VIA CRUCIS 2014 · [VIA CRUCIS - SEMANA SANTA - GENOVÉS] lunes, 14 de abril de 2014 SEGUNDA...

VIA CRUCIS - SEMANA SANTA - GENOVÉS[ ] lunes, 14 de abril de 2014

VIA CRUCIS 2014

Fuente: Comisión Arquidiocesana de Liturgia – Arzobispado de Córdoba

Presentación

Todos los cristianos sabemos qué importante es la Pascua. Si queremos vivirla plenamente, vamos a preparar nuestro corazón durante esta Semana Santa.

A nivel personal y comunitario renovamos la gracia de nuestro bautismo, que nos anima a renovar la conciencia de ser hijos amados por el Padre y hermanos unos de otros. Nos invita a desprendernos de todas aquellas actitudes y fragilidades que se nos han adherido por el camino y que no están en sintonía con el Evangelio de Jesús.

Desde el misterio pascual, “como Pueblo de Dios que peregrina en Genovés, estamos invitados a que con Jesús hagamos la experiencia de mirarnos, cuidarnos y caminar como hermanos; colaborando desde la parroquia en la construcción de una sociedad más justa y solidaria”.

Para vivir en profundidad esta Semana Santa, hacemos realidad en nuestra vida personal y comunitaria, el espíritu para vivir durante el año 2014…“busca lo ESENCIAL en tu vida”

Una de las devociones popularmente más conocidas y rezadas es el Vía Crucis, en el que vamos a recordar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Vamos a rezarlo todos unidos, en familia, en comunidad, por las calles de nuestro pueblo para que, mirándonos como hermanos, el Señor nos ayude a comprender cada vez más el profundo misterio de su amor y nos impulse a hacer de nuestra vida una entrega constante en el amor a Él y en el servicio al prójimo. Por la Señal de la Santa Cruz…

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PRIMERA ESTACION

Jesús es condenado a muerte Te adoramos Cristo, y te bendecimos,

porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lector

«Al ver que no se llegaba a nada, sino que aumentaba el tumulto, Pilato hizo traer agua y se lavó las manos delante de la multitud, diciendo: «Yo soy inocente de esta sangre. Es vuestro asunto». Y todo el pueblo respondió: «Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos». Entonces, Pilato puso en libertad a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera crucificado. ». (Mt 27,24-26)

Muchas veces, en nuestra vida, nos convertimos en Pilatos: el

egoísmo no hace insensibles y permanecemos indiferentes frente la realidad. No podemos ser sinceros con nosotros mismos, nos mentimos, no entramos en nuestro corazón para “mirar” de verdad su interior; nos encerramos, no queremos escuchar los ecos de la realidad, y desearíamos estar bien lejos de ella.

Oramos.

Porque para iniciar un camino de conversión personal, tenemos que

tener una mirada profunda de nuestra vida, entrar en la profundidad de

nuestro ser, te pedimos: “Señor, que podamos ver nuestro corazón”

- Porque nos cuesta salir de nuestro egoísmo y ser generosos. …

- Porque muchas veces queremos tener la razón e imponer nuestro

criterio. …

- Porque encontramos excusas para no asumir un compromiso

compartido y sostenido en el tiempo. …

Padre Nuestro

Jesús pequé, ten piedad y misericordia de mí.

http://www.devotodigital.com.ar/wp-content/uploads/2010/03/via-crucis-0.jpg


SEGUNDA ESTACION

Jesús carga con su Cruz Te adoramos Cristo, y te bendecimos,


Lector

“Los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio y reunieron a toda la guardia alrededor de él. Entonces lo desvistieron y le pusieron un manto rojo. Luego tejieron una corona de espinas y la colocaron sobre su cabeza, pusieron una caña en su mano derecha y, doblando la rodilla delante de él, se burlaban, diciendo: «Salve, rey de los judíos». Y escupiéndolo, le quitaron la caña y con ella le golpeaban la cabeza. Después de haberse burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron de nuevo sus vestiduras y lo llevaron a crucificar. (Mt 27,27-31).

No vivimos aislados, sino dentro de la realidad: nuestra familia, la

comunidad parroquial, el barrio, la sociedad toda. Porque “El ver también forma parte del seguimiento de Jesús, y la Fe se presenta como un camino de la mirada, en el que los ojos se acostumbran a ver en profundidad!” Tenemos que mirar de verdad nuestro entorno para poder orientar nuestros esfuerzos individuales y comunitarios hacia el bien de cada hermano y de la comunidad en la que vivimos.

Oramos.

Porque “seguir a Jesús” no es escapar de la realidad que nos rodea sino

que con “mirada de fe” podamos redescubrirla para transformarla. Te

pedimos: “Señor, que podamos ver la realidad”

- Porque crece la intolerancia y la violencia en la familia. …

- Porque en nuestras parroquias hay desencuentros que nos separan…

- Porque en nuestros ambientes intelectuales, políticos y culturales

aumenta el relativismo, la superficialidad y la ausencia de Dios.…

Padre Nuestro




TERCERA ESTACION

La primera caída de Jesús Te adoramos Cristo, y te bendecimos,


Lector

"El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará" (Lc. 9, 23-24).

Cada prójimo deber ser para nosotros una oportunidad de ”ver a

Jesús en nuestro hermano” y, de este modo, seguirlo en el Camino de la Cruz, cargando nuestras propias cruces y nuestras heridas.

Oramos.

Porque queremos “mirar de frente al hermano”: Señor, que Te veamos

en el hermano!

- Para ser generosos y compartir nuestros bienes como ayuno.…

- Para perdonarnos humildemente y con alegría. …

- Para salir de la seguridad de nuestro mundo y comprometernos en la

construcción de la comunidad, …

Padre Nuestro




CUARTA ESTACION

Jesús se encuentra con su Madre Te adoramos Cristo, y te bendecimos,


Lector

“Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos” (Lc. 2, 34-35)

La Virgen María, madre de Jesús, en medio del sufrimiento,

acompaña a su Hijo en el camino al Calvario. Nuestro pueblo valora a la familia como un bien necesario e

indispensable para el crecimiento sano, tanto corporal como espiritual de los hijos. En ella la presencia de la madre es fundamental; alegra con su amor la vida familiar, con su entrega alivia los dolores de sus hijos, y, lo que es más importante, los prepara para poder hacer su propio camino en la vida.

Oramos.

Porque queremos “mirar de modo realista y, a la vez, esperanzado” a

nuestras familias, te pedimos: Señor, quédate siempre en nuestras

familias!

- Porque en las familias hay signos de incomunicación, desintegración y

violencia.

- Porque muchos niños crecen en familias con profundos conflictos y no

conocen la alegría y la protección. …

- Porque muchos jóvenes se desorientan ante la falta de modelos a

seguir, y crecen en la desesperanza ante un futuro incierto, …

Ave María




QUINTA ESTACION

El cireneo ayuda a Jesús Te adoramos Cristo, y te bendecimos,


Lector

“Ayudaos mutuamente a llevar las cargas y así cumpliréis la Ley de Cristo. Si alguien se imagina ser algo, se engaña, porque en realidad no es nada. Que cada uno examine su propia conducta, y así podrá encontrar en sí mismo y no en los demás, un motivo de satisfacción". (Gál. 6, 2-4)

En nuestra sociedad y en nuestras comunidades hay muchos

hermanos que necesitan escucha, cariño, acompañamiento en la fe, formación humana y cristiana, respeto y dignidad. Quien escucha la Palabra de Jesús, ya no puede hacerse el desentendido frente al dolor de los demás. Esa es la conversión que Jesús quiere: que “miremos” al hermano de tal manera que pasemos “de la pasividad a la acción”.

Oramos.

Porque hay muchos hermanos necesitados, te pedimos: “Señor, que

miremos las necesidades del hermano”

- Porque hay familias que necesitan pan y vestido. …

- Porque hay jóvenes que necesitan orientación y oportunidades para

crecer. …

- Porque hay ancianos y enfermos que sufren, más que dolencias físicas,

el desprecio y la soledad. …

Padre Nuestro




SEXTA ESTACION

La Verónica limpia el rostro de Jesús Te adoramos Cristo y te bendecimos,


Lector

"Vosotros habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, orad por sus perseguidores; así seréis hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos". (Mt. 5, 43-45).

El rostro de Jesús es también el rostro de nuestros enemigos, es la

cara de quien nos traicionó, del que habla mal de nosotros, del que no nos deja en paz, del que es injusto con nosotros, de todos aquellos a quienes tenemos que perdonar, con quienes tenemos que compartir nuestro destino de hombres, con quienes tenemos que acortar distancias y encontrarnos de verdad.

Oramos.

Porque “La fe nos enseña cada hombre es una bendición para mí y que

la Luz del rostro de Dios me ilumina a través del rostro del hermano”, te

pedimos: “Señor, que tengamos miradas de perdón, como Jesús.”

- Cuando nos quieran imponer otros criterios, en vez de proponernos. …

- Cuando nos subestimen y nos hieran con palabras y con hechos. …

- Cuando ofendan nuestra fe y nuestro estilo de vida cristiano. …

Ave María




SEPTIMA ESTACION

Jesús cae por segunda vez Te adoramos Cristo, y te bendecimos,


Lector

"Yo considero que los sufrimientos del tiempo presente no pueden compararse con la gloria futura que se revelará en nosotros. En efecto, toda la creación espera ansiosamente esta revelación de los hijos de Dios." (Rom. 8,18-19)

Jesús, para llevarnos hasta el Padre, quiere que estemos en

“sintonía” con nuestros hermanos, para hacer realidad el ideal de fraternidad sustentada en el amor. Y ¿cómo lo haremos? Con seguridad lo haremos mirando la realidad de frente, mirando con amor a los hermanos para superar el individualismo que nos impide crecer a nivel personal y comunitario.

Oramos.

Porque necesitamos construir una parroquia en fraternidad, te pedimos:

“Señor, que sintamos la cercanía del hermano”

- Cuando el activismo nos impida reunirnos en la oración comunitaria. …

- Cuando sintamos el cansancio y el peso de nuestro compromiso

parroquial y comunitario. …

- Cuando la tentación de aislarnos nos aleje de la comunidad. …

Padre Nuestro




OCTAVA ESTACION

Jesús consuela a las mujeres que lloran por Él Te adoramos Cristo, y te bendecimos,


Lector

“Lo seguían muchos del pueblo y un buen número de mujeres, que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él. Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: « ¡Hijas de Jerusalén!, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por sus hijos. […] Con él llevaban también a otros dos malhechores, para ser ejecutados”

Cuántos motivos tenemos para ponernos a llorar! La gente sin

trabajo, los chicos sin escuela, las familias sin atención médica, el hambre, la escasez, el rencor, la inseguridad...

Todos los males que sufrimos tienen nido en nuestro corazón y es allí donde hay que poner el remedio. No nos “miramos” como hermanos, nos interesan sólo nuestros problemas, nos cuesta compartir el tiempo, no nos ponernos juntos a trabajar por un mundo mejor.

Oramos.

Porque necesitamos esperanza y alegría para construir juntos un mundo

mejor te pedimos: “Señor, que vivamos en fraternidad”

- Para que propongamos con creatividad modos de reconstruir la

Sociedad cercana, que es la comunidad parroquial y familiar. …

- Para llegar al diálogo profundo y verdadero, a pesar de las profundas

diferencias que nos separan, escuchando de verdad al hermano. …

- Para que no nos desalentemos ni vivamos de nostalgias, sino que

miremos a nuestro alrededor con valentía. …

Ave María




NOVENA ESTACION

Jesús cae por tercera vez Te adoramos Cristo, y te bendecimos,


Lector

“Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen a mí, -como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre- y doy mi vida por las ovejas" (Jn. 10,14-15)

En nuestras comunidades parroquiales vivimos tiempos de crisis:

desgano por la tarea, cansancio, celebraciones rutinarias, inmadurez para vivir la fe, distancia notable entre los mayores y los jóvenes, falta de comunicación entre sus miembros y de compromiso. Pero la herida mayor es no mirar a Jesús, es no confiar en que El nos mira con amor y se dispone a caminar con nosotros para reconstruir esta realidad eclesial.

Oramos.

Porque queremos acrecentar la experiencia de fraternidad en nuestra

parroquia, te pedimos: “Señor, que nos sintamos hermanos!”

- Para no dejarnos llevar por las apariencias y prejuzgar en lugar de

amar....

- Para no descalificar y subestimar a los otros. …

- Para sentir que es bueno trabajar en conjunto, minimizando problemas

y compartiendo alegrías. …

Padre Nuestro




DECIMA ESTACION

Se reparten los vestidos de Jesús Te adoramos Cristo, y te bendecimos,


Lector

"Después que los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestiduras y las dividieron en cuatro partes, una para cada uno. Tomaron también la túnica, y como no tenía costura porque estaba hecha de una sola pieza de arriba a abajo, se dijeron entre sí: 'No la rompamos. Vamos a sortearla para ver a quien le toca'. Así se cumplió la Escritura que dice: Se repartieron mis vestiduras y sortearon mi túnica". (Jn. 19, 23-24).

Mientras Jesús crucificado brama de dolor, los soldados están muy

ocupados en el reparto de la ropa. Vale más una túnica que un hombre que agoniza.

En nuestra historia, la de todos los días anteponemos los proyectos personales y comunitarios, nuestras ideas, al dolor de las personas que nos necesitan, que nos piden una mano. No tenemos tiempo para los demás, no tenemos tiempo para compartir, no tenemos tiempo para el encuentro.

Oremos.

Porque queremos construir un mundo nuevo junto a los hombres y

mujeres de buena voluntad, te pedimos: “Señor, que nos

comprendamos de corazón”

- Para que nuestro modo de ser en comunidad sea el de los hermanos

que se aman.

- Para superar desigualdades. …

- Para crecer en el diálogo, la comunicación. …

- Para que construyamos nuevos espacios de participación..

Padre Nuestro




UNDECIMA ESTACION

Jesús es clavado en la Cruz Te adoramos Cristo, y te bendecimos,


Lector.

“Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota, lo crucificaron junto con los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Después se repartieron sus vestiduras, sorteándolas entre ellos”. (Lc. 23, 33-34)

En medio del dolor de nuestra sociedad, de nuestras familias en

crisis, de nuestras comunidades desunidas, ¡qué falta nos hace ver a Jesús en ese que sufre a nuestro lado! ¡Qué necesidad tenemos de reconciliarnos, de perdonamos unos a

otros, de decidirnos a trabajar juntos! Qué clara tenemos la meta: acortar distancias, acercarnos al que

está alejado, provocar el encuentro, encuentro profundo que se da en el diálogo, en la ayuda y desde el corazón.

Oramos.

Porque necesitamos olvidarnos de nosotros mismos, te pedimos: “Señor,

que te encontremos en nuestros hermanos”

- En el que sufre la discriminación y la exclusión social. …

- En el agente pastoral con el que compartimos la tarea eclesial. … -

- En el que es insultado, atropellado en su dignidad, violado, agredido.…

- En el que es incomprendido, criticado, ofendido. …

Padre Nuestro




DECIMO SEGUNDA ESTACION

Jesús nos entrega su vida por amor Te adoramos Cristo, y te bendecimos,


Lector

“Era alrededor del mediodía. El sol se eclipsó y la oscuridad cubrió toda la tierra hasta las tres de la tarde. El velo del Templo se rasgó por el medio. Jesús, con un grito, exclamó: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». Y diciendo esto, expiró. (Lc. 23, 44-46)

Frente a la muerte muchas veces decimos: 'no somos nada'. Nos

jugamos la vida por cosas de tan poco valor que la muerte, como un viento enfurecido, nos quita todo.

No es así. Gracias a la muerte de Jesús, vivimos la vida del amor, la vida de Dios que es inmortal. Ya no diremos “no somos nada”; somos todo para Dios, tan queridos por El, que muere su Hijo por nosotros.

Oramos.

Porque necesitamos resucitar contigo, te pedimos: Señor, ayúdanos a

asumir nuestra propia muerte…

- Cuando acompañamos a nuestros enfermos terminales. ……

- Cuando llamas a tu Reino a nuestros seres más queridos. …

- Cuando sentimos la enfermedad que va limitando nuestra vida. …

- Cuando el dolor no nos permite entender que gracias a tu muerte

renace la vida. …

Padre Nuestro




DECIMO TERCERA ESTACION

La Virgen vela en sus brazos el cuerpo de Jesús Te adoramos Cristo, y te bendecimos,


Lector.

"Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron! Jesús le respondió: 'Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican". (Lc. 11, 27-28).

Querida Virgen María, tu imagen nos recuerda a todas la madres

doloridas: ojos colorados, pálida la cara. En tus ojos los recuerdos de cuando era niño, cuando trabajaba con José, cuando comía en la mesa que servías. Después se despidió y ya andaba por ahí, hablando de su Padre con el mismo lenguaje de los pobres, comiendo lo que hubiera, durmiendo bajo las estrellas junto a sus seguidores, los apóstoles.

Pero tu actitud valiente nos enseña que en esa muerte nos llega la vida grande. Ayúdanos a entenderlo, e intercede por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.

Oramos.

Necesitamos tu fortaleza, por eso te pedimos: “Madre, ayúdanos a

construir la fraternidad entre nosotros”

- Porque queremos profundizar la Palabra de tu Hijo que nos ilumina, nos

ayuda a madurar en la fe, a nivel personal y comunitario. …

- Porque queremos construir comunidades fraternas, abiertas a todos los

que necesitan de Dios y de hermanos para poder vivir. …

- Porque queremos ver tu imagen valiente en todas las mujeres, madres,

solas, marginadas, excluidas. …

Ave María




DECIMO CUARTA ESTACION

Entierran el cuerpo de Jesús Te adoramos Cristo, y te bendecimos,


Lector.

"Era Día de Preparación, es decir, víspera de sábado. Por eso, al atardecer, José de Arimatea, miembro notable del Sanedrín, que también esperaba el Reino de Dios, tuvo la audacia de presentarse ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Compró una sábana, bajó el cuerpo de Jesús lo envolvió en ella y lo depositó en un sepulcro cavado en la roca. Después hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro.."

En la sociedad, en nuestra parroquia, en nuestra familia, vivimos

muchas muertes, muchas heridas y mucho dolor: falta de diálogo, ausencia de valores, individualismo, ausencia de Dios, espiritualidad superficial, activismo, desunión, autoritarismo, cansancio, incomunicación, desvalorización, fanatismos, falta de oportunidades, desocupación, pobreza, inseguridad y violencia.

Pero Jesús nos invita y nos ayuda a sanar heridas, a asumir dolores, a acortar las distancias y descubrirnos hermanos; en fin, a pasar de la muerte a la vida: al amor, al compromiso, al respeto, a trabajar siempre y a vivir la fe en profundidad.

Oramos

“Señor, que sepamos morir para dar vida”

- Porque tenemos que olvidarnos de nuestras propias dolencias para

ayudar al hermano que está solo, desamparado, triste y enfermo. …

- Porque debemos morir al individualismo para vivir como hermanos en

una comunidad fraterna. …

- Porque necesitamos vocaciones sacerdotales, religiosas, misioneras y

laicales para la construcción de tu Reino. …

Padre Nuestro


http://www.devotodigital.com.ar/wp-content/uploads/2010/04/via-crucis14.jpg


Oración final

Jesús resucitó y nos invita a vivir la fraternidad. Te adoramos Cristo, y te bendecimos,


“El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado. Ellas encontraron removida la piedra del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes. Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les preguntaron: «¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en Galilea: «Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día»”. (Lc. 24.1-7)

Señor Jesús,

tú nos has permitido recorrer

junto a la Virgen María, nuestra Madre,

los misterios de tu Pasión

para que te acompañemos también en tu Resurrección.

Queremos caminar contigo

por los nuevos caminos del amor

para comprometernos con los hermanos,

en nuestras familias, en nuestra Sociedad y en tu Iglesia,

como Tú nos has enseñado.

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.


textos para los lectores

Presentación

Todos los cristianos sabemos qué importante es la Pascua. Si queremos vivirla plenamente, vamos a preparar nuestro corazón durante esta Semana Santa.

A nivel personal y comunitario renovamos la gracia de nuestro bautismo, que nos anima a renovar la conciencia de ser hijos amados por el Padre y hermanos unos de otros. Nos invita a desprendernos de todas aquellas actitudes y fragilidades que se nos han adherido por el camino y que no están en sintonía con el Evangelio de Jesús.

Desde el misterio pascual, “como Pueblo de Dios que peregrina en Genovés, estamos invitados a que con Jesús hagamos la experiencia de mirarnos, cuidarnos y caminar como hermanos; colaborando desde la parroquia en la construcción de una sociedad más justa y solidaria”.

Para vivir en profundidad esta Semana Santa, hacemos realidad en nuestra vida personal y comunitaria, el espíritu para vivir durante el año 2014…“busca lo ESENCIAL en tu vida”

Una de las devociones popularmente más conocidas y rezadas es el Vía Crucis, en el que vamos a recordar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Vamos a rezarlo todos unidos, en familia, en comunidad, por las calles de nuestro pueblo para que, mirándonos como hermanos, el Señor nos ayude a comprender cada vez más el profundo misterio de su amor y nos impulse a hacer de nuestra vida una entrega constante en el amor a Él y en el servicio al prójimo.


PRIMERA ESTACION

Jesús es condenado a muerte

«Al ver que no se llegaba a nada, sino que aumentaba el tumulto, Pilato hizo traer agua y se lavó las manos delante de la multitud, diciendo: «Yo soy inocente de esta sangre. Es vuestro asunto». Y todo el pueblo respondió: «Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos». Entonces, Pilato puso en libertad a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera crucificado. ». (Mt 27,24-26)

Muchas veces, en nuestra vida, nos convertimos en

Pilatos: el egoísmo no hace insensibles y permanecemos indiferentes frente la realidad. No podemos ser sinceros con nosotros mismos, nos mentimos, no entramos en nuestro corazón para “mirar” de verdad su interior; nos encerramos, no queremos escuchar los ecos de la realidad, y desearíamos estar bien lejos de ella.


SEGUNDA ESTACION

Jesús carga con su Cruz

“Los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio y reunieron a toda la guardia alrededor de él. Entonces lo desvistieron y le pusieron un manto rojo. Luego tejieron una corona de espinas y la colocaron sobre su cabeza, pusieron una caña en su mano derecha y, doblando la rodilla delante de él, se burlaban, diciendo: «Salve, rey de los judíos». Y escupiéndolo, le quitaron la caña y con ella le golpeaban la cabeza. Después de haberse burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron de nuevo sus vestiduras y lo llevaron a crucificar. (Mt 27,27-31).

No vivimos aislados, sino dentro de la realidad: nuestra

familia, la comunidad parroquial, el barrio, la sociedad toda. Porque “El ver también forma parte del seguimiento de Jesús, y la Fe se presenta como un camino de la mirada, en el que los ojos se acostumbran a ver en profundidad!” Tenemos que mirar de verdad nuestro entorno para poder orientar nuestros esfuerzos individuales y comunitarios hacia el bien de cada hermano y de la comunidad en la que vivimos.


TERCERA ESTACION

La primera caída de Jesús

"El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará" (Lc. 9, 23-24).

Cada prójimo deber ser para nosotros una oportunidad de

”ver a Jesús en nuestro hermano” y, de este modo, seguirlo en el Camino de la Cruz, cargando nuestras propias cruces y nuestras heridas.


CUARTA ESTACION

Jesús se encuentra con su Madre

“Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos” (Lc. 2, 34-35)

La Virgen María, madre de Jesús, en medio del

sufrimiento, acompaña a su Hijo en el camino al Calvario. Nuestro pueblo valora a la familia como un bien necesario

e indispensable para el crecimiento sano, tanto corporal como espiritual de los hijos. En ella la presencia de la madre es fundamental; alegra con su amor la vida familiar, con su entrega alivia los dolores de sus hijos, y, lo que es más importante, los prepara para poder hacer su propio camino en la vida.


QUINTA ESTACION

El cireneo ayuda a Jesús

“Ayudaos mutuamente a llevar las cargas y así cumpliréis la Ley de Cristo. Si alguien se imagina ser algo, se engaña, porque en realidad no es nada. Que cada uno examine su propia conducta, y así podrá encontrar en sí mismo y no en los demás, un motivo de satisfacción". (Gál. 6, 2-4)

En nuestra sociedad y en nuestras comunidades hay

muchos hermanos que necesitan escucha, cariño, acompañamiento en la fe, formación humana y cristiana, respeto y dignidad. Quien escucha la Palabra de Jesús, ya no puede hacerse el desentendido frente al dolor de los demás. Esa es la conversión que Jesús quiere: que “miremos” al hermano de tal manera que pasemos “de la pasividad a la acción”.


SEXTA ESTACION

La Verónica limpia el rostro de Jesús

"Vosotros habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, orad por sus perseguidores; así seréis hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos". (Mt. 5, 43-45).

El rostro de Jesús es también el rostro de nuestros

enemigos, es la cara de quien nos traicionó, del que habla mal de nosotros, del que no nos deja en paz, del que es injusto con nosotros, de todos aquellos a quienes tenemos que perdonar, con quienes tenemos que compartir nuestro destino de hombres, con quienes tenemos que acortar distancias y encontrarnos de verdad.


SEPTIMA ESTACION

Jesús cae por segunda vez

"Yo considero que los sufrimientos del tiempo presente no pueden compararse con la gloria futura que se revelará en nosotros. En efecto, toda la creación espera ansiosamente esta revelación de los hijos de Dios." (Rom. 8,18-19)

Jesús, para llevarnos hasta el Padre, quiere que estemos

en “sintonía” con nuestros hermanos, para hacer realidad el ideal de fraternidad sustentada en el amor. Y ¿cómo lo haremos? Con seguridad lo haremos mirando la realidad de frente, mirando con amor a los hermanos para superar el individualismo que nos impide crecer a nivel personal y comunitario.


OCTAVA ESTACION

Jesús consuela a las mujeres que lloran por Él

“Lo seguían muchos del pueblo y un buen número de mujeres, que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él. Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: « ¡Hijas de Jerusalén!, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por sus hijos. […] Con él llevaban también a otros dos malhechores, para ser ejecutados”

Cuántos motivos tenemos para ponernos a llorar! La

gente sin trabajo, los chicos sin escuela, las familias sin atención médica, el hambre, la escasez, el rencor, la inseguridad...

Todos los males que sufrimos tienen nido en nuestro corazón y es allí donde hay que poner el remedio. No nos “miramos” como hermanos, nos interesan sólo nuestros problemas, nos cuesta compartir el tiempo, no nos ponernos juntos a trabajar por un mundo mejor.


NOVENA ESTACION

Jesús cae por tercera vez

“Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen a mí, -como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre- y doy mi vida por las ovejas" (Jn. 10,14-15)

En nuestras comunidades parroquiales vivimos tiempos

de crisis: desgano por la tarea, cansancio, celebraciones rutinarias, inmadurez para vivir la fe, distancia notable entre los mayores y los jóvenes, falta de comunicación entre sus miembros y de compromiso. Pero la herida mayor es no mirar a Jesús, es no confiar en que El nos mira con amor y se dispone a caminar con nosotros para reconstruir esta realidad eclesial.


DECIMA ESTACION

Se reparten los vestidos de Jesús

"Después que los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestiduras y las dividieron en cuatro partes, una para cada uno. Tomaron también la túnica, y como no tenía costura porque estaba hecha de una sola pieza de arriba a abajo, se dijeron entre sí: 'No la rompamos. Vamos a sortearla para ver a quien le toca'. Así se cumplió la Escritura que dice: Se repartieron mis vestiduras y sortearon mi túnica". (Jn. 19, 23-24).

Mientras Jesús crucificado brama de dolor, los soldados

están muy ocupados en el reparto de la ropa. Vale más una túnica que un hombre que agoniza.

En nuestra historia, la de todos los días anteponemos los proyectos personales y comunitarios, nuestras ideas, al dolor de las personas que nos necesitan, que nos piden una mano. No tenemos tiempo para los demás, no tenemos tiempo para compartir, no tenemos tiempo para el encuentro.


UNDECIMA ESTACION

Jesús es clavado en la Cruz

“Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota, lo crucificaron junto con los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Después se repartieron sus vestiduras, sorteándolas entre ellos”. (Lc. 23, 33-34)

En medio del dolor de nuestra sociedad, de nuestras

familias en crisis, de nuestras comunidades desunidas, ¡qué falta nos hace ver a Jesús en ese que sufre a nuestro

lado! ¡Qué necesidad tenemos de reconciliarnos, de

perdonamos unos a otros, de decidirnos a trabajar juntos! Qué clara tenemos la meta: acortar distancias, acercarnos

al que está alejado, provocar el encuentro, encuentro profundo que se da en el diálogo, en la ayuda y desde el corazón.


DECIMO SEGUNDA ESTACION

Jesús nos entrega su vida por amor

“Era alrededor del mediodía. El sol se eclipsó y la oscuridad cubrió toda la tierra hasta las tres de la tarde. El velo del Templo se rasgó por el medio. Jesús, con un grito, exclamó: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». Y diciendo esto, expiró. (Lc. 23, 44-46)

Frente a la muerte muchas veces decimos: 'no somos

nada'. Nos jugamos la vida por cosas de tan poco valor que la muerte, como un viento enfurecido, nos quita todo.

No es así. Gracias a la muerte de Jesús, vivimos la vida del amor, la vida de Dios que es inmortal. Ya no diremos “no somos nada”; somos todo para Dios, tan queridos por El, que muere su Hijo por nosotros.


DECIMO TERCERA ESTACION

La Virgen vela en sus brazos el cuerpo de Jesús

"Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron! Jesús le respondió: 'Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican". (Lc. 11, 27-28).

Querida Virgen María, tu imagen nos recuerda a todas la

madres doloridas: ojos colorados, pálida la cara. En tus ojos los recuerdos de cuando era niño, cuando trabajaba con José, cuando comía en la mesa que servías. Después se despidió y ya andaba por ahí, hablando de su Padre con el mismo lenguaje de los pobres, comiendo lo que hubiera, durmiendo bajo las estrellas junto a sus seguidores, los apóstoles.

Pero tu actitud valiente nos enseña que en esa muerte nos llega la vida grande. Ayúdanos a entenderlo, e intercede por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.


DECIMO CUARTA ESTACION

Entierran el cuerpo de Jesús

"Era Día de Preparación, es decir, víspera de sábado. Por eso, al atardecer, José de Arimatea, miembro notable del Sanedrín, que también esperaba el Reino de Dios, tuvo la audacia de presentarse ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Compró una sábana, bajó el cuerpo de Jesús lo envolvió en ella y lo depositó en un sepulcro cavado en la roca. Después hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro.."

En la sociedad, en nuestra parroquia, en nuestra familia,

vivimos muchas muertes, muchas heridas y mucho dolor: falta de diálogo, ausencia de valores, individualismo, ausencia de Dios, espiritualidad superficial, activismo, desunión, autoritarismo, cansancio, incomunicación, desvalorización, fanatismos, falta de oportunidades, desocupación, pobreza, inseguridad y violencia.

Pero Jesús nos invita y nos ayuda a sanar heridas, a asumir dolores, a acortar las distancias y descubrirnos hermanos; en fin, a pasar de la muerte a la vida: al amor, al compromiso, al respeto, a trabajar siempre y a vivir la fe en profundidad.

VIA CRUCIS 2014 · [VIA CRUCIS - SEMANA SANTA - GENOVÉS] lunes, 14 de abril de 2014 SEGUNDA...

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