UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL - UGrepositorio.ug.edu.ec/bitstream/redug/43798/1/CD... ·...

114
UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS ESCUELA DE MEDICINA TEMA: COMPLICACIONES POSTQUIRÚRGICAS DE CPRE EN PACIENTES CON COLEDOCOLITIASIS TRABAJO DE TITULACIÓN PRESENTADO COMO REQUISITO PARA OPTAR EL TÍTULO DE MÉDICO Autores: ROJAS VACA JANIREE STEFANIA VELASQUEZ GUARDERAS XAVIER ALEJANDRO Tutor: JORGE ORDÓÑEZ ORDÓÑEZ Guayaquil Ecuador Año 2018-2019

Transcript of UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL - UGrepositorio.ug.edu.ec/bitstream/redug/43798/1/CD... ·...

UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS

ESCUELA DE MEDICINA

TEMA:

COMPLICACIONES POSTQUIRÚRGICAS DE CPRE EN

PACIENTES CON COLEDOCOLITIASIS

TRABAJO DE TITULACIÓN PRESENTADO COMO REQUISITO

PARA OPTAR EL TÍTULO DE MÉDICO

Autores:

ROJAS VACA JANIREE STEFANIA

VELASQUEZ GUARDERAS XAVIER ALEJANDRO

Tutor:

JORGE ORDÓÑEZ ORDÓÑEZ

Guayaquil Ecuador

Año 2018-2019

II

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS

ESCUELA/CARRERA DE MEDICINA

UNIDAD DE TITULACIÓN

REPOSITORIO NACIONAL EN CIENCIA Y TECNOLOGÍA

FICHA DE REGISTRO DE TESIS/TRABAJO DE GRADUACIÓN

TÍTULO Y SUBTÍTULO: COMPLICACIONES POSTQUIRÚRGICAS DE CPRE EN

PACIENTES CON COLEDOCOLITIASIS

AUTOR: ROJAS VACA JANIREE STEFANIA

VELASQUEZ GUARDERAS XAVIER ALEJANDRO

TUTOR: DR. JORGE ORDOÑEZ ORDOÑEZ

INSTITUCIÓN: UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

UNIDAD/FACULTAD: FACULTAD DE CIENCIAS MEDICAS

ESCUELA DE MEDICINA

GRADO OBTENIDO:

FECHA DE

PUBLICACIÓN:

Mayo 2019 No. DE

PÁGINAS:

114 páginas

ÁREAS TEMÁTICAS: GASTROENTEROLOGIA

III

PALABRAS CLAVES/

KEYWORDS:

CPRE, coledocolitiasis, complicaciones, vía biliar, vía pancreática

Debido a que diariamente se realizan colangiopancreatografía retrogradas o CPRE en el Hospital Luis

Vernaza de Guayaquil, es importante conocer cuáles fueron las patologías, así como los grupos etarios

y demás datos de los pacientes que recurren a este procedimiento, que es tanto diagnóstico como

terapéutico, para que sirva como referente en posteriores estudios y, determinar las complicaciones en

pacientes con coledocolitiasis. Para ello, realizamos un estudio observacional, no experimental, con

enfoque cuantitativo de pacientes con patología biliopancreática que acudieron al servicio de

Gastroenterología del dicho hospital, entre marzo del 2017 y marzo del 2019. Dicho estudio, incluyó 72

pacientes, de los cuales un 17% presentaron síntomas como náuseas fiebre, dolor, y vómitos, de éstos,

el 58% presentó como sintomatología principal el dolor. Analizando los días de ingreso, se consideró

como segunda variable la edad como factor de estancia hospitalaria. De estos resultados, los pacientes

mayores de 64 años presentaron una mayor prevalencia con respecto al número de días llegando a

tener hasta un 18% con una estancia >12 días. En relación con las complicaciones, se obtuvo que

solamente el 30% presentó complicaciones, de éstos un 45% presentó hemorragia y un 55% presentó

infección. Se observó una baja tasa de mortalidad siendo ésta del 1,38%.

ADJUNTO PDF: SI NO

CONTACTO CON

AUTOR/ES:

E-mail:

CONTACTO CON LA

INSTITUCIÓN:

Nombre: Universidad de Guayaquil – Facultad de Ciencias

Medicas

Teléfono: 042390311

E-mail: www.ug.edu.ec

IV

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS

ESCUELA/CARRERA DE MEDICINA

UNIDAD DE TITULACIÓN

Guayaquil, 14 de mayo del 2019

CERTIFICACIÓN DEL TUTOR REVISOR

Habiendo sido nombrado Dr. Francisco Obando Freire, PhD tutor del trabajo de titulación:

COMPLICACIONES POSTQUIRÚRGICAS DE CPRE EN PACIENTES CON COLEDOCOLITIASIS, certifico

que el presente trabajo de titulación, elaborado por ROJAS VACA JANIREÉ STEFANIA con C.I. No:

0925650863, Y VELÁSQUEZ GUARDERAS XAVIER ALEJANDRO con C.I. No. 0921902615, con mi

respectiva supervisión como requerimiento parcial para la obtención del título de MEDICO, en la

Carrera/Facultad, ha sido REVISADO Y APROBADO en todas sus partes, encontrándose apto para

su sustentación.

Dr. Francisco Obando Freire, PhD

C.I. 0904368859

ANEXO 11

V

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS ESCUELA/CARRERA DE MEDICINA

UNIDAD DE TITULACIÓN

LICENCIA GRATUITA INTRANSFERIBLE Y NO EXCLUSIVA PARA EL

USO NO COMERCIAL DE LA OBRA CON FINES NO ACADÉMICOS

Nosotros, ROJAS VACA JANIREÉ STEFANIA con C.I. No: 0925650863 y VELÁSQUEZ GUARDERAS

XAVIER ALEJANDRO con C.I. No. 0921902615, certificamos que los contenidos desarrollados en

este trabajo de titulación, cuyo título COMPLICACIONES POSTQUIRÚRGICAS DE CPRE EN

PACIENTES CON COLEDOCOLITIASIS, son de nuestra absoluta propiedad y responsabilidad Y SEGÚN

EL Art. 114 del CÓDIGO ORGÁNICO DE LA ECONOMÍA SOCIAL DE LOS

CONOCIMIENTOS, CREATIVIDAD E INNOVACIÓN*, autorizo el uso de una licencia gratuita

intransferible y no exclusiva para el uso no comercial de la presente obra con fines no académicos,

en favor de la Universidad de Guayaquil, para que haga uso del mismo, como fuera pertinente

_________________________ ___________________________

ROJAS VACA JANIREÉ STEFANIA VELÁSQUEZ GUARDERAS XAVIER ALEJANDRO

C.I. No. 0925650863 C.I. No. 0921902615

*CÓDIGO ORGÁNICO DE LA ECONOMÍA SOCIAL DE LOS CONOCIMIENTOS, CREATIVIDAD E INNOVACIÓN

(Registro Oficial n. 899 - Dic./2016) Artículo 114.- De los titulares de derechos de obras creadas en las instituciones de

educación superior y centros educativos.- En el caso de las obras creadas en centros educativos, universidades,

escuelas politécnicas, institutos superiores técnicos, tecnológicos, pedagógicos, de artes y los conservatorios

superiores, e institutos públicos de investigación como resultado de su actividad académica o de investigación tales

como trabajos de titulación, proyectos de investigación o innovación, artículos académicos, u otros análogos, sin

perjuicio de que pueda existir relación de dependencia, la titularidad de los derechos patrimoniales corresponderá a los

autores. Sin embargo, el establecimiento tendrá una licencia gratuita, intransferible y no exclusiva para el uso no

comercial de la obra con fines académicos.

ANEXO 12

VI

Guayaquil, 14 de mayo del 2019

Sr. Dr. WALTER SALGADO

DIRECTOR DE LA CARRERA DE MEDICINA

FACULTAD DE CIENCIAS MEDICAS

UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

Ciudad.-

De mis consideraciones:

Envío a Ud. el Informe correspondiente a la tutoría realizada al Trabajo de Titulación

COMPLICACIONES POSTQUIRÚRGICAS DE CPRE EN PACIENTES CON COLEDOCOLITIASIS de los

estudiantes ROJAS VACA JANIREÉ STEFANIA Y VELÁSQUEZ GUARDERAS XAVIER ALEJANDRO,

indicando han cumplido con todos los parámetros establecidos en la normativa vigente:

● El trabajo es el resultado de una investigación. ● El estudiante demuestra conocimiento profesional integral. ● El trabajo presenta una propuesta en el área de conocimiento. ● El nivel de argumentación es coherente con el campo de conocimiento.

Adicionalmente, se adjunta el certificado de porcentaje de similitud y la valoración del trabajo de

titulación con la respectiva calificación.

Dando por concluida esta tutoría de trabajo de titulación, CERTIFICO, para los fines pertinentes,

que los estudiantes están aptos para continuar con el proceso de revisión final.

Atentamente,

Dr. Jorge Ordóñez Ordóñez

C.I. 1101092664

ANEXO 4

VII

CERTIFICADO PORCENTAJE DE SIMILITUD

Habiendo sido nombrado JORGE ORDOÑEZ ORDOÑEZ, tutor del trabajo de titulación certifico

que el presente trabajo de titulación ha sido elaborado por ROJAS VACA JANIREÉ STEFANIA,

C.C.: 0925650863, Y VELÁSQUEZ GUARDERAS XAVIER ALEJANDRO, C.C.: 0921902615, con mi

respectiva supervisión como requerimiento parcial para la obtención del título de MEDICO.

Se informa que el trabajo de titulación: COMPLICACIONES POSTQUIRÚRGICAS DE CPRE EN

PACIENTES CON COLEDOCOLITIASIS, ha sido orientado durante todo el periodo de ejecución en el

programa anti-plagio, URKUND, quedando el 0% de coincidencia.

https://secure.urkund.com/view/49647839-721559-

286506#q1bKLVayio7VUSrOTM/LTMtMTsxLTlWyMqgFAA==

Dr. Jorge Ordóñez Ordóñez

C.I:1101092664

VIII

DEDICATORIA

Dedico este trabajo de titulación a mis padres, mi abuela, y a

todos los que me apoyaron de manera incondicional durante todo

este tiempo.

Janireé Stefanía Rojas Vaca

Dedico este trabajo de titulación a mis abuelitos, mis tíos, a mi

mamá a mi querida novia Astrid, a mis cuñadas Ashly, Angie,

Alfonsina, Luan y quienes me motivaron a que siga en la lucha de

esta larga carrera, la cual amo.

Xavier Alejandro Velásquez Guarderas

IX

AGRADECIMIENTO

Agradecemos a nuestros padres y a toda nuestra familia, a los

amigos que hicimos y a esos profesores que con dedicación

sacaron lo mejor de nosotros y a todos quienes nos apoyaron de

manera incondicional durante todo este tiempo.

Janireé Stefanía Rojas Vaca

Xavier Alejandro Velásquez Guarderas

X

RESUMEN

Debido a que diariamente se realizan colangiopancreatografía retrogradas o CPRE en

el Hospital Luis Vernaza de Guayaquil, es importante conocer cuáles fueron las patologías,

así como los grupos etarios y demás datos de los pacientes que recurren a este

procedimiento, que es tanto diagnóstico como terapéutico, para que sirva como

referente en posteriores estudios y, determinar las complicaciones en pacientes con

coledocolitiasis. Para ello, realizamos un estudio observacional, no experimental,

con enfoque cuantitativo de pacientes con patología biliopancreática que acudieron

al servicio de Gastroenterología del dicho hospital, entre marzo del 2017 y marzo

del 2019. Dicho estudio, incluyó 72 pacientes, de los cuales un 17% presentaron

síntomas como náuseas fiebre, dolor, y vómitos, de éstos, el 58% presentó como

sintomatología principal el dolor. Analizando los días de ingreso, se consideró como

segunda variable la edad como factor de estancia hospitalaria. De estos resultados,

los pacientes mayores de 64 años presentaron una mayor prevalencia con respecto

al número de días llegando a tener hasta un 18% con una estancia >12 días. En

relación con las complicaciones, se obtuvo que solamente el 30% presentó

complicaciones, de éstos un 45% presentó hemorragia y un 55% presentó

infección. Se observó una baja tasa de mortalidad siendo ésta del 1,38%.

Palabras claves: CPRE, coledocolitiasis, complicaciones, vía biliar, vía

pancreática.

XI

XII

CONTENIDO

DEDICATORIA .............................................................................................................. VIII

AGRADECIMIENTO ........................................................................................................ IX

RESUMEN ........................................................................................................................ X

ÍNDICE DE GRÁFICO ................................................................................................... XIV

ÍNDICE DE ILUSTRACIONES. ....................................................................................... XV

INTRODUCCIÓN .............................................................................................................19

CAPÍTULO 1 ....................................................................................................................20

1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ....................................................................20

1.1. ÁREA DE ESTUDIO. .............................................................................................21

1.2. PROBLEMA DE INVESTIGACION. .......................................................................21

1.5. OBJETIVOS. .........................................................................................................21

OBJETIVOS GENERALES .......................................................................................21

OBJETIVOS ESPECÍFICOS .....................................................................................21

1.6. JUSTIFICACIÓN. ..................................................................................................22

CAPÍTULO 2 ....................................................................................................................23

2. MARCO TEORICO ................................................................................................23

2.1 COLEDOCOLITIASIS .............................................................................................23

COMPOSICIÓN DE LOS CÁLCULOS BILIARES .....................................................23

2.2 ANATOMÍA QUIRÚRGICA DE LA VESÍCULA Y VÍAS BILIARES ..........................24

2.3 PRESENTACIÓN CLÍNICA DEL PACIENTE CON PATOLOGÍA BILIAR ...............66

2.4 MÉTODOS DIAGNÓSTICOS EN PATOLOGÍA BILIAR ..........................................68

VESICULA BILIAR ....................................................................................................69

VIA BILIAR................................................................................................................71

VALOR DEL LABORATORIO ...................................................................................77

2.6. CPRE. ...................................................................................................................81

DEFINICIÓN Y OBJETIVOS .....................................................................................83

TÉCNICA ..................................................................................................................84

COLOCACIÓN DEL PACIENTE, DEL PERSONAL Y DEL EQUIPO QUIRÚRGICO 87

DESCRIPCIÓN DE LA TÉCNICA .............................................................................90

CUIDADOS POSTOPERATORIOS ..........................................................................92

CAPÍTULO 3. ...................................................................................................................94

DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN ...................................................................................94

XIII

TIPO DE INVESTIGACIÓN ..........................................................................................94

POBLACIÓN ................................................................................................................94

RECOLECCIÓN DE DATOS - ANÁLISIS .....................................................................95

CONSIDERACIONES BIOÉTICAS ...............................................................................95

MARCO METODOLOGICO..........................................................................................96

CAPÍTULO 4. ...................................................................................................................99

RESULTADOS ................................................................................................................99

CAPÍTULO 5 .................................................................................................................. 112

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES. ................................................................ 112

CONCLUSIONES. ...................................................................................................... 112

RECOMENDACIONES .............................................................................................. 113

BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................................. 114

XIV

ÍNDICE DE GRÁFICO

Pag.

Grafico 1. Muestra elegida para el estudio según criterios de inclusión, y exclusión. ................... 100

Grafico 2. Grupos por edades (porcentaje). ................................................................................... 102

Grafico 3. Clasificación de los pacientes por género y edad (porcentaje). .................................... 104

Grafico 4. Clasificación de los pacientes por género y edad (número). ......................................... 104

Grafico 7. Comparativa de días de estancia hospitalaria ............................................................... 105

Grafico 8. Sintomatología postquirúrgica ....................................................................................... 106

Grafico 9. Pacientes que manifestaron dolor. ................................................................................ 106

Grafico 10. Complicaciones (porcentaje) ....................................................................................... 107

Grafico 11. Mortalidad de pacientes. ............................................................................................. 111

XV

ÍNDICE DE ILUSTRACIONES. Ilustración 1 Vías biliares .................................................................................................................. 25

Ilustración 2 Coleco y Vías biliares .................................................................................................... 25

Ilustración 3 Estructura arteria venas hepáticas. ............................................................................. 26

Ilustración 4 Lóbulos hepáticos. ....................................................................................................... 27

Ilustración 5. Formas de presentación de vías biliares. .................................................................... 29

Ilustración 6. De vías biliares al levantar el hígado. .......................................................................... 29

Ilustración 7 Formas de presentación vías biliares, supra e infrahepaticas.. ................................... 31

Ilustración 8. Formas de estenosis de vías biliares. .......................................................................... 32

Ilustración 9. Vías biliares por debajo de los triángulos ................................................................... 33

Ilustración 10 vesícula biliar dentro del hígado ................................................................................ 35

Ilustración 11. Porciones de la vesícula biliar. .................................................................................. 36

Ilustración 12. Formas de presentación, por peritonizacion. ........................................................... 38

Ilustración 13 Bolsa de Hartmann.................................................................................................... 42

Ilustración 14. Vesícula tabicada ...................................................................................................... 43

Ilustración 15. Vesícula Multilobulada. ............................................................................................ 43

Ilustración 16 Duplicación vesicular. B. Duplicación de la vesícula y del ducto cístico. ................... 45

Ilustración 17Vesicula bilobulada ..................................................................................................... 46

Ilustración 18 Vesícula biliar accesoria. ............................................................................................ 48

Ilustración 19 Otras presentaciones. [1]........................................................................................... 48

Ilustración 20. Presentación del ductus hepático............................................................................. 48

Ilustración 21. Tres formas de duplicación de vesicula. ................................................................... 50

Ilustración 22. Trocion del colédoco. ................................................................................................ 55

Ilustración 23. Implantación del Colédoco. ...................................................................................... 58

Ilustración 24. Vista radiográfica de coledoco. ................................................................................. 59

Ilustración 25. Tipo de unión cistohepatico. .................................................................................... 60

Ilustración 26. Modalidades de desembocadura. ............................................................................ 60

Ilustración 27 Otras Modalidades de desembocadura. .................................................................... 61

Ilustración 28 Adosamiento de ducto cístico. .................................................................................. 62

Ilustración 29. Ducto Hepatocistico. ................................................................................................. 62

Ilustración 30. Ductos hepatocísticos. .............................................................................................. 63

Ilustración 31 Glándulas de tipo mucoso de Luschka en cuello. ...................................................... 65

XVI

ÍNDICE DE TABLAS

Pag.

Tabla 1: Factores de riesgo para litiasis biliar ................................................................................... 23

Tabla 2. Cuadro Anomalías de la vesícula biliar. ............................................................................... 41

Tabla 3 Riesgo de coledocolitiasis. ................................................................................................... 66

Tabla 4. Comorbilidades presentadas. ........................................................................................... 100

Tabla 5. Grupos por edades (numero). ........................................................................................... 101

Tabla 6 Grupos según el género. .................................................................................................... 102

Tabla 7. Clasificación de los pacientes por género y edad (Número). ............................................ 103

Tabla 9. Días de estancia hospitalaria............................................................................................. 105

Tabla 10. Sintomatología postquirúrgica de importancia .............................................................. 105

Tabla 11. Indicaciones de ERCP. ..................................................................................................... 107

Tabla 12. Complicaciones posterior al procedimiento. .................................................................. 107

Tabla 13. Complicaciones presentadas. ......................................................................................... 108

Tabla 14. Complicaciones presentadas .......................................................................................... 108

Tabla 15. Variables cuantitativas. ................................................................................................... 109

Tabla 16. Relación de las variables cuantitativas y complicaciones ............................................... 110

Tabla 17. Variables cualitativas. ..................................................................................................... 111

19

INTRODUCCIÓN

Este es un estudio realizado en el Hospital Luis Vernaza de Guayaquil donde

diariamente se realiza una gran cantidad de colangiopancreatografía

retrogradas o CPRE por sus siglas, donde la gran mayoría de estas son

solicitadas por el departamento de gastroenterología de la consulta externa de

este mismo Hospital. La colangiopancreatografía retrógrada endoscópica o

CPRE es un método diagnóstico y terapéutico de carácter invasivo qué es de

utilidad para evaluar tanto la vía biliar como la vía pancreática, la cual consiste

en acceder a través de una cánula en el conducto común previo a la realización

de una video endoscopía digestiva alta, esto suele lograrse generalmente con

una efectividad del 90 al 95% de los casos, siendo más frecuentes la canulación

del conducto de Wirsung. En este estudio se realizó un estudio descriptivo,

retrospectivo de pacientes con patología biliopancreática que acudieron al

Servicio de Gastroenterología del Hospital Luis Vernaza de Guayaquil para que

se proceda con una CPRE en el curso de marzo del 2017 hasta Marzo del 2019,

disponiendo de los archivos de informes de CPRE del servicio en mención y de

las historias clínicas respectivas proporcionadas por el Archivo Central del

hospital. La muestra total es de 72 pacientes. Los cuadros y análisis de este

informe ya cuentan con los datos obtenidos en los expedientes del archivo del

Hospital Luis Vernaza de Guayaquil y de los procedimientos actuales. Se realizó

una búsqueda de los pacientes que presentaron un proceso infeccioso, sin

embargo la mayoría de estos pacientes se los trato como colangitis, sin tener

ningún cultivo registrado en los expedientes.

20

CAPÍTULO 1

1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

En el Hospital Luis Vernaza de Guayaquil diariamente se realiza una gran

cantidad de colangiopancreatografía retrogradas o CPRE por sus siglas, donde

la gran mayoría de estas son solicitadas por el departamento de

gastroenterología de la consulta externa de este mismo Hospital, de estos

estudios realizados no se cuenta con data que pueda ser utilizada, con la

finalidad de conocer cuáles fueron las patologías, cuáles son los grupos etarios,

entre otros datos individuales que con mayor frecuencia recurren a esta

herramienta tanto diagnóstica como terapéutica.

Considerando que la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica o CPRE

es un método diagnóstico y terapéutico de carácter invasivo qué es de utilidad

para evaluar tanto la vía biliar como la vía pancreática, consiste en acceder a

través de una cánula en el conducto común previo a la realización de una video

endoscopía digestiva alta, esto suele lograrse generalmente con una efectividad

del 90 al 95% de los casos, siendo más frecuentes la canulación del conducto

de Wirsung. Como se mencionó anteriormente, este método representa una

importante herramienta terapéutica, la cual permite ejecutar esfinterotomía,

extracción de cálculos en la vía biliar, así mismo es de utilidad para la toma de

biopsias y citología por cepillado, colocación de iridio, tinciones, y dilatación de

estenosis mediante la colocación de implantes en el interior de la luz de las vías

biliares; de lo antes mencionado podemos dilucidar qué conocer en detalle el

porcentaje de pacientes que se han, de alguno u otro modo, beneficiado de esta

técnica en el Hospital Luis Vernaza de Guayaquil, así como las distintas

21

variables, y cómo estás han favorecido o no a la recuperación de cada uno de

éstos, es de mucha importancia, pues nos puede servir cómo data y contar con

hallazgos científicos, aportada por este nosocomio para posteriores estudios

relacionados con medicina basados en la evidencia.

1.1. ÁREA DE ESTUDIO.

El presente estudio se basa en el análisis observacional retrospectivo de

carácter transversal, del análisis de casos presentados en el servicio de

gastroenterología del Hospital Luis Vernaza de Guayaquil.

1.2. PROBLEMA DE INVESTIGACION.

¿Cuál es la patología que predomina al momento de solicitar una

colangiopancreatografía retrógrada?, y ¿cuáles fueron las principales

complicaciones que se presentaron en los casos investigados?

1.5. OBJETIVOS.

OBJETIVOS GENERALES

Determinar las complicaciones postquirúrgicas en pacientes candidatos a CPRE

en el Hospital Luis Vernaza de Guayaquil.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

• Identificar sintomatología temprana y tardía posterior al CPRE.

• Cuantificar los días de Hospitalización al realizar

Colangiopancreatografía endoscópica temprana y tardía.

22

• Enumerar las complicaciones post Colangiopancreatografía

retrógrada endoscópica temprana y tardía.

• Calcular las tasas de morbilidad y mortalidad de la

Colangiopancreatografía retrógrada endoscópica.

1.6. JUSTIFICACIÓN.

Este proyecto de investigación es de mucho interés, pues permite dar a conocer

las complicaciones más importantes que se presentan en el manejo de ciertas

patologías con mayor frecuencia, como lo son la coledocolitiasis, la pancreatitis

biliar, la colangitis, etcétera, en aquellos pacientes que son expuestos tanto a

manejos quirúrgicos como métodos intervencionistas, lo cual permite conocer

de primera mano cuál es la prevalencia y la frecuencia que se presenta en cada

una de estas patologías; esto nos aproxima día a día a tener un mejor

entendimiento sobre cuáles son las complicaciones y aquellos factores que se

desprenden en los pacientes que poseen predisposición a padecer

complicaciones, además creemos qué es un tema de gran interés para los

profesionales de la salud, pues servirá como base para futuros estudios de

Medicina basada en la evidencia.

23

CAPÍTULO 2

2. MARCO TEORICO

2.1 COLEDOCOLITIASIS

Se denomina como colelitiasis a la constitución de sedimentos sólidos en la

vesícula biliar y sus vías, determinado por la modificación de los elementos que

conforman la bilis [1].

Tabla 1: Factores de riesgo para litiasis biliar

No modificables Modificables

Historia familiar Diabetes mellitus, Dislipidemia, Obesidad, Síndrome

Metabólico

Predisposición genética Fármacos: Tiazida, Ceftriaxona, Hormonas femeninas

Sexo femenino Reducción de la actividad física

Edad Pérdida de peso rápido

Dieta / Nutrición Parenteral Total

Falta de información de enfermedades crónicas: Cirrosis,

Enfermedad de Crohn

COMPOSICIÓN DE LOS CÁLCULOS BILIARES

Cálculos de colesterol

Corresponden al tipo de cálculo más frecuente en occidente. Estos están

principalmente constituidos de colesterol (51-99%) y en un 15% estos se

presentan en los estudios de imágenes radiopacos [1].

24

Cálculos pigmentarios negros

Representan el 20-30% de los cálculos biliares. Su composición primordialmente

están constituidos por sedimentos de bilirrubina polimerizado, además de otros

como lo son: carbonato y fosfato cálcico, lo que determina que su composición

sea pétrea. En su composición no presentan sedimentos de colesterol. El 60%

en las imágenes de rayos X y TAC, son radiopacos. Se los relaciona

frecuentemente con condiciones de hemólisis crónica, así como también a la

cirrosis hepática. Alrededor del 30% de los pacientes cirróticos presentan

colelitiasis [2].

2.2 ANATOMÍA QUIRÚRGICA DE LA VESÍCULA Y VÍAS BILIARES

Los ductos biliares son un conjunto de ductos por donde transcurre la bilis desde

su origen en los hepatocitos hasta el duodeno. Este sistema de ductos se

encuentra dividido en dos partes: una dentro del hígado y la otra fuera del

hígado.

El árbol biliar extrahepático consiste en el ducto hepático común, que se forma

por la unión de los ductos hepáticos derecho e izquierdo, la vesícula biliar, el

ducto cístico y el colédoco que se forma por la unión de los ductos hepático

común y cístico.

Ductos biliares fuera del hígado: Los ductos biliares fuera del hígado están

dispuestos en tres estratos, más o menos imbricados topográficamente en

posición anatómica y, al contrario, desplegados en sentido craneocaudal en

25

posición operatoria, lo que facilita singularmente la exploración y el abordaje

quirúrgico:

De esta manera se distingue:

Ilustración 1 Vías biliares

Los tres estratos de los ductos biliares fuera del hígado.

• un estrato superior en los límites de la placa hiliar;

• un estrato medio, peritoneal, pedicular;

• un estrato inferior en la celda duodenopancreática.

Ilustración 2 Colédoco y Vías biliares

26

Exposición operatoria de los ductos biliares.

1. Cabeza del páncreas.

2. Colon transverso.

3. Ducto cístico.

4. Ducto colédoco.

5. Ducto hepático.

6. Foramen epiploico (hiato de Winslow).

7. Porción descendente del duodeno.

8. Vena porta.

9. Vesícula biliar.

Ilustración 3 Estructura arteria venas hepáticas.

Los tres estratos de los ductos biliares fuera del hígado.

1. Arteria pancreaticoduodenal posterosuperior.

2. Triángulo interportocoledocal.

3. Estrato superior

27

Convergencia biliar en la placa hiliar

Los territorios hepáticos biliares del hígado derecho (hepar dexter) y del hígado

izquierdo (hepar sinister) están drenados respectivamente por un ducto hepático

correspondiente, sin presentar anastomosis segmentaria:

Ilustración 4 Lóbulos hepáticos.

El ducto hepático derecho (ductus hepaticus dexter) resulta de la confluencia del

ducto paramedial (ramus anterior) que drena los segmentos V y VIII, y del ducto

lateral (ramus posterior) que drena los sectores distales VI y VII, describiendo

una espiral, detrás del ducto precedente, la curva de Hjortsjö. El drenaje biliar

del lóbulo caudado (el segmento I) es variable. En cerca del 80% de los

individuos el lóbulo caudado drena tanto hacia el ducto hepático derecho como

hacia el izquierdo. En el 15% de los casos el lóbulo caudado drena solo en el

ducto hepático izquierdo y en el restante 5% de los casos el lóbulo es drenado

exclusivamente por el ducto hepático derecho.

El ducto hepático izquierdo (ductus hepaticus sinister) representa un tronco

común que reúne los ductos de los segmentos II y III. Sobre este tronco van

convergiendo, casi en ángulo recto, los ductos procedentes de los segmentos I

28

y IV. El ducto hepático izquierdo se forma dentro de la cisura umbilical por la

unión de los tres ductos segmentarios que drenan el lado izquierdo del hígado

(segmentos II, III Y IV). El ducto hepático izquierdo cruza la base del segmento

IV (el segmento medio del lóbulo izquierdo) en dirección horizontal para unirse

al ducto hepático derecho y formar el ducto hepático común.

La reunión de los ductos hepáticos derecho e izquierdo se realiza en el hilio

hepático (porta hepatis) y constituye la confluencia biliar superior o convergencia

biliar. El ducto izquierdo está dispuesto horizontalmente por delante de la rama

izquierda de la vena porta (ramus sinister venae portae), está menos ramificado

y es más accesible quirúrgicamente que el ducto derecho. El ducto hepático

derecho es corto y está dispuesto verticalmente en el eje del ducto hepático

común.

La constitución de la reunión de los ductos biliares es muy variable:

En el 57% de los casos, la disposición es modal, existiendo una unión eficaz de

los ductos derecho e izquierdo.

En el 40% de los casos el ducto derecho está ausente:

Los dos ductos sectoriales derechos se reúnen directamente en el ducto

izquierdo.

Un ducto sectorial derecho aboca aisladamente en el ducto hepático común. Un

ducto sectorial derecho aboca aisladamente en el ducto hepático izquierdo.

En el 3% de los casos, los ductos sectoriales forman directamente la

convergencia.

29

Anomalías de los ductos hepáticos.

Ilustración 5. Formas de presentación de vías biliares.

La convergencia biliar está envuelta por la vaina glissoniana cuyo espesamiento,

a estrato del hilio hepático, forma la placa portal bajo la cara inferior o visceral

(facies visceralis) del hígado. La convergencia biliar es aquí el elemento más

anterior, en el espacio virtual constituido por la placa portal que aparece cuando

se ha desplazado el segmento IV del hígado hacia arriba.

Tras el descenso quirúrgico de la placa portal aparece la convergencia biliar, sin

interposición vascular, por delante de la división de la vena porta (vena portae)

o por delante de su rama derecha (ramus dexter), por encima y lateralmente con

respecto a la división de la arteria hepática propia (a. hepática propia).

Ilustración 6. De vías biliares al levantar el hígado.

30

Estrato superior. Descenso quirúrgico de la placa portal que evidencia la

convergencia biliar (Couinaud, 1957).

Ductos hepáticos accesorios

Los ductos hepáticos accesorios pueden surgir del hígado para unirse al ducto

hepático derecho, al ducto hepático común, al ducto cístico, al colédoco o a la

vesícula biliar. Estos ductos están presentes en aproximadamente el 10% de los

individuos. Aunque los ductos hepáticos accesorios tienen en ocasiones un

tamaño similar al de un ducto cístico normal, a menudo son estructuras

delicadas, delgadas, que pueden pasarse por alto fácilmente.

Los ductos hepáticos accesorios a menudo corren a través del triángulo

hepatocístico y a veces se lesionan durante la disección en esta zona. Los

ductos colecistohepáticos son ductos biliares pequeños que provienen del

hígado para entrar en la cara hepática de la vesícula biliar directamente.

Si se descubre un ducto colecistohepático durante la disección de la vesícula

biliar de la fosa cística, debe ligarse para evitar un derrame biliar posoperatorio.

Anomalías del árbol biliar extrahepático

La anatomía del árbol biliar extrahepático es muy variable. El conocimiento

completo de esta variable anatomía es importante para el cirujano general

porque al no reconocer las variaciones anatómicas frecuentes se puede producir

a una lesión importante de los ductos. Las anomalías fuera del hígado del árbol

biliar pueden involucrar los ductos hepáticos, el ducto cístico o el colédoco.

Ductos hepáticos

31

En el 57 al 68% de los pacientes las ramas derechas posterior y anterior se unen

y el ducto hepático derecho se une al ducto hepático izquierdo para formar el

ducto hepático común. Se conocen otras tres variaciones frecuentes. En el 12 a

18% de los pacientes los ductos hepáticos derecho anterior, derecho posterior

e izquierdo se unen para formar el ducto hepático común. En el 8 a 20% de los

pacientes los ductos hepáticos derecho posterior e izquierdo se unen para

formar el ducto hepático común y el ducto anterior derecho se une por debajo

de esta unión. En el 4 a 7% de los pacientes el ducto derecho posterior se une

al ducto hepático común por debajo de la unión de los ductos hepáticos derecho

anterior e izquierdo. En el 1,5 al 3% de los pacientes el ducto cístico se une en

la confluencia de todos los ductos o con uno de los ductos hepáticos derechos.

Ilustración 7 Formas de presentación vías biliares, supra e infrahepaticas..

Variaciones de los ductos hepáticos: A. Unión dentro del hígado de los ductos

hepáticos izquierdo y derecho. B. Unión fuera del hígado normal de los ductos

hepáticos izquierdo y derecho. C. Unión distal de los ductos hepáticos que

producen ausencia del ducto hepático común. [3].

32

Atresia biliar fuera del hígado

La atresia puede abarcar un pequeño segmento de un ducto, un ducto completo

o el sistema biliar en su totalidad. La porción defectuosa puede estar muy

estenosada, puede presentarse sin una luz o puede representarse sólo por una

banda fibrosa. Los pacientes sin tratamiento viven a lo máximo 1 año. Es

necesario el diagnóstico temprano para su tratamiento Inmediato.

La atresia biliar se asocia a menudo con malformaciones intestinales y

vasculares mayores. Por lo tanto se debe hacer una evaluación completa del

niño. La atresia biliar fuera del hígado es la anormalidad más seria del sistema

biliar. Si por lo menos un ducto hepático estuviese permeable fuera del hígado

para permitir la anastomosis con un asa intestinal, el defecto se consideraría

"corregible". El procedimiento específico necesario varía con la cantidad de

ducto disponible.

Ilustración 8. Formas de estenosis de vías biliares.

Atresias del sistema biliar: Atresia biliar "corregible" (A, B, C). Atresias no

corregibles (D, E, F) (D Y E son las más comunes). G. Atresia biliar dentro del

hígado no corregible con los ductos biliares extrahepáticos permeables. [4]

Se pueden encontrar además de los ductos hepáticos principales, ductos

hepáticos intrahiliares aberrantes (accesorios) de un medio a un tercio del

33

diámetro de los ductos principales. Un ducto hepático aberrante (accesorio) es

un ducto segmentario normal que se une al sistema biliar justo fuera del hígado

en vez de dentro de éste. Drena una porción normal del hígado. Este ducto, que

pasa a través del triángulo colecistohepático, es importante porque está sujeto

a una lesión inadvertida con fuga biliar subsecuente.

Ilustración 9. Vías biliares por debajo de los triángulos

Ductos hepáticos accesorios. Los ductos hepáticos diminutos adicionales son

comunes. [2].

Los ductos biliares subvesiculares son ductos ciegos pequeños que emergen

del lóbulo derecho del hígado y se ubican en el lecho de la vesícula biliar. Éstos

no comunican con la vesícula, pero su localización los hace susceptibles de

lesión con la resultante fuga biliar. Sin tomar en cuenta la terminología, el

cirujano debe tener presente la posibilidad de la comunicación directa de los

ductos biliares con la vesícula biliar. La lesión de tales ductos comunicantes

resultará en una fuga biliar seria.

34

Rara vez los ductos hepáticos derecho e izquierdo o ambos desembocan en la

vesícula biliar. Tal variante podría llevar a una catástrofe quirúrgica si un ducto

principal se ligase. Éste es un argumento en favor de quitar la vesícula desde el

fondo. En resumen, hay varias configuraciones anatómicas que podrían producir

problemas para el cirujano. Los problemas pueden ser de poca o gran

importancia. Los autores han encontrado pacientes con drenaje biliar

posoperatorio prolongado que podría haber resultado de una u otra de las

variantes anatómicas descritas.

Recomendamos:

1) El uso rutinario de drenaje en toda la cirugía biliar y

2) La extirpación de la vesícula del fondo al hilio.

Estrato medio, peritoneal, pedicular.

Es la parte de los ductos biliares más accesible quirúrgicamente: está

representada por la vía biliar accesoria que desemboca en la vía biliar principal.

Vía biliar accesoria: Comprende la vesícula biliar y el ducto cístico.

Vesícula biliar (vesica fellea biliaris).

Reservorio musculo membranoso, en forma de pera, distensible, con una

capacidad media de 50 a 60 ml. La longitud es de 8 a 10 cm, su anchura de 35

a 40 mm. La vesícula biliar está adosada a la cara inferior o visceral del hígado

(facies visceralis), en el límite del hígado derecho e izquierdo, en la cara inferior

del hígado entre los lóbulos IV y V, a la altura del lecho vesicular. En una fosita

(fossa vesicae felleae biliaris) de la que está separada por un espacio celular

35

más o menos laxo, atravesado por venas y que constituye un plano de

separación. Con una longitud de 8 a 10 cm y una anchura de 3 a 4 cm, la vesícula

biliar tiene una morfología muy variable.

La cara superior o hepática de la vesícula biliar se encuentra adherida a la fosa

cística por tejido conectivo, en tanto que el fondo y las caras inferior y lateral

están cubiertas por un pliegue de peritoneo de la superficie del hígado. La

superficie hepática de la vesícula está fija al hígado por tejido conjuntivo de la

cápsula hepática. A veces, la vesícula biliar se halla completamente recubierta

con el peritoneo y se une al hígado por un verdadero mesenterio. En raras

ocasiones el órgano se localiza completamente dentro del parénquima hepático

(vesícula biliar dentro del hígado).

Ilustración 10 vesícula biliar dentro del hígado

Las vías biliares fuera del hígado en el ligamento hepatoduodenal.

1. Rama hepática derecha de la arteria hepática.

36

2. Arteria y vena císticas.

3. Cuello de la vesícula biliar.

4. Ganglio linfático cístico.

5. Cuerpo de la vesícula.

6. Fondo de la vesícula biliar.

7. Ducto cístico.

8. Ganglio linfático retrocoledocal.

9. Ducto colédoco.

10. Rama hepática izquierda de la arteria hepática propia.

11. Arteria hepática propia.

Se distinguen clásicamente tres porciones. Pero se divide en cuatro porciones

anatómicas: el fondo, el cuerpo, el infundíbulo y el cuello. [5].

Ilustración 11. Porciones de la vesícula biliar.

El fondo vesicular (fundus vesicae felleae) corresponde a la escotadura cística

del borde inferior del hígado (margo inferior hepatis). El fondo es la porción

redondeada de la vesícula biliar que normalmente se proyecta más allá del borde

inferior del hígado; tiene orientación anterior e inferior y desde el punto de vista

anatómico, se relaciona hacia atrás con el colon transverso y hacia adelante con

la pared abdominal. Está cubierto por completo por peritoneo. Se dice que por

lo general se encuentra a estrato del ángulo del noveno cartílago costal derecho

37

y el borde lateral de la vaina del recto, a la izquierda del ángulo hepático del

colon.

Enteramente peritonizado, corresponde, en la región del hipocondrio derecho

(regio hypochondriaca), al ángulo delimitado por el reborde condrocostal

derecho y el borde derecho del músculo recto del abdomen (m. rectus

abdominis) revestido por el peritoneo parietal anterior.

Así, la parte ventral de la vesícula biliar entra en relación con los espacios

peritoneales que rodean el hígado, el receso subfrénico derecho (rec.

subphrenicus dexter) y el receso infrahepático derecho (rec. subhepaticus

dexter), lo que explica las irradiaciones clínicas en los fenómenos inflamatorios

de este órgano.

El cuerpo vesicular (corpus vesicae felleae) está orientado de delante hacia

atrás y de fuera hacia adentro. En este estrato, la cápsula de Glisson del hígado

está engrosada formando una placa vesicular que se prolonga directamente,

hacia adentro, con la placa hiliar.

El borde izquierdo de la porción suprahepática de la vena cava inferior (vena

cava inferior) y el centro de la fosita cística constituyen las dos referencias que

delimitan la cisura principal del hígado.

La cara inferior del cuerpo está en relación, por medio del peritoneo visceral, con

la porción derecha del colon transverso, el ángulo superior del duodeno (flexura

duodeni superior) y la parte descendente del duodeno (pars descendens).

El cuerpo de la vesícula biliar se extiende desde el fondo al infundíbulo de la

vesícula biliar. Es la porción más larga de la vesícula y le sigue al fondo; es de

38

forma cilíndrica aplanada de arriba hacia abajo; su dirección es oblicua hacia

arriba, hacia atrás y hacia la izquierda; de sus dos caras, la superior se

encuentra en relación al lecho vesicular del hígado y la inferior es libre; está

cubierta por peritoneo y guarda relación con las vísceras abdominales, en

especial hacia delante con el colon transverso y hacia atrás con la primera

porción del duodeno. El cuerpo está recubierto por completo por peritoneo y

tiene su propio mesenterio. Estas vesículas (flotantes o errantes) están sujetas

a torsión o infartó. Algunos otros pliegues peritoneales anómalos conectados

con el cuerpo de la vesícula biliar, como los pliegues colecistogástrico,

colecistoduodenal y colecistocólico, son redundancias del epiplón menor.

Las fístulas de la vesícula biliar se harán preferiblemente con el duodeno y

accesoriamente con el colon. El cuerpo está aplicado sobre la cara inferior del

hígado por el peritoneo hepático.

En este estrato, existen numerosas variaciones en la peritonización: La vesícula

puede casi desaparecer entre los bordes del lecho vesicular o, por el contrario,

desprenderse del mismo y volverse móvil sobre un auténtico mesocisto.

Ilustración 12. Formas de presentación, por peritonizacion.

39

A. Vesícula biliar sésil. 1. Peritoneo infrahepático. B. Vesícula con mesocisto.

[6].

El infundíbulo de la vesícula biliar, que es la zona de transición adelgazada que

se encuentra entre el cuerpo y cuello de la vesícula biliar.

El cuello (collum vesicae felleae) forma la parte más posterior y más estrecha

de este órgano. El cuello de la vesícula biliar, que es la porción del órgano en

forma de embudo que se continúa con el ducto cístico, ocupa el hueco más

profundo de la fosa cística y corre dentro de la porción libre del ligamento

hepatoduodenal. El cuello de la vesícula puede estar unido al duodeno o al colon

por una prolongación del omento menor formando el ligamento cistocólico o el

ligamento cistoduodenal.

La sección de esta formación permite la movilización del cuello de la vesícula y

la disección del ducto cístico.

40

El cuello de la vesícula tiene una forma de S y se encuentra en el borde libre del

ligamento hepatoduodenal (epiplón menor). Habitualmente se curva hacia arriba

y adelante antes de dirigirse hacia abajo y atrás para unirse al ducto cístico. La

transición del cuello de la vesícula biliar al ducto cístico puede ser abrupta y está

claramente demarcada por una zona de estrechamiento o constricción. De

manera alternativa, la transición del cuello al ducto cístico puede ser gradual, sin

un punto de transición definido. La disección del ducto cístico se empieza en el

cuello de la vesícula biliar durante la colecistectomía laparoscópica. La mucosa

que tapiza el cuello está dispuesta en una serie de pliegues o crestas

concéntricos que le dan un aspecto de caracol.

La dilatación del infundíbulo o del cuello de la vesícula biliar puede producir la

formación de un divertículo o saco que puede ocultar la unión del ducto cístico

con el ducto hepático común.

Muchos autores consideran que este saco, denominado a menudo bolsa de

Hartmann, es una característica constante de la vesícula biliar normal. Sin

embargo, probablemente sea una estructura patológica adquirida como

resultado de la resistencia prolongada al vaciamiento de la vesícula biliar

Anomalías vesícula biliar

41

Tabla 2. Cuadro Anomalías de la vesícula biliar.

Cuadro Anomalías de la vesícula biliar

De formación:

En gorro frigio

Vesícula biliar bilobulada

Vesícula biliar en reloj de arena

Divertículo de la vesícula biliar

Vesícula biliar rudimentaria

De número:

Ausencia de vesícula biliar (agenesia)

Duplicación de la vesícula biliar

De posición:

Vesícula biliar ubicada a la izquierda

Vesícula biliar transversal

Vesícula biliar desplazada hacia atrás

Vesícula biliar flotante

Vesícula biliar dentro del hígado

Si bien algunas de estas anomalías son adquiridas, la mayor parte es resultado

del desarrollo anormal o detenido en alguna etapa del crecimiento embrionario.

Estas anomalías varían en lo que respecta a su importancia clínica; algunas son

solo curiosidades médicas y no requieren ningún intento de corrección, en tanto

que otras requieren la intervención quirúrgica. Las anomalías de la vesícula biliar

pueden dividirse en tres grupos de acuerdo con la forma, el número y la posición.

42

Anomalías de formación Gorro frigio

Ésta es la anomalía más frecuente de la vesícula biliar por lo general se

encuentra en los individuos de todas las edades y más en las mujeres. La

deformación en gorro frigio se crea por el plegado hacia dentro de un tabique

entre el cuerpo y el fondo. La vesícula biliar funciona normalmente y esta no es

una indicación para la colecistectomía. [1].

Ilustración 13 Bolsa de Hartmann.

La bolsa de Hartmann es un divertículo adquirido del infundíbulo o el cuello de

la vesícula biliar. Esta bolsa se proyecta a partir de la convexidad del cuello de

la vesícula biliar y puede estar muy adherida al colédoco. La bolsa de Hartmann

se asocia con ciertas enfermedades de la vesícula biliar, sobre todo las que

involucran la obstrucción prolongada del vaciamiento de la vesícula biliar. [7].

43

Ilustración 14. Vesícula tabicada

Vesícula tabicada. Puede tratarse de un tabicamiento longitudinal, con ducto

cístico único o de un tabicamiento transversal, tipo diafragma intravesicular, que

forme dos bolsillos que se comuniquen por un paso estrecho. El bolsillo más

distal contiene frecuentemente cálculos, aunque el aspecto exterior de la

vesícula sea normal

Ilustración 15. Vesícula Multilobulada.

Vesícula multilobulada. De aspecto normal, contiene múltiples sacos internos.

A. Vesícula biliar tabicada

B. Divertículo congénito del infundíbulo.

C. Vesícula biliar bilobulada.

D. Vesícula en reloj de arena.

44

Anomalías De número

Ausencia de vesícula biliar (agenesia)

Duplicación de la vesícula biliar

Atresia de la vesícula biliar

Ausencia de vesícula biliar (agenesia).

A. Atresia del ducto cístico con vesícula biliar vestigial,

B. Ausencia completa del ducto cístico y de la vesícula biliar,

C. Ausencia de la vesícula biliar con ducto cístico dilatado.

Agenesia vesicular. Se trata habitualmente de una ausencia de vesícula

asociada a una agenesia más o menos completa del ducto cístico. Esta

anomalía es poco frecuente. Puede asociarse, en el recién nacido, con una

atresia duodenal. En el adulto, el diagnóstico de esta anomalía implica la

eliminación de una vesícula ectópica, dentro del hígado, izquierda; de una

vesícula deformada por una colecistitis escleroatrófica, incluso un antecedente

de colecistectomía.

45

Duplicación vesicular. La auténtica duplicación asocia dos cavidades separadas

y dos ductos excretores. Estos últimos, tienen una desembocadura diferente

(variedad en H) en las 3/4 partes de los casos. Confluyen en un solo ducto cístico

(variedad en Y) en 1/4 de los casos. La vesícula supernumeraria se halla

frecuentemente en contacto con su hermana mayor, bajo ella. Rara vez, la

vesícula supernumeraria se encuentra bajo el lóbulo izquierdo del hígado,

desembocando en el ducto cístico a la izquierda. Por último, la vesícula

supernumeraria puede ser, excepcionalmente, dentro del hígado,

diagnosticándose por colangiografía.

Ilustración 16 Duplicación vesicular. B. Duplicación de la vesícula y del ducto cístico.

Duplicación. Se presenta como una de dos variedades

1) El tipo ductular es el más frecuente, en el que cada vesícula biliar tiene su

propio ducto cístico que desemboca de forma independiente en la misma parte

del árbol biliar extrahepático o en diferentes partes y

2) Un tipo en el que los dos ductos se unen en forma gradual en un ducto cístico

común antes de desembocar en el colédoco.

46

Grupo de primordio dividido:

Tipo I. Una vesícula biliar tabicada se divide en dos cámaras por un tabique

longitudinal parcial o completo. Por lo general no hay indicación externa de la

división interna.

Tipo II. Bilobulado (Tipo V), el que tiene dos vesículas biliares separadas en el

fondo, pero unidas en el cuello.

Ilustración 17Vesicula bilobulada

47

Duplicación vesicular

A. Tipo tabicado;

B. Duplicación bilobulada; [8].

Tipo III. Duplicación tipo Y, la que tiene dos vesículas biliares separadas, cada

una con un ducto cístico. Los dos ductos císticos se unen para formar un ducto

cístico común antes de desembocar en el colédoco.

Estos tres tipos de duplicación se originan de una división del primordio cístico

alongado en la quinta semana o al inicio de la sexta semana de gestación. Una

irregularidad del crecimiento de la punta resulta en dos puntas, cada una con

potencial para formar una vesícula biliar completa. El grado de duplicación

depende del tiempo en el que ocurre la bifurcación; cuanto más temprana, Más

completa es la duplicación.

Grupo de vesículas biliares accesorias

Tipo IV. Estas duplicaciones tienen dos o más ductos císticos que desembocan

independientes en el sistema biliar (tipos "de ductos" o tipos H).

Las dos vesículas biliares pueden ser iguales o una puede ser más pequeña de

lo normal. La más cercana al hígado se considera el órgano accesorio. Las dos

pueden ubicarse juntas, recubiertas por una, capa peritoneal común, pero por lo

general se encuentran en fosas separadas, pero adyacentes.

Éste es el tipo más común de la vesícula biliar múltiple y representa cerca de la

mitad de todas las duplicaciones.

48

Ilustración 18 Vesícula biliar accesoria.

Tipo V. Las vesículas biliares accesorias llamadas trabeculares, en las que el

ducto cístico superior puede desembocar en el ducto hepático derecho dentro

de parénquima hepático. Esta duplicación se origina de dos primordios

separados en el árbol biliar, uno al estrato habitual y el otro a estrato más alto.

El desarrollo de los cordones hepáticos también tiene potencia para formar una

vesícula biliar, de ahí el término de tipo trabecular de duplicación

Ilustración 19 Otras presentaciones. [1]

E. Vesículas biliares "bilaterales" con ductos císticos separados. [8].

Ilustración 20. Presentación del ductus hepático.

49

Figura: Duplicación de la vesícula biliar: A. Tipo tabicado; B. duplicación

bilobulada; C. Duplicación completa, tipo Y con un ducto cístico común; D.

Duplicación completa, tipo H con ductos císticos separados; E. Duplicación

completa tipo trabecular, una vesícula biliar nace de un ducto hepático

accesorio. F. vesículas biliares "bilaterales" con ductos císticos separados. [9].

La vesícula biliar puede ser única, pero con drenaje por un ducto cístico doble.

En un paciente, un ducto cístico drenaba en el ducto hepático izquierdo, lo que

producía una vesícula biliar "izquierda" por debajo del lóbulo izquierdo del

hígado además del órgano normal Se han notificado 8 casos de vesículas

biliares triples hasta 1972.

50

Ilustración 21. Tres formas de duplicación de vesicula.

Figura 6: Tres formas de duplicación del ducto cístico. [10].

Igual que otras muchas anormalidades, la vesícula biliar doble sana es

asintomática. Creemos que el aumento en el número de vesículas biliares

dobles sanas observadas en la colecistografía, implica que no hay una

disposición a la enfermedad superior a la de los órganos únicos.

Las vesículas biliares múltiples son a menudo una sorpresa para el cirujano. No

hay razón para que dos vesículas no se visualicen tan fácilmente como una,

pero hemos operado tres pacientes con vesículas dobles totalmente

inesperadas [11].

Ausencia del ducto cístico y de la vesícula biliar la atresia completa del sistema

biliar extrahepático, que incluye la vesícula biliar y el ducto cístico, explica cerca

del 20% de los casos de ausencia de vesícula biliar. Estos se ven por lo general

poco después del nacimiento.

51

En el resto de los casos, sólo el ducto cístico y la vesícula biliar están ausentes,

implicando que el divertículo cístico no se formó o no creció. En raras ocasiones

hay restos císticos en el sitio de la vesícula biliar normal, o puede haber un

muñón dilatado del ducto cístico, que indica un crecimiento normal, pero

detenido del ducto antes de formar una vesícula biliar. Esta situación debe,

desde luego, distinguirse de un muñón de ducto post colecistectomía.

• Anomalías de posición

• Vesícula biliar ubicada a la izquierda

• Vesícula biliar transversal

• Vesícula biliar desplazada hacia atrás

• Vesícula biliar flotante

• Vesícula biliar dentro del hígado

En raras ocasiones se encuentra una vesícula biliar en una localización anormal.

Este tipo de vesícula biliar no requiere ningún tratamiento a menos que cause

síntomas. Se conocen cinco anomalías diferentes:

• Dentro del hígado,

• Flotante,

• Ubicada a la izquierda,

• Transversal y

• Desplazada hacia atrás.

Vesícula biliar dentro del hígado.

La vesícula biliar habitualmente es dentro del hígado durante el período

embrionario y se vuelve extrahepática durante su desarrollo posterior. Una

52

vesícula biliar dentro del hígado es la que se encuentra empotrada en parte o

completamente dentro de la sustancia del hígado. Las que se encuentran

completamente embebidas dentro del hígado pueden representar un problema

importante para el cirujano general. El mejor abordaje para una vesícula biliar

completamente incluida es identificar primero el ducto cístico en el sitio en que

se une al ducto hepático común y después seguir el ducto cístico hacia atrás

Excepcional en el hombre, puede estar total o parcialmente enclavada en el

parénquima; el cuello es frecuentemente extrahepático.

Vesícula flotante

Se ha informado que la vesícula biliar flotante se encuentra en alrededor del 5%

de las personas. En esta anomalía la vesícula biliar está completamente

rodeada por peritoneo y está unida a la superficie inferior de la fosa cística por

la reflexión peritoneal del hígado.

Esta unión puede abarcar toda la longitud de la vesícula biliar o bien puede

incluir solo el ducto cístico y dejar por lo tanto la vesícula biliar sin soporte y en

ptosis. Esta anomalía se encuentra habitualmente en las mujeres mayores de

60 años. Este tipo de vesícula biliar no solo es susceptible de sufrir las mismas

alteraciones patológicas que una vesícula biliar normalmente ubicada, sino que

también puede sufrir la torsión de su pedículo.

A. Vesícula flotante con mesenterio

B. Cístico flotante con mesenterio

C. Dentro del hígado

53

Vesícula izquierda

Vesícula biliar ubicada a la izquierda.

Los dos tipos de vesícula biliar ubicada a la izquierda son:

1) vesícula biliar ubicada a la izquierda asociada con un situs inversus, en el que

el corazón y las vísceras abdominales están invertidos con respecto a su

posición habitual, y

2) el tipo en el que solo la vesícula biliar está traslocada.

Ambos tipos son raros. La vesícula biliar de ubicación anómala habitualmente

se localiza en la superficie inferior del lóbulo izquierdo del hígado, En la mayor

parte de los casos el ducto cístico se une al ducto hepático común en la forma

habitual, no obstante, de vez en cuando desemboca en el ducto hepático

izquierdo.

También es excepcional, el ducto cístico desemboca habitualmente en el ducto

hepático izquierdo o en la convergencia. Su diagnóstico clínico es difícil y hay

que saber buscarla a la izquierda del ligamento redondo durante el acto

quirúrgico. Finalmente, se han señalado otras anomalías de modo aislado:

vesícula situada en el ligamento falciforme, el surco transverso, el retroperitoneo

e incluso en la pared abdominal. Hay que distinguir las vesículas flotantes que

corresponden a variaciones de inserción peritoneal (mesocisto) y pueden

complicarse con una torsión, el vólvulo de la vesícula biliar.

Vesícula transversal

54

En esta anomalía rara la vesícula biliar está ubicada en forma horizontal en la

cisura transversal del hígado. En estos casos la vesícula biliar por lo general

está profundamente empotrada dentro del parénquima hepático.

Vesícula biliar desplazada hacia atrás.

El desplazamiento en sentido posterior de la vesícula biliar es una anomalía en

la que el órgano no se ubica en la fosa cística, sino que está unido a otra porción

del hígado o pende libremente de éste, con el fondo dirigido hacia atrás. La

vesícula biliar desplazada hacia atrás puede estar ubicada en parte o por

completo dentro del retroperitoneo. Este tipo de vesícula biliar puede ser difícil

de exponer y extirpar. Si la vesícula se localiza en el retroperitoneo, el corte del

peritoneo que la recubre facilita su extirpación.

Ducto cístico (ductus císticus)

El ducto cístico se origina en la vesícula biliar y se une al ducto hepático común

para formar el colédoco. De longitud variable (1-5 cm), un diámetro de 2-4 mm,

su mucosa espiralizada forma la válvula de Heister (pliegue espiral) y su

musculatura forma un esfínter: el esfínter de Lütkens.

Une a la vesícula biliar con los ductos biliares comunes (ducto hepático común),

se dirige oblicuamente hacia abajo, a la izquierda y hacia atrás para después

describir una concavidad hacia la derecha, abajo y hacia delante siguiendo

paralelamente al ducto hepático común hasta que se une a él formando el ducto

colédoco en la cara lateral de la porción supraduodenal en ángulo agudo. A

veces el ducto cístico se une al ducto hepático derecho dentro del ligamento

55

hepatoduodenal o bien se prolonga hacia abajo para unirse con el ducto

retroduodenal.

No hay glándulas en la mucosa de la vesícula biliar, pero las glándulas mucosas

de los ductos cístico y hepático común secretan a una presión más alta que la

que ejerce la célula hepática para secretar bilis. Por lo tanto, los ductos pueden

producir moco ("bilis blanca"), aun cuando la vesícula biliar enferma no produzca

una secreción biliar verdadera.

El ducto cístico se encuentra envuelto por el borde libre del epiplón menor

(gastrohepático), recibiendo el nombre esta área de ligamento

colecistoduodenal.

Ilustración 22. Trocion del colédoco.

Las modalidades de desembocadura del ducto cístico son muy variables

puesto que puede desembocar en cualquier lugar de la vía biliar principal entre

la convergencia biliar y la ampolla de Vater. Lo más frecuente es que el ducto

cístico forme un ángulo con la vía biliar principal. En ocasiones, los dos ductos

se juntan en un trayecto más o menos largo, realizándose el abocamiento real

más debajo de la unión aparente de los dos ductos. Más raramente, el ducto

56

cístico rodea la vía biliar principal por detrás o incluso por delante para

desembocar en su borde izquierdo.

Anomalías del ducto cístico

En 1976 Benson y Page describieron cinco anomalías de los ductos de

importancia clínica para el cirujano durante la realización de una

colecistectomía. De estas cinco anomalías, tres son anomalías de la longitud, el

curso o la inserción del ducto cístico en el ducto hepático común.

El ducto cístico puede correr paralelo al ducto hepático común durante una

distancia variable o bien formar una espiral por delante o detrás del ducto

hepático común para unirse a él del lado izquierdo. Los ductos císticos paralelos

se encuentran en el 15% de los individuos, en tanto que los ductos císticos

espiralados se encuentran en aproximadamente el 8%.

El ducto cístico paralelo o espiralado puede ser de longitud normal o bien correr

hacia abajo dentro del ligamento hepatoduodenal durante una distancia

considerable antes de formar una unión baja con la cara anterior del ducto

hepático común. En ambas situaciones el ducto cístico por lo general está muy

adherido al ducto hepático común por una vaina de tejido conectivo. Los intentos

de desplegar el ducto cístico en toda su longitud y su unión con el ducto hepático

común pueden producir una lesión del ducto durante la colecistectomía

laparoscópica y deben evitarse.

El ducto cístico puede unirse al ducto hepático derecho o a un ducto segmentario

derecho. A menudo el ducto cístico, el ducto hepático derecho y el ducto

hepático izquierdo se unen al mismo estrato y forman una trifurcación. En estas

57

circunstancias el ducto hepático derecho puede confundirse fácilmente con el

ducto cístico y puede ser ligado y cortado en forma inadvertida. En algunas

ocasiones la vesícula biliar se une al ducto hepático común mediante un ducto

cístico corto o casi inexistente. Durante la ligadura de un ducto cístico corto debe

tenerse cuidado de no comprometer la luz del colédoco. El riesgo de producir

esta lesión aumenta si el colédoco está distendido en forma de carpa por una

tracción excesiva sobre el cuello de la vesícula biliar.

Ausencia de ducto cístico

El cuello vesicular se abre directamente en la vía biliar principal. Es difícil

cuantificar la frecuencia de esta anomalía dado que puede estar simulada por

alteraciones patológicas. Se relacionan los casos en los que el ducto cístico,

muy corto, desemboca entonces en el ducto hepático derecho o en la misma

convergencia biliar.

Duplicación cística

Es excepcional, el ducto supernumerario desemboca o más arriba (ducto

hepático derecho) o más abajo (colédoco)

Variantes del ducto cístico.

Existen múltiples variaciones anatómicas en relación con el trayecto y la

implantación del CC en la VBP.

58

Ilustración 23. Implantación del Colédoco.

Variaciones anatómicas del ducto cístico con su correspondiente frecuencia. A,

B, C: Variaciones más habituales de la implantación del ducto cístico. D, E, F:

Anomalías inusuales de la implantación del ducto cístico. [12].

La desembocadura del CC en la convergencia biliar, el ducto hepático derecho

(CHD) o en un ducto biliar sectorial derecho en posición fuera del hígado baja

(convergencia biliar escalonada) representan situaciones de riesgo quirúrgico,

sobre todo si, además, el cc es sumamente corto o, a veces, inexistente. La

implantación del CHD o del ducto sectorial posterolateral derecho dentro del

infundíbulo o el cc es excepcional (0,01-0,1%).

59

En ocasiones, finalmente, un canalículo biliar procedente del hígado, llamado

canal de Luschka, atraviesa el lecho vesicular y desemboca directamente en la

VB. La asociación entre anomalías biliares y colecistitis aguda o escleroatrófica

mayor representa una situación de alto riesgo de lesión biliar yatrogénica. En

estas situaciones, para algunos autores la realización de una colangio-RM

permite una detección preoperatoria adecuada de anomalías biliares o de un

contacto estrecho de la VB con la VBP y/o el CHD.

Ilustración 24. Vista radiográfica de coledoco.

Colangio-RM preoperatoria que revela una convergencia biliar escalonada, con

inserción de un ducto cístico corto en el canal posterolateral.

60

Ilustración 25. Tipo de unión cistohepatico.

Tipos de unión cistohepatica, A. tipo paralelo, encontrada en el 20%. B y C Tipos

espirales, encontrados en el 5 %. D y E Ducto cístico corto, F un ducto cístico

largo que termina en el duodeno. (También puede llamarse ausencia de

colédoco [10].

Modalidades de desembocadura del ducto cístico.

Ilustración 26. Modalidades de desembocadura.

Modalidades de desembocadura del ducto cístico. [4].

61

Ilustración 27 Otras Modalidades de desembocadura.

A. Ducto cístico, forma habitual.

1. Ducto hepático común.

2. Ducto colédoco.

3. Ducto hepático derecho.

4. Ducto hepatocístico.

B y C. Anomalías en la desembocadura del ducto cístico [13].

Anomalía en la altura de la desembocadura del ducto cístico.

1. Ducto cístico.

2. Ducto hepático común.

3. Ducto colédoco.

62

Ilustración 28 Adosamiento de ducto cístico.

Adosamiento del ducto cístico con el ducto hepático derecho.

Ausencia de ducto cístico.

Ilustración 29. Ducto Hepatocistico.

En fin, excepcionalmente (menos del 2% de los casos) el ducto cístico

desemboca en el ducto hepático derecho o en el ducto sectorial lateral derecho.

Así se constituyen dos ductos hepatocísticos que drenan la totalidad del hígado

derecho o el sector lateral derecho. Esta variante anatómica, que es la más

peligrosa, debe ser reconocida necesariamente antes de la colecistectomía para

evitar una lesión de la vía biliar principal.

63

Ilustración 30. Ductos hepatocísticos.

.

En ocasiones, los ductos hepatocísticos se designan impropiamente con el

término de ductos biliares «aberrantes». Los ductos biliares aberrantes (vasa

aberrantia) existen en efecto, pero constituyen anomalías bien definidas de las

ductos biliares y no unas variaciones. Además, en el plano práctico, las

consecuencias que pueden suponer son de alcance limitado.

Anatomía patológica

La vesícula biliar consta de cinco capas. La capa más profunda es el epitelio y

las otras capas son la lámina propia, el músculo liso, el tejido conectivo

subseroso perimuscular y la serosa. La vesícula biliar no tiene ninguna

muscularis mucosae ni submucosa.

La mayoría de las células de la mucosa son células cilíndricas y su función

principal es la absorción. Estas células están dispuestas en una sola fila, con un

citoplasma ligeramente eosinófilo, vacuolas apicales y núcleos basales o

centrales.

La ultraestructura de las células cilíndricas muestra microvellosidades apicales

con raicillas filamentosas. Las vesículas encontradas en estas células por lo

general se forman a partir de la membrana celular intervellositaria. Las

64

membranas celulares que separan las células están conectadas por complejos

de unión que son más numerosos y tienen interdigitaciones complejas cerca de

la base. Los espacios intercelulares varían en tamaño de acuerdo con la

actividad de absorción de la mucosa; si no están colapsados los espacios se

dilatan durante el transporte de agua. Las estructuras citoplásmaticas consisten

en un retículo endoplásmico, complejo de Golgi, lisosomas, glucógeno,

mitocondrias, gránulos mucosos y vesículas. El núcleo es redondo y a veces

contiene un pequeño nucléolo.

Además de las células cilíndricas claras se encuentran en el epitelio superficial

otras dos células (en lápiz y basales). Las células en lápiz son delgadas, con

extensiones hacia la membrana basal. Las células basales tienen una

membrana celular plana, con pocas organelos citoplasmáticos.

El núcleo de la célula basal es irregular y estas células se asocian con

terminaciones nerviosas intraepiteliales. Las características histológicas de la

mucosa cambian, con la zona de la vesícula biliar en la que se localizan las

células. Por ejemplo, las células epiteliales del cuello son tubuloalveolares y

consisten en células cuboides o cilíndricas bajas con citoplasma claro y núcleos

basales.

No hay glándulas en la mucosa de la vesícula biliar, pero las glándulas

mucosas de los ductos cístico y hepático común secretan moco ("bilis blanca”).

65

Ilustración 31 Glándulas de tipo mucoso de Luschka en cuello.

Mucosa de la vesícula biliar con pliegues y areolas. [13].

La lámina propia contiene fibras nerviosas, vasos, linfáticos, fibras elásticas,

tejido conectivo laxo y algunos mastocitos y macrófagos.

La capa muscular; es una estructura laxa de fibras circulares, longitudinales y

oblicuas sin capas bien desarrolladas. Entre los fascículos de músculo liso se

encuentran los ganglios.

La subserosa está compuesta por un conjunto laxo de fibroblastos, fibras

elásticas y de colágeno, vasos, nervios, linfáticos y adipocitos.

Los senos de Rokitansky-Aschoff son invaginaciones del epitelio dentro del

tejido conectivo de la lámina propia, el músculo y la subserosa. Estos senos

están presentes en alrededor del 40% de las vesículas biliares normales y son

muy abundantes en casi todas las vesículas biliares inflamadas.

Los ductos de Luschka son ductos biliares diminutos que se encuentran

alrededor de la capa muscular en la cara hepática de la vesícula biliar; se

66

encuentran en aproximadamente el 10% de las vesículas biliares normales y no

tienen ninguna relación con los senos de Rokitansky- Aschoff o la colecistitis.

2.3 PRESENTACIÓN CLÍNICA DEL PACIENTE CON PATOLOGÍA

BILIAR

CUADRO CLINICO

Cólico Biliar:

El cuadro clínico en la mayoría de los pacientes (59%) cursa como dolor en

hipocondrio derecho o el epigastrio. [4]

En un 24% el dolor puede ser torácico, el dolor es constante, de intensidad

variable, puede irradiarse hacia la escápula derecha y asociar diaforesis,

náuseas y vómitos. El paciente no impresiona signos de gravedad en la

exploración física, ni presenta signos de irritación peritoneal (signo de Murphy

negativo). [9]

Íleo biliar

Es la obstrucción del tubo digestivo a cualquier nivel por impactación de un

cálculo biliar. Generalmente cursa de forma insidiosa como episodios de

suboclusión. El diagnóstico de obstrucción puede realizarse con radiología

abdominal simple, pero el diagnóstico etiológico suele requerir la realización de

una Tomografía. [9].

Tabla 3 Riesgo de coledocolitiasis.

67

Predictores de

coledocolitiasis

Riesgo de

coledocolitiasis Actitud

Muy fuertes Alto (> 50%

probabilidad):

Ecografía: coledocolitiasis Cualquier predictor

muy fuerte CPRE preoperatoria

Colangitis aguda Ambos predictores

fuertes

Bilirrubina total > 4 mg/dl

Fuertes Bajo (< 10%

probabilidad):

Ecografía: dilatación de vía

biliar

Ningún predictor

Colecistectomía sin

colangiografía

Bilirrubina total 1,84 mg/dl

Moderados Intermedio

(100%probabilidad):

Alteración perfil hepático (≠

de BT

Cualquier otra situación

Colangioresonancia

magnética

preoperatoria

Edad superior a 55 años Colangiografía

intraoperatoria

Pancreatitis aguda biliar

Colecistitis calculosa aguda

El cuadro clínico se caracteriza por dolor en el hipocondrio derecho o epigastrio,

intenso y prolongado (generalmente más de 46 horas), que puede irradiarse

hacia la escápula derecha. Signo de Murphy positivo. Estos pacientes por lo

general impresionan signos de gravedad y pueden estar febriles, especialmente

en caso de infección asociada. [3]

68

Colecistitis calculosa crónica

Los síntomas suelen ser leves e inespecíficos, entre los que destacan distensión

abdominal y dolor sordo en hipocondrio derecho o epigastrio, ocasionalmente

irradiado a la escápula derecha.

Puede existir signo de Murphy.

Síndrome de Mirizzi

Es la impactación de una lito en el conducto cístico, puede producir una

obstrucción extrínseca del conducto hepático. [11]

Coledocolitiasis sintomática

La litiasis en el colédoco que puede ser asintomática, cursar como cólico biliar o

complicarse con colangitis o pancreatitis aguda biliar. El hecho de tener

obstruido el conducto biliar principal ocasiona ictericia obstructiva con

frecuencia. [11]

Colangitis aguda

Es una infección ascendente de la vía biliar, con repercusión sistémica, en

presencia de obstrucción parcial o completa de la vía biliar.

2.4 MÉTODOS DIAGNÓSTICOS EN PATOLOGÍA BILIAR

Analizaremos las indicaciones y el rendimiento de los diferentes métodos de

diagnóstico por imágenes en algunas afecciones biliares, hepáticas y

69

pancreáticas. Por motivos didácticos las trataremos por separado, reconociendo

la estricta relación que tienen estos órganos entre sí. [6]

Nos centraremos fundamentalmente en métodos diagnósticos topográficos

como son la ecografía, la tomografía axial computada (TAC), resonancia

magnética (RM) y las colangiografías, mencionando cuando sea oportuno

técnicas más clásicas. [6]

VESICULA BILIAR

La manera más simple y directa de visualizar la vesícula biliar es la ecografía.

Aparece como una estructura piriforme, anecogénica y de paredes finas.

La enfermedad más frecuente que afecta a la vesícula es la colelitiasis. Los

cálculos vesiculares se ven como estructuras ecogénicas, móviles, que

determinan una sombra acústica. [10]

Más del 95% de los cálculos vesiculares se visualizan en el examen ecográfico,

lo que lo convierte en el método de mejor rendimiento. Si los cálculos están

calcificados pueden ser visualizados mediante una radiografía simple del

hipocondrio derecho, pero no más del 10% calcifican lo suficiente como para ser

visualizados en una radiografía. [10]

Antes de la aparición de la ecografía, para hacer el diagnostico de colelitiasis

era necesario realizar un examen contrastado conocido como colecistografía

oral. Era necesario ingerir un medio de contraste en forma de tabletas, la noche

anterior del examen y al día siguiente tomar una radiografía del hipocondrio

derecho.

70

El o los cálculos aparecen como defectos de llenamiento, ovoideos o

redondeados dentro del lumen vesicular contrastado. [9]

Sin embargo, lo más frecuente es que la vesícula litiásica no se contraste, lo que

se denomina exclusión vesicular. No es posible visualizar directamente los

cálculos, de manera que el diagnóstico es indirecto. Si por alguna razón hay

intolerancia al medio de contraste o la preparación no es adecuada, el

diagnóstico de exclusión vesicular puede resultar falsamente positivo. [13]

Un hallazgo ecográfico frecuente son los pólipos vesiculares. Aparecen como

imágenes ecogénicas adheridas a la pared, sésiles, sin sombra acústica. Son

generalmente asintomáticos y solo se consideran alarmantes cuando miden más

de 1 cm o bien si crecen en controles sucesivos.

La complicación más frecuente de la colelitiasis es la colecistitis aguda. El

mecanismo subyacente es un cálculo impactado en el bacinete vesicular, que

genera dilatación vesicular e inflamación de la pared, y cambios en la

composición de la bilis por el exudado inflamatorio. La ecografía es el método

inicial y generalmente definitivo para el diagnóstico de colecistitis aguda.

Además permite explorar otros órganos del hipocondrio derecho que pueden

simular patología biliar. En algunas formas complejas de colecistitis aguda es

útil realizar una TAC, especialmente en casos de perforación, formación de

abscesos o presencia de gas anormal, como es el caso de la colecistitis

enfisematosa.

La ecografía también es el examen inicial frente a la sospecha de un cáncer

vesicular, cuya forma de presentación más frecuente es una masa palpable en

71

el hipocondrio derecho. Puede verse como una masa intraluminal o como una

gran masa que invade y reemplaza totalmente a la vesícula. Casi

invariablemente hay una colelitiasis asociada. Además, permite evaluar el

estado de la vía biliar, la presencia de adenopatías regionales y del hígado en

busca de metástasis. Para una etapificación más completa se utiliza la TAC que

tiene mejor rendimiento en la evaluación del compromiso hepático y de

adenopatías a distancia, especialmente en pacientes de constitución gruesa u

obesa.

En cualquier forma de enfermedad vesicular compleja o atípica, la mejor

resolución de la TAC es una ayuda importante en el diagnóstico. Generalmente

va a haber compromiso de la vía biliar, por lo que frecuentemente es necesario

recurrir a alguna forma de colangiografía diagnóstica.

VIA BILIAR.

El cólico biliar prolongado y/o ictericia son las manifestaciones más comunes de

la obstrucción biliar. Es fundamental poder determinar en estos casos si existe

dilatación de la vía biliar, hecho que confirma el carácter obstructivo de la

ictericia.

La ecografía abdominal permite visualizar la vía biliar en un alto porcentaje de

los casos. Es el examen de elección en el estudio inicial del paciente con

sospecha de patología biliar. Siempre es visible el conducto hepático común y

el colédoco proximal. Sin embargo, la porción distal o intrapancreática del

colédoco se visualiza con menor frecuencia, dependiendo de la constitución del

paciente y el grado de meteorismo intestinal.

72

Por esta razón, si bien la ecografía tiene un excelente rendimiento en determinar

si hay obstrucción biliar, su rendimiento es menor para determinar el nivel y la

causa de la obstrucción. El mejor rendimiento lo tiene en las obstrucciones

proximales, alcanzando un 90-95%, mientras que en las distales es de 60-85%.

Las ventajas son que no usa radiaciones ionizantes ni medio de contraste, el

examen es dinámico, tiene un bajo costo, y en el caso de pacientes graves, es

portátil.

Si la ecografía no permite diagnosticar la causa de la obstrucción, puede

recurrirse a la TAC y obtener una adecuada exploración del colédoco y de la

cabeza del páncreas, quedando en evidencia, en un alto porcentaje de los

casos, la causa de la obstrucción. El rendimiento mejora aun si la obstrucción

es una neoplasia, y simultáneamente permite realizar una detallada etapificación

del tumor.

Los cálculos en el colédoco se visualizan en TAC siempre que estén

suficientemente calcificados y que no sean muy pequeños, inferiores a 5 mm.

Si se necesita visualizar detalladamente la vía biliar, como es el caso de

pacientes que van a ser operados o en que se va a realizar un procedimiento

terapéutico, el examen de elección es la colangiografía. En la actualidad existen

tres tipos de colangiografías en uso clínico:

• Colangiografía transparietohepática (CTPH)

• Colanngiopancreatografía retrográda endoscópica (CPRE)

• Colangiografía por resonancia magnética (CRM).

73

La CTPH se realiza utilizando una aguja fina 23G, con la que se punciona el

hígado bajo visión fluoroscópica en una mesa de rayos X. Se inyecta un medio

de contraste hidrosoluble en la vía biliar y se obtiene una imagen de alta calidad.

Colangiopancreatografía retrógrada endoscópica

La colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) es uno de los

procedimientos más importantes en el manejo de enfermedades

biliopancreáticas. En 1968, fue descrita la primera canulación endoscópica de la

ámpula de Vater, y seis años más tarde, la primera esfinterotomía endoscópica.

Desde entonces, esta técnica ha evolucionado de una modalidad de diagnóstico

a un procedimiento terapéutico. Desde su descubrimiento hace 30 años, el uso

de la CPRE se ha desarrollado rápidamente, no solo como una herramienta de

diagnóstico, sino también para uso terapéutico, especialmente en pacientes con

enfermedades pancreaticobiliares. La CPRE es una técnica que utiliza una

combinación de endoscopia luminal y proyección de imagen fluoroscópica para

diagnosticar y tratar enfermedades asociadas al sistema pancreatobiliar. La

porción del examen endoscópica utiliza un duodenoscopio de visión lateral que

se introduce a través del esófago y el estómago y en la segunda porción del

duodeno. Con el paciente en la posición prona o supina, el duodenoscopio

atraviesa un protector bucal con la punta en ángulo ligeramente hacia abajo para

facilitar su movimiento a nivel de la hipofaringe. Una vez que el endoscopio ha

llegado a esta situación, la punta se trae de vuelta a la posición neutral y se

aplica presión suave hasta que se consigue pasar hacia el esófago, y este se

recorre hasta llegar al estómago. Una vez en el lumen gástrico el

duodenoscopio, es avanzado a una posición en la que se encuentra en la

74

mucosa de la curvatura mayor, lo que permite la visualización de la curvatura

menor y el estómago distal. Con mayor avance del endoscopio, la punta debe

pasar la incisura angular. En esta posición, la punta se angula hacia arriba, lo

que debe permitir la examinación del cardias gástrico. El duodenoscopio se

avanza en dirección distal de la primera porción del duodeno, y la punta se dirige

a la derecha y ligeramente hacia arriba. Entonces se retrocede, se hace una

ligera torsión hacia la derecha para poner el endoscopio en posición “corta”. Esta

maniobra debe llevar el endoscopio hasta la segunda porción del duodeno y

permitir la visualización de la papila duodenal mayor, que aparece como una

protuberancia pequeña, de color rosa en el cruce de los pliegues duodenales

horizontales y verticales. La clave para la canulación exitosa del páncreas o el

sistema ductal biliar es el posicionamiento adecuado para su alcance; con el

duodenoscopio en la posición corta en la segunda porción del duodeno, el lente

debe estar orientado hacia la ámpula, con la punta en las proximidades de la

pared duodenal, y después colocarse al alcance para que la imagen de la

ámpula se vea en la parte superior del monitor de vídeo, lo que permite un

enfoque ascendente de la ámpula, que es más acorde con la trayectoria natural

del conducto biliar común.

Intervención terapéutica. La mayoría de los pacientes que se presentan para

CPRE han experimentado previamente pruebas diagnósticas no invasivas que

revelaron una anormalidad potencialmente susceptible de intervención mediante

CPRE. Así, la colangiografía, la pancreatografía o ambas se realizan para

confirmar o para caracterizar mejor una lesión potencial y son seguidas por una

intervención si el tratamiento se considera indicado. Una vez que el

esfinterotomo está en la posición adecuada, la mayoría de los endoscopistas

75

utilizan un enfoque guiado por cable para la canulación, en el cual se pasa un

alambre guía a través de uno de los lúmenes del esfinterotomo y en el CBC o el

páncreas. Una vez que se accede al CBC o el sistema ductal pancreático es

adquirido, varios accesorios se pueden pasar por el cable para el uso en las

intervenciones terapéuticas. Estos accesorios incluyen herramientas que son

específicas de una indicación, tales como globos de extracción de piedra o

cestas, globos para dilatar estenosis o catéteres, stents de distintos tipos,

pinceles de citopatología y colangioscopios incluso para visualización

intraductal.

La primera revisión sistemática sobre CPRE temprana contra tratamiento

conservador en pancreatitis aguda apareció en 1999. El metaanálisis encontró

que no hay una asociación entre el efecto de CPRE y una severidad predicha

en una pancreatitis aguda. Al mismo tiempo, mostró una reducción significativa

en el riesgo de complicaciones y mortalidad en todos los pacientes con

pancreatitis aguda. Sin embargo, la diferencia observada se puede deber a la

inclusión errónea de ensayos aleatorios controlados, ya que todos los pacientes

del grupo de control de ese estudio fueron sometidos a CPRE y no a tratamiento

conservador.

La CPRE sigue siendo el estándar de oro para la detección y tratamiento de la

litiasis biliar ductal. Pequeñas piedras papilares solo pueden ser vistas durante

o después de una esfinterotomía y tirando hacia fuera a través de los conductos

biliares. Una esfinterotomía y extracción de piedra de los conductos biliares

restablece un flujo de bilis preciso y evita la colangitis bacteriana. Una

esfinterotomía también puede facilitar el flujo del jugo pancreático.

76

En manos experimentadas y un centro dedicado, la CPRE se muestra como una

herramienta diagnóstica y terapéutica segura, precisa y eficaz para el

tratamiento de cálculos del conducto biliar y pancreatitis biliar. La CPRE debe

evitarse en casos innecesarios o bajo rendimiento, especialmente cuando están

presentes múltiples factores de riesgo relacionados con el paciente para el

desarrollo de la pancreatitis. Las intervenciones procesales que han demostrado

disminuir la incidencia de pancreatitis post-CPRE incluyen la canulación con el

uso de hilos guía en lugar de inyección del contraste y la colocación de stents

pancreáticos en casos de alto riesgo. Por lo que el objetivo de esta publicación

es la revisión sistemática de la literatura referente al tema de los años 2008 al

2013.

Actualmente, su uso es excepcional, y ha sido en buena parte reemplazada por

la CPRE. Sus principales indicaciones son si fracasa la CPRE, si el paciente

tiene una derivación gástrica y no se puede llegar al duodeno por vía

endoscópica, y como examen previo a un drenaje biliar percutáneo

transhepático.

La CPRE es hoy en día la colangiografía directa de elección, pero su rol

puramente diagnóstico ha ido siendo reemplazado gradualmente por la CRM.

Se utiliza un pan endoscopio que permite canular la ampolla de Vater mediante

un catéter fino e inyectar un medio de contraste hidrosoluble para opacificar la

vía biliar y el conducto pancreático.

Además, permite realizar procedimientos terapéuticos como papilotomías,

extracción de cálculos y colocación de endoprótesis biliares. Sin embargo, es un

procedimiento relativamente costoso, complejo y no exento de complicaciones.

77

La CRM es un método no invasivo, que no necesita de un medio de contraste,

y que prácticamente no tiene complicaciones. Se utiliza una secuencia muy

rápida para no tener artefactos por movimientos respiratorios, y en que se

aprovecha la señal de la bilis.

Sus limitaciones actuales son el costo y el que no siempre se pueden obtener

imágenes de suficiente calidad diagnóstica, sobretodo en pacientes que no

cooperen o claustrofóbicos. En muchos centros de países desarrollados es la

colangiografía diagnóstica de elección. El mismo equipo permite además

realizar un estudio del resto del abdomen para avanzar en el diagnóstico y

etapificación.

Cualquiera sea el tipo de colangiografía a usar, existen patrones anormales más

o menos característicos que es necesario conocer. Una manera práctica de

abordar la interpretación diagnóstica de la causa probable de obstrucción, es

considerar que las causas son diferentes según los niveles de obstrucción.

VALOR DEL LABORATORIO

Las llamadas pruebas de función hepática son una serie de test que pueden

alterarse en las distintas enfermedades hepatobiliares. Algunas de ellas no son

específicas y pueden alterarse también en otras situaciones patológicas distintas

de las enfermedades hepáticas; además, debe tenerse en cuenta que los rangos

de normalidad de estas pruebas corresponden a los valores que tienen el 95%

de las personas sanas.

Podemos clasificar las pruebas hepáticas en tres grandes grupos: a) pruebas

indicativas de la existencia de una enfermedad hepática (aunque carentes de

78

completa especificidad); b) pruebas que valoran la alteración global o selectiva

de algunas funciones hepáticas y c) test utilizados en el diagnóstico de las

enfermedades hepatobiliares.

Transaminasas

La aspartato aminotransferasa (AST/SGOT) y la alanino aminotransferasa

(ALT/SGPT) son unos indicadores sensibles de citólisis o daño celular hepático.

La AST es una enzima citoplasmática y mitocondrial presente en los hepatocitos,

pero también en células de otros tejidos (corazón, músculo esquelético y riñón).

La ALT es exclusivamente citoplasmática y es más específica de la existencia

de daño hepático o renal, ya que su concentración en el miocardio o en el

músculo esquelético es menor. La vida media de la AST es de 17 h, y la de la

ALT, de 47 h. Ambas enzimas pueden variar ligeramente con la edad y con el

sexo, aunque las variaciones suelen ser pequeñas entre los 25 y 60 años de

edad.

Además de las enfermedades hepáticas, las transaminasas pueden aumentar

en otras situaciones. Aumentan un 40 al 50% en personas obesas y no varían

habitualmente con las comidas. Con el ejercicio físico o el daño muscular, la AST

aumenta de forma significativa y la ALT se eleva menos. Pueden aumentar

cuando existe hemolisis, aunque menos que la deshidrogenasa láctica (LDH); la

elevación de la AST en esta situación es mayor que la de la ALT.

Fosfatasa alcalina

La fosfatasa alcalina es una enzima implicada en el transporte de metabolitos a

través de las membranas. Se encuentra presente (en orden decreciente) en la

79

placenta, mucosa ileal, riñón, hueso e hígado. El estudio de las distintas

isoenzimas es complicado; por ello, para saber si una elevación de fosfatasa

alcalina es de origen hepático, es más útil estudiar los valores de

gammaglutamiltranspeptidasa (GGTP): si los valores de GGTP son normales, la

elevación de la fosfatasa alcalina será probablemente de origen no hepático.

En las enfermedades hepatobiliares, aumenta en el síndrome de colestasis, por

el incremento de su síntesis por los hepatocitos y porque las sales biliares

facilitan su liberación de la membrana celular. Existen otras circunstancias que

pueden modificar sus valores. Aumenta con la ingesta (ligeramente), con el

aumento de peso, en el tercer trimestre del embarazo (dos o tres veces), con el

tabaquismo (10%), en enfermedades óseas o en algunos tumores. Disminuye

con el uso de anticonceptivos (20%), en la hipofosfatasia, después de una

enteritis grave o tras transfusiones. No se modifica con el ejercicio.

Gammaglutamiltranspeptidasa y 5nucleotidasa

La GGTP es una enzima microsomal presente (en orden decreciente) en el

túbulo contorneado proximal de los riñones, hígado, páncreas e intestino. Tiene

una vida media de 10 días en los sujetos normales y de 28 días en las

hepatopatías alcohólicas. En las enfermedades colestásicas, aumenta de forma

más precoz que la fosfatasa alcalina. También aumenta en el 8095% de las

hepatitis agudas, con el consumo crónico de alcohol, con ciertos fármacos

(carbamazepina, cimetidina, furosemida, heparina, isotretinoína, metotrexato,

anticonceptivos orales, fenobarbital, difenilhidantoína, ácido valproico, etc.), con

el tabaquismo, obesidad, diabetes, hipertiroidismo, artritis reumatoide,

enfermedad pulmonar obstructiva crónica e infarto de miocardio. Puede

80

disminuir en las primeras fases del embarazo. Dada su inespecificidad, su

principal utilidad está en la valoración de las cifras elevadas de fosfatasa

alcalina, aunque en algunas enfermedades colestásicas, como la enfermedad

de Byler, pueden encontrarse valores de fosfatasa alcalina elevados, con

valores de GGTP normales. Aunque aumenta con el consumo de alcohol, más

de la tercera parte de las personas que consumen cantidades superiores a 80

g/día de alcohol tienen valores normales de GGTP. Además, este aumento se

produce al cabo de semanas, por lo que no permite detectar un consumo

esporádico.

La 5nucleotidasa es una enzima presente en el hígado, miocardio, cerebro,

vasos sanguíneos y páncreas. Se eleva casi exclusivamente en las

enfermedades colestásicas o infiltrativas del hígado, por lo que su utilidad

fundamental es la de confirmar el origen hepático de una elevación de fosfatasa

alcalina. Es menos útil que la GGTP, porque su elevación suele producirse

varios días después que la elevación de fosfatasa alcalina y GGTP.

Bilirrubina

La producción diaria de bilirrubina (250-350 mg) procede, en su mayor parte, de

la destrucción de eritrocitos senescentes. La vida media de la bilirrubina no

conjugada es menor de 5 min, y la bilirrubina conjugada se excreta a la bilis

inmediatamente, por lo que su concentración sérica es muy baja. Cuando la

bilirrubina directa circula en la sangre, se une a la albúmina (bilirrubina delta),

por lo que entonces su vida media es la de la albúmina (17-20 días).

Habitualmente, se miden los valores de bilirrubina total y bilirrubina directa (y los

valores de bilirrubina indirecta se obtienen por la diferencia entre ambas).

81

La bilirrubina directa mide la bilirrubina conjugada y un pequeño porcentaje

(variable) de la bilirrubina no conjugada. Las elevaciones de los valores de

bilirrubina conjugada son muy específicos de las enfermedades hepatobiliares;

también puede elevarse cuando la excreción de bilirrubina se encuentra

reducida, como en la sepsis, la nutrición parenteral total y después de

procedimientos quirúrgicos. Tras la resolución de un cuadro de hepatitis u

obstrucción biliar, la bilirrubina conjugada disminuye rápidamente, pero la

bilirrubina delta (y, por tanto, la bilirrubina directa) disminuye lentamente. La

bilirrubina no conjugada aumenta en las enfermedades hepatobiliares, cuando

existe hemolisis, tras el ayuno (el 20-25% tras el ayuno nocturno) o en las

enfermedades de CriglerNajjar y de Gilbert (esta última, que no tiene un

significado patológico importante, afecta al 35% de la población).

2.6. CPRE.

Durante los últimos 25 años se han producido grandes cambios en los

procedimientos diagnósticos de las vías biliares y el páncreas. La

ultrasonografía, la tomografía computarizada, la colangiografía percutánea, la

ultrasonografía endoscópica y la colangiopancreatografía retrógrada

endoscópica (CPRE) han incrementado la precisión diagnóstica de una manera

notable. Además, la CPRE, motivo de análisis del presente artículo, nos permite

realizar procedimientos terapéuticos altamente efectivos que complementan de

forma muy satisfactoria otros abordajes de mínima invasión. Antes de 1970, el

diagnóstico de las lesiones del árbol biliar dependía principalmente de la

colecistografía oral y de la colangiografía intravenosa. Se llegaba a emplear a

veces la colangiografía percutánea como procedimiento preoperatorio inmediato

82

y durante la cirugía se recurría a la colangiografía transcística. El conducto

pancreático no podía observarse excepto por cirugía. Utilizando endoscopios

modificados, varios investigadores japoneses, norteamericanos y alemanes

reportaron la posibilidad y seguridad de inyectar medio de contraste a través del

ámpula de Vater obteniendo imágenes radiográficas de excelente calidad del

árbol biliar y del conducto pancreático [1,2]. Durante ese mismo periodo, el uso

de agujas más finas mejoró el procedimiento de la colangiografía percutánea y

disminuyó sus complicaciones.

El perfeccionamiento de los endoscopios de visión lateral y el desarrollo de

cánulas y otros instrumentos apropia dos, aunado a la experiencia creciente en

la técnica de canulación y en la comprensión de las imágenes endoscópicas y

radiológicas obtenidas, pronto colocaron a este método como una alternativa

muy importante en el estudio de la patología de esta región.

En 1973 se reportó la primera esfinterotomía endoscópica del esfínter de Oddi

[3,4] abriendo con ello, literalmente, el acceso del endoscopísta a una amplia

variedad de técnicas terapéuticas del sistema pancreatobiliar.

Durante los años siguientes, la CPRE diagnóstica y terapéutica obtuvo un lugar

destacado dentro del manejo de los pacientes al demostrar su efectividad y su

favorable costo beneficio. El desarrollo paralelo de los procedimientos

quirúrgicos de mínima invasión le ha dado en la actualidad un impulso muy

importante y, en este momento, el endoscopísta entrenado para realizar estos

procedimientos es un miembro muy importante del equipo médico, que

complementa el trabajo de otros especialistas para ofrecer a los pacientes

83

alternativas diagnósticas y terapéuticas de alta efectividad y seguridad y con un

mínimo de complicaciones y molestias trans y postoperatorias. [5]

DEFINICIÓN Y OBJETIVOS

La colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) es un

procedimiento mixto, endoscópico y radiológico, con el cual, a través de un

endoscopio de visión lateral (duodenoscopio) cuyo extremo distal se coloca en

la segunda porción del duodeno, se introduce un catéter al orificio del ámpula

de Vater y al inyectar material de contraste se obtienen imágenes radiológicas

del árbol biliar y del con ducto pancreático que normalmente proporcionan

excelente información diagnóstica muy precisa.

El estudio frecuentemente se complementa con algún procedimiento

terapéutico. Se puede realizar un corte del esfínter de Oddi (esfinterotomía) que

permitirá el mejor drenaje de la vía biliar y el páncreas y facilitará el acceso con

otro instrumental. Se pueden pasar a través de él canastillas para extraer litos,

dilatadores y globos para el manejo de estenosis, endoprótesis plásticas o

expandibles para aliviar obstrucciones, cepillos y pinzas de biopsia para obtener

muestras de tejido y aun otro endoscopio para visualizar el interior de los

conductos biliares o pancreáticos.

Como procedimiento diagnóstico su sensibilidad y especificidad (en general de

aproximadamente 98%), son superiores a los obtenidos por otros métodos de

imagen no invasivos como la ultrasonografía, la colecistografía oral, la

colangiografía intravenosa y la tomografía computarizada.

84

En la actualidad, en muchos centros, es el método preferido para el manejo de

la coledocolitiasis antes de realizar una colecistectomía laparoscópica y para el

manejo de la coledocolitiasis residual.

En pacientes que no son candidatos a cirugía es el tratamiento paliativo de

elección para mejorar la obstrucción biliar producida por procesos neoplásicos

de la encrucijada pancreatobiliar.

Objetivos de la CPRE

1. Realizar diagnóstico endoscópico de lesiones del duodeno y de la

región del ámpula de Vater.

2. Establecer diagnósticos radiológicos muy confiables de las vías

biliares y del conducto pancreático.

3. Realizar procedimientos terapéuticos de las vías biliares.

4. Practicar procedimientos terapéuticos del conducto pancreático.

5. Establecer una coordinación óptima con el equipo médico

(cirujano, gastroenterólogo, radiólogo intervencionista) para aplicar

criterios satisfactorios en la toma de decisiones.

6. Contribuir al desarrollo de la endoscopia intervencionista de las

vías biliares y del páncreas.

TÉCNICA

Indicaciones

La colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) está indicada en el

estudio del paciente ictérico principalmente cuando el patrón es obstructivo. El

procedimiento permite hacer el diagnóstico de coledocolitiasis; de neoplasias del

85

ámpula de Vater, del páncreas, de la vesícula o de un colangiocarcinoma;

establece el diagnóstico de enfermedades de las vías biliares como la colangitis

esclerosante; de lesiones congénitas, traumáticas o postoperatorias de las vías

biliares; de compresión de la vía biliar por la vesícula (síndrome de Mirizzi); de

obstrucción biliar por parásitos (áscaris);[8] permite observar datos sugestivos

de cirrosis o en ausencia de hallazgos significativos, sospechar una ictericia

hepatocelular o prehepática.

Se utiliza frecuentemente cuando se ha establecido el diagnóstico de

coledocolitiasis en bases clínicas, de laboratorio o por algún otro método de

imagen, muchas veces antes de realizar la colecistectomía laparoscópica o para

el manejo de la coledocolitiasis residual. En caso de litos muy grandes se puede

realizar litotripsia (mecánica, electrohidráulica o con láser) para fragmentar los

cálculos antes de extraerlos.

Se emplea en el estudio del paciente con dolor abdominal de origen oscuro.

Se utiliza en casos de colangitis aguda o de pancreatitis biliar aguda grave donde

ha demostrado una enorme efectividad y mejoría en la morbimortalidad de los

pacientes sometidos al procedimiento contra manejo conservador o quirúrgico

de urgencia.

Se utiliza como método paliativo de drenaje de la vía bi iar en caso de procesos

neoplásicos obstructivos.

Se emplea para manejar algunas complicaciones de la cirugía biliar

laparoscópica como son las fístulas biliares internas, desprendimiento de las

86

grapas del cístico con fuga biliar, las estenosis benignas y algunos casos de

lesiones de la vía biliar.

Se emplea para valorar y a veces tratar enfermedades pancreáticas como

pancreatitis crónica, seudoquistes, fístulas, abscesos y tumores. Permite

obtener muestras de la secreción pancreática para determinaciones químicas,

citológicas o de antígenos y marcadores tumorales.

Contraindicaciones.

Las contraindicaciones para realizar el procedimiento incluyen la sospecha o el

diagnóstico de una perforación del tubo digestivo, la falta del personal y el equipo

y material adecuados para realizar el estudio y la falta de aceptación del mismo

por el paciente. Hay situaciones comórbidas que, aunque no contraindican

formalmente el procedimiento nos obligan a extremar los cuidados en la

realización del mismo y que incluyen alteraciones de la coagulación,

inestabilidad cardiorrespiratoria, antecedentes alérgicos al material de contraste

o a los medicamentos empleados en la sedación.

Valoración preoperatoria.

Muchas veces el paciente le es referido al endoscopísta por el cirujano o el

médico directamente al cargo del paciente. Es muy conveniente revisar la

indicación del procedimiento; al paciente seguramente se le habrá tomado

previamente un ultrasonograma y estudios de laboratorio como biometría

hemática incluyendo cuenta plaquetaria, pruebas funciona les hepáticas que

incluyan bilirrubinas, transaminasas, fosfatasa alcalina, tiempo de protombina y

de tromboplastina parcial. Estos estudios son muy útiles para definir lo que se

87

espera del procedimiento y para tomar medidas correctivas en caso necesario

que pueden incluir la administración de antibióticos, la suspensión de

antiagregantes plaquetarios o anticoagulantes que el paciente pudiese estar

tomando por alguna otra indicación médica.

Al paciente debe explicársele plenamente la intención y los objetivos del

procedimiento, así como sus posibles complicaciones y obtener de él su

consentimiento informado, por escrito y firmado, además de que es muy

conveniente informarle también a su familia.

Deben documentarse los antecedentes alérgicos principal mente al medio de

contraste y a los medicamentos utilizados para la sedación.

El paciente debe tener un ayuno previo al procedimiento de aproximadamente

ocho horas. Se le debe canalizar una vena preferentemente del miembro

superior derecho (por la posición que tendrá el paciente durante el estudio).

En la actualidad muchos de estos pacientes son manejados en forma

ambulatoria, por lo que se tendrá dispuesto un tiempo y espacio para su

recuperación al término del estudio.

COLOCACIÓN DEL PACIENTE, DEL PERSONAL Y DEL EQUIPO

QUIRÚRGICO

El procedimiento se lleva a cabo en una sala provista de equipo radiológico con

capacidad para fluoroscopia y toma de placas radiográficas. Debe tener el

espacio suficiente para la ubicación cómoda de todo el equipo y material y de

88

las personas que participarán en el estudio. Debe contarse con tomas de

corriente eléctrica, de oxígeno y de aire para el aspirador.

Como casi siempre las mesas de rayos X se instalan cerca de la pared, no existe

el espacio suficiente si se coloca al paciente en la posición habitual utilizada para

los estudios radiológicos baritados, por lo que es más conveniente colocar al

paciente en posición invertida.El paciente es colocado en posición de decúbito

lateral izquierdo, con la cabeza sobre una almohada. Algunos endoscopistas

prefieren la posición de decúbito ventral.

El endoscopista y una o dos asistentes se colocarán cerca de la cabeza del

paciente con el monitor del endoscopio y el monitor de la fluoroscopia en una

posición que les facilite la visión adecuada. La mesa con el material a utilizar

estará detrás de las asistentes en una posición que les permita alcanzarlo

fácilmente.

El técnico en rayos X deberá tener acceso para maniobrar su equipo, poder

recoger y cambiar los chasises de las placas, todo esto sin interferir con el

endoscopísta o los asistentes.

Aunque en muchos centros el mismo endoscopísta o la enfermera administran

la sedación al paciente, es muy recomendable contar con el auxilio profesional

de un anestesió logo. Él se podrá colocar por detrás de la cabeza del paciente

con fácil acceso a la vía respiratoria del mismo. Se debe contar con equipo de

monitorización continua de los signos del paciente y con equipo de reanimación

en caso de un evento inesperado.

89

En los grupos con mucha experiencia y un alto volumen de casos, casi siempre

existe un técnico especialista en la preparación y el mantenimiento de los

equipos y aparatos médicos empleados, que revisa su funcionamiento adecuado

y está listo para resolver cualquier problema técnico que se presente.

Todas las personas que deban permanecer en el interior de la sala deberán

utilizar equipo protector contra radiaciones, como es un mandil de plomo.

Instrumental y equipo: básico y complementario y material de consumo

Para realizar una CPRE se emplea un duodenoscopio (endoscopio de visión

lateral con canal de trabajo de 3.3 o de 4.2 mm provisto de un “elevador”)

acompañado desde luego de un procesador de video con monitor,

videograbadora e impresora; algunos equipos cuentan además con una

interface para una computadora que permite el registro automático de los casos.

Se emplea una unidad electro quirúrgica con sus cables de conexión al

endoscopio, al instrumental y a la placa del paciente. El instrumental, que en

todos los casos se debe tener disponible, incluye catéter de canulación, guías

de alambre o plásticas hidrofílicas, esfinterótomo convencional y de pre-corte (y

algunos especiales como el empleado en paciente con cirugía previa tipo Bilroth

II), canastillas, catéter de balón, endoprótesis de 7 y 10 French. [9]

Se contará con guantes, gasas, lidocaína en spray, jalea lubricante, frascos de

solución fisiológica y agua destilada. Jeringas de 5, 10 y 20 cc. Dos franelas

estériles que sirvan de recipientes del material de contraste y de la solución

inyectable.

90

Material de contraste (biliscopín al 38% o uromirón al 65%); en algunos casos

se puede emplear material de con traste no iónico (que es más caro).

Medicamentos empleados para la sedación consciente y sus antagonistas:

diacepam o midazolam, propofol, fentanyl; flumazenil y naloxona. Para disminuir

la peristalsis se emplea butilhioscina o glucagón.

DESCRIPCIÓN DE LA TÉCNICA

Después de preparar y conectar todo el equipo, con el paciente en decúbito

lateral izquierdo, con un protector bucal, monitorizado en sus signos vitales y

con oxímetro de pulso, administrando oxígeno suplementario, se inicia la se

dación intravenosa. [14]

El duodenoscopio se pasa a través de la boca. Por su punta roma es

relativamente fácil pasar el cricofaríngeo. Lo común es que no se tenga una

buena visibilidad del esófago, aunque en caso necesario sí se puede revisar la

mucosa esofágica deflexionando la punta. En el estómago se aspira todo el

contenido y se insufla aire para realizar una inspección rápida y avanzar el

endoscopio hacia el antro y el píloro. El píloro se visualiza frontalmente y en ese

momento se debe deflexionar la punta del endoscopio obteniendo una imagen

“en puesta del sol” del píloro que permitirá el paso del endoscopio al bulbo

duodenal. [7]

Se avanza el endoscopio y se realiza una maniobra de rectificación del

instrumento que permitirá que el endoscopio se acomode en la curvatura menor

del estómago y su punta quede en la segunda porción del duodeno justo en

frente del ámpula de Vater. Es mi predilección fijar en ese momento la rueda de

91

los movimientos laterales de la punta del endoscopio y sólo emplear la otra rueda

mayor para aproximar o alejar la imagen del ámpula de Vater. [5]

Es una de las habilidades fundamentales exigidas al en doscopista que realiza

CPRE el poder canular selectiva y profundamente los conductos colédoco o

pancreático, según se requiera. Tradicionalmente se empleaba el catéter de

canulación colocado apenas en el orificio del ámpula y se inyectaba medio de

contraste para obtener las imágenes diagnósticas. En la actualidad muchos

expertos prefieren emplear directamente el esfinterótomo y una guía para

canular pro fundamente el conducto deseado y una vez lograda la canulación

profunda se inyecta el medio de contraste para observar con fluoroscopia y

documentar con placas radiográficas la presencia de litos, estenosis o alguna

otra anormalidad de la vía biliar y el páncreas. [7]

Si el caso lo requiere y se decide realizar alguna maniobra terapéutica, el

siguiente paso será realizar una esfinterotomía, para lo cual se acomoda el

esfinterótomo hasta que el alambre de corte se encuentre a nivel de orificio del

ámpula y con corriente de corte puro (pues la corriente de coagulación se ha

asociado a incremento en el riesgo de pancreatitis), se secciona el techo de la

papila con control visual en pequeños cortes de 1 a 2 mm hasta completar 10 o

12 mm de acuerdo con el tamaño de los cálculos o del instrumental a introducir

por el ámpula. [7]

En algunos casos no es posible canular profundamente de primera intención el

colédoco y si ya se ha decidido la necesidad de una esfinterotomía se puede

realizar una técnica conocida como de precorte (precut), en la cual se emplea

un esfinterótomo especial para ir destechando el ám pula de afuera hacia

92

adentro hasta localizar el plano del conducto colédoco. Esta técnica aumenta en

manos expertas la efectividad para canular el colédoco, pero cuando se carece

de experiencia puede aumentar también el índice de complicaciones. En casos

de litos impactados en el ámpula, como el cálculo “protege” la vía biliar, con el

uso del esfinterótomo de precorte es relativamente sencillo cortar sobre el lito y

desimpactarlo.

Para extraer litos del colédoco se introduce una canastilla de Dormia con la cual

se atrapa el cálculo extrayéndolo hacia el duodeno. Cuando los cálculos son

múltiples es necesario irlos sacando uno a uno empezando por los más próximos

al ámpula para evitar su impactación. En caso de litos muy grandes, se puede

fragmentarlos antes de su extracción por medio de un litotriptor mecánico, de

litotripsia electrohidráulica o de litotripsia por láser. [10]

Todas estas maniobras se realizan con control fluoroscópico y endoscópico.

Cuando lo que se requiere es colocar una endoprótesis, es necesario pasar a

través del orificio de la esfinterotomía un catéter con una guía hidrofílica cuyo

extremo se debe pasar por arriba de la obstrucción benigna o maligna para sobre

ella deslizar dilatadores y el equipo de colocación de la prótesis que puede ser

metálica autoexpandible o plástica.

CUIDADOS POSTOPERATORIOS

Al término del procedimiento el paciente será vigilado en sus signos vitales y su

respiración con ventilación y oxigenación adecuadas. Es conveniente que el

mismo día del procedimiento sólo tome líquidos claros después de cuatro horas

93

de haber realizado el mismo. Se recomienda reposo relativo. Habitualmente se

pueden retirar pronto los líquidos parenterales.

Se vigilará su completa recuperación de la sedación y la presencia de dolor

abdominal o algunos otros signos que permitan identificar tempranamente

alguna complicación. [13] Al día siguiente se tomará una determinación de

amilasa sérica. Si no hay dolor ni hiperamilasemia podrá iniciar die ta blanda y

después normal.

Las complicaciones que se deben tener siempre presentes por frecuencia y

gravedad son: sangrado del sitio de la esfinterotomía que se manifestará como

un sangrado del tubo digestivo alto con hematemesis, melena e hipotensión.

Pancreatitis aguda que se manifestará por dolor abdominal intenso en epigastrio

e hiperamilasemia. Perforación de víscera hueca con dolor abdominal, en

ocasiones enfisema subcutáneo y que puede dar datos de abdomen agudo.

Colangitis que se manifestará por dolor y fiebre. [8]

Aun realizada por endoscopistas expertos, las complicaciones se presentan en

5-10% de los casos con una mortalidad asociada al procedimiento de 0.5 a 1%.

La mejor protección para prevenir estas complicaciones es la preparación

adecuada y la experiencia del endoscopista, la atención a los detalles en los

preparativos y realización de la técnica y en la identificación temprana de las

complicaciones cuando se presentan para minimizar sus efectos al corregirlas

rápidamente. [10]

94

CAPÍTULO 3.

DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN

Cohorte Retrospectivo

TIPO DE INVESTIGACIÓN

Observacional Longitudinal Retrospectivo

POBLACIÓN

Estudio descriptivo; retrospectivo de pacientes con patología biliopancreática

que acudieron al Servicio de Gastroenterología del Hospital Luis Vernaza de

Guayaquil para que se proceda con una CPRE en el periodo de marzo del 2017

hasta Marzo del 2019, disponiendo de los archivos de informes de CPRE del

servicio en mención y de las historias clínicas respectivas proporcionadas por el

Archivo Central del hospital. La muestra total es de 72 pacientes.

Los cuadros y análisis de este informe ya cuentan con los datos obtenidos en

los expedientes del archivo del Hospital Luis Vernaza de Guayaquil y de los

procedimientos actuales. Se realizó una búsqueda de los pacientes que

presentaron un proceso infeccioso, sin embargo, la mayoría de estos pacientes

se les trato como colangitis, sin tener ningún cultivo registrado en los

expedientes.

Criterios de exclusión: pacientes procedentes o transferidos de otra entidad

hospitalaria; pacientes del hospital de estudio que no contaron con una historia

clínica completa; pacientes con fracaso de canulación.

95

Criterios de inclusión: pacientes con informes de CPRE tanto diagnósticos como

terapéuticos, a excepción de los mencionados en los criterios de exclusión.

RECOLECCIÓN DE DATOS - ANÁLISIS

Los datos se obtuvieron mediante una hoja de recolección de datos elaborada

por los autores y los valores obtenidos se procesaron a través de un formato

electrónico (MS Excel 2013) para su análisis posterior.

El nivel de significación se estableció en p<0,05, y su presentación se realizó

mediante tablas, cuadros y gráficos.

CONSIDERACIONES BIOÉTICAS

El presente estudio Observacional Longitudinal Retrospectivo previo a su

realización se sometió al análisis por parte del Departamento de Investigación y

Docencia del Hospital Luis Vernaza de Guayaquil.

Contó con la autorización correspondiente, así como de la Jefatura del Servicio

de Cirugía General de la Institución.

96

MARCO METODOLOGICO.

Variable Tipo Definición Indicador Escala

Independiente Género Auto identificación sexual Nominal Masculino

Femenino

Independiente Alcoholismo Consumo problemático de

bebidas alcohólicas

Nominal SI

NO

Independiente Edad Número de años vividos por

el paciente

Ordinal 15 A 30 AÑOS

31 A 45 AÑOS

46 A 60 AÑOS

≥61 AÑOS

Dependiente Síntomas Post

quirúrgicos

Conjunto de síntomas que

presento cada uno de los

pacientes posterior a la CPRE

Nominal SI

NO

Dependiente Dolor Sensación subjetiva, que

genera malestar,

incomodidad y sufrimiento

Nominal SI

NO

Dependiente Complicación

Postquirúrgica

Problemas comunes y

esperado posterior al

procedimiento realizado

Nominal SI

NO

Dependiente Bilirrubina

Total

Pigmento biliar de color

amarillo anaranjado que

resulta de la degradación de

la hemoglobina de los

glóbulos rojos reciclados.

Nominal Normal

Anormal

97

Dependiente Bilirrubina

Directa

Sustancia que se produce

cuando su cuerpo se

descompone glóbulos rojos

viejos, un proceso normal. La

bilirrubina también es parte

de la bilis, que produce su

hígado para ayudar a digerir

los alimentos que vienen.

Nominal Normal

Anormal

Dependiente Bilirrubina

Indirecta

Sustancia que se produce

cuando su cuerpo se

descompone glóbulos rojos

viejos, un proceso normal. La

bilirrubina también es parte

de la bilis, que produce su

hígado para ayudar a digerir

los alimentos que vienen.

Nominal Normal

Anormal

Dependiente Días de

hospitalización

Número de días que paciente

fue hospitalizado

Ordinal 1 Dia

2 Dias

3 Dias

+ de tres Dias

Dependiente Amilasa Es una enzima hidrolasa que

tiene la función de catalizar la

reacción de hidrólisis de los

enlaces 1-4 entre las

unidades de glucosa al digerir

Ordinal Normal

Anormal

98

el glucógeno y el almidón

para formar fragmentos de

glucosa (dextrinas, maltosa)

y glucosa libre.

Dependiente Lipasa Enzima que se usa en el

organismo para disgregar las

grasas de los alimentos de

manera que se puedan

absorber.

Ordinal Normal

Anormal

Dependiente Fosfatasa

Alcalina

Enzima hidrolasa

responsable de eliminar

grupos de fosfatos de varios

tipos de moléculas como

nucleótidos, proteínas y

otros compuestos

fosforilados.

Ordinal Normal

Anormal

Dependiente GGT Análisis que determina lo

niveles de gamma glutamil

transpeptidasa en sangre

Ordinal Normal

Anormal

Dependiente Presión Arterial Tensión ejercida sobre las

arterias, producto de la

interrelación del gasto

cardiaco y la resistencia

vascular periférica.

Ordinal Normal

Anormal

99

CAPÍTULO 4.

RESULTADOS

Se realizó un estudio descriptivo; retrospectivo de pacientes con patología

biliopancreática que acudieron al Servicio de Gastroenterología del Hospital Luis

Vernaza de Guayaquil para que se proceda con una CPRE en el curso de Marzo

del 2017 a Marzo del 2019, disponiendo de los archivos de informes de CPRE

del servicio en mención y de las historias clínicas respectivas proporcionadas

por el Archivo Central del hospital. La muestra total es de 72 pacientes.

Los cuadros y análisis de este informe ya cuentan con los datos obtenidos en

los expedientes del archivo del Hospital Luis Vernaza de Guayaquil y de los

procedimientos actuales. Se realizó una búsqueda de los pacientes que

presentaron un proceso infeccioso, sin embargo, la mayoría de estos pacientes

se les trato como colangitis, sin tener ningún cultivo registrado en los

expedientes.

Criterios de exclusión: pacientes procedentes o transferidos de otra entidad

hospitalaria; pacientes del hospital de estudio que no contaron con una historia

clínica completa; pacientes con fracaso de canulación.

Criterios de inclusión: Pacientes con historias clínicas completas, en la que se

justifica la CPRE, además del tratamiento e información sobre la evolución

posterior al procedimiento. Pacientes con informes de CPRE tanto diagnósticos

como terapéuticos, a excepción de los mencionados en los criterios de

exclusión.

100

Según la metodología, en la recolección de datos se cumplió los criterios de

inclusión del presente proyecto de investigación, obteniendo los siguientes

resultados.

Gráfico 1. Muestra elegida para el estudio según criterios de inclusión, y exclusión.

Se realiza una evaluación de las patologías que los pacientes presentaron al momento

del ingreso, obtenido como resultados que las diabetes, las dislipidemias y la obesidad

fueron las que se presentaron con mayor frecuencia, los cuales se resumen en la

siguiente tabla

Tabla 4. Comorbilidades presentadas.

Comorbilidades presentadas

Diabetes 14

Dislipidemia 9

No refiere 16

256Realizacion

de CPRE

142Criterios de

Inclusion

70Criterios de exclusion

Datos incompletos

72Elegidos

114No criterios de inclusion

Otra indicacion de

CPRE

101

Obesidad 33

Total general 72

Al igual que en el caso anterior, de las historias clínicas analizadas, se tomaron datos

de interés, como la edad, pues esta variable puede afectar a la recuperación del

paciente como se menciona ya en anteriores ocasiones, obteniendo como resultados

que el 33% de los pacientes está representado por aquellos pacientes que presentaban

edades entre los 60 a 64 años, correspondiendo este a 24 pacientes de los 72

considerados para este estudio, del otro extremo tenemos con un 10% a los grupos

correspondientes a pacientes de 18 a 29 años, y 30 a 39 años para cada uno de ellos,

esto lo podemos evidenciar en la tabla y el grafico que se presentan a continuación.

Tabla 5. Grupos por edades (numero).

Grupo por edades

18 a 29 años 7

30 a 39 años 7

40 a 59 años 13

60 a 64 años 24

mayor de 64 años 21

Total general 72

102

Gráfico 2. Grupos por edades (porcentaje).

En lo que respecta al género, en el grupo de estudio se observó, que la diferencia entre

estos no resulta ser muy marcada, pues se evidenció que el género masculino contaba

con 34 casos, y el género femenino con 38 casos, lo cual constituye una diferencia de

no más del 5% del total de casos a favor del género femenino, esto lo podemos observar

en la tabla que se presenta en las siguientes líneas.

Tabla 6 Grupos según el género.

Grupo según el genero

Femenino 38

Masculino 34

Total general 72

Haciendo un comparativo entro los dos datos antes mencionados (edad y género), se

observa una distribución muy homogénea, pues para los pacientes de 61 a 64 años de

edad el número de pacientes considerados es de 12 en ambos casos, y para el resto

de situaciones la diferencia está dada por 1 paciente de más, para el género femenino,

esto lo podemos ver representado en la tabla que se presenta en las subsiguientes

líneas.

103

Tabla 7. Clasificación de los pacientes por género y edad (Número).

Clasificación por edades y genero

Femenino Masculino

19 a 29 años 4 3

31 a 39 años 4 3

41 a 59 años 7 6

61 a 64 años 12 12

mayor de 64 años 11 10

104

Gráfico 3. Clasificación de los pacientes por género y edad (porcentaje).

Gráfico 4. Clasificación de los pacientes por género y edad (número).

Se realizó una revisión de los días de ingreso, considerando como segunda

variable la edad como factor que puede afectar a la recuperación del paciente.

De los resultados obtenidos podemos notar que los pacientes mayores de 64

años presentaron una mayor prevalencia en lo que respecta al número de días

de estancia hospitalaria llegando a tener hasta 12 pacientes con una estancia

hospitalaria mayor a 12 días, los datos se ven expresados a continuación.

105

Tabla 8. Días de estancia hospitalaria

Días de ingreso según grupos de edad

1 Día 2 Días Más de 2 días

19 a 29 años 5 2 0

31 a 39 años 4 3 0

41 a 59 años 5 5 3

61 a 64 años 9 4 11

mayor de 64 años 2 8 12

Gráfico 5. Comparativa de días de estancia hospitalaria

Algunos de los 72 pacientes presentaron síntomas como náuseas fiebre, dolor, y

vómitos, los cuales representaron un 17% de la población de estudio.

Tabla 9. Sintomatología postquirúrgica de importancia

Sintomatología postquirúrgica

importante

NO 60

SI 12

106

Gráfico 6. Sintomatología postquirúrgica

De los pacientes que manifestaron sintomatología el 58% de estos,

presentaron con sintomatología principal el dolor.

Gráfico 7. Pacientes que manifestaron dolor.

Indicaciones de CPRE en Hospital Luis Vernaza de Guayaquil desde marzo

2017 hasta marzo 2019.

107

Tabla 10. Indicaciones de ERCP.

INDICACIONES DE CPRE PORCENTAJE

Coledocolitiasis 73.60%

Ictericia a estudio 12.50%

Dilatación vía biliar 5.60%

Otros 8.30%

Distribución de la población de estudio según complicaciones en relación a los

casos de pacientes a quienes se les realizó CPRE en Hospital Luis Vernaza de

Guayaquil desde marzo 2017 hasta marzo 2019.

Tabla 11. Complicaciones posteriores al procedimiento.

COMPLICACIONES n %

NO 50 70%

SI 22 30%

Gráfico 8. Complicaciones (porcentaje)

7%

93%

Complicaciones

Complicaiones

No complicaciones

108

Distribución de las complicaciones en relación con los casos de pacientes a

quienes se les realizo CPRE en Hospital Luis Vernaza de Guayaquil desde

marzo 2017 hasta marzo 2019

Tabla 12. Complicaciones presentadas.

Tabla 13. Complicaciones presentadas

Tipo de complicación presentada

Hemorragia 10

Infección 12

Ninguna 50

Total general 72

Comparación de variables cuantitativas según complicaciones de los pacientes

a quienes se les realizo CPRE en Hospital Luis Vernaza de Guayaquil desde

marzo 2017 hasta marzo 2019.

109

Tabla 14. Variables cuantitativas.

VARIABLE

N Sí

Percentil 25 42 36

Mediana 48 55

Percentil 75 59 64

Percentil 25 22.450 28.000

Mediana 32.000 40.850

Percentil 75 83.000 154.150

Percentil 25 14.450 18.150

Mediana 24.000 27.150

Percentil 75 64.750 117.050

Percentil 25 0.4 0.48

Mediana 0.975 11.600

Percentil 75 21.100 21.450

Percentil 25 197 284

Mediana 278 298

Percentil 75 391 343

Percentil 25 43 52

Mediana 56 62

Percentil 75 76 109

Percentil 25 34 41

Mediana 55 68

Percentil 75 70 103

Percentil 25 222 189

Mediana 272 226

Percentil 75 404 453

Percentil 25 88 88

Mediana 184 148

Percentil 75 410 244

Percentil 25 123.000 121.000

Mediana 134.000 128.500

Percentil 75 150.000 138.500 0.524

Percentil 25 250.000 258.000

Mediana 267.000 271.500

Percentil 75 305.000 375.000

Percentil 25 10.800 10.350

Mediana 12.100 11.250

Percentil 75 13.400 15.400

0.243

0.618

Valor p

INR

0.774

0.364

0.414

0.868

0.326

0.258

0.326

0.745

0.334

Amilasa

Lipasa

FA

GGT

TP

TPT

Complicaciones

Edad

Bilirrubinas

totales

Directa

Indirecta

Plaquetas

VARIABLE

N Sí

Percentil 25 42 36

Mediana 48 55

Percentil 75 59 64

Percentil 25 22.450 28.000

Mediana 32.000 40.850

Percentil 75 83.000 154.150

Percentil 25 14.450 18.150

Mediana 24.000 27.150

Percentil 75 64.750 117.050

Percentil 25 0.4 0.48

Mediana 0.975 11.600

Percentil 75 21.100 21.450

Percentil 25 197 284

Mediana 278 298

Percentil 75 391 343

Percentil 25 43 52

Mediana 56 62

Percentil 75 76 109

Percentil 25 34 41

Mediana 55 68

Percentil 75 70 103

Percentil 25 222 189

Mediana 272 226

Percentil 75 404 453

Percentil 25 88 88

Mediana 184 148

Percentil 75 410 244

Percentil 25 123.000 121.000

Mediana 134.000 128.500

Percentil 75 150.000 138.500 0.524

Percentil 25 250.000 258.000

Mediana 267.000 271.500

Percentil 75 305.000 375.000

Percentil 25 10.800 10.350

Mediana 12.100 11.250

Percentil 75 13.400 15.400

0.243

0.618

Valor p

INR

0.774

0.364

0.414

0.868

0.326

0.258

0.326

0.745

0.334

Amilasa

Lipasa

FA

GGT

TP

TPT

Complicaciones

Edad

Bilirrubinas

totales

Directa

Indirecta

Plaquetas

110

Comparación de variables cuantitativas según complicaciones de los pacientes

a quienes se les realizo CPRE en Hospital Luis Vernaza de Guayaquil desde

marzo 2017 hasta marzo 2019.

Tabla 15. Relación de las variables cuantitativas y complicaciones

Comparación de variables cualitativas según complicaciones de los pacientes a quienes

se les realizo CPRE en Hospital Luis Vernaza de Guayaquil desde marzo 2017 hasta

marzo 2019.

No Sí

Percentil 25 110 110

Mediana 110 110

Percentil 75 120 130

Percentil 25 70 70

Mediana 70 70

Percentil 75 73 75

Percentil 25 110 100

Mediana 110 110

Percentil 75 120 125

Percentil 25 70 70

Mediana 70 70

Percentil 75 70 70

VARIABLE

PA pre sis

PA pre dias

PA post sis

PA post dias

0.585

0.499

0.542

0.567

ComplicacionesValor p

111

Tabla 16. Variables cualitativas.

VARIABLE

Complicaciones No Sí

Se canuló No 15 2

25.0% 16.7%

Sí 45 10

75.0% 83.3%

Dolor No 46 4

76.7% 33.3%

Sí 14 8

23.3% 66.7%

Esfinterotomia No 29 7

48.3% 58.3%

Sí 31 5

51.7% 41.7%

Protesis No 55 11

91.7% 91.7%

Sí 5 1

8.3% 8.3%

Extra cálculo No 33 7

55.0% 58.3%

Sí 27 5

45.0% 41.7%

Mortalidad en los pacientes a quienes se les realizo CPRE en Hospital Luis Vernaza de

Guayaquil desde marzo 2017 hasta marzo 2019.

Gráfico 9. Mortalidad de pacientes.

112

CAPÍTULO 5

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES.

CONCLUSIONES.

La CPRE es una técnica de vital importancia para el tratamiento de la patología biliar

de origen litiásico, estas patologías al ser muy frecuentes en nuestro medio conllevan

practicar dicha técnica terapéutica; a pesar de la constante realización de la CPRE no

está ausente las complicaciones por el hecho de que intervienen diversos factores como

el dependiente del operador de la técnica, así como de las condiciones fisiológicas y

anatómicas del paciente al ingreso hospitalario. En la CPRE no es común observar

complicaciones, lo demuestra los resultados obtenidos en este estudio que son

similares a los descritos en la literatura. Las complicaciones de la CPRE se asemejan

a otros estudios, pero definitivamente esta técnica terapéutica presentan un bajo

porcentaje de complicaciones por lo que seguirán siendo de elección para las

patologías biliares.

113

RECOMENDACIONES

Es importante y necesaria la evaluación continua de los resultados de la

Colangiopancreatografia retrógrada endoscópica y de la colecistectomía laparoscópica

realizada en el hospital Luis Vernaza, para garantizar la realización de éste

procedimiento intervencionista y quirúrgico de manera segura.

Impulsar la realización de colangiopancreatografía retrograda endoscópica y la

colecistectomía laparoscópica con el objetivo de disminuir los días de estancia

hospitalaria; con lo que se reducirá el costo a nivel institucional, además de brindar al

paciente comodidad y beneficios

Se recomienda dar continuidad a este estudio, ya que es de suma importancia obtener

resultados a largo plazo el cual nos permita conseguir una visión amplia del tema

propuesto.

114

BIBLIOGRAFÍA

1. Affronti J. Biliary disease in the elderly patient. Clin. Geriatr. Med.

1999;15(3):571–8. Disponible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/10393742.

Accessed January 14, 2014.

2. Ahrendt SA, P. H. (2012). Vía biliar. Madrid: Elsevier.

3. al, C. e. (2015). Tratado Medicina Interna. Califronia: Masson.

4. al, H. e. (2016). Tratado Medicina Interna. Washinton: Manual Moderno.

5. Ángel Alberto, Rosero German VJ. GUIA DE COLEDOCOLITIASIS. 2009:6–7.

6. Balmadrid B, Kozarek R. Prevention and management of adverse events of

endoscopic retrograde cholangiopancreatography. Gastrointest. Endosc. Clin. N.

Am. 2013;23(2):385–403. Disponible en:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23540966. Accessed January 14, 2014.

7. Bao YS, Jia XB, Ji Y, Yang J, Zhao SL, Na SP. High Prevalence and Risk Factors

for Kidney Dysfunction in Patients with Atherosclerotic Cardio-cerebrovascular

Disease. QJM 2014. En prensa.

8. Chong VH, Yim HB, Lim CC. ERCP in the elderly: more than just the age factor.

Age Ageing. 2006;35(3):322–3; author reply 323. Disponible en:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16638779. Accessed January 14, 2014.

9. Cotton PB, Lehman G, Vennes J, et al. Endoscopic sphincterotomy

complications and their management: an attempt at consensus. Gastrointest.

Endosc. 37(3):383–93. Disponible en:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/2070995. Accessed January 14, 2014.

115

10. Evers BM, Townsend CM, Thompson JC. Organ physiology of aging.

Surg. Clin. North Am. 1994;74(1):23–39. Disponible en:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/8108769. Accessed January 14, 2014.

11. Freeman ML, Nelson DB, Sherman S, et al. Complications of endoscopic

biliary sphincterotomy. N. Engl. J. Med. 1996;335(13):909–18. Disponible en:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/8782497. Accessed January 14, 2014.

12. Freeman ML. Complications of endoscopic retrograde

cholangiopancreatography: avoidance and management. Gastrointest. Endosc.

Clin. N. Am. 2012;22(3):567–86. Disponible en:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22748249. Accessed January 14, 2014.

13. Frossard JL, Morel PM. Detection and management of bile duct stones.

Gastrointest. Endosc. 2010;72(4):808–16. Disponible en:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20883860. Accessed January 14, 2014.

14. García-Cano J, Taberna-Arana L. Advanced age per se should not be a

contraindication for ERCP intervention. Gastrointest. Endosc.

2006;64(2):296–7. Disponible en:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16860095. Accessed January 14, 2014.

15. Instituto Nacional de Geriatria. Disponible en:

http://www.ingerchile.cl/vistas/conceptos.html. Accessed January 23, 2014.

16. Karabone, E. (2013). Stone or stricture as a cause of extrahepatic cholestasis:

do liver function tests predict the diagnosis? Clin Chem . Kosovo: KONDO.

17. Katsinelos P, Paroutoglou G, Kountouras J, Zavos C, Beltsis A, Tzovaras G.

Efficacy and safety of therapeutic ERCP in patients 90 years of age and older.

Gastrointest. Endosc. 2006;63(3):417–23. Disponible en:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16500389. Accessed January 14, 2014.

18. Mander Lucio, M. M. (2016). Anales de Gastroenterologia 2015. Valencia:

Hospital De Valencia.

19. Mayumi T, Someya K, Ootubo H, et al. Progression of Tokyo Guidelines and

Japanese Guidelines for management of acute cholangitis and cholecystitis. J.

116

UOEH. 2013;35(4):249–57. Disponible en:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24334691. Accessed January 14, 2014.

20. Menezes N, Marson LP, debeaux AC, Muir IM, Auld CD. Prospective analysis of

a scoring system to predict choledocholithiasis. Br. J. Surg. 2000;87(9):1176–81.

Disponible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/10971424. Accessed January

14, 2014.

21. Muskel, A. (2015). Patologia Biliar. Berlin: JK Editorial.

22. Olazábal García EA, Brizuela Quintanilla RA, Roque González R, Barrios Osuna

I, Quintana Pajón I, Sánchez Hernández EC. Complicaciones de la

colangiopancreatografía retrógrada endoscópica en las urgencias digestivas.

Rev. Habanera Ciencias Médicas. 10(4):465–475.

Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1729-

519X2011000400008&lng=es&nrm=iso&tlng=es. Accessed January 14, 2014.

23. Oliver, A. (2013). Estudio colangiográfico del colédoco intrapa rietoduodenal en

el cadáver. Bibliografía Anatómica. Mexico DF: Azteca.

24. Rodes, M. (2014). ). Laparoscopic approach to common duct pathology.

Barcelona: Elsevier.

25. Ross SO, Forsmark CE. Pancreatic and biliary disorders in the elderly.

Gastroenterol. Clin. North Am. 2001;30(2):531–45, x. Disponible en:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/11432304. Accessed January 14, 2014.

26. Schwartz. (2014). Principios de Cirugía 10ª Edición. Mexico: McGrawHill.

27. Skandalakis JE, C. G. (2014). Paschalidis. Greece: Medical Publications.

28. U.S. Census Data. J Diabetes 2014. En prensa.

29. Verbesey JE, Birkett DH. Common bile duct exploration for choledocholithiasis.

Surg. Clin. North Am. 2008;88(6):1315–28, ix. Disponible en:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18992597. Accessed January 14, 2014.

30. Vogt W. [Gastroenterology in the elderly]. Praxis (Bern. 1994).

2005;94(48):1913–8. Disponible en:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16353689. Accessed January 14, 2014.