Usos Compost

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USOS DEL COMPOST Y PAPEL DE LA MATERIA ORGÁNICA DEL SUELO. LA SITUACIÓN GALLEGA. María Teresa Barral Silva, Marta Domínguez Domínguez, Francisco Díaz-Fierros Viqueira. Depto. Edafoloxía e Química Agrícola. Facultade de Farmacia. Universidade de Santiago de Compostela 1. Introducción 2. ¿Qué es el compost? 3. ¿Son iguales todos los compost? 4. ¿Qué relación tiene el compostaje con la gestión de residuos? 5. ¿Qué calidad debe tener el compost? 6. ¿Para qué se puede utilizar el compost? 7. ¿Qué valor tiene el compost como enmienda orgánica de suelos? 8. ¿Necesitan materia orgánica los suelos gallegos? 9. ¿Cuál es el valor del compost como fertilizante? 10. ¿Qué experiencia tenemos en Galicia de aplicación de compost? 11. ¿Qué otros usos tiene el compost? 1. Introducción En los últimos años se han puesto en marcha en la Comunidad Gallega varios proyectos de tratamiento de residuos orgánicos por vía biológica, que conducen a la obtención de compost. Estos tratamientos operan a diversas escalas, desde plantas industriales que reciben los residuos sólidos urbanos de Mancomunidades hasta pequeños compostadores domésticos, pasando por instalaciones de compostaje de residuos agroganaderos y forestales que trabajan casi de modo experimental. Como resultado de estas actividades se ha comenzado a producir compost, que puede tener inmediata y sencilla aplicación en el caso de los pequeños productores (en sus propias huertas, campos o explotaciones agrarias), pero cuya comercialización se presenta algo más compleja en el caso de las plantas de compostaje industrial. Frecuentemente se plantean dudas -tanto dentro como fuera de Galicia- respecto a las posibilidades reales de comercialización del compost producido en esta Comunidad. Las dos razones principales que - seguramente sin gran reflexión- se suelen aducir son la riqueza en materia orgánica de los suelos gallegos que haría innecesaria la aplicación de enmiendas orgánicas y las peculiaridades orográficas que dificultan su comercialización fuera de Galicia. En esta ponencia intentaremos reflexionar sobre los usos potenciales del compost y la calidad requerida para ello. Revisaremos los campos más tradicionales de aplicación del compost (como enmienda y fertilizante), con especial atención a las características de los agroecosistemas gallegos, así como otros usos posibles, algunos de los cuales presentan un gran potencial de desarrollo en nuestra Comunidad.

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USOS DEL COMPOST Y PAPEL DE LA MATERIA ORGÁNICA DEL SUELO.

LA SITUACIÓN GALLEGA.

María Teresa Barral Silva, Marta Domínguez Domínguez, Francisco Díaz-Fierros Viqueira.

Depto. Edafoloxía e Química Agrícola. Facultade de Farmacia. Universidade de Santiago de Compostela

• 1. Introducción

• 2. ¿Qué es el compost?

• 3. ¿Son iguales todos los compost?

• 4. ¿Qué relación tiene el compostaje con la gestión de residuos?

• 5. ¿Qué calidad debe tener el compost?

• 6. ¿Para qué se puede utilizar el compost?

• 7. ¿Qué valor tiene el compost como enmienda orgánica de suelos?

• 8. ¿Necesitan materia orgánica los suelos gallegos?

• 9. ¿Cuál es el valor del compost como fertilizante?

• 10. ¿Qué experiencia tenemos en Galicia de aplicación de compost?

• 11. ¿Qué otros usos tiene el compost?

1. Introducción

En los últimos años se han puesto en marcha en la Comunidad Gallega varios proyectos de tratamiento de

residuos orgánicos por vía biológica, que conducen a la obtención de compost. Estos tratamientos operan

a diversas escalas, desde plantas industriales que reciben los residuos sólidos urbanos de

Mancomunidades hasta pequeños compostadores domésticos, pasando por instalaciones de compostaje

de residuos agroganaderos y forestales que trabajan casi de modo experimental. Como resultado de estas

actividades se ha comenzado a producir compost, que puede tener inmediata y sencilla aplicación en el

caso de los pequeños productores (en sus propias huertas, campos o explotaciones agrarias), pero cuya

comercialización se presenta algo más compleja en el caso de las plantas de compostaje industrial.

Frecuentemente se plantean dudas -tanto dentro como fuera de Galicia- respecto a las posibilidades reales

de comercialización del compost producido en esta Comunidad. Las dos razones principales que -

seguramente sin gran reflexión- se suelen aducir son la riqueza en materia orgánica de los suelos gallegos

que haría innecesaria la aplicación de enmiendas orgánicas y las peculiaridades orográficas que dificultan

su comercialización fuera de Galicia. En esta ponencia intentaremos reflexionar sobre los usos

potenciales del compost y la calidad requerida para ello. Revisaremos los campos más tradicionales de

aplicación del compost (como enmienda y fertilizante), con especial atención a las características de los

agroecosistemas gallegos, así como otros usos posibles, algunos de los cuales presentan un gran potencial

de desarrollo en nuestra Comunidad.

2. ¿Qué es el compost?

El compost puede ser descrito como materia orgánica que ha sido estabilizada hasta transformarse en un

producto parecido a las sustancias húmicas del suelo, que está libre de patógenos y de semillas de malas

hierbas, que no atrae insectos ni otros vectores de enfermedad, que puede ser manejada y almacenada

sin ocasionar molestias y que es beneficiosa para el suelo y el crecimiento de las plantas (Haug, 1993).

El compostaje un proceso natural, que llevan a cabo hongos, bacterias y actinomicetos existentes

en los propios residuos, a los que únicamente hay que proporcionar unas condiciones ambientales idóneas

(principalmente humedad y aireación) para optimizar este proceso de transformación. El compostaje

permite reducir el peso, el volumen y la reactividad del residuo orgánico, al tiempo que se logra que un

sustrato muy heterogéneo experimente una transformación de la materia orgánica más biodegradable,

liberando CO2, agua, elementos minerales y energía, quedando finalmente la fracción orgánica más

estable e higienizada, que recibe el nombre de compost (Pomares y Canet, 2001).

Siendo el compostaje propiamente dicho un proceso aerobio, se ha desarrollado más

recientemente la tecnología de biometanización o tratamiento anaerobio, que conduce a la obtención de

biogás junto con un residuo de digestión que puede ser sometido a un proceso de maduración en

condiciones de aerobiosis, dando lugar a un compost de cualidades semejantes a las del obtenido

mediante compostaje aerobio. De ahora en adelante emplearemos pues el término compost para referirnos

tanto al producto del compostaje aerobio como al producto de biometanización seguido de maduración

aerobia.

3. ¿Son iguales todos los compost?

No. Las características del compost dependen de las materias primas y del proceso de compostaje,

presentando variaciones entre plantas e incluso dentro de la misma planta según la época del año. Aunque

en la actualidad se asocia frecuentemente el compostaje con la gestión de la materia orgánica procedente

de los residuos sólidos urbanos (RSU), diversas materias orgánicas biodegradables pueden ser

compostadas, tales como lodos de depuradora, restos vegetales provenientes de poda, estiércoles y

purines, residuos de la industria agroalimentaria, residuos forestales, etc. En ocasiones las materias brutas

no presentan separadamente las características idóneas, pero pueden combinarse para obtener mezclas

adecuadas para el compostaje.

Una cuestión primordial para conseguir un compost de calidad es reducir la contaminación en

origen de las materias brutas. Si bien la contaminación biológica se elimina en el proceso otros

contaminantes, como los metales pesados pueden aumentar su concentración relativa durante el

compostaje. Los contaminantes de tipo físico (vidrio, metales, textiles) podrían ser eliminados en destino,

pero resulta más económico y seguro separarlos también en origen.

Por otra parte las condiciones y duración del compostaje influyen en las propiedades químicas, la

madurez, y el contenido de patógenos y de semillas de malas hierbas del compost final.

4. ¿Qué relación tiene el compostaje con la gestión de residuos?

Aunque se trate de un sistema natural y antiguo de tratamiento de materias orgánica, en el último siglo

este sistema ha cobrado un nuevo interés, no exento de cierta polémica, al convertirse en una de las

posibles opciones para el tratamiento de la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos. Los

principios que inspiran la política europea sobre gestión de residuos conceden a los tratamientos

biológicos una posición preferente en relación a la incineración, incluso con recuperación de energía, y

desde luego por delante del vertido, al que se podrán destinar únicamente los residuos que no puedan ser

reciclados y no tengan ningún valor adicional, así como los residuos que resten después de la

recuperación de materiales, productos de conversión o energía (Directiva 1999/31/CE relativa al vertido

de residuos y RD. 1481/2001).

En España, el Programa Nacional de Compostaje, derivado de la aprobación de la Ley 10/1998

de Residuos, que también asume ese sistema de prioridades en la gestión de residuos, se plantea como

objetivo lograr el tratamiento del 50% de la materia orgánica de RSU mediante compostaje y de un 5%

por biometanización, en 2006. Otros objetivos son establecer un programa de mejora de calidad del

compost, incluyendo una norma de calidad agronómica del mismo, y fomentar el uso comercial del

compost que reúna las características de calidad.

La voluntad de la Comisión Europea de promover el tratamiento biológico de los residuos

biodegradables se plasma en el documento de trabajo CE Working Document: Biological Treatment of

Biowaste, 2nd draft (2001), que deberá dar lugar a una Normativa Europea sobre compost, de próxima

promulgación. En este documento se prioriza el compostaje y la digestión anaerobia de los residuos

biodegradables procedentes de recogida selectiva, frente a tratamientos de recuperación energética. Según

este documento, la denominación compost solo se puede aplicar al producto resultante del proceso de

compostaje de residuos biodegradables que provienen de una selección en origen, diferenciando entre

compost de clase 1 e 2 según su calidad. En caso contrario se trataría de un residuo biodegradable

estabilizado, con un ámbito de aplicación restringido.

La importancia de las materias primas en la calidad ambiental del compost queda clara en los

resultados ofrecidos por Soliva y Paulet (2001) sobre caracterización de compost de distintas

procedencias en Cataluña. Los compost procedentes del tratamiento de residuos vegetales que fueron

analizados cumplirían con los requisitos de la clase 1; los compost derivados de fracción orgánica de

residuos municipales recogidos separadamente entrarían en la clase 1 para todos los metales, excepto para

los contenidos en Zn y Ni, que cumplirían con los requisitos de la clase 2. En cambio, los procedentes de

FO de RM separada mecánicamente en la misma planta, no podrían denominarse compost sino solo

biorresiduo estabilizado, al igual que la mayoría de los productos del tratamiento de lodos de depuradora

que fueron analizados.

Las plantas industriales de compostaje que operan actualmente en Galicia (por el momento

Lousame y Nostián) realizan el tratamiento de residuos orgánicos de origen doméstico con separación en

origen, mezclados con restos vegetales y ocasionalmente con otros materiales biodegradables. Sin

embargo, la realidad nos muestra que por el momento la recogida selectiva de la materia orgánica que

llega a esas plantas no es aún satisfactoria, lo que puede limitar de la calidad de los compost producidos.

Además de estas grandes plantas de tratamiento de RSU funcionan en Galicia interesantes experiencias de

autocompostaje como la llevada a cabo en A Illa de Arousa: cada productor composta la fracción

orgánica generada, a través de compostadores individuales, tras la mezcla con triturado vegetal, aplicando

el compost en sus propias parcelas. Otros Concellos (Santiago de Compostela, Caldas de Reis, O Barco

de Valdeorras…) están experimentando esta modalidad, que aúna sencillez, proximidad de aplicación,

menores riesgos de presencia de contaminantes y coste cero para el autocompostador, reduciendo el coste

global de la gestión de residuos.

5. ¿Qué calidad debe tener el compost?

El establecimiento de unos parámetros de calidad pretende fundamentalmente que el compostaje no

resulte ser una transferencia de contaminación de los residuos al medio agrícola o natural. Pero además, la

calidad del compost es fundamental para conseguir una buena aceptación por parte de sus potenciales

consumidores y condiciona también su precio de venta y posibilidades de uso.

Los requerimientos de calidad van dirigidos a conseguir un aspecto y olor aceptables, una

higienización correcta, un bajo nivel de impurezas y contaminantes, un buen nivel de componentes

agronómicamente útiles y una cierta constancia de características (Soliva, 2002).

Resulta difícil proponer unos valores concretos como deseables para el compost. Los principales

parámetros son que se utilizan para valorar la calidad del compost se recogen en la tabla 1:

Tabla 1 .Parámetros que poden ser empleados para valorar la calidad del compost, según Soliva (2002)

Categoría Parámetros Informa sobreFísicos Densidad aparente Transporte, manejo, aplicación

Coloración AceptaciónOlor Aceptación, higiene, impacto ambientalHumedad Transporte, manejo, riqueza efectiva en nutrientes y

contaminantesTamaño de partículas Manejo, aceptación, efectos sobre el sueloCapacidad de retención de agua Efectos sobre el suelo, capacidad de almacenamiento

de aguaContaminantes inertes Aceptación, impacto ambiental, seguridad

Químicos Contenido y estabilidad damateria orgánica

Efectos sobre el suelo, efectos sobre los vegetales,aceptación

Nutrientes Efectos sobre o solo, efectos sobre os vegetalesContaminantes Salud humana, efectos sobre el suelo, efectos sobre los

vegetales, impacto ambientalSales solubles Efectos sobre el suelo, efectos sobre los vegetales,

impacto ambientalBiológicos Patógenos Salud humana, impacto ambiental

Semillas de malas hierbas Efectos sobre el suelo, efectos sobre la producción

Indudablemente, la calidad exigida al compost estará condicionada por el destino que le vamos a

dar, pero siempre cumpliendo una calidad mínima. Soliva (2002) propone una clasificación en tres

niveles de calidad según el destino que se le vaya a dar al compost (Tabla 2).

Tabla 2. Niveles de calidad del compost e posibles aplicaciones, según Soliva (2002).

CALIDAD BAJA CALIDAD MEDIA CALIDAD ALTASellado de vertederos Agricultura extensiva SubstratosRecuperación de Suelosmarginales

Silvicultura Viveros

Recuperación de Suelosdegradados

Control de erosión Horticultura

Restauración de paisajes Césped deportivoJardinería privada e pública

Por el momento no existe en el Estado Español una normativa que regule específicamente la

calidad del compost. Los requerimientos para compost de uso agrícola aparecen en la Orden de 28 de

mayo de 1998 sobre fertilizantes y afines, que modifica la Orden de 14 de Junio de 1991, y que no es

muy restrictiva en comparación con las normas vigentes en otros países europeos. En esta ley se

establecen para el compost (que se describe como producto obtenido por fermentación aeróbica de

residuos orgánicos) valores límites de metales pesados, humedad y porcentaje de inertes, un contenido

mínimo de materia orgánica y de partículas de diámetro menor de 25 mm, debiendo informar sobre los

contenidos de nutrientes si superan unos valores mínimos (Tablas 3, 4 y 5).

Tabla 3 . Requerimientos técnicos, según la Orden de 28 de Mayo de 1998 sobre fertilizantes y afines.

Requerimientos para el compost (% en peso)Materia orgánica total 25% sms

Humedad máxima 40%

% mínimo de partículas quepasarán por malla de 25 mm

90%

Otros Partículas de plástico y otros inertes nodeben sobrepasar los 10 mm.El material de partida debe ser indicado

Máximo contenido en patógenos Salmonella: ausencia en 25g de materiafrescaStreptococos fecales: 1.0 x 103 MPN/gEnterobacterias totales: 1.0 x 103 CFU/g

Tabla 4. Contenido en metales pesados para el compost, según la Orden do 28 de mayo de 1998 sobrefertilizantes y afines (s.m.s.: sobre materia seca).

Límites máximos admitidos s.m.s.Cd 10 ppmCu 450 ppmNi 120 ppmPb 300 ppmZn 1100 ppmHg 7 ppmCr 400 ppm

Tabla 5. Contenido en elementos fertilizantes que deben ser declarados y garantizados para el compost,según la Orden do 28 de Mayo de 1998 sobre fertilizantes y afines.

Contenido en elementos fertilizantes que deben ser declarados egarantizados

Nitrógeno orgánico Si > 1.1%Materia orgánica totalOpcional: P2O5 total Si > 1.1%Opcional: K2O total Si > 1.1%pH

Pomares y Canet (2001) ofrecen algunos intervalos comunes de los principales parámetros para

los compost españoles: Humedad generalmente inferior al 40%, valor máximo admisible según la

normativa de fertilizantes vigente en España. pH neutro o ligeramente básico (corrector de pH en suelos

ácidos). Cantidades importantes de Ca, Mg, Na, K, B, etc., de modo que cuando se aportan al suelo en

dosis muy altas puede haber un aumento importante de conductividad eléctrica del suelo. En cambio

cuando los aportes de compost son moderadas (12-24 t/ha) los aumentos de salinidad son insignificantes.

Cantidad de MO parecida a estiércoles, con un rango de variación bastante amplio; suelen oscilar entre 25

y 70%, si bien normalmente superan el valor del 50% (la normativa exige >30%). Contenido de N entre

1-2%; la mayor parte del N se encuentra en forma orgánica y su mineralización es muy lenta (10-15%

durante el primer año tras la aplicación del compost al suelo). El P expresado en P2O5 alcanza

normalmente contenidos entre 0.5-1.3% y su disponibilidad para las plantas suele ser baja (15% durante

el primer año para compost de RSU). Contenido en K2O muy variable según la procedencia del compost;

los contenidos suelen estar entre 0.2 y 1.2%; la mayoría se presenta en forma inorgánica, por lo que su

asimilabilidad es semejante a los abonos potásicos minerales. Concentración de CaO del orden de 3-5%

(a veces hasta 10%) y de MgO entre 0.3 y 0.9%. En general los compost cumplen con lo exigido en

cuanto a metales pesados en la Orden de Fertilizantes y afines (1998).

En la Comunidad Europea, la situación legislativa es muy diferente en los diversos países. Los

países más avanzados en cuanto a legislación sobre calidad y usos del compost son Austria, Alemania y

Holanda. Aunque de momento no hay una norma común respecto a la calidad del compost, está en

preparación (CE Working Document: Biological Treatment of Biowaste, 2nd draft, 2001) una

directiva a fin de promover la producción de compost y su aplicación correcta desde el punto de vista

ambiental. Por el momento, los aspectos relativos a la calidad del compost se hallan dispersos en otras

normas, como la relativas a concesión de etiqueta ecológica comunitaria a las enmiendas de suelo y los

sustratos de cultivo (Decisión 2001/688/CE), que limita el contenido de metales pesados (Tabla 6), fija la

carga de nutrientes, limita la presencia de patógenos y se señala la necesidad de suministrar información a

los consumidores acerca de concentraciones de nutrientes y materia orgánica, formas de uso y dosis,

adecuación para grupos particulares de plantas, orientaciones para un manejo seguro, etc. Está también

relacionada con la calidad del compost la Directiva 86/278 sobre utilización de lodos de depuración

(cuando éstos superan una determinada proporción de las materias compostadas).

Tabla 6. Máxima concentración de elementos para a obtención de la Eco-etiqueta comunitaria paraacondicionadores de suelo (m.s.: materia seca).

Elemento (mg kg-1 m.s.)Cd 1Cr 100Cu 100Pb 100Hg 1Ni 50Zn 300

As* 10F 200

Mo* 2Se* 1.5

* solo para productos que contengan materiales procedentes de procesos industriales o residuossólidos urbanos.

6. ¿Para qué se puede utilizar el compost?

La principal aplicación del compost es como enmienda orgánica en agricultura, es decir, como un

material destinado a mantener o incrementar el contenido de materia orgánica del suelo. Puede ser

también utilizado como fertilizante, con el objetivo de incrementar el rendimiento de las cosechas, con

beneficios que se manifiestan de forma más clara a medio y largo plazo.

Pero además de estas aplicaciones, que podemos considerar tradicionales, ligadas eminentemente

a la agricultura, el compost puede encontrar aplicación en otros campos más innovadores. Uno de los más

prometedores es la elaboración de sustratos, aplicación en la que puede ser utilizado sólo o mezclado con

otros productos, como sustituto de materiales como la turba, que es un recurso escaso y no renovable. La

producción de sustratos es limitada en Galicia y su demanda creciente, por lo que consideramos que éste

puede ser un campo de utilización de gran interés.

La jardinería, tanto pública como privada, es otra actividad que potencialmente puede absorber

grandes cantidades de compost, tanto para la implantación y mantenimiento de césped como para

desarrollo de plantas ornamentales. La silvicultura también se beneficia de este producto, que se utiliza

en viveros y para transplante de coníferas.

Otro extenso campo de aplicación es la restauración ambiental; así por ejemplo, en el sellado de

vertederos, en la restauración de canteras, de escombreras de mina, en la regeneración de terrenos

afectados por incendios forestales, revegetación de taludes, descontaminación de suelos, como biofiltro en

la retención de contaminantes y para la desodorización. En la mayoría de estas aplicaciones, muchas de

ellas relacionadas con las Obras Públicas, la Administración puede tener un papel decisivo en la

promoción del uso del compost.

Para que estas aplicaciones potenciales del compost se transformen en mercados consolidados es

necesario informar sobre estas posibilidades al consumidor y ofrecerle un producto de características

concretas, estables y definidas, que le confieran la consideración de producto, para que pueda existir una

demanda definida en competencia con otros. Esta competencia se establece con productos derivados de la

turba, corteza, humus, estiércoles, que cuentan con experiencia en el mercado, conocimiento del producto

por parte de los usuarios y una organización de ventas establecida (CER, 2001). Para ello, las plantas de

compostaje deberían contar con personal dedicado en exclusiva a tareas de comercialización, asesorando

a los consumidores sobre las características del compost y la mejor forma de aplicación.

El precio de venta del compost es muy variable en la UE según el país, la calidad del producto, la

cantidad y forma de presentación, y el uso al que se destina. El compost puede llegar a ser gratuito para

algunos usos agrícolas o para restauración de vertederos, vendido a granel, o alcanzar los 70• /t cuando se

destina a horticultura y paisajismo, debidamente etiquetado y envasado. Hay que tener en cuenta que una

parte significativa del capítulo de ingresos de las plantas de compostaje se debe al cobro de la tarifa

correspondiente a la gestión de residuos, y no solamente a la venta del producto. Hay quien desaconseja

sin embargo la distribución gratuita del compost, pues contribuye a crear una mala imagen para éste,

como un residuo del que interesa deshacerse.

En los países líder -Alemania, Austria, Francia, Holanda- toda la producción de compost es

comercializada, siendo el precio medio de unos 25• /t. Las perspectivas futuras no parecen comprometer

esta situación, pues considerando únicamente la aplicación agrícola, existe un exceso de capacidad en el

mercado de los Estados miembros de la UE para asumir el potencial de producción de compost, por lo

que este factor no debe limitar el desarrollo de los mercados del compost (CER, 2001).

7. ¿Qué valor tiene el compost como enmienda orgánica de suelos?

El principal uso del compost es como enmienda orgánica, es decir como un material destinado a mantener

o incrementar los niveles de materia orgánica en el suelo. ¿Cuál es el interés de esta práctica? Muchas

propiedades del suelo dependen del contenido de materia orgánica: la estructura del suelo y por lo tanto

su capacidad de retención de agua y de aireación, así como el riesgo de erosión y compactación, buena

parte de su capacidad de intercambio catiónico, responsable de la retención de nutrientes y de muchos

contaminantes, el color, que afecta a su capacidad de calentamiento, el sostenimiento de la microflora del

suelo, etc. Por ello, muchas de las funciones del suelo, particularmente la capacidad de almacenamiento y

filtración, suministro de nutrientes y capacidad degradativa, están relacionadas con el contenido de

materia orgánica del suelo.

El carbono del suelo desempeña también un papel esencial en el ciclo global del carbono y, por

lo tanto, en la contaminación atmosférica por CO2 y en el efecto invernadero. Si 8 Gt (1 Gt = 10.000

millones de t) de C antrópico son liberadas anualmente a la atmósfera, 2 Gt de C son secuestradas

anualmente en la materia orgánica del suelo (Lal, 2000). La emisión del CO2 del suelo hacia la atmósfera

es acelerada por diversos procesos degradativos; por el contrario la restauración de los suelos degradados

por erosión, minería, incendios, contaminación o infraestructuras, así como las buenas prácticas agrícolas

encaminadas al mantenimiento de la materia orgánica del suelo pueden contribuir al secuestro del C y a

mitigar el efecto invernadero. En sistemas de cultivo, la capacidad potencial de secuestro de C oscila

según Lal et al (1999) entre 75 y 208 109 kg C/año, incluyendo 9% de conversión de suelos a sistemas

más tamponados, 13% de recuperación de suelos degradados, 49% debidos a mejoras en las técnicas de

conservación de suelos y manejo de residuos, 6% debido a gestión de la irrigación y 25% debido a la

adopción de sistemas de cosecha más eficientes, todo lo cual representa entre 7.3-8.5% de las emisiones

totales en USA y de 1,03 a 1,16 veces las emisiones totales de las actividades agrícolas. El papel del

suelo como sumidero de C es en estos momentos un tema de investigación prioritario en la Unión

Europea.

Los niveles de MO en los suelos son el resultado del balance entre la incorporación de

compuestos orgánicos y su mineralización. En condiciones de equilibrio, los suelos presentan unos

contenidos estacionarios de materia orgánica porque las incorporaciones de nuevos compuestos se

compensan con las pérdidas por mineralización. Por el contrario, existen evidencias de que, con

frecuencia, la materia orgánica no se repone adecuadamente en suelos de cultivo, pues tienden a la

especialización y el monocultivo, habiéndose producido la separación del ganado de la producción

agrícola (Commission of the European Communities, 2002). Es por ello frecuente que los suelos

sometidos a una explotación más o menos intensa presenten unos contenidos ordinariamente bajos de

MO.

Se ha observado que algunos suelos agrícolas pueden perder hasta el 50% del C en un corto

plazo de tiempo, después de pasar de ecosistemas naturales a agrícolas (Lal, 2000). La mayoría de las

pérdidas de carbono de los suelos agrícolas se produce durante la primera década tras el comienzo del

cultivo (Bruce et al., 1999).

El cultivo ocasiona una disminución de la materia orgánica del suelo debido a causas diversas:

porque disminuyen los aportes de materia orgánica al suelo, se ven afectados los regímenes de humedad y

temperatura del suelo, y se favorece la oxidación de la materia orgánica del suelo al romperse los

agregados del suelo por acción del laboreo y quedar expuestos los materiales orgánicos que eran

inaccesibles a una descomposición rápida. Por el contrario, la acumulación de materia orgánica se ve

favorecida por las prácticas agrícolas positivas, tales como el no laboreo, la agricultura orgánica, prado

permanente, cultivos de cubierta, mulching, abonos verdes, abonado con estiércol o compost.

Esta disminución de materia orgánica afecta a muchos suelos del mundo. El descenso en el

contenido de MO de los suelos de las praderas de EEUU puestos en cultivo hace aproximadamente un

siglo se estima en un 50%. Igualmente, la disminución de la materia orgánica se considera una de las

principales amenazas para el suelo en la Unión Europea. La Oficina Europea del Suelo afirma que el

suelo de casi un 75% de la superficie total muestreada en el Sur de Europa tiene un contenido bajo (3.4%)

o muy bajo (1.7%) en materia orgánica. Esta disminución es de particular importancia en las áreas

mediterráneas, pero el problema alcanza también a zonas más frías y húmedas. Datos de Inglaterra y

Gales muestran que el porcentaje de suelos con menos de 3.6% de MO aumentaron de 35% a 42% en el

período 80-95, probablemente debido a cambios en las prácticas de manejo. Al sur de París, la MOS ha

disminuido a la mitad por la misma razón.

¿Podemos hablar de un contenido óptimo de materia orgánica?. El contenido de materia orgánica

no es en sí mismo un estimador absoluto de la calidad de un suelo, sino que hay que contextualizarlo, de

no hacerlo así podríamos concluir que los mejores suelos son los de la tundra ártica y los peores los de los

subtrópicos Boixadera y Teira, 2001). Del mismo modo, en nuestras latitudes podríamos pensar que un

suelo de turbera es mejor que cualquier otro suelo con un contenido moderado de materia orgánica. En

términos generales, podemos decir que para que la materia orgánica pueda ser considerada un factor de

calidad debe ser capaz de servir de sustrato a los organismos vivos del suelo, mineralizarse en la medida

que permita funcionar los ciclos de los elementos biogeoquímicos y suministrar nutrientes a las plantas, al

tiempo que otra parte se humifica e interactúa con la materia mineral, a fin de producir una estructura

estable.

Según se consideren una u otra de las diferentes funciones (productivas, conservadoras y

ambientales) que cumple la materia orgánica del suelo, varían mucho los valores de MO recomendados

por los diferentes autores para que estas funciones se desarrollen adecuadamente. Díaz-Fierros (2002)

propone distintos intervalos, según la función del suelo que se considere. Así, para las funciones

productivas, evaluables por los incrementos a corto plazo de los rendimientos vegetales, los valores

recomendados oscilan entre un 2 y un 6% de materia orgánica. Para las funciones conservadoras, como

pueden ser el mantenimiento de la estructura del suelo o la resistencia a la compactación o a la erosión,

los valores pueden variar, según los casos, entre un 4 y un 12%. Para las funciones ambientales, entre las

cuales cabría destacar el papel de sumidero de la materia orgánica frente a las emisiones de dióxido de

carbono y, por lo tanto, frente al cambio climático, los niveles óptimos son prácticamente ilimitados. Por

lo tanto, para definir el nivel óptimo de MO se tendría que considerar previamente cual de sus funciones

se quiere primar. Teniendo que cada vez se valoran más las funciones conservadoras y ambientales, no

sería excesivo considerar como valores de referencia los comprendidos entre el 4 y el 6 %.

¿Qué consideraciones hay que tener en cuenta cuando se utiliza compost como enmienda

orgánica?. Los aspectos clave son: establecer las dosis adecuadas para alcanzar los niveles de materia

orgánica deseados, distribuir la enmienda a lo largo del tiempo, y tener en cuenta el aporte de nutrientes y

ocasionalmente contaminantes que se realiza al aplicar dichas dosis. Para establecer las dosis a aplicar es

importante conocer la tasa de mineralización del compost, que depende de las características del mismo

(materia orgánica resistente en relación a la materia orgánica total), del tipo de suelo y del clima, siendo

recomendable realizar determinaciones de la tasa de mineralización que tengan en cuenta estos factores, e

el sistema agroecológico en el que el compost va a ser utilizado.

En Ortiz (2001) encontramos un sistema sencillo de cálculo de los aportes de residuos orgánicos

para alcanzar un nivel deseado de materia orgánica en el suelo;

MOxMSx

ROKxTFxDAxPx

haMgAporteRO10

)_1(101

)/(3

−=

Donde,

RO= residuo orgánico, en este caso compost, expresado en materia fresca

TF= porcentaje de tierra fina del suelo

DA=densidad aparente del suelo (Mg m-3)

P= profundidad del suelo considerado (m)

K_RO= coeficiente de mineralización de la materia orgánica del compost

MO= materia orgánica del compost (%)

MS= materia seca del compost (%)

Ortiz (2001) propone estimar K_RO a partir de los análisis de materia orgánica resistente (MOR)

y materia orgánica total (MOT) del compost, como K_RO=1-(MOR/MOT).

Otra cuestión a tener en cuenta es la temporalización de los aportes. La Junta de Saneament de

Cataluña recomienda dividir los aportes calculados para una única aplicación por el número de años en

que se desea aplicar la enmienda. Según Ortiz (2001) este procedimiento genera un leve error que

conduce a un contenido de MO inferior al previsto y describe un modelo de cálculo reiterativo, el modelo

DIMOS (dinámica de la MO del suelo), que permite efectuar simulaciones introduciendo en el modelo los

datos básicos de aportes de MO y de constantes de mineralización de distintas fracciones orgánicas, así

como las características básicas del suelo.

El uso de residuos con valor orgánico no implica que su contenido de nutrientes sea

necesariamente bajo; tanto es así que muchos residuos con valor orgánico tienen a la vez un valor como

fertilizante. Cuando se utilizan con un criterio de enmienda orgánica en lugar de con un criterio de

nutrientes pueden realizarse grandes aportes de N, P y K, y ocasionalmente de metales pesados, que

conviene calcular. Teniendo en cuenta la dinámica de mineralización de la materia orgánica y el aporte de

nutrientes, Ortiz (2001) recomienda realizar aportes periódicos de cantidades moderadas de materiales

orgánicos, de modo que se contribuya al mantenimiento de los niveles orgánicos del suelo con un mínimo

riesgo de contaminación y un máximo aprovechamiento de la materia orgánica.

8. ¿Necesitan materia orgánica los suelos gallegos?

Los suelos superficiales de Galicia tienen generalmente entre 3-20% de materia orgánica. Estos valores,

que pueden considerarse elevados en comparación con los de otros suelos del área mediterránea, son

debidos a la elevadas precipitaciones y temperaturas suaves, y, en algunos tipos de suelos, a la interacción

entre materia orgánica y formas reactivas de Fe y Al, que ralentizan su mineralización (Carballas et al,

1978; García-Rodeja et al, 1987; Barral et al, 1997). Los niveles de materia orgánica, sin embargo, son

muy diferentes según el uso del suelo. Los contenidos en materia orgánica de los suelos gallegos pueden

considerarse altos en terrenos a monte, donde nunca fueron realizadas con anterioridad prácticas

agrícolas, pero en las tierras de cultivo la los contenidos de materia orgánica son claramente inferiores

(Díaz-Fierros, 1999). Ya en 1965, Muñoz Taboadela indicaba que los suelos naturales contenían en

promedio un 12% menos de MO que los suelos cultivados, considerando una profundidad de suelo de 30

cm. Según Bouhier (1979) el intervalo de MO del suelo más frecuente en los suelos cultivados de Galicia

es del 8-10%, que es un valor inferior al del 12% que ofrecen como promedio los horizontes superficiales

de los suelos de prado de la región (Méndez, 1971). En la provincia de A Coruña los suelos cultivados

presentan contenidos de C inferiores en un 30-40% con respecto a los no cultivados (Calvo et al, 1992).

No solo en los suelos cultivados hay grandes carencias de C, sino también en suelos que han

sufrido procesos de degradación por erosión, incendios repetidos o destrucción de los horizontes

superficiales por actividades mineras, construcción de infraestructuras, suelos contaminados, etc. En estos

casos la adición de MO es una acción obligada si se quiere reconstruir rápidamente la actividad biológica

y la capacidad productiva de los suelos degradados. La incorporación de materia orgánica sería también

beneficiosa en suelos con climas xéricos o arídicos, en áreas de suelos pobres en nutrientes, de baja

capacidad de cambio y de retención de agua, en suelos ácidos con arcillas 2:1 y altos niveles de Al

cambiable y en suelos contaminados, ya que la materia orgánica es un poderoso agente de retención e

inmovilización de un gran número de contaminantes orgánicos e inorgánicos (Macías, 2001).

Díaz-Fierros (1999), tomando como base los datos de más de tres mil suelos de cultivo

analizados en la década de los sesenta, calculó que existen en Galicia 15.000 ha de suelos de cultivo con

menos de un 4% de materia orgánica y 250.000 ha con menos de un 6% (Tabla 7). Los suelos con mayor

déficit se corresponden con zonas de cultivo intensivo, como maíz o viña, en un clima con estiaje

marcado y, sobre todo, donde la fertilización tradicional con estiércol ya no se practica1.

Tbala 7. Superficie de tierras de cultivo de Galicia (ha) según su contenido en m.o. (%).

Materia orgánica (%) <2% <4% <6%

A Coruña 6372 33600 96359

Lugo* 4569 27412 73089

Ourense 4036 25501 54350

Pontevedra 0 4561 28018

GALICIA 14977 91074 251816

Esta disminución del contenido de materia orgánica a lo largo del tiempo como consecuencia de

los cambios en los sistemas de cultivo, se puso en evidencia en un estudio de campo realizado en el

Concello de Caldas de Reis (Domínguez et el, 2001). La existencia de estudios previos de los suelos de

este Concello, realizados en 1958 por Muñoz-Taboadela et al, y en 1964 por Sánchez et al (aunque el

estudio fue publicado en 1986) ofrecía una oportunidad única de comprobar si el abandono de la

fertilización tradicional había producido una disminución en el contenido de materia orgánica del suelo.

Los datos censales disponibles indicaban que, considerando tanto ganado bovino como porcino, la

intensidad ganadera de este municipio había disminuido desde 83.8 en 1970, a 66.2 en 1986. En 1997 se

recogieron 76 muestras superficiales de suelos en los mismos puntos muestreados en 1964 por Sánchez et

al; el área de estudio formaba parte de una estudio más extenso realizado en 1958 por Muñoz-Taboadela

et al. Los suelos analizados estaban dedicados a cultivo de maíz y viñedo. Los resultados indican que en

el período estudiado (1958-1997) se produjo una disminución progresiva –y estadísticamente

significativa- del contenido de C orgánico del suelo, que perdió un 43% de C en 39 años, con un ritmo

inicial del 4.6% anual en los primeros 6 años, y un segundo estadío de degradación más lenta, a razón de

un 0.5% anual. La tasa de mineralización derivada del ajuste a una cinética de mineralización de primer

orden fue de 0.0134 años-1

1 Desdel os años setenta este método tradicional de producción de estiércol fue siendo abandonado como resultado de la

pérdida de mano de obra en las granjas, debido a la emigración hacia los pueblos más grandes, ciudades y hacia el extranjero.

Asimismo, en esta década, la ganadería sufría una transformación, con la tendencia a concentrarse en explotaciones intensivas. En

aquellas zonas donde el número de cabezas de ganado bovino se mantuvo o incluso aumentó, como sucedió en las provincias de A

Coruña y Lugo, la fertilización orgánica tradicional fue sustituída por la adición de otros fertilizantes orgánicos como el purín.

Un tasa similar de mineralización (0.00089 años-1) fue obtenida al ajustar a esta ecuación los

valores de materia orgánica determinados a lo largo de 21 años en una parcela de experimentación de la

Misión Biológica de Galicia que no había recibido abonado orgánico, y que mostró una fuerte

disminución de su contenido en MO, mientras que, por el contrario, otra parcela que recibió estiércol (30 t

ha-1 año-1) mantuvo su nivel original de MO.

Como se ha expuesto anteriormente, es difícil establecer cual es el contenido de materia orgánica

adecuado para que todas las funciones del suelo puedan ejercerse satisfactoriamente, pero parece existir

cierto acuerdo sobre un valor umbral de 4-6% de materia orgánica. Para estimar la dosis anual de MO que

debería ser añadida al suelo para mantener o alcanzar un nivel de MO deseado en un momento dato

podemos aplicar la ecuación (2) (Izaurralde et al, 1997) que tiene en cuenta la mineralización del carbono

orgánico del suelo y la dosis anual neta de enmienda orgánica después de la mineralización:

SOC=Co.e-k-t+A/k.(1-e-kt) (1)

En la que SOC es el carbono orgánico del suelo (en kg ha-1) en el tiempo t; Co es el carbono

orgánico del suelo a tiempo 0, A es la dosis anual de carbono añadido al suelo (t ha-1 año-1) y k es la

constante de mineralización (años-1). En esta estimación se consideró un mismo valor de k para la

mineralización de la materia orgánica del suelo y para la enmienda orgánica

Aplicando estas estimaciones a los suelos de Caldas de Reis, podemos cifrar en 1.4 t ha-1 año-1 la

dosis de C que debería ser aplicada para mantener hasta el año 2025 los niveles de C existentes en 1997;

en 2.5 t C ha-1 año-1 la dosis de C a aplicar para mantener los niveles existentes en 1958; y en 4.9 t C ha-1

año-1 la dosis a aplicar si deseara recuperar (entre 1997 y 2025) los niveles existentes en 1958.

Teniendo en cuenta los valores promedio de C en purines, estiércoles y compost hemos estimado

la dosis de enmienda orgánica que se necesitaría añadir al suelo anualmente para mantener los niveles de

C orgánico antes mencionados (Tabla 8). Si comparamos las cantidades requeridas con la producción de

purines en el municipio (aproximadamente 53.000 t año-1) es evidente que la cantidad requerida es mayor

que la producción, por lo que los suelos de este municipio podrían aceptar excretas u otro tipo de

enmiendas orgánicas procedentes de otras áreas.

Tabla 8. Dosis de enmienda orgánica anual (en kg ha-1 de suelo o en t precisas para todos los suelos decultivo del Concello de Caldas de Reis) que debe ser añadida para: a) mantener los niveles de Cpresentes en 1997 hasta 2025; b) restablecer los niveles presentes en 1958 a partir de 1997; e c)mantener los niveles presentes de C en 1958 hasta el año 2025.

carbono estiércol purín compost

kg ha-1 ano-1 t año-1 kg ha-1 año-1 t año-1 kg ha-1 año-1 t ano-1 kg ha-1 ano-1 t año-1

a 1.423 3.341 9.411 22.097 54.378 127.679 9.062 21.277 b 4.880 11.458 32.284 75.803 186.534 437.982 31.088 72.995 c 2.504 5.879 16.560 38.756 95.687 224.673 15.946 37.441

Haciendo extensivos estos cálculos al conjunto de los suelos de Galicia, teniendo en cuenta las

estimaciones sobre los contenidos de materia orgánica de los suelos cultivados gallegos realizadas por

Díaz-Fierros (1999), las cantidades de MO requeridas para alcanzar un 6% de MO (en 2025) en el suelo

son semejantes a la cantidad de purín producido en Galicia, pero representan el doble de la producción

anual de purín, si consideramos que los contenidos de MO de los suelos (en la década de los 60) hubieran

disminuido de acuerdo con la velocidad de mineralización que presentan los suelos de Caldas (Tabla 9).

Otros residuos orgánicos, tales como el compost, se harían necesarias como enmienda complementaria a

las excretas ganaderas, aún el supuesto de que éstas se distribuyeran uniformemente en las áreas

deficitarias en materia orgánica.

Tabla 9. Materia orgánica (103 t año-1) precisa para restablecer el 6% o el 4% de M.O. en sueloscultivados de Galicia, y su equivalente (103 t año-1) en estiércol, purín y compost: a) de acuerdo con losdéficits de M.O. estimados a partir de estudios realizados en los años 60. b) según los déficits estimadospara 1997 aplicando a los contenidos de los años 60 una cinética de mineralización como experimentadapor los suelos de Caldas de Reis.

materia orgánica estiércol purín compost6% 4% 6% 4% 6% 4% 6% 4%

a 754 185 2.898 710 16.775 4.110 2.796 684b 1.348 701 5.186 2.692 29.966 15.553 4.994 2.592

¿Qué dosis de compost son recomendables y en qué momentos del año conviene aplicarlo?. Las dosis de

compost dependerán del nivel de materia orgánica presente en el suelo, del nivel que de desee alcanzar y

de la velocidad de mineralización de la materia orgánica del compost y de la del propio suelo. De modo

general, las dosis recomendadas que se obtienen al tener en condiciones comunes en suelos de Galicia se

encuentran entre 10-30 t ha-1, valores semejantes a los utilizados habitualmente con el estiércol, lo que sin

duda facilitará su aplicación por parte de los agricultores. En cuanto al tiempo de aplicación, es

recomendable realizar la incorporación al suelo unos dos meses antes de la siembra, a fin de asegurar que

no se produzca inmovilización del N por los microorganismos del suelo, y la mayor parte del N

mineralizado se encuentre a disposición de las plantas.

9. ¿Cuál es el valor del compost como fertilizante?

Todas las culturas antiguas basaron el mantenimiento de la fertilidad de los suelos cultivados en aportes

periódicos de sustancias orgánicas de diversas procedencias, que venían a compensar las pérdidas de

fertilidad y contenido de carbono del suelo que se producía como consecuencia del laboreo y la cosecha.

Pero la llegada de los abonos químicos y los espectaculares aumentos de producción que se obtenían con

ellos hizo suponer que los abonos orgánicos estaban definitivamente desplazados por éstos. Sin embargo,

con el paso del tiempo se puso de manifiesto que la productividad no dependía solo de los niveles de

nutrientes, sino del mantenimiento de la calidad del suelo, en la que son también esenciales el

mantenimiento de unas propiedades físicas adecuadas (estabilidad de la estructura, porosidad que asegure

una capacidad de suministro de aire y agua), y de una cantidad y actividad adecuada de la microflora

edáfica que permita el funcionamiento de los ciclos de los principales elementos. Por el contrario el

exceso en el suministro de nutrientes llevó en ocasiones a la contaminación de suelos y aguas, al tiempo

que el déficit de materia orgánica del suelo contribuía a un nuevo estancamiento de la productividad

agrícola. La constatación de que la fertilidad y sobre todo la sostenibilidad del uso del suelo dependen en

gran medida del mantenimiento de unos niveles de materia orgánica, junto con la disponibilidad creciente

de materiales residuales orgánicos, ha llevado a considerar su aplicación al suelo, con el fin de reciclar

estos materiales aprovechando su valor fertilizante. En términos de energía y materia, los residuos

orgánicos son recursos de alto valor y baratos, mientras que la producción de energía, materia orgánica y

nutrientes para los cultivos, de novo, tiene un coste energético mucho mayor (Boixadera y Teira, 2001).

Los residuos orgánicos, en concreto el compost, contienen nutrientes (N, P, K, Ca, Mg,

oligoelementos), que bien pueden encontrarse bajo formas de cesión más lenta que las de los fertilizantes

de síntesis, como es el caso del N, bien en formas de alta solubilidad, como suele ser el caso del K.

Cuando se aplica el compost con criterio fertilizante, lo más frecuente es utilizar el criterio N, debido al

impacto de este elemento sobre el agua y el aire y por su importancia como macronutriente para las

plantas, buscando ajustar el aporte a las necesidades de los cultivos, tanto en el tiempo como en el espacio

(Danés y Boixadera, 2001). Este criterio no es sin embargo fácil de llevar a la práctica, debido a que no

todo el N del compost es inmediatamente utilizable por las plantas, estimándose entre un 10 y un 20% del

N total que es mineralizado al cabo de 60 días de aplicación al suelo, según el tipo de compost y las

características del suelo y clima. El ccálculo del aporte puede basarse en el N mineral (amoniacal y

nítrico) por presentar una disponibilidad similar a la del fertilizante en forma de nitrato.

También se puede aplicar el criterio P, cuando se desea limitar el aporte de este elemento por se r

n los contenidos del suelo ya muy elevados o cuando hay riesgo de contaminación de las aguas

superficiales o profundas (Danés y Boixadera, 2001). En cualquier caso, siempre habrá de tenerse en

cuenta el criterio metales pesados y el criterio sanitario, por ser criterios legales.

10. ¿Qué experiencias tenemos en Galicia de aplicación de compost?

Con motivo de la puesta en marcha de las plantas de compostaje en Galicia se llevaron a cabo campañas

de divulgación que pretendían informar a los potenciales usuarios de los usos y beneficios del compost,

motivando al mismo tiempo a la población a realizar una correcta separación en origen de los residuos

domésticos a fin de facilitar la recuperación de materiales reciclables y un correcto tratamiento biológico

de la fracción orgánica.

Las Universidades gallegas colaboraron en estas campañas, aportando los resultados de sus

experimentos de aplicación de compost –hasta el momento procedente de productores de fuera de la

comunidad- a suelos de cultivo. En lo que a nuestro grupo de trabajo se refiere, hemos participado desde

1997 en diversos trabajos de investigación en campo e invernadero. Se realizaron ensayos en suelos de

cultivo de maíz (Zea mays L.) (Cangas do Morrazo) y de patata (Solanum tuberosum L.) (terrenos de la

Estación Experimental del INIA en Mabegondo), por ser algunos de los más representativos de la

agricultura gallega. Otra de las aplicaciones más destacadas del compost es en horticultura ornamental,

evaluándose su aplicación en cultivo de crisantemo (Chrysantemum sp.) en invernadero. Las dosis de

compost evaluadas oscilaron entre 20 y 60 t ha-1. Por otro lado, la aplicación de compost (60 y 120 t ha-1)

en un cultivo de ray-grass (Lolium multiflorum Lam.) en macetas bajo invernadero permitió evaluar sus

efectos en condiciones controladas, comparando sus efectos con los de un fertilizante nitrogenado de

síntesis (Domínguez, 2003).

Los objetivos de estos experimentos eran determinar el efecto de la adición del compost en la

calidad física, química y biológica de los suelos, y en los rendimientos de la cosecha. Otros aspectos que

interesaba determinar eran la velocidad de mineralización y la liberación de nutrientes del compost

adicionado a distintos tipos de suelos en Galicia, a fin de poder hacer recomendaciones sobre la dosis y

tiempo de aplicación del compost al suelo.

En estos ensayos se pusieron de manifiesto las siguientes mejoras significativas en el suelo o en

cultivo:

1. Propiedades físicas:

• Incremento de la capacidad de retención de agua

• Disminución de la pérdida de suelo por acción de la lluvia

• Disminución de la densidad aparente del suelo

2. Propiedades químicas:

• Incremento del pH

• Incremento del contenido en nutrientes del suelo (potasio, calcio, magnesio, fósforo y

nitrógeno)

• Incremento del contenido en carbono y materia orgánica del suelo

3. Propiedades biológicas:

• Aumento de la biomasa microbiana

• Incremento de la actividad enzimática (deshidrogenasa)

• Aumento de la producción (aunque no en todos los ensayos)

Estos resultados confirman, pues, el valor del compost como enmienda orgánica en suelos de Galicia,

obteniéndose incrementos significativos de la materia orgánica del suelo, por lo que puede considerarse

una alternativa válida a otras enmiendas orgánicas, como el estiércol o el purín. Constituye asimismo, una

alternativa o complemento a la fertilización inorgánica, en cuanto a su capacidad de cesión de nutrientes,

con la ventaja adicional de que la adición de compost lleva aparejadas otro tipo de mejoras en el suelo,

como en sus propiedades físicas o biológicas, importantes para el sostenimiento de su calidad. El

principal problema atribuible al uso de compost como enmienda orgánica es el posible aporte de metales

pesados al suelo, -si bien en estos ensayos no se observaron incrementos de metales en plantas atribuibles

a la adición de compost- por lo que la calidad del compost a añadir deberá tenerse en cuenta en su uso en

suelos agrícolas.

Figura 1. Disminución de la densidad aparente en seco, incremento del pH en H2O, incremento delnitrógeno inorgánico e incremento de la biomasa microbiana del suelo, como ejemplo de las propiedadesfísicas, químicas y biológicas que se vieron mejoradas con la adición del compost al suelo de cultivo depatata en Mabegondo.

No siempre las mejoras de propiedades del suelo se tradujeron en mejoras estadísticamente

significativas de productividad del cultivo, lo que puede ser en parte explicado por ser experimentos a

corto plazo, unido a que se trataba de suelos con contenidos previos en nutrientes ya aceptables para el

cultivo, y por lo tanto poco sensibles a la hora de dar una respuesta a la adición de cualquier tipo de

fertilizante. Las mejoras más evidentes en rendimiento se observaron en los experimentos en macetas, en

los que se añadieron las cantidades más elevadas de compost (60 y 120 t/ha), se aguardó un tiempo de tres

meses entre la incorporación del compost y la siembra, y no se dió la heterogeneidad inevitable en las

parcelas de cultivo de campo.

3HVR�SDUWH�DpUHD��J�

dens idade aparente en s ec o

1,051,1

1,151,2

1,251,3

1,35

O utubro

c ontro l

c om pos t I

c om pos t II

m g N ino rg 100g -1 s o lo

0

5

10

15

Xuño O utubro

c ontro l

c om pos t I

c om pos t II

inorgán ic o

pH H2O

5

5,56

6,5

7

Xuño Outubro

control

compost I

compost II

inorgánico

m g C-b iom as a 100g -1 s o lo

0

10

20

30

O utubro

c ontrol

c om pos t I

c om pos t II

inorgán ic o

Densidad aparente (g cm-3)

Octubre Junio Octubre

Junio Octubre

mg C-biomasa 100 g-1 suelomg Ninorg 100 g-1 suelo

Octubre

dens idade aparente en s ec o

1,051,1

1,151,2

1,251,3

1,35

O utubro

c ontro l

c om pos t I

c om pos t II

m g N ino rg 100g -1 s o lo

0

5

10

15

Xuño O utubro

c ontro l

c om pos t I

c om pos t II

inorgán ic o

pH H2O

5

5,56

6,5

7

Xuño Outubro

control

compost I

compost II

inorgánico

m g C-b iom as a 100g -1 s o lo

0

10

20

30

O utubro

c ontrol

c om pos t I

c om pos t II

inorgán ic o

Densidad aparente (g cm-3)

Octubre Junio Octubre

Junio Octubre

mg C-biomasa 100 g-1 suelomg Ninorg 100 g-1 suelo

Octubre

peso poda (g)

0

1

2

3

4

5

6

Abril Maio

control

CM 1

CM 2

CI 1

CI 2

CMF

CIF

F1

F2

Fig. 2. Efecto de diversos tratamientosen la producción de ray-grass enmacetas en invernadero. Se ensayarondos dosis de dos tipos de compost (CMy CI), solos o en combinación confertilizante nitrogenado (CMF y CIF), yse compararon con el efecto de laadición de dos dosis de fertilizantenitrogenado (F1 y F2). El compostincrementó significativamente laproducción de ray-grass encomparación con el suelo (S), si bien seobtuvieron mejores resultados con lamezcla compost-fertilizante.

11. ¿Qué otros usos tiene el compost?

El compost en la elaboración de sustratos

Una alternativa de utilización del compost que parece presentar buenas perspectivas de futuro,

especialmente en Galicia, es su empleo en la elaboración de sustratos para cultivos de vivero (flor

cortada, planta ornamental y forestal). La actividad viverista es una gran consumidora de mejoradores de

suelo y sustratos; su utilización es una parte esencial de los ciclos de cultivo y representa una parte

importante de los costes de producción.

La relevancia de este sector en el conjunto de la agricultura española ha seguido en la última

década una tendencia creciente, tanto en contribución a la Producción Vegetal Final como en generación

de empleo. En Galicia, la producción de flores y plantas ornamentales representa un 7.8% del PFA, con

una mayor superficie dedicada a este fin en las provincias de A Coruña y Pontevedra. Los productores

gallegos exportan en este momento un 45% de su producción, que no es suficiente para atender la

demanda del exterior. Por lo tanto, el cultivo de flor y planta ornamental se presenta como un sector de

futuro, que se puede convertir en una importante alternativa de la agricultura gallega, lo que se puede

hacer extensivo a otras Comunidades en las que se ha producido una fuerte expansión de este sector,

como es el caso de Andalucía, siendo también una actividad relevante en Canarias, Comunidad

Valenciana, Cataluña o Murcia.

Por otra parte, la producción de planta forestal en vivero muestra también una tendencia

creciente. Refiriéndonos a Galicia, esta Comunidad produce aproximadamente un 40% del volumen total

español de madera. La producción de planta forestal en Galicia se realiza en viveros de la Administración

Autonómica y privados. Los viveros privados, muchos de los cuales han aparecido en los últimos años,

son los que atienden la mayor demanda de planta para repoblación.

En este contexto, la identificación y evaluación de materiales utilizables como enmienda y

sustrato, eficaces, de suministro constante y de bajo coste resulta de gran interés. Los jardineros y

viveristas ya tienen experiencia en el uso de compost obtenido de estos de poda y otras materias

vegetales, pero el compost de RSU, aún obtenido a partir de fracción orgánica recogida selectivamente en

origen (FORSU) presenta características particulares, que deben ser estudiadas antes de plantearse su

utilización en vivero.

En la actualidad, la producción de sustratos es muy escasa en Galicia y su demanda elevada. En

un proyecto financiado por CICYT sobre Materiales susceptibles de ser utilizados en España como

sustratos o componentes de sustratos de cultivo para ornamentales (Investigador principal M. Abad

Berjón, AGF95-1698) sólo aparecía registrado en Galicia un sustrato obtenido a partir de residuos y

subproductos de explotaciones forestales, lo que pone de manifiesto la necesidad de incrementar la

producción de sustratos, particularmente si con ello se consigue encontrar nuevos usos a materiales que

actualmente se consideran subproductos. En vistas del potencial actual de producción de compost en

Galicia (71.000 t/año procedente de FORSU se preveían para 2003), parece interesante armonizar esta

oferta con la demanda de materiales orgánicos por parte de los viveristas. Desde el punto de vista del

productor del compost se desarrolla una importante vía de comercialización, con gran valor añadido y

compatible con un mayor radio de distribución. Desde la perspectiva del viverista, éste podría disponer,

de confirmarse la aptitud del compost de FORSU para este uso, de un producto de suministro constante y

de menor precio que los productos que utiliza habitualmente. Desde el punto de vista ambiental, se

reintroduce un residuo en el proceso productivo (reciclado) y se favorece un tratamiento correcto de los

RSU según los principios europeos de la gestión de residuos.

Para evaluar el potencial de aplicación de compost para este fin es necesario conocer sus

propiedades químicas (nutrientes, pH, conductividad eléctrica, cantidad y estabilidad de la materia

orgánica), sus propiedades físicas (capacidad de retención de agua, capacidad de aireación, cambios de

volumen y capacidad de sustentación) y biológicas (contenido en semillas de malas hierbas, efectos en la

germinación y en el desarrollo de las plantas. Como los sustratos están generalmente constituidos por

mezclas de materiales, ha de conocerse el comportamiento de las mezclas, a fin de establecer distintas

formulaciones según el tipo de planta y condiciones del cultivo. Un aspecto de gran importancia que hace

aún más interesante el uso del compost para elaboración de sustratos es su capacidad probada para actuar

como supresor de enfermedades de las plantas (como las producidas por Phytophtora, Fusarium, Botrytis,

Pytium, Rhizoctonia, etc), que es atribuída a la acción de los microorganimos naturales del compost,

constituyendo una alternativa ecológica al uso de pesticidas.

Recientemente hemos iniciado un proyecto de investigación encaminado a valorar las

propiedades del compost como componente de sustratos de vivero, su posible corrección y/o mezcla con

otros materiales, y sus efectos en el rendimiento del cultivo, en las condiciones ambientales y

socioeconómicas de nuestro entorno (AGL 2003-08958 CICYT). La mayor parte de los compost

incluidos en este estudio son producidos en Galicia. Como avance de resultados de este proyecto

podemos mostrar el comportamiento de tres tipos de compost obtenidos a partir de fracción orgánica de

residuos municipales con recogida selectiva (FORSU), bien mediante compostaje aerobio propiamente

dicho (CL, CM), bien por biometanización seguida de maduración en condiciones aerobias de los fangos

procedentes de digestión (CN), comparándolos con un vermicompost obtenido a partir de excretas

animales (CH), un compost de fracción vegetal (restos de poda y jardinería) (CMV) y un compost de

corteza de pino (CP).

Las propiedades químicas y físicas de los compost han sido determinadas siguiendo las

correspondientes normas UNE para caracterización de sustratos, siempre que éstas existieran, y en su

defecto, los métodos para caracterización del compost de la Federal Compost Quality Assurance

Organization (FCQAO, Alemania, y se muestran en la tabla 10. Los compost analizados presentan valores

de pH superiores a la neutralidad, a excepción de la corteza de pino compostada, con un valor de 6.2. La

conductividad eléctrica (CE) es más elevada en los compost procedentes únicamente de FORSU (CL y

CN). La densidad aparente (DA) y la densidad aparente compactada (DAC) son muy inferiores en el

compost de pino (CP), presentando valores intermedios el compost CMV, obtenido a partir de diversos

restos vegetales (CMV) y el CN derivado de biometanización. La materia orgánica es superior al valor del

25 % impuesto como límite inferior para el compost en la Orden de Fertilizantes y afines (28/5/98). La

corteza de pino compostada (CP) está casi exclusivamente constituida por materia orgánica (98%). La

humedad oscila entre el 30 y el 65%, con valores más elevados en los compost de procedencia vegetal,

que superarían el valor del 40% impuesto por la Orden de Fertilizantes.

Tabla 10. Características más relevantes de los compost estudiados para su uso coom sustratos.

Unidad CL CN CM CMV CH CP

pH - 8.2 8.4 9.2 7.3 7.9 6.2

CE mS/m 242 230 119 136 70 37

DA g/L 438 366 467 339 593 78

DAC g/L 531 417 533 474 692 88

H % 42 30 31 53 46 65

MO % 40 49 43 52 36 98

NTK % 1.49 1.70 1.77 1.84 1.02 0.02

N-NH4→CaCl2 mg/L 6.3 618.0 1.73 4.9 2.04 3.5

N-NO3→CaCl2 mg/L 26.7 35.9 27.8 167.6 109.0 3.8P→CaCl2 mg/L 201 195 270 287 2831 0.12

K→CaCl2 mg/L 1760 1594 3441 1029 1049 22

Mg→CaCl2 mg/L 466 448 615 515 1702 13.2

Tot-P mg/L 5457 2247 1795 4242 13289 13

Tot-Ca g/L 42.3 30.0 44.6 41.1 48.3 0.22

Tot-Cu mg/L 440 877 28 326 96 0.41

Tot-Zn mg/L 610 254 107 427 477 6

Tot-Cd mg/L 1.6 1.5 1.1 1.2 1.1 0.2

Tot-Pb mg/L 119 78 33 85 20 1.2

Tot-Cr mg/L 41 33 9.1 32 16 0.6

Tot-Ni mg/L 40 24 14 34 19 1.1

El contenido de N total Kjeldahl (NTK) es poco variable, con valores algo inferiores en CH. El

compost de corteza de pino es fundamentalmente un material carbonado, con un bajísimo contenido de N

total. El contenido de N amoniacal extraíble en Cl2Ca+DTPA es muy variable, presentando los valores

más altos CN, procedente de un tratamiento anaerobio, que si bien ha sido sometido a maduración aerobia

posterior, ha debido de ser insuficientemente aireado en esa etapa del tratamiento. A excepción de este

compost CN, el contenido de N en forma de nitrato es superior al de amonio, presentando los valores más

altos CMV y CH. El principal nutriente aportado por el compost es el K, a excepción del vermicompost

de excretas CH que es una fuente importante de P. La corteza de pino compostada CP prácticamente no

tiene capacidad de aporte de nutrientes.

El contenido de metales pesados es elevado en los compost de FORSU (CL, CN y CM) e incluso

en el compost vegetal CMV, superando en algún caso los límites legales de metales pesados (Cu, Zn)

cuando se expresa en concentración sobre masa seca. Todos los compost están libres de Salmonella y

están por debajo del valor límite de E. coli; sin embargo suelen superar el valor de referencia de

Enterobacterias.

Estos primeros resultados muestran también una porosidad adecuada del compost de FORSU,

que aporta una capacidad de retención de agua similar a la turba, aunque con una porosidad de aire algo

inferior a la de ésta (Tabla 11).

Tabla 11 . Propiedades físicas de un compost de FORSU en comparación con las de turba

Muestra Da secaKgm-3

Valor decontracción

%

D partículaKg m-3

Porosidad total%

Volumen deagua

%

Contenido deaire%

Turba 108 23 1558 93 49 44

Compost (CL) 364 29 2066 82 48 34

La compatibilidad con las plantas, propiedad de gran importancia al evaluar el uso del compost

como componente de sustratos, ha sido estudiada mediante el test de germinación de berro (Lepidium

sativum) y el test de cebada (Hordeum vulgare), en comparación con un sustrato comercial de turba y

perlita. Los resultados obtenidos indican que los compost de FORSU presentan un efecto de inhibición

de germinación del berro que puede ser principalmente atribuido a un exceso de concentración salina,

cuando se utilizan sin dilución (Fig. 3). La mezcla con otros materiales permite atenuar estos problemas,

si bien CL y CN resultarían más adecuados para su uso como enmienda o abono que como componentes

de sustrato. Los demás compost analizados, diluidos al 50% con sustrato comercial, ofrecieron mejores

resultados de crecimiento de cebada que el propio sustrato comercial. La salinidad representa pues un

limitante importante para el empleo del compost de FORSU como componente de sustratos. Este

problema puede ser atenuado mediante su mezcla con otros componentes de bajo contenido en sales,

como la corteza de pino compostada, turba u otras materias vegetales. Por otra parte, la reducción del

contenido de sales (procedentes mayoritariamente de los restos de comida), durante el proceso de

compostaje (mezcla apropiada con restos vegetales) o previamente a su incorporación a las mezclas de

sustratos podría ser considerada.

Fig. 3 Resultados del test de cebada. Los resultados se expresan como una índice de aptitud(biomasa media del tratamiento en relación a la biomasa del control) de los compost en comparacióncon un sustrato comercial de referencia.

Indice de aptitudes de compost (cebada 25% )

100,00

112,66

124,30 125,17

111,53

129,43

140,37

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

110

120

130

140

150

Control Lousame Nostian Pino Vegetal Humusina FORSU+Veg

sustrato

FM

(r)2

5%

Uso del compost en la recuperación de suelos contaminados

El compost (o el compostaje) puede ser empleado con éxito en la descontaminación de suelos. Una

experiencia de biorrecuperación de suelos contaminados mediante la técnica de biopilas (una aplicación

del compostaje) ha sido llevada a cabo en Galicia, con suelos contaminados con Lindano, en el polígono

de Torneiros (O Porriño).

El sistema de biopilas es una técnica de biocorrección "ex situ" que consiste en la adición de

nutrientes, materia orgánica (cortezas u otras materias vegetales, excretas animales) y otras enmiendas al

suelo contaminado, que se dispone en montones alargados (pilas), estimulando la actividad microbiana

aerobia mediante la aireación mecánica o forzada y el mantenimiento de una humedad adecuada, a fin de

intensificar la biodegradación del contaminante. Se trata de un sistema sencillo, que suele requerir un

corto período de tratamiento y que no necesita de una superficie extensa.

Este sistema ha sido aplicado a los suelos contaminados con isómeros de hexacloro ciclohexano

(HCH), ubicados en el polígono de Torneiros (O Porriño, Pontevedra, España), en el antiguo

emplazamiento de una industria química dedicada a la obtención de Lindano (isómero gamma del 1, 2, 3,

4, 5, 6-hexacloro ciclohexano). En la fabricación de Lindano se obtiene una mezcla de isómeros (12% γ,

65%α, 12% β y 7%δ), del que solo el isómero γ es un insecticida eficaz. Los isómeros inactivos, entre

los que domina el isómero • , eran eliminados por vertido en terrenos adyacentes a la fábrica,

produciéndose una situación grave de contaminación de suelos y aguas. Diversas técnicas de

biocorrección se han ensayado para la descontaminación de estos suelos, entre las que se encuentra la

técnica de biopilas descrita en este trabajo.

La parcela objeto de estudio presentaba concentraciones de HCH total que alcanzaban los 5000

mg Kg-1. Para la construcción de las biopilas el suelo fue excavado hasta una profundidad de 0.5 m, se

homogeneizó y se mezcló con las enmiendas (Tabla 12), se ajustó la humedad hasta un 50-60% sobre

peso húmedo, y se dispuso en hileras de sección trapezoidal y 2000 L de volumen, colocando en la base y

en la cubierta de cada una de ellas una capa de retama (Sarothamnus scoparius).

Tabla 12

3. Composición de las pilas de compostaje (volumen de componentes en litros).

Componente Pila 1 Pila 2 Pila3

Suelo 1400 1400 1400

Corteza pino 300 300 300

Estiércol caballo 150 70 -

Compost - - 300

Tojo (Ulex europaeus) 150 230 -

Los materiales orgánicos que se mezclaron con el suelo fueron seleccionados por su bajo coste y

por obtenerse fácilmente en la zona, con excepción del compost que era un producto comercial

procedente de Cataluña.

Las operaciones de mantenimiento consistieron en volteos con pala mecánica, inicialmente cada

2-3 días, luego semanalmente y finalmente cada quince días, hasta el final del experimento, cuya duración

fue de 3 meses. La humedad se controló mediante riego. La temperatura del interior de la pila fue medida

cada 6 h, mediante una sonda conectada a un microprocesador HOBO de almacenamiento de datos.

Periódicamente se tomaron muestras de las pilas para control de humedad, relación C/N, contenido de

nutrientes, respiración y contenido en isómeros de HCH.

La temperatura de las pilas se mantuvo generalmente en el intervalo 20-30• C, por lo tanto

dentro del rango mesofílico, para el que se había observado, en incubaciones de laboratorio realizadas

previamente, una mayor degradación de HCH. El pH inicial de las pilas aumentó paulatinamente desde un

valor inicial próximo a 4 hasta valores cercanos a la neutralidad al finalizar el tratamiento. El contenido

de C aumentó ligeramente durante los primeros 40-60 días, debido a la mezcla progresiva del material

orgánico añadido al suelo, disminuyendo luego en las pilas 1 y 3, lo que puede ser atribuido a la

mineralización de la materia orgánica. El contenido de N experimentó un ligero incremento en el curso

del tratamiento. La actividad biológica en las pilas de compostaje, estimada a partir del CO2 liberado en

respiración, mostró un incremento progresivo de la actividad bacteriana aeróbica durante los primeros 50

días del experimento y descendió luego progresivamente, lo que fue atribuido al agotamiento de la

materia orgánica fácilmente degradable.

La concentración de isómeros de HCH disminuyó en un 73% deα, 56% de β, 68% de γ y 28% de

δ -HCH en la pila 1, conteniendo la dosis más alta de estiércol de caballo. En la pila 2 se observaron

porcentajes de degradación de 25 y 32 %, respectivamente, pero no se observó degradación de los

isómeros γ y δ. En la pila 3, que incorporaba compost, la concentración de isómeros de HCH en un 47%,

51% y 50% para α, β y γ-HCH, respectivamente. No se observó degradación del isómero δ-HCH.

Los resultados obtenidos en este estudio indican que el compostaje (biopilas) es una tecnología

eficaz en el tratamiento de suelos contaminados con HCH, siendo los isómeros α y γ más fácilmente

degradados que los β y δ. Por su necesidad de equipamiento relativamente simple y por el grado de

eficacia mostrada por este sistema puede ser una técnica prometedora para la recuperación de suelos

contaminados con HCH, extensible a otros tipos de contaminación con sustancias orgánicas de difícil

degradación.

En conclusión, el compost tiene amplias posibilidades de aplicación en Galicia, prioritariamente

como enmienda de suelos, con un efecto secundario de fertilizante, pero también en otros usos

agrarios, como es la producción de sustratos. Aún por desarrollar, pero también con enormes

posibilidades de utilización, está el uso ambiental, en recuperación de suelos degradados y

contaminados, así como en obras públicas, tales como en el sellado de vertederos o restauración de

taludes, canteras, etc. En este campo sería esencial el apoyo y ejemplo de la Administración, tal

como recoge el Plan Nacional de Compostaje.

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