastrar ms all de la desesperacin, directo

    al ms all; busca ser un nio

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    CONSCIENCIA DE SOLEDAD: HABITACIN

    respiracin errtica, falsa comunin con espigas, un llamado indicaba que haba que

    sangrar para suscitar admiracin, para provocar sugestin al mirarse al espejo, para sentir

    algo que permitiera identificar la guarida del ser, que permitiera reconocerse como

    desconocido

    perpetuo movimiento sin origen

    el agua que se va

    camina solo en la noche

    nosotros estamos posedos por el espritu de una violencia de viento, nosotros estamos

    posedos por nosotros

    estamos condenados; s que estoy solo, que voy a morir, soy un religioso porque s algo

    debo encerrarme, poseerme, creer que el teatro no se quemar en la noche cuando ya es

    de noche y no se ha quemado, pero siento que me quemo, el teatro se quema

    es el hasto al deterioro que hace el aire mustio en la piel

    mi respiracin errtica transmutada por la nada, la nada cambia todo, soy parte de la

    nada, me alej y ahora debo volver; ser nada, liberarme del lenguaje, olvidarme de la

    soledad hambrienta de plaidos transformadores

    dejar de ser un nio, dejar de cortarme una vena y mostrarla como motivo de felicitacin,

    esperando la gratificacin de los guardias que son prisioneros de la crcel

    falsa comunin, falsas manos, falsa excomulgacin

    todo es una religin, todo es ajeno, toda tierra es ajena, toda verdad es una dictadura,

    todo el que dice que ama merece un castigo horrible, toda rebelda es comer ciego, todo

    sexo debe subvertir la esencia homicida de las palabras, debe ser la purificacin del

    cuerpo a travs del instinto, desgarrar como animal la pintura que oculta el alma, penetrar

    con la pezua el pecho del espritu, crepitar con violencia para reconocer el rugido

    camina por encima de las cenizas de tu cuerpo

    voces horribles que no salen de m me recuerdan que debo fragmentarme

    no podr seguir fingiendo, todo se ha vuelto un gemido fro de dolor azul que circunda

    todo el derredor

    no podr seguir fingiendo, estoy dbil, las voces horribles tientan como la cicuta rociada

    de ambrosa

    el fondo, todos los que estn sentados en la mesa que est en mi cabeza dicen que

    puedo llegar al fondo, pero est obscuro y no veo

    estoy solo, como siempre

    una voz dentro de una voz

    todo sigue siendo voces

    slo camina hacia el amor que desconoces

  • 15

    ALEJARSE DE S MISMO ACERCARSE A S MISMO debes sacarte los ojos tu mascara no debe ocultar rostro alguno, ests en el trnsito, eres el hijo del Padre, de la corteza de un holograma, eres el trnsito, una resurreccin al pestaear, un iluminado bajo un rbol, la satisfaccin de Faetn, ests en el trnsito, has atravesado un umbral, hacia el peregrino, todos los peregrinos se dirigen al peregrino lgrimas de sangre han dejado de marcar el suelo, tus manos se abrigan, se niega la desesperacin al nio enajenado ante la extincin de su estirpe primitiva, todas las tumbas son tuyas, es la primaca de la nada has visto algo, genuinamente, un objeto, en tu pecho carcomido por el agua, en tu bsqueda, capcioso tnel onrico, sueo mal contemplado, pjaro amnsico, sobreviviente ests en el camino, puedes contactarte con todos los seres que no son de la tierra porque eres el camino tienes nada porque no tienes miedo has atravesado el umbral, has aceptado que ests solo, sabidura contenida en miles de generaciones de hombres que se fueron ests solo, vas a morir, puedes respirar, ponerle nombre a todas los seres del jardn reconocido, en la llanura de la lejana, mirar la voluntad de los vientos de colores degradados buscas al peregrino, tu descontrol quemar la entrada a las urbes voluptuosas, ya no habitarn en las memorias caminars descalzo por cuarenta das y noches, no sers un reflejo, sino la personificacin de la alteridad; otredad nubosa algo horrible pasar cuando alguien se d cuenta

    chilla la puerta cuando se abre

  • 16

    NOCIN DE SUEO CIRCULAR se atraviesa una puerta, se llega a una habitacin vaca donde hay otra puerta, se atraviesa la otra puerta y hay otra habitacin vaca an ms grande algunos descalzos ceden ante el camino al templo, mis pies sangran voluntad hay que ser una ceniza venerada entre exequias hay que arder por la nica verdad hay que buscar la verdad, detrs de la verdad hay que ver una puerta, morir en la puerta: la puerta es el templo, el templo es una habitacin sers mutilado si quieres nacer, acepta el dolor, acepta el dolor y escapars de ti, nacers yo no te har dormir porque debes acariciar la tierra hmeda y me odiars el templo ha desaparecido, encuentro una puerta final, est cerrada, siento que alguien la abre del otro lado, se abre, estoy mirando un cuarto vaco el templo ha aparecido yo no te har dormir porque te inculcar pensamientos siniestros, sempiternos te amar, te amar dentro de laberintos obscuros nada se contrapone a luz que es su ausencia lo que vemos es una mscara dormir en laberintos no dormir, no duermo de qu sueo vienen estas voces? djenme dormir en la vida, squenme de aqu, estoy en la vida, squenme de aqu, despirtenme

    abre los ojos, mira la luz, se asemeja al silencio, abre los ojos, tienes que nacer con el dolor, no debes hablar, con el dolor

  • 17

    OJOS DE PJARO MUERTO yo era un pjaro, haba muerto las voces provenan de m las voces me daban vida la vida estaba en mis ojos que gritaban de los gritos nacen las voces las voces me emplazaban a quemar las iglesias y me negaba necesitaba rezar en todas las direcciones, a todos los dolos del mundo, a todo lo que no fuera una ventana, pero no rezaba, slo sostena la cruz en mi espalda, no rezaba, sostena la cruz, hacia el amor con las brujas, lama sus manos para sentir alquimia, para restituir la forma primigenia, prstina, atvica, de los smbolos en las catedrales, de lo sagrado en todo lo que haba muerto con los padres, con la construccin de las iglesias, con la fe en los arquetipos

    incinera los dolos, abandona el deseo, que la perdicin sea tu dios las voces me hablaban porque era un nio, porque no crea en el pantagrulico mundo que avista el ojo, en el mundo que niega el vrtigo con espanto, el mundo ornamental: la adoracin al adorno, la vida de adorno, la muerte en adornos las voces me amaban, me amaban porque crea que exista en un vrtice, en un secreto dentro de las hojas, dentro de los robles, dentro de las cortezas, dentro de la sangre que brota de las violencias puras que nacen del instinto, de los vientos terribles y de los mares alterados por los tornados dionisiacos por las voces termin quemando todo, todo por ser iconoclasta y an sigo viendo iglesias, ya no me niego, todo el tiempo, en todas partes, se queman cuando las miro y renacen, renacen todos los santuarios situados dentro de los ojos infinitos, mltiples e infinitos, cerrados e infinitos, que miran al infinito en las cenizas de la piedra, en el fuego que restituye los smbolos en las catedrales es el renacimiento de un dios antiguo el dios que vive adentro por primera vez estaba viendo adentro, estaba volando, adentro

    incinera los dolos, tienes que ser bendecido

    resurreccin invocar la resurreccin

  • 18

    LEVANTAR LA NOCHE evocar, descoronar, evocar la muerte del rey del espejo al trisarlo, al no entregar la carta posada en la boca de bordes cortados en atardeceres de vehementes colores destronar a la prostitucin contenida, exaltar al odio, comenzar la muerte y la ceguera, propagar la plaga contra todo lo que corre, contra todo lo que no se puede alcanzar mi rebelin no es contra Dios porque l no corre, l correr y me alcanzar y matar cuando despierte del sueo al que no ha entrado; Dios no es dios, yo no soy yo rebelin contra la verdad y la mentira, contra todo lo que diga que es: somos reflejos, somos un reflejo y todo reflejo es una estafa, es el despojo

    vomita los vestigios que te hacen para quemar todo firmamento, tus ojos te perdonarn cuando estn abiertos

    recuerdo sensaciones de la noche cuando yo era la noche, pero yo nunca hice la noche, la noche me hizo era un abandono tan puro, una orfandad de aire fro que me llenaba, que me satisfaca totalmente hacindome ser pleno como Buda cuando yo era la noche, la noche que me ha olvidado, que me olvid, como no se debe olvidar, como no habiendo estado nunca en ella, en la noche que me hizo cuando yo era la noche

  • 19

    RECONOCIMIENTO frente a la puerta apareci el demonio que me ofreci a cambio de mi alma ser un hombre corts o ser la ira de Dios en la tierra, las voces ya haban decidido por m el camino de mi carne e hicieron incrustarme como insignia la marca de Can en mi frente y en mi mano en m comenz a brotar la sonrisa de Maldoror y mi navaja se pegaba a mis dedos por mi sangre extraa y seca nada me era extrao, sin embargo yo confunda al mundo por ser errante; me haba convertido, era un converso que propagaba con propaganda la confusin era el Peregrino que vena como deca el designio, no para traer la paz sino espada; Cristo y Lucifer en cada hombro para hacer arder al mundo mi sangre corroa al pjaro invisible que herva mientras ella me miraba en una aparente solemnidad silente, que mascullaba ofrendas animales para tentar a mi piel plida al nacer mi alma me haba abandonado comprend que nunca iba a ver los ojos de fuego, porque ya no existan espejos para olvidarme se haba fragmentado en bisbiseos inciertos la imagen que escriba socorros deformes sobre la niebla comprend que no la sacara del baile ritual de abismo; ella me acariciaba, ella quera guiarme por el averno; los ojos se fijaban en un punto muerto, la santidad manaba slo hara dao porque la luz no se encontraba en la materia, deba ser destituida estaba con ella, estaba frente a la puerta, mi nacimiento erraba conmigo, no haba forma de exencin nac desocupado de humanidad con vestigios de lo eterno yo amaba a la totalidad, tan slo de m brotaba amor por la idea del azote de Dios el Peregrino es la estrella de la maana corre entre nimas buscando a la lluvia en el bosque olvida el amor, debes matar el sentimiento, debes lamer la ceniza debes aprender a aprehender as amars entregado a lo que est ms lejos que lo que no existe

  • 20

    VENTANA CREPUSCUCAR ltimo invierno, un vidente atosigado, veo todos los pecados cometidos y por cometer en la esfera terrenal, los guardo en mi desrtico pecho desgarrado para convertirme en el santo de las aves paganas morir al cometer el milagro de vivir la vida se concentra en la mirada que se escapa por la ventana negra que nos fue entregada al nacer, la ventana que malla trazos de leo sobre la crnea para consolidar nuestra humanidad soy un vidente, veo por la ventana, veo mi muerte estoy mirando al cielo, me encuentro con el espritu de la mujer animal que toma una daga de hierba, la clava en mis ojos para edificar el amor por encima del amor me ro, la tierra se abre, aparezco en el paraso glido donde el invierno permanente es mi abrigo contra las depresiones de lo mundano he muerto, aparece un espritu que camina por desiertos nublados como un eremita, que aullando abre la tnica de la noche para refugiarse de las lucirnagas aciagas soy un vidente, veo todo lo que se confunde, la confusin es mi hogar, soy la desolacin que socaba la tierra arisca de la cual no provengo, a la cual fui entregado en sacrifico, en la cual aparec vagando y sangrante ante las multitudes que ignoran la contemplacin de escarcha que dignifica al alma soy un vidente, estoy en la ventana, ante el advenimiento del ocaso, sonro levemente, pienso en entregarme al reino y en caer en la divina gracia oculta a los seguidores soy un hombre feliz que est llorando, morir, viene el ocaso ser juzgado? tan slo me atrev a mirar un rato, sin permiso, en ese rincn el ltimo invierno, ltimo invierno para l y para m, para nosotros que somos, que somos las legiones de voces que nos hablan revelaciones, ltimo invierno, sealar la pureza, la pureza que se encuentra en la muerte

    dejars de ver, dejars de ser, ya no sers, te dars cuenta de que nada es, que todo parece ser

  • 21

    EL JARDN AL OTRO LADO DE LA VENTANA subversin, no direccin, no gnero, no postracin, no tranquilidad, no palabra, no adhesin a los verdugos de la luminiscente espiga insurrecta, del huerto negro que desfasa la gravedad ertico sufrimiento, ruido en la noche, ansas de hambre, pesadumbre, irritacin, depresin insurgente, guerra, guerra de velorios, epifanas blicas vida como desperdicio de profunda y exasperada estupidez ambivalente contenida en la moral confusin, entropa, anarqua interior desatando los nudos atados por leyes invisibles, la naturaleza levanta el velo de lo siniestro subversin decretada desde la voluntad desvaro permanente en los ocasos multicolores

    desata la muerte sobre todos los credos para poder jugar contigo jugamos en medio de la tierra nublada antes de la lluvia, antes del estruendo macilento, antes de la conmocin que hizo huir a la conmiseracin, que hizo escapar al squito del fro en filas ordenadas hacia hornos de flamas blancas antes de ser Hamlet embriagado por displicencias antfagas entre muecas plidas, antes de haber amado a la blanca Ofelia muerta, nosotros jugamos a ser nios y las voces decan que ramos nios, tan lastimados que de nosotros brotaba la beatitud ajena tan lastimados que nos protegamos con una vitrina, lastimados para ser hermosos, lastimados para complacer se prendi la luz y nos miramos, habamos comido de la manzana ramos adultos, no tenamos tribu, estbamos encadenados dejar de ser nio es ser comido desde las entraas todos los das por cuervos distintos un batacazo inesperado, una cadena se oxida por plaido y se quiebra la culpa subversin una versin de m lejos de m provoca la ira de las masas por seguir el designio un muerto que me utiliza para llegar a s y l llega a s cuando yo llego a m finitud tan finitos que pareciera que somos los alimentos muertos del buitre adorado tan finitos que nos alimentamos con nuestros restos sigamos el designio y volvamos a jugar como nios en la espesura de la niebla la subversin es ser un nio jugando al cementerio

    desata la muerte sobre todos los credos para poder jugar contigo

  • 22

    CONVERSIN ES INVIERNO el baile febril de los paganos se hace con oxido parido por una hiperbrea respiracin fra; baile inicitico, recibimiento para la nueva estacin, fin de la espera por el invierno que permite el abrigo el sol negro abre los brazos para que las sombras comulguen

    escucha el eco de los silencios. el invierno, el invierno es una casa para nosotros, cielo divergente, difuso, de donde proviene el origen del eco, la primera palabra, la primera verdad a la maana ms pura, al all se entra despus de cerrar los ojos al ingresar al crculo de brasa nigromante donde se debe poner la vida en prenda por un pacto desconocido, incognoscible mi lenguaje es un espritu parido cuando existe una herida, mi herida otra tierra, donde se suscitan epifanas mltiples que permiten la reparacin de la boca la vuelta al estado fundamental de silencio, donde se escucha el aullido del primer sol convergen las orgas como llaves en la primera noche de cada segundo lugar donde no somos errantes, que ninguna ingenua geografa puede invadir hogar de las voces, donde se indican los conjuros para ser alquimista de vrtigos ah recib el primer abrazo, ah aprend a bailar mientras arda, ah aprend que no deba ni usar ni confiar en las palabras, que no usamos las palabras, que las palabras nos usan para tejer intrincadas mscaras donde perviven murmullando distorsiones de msica nadie sabe que estoy ah, nadie nunca lo sabr, nadie nunca me ver en el lugar donde habito, donde siempre habito y donde nunca nadie ha habitado adentro est la tierra virgen la conversin comienza

    voy a mi encuentro

    escucha el eco de los silencios morir la parte de ti que no naci muerta

  • 23

    OCASO BALDO cielo como turbiedad cielo gris como procesin a la revelacin solar lluvia me moja lo aislado desciende la anhelada anulacin por el frenes lunar soy eclipse fusiono mis dos cuerpos para arrebatarles mi alma desapego nunca tendrs la piel marchita, nunca sers dbil, no tendrs comunin alguna dejars el ser estars en todas partes, nunca habr descanso, siempre estuvo el dolor morirs el placer, el sufrimiento, fueron lo mismo vivirs por exterminacin de los placebos es parte de la misma ilusin todo presagia que se avecina la ltima respiracin despus de cinreos ademanes de abrazos en el aire marchito despus de acabados los paradigmas cenicientos, que me hacan rezar con saltos en bosques imaginarios todo era la reina Mab todo era aposentos de espejos, que miraban al cielo cubierto entre velos pintados como tneles no hay verdades, nada puede salvarnos, excepto aquella danza de vociferaciones, excepto mirar el sol negro pero el cielo, el cielo gris est cayendo y yo estoy ah, mirando la lluvia y el sol obscurece hndete en la obscuridad

  • 24

    NO RETORNO un portal se levanta entre temblores dentro del cuerpo he estado vivo, dentro de mis heridas estoy frente al portal hay un cuerpo muerto que en vano mira al cielo trmulo deja en recuerdo un mensaje en la ventana entumecida por el fro soy el fro, un desaparecido al salir de la vagina la temple se ha ahorcado para heredar los rasmillones el peregrino contempla la ceguera al abrir los ojos se liberan las marcas en los brazos el peregrino cierra los ojos para arder como vela abandonada quema las pantomimas de las sombras que imitan la claridad de la noche lo obscuro se revela porque supo desnudar de cinismo al dolor porque sacrific en la cruz al mundo que lo rodeaba para bogar en los parpados sepulcrales de Dios vacuidad existe un miedo, miedo a las flores que torturan, miedo a la existencia de las nimas del cielo, miedo a la llegada de los ngeles refulgentes existe un miedo insomnio fue provocado ante la espesura del bisbiseo de un rezo soldados regresan, regresan del hogar en la muerte buscando la venganza contra la estirpe maldita, contra el hurfano se revela una sola ascendencia hasta Can el santo, miramos el portal, tenemos el dolor, hemos inhalado a todos los muertos desde tiempos primigenios contenidos en el mismo cinerario nos quedaremos a soportarlo todo, todos los pecados de la humanidad, a todos los verdugos bendecidos por los padres estriles he estado vivo y estoy frente al portal, siempre, morir, siempre la ventana tiene dibujado un crculo el portal se abre traspaso camina y deja migas de pan, camina hacia donde el viento sea fuerte

  • 25

    UMBRAL prpados desprendidos en los ojos iconoclastas, estresados ante la luz azul del santuario manos que descalzas recorren el amanecer de aura nocturna, conmovidas ante la destruccin de los extranjeros la miseria concede vida para convertirse en paisajes de cuadros que se suicidan, suspirando, vocacionalmente prolijo cantar de los que se fugan toda mi piel est confeccionada con escarchas mi parto fue hoy en una choza de nieve en las montaas etreas todos mis dedos, todas mis yemas se torturan a partir de las humillaciones tejidas a las cuales fui sometido por el hecho de no querer decir un nombre ninguna tortura me har hablar la raz del deseo se derriti en la bruma

    todo ha sido puesto en su lugar en este tablero prstino peregrino famlico adicto al grial trascendental protegido en la psique toca fondos los espirales se recorren a s mismos la bsqueda es por la eternidad impregnada en la bsqueda todo el aprendizaje te devolvi donde mismo, paso ambivalente entre el amanecer diurno y nocturno; un retorno al fro del da desde el calor de la noche es algo eterno, el trnsito Dios que no controla Dios que no vigila Dios que no es un hombre la nada estuvo enferma has llegado como elegido, piel de lobo a la espalda, para dar el ltimo tributo por la retribucin, merecer la amnesia, por destronar al ego, ser la amnesia, porque se conceda la amnista para no volver a la tierra, no se podr recordar poseer el contorno alado de nirvana violento escapar de la isla lluviosa lejos del proceder punitivo de la nostalgia el peregrino debe olvidarse del peregrino morir, morir por la absolucin del flujo inmaculado, absolucin para ocupar el manto blanco frente a la noche y alcanzar la quietud al sintonizar la msica de Dios viajar por encima del viaje

    grita y abandona los gritos

  • 26

    OTRO ATRAVIESA el peregrinaje llama ah, donde est el umbral, me busca, me dice tengo que decidir caminar donde no s, para ser ungido en ceremonias que no conozco, para ser amado mientras se acrecienta el polvo recubriendo toda visin imaginaba un lugar como el pramo oculto de los pecados de San Pedro, arrodillado sin llaves, arrodillado negando la negacin imaginaba la llave en mis palmas, perdida entre mis poros imaginaba un lugar como el que habitan los muertos que se olvidan comunidad secreta dentro del bosque lbrego, en donde los feligreses se toman los manos que se derriten fundiendo sus brazos, mientras bailan la ronda extasiados como nios posedos los nios de ac estn envejecidos y eligen sin cuidado los calibres todo el tiempo diciendo lo mismo hay algo ms en esta caja de adulteraciones? el peregrinaje procuraba que me encontrar como una figura encima de goteras de lluvias pasadas entonando un sonido terrible, atrayente el vrtigo para suscitar la fe de dnde provena este designio, estrella fatua anunciando el camino al nacimiento de la muerte? lo que importa dijeron los susurros, era que tena que emprender el viaje encima de la palabra estirpe del absurdo alguien escribir, alguien escribe al respecto, sobre la transicin tautolgica alguien escribe y se burla con muecas tristes del desperdicio de espacio el peregrino se mira de lejos, harapiento, es como una sombra antiqusima de un profeta el peregrino se ha perdido al atravesar el umbral

    ya no se es humano, nunca ms

  • 27

    ILUMINACIONES el peregrinaje es un espiral sempiterno, un averno, infierno, bratro, es el infierno, estamos en el infierno, somos los condenados bailemos, bailemos, la danza ritual de quienes ya no reconocen la esperanza mientras arrastran las piedras con arcanos saltemos por el xtasis que nos sulfura con fervores prohibidos, corramos por los pastos agotando los vendavales en nuestros pulmones vehementes borremos las distinciones comandadas aplastando todo gnero con todo gnero que nuestras uas raspen las nubes la vida, el hecho de estar vivo, es el hecho de atravesar umbrales hay otra puerta, miles de puertas destellando al unsono, una detrs de otra el viajero muere cansino atragantado por la satisfaccin de sus crucifixiones el peregrinaje acaba en algn paraje desolado donde se pueda sonrer sin cara, sin figura, con brisa la vida es sufrimiento, la vida es sufrimiento, la vida es sufrimiento, ningn dios te quitar el sufrimiento, acepta el sufrimiento y juega conmigo y muere conmigo y juega conmigo

    me escuchas? puedes escucharme?

    ests solo

    todos estamos contigo

    porque ests solo

    se feliz

    nadie nunca pudo ni podr verte

  • 28

    PASILLO DE OBSCURIDAD primera usurpacin, momento convulsivo con sudor fro, motor inmvil en mi interior, roja sangre como marea furibunda, embates frente a la tierra frgil de mis ojos, de mi corteza, de los reinos de lo sensible un mar autnomo habita en los recovecos ocultos formando guerras tribales para proteger el secreto de la casa, contra el viajero que necesita romper los siete sellos se avista la lejana del yo mar de la usurpacin, algo no se recuerda aparece como susurro noctmbulo evocando imgenes terribles del porvenir una mscara es necesaria para el mar, una mscara debe tapar el mar, nadie debe ver la usurpacin, nadie debe conocer el porvenir susurro de que hubo una incubacin de un demiurgo ahogado por la tempestad no existe lo evitable algo se me ha adherido, la pretensin de acabar con la pretensin de la vestimenta de las palabras arrojadas para develar el pellejo de harapos resonancia primigenia brota al odo desde las venas caminar descalzo lo inefable son los pensamientos que surgen en este pasillo al cual soy empujado por una mano inexpresable que est bendecida empuja hacia el bautizo frente al sol negro, dejando atrs los recuerdos de lo inquino, la vida inerte, para llegar la unin insigne conmigo all arriba el poder convertirme en un despojo con indiferencia el poder de usurpar la voluntad del mar, construir el tlamo de la muerte con ella mi ceremonia en mi santuario en mi cabeza me confa los reinos que imagino para esconderme de los gritos que se esconden clamo por un segundo usurpador de vida que me libere de la crcel del cuerpo debo clamar por la muerte para entender el lenguaje de la vida llora peregrino, llora sobre tus futuros restos

    las venas hierven, las venas hierven

    pero nio por qu lloras?

  • 29

    NO DUALIDAD necesaria desestructuracin, inadaptacin, extraamiento, deshabituacin necesaria esencia imbuida en todo lo ajeno, necesaria capacidad de no respirar necesaria costumbre de no mirar al sol, nunca mirar al sol cuidado con los apocalpticos cielos crepusculares el sol nos perseguir nunca gritar, nunca dejar que dejen de morir los espectadores, los espectadores de las huellas algo est abierto, algo deja entrar las palabras en m, por caminos distintos hacia diversas salidas creando seres distintos; todos se enfrentan, se desangran, se ahogan, miran al sol, pero ninguno al sol negro las palabras entran, se crean las voces, a veces me dejan, a veces explosionan en estruendos csmicos, a veces me crean, a veces me mueren dejen de hablarme, dejen de hablarme, dejen de hablarme, que dejen de hablarme mis palabras no puedo aceptar tanto absurdo, no puedo aceptar al sol, necesito ahogarme, escaparme hacia adentro, morir en el adentro no ms quejidos, hay que abortar al plaido, delirios, me busqu entre delirios, me encontr para subvertir lo que haban hecho de m, aquellos que me haban inhalado y exhalado para creer que crecan meditar mientras de m manar la vida abandonndome como un barco, cerrar los ojos, palabras, voces, un arcano trece en la posicin correcta, un final, como el final de Cristo Cristo era dos personas: una deba morir debo elegir a quien liberar, a aquella que miran los ciegos o aquella que no pueden mirar

    Barrabas t tambin eras Hijo del Padre

  • 30

    LA TERRIBLE LIBERTAD confesiones deben su gnesis a extremidades plidas que palpan el pasillo que circunda los rastros de mi sangre el amor es violado por la verdad, la verdad es el amor sin palabras flamas en vez de flemas provocan quejidos al son de una msica enferma la cancin de los perturbados es una cancin de cuna que escuchan los escogidos en la noche indeterminada ngel libertino, no es posible tener un hogar los puros somos aptridas me he provocado una destruccin que no llega a la vitrina, por la purificacin inhalada me he provocado una ficcin para rasgar la yugular al yugo de las ficciones me he engendrado en mi vientre un demonio para pactar por la salvacin slo hay una salida, se atesta la ventana abierta por la presencia de los vientos una mirada, t lo sabes, una mirada y mil respiros y algo se cae, nadie lo escucha alguien busca algo un ngel es testigo de la muerte provocada por un ngel nunca ms rezars, nunca ms rezars porque comienzas a conocer el amor

  • 31

    OJOS DE VIENTO CENIZA DIFUMINA ilusin que se incinera vorgine que socav al cinismo de las camas, de los cuerpos vacos que flotan sobre la tierra no entiendo el juego de colores insurreccionales que nos rodean esquizofrenia ordenada aquiescencia transparente para los huracanes que muerden a los que no sienten que fenecen siento a la muerte me acaricia con su lengua que est dentro de m tanto tiempo para marchitarnos. mientras subimos entre gemidos no-nacido, palabra no dicha, inusitada verdad, nico sentido, estallido en todos los comercios, desmayos en todas las iglesias, confesiones simultneas en orgas espordicas, irrupcin de la msica en la tierra, palabra divina silencio nios jugando yo tambin quiero entrar en el jardn deseo no-deseo, oscura magia lugar donde padre y madre no son padre y madre, lugar donde nos repetimos espritu transversal, ancestral, no-tiempo estn en el mismo bosque, habitan a todos, pero una parte del bosque se quema a los lejos, el humo a lo lejos lo lejos se acerca

  • 32

    CONJETURAS arder la civilizacin entre lluvias iridiscentes ruinas hilarantes sern el cemento profano se escuchar la meloda de los perturbados entre jauras; romeros, hijos del sol negro los arrepentidos plaideros cavan sin cesar para cesar ante gruidos fosilizados morirn los himnos, todo ser transformado en alaridos, podremos mirar realmente a los rboles, dirn que somos formadores de siniestros, adoradores de dioses atvicos, instigadores de fuerzas mistricas que deban estar lejos del humano se cruz el horizonte inicitico se descubri el fuego ceremonial que poda sostener la techumbre nubosa nos dirn vampiros alados nos pintarn en cielos grises como hijos de sectas de luz los vacilantes dirn que estamos enfermos, pero estaremos con el padre nosotros con dagas degollaremos a borregos que le rezan no saben contemplar los atisbos de luz primitiva antediluviana nos convertiremos en profetas de la venida del silencio lo primero que se quemar es el teatro, el gran teatro donde los adictos fingen tocarse podremos esculpir tonadas brahmnicas en llagas de papel imgenes beatficas mis ojos se vuelven negros asfixiando a quienes ostentan los pinceles una parte de m se ahoga, pero no soy caro, no lo soy

  • 33

    EN LAS VENAS EN LA APERTURA EST LA APERTURA solo: ser recordado por los errantes pues de ellos es el reino lejano al cielo, por sobre el cielo recuerdos, vida morirn, el sol se apagar voces se contradicen, el viento ulula msica funeraria, nostalgias enmudecen al espritu cmo detener el incesante bramido de vociferaciones? quieren detener la ambivalencia quieren llevarme de regreso a ser espectador de un discurso el remedo que camina hacia el horno se disipa en el humo el viaje inicitico ha colmado toda parte de m ahora puedo ser Cristo a travs de la lepra, puedo sentir la presencia del vaco en el mundo abierto cuerpo de cruzado nace de la flor de loto cuerpo como grietas de los escombros del mundo de la materia epitafios de silencio invasivos ser en medio de la obscuridad de la caverna nublar los ojos llover

    adnde vas nio con tanta prisa? a jugar mientras preparan mis exequias puedo jugar contigo? mientras duren los preparativos de tus exequias

  • 34

    REZO A LA FATALIDAD corrgeme, murdeme, hazme gritar, pesar inmenso, hagamos el dolor, crimen recproco, suicidio ingente, entrgate a un pequeo trozo de humillacin, desercin punitiva hazlo por favor te lo pido s que es el amor que profesamos, que conocemos, nosotros los lejanos al origen, los de origen lejano necesito la afliccin, crear la orfandad, multiplicar los gemidos gemebunda existencia, gemebundo tiempo ente se mueve, al moverse enflaquece, se inyecta hiel, muere, resucita, resucita para no volver, para que vean cmo se va ente, no est muerte a todos nos pena la muerte la muerte morir por sobredosis sobrevivir a la vida ellos no mueren por cicuta no mueren en destierros el humano no baila hagamos el dolor, el dolor de la noche, lastmame para cerciorarme de sentir, hazme viajar por las llagas dolor como anestesia de lo que est ms all, de lo que est ms ac

  • 35

    MUECAS PROBADAS ests oyendo laberinto? el verdugo es un arcoris ha ledo los escritos en la plaza donde se renen las nimas se ha decidido que morirs una vez, luego otra vez nac palabras nos profanan, someten el ojo al suelo lascivas estatuas engullen verbos nunca se movern laberinto erguido por espejos los animales se alimentan en tus rincones te cortaremos el miedo de las alas rotas sers inmortalizado como un deforme libre de pecado no mueras, puedes vivir, alguien algn da sabr que existi amor para ti y llorar no mueras, puedes vivir, alguien algn da escribir sobre ti y dir que estabas triste no mueras puedes vivir, sabes que te quedan presentes bajo el rbol no mueras puedes vivir, siempre puedes pensar que algn da alguien te amar como t amas morirs para ser firmamento, tus venas se abrirn y vers al padre nunca ms intentar regalar un pjaro de fiebre, el pjaro vivir conmigo para siempre en la muerte he atravesado el bosque morir he subyugado todas las ruinas, he concebido que existe slo un lenguaje, una palabra, la nica verdad, una palabra el silencio la msica Dios silente Dios muerto hay que descubrir el silencio hay que morir para que el rostro no sea devorado por la mscara debes morir para resucitar e irte sin promesas me estoy suicidando

  • 36

    MEDITACIONES VERTIDAS sacrilegio en el final dantesco, victoria prrica sobre pequeos esqueletos de nios invasin, invasin de tropas que se parecen a m, me acusan de traicin a la vida, pero slo he traicionado mi evanescencia en el aire, mi soledad habitada por intrusos, mi nacimiento aparecer para encontrar otro idioma, desaparecer por encontrar otro idioma todo por alejarse de la iglesia blanca de las masacres la masa que provoca extincin cuando se tocan, toda la luz se extingue, las imgenes se extinguen, aceleran el transitar, obseden a los penitentes en el sendero la masa no contempla al sol negro la masa no escucha a las voces la masa acusa, cuelga al nio la masa se ahoga en ella misma la masa es religin desbordada la religin es lo uniforme hecho peste hombres de fe se comen la carne de las brujas muertas subversin de lo horrible, trasmutacin, libertad crear un templo, no una religin ser pjaro sin ojos para ver al sol negro algo sublime llamado ureo santos profanos me poseen me elevo a travs de la lluvia para ser recibido en los cielos me ahogo con gotas tengo la llave en la lengua de mi pupila cerrada

  • 37

    EL PEREGRINO rbol de la vida no reconozco identidades, no paseo entre carnavales de cadveres, no busco similitudes ni arengas, porque pereci el agnico centro del cosmos no hay punto de referencia no yo no ser algo visible debo irrumpir como sombra noctmbula sobre conciencias ptreas debo tejer un colapso como un refugiado sin nacimiento, sin aristas tangibles, sin figuras en cornisas debo escuchar el grito de muertes sucedneas en el mismo ser debo ser, debo ahuyentarme, debo ser contaminado con todas las clases de apostasas iluminado sin necesidad de rboles presos por las races, guardin de la purificacin dialctica entre la totalidad y el individuo me levanto de la vida para peregrinar, para seguir el llamado, para imbuirme desnudo en el frenes de las negaciones para ser: mi propio sacrificio, encontrarme entre la sangre conocerme a m mismo a travs del ltimo halito en el que se va el alma mi cadver se postrar frente a m, me pedir la absolucin

    escchame, sinteme, siente el dolor que has provocado, aguarda, siente el amor, aguarda, siente el perdn, el perdn que nadie te ha dado, no existir la culpa, sinteme,

    siente como habito tu interior, escchame, soy tu silencio

  • 38

    EPIFANA los caminos no permitidos bendecidos con agua de las profanaciones beatas los caminos nos persiguen, nos cubrimos, las bsquedas nos hunden pero nos cubrimos los sentidos carretera dispersa, fragmentada, herida, debemos caminar como exiliados, aptridas, sin retorno, buscando el sin retorno, adquiriendo nula nocin de direccin los caminos no permitidos, donde no puedes salvarte, sentir la vida, no puedes salvarte en el centro del absurdo suicidarse con la vida escaparse en un retorno pares opuestos que se convalidan en el festn bquico de las soledades hundirse, hundirse hasta encontrarse no puedes detenerte, tienes que estrellarte, enterrarte en una ventana, cortarte, mirar el cielo virgen, mirar el cielo nubes de lluvia destellando magnanimidad exaltacin para llegar al hijo del hombre grieta como contrasea para entrar al reino para encontrarte en el jardn los cerdos tienen perlas, siempre las han tenido los peregrinos tendrn heridas en los pies abrazaremos caballos para pedir perdn los caminos, nunca se derrumban los caminos, los caminos son soledades edificadas debemos dejarnos atrapar por nuestros traumas en la indefensin no buscar ayuda solos siempre solos debemos cortarnos las venas para dibujarnos juntos, como si furamos uno, porque somos una mordida todo se trata de morir, de soportar esa palabra una palabra, el mundo se forma por una palabra, le tengo miedo a esa palabra

    mira, mira el cielo, bscate, no esperes, momento, momento, momento, hazlo, hazlo, hazlo, la msica escuchas? te estn llamando, hazlo, hazlo, cierra los ojos, mira la luz,

    negra claridad, hazlo hndete, pirdete, mira al cielo, entra al bosque, escucha

    es un susurro slo eso la vida

  • 39

    NEGRA CLARIDAD

    no era la luz haba comprendido el porqu de la vocacin de infringirse cortes en la escena haba visto la desilusin conformarse a travs de los colores cotidianos estaba desaparecido entre fuentes imaginarias estaba iluminado por faroles difuminados pero no era la luz no era la luz no se poda nombrar, lo que haba comprendido sin luz no hay engao condescendencia corrupta de los ojos la arboleda afuera se agitaba mientras mi fantasma descubra su naturaleza nmada padece la aureola por la aurora boreal dentro de la cabeza tierna pareja de hilos finos que alimentan el glido suelo de la habitacin habitad corpreo aflojado por la obsesin de sensualidades onricas traspasar como espritu a la verdad del limbo paso ambulatorio al otro plano, ante la tierra que no se ve con los ojos, que no se siente con las manos, que no se describe con lenguaje se vierte, se ilumina, es Buda, cierra los ojos, se duerme, se duerme, el viento lo moviliza, lo convulsiona ha abierto los ojos, he abierto los ojos que ya no existen estoy muriendo

  • 40

    RESUCITA PARA ENTRAR AL JARDN

    conversin que ciega a las entidades vacuas el peregrino retorna a la entrada del jardn virgen el peregrino mira los bosques sin races alrededor el peregrino reconoce el nicho de donde todo nace el origen que no vive un cuerpo inerte es mirado desde la ventana todo viajero es Jesucristo sin cruz para reconocer el mensaje hay que desentraar gritos de los siglos en un paraso mudo el que se encuentra a s mismo sale del mundo el que entiende el secreto se ha drogado con Buda el resucitado es el templo en el cual descansa ms alto que los hiperbreos ms sincero en sus pecados voluntarios ms confesional en sus horrores que todos los santos del mundo el peregrino abre los brazos entrega amor sin odio entrega amor con muerte porque no necesita fe ni verdad porque no necesita el peregrino le ha arrancado el pelaje a la existencia para que su carne sea comida por los animales y gusanos amor amor fati

  • 41

    NO QUIERO IR

    NADA MS

    QUE HASTA EL FONDO4

    comienza una marcha fnebre efmeros se congregan alrededor de un cuerpo inerte que ser incinerado en el crepsculo celeste no se pueden distinguir los rostros porque son tapados por los rostros el eco del ltimo halito del muerto se esparce por la tierra para bendecir a los marginados que contemplan luces fatuas en los cerros de los tmpanos el eco dice sobre retornar a los pramos de la infancia en un futuro fuera del reino del tiempo todo retornar a la nada, lo inevitable prima ahora puede jugar, ahora puede ejecutar la danza bquica bajo el alero de la eterna noche santo algo habita fuera, las almas se daan porque los cuerpos no perciben, algo como nima en el viento nos llama con palabras arcanas entre susurros infantiles algo que no termina, que no comienza, que no est, que ronronea en nosotros, nios perturbados por existir: la eterna e imperecedera energa magnnima, invisible mira, te est mirando, sonre y te est respirando sientes que respiras? los mismos ojos de penumbra pintados con leo negro para hundirse lo salvaron de la vida sigui el calvario por el sendero de niebla en el bosque del sol negro hacia el secreto intimado que viola a la vida

    NO SEGUIR A CRISTO, SER CRISTO, NO SEGUIR A BUDA, SER BUDA; SANGRAR POR SER, MORIR POR SER, VIVIR POR SER

    juguemos?

    en el fin puedo escuchar la msica

    4 Este escrito es el ltimo que fue encontrado, frente a su cuerpo, flotando sobre la sangre.

  • 42

    Acerca de Sebastin Alvarado

    Sebastin Alvarado, amigo de Nstor Aguirre, fue hallado muerto poco despus del envo

    del prlogo que precede a la obra en esta edicin. Los detalles acerca de su muerte

    todava se encuentran bajo investigacin, pero la principal tesis es suicidio, ya que dej

    una carta antes de subir a un cerro aledao a su hogar y morir de fro en la madrugada.

    Sebastin, adems de la carta donde explica sus razones, dej unos poemas en los

    cuales plasma a modo de vociferaciones poticas las reflexiones que tena junto con

    Nstor. Los poemas en conjunto con la carta han sido cedidos por la familia para que

    estn presentes en esta edicin.

  • 43

    Carta de Sebastin Alvarado

    Ya no seguir rindindome, no le seguir entregando mi vida a la dictadura del tiempo, al

    totalitarismo de una continuacin incoherente, que se merma progresivamente a s

    misma; las leyes inmutables son mis enemigas. La nada ha cubierto cabalmente los

    espacios de mi alma y la nica luz que puedo divisar me ciega tanto que no puedo

    distinguir el sendero hacia ella, sinceramente, me da temor, como si una electricidad

    glida me pasmara, para sumirme en la sumisin de entregarme a la esperanza que se

    derrite y que me deja en lo que parece la eterna frustracin, que hasta mi ser con el

    absurdo cmo resistir el estar dotado con la capacidad de buscar un sentido que no

    est, que no existe? Agujeros negros de cncer colman el alma que naci aciaga,

    renuente a la fuga, me enfrento de frente al orgasmo de la presencia, de mi presencia, a

    la convulsin de mi corazn temporal.

    Nstor atraves el umbral, la puerta que l mismo cre; la muerte de Nstor fue un ritual

    para su ascensin, para acabar con la maldicin de sus voces sacrificando su sangre para

    la absolucin de su pasado y llegar al Nirvana, su propio nirvana, estado de iluminacin

    individual y colectiva a la misma vez; supra-individuo. Conversbamos sobre aquello, me

    revel reiteradas veces lo que iba a hacer e intent convencerlo de que desistiera. Para

    nosotros no haba moral, no haba escala de valores, todo era una ilusin que se

    alimentaba a s misma a travs de las ficciones que engullan las convenciones. Nada nos

    importaba, jugbamos a interpretar personajes, slo existamos los dos en un mundo de

    miles, slo existan nuestras creaciones, ambos escribamos para ambos, pero Nstor

    cambi, a travs de sus meditaciones, a travs del cido, a travs de su bsqueda

    espiritual. Yo no pude cambiar de tal forma, comparta lo que l pensaba pero no poda

    llegar ms all, no poda lanzarme al fondo, hundirme, sumergirme en los caminos

    desconocidos. Nstor muri por su bsqueda, por ser el peregrino, el nico. Yo morir por

    m, por cansancio, por tedio, por melancola, por aburrimiento, por las catedrales que

    desconozco que ya fueron quemadas; Nstor era creyente, instintivamente se abrigaba

    con la fe y yo en cambio, siempre fui el nihilista, instintivamente conjur la negatividad

    para enfrentarme al mundo que no eleg. Nstor padeca su aureola, yo padeca su

    ausencia.

    Soy errante, al igual que Nstor lo era, lleg el momento de irme, yo lo decido, no me

    sacrifico por nadie ni nada, me sacrifico por el vaco que me rodea; la nica forma de

    mantener mi autonoma de todas las cosas es que sea responsable de mi muerte, no

    Dios, no dioses, no altares. Iconoclasta, el nico iconoclasta con conviccin, el nico que

    puede sacrificarse para sacrificar al mundo, para refutar la complicidad de su existencia.

    Nstor no crea cuando deca que yo tena mis propias voces, mis propias vociferaciones

    que obsedan y asolaban los soportes de mi vida. Era verdad, mis delirios eran mi nica

    verdad.

    Dejo mis poemas a quien quiera leerlos, mis conversaciones con Nstor. Dej lo nico

    que tengo, lo nico que par, lo que se escap y se escondi de mi tortura. El peregrino no

  • 44

    deba morir, pero nadie puede detener a los cuerpos celestes que gobiernan la violencia

    del cielo. Muero por m, nada queda, slo yo y me voy.

    Me cans de las pretensiones, de la vida. Ir al Cerro de las nimas y encomendar mi

    alma al fro. Quiz all pueda hablar con Dios sobre el sentido de su existencia, quiz all

    no est preso por las palabras, por mi amor hacia ellas.

    No morir meditando, morir durmiendo, me sumergir en lo onrico, en m mismo, en mi

    sol negro.

  • 45

    Poemas5

    UNO

    lava nublada se esparce bajo el cuerpo de centinela

    caen gotas, hndete en m, ocltate donde te cubran las ficciones

    quimeras resguardarn tu lvida piel ante el advenimiento de la tierra

    agona en tu cabeza que desciende mientras caminas

    caer al cielo para salvar la casa adentro de los mares

    adentro de las nubes

    no hay errores

    la estrella predestinada te cerrar los ojos con una cancin

    desde el pesebre seras raptado por tu descanso

    pero la gente como t

    nunca duerme

    5(N. de E.) Creemos que los primeros seis poemas fueron confeccionados cuando Nstor Aguirre estaba vivo.

    El sptimo y ltimo parece haber sido confeccionado posterior a la noticia de su muerte.

  • 46

    DOS

    pronuncio el nombre cuando el infinito pagano se masturba

    los profanos me cosen la boca

    se parten mis labios

    el dolor

    se erige

    como lenguaje

    un cadver para saturar el engao

    bautizado con la tierra funeraria

    abandona el sepulcro hacia el parto

    nombres cristianos invaden las camas

    para olvidarnos de los tatuajes

    que nos haran reconocernos

    nadie nunca sabr

    que nunca pudo decir

    su nombre

    cllate

  • 47

    TRES

    recuerda que todo se desvanece

    excepto la luz

    has visto la luz? o la luz te ha visto?

    mi temor es darme cuenta que no he mirado

    y no poder mirar

    preciptate hacia la revolucin negra de iluminaciones

    canta masacres como canciones de cuna, simultneas a la dilucin del tiempo

    no hay prorroga, no hay evasin, no hay esperanza

    ahora baila

  • 48

    CUATRO

    etc.,

    eterno retorno entre delirios yuxtapuestos

    lgrimas de terror plido, enfermo

    un sol descontrolado se quiebra

    llora por purgar demonios

    emancipacin de alas iconoclastas, anrquicas banderas quemadas

    morir, morir tantas veces en el teatro actuando como espectador

    la convencin aburre, padece, agoniza; no miedo, hasto

    es lo mismo en lo mismo

    alguien que sufre

    como cree sufrir

    pblico ciego aplaude al pblico ahorcado

    sombra desesperada por llegar a la catarsis

    escribe los etctera

    etc.,

  • 49

    CINCO

    una ficcin como rincn frente al reflejo de vidrio de televisor roto

    referencia a un sacrlego muerto en una esquina, marca la hora en las paredes

    sangre virgen de animales sagrados se desparrama

    alguien que entendi algo se lanza de un edificio

    alguien sabe que no son dos manos del mismo cuerpo

    una ficcin, tienes que tener un pmulo sangrante porque no hay perdn

    slo el sol negro ensea la pureza de los nios

    testigos

    ausentes

    incendia el bosque, recoge las cenizas

    incendia el jardn, recoge las cenizas

    aspira, ten cuidado, no desperdicies

    gentica de desamparo

    no seas caro

    contempla las cadas

    un vidente

    un santo hace que las paredes se arrodillen

    eres la prueba viva de la mentira de Prometeo, efmero

  • 50

    SEIS

    armarse, amarse, matarse en descubrimientos de mentira

    estoy donde no debo estar

    estoy donde no debo estar porque me van a vivir

    el absurdo te permite volar como ngel desquiciado

    como fantasmas de torbellino que gritan alaridos desconocidos

    loco espanto de colores muertos

    iris vaco, fbrica invidente

    corre lejos del perdn

    desahuciado sndrome de Aquiles

    ahgame, ahgalo, hasta conocer la verdad

    hasta querer respirar

    ver la verdad es un hueso trizado

    orgasmo punitivo

    pupilas escarlatas en la yerba

    crece hacia la opera negra del cielo

    distorsin musical en el campo de heridos

    funerales como gnesis del amor

  • 51

    ojos frente a la gracia que se desvanece como niebla

    debes recibir las cortezas del amanecer

    respira y siente

    tiempo

    SIETE

    el actor ha muerto

    ser un Aquiles arrepentido incendiado por las costas mesinicas

    el limbo ha muerto

    febriles flores escarban cadveres de santos

    djame el silencio, el silencio, repito el nombre de un desaparecido

    las cruces cortan a los nios

    que no quieren a los semejantes

    padece la estirpe maldita que perdi al sol

    padece por revelar los ocasos prohibidos

    a los inertes el fro no les molesta

    depuracin; levntate y anda

    infierno semntico

    escenario sin acotaciones

    me he desaparecido

    me miro: pjaro aciago con ala cortada

  • 52

    mi destino es confundirme

    he buscado a Dios

    el pregonero del cielo canta todas las maanas

    seala la hora de los ahorcados

    tambin quiero jugar a buscarme

    no puedo, te has ido, voy a tu encuentro

    eclipses me acosan

    la psique se desnuda con fervor por el alma caliente

    estoy corriendo con vehemencia en el crculo

    quiero salir hacia la celda de la cual quiera salir

    me alimento del sufrimiento

    mis ojos ciegos me constituyen

    veo que me estoy riendo, inercia que me consume, estoy llorando

    mi muerte es slo ma, necesito

    silencio

    no hay propsito

    no hay esperanza

    nada

    muerto

    soy.

  • 53