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Sucesos en Quito 1737 (Segunda Parte) Los capitulares acordaron sacar a pregón y remate las tierras vacuas, el Marqués de Solanda corregidor y justicia mayor, expuso al Cabildo que el Virrey de Perú a autorizado que Guayaquil, Cuenca y Loja no saquen ganado para vender a Quito, lo que ha producido escases de carne en esta ciudad, entonces el asesor del Cabildo escribió una carta al Virrey para que revea dicha disposición y escribió también cartas a los Cabildos de Cali, Huga y Papayan para que provean de ganado a Quito, se designo sobre estante para que entiendan la reparación del camino a Machachi, una real cédula manda que contribuyan Quito y sus Villas y asientos con 50.000 pesos para la refacción del Palacio de su majestad en Madrid y con la intervención del Virrey y de la Real Audiencia el Cabildo dispone que el comercio contribuye con 4.000 pesos y los hacendados con 10.000 pesos. El presidente de la Audiencia tuvo disgustos con los marinos españoles, Antonio de Ulloa y Jorge Juan porque Ulloa hirió a quienes iban aprenderlo por orden presidencial, debido a insolencias en contra de esa autoridad, los marinos se refugiaron en el Convento de los Jesuitas elevado el asunto a conocimiento del Virrey y el Consejo de Indias terminó por desvanecerse según la Condamine quien dice: Que casi todos los mestizos y negros portaban puñales, sin que pase semana en que no cometieran asesinatos, como el del Alcalde de Riobamba “Antonio Dávalos”. Tomado del Libro: Historia, Tradiciones y Leyes de Quito, de José María Jaramillo.

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Sucesos en Quito 1737 (Segunda Parte)

Los capitulares acordaron sacar a pregón y remate las tierras vacuas, el Marqués de Solanda corregidor y justicia mayor, expuso al Cabildo que el Virrey de Perú a autorizado que Guayaquil, Cuenca y Loja no saquen ganado para vender a Quito, lo que ha producido escases de carne en esta ciudad, entonces el asesor del Cabildo escribió una carta al Virrey para que revea dicha disposición y escribió también cartas a los Cabildos de Cali, Huga y Papayan para que provean de ganado a Quito, se designo sobre estante para que entiendan la reparación del camino a Machachi, una real cédula manda que contribuyan Quito y sus Villas y asientos con 50.000 pesos para la refacción del Palacio de su majestad en Madrid y con la intervención del Virrey y de la Real Audiencia el Cabildo dispone que el comercio contribuye con 4.000 pesos y los hacendados con 10.000 pesos.

El presidente de la Audiencia tuvo disgustos con los marinos españoles, Antonio de Ulloa y Jorge Juan porque Ulloa hirió a quienes iban aprenderlo por orden presidencial, debido a insolencias en contra de esa autoridad, los marinos se refugiaron en el Convento de los Jesuitas elevado el asunto a conocimiento del Virrey y el Consejo de Indias terminó por desvanecerse según la Condamine quien dice: Que casi todos los mestizos y negros portaban puñales, sin que pase semana en que no cometieran asesinatos, como el del Alcalde de Riobamba “Antonio Dávalos”.

Tomado del Libro: Historia, Tradiciones y Leyes de Quito, de José María Jaramillo.

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Sucesos en Quito en la Segunda Década del Siglo XX

En 1912, se dispone la construcción del Palacio de Correos detrás del Palacio de Gobierno, “Cosme Renella” es enviado a Italia para realizar estudios aviatorios.

En 1913 se inaugura el Parque de la Alameda y el Liceo Fernández Madrid, en aquel año existían 80 policías municipales en Quito y se funda el diario “El Día”.

En 1914 la Empresa Privada estableció el servicio de Tren vías y se funda la Fabrica “Tejidos de Victoria”, se inaugura el “Teatro Variedades”, se repara y reconstruye la “Universidad Central”, se inaugura el “Teatro Edén” en el pasaje Royal, se aumenta en 200 kilovatios la “Planta Eléctrica de Guando polo”, se inicia la construcción de la Escuela “Modelo Espejo”, comenzando a funcionar dicha escuela en el antiguo “Colegio Mejía” en las calles Olmedo y Benalcázar.

El presidente Vaquerizo Moreno a partir de 1916 y hasta 1920 inauguro la “Planta de Teléfonos de Magneto”, inauguro el “Servicio de Telecomunicaciones” entre Quito y Guayaquil, se exhuman los restos del Prócer “Carlos Montufar” y se los traslada a la Catedral, se conformo la Empresa Nacional de Telégrafos y se estableció la Estación de Ferrocarriles en Chimbacalle, comenzaron las transmisiones de radio y las exhibiciones de vistas o Cinema en los Teatros Sucre, Variedades y Edén, aterrizó en la Carolina el avión “Telégrafo I” piloteado por Elia Liut, creándose la Escuela de Aviación por decreto del 27 de Octubre de 1920, en ese tiempo algunas casa de Quito estaban provistas de retretes y baños con inodoros.

Tomado del Libro: Historia, Tradiciones y Leyes de Quito, de José María Jaramillo.

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Bailes y Carnavales en San Diego

El juego del Carnaval fue una de las tradiciones del barrio, en especial el de las calles Padre Almeida, Carabobo y Marañon.

El Carnaval era de todos contra todos, la calle Almeida se caracterizaba porque en ella vivían muchos guarandeños, quienes difundieron el juego entre todos los jóvenes.

Los cascarones de cera de llenaban con anilina para las enemigas o perfume para las enamoradas, los muchachos recorrían el barrio mojando a los vecinos y los trace untes, nadie salía enojado pero si empapado y con la cara pintada de harina, huevos y otras especies.

Después de mojarse, en algunas casas se ofrecían un baile con agua de canela y galletas y era ahí donde sucedían los enamoramientos.

Para los festejos de la ciudad en el mes de Diciembre, el equipo de fútbol Francia consiguió auspicios para costear una orquesta.

La noche del 5 de Diciembre se realizaba el baile popular y el 6 se organizaba una yincana a la que se conocía como “La Mañana Deportiva”.

Muchos recuerdan que la señora Ortiz solía ofrecer un puerco entero con papas y chicha, a la tarde se hacia la tradicional carrera de burros, los burros se alquilaban a un sucre en la Magdalena de 10 a 12 burros corriendo desordenadamente se podían ver desde la parte superior de la calle Bahía y la Marañón era todo un espectáculo, cuando el burro frenaba y el jinete salía volando y caía dentro de las casas o locales, todo esto en San Diego.

Tomado del Libro: San Diego Memoria Histórica Cultural.

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Un Paracaidista en el Hipódromo

Un acontecimiento original da cuenta el titular del diario “El Comercio” de Noviembre de 1953 que dice: “Manuel Rojo del Rio, se lanzó ayer en paracaídas” y un subtitulo dice: “Ante 15.000 espectadores ansiosos se lanzó sobre el hipódromo ayer a las 11:23 am”.

La noticia sigue: “El Paracaidista venezolano Manuel Rojo del Rio, de acuerdo a su ofrecimiento y a lo programado se lanzo ayer en Quito sobre un transporte de la FAE cayó como lo había fijado en el hipódromo la Carolina en el cual se habían dado cita alrededor de 15.000 personas para presenciar el lanzamiento en paracaídas, cosa verificada en Quito tan solo por el Italiano Re, hace de esto mas de 25años”.

En el hipódromo llamo la atención la cantidad de gente que se había dado ahí, era la primera ocasión que nuestro hipódromo presentaba un espectáculo tan agradable como es la presencia inmensa de muchedumbres que se mueve constantemente en busca de una mejor colocación, mientras se desarrollaban las carreras programadas los micrófonos anunciaban que luego de unos minutos aparecería el avión que traía el paracaidista, la emoción aumento cuando un transporte de la FAE apareció pudiéndose observar que su puerta había sido retirada quedando un vacio y el público no lo perdía de vista, luego de varias evoluciones sobre el escenario del espectáculo, a las 11:23 se produjo el lanzamiento del paracaidista, que 23 segundos más tarde, tomaba tierra entre las ovaciones de los asistentes.

Tomado del diario “El Comercio” del 4 de noviembre del 1953.

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Arribo del Primer Avión de la Panamericana Quito

Según la noticia publicada el 27 de agosto de 1929, el avión vino desde Lima con escala en Guayaquil, ciudad desde la que decolo ha las 7:45 de la mañana piloteado por “Harold Harris” vicepresidente de la Panamericana y llevando al aviador ecuatoriano “Cosme Renella”, el itinerario trazado fue Guayaquil, Babahoyo, Zapotal, Angamarca, Latacunga y Quito.

A las 6 de la mañana de ese día fue enviado un escolta militar al campo de aviación de Iñaquito, con el objeto de ordenar algunos detalles para el aterrizaje del “Far Yael”, desde la 7 de la mañana con los anuncios que habían circulado en la ciudad muchísimas personas comenzaron a trasladarse a Iñaquito y las calles del Centro ofrecían un hermoso espectáculo de animación.

El avión tripulado por el señor Harris y el capital Renella, apareció a las 10 de la mañana por el lado Sur de Quito despertando la tención de todos los pobladores con el ruido poderoso de su elipse, al efectuar varias evoluciones sobre la ciudad.

Llegado el avión al campo de Iñaquito el piloto efectuó varias evoluciones hasta conocer el terreno y orientarse con seguridad, aterrizando felizmente en medio de las aclamaciones del público.

Los señores vicepresidente de la Panamericana el señor Harris y el capital Cosme Renella, fueron saludados y felicitados cordialmente por los señores ministro de guerra marina y aviación, Coronel “Carlos Guerrero” y el Inspector del Ejército General “Ángel Isaac Chiriboga”.

Tomado del diario “El Comercio” 27 de Agosto de 1929.

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El Incendio de la Universidad

En Noviembre de 1929, el Comercio publicaba lo siguiente:

Es inapreciable la pérdida que ha sufrido Quito con la destrucción de la Universidad Central en donde se habían reconcentrado los valores en Ciencias, los documentos conservados a través de los siglos y cuanto aire apreciable para la civilización.

Como todos los años se celebraba con petardos y rastreros la “Fiesta de Animas” en el Sagrario o Capilla Mayor, situada al frente del edificio Universitario, parece que un globo que elevaron cayo encendido en la cubierta de la Universidad y pronto el fuego invadió el último piso en el lado que da en la calle García Moreno donde se encontraba el Museo Arqueológico con objetos únicos como un Arcón con objetos incásicos de oro, como ídolos y mascarones, colecciones botánicas, el laboratorio de química con costosos y modernos implementos que aun estaban encajonados, la biblioteca técnica, allí también estaba el gasómetro traído por García Moreno y que se conservaba flamante por más de 50 años y muchos otros tesoros científicos, una de las pérdidas que nunca podrá reponerse es la del mastodonte que representaba uno de los hallazgos más estimables para la ciencia y que estaba en la misma actitud que se lo descubrió en Alangasi, tropa de todas las unidades y algunos artesanos subieron a cubierta a trabajar abnegadamente, el pueblo y el ejército desde el internado del Colegio San Gabriel en un interminable cordón iban pasando de mano en mano hasta la cubierta, cubos de agua para combatir el fuego hasta que después de varias horas lograron apagar el incendio.

Tomado del diario “El Comercio” del 10 de Noviembre de 1929.

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El Monumento al Libertador

El diario “El Comercio” en 1923, publicó la siguiente crónica:

Al fin va a ser realidad el proyecto del monumento en Quito, al padre de la libertad Sudamericana, es una deuda cuya falta de cumplimiento debió más de una vez avergonzarnos, ya que la gratitud de esta ciudad al libertador debió estar en relación con las deferencias y cariño que la profesó, casi no hay capital en Sudamérica que no le hubiese con el tiempo levantado la ofrenda de su reconocimiento al genio que la Providencia deparo, una oportuna hora para la conquista de la Libertad de América, solo el Ecuador a postergado por casi una centuria a la ofrenda espontánea que sus hijos hicieron al día siguiente de su liberación, pero en fin parece que hoy se trata de una enmienda.

El Congreso de 1923 ordenará cumplir esa promesa en el menor tiempo posible y para ello dictaría una ley firme en que se provee de los necesarios fondos para llevar a ejecución el proyecto para ello se haría necesario que en la ley se estatuyera un impuesto patriótico que la hiciera factible, el impuesto por otra parte no encierra ni siquiera el significado de obligación establecida a quien no desea pagar, sino en nuestro concepto es un modo de recolección de fondos que todos están dispuestos a dar y que si no lo han hecho antes es porque nadie se a cercado a reclamarlos quien en efecto gozaría negar su óvolo de gratitud al Libertador.

Tomado del diario “El Comercio” del 15 de Septiembre de 1923.

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El Sanatorio Rocafuerte de Quito

Fue en la época de la presidencia de Eloy Alfaro, que se planificaron las obras del sanatorio aunque la idea venia de algunos años atrás.

La Junta de Beneficencia Olmedo comienza la construcción del “Sanatorio Rocafuerte” el 7 de Mayo de 1900, se trata de un edificio de gran magnitud, localizado en el costado occidental de la Alameda, entonces en la apartada peri ferie de Quito.

En la cercanía del Sanatorio se construye la Basílica del voto nacional que conjuntamente con el seminario menor y el observatorio astronómico constituían importantes hitos arquitectónicos.

Los planos iniciales del Sanatorio fueron realizados por el arquitecto “Francisco Smith” y en Junio de 1903 se inauguraron 2 pabellones.

La inestabilidad política de la época es causa para que más de una vez queden abandonadas varias obras públicas.

La Junta de Beneficencia Olmedo en 1906, pide un informe técnico a "Lorenzo Durini” sobre los problemas aparecidos en el Sanatorio.

Durini planea separar el edificio en su parte posterior que da hacia el cerro y presenta un proyecto con estructuras metálicas con cubiertas de hierro galvanizado.

Muerto Lorenzo Durini su hijo que estaba sólidamente capacitado, ya que tenía estudios sobre Sanatorios modernos europeos se encarga de la construcción del edificio como director general de obras del Sanatorio Rocafuerte hasta 1913 para dar cumplimiento al contrato que fuera firmado por su padre ya fallecido.

El edificio años después se transformaría en Arsenal de Guerra, Cuartel Militar y terminaría como Hospital Militar.

Tomado del Libro: Quito Tradiciones, Testimonio y Nostalgia copilado por Edgar Freire de Rubio.

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Acontecimientos en la Época Gran Colombiana

El 20 de Agosto de 1824, un Congreso Gran Colombiano, declaró benemérito al pueblo de Quito, porque tuvo la indisputable gloria de haber dado a la América del Sur el ejemplo luminoso de sacudir heroicamente el yugo español, con referencia al 10 de Agosto de 1809, declaración que dio lugar a un ruidoso y solemne paseo cívico por la ciudad con acompañamiento de música y luminarias en la noche.

Los diputados quiteños a ese Congreso adoptaron una franca posición Federalista en contra del Centralismo de Santa Del, por la política Liberal de este referente a la Tributación Indígena y a la política Libre cambista, que comenzaba afectar a la Industria Textil Quiteña para favorecer al desarrollo de la exportación Colombiana.

En 1824 estallaron conflictos en Quito con el propósito de alejar al Obispo Español y a los belicosos cabiliantes anti colombianos, que intentaban según se decía un Golpe Militar Autonomista.

En 1825 existían 4 boticas en Quito y 3 Clínicos siendo estos: “Juan Manuel de la Gala”, “Víctor Ino Blandi” y “Cayetano Uribe”, siendo los dos primeros profesores de medicina de la Universidad Central.

En el periodo de 1825 – 1826 la Política Bolivarista dio un viraje acercándose hacia los terratenientes, generales y obispos, eliminando cualquier política reformista sin duda por la presión de la Aristocracia Limeña y de la Crisis de los terratenientes quiteños y venezolanos lo cual origino los levantamientos indígenas que vieron postegradas sus reivindicaciones.

En 1826 cuando Bolívar pasaba por Quito de regreso a Bogotá, los criollos ricos se quejaron de que los indios ya no trabajaban y no pagaban ninguna contribución y sugerían la vuelta a la contribución de los indígenas y el aumento de las tasas arancelarias para evitar la importación de los tejidos extranjeros.

Tomado del Libro: Historia, Tradiciones y Leyes de Quito, de José María Jaramillo.

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La Casa del Siglo XVII (Primera Parte)

Las primitivas casas quiteñas que en los primeros tiempos eran un pequeño hogar solitario con un grupo de cabañas anexas para la servidumbre, hacia el siglo XVII al ser habitadas por familias completas de españoles – quiteños, se transformaron en un cercado de corredores alrededor de un ideo central, con dos o tres traspatios de igual disposición.

La casa de esta etapa es la expresión de la consolidación española en Quito, pues el Ibérico una vez seguro en este territorio se asentó definitivamente.

Las construcciones del siglo XVII constituyen la mejor expresión del poder en flujo de las comunidades religiosas, es así que durante esta época se produce las obras más notables de la arquitectura religiosa, en contraste con la sencillez de las construcciones civiles, consecuentemente por ser una etapa grandes construcciones eclesiásticas, Quito cuenta con una mano de obra más especializada como es el caso de antifeces venidos de Europa, quienes además de intervenir en las obras religiosas aportan con sus valiosos conocimientos para las edificaciones civiles, además el indígena quiteño supo absorber todas las innovaciones europeas que junto a sus propios conocimientos dio como resultado que se convirtiera en el artífice de la obra Civil, Religiosa – Colonial.

En consecuencia la arquitectura residencial durante esta época se da como respuesta en gran parte a la interacción de tres elementos principales:

1. Una tecnología aprobada producto de aportes tantos españoles como autóctonos.

2. Los recursos propios que proporciono la región en cuanto a materiales de construcción y mano de obra indígena.

3. Y el surgimiento de nuevas relaciones sociales y nuevas formas de vida entre conquistadores y conquistados.

En ese momento nace la arquitectura quiteña.

Tomado del Libro: Centro Histórico de Quito la Vivienda.

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La Plazoleta e Iglesia de San Agustín

La Plazoleta se configuro con posteridad a la instalación de la Iglesia y el Convento de San Agustín, originalmente en el entorno había un gran número de tiendas la mayoría cererías pero luego el comercio se diversifico, algunas de las edificaciones fueron derrocadas como la que existía donde actualmente está el moderno edificio “Guerrero Mora”, sin embargo se conserva un conjunto espacialmente interesante conformado por la Plazoleta de San Agustín y la Placita ubicada frente a esta, se conservan tres casas de valor histórico diagonal a la iglesia, una edificación esquinera conocida como “La Casa de las Ventanas de Fierro” en la que vivió el poeta “Gonzalo Zandulbide” y fue lugar de encuentros literarios con “Juan Montalvo” notable ensayista liberal del siglo XIX.

Otra la que fuera la sede del Palacio de Justicia finalmente la casa esquinera fue ocupada por “Gabriel García Moreno” durante su primera presidencia en 1864.

Esta casa aun se conserva a pesar de algunas modificaciones necesarias, para adaptarla al uso comercial.

La Plazoleta de Piedra esta re hundida, al respecto del nivel de la vereda, con una pequeña escalinata semicircular de acceso, en ella destaca el portal de piedra de la iglesia que data de mediados del siglo XVII y es lo más interesante de la fachada, el resto es austero.

La fachada occidental de la Iglesia que da a la calle Guayaquil, nunca fue encalada, apreciándose el fino aparejo de ladrillo de los gruesos muros, la torre localizada a un costado y compuesta de 5 cuerpos es la más ancha de Quito.

Tomado del Libro: Quito, Vía Arquitectónica de Bella Peralta.

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Las Primeras Casas de Quito (Primera Parte)

Según datos de algunos historiadores y cronistas de la época, las primeras casas que se construyeron en Quito fueron las de los capitanes españoles, las que se levantaron en la manzana comprendida actualmente entre las calles Olmedo por el Norte, Mejía por el Sur, Benalcázar por el Oriente y Cuenca por el Occidente.

Frente a esta manzana se trazó primeramente una Plazoleta y alrededor de ella comenzaron a ubicarse las primeras casas del Quito Colonial.

Según documentos existentes en el cabildo de Quito, estas primeras casas fueron míseras cabañas de adobe y piedra cubierta de techumbre de paja, junto a cada cabaña existía otra más insipiente todavía hecha de varas, rama y paja que servía de cocina y era llamada bohío, nombre con el que se designaba también a las cabañas anexas de los sirvientes indígenas.

La arquitectura española estaba por tanto, reducida a una mínima construcción la estrictamente indispensable para uno, dos o tres hombres solos.

Esta clase de construcciones constituyó un grave peligro por los incendios, por esta razón la primera ordenanza dictada por el cabildo el 22 de Enero de 1535, prescribe que los ranchos o bohíos de madera con techos de paja de los indios, en cuanto se encontrase en puntos españoles fuesen demolidos posteriormente, se ordena que todos los solares fueran cercados con una pared de adobe o piedra y que dentro de esta cerca se construya una casa en que viva el dueño y un edificio para los menesteres domésticos o bohíos para cocinas, cuyas paredes debían tener un estado y medio 2,25 aproximadamente.

Tomado del Libro: Centro Histórico de Quito la Vivienda.

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Las Primeras Casas de Quito (Segunda Parte)

En la inicial etapa, las primeras casas del habitante quiteño presentaban un estado muy rudimentario, el gran patio que se abría hacia atrás ocupada más de las tres cuartas partes de lote y ahí se entremezclaban corrales y pesebreras para caballos y pequeñas plantaciones de las cuales se autoabastecía.

Algunos lotes por no decir casi todos, limitaban con quebradas las que servían como desaguaderos y basureros naturales en tanto las casas se acomodaban en fachadas a las pocas y rusticas calles quedando la parte superior a dichas quebradas, exteriormente daba un aspecto de fortaleza y no se preocuparon de ornamentarlas ni abrir ventanas, lo que se dio por miedo de los ataques indígenas.

Tenían puertas de madera muy pequeñas que giraban sobre el eje de quicio, costumbre adquirida sobre del método de construcción indígena.

Las ventanas aparecen solamente a partir de 1560, en forma ocasional pocas estrechas y simples, estas eran toscamente elaboradas en maderas y reformadas con travesaños en su parte interior, su ubicación en el plano de fachada responderá a necesidades particulares sin tomar en cuenta ninguna simetría y quedaban a gran altura con relación a la calle.

Los tapiales que encuadraban el lote encerraban las casas a manera de convento y junto con la fachada formaban un solo conjunto.

La casa de un piso fue característica de esta época, en cuanto a los materiales de construcción los nuevos pobladores utilizaron primeramente los que obtuvieron de las destruidas construcciones aborígenes pero luego se vieron obligados a buscarlos en los alrededores.

Tomado del Libro: Centro Histórico de Quito la Vivienda.

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Los Cuatro Días de Sitio de la Ciudad de Quito

Bajo ese titular, el diario “El Comercio” da cuenta de la situación durante esos días y publica lo siguiente:

Conocida por nuestros lectores es la situación en que se mantuvo la capital hasta la noche del 28 de Agosto pasado, con la renuncia del Dr. Baquerizo Moreno y los preparativos bélicos para sostener el ataque de las tropas del Sur y del Norte, que se conocía desde la tarde de ese día.

Ese indecible la angustia y los sufrimientos morales y materiales que a causa de los 4 días de sitio azotaron a los habitantes por el incesante e interrumpido baleo de cañones, ametralladores y fusilería, con innumerables muertos y heridos que han enlutado la patria entera y por la falta de agua, víveres y luz eléctrica que mantenían en tétrica intranquilidad los días 29, 30 y 31 de Agosto y 1 de Septiembre pasados.

Tomaron parte en el combate todas las armas de guerra infantería, caballería, artillería, ingeniería y aviación, 16 cuerpos tomaron parte, 12 de los atacantes y 4 de los defensores de Quito más los voluntarios.

Las tropas atacantes son: Por el Sur batallones Carchi, Imbabura, Ingenieros Montufar, Ingenieros Chimborazo, regimientos de artillería Sucre y de caballería Yaguachi, columna de voluntarios Vicente León y policía de Guayaquil.

Y por el Norte regimiento de artillería Calderón, batallón Pichincha y la columna de voluntarios la Carchenses de Eloy Alfaro.

Las tropas resistentes las componían el regimiento de artillería Bolívar, los batallones de Manabí y Constitución, la policía de Quito y cerca de mil civiles armados

Tomado del diario “El Comercio” del 5 de Noviembre de 1932.

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Quiteños Ilustres “Antonio Salas”

Pintor quiteño nacido a finales del siglo XVIII, fue discípulo de Bernardo Rodríguez y de Manuel Samaniego, aventajando a sus maestros en el colorido y en cuanto al dibujo fue superior a todos sus contemporáneos, fácil para el dibujo pinto al Oleo, al Templo, miniaturas, muchas cuadros para el extranjero y sus retratos fueron aceptados con entusiasmo.

La producción de Salas tiene dos etapas la “Colonial” y la “Independentista”.

A la primera corresponde los lienzos la muerte de San José y la negación de San Pedro que están en la Catedral, el hijo prodigo en el Carmen alto y la dolorosa que se haya en el Museo Colonial.

La etapa de la Independencia le ofreció un nuevo tema para su pincel, posaron para el Bolívar, Sucre y los generales que lucharon por la Independencia.

Según Pérez Pimentel, Antonio Salas pinto a Bolívar en 1826, sin bigotes, porque se los había rasurado un año antes.

Hay un retrato de Simón Bolívar Moreno pintado por Salas en 1829 siendo este cuadro el único ejemplar que existe, un episodio le amargo la vida el 19 de Marzo de 1824 salió de casa y se encontró con un amigo que lo invito a beber de regreso y ya bastante borracho, se encontró con una criada con quien su esposa había reñido el día anterior, la atacó a cuchilladas provocándole la muerte, el juicio fue largo con sentencia de prisión, pero por sus antecedentes se le conmuto la pena por 5 años de confín en Loja, donde puso un taller y pinto numerosos cuadros.

Tomado del Libro: La Gente Ilustre de Quito de Miguel Apuga.

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Quito durante el Gobierno de Isidro Ayora

El 9 de Julio de 1925, los militares jóvenes desconocieron al gobierno Córdova y se confió el mando al Dr. Isidro Ayora.

El presidente Ayora aprovecho del auge de la producción cacaotera en 1926, creo el Banco Central como único emisor de moneda y estabilizador de los cambios internacionales de divisas, creo la caja de pensiones como servicio social para el ahorro obligatorio y estableció organismos como la Superintendencia de Bancos y la Contraloría de la Nación se instalan en diversos sectores de Quito, baterías de servicios higiénicos, porque Ayora hizo gran labor en la higienización de la ciudad, en tiempo de Ayora se fundó “La Concentración Deportiva de Pichincha”, el “Rotary Club” la “Liga Deportiva Universitaria” la Dirección de Higiene Municipal, aparecen los primeros buses se servicio urbano, por ese tiempo se inauguró el edificio del correo en la calle Benalcázar, la Planta pasteurizadora de Leche, el Instituto Pérez Pallares y la nueva Planta de Teléfonos.

En 1928, se reunió la Asamblea Constituyente, que de dictador lo convirtió a Isidro Ayora en Presidente Constitucional.

En 1929, se produjo un pavoroso incendio en el edificio de la Universidad Central situado en calle García Moreno, en el que se perdieron muchísimos documentos históricos y elementos de investigación, dicho incendio llego incluso amenazar a la Iglesia de la Compañía.

En 1931, Ayora envió su renuncia al Congreso Nacional ante la sublevación de un batallón y el apoyo a esta sublevación aun motín callejero.

Tomado del Libro: Historia, Tradiciones y Leyes de Quito, de José María Jaramillo.

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Quito en 1724

En 1724, el cabildo acepto la fianza de 4.000 pesos que presentó para desempeñar su cargo al mayordomo de propios o tesorero, quien pide que se le entregue la hijuela de los censos impuestos a favor del cabildo para continuar su recaudación, en Mayo, el corregidor manifestó que ha llegado la plaucisia que el rey a prorrogado el tiempo que debe desempeñar la presidencia de la Audiencia Don Sebastián de la Raín, lo que debe celebrarse con juegos artificiales y corridas de toros.

El rector del Seminario de San Luis, solicita del Cabildo una paja de agua de la que baja al barrio de San Blas para regar las tierras que la Compañía ha comprado contiguas a la Iglesia de Santa Prisca, como el presidente de la Audiencia comunico que Felipe Quinto había dicado el mando en manos de su primogénito Luis Fernando y se había retirado a la vida privada, el 6 de Agosto se alzo pendones por el nuevo soberano “Luis Primero de Gorgón” y se demostró el regocijo publico con fuegos artificiales, comedias al aire libre y corridas de toros.

Se arreglo por ese tiempo el camino y puente del Calzado en Chimbacalle, los vecinos elevaron una representación al Cabildo sobre la escases de la moneda y la paralización del Comercio por la falta de las fábricas de la ropa de la tierra, la misma que el procurador general la elevo al conocimiento de la Gran Audiencia, haciendo referencia a que sean perdido las cosechas por las dilatadas e inoportunas lluvias y por la plaga del polvillo en los trigales.

Tomado del Libro: Historia, Tradiciones y Leyes de Quito, de José María Jaramillo.

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Aéreas Históricas de Quito “La Mariscal”

El barrio Mariscal Sucre más conocido como “La Mariscal”, debe su nombre a la conmemoración del centenario de la batalla de Pichincha, se conforma alrededor de 1922, caracterizado por el uso residencial iniciado a principios del siglo XX, el proceso de crecimiento continuo al interior del trapecio definido por las avenidas 12 de Octubre, Colon, Patria y 10 de Agosto, a pesar de la forma irregular de su perímetro sigue el trazado en Damero, hasta la década de los 50 La Mariscal mantuvo sus características de uso en edificaciones, producido en general por ingenieros y arquitectos nacionales y extranjeros se caracterizo por ser ejemplo de modernidad al adoptar los distintos repertorios formales que se plasmaron en villas palacianas, castillos medievales y palacios renacentistas y neoclásicos.

Si bien, desde la década de los 40 se identificó al Norte de la ciudad como Centro Cívico y de equipamiento es recién en la década de los 70 que La Mariscal se transformo radicalmente, las edificaciones de pocos pisos que aún subsisten quedaron enclaustrados por los nuevos edificios de altura destinados a la administración, comercio, vivienda de propiedad horizontal y servicios especialmente restaurantes, cafeterías y agencias turísticas, ejemplos de una nueva modernidad, estos se localizaron especialmente en las avenidas Amazonas y 6 de Diciembre que atraviesan el barrio.

Durante 1991, proyectos de rehabilitación municipal de espacios públicos se sumaron a experiencias anteriores el plan maestro indica la preservación de 11 edificios y la rehabilitación de más de un centenar liberando la actuación en el resto, presionado por las fuerzas de renovación.

Tomado del Libro: Quito, Vía Arquitectónica de Bella Peralta.

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Técnicas y Materiales de Construcción en el Siglo XVII

En las casas coloniales se utilizo una variedad de materiales de construcción, las paredes principales o maestras se hacían de adobe o ladrillo, siendo las dimensiones de ambos materiales las mismas.

El adobe se fabricaba siguiendo la técnica indígena de mezclarlo con paja picada y secarlo al sol, estas paredes por ser soportantes se hacían muy gruesas, en cambio las paredes intermedias que no soportaban gran peso se hacían frecuentemente de bahareque fabricados en los primeros tiempos con camas cubiertas de estera siguiendo la costumbre indígena.

La cubierta del frente de la casa era generalmente a 2 aguas, mientras que la de los lados solo de una denominada mediagua, estas se armaban con tijeras de madera que descansaban sobre vigas costaneras empotradas en la superficie superior de las paredes para el enlucido cielo raso de las habitaciones y corredores al igual que las paredes se procedía primeramente a empañetar la superficie con una mezcla de lodo con paja picada y luego se enlucía con el mismo barro molido aplicado a la pared o al tumbado ya seco, el siguiente paso consistía en alisar con una espátula de madera llamada muñeca para igualar y a abrillantar la superficie, en las casas de dos pisos existían una escalera usualmente de ladrillo desarrollada en uno de los ángulos fronteros de la casa, los pilares que soportaban el piso superior eran de piedra y los que sostenían el techo eran de madera, el acabado de los pisos se realizaba con ladrillo cuadrado fabricado expresamente para este objeto.

Tomado del Libro: Centro Histórico de Quito la Vivienda.

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De la Vida que Pasa

Desde aquellos buenos y sabrosos tiempos, en que nuestros antecesores comían a las 4 de la tarde, tomaban el oloroso chocolate a las 7 de la noche, después de rezar el rosario toda la familia reunida y luego mandaban a dormir a los chicos y ellos salían a visitas para volver a las 9 la hora de la queda, a dormir a su turno.

Algo se ha adelantado en con lo que con la vida nocturna se relaciona, porque hoy comemos a las 7 u 8 y salimos inmediatamente a la calle, grandes y chicos, para matar las primeras horas de la noche en las aéreas nocturnas distracciones que la ciudad nos ofrece, aunque la verdad es de lamentar la supresión de aquella encantadora costumbre de la cena del chocolate en familia, pero hoy hemos adoptado otras sino mas patriarcales o plácidas por lo menos mas en armonía con los tiempos actuales, porque en efecto hoy tenemos los cines con sus puertas permanentemente abiertas , los cafés nocturnos donde ejercitamos los vicios más generalizados en la especie humana que son el de opinar sobre todo lo que no entendemos y el hablar mal del prójimo, los clubs, centros o agrupaciones de gentes que juegan, beben, hablan de política y desbaratan las obras ajenas con el pretexto de ser la misma profesión del mismo pueblo o por tener idénticos vicios o sin ningún pretexto, he aquí enumerados algunos de los decentes aunque no siempre inocentes placeres que esta ciudad alegre y confiada nos brinda las noches que de los otros los vedados y clandestinos, estos puntos más vale no tocarlos.

Tomado del Libro: Quito, Tradiciones, Testimonios y Nostalgia. Copilado por Edgar Freire Rubio.

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Es Necesario un Plan Regulador para Quito

En la edición del diario “El Comercio” de Agosto de 1945, bajo el titular:

“Quito ejerce una acción centrípeta en el callejón interandino”. Aparece la siguiente crónica:

La oficina del plan regulador analiza a la ciudad de Quito y dice que la capital de la República es el centro de gobierno del país, es el lugar hacia donde concurren las fuerzas vivas de la nación, el centro de los transportes y el sitio hacia donde convergen las rutas aéreas y terrestres y por donde pasa la carretera Panamericana la que une el Norte y Sur de la nación, poniéndola en contacto directo con los países limítrofes, las mismas razones que nos expresan con importancia de Quito por lo tanto su condición de ciudad centro, nos lleva a comprender las causas de un futuro e inmediato crecimiento de su población urbana , en efecto una vez obtenido un mejoramiento de las rutas terrestres, tanto carreteras como vías férreas unido al enorme crecimiento que tomara el transporte aéreo no futuro, facilitara en forma indudable el desplazamiento de enormes corrientes migratorias que llegaran a las costas americanas en busca de trabajo y de acción a los emigrantes lo que indudablemente se reflejará en el crecimiento demográfico, la ciudad es una consecuencia geográfica esa geografía determina leyes de crecimiento natural que la ciudad sigue de forma insensible hasta el momento y en forma lógica y perfectamente determinada para el futuro al adoptarse el criterio del plan regulador de la ciudad de Quito.

Tomado del diario “El Comercio” del 6 de Agosto de 1945.

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Festejos del Bicentenario de la Misión Geodésica

EL 30 de Mayo de 1936, el diario “El Comercio” publica lo siguiente:

Se descubrieron los bustos de los sabios franceses, españoles y de Pedro Vicente Maldonado en la Alameda, en el recinto del observatorio se realizaron dos brillantes disertaciones científicas y un discurso del Ministro de Educación solemnizaron con su presencia el señor Jefe Supremo, Ministro de Estado y otras entidades representativas, cumpliéndose el programa debemos informar un acto previo a la decisión solemne y fue el descubrimiento que se hizo de los bustos de los sabios geodésicos, Godin, Maldonado, La Condamine, Jorge Juan, Bouquer y Ulloa.

Las figuras de estos grandes sabios están armonizando al conjunto de la soledad y la belleza de las flores a la entrada del observatorio astronómico.

En otro lugar de Quito se conserva con veneración una casita bella y colonial en el numero 32 de la calle Manabí, en donde los sabios geodésicos tuvieron su observatorio sin duda por la comodidad del Horizonte que en aquel entonces estuvo para ellos, el Comité France Amerique, ha querido consagrar en ese recinto una bella ceremonia inicial y símbolo de los festejos, luego de los himnos del Ecuador, España y Francia la artillería Calderón iza las banderas de los 3 países y deja estos símbolos flotando al aire patriota y entusiasta durante todo el día de recuerdos y de conmemoración para finalizar tan simbólica ceremonia, el Ejercito del Ecuador desfila y presenta las armas y rinde honores jerárquicos al General francés Perrier un distintivo invitado de la ceremonia.

Tomado del diario “El Comercio” del 30 de Mayo de 1936.

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Firma de la Escritura de Constitución del Banco Central

El diario “El Comercio” en su edición del 10 de Julio de 1927, da cuenta de la siguiente noticia:

Se firmó la escritura de Constitución del Banco Central, con todas las solemnidades y ante todos los poderes de la Nación se efectuó este acto, ayer a las 4:10 de la tarde en los salones de la Casa Municipal, con la asistencia del Señor Presidente de la República, el Dr. Isidro Ayora, los señores ministros de Estado en las carteras de gobierno, relaciones exteriores, hacienda, prevención social, instrucción publica y de guerra y marina, delegados de todas las instituciones bancarias, presidente y vicepresidente del ilustre consejo municipal de Quito y demás autoridades se realizo solemnemente y con todos los requisitos legales el trascendental acto de la celebración de la escritura de Constitución del Banco Central que hará eco en los anales de la economía.

Mediante la Ley Orgánica del Banco Central, se constituye dicha institución, cuyas principales operaciones consistirán en emisión, descuento, depósito y cambio.

El Banco se funda por un periodo de 50 años y que podrá ampliarse con solicitud del mismo Banco, su capital autorizado es de diez millones de sucres que podrán aumentarse de conformidad a la ley.

Al Banco se le concede el derecho exclusivo de emitir billetes, durante los 50 años de su existencia y durante ese periodo, ni el gobierno ni ningún otro organismo tendrá derecho a emitir papel moneda.

Tomado del diario “El Comercio” del 10 de Julio de 1927.

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La Bruja Cortesana

Cuentase que por algún tiempo en que las brujas hicieron época en esta novelesca ciudad, cierta ocasión un sastre que se había trasnochado en una taberna se dirigía de madrugada hacia su casa y al pasar por la Plaza de San Francisco, vio venir volando a una bruja que portaba en la mano un jarrón disque de oro para llenarlo con el agua de dicha Plaza.

El Sastre aunque beodo recordó una tradición para esa circunstancia, saco las tijeras que llevaba en su bolsillo y las puso abiertas en el piso en forma de cruz y al instante la bruja aterrizo frente a él.

El Sastre le pregunto de donde venia volando, a lo que la bruja le respondió que venía en busca del agua cristalina que solía beber la reina de España.

El Sastrecillo quería ganarse el premio que el gobierno ofrecía a quien capturara a una bruja, la que inmóvil a la vista de las tijeras, rogaba que le diera la libertad a lo que él accedió pero con la condición de que le entregara las relucientes joyas con que se hallaba adornada, desprendió la bruja de las alhajas y el bohemio tomo el camino de su casa contento.

Entusiasmado quiso festejar y entro en una cantina y pidió licor, dulces y golosinas para llevar a su familia, dejando en prenda uno de los anillos.

La cantinera guardo con el ánimo de no devolverlo, dado el estado de embriaguez del artesano.

Al amanecer del nuevo día tanto la esposa del Sastre como la cantinera hallaron en el lugar de las joyas excremento de gallina, el oportunista había sido burlado con un embrujo de una hechicera raidista, de la Corte de España a San Francisco de Quito y viceversa.

Por Neptalimire Salde. Tomado del Libro: Quito, Tradiciones, Testimonios y Nostalgia. Copilado por Edgar Freire Rubio.

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La Casa del siglo XVII (Segunda Parte)

En el siglo XVII el español, al empezar a construir su vivienda de igual manera que al trazar su ciudad se encastilla en una Plaza, cercándola con edificios y portales, el patio fue para él lo mejor del edificio, el patio castellano amplio y fortificado está rodeado de habitaciones y comunicado por la calle Pornusanguan.

La casa quiteña fue pues la de tipo andaluz o a la moda de Castilla, parecida a la de modelo romano antiguo, por lo regular de un solo piso, algunas veces de dos. El patio central mostraba frente a la entrada la azotea con balaustrada de moriscos y a los lados las habitaciones principales con amplios corredores que llevaban a ellas, una puerta o pasadizo generalmente a la izquierda comunicaba al traspatio donde estaban las habitaciones de la servidumbre, el horno, las pesebreras y más atrás la huerta.

Entre las habitaciones principales se distinguían las sala, la antesala y la cuadra.

La sala era el cuarto de uso ordinario, en donde se daban cita los proveedores de la familia, lo mismo que los mendigos y constituía el lugar de reunión de la servidumbre y los niños de la familia.

La antesala era el dormitorio principal de la familia.

La cuadra el salón de recepciones y constituía el ambiente más importante de la casa, ahí se encontraba el estrado o trono de la casa consistente en una tarima baja de madera colocado en el mejor sitio del salón generalmente frente a las ventanas que miraban el patio.

En el Estrado se sentaban solamente las damas y sus hijas y a veces algún fraile.

Tomado del Libro: Centro Histórico de Quito, La Vivienda.

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La Casa del siglo XVII (Tercera Parte)

Además de las piezas principales de la casa quiteña, había otras unas de las cuales servía de comedor en el caso de familias numerosas, en las casas de mayor gusto no faltaba el jardín en cuyo caso, a su alrededor se situaban los dormitorios de la familia, aun mas en las casas de los grandes colonos desde comienzos de esta época se empiezan a ver ciertas habitaciones destinadas exclusivamente al culto religioso de la familia, este oratorio estaba ubicado en el bloque frontal, estos oratorios se multiplicaron con exceso mas por la vanidad de los colonos que por su devoción, llegando a veces a convertirse en verdaderas capillas en las que se coleccionaba valiosas obras del arte colonial quiteño.

La cocina fue un espacio grande y ya pasaba a formar parte de la vivienda dada generalmente al traspatio.

Las bodegas y graneros daban así mismo al traspatio junto con las caballerizas que en ciertos casos daban cabida a unos 20 mulares, este hecho género la casa con dos frentes con doble acceso concebida para servir a los menesteres de una vida doble, urbana y agraria, ya que el propietario del solar en la ciudad generalmente era dueño de una finca rural o agrícola.

A fines del siglo XVII, se consolida la estructura económica colonial adquiriendo el comercio gran importancia, esta actividad modifico el uso de ciertos espacios de algunas casas, las que se reestructuraron con el aparecimiento del espacio comercio, esto se da casi siempre en aquellas viviendas ubicadas en las principales vías comerciales de la época.

Tomado del Libro: Centro Histórico de Quito, La Vivienda.

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La Imaginería Quiteña (Cuarta Parte)

Entre una legión de imagineros famosos, esto es quienes elaboraron imágenes destinadas al culto religioso, cabe destacar al hermano Marcos Guerra, que esculpió las imágenes de algunos retablos de los cruceros laterales de la Compañía, a Juan Bautista Menacho quien tallo el retablo de la iglesia de Guápulo, a Francisco del Castillo, vinculado con el monasterio de la Concepción y que esculpió la imagen de nuestra Señora del Buen Suceso, al Señor de la Columna y la Virgen de los Dolores.

A Magdalena Dávalos, quien tallo con su gubia la imagen de nuestra Señora del Carmen para la hornacina central del retablo del Carmen bajo, las estatuas de los retablos de la Merced son en parte obras de Antonio Gualoto y Gabriel Guia Machin, sin embargo muchas obras de extraordinaria categoría estética se deben a los imaginarios anónimos.

El primer gran maestro fue el español Diego de Robles, considerado como el iniciador de la escultura del Quito mestizo.

El padre Vargas anota que la orden dominicana pago al maestro 200 pesos de plata de los cuales el escultor renuncia a 20 con la condición de que se le recibiera decofrado de la cofradía de la Veracruz por tallar un crucifijo de ocho cuartas de alto y una estatua de seis cuartas de nuestra Señora de la Concepción, con las manos puestas.

A su experto cincel se debe nuestra Señora de Guadalupe para la Iglesia de Guápulo, el policromado de esta imagen y de casi todas las de Robles lo ejecutaba su patriota Luis de Rivera.

Por Carlos de la Torre.

Tomado del Libro: Quito, Tradiciones, Testimonios y Nostalgia. Copilado por Edgar Freire Rubio.

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“Los Salas” una Dinastía de Pintores (Primera Parte)

Caso suigéneris en la historia del arte ecuatoriano son “Los Salas” ya que alrededor de 28 de sus miembros se han destacado en la plástica desde fines del siglo XVIII hasta el presente.

La trayectoria final de Los Salas abarca alrededor de 200 años de producción artística.

Antonio, fundador de la dinastía, nació y fue bautizado en Quito en 1784 y murió en 1860. De su descendencia algunos de sus hijos se dedicaron a la pintura sobresaliendo Ramón Salas Cansino, Josefa Rafael, Brígida, María Gabina, Jerónimo y Diego Salas Estrada.

Fueron también pintores sus nietos, Alejandro y Camilo Salas Estrada, Rafael Salas Oquendo, Antonio Isabel, Rafael y Manuel Salas Alzamora, Antonio Salgero Salas.

De los Bisnietos se destacaron Francisco, Carlos, Rafael, Manuel, Marcos Salas Yépez y Luis Salgero, cuarto nieto del viejo Salas, Oswaldo Ribadeneira Salas cierra con broche de oro esta ilustre dinastía de pintores.

Como dato referencial, cabe anotar una semblanza que Ernesto Cartón, artista francés del siglo XIX trazara del taller del viejo Salas diciendo: “En la época que visite Quito, un pintor gozaba de gran renombre se llamaba Antonio Salas y lo felicite por haber adquirido tanta reputación como por haber reunido tantos discípulos” el anciano se echó a reír diciendo: “Los jóvenes que acabáis de ver son mis hijos” “¿vuestros hijos?” pero yo he contado por lo menos 15. He tenido 20 y 17 trabajan conmigo, os voy a presentar a mis mayores.

Entramos a una pieza vecina y encontré a 2 jóvenes artistas, Rafael y Domingo, pintando grandes lienzos.

Por Jiménez Escudero de Terán.

Tomado del Libro: Quito, Tradiciones, Testimonios y Nostalgia. Copilado por Edgar Freire Rubio.

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“Los Salas” una Dinastía de Pintores (Segunda Parte)

En la historia del arte ecuatoriano se da el caso suigéneris de una familia de artistas son “Los Salas”, ya que desde fines del siglo XVIII alrededor de 28 miembros de esa familia se han destacado en el arte de la pintura.

El fundador de la dinastía fue Antonio Salas Aviles, nacido en Quito de 1784, alumno de Bernardo Rodríguez, máximo representante de la pintura barroca y del afamado pintor Mauel Samañego, heredo de ellos la habilidad por la armonía cromática y el gusto por la simbología cristiana como motivo primario de sus obras, tema al que dedico sus primeros años como pintor y del cual no se separaría totalmente a lo largo de su fructífera vida profesional.

Salas tradujo sutilmente el sentir de su mundo e inmortalizo aquellos héroes de la Independencia quienes se integraron a la vida republicana del naciente país y son en cierto modo los forjadores de la política ecuatoriana.

De sus hijos Ramón Salas Cansino se dedico principalmente a la acuarela, aunque sus oleos sobre el lienzo merecen el mejor calificativo.

Rafael Salas Estrada, además de artista fue renombrado diplomático con lo que hizo que penetrara en el arte europeo y que visitara el parís nocturno de Toulouse Lautrec, inclinándola hacia una expresión peculiar dentro de su género.

De sus hijas Salas, se destaco Brígida que fue muy apreciada en el ambiente artístico de la época, una singular muestra de su producción se encuentra en la Capilla de Santa Rosa del Convento Máximo de Santo Domingo.

Por Jiménez Escudero de Terán.

Tomado del Libro: Quito, Tradiciones, Testimonios y Nostalgia. Copilado por Edgar Freire Rubio.

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“Los Salas” una Dinastía de Pintores (Tercea Parte)

Dentro del arte ecuatoriano, existe una extraordinaria familia de artistas es la de los Salas, ya que de fines del siglo XVIII alrededor de 28 miembros de esa familia se han destacado pintura.

El fundador de la dinastía fue Antonio Salas Aviles, nacido en Quito de 1784, de entre sus nietos, se destacan Alejandro Salas Estrada en el género costumbrista, Antonio Salguero Salas que también incursiono en el costumbrismo y en el retrato, pero su reproducción esencial se encuentra en la temática religiosa, siendo q en la historia de la pintura ecuatoriana es el pintor que utiliza por primera vez la espátula, además del tradicional pincel, con Rafael Salas Alzamora el hombre común y el personaje anónimo cobran importancia entre otros descendientes del fundador de la dinastía se puede citar a Carlos y Manuel Salas Salgero, en el género del retrato.

Rafael Salas Alzamora, viajo a Bogotá donde enseño a sus hijos nacidos en Quito, el arte de la pintura manteniendo viva la tradición familiar, de ellos sobresalió Marcos Salas Yépez, que determinada la continuación de la trayectoria familiar, retratista de fama internacional a incursionado en la pintura de género enriquecida con un marcado impresionismo, en el desnudo femenino, en el paisaje y en el bodegones.

Oswaldo Ribadeneira Salas, descendiente de la Cuarta generación, cierra con broche de oro el largo transitar de esta fructífera familia, dedicado a la docencia universitaria introdujo en su cátedra la enseñanza del grabado “Calcográfico” siendo el pionero de esta especialidad en el país.

Por Jiménez Escudero de Terán.

Tomado del Libro: Quito, Tradiciones, Testimonios y Nostalgia. Copilado por Edgar Freire Rubio.

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Los Señores de la Florida

Llevaban trabajando algún tiempo en la zona, las excavaciones exploratorias los había llevado a descubrir una tumba, algo más grande que las encontradas antes en aquel lugar.

Poco después de haber iniciado el trabajo en esa tumba descubrieron que era tan profunda que debían ampliar el ampliar el aérea de excavación para no correr peligros, y así sin sospecharlo siquiera dieron con otras 5 tumbas muy parecidas.

Cuenta el arqueólogo León Doyon en una monografía incluido en el libro “Quito antes de Benalcázar” que esos pozos funerarios que encontraron, tienen sus paredes parcialmente pintadas de un color rojo oscuro, anaranjado o amarillo, que los pozos están tan cercanos unos de otros que chocan entre si y quedan conectados y en los casos en los que esto no sucede, los constructores se encargaron de crear puertas falsas para interconectar las tumbas, con lo que seguramente se quiso indicar una afinidad entre las personas ocultadas.

La riqueza de las ofrendas y los restos de sacrificios humanos encontrados en su interior demuestran que quienes están ahí sepultados fueron personas de muy alto rango, ahí entre los 2.900 y los 3.050 metros de altura en un territorio de aproximadamente 1 kilometro, una antigua cultura que probablemente perteneció al período de desarrollo regional, entre el 500 a.C al 500 d.C había he regido la capital de su cacicazgo, ahora ese sitio ubicado al Noroeste de la ciudad lo llamamos San Vicente de la Florida de sus entrañas hijas del Pichincha la investigación arqueológico a obtenido una llave para adentrarse en la historia.

Tomado del Libro: Quito, Tradiciones, Testimonios y Nostalgia. Copilado por Edgar Freire Rubio.

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Primera Actuación de la Orquesta Sinfónica Nacional

La Orquesta Sinfónica Nacional actuó por primera el 10 de Agosto de 1956, según la noticia publicada en el diario “El Comercio” la misma que dice:

“La primera presentación de la Orquesta Sinfónica Nacional tiene una enorme trascendencia para la cultura ecuatoriana” dijo el Presidente de la República al agradecer el homenaje del que fue objeto anoche, en el que se dedico en su honor la primera actuación pública de la Orquesta Sinfónica Nacional, la cual obtuvo un resonante triunfo ya que fue objeto de ovaciones cerradas hasta el punto de solicitar repetición del último número del programa, en un ambiente de gala con la asistencia del señor presidente de la República Dr. José María Velasco Ibarra, anoche en el escenario del Teatro Nacional Sucre la Orquesta Sinfónica Nacional organizaba luego de 8 años de esfuerzos por convertir en realidad su idea, hizo su presentación inicial, fueron de magnifica calidad la ejecución y la brillante dirección que estuvo a cargo del maestro español Ernesto Sancó.

El programa elaborado para su primera presentación estuvo concesivo en 3 obras de Mozart y Chabrier este ultimo su rapsodia España fue el numero del cierre del programa que el publico exigió repetición, los asistentes se desbordaron de entusiasmo y se alegraron al saber que Quito cuenta ya con una Orquesta Sinfónica, con un cuerpo de músicos que saben interpretar a los grandes valores.

La primera impresión que recibió el público asistente, fue la presentación de la Orquesta, todos sus miembros sin excepción vestían frac un conjunto elegante y severo de 41 personas.

Tomado del diario “El Comercio” del 11 de Agosto de 1956.

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Balaustra y Fachada de la Casa del Siglo XVII

La galería inferior que rodeaba al patio era a veces de arquería y otras simplemente adinteladas como la del piso superior, los balaustres de los corredores superiores eran de madera, el aspecto exterior de la casa colonial del siglo XVII no cambia, las ventanas siguen siendo pocas y para su ubicación no se considera ninguna simetría, sin embargo se añade ciertos elementos decorativos como es el caso de los balaustres de madera en forma de pequeñas columnas redondeadas u ochavadas en ciertos casos y en otros simplemente balaustres rectos y sin talla.

Este tipo de decoración se generalizó también en los balcones característicos de toda casa ya sea rica o pobre, en algunos casos generalmente en casas lujosas no faltaron los balcones cerrados con enormes alucias de origen morisco y las ventanas con rejas ricamente talladas con claro influjo andaluz, el hierro no se uso en Quito sino a mediados del siglo XVII cuando se lo empezó a importar de Vizcaya en barras o manufacturado, el bronce apareció solamente a principios del siglo XVII en cerraduras, cabezas de clavos, etc.

La puerta principal estaba enmarcada en una portada de piedra cuyo diseño fue sencillo y repetitivo como si hubiera sido hecho en serie, ya a partir de este siglo se empieza a ver en la parte superior de estos portales la costumbre de cerrar los dinteles con molduras o inscripciones de botas a manera de monogramas simbólicos de la sagrada familia y otros temas religiosos.

Solamente a mediados del siglo XVIII se empieza a decorar fastuosamente esas portadas.

Tomado del Libro: Centro Histórico de Quito, La Vivienda.

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Pasatiempos Coloniales

Corría el año de 1606, no hay para que decir que Quito estaba entonces situada en el más alejado extremo del mundo habitado.

Cada año o aun mas tarde venia por la posta de la madre patria una valija llena de decretos reales, de pragmáticas cuya inconveniencia a la fecha habíase reconocido ya en España, de gracias o perdones que llegaban como varias veces sucedió, después de fallecido el agraciado o perdonado, de nuevas de matrimonios regios, de nacimientos de infantes de la estirpe monárquica y de una que otra noticia que por cierto no había ganado merito con la edad ni con la navegación, sin embargo la llegada del cajón era un acontecimiento, hecha bance a vuelo las campanas, las calles se llenaban de curiosos que a media voz sin duda por respeto a la valija discutían y trataban de adivinar lo que esta traería a la muy fiel ciudad Francisco de Quito.

Repentinamente un lejano ¡Viva nuestro amo el rey! Sacudía como golpe eléctrico a la multitud, oíace ludir contra la empedrado las largas espalda de los Hidalgos se veía quitarse los grandes sombreros y levantarse todos de puntillas para distinguir la gran mula ataviada con esquilas y cencerros y conductora de los pliegos.

He aquí un placer tardío pero que tenía el mérito de serlo y que daba aza por muchos días a la conversación de los felices españoles-quiteños.

Fuera de este regocijo nuestros abuelos no conocían sino frecuentes procesiones, corridas de toros 2 veces al mes, increíbles cenas todas las noches y murmuraciones a todas horas.

Hay documentos que aseveran que los quiteños eran en esos tiempos, muy aficionados a las calumnias, los sucesos efectivos eran pocos y era menester inventarlos, tanto más cuando se aseguraba también que a los buenos de los quiteños no les faltaba ingenio y les sobraba inventiva.

Tomado del Libro: Quito, Tradiciones, Testimonios y Nostalgia. Copilado por Edgar Freire Rubio.

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Cosas de su Ilustrísima (Segunda Parte)

Una de las figuras más curiosas y originales de la época colonial, es ciertamente la del Ilustrísimo señor Don José Pérez Calama, obispo de Quito.

Aparte de su talento algo escaso tenía una facilidad inaudita de conferir las órdenes sagradas a cualquier pela gato que la solicitara.

Era familiar del obispo un joven clérigo de esos de mucha sal, la iglesia celebraba la Iglesia de San José llovían en el palacio los regalos de su ilustrísima, que tenía la costumbre de no admitir nada y mientras el perlado recibía los visitantes, el familiar del obispo iba despachando los regalos al hospital.

El presidente de la Real Audiencia también había venido a cumplimentar al obispo ya se despedía su excelencia de su ilustrísimo, los oidores que habían acompañado al presidente se despedían igualmente y todos aquellos personajes que salían juntos.

El grupo se encontraba en las galerías del palacio al tiempo que entraban al patio, 4 burros cargados con chucherías que algún hacendado mandaba al obispo Calama.

El joven Clérigo al ver a los burros y se puso a dar voces todo fue uno “Saca a esos burros de aquí, date prisa por Dios, no los ordenes su ilustrísima” la burla no podía ser más cruel, al obispo que le salían canas verdes, al verse criticado ante los personajes de la ciudad que no podían contener la risa con el donaire del pariente y la turbación del pobre obispo.

El prelado relajaría a palos a su familiar, pues no. Tuvo la heroicidad de perdonar al atrevido pero no perdono al goloso que había metido la mano en un plato de arroz con leche que le habían mandado unas monjitas, en esto de los regalos era inflexible.

Tomado del Libro: Quito, Tradiciones, Testimonios y Nostalgia. Copilado por Edgar Freire Rubio.

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Dulces

Aun paso del “Palacio de Carondelet” está el Monasterio, se debe cruzar una calla y se llega al silencio.

La madre “Cortina del Altar de los Ángeles”, solía escaparse al coro de la iglesia para espiar por una abertura que daba a la calle, justo al pie de la Virgen del Buen Suceso, para mirar hasta debía retirar el manto azul de la imagen, cosa que se convirtió en un penoso pecadillo.

El punto de vista era tan alto, que de la gente apenas se podía ver cabellos, sombreros y charoles cubiertos con manteles floreados.

La vida de la madre Cortina, transcurría entre la oración los oficios del coro, el arreglo del altar mayor de la iglesia y el trabajo en la cocina. En la cocina el trabajo era duro aunque el lugar era el más alegre del Convento.

Las monjas ancianas eran pacientes por obligación pues debían enseñar la repostería, confitería y dulcería a las jóvenes.

Solo la madre encargada oficialmente de la cocina, pronunciaba los nombres al momento de las entregas en el torno miñones, polvorones, huevos de faltriquera, huevos molles, delicados, cocados, suspiros, besos de novia, aplanchados, costras empañadas de cambray, rosquetes, chancletas, habillas, alfajores, turrones, huevos enconfitados y yemas délficas, todos los problemas comenzaban cuando llamaban al rezo del coro, los hornos quemaban las composiciones, las claras se bajaban, las yemas se castraban, los almibares se pasaban, el demonio con sus alas de hojalata se apoderaba de la cocina.

Después de tantos años, pensaba que pudo haber caído en el pecado de la inconformidad, aun cuando la Madre Cortina había perdido la cuenta de la edad, todavía en cierta partes se escapaba al coro y espiaba por la abertura a la gente de la calle, aunque el punto de vista era tan alto que solo permitía ver cabellos, sombreros y charoles cubiertos con plásticos rojos y azules.

Por Julio Pasos.

Tomado del Libro: Quito, Tradiciones, Testimonios y Nostalgia. Copilado por Edgar Freire Rubio.

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El Chullismo Quiteño

Cuando Quito era aun una ciudad redondeada por las murallas naturales de sus colinas, ya florecía una picaresca espontanea bulliciosa, ingeniosa, entretenida y burlona que por paródico que parezca descendía desde los barrios bajos, situadas en las altas laderas del Pichincha y en las más asequibles del Hichimbia, el Aguarico, San Juan o la Tola.

Flor de sana siente picaresca seria el chulla quiteño, quiteño por nacimiento o adopción pero por sobre todo por su poder de adaptación a su estilo de vida y costumbres locales, a su callejera filosofía y su desplante retador y desparpajado, alardeaba de futre, de pisaverde o currutaco con polainas de segunda a mejor disimular sus calcetines remendados y sus tacones retorcidos de tanto bailar, suelto en las tulas de arroz quebrado.

Vivía el chulla quieto del acaso, del expediente cotidiano, inalterable en el buen humor, dispuesto siempre a la chance y al jolgorio, solidario en las duras, y solícito en las maduras con la colilla en el rincón del labio que solo la desprendía para silbar, el silbido era como una estampilla de marca, identificador y orientador en las noches, como pito de alarma para pedir refuerzos o seña convenida para reagrupar a los rezagados.

Chullerio o Chullismo derivaron en la palabra “Chulla” mejor aun de la quiteñísima y grafica expresión quizá del siglo XIX.

Chulla leva sin cale, que da un redondo significado de lo que pretende expresar, sujeto de clase media que no posee más de una chaqueta o leva y no porta consigo ni un cale, lo cual lo convierte en símbolo de pobretería que se trata de disimular con un penoso alarde.

Tomado del Libro: Quito, Tradiciones, Testimonios y Nostalgia. Copilado por Edgar Freire Rubio.

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La Campana de la Merced (Primera Parte)

La Torre de la Basílica de la Merced, la más alta de los templos levantados en la Colonia mide 54 metros de altura, compuesta de 3 cuerpos tiene 6 campanas destacándose por su enormidad la que fue consagrada con el título de “Nuestra Madre”, mide 2 metros de alto, un radio de 1 metro 20 centímetros, un peso de 500 arrobas y su badajo 2 quintales, habiéndose terminado la estructura de la Basílica, el padre José Portillo en su calidad de provincial, convocó a la comunidad para solicitar la cooperación de los religiosos, para fundir una campana correspondiente a las proporciones del magnífico templo, todos aprobaron la propuesta, empleándose en la fundición oro, plata y bronce, cuya liga produjo el profundo y soléeme sonido que Quito escucho más de un siglo y medio.

El crisol para la fundación, fue colocado al pie de la torre, dentro del templo. Según asegura la tradición a fin de poder subirla sin mayor dificultad al sitio que hasta hoy ocupa dentro de la torre.

El 23 de 1737, víspera de las fiestas de nuestra Señora de la Merced, concurrió el obispo Sancho de Andrade, para bendecirla y consagrarla.

Sobre la superficie exterior y en letras de relieve se lee “Acabose el año de 1737” siendo provincial Fray José Portillo, la dio el maestro Fray Francisco Xavier Enriques, la hizo el maestro Don Francisco Anaya, dedícasela a nuestra madre de la Merced a su hijo santísimo, a San Pedro Onolasco, Sactus Deu, Sactus Fortis, Santus Inmortaliz, Miserinovis.

Tomado del Libro: Quito, Tradiciones, Testimonios y Nostalgia. Copilado por Edgar Freire Rubio.

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La Campana de la Merced (Segunda Parte)

Es muy interesante investigar como subieron una campana de 500 arrobas de peso, a la altura de 54 metros, dicha campana por su enormidad fue consagrada con el nombre de “Nuestra Madre”.

En los diversos legajos del archivo histórico de la Merced, hay anotaciones de mínimos detalles de la vida conventual, sin embargo no se haya en ella los métodos, quienes la subieron, en cuanto tiempo y en qué fecha de replico por primera vez la formidable campana.

Existe varias versiones que ninguna de ellas satisface, queda abierta la investigación sobre este tema.

En 1737 fue colocada la campana en el penúltimo cuerpo ,de las torres estuvo suspendidas de dos formidables tallos de madera incorruptible, como es el árbol de motilón, atada por varios centenares de metros de cabestro de cuero de res, pero en noviembre de 1932 cambiaron las robustas vigas de madera por dos rieles de acero sujetando la campana con cables de acero.

Cuando el caudillo liberalismo entraba triunfante a Quito, que las tropas enloquecidas por el fervor de la victoria cometieron varios desmanes, gobernaron en aquel tiempo la Provincia Mercedaria del Ecuador, el padre Pedro Armegón Venezuela de nacionalidad extranjera y en su calidad de extranjero opuso resistencia a los soldados, estos atropellando y rompiendo las piedras de del Convento penetraron hasta la torre y echaron al vuelo el colosal barajo.

10 soldados se apoderaron del campanario y replicaron con tal violencia, que los bruscos golpes cuartearon la gran campana.

Tomado del Libro: Quito, Tradiciones, Testimonios y Nostalgia. Copilado por Edgar Freire Rubio.

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La Campana de la Merced (Tercera Parte)

Respecto a la gran campana de la Merced, el historiador Federico Gonzalo Suárez dice: “Entre los adornos de los templos de Quito, no podemos menos que recordar las enormes campanas tan sonoras, tan musicales, ninguna lo era tanto como el de la Merced, recientemente echada a perder, por consecuencia de nuestras guerras civiles”.

Hoy la gran campana cuyos sonidos graves y majestuosos que tanto contribuía a aumentar la solemnidad de las fiestas católicas de la capital, esta casi muda.

Cuando la gran campana no había sufrido su resquebrajadura, su sonido se difundia en un área de 5 lenguas es decir podían perfectamente oír sus re quinqués, hasta el Quinche por el norte y hasta Tambillo por el Sur, sin duda las técnicas que se emplearon en la fundición de los metales como el oro y la plata, donde prevalecía el oro, producía sonidos tan latentes y profundos, mas la rajadura disminuyo notablemente los sonidos, en el afán de conservar esta reliquia colonial la comunidad Mercedaria intento salvar su campana sin suerte, en diciembre de 1932.

En la actualidad la campana presenta una grieta profunda que va poco a poco ganando magnitud al extremo de extenderse hasta la parte mas alta de la acampana y descender la rotura al otro lado poniendo en peligro un desprendimiento de un enorme pedazo roto, a pesar de todo la gran campana de la Merced sigue siendo la mejor y la mas grande que hay en Quito y aun canta en las fiestas clásicas de la orden o en las novenas de nuestra Señora del Terremoto.

Tomado del Libro: Quito, Tradiciones, Testimonios y Nostalgia. Copilado por Edgar Freire Rubio.

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Los Inicios del Futbol Quiteño (Segunda Parte)

El 10 de Agosto de 1912, se realiza el primer encuentro oficial del futbol regional de Guayaquil – Quito, vence el cuadro guayaquileño al Esportul Quito por 4 a 0, en la reseña del juego el Comercio dice:

Con inmensa satisfacción oímos como el pueblo de Quito de los jóvenes y niñas que habían acudido al Ejido vivaban a los guayaquileños, vivas que fueron contestadas por los quiteños ahí presentes, el marcador era lógico los entusiastas del Quito no conocían técnica, carecían de nociones del juego, mientras los rivales de Guayaquil, educados en su mayoría en Europa sabían mucho de futbol, solo una intuición les enviaba a los locales circunstancias especiales le obligaron al inglés míster Haton que arbitro el encuentro, a detenerse en la ciudad y voluntariamente, ofreció sus servicios para adiestras a los futbolistas quiteños, entonces los deportistas de los clubes establecidos conocieron cosas que ni sospechaban, el futbol es un juego en conjunto, es necesario jugar con los compañeros.

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Modus vivendi celebrado entre Ecuador y la Santa Cede

Una ceremonia que tuvo repercusión en la época fue la firma del modus vivendi entre el Ecuador y el Vaticano y El Comercio daba cuenta así: trascendental ceremonia de la firma del convenio se realizo en los salones de la cancillería, el acto de la firma del modus vivendi celebrado entre la iglesia y el estado se llevo a cabo ayer en el salón de despacho del señor ministro de relaciones exteriores, habían concurrido a los salones de la cancillería el señor ministro de relaciones exteriores don Carlos Manuel Larrea, excelentísimo señor Fernando Sento, nuncio apostólico en Lima delegado del vaticano, señor ministro de los Estados Unidos y señora de Gonzales, entre otras autoridades y los representantes del diario El Comercio de Quito, El Telégrafo y el Universo de Guayaquil, a las 11 en punto en el despacho del ministro se procedió a firmar por duplicado el importante documento, el señor Canciller de la República dio lectura a todas las clausulas del modus vivendi, por su parte el padre Izurieta dio lectura al cable grama enviado por el Cardenal Pazeli, secretario de Estado del Vaticano. Delegaba monseñor Sento Nuncio apostolice en Lima delegado especial en representación del Vaticano para que pueda subscribirlo así como el acta de convenio adicional, por su parte el señor subsecretario de relaciones exteriores da lectura al decreto del señor encargado del mando Don Federico Páez, por el cual, el gobierno del Ecuador delegaba al canciller de la República para firmar del Modus Vivendi

Tomado del diario El Comercio del 25 de julio de 1937

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Personajes históricos de San Diego, Francisco Atahualpa

El más importante de los hijos de Atahualpa en la región de Quito fue Tupa Tauchi más conocido como Francisco Atahualpa quien llevaba el titulo de auqui, quien estuvo con su padre en Cajamarca de ahí, Atahualpa lo envió a Quito con la custodia de 4000 indios previendo la llegada de los españoles, pero tanto el cómo varios de los hijos de Atahualpa pasaron a la custodia de Rumiñahui y posteriormente cayeron en poder de Benalcazar. En el convento franciscano recibió educación de Fray Jodoco Rique y fue bautizado por él con el nombre de Francisco, tenia los privilegios de vecino y encomendero y entre varias propiedades tenia doce cuadras de terreno hacia el Pichincha, pertenecientes hoy día al barrio de San Diego y La Hermita, siendo por tanto uno de los primeros vecinos del actual barrio de San Diego, levanto sus casas en ese sector cruzando la antigua quebrada de Ullaguambayacu la actual avenida 24 de mayo. Así como el auqui gozaba de varios privilegios, también debía cumplir con los deberes que su estatus le exigía. En 1554 fue nombrado capitán para dirigir a las tropas aborígenes que aplacarían la rebelión de algunas encomiendas de Imbabura y ocupo el cargo de director de trabajos públicos en Quito, muestra de que don Francisco Atahualpa pertenecía a la alta sociedad fue la ericción de una capilla consagrada a Santa Catalina en San Francisco, donando el y sus familiares varios dineros provenientes de sus propiedades. Tras su muerte en 1583 su hijo Don Alonso heredo el patronazgo de la capilla.

Tomado del libro “San Diego Memoria histórica y cultura”

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Personajes históricos de San Diego: Fray Manuel de Almeida

Manuel de Almeida quien protagonizaría la conocida leyenda del padre Almeida fue uno de los personajes más celebres de San Diego en el siglo XVII. Natural de Quito nació en el año de 1646, es muy difícil confirmar en base a las evidencias históricas que el padre Almeida haya sido una jugador empedernido y un vividor, estos calificativos, y la misma leyenda han sido el producto de la tradición oral. lo que si se ha podido corroborar a través de los documentos es que en la Recoleta de San Diego por esa época se dictaron varios capítulos en los que se determinaban las reglas que los religiosos de la recolección de San Diego debían cumplir so pena de ser castigados, la salida de los internos únicamente con la licencia del guardián. La creación de una cárcel disciplinaria y que ningún religioso tenga platica formal y por espacio de tres credos con mujeres ni hombres. La implantación de varias de esas normas dio lugar a que varios escritores se interesaran en recoger la vida y decoraran literalmente la leyenda del padre Almeida. Desde finales del siglo XIX el franciscano Francisco Compte fue el primero en hacer mención del padre Almeida hacia 1885 y el primero en escribir la legendaria frase “hasta la vuelta señor” que fue lo que dijo el padre Almeida para llevar una vida de asceta hasta sus últimos días al terminar el último periodo de su cargo como guardián de San Diego, hasta finales del siglo XIX se conservaron sus restos en el convento hasta que se confundieron con los de otros difuntos.

Tomado del libro “San Diego Memoria histórica y cultural”

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Personajes históricos de San Diego: Mateo Inca Yupanqui

Su nombre prehispánico fue Inga Yupanqui hijo de Capac Yupanqui, sobrino de Túpac Inga Yupanqui y según algunos testigos de la época hermano de Atahualpa, aunque este dato no se ha podido confirmar, en todo caso se sabe que perteneció a la nobleza inca. El auqui Yupanqui príncipe cusqueño nació y residió en Quito, donde su padre ocupo un cargo importante en el gobierno inca. Atahualpa le designo su capital en merito a que era su pariente muy cercano. Cuando los españoles capturaron a Atahualpa, el inca Yupanqui fue apresado pero pudo huir de sus captores hacia Chimbo junto a Quis Quis con quien participo en algunas batallas contra los españoles hasta que finalmente acepto el dominio europeo. En el bautismo recibió el nombre de Mateo Inga Yupanqui. Don Mateo y su esposa fueron uno de los primeros vecinos del actual barrio San Diego pues se conoce que poseían una propiedad situada hacia el Pichincha. La alta alcurnia de Mateo Yupanqui se evidenciaba en su designación como alguacil mayor de los naturales en 1560, por este cargo recibiría un salario de 100 pesos de oro y su principal función sería la de colaborar en la campaña de adoctrinamiento católico y en la administración de justicia a los indígenas solamente. A pesar de ostentar una alta posición social muchas veces tuvo que ir a la cárcel por deudas no cumplidas, un aumento posterior a 200 pesos anuales le permitiría transcurrir los años postreros de su existencia con la decencia que tanto reclamaba

Tomado del libro “San Diego memoria histórica y cultural”

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Quiteños ilustres: Luis Napoleón Dilon

Economista nacido en Quito el 25 de agosto de 1875 fue también periodista, escritor de cuentos y tradiciones, banquero y hombre público sobresaliente, de grandes capacidades, entre 1900 y 1991 desempeño la secretaria de la cámara del senado y en el primer gobierno placista ejerció la subsecretaria del ministerio de hacienda y luego fue nombrado cónsul general en Hamburgo. Con tal finalidad viajo a Europa y se posesiono del cargo, pero al enterarse de los graves sucesos promovidos contra los estudiantes el 25 de abril de 1907 se solidarizo con la juventud capitalina y renuncio. En 1912 ocupó el ministerio de educación, en 1916 formo parte del consejo cantonal de Quito, en 1919 fundó la cámara de comercio y la caja de préstamos y construcciones que después se transformaría en el Banco de Préstamos. En 1922 fue designado presidente de la cámara de comercio y comenzó a publicar una serie de artículos sobre la dictadura del banco comercial y agrícola de Guayaquil. Luego del movimiento armado del 9 de julio en 1925, Dilon desempeño la cartera de hacienda reformando leyes tributarias que todos aplaudían hasta el día que hizo público su proyecto de fundación de una “caja central”. Entonces todos los bancos de emisión acusaron a Dilon de regionalista y enemigo de Guayaquil y consiguieron el nombramiento de otra junta de gobierno, pero el impulso dado por Dilon al movimiento reformista fue tal que esta junta tuvo que crear en mayo de 1926 la “caja central de emisión y amortización” transformada luego en el “Banco Central”.

Tomado del libro “la gente ilustre de Quito” de Miguel Ángel Puga

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Quiteños ilustres: Roberto Cruz

Notable educacionista quiteño nacido en 1860 vivió en la calle Maldonado cerca del puente de los Gallinazos. Sirvió a su terruño por el lapso de 25 años. Hasta 1881 existía solo una escuela municipal, la llamada de San Agustin que funcionaba en una sección del convento de los agustinianos, en ese año había sido nombrado como director el joven Roberto Cruz Padilla. La escuela se traslado en octubre de 1884 a otro lugar y Cruz le puso el nombre de “Sucre”. En 1898 el municipio de Quito sostenía tres escuelas, en ese año el doctor Manuel Jijón Bello, medico de higiene y salubridad informo al congreso sobre ciertas fallas de las escuelas quiteñas, se exceptuaba de ese sistema defectuoso la escuela dirigida por Cruz y decía: “en la única escuela que con placer he visto inaugurada tal enseñanza de gimnasia es en la municipal regentada por el señor Roberto Cruz, quien instruye y divierte a los niños siguiendo las indicaciones de un manual de gimnasia editado en Paris”. En 1909 Celiano Monje fundo con Roberto Cruz la primera revista artística que hubo en el país “La Ilustración Ecuatoriana” Cruz publico nociones básicas de geometría elemental, ejercicios sobre el mapamundi o nociones de ortografía, entre otras obras. Roberto Cruz era además comerciante, su librería y papelería estaba en el portal arzobispal, allí se podía encontrar libros nuevos y usados. Cruz era pequeño y delgado, se cuenta anedoticamente que debido a su pequeña estatura aun queda en Quito el dicho de “estar a la altura de Roberto Cruz”

Tomado del libro “la gente ilustre de Quito” de Miguel Ángel Puga

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Un accidente aviatorio en 1930

El diario El Comercio en la edición de 6 de julio de 1930 da cuenta de un accidente aviatorio ocurrido en la víspera bajo el titular “El desastre aviatorio de ayer” dice después de efectuar las evoluciones sobre la cima de la libertad regresaban los tres aparatos en dirección al campo de Iñaquito, el primero que se adelanto fue el aparato colombiano Ricaurte, le seguían de cerca el R2 piloteado por el capitán Renela y el R1 por el capitán Vélez, llevando como pasajero al edecán del Presidente. El primero que aterrizo fue el avión colombiano sin ninguna novedad, pero el público se precipito para ver el desembarco del piloto, circunstancia que imposibilito al aparato del capital Renela a aterrizar viéndose obligado a permanecer en el aire hasta que se despejara el campo, en esta situación llego también el R1 piloteado por el capital Vélez, como se viera imposibilitado de aterrizar tomo a unos 20 metros de elevación hacia el occidente sobre el carretero, pero como iba a chocar con unos árboles descendió de proa clavándose sobre las tapias de un pequeño terreno que esta situado frente a la entrada del campo aviatorio de Iñaquito. Otra versión indica que el capitán Vélez no pudiendo aterrizar por el gentío tomo hacia el occidente y cuando quiso mover las palancas del comando ya no obedecían, pues el edecán se desmayo sobre ellas. El capitán Vélez apago el motor para evitar un incendio y se precipito sobre el terreno quedando el piloto y el pasajero sobre los escombros del avión que con el choque se destrozo completamente.

Tomado del Diario El Comercio del 6 de julio de 1930

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Una formación especial: el siglo XVII

El 3 de mayo de 1605 mediante una cedula real, el rey consultaba a la audiencia si acaso convendría vender las tierras de Añaquito el 15 de septiembre de 1606. El seminario de San Luis vendió su estancia de Añaquito y la capellanía anexa, nombrándose patrono del mismo al obispo. El 2 de mayo de 1612 el cabildo conoce la solicitud de cuatro vecinos de la ciudad quienes dicen que el día 3 de mayo desean hacer una procesión y construir además un calvario con su humilladero en la hermita de santa cruz, el Cabildo en su sesión dice que efectivamente hay un humilladero en la plazoleta de Santa Prisca situado en la actual 10 de agosto. En marzo de 1913 el cabildo ordeno que el nuevo corregidor Don Francisco Maldonado de Mendoza, natural de Santa Fe de Bogotá, hiciera una última parada en Añaquito antes de entrar solemnemente en la ciudad. En 1629 Santa Prisca había sido ya parroquilizada en forma oficial siendo la séptima de la ciudad, para lo cual a San Blas se la había dividido en dos, es la base de la actual inmensa parroquia de Benalcazar una de las más grandes de la ciudad. En la relación del presidente del Quito de aquel año consta que estaba extramuros de la ciudad y que junto a San Marcos, eran las más pobres de la misma pues solo rendían cada una 400 pesos al año, es decir un peso al día.

Tomado de “la historia de nuestro viejo Ejido” de Fernando Noboa

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Una noche en el mayo 68

El 24 mil palabras mereció su apodo por la increíble velocidad para expresarse verbalmente, el 24mil era un quiteño de cepa, era un vagabundo de las calles de la ciudad, medio caballero errante y libre, la velocidad con las que el 24 mil palabras se expresaba era para contar anécdotas amables, una de ellas le sucedió en ese bar de bohemios trasnochados el mayo 68. Marquen sus orígenes fue conocido con el nombre de “problemas del mundo contemporáneo” la noche de este relato el 24 mil se coló a una mesa de tertulia y ron en el mayo 68 entre los personajes de la mesa estaba un señor Carcelén sin participar directamente en la conversación el 24 mil decía de rato en rato ”Carcelén es genial, Carcelén es brutal, Carcelén es lo máximo”, a lo que el Carcelén callaba restándole importancia a lo que podría suponerse inexplicables elogios, de modo sorpresivo el 24 mil solo lo que evidenciaba su incapacidad para el adulo o la marrullería. –Veras- le dijo –no creerás que me refiero a vos, estoy hablando del barrio Carcelén” eso dio lugar a un desafío de salir del lugar y fajarse a trompadas, ya en la calle el 24 mil le dijo “haber, ven” mientras se sacaba el cinturón para recibirlo a hebillazo limpio, en esas circunstancias se le cayeron los pantalones dejando ver unos calzoncillos floreados, multicolores y medio rotos siendo motivo de las carcajadas de todos los presentes. El 24 mil quedo en la calle, solo medio desnudo y sin palabras.

Tomado del libro “El quiteño que no pudo vender su alma al diablo” de Jaime Muñoz Mantilla

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Sucesos en Quito en 1737 segunda parte

Los capitulares acordaron sacar a pregón y remate las tierras vacuas, el Marqués de Solanda corregidor y justicia mayor expuso al cabildo que el virrey de Perú ha autorizado que Guayaquil, Cuenca y Loja no saquen ganado para vender a Quito, lo que ha producido escases de carne en esta ciudad, entonces el asesor del Cabildo envió una carta al Virrey para que revea dicha disposición y escribió también cartas a los cabildos de Cali, Buga y Popayán, para que proveen a de ganado a Quito, se designo sobre estante para que entiendan la reparación del camino a Machachi. Una real cédula manda que contribuyan Quito y sus villas y haciendas con cincuenta mil pesos para la refacción del palacio de su Majestad en Madrid y con la intervención del Virrey y de la Real Audiencia el Cabildo dispone que el comercio contribuya con cuatro mil pesos y los hacendados con diez mil pesos. El presidente de la Audiencia tuvo disgustos con los marinos españoles Antonio de Ulloa y Jorge Juan porque Ulloa hirió a quienes iban a aprenderlo por Orden Presidencial debido a insolencias en contra de esa autoridad los marinos se refugiaron en el convento de los jesuitas. Elevado el asunto en conocimiento del virrey y del Consejo de Indias terminó por desvanecerse según La Condamine quien dice que casi todos los mestizos y negros portaban puñales sin que pase semana en que no cometiesen asesinatos como el del Alcalde de Riobamba Antonio Dávalos.

Tomada del Libro de Historias y Leyendas de Quito de José María Jaramillo

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Sucesos en Quito en la segunda década del siglo XX

En 1912 se dispone la construcción del Palacio de Correos detrás del Palacio de gobierno Cosmerenega es enviado a Italia para realizar estudios aviatorios. En 1913 se inaugura el parque de la Alameda y el Liceo Fernández Madrid en aquel año existían ochenta policías Municipales en Quito y se funda el diario El Día. En 1914 la empresa privada estableció el servicio de tranvías y se funda la fábrica de tejidos La Victoria, se inaugura el Teatro Variedades, se repara y reconstruye la Universidad Central, se inaugura el Teatro Edén en el pasaje Royal, se aumenta en 200 quilovatios la planta eléctrica en Guangopolo, se inicia la construcción de la escuela Modelo Espejo, comenzando a funcionar dicha escuela en el antiguo colegio Mejía en las calles Olmedo y Benalcazar. El presidente Baquerizo Moreno a partir del año 1916 u hasta 1920 inauguro la planta de teléfonos Magneto, inauguro el servicio de telecomunicaciones entre Quito y Guayaquill, se exhuman los restos del prócer Carlos Montufar y se los trasladan a la Catedral, se conformo la empresa nacional de telégrafos y se estableció la estación de Ferrocarriles en Chimbacalle. Comenzaron las transmisiones de radio y las exhibiciones de vistas o cinema en los teatros: Variedades, Sucre y Edén. Aterrizó en La Carolina el avión Telégrafo Uno piloteado por Elia LLut creándose la escuela de aviación por decreto de 27 de octubre de 1920, en ese tiempo algunas casas de Quito estaban provistas de retretes y baños con inodoros.

Tomada del Libro de Historias y Leyendas de Quito de José María Jaramillo

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Bailes y Carnavales en San Diego.

El juego del carnaval fue una de las tradiciones en el barrio, en especial de las calles Padre Alemeida, Carabobo y Marañon, el carnaval era de todos contra todos. La calle Almeida se caracterizaba porque en ella vivían muchos guarandeños quienes discutieron el juego entre todos los jóvenes, los cascarones de cera se llenaban con anilina para las enemigas o perfume para las enamoradas. Los muchachos recorrían el barrio mojando a los vecinos y transeúntes, nadie salía enojado pero si empapado y con la cara pintada de harina huevos y otras especies después de mojarse. En algunas casas se ofrecían baile con agua de canela y galletas y era allí donde sucedían los enamoramientos. Para los festejos de la ciudad en el mes de diciembre el equipo de futbol Francia conseguía auspicios para costear una orquesta. La noche del 5 de diciembre se realizaba el baile popular y el 6 se organizaba una yincana a la que se conocía como mañana deportiva muchos recuerda que la señora Ortiz solía ofrecer un puerco entero con papas y chicha. A la tarde se hacia la tradicional carrera de burros, los burros se alquilaban a un sucre en la Magdalena. De 10 a 12 burros corriendo desordenadamente se podían ver desde la parte superior de la calle Bahía y Marañón era todo un espectáculo cuando el burro frenaba y el jinete salía volando y caía dentro de las casas o locales, todo esto, en San Diego.

Tomado del libro San Diego memoria historia y cultura.

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Un paracaidista en el hipódromo

Un acontecimiento original da cuenta el titular del diario el comercio de noviembre de 1953 que dice” Manuel Rojo del Río se lanzó ayer en paracaídas” y un subtitulo dice “ante 15mil espectadores ansiosos se lanzo sobre el hipódromo ayer a las 11y23 am” la noticia sigue “el paracaidista venezolano Manuel Rojo del Río de acuerdo a su ofrecimiento y a lo programado se lanzo ayer sobre quito sobre un transporte de la FAE cayó como lo había fijado en el hipódromo de la Carolina en el cual se habían dado cita alrededor de 15 mil personas para presenciar el lanzamiento en paracaídas, cosa verificada en Quito tan solo por el italiano Rem hace más de 25 años. En el hipódromo llamo la atención la cantidad de gente que se había dado cita allí, era la primera ocasión que nuestro hipódromo presentaba un espectáculo tan agradable como es el de la presencia de inmensas muchedumbre que se mueven constantemente en busca de una mejor colocación. Mientras se desarrollaban las carreras programadas en micrófonos anunciaban que luego de unos minutos aparecería el avión que traía al paracaidista, le emoción aumento cuando un transporte de la FAE apareció pudiéndose observar que su puerta había sido retirada quedando un vacio, aquel público no lo perdía de vista, luego de varias evoluciones sobre el espectáculo a las 11y23 se produjo el lanzamiento del paracaidista y 23 segundos más tarde tomaba tierra entre las ovaciones de los asistentes.

Tomado del Diario el comercio 4 de noviembre de 1953

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Arribo del primer avión de la Panamericana Quito

Según la noticia publicada del 27 de agosto de 1929 el avión vino desde Lima con escala en Guayaquil, ciudad desde la decolo a las 7y45 de la mañana piloteado por Harold Harz vicepresidente de la Panamerican y llevando al aviador ecuatoriano Cosme Renela. El itinerario trazado fue Guayaquil, Babahoyo, Zapotal, Angamarca, Latacunga y Quito. A las seis de la mañana de ese día fue enviada una escolta militar al campo de aviación de Iñaquito, con objeto de ordenar algunos detalles para el aterrizaje del Ferchair desde las 7 de la mañana con los anuncios que habían circulado en la ciudad muchísimas personas comenzaron a trasladarse a Iñaquito y las calles del centro ofrecían un hermoso espectáculo de animación. El avión tripulado por el señor Harz y el capital Renela apareció a las 10 de la mañana por el lado sur de Quito despertando la atención de todos los pobladores con el ruido poderoso de su hélice al efectuar varias evoluciones sobre la ciudad, llegado el avión al campo de Iñaquito el piloto efectuó varias evoluciones hasta conocer el terreno y orientarse con seguridad aterrizando felizmente en medio de las aclamaciones del público. Los señores vicepresidente de la Panamerican, el señor Harz y el capital Cosme Renela fueron saludados y felicitados cordialmente por los señores ministro de guerra, marina y aviación Coronel Carlos A. Guerrero y el inspector del ejercito el General Ángel Isaac Chiriboga

Tomado del diario El Comercio del 27 de agosto de 1929

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El incendio de la Universidad

En noviembre de 1929 el comercio publicaba lo siguiente:“es inapreciable la perdida que ha sufrido Quito con la destrucción de la Universidad Central, en donde se habían reconcentrado los valores en Ciencias, los documentos conservados a través de los siglos y cuanto hay de apreciable para la civilización. Como todos los años se celebraba con petardos y rastreros la fiesta de ánimas en el sagrario o capilla mayor situada al frente del edificio universitario parece que un globo que elevaron cayo encendido en la cubierta de la Universidad y pronto el fuego invadió el último piso en el lado que da a la calle García Moreno donde se encontraba el museo arqueológico con objetos únicos como un arcón con objetos incásicos de oro como ídolos y mascarones, colecciones botánicas, el laboratorio de química con costosos y modernos implementos que aun estaban encajonados, la biblioteca técnica, allí también estaba el gasómetro traído por García Moreno y que se conservaba flamante por más de 50 años y muchos otros tesoros científicos, una de las pérdidas que nunca podrá reponerse es la del mastodonte que representaba uno de los hallazgos más estimables para la ciencia y que estaba en la misma actitud que se lo descubrió en Alangasí. Tropa de todas las unidades y algunos artesanos subieron a cubierta a trabajar abnegadamente, el pueblo y el ejército desde el internado del colegio San Gabriel en in interminable cordón iban pasando de mano en mano hasta la cubierta cubos de agua para combatir el fuego hasta que después de varias horas lograron apagar el incendio.

Tomado del diario el comercio del 10 de noviembre de 1929

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El monumento al libertador

El diario el comercio en 1923 publico la siguiente crónica: “al fin va a ser realidad el proyecto del monumento en Quito a padre de la libertad sudamericana, es una deuda cuya falta de cumplimiento debió más de una vez avergonzarnos ya que la gratitud de esta ciudad al libertador debió estar en relación con las deferencias y cariños que la profeso. Casi no hay capital en Sudamérica que no le hubiese con el tiempo levantado la ofrenda de su reconocimiento al genio que la providencia deparo en oportuna hora para la conquista de la libertad de América, solo el Ecuador ha postergado por casi una centuria la ofrenda espontanea que sus hijos hicieron el día siguiente de su liberación, pero en fin, parece que hoy se trata de una enmienda. El congreso de 1923 ordenará cumplir esa promesa en el menor tiempo posible y para ello dictaría una ley firme que se provea de los necesarios fondos para llevar a ejecución el proyecto, para ello se haría necesario que en la ley se estatuyera un impuesto patriótico que la hiciera factible, el impuesto por otra parte no encierra siquiera el significado de obligación establecida a quien no desea pagar, sino en nuestro concepto es un modo de recolección de fondos que todos están dispuestos a dar y que si no lo han hecho antes es porque nadie se ha acercado a reclamarlos, quien en efecto osaría en negar su óbolo de gratitud al libertador.

Tomado del diario el comercio del 15 de septiembre de 1923

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El sanatorio Rocafuerte de Quito

Fue en la época de la presidencia de Eloy Alfaro que se planificaron las obras del sanatorio aunque la idea venia de algunos años atrás la junta de beneficencia Olmedo comienza la construcción del sanatorio Rocafuerte el 7 de mayo de 1900, se trata de un edificio de gran magnitud localizado en el costado occidental de la Alameda, entonces en la apartada periferia de Quito. En la cercanía del sanatorio se construye la basílica del voto Nacional que conjuntamente con el Seminario Menor y el observatorio astronómico constituían importantes hitos arquitectónicos. Los planos iniciales del sanatorio fueron realizados por el arquitecto Francisco Smith y en julio de 1903 se inauguraron dos pabellones. La inestabilidad política de la época es causa para que mas de una vez queden abandonadas varias obras publicas. la junta de beneficencia Olmedo en 1906 pide un informe técnico a Lorenzo Durini sobre los problemas aparecidos en el sanatorio, Durini plantea separar el edificio en su parte posterior que da hacia el cerro y presenta un proyecto con estructuras metálicas y con cubiertas de yerro galvanizado. Muerto Lorenzo Durini su hijo Francisco que estaba sólidamente capacitado ya que tenia estudios sobre sanatorios modernos europeos se encarga de la construcción del edificio como Director General de Obras del Sanatorio Rocafuerte hasta 1913 para dar cumplimiento al contrato que fuera firmado por su padre ya fallecido. El edificio años después se transformaría en arsenal de guerra, cuartel militar y terminaría como Hospital Militar.

Tomado del Libro” Quito Tradiciones, testimonio y nostalgia” copilado por Edgar Freire Rubio.

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Acontecimientos en la época gran colombiana

El 20 de agosto de 1824 un congreso gran colombiano declaro benemérito al pueblo de Quito porque tuvo la indisputable gloria de haber dado a la América del sur el ejemplo luminoso de sacudir heroicamente el yugo español referencia al 10 de agosto de 1809 declaración que dio lugar a un ruidoso y solemne pase cívico por la ciudad con acompañamiento de música e iluminarias en la noche, los diputados Quiteños a ese congreso adoptaron una franca posición federalista en contra del centralismo de Santander, la política liberal de este referente en la tributación indígena y a la política libre cambista comenzaba a afectar la industria quiteña para favorecer el desarrollo de la exportación colombiana. En 1824 estallaron conflictos en Quito con el propósito de alejar al obispo español y a los belicosos cabildantes anti colombianos que intentaban según se decía un golpe militar autonomista. En 1825 existían cuatro boticas en Quito y tres clínicos, siendo estos: Juan Manuel de la Gala, Victorino Blandín, y Cayetano Uribe, siendo los dos primeros profesores de medicina de la ciudad. en el periodo de 1825 -1826 la política bolivarista dio un viraje acercándose a los terratenientes, generales y obispos eliminando cualquier política reformista sin duda por la presión de la aristocracia limeña y de la crisis de los terratenientes quiteños y venezolanos, lo cual origino los levantamientos indígenas que vieron postergadas sus reivindicaciones. En 1826 cuando Bolívar pasaba por Quito de regreso a Bogotá los criollos ricos se quejaron de que los indios ya no trabajaban y no pagaban ninguna contribución y sugerían la vuelta a la contribución de los indígenas y el aumento de las tasas arancelarias para evitar la importación de tejidos extranjeros.

Tomado del libro “historias, tradiciones y leyenda de Quito” de José María Jaramillo

La casa del siglo xvii (primera parte)

Las primitivas casas quiteñas que en los primeros tiempos eran un pequeño hogar solitario con un grupo de cabañas anexas para la servidumbre hacia el siglo XVII al ser evitadas por familias completas de españoles quiteños se transformaron en un cercado de corredores alrededor de un patio central con dos o tres patios de igual disposición, la casa de esta etapa es la expresión de la consolidación española en Quito, pues el ibérico una vez seguro en este territorio se asentó definitivamente. Las construcciones del siglo XVII constituyen la mejor expresión del poder en flujo de las comunidades religiosas esa así que durante esta época se producen las obras más notables de la arquitectura religiosa en contraste con la sencillez de las construcciones civiles, consecuentemente por ser una etapa de grandes construcciones eclesiásticas Quito cuenta con una mano de obra más especializada como es el caso de artífices venidos de Europa, quienes además de intervenir en las obras religiosas aportan con sus valiosos conocimientos para las edificaciones civiles, además el indígena quiteño supo absorber todas las innovaciones europeas que junto a sus propios conocimientos dio como resultado que se convirtiera en el artífice de la obra civil religiosa colonial. En consecuencia la arquitectura

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residencial en esta época se da como respuesta en gran parte a la interacción de tres elementos principales: una tecnología probada producto de aportes tanto españoles como autóctonos, los recursos propios que proporciono la región en cuanto a materiales de construcción y mano de obra indígena y el surgimiento de nuevas relaciones sociales y nuevas formas de vida entre conquistadores y conquistados, en ese momento nace la arquitectura quiteña.

Tomado del libro “Centro histórico de Quito la Vivienda”

La Plazoleta e Iglesia de San Agustín

La plazoleta se configuro con posteridad a la instalación de la iglesia y el convento de san Agustín, originalmente en el entorno habían gran número de tiendas, la mayoría cererías, pero luego el comercio se diversificó, algunas de las edificaciones fueron derrocadas, como la que existía donde está actualmente el edificio Guerrero Mora, sin embargo se conserva un conjunto espacialmente interesante conformado por la plazoleta de San Agustín y la placita ubicada frente a esta. Se conservan tres casas de valor histórico, diagonal a la iglesia una edificación esquinera conocida como la casa de las ventanas de fierro en la que vivió el poeta Gonzalo Zaldumbide y fue lugar de encuentros literarios con Juan Montalvo, notable ensayista liberal del siglo XIX. Otra la que fuera la sede del Palacio de Justicia, finalmente la casa esquinera fue ocupada por Gabriel García Moreno durante su primera presidencia en 1864, esta casa aun se conserva a pesar de algunas modificaciones necesarias para adaptarla al uso comercial. La Plazoleta de piedra esta rehundida con respecto del nivel de la vereda con una pequeña escalinata semicircular de acceso en ella destaca el portal de piedra de la iglesia que data de mediados del siglo XVII y es lo más interesante de la fachada, el resto es austero. La fachada occidental de la iglesia que da a la calle Guayaquil, nunca fue encalada, apreciándose el filo a parejo de ladrillo de los gruesos muros, la torre localizada a un costado y compuesta de cinco cuerpos es la más ancha de Quito.

Tomado del libro “Quito, guía arquitectónica” de Evelia Peralta.

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Jon Luis campeón mundial de box visito esta ciudad

En la edición del Diario El Comercio del 24 de febrero de 1947, se detalla esta visita y dice: un público numeroso acudió a dar la bienvenida en el campo de aviación, por la vía panagra y a la hora meridiana llego a esta ciudad el campeón mundial de box Jon Luis, acompañado de una numerosa comitiva de representantes, entrenadores y secons, en el aeropuerto estuvieron a darles la bienvenida, los personeros de la asociación provincial de box y los miembros de la empresa auspiciadora de su visita al país, así como numerosas personas que ansiaban conocer personalmente al famoso deportista, precedido por una delegación de guardias civiles la comitiva se traslado al centro de la ciudad hasta el hotel Sagoy donde se aloja el invicto pugilista el publico que se dio cuenta de la presencia de Luis en ese lugar lleno las aceras impidiendo el desarrollo normal del tráfico, en la cámara del hotel y mientras se disponía a tomar un descanso hasta la hora de la exhibición programada, gentilmente accedió a concedernos un reportaje para el diario el Comercio, el señor Leo Rivas nos sirvió de interprete ya que el campeón no habla español ni el cronista habla el ingles, Luis con la mayor naturalidad escudriñaba la pieza que se le había reservado, nos dijo que desde Santiago en Lima ya tenía referencias de la belleza y el progreso del país, lo que le había sido grato confirmar plenamente durante el viaje y que desde el avión había podido admirar el paisaje natural, tomado del diario el Comercio el 24 de febrero de 1947.

Las rutas del Ingañan

En cuanto a los caminos las rutas del Ingañan, sirvieron en buena parte de posteriores caminos de herradura de los españoles, y aun para los posteriores carreteros las que salían de Quito se han mantenido casi intactas, así la ruta del Cuzco partía de la calle angosta hoy calle Benalcazar, y se continuaba en línea recta en la que hoy es la calle bahía bordeaba al panecillo al que subía a un ramal que conducía al templo del sol, avanzaba hasta el puente de la Magdalena y derechamente por el borde de Turubamba avanzaba hasta Chillogallo era el camino de la mandiestra como se dice en las primeras actas del cabildo, distinto al de la mansiniestra que va por la sima de Puengasi hasta Amaguaña, por el que llego Benalcazar en vísperas del 6 de diciembre, al norte el camino de salida de Quito, coincidente con la actual calle Guayaquil, se dividía en la garganta que forma el Ichinbia y San Juan, al aproximarse es decir a la altura de la actual iglesia de San Blas, una parte iba a Patag Guapulo es decir a la meseta alomada donde hoy se alza el hotel Quito de allí el nombre de Pata que quiere decir planicie en la altura y continuaba a Cumbaya, Puembo, es decir el camino que siguió Orellana para ir al país de la canela y por otra parte el camino iba bordeando la laguna de Iñaquito al pie de las faldas del Pichincha justamente por lo que hoy es la avenida 10 de agosto, para luego subdividirse un ramal por Cotocollao y Pomasqui para seguir para seguir a Otavalo por Maschingui y Cochasqui y otro ramal por Carapungo y Guayabamba para seguir al Quinche, Cayambe y Caranqui, tomado del libro “Memorias del Ñaupaquitu”, DE Jorge Salvador Lara.

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Quito en la década de los 30 (cuarta parte)

En aquellos años la plaza de la independencia estaba resguardada con un cerramiento con verjas de hierro y puertas de entradas elegantes, en el ángulo nororiental de ella, se levantaba el hotel metropolitano, en la plaza de San Francisco se habían formado jardines con árboles, la casa presidencial en 1932 estaba situada entre la intersección de la Guayaquil y mejía, el relleno del tejar lucia como abandonado la parroquia de la Magdalena se asemejaba a un pueblo indígena unido al centro de la ciudad, por las calles bahía y 5 de junio, Chimbacalle era importante por estar en ella el ferrocarril, por el norte Cotocollao era una parroquia rural muy apartada de Quito, ¿Y cómo era la colon en 1938?, la av. Colón era una calle ampila y empedrada con muy pocas casas a las que le daba vida el último tramo de los tranvías eléctricos desde la curva del tranvía hoy 10 de agosto y colón, hasta la esquina diagonal donde a la que ocupa el hospital Baca Ortiz uno de los entretenimientos de los muchachos era pasearse gratis en ese tramo, gracias a la paciencia de los bondadosos conductores desaparecido transporte, la colón de a perro era el tramo mal oliente situado frente a la circasiana y comprendido entre la 10 de agosto y la calle del seminario mayor, tomado del libro (Crónicas del Quito antiguo) de Miguel Ángel Puga.

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Quiteños ilustres Carlos Tobar y Gorgoño

Internacionalista notable y prosista nacido aquí en Quito en 1883 en la calle angosta frente al antiguo colegio San Gabriel, hijo del doctor Carlos R. Tobar y la señora María Eva Gorgoño chilena pianista eminente, hiso los estudios de primeras letras bajo la dirección de los hermanos cristianos y especialmente del hermano miguel, terminada la primera enseñanza debió pasar al colegio La Salle y luego a la Universidad de Quito, prosiguió los estudios de derecho en Chile y en Suiza, graduándose de doctora en derecho en Fliburgo, luego continuo con la carrera en ingeniero en Surci graduándose en diciembre de 1909, en la facultad de ciencias de Quito, fue profesor de mecánica y de dibujo, y decano de la misma simultáneamente quiso contribuir a dar vida a la facultad de derecho, Francisco Guarderas en so obra (mis épocas ) dice: por más que toda su juventud la había transcurrido en Europa no se ha dado quien más se ha preocupado por lo ecuatoriano, quien estudiara con mas ahincó sus problemas, quien en suma amar a la patria con mayor apasionamiento y mayor interés, al mismo tiempo que desempeñara el cargo de ministro de relaciones exteriores, dictaba la dificilísima cátedra de ingeniería en la Universidad Central, Tobar y Gorgoño fue rector de dicha universidad, escribió derecho internacional, asilo ante el derecho leyendas y tradiciones quiteñas, muy joven cuando no frisaba una edad legal, fue elegido candidato para la presidencia de la república, pero una grave enfermedad le conllevo al sepulcro, en enero de 1923, tomado del libro (La gente ilustre de Quito) de Miguel Ángel Puga.

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La Loma sus orígenes tercera parte

Después de la caída de la economía o bracera quiteña, en la transición del siglo XVII al siglo XVII, la aristocracia sobreviviente consolido el orden segregativo de la ciudad, el sur para la plebe y el norte para la aristocracia, desde entonces el sector comprendido entre las actuales calles pontón, salvador y paredes era conocido incluso hacia fines del siglo XIX, como la cuadra de los estancos y las chicherías, en la segunda mitad del siglo XVII el negocio del aguardiente se había constituido en uno de los sectores más dinámicos de la economía urbana, de ahí que el establecimiento del monopolio del aguardiente bajo el control del estado en 1764, despertó el rechazo en; productores, comercializadores y consumidores quienes a través del cabildo buscaron interceder ante la corte, acción que fue bastante rechazada por el virrey de Santa Fe ello provocó una protesta bastante airada, por parte de los perjudicados la misma que al ser reprimidas por exceso de las fuerzas del orden público, genero un levantamiento de la plebe mestiza así estallo la revolución de los barrio de Quito, entre el 22 y 23 de mayo de 1765, dada la especialización en el expendio del aguardiente del barrio la Loma es muy probable que sus vecinos participaran mancomunadamente con los de San Sebastián en el sin numero de acciones que llevaron a cabo los insurrectos, como aquel sangriento enfrentamiento, entre el populacho y el patrulla ronda capitán Pedro Fernández Ceballos en la calle del mesón, tomado del libro (La Loma memoria histórica y cultural).

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Las erupciones del pichincha primera parte

Es sorprendente que la moderna investigación científica, haya confirmado que el Ruku Pichincha “el viejo”, es más antiguo que el Guagua Pichincha “el niño” esto quiere decir que los aborígenes conocieron la actividad volcánica de este, en contraste con la menor manifestación del primero, aun en 1533, en víspera de la llegada inicial de los españoles y su erupción la memoria histórica a mantenido el recuerdo de otras erupciones en los primeros años de la conquista; 1535, 1538, 1539 y 1560. En 1566 reventó dos ocasiones con intensas lluvias de ceniza sobre Quito y toda la comarca, el 8 de septiembre de 1575,

Quito fue víctima de su volcán aledaño con una terrible erupción todos sus pobladores atribuyeron a su salvación a un milagro de la Virgen de Mercedes por lo que los cabildos eclesiásticos y civil hicieron voto solemne para dar permanentemente y anual una fiesta de acción y gracias a María, los documentos de la época describen el flagelo como: una aflicción y tormenta causada por el volcán que está próximo a la ciudad, que se dice Pichincha, de suerte que habido amanecido dicho día tanta obscuridad, como si fuera noche tenebrosa y que entendieron que estaba a punto de perderse la ciudad, la ceniza que llovió del volcán, con trueno, relámpagos de fuego como el dicho día a las once, poco o más o menos fue el señor servido mediante la intercesión de la bienaventurada Virgen María, nuestra señora hacer que volviese aclarar y alumbrar, y cesar la tormenta y oscuridad. Menores fueron las erupciones de 1577 y 1580, pero de 1582 a 1898 la actividad fue continua, el 3 de septiembre de 1587 hubo fuerte erupción precedida y continuada por numerosos temblores y caída de ceniza desde entonces el volcán parece descansar hasta mediados del siglo XVII, tomado del libro “Memorias del Ñaupaquitu” de Jorge Salvador Lara.

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Las erupciones del Pichincha segunda parte

El 3 de septiembre de 1587, hubo fuerte erupción continuada y precedida por numerosos temblores y caída de ceniza, desde entonces el volcán parece descansar hasta mediados del siglo XVII, se desperezo de nuevo con estertores y bramados, en uno de aquellos estruendos amenazaba, la ciudad de quito la joven doncella Mariana de Jesús, ofreció su vida a cambio de la de sus compatriotas, sacrificio que fue aceptado y que a los tres días de la ofrenda falleció la Azucena de Quito, se dice poco antes de que morir pronosticó que “ni el reino de Quito ni la ciudad perecería por terremoto sino por mal gobierno”. En 1660 hizo el Pichincha una gran erupción con tan copiosa lluvia de cenizas, que la obscuridad duro cuatro días, empavoreciendo a sus habitantes, mas todavía por el lanzamiento de piedras pómez, hasta 40 cm llegaron a medir los depósitos de ceniza acentuado sobre Quito, tras tan grande estertor, el Pichincha se durmió por más de un siglo, al respecto Alejandro Von Humbolt, que a comienzos del siglo XIX visitara Quito, decía lo siguiente en carta a su hermano, “la ciudad de Quito es bella, pero el cielo es triste y nublado, las montañas vecinas muestran ahí poca verdura y el frio es mas considerable” el gran terremoto del 4 febrero de 1797, que conmovió a la provincia y que mato en un momento de 35 a 40.000 personas, fue también funesto al respecto para los habitantes, a pesar de estos horrores y peligros, de que le ha rodeado la naturaleza, los habitantes de Quito son: alegres, vivos y amables, su ciudad respira voluptuosidad y lujo y quizás, en ninguna parte reina un deseo más decidido y general, de divertirse así es como el hombre se acostumbre a dormir apaciblemente al borde de un precipicio, tomado del libro “Memorias del Ñaupaquitu” de Jorge Salvador Lara.

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Quito en 1915 según Antonio Holano cuarta parte

En su libro de Popayan a Quito, Antonio Holan dice: no han perdido las calles de Quito el aspecto o fisonomía con que los conocí cuando niño, no obstante los muchos edificios de estilo moderno levantados en los últimos lustros, entre los cuales rompe la uniformidad, con terceros y cuartos pisos cosa inexplicable por cierto en una población donde son tan comunes los temblores de tierra, que dos veces por lo menos en cada siglo, alcanzan las proporciones de cataclismos, el Quito del centro es todavía la hermosa capital de la colonia, pero no sucede lo mismo con sus prolongaciones, en donde las nuevas calles y avenidas surgidas como por encanto en sus últimos 10 años, llevan el sello del día entre las nuevas avenidas están la Av. De Colombia bautizada así, en el centenario de nuestra emancipación, hermosos hoteles montados en edificios adecuados sobre planos europeos, o americanos han reemplazado las antiguas casas posadas con grandes provechos para los empresarios y comodidad para el elemento flotante extranjero nacional, que es ya de bastante consideración, la carrera de Venezuela es la cuadra conocida con nombre calle del correo por haberse encontrado la oficina de este servicio en épocas anteriores esta calle es el sitio de mayor movimiento de Quito. La capital ecuatoriana tiene la figura de un cuero de res con la cabeza entera conservada, que viene a ser el panecillo hacia el sur, y con la extremidad derecha levantada, sobre otra colina levantada llamada San Juan por el pequeño templo que ocupa su eminencia, tomado del libro “Quito de ayer Quito de siempre” de Miguel Ángel Puga.

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San Blas limite septentrional y centro de la economía cuarta parte

Ya en el siglo XVII empezaría a cuajarse cierta desestabilización en Quito, producto de un descenso en la actividad textil, en la consecuente pauperización y estratificación social que continua la plebe en los nacientes barrios. En 1743 el padre Sicala, identifico como suburbios a los asentamientos existentes entre los barrios y reconoce que detrás del barrio de San Blas hay una gran cantidad de casas en la falda terraplenada de la pequeña colina llamada Ichimbia un plano de 1763, revela que estas construcciones en las faldas del Ichinbia, que corresponderían al actual barrio de la Tola, eran construcciones rusticas con las características de fincas, desde mediados del siglo XVIII, Quito experimento un descenso en la poblaciones debido a factores como: la crisis económica, las epidemias iniciadas a fines del siglo XVII, y en 1775 la sublevación de los barrios denominada “rebelión de los estancos”, contra la prohibición de la destilación del agua ardiente, e instauración del estante monopolizado por la corona, en San Blas esta crisis se evidenciaría en la ocupación de las casas, según el censo de 1797 la parroquia comprendía 4 manzanas de construcción situadas entre la actual Guayaquil y Montufar y desde la Olmedo hasta la esquina de San Blas área en la que se encontrarías setenta casas según investigaciones de Jurado Noboa, agravada por los conflictos políticos internos de los barrios como el problema de sucesión de los Casicasgo en la parroquia de San Blas hacia 1777 la despoblación de los barrios se generalizo la ciudad según lo evidencia Antonio de Ulloa, tomado del libro, “La Tola Memoria Histórica y Cultural”.

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Quiteños ilustres Augusto Arias

Este hombre ilustre de las letras ecuatorianas nació en Quito en el barrio la Ronda el 15 de marzo de 1903 y falleció en esta ciudad el 22 agosto de 1974, periodista, escritor de nota, poeta y pedagogo, realizo sus estudios primarios, en el pensionado del Doctor Borja y los secundarios en el Colegio Mejía, luego paso a la Facultad de Filosofía y Letras de la universidad donde se doctoro, a la edad de 14 años fundó la revista “La idea”, con Luis Aníbal Sánchez, Jorge Carrera Andrade y Gonzalo Escudero, empezó muy joven su obra poética, en 1920 edito su primer volumen de versos ”El Sentir”, después aparecieron poemas íntimos, en el 21 y en el corazón de Eva en el 27, como prosista Arias es notable a escrito estudios críticos biográficos, textos de literatura, recuerdos de viajes e innumerables artículos, con impresiones de sus lecturas, entre sus obras didácticas hay que citar la “Antología de poetas ecuatorianos, Savia Nueva, Literatura Universal y otras”. Para Gonzalo Zaldumbide, “El cristal Indígena” es el mejor libro de Arias, en el espejo de usted lo veo a espejo con mayor satisfacción que en el mío y Euralio Barreas dice: cuanto talento y acierto de vocabulario, es su mejor libro y el más fluido, Augusto Arias fue un periodista consumado colaborando, en periódicos del país y del exterior en el comercio escribió por más de 40 años y en ultimas noticias fue editorialista por varios años, primer presidente de la unión nacional de periodistas, y miembro fundador de la casa de la cultura ecuatoriana, tomado del libro, “La Gente Ilustre de Quito” de Miguel Ángel Puga.

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La Loma sus orígenes cuarta parte

La transición del siglo XVII al siglo XVIII, la parroquia de San Sebastian Y sus barrios, junto con los extramuros orientales y oxidental de la ciudad, dieron cabida a la plebe, a los barrios bajos es decir a los arrabales de Quito, sin embargo ese ambiente de barrio bajo ni siquiera se sospecha en los mapas de la época, en el primer plano verdadero de Quito, realizado por Deoniso Alsedo y Herrera en 1734, se observa 60 casas en el barrio de la Loma pero todas iguales, se trata de un patrón de representación estándar; es decir un esquema aproximado e incluso ingenuo a partir del cual no se puede tener una referencia exacta de la fisonomía del barrio, no sucede lo mismo con el plano elaborado por el geodésico francés Moran Dile en 1741, y el realizado por esas mismas fechas por académicos españoles; Jorge Juan y Antonio de Ulloa, en ambos planos se nota claramente un amanzanamiento muy delimitado, a tras de Santo Domingo, en total trece manzanas, 6 en la orilla norte de la calle larga y 7 en margen sur de la misma, ninguna de estas manzanas están totalmente alitadas, cosa que no pasa en el barrio vecino de San Marcos, en donde por lo menos 4 manzanas están totalmente pobladas según el mapa de Juan y Ulloa, y 11 según el mapa de Moran Dile, en la Loma las manzanas que están más cerca al núcleo residencial de Santo Domingo, parecen corresponder a una división de 12 solares la calle larga actual Rocafuerte con calles transversales, a demás se notan claramente las implantaciones, de lotes, edificios, huertos y jardines, sin embargo lo que muestran estos planos, para los extramuros de la ciudad es solamente una situación proyectada es decir; imaginada o ideal, ideada por el cabildo pero que no llego a cumplirse aun en la época republicana, tomado del libro ”La Loma memoria histórica y cultural ”.

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Quito en 1915 según Antonio Holano primera parte

En su obra de Popayan a Quito Antonio Holano dice; desde los campos de Turubamba se alcanza a ver ya la capital cuyo poblado, se derrama por los costados del panecillo, los últimos momentos del viaje son de una grande animación, y ponen una nota alegre en el ánimo la riqueza de los campos, la hermosura del paisaje y el buen gusto que revelan en su construcción las quintas y lugares de recreo que pululan en las inmediaciones de la metrópolis, en la estación de Chimbacalle, la muchedumbre compuesta de curiosos, de negociantes de toda especie, y de personas que concurren a dar la bienvenida a; amigos y parientes se concentra el aviso de la llegada del tren, y se lanza sobre los carros de todas las clases a penas se detiene, entre los centenares de caras que se me presentan, escudriño afanoso de las personas que me esperan, las veo al fin y apenas podemos abrirnos paso entre la multitud, corremos unos a otros y en el efusivo encuentro preñado de todas las emociones, placenteras y dolorosas que producen en tales casos la presencia de los seres por tanto tiempo ausentes, y la constancia de la eterna separación, de los que nos encontramos ya y se prolonga por un cuarto de hora indescriptible, ¡Quito!, ¡Quito! Exclama maquinalmente al recorrer el trayecto de la estación a la casa que se nos tenía preparada y reconocer los sitios y las calles, que desfilaban ante mis ojos como una evocasion de cosas y de tiempos que yo creía idos para siempre, tomado del libro”Quito de ayer Quito de siempre”, de Miguel Ángel Puga.

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Quito en 1915 según Antonio Holano segunda parte

En su obra Popayan a Quito, Antonio Holano luego de su llegada, a la estación de Chimbacalle dice: al día siguiente de nuestra llegada lánceme temprano a la calle, la casa en la que me habían instalado situado está en la calle García Moreno, no ha cambiado en los últimos 20 años la fisonomía de esta calle que con su paralela la calle Venezuela, son las principales arterias de la capital ecuatoriana, desembocan en la plaza principal, llamada independencia y considerada con razón como una de las más bonitas de nuestra América, en marcan esta plaza los siguientes edificios, el palacio de gobierno o capitolio de hermoso estilo de la época del renacimiento italiano, constituye una galería levantada sobre bóvedas ocultas, coronado este por la torrecilla en la que funciona un reloj, con las luces de la bóveda de la base, se han formado otras tantas tiendas, con puertas a la plaza conocidas con el nombre de covachas en las que funcionan oficinas públicas y privadas, este palacio de vieja data colonial, no está terminado aun después de 1883 se hizo el claustro del norte que no guarda armonía con el primitivo del sur, en frente del palacio nacional y en la esquina del norte, una casa particular habilitada para el fecto, sirve de ministerio de relaciones exteriores y en la del sur alzase el palacio municipal reconstruido en el mismo sitio sesionaron los alcaldes y regidores de la colonia, tomado del libro ”Quito de ayer Quito de siempre” de Miguel Ángel Puga.

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Quito en 1915 según Antonio Holano tercera parte

En su obra Popayan a Quito, Antonio Holano dice: en frente del palacio nacional y en la esquina del sur alzase el palacio municipal reconstruido en el mismo sitio sesionaron los alcaldes y regidores de la colonia, una galería conocida por el nombre de “los portales de salinas”, extiendese de extremo a extremo, de esta cuadra uniformando el piso bajo de todos los edificios con un atrio de piedra por delante, sobre bóvedas semejantes a las del palacio de gobierno, y una glorieta que corona una cúpula en la mitad de tal atrio, ocupa la catedral metropolitana todo el costado meridional de la plaza en cuestión quedando la fachada y la torre en la carrera de García Moreno, el atrio es lo único notable de este templo, por lo demás sin merito arquitectónico, pero en cuyo interior causa grata impresión el aseo, poco común en las demás iglesias de Quito, y el orden y compostura con el que se verifican las ceremonias religiosas la plaza de la independencia lucia hasta hace unos años la fuente de salto, en todo el centro labrada de piedra a la que concurrían los aguadores que entonces hacían el servicio del barrio de la catedral, realizada la obra del acueducto de hierro esa fuente desapareció y en el lugar que ella ocupaba, levantase hoy un hermoso monumento, de bronce y mármol a la memoria de los mártires del 2 de agosto de 1810 rodeado por un jardín bastante bien tenido, en medio de una verja, tomado del libro, ”Quito de ayer Quito de siempre” de Miguel Ángel Puga.