Vocacion Discipulos Misioneros

download Vocacion Discipulos Misioneros

of 8

Transcript of Vocacion Discipulos Misioneros

  • 7/26/2019 Vocacion Discipulos Misioneros

    1/8

    INSTITUTO PASTORAL APSTOL SANTIAGO MONEDA 1845 FONO 5307171 SANTIAGO DE CHILEWWW.INPAS.CL

    Vocacin y espiritualidad de losdiscpulos misioneros

    segn el Documento de AparecidaMons. Santiago Silva Retamales

    1. El carcter discipular del ser en Cristo 1

    El tema de la vocacin del discpulo misionero se desarrolla en el captulo IV del Documento de

    Aparecida: La vocacin de los discpulos misioneros a la santidad (DA, ns 129-153), captuloque se divide en cuatro apartados: Llamados al seguimiento de Jesucristo (ns 129-135);Configurados con el Maestro (ns 136-142); Enviados a anunciar el Evangelio del Reino deVida (ns 143-148), y Animados por el Espritu Santo (ns 149-153).

    Entendemos por vocacin lo que un discpulo est llamado a vivir en Cristo (DA, n 352), esdecir, aquello que lo identifica como discpulo de Cristo sin lo cual no puede ser llamado contotal propiedad cristiano.

    La esencia de la vocacin cristiana es su carcter discipular, es decir, la condicin de seguidorde Jesucristo para vivir en l como claramente lo muestran las frmulas de seguimientoempleadas por Jess: Sgueme (Mc 2,14; Mt 9,9), ven y sgueme (Mc 10,21), vengan

    detrs de m (1,17).

    Los Obispos en Aparecida lo expresan del siguiente modo: La admiracin por la persona deJess, su llamada y su mirada de amor buscan suscitar una respuesta consciente y libre desde loms ntimo del corazn del discpulo, una adhesin de toda su persona al saber que Cristo lollama por su nombre (Jn 10, 3). Es un s que compromete radicalmente la libertad del discpuloa entregarse a Jesucristo, Camino, Verdad y Vida (14, 6) (DA, n 136). Y ms adelante: Lanaturaleza misma del cristianismo consiste, por tanto, en reconocer la presencia de Jesucristo yseguirlo. sa fue la hermosa experiencia de aquellos primeros discpulos que, encontrando aJess, quedaron fascinados y llenos de estupor ante la excepcionalidad de quien les hablaba,ante el modo cmo los trataba, correspondiendo al hambre y sed de vida que haba en suscorazones (n 244). Por lo mismo, es constitutivo de la vocacin cristiana la fe como adhesinvital y la conversin personal como transformacin radical de la vida y de los motivos para vivir(Mc 1,14-15; DA, ns 104; 243; 278,b).

    Seguir a Jess en los Sinpticos es un hecho fsico: es irse con l, caminar tras l, hacerseitinerante como l por el anuncio del Reino (Lc 9,59-60). Pero se trata de esas expresiones queno se agotan, ni mucho menos, en la realizacin fsica del mandato. Quien sigue a Jess es paraalgo o, mejor dicho, para vincularse a Alguien, a Jess de Nazaret en cuanto Seor resucitado. Elseguimiento se transforma entonces en respuesta conciencia, libre y fiel, en imitacin yconfiguracin con l, en aprendizaje e interiorizacin de sus enseanzasPor tanto, el carcter discipular se realiza en todas sus dimensiones cuando se entiende comoadhesin fiel a Jess, vinculacin personal con l, procurando la comunin ntima con l, es

    1Siglas: DA: Documento de Aparecida:Aparecida. Documento conclusivo, Santiago de Chile 2007; DS: Documento de Sntesis:Sntesis de los aportes recibidos para la V Conferencia General del EpiscopadoLatinoamericano, Bogot D.C., 2007.

  • 7/26/2019 Vocacion Discipulos Misioneros

    2/8

    2

    decir, configurndose con Jesucristo. Se sigue a Jesucristo para participar, a partir del bautismo,de la vida nueva en l, la que llegar a su plenitud en la resurreccin final (DA, ns 184; 349;357).

    Siguiendo el Documento de Aparecida, expondremos lo caracterstico de la vocacin cristiana (sucarcter discipular) a partir de los cuatro trminos privilegiados por los Obispos en la VConferencia para referirse al tema: vinculacin, configuracin, comunidad y misin.

    2. Notas distintivas del carcter discipular del ser en Cristo

    2.1. Elegidos para vincularse ntimamente a su Persona (DA, ns 129-135)

    Algunos rasgos de la adhesin al Seor o vinculacin con l se destacan en los ns 129-135 delDocumento de Aparecida (ver DS, n 98). Los primeros nmeros muestran el contexto y locaracterstico del seguimiento cristiano (DA, ns 129-131) y los restantes (ns 132-135), el tipo devnculo que se adquiere con Jess y la respuesta que Jess espera de los suyos.

    Respecto al contexto y al carcter discipular de la vocacin cristiana el Documento afirma:

    a. Dos aspectos originales caracterizan el discipulado de Jess: el Maestro es quien elige yacepta al que quiere seguirlo, y los elegidos no lo son para algo, sino para pertenecer yseguir a Alguien.El discipulado se inicia por la eleccin por parte de Jess. La manera como Jess elige a lossuyos presenta algunos rasgos comunes y otros originales respecto a cmo los maestros deaquella poca elegan a sus discpulos o eran elegidos por stos (DA, n 131; DS, n 98).Jess, a diferencia de los rabinos, siempre elige a sus discpulos ms cercanos (Mc 1,16-20;2,14), a los que van a seguirlo fsicamente, y acepta o no el ofrecimiento voluntario de ir trasl (5,18; Lc 9,57.61). Siempre pide respuesta inmediata y obediencia incondicional (Mc

    10,21). Sin embargo, lo original de Jess no es tanto cmo elige, sino para qu elige.

    b. Jess no llama a los suyos para que aprendan la Ley de Moiss, cumplan ritos ypurificaciones, guarden los ayunos, sino que elige a quien quiere para que venga y lo sigay est con l (Mc 3,14). Es decir, lo elige para vincularlo a su Persona (1,17; 2,14). Como lapersona en el siglo I es lo que hace y las relaciones que explican su condicin, vincularse aJess es participar del encargo del Padre (el Reino) y de las relaciones que caracterizan aJess en cuanto Mesas e Hijo de Dios.Admirado por Jess (DA, ns 136; 278,b), sorprendido y fascinado por l (DS, ns 87-88),vinculado por amor y opcin a l (Lc 9,57.61), el discpulo aprende en la convivencia conJess de Nazaret a ser de los suyos (configuracin) a quienes hace iglesia, pueblo de lanueva alianza (comunidad).

    c. De la vinculacin y convivencia con Jess brota la misin como exigencia del mismodiscipulado. El poder y dinamismo de la Vida divina hace misionero al autntico discpulo y loimpele a testimoniar y transmitir la Vida que recibi sin mrito personal y como don gratuito.

    Luego, en los nmeros restantes del Documento de Aparecida (ns 132-136; DS, ns 99-100), losObispos presentan el tipo de vinculacin del discpulo con Jess y la respuesta que Jess esperade quien se ha vinculado vitalmente a l.

    a. Segn la parbola de la vid y los sarmientos (Jn 15,1-17), Jess no quiere una vinculacincomo siervos con l, porque el siervo no conoce lo que hace su amo (15,15) ya que elesclavo no tiene entrada a la casa de su amo, menos a su vida. Jess quiere que sudiscpulo se vincule a l como amigo y como hermano.

  • 7/26/2019 Vocacion Discipulos Misioneros

    3/8

    3

    b. El amigo ingresa a la casa de Jess, a su Vida, a su familia, hacindolas propia (Jn 1,38-39; 15,14). El amigo, porque ingresa a la casa de Jess, conoce al Padre, se entera de suvoluntad y lo obedece, moldeando su existencia de discpulo suyo a partir de esaexperiencia de amor (15,8) que marca la relacin con los otros (15,12) y suscita el encargomisionero (15,16-17).El hermano de Jess (Jn 20,17) participa de la misma vida que le viene al Hijo de su Padrecelestial, por lo que Jess y su discpulo comparten una idntica vida paterna, aunque Jesspor naturaleza (10,30) y el discpulo por participacin (10,10). La consecuencia inmediata deeste tipo de vinculacin es la condicin de hermanos que adquieren los miembros de sucomunidad.Por lo dicho, vida divina participada y amor de comunin, en virtud de la recprocavinculacin con Jess, son notas distintivas del carcter discipular de vivir en Cristo.

    c. La respuesta que Jess pide a los suyos debe ser libre y conciente, hecha de corazn.Quien dio su vida por amor hasta el extremo, espera una respuesta de vida y amor, que noes slo respuesta del intelecto (lgica humana) o de la voluntad (actos buenos), sino elofrecimiento de toda la persona como nica respuesta de amor a quien as nos ama. La

    respuesta, por tanto, no puede ser otra ms que la comunin de vidas: adhesin ntima y fielal Seor, lealtad inquebrantable, obediencia a su Palabra.Si tal es la respuesta, el discpulo -como Jess- no teme entrar en la dinmica del BuenSamaritano (Lc 10,29-37), que nos da el imperativo de hacernos prjimos, especialmentecon el que sufre, y generar una sociedad sin excluidos, siguiendo la prctica de Jess quecome con publicanos y pecadores (5,29-32), que acoge a los pequeos y a los nios (Mc10,13-16), que sana a los leprosos (1,40-45), que perdona y libera a la mujer pecadora (Lc7,36-49; Jn 8,1-11), que habla con la Samaritana (Jn 4,1-26) (DA, n 135).

    2.2. Configurados con el Maestro (DA, ns 136-142)

    2.2.1. Don del Espritu

    El Espritu Santo identifica al discpulo con Jesucristo en cuanto l es Camino, Verdad y Vida (Jn14,6).

    Por Jess-Camino, el discpulo accede al misterio salvador del Padre, adquiriendo una nuevarealidad: hijo de Dios y hermano, en la familia de Dios, de los dems. El Espritu lo configura conJess-Verdad que lo lleva a renunciar a mentiras y ambiciones y a expresar con gozo suvocacin de consagrado a Dios uno y trino. Lo configura con Jess-Vida, hacindolo partcipe dela vida divina que brota del amor de Dios, para ofrecerla a manos llenas a todos (DA, n 137; DS,n 108).

    2.2.2. Escuchar y ver a Jess

    Con frecuencia los verbos escuchar / or (DA, ns 103; 132; 142; 242; 278,b, 364, etc.) y ver /mirar / reconocer (ns 242; 244; 276; 279; 349, etc.) tienen -en el Documento de Aparecida- porsujeto al discpulo y por complemento a Jesucristo o las cosas de Dios.

    El carcter discipular de la vida cristiana exige escuchar y ver al Seor, importante escueladiscipular y misionera para configurarse con l (DA, n 276; DS, n 88). El Reino acontece por laPalabra de Jesucristo que hay que escuchar y obedecer, y por su Vida que hay que contemplar eimitar.

    Escuchar y ver a Jess es la primera labor de un discpulo, pues as conoce a su Seor yaprende a cumplir el encargo del Hijo, que es el encargo del Padre. Slo quien hoy escucha yve las presencias del Resucitado se transforma en ministro de la Palabra y en testigo de su Vida(Lc 1,1-4). Es el itinerario vivido por Mara Magdalena quien, porque ha visto al Seor, puede

  • 7/26/2019 Vocacion Discipulos Misioneros

    4/8

    4

    contarlo a sus apstoles (Jn 20,18). Contar al Seor requiere verlo, pues slo as se lo dice oanuncia verazmente como autntico testigo.

    Mara, imagen acabada y fiel del seguimiento del Seor, nos ensea el primado de la escuchade la Palabra en la vida del discpulo y misionero (DA, n 271).

    2.2.3. Asumir el estilo de vida y destino del Mesas

    La escucha y contemplacin de Jess apuntan a la configuracin con el Maestro. Y el discpulose configura con el estilo de vida de Jess y con su destino. El estilo de vida y el destino de Jessson consecuencias de su conciencia de filiacin y misin. Vivir segn el estilo de vida y el destinode Jess son rasgos identificatorios de una autntica espiritualidad de seguimiento.

    El estilo de vida de Jess involucra varios aspectos:

    a. Pasin por el Padre y por el encargo del Padre, el Reino (DA, n 152).Jess vive como hombre desarraigado de este mundo (Lc 9,58), porque tiene puesto su

    corazn en el Padre y en su Reino. Las consecuencias son: una nueva jerarquizacin devalores, el testimonio audaz de los valores alternativos del Reino (DA, n 224) y la ofrenda dela vida en favor de quienes el Padre ama con predileccin: los pecadores y marginados (n98).

    b. Renunciar a s mismo y cargar con la cruz (DA, n 140).Estas dos condiciones del discipulado marcan a fuego el estilo de vida del que sigue a Jess:Si alguno quiere venir detrs de m, que renuncie a s mismo, que cargue con su cruz y queme siga (Mc 8,34). Renuncia a s mismo y cargar con la cruz son propias del carcterdiscipular del ser en Cristo.La renuncia o el negarse a s mismo para irse con Jess es romper con las fidelidades quese profesan a personas (entre ellas, la familia) o a ideales polticos (el mesianismo

    nacionalista) y religiosos (fariseos, saduceos, esenios), realidades vitales que en aquelentonces conforman la red que asegura la existencia. La razn de la negacin de s mismoes hacer de Jess la fuente y el referente absoluto de la propia vida.Quien sigue a Jess tiene que llevar su cruz cada da (Lc 9,23) como un condenado amuerte, recibiendo -por ser de Cristo- la burla, el desprecio, el descrdito y hasta la muertesi fuera necesario. Cargar la cruz, por tanto, es sobre llevar el rechazo y la ignominia por serde Cristo y anunciar su Reino.

    c. Inmolar la vida por Jess y el Reino (DA, ns 102; 143).Jess tiene conciencia que como profeta verdadero vive su existencia como proexistencia,es decir, Vida del Resucitado ofrecida como don para el mundo (DS, n 97). Por tanto, elestilo de vida de Jess est marcado por la inmolacin de su existencia y el amor oblativo al

    modo del Siervo de Yahveh (Is 53,4-6). Ahora bien, si Jess as vivi, significa que por lomismo muri, coincidiendo estilo de vida con destino de vida. Esto es lo que Jess pide a lossuyos: que estn dispuestos a perder la vida por l y por el Reino como signo y sello de quehan vivido dndola hasta el extremo (Mc 8,35).

    d. Opcin por los pobres y marginados (DI, n 3; DA, ns 257; 391-398).Jess de Nazaret come con publicanos y pecadores, realiza actividades prohibidas en dasbado, perdona pecados, toca a gente impura y deja que esa gente lo toque, incluso lasprostitutas (Lc 7,37-38; DA, n 135). Estas conductas de Jess, con fuerte connotacinpblica y religiosa, sancionadas negativamente por la Ley de Moiss y las costumbres deIsrael, contradicen gravemente el sistema socioreligioso del mundo judo.Sin embargo, Jess las realiza como signos claros de la irrupcin del Reino de un Dios, suPadre, que anhela reinar como nuestro Padre, rico en vida y misericordia. Por eso a lospobres y marginados se les anuncia la Buena Nueva del reinado de Dios (Lc 4,16-21; DA, n

  • 7/26/2019 Vocacion Discipulos Misioneros

    5/8

    5

    152; DS, n 94). As, con este modo de proceder, Jess inaugura en la historia y en el mundola presencia soberana y liberadora del Padre celestial, invitando sobre todo a pecadores ymarginados a acogerse a su perdn y participar de su vida.

    e. Llevar a cabo adhesiones vitales (DA, ns 12; 19; 137).En el seguimiento del Seor hay conflictos de fidelidades irreconciliables entre su propuesta ylas personas y realidades que se oponen a l. El hecho de que estas renuncias sean porJess y por el evangelio (Mc 10,29) indican que se hacen en razn de una nueva adhesin:la persona de Jess, el Reino y su comunidad (DA, n 136).La adhesin a Jess es fuente de conocimiento de la voluntad de Dios. La adhesin a lossuyos es integracin a la familia de Dios, la que depende de la participacin de la vida delPadre y de la escucha atenta y obediente de su Mesas.Ni antes ni hoy se puede servir a dos seores (Mt 6,24), por lo que hoy como antes sonimprescindibles las renuncias que favorezcan la orientacin decisiva y creciente de laexistencia por el nico Seor (DA, n 243).

    2.3. Todo discpulo es misionero (DA, ns 143-153)

    El Seor resucitado enva a los suyos a anunciar el Reino para que tambin otros vivan enrelacin de amistad y fraternidad con l y pertenezcan a la familia de Dios. Este encargo se llamaapostolado o misin, y su contenido se expresa mediante frmulas de envo como: Vayan yhagan discpulos a todos los pueblos (Mt 28,19; DA, n 364), o metforas centradas enconocidos oficios de entonces como: Los har pescadores de hombres (Mc 2,17; DS, n 183).

    Jess hace partcipe a la Iglesia de su misin no como algo diverso a la dimensin discipular delser cristiano, como si ser discpulo fuera una cosa y testimoniar la Buena Nueva una decisindependiente del parecer del discpulo. Jess no tiene una escuela para discpulos y otra diversapara misioneros: al formar a los suyos como discpulos e integrarlos a la Iglesia, los forma yacomo misioneros (DA, n 278,e). Como Jess es testigo del misterio del Padre, los suyos se

    hacen -por el carcter discipular de la vida cristiana- testigos de la obra del Padre. Quien es deCristo no puede sino ser testigo de las cosas de Dios (ns 144-146; DS, n 101). Dicho de otromodo, la misin a hacer discpulos a otros es parte integrante de la llamada a ser discpulo deJess: Cumplir este encargo [] es la extensin testimonial de la vocacin misma (DA, n144).

    La finalidad de la misin es replicar la experiencia del discipulado (Mt 28,19). Cuando el maestromora, los discpulos generalmente se dispersaban (Hch 5,36-39), en cambio los de Jesscontinan su obra, y lo hacen replicando el modelo empleado con ellos: evangelizan con unafinalidad claramente discipular, procurando que otros se inicien y sean acompaados en suseguimiento del Seor (14,21). Sin embargo, no se trata de hacerlos sus propios discpulos,esto es, seguidores de los que predican el evangelio, situacin que los primeros misioneros

    vivieron en carne propia por la adhesin equivocada de sus destinatarios (1 Cor 1,12; 3,4).

    Para realizar el encargo de Jess, la Iglesia recibe de su Seor el don del Espritu vivificador,alma y vida de la Iglesia (DA, n 23), que la impulsa en la misin de anunciar y realizar el plansalvfico de Dios uno y trino de construir un Pueblo santo, semilla de humanidad reconciliada (n278; DS, n 172). Ayer como hoy y por el don del Espritu, la Iglesia debe convertirse enevangelio vivo, anuncio que la obra del Resucitado es camino de vida y libertad (Rm 8,21; DS,n 173).

    2.4. Llamados a vivir en comunin (DA, ns 154-163)

    La vinculacin con Jess conduce a la pertenencia a su comunidad como a su cauce natural,pues no puede haber vida cristiana sino en comunidad: en las familias, las parroquias, lascomunidades de vida consagrada, las comunidades de base, otras pequeas comunidades y

  • 7/26/2019 Vocacion Discipulos Misioneros

    6/8

    6

    movimientos (DA, n 278,d). Es decir, quien opta por aceptar el llamado de Jess, opta porhacerse de los suyos, por pertenecer a su nueva familia (Mc 3,31-35), cultivando un fuertesentido de pertenencia, de corresponsabilidad y de misin. Por tanto, no se puede ser cristianosin Iglesia, pues la vocacin al discipulado misionero es con-vocacin a la comunin en suIglesia. No hay discipulado sin comunin (n 156).

    Las pequeas comunidades y las comunidades eclesiales de base, en cuanto comunidadeseclesiales, son lugares teolgicos de vinculacin y configuracin con el Maestro, entre otrasrazones, porque es el lugar por excelencia de oracin y reflexin de la Palabra (Hch 2,42; DA, ns178-180; 308). La comunidad que escucha la Palabra y celebra la Eucarista se convierte encasa y escuela de comunin (NMI, n 43), donde los discpulos comparten la misma fe,esperanza y amor al servicio de la misin evangelizadora (DA, n 158). El pan de la Palabra deDios y del Cuerpo de Cristo construye la Iglesia, nutre su comunin y la hace esencialmentemisionera. Hacerse discpulo de Jess es hacerse condiscpulo de sus elegidos, formando partede un mismo rebao conducido por un mismo Pastor.

    La opcin del discpulo por Jess es opcin por pertenecer a los cristianos, a aquellos que han

    sido hechos en y por Cristo nueva criatura (2 Cor 5,17) y son enviados a prolongar en el mundola misin de Cristo. Se entiende que la configuracin con Jess, que tiene lugar en el seno deesta nueva comunidad, sea sobre todo formacin a ser de los suyos para ser su testigo. Enrealidad no hay discipulado sin la opcin por la familia de Jess que no slo es compromiso porpertenecer a ella, sino tambin por vivir el peculiar carcter comunitario de la dimensin discipularde la vida en Cristo. Esto significa que la Iglesia -en cuanto comunidad de vida y gracia- no esuna realidad ajena al discipulado.

    3. La espiritualidad propia del carcter discipular de la vocacin cristiana

    3.1. En sntesis

    Ya sealamos que slo indicaramos brevemente algunas notas de la espiritualidad que brota delcarcter discipular del acontecimiento cristiano.

    Nos ayudar a ello la sntesis de lo que constituye lo distintivo del carcter discipular segn loscuatro trminos del Documento de Aparecida:

    a. Por la vinculacin, Cristo -como don de amor- une su vida salvfica a la nuestra, haciendoque nuestra historia sea salvfica.

    b. La vinculacin se convierte en configuracin existencial con Jesucristo (ya es sacramentalpor el bautismo) en virtud de la opcin personal por l que lleva al discpulo a renunciar a lo

    que lo separa de su Seor, para adherirse vitalmente a l. Si la vinculacin acenta el don, laconfiguracin existencial pone de relieve la respuesta responsable de vivir dicha vinculacin.

    c. Este dinamismo discipular trae consigo necesariamente la misin, entendida comoaceptacin de la luz y fuerza del Espritu que hace posible el testimonio de lo que Jess nosregala, y

    d. No existe discipulado sin comunidad, es decir, sin comunin de sus discpulos: lavinculacin con Jess es, por lo mismo, pertenencia a los suyos.

    3.2. Una espiritualidad trinitaria

    Toda la vida cristiana debe alimentarse de la espiritualidad trinitaria que es, por sobre todo,espiritualidad bautismal (DA, ns 240-242).

  • 7/26/2019 Vocacion Discipulos Misioneros

    7/8

    7

    La experiencia de Dios-amor permite superar el egosmo, y la de Dios-unidad, el individualismo,ambos caractersticos de nuestra cultura. La espiritualidad trinitaria es la de nueva creacin, lade relaciones impensables con Dios (hijos del Padre), con los otros (hermanos uno de otros) ycon las cosas (servicio a la Vida).

    Es tambin espiritualidad cristolgica, centrada en la Persona y obra de Jesucristo en cuanto Hijodel Padre, lleno de su Espritu. Est, pues, marcada por la donacin de la vida hasta elanonadamiento radical (knosis; DA, n 242), es decir, lleva el sello de la cruz del Resucitado.

    3.3. Una espiritualidad eucarstica y centrada en la Palabra de Dios

    Si el carcter discipular es lo distintivo del ser en Cristo se requiere una espiritualidad quenutra el seguimiento del Seor en virtud de las mediaciones de encuentro con l. De aqu lanecesidad de una espiritualidad eucarstica y una espiritualidad centrada en la Palabra de Dios(DA, ns 179; 309).

    Porque la Eucarista prolonga y hace presente el misterio del Hijo de Dios hecho hombre (Fil2,6-8 (DA, n 176) es la fuente de la vocacin y misin del discpulo misionero, La Eucarista,pues es el lugar privilegiado del encuentro del discpulo con Jesucristo, pues por esteSacramento Jess nos atrae hacia s y nos hace entrar en su dinamismo hacia Dios y hacia elprjimo; toda la existencia del discpulo misionero en cuanto tal ser autntica si adquiere unaforma eucarstica (n 251). La Eucarista es escuela de vida cristiana (n 175).

    La Sagrada Escritura es mediadora del encuentro con Jesucristo vivo cuando se la acoge comoPalabra salvfica y reveladora del misterio de Dios y de su voluntad (DA, n 172). Requiere,pues, comprenderse y orarse en el contexto de la Tradicin y de la vida. San Jernimo deca quedesconocer la Escritura es desconocer a Jesucristo y, sacando la conclusin, Benedicto XVI nosensea: Hemos de fundamentar nuestro compromiso misionero y toda nuestra vida en la roca

    de la Palabra de Dios (n 247). La Lectio divina es una de las formas privilegiadas de empleo dela Escritura para alimentar el encuentro transformante con Jesucristo vivo (n 249).

    3.4. Una espiritualidad de comunin y participacin al interior de la Iglesia

    Si la vida cristiana se vive en la comunidad eclesial y sin ella no hay discpulos del Seor, hay quevalorar y promover la espiritualidad de comunin, fundamental para vivir la fe insertos enpequeas comunidades eclesiales que sean vivas y dinmicas (DA, ns 179; 307; 309).La espiritualidad de comunin se pide explcitamente a los Obispos (DA, ns 181; 189), lospresbteros (n 316) y los fieles laicos (n 307).

    En unidad estrecha a la espiritualidad de comunin se exhorta tambin a vivir la de participacin;

    ambas se presentan como principios educativos para formar al hombre y al cristiano (DA, n 368).

    3.5. Una espiritualidad de comunin y accin misionera en el mundo

    De la misin vivida como exigencia de un autntico discipulado se deriva una espiritualidad decomunin misionera (DA, n 203) y de accin misionera (ns 284-285), que nos impulsen atestimoniar el Reino con gozo, fruto de la experiencia de Dios y de su amor, como lo han hechotantos apstoles y santos (n 273).La espiritualidad de la accin misionera est hecha de docilidad al impulso del Espritu y a supotencia de vida que moviliza y transfigura todas las dimensiones de la existencia, conduce lamisin y llena de ardor misionero al discpulo (DA, n 284).

    La espiritualidad de comunin misionera requiere replantear los organismos parroquiales comolugares de evangelizacin, superando cualquier clase de burocracia, como -por ejemplo la

  • 7/26/2019 Vocacion Discipulos Misioneros

    8/8

    8

    configuracin de consejos pastorales parroquiales conformados por autnticos discpulosmisioneros preocupados por llegar a todos (DA, n 203).

    3.6. Una espiritualidad para el mundo urbano

    El hecho de que la mayora de los cristianos vivan su discipulado en ciudades, laboratorios deuna cultura contempornea compleja y plural (DA, n 509), exige una espiritualidad urbanamarcada por algunas notas distintivas como la gratitud, la misericordia y la solidaridad fraterna (n517c).

    Como Dios vive en la ciudad (DA, n 514; ver Ap 21,2-4), dicha espiritualidad permite descubrirel rostro urbano de Dios para dar sentido y contenido de fe a las dichas y desdichas propias delos ciudadanos sumergidos en variadas y complejas categoras sociales, econmicas, polticas yculturales.

    Esta espiritualidad est llamada a recuperar e integrar los elementos propios de la vida cristiana:La Palabra, la Liturgia, la comunin fraterna y el servicio, especialmente a los que sufren

    pobreza econmica y nuevas formas de pobreza (DA, n 517,g; ver n 516).Esta espiritualidad suscitar una pastoral de la acogida (DA, n 517,i), de la atencinevanglica al mundo del sufrimiento y de los excluidos (ns 517,j; 518,e), de la presencia profticadel discpulo en su ciudad (n 518,i) y una pastoral de la belleza que abra a Dios y a su Palabra(n 518,l).

    3.7. Una espiritualidad para el mundo popular

    Los Obispos en Aparecida valoran la religiosidad popular que en la mayora de nuestrospueblos corresponde a un catolicismo popular, profundamente inculturado (DA, n 258). Ella noes un modo secundario de la vida cristiana (n 263).

    Expresiones espirituales de la religiosidad popular son las fiestas patronales, las novenas, losrosarios, las peregrinaciones. Estos breves instantes de devocin condensan una vivaexperiencia espiritual (n 259), cuyos valores configuran una espiritualidad popular que,aunque se vive en una multitud, no debe calificarse como espiritualidad de masas (n 261).Entre los valores cristianos que configuran dicha espiritualidad hay que mencionar: la concienciadel misterio y el sentido de la trascendencia divina; la vida concebida como camino operegrinacin hacia Dios, un santo o Mara, y el apoyo espontneo en ellos, pues solo nada sepuede; el sufrimiento vicario; la esperanza; la splica sincera; sabidura popular de la vida yanhelo de cambio profundo ante la debilidad an no vencida; gratitud inmensa por los donesrecibidos de Dios; la centralidad en los signos religiosos: crucifijo, estampas, rosario, velas (DA,ns 258-265).

    Esta espiritualidad, verdaderamente cristiana porque conduce al encuentro con el Seor, integramucho lo corpreo, lo sensible, lo simblico y las necesidades ms concretas de las personas. Esuna espiritualidad encarnada en la cultura de los sencillos que, no por eso, es menos espiritual,sino que lo es de otra manera (DA, n 263). Se trata de un imprescindible punto de partida paraconseguir que la fe del pueblo madure y se haga ms fecunda, aprovechando el rico potencialde santidad y de justicia social que encierran (n 262).