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UNIVERSIDAD VIZCAYA DE LAS AMÉRICAS PLANTEL URUAPAN
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN
SOCILOGÍA 1
PROGRAMA DESARROLLADO DE LA UNIDAD 3: LA ESCUELA COMO
INSTITUCIÓN SOCIAL
PRIMER SEMESTRE
CE104
URUAPAN, MICH. SEPTIEMBRE 2016
M.T.A. LUIS GABRIEL MATEO MEJÍA
OBJETIVO DE LA UNIDAD 3
Comprender y valorar la pertinencia del actuar institucional en el impacto y desarrollo
de la educación social.
TEMAS Y SUBTEMAS DE LA UNIDAD 3
3. La escuela como institución social
3.1 La escuela como aparato ideológico del estado
3.2 Los centros escolares como organizaciones sociales
3.3 Los objetivos de la escuela como organización
3.4 La estructura formal y el poder en las escuelas
3.5 Gestión democrática y participación: los órganos colegiados
3.6 Los efectos de la organización formal sobre la enseñanza y el aprendizaje
3.7 El clima escolar como currículo oculto
3.7.1 La cultura
3.7.2 Los agentes
3.7.3 El entorno social
3.8 Agentes socializadores
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PGROGRAMA DESARROLLADO
3. La escuela como institución social
3.1 La escuela como aparato ideológico del estado
Si bien para el ALTHUSSER de 1970 los aparatos ideológicos del estado son
exclusividad del capitalismo, es posible pensar que cualquier tipo de gobierno se
apropia deliberada o “casualmente” de los mismos para imponer su forma de ver la
realidad y naturalizar las relaciones de clase y de producción. Es un invento el
capitalismo, pero ha sido una estrategia de los movimientos revolucionarios… y sigue
siéndolo en manos de gobiernos de distintos colores.
¿Sigue siendo – como en la década del 70 y durante toda la modernidad – la
educación escolarizada un DETERMINANTE APARATO IDEOLOGICO DEL ESTADO
o se ha reducido su influencia hasta tornarse insignificante?
¿Puede suceder hipotéticamente que en algún país casi no se debata una NUEVA
LEY DE EDUCACION, pero se convierta en una batalla campal una NUEVA LEY DE
MEDIOS DE COMUNICACIÓN?
¿Qué son los aparatos ideológicos de Estado (AIE)? No se confunden con el aparato
(represivo) de Estado. Recordemos que en la teoría marxista el aparto de Estado (AE)
comprende: el gobierno, la administración, el ejército, la policía, los tribunales, las
prisiones, etc., que constituyen lo que llamaremos desde ahora el aparato represivo de
Estado. Represivo significa que el aparato de Estado en cuestión “funciona mediante
la violencia”, por lo menos en situaciones límite (pues la represión administrativa, por
ejemplo, puede revestir formas no físicas).
Podemos comprobar que mientras que el aparato (represivo) de Estado (unificado)
pertenece enteramente al dominio público, la mayor parte de los aparatos ideológicos
de Estado (en su aparente dispersión) provienen en cambio del dominio privado. Son
privadas las Iglesias, los partidos, los sindicatos, las familias, algunas escuelas, la
mayoría de los diarios, las familias, las instituciones culturales, etc., etc. Pero vayamos
a lo esencial. Hay una diferencia fundamental entre los AIE y el aparato (represivo) de
Estado: el aparato represivo de Estado “funciona mediante la violencia”, en tanto que
los AIE funcionan mediante la ideología.
Rectificando esta distinción, podemos ser más precisos y decir que todo aparato de
Estado, sea represivo o ideológico, “funciona” a la vez mediante la violencia y la
ideología, pero con una diferencia muy importante que impide confundir los aparatos
ideológicos de Estado con el aparato (represivo) de Estado. Consiste en que el
aparato (represivo) de Estado, por su cuenta, funciona masivamente con la represión
(incluso física), como forma predominante, y sólo secundariamente con la ideología.
(No existen aparatos puramente represivos.) Ejemplos: el ejército y la policía utilizan
también la ideología, tanto para asegurar su propia cohesión y reproducción, como por
los “valores” que ambos proponen hacia afuera.
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De la misma manera, pero a la inversa, se debe decir que, por su propia cuenta, los
aparatos ideológicos de Estado funcionan masivamente con la ideología como forma
predominante pero utilizan secundariamente, y en situaciones límite, una represión
muy atenuada, disimulada, es decir simbólica. (No existe aparato puramente
ideológico.) Así la escuela y las iglesias “adiestran” con métodos apropiados
(sanciones, exclusiones, selección, etc.) no sólo a sus oficiantes sino a su grey.
También la familia… También el aparato ideológico de Estado cultural (la censura, por
mencionar sólo una forma), etcétera.
Designamos con el nombre de aparatos ideológicos de Estado cierto número de
realidades que se presentan al observador inmediato bajo la forma de instituciones
distintas y especializadas. Proponemos una lista empírica de ellas, que exigirá
naturalmente que sea examinada en detalle, puesta a prueba, rectificada y
reordenada. (…)¿Por qué el APARATO ESCOLAR es realmente el aparato ideológico
de Estado dominante en las formaciones sociales y cómo funciona?
Por ahora nos limitaremos a decir que:
(1) Todos los aparatos ideológicos de Estado, sean cuales fueren, concurren al mismo
resultado: la reproducción de las relaciones de producción. (2) Cada uno de ellos
concurre a ese resultado único de la manera que le es propia: el aparato político
sometiendo a los individuos a la ideología política de Estado, la ideología
“democrática”, “indirecta” (parlamentaria) o “directa” (plebiscitaria o fascista); el
aparato de información atiborrando a todos los “ciudadanos” mediante la prensa, la
radio, la televisión, con dosis diarias de nacionalismo, chauvinismo, liberalismo,
moralismo, etcétera. Lo mismo sucede con el aparato cultural (el rol de los deportes es
de primer orden en el chauvinismo), etcétera; el aparato religioso recordando en los
sermones y en otras grandes ceremonias de nacimiento, casamiento o muerte que el
hombre sólo es polvo, salvo que sepa amar a sus hermanos hasta el punto de ofrecer
su otra mejilla a quien le abofeteó la primera. El aparato familiar…, no insistimos
más.(3) Este concierto está dominado por una partitura única, ocasionalmente
perturbada por contradicciones, las de restos de las antiguas clases dominantes, las
de proletarios y sus organizaciones: la partitura de la ideología de la clase actualmente
dominante que integra en su música los grandes temas del humanismo de los ilustres
antepasados que, antes del cristianismo, hicieron el milagro griego y después la
grandeza de Roma, la ciudad eterna, y los temas del interés, particular y general, etc.,
nacionalismo, moralismo y economismo. (4) No obstante, un aparato ideológico de
Estado cumple muy bien el rol dominante de ese concierto, aunque no se presten
oídos a su música: ¡tan silenciosa es! Se trata de la Escuela.
Toma a su cargo a los niños de todas las clases sociales desde el jardín de infantes, y
desde el jardín de infantes les inculca —con nuevos y viejos métodos, durante muchos
años, precisamente aquellos en los que el niño, atrapado entre el aparato de Estado-
familia y el aparato de Estado-escuela, es más vulnerable— “habilidades” recubiertas
por la ideología dominante (el idioma, el cálculo, la historia natural, las ciencias, la
literatura) o, más directamente, la ideología dominante en estado puro (moral,
instrucción cívica, filosofía). Hacia el sexto año, una gran masa de niños cae “en la
producción”: son los obreros o los pequeños campesinos. Otra parte de la juventud
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escolarizable continúa: bien que mal se encamina y termina por cubrir puestos de
pequeños y medianos cuadros, empleados, funcionarios pequeños y medianos,
pequeño-burgueses de todo tipo.
Una última parte llega a la meta, ya sea para caer en la semidesocupación intelectual,
ya para proporcionar, además de los “intelectuales del trabajador colectivo”, los
agentes de la explotación (capitalistas, empresarios), los agentes de la represión
(militares, policías, políticos, administradores, etc.) y los profesionales de la ideología
(sacerdotes de todo tipo, la mayoría de los cuales son “laicos” convencidos).
Cada grupo está prácticamente provisto de la ideología que conviene al rol que debe
cumplir en la sociedad de clases: rol de explotado (con “conciencia profesional”,
“moral”, “cívica”, “nacional” y apolítica altamente “desarrollada”); rol de agente de la
explotación (saber mandar y hablar a los obreros: las “relaciones humanas”); de
agentes de la represión (saber mandar y hacerse obedecer “sin discutir” o saber
manejar la demagogia de la retórica de los dirigentes políticos), o de profesionales de
la ideología que saben tratar a las conciencias con el respeto, es decir el desprecio, el
chantaje, la demagogia convenientes adaptados a los acentos de la Moral, la Virtud, la
“Trascendencia”, la Nación, el rol de Francia en el Mundo, etcétera.
Por supuesto, muchas de esas virtudes contrastadas (modestia, resignación, sumisión
por una parte, y por otra cinismo, desprecio, altivez, seguridad, grandeza, incluso bien
decir y habilidad) se enseñan también en la familia, la iglesia, el ejército, en los buenos
libros, en los filmes, y hasta en los estadios. Pero ningún aparato ideológico de Estado
dispone durante tantos años de la audiencia obligatoria (y, por si fuera poco,
gratuita…), 5 a 6 días sobre 7 a razón de 8 horas diarias, de formación social
capitalista.
Ahora bien, con el aprendizaje de algunas habilidades recubiertas en la inculcación
masiva de la ideología de la clase dominante, se reproduce gran parte de las
relaciones de producción de una formación social capitalista, es decir, las relaciones
de explotados a explotadores y de explotadores a explotados. Naturalmente, los
mecanismos que producen este resultado vital para el régimen capitalista están
recubiertos y disimulados por una ideología de la escuela universalmente reinante,
pues ésta es una de las formas esenciales de la ideología burguesa dominante: una
ideología que representa a la escuela como un medio neutro, desprovisto de ideología
(puesto que es… laico), en el que maestros respetuosos de la “conciencia” y la
“libertad” de los niños que les son confiados (con toda confianza) por sus “padres”
(que también son libres, es decir, propietarios de sus hijos), los encaminan hacia la
libertad, la moralidad y la responsabilidad de adultos mediante su propio ejemplo, los
conocimientos, la literatura y sus virtudes “liberadoras”.
Pido perdón por esto a los maestros que, en condiciones espantosas, intentan volver
contra la ideología, contra el sistema y contra las prácticas de que son prisioneros, las
pocas armas que puedan hallar en la historia y el saber que ellos “enseñan”. Son una
especie de héroes. Pero no abundan, y muchos (la mayoría) no tienen siquiera la más
remota sospecha del “trabajo” que el sistema (que los rebasa y aplasta) les obliga a
realizar y, peor aún, ponen todo su empeño e ingenio para cumplir con la última
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directiva (¡los famosos métodos nuevos!). Están tan lejos de imaginárselo que
contribuyen con su devoción a mantener y alimentar, esta representación ideológica
de la escuela, que la hace tan “natural” e indispensable, y hasta bienhechora, a los
ojos de nuestros contemporáneos como la iglesia era “natural”, indispensable y
generosa para nuestros antepasados hace algunos siglos.
En realidad, la iglesia es reemplazada hoy por la escuela en su rol de aparato
ideológico de Estado dominante. Está combinada con la familia, como antes lo estuvo
la iglesia. Se puede afirmar entonces que la crisis, de una profundidad sin
precedentes, que en el mundo sacude el sistema escolar en tantos Estados, a menudo
paralela a la crisis que conmueve al sistema familiar, tiene un sentido político si se
considera que la escuela (y la pareja escuela-familia_ constituye el aparato ideológico
de Estado dominante. aparato que desempeña un rol determinante en la reproducción
de las relaciones de producción de un modo de producción amenazado en su
existencia por la lucha de clases mundial.
3.2 Los centros escolares como organizaciones sociales
Los centros educativos como organizaciones, nos dicen que es una realidad social,
que se ha ido afianzando con el traspasar de los años; no es lo mismo un centro
educativo de hace 50 años, a lo que es hoy. Se ha ido transmitiendo, reconstruyendo y
desarrollando conocimientos; agregando a esto la socialización de los individuos, la
transmisión cultural, la formación ideológica y la preparación para la vida adulta. A
diferencia de años anteriores hoy en día, hay más diversidad de la que había; ese
vendría a ser uno de los factores para la transformación y el cambio que ha dado los
centros educativos. Por otro lado, también se ve que con el pasar de los años se le ha
ido otorgando mucha mayor responsabilidad de la que tenía, antes la mujer era la
encargada de educar a su hijo en su casa, pero debido a su reincorporación al mundo
laboral; ha dejado de lado ese papel, necesitando de un lugar donde dejarlo. Y que
mejor lugar que el centro educativo donde aparte que educa, lo cuidan. Pero al darle
mayor responsabilidad al centro educativo; también se le ha echado la culpa de que si
el niño no consigue las metas que los padres quiere. También se abusa del tiempo en
el que deben de estar los niños en clases, agobiándolos.
Por ejemplo en Japón, en donde los niños desde los 2 años ya hacen exámenes para
entrar a centros de estudio; con el fin de que cuando entren a la escuela infantil estén
mejor preparados. El nivel que se les pide a esos niños está muy por encima del que
se tiene. Es por eso que los gobiernos por una parte apoyan más económicamente a
los centros y por otra también le echan la culpa del descenso de productividad y
aumento del paro, esto desde un punto de vista sociológico. Por otro lado se
consideran a los centros como lugares de educación institucional. Las organizaciones
sociales, surgen en la unión de un grupo de personas compartiendo un mismo
problema, que colaboran entre sí, para así lograr beneficios en conjuntos. De aquí
parte la necesidad de dividir el trabajo, es decir organizarlo, secuenciar tareas,
distribuir funciones, delimitar responsabilidades, para así mejorar la rentabilización de
los recursos.
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Desde esta perspectiva se considera que vivimos en una sociedad organizada dado
que sustenta la existencia de múltiples organizaciones a las cuales puede aplicárseles
el adjetivo de sociales en tanto a su origen se encuentra en la sociedad. Son múltiples
los factores que inciden en las organizaciones: estructura socioeconómica, régimen
político, ordenamiento jurídico, etc. Los cuales dan a lugar a lo que se conoce como
contexto social de la vida organizacional. La influencia conjunta de estos, tienen
incidencias decisivas en los aspectos diversos del funcionamiento institucional: la
definición de objetivos, las políticas de captación o aceptación de miembros, las
relaciones con otras organizaciones. Los factores que han contribuido a configurar la
situación actual.
Los avances tecnológicos.
El predominio de la vida urbana sobre la rural.
El modelo de ordenación política de la sociedad que facilita la aparición de
organizaciones.
Las necesidades que siente el individuo de organizarse colectivamente para
defender sus derechos y sus intereses.
La eficiencia de la propia organización para obtener determinados objetivos
sociales.
Todo ello nos indica que el estudio de los procesos de desarrollo organizativo
constituye una cuestión altamente compleja en la cual intervienen múltiples variables.
Hay diversas teorías que han surgido para explicarlo, basadas fundamentalmente en
el análisis de las organizaciones empresariales que han dado lugar a las ciencias de la
organización.
En cuanto a la definición de organización, que lo entiende como la eficacia y orden. Es
disponer y relacionar de acuerdo con una finalidad los diferentes elementos de una
realidad para conseguir un mejor funcionamiento.
Los componentes de la organización: Tres son los componentes que cabe considerar
como básicos en las organizaciones: metas, estructura y sistema relacional. Las
organizaciones basan su existencia en el logro de unos objetivos o metas, para lo cual
se procuran una determinada estructura (delimitación de las relaciones entre los
elementos personales, materiales y funcionales) todo lo cual deberá ser llevado a cabo
por las personas que forman la organización a través de la interrelación mutua.
La tipología de las organizaciones; múltiples son las tipologías, tantas como criterios
de ordenación, que se puede considerar en el estudio de las organizaciones. El acierto
o la utilidad de cada una de ellas depende, por una lado, de la capacidad de poner de
manifiesto la creación de estructura y la dinámica de funcionamiento de la
organización y; por otro lado, de la importancia de las dimensiones que ponen de
relieve, así como de su precisión. Además, debe considerarse también su utilidad para
poner de manifiesto el riesgo que se corre cuando se adopta una determinada
tipología como clave de interpretación de la realidad y como modelo de estrategia a
seguir, dado que la posesión de un determinado rasgo coincidente no implica la
presencia de los restantes; cada organización presenta matices peculiares que la
hacen diferente de las demás.
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El Centro educativo como organización, tiene una definición que viene determinada
por la complejidad de las funciones que se le asignen y por la diversidad en que los
colectivos intervengan en los procesos educativos y por la multiplicidad de modelos de
intervención existentes, lo cual comporta un bajo nivel de definición de la tecnología
que es susceptible de ser utilizada.
Los componentes del centro educativo: se considera la existencia de seis
componentes básicos, la adecuada interrelación de los cuales da lugar a procesos
educativos de calidad. Son estos:
Objetivos: constituyen las directrices que orientan y sirven de pauta para la
coordinación del conjunto de actividades educativas del centro.
Recursos: vienen a ser de tipo personal (los protagonistas del hecho educativo
: docentes, discentes, auxiliares, etc.); de tipo material (edificio, mobiliario,
material didáctico...) y, de tipo funcional (tiempo, dinero y formación,
fundamentalmente)
Estructura: La estructura está compuesta por un conjunto de unidades
(personas, órganos, cargos, servicios...) a los cuales se les asigna una
determinada función de acuerdo con un conjunto de normas o procedimientos
de actuación.
Tecnología: Se habla de un actuar tecnológico cuando tras las actuaciones
profesionales se encuentra una justificación racional, fruto un proceso de
análisis.
Cultura: es un conjunto de significados, principios, valores...compartidos por el
conjunto de los miembros de la organización. Se trata de la parte oculta de la
organización la cual explica la mayor parte de los comportamientos
organizacionales. Para acceder a la comprensión de la organización deben
hacerse explícitas el conjunto de concepciones grupales que conforman la
cultura institucional
Entorno: conjunto de variables que se encuentran fuera de la institución y que,
de una u otra forma, inciden en su actividad.
Las interrelaciones y las influencias recíprocas entre los seis componentes dan lugar a
una combinación única y singular en cada institución, con lo cual cada centro posee
unas dinámicas de funcionamiento propias, que se han ido consolidando a lo largo de
la historia institucional y, por tanto, son difíciles de cambiar. Por otro lado, la relación
que se da entre el sistema educativo y el entorno sociocultural próximo delimita el
modelo de centro educativo. La resultante de la tensión de fuerzas que se establezca
entre ambas variables en cada caso, dará lugar a diversas tipologías de centros.
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Se puede contemplar la realidad educativa desde un enfoque sistémico, que nos
permite comprender las múltiples influencias y las relaciones mutuas que se dan entre
los diversos componentes (sistemas y subsistemas) que delimitan la acción educativa
a la vez que, desde una perspectiva institucional, posibilita el establecimiento de un
marco objetivo y global en el cual se contemplan las grandes dimensiones que
delimitan la práctica educativa que, en última instancia, se encuentran en la base de la
toma de decisiones ante las situaciones, conflictos y problemas cotidianos. En
definitiva, el enfoque sistémico nos es extremadamente útil en el intento de
comprensión de la realidad educativa como el resultado de la interrelación dinámica de
múltiples elementos, por tanto, los centros educativos, en tanto que marco institucional
de la educación sistematizada, convergen las influencias de los diversos subsistemas
intervinientes.
Las características de los centros educativos como organizaciones:
a) Son organizaciones que se plantean muchos objetivos, de naturaleza muy variada y
de concreción ambigua.
b) La multitud de demandas exige de un conjunto de actuaciones que se diversifican
en diversos ámbitos.
c) Las tareas de los educadores abarcan múltiples campos de intervención los cuales
son llevados a cabo en una organización donde la división del trabajo es poco clara.
d) La dificultad de evaluar los resultados escolares.
e) La coexistencia de modelos organizativos contrapuestos en un mismo centro.
f) La escasez de recursos, fundamentalmente de tiempo.
g) La débil articulación de la organización.
h) La autonomía limitada.
i) El poder errático de los directores (en los centros públicos).
j) La delegación insatisfactoria.
k) La falta de atractivo.
Este conjunto de características permite una caracterización global de las instituciones
educativas, aunque puede ponerse mayor énfasis en una u otra de las características
dependiendo de la perspectiva desde la cual son contempladas. En definitiva, la base
de nuestro sistema social y educativo está constituida por un tejido complejo de
Organizaciones de muy diversas clases. Éstas nos transmiten sus valores, hábitos,
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creencias y modos de construir e interpretar la realidad, condicionando nuestras
concepciones y modos de vida. Componen una red básica de la que dependen
dimensiones fundamentales de nuestra existencia y la satisfacción de todo tipo de
necesidades.
3.3 Los objetivos de la escuela como organización
La Escuela representa un tipo particular de organización: Todo sistema social intenta
alcanzar dos objetivos sociales principales: lograr sus metas y mantenerse en el
tiempo. Se basa en las actitudes, percepciones, creencias, motivaciones y
expectativas de las personas. Posteriormente veremos cómo en su funcionamiento las
escuelas se caracterizan por las actitudes y creencias de maestros, directivos,
alumnos y personal de apoyo.
En ocasiones, se observa divergencia entre los miembros de un organismo social
entorno a sus objetivos y normas de comportamiento de sus integrantes, provocando
una amplia variabilidad en la conducta de los miembros y en los objetivos del
organismo. Sin embargo, lo que garantiza la eficacia en el funcionamiento de la
organización es la estabilidad relativa en cuanto a sus objetivos y la conducta de sus
integrantes.
Una perspectiva social de la educación incluye una mirada a las organizaciones
sociales atendiendo al papel (rol) de sus miembros, a las normas que prescriben tales
conductas y los valores en los que se asientan esas normas.
La escuela como organización se caracteriza por:
• Objetivo y misión
• Estructura jerárquica: sistema de roles
• Subsistemas
• Comunicación
• Conflictos
• Patrones motivacionales
• Cultura organizacional: valores, normas y roles
La estructura de roles está formada por maestros, alumnos, directivos y personal
administrativo y de servicio. A estos roles se les asignan tareas que se consideran
contribuyen al logro de la misión de la organización escolar: educar a los alumnos y
mantenerse como organización funcional. Las normas y valores de la escuela integran
los distintos roles lo que fundamenta la filosofía de la organización en relación con sus
tareas. A pesar de las características comunes a cualquier otra organización social, la
Escuela posee otras que la distingue como son:
3.3.1. La naturaleza compleja de los objetivos por no ser suficientemente
precisos y medibles.
Cuando la Escuela se propone la preparación para la vida, o el desarrollo integral de
los alumnos y eso se traduce en los objetivos en los niveles y de los grados de
enseñanza, no se describe de manera clara las conductas cotidianas del maestro, su
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contribución para alcanzar dicho objetivo. Además no se puede medir en el éxito del
maestro en el cumplimiento de su rol ya que no depende solo de su desempeño sino
que representa una tarea colectiva en la que participan numerosas personas: otros
maestros, el personal de apoyo a la docencia administrativos y de servicio con
diferente preparación académica. La variabilidad de la motivación para aprender de los
estudiantes al ingresar a la escuela. Se expresa en los alumnos con un bajo nivel de
esta motivación en conductas disruptivas dentro y fuera del aula , en el cumplimiento
asistemático de tareas docentes, en la realización o no de actividades
extracurriculares , en la participación formal de la vida escolar en contraste, con los
alumnos más motivados hacia el estudio que manifiestan satisfacción con la ejecución
de las tareas y actividades escolares y por el propio proceso de aprender .Padres y
maestros convocan a los niños y adolescentes a esforzarse en el presente en aras del
futuro que aún no se conforma en su subjetividad y se espera que autorregulen su
conducta , sino lo logran ni con reguladores externos (exigencias de los adultos)
mostraran poco interés y se convierten en fuente generadora de conflictos.
3.3.2. Relativa invisibilidad del desempeño del rol del maestro.
Se observa que aunque para el logro de los objetivos se requiere del concurso de los
esfuerzos de muchos, no es suficiente la interdependencia entre los maestros, la
calidad del desempeño de un maestro no afecta (aparentemente) directamente el
adecuado ejercicio del profesional de otros maestros. Algunos hablan de que" cada
maestro tiene su librito ", otros se refieren a que en el salón de clase lo que ocurre es
privativo del maestro y de los alumnos e incluso hay maestros que le expresan a sus
estudiantes que "de eso no se habla" .Afortunadamente esto es la excepción y no la
regla .Sin embargo, queremos llamar la atención a que la organización escolar no
propicia todo lo que pudiera esa interdependencia aunque, en la actualidad en nuestro
país se estén creando condiciones para ello. De todo lo anterior, se podría explicar un
comportamiento rutinario, poco creativo del maestro que en la soledad del aula repite
monótonamente años tras años las mismas clases con el empobrecimiento profesional
y el efecto negativo en los alumnos.
3.3.3. La obligatoriedad de la escolarización
No se ingresa a la escuela ni se continúa en ella por una decisión personal de los
alumnos. Los padres preparan a sus hijos para este momento, en algunos casos no
suficientemente por falta de orientación para emprender acciones en esta dirección, y
a lo largo de los años de escolarización, no siempre la actividad de estudio se ubica en
los primeros lugares de su jerarquía motivacional, no obstante, el alumno asiste a
clase, estudia y transita por diferentes niveles de enseñanza.
Las actividades, hechos, eventos que acontecen en la Escuela son evaluados por
maestros, directivos, alumnos, padres y la sociedad. La actividad de estudio es una de
las actividades rectora del desarrollo del escolar, del adolescente y del joven. La
valoración de los demás y de sí mismo depende de los avances individuales. El éxito o
el fracaso escolares del niño La valoración de una figura de autoridad como el maestro
acerca del éxito o el fracaso escolares del niño inciden en las relaciones con sus
padres; en la posición que ocupa en el grupo de coetáneos y en su autovaloración.
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La actividad del maestro también es evaluada por los directivos y en los últimos años
se ha ido incorporando la opinión de los estudiantes en la evaluación oficial. Por su
parte, los padres y la sociedad en su conjunto emiten juicios de valor de la calidad de
la gestión de la Institución y de los maestros. La escuela resulta ser una institución
evaluadora y evaluada por la sociedad por los expertos y la población en general en
función del cumplimiento de las expectativas que entorno a su desempeño poseen
todos. ¿En qué radica la importancia del dominio del carácter distintivo de la Escuela
como institución para la labor del psicólogo? Considerar estas características permitirá
una aproximación más completa de la realidad escolar, la comprensión de sus
problemas y elegir alternativas de trabajo para la intervención escolar.
Permite no traspasar los umbrales de la institución escolar a ciegas sino conocedores
de las características específicas que pudieran facilitar la comprensión de los éxitos,
los conflictos, de los problemas que se suceden en ella. Además tener en cuenta estas
características influirá al decidir en qué esfera realizar el diagnóstico. al adoptar la
estrategia de intervención en la solución de problemas. En resumen, ubica al
especialista en el contexto institucional para entender sus impactos en la subjetividad
individual y grupal de los protagonistas de la trama escolar. Por otra parte, entender la
Escuela como organización laboral e institución favorece la comprensión de los
fenómenos escolares, conocedores de los factores organizacionales del contexto
social, del clima organizacional, de los roles y expectativas, de las características
personales, de la motivación y necesidades tanto del profesorado como del alumnado.
La respuesta a las preguntas que relacionamos a continuación orientan al psicólogo en
su accionar en la escuela: ¿Qué características tiene la comunidad en la que está
enclavada la escuela? ¿La cultura de la población de la que proviene tanto el personal
como los alumnos? ¿El tamaño de la escuela y su efecto sobre la participación de los
alumnos en actividades escolares y actividades extraescolares? entre otras ponen la
mirada en la organización escolar.
3.4 La estructura formal y el poder en las escuelas.
Las escuelas se vertebran, en torno a una estructura formal de autoridad; en un
conjunto de posiciones con funciones identificadas y poder de decisión, encarnadas
por lo general en miembros del profesorado. Se trata de los órganos de gobierno de la
escuela, con el director a la cabeza, junto a la organización propiamente profesional o
académica (profesores, tutores, jefes de departamentos, etc.), que tiene en el claustro
de profesores su órgano corporativo colegiado. Junto a ella, encontramos en los
centros escolares una incipiente organización administrativa y de servicios que, desde
conserjes y cocineros hasta el personal administrativo y de biblioteca, se encarga de
tareas burocráticas y auxiliares. Su tamaño es variable y, por lo general, proporcional
al tamaño de la escuela.
La forma que adopta el gobierno de los centros se puede situar entre:
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1. Gerencialismo es recaer la gestión de la organización en unos cargos unipersonales
a los que se dota de poder suficiente para ello. La toma de decisiones de arriba hacia
abajo constituye la forma más eficaz de gestionar la organización.
2. La gestión democrática es la articulación efectiva del derecho a la participación de
los diferentes agentes educativos (profesores, alumnos, padres y entorno) en la toma
de decisiones en lo que concierne a la gestión y desarrollo de la organización.
3.5 Gestión democrática y participación: los órganos colegiados.
Los centros escolares suelen caracterizarse por su autonomía de funcionamiento y la
participación de sus diferentes agentes activos. La autonomía en los ámbitos curricular
de gestión económica y de recursos y de gestión de personal aun siendo cierta no deja
de ser limitada sobre todo en los ámbitos económicos y del personal, ya que quedan
fuera del poder de decisión de los centros.
En el ámbito curricular, al centro escolar le corresponden los niveles de concreción
segundo (Proyecto Curricular de Centro) y tercero (Programación Didáctica de Aula),
una vez que Gobierno (Enseñanzas mínimas) ha aportado el primero (Currículum
Oficial)
3.6 Los efectos de la organización formal sobre la enseñanza y el aprendizaje.
Tanto la estructura formal de autoridad como la administrativa y de servicios influyen,
aunque sea de manera asimétrica, en la consecución de objetivos y en el logro de los
estudiantes. La primera, organizando los procesos de enseñanza-aprendizaje y
haciéndolos realidad en las prácticas educativas.
La segunda, haciendo posible el contexto en el que llevar a cabo esos procesos de
enseñanza y aprendizaje, ocupándose de las cuestiones de logística y funcionamiento
general del centro, en aspectos como su limpieza y llevando a cabo también los
registros necesarios de asistencia, calificaciones o titulaciones adquiridas, para que el
aprendizaje surta los efectos deseados, ya sean éstos un puesto de trabajo o el
acceso a unos estudios posteriores, en el entorno o medio social en el que se inserta.
En relación a los efectos de la estructura formal sobre el aprendizaje, un tema que se
debe considerar es el de los diferentes estilos de dirección que se utilicen en esos
procesos: desde los más participativos, que parecen facilitar el clima escolar para el
aprendizaje, a los más conductistas o autoritarios, que parecen generar situaciones de
resistencia y perturban el citado clima.
En la bibliografía de la sociología de la organización escolar sí está, muy extendida la
idea de los efectos de esa organización formal sobre la autonomía del profesorado, en
el sentido de generar una holgura estructural o articulación imprecisa en la
organización escolar debida a que, el tradicional conflicto entre el poder profesional y
el burocrático, se refuerza en favor de éste por la naturaleza Autónoma del trabajo
docente y las exigencias de uniformidad de la burocracia. De esta manera se pierden
las sinergias que generan el trabajo en equipo y la organización.
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Actúan contra el poder profesional docente: el aislamiento del profesor en el aula y la
ausencia de trabajo colegiado; un trabajo docente dividido en términos funcionales
(por materias, grados o categorías) y temporales (en períodos, jornadas o cursos); el
carácter semiprofesional del profesor y su debilidad corporativa y escaso poder social;
la incierta tecnología docente caracterizada como un modelo artístico y anacrónico,
localizado en el pequeño universo de la clase, y por último, la existencia de un modelo
dual de profesionalidad docente, que divide al colectivo docente entre los de
responsabilidad extensiva, para los que ésta llega hasta el centro y su entorno, y los
de responsabilidad restringida, que entienden que la responsabilidad se acaba en el
aula.
Eso sin contar con las tensiones entre los particularismos estudiantiles (habilidades y
motivación) y los universalismos organizativos (resultados mínimos y evaluación
universal). En general, el trabajo en solitario representa para el profesorado la
inexistencia de jerarquía profesional, la ausencia de carrera profesional vertical y de
élite profesional, llevándolo a que sólo tenga la organización como alternativa de
carrera.
3.7 El clima escolar como currículo oculto
¿Qué es lo que ocurre realmente dentro de las escuelas? El currículo oculto tiene
incluso más importancia en relación a la trasmisión y creación de significados e
ideología que el currículo explícito.
El currículo oculto son todos estos aspectos que, sin ser explicitados, ni tampoco
debatidos, se transmiten a los estudiantes a través de estructuras que subyacen tanto
a los contenidos formales como a las formas de relaciones sociales que se dan en la
escuela.
Las estructuras profundas, las expectativas del profesorado, las alabanzas, las formas
de control y evaluación, la organización de las relaciones entre iguales, son
mecanismos a través de los cuales los alumnos adquieren creencias y conocimientos
en torno a la justicia, la naturaleza del conocimiento, la autoridad o su propio valor.
El currículo oculto esta velado al interés comunicativo. Un currículo más democrático
facilita el dialogo de todas las personas implicadas en relación a todos los aspectos de
la enseñanza y el aprendizaje.
3.7.1 La cultura
Cada escuela tiene su cultura corno una sociedad en miniatura; es decir, que cuenta
con una serie de valores, actitudes, creencias, normas y costumbres que conforman el
sistema de rituales y ceremonias que utiliza para conseguir la lealtad del grupo.
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La cultura de la escuela: es el encuentro de una serie de elementos materiales e
inmateriales que caracterizan la vida del centro, en un espacio y tiempo determinados.
Nos referimos: a la arquitectura, a los protocolos ritualizados en ceremonias, a los
artefactos y objetos materiales y a los valores y creencias compartidos.
Como toda cultura, la escolar representa la atmósfera del centro, el clima en el que se
desarrollan los procesos de enseñanza y aprendizaje, favoreciéndolo en la medida en
que sea capaz de crear un ambiente adecuado para su desarrollo. Por el contrario, los
conflictos o la inestabilidad ambiental pueden estar en el origen de los malos
resultados escolares.
3.7.2 Los agentes
La socialización transcurre en muchos ambientes y en interacción con mucha gente.
Para los fines del análisis es beneficioso distinguir los agentes socializadores más
nombrados son:
La familia
La escuela
Las relaciones entre iguales
Los medios de comunicación de masas
Se considera la sociedad como aquel conjunto de individuos que comparten fines,
conductas y cultura y que se relacionan interactuando entre sí, cooperativamente, para
formar un grupo o una comunidad. Debemos diferenciar, a priori, las sociedades
complejas de las simples. En las primeras coexisten varias relaciones sociales e
instituciones y, en ellas, es imprescindible la institución escolar. En las simples, la
educación se desprende de las relaciones sociales cotidianas, sobretodo de la familia
y de la relación del sujeto con la vida pública.
En la familia se constituye la identidad social e individual de las personas. La
socialización se hace en la familia. Ya que se interiorizan las normas sociales.
La educación puede definirse como un proceso utilizado por la sociedad para instruir a
las generaciones más jóvenes que puede darse dentro de las instituciones escolares o
fuera pero que tiene como principal protagonista a la escuela. Los principales objetivos
de la educación son:
1º. Incentivar el proceso de estructuración del pensamiento e imaginación.
2º. Favorecer el proceso de maduración.
3º. Estimular hábitos de integración social.
4º. Desarrollar la creatividad del alumno.
5º. Favorecer la vinculación entre la institución educativa y la familia.
6º. Prevenir la desigualdad física y psíquica.
Por otro lado, son tres condicionantes constantes que caracterizan la dinámica social
de la vida escolar:
1º- La masa: La mayor parte de las actividades realizadas en la escuela se hacen
junto a otros, o al menos, en presencia de otros. Esto tiene consecuencias importantes
en relación con la calidad de vida de los alumnos e incluso, podría significar una suerte
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de adaptación a los hacinamientos que se demandan en las grandes ciudades. Las
consecuencias de la vida masificada suponen que los alumnos deberán cultivar la
paciencia y aprender a esperar. Esto puede generar ciertos sentimientos de
frustración. Las actividades, serán también a menudo interrumpidas en virtud de las
necesidades de la organización escolar propiciando a menudo desajustes de
motivación. También encontramos cómo la “distracción social” exige que el alumno se
concentre individualmente para realizar ciertas tareas, ignorando el contexto grupal en
el que se encuentra.
2º- El poder: el espacio escolar se define como un sitio en el cual se da una clara
división entre débiles y poderosos. El estudiante deberá cumplir los deseos de otros
(los docentes). Esta situación de desigualdad de poder, se diferencia de lo que se da
en el ámbito del hogar. Mientras que los padres ejercen un poder principalmente
restrictivo, el poder de los profesores no sólo es restrictivo sino también prescriptivo.
3º- Los elogios: en el ámbito escolar no solo es importante lo que el alumno hace sino
lo que los demás piensan de él porque, éste, se haya se halla sometido a una
permanente evaluación. La evaluación del docente (que no solo se centra en sus
conocimientos sino en su comportamiento) no es la única a la que está sometido el
alumno. El resto de la clase también evalúa. A menudo, el niño se encuentra en medio
de los juicios opuestos del docente y sus compañeros. En estas circunstancias, la
mayoría de los alumnos pronto aprenderán qué es lo que se necesita de ellos porque
los premios se otorgan a los que son “buenos”, que consiste en hacer lo que el
maestro quiere.
Otra estrategia llevada a cabo por los estudiantes tiene que ver con la “simulación”. El
alumno intentará comportarse evitando poner en evidencia sus fallas. Esta suerte de
“falsedad” tiene por objetivo atender a las demandas a las que es sometido. El alumno
también puede recurrir al “desligamiento emocional” respecto a la evaluación. Negará
la importancia de ésta. En este contexto de elogios existe un sistema de motivaciones.
Uno extrínseco referido al sistema de motivaciones. Otro intrínseco, centrado en la
satisfacción de realizar bien la propia tarea. La multitud, el elogio y el poder se
combinan para dar un sabor específico a la vida en el aula y forman, colectivamente
un currículum oculto que alumnos y profesores deberán dominar.
3.7.3 El entorno social
Un último componente que debemos analizar de la organización escolar, desde la
sociología, se refiere a la apertura de la escuela al medio social y a cómo afecta la red
de personas de la comunidad conectadas con la escuela y la sociedad más amplia al
clima de la escuela. Sin duda, la sociedad en la que se halla la escuela define su
sentido y valora la importancia de sus resultados. Para un sector de esa sociedad, la
escuela puede ser vista como un lugar para competir por riqueza, poder o prestigio.
Para otro, la escuela es la respuesta a las necesidades sociales de crecimiento y
desarrollo. Ambos sectores marcan objetivos y esperan resultados de la escuela como
organización.
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En relación a la red de personas en comunicación más o menos frecuente e intensa
con la escuela, existen numerosos estudios que ponen de manifiesto que la
organización de la comunidad tiene una fuerte influencia sobre el proceso de
aprendizaje.
Como ejemplo encontramos, en el tema de las relaciones entre los padres y la escuela
o en temas más puntuales como la política de los libros de texto, la implantación de
programas de integración o de actividades deportivas.
En relación a la influencia familiar sobre la escuela, probablemente la más significativa
de todas las del entorno, se refiere como el currículum del hogar al bagaje que los
alumnos traen de sus casas; a las motivaciones, expectativas, hábitos y problemas
que subyacen e influyen en sus procesos de aprendizaje. Entre otros factores, lo
conforman: el tamaño familiar, el grado de lectura familiar, el tiempo empleado en ver
la televisión, la atención que se presta a los deberes y a las faltas de asistencia a
clase, la implicación parental en las decisiones escolares y los recursos familiares.
De alguna manera nos recuerda a una visión generalizada del concepto de capital
cultural de la teoría de la reproducción cultural de Pierre Bourdieu, quien lo entiende
como las actitudes, preferencias, conocimiento formal, costumbres, metas y
credenciales, adquiridas en el pro ceso de socialización familiar y compartidas por
determinados sectores sociales, que se emplean para la exclusión social. En ambos
casos podemos entender la implicación del ámbito familiar en el clima y la
organización escolar. Desde la teoría de redes se pone de manifiesto la importancia de
la red de lazos de comunicación entre la escuela y la comunidad.
Finalmente, en relación a cómo se integran los diversos componentes del clima de la
escuela y cómo afectan al proceso de aprendizaje, el estudio de la socióloga
americana, arroja bastante luz sobre cómo y qué aprenden los estudiantes en la
escuela, desde una concepción del aprendizaje como un proceso condicionado por la
organización social de la escuela, su edificio y diversos espacios para las
interacciones en su interior, la composición de su profesorado y su arraigo en el barrio
y el centro, la composición del alumnado y la motivación de sus padres. Todo ello
considerado desde las perspectivas de los currículos manifiesto y oculto y sus efectos
sobre el aprendizaje.
3.8 Agentes socializadores
Los agentes de socialización son las instituciones, grupos, asociaciones y
organizaciones que directa o indirectamente contribuyen al proceso de la socialización.
La socialización transcurre en muchos ambientes y en interacción con mucha gente.
Para los fines del análisis es beneficioso distinguir los agentes socializadores más
nombrados por los sociólogos:
La familia (madre, padre y otros miembros familiares)
La escuela
Las relaciones entre iguales
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Los medios masivos de comunicación
Cada agente socializa al niño en sus propias pautas y valores. La familia, la
importancia de la madre son las principales acciones que la madre realiza en su
relación con el bebé:
Es la primera persona que establece con él una devoción, una relación
mediatizada por el amor, sólo este amor permitirá que el niño siga siendo
acogido, seguro y dispuesto a conquistar el mundo exterior.
Le devuelve al bebé la imagen de unidad que necesita para su desarrollo
individual.
Es la que comienza a introducir la noción de tiempo, a través de los distintos
ritmos de atención y cuidado.
Es la que dará significado a los primeros sonidos, siendo posible a partir de
aquí la conquista del lenguaje.
Graduará y dará intensidad a la relación con los otros: primero ella misma, más
tarde el padre, hermanos, abuelos, vecinos, etc.
Será con la madre, con quien el bebé establezca su primera relación de
cooperación mediante la alimentación.
Es ella la primera persona con la que el bebé se identifica, con la que inicia su
identidad.
Crea el lugar del padre como representante de la Ley Natural, de la autoridad,
constituyéndose así la base para la construcción de la norma.
La función del padre independientemente de su solidaridad y colaboración en la
crianza, representa en la socialización de la niña o el niño la autoridad. Tiene un papel
importante en la seguridad que confiere a la madre en la crianza y, en definitiva, en el
bienestar de la relación madre-hijo. Será también muy importante en la relación
triangular (Complejo de Edipo), ya que será modelo de identificación. Ocupará una
posición que será objeto de amor o de odio según sea el carácter de la identificación.
Otros miembros familiares: los hermanos y primos serán otro eslabón importante en la
socialización. Ayudarán en la conquista del código social denominado lenguaje.
Conjuntamente representarán los papeles sociales en una expresión del juego
simbólico, realizándose esta actividad desde la seguridad de la familia. Facilitarán el
conocimiento de los otros: vecinos y amigos, con lo que la socialización gana otro
importante y definitivo nivel. Abuelos y tíos serán otros adultos que favorezcan la
socialización, como personas afectivamente y significativas, con los que establecerán
relaciones y como adultos que consensuarán o ayudan en la labor de crianza y en
definitiva, en la misma socialización.
La escuela, sus reglas de orden; el grupo de pares, sus códigos y jueces, y los medios
de comunicación de masa, sus formas y tramas tradicionales. Más aún, cada agente -y
esto es más significativo a nuestros propósitos- ayuda a socializar al niño dentro de la
sociedad mayor. Teniendo en cuenta lo expuesto nadie se escapa de ser un agente
social por lo que dicha categoría queda difuminada en su omnipresencia.
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