VETO a la Ley de Transparencia en el Senado por Jesús Enrique Iglesias Fernández (GPMX) y José...

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ENMIENDA NÚM. 1 De don Jesús Enrique Iglesias Fernández (GPMX) y de don José Manuel Mariscal Cifuentes (GPMX) 23 de septiembre de 2013. El Senador Jesús Enrique Iglesias Fernández, IU (GPMX), y el Senador José Manuel Mariscal Cifuentes, IU (GPMX), al amparo de lo previsto en el artículo 107 del Reglamento del Senado, formulan la siguiente propuesta de veto. La regulación contenida en el Proyecto de Ley sobre las garantías de transparencia de las instituciones públicas y el desarrollo del derecho de acceso a la información pública, con los cambios introducidos durante la tramitación parlamentaria en el Congreso de los Diputados, continúa siendo enormemente deficiente, lo que motiva el mantenimiento de nuestro rechazo al mismo. Existen importantes carencias y exclusiones que alejan al Proyecto de Ley de los estándares internacionales mínimos en esta materia, que ni siquiera se ajusta al Convenio del Consejo de Europa sobre acceso a los documentos públicos de 27 de noviembre de 2008. Estas deficiencias han sido puestas de relieve por numerosas organizaciones, la Comisión de Expertos y organismos internacionales como la Oficina del Representante para la Libertad de los Medios de Comunicación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) Nuestro Grupo Parlamentario no cuestiona la necesidad del mismo ni su oportunidad. Al contrario, consideramos que llega muy tarde y muy mermado en su contenido. No podemos olvidar que numerosas organizaciones vienen reclamando desde hace muchos años una Ley de transparencia y la regulación del derecho a la información pública. A diferencia de todos los países de nuestro entorno, España es el único que no tiene un marco legislativo que garantice el derecho al acceso a la información pública a pesar de que ha estado presente en las campañas electorales e incluso los debates de investidura, convirtiéndose en compromisos incumplidos, como sucedió en 2004 y 2008. El actual Proyecto de Ley de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno venía precedido de una consulta pública, “un acto de transparencia misma” en palabras de la Vicepresidenta del Gobierno. Sin embargo, en la práctica este proceso ha sido más bien lo contrario, un proceso opaco y confuso, tanto por el resultado de las pocas aportaciones incorporadas al texto, calificadas por el informe OSCE de “cambios cosméticos”, como por la falta de información, transparencia y publicidad del “innovador procedimiento de tramitación”. En definitiva, en su redacción actual, y con el corto recorrido caminado en la tramitación, podemos concluir que, tras desoír a expertos y ciudadanía, no satisface a nadie, se considera que no supondrá una mejora en la calidad democrática. Entrando en las cuestiones de fondo que justifican esta enmienda debemos observar que el Proyecto de Ley no reconoce el carácter de derecho fundamental al derecho de

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VETO a la Ley de Transparencia en el Senado por Jesús Enrique Iglesias Fernández (GPMX) y José Manuel Mariscal Cifuentes (GPMX)

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ENMIENDA  NÚM.  1  

De  don  Jesús  Enrique  Iglesias  Fernández  (GPMX)  y    de  don  José  Manuel  Mariscal  Cifuentes  (GPMX)  

 

23  de  septiembre  de  2013.  

El   Senador   Jesús   Enrique   Iglesias   Fernández,   IU   (GPMX),   y   el   Senador   José  Manuel  Mariscal  Cifuentes,  IU  (GPMX),  al  amparo  de  lo  previsto  en  el  artículo  107  del  Reglamento  del  Senado,  formulan  la  siguiente  propuesta  de  veto.  

La  regulación  contenida  en  el  Proyecto  de  Ley  sobre  las  garantías  de  transparencia  de  las  instituciones  públicas  y  el  desarrollo  del  derecho  de  acceso  a  la  información  pública,  con  los   cambios   introducidos   durante   la   tramitación   parlamentaria   en   el   Congreso   de   los  Diputados,   continúa   siendo  enormemente  deficiente,   lo  que  motiva  el  mantenimiento  de  nuestro  rechazo  al  mismo.  Existen  importantes  carencias  y  exclusiones  que  alejan  al  Proyecto   de   Ley   de   los   estándares   internacionales   mínimos   en   esta   materia,   que   ni  siquiera   se   ajusta   al   Convenio   del   Consejo   de   Europa   sobre   acceso   a   los   documentos  públicos  de  27  de  noviembre  de  2008.  Estas  deficiencias  han  sido  puestas  de  relieve  por  numerosas  organizaciones,    la  Comisión  de  Expertos  y  organismos  internacionales  como  la   Oficina   del   Representante   para   la   Libertad   de   los   Medios   de   Comunicación   de   la  Organización  para  la  Seguridad  y  la  Cooperación  en  Europa  (OSCE)  

Nuestro  Grupo  Parlamentario  no  cuestiona  la  necesidad  del  mismo  ni  su  oportunidad.  Al  contrario,   consideramos   que   llega   muy   tarde   y   muy   mermado   en   su   contenido.   No  podemos  olvidar  que  numerosas  organizaciones  vienen  reclamando  desde  hace  muchos  años  una   Ley  de   transparencia   y   la   regulación  del  derecho  a   la   información  pública.  A  diferencia  de   todos   los  países  de  nuestro  entorno,  España  es  el  único  que  no  tiene  un  marco  legislativo  que  garantice  el  derecho  al  acceso  a  la  información  pública  a  pesar  de  que   ha   estado   presente   en   las   campañas   electorales   e   incluso   los   debates   de  investidura,  convirtiéndose  en  compromisos  incumplidos,  como  sucedió  en  2004  y  2008.  

El   actual   Proyecto   de   Ley   de   transparencia,   acceso   a   la   información   pública   y   buen  gobierno  venía  precedido  de  una  consulta  pública,  “un  acto  de  transparencia  misma”  en  palabras  de  la  Vicepresidenta  del  Gobierno.  Sin  embargo,  en  la  práctica  este  proceso  ha  sido  más  bien   lo   contrario,   un  proceso  opaco   y   confuso,   tanto  por   el   resultado  de   las  pocas  aportaciones   incorporadas  al   texto,  calificadas  por  el   informe  OSCE  de  “cambios  cosméticos”,   como   por   la   falta   de   información,   transparencia   y   publicidad   del  “innovador  procedimiento  de  tramitación”.    

 En   definitiva,   en   su   redacción   actual,   y   con   el   corto   recorrido   caminado   en   la  tramitación,  podemos  concluir  que,   tras  desoír  a  expertos  y   ciudadanía,  no   satisface  a  nadie,  se  considera  que  no  supondrá  una  mejora  en  la  calidad  democrática.      Entrando   en   las   cuestiones   de   fondo   que   justifican   esta   enmienda   debemos   observar  que  el  Proyecto  de  Ley  no  reconoce  el  carácter  de  derecho  fundamental  al  derecho  de  

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información  pública.  El  Gobierno  renuncia  a  regular  su  anclaje  en  el  artículo  20  de  la  CE,  y  por  tanto,  su  desarrollo  a  través  de  Ley  Orgánica  y  esta  es  una  cuestión  central,  en  la  justificación   del   rechazo   de   nuestro   Grupo   Parlamentario   a   esta   iniciativa.   Además   el  derecho   de   información   pública   está   vinculado   directamente   a   la   participación   de   los  ciudadanos  en   la  vida  política,  económica,  cultural  y  social   (Art.  9)  y  a  participar  en   los  asuntos  públicos  (Art.  23)      El   derecho   al   libre   acceso   a   la   información   esta   reconocido   como   un   derecho  fundamental  en  la  legislación  internacional  debido  a  la  naturaleza  representativa  de  los  gobiernos  democráticos,  es  un  derecho  esencial  para  promover   la  transparencia  de   las  instituciones   públicas   y   para   fomentar   la   participación   ciudadana   en   la   toma   de  decisiones.      El  derecho  de  acceso  a  la  información,  un  derecho  fundamental:  

España  es  el  único  país  de  Europa  con  más  de  un  millón  de  habitantes  que  no  cuenta  con   una   ley   de   acceso   a   la   información   pública   a   pesar   de   que   la   a   la   luz   de   la  Constitución  Española  es  un  Derecho  Fundamental.  

El   artículo   10.2   de   la   CE   establece   que   “Las   normas   relativas   a   los   derechos  fundamentales   y   a   las   libertades   que   la   Constitución   reconoce   se   interpretarán   de  conformidad   con   la   Declaración   Universal   de   Derechos   Humanos   y   los   Tratados   y  acuerdos  internacionales  sobre  las  mismas  materias  ratificados  por  España.”  El  artículo  20.1.a   que   reconoce   la   libertad   de   expresión   deberá   ser   interpretado   según   la  Declaración   Universal   de   Derechos   Humanos   que   reconoce   el   derecho   de   acceso   a   la  información  como  parte  inherente  a  la  Libertad  de  Expresión.  

Reconocimiento   internacional   del   carácter   fundamental   del   derecho   de   acceso   a   la  información  pública:  

El  Comité  de  Derechos  Humanos  de  las  Naciones  unidas  reconoce  en  sus  observaciones  generales   al   artículo   19   de   la   Declaración   Universal   de   Derechos   del   Hombre   que   el  derecho  de  acceso  a  la  información  como  parte  inherente  y  esencial  para  la  libertad  de  expresión.  

También  el  Relator  Especial  sobre  la  promoción  y  protección  del  derecho  a  la  libertad  de  opinión   y   de   expresión   de   las  Naciones  Unidas   declaró   que   el   derecho   de   acceso   a   la  información   está   protegido   en   base   al   artículo   19   de   la   Declaración   Universal   de  Derechos   Humanos   y     además   apuntaba   que   “el   derecho   de   buscar   información   o   de  tener   acceso     la   información   es   uno   de   los   elementos   esenciales   de   la   libertad   de  expresión”.  Desde  entonces  referencias  al  derecho  de  acceso  a  la  información  se  pueden  encontrar  en  cada  informe  anual  de  dicho  Relator.  

 

Además,   en   una   declaración   conjunta   de   los   relatores   de   libertad   de   expresión   de   la  ONU,  la  OEA  y  la  OSCE  hecha  en  diciembre  de  2004,  apuntaban  que:    

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“El   derecho   de   acceso   a   la   información   en   manos   de   las   instituciones   públicas   es   un  derecho   fundamental   que   debería   ser   reconocido   a   nivel   nacional     a   través   de   una  legislación   adecuada   basada   en   el   principio   de   máxima   publicidad,   estableciendo   el  principio   de   que   toda   la   información   es   pública,   publicidad   que   únicamente   podrá  limitarse  por  una  lista  de  excepciones  establecidas  mediante  ley.”  

El  Tribunal  Europeo  de  Derechos  Humanos  ha  reconocido  en  sus  sentencias  Társaság  a  Szabadságjogokért     vs   Hungary     y   Kenedi   vs   Hungary   el   carácter   fundamental   del  derecho  de  acceso  a  la  información.  Concretamente,  el  TEDH  reconocía  que  el  derecho  de  acceso  a  la  información  veía  su  naturaleza  reforzada  por  ser  la  administración  pública  un  monopolio,  único  poseedor  de  esta  información:    La   Corte   Interamericana   de   derechos   humanos   también   reconoció   en   la   sentencia   del  Caso   Claude   Reyes   vs   Chile   el   carácter   fundamental   del   derecho   de   acceso   a   la  información,  estableció  en  el  párrafo  77  de  su  Sentencia:  

 

“En  lo  que  respecta  a  los  hechos  del  presente  caso,  la  Corte  estima  que  el  artículo  13  de  la   Convención,   al   estipular   expresamente   los   derechos   a   “buscar”   y   a   “recibir”  “informaciones”,   protege   el   derecho   que   tiene   toda   persona   a   solicitar   el   acceso   a   la  información  bajo  el  control  del  Estado,  con  las  salvedades  permitidas  bajo  el  régimen  de  restricciones  de  la  Convención.  Consecuentemente,  dicho  artículo  ampara  el  derecho  de  las   personas   a   recibir   dicha   información   y   la   obligación   positiva   del   Estado   de  suministrarla,  de  forma  tal  que  la  persona  pueda  tener  acceso  a  conocer  esa  información  o   reciba   una   respuesta   fundamentada   cuando   por   algún   motivo   permitido   por   la  Convención  el  Estado  pueda  limitar  el  acceso  a  la  misma  para  el  caso  concreto.”  

La   Ley   Modelo   de   la   Organización   de   Estados   Americanos   reconoce   el   carácter  fundamental  del  derecho  de  acceso  a  la  información  pública.  

“DESTACANDO:  

Que  el   acceso  a   la   información  es  un  derecho  humano   fundamental  del   hombre   y  una  condición  esencial  para  todas  las  sociedades  democráticas;”  

 

Reconocimiento   nacional   del   carácter   fundamental   del   derecho   de   acceso   a   la  información  pública  

La  configuración  como  derecho  fundamental    es  ya  una  realidad  en  otros  muchos  países.  Numerosas   Constituciones   de   todo   el   mundo   reconocen   y   protegen   el   derecho   de  acceso  a  la  información  pública:    

 

• 12   países   en   América:   Argentina,   Brasil,   Chile,   Colombia,   Costa   Rica,   Ecuador,  México,  Nicaragua,  Panamá,  Paraguay,  Perú  y  Venezuela;  

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• 18   países   en   Europa   reconocen   claramente   este   derecho:   Albania,   Bulgaria,  República   Checa,   Estonia,   Finlandia,   Grecia,   Hungría,   Lituania,  Moldavia,  Montenegro,  Noruega,  Polonia,  Portugal,  Rumania,  Serbia,  Eslovaquia,  Eslovenia  y  Suecia;  

• 7   países   en   Europa   reconocen   relativamente   este   derecho:   Austria,   Azerbaiyán,  Bélgica,  Georgia,  Macedonia,  Rusia,  Ucrania;  

• 6   países   en   Asia   y   en   el   Pacífico:   Nepal,   Nueva   Zelanda,   Papúa   Nueva   Guinea,  Filipinas  y  Tailandia;    y  

• 16   países   en   África:   Burkina   Faso,   Camerún,   República   Democrática   del   Congo,  Eritrea,   Ghana,   Guinea   Bissau,   Kenia,   Madagascar,   Malawi,   Marruecos,   Mozambique,  Senegal,  Seychelles,  Sudáfrica,  Tanzania,  y  Uganda.  

Además,   en   al   menos   cinco   países,   Canadá,   Francia,   India,   Israel   y   Corea   del   Sur,   el  Tribunal   Supremo/Constitucional  ha   reconocido  el  derecho  de  acceso  a   la   información  pública  interpretando  la  Constitución  u  otras  leyes  fundamentales.    

En  otros  países  como  Paraguay,  Uruguay  y  Rusia,  fueron  tribunales  de  primera  instancia  los  que  reconocieron  este  derecho  como  fundamental.  

 

Colisión  con  la  Ley  Orgánica  de  Protección  de  Datos  

Las   consecuencias   de   la   no   admisión   del   derecho   de   acceso   a   la   información  (transparencia)  como  derecho  fundamental  son  notables,  no  puede  generarse  un  buen  texto  para   la   Ley  de  Transparencia   sin  establecer  una  cuidadosa   revisión  de   la   vigente  Ley  Orgánica  de  Protección  de  Datos  (LOPD),  acometiendo  simultánea  o  paralelamente  las  reformas  de  la  citada  LOPD  y  de  su  Reglamento,  que  fueran  precisas.  De  lo  contrario,  podemos   encontrarnos   con   una   Ley   de   Transparencia   que   autorice   el   acceso   a   un  cúmulo   de   documentos   en   los   que   los   datos   personales   presentes   en   ellos   se   vean  después  sometidos  a  obsoletos  impedimentos  de  tratamiento  y  divulgación.    

Podría   producirse   así   la   paradoja   de   que   ciertos   datos   personales   de   diputados,   altos  cargos,  receptores  de  subvenciones  públicas,  etc.  pudieran  ser  accesibles  para  cualquier  solicitante   para   a   continuación   generar   un   expediente   de   sanción   por   parte   de   la  Agencia   de   Protección   de   Datos   si   su   mención   o   divulgación   posterior   a   través   de  páginas  web,  blogs,  redes  sociales  o  incluso  cualquier  medio  de  comunicación  social  más  institucionalizado   no   cumpliera   las   duras   exigencias   de   la   autorización   expresa   por   el  sujeto  afectado.  Podríamos  así  enterarnos  de  quién  es  el  receptor  de  una  subvención  o  de   la   declaración   de   bienes   e   intereses   de   un   diputado   pero   ser   sancionables   por  vulnerar   la   privacidad   de   datos   de   carácter   personal,   si   divulgamos   después   el   citado  dato.  Conviene  además  recordar  que  al  tener  la  regulación  de  Protección  de  Datos  rango  de  Ley  Orgánica,  y  en  principio,  y  en  el  Proyecto  de  Ley  en  su  redacción  actual,  tampoco  está  previsto  ese  rango,  los  conflictos  entre  ambas  tenderían  a  decantarse  a  favor  de  la  primera  (otra  razón  por  la  cual  sería  vital  que  la  Ley  de  Transparencia  se  articule  también  como  Orgánica).  

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Si  realizamos  una  atenta  lectura  de  la  vigente  LOPD  y  de  su  Reglamento,  para  desarrollar  una   regulación   eficaz   de   la   transparencia   de   la   información   pública   acorde   con   los  estándares   democráticos   internacionales,   hay   que   percibir   los   tremendos   obstáculos  que  previamente  están   insertos  en  nuestro  ordenamiento   jurídico,  el   cual   requiere  un  importante   expurgado   o   concordancia   transversal,   que   incluso   debiera   afectar   como  mínimo   a   la   Ley   del   Régimen   Jurídico   de   las   Administraciones   y   del   Procedimiento  Administrativo  Común  y  a  la  Ley  Orgánica  del  Poder  Judicial  en  lo  que  se  refiere  al  acceso  a   las  sentencias  –cuestión  detallada  en  el  Reglamento  sobre   los  aspectos  accesorios  de  las  actuaciones  judiciales-­‐.  

 

Otras  cuestiones  determinantes:    1. El   Proyecto   de   Ley   en   su   redacción   actual   ni   siquiera   cumple   los   estándares  mínimos   que   marca   el   citado   Convenio   del   Consejo   de   Europa   sobre   acceso   a   los  documentos  públicos,  que  aún  no  ha  sido  ratificado  por  España.      2. La  propia  definición  de  la  información  es  insuficiente.  Igualmente  en  este  apartado  ni   siquiera   llega   a   los   mínimos   recogidos   en   el   Convenio   del   Consejo   de   Europa.   La  redacción  del  Proyecto  de  Ley  es  sumamente  restrictiva  porque  incluye  en  la  definición  de   la   información   una   serie   de   excepciones   que   son   absolutas,   que   en   la   práctica  suponen   la   exclusión   de   toda   la   información   no   administrativa.   Se   ha   mejorado   la  definición  de  información  pública  (artículo  10)  a  lo  largo  del  proceso  consultivo  para  que  fuese   lo   menos   excluyente   posible.   Sin   embargo,   esta   definición   es   aún   incompleta  porque  no  se  menciona  que  se  podrá  solicitar  información  sin  importar  el  formato  en  el  que  esté  almacenada  la  información.  El  Convenio  del  Consejo  de  Europa  sobre  acceso  a  documentos   públicos   establece   como   definición   de   información:   “toda   la   información  registrada   [archivada]   de   cualquier   forma,   elaborada   o   recibida,   y   en   posesión   de   las  autoridades  públicas”.  Además,  aunque  es  acertado  mencionar  que  se  podrá  acceder  a  la   información  que  haya  sido  “elaborada  o  adquirida  en  el  ejercicio  de   las  funciones  de  los  sujetos  obligados”  (artículo  10),  esto  se  contradice  directamente  con  el  artículo  16.4,  que  establece  que  “Cuando  la  información  objeto  de  la  solicitud,  aun  obrando  en  poder  del   sujeto   al   que   se   dirige,   haya   sido   elaborada   o   generada   en   su   integridad   o   parte  principal   por   otro,   se   le   remitirá   la   solicitud   a   éste   para   que   decida   sobre   el   acceso”,  haciendo   muy   ineficiente   el   acceso.   Bastaría   entregar   la   información   que   tiene   el   la  entidad  pública  haciendo  referencia  al  sujeto  que   la  generó  por  si  el  peticionario  de   la  información   cree   necesario   dirigirse   a   la   fuente   para   conocer   alguna   posible  modificación   de   la   información,   pero   ello   se   puede   establecer   en   el   reglamento   de  desarrollo.   Por   último,   es   importante   señalar   la   labor   de   los   poderes   públicos   en   la  recogida   de   datos   e   informaciones   esenciales   para   el   correcto   funcionamiento   de   la  sociedad.   Así   por   ejemplo,   diversos   Comités   de   Naciones   Unidas     como   el   Comité   de  Derechos   Económicos,   Sociales   y   Culturales,   Comité   para   la   Eliminación   de   la  Discriminación  Racial,  Comité  para   la  Eliminación  de   la  Discriminación  contra   la  Mujer,  Comité   contra   la   Tortura,   han   exigido   a   España     la   recogida   de   datos   sobre  menores,  racismo,  discriminación,  malos  tratos  policiales  etc.  Como  ejemplo  mencionaremos  que  el  Comité  contra   la  Tortura  pidió  a  España  que   recopilara  datos  ciertos  y   fiables   sobre  actos   de   tortura   y   malos   tratos   tanto   en   custodia   policial   como   en   otros   lugares   de  detención  y  el  Comité  DESC  pidió  recogida  de  datos  sobre  personas  sin  hogar  después  de  adoptar  una  definición  sobre  este  fenómeno    

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3. La  publicación  proactiva  de   las  Administraciones  Públicas  y  demás   Instituciones  y  organismos  públicos  es  claramente  insuficiente.  El  Proyecto  de  Ley  prevé  que  hay  cierto  tipo   de   información   que   debería   hacerse   pública   en   cualquier   caso   y   aunque   nadie   la  solicite.   En   su   capítulo   segundo   se   cita   la   publicación   de   información   relativa   a   la  organización,   las   normas,   el   presupuesto,   la   contratación   pública   o   las   subvenciones.  Además   de   lo   ya   mencionado   en   el   punto   anterior,   detectamos   cuatro   problemas  adicionales.   Consideramos   que   dentro   de   la   lista   de   información   que   debería   hacerse  pública  tendría  que  incluirse  un  listado  de  toda  la  información  que  tienen  en  su  poder,  así  como  sus  publicaciones.  Esto,  además  de  facilitar  al  solicitante  el  acceso,  repercute  en  una  mayor  eficiencia  de  gestión  de   la   información  para   las   instituciones  públicas.  El  Proyecto   de   Ley   no   incorpora   la   publicidad   de   los   informes   finales   derivados   de   las  actuaciones   de   Auditoría   y   Fiscalización   llevadas   a   cabo   por   los   órganos   de   control  interno   de   las   distintas   Administraciones   públicas,   carencia   que   resta   transparencia   e  información   a   los   ciudadanos   e   impide,   o   al   menos   dificulta,   el   control   social   de   las  Administraciones  públicas..Es  preocupante  la  inexistencia  actual  de  información  pública  sobre  el  patrimonio  (edificios,  terrenos,  vehículos,  bienes  muebles  y  suntuarios  etc.)  que  poseen   los   más   de   21.000   organismos   públicos   existentes   en   España.   Sería   muy  importante  y  oportuno  que  la  futura  Ley  de  Transparencia  estableciese  la  obligatoriedad  de  que   las  entidades  públicas  publicasen  el  patrimonio  de   las  que   son   titulares,   y  que  tienen   derecho   a   conocer   los   ciudadanos.   No   estamos   hablando   de   generar   un  documento   nuevo,   sino   de   publicar   uno   ya   existente.   Todas   las   entidades   públicas  tienen   la   obligación   de   formular   un   Inventario   de   bienes   y   derechos   debidamente  actualizado.  Es  cierto  que  se  está  incumpliendo,  por  lo  que  sería  posible  establecer  una  moratoria   para   cumplir   esta   obligación..Se   plantea   la   creación   de   un   portal   de   la  transparencia   sin   haber   hecho   ningún   estudio   previo   sobre   si   ésta   es   la   solución  más  adecuada.   En  muchos   países   se   ha   optado   por   publicar   la   información   en   las   páginas  web  de  cada  institución,  que  es  la  forma  más  intuitiva  de  buscarla.  Además,  la  solución  de   crear   un   portal   sólo   será   obligatoria   para   la   Administración   General   del   Estado,  quedando  en  el  aire  la  solución  que  adoptarán  las  diferentes  Comunidades  Autónomas  o  Entidades   Locales.   La   proliferación   de   este   tipo   de   portales   sin   una   coherencia   puede  provocar   una   inseguridad   a   la   hora   de   encontrar   la   información,   además   de   un   gasto  extra  que  podría  no  ser  necesario.  Un  ejemplo  claro  y  reciente  similar  a  este  ha  ocurrido  con  los  múltiples  portales  Open  Data  abiertos  en  España.    4. El   Proyecto   de   Ley   establece   exclusiones   inaceptables,   que   anulan   o   limitan   el  derecho   de   acceso   a   la   información.   La   aparición   en   la   Ley,   comprometida   por   la  negociación  realizada  por  el  Gobierno,  de  la  Corona  no  es,  en  absoluto,  suficiente  para  una  democracia  parlamentaria  que  se  precie  de  tal  nombre,  al  igual  que  la  actividad  no  administrativa  del  poder  legislativo  y  judicial  o  quiénes  hacen  “lobby”  en  el  Congreso  de  los  Diputados,  cuestión  que  nuestro  Grupo  Parlamentario  ya  ha  llevado  a  la  Cámara.  El  artículo  2.1  enumera  todos  las  instituciones  que  se  ven  afectadas  por  la  ley  y  deja  fuera,  en  el  2.1.f,   toda   la   información  que  no  esté  sujeta  a  derecho  administrativo  del  Poder  Legislativo  y  del  Poder  Judicial,  así  como  del  Tribunal  Constitucional  y  el  Consejo  General  del  Poder  Judicial,  el  Consejo  de  Estado,  el  Defensor  del  Pueblo,  el  Tribunal  de  Cuentas,  el   Consejo   Económico   y   Social   y   las   instituciones   autonómicas   análogas.   Así   la   ley   no  cumpliría  con  los  estándares  internacionales,  que  establecen  que  el  derecho  de  acceso  a  la   información   debe   ser   aplicable   a   todas   las   instituciones   públicas.   En   concreto,   el  Comité  de  Derechos  Humanos  de  la  ONU  marca  claramente  que  el  derecho  de  acceso  a  la   información  puede  ejercitarse   sobre   toda   la   información  en  manos  de   toda  entidad  pública.    

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 “18.  Para  dar  efecto  al  derecho  de  acceso  a  la  información,  los  Estados  partes  deberían  proceder   activamente   a   la   incorporación   al   dominio   público   de   la   información   del  gobierno  que  sea  de  interés  público.”    

El   Comité   define   “el   gobierno”   como   “Todos   los   poderes   del   Estado   (ejecutivo,  legislativo  y   judicial)  y  otras  autoridades  públicas  o  de  gobierno,  cualquiera  que  sea  su  nivel  (nacional,  regional  o  local)”.  

Con  independencia  de  un  posible  límite  al  acceso  a  los  documentos  públicos  de  la  Casa  Real,  Familia  Real,  Corona  o  Jefatura  del  Estado  prevista  en  el  artículo  3,  párrafo  1  in  fine  del  Convenio  Europeo,  parece  claro  que  dicha   institución  es  pública  y  debe  someterse  como   tal   a   la   transparencia.   La   razón   de   incluir   a   los   partidos   políticos,     sindicatos,  organizaciones   empresariales   y   aquellas   organizaciones   que   tengan   como   mínimo   un  20%  de   financiación  pública   se  argumenta  no   sólo  por   la   función  pública  que   realizan,  también  por  el  hecho  que  una  parte  cualitativa    de  su  financiación  corresponde  a    dinero  público.   La   rendición   de   cuentas   de   los   partidos   políticos   está   regulada   por   la   ley   de  financiación  de  partidos  políticos,  que  ha  demostrado  ser   ineficaz,  es  necesario  que   la  transparencia  alcance  a  estas  entidades  para  que  los  ciudadanos  recuperen  su  confianza  en  ellas.  

 5. Regula  el  silencio  administrativo,  cuando  debiera  establecerse  el  silencio  positivo  para   los  casos  de  solicitudes  de   información.  Esta  previsión  recogida  en  el  Proyecto  de  Ley  es  completamente  incompatible  con  el  principio  de  publicidad  y  con  la  obligación  de  motivar   las   denegaciones   de   información.   Según   la   actual   redacción   de   la   ley   en   el  artículo   17.4,   si   transcurre   el   plazo   para   contestar   y   la   institución   a   la   que   se   ha  solicitado   la   información   no   contesta,   se   entiende   por   denegada   la   solicitud.   Esta  disposición  se  sale  de  la  norma  general  establecida  en  el  artículo  43.1  de  la  Ley  30/1992  de   Régimen   Jurídico   de   las   Administraciones   Públicas   y   Procedimiento   Administrativo  Común.  Teniendo  en  cuenta  que  en  España,  de  media,  más  del  50%  de   las   solicitudes  quedan   sin   respuesta,   establecer   un   silencio   negativo   tendría   consecuencias  especialmente  negativas  en  la   implementación  de  la   ley  de  transparencia  y  harían  este  proceso  más  lento  y  menos  eficiente.      6. El   órgano   de   supervisión   y   tratamiento   en   primera   instancia   de   los   recursos  derivados  de  la  aplicación  de  la  Ley  también  tiene  carencias  importantes  que  ponen  en  duda   la   independencia  del  mismo.  El  Proyecto  de  Ley  crea  un  órgano  dependiente  del  Ministerio  de  Hacienda  en  lugar  de  crear  órgano  independiente  encargado  de  tutelar  y  promover   tanto   la   transparencia   como  el   derecho  de   acceso   a   la   información  pública.  Este   organismo,   en   su   concepción   actual   dependiente   del  Ministerio   de   Hacienda,   no  resulta   suficiente   para   proteger   el   derecho   de   acceso   a   la   información   pública   por   su  falta  de  independencia.  Esto  implica  que  la  Administración  sería  juez  y  parte  a  la  hora  de  conocer  sobre  los  conflictos  que  se  recurran.  Sin  embargo,  una  agencia  similar  a  la  que  se  solicita,   la  Agencia  de  Protección  de  Datos,  sí  es   independiente  y  por   ley  se  estipula  que  es  “un  ente  de  derecho  público,  con  personalidad  jurídica  propia  y  plena  capacidad  pública  y  privada,  que  actúa  con  plena   independencia  de   las  Administraciones  públicas  en   el   ejercicio   de   sus   funciones.   Se   regirá   por   lo   dispuesto   en   la   presente   Ley   y   en   un  Estatuto  propio,  que  será  aprobado  por  el  Gobierno”.  Creemos  que  una  definición  similar  debería  establecerse  para  el  Órgano  encargado  de  hacer  efectivo  y  promover  el  derecho  de  acceso  a  la  información  pública  y  la  transparencia.    

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Por  otro   lado,  no  es  aplicable  ante   todas   las  denegaciones:   Según   lo  establecido  en  el  artículo   20.2,   este   organismo   no   podrá   conocer   de   los   conflictos   relacionados   con   las  denegaciones  de  información  por  parte  de  las  instituciones  del  art.  2.1.f,  entre  las  que  se  encuentran  el  Congreso  de  los  Diputados  o  el  Tribunal  de  Cuentas,  entre  otros.  Tampoco  serán  recurribles  ante  esta  agencia  las  decisiones  de  organismos  autonómicos  o  locales  si  estos  no  han  celebrado  un  acuerdo  previo  con  la  agencia.  Esto  genera  desigualdades  graves  en  la  protección  del  derecho  de  acceso  y,  lo  que  es  más  importante  deja  fuera  del  órgano   fiscalizador.   Incapacidad   de   recurrir   en   materia   de   transparencia/publicidad  activa:   El   artículo   21   establece   que   las   reclamaciones   frente   a   la   Agencia   de  Transparencia  serán  “en  materia  de  acceso”,  es  decir,  que   frente  a  un   incumplimiento  en   materia   de   publicidad   activa   no   se   podría   reclamar   a   la   Agencia,   generando  indefensión  al  ciudadano,  en  cuanto  a  la  reclamación  de  cumplimiento  del  capítulo  II  del  Título.  

 El  Proyecto  de  Ley  tampoco  dice  si   las  decisiones  de  la  Agencia  son  vinculantes  o  no  y  no   se   define   la   duración   del   mandato.   En   la   práctica,   es   más   que   dudoso   que   este  organismo  tenga  el  mandato,  la  estructura  y  competencias  suficientes  para  velar  por  el  correcto  cumplimiento  de  la  ley  y  asegurar  una  implementación  rápida  y  eficiente  de  la  misma.    

Es   clave   en   cualquier   caso   la   necesidad   de   un   Consejo   Social   con   organizaciones  profesionales,  ONG  y  otras  entidades  de  la  sociedad  civil  que  de  forma  regular  trabajan  en  el  campo  de  la  transparencia  y  el  libre  acceso.  

7. No   cumple   las   expectativas   ciudadanas   en   materia   de   transparencia,   lejos   de  facilitar   la  publicación  de  una  datos  que  pertenecen  a   la  ciudadanía   (la  Administración  sólo  los  administra).  En  el  Proyecto  de  Ley  se  introducen  nuevos  filtros  que  dificultan  el  acceso  a  la  información  y  obstruyen  la  transparencia  de  las  administraciones.  Frente  a  lo  que   podría   interpretarse   cómo  un   tercer   filtro,   la   información   tiene   que   ser   pública   y  estar   disponible,   sin  más   límites   que   los   fijados   por   la   Ley  Orgánica   de   Protección   de  Datos  y  la  Ley  de  Secretos  Oficiales.      8. En   el   capítulo   de   derecho   de   acceso   a   la   información   pública   no   se   especifica   la  forma  o  formato  en  la  que  se  suministrará  la  información  solicitada,  lo  cual  puede  llevar  a  problemas  en  el  acceso.  Sin  embargo,  otras   leyes  de  este  tipo  si  que   lo  explicitan  en  artículos  específicos.  Véase,  por  ejemplo,  el  artículo  11  de  la  Ley  27/2001  por  la  que  se  regulan  los  derechos  de  acceso  a  la  información,  de  participación  pública  y  de  acceso  a  la  justicia  en  materia  de  medio  ambiente,  o  el  artículo  10  de  la  Regulación  1049/2001  de  Acceso   a   Documentos   de   la   Unión   Europea.   Esto   es   especialmente   importante   para  poder   asegurar   una   coherencia   con   las   políticas   de   reutilización   de   información,   que  cada  vez  cobran  más  importancia  en  España.  Es  esencial  que  se  incluya  una  referencia  a  que  se   intentará  cumplir  con   las  preferencias  de  formato  explicitado  por  el  solicitante.  Además,   se   debería   mencionar   que   la   información   hecha   pública   a   través   de   una  solicitud  de  información  está  exenta  de  copyright,  lo  cual  facilita  su  reutilización  pública.    9.  Mecanismos  de  promoción  del  derecho  de  acceso  a  la  información.  Las  medidas  de   promoción   son   de   vital   importancia   para   conseguir   un   cambio   en   la   cultura   del  secretismo  de  un  país  como  España,  con  altísimos  niveles  de  silencio  administrativo  en  materia   de   acceso   a   la   información,   además   de   ser   esenciales   para   asegurar   una  implementación   eficaz   y   homogénea   dentro   y   fuera   de   las   instituciones   públicas.   El  Proyecto  de  Ley  no  menciona  en  ningún  momento  la  promoción  del  derecho  de  acceso  a  la  información  tanto  internamente  dentro  de  las  instituciones  públicas  como  de  cara  a  la  

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sociedad.    Tampoco  especifica  quién  será  el  encargado  de  desarrollar  las  actividades  de  promoción   previstas   en   la   ley.   Es   importante   encomendar   estas   tareas   a   un   órgano  concreto  que  asegure  una  buena  implementación  de  la  ley  y  el  derecho,  ya  sea  el  órgano  de   revisión,   ya   sean   las   unidades   de   información.   Las   actividades   de   promoción   que  podrían   incluirse   en   la   Ley   serian   tales   como;   que   el   organismo   que   se   crea   también  tenga  la  obligación  de  promocionar  el  derecho  de  acceso  a  la  información,  encargar  a  las  instituciones  públicas  que  informen  anualmente  sobre  las  acciones  llevadas  a  cabo  para  implementar  sus  obligaciones  de  transparencia  y  la  obligación  de  presentar  un  informe  detallado  al  poder  legislativo  sobre  la  implementación  de  la  ley,  prever  por  ley  medidas  concretas  de  promoción  del  derecho  de  acceso  a   la   información  en   la   sociedad,   como  pueden   ser   la   creación   de   guías   explicando   este   derecho   o   impartiendo   cursos   en  colegios,   crear   o   prever   la   creación   de   un   sistema   de   orden   y   diligencia   a   la   hora   de  tratar  la  información  en  manos  de  las  instituciones  públicas,  establecer  la  obligación  de  crear  listas  con  los  documentos  en  poder  de  cada  institución  pública  y  prever  programas  de  formación  de  funcionarios  sobre  sus  obligaciones  de  transparencia.    Por  último,  tras  sucesivos  retrasos  e  incumplimientos,  este  Proyecto  de  Ley  no  puede  ser  una  operación  de  maquillaje  político  más.  Es  necesario,  y  ya  vamos  con  retraso,  regular  el   acceso   a   la   información   pública,   garantizar   la   transparencia   de   las   administraciones  públicas   y   facilitar   la   participación   ciudadana   en   los   asuntos   públicos,   pero   no   puede  tomarse  como  punto  de  partida  un  Proyecto  de  Ley  desenfocado,  que  en  su  redacción  inicial   hace   imposible   que   se   cumplan   los   propios   objetivos   que   se   fijan,   ignorando   el  carácter   de   derecho   fundamental   del   derecho   de   acceso   a   la   información   pública   y  desarrollando   una   regulación   que   ni   siquiera   alcanza   los   estándares   internacionales  mínimos   en   la   materia,   algo   que   como   evidencian   los   motivos   expuestos   justifican  sobradamente  la  enmienda  de  totalidad.