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UNIVERSIDAD CATÓLICA ANDRÉS BELLO-GUAYANA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN
ESCUELA DE COMUNICACIÓN SOCIAL
MENCIÓN PERIODISMO
TRABAJO DE GRADO
MONSEÑOR SAMUEL PINTO GÓMEZ
(Análisis de su vida, obra y aportes a Ciudad Bolívar)
VALDEZ GARBAN, Miguel Ricardo Antonio
Tutor: D`Aubeterre Martínez, José Gregorio
Ciudad Guayana, febrero 2011
Este trabajo me lleva hacia la obtención de uno de mis mayores logros como
persona y futuro profesional. El solo hecho que tú no estés a mi lado me impulsó
aún más para conseguirlo. Tantos fueron esos recuerdos y anécdotas a tu lado.
Ese devenir de los días en los cuales me ensañaste a ser lo que hoy en día me he
convertido. Desde lo más profundo del alma te doy mil gracias mi abuela bella.
Tu celebras desde donde estás este gran logro que es de los dos. Te amo.
Sin que se me pueda escapar alguien, no menos importante, eres tú mamá.
Contigo fue la consecución que con mi abuela tuve. Tú eres el ser más especial y
maravilloso de mi vida. Gracias por brindarme como madre y amiga todo lo que
soy. Sé que nunca podré vivir sin ti. Por ese te agradezco cada instante que seas
quien eres:
Una madre maravillosa.
A ustedes las amo: mi querida abuela Gladys Escobar de Garban y mi amada
mamá Marjory Garban.
Miguel Ricardo Valdez
AGRADECIMIENTO
No podía sino agradecer a todas aquellas personas que de alguna manera
estuvieron ligadas, no sólo durante el desarrollo de esta investigación, sino por el
transcurrir de mi carrera hasta ser profesional.
En primer lugar a Dios, porque su infinita sabiduría me ayudó en todos los
pasos que he dado y que seguiré transitando por el resto de mi vida.
Muy especialmente a Monseñor Samuel Pinto Gómez, quien me abrió las puertas
de su casa y corazón para llevar a cabo este trabajo. Desde el cielo sé que está
contento. Especialmente al Padre ángel Tomedes quien por ser amigo
incondicional de Monseñor Pinto supo guiarme en él la consecución de su
biografía.
A mi abuelo Dimas Garban, quien sin duda Dios me lo regaló como ese
padre que nunca tuve a mi lado. A mi hermana, parte importante de mi vida, sin
quitarles méritos a mis primos y otros familiares, quienes siempre han estado
conmigo.
A mis tíos queridos, quienes también han sido como padres para mí, Juana
Navas y Eleazar Beltrán “Salao”. Tú me cuidas desde el cielo y me ayudarás a
llegar hasta donde soñé.
A una de las mejores personas que me he podido encontrar como ser
humano y profesor. Mi tutor José Gregorio D‟Aubeterre Martínez, quien es
único. Por ti conseguí este logro que empezó el primer día de clases. Gracias por
tus consejos y buenos jalones de orejas.
GRACIAS A TODOS. Especialmente a esos dos angelitos que Dios me
regaló. Uno está conmigo, Vanessa Boscán y otro me cuidará desde el cielo, mi
madrina, amiga, mamá y gran compañera: Mi abuelita Gladys.
Miguel Ricardo Valdez
ÍNDICE
PÁG.
RESUMEN……………………………………………………………………………… ix
ABSTRACT……………………………………………………………………………. x
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………….. 1
CAPÍTULO I.- EL PROBLEMA…………………………………………………… 3
Planteamiento del Problema……………………………………………………… 3
Objetivos:………………………………………………………………………… 5
General……………………………………………………………………. 5
Específicos……………………………………………………………….. 5
Delimitación……………………………………………………………………. 5
Justificación……………………………………………………………………. 6
CAPÍTULO II.- MARCO TEÓRICO……………………………………………. 8
Antecedentes de la investigación……………………………………………… 8
Breve reseña histórica y su llegada a Venezuela …………………………….. 11
Teorías de la Comunicación:…………………………………………………. 14
Modelo de rito y comunión…………………………………………… 14
Relato de vida ………………………………………………………………… 14
El periodismo de investigación………………………………………………. 15
Géneros periodísticos…...……………………………………………………. 16
El ensayo…………………………………………………………………….. 17
El ensayo biográfico…………………………………………………………. 18
Conceptos……………………………………………………………… 18
Elementos e importancia………………………………………………. 19
La entrevista …………………………………………………………………… 20
Elementos…………………………………………………………….. 20
Tipos de entrevista ………………………………………………………… 22
Selección del entrevistado ………………………………………………… 22
Preparación de la entrevista ……………………………………………… 23
Términos básicos…………………………………………………………………….. 24
CAPÍTULO III: MARCO METODOLÓGICO…………………………………….. 26
Tipo de la investigación……………………………………………………. 26
Diseño de investigación ……………………………………………………. 27
Unidad de análisis…………………………………………………………………. 27
Población y Muestra …………………………………………………………….. 28
Instrumento de recolección de datos ……………………………………………. 30
Procedimiento……………………………………………………………………. 32
CAPITULO IV ENSAYO BIOGRÁFICO
Inicios prometedores……………………………………………………………. 35
Un viaje sin retorno……………………………………………………………… 36
Su hogar………………………………………………………………………….. 37
Párroco bolivarense……………………………………………………………… 38
Vicario general…………………………………………………………………… 38
Sacerdote audaz………………………………………………………………….. 39
Última entrevista…………………………………………………………………. 40
Un venezolano más………………………………………………………………. 41
Recto pero divertido…………………………………………………………….. 42
Bondad espiritual……………………………………………………………….. 44
Dedicado a Dios…………………………………………………………………. 44
Siempre opinaba…………………………………………………………………. 46
Liderazgo innegable……………………………………………………………… 46
Político activo……………………………………………………………………. 47
Monseñor en prensa………………………………………………………………. 49
Agradeció el decreto……………………………………………………………… 50
Visión periodística………………………………………………………………… 51
Medios evangelizadores…………………………………………………………… 52
Sacerdote periodista……………………………………………………………… 52
Apasionado educador…………………………………………………………… 53
Profesor sabio……………………………………………………………………. 54
Métodos exitosos………………………………………………………………… 56
Excelente consejero……………………………………………………………… 57
Dejó huellas………………………………………………………………………. 59
Nostálgico pero feliz……………………………………………………………. 61
Trabajador modelo……………………………………………………………… 61
Siempre estricto………………………………………………………………….. 62
Feligreses contentos……………………………………………………………… 63
Fiel a su rutina…………………………………………………………………….. 64
Monaguillo ejemplar……………………………………………………………… 65
Siempre colaborador………………………………………………………………. 66
Enseñanza y dedicación…………………………………………………………… 67
Su último sueño……………………………………………………………………. 68
Muy reservado…………………………………………………………………….. 70
La petición………………………………………………………………………… 71
Último respiro……………………………………………………………………... 72
Siempre recordado………………………………………………………………… 74
Adiós a monseñor…………………………………………………………………. 75
CAPÍTULO V CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Conclusiones……………………………………………………………………… 79
Recomendaciones………………………………………………………………….. 81
REFERENCIAS
Fuentes bibliográficas.............................................................................................. 82
Fuentes electrónicas……………………………………………………………….. 83
Tesis de grado.......................................................................................................... 84
Fuentes vivas........................................................................................................... 85
ANEXOS:
Anexos A: Fotografías de monseñor Samuel Pinto Gómez....................................... 87
Anexos B: Entrevistas……………………………………………………………… 94
A. Amigos……………………………………………………………………… 95
B. Familia………………………………………………………………………. 106
C. Compañeros de trabajo………………………………………………………. 108
D. Feligreses…………………………………………………………………….. 112
E. Expertos…………………………………………………………………….. 119
F. Políticos…………………………………………………………………….. 122
G. Ex – Alumnas……………………………………………………………….. 124
ÍNDICE DE TRABLAS
A. Cuadro Técnico – Metodológico de los objetivos…………………………... 31
UNIVERSIDAD CATÓLICA ANDRÉS BELLO-GUAYANA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN
ESCUELA DE COMUNICACIÓN SOCIAL
MENCIÓN PERIODISMO
Monseñor Samuel Pinto Gómez (Análisis de su vida, obra y aportes a Ciudad Bolívar)
Autor: Valdez G., Miguel Ricardo
Tutor: José Gregorio D‟Aubeterre M.
Fecha: Febrero de 2011
RESUMEN
El propósito fundamental de este trabajo de investigación fue documentar,
mediante un ensayo biográfico, la vida, obra y aportes de Monseñor Samuel
Pinto Gómez a Ciudad Bolívar, y así poder crear un escrito que sirva para
enriquecer el patrimonio histórico del estado Bolívar
El estudio se llevó a cabo mediante el cumplimiento del objetivo general que era
realizar un ensayo biográfico a monseñor Samuel Pinto Gómez través del cual se
explicó su vida, obra y aportes a Ciudad Bolívar.
La investigación es de tipo exploratorio y descriptivo porque era un tema
desconocido, debido a que no había sido analizado en profundidad y porque se
pretendía describir las características de la vida y aportes de monseñor Samuel
Pinto Gómez.
La recolección de datos se ejecutó a través de fuentes hermerográficas y la
entrevista de tipo semi-estructurada, que se aplicó a una muestra de 15 personas
que conforman un mapa de fuentes que permitió recrear la vida y mostraron
cómo monseñor Samuel Pinto Gómez realizó grandes aportes a la región.
Finalmente, esta tesis es una pequeña muestra que permitirá reconocer la labor de
un extranjero que aportó conocimientos y una valorización de la fe a la capital
del estado Bolívar, y que sin lugar a dudas ayudará a escribir y valorar el
significado de las grandes personas que ayudaron al crecimiento de la región.
Palabras claves: Ensayo biográfico. Periodismo. Iglesia Católica. Obras sociales.
Solidaridad.
UNIVERSIDAD CATÓLICA ANDRÉS BELLO-GUAYANA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN ESCUELA DE COMUNICACIÓN SOCIAL
MENCIÓN PERIODISMO
Monseñor Samuel Pinto Gómez (Análisis de su vida, obra y aportes a Ciudad Bolívar)
Autor: Valdez G., Miguel Ricardo
Tutor: José Gregorio D‟Aubeterre M.
Fecha: Febrero 2011
ABSTRACT The main goal of this research was to document, through a biographic essay, the
life, work and contributions of monsignor Samuel Pinto Gómez in Ciudad
Bolívar, to develop a regional history material, specifying that it can‟t be found
any biographic writing that allows enriching the historical heritage of the Bolivar
State.
The study was developed by the achieving of the general objective which
was to develop a biographic essay of monsignor Samuel Pinto Gómez through
which his life, work and contributions to Ciudad Bolívar were explained.
The research is exploratory and descriptive because it was an unknown
subject, due to it hadn‟t been deeply analyzed and because it pretended to
describe the characteristics of the life and contributions of monsignor Samuel
Pinto Gómez.
The data recollection was executed through hemerographic sources and the
semi-structured type interview that was applied to a simple of 15 people that
conforms a sources map that allowed to recreate the life and showed how
monsignor Samuel Pinto Gómez developed great contributions to the region
Finally, this thesis is a small sample that will allow recognizing the work of
a foreigner that brought knowledge and an appreciation of faith to the capital of
the Bolívar state, and that certainly will help to write and to value the meaning of
the great people who helped to the growth of the region.
Key words: Biographic essay. Contributions. Church. Social works. Solidarity.
INTRODUCCIÓN
Venezuela ha sido forjada gracias al esfuerzo y dedicación de grandes
héroes, muchos de los cuales son de otras naciones, que tomaron y sintieron estas
tierras como propias, y decidieron dedicarse a impartir todos sus conocimientos.
Pero existen otros personajes ocultos que realizan innumerables aportes a la
nación y no son tomados en cuenta para hacer públicas sus vidas.
Sin duda no hay nada más preocupante que ningún ente público o privado
tiene la iniciativa de documentar o guardar algún registro de la vida de estos
personajes, que sirva de constancia de todo lo obtenido y aportado al país.
Es lamentable históricamente hablando, que este tipo de información se
pierda en el tiempo, que sólo puedan tener acceso a ellas las personas más
cercanas a estas figuras y que el resto de la sociedad no logre conocer sus vidas,
obras y principales aportes que abarcan aspectos socioculturales, económicos,
políticos o religiosos. De esto parte el interés de la presente investigación: en
poder rescatar una de esas historias de vida que de alguna manera influyen en el
devenir histórico de la región bolivarense.
La investigación versa sobre la vida, obra y principales aportes
conseguidos por el ex deán de la Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar,
Monseñor Samuel Pinto Gómez, oriundo de la provincia de León en España,
quien nació el 16 de febrero de 1923. Llegó a Venezuela en el año 1951, para de
esta manera entregar toda su sabiduría y fe religiosa a todas las personas de la
región y así convertirse en una figura histórica, recordada y apreciada de la
ciudad.
Su dedicación y entrega a sus feligreses quedó demostrada en su día a día.
Fue capellán tanto del Seguro Social como del Complejo Hospitalario
Universitario “Ruiz y Páez” por más de 27 años ininterrumpidos, ayudó a la
construcción del Asilo “San Vicente de Paúl”, y habló con los Jesuitas para la
obtención del terreno donde fue construida la Universidad Católica Andrés Bello,
región Guayana.
El resultado será otorgarle reconocimiento a un gran personaje de la
región tomando en cuenta su vida, obra y aportes a Ciudad Bolívar, y por ende,
de una parte de la historia del país.
Para la recolección de la información, se empleó la entrevista semi-
estructurada, aplicada a quienes conocieron a Monseñor Samuel Pinto Gómez,
tomando como unidades de análisis su vida y obra.
El ensayo biográfico está dirigido a todas las personas que pretendan
conocer a profundidad la vida y los principales aportes de Monseñor Samuel
Pinto Gómez. También para contribuir a que todos sepan cuáles fueron las
contribuciones realizadas por este sacerdote durante su vida.
El trabajo de grado está dividido en cinco capítulos, los cuales son:
Capítulo I: Planteamiento del Problema, en donde se presenta la causa
fundamental de la investigación, en este caso la vida de Monseñor Samuel Pinto
Gómez; Capítulo II: Marco Teórico que tiene que ver con los antecedentes de la
investigación; Capítulo III: Marco Metodológico, es el soporte que sirve para
explicar cómo se recogieron los datos de información y los instrumentos de
recolección utilizados; Capítulo IV: Ensayo Biográfico que viene a ser el punto
fundamental y la razón de ser de la investigación, ya que se describe la vida y
obra del personaje en cuestión, y Capítulo V: Conclusiones y Recomendaciones,
el cual contiene por un lado los resultados concluyentes de la investigación, y por
el otro, se plantean las recomendaciones del investigador.
CAPÍTULO I
EL PROBLEMA
Planteamiento del problema
Un país como Venezuela no se cimienta solo. Con el esfuerzo,
dedicación, tesón y el afán de ganarse el pan diario, salen miles de personas para
buscar un mejor futuro y dejarles bienestar a las futuras generaciones. Personajes
ilustres como Simón Bolívar o Francisco de Miranda entre muchos otros, cuyas
vidas y obras están reflejadas en los libros de historia, son un ejemplo de ello.
Sin embargo existen personajes que han trabajado arduamente por el
estado de manera silenciosa, permanente y sin esperar nada a cambio, teniendo
sólo la satisfacción de haber logrado el bien común. Entre éstos se encuentra
monseñor Samuel Pinto Gómez. Este, oriundo de la provincia de León, en
España, nació el 16 de febrero de 1923, llegó a Venezuela en el año 1951 y
falleció el 20 de abril de 2010, es el centro de la investigación, ya que se
plasmará a través de un ensayo biográfico la vida y los logros obtenidos por el
ex deán de la Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar.
Este proyecto se enfocó en dar a conocer al colectivo del estado Bolívar la
vida y obras realizadas por el extinto monseñor Samuel Pinto Gómez, en pro del
desarrollo de Ciudad Bolívar, pues es numerosa la información que existe sobre
este personaje, pero no es del dominio público.
El sacerdote, que también era profesor de Latín y Sociología, se dedicó
por más de 25 años a impartir conocimientos en distintos colegios de Ciudad
Bolívar, entre ellos destacan el Liceo “Fernando Peñalver”, el Colegio
Arquidiocesano “Cristo Rey” y el Liceo “Tomás de Heres” .
El hombre que hasta hace algunos meses fuera deán de la Catedral
Metropolitana de Ciudad Bolívar, también ejerció funciones periodísticas por
más de 20 años para varios periódicos de la capital, como El Bolivarense, El
Luchador y El Expreso, dejando claro su opinión sobre los acontecimientos
político-sociales de la época.
Su dedicación se veía día tras otro, ya que estuvo brindando sus servicios
en el Complejo Hospitalario Universitario “Ruiz y Páez” Seguro Social “Héctor
Nouel Joubert”, donde fue capellán por más de 27 años de forma
ininterrumpida.
El ensayo biográfico buscó reflejar las obras y los principales aportes
realizados por el fallecido monseñor Samuel Pinto Gómez, que le permitirán ser
recordado como uno de los personajes más influyentes, admirados y respetados
de la capital del estado Bolívar.
Si este estudio no se realiza, una de las consecuencias podría ser la pérdida
de una parte de la historia del país. Por esta razón, y gracias a los métodos
periodísticos, se quiere hacer que esa información quede plasmada para así poder
otorgarle el reconocimiento merecido a este personaje.
El proyecto explica minuciosamente cada una de las características
encontradas en torno al párroco, para dejar plasmado, desde diferentes visiones,
la vida, las obras y los principales aportes del sacerdote.
Por ello, es preciso realizar un ensayo biográfico sobre monseñor Samuel
Pinto Gómez, con fines de preservar la historia del país y la región. Esta situación
conlleva a plantear una pregunta de investigación que servirá de guía en este
estudio y que se presenta a continuación: ¿Cuáles han sido las principales obras y
aportes más resaltantes que monseñor Samuel Pinto Gómez realizó por Ciudad
Bolívar?
La respuesta a esta interrogante permitirá obtener una visión sobre cuáles
han sido las obras realizadas por el párroco Samuel Pinto Gómez para beneficio
de la otrora Angostura.
Objetivos
General:
Realizar un ensayo biográfico de monseñor Samuel Pinto Gómez a través
del cual se explique su vida, obra y aportes a Ciudad Bolívar.
Específicos:
1. Contextualizar la época política-social en la que se desarrolló la vida de
monseñor Samuel Pinto Gómez.
2. Describir las obras y los aportes sociales realizados por monseñor Samuel
Pinto Gómez a través de entrevistas y documentación bibliográfica.
3. Reconstruir la historia de vida de monseñor Samuel Pinto Gómez.
4. Dimensionar mediante un ensayo biográfico la importancia de la vida, obras y
principales aportes de monseñor Samuel Pinto Gómez.
Delimitación
El propósito primordial fue la redacción de un ensayo biográfico donde se
expuso al colectivo bolivarense la vida, obra y principales aportes que realizó el
extinto monseñor Samuel Pinto Gómez, en pro del desarrollo no sólo eclesiástico,
sino social y cultural de toda una ciudad.
Su delimitación fue espacial, de contenido y temporal, con el fin de guiarla
para poder lograr los objetivos trazados.
A nivel espacial estuvo enmarcado en el municipio Heres, perteneciente al
estado Bolívar, donde se llevó a cabo el proyecto, debido a que las personas más
allegadas se encontraron en estos sitios y también porque el ex párroco realizó
obras sociales en ambos lugares.
El contenido se centró en la vida personal de Monseñor Samuel Pinto Gómez,
no sólo en la parte sacerdotal, sino también en su ámbito familiar.
Temporalmente se estudió su vida desde el momento de su nacimiento en el
año 1923, hasta el momento de su muerte, en el año 2010, todo esto mediante la
realización de entrevistas a los familiares, amigos y compañeros de trabajo,
quienes estuvieron en el entorno del personaje. El lapso para llevar a cabo esta
investigación fue de 11 meses, comprendidos entre abril de 2010 hasta febrero de
2011.
Justificación
La investigación periodística busca narrar la vida de una figura simbólica
como lo fue el monseñor Samuel Pinto Gómez, quien es considerado como un
hombre que contribuyó, a través de todas las obras realizadas, al desarrollo de
Ciudad Bolívar. La elaboración de este proyecto es importante porque significó
un aporte a la colectividad a nivel cultural y social, debido a que de esta manera
busca resaltar y dar reconocimiento a este personaje.
Esperando también que las generaciones futuras puedan conocer la labor de
monseñor Samuel Pinto Gómez y cómo su entrega ayudó al desarrollo del estado
Bolívar. También se persigue que no sólo la región bolivarense y guayanesa
conozca la vida y relevancia de este personaje, sino que se pueda abarcar el
ámbito nacional.
A su vez, brinda una ayuda a todos los estudiantes, ya que les puede servir
como referencia para investigaciones futuras, porque es necesario que los jóvenes
que se inician en los estudios puedan conocer sobre las personas que dieron lo
mejor de sí para dejarles un legado.
Este trabajo de investigación también sirvió para rendirle tributo a un hombre
que dedicó toda su vida al desarrollo de Ciudad Bolívar, teniendo el valor
agregado que es oriundo de España, adoptando a Venezuela como su casa, donde
hoy en día descansa en paz.
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
Antecedentes
Los antecedentes de una investigación son estudios previos que se realizan con el
objetivo de conocer cuáles fueron las formas y métodos a utilizar durante todo el
proceso investigativo, que permitirán tener una base teórica sobre el presente trabajo
de grado. De igual manera se puede afirmar que son todos aquellos trabajos de
investigación que preceden al que se está realizando, relacionados con el objeto de
estudio presente en la investigación que se está haciendo. En este sentido, se
revisaron cuatro trabajos de investigación.
En la Universidad Católica Andrés Bello, núcleo Guayana, existe un trabajo de grado
que lleva como título Padre Pedro Chien: Hijo adoptivo de El Palmar (Análisis de su
vida y obra), realizado por Elita Barroso en el año 2009, para optar al título de
Licenciada en Comunicación Social. Este tiene mucha proximidad con la
investigación, no sólo porque se trata de un ensayo biográfico bajo la modalidad de
Periodismo de Investigación, sino también porque tienen como figuras principales a
sacerdotes extranjeros que vieron a Venezuela como su hogar.
El trabajo de grado sirvió para rendirle reconocimiento a un sacerdote de origen
asiático oriundo de la república de China que vino a Venezuela y le entregó su vida
entera a la población de El Palmar. El valor traspasó las fronteras, ya que existe un
municipio del estado Bolívar que lleva su nombre: Padre Pedro Chien. Además, y de
acuerdo a lo planteado por la autora, el propósito de la investigación, consistió en lo
siguiente “que las generaciones futuras estén al tanto de la historia del país y es
necesario rescatar la identidad de El Palmar, porque si no se hace se perderá en los
recuerdos de quienes conocieron a esta importante figura”, (p.13).
Para obtener la información, Barroso (2009) aplicó un método de recolección de
datos factible como lo es la entrevista y para así elegir dos tipos de población. Una
relacionada a los mapas de actores y otra relacionada con los habitantes de El
Palmar.
También señala que tuvo muchas dificultades a la hora de obtener datos sobre el
personaje, ya que los allegados no conocían mucho sobre el sacerdote. Por ello
indica que:
Investigar la vida y obra del Padre Pedro Chien resultó ser una tarea difícil,
debido a que se está tratando de recrear la historia de este personaje que
resultó ser un enigma, porque fue un hombre tan reservado y privado que ni
el más cercano de sus amigos conocía mucho sobre él. (p.92).
La segunda investigación se encuentra en la Universidad Católica Andrés Bello,
núcleo Caracas, la cual se titula “Miguel Otero Silva: Retrato de un periodista”, del
año 2005, siendo sus autoras Adriana Núñez y Vanesa Acosta. Esta tesis se
relaciona con la investigación que se lleva a cabo, pues el objetivo de las autoras fue
resaltar y rescatar la vida y obra de un periodista, que en este caso fue el insigne,
Miguel Otero Silva.
La similitud está en que, se pretende rescatar los aspectos más importantes de la vida
de monseñor Samuel Pinto Gómez, a través de entrevistas realizadas a sus amigos
más allegados, dentro y fuera del ámbito religioso. Se pretende también conversar
con profesores de Historia y en especial con el cronista de la ciudad, Américo
Fernández, para que pueda dar referencias sobre la vida del personaje dentro del
ámbito histórico de la región.
Núñez y Acosta (2005) citaron fuentes documentales y realizaron entrevistas a
comunicadores sociales, profesores de historia y personas cercanas al personaje, que
les permitieron obtener una visión más objetiva sobre Otero Silva. Sin embargo,
resaltaron que las constantes dificultades para la recolección de información fueron
cada vez mayores. Con su trabajo, dejaron una ventana abierta a futuras
investigaciones sobre el periodista Miguel Otero Silva.
En tercer lugar se cita el trabajo especial de grado en la Ucab, núcleo Ciudad
Guayana, de Vanessa Martínez Espronceda (2009), titulado Ensayo biográfico sobre
la importancia de Guillermina Rodríguez Lezama, en el que se resaltan los valores
de esta guayanesa en sus aportes a la región y que era desconocida para la población.
La autora utilizó la entrevista como principal instrumento de recolección de
información. Se les realizó específicamente a 10 personas por su cercanía y valor en
la vida de Guillermina Rodríguez Lezama, rescatándose así diferentes facetas del
personaje.
Martínez Espronceda (2009) llegó a la conclusión de que Guillermina Lezama “fue
un personaje de una enorme riqueza por su innegable talento, probada solidaridad
(…) pero sobre todo fue una mujer muy polémica, que no le hizo concesiones al
poder”, (p. 126).
Este trabajo se asemeja al de Monseñor Samuel Pinto Gómez, ya que lo que
se pretende es resaltar los rasgos principales de la vida del personaje y ver cuáles
fueron los aportes dados a Ciudad Bolívar.
La cuarta tesis revisada en la Ucab, núcleo Ciudad Guayana, fue realizada
por Jacquenie Sanz Caraballo (2008) y lleva por título Vida y Obra de monseñor
Antonio José Ramírez Salaverría, obispo emérito de Maturín, en la cual se destacan
los aspectos de mayor trascendencia del primer obispo de la ciudad de Maturín,
encargado de colocar la primera piedra en la catedral de esa población oriental
Esta investigación se relaciona con la de monseñor Samuel Pinto Gómez, no
solo porque se trata de un sacerdote que dedicó su vida a enseñar los principios de
Dios, sino también porque de alguna manera ambos personajes dejaron una huella
dentro de sus respectivas ciudades. Aunque monseñor Samuel Pinto Gómez no
participó en la colocación de la primera piedra de la Catedral Metropolitana de
Ciudad Bolívar, sí fue partícipe y propulsor de incentivar a todos los ciudadanos a
reforzar sus valores religiosos, respetar y querer a la ciudad, más allá de vivir en ella.
A través de la entrevista a diferentes grupos de personas, entre las que se
encuentran feligreses, amigos, familiares quienes aportaron sus puntos de vista sobre
la labor de monseñor Antonio José Ramírez Salaverría, se logró reunir los datos
necesarios para realizar una semblanza basada en el primer obispo de Maturín
Reseña histórica a su llegada a Venezuela
Es interesante conocer el contexto histórico que existía en Venezuela a la
llegada de monseñor Samuel Pinto Gómez y que de acuerdo a Fernández (2010):
En 1951, cuando se hallaba como pinchón de párroco en Los Picos de Europa, uno
de los rincones turísticos más bellos, decidió a instancias de Monseñor Gómez Villa
y no obstante lo bien que se hallaba en aquel augusto paraje, correr la suerte de un
país -Venezuela- del que poco conocía y del que llegó a conocer demasiado desde lo
más profundo de Guayana, donde se internó un mes de marzo como párroco de
Tumeremo, entonces los caminos eran de tierra y de bestias Por esa vía se hizo pastor
de los pueblos que se extienden más allá Sur de Guasipati y El Callao, incluyendo las
Colonias Móviles de El dorado en donde ejerció la capellanía…(C-1)
Para esa fecha estaba en el poder político una Junta de Gobierno teniendo como
presidente a Germán Suárez Flámerich quien sustituía en el cargo a Carlos Delgado
Chabaud, asesinado el 13 de noviembre de 1950 (Méndez Sereno, 1998, pág. 280)
Otro aspecto bien particular de la vida de Samuel Pinto Gómez y según Fernández
(2010) fue que: “… su primera catequesis la recibió en Guayana, pero bien hundido,
porque para aquella fecha (1952) nadie había llegado hasta El Dorado en condiciones
de atender espiritualmente a los desadaptados de la sociedad.” (C-1)
Es decir que mantuvo contacto con toda la población del estado Bolívar desde su
llegada a la región y que se movilizó a cada rincón de este, con tal de cumplir con el
sagrado juramento de servir a su prójimo.
Durante el proceso dictatorial del gobierno del General Marcos Pérez Jiménez, que
comenzó en 1952 y culminó con su derrocamiento el 23 de enero de 1958, monseñor
Samuel Pinto Gómez se mantuvo incólume al servicio de la Iglesia en Guayana,
teniendo que enfrentar muchas veces los momentos difíciles que significaban vivir
bajo un régimen dictatorial.
En ese sentido se puede afirmar que: “… Pérez Jiménez presentó un gobierno
de arraigo nacionalista, basado en un pragmatismo ideológico que identificaba la
esencia de su gobierno, además de enunciar la Doctrina del Bien Nacional, esto
expresado en el "Nuevo Ideal Nacional" que sería el faro filosófico para orientar las
acciones de su gobierno…” (http://es.wikipedia.org/.
Fernández (2010) explicó que los primeros diez años de Monseñor Samuel Pinto
Gómez transcurrieron de la siguiente manera:
Vivió en carne propia como sacerdote de la curia bolivarense,
acontecimientos como el concilio Vaticano II en 1962, en cuya apertura se
vio entre 2.500 obispos, asistiendo en calidad de secretario al Arzobispo
Monseñor Juan José Bernal Ortiz como a Monseñor Gómez Villa, Vicario
Apostólico de Caroní” (C-1)
Pudo apreciar desde su posición como sacerdote, los cambios significativos que fue
sufriendo el país en todos sus sectores, a raíz de la caída de la dictadura, la cual le dio
paso a la naciente Democracia a partir del gobierno constitucional de Rómulo
Betancourt, elegido para gobernar los destinos de la nación entre 1959 – 1964 y así
sucesivamente hasta el día de su fallecimiento en el año 2009.
Fue defensor permanente de la libertad de expresión y los ideales democráticos,
considerando a los medios de comunicación social como fundamentos esenciales
para salvaguardar y mantener los ideales democráticos, y al respecto decía:
… la comunicación humana adquiere una forma muy especial al realizarse en
lo que hoy llamamos “comunicación social”. Comunicación que es apta para
establecer relaciones entre grupos sociales e individuos en dimensiones que
uno a veces ni sospecha. Hoy por hoy son los excelentes agentes de
transmisión, los causes que podemos considerar como ordinarios y que el
mismo Magisterio Eclesiástico usa en toda su amplitud (Pinto Gómez, 1991,
pág. 15)
Demostrando con ello que la necesidad fundamental del hombre como ente
socializador, es la comunicación, instrumento utilizado por la misma iglesia para
llevar a su feligresía la palabra de Dios. Por ello señalaba:
Entiendo la prensa como la dimensión hacia el hombre, hacia el lector, pero
dimensión portadora de nuevas épocas, que intentan y en parte han conseguido
abarcar toda la persona humana. Si el sacerdote se esfuerza en ser mensajero de Dios
y de su Iglesia, su lucha por una nueva cultura, tiene que entender que la amplitud
justa y el valor de un mensaje ha de llevar al acercamiento entre todos los hombres y
todos los pueblos. (Pinto Gómez, 1991, pág. 15)
Y acotaba además la importancia del sacerdote como responsable de llevar la palabra
al afirmar que: “…el sacerdote periodista ha de luchar para que el mensaje se
convierta en solidario de una doctrina que se expone con sinceridad y sencillez
evangelística”. (Pinto Gómez, 1991, pág. 15)
Entendió perfectamente que podía combinar dos tendencias a favor de la sociedad, su
vocación sacerdotal y su inclinación hacia el periodismo. Herramientas que supo
utilizar a lo largo de su vida al servicio de la sociedad.
Teorías de la comunicación
La comunicación está basada en un conjunto de teorías que intentan demostrar el
deber ser de los medios de comunicación, su comportamiento y el futuro de los
mismos. Toda investigación necesita apoyarse en la teoría que más se adapte al
problema que se establece. Por lo que este estudio plantea el modelo de rito y
comunión.
Se selecciona esta teoría, ya que se pretende rescatar los valores y la cultura de una
ciudad que no han sido otorgados al colectivo por no haber los recursos necesarios
para sacarlos a la luz pública. La comunicación está muy ligada a la cultura y a través
de este ensayo biográfico se quiere que la sociedad no sólo de Ciudad Bolívar, sino
de toda la región pueda conocer más detalles sobre la vida y los aportes que realizó
monseñor Samuel Pinto Gómez a esta región.
Relato de vida
Existen varios autores que han utilizado diferentes conceptos para explicar el
significado del relato de vida. Por ello, en esta investigación se decidió extraer,
previa revisión teórica, la siguiente definición: “una biografía lo suficientemente
ampliada de una persona”, (Camps y Pazos, 2003, p.14).
Por esta razón, la investigación es adecuada en toda su expresión, debido a que se
realizará un ensayo biográfico de un personaje, donde se expondrá de manera
detallada y amplia su vida.
Por su parte, autores como Fernández y Tovar (1991), definieron el relato de vida
como “una autobiografía indirecta en la cual se recupera una vida o una obra
ejemplar a través de la escritura”, (p.23). Por eso, el ensayo biográfico se realizará a
través de las diferentes entrevistas a los allegados y amigos del sacerdote para poder
plasmar sobre papel toda su vida y aportes a Ciudad Bolívar.
Los autores añadieron una frase con mucha relevancia “una historia bien contada”,
(p. 132,133). Aseguraron que los ensayos biográficos deben hacerse a personas que
tengan suficiente importancia, y que dichos personajes hayan dejado un aporte a la
sociedad, por lo que monseñor Samuel Pinto Gómez entra en estos parámetros,
debido a que su presencia y trayectoria en la capital del estado Bolívar, Ciudad
Bolívar, dejó una huella imborrable en la historia y el desarrollo de la región.
El periodismo de investigación
Según Lizano (2010) el periodismo es “Una actividad humana orientada a la
elaboración y trasmisión de mensajes masivos que reflejan la realidad de un
colectivo” (p. 11).
Lo que se quiere obtener a través de este ensayo es mostrar un escrito, en este caso,
un ensayo que refleje la vida de un personaje que es de interés colectivo.
También, Reyes (2005) afirma que en el periodismo de investigación se trabajan
asuntos controversiales, que no necesariamente tienen actualidad noticiosa, y que
casi nadie quiere que se divulgue. En este caso, con el ensayo biográfico se estará
realizando un trabajo que no tiene actualidad noticiosa al momento, pero por la
importancia del personaje y sus aportes a Ciudad Bolívar, posee mucha relevancia
para toda la sociedad. Se realizarán entrevistas y se explorará a fondo para buscar
datos que apoyen esta investigación.
Pero como lo refleja Balsebre (1998) el periodismo de investigación es una
especialidad periodística que se basa en la realización de un reportaje por interés
propio del reportero. En este caso, se busca realizar este ensayo biográfico por
interés común, en beneficio del investigador y de la sociedad. Será un aporte y realce
a la historia y valores de la ciudad.
Géneros periodísticos
El periodismo está basado en un conjunto de géneros que proporcionan al periodista
contar con las herramientas necesarias para presentar de la mejor manera la
información
Peñaranda (2000) los define como “formas de expresión escrita que difieren según
las necesidades u objetivos de quien lo hace”, (p.45)
Esto se refiere a que la noticia no es la única forma de ofrecer al lector una
información, sino que gracias a los géneros periodísticos existe una gama de
opciones, entre ellas la reseña, el artículo de opinión, la crónica, el reportaje y el
ensayo biográfico. Pero dependerá del periodista elegir la más idónea para publicar la
noticia.
Otra definición de géneros periodísticos es presentada por Hohenberg (1964; cp.
Martínez, 2001), quien dice que:
Son, en efecto, las diferentes modalidades de creación lingüística destinadas a
ser canalizadas a través de cualquier medio de difusión colectiva y con el
ánimo de atender a los dos grandes objetivos de la información de la
actualidad: el relato de acontecimientos y el juicio valorativo que provocan
tales acontecimientos”, (p. 469).
Donado (2005, p.13) añade que los géneros periodísticos están, antetodo,
definidos por la forma como el periodista quiera presentar el mensaje. Esto quiere
decir que el periodista es el único responsable de la manera cómo se presenta el
escrito. Es autónomo, siempre y cuando siga los lineamientos estipulados para la
escritura del texto.
La escogencia del género periodístico dependerá del tema que se esté abordando. El
comunicador será el único responsable de cómo se mostrará la noticia y el efecto
que quiere causar en el lector, para de esta manera obtener lo que está buscando:
generar opinión.
Como lo expresa Donado (2005) “son como una variopinta galería de los diversos
envases o formatos en los que se puede presentar la información”, (p. 11).
El ensayo
Para Haro (1992) el ensayo “es un genero naturalizado por la cultura de la
modernidad progresivamente desde sus orígenes y sujeto que permiten ver y
determinar las intimidades discursiva e inagotable de un ser humano a través de la
escritura”, (p. 24).
Con esta acotación, se refiere a que se debe dar vida a un personaje y poder contar
sus intimidades o vivencias a través de la escritura. En este sentido, la vida de
monseñor Samuel Pinto Gómez será contada por las personas que de alguna manera
vivieron en su entorno. Se relatarán cada una de sus vivencias y los aportes que
realizó a Ciudad Bolívar, a través de la escritura.
Haro también señala que “se debe utilizar un lenguaje literario, dentro de los
aproximados limites genéricos de la novela, con carácter poético y metáforas para
agrupar o calificar los hechos o vivencias”, (p.24).
Precisamente, el ensayo biográfico a realizar se escribirá con la información
suministrada por los familiares, allegados y amigos de monseñor Samuel Pinto
Gómez, utilizando un lenguaje literario que permita al lector conocer de cerca a este
personaje.
De igual forma, el autor expresa que: “El ensayo es un género o más específicamente
una obra de arte, es decir, separarlo de aquellos textos simplemente que se pueden
publicar diariamente”, (p.38). La vida sobre monseñor Samuel Pinto Gómez se
estudiará y se escribirá a través de la recolección de información. Esto no se hace
para sacar una nota de prensa común, sino que es un trabajo más elaborado que
contará con todos los recursos periodísticos para plasmarlo.
Ensayo biográfico
Concepto
Es conocido con otros nombres como obituario (España), biografía fúnebre (Brasil),
necrológica (España) o semblanza póstuma, pero siguen teniendo el mismo objetivo
y estilo.
Los autores Benavides y Quintero (2004) afirman que el ensayo biográfico “viene a
ser una semblanza póstuma con la que se recuerda y homenajea a alguien que en vida
acumuló especiales méritos o relevancia”, (p. 186 – 187).
Monseñor Samuel Pinto Gómez fue una figura relevante e influyente en Ciudad
Bolívar. Su presencia y aportes al desarrollo de la región hacen que se convierta en
un personaje digno de admirar. Impartió conocimientos por más de 27 años, además
de incentivar la fe durante más de 60 años en la otrora Angostura.
Lizano (2010) explica que “este tipo de semblanza recibe muchos nombres, como
obituario, ensayo biográfico o narrativa biográfica”, (p.276). Lizano
(2010) También subraya que otro factor a tomar en cuenta es la edad del personaje, si
era muy joven, el enfoque más común es tratar de pronosticar lo que pudo haber sido
de su vida. (p.276).
El mismo autor resalta que lo que se busca es hacer “un relato interpretativo sobre
los rasgos más destacados de la vida de un personaje fallecido” (p.276).
El ensayo biográfico puede ser usado para documentarse cuando las personas han
fallecido y también sirve de herramienta para mostrarle al lector la importancia que
tiene un ser humano en la vida. Su autor pretende rescatar, plasmar, guardar y
mostrar a las generaciones futuras que existieron personas maravillosas que se
esforzaron para dejarle un legado a la sociedad.
López de Zuazo (1978; cp. López Hidalgo, 1998) dice que la necrológica es “un
artículo dedicado a enaltecer la fama o virtudes de un personaje que acaba de fallecer
o de quien se conmemora el aniversario”, (p. 92). Monseñor Samuel Pinto Gómez
falleció después que se le hiciera una entrevista para este trabajo de grado. Aunque
su muerte es lamentable, este hecho le da mayor importancia a la investigación
acerca de su vida y obra, para hacerla de conocimiento público.
Jemio (2008) explica que “es la recreación nostálgica del pasado” (p. 67), esto
explica que se hará una recreación al lector sobre la vida y aportes realizado por el
sacerdote a la región bolivarense, ya que se relatará y no dejará de ser nostálgico, por
la desaparición física de un ser humano.
Elementos e importancia
Los elementos que pueden distinguir al ensayo biográfico de cualquier otro género
periodístico están en la forma de escritura y en lo que se pretende reflejar. El manual
de estilo del diario El Mundo (1996; cp. López Hidalgo, 1998) muestra algunas
características a tomar en cuenta a la hora de escribir un ensayo biográfico. Estas
son:
1. El ensayo quiere reflejar las obras y aportes más resaltantes de un personaje
2. Puede estar acompañado de fotografías, ya que eso enriquece aún más al lector.
3. La persona que lo escriba debe darle al lector los datos biográficos más
resaltantes del personaje, acercándole así a la figura que se quiere presentar.
4. Se tiene que relatar con el sentimiento más humano posible, relatándole a lector
porque es importante hacer un trabajo de esa persona.
5. El ensayo incluye mucha investigación, no se puede realizar en un día, sino que
a través del tiempo se podrá obtener la información.
6. Tiene la entrevista como su principal forma de recolección de información.
La entrevista
Según el Diccionario de Olga Dragic (2006) la entrevista “es un dialogo que se
realiza con determinada intención. Es un método que utiliza disciplinas sociales
como la antropología y la sociología”.
Pero Santoro (2004) explica que la entrevista es una proximidad, cara a cara, con el
entrevistado, pero aunque sea un encuentro, resalta que quien escribe es una tercera
persona
Elementos
1. Descripción física de personaje: Todo lo atinente a complexión, color de piel
y cabello, ojos, etc.
2. Forma de vestirse y de peinarse (incluye adornos y accesorios, perfumes que
usa, cómo se maquila, etc.)
3. Carácter (incluye su forma de expresarse a través de la lengua, de los gestos y
de la mirada).
4. Sentimientos (miedos, dudas, obsesiones, depresiones, ilusiones, y pasiones;
frustraciones, un sueño que le resulta representativo o reiterativo).
5. Creencias (convicciones religiosas y políticas).
6. Costumbres( (preferencias en música, libros, cine, teatro y televisión;
hobbies, deportes que practica, cómo es un día cualquier en su vida)
7. Su vivienda actual (ubicación, descripción del barrio o zona, si es casa o
departamento; dimensiones, antigüedad, mobiliario, decoración y adornos,
personal doméstico, mascotas).
8. Su familia: sus padres y hermanos (origen sociocultural, ocupación o
profesión, afinidades); su propia familia: estado civil, cónyuge, hijos, nietos,
ocupaciones y/o estudios).
9. El lugar donde se crió (paisajes, actividades, viviendas, y comercios).
Recuerdos de la infancia (la casa natal, juguetes preferidos, y entretenimientos)
10. Recuerdos de la adolescencia (el/ la primer/a novio/a, el descubrimiento del
sexo, los paseos, el comienzo de su vocación). Enfermedades que lo
marcaron
11. El momento más feliz de su vida y el más desdichado. Todo tipo de anécdotas
(viajes, accidentes, encuentros que le resultaron determinantes.)
12. Amigos, compañeros de estudios y trabajo, enemigos.
13. Su muerte: si murió, en qué circunstancias, cuáles fueron sus últimos deseos y
sus últimas palabras; si aún vive, cómo se le imagina, cómo desearía que
fuera. (pp.146-147).
Lizano (2010) señala que los autores Camps y Pazos (2003) explican “que no es
necesario que una historia de vida contenga todos los aspectos de esta lista pero
todos son útiles, para darle forma al relato. Según las características del biografiado,
el periodista podrá optar por unos u otros, pues siempre dependerá de diversos
factores, además del medio para el que se escribe y del enfoque elegido por el
periodista, como son: la persona a quien se hace referencia y la actividad a la que se
dedica; las circunstancias por las cuales se incluye esa historia; o la sección en la
que se publicará.
En este caso se realizarán entrevistas a los familiares, amigos y compañeros de
labores eclesiásticas de monseñor Samuel Pinto Gómez. La intención es tener un
acercamiento con estas personas y que sean ellas quienes relaten sus experiencias y
cómo percibían al obispo.
Tipos de entrevistas
Según el Diccionario de Dragic (2006, p. 263) existen varios tipos de entrevista, de
acuerdo a sus géneros:
Entrevista de noticia: Es aquella en la cual se da a conocer, mediante el diálogo, la
información obtenida de una fuente de vida. Su estructura se jerarquiza de acuerdo
con los parámetros que se emplean para la noticia.
Entrevista de opinión: En este tipo de entrevista se da a conocer los diferentes
puntos de vistas, los juicios y las apreciaciones emitidas por varias fuentes sobre
algún tema de actualidad.
Entrevista de personalidad: Género de mayor elaboración estilística y estructural, a
través de la cual se debe ofrecer al lector la imagen integral de una persona que tiene
prominencia.
Lizano (2010, p.277) comenta que “lo usual es que el periodista recurra a testimonios
de familiares, socios, allegados, amigos y enemigos, así como a declaraciones
anteriores y al archivo en general para tratar de reconstruir la vida de ese personaje.
La entrevista será el principal instrumento de recolección de información para
conocer cómo era, vivía y se desempeñaba monseñor Samuel Pinto Gómez en su
cotidianidad. Sus familiares, amigos y compañeros de trabajo son piezas
fundamentales para conseguir la información que ayude a redactar el ensayo
biográfico.
Preparación de la entrevista
Según y cómo está escrito en el Diccionario de Dragic (2006) de la preparación del
periodista o entrevistador antes de concretar la cita con el personaje, dependerá el
éxito de la entrevista. Si se documenta sobre su entrevistado con antelación, podrá
conocer más a fondo al personaje, lo que le permitirá sacar la mayor cantidad de
información posible.
Se debe conocer al entrevistó antes de concretar algo con él. No se puede ir
empíricamente a conversar con esas personas. Se requiere de una preparación previa,
basada en la documentación y búsqueda de información para abordar de mejor
manera al entrevistado.
Términos básicos
Biografía:
“Historia de la vida de una persona” (Larousse: Diccionario enciclopédico, 1998,
p.157)
Capellán
“Eclesiástico que obtiene alguna capellanía” (Diccionario de la Real Academia
Española, 1992, p.398)
Deán:
“Canónigo que preside el cabildo de la catedral”. (Diccionario de la Real Academia
Española, 1992, p.664)
Entrevista:
“Se refiere a un género informativo, en el cual está presente el diálogo explícito o
implícito de la fuente, como técnica redaccional más importante”, (Dragnic, 2001,
p.93)
Obras sociales:
“Todas las acciones de las virtudes cristianas; lo que se hace con fines no lucrativos y
con el propósito de proporcionar el bien ajeno”, (Larousse: Diccionario
enciclopédico, 1998, p.723).
Padre:
“Título dado a los sacerdotes miembros de congregaciones religiosas, por oposición
a los hermanos”, (Larousse: Diccionario enciclopédico, 1998, p.746)
Monseñor:
“Título de honor que concede el Papa a determinados eclesiásticos”, (Diccionario de
la Real Academia Española, 1992, p.1396).
Semblanza:
“Descripción física o moral de una persona, generalmente acompañada de una breve
historia de su vida”, (Diccionario Manual de la Lengua Española, 2007 Larousse
Editorial)
CAPÍTULO III
MARCO METODOLÓGICO
Tipo de Investigación
De acuerdo a los objetivos planteados en esta investigación, la misma
está enmarcada en el tipo exploratoria- descriptiva. Ya que según y cómo lo
afirman Hernández, Fernández (2006) “los estudios exploratorios son como
realizar un viaje a un sitio desconocido del cual no hemos visto ningún
documental ni leído algún libro, sino que simplemente alguien nos hizo un
breve comentario sobre el lugar” (p. 101)
Por lo que esta investigación entra en esa categoría, debida a que la
vida y obra de Monseñor Samuel Pinto Gómez no ha sido nunca reflejada o
estudiada por alguien, hecho que la hace ser desconocida ante la sociedad. Por
lo que a través de esta investigación se le hará llegar al público una
información que no se ha podido sacar a la luz pública.
En cuanto a los estudios descriptivos Danhke (1989; cp. Hernández,
Fernández y Baptista, 2006) plantean que estos “buscan especificar las
propiedades, las características y los perfiles de personas, grupos,
comunidades, procesos, objetos o cualquier otro fenómeno que se someta a
análisis” (p.102).
En el caso de Monseñor Samuel Pinto Gómez, se tratará de hacer un
acercamiento y describir de forma más clara la vida de este personaje, para que
así el público tenga una percepción amplia como se desarrollo su vida.
Diseño de la Investigación
El diseño de esta investigación es de campo, no experimental y se
clasifica longitudinal.
De campo porque según Sampieri (2006) “se recogen datos
directamente de la realidad, por lo cual son denominados primarios”. En esta
investigación se realizaron diferentes entrevistas a las personas más cercanas,
o que tuvieron proximidad con el personaje, para así poder obtener
información valiosa para la redacción del ensayo biográfico. Todo esto se
complementará con la adición de datos obtenidos de documentación
bibliográfica que enriquezcan aun más la investigación.
No experimental debido a lo expresado por Sampieri (2006, p. 205)
“son estudios que se realizan sin la manipulación deliberada de variables y en
los que sólo se observa los fenómenos en su ambiente natural para después
analizarlos”
En el caso de esta investigación, no se pretende hacer ningún
experimento para la obtención de un resultado, ya que se procuró fue reflejar a
través de un ensayo biográfico la vida y obra de monseñor Samuel Pinto
Gómez, y como esta influyó en el beneficio de los bolivarenses.
Y se clasifica en longitudinal ya que según lo dicho por Sampieri
(2006, p.216) estas son “estudios que recaban datos en diferentes puntos del
tiempo para realizar inferencias acerca del cambio”.
Unidad de Análisis
Se utilizaron dos unidades de análisis, las cuales serán los focos de atención
de la investigación. Esto permitirá que la información sea recaudada con
mayor facilidad y en orden de ideas, lo más resaltante, acorde a los objetivos
planteados:
Vida de Monseñor Samuel Pinto Gómez:
Se realizó una investigación para conocer como fue no sólo la llegada de
Monseñor Samuel Pinto Gómez a Venezuela, sino el transcurrir de su vida
hasta llegar al momento de su fallecimiento. Esta primera unidad de análisis se
dividió en dos sub categorías como son: el lado humano, sacerdotal, amigo y
familiar.
Obra de monseñor Samuel Pinto Gómez:
En esta se buscó reflejar cuales fueron las obras realizadas por el personaje y
cuál fue la trascendencia que tuvieron en beneficio de los bolivarenses.
Población y Muestra
Población:
Una población es el conjunto de personas que otorgarán la información
necesaria para llevar a cabo un estudio. De acuerdo a Balestrini (2006) “Una
población o universo puede estar referido a cualquier conjunto de elementos de
los cuales pretendemos indagar y conocer sus características, o una de ellas, y
para lo cual serán validas las conclusiones obtenidas en la investigación”.
(p.137)
En este caso la población fueron todas aquellas personas que estuvieron
alrededor de la vida de Monseñor Samuel Pinto Gómez, desde su llegada a
Venezuela. Paseándose desde su más cercanos amigos, familiares, hasta sus
compañeros de trabajo.
Muestra
La muestra que se seleccionó para esta investigación fue aleatoria y
que sirvió de soporte para recoger a través de los datos sobre la vida y obra del
personaje estudiado. Además, por ello la muestra viene a ser un subgrupo de la
población y de acuerdo a la investigación es no probabilística, ya que según
Stracuzzi y Pestana (2006) “…el investigador establece previamente los
criterios para seleccionar las unidades de análisis…” (p. 124). Es decir que
para este trabajo se tomaros dos unidades que son: la vida y obra de monseñor
Samuel Pinto Gómez.
Debido a que la población en estudio es amplia, se debe tomar una
muestra no probabilística y de acuerdo a Sabino (2002) se refiere a que: “…en
la muestra no probabilística, el investigador obtiene los datos de forma
diferente, ya que las elige de acuerdo a sus apreciaciones” (p. 32). En este
caso la población se está tomando a juicio del investigador, ya que se
seleccionará a las personas aleatorias que hayan tenido y conocido de forma
cercana a monseñor Samuel Pinto Gómez.
Para obtener datos se realizaron entrevistas como bases
fundamentales, por lo cual se tomaron dos tipos de población: La de mapa de
actores y familiares. Por eso se tuvo que seleccionar una muestra de 15
personas dividida de la siguiente manera:
- Mapa de actores: Conformado por todas aquellas personas que de alguna
manera tuvieron una cercanía con monseñor Samuel Pinto Gómez, más
específicamente amigos, sacerdotes y personas ligadas a la labor social que
desarrolló durante su vida.
- Familiares: Ligada a sus parientes, como hermanos y sobrinos, ya que al ser
oriundo de otro país, fue adoptado por una familia que se encargó de darle
apoyo en todo momento.
El mapa de actores se clasificó de la siguiente manera:
1. Amigos: cuatro personas que tuvieron como precedente un
acercamiento constante, basados en los años de amistad monseñor
Samuel Pinto Gómez.
2. Ex alumnos: tres ex estudiantes que recibieron educación en los
distintos colegios de la ciudad capital. Esto dará una visión de como
era monseñor como educador.
3. Compañeros de trabajo: tres personas, especialmente a aquellas
que estuvieron muy ligadas al quehacer cotidiano de monseñor
cuando este trabajaba.
4. Feligreses: Dos feligreses, los cuales asistían de manera
ininterrumpida a las misas oficiadas por monseñor Samuel Pinto
Gómez, en la catedral de Ciudad Bolívar.
5. Expertos: En este caso, al cronista de Ciudad Bolívar, por conocer
como historiador su historia y trayectoria en la otrora angostura.
6. Políticos: Una mujer que observaba como Monseñor Samuel Pinto
Gómez, opinaba sobre el tema y era muy respetado por sus
señalamientos.
7. Familiares: Se contó con tres familiares, quienes le brindaron un
hogar, y pudieron compartir con él desde su llegada a Venezuela.
Técnica e Instrumento de Recolección de Información
Para llevar a cabo la recolección de datos se empleó como instrumento
principal la entrevista periodística, por lo que se establecieran diferentes tipos
de cuestionarios o guías de preguntas que estarán adaptadas a cada
entrevistado.
El instrumento principal fue la entrevista periodística, ya que es la
forma más idónea de recolectar datos para la realización del Ensayo
Biográfico. Para la realización de las entrevista se elaboraran distintos
cuestionarios que serán adaptado para cada entrevistado.
A continuación se presenta de forma detallada el cuadro técnico metodológico.
Tabla 1. Cuadro Técnico Metodológico
Objetivos Dimensiones Indicadores Ítems Instrumentos
Fuentes
Contextualizar la
época donde se
desarrollo la vida
de monseñor
Samuel Pinto
Gómez
Política
Época
Sistema de gobierno
Entrevistas Profesores de historia
Social
Programas para
ayudar a las personas
Cómo los
ayudaba
Entrevistas
Personas de los
diferentes centros que
ayudó a formar
Trabajo
Actividades
en las que
trabajó
En donde se
desempeñó
más ¿En la
iglesia o
educación
Entrevistas Directores de
escuela
Sacerdotes de
la Catedral de
ciudad Bolívar
Describir las obras
y aportes de
monseñor Samuel
Pinto Gómez a
ciudad Bolívar
Educativa
Qué aportes
dio como
educador
Qué
métodos
utilizó
Entrevistas
Ex alumnas
Eclesiástica Actividades
religiosas
Cuáles
fueron las
labores
religiosas
que realizó
Entrevistas Sacerdotes de la
Catedral de Ciudad
Bolívar
Salud
Tipo de
ayuda
Como los
ayudaba
Entrevistas Beneficiarios
de esa ayuda
Reconstruir la
historia de vida de
monseñor Samuel
Pinto
Humano Cómo era como ser
humano
Que acciones
realizaba
Entrevistas Su familia
Amistad Números de amigo ¿Era una
persona
sociable?
Entrevistas Amigos y allegados
Dimensionar
mediante un
ensayo biográfico
la vida, obra y
principales aportes
de monseñor
Samuel Pinto
Gómez a ciudad
Bolívar
Social
Actividades que
desarrolló en favor
de las personas
¿Qué realizó
monseñor Samuel
Pinto en beneficio de
la comunidad
bolivarense?
Entrevistas
Beneficiarios,
sacerdotes y familiares
Procedimiento
Para llegar al objetivo general de la investigación se debió realizar una serie
de actividades que permitieron mostrar a través de un ensayo biográfico la vida, obra
y principales aportes de monseñor Samuel Pinto Gómez a Ciudad Bolívar
Objetivo General
Realizar un ensayo biográfico de monseñor Samuel Pinto Gómez a través del
cual se explique su vida, obra y aportes a Ciudad Bolívar.
Objetivo Específico N° 1
Contextualizar la época política-social en la que se desarrolló la vida de
monseñor Samuel Pinto Gómez.
1. Para lograr este objetivo se realizó una extensa investigación en libros y
se consultaron a distintos profesores y expertos en historia de Venezuela,
para situar en espacio y tiempo la vida de monseñor Samuel Pinto Gómez.
Objetivo específicos Nº 2
Describir las obras y los aportes sociales realizados por monseñor
2. Revisar y analizar los libros, periódicos, Internet y folletos, para conocer
qué obras realizó Monseñor Samuel Pinto Gómez
3. Construyó un mapa de actores con todas aquellas personas que
conocieron y convivieron con monseñor Samuel Pinto Gómez.
4. Luego se preparó una guía de preguntas para directores y beneficiarios.
5. Contactar a las personas, amigos, expertos alumnos y compañeros de
trabajo para pautar las correspondientes citas.
6. Elaborar los distintos cuestionarios.
7. Se aplicaron los correspondientes preguntas para reconstruir la vida y
aportes realizados por monseñor Samuel Pinto Gómez a Ciudad Bolívar
Objetivo específicos Nº 3
Reconstruir la historia de vida de monseñor Samuel Pinto Gómez.
8. Para tener éxito en este objetivo se hizo una revisión extensa de libros,
periódicos, Internet y folletos, para conseguir datos sobre la vida de
monseñor Samuel Pinto Gómez
9. Ya con esta información se buscaron a las personas que estuvieron
alrededor de la vida del Monseñor Samuel Pinto Gómez para entrevistarlas
donde se especificó su relación con él y su importancia.
10. Encontrados los entrevistados se acordó una cita para aplicarles la
entrevista.
11. Se tuvo que elaborar una guía de preguntas adaptada a cada persona.
12. Se entrevistó a todas las personas del mapa de actores.
Objetivo específicos Nº 4
Dimensionar mediante un ensayo biográfico la importancia de la vida,
obras y principales aportes de monseñor Samuel Pinto Gómez.
Para cumplir este objetivo se clasificó la información de libros, documentos,
periódicos.
13. También se tuvo que examinar toda la información recolectada, para poder
redactar el ensayo biográfico
14 .Posteriormente se procesaron las entrevistas realizadas.
15. Lugo se hizo una revisión del ensayo con expertos para su corrección y
algunos consejos
16. Luego se escribió el ensayo biográfico.
CAPÍTULO IV
ENSAYO BIOGRÁFICO
Monseñor Samuel Pinto Gómez: Vida, obra y aportes a Ciudad
Bolívar
Acostado en su cama y con su rosario en las manos, monseñor Samuel Pinto
Gómez entregó su alma a Dios después de haber padecido por más de diez años
cáncer en la vejiga. La tenacidad y ganas de vivir hicieron que no se diera por
vencido, pero el momento llegó y su querida Ciudad Bolívar notaría la ausencia
física de este ilustre sacerdote.
Falleció la noche del 20 de abril de 2010 con 87 años cumplidos, rodeado de
las personas que a su llegada a Venezuela le tendieron una mano amiga. Huérfano de
padres, vio como Venezuela y más específicamente Ciudad Bolívar lo adoptó como
un hijo a quien llevará siempre en el recuerdo.
Con una firmeza que sorprendería a muchos y unas inmensas ganas de vivir,
monseñor Samuel Pinto Gómez concedió su última entrevista, sin darse cuenta que
días después la ciudad que lo acogió por más de cincos décadas vería apagar la luz
de sus ojos para siempre.
Ilusionado comentaba que no existía un mejor momento para hablar que ese, ya
que aunque su enfermedad lo consumía lentamente, sus agudas palabras expresaban
su amor por un país que lo colmó de alegría, éxitos y fe.
Monseñor Samuel Pinto Gómez fue un sacerdote de origen español que tomó a
Venezuela como esa segunda casa que le brindó todo su amor. Pinto, además de
cumplir con funciones eclesiásticas, también fue educador, consejero de la
comunidad y periodista. Luchó incansablemente por el bienestar de los bolivarenses
y tuvo una vida política activa como figura influyente dentro de la sociedad.
Además de ser un hombre trabajador, también era amante de las artes y del
conocimiento. Era aficionado al canto y apreciaba los actos litúrgicos cargados de
melodías sublimes que creaban la ilusión de estar más cerca de Dios.
La vestimenta tradicional, por la que siempre se distinguía, nunca le impidió
hacerse presente en cualquier evento social. Una personalidad auténtica y buenas
acciones hicieron de monseñor Samuel Pinto Gómez una persona respetada y querida
por los bolivarenses. Fue un sacerdote a quien incluso después de su muerte lo siguen
recordando como parte importante de la fe católica de la sociedad regional.
Monseñor Pinto le brindaba esa mano amiga a todo aquel que la necesitaba.
Recio de carácter, pero con un espíritu paternal, logró que muchas personas
confiaran en él y buscaran sus palabras de aliento en momentos difíciles.
Era un hombre muy abierto a los problemas de las personas y aunque al
principio se mostraba sumamente serio, por dentro tenía una calidad humana que
muy pocos pudieron observar. Monseñor era y será considerado por los bolivarenses
como un personaje que marcó un antes y después en la vida religiosa de Ciudad
Bolívar.
Inicios prometedores
Monseñor Samuel Pinto Gómez nació el 16 de febrero de 1924 en un pequeño
pueblo de la provincia de León en España. León, para ese tiempo estaba en invierno
y la nieve copaba la escena en las calles. Fue allí donde
Samuel Pinto, con tan sólo 15 años de edad, decidió por ese gran amor y
devoción hacia Dios, convertirse en sacerdote. Su interés y religiosidad lo llevaron a
realizar una rápida gestión en la Santa Sede. El día había llegado, emocionado y con
lágrimas en los ojos Pinto se recibía como sacerdote el 21 de diciembre de 1948 en la
iglesia de la Universidad Pontificia Comillas de España.
En 1951 ya llevaba varios años como sacerdote de la provincia de León. Su
tío don Gómez Villa, también eclesiástico de la zona, decidió que ese joven lleno de
esperanza y alegría realizara uno de sus viajes más esplendidos y decisivos de su
vida.
Notaron que Venezuela era un país que necesitaba que le inculcaran ese don y
poder de creer más en Dios. Gómez acudió a su tío para explicarle que no sabía
mucho de esa nación, pero no fue hasta el año 1951 cuando este joven carismático y
dedicado firmemente a Dios llegó a Venezuela para entrañarse en el corazón de
Guayana. Su primera parada fue Tumeremo. En ese tiempo, en los caminos sólo se
podían visualizar tierra y monte.
Un viaje sin retorno
Ya ubicado en Tumeremo, decidió trabajar para beneficio de la comunidad,
llegando incluso hacia más allá del sur donde se ubican Guasipati y El Callao. El
periodista Américo Fernández, quien ha sido cronista de Ciudad Bolívar por más de
tres décadas, comentó sobre la llegada de monseñor a tierras guayanesas.
Fernández explicó que Pinto fue llamado por el obispo Juan José Bernal
Ortiz, para que viniese a la ciudad capital y así ser testigo de la transformación de la
Diócesis de Santo Tomás de Guayana, en Ciudad Bolívar, en 1958.
La provincia de Guayana abarcaba todo el oriente de país, comprendido por
los estados Anzoátegui y Monagas, lo que suponía, en su caso, ser el sacerdote más
joven de la curia y tener que desplazarse frecuentemente de un lugar a otro
cubriendo todos los rincones de esas entidades federales, para asuntos meramente
eclesiásticos.
El cronista explicó que Pinto trabajó incansablemente en esas zonas rurales
para ayudar a las personas en estado de pobreza crítica. Fernández reseñó que la
formación religiosa y la bondad no se aprenden dentro de cuatro paredes. Asumió
que ese gran espíritu de Pinto era único y su llegada a estas tierras fue gracias a las
manos de Dios.
Los primeros diez años de trabajo de monseñor Samuel Pinto trascurrieron al
lado del arzobispo Crisanto Mata Cova. Fernández, en la semblanza que lleva por
título “Tributo a monseñor Samuel Pinto Gómez” (2010), explicó que de la amistad
que hubo entre Mata Cova y Samuel Pinto “resalta la reconstrucción y restauración
de la Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar”.
Su hogar
Américo Fernández, describió que Samuel Pinto ejerció la capellanía y
aprendió algunas lecciones que fueron punto de partida para sus buenas acciones y su
forma de vivir dentro de la iglesia. De tal manera que su primera catequesis la recibió
en Guayana, pero en condiciones difíciles, porque para aquella fecha (1952) nadie
había llegado hasta El Dorado con intenciones de atender espiritualmente a todos los
habitantes de ese lugar.
El cronista de la ciudad tenía una proximidad muy estrecha con monseñor, ya
que la casa de Fernández queda a pocos minutos de lo que se convertiría en la
morada de Pinto a su llegada a la otrora Angostura: la Catedral Metropolitana de
Ciudad Bolívar.
Fernández relató que por disposición papal, cada estado del Oriente tenía que
ser independiente del otro. Fue, en ese momento, que Pinto quedaría como sacerdote
de la Arquidiócesis de Ciudad Bolívar.
Ya monseñor se tenía que dedicar solamente a la Arquidiócesis de Ciudad
Bolívar, esto ocurriría en el año 1952. Desde ese momento, la religión cambiaría para
los bolivarenses. Habían ganado un sacerdote que se entregaría en cuerpo y alma al
realce de los valores cristianos de la sociedad.
Párroco bolivarense
Fernández reseñó en la semblanza realizada a monseñor Pinto Gómez (2010)
que “en septiembre de 1977, Monseñor Pinto era Deán o cabeza del cabildo de la
Catedral”.
Pinto para ese momento no se imaginaba que podría llegar a ser el sacerdote
principal de la Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar, ya que en esos momentos
sus trabajos estaban enfocados en impartir sus clases en los diferentes liceos de la
zona.
“El arzobispo Crisanto Mata Cova lo llamó requiriéndolo para que resolviera
el problema de la Catedral, ya que se habían quedado sin pastor.” Pinto, después de
meditarlo por dos días, aceptó ser párroco sólo por tres meses, sin imaginarse que su
misión duraría más de veinte años
El cronista de la ciudad sigue explicando que hasta el año 1979, la
arquidiócesis tuvo jurisdicción en el estado Bolívar, pero la necesidad que había de
atender de manera más eficaz a la feligresía hizo que el Papa Juan Pablo II viera con
buenos ojos la creación de la Diócesis de Ciudad Guayana para posteriormente
consolidar la de Ciudad Bolívar.
Vicario general
Fernández (2010) sostuvo que debido al retiro de Crisanto Mata Cova por su
cansancio y salud quebrantada a los 75 años, la Santa Sede le concedió el cargo a
Medardo Luzardo Romero.
Luzardo Romero a su llegada a la Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar, tuvo
una conversación con monseñor Samuel Pinto y luego de varias horas hablando
sobre asuntos eclesiásticos, decide sacarse la sotana y decir: “Monseñor, he decidido
designarlo vicario general de la Arquidiócesis”. De esta forma, monseñor Samuel
Pinto se convirtió en párroco y vicario general al mismo tiempo.
Fernández detalló que monseñor se sintió sorprendido ante tal elección, pero tuvo
que aceptar la responsabilidad. A su parecer “la enorme gallardía de su obediencia y
disciplina y de no haber tenido problemas con sacerdote alguno y menos con
prelados de mayor rango”, fueron los méritos por los cuales fue nombrado vicario
general de la Arquidiócesis. El historiador resaltó el potencial y la visión humanística
que poseía monseñor Pinto para estar al frente de ambos cargos.
“Era evidente su concepto de jerarquía y aceptó la responsabilidad, no por su clase de
dignidad, sino simplemente porque los apreciaba como un puesto más de servicio y
un compromiso mayor con la Iglesia de Guayana”, relató Fernández.
Sacerdote audaz
Pinto era un hombre de tez blanca, sus ojos marrones transmitían alegría y
respeto a quienes les seguían. Él a través de su bondad y acciones decidió regalar a
las personas ese fruto que llamaría esperanza. Fue el 15 de enero de 2009 cuando
monseñor decidió abrir las puertas de su casa para contar parte de su historia. A
ninguna persona le pasaría por la mente que al poco tiempo de estas visitas, los
feligreses bolivarenses llorarían su muerte.
Su casa era como la de cualquier venezolano. Eso sí, estaba bien cuidada y las
fotografías adornaban cada rincón de su hogar. La primera de las dos únicas visitas
realizadas a monseñor Pinto Gómez estuvo cargada de mucha emotividad.
En el momento de explicarle que se le haría una entrevista para un trabajo
especial, su rostro cambió totalmente. Monseñor, quien estaba acostado en su cama
debido a las difíciles sesiones de quimioterapia a las cuales se había sometido, pidió
ayuda para pararse y poder expresar sólo algunas palabras: “Empiece rápido que mi
tiempo en estos momentos es oro”. Se sonrió como un niño cuando tiene en sus
manos ese juguete que toda la vida había estado esperando.
Pidió sentarse en el comedor para estar un poco más cómodo. No podía estar
mucho tiempo sentado ni acostado, ya que los dolores le impedían desplazarse con
facilidad. Su sonrisa era muy contagiosa, pero su cuerpo cansado y sus ojos distantes
pudieron relucir sin que dijera nada su estado de salud.
A Monseñor le habían detectado cáncer en la vejiga. Su eterna lucha contra
esta poderosa enfermedad fue de años, llegando inclusive a oficiar las misas
matutinas en esa condición. Su fe y amor por Dios le permitieron levantarse e ir a
cumplir con los feligreses que tanto le extrañaban.
Última entrevista
El 16 de febrero de 2010 correspondía la segunda entrevista y monseñor
Samuel Pinto Gómez estaba de cumpleaños. “Yo llegué a Venezuela cuando aquí
eran muy pocas las cosas que existían”, relató al ser consultado sobre cómo era el
país a su llegada de España. Luego decidió dejar de hablar y se quitó los lentes para
meditar. En ese momento, monseñor estaba sentado en la mesa de su casa
acompañado por algunos familiares y su más fiel hermano, mano derecha y
compañero de trabajo, el padre Ángel Tomedes.
“te invito a mi cumpleaños, aunque no te creas que será una gran celebración,
porque sólo será la picada de una torta”, puntualizó. Ese hombre recio y activo estaba
decayendo lentamente. Sus ojos querían descansar, pero su mente y espíritu le decían
palabras muy distintas.
“mi misión siempre ha sido cumplirle a todos los feligreses que tengo tanto
en la Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar, como fuera de ella”, aseguró. Desde
que estuvo enfermo, monseñor siempre recibió visitas en su casa.
Quiso dejar por sentado que su misión en la tierra aún continuaba. Se mostró muy
audaz a la hora de conversar sobre la actividad política del país. Entre el devenir de
la entrevista, monseñor muy elocuente y activo preguntó: ¿para qué era esta
entrevista?”.Sus ojos se tornaron brillosos y se fueron aguando lentamente. Jamás
pensó que se le rendiría un homenaje tan especial como este.
Pidió que se le mostrara tal cual como era él. Luego de dejar caer unas
lágrimas, expresó que no había algo más bonito en sus cinco décadas en Venezuela,
que haber elegido a estas tierras por más desconocidas que fueran para así tener la
dicha de conocer a personas tan maravillosas y humildes como los venezolanos.
Con alegría, monseñor sopló una velita por sus 87 años de vida ante todos sus
amigos y familiares más allegados, quienes estaban muy preocupados por el estado
de salud del sacerdote. Por los días restantes de febrero, ofició misas en la Catedral
Metropolitana de Ciudad Bolívar.
A principios de abril de 2010 la situación de monseñor Pinto empeoró, por lo
que no se le pudo realizar más entrevistas. Su estado era delicado y estuvo en cama
hasta el día de su muerte.
Un venezolano más
Desde que monseñor Samuel Pinto llegó a Venezuela, en 1952, se dedicó a
servir y ayudar a aquellas personas que requirieron de sus servicios. La profesora
Yaritza Viña, quien fue alumna de Pinto, en el Liceo “Fernando Peñalver”, comentó
que él siempre sintió un aprecio especial por Ciudad Bolívar.
“Monseñor amaba Venezuela y especialmente a Ciudad Bolívar”, exclamó
Viña de forma muy feliz. Pinto siempre trataba de sacar el lado positivo de todos los
acontecimientos que ocurrían en la región. Para él lo importante era que los
bolivarenses se sintieran protegidos.
“Yo siempre lo veía con la intención de poder solventarle los problemas a las
personas. Si no lo conseguía, se volvía impotente y de mal humor”, recordó Viña.
Como cualquier ser humano, Samuel Pinto tenía defectos que algunas veces lo
hacían disgustarse consigo mismo.
Por su parte, Mauro Suárez, ex alumno seminarista y amigo, comentó que
monseñor Pinto quiso a Ciudad Bolívar como si fuera un bolivarense más. Para él lo
importante era el bienestar de las personas, siempre y cuando ellas mismas pusieran
de su parte para conseguirlo.
Suárez, quien también es político, expresó que el amor que llegó a sentir
Pinto por estas tierras es admirable. “Monseñor amó y luchó por esta patria como
ninguno”, dijo. Siempre quiso mejorar la calidad de vida de todos los que se le
acercaban. En eso se basaba su misión, en que todos a través de sus acciones
pudieran lograr cada una de las metas trazadas en sus vidas.
Monseñor luchó por mostrarles a los feligreses una nueva forma de ver las
cosas. Su entrega y sus métodos fueron esenciales para que ellos asistieran aún más a
los templos de Dios. Alejandro Valdez, ex sacerdote y amigo de Pinto, explicó que
monseñor era un venezolano auténtico que asumió las riendas de la Iglesia con
mucha abnegación.
Valdez dejó ver que Pinto tenía un estilo de trabajo que muchos criticaban,
pero que al final de todo daba buenos resultados. “Él era un hombre muy responsable
en su trabajo y si salía mal se disgustaba”, refirió.
De igual forma, Carolina Maffia, periodista del Correo del Caroní, reseñó que
monseñor Samuel Pinto amaba a Ciudad Bolívar con todas sus fuerzas. “Él quiso
entregar su vida a estas tierras que las sintió suyas desde el momento en que llegó”.
Afirmó.
Maffia explicó que monseñor más que un venezolano, era un bolivarense que amó a
esta región como a ninguna otra, a excepción de su natal ciudad de León en España.
Su dedicación y entrega hicieron de Pinto un ícono referencial en la vida de todos los
habitantes de Ciudad Bolívar.
Recto, pero divertido
Monseñor Samuel Pinto Gómez siempre fue considerado como un ser
humano de personalidad recia, no se callaba nada y tenía la virtud de hablar siempre
con la verdad. Era un hombre de contextura delgada, pero eso no le impidió trabajar
de forma tranquila y sin complejos.
Su personalidad se adaptó a todos por igual. Quienes lo conocieron, siempre
le respetaron su carácter serio al momento de expresarse. Como todo ser humano,
tenía momentos de bromear, pero en la mayoría de los casos se distinguía por ser un
hombre serio.
Las personas que estuvieron a su lado sabían que este sacerdote poseía algo
que lo distinguía de los demás, era muy minucioso con las cosas, trabajador y
siempre encontraba esas palabras llenas de sabiduría que le hicieron ganar el respeto
y admiración de todos.
Sus ojos denotaban firmeza y seriedad al expresare. Los lentes y su infaltable
túnica de sacerdote eran dos implementos que lo distinguían. La comunicadora
social, Carolina Maffia, lo describió como un hombre muy fuerte, capaz de sostener
en sus hombros el peso de las dificultades y satisfacciones que le tocó vivir a lo largo
de su vida religiosa.
Samuel Pinto fue un hombre sencillo, abierto a todo aquel que requiriera de él
y no le gustaban los protagonismos. Maffia afirmó que lo conoció durante el
ejercicio del periodismo y que siempre fue un hombre muy abierto a la prensa. Su
personalidad y conocimiento sobre los asuntos del país lo convirtieron en una
referencia obligada a la hora de dar una opinión equilibrada.
Valdez, ex sacerdote y quien compartió durante varios años en el seminario
con él, describió que era un hombre de temple, pero profundamente bondadoso y
sensible como amigo.
Comentó que monseñor demostró su honradez y deseo de ayudar al momento de
contar el dinero producto de las ofrendas realizadas por los feligreses en las misas.
Afirmó que nadie sabe cuál es el destino de los fondos que se recogen allí. “Ese
dinero monseñor lo utilizaba para comprar comida y llevarla a las comunidades más
necesitadas”, subrayó.
Esta simple acción hizo de este sacerdote un personaje sencillo y preocupado
por el bienestar de las comunidades más necesitadas.
Y es que monseñor Pinto Gómez siempre que era solicitado contestaba de la
mejor manera, abierto y sincero ante la vida. Nunca dejó de expresar lo que su
corazón sentía ante cualquier asunto de carácter político y social.
Alejandro Valdez señaló que Pinto era firme a la hora de inculcar principios
a sus alumnos. Mostró su admiración por el pensamiento conservador y futurista que
poseía el sacerdote, sin dejar a un lado su alto nivel crítico cuando no estaba de
acuerdo con alguna cosa.
Era considerado por la mayoría de sus amigos como una persona consecuente que
estaba en los momentos difíciles, pero diciendo las cosas sin tener miedo.
Mauro Suárez, dirigente político cercano al sacerdote, afirmó que aunque
Pinto era serio no le pueden quitar los rasgos de solidaridad con los más pobres.
Para Suárez, se le debió dar un reconocimiento antes de morir por sus grandes
obras como luchador social y su compromiso de ayudar a los bolivarenses.
Bondad espiritual
Carlos Sánchez, amigo muy cercano, relató que aunque monseñor Samuel
Pinto era un hombre de carácter muy fuerte, tenía una gran bondad y espiritualidad.
Comentó que era una persona muy sociable dentro del ámbito laboral, pero
absolutamente reservado en sus asuntos personales.
Sánchez lo conoció en las misas diarias que ofrecía Pinto durante más de
cuarenta años en la Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar. Sus continuas visitas
permitieron que tuvieran un acercamiento más íntimo hasta llegar a cultivar una
bonita amistad.
“Yo conocí a monseñor Pinto hace más de 30 años, no recuerdo con
exactitud, pero lo realmente cierto es que él a través de sus palabras y buenos
consejos me permitieron cambiar mi modo de vivir. Lo que las personas no
reconocen es que ayudó a muchas comunidades sin tomar protagonismo alguno”,
dijo melancólico.
Sánchez resaltó lo franco, dominante, flexible y equilibrado que era monseñor
Pinto Gómez. Explicó que siempre trataba de ser una persona justa ante todo.
“Samuel se caracterizaba por no dar su brazo a torcer, siempre y cuando tuviera la
razón. Él poseía una agudeza increíble para resolver los problemas y empujar a los
gobernantes a trabajar duro”, agregó.
Dedicado a Dios
El cronista Américo Fernández comentó que monseñor Pinto era una persona
inteligente, sincera y dedicada a prestar colaboración a los más necesitados. Reveló
que solía ser muy extremista, pero al final terminaba siendo comprensivo y tolerante.
Su temperamento era fuerte, claro y directo. No conocía el miedo al momento
de decir la verdad sobre cualquier asunto de interés social, por lo que a veces era
considerado una persona odiosa y obstinada ante la vida. Los amigos cercanos
expresaron que era un hombre que reflexionaba antes de tomar cualquier decisión.
Pinto era un hombre dedicado a Dios. Sus días transcurrían bajo la luz de la
inmensa Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar oficiando misas y buscando la
manera de ayudar a aquellas personas que podía. Sus valores inculcados en la
pequeña población de León, en España, le permitieron ser un sacerdote íntegro y
recto ante los avatares de la vida.
Monseñor era de carácter fuerte, con grandes principios y valores religiosos.
Un hombre que no se amilanaba para decir lo que pensaba, basado en sus criterios de
convicción. Un religioso que a pesar de su personalidad enérgica con ciertos matices
de dureza en sus palabras, inspiraba confianza para convertirse en consejero de quien
se lo pidiera.
Fue un ser humano que desde lo más profundo de su ser no tuvo problemas
con nadie, a excepción de aquellas veces donde se pronunciaba por algo que a su
entender estaba funcionado de mala manera. De igual forma, la sola presencia de
monseñor infundía un respeto jamás visto en la ciudad. “Cuando se molestaba lo
decía fuertemente, pero sin insultar a nadie, sino con la idea era aprender de los
errores cometidos”, aseveró Carlos Sánchez.
Añadió que monseñor era muy reservado con su vida. Siempre colocó los
asuntos de la comunidad antes que los propios. No quiso nunca exponer a sus
feligreses y amigos a la enfermedad que tenía.
Enfrentaba los problemas con independencia, no requería de la ayuda de
nadie para solventarlos. A sus 87 años de edad, oficiaba misas con unas ganas
inmensas de servir a Dios, pero con ese dolor que lo iba consumiendo con el pasar
de los días. Aunque algunas veces se apreciaba frío, en el fondo era todo lo contrario,
puntualizó Américo Fernández.
Siempre opinaba
Monseñor siempre tenía algo interesante que decirle a la comunidad. Sus
misas estaban cargadas no sólo de espiritualidad, sino también de uno que otro
regaño por los errores que cometen a diarios los ciudadanos. Era muy puntual a la
hora de oficiar las ceremonias y no le gustaba mucho que se hablara mientras él
tenía la palabra.
Sánchez, quien empezó siendo un feligrés para terminar convirtiéndose en un
gran amigo del sacerdote, lo definió como una persona conversadora. Explicó que
tuvo que adaptarse a los cambios que se iban presentando dentro de la sociedad
moderna.
Monseñor era ese tipo de sacerdote a quien le gustaba dar un sermón por
cualquier cosa. Parecía ese padre que siempre le está llamando la atención a sus hijos
por las travesuras que cometen. Sánchez reseñó que “el nunca lo hizo de mala
intención, aunque a algunas personas siempre les parecía que era un regaño”.
Todos los domingos se preocupaba de que los ciudadanos tomaran conciencia
de sus acciones. Siempre buscaba las palabras exactas para llegar al corazón de
quienes asistían a misa. Expresaba de forma perspicaz, pero directa su mensaje y
aunque este gustara o no, lo importante era hacer reaccionar a las personas.
Carolina Maffia, quien por sus trabajos periodísticos lo entrevistaba con
bastante frecuencia, comentó que Monseñor siempre tenía una palabra clave para
todo. “Él siempre decía algo, no importaba qué o cuándo, pero lo importante era que
lo que expresaba siempre llevaba consigo alguna relevancia.
Liderazgo innegable
A juicio de la comunicadora social, monseñor fue un hombre muy
extrovertido y con un liderazgo único. Él reflejaba el vivo ejemplo de una persona a
quien nunca se cansarían de escuchar, no sólo por los conocimientos que sacaba a
relucir, sino por las palabras de esperanza que siempre tenía para los más
necesitados.
Sánchez indicó que monseñor poseía su propia convicción sobre la moral,
orden y comportamiento; y sabiendo que la sociedad no estaba acostumbrada a este
régimen de buenas costumbres, decidió hacer de sus misas un lugar para la reflexión
y el incentivo de hacer el bien sin mirar a quien.
Pinto era un fiel creyente de los valores familiares, utilizándolos como base
fundamental para contribuir al desarrollo de una sociedad verdaderamente justa,
donde no existiera el ventajismo, sino que todos fueran tratados como hijos de Dios.
Valdez expresó que Pinto siempre fue un sacerdote apegado a sus creencias
religiosas, nunca dio su brazo a torcer ante cualquier intento de desestabilización y
siempre defendió los derechos de los más necesitados.
Después de terminar las misas, monseñor se quedaba conversando con
aquellas personas que querían escuchar algunos consejos. Pero aunque no todos
salieran contentos por lo directo que solía ser al pronunciar sus palabras, sabían que
él lo hacía con la intención de ayudarles a mostrar una mejor actitud ante la vida.
Américo Fernández explicó que Pinto tuvo el dominio de la escena durante toda su
vida eclesiástica. Señaló que como vicario siempre sostuvo un liderazgo innegable,
no tanto por su sabiduría, sino también por el carisma de sacerdote y maestro.
Siempre fue como ese pastor que guía a sus rebaños por el buen camino, usando
métodos estrictos con una meta: motivar a su prójimo a servir a Dios. Poseía esa
chispa que hasta los momentos ningún sacerdote ha podido mostrar en Ciudad
Bolívar. Monseñor será recordado por su carácter fuerte, pero siendo un hombre de
una sencillez inmensa, que le permitió estar integrado a la sociedad bolivarense.
Político activo
“Hombre de opiniones definitivas”, así definió Fernández la actitud que mostraba
monseñor Pinto en los asuntos políticos. No era una persona que estuviera ligada a la
vida política de la ciudad, pero las opiniones que expresaba siempre eran
contundentes.
“Nunca se quedaba callado”, comentó Carlos Sánchez. Tanto en las misas, como
fuera de ellas, su opinión siempre valía casi o más que la de un dirigente político de
la ciudad. El respeto y la consideración que le tenían eran impresionantes.
Monseñor tenía una silla de color rojo. Sentado recibía a los medios de
comunicación social y a todas las personas que se acercaran para hablar con él. Su
personalidad y sus palabras críticas hacían que siempre fuera un punto de referencia.
El que no gustara dentro del entorno social no le importaba mucho.
Fernández afirmó que se involucró tanto en la vida política de la sociedad,
llegando incluso a poder optar por cargos dentro del gabinete. “A él los altos
funcionarios siempre lo buscaban. Lo que decía monseñor Samuel Pinto siempre era
interesante escucharlo”.
Monseñor era un sacerdote que tuvo una educación muy estricta. Siempre
estuvo apegado a los postulados de la doctrina católica. El cronista de Ciudad
Bolívar reseñó que siempre defendió los principios católicos.
Destacó que siempre abarcó temas importantes de la actualidad como la
pobreza, violencia, delincuencia, guerras, paz, dignificación del trabajo, libertad y
respeto hacia las mujeres. Monseñor siempre criticó a los políticos actuales por su
forma de gobernar el país.
“Yo estoy en desacuerdo con el propagandismo de las personas, cuando hay
un sinnúmero de niños y adolescentes que se están muriendo de hambre en las
calles”, sentenció Pinto”.
El sacerdote señaló durante varios años las actitudes de varios dirigentes
políticos y puntualizó que los gobernantes de la nación deberían hacer a un lado el
sectarismo, división y polarización de la sociedad.
Fernández refirió que la malversación de recursos era una de las cosas que
más le molestaba a monseñor Samuel Pinto Gómez. El sacerdote no concebía cómo
se podía gastar tanto dinero en viajes y lujos cuando ese recurso hace tanta falta para
la redención y la justicia social. Culminó Fernández
Monseñor en prensa
Un extracto tomado de la revista de la Asociación de Escritores de Venezuela
(1991) relata cómo monseñor ejercía funciones periodísticas. Gómez era un
sacerdote muy minucioso al momento de decir las cosas y trataba de explicar con
palabras sencillas, pero directas, su parecer.
Su ideología siempre estuvo basada en los conocimientos adquiridos durante
su vida como sacerdote.
“Mi condición de sacerdote me coloca entre el grupo de hombres que, en la historia
de la Iglesia, recibieron y transmitieron el primer mensaje de Cristo, fundador de la
misma Iglesia. Id por el mundo, enseñad y predicad que yo estaré a vuestro lado
hasta el final de los tiempos”.
La misión de monseñor era llevar a cada rincón del mundo la palabra de Dios,
dejando todo lo material a un lado y dedicándose en cuerpo y alma a cumplir con la
encomienda que el máximo creador le había dado. Explicó que siempre se tenía que
adecuar a las formas de expresión que iban apareciendo para la época.
Personalmente entiendo que, en mi condición de sacerdote, viviendo la
condición ineludible de ir y enseñar, respondiendo las exigencias de la Iglesia de
nuestro siglo, debo tomar una actitud que viene a ser un verdadero reto frente al
medio escrito o hablado.
Monseñor Pinto pisó tierras venezolanas (1952) eran muy pocos, por no decir
escasos, los medios de comunicación existentes en el país. Explicaba que para poder
cumplir con la sociedad, debía adecuarse a las formas de comunicación existentes y
aprovecharlas de la mejor manera en beneficio de las personas.
Pinto veía en la comunicación un elemento de suma importancia para el
desarrollo de las personas tanto a nivel social como espiritual. Concebía que los
medios sirvieran para profundizar la palabra de Dios.
Explicaba que la condición humana adquiría una forma muy especial en lo
que hoy se llama “comunicación social”. Y señalaba que a través de la comunicación
se establecieron relaciones entre grupos sociales distintos a niveles jamás
sospechados.
El sacerdote manifestaba que ninguna forma de expresión podría
considerarse como ordinaria, ya que en este tiempo los agentes de trasmisión eran
utilizados por el Magisterio Eclesiástico en toda su plenitud. Apoyó que el Vaticano
aceptara con gran alegría las nuevas maneras de poder llegar a sus feligreses.
Agradeció el decreto
Monseñor Pinto explicó el gran valor que tuvo el decreto promulgado por la
Santa Sede en el año 1963, en el que se explicaba el papel que debían tener los
medios de comunicación en la Iglesia Católica.
“para mí tiene valor obligante el Decreto sobre los medios de comunicación
promulgado el 4 de diciembre del año 1963, en pleno Concilio Vaticano”.
En este decreto aprobado por la iglesia católica se expresa que el Vaticano
debe estar en consonancia con los medios de comunicación y ser utilizados
correctamente para prestar ayuda al género humano y así contribuir de esta forma a
la conciliación y el acercamiento al reino de Dios.
Estas tres disposiciones se basaron en que sabiendo que pronto en el mundo
saldrían nuevos medios de comunicación, como el televisor, la radio o recientemente
el Internet, no se le podría vulnerar el derecho a los ciudadanos de poder tener una
información adecuada, siempre y cuando se respetaran los principios y valores
humanos.
Una recopilación hecha de la página web universitolicos.com reseña que “Es
especialmente necesario que todos los interesados se formen una recta conciencia
sobre el uso de estos medios, sobre todo, en lo tocante a algunas cuestiones más
duramente debatidas en nuestros días”.
Monseñor señala que la comunicación es esencial para el desarrollo de la
vida, además de recalcar que los medios deben centrarse en la búsqueda constante de
noticias para que los individuos tengan la oportunidad de saber todo lo que pasa a su
alrededor. En todo caso subraya:
“A causa del progreso de la sociedad humana actual y de los vínculos más
estrechos entre sus miembros, resulta muy útil y la mayor parte de las veces
necesaria; en efecto, la comunicación pública y oportuna de los acontecimientos y de
los asuntos para ofrecer a los individuos un conocimiento más pleno y continuo de
éstos, contribuyendo así eficazmente al bien común y promoviendo más fácilmente
el desarrollo progresivo de toda la sociedad civil”.
Reconoce el derecho de los ciudadanos a estar informados de lo que ocurre a
su alrededor para poder así contribuir al desarrollo de la sociedad civil. Monseñor
Pinto estaba de acuerdo con estos principios y más cuando la iglesia católica, fiel a
su misión de predicar la palabra de Dios, quiere utilizar estas nuevas herramientas
creadas por la mano del hombre.
“La Iglesia se siente acuciada por la necesidad de evangelizar y llevar la
salvación a todos los hombres. Además de considerar que forma parte de su misión a
los hombres, con ayuda de los medios de comunicación social”.
Samuel Pinto señalaba que a raíz de esta situación muchos eran los sacerdotes
que se oponían ante la presencia de los curas en la prensa escrita, más aún cuando se
realizaba en una provincia o espacio reducido donde todos se conocían.
Visión periodística
Maffia, periodista del Correo del Caroní, lleva más de 11 años ejerciendo
como corresponsal en Ciudad Bolívar, relata que la forma como monseñor trataba a
los medios de comunicación era realmente única. “No le gustaba perder el tiempo.
Era una persona muy regañona, pero simplemente especial, porque se sabía que
hablaría siempre con la verdad”, confesó.
Monseñor explicaba que después de sus primeros 20 años en Bolívar fue
observando cómo se fue dando el desarrollo de la ciudad en todos sus aspectos. Su
amor por las personas lo impulsó a tomar el lápiz y papel para expresar a través de
los medios de comunicación los problemas que aquejaban a la comunidad.
Maffia comentó que monseñor aprovechaba el apoyo que le brindaban los
periodistas de los medios impresos, y locutores de las emisoras, para elevar su
mensaje de reflexión a los bolivarenses.
Medios evangelizadores
“Mi posición de cristiano y sacerdote ante los medios es que deben ser obviamente
de signo positivo, porque sencillamente esa prensa es fruto del ingenio humano y, en
última instancia, es un don de Dios”. Esta es la posición que tuvo monseñor acerca
de los medios de comunicación. Explicaba que a través de ellos se tiene que llevar un
mensaje positivo que les permita a los ciudadanos poder vivir tranquilos, sabiendo
que podrán escuchar la palabra de Dios.
Monseñor veía a la prensa como un medio de comunicación que debía estar a favor
del hombre y servir como portador de noticias positivas que contribuyan al desarrollo
integral de la sociedad.
Creía que el sacerdote se tenía que esforzar para ser un mensajero de Dios y
de su iglesia, y así luchar por una nueva cultura que tuviera la amplitud justa y el
valor de un mensaje que ha de llevar al acercamiento entre todos los hombres y la
palabra sagrada.
Sacerdote periodista
Monseñor, quien escribió durante varios años para periódicos como El Luchador, El
Bolivarense y El Expreso, recalcaba que había que luchar para que el mensaje basado
en el Evangelio llegara a todas las personas y estas lograran la salvación.
Uno de sus primeros comentarios en la prensa local fue hecho a raíz de la
huelga de los estudiantes en el Liceo Nacional “Fernando Peñalver”. Eso fue en el
año 1958, cuando en Venezuela se iniciaba la Democracia. Pinto invitaba a sus
estudiantes a la reflexión y al estudio dentro del respeto humano que exigían las
circunstancias.
“Nunca olvidaré el impacto que produjo la reflexión cuando se me ocurrió
llevarla al periódico local. Fue allí donde arrancó la decisión de usar la generosidad
de la prensa y seguir escribiendo hasta donde pude”.
Sus enseñanzas lo obligaron a utilizar a los medios de una forma responsable en base
a los intereses del individuo, porque a su parecer el mundo necesitaba con urgencia
ciudadanos bien formados, hombres cristianos y de fe como nunca en la historia.
Samuel Pinto revelaba que en el momento de ponerse frente a una máquina de
escribir (no sabía manejar las computadoras) tenía presente la doctrina de una iglesia
que exigía predicar con sinceridad, justicia y claridad.
Como sacerdote intentó respetar con delicada escrupulosidad las leyes
morales y los legítimos derechos del hombre. La opinión pública es el eco natural, la
resonancia común de los sucesos, opiniones y situación del hombre.
Por ello, monseñor Samuel Pinto Gómez tuvo presente el grado de
responsabilidad ética al escribir para los diferentes medios de comunicación de
Ciudad Bolívar.
Apasionado educador
Monseñor Samuel Pinto Gómez siempre fue considerado un buen docente
dentro de la sociedad bolivarense. Y es que de todas las obras sociales, la educación
siempre jugó un papel determinante dentro de su función como sacerdote. Siempre
enseñaba con amor y ganas de poderle trasmitir a sus alumnos todos los
conocimientos posibles.
Para Pinto era importante que sus feligreses, en especial los miles de niños y niñas a
quienes les impartió clases, pudieran obtener un título profesional, ya que de esa
forma se podrían defender en el transcurrir de sus vidas.
Américo Fernández, en una semblanza realizada para el Correo del Caroní a
monseñor Samuel Pinto Gómez, publicada el 22 de abril de 2010, explicó
brevemente cómo el sacerdote llegó a convertirse en un educador apasionado y
ferviente.
“La feliz coyuntura o privilegio que tanto lo colmó, sirvió para que desde
Roma, monseñor Samuel Pinto Gómez pudiera visitar la mayor parte de Europa.
Cuando regresó se reintegró a su actividad normal, incluida la educación que le
agradaba y ejercía con fervor”.
A su llegada a la otrora Angostura, eran pocas las instituciones educativas que
podían dictar clases, por lo que la mayoría de los jóvenes se tenían que trasladar a
Caracas para recibir educación. Monseñor Samuel Pinto, preocupado por esta
situación, aportó de sus pocos ingresos para la dotación de algunos colegios, como el
Liceo Nacional “Fernando Peñalver” y el Liceo “Tomás de Heres”, ambos ubicados
en Ciudad Bolívar.
Un ejemplo de ello es Iris Mendoza, quien no tenía suficientes recursos para
poder estudiar, pero recibió la ayuda de monseñor Samuel Pinto Gómez. El sacerdote
creó un fondo económico de donde se sacaría el dinero para pagar la educación de
algunas personas. A Pinto no le gustaba recibir muchos halagos y reconocimiento por
este tipo de ayuda.
Fernández explicó que la sola presencia de monseñor Samuel Pinto Gómez en
los liceos infundía respeto. Él contribuyó a la formación integral de los cientos de
alumnos que estuvieron a su cargo, entre ellos personajes importantes de la vida
pública regional y nacional.
Mendoza, quien actualmente reside en la Santa Cruz de Tenerife en España,
expresó que gracias a la motivación y ayuda de monseñor Pinto pudo hacer realidad
su sueño más anhelado: convertirse en una gran publicista.
Profesor sabio
Monseñor Pinto siempre hacía que las cosas en materia educativa funcionaran
de buena forma. Los métodos utilizados por el sacerdote eran considerados por sus
alumnos como estrictos, pero satisfactorios al final de las clases.
Mendoza fue una alumna que siempre sacaba entre 15 y 17 puntos. Explicó
que la relación con monseñor Pinto siempre fue “chévere, porque soy una persona
muy extrovertida”. Confesó que en el salón de clases, cuando estaba Pinto mandando
alguna actividad para realizar en la casa, le echaban broma por lo extensas y difíciles
que eran sus tareas.
Yaritza Viña, quien estudió en el Liceo Nacional “Fernando Peñalver”,
comentó que la relación que tuvo con Pinto siempre fue armónica, por la manera
compasiva que tenía el sacerdote de tratar a sus alumnos. Señaló que el lenguaje
utilizado distaba mucho de ser aquél donde se muestra la distancia educador –
estudiante.
“Le llamábamos „el amigo monseñor Samuel Pinto‟, porque la comunicación
con él resultaba sumamente sencilla, debido al modo que tenía de acercarse a sus
alumnos”, recordó Viña entre risas y un poco de nostalgia.
La docente agradece a monseñor cada uno de los conocimientos adquiridos en
las distintas clases que recibió del sacerdote. A su juicio, es uno de los profesores
más recordados y adorados por quienes tuvieron la dicha de ser sus alumnos.
Otro vivo ejemplo es Marjory Escobar, quien estudió toda su vida en el Liceo
“Tomás de Heres” en Ciudad Bolívar. Su empeño y organización se los debe a la
paciencia que tenía Pinto con ella.
“Conocí a monseñor como profesor en el año 1978. “Él me impartía clases de
latín y nuestra relación siempre fue muy cordial, debido al grado de amistad que
poseía con mi mamá Gladys. Ellos se conocieron en el Instituto Venezolano del
Seguro Social Héctor Nouel Joubert, donde fue capellán por más de 27 años de
forma ininterrumpida”, expresó.
Monseñor siempre sintió ese amor incondicional por impartir conocimientos a los
jóvenes. Fue un profesor, que a pesar de su carácter estricto, encontró la manera de
entablar una comunicación directa con sus alumnos y hacer de la escuela un lugar del
saber cotidiano.
Métodos exitosos
Nunca fue considerado como un profesor “fácil”. Siempre se caracterizó por
utilizar la estrategia del “diálogo inicial” al comienzo de cada clase. Viña recuerda a
monseñor con mucha alegría, debido a que ningún profesor se preocupaba tanto por
sus alumnos como él.
“La verdad, no se trataba de evaluar si el docente era fácil o no, lo importante
radicaba en la preparación previa que hacía de los alumnos, para que se integraran
con esa materia llamada la „madre de las lenguas romances”, explicó Viña.
Su comprensión – según su apreciación – sería determinante para un mejor
aprendizaje de la lengua materna, el castellano. “Para él, nuestro deber era conocer
bien por qué el castellano era una lengua prepositiva, a pesar de ser el latín una
lengua desinencial”, dijo la docente.
Agradece a monseñor Pinto todos sus conocimientos y buenos consejos que la
llevaron a ser una excelente profesional de la docencia. De igual forma, comentó que
la metodología utilizada por Pinto era exitosa, pues difícilmente quedaban alumnos
que no comprendieran lo que era declinar un verbo o que no supieran lo que era un
verbo de primera, de segunda o de tercera conjugación.
A su juicio, su éxito se fundamentaba en que por encima de la didáctica de la
especialidad que manejaba, tocaba la parte sensible y emocional de cada alumno. Por
ello, Viña escogió una carrera donde las enseñanzas de monseñor jugaron un papel
fundamental. Esta mujer bolivarense se especializó en latín, al igual que su muy
apreciado profesor de la infancia, monseñor Samuel Pinto Gómez.
Viña, quien también se dedica a la política, reveló que aunque monseñor
parecía un “hombre severo e inflexible, era tierno de corazón”. Recordó que siempre
los complacía en “casi todo”.
“La mayoría de las veces, al salir de clases, nos preguntaba si teníamos con
qué ir a merendar, mientras mantenía la mano extendida, con dinero, para que
fuésemos a algún sitio a tomar o comer algo”, recordó Viña.
Por su parte, Mendoza explicó que había que saber llevar a Pinto. “Era fácil,
pero tenía sus momentos, ya que nos pedía con el pasar de los días mayor esfuerzo y
constancia para poder aprobar no sólo la materias que dictaba, sino el pensum
completo”.
“Los alumnos siempre solíamos intercambiar experiencias de todos los
acontecimientos que vivía el país para la época. Esto la mayoría de las veces se
realizaba en el inicio de las actividades en el aula”, comentó Mendoza.
Para ella, era primordial que un docente estuviera pendiente de sus
estudiantes todo el tiempo. “Él nos preguntaba por nuestros padres y cómo era la
relación con ellos, si necesitábamos algo más allá de lo académico. Siempre se nos
puso a la orden y eso nosotros lo recordamos mucho”.
Monseñor siempre utilizaba los primeros minutos de cada clase para hacer
que los estudiantes se adaptaran a él y por consiguiente a la materia. “Era un ser
extraordinario, aunque con un carácter a veces regañón, pero al final de todo valió la
pena ver clases con Pinto”, explicó Viña.
Escobar, a sus 50 años, recuerda con mucho beneplácito a su profesor y
amigo Samuel Pinto. Explicó que sus métodos eran muy sencillos y basados en la
vida cotidiana. Siempre tenía un plan de trabajo, pero lo iba adecuando a lo que le
sucedía a cada alumno. “Siempre nos íbamos con una enseñanza y no era monótono,
sino que sus palabras y técnicas siempre variaban de acuerdo al estudiante.
Mendoza señaló que sus clases era muy fluidas a pesar de impartir el latín.
Expresó que aunque era un lenguaje muerto, él con sus ejemplos hacía que las clases
fueran muy amenas.
Excelente consejero
Monseñor fue siempre un hombre de carácter fuerte que en la mayoría de las
oportunidades fue considerado como una persona odiosa y regañona. Para su ex
alumna Iris Mendoza, Pinto “fue un hombre con una sabiduría espiritual inmensa y
con un carácter bastante fuerte”. Dijo que, dado el fruto de esa buena relación, los
estudiantes siempre lo buscaban para que les diera un sabio consejo.
El ser sacerdote dicta un sinfín de reglas que deben cumplirse a cabalidad. El servir a
Dios representa para esas personas el poder entregarse ante su único creador y dueño
de todo lo que está a su alrededor. No todo cura tiene esa conexión tan cercana con
sus feligreses como la poseyó monseñor Samuel Pinto Gómez.
Pero, ¿en qué radicaba esa conexión entre el sacerdote y sus feligreses? Mendoza
recordó que por muy difíciles que fueran las cosas, monseñor siempre tenía una
palabra alentadora que ayudaba a las personas a reponerse.
“Siempre fue un hombre muy espiritual que sabía afrontar las situaciones de buena
forma por muy difíciles que fueran, pero a su vez poseía un gran don llamado
humildad que siempre le permitió tener una justa respuesta a una inquietud”, detalló
Mendoza.
Pinto era una persona de palabras directas, no se escondía a la hora de decir las
cosas. Quizá, esa fue una de las virtudes de monseñor que siempre será recordada por
los bolivarenses. Sus consejos eran tan sabios que no daban lugar a equivocaciones.
Escobar recordó que “monseñor era una persona realista, que no adornaba los
problemas, sino que los decía de una forma clara y directa”. Después de realizar las
misas diarias, atendía en su oficina a los feligreses para poder ver de qué forma los
podía ayudar.
Viña expresó que esta pregunta trasciende lo académico, pues para ella monseñor
poseía la facilidad para dar la respuesta más adecuada al problema planteado.
Recordó que en el aula, cuando observaba que el grupo presentaba alguna
dificultad, pedía cerrar la puerta para conversar. A su juicio, esto demuestra la
excelente vocación profesional que va mucho más allá de dar clases.
Explicó que después de cerrar la puerta, cada uno de los alumnos exponía con
claridad el problema para en conjunto poder conseguir la mejor solución. “Lo más
impresionante es que no se le olvidaba nada y al otro día preguntaba qué habíamos
hecho con respecto a lo hablado en clases”, recordó Yaritza Viña.
“Para mí monseñor Samuel Pinto fue un extraordinario profesor, aunque sin
duda su carácter no les gustaba a un pequeño grupo de compañeros. Su actitud fue
su trampolín para poder ganar respeto y conseguir sus metas”, afirmó Nebjibia
Hernández.
Hernández es docente y actualmente es directora de un liceo en Ciudad
Bolívar. Su dedicación y esfuerzo le permitieron llegar a conseguir ese cargo.
Recuerda con mucho cariño cómo era monseñor dentro del aula.
Dejó huellas
Cuando se tiene presente a una persona es porque realmente realizó algo de
envergadura dentro de la sociedad. Y monseñor Samuel Pinto es un verdadero
ejemplo de ello. Pinto fue un catedrático que puso a disposición de todos sus
alumnos los métodos que a su parecer resultarían sencillos.
Siempre quiso hablar con los estudiantes sin intermediario alguno, poder
llegar a ser, más que un profesor, un verdadero amigo en quien confiar. La mayoría
de las personas que estuvieron alrededor de monseñor explican que siempre fue ese
tipo de ser humano confiable, pero que si había que distinguirlo de los demás, sería
por su fuerte carácter. Sus alumnos siempre lo apreciarán por ser un docente distinto
al resto.
La profesora Nedjibia Hernández fue alumna de monseñor Pinto en el Liceo
Nacional “Fernando Peñalver”, ubicado en Ciudad Bolívar. Ella relató que nunca
podrá olvidar el legado que dejó monseñor dentro de su vocación profesional.
Viña mencionó la enseñanza más importante que le dejó monseñor Pinto.
“Me enseñó que la constancia es la madre de todos los triunfos, que dar es mejor que
recibir, que aprender bien algo requiere de pasar hambre y necesidades”.
Monseñor fue para sus alumnos ese padre que quizás la mayoría no tenía por
diferentes razones. Ese ser que al llegar al colegio pudo ofrecer sus oídos y tiempo
para no sólo escuchar los problemas, sino conseguir una solución. No quiere decir
que Pinto no haya tenido algún problema con los estudiantes o que sea perfecto. Se
trata de poder visualizar las cosas más simples que dejarán una huella imborrable.
Monseñor decía en la revista La Palabra (1991) que “sólo con hambre, en Francia,
Alemania, China o Inglaterra, podrás aprender a hablar bien otro idioma, pues de lo
contrario, terminarás muriendo de debilidad”.
Esto explica que el trabajo y sacrificio son los dos únicos caminos para
conseguir las cosas. Nadie puede aspirar a un objetivo si no se esmera. Monseñor,
quien vino desde tierras tan lejanas, supo entender las necesidades existentes y
enseñarles a las personas que estaban a su alrededor que lo importante en la vida no
es caerse, sino saber levantarse.
Pinto era considerado como un ícono dentro de la sociedad bolivarense. Sus
buenas acciones y sentido crítico le hicieron merecedor de grandes reconocimientos
como sacerdote ilustre de la ciudad y periodista de la zona.
A monseñor le gustaba mucho escribir en prensa y poder comunicarse con el mundo.
Sus puntos de vista algunas veces criticados, pero en la gran mayoría de los casos
fueron respetados y hasta admirados por algunos comunicadores de la zona.
La mayoría de los alumnos a quienes monseñor les impartió clases escogieron
la docencia como carrera profesional. Marjory Escobar expresó que monseñor le dejó
como legado la inclinación hacia las carreras humanísticas. Samuel Pinto enseñaba el
latín y griego gracias a ello muchos estudiantes pudieron conocer otras lenguas
distintas al español.
Nostálgico, pero feliz
Cuando una persona deja su país de origen tiende a extrañar las tierras que lo
vieron nacer, pero aunque monseñor se mostraba en algunos momentos afligido,
siempre agradecía el amor con que fue recibido en Ciudad Bolívar.
Su dedicación hizo que las personas lo reconocieran y trataran como un
bolivarense más. No sólo la preocupación por los problemas, sino las prontas
respuestas a esas vicisitudes hicieron que monseñor poco a poco se sintiera como un
verdadero venezolano.
Carlos Sánchez, amigo de Samuel Pinto Gómez, expresó que la humildad de
monseñor era tanta que jamás mostró al público sentimientos de nostalgia por sus
tierras. Explicó que Pinto siempre le decía que los recuerdos eran sólo eso y que lo
más importante era el presente y cómo se trabajaría para tener un mejor futuro.
Sánchez alude a las palabras que monseñor decía: “Debemos agradecer a Dios,
porque lo más preciado es tener la dicha de vivir y ayudar a quienes lo necesitan”.
Señaló que Pinto Gómez agradecía por todas las cosas que le había proporcionado
Dios y siempre aludía la Parábola de San Marcos: “¿Qué tienes qué no hayas
recibido? ¿Y si lo has recibido? ¿De qué te vanaglorias?”.
Monseñor siempre pretendía inculcar el valor de saber apreciar lo que se tenía y no
quejarse por lo que hacía falta, ya que el tiempo de Dios es perfecto y las personas se
tendrían que preocupar por hacer el bien sin mirar a quien.
Trabajador modelo
Monseñor siempre era catalogado por sus feligreses como un hombre que trabajó
incansablemente por el bienestar de todos. El sacerdote Lino Diamon, quien estuvo
al lado de Pinto por más de dos décadas, explicó que era un hombre con una gran
mística espiritual y vocación sacerdotal. Para Diamon, la labor desempeñada por
monseñor Samuel Pinto transmitió una fuerza que traspasaría fronteras.
“Pinto era un hombre que ayudaba a todos sus feligreses, teniendo como
característica principal su carácter recio y directo para decir las cosas”. Considera
que la labor religiosa realizada por monseñor a favor del prójimo es digna de
admirar. Por eso, se ganó el respeto y la admiración de todas las personas que
estuvieron a su alrededor.
Claudio Well, fiel admirador de monseñor Pinto, relató haberlo conocido por
primera vez en la Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar, pero en anteriores
ocasiones lo había visto en el Liceo Nacional “Fernando Peñalver” en los años 70.
Desde ese momento, supo que era una excelente persona y decidió asistir a sus
misas diarias, especialmente los domingos.
Well y Diamon coincidieron en las buenas relaciones que monseñor tenía con las
personas que lo rodeaban. Diamon explicó que no todos sabían llevar a Pinto por su
fuerte carácter. El sacerdote atendía antes y después de las misas a sus feligreses.
Incluso, escuchaba las confesiones de más de 50 personas, diariamente.
Diamon, también sacerdote, subrayó que monseñor conseguía alimentos y ropa para
las comunidades. Ayudaba en el Asilo “San Vicente de Paúl” y adoraba a su
Catedral.
“Siempre lo ayudaba como podía. La misión de él era llevar alimentos, pero a
menudo me decía que no quería propagandas. En sí que no le gustaba mucho salir a
relucir, era parte de su bondad como ser humano. Contaba además que logró la
remodelación de la Catedral, hecho que lo marcó como sacerdote y que siempre
sabía que lo dejaría de legado para todo su amado pueblo.
Siempre estricto
El ex Deán de la Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar era considerado
por sus compañeros de trabajo como una persona muy estricta que siempre estuvo
buscando la manera de solucionar los problemas que sucedían.
Diamon señaló entre risas que “había que hacer en la mayoría de los casos
las cosas como él señalaba, porque de lo contrario se ponía bravo, pero eso no le
restaba la intención y buena causa de hacerlo”.
Por su parte, Ángel Tomedes, quien ahora se encarga de la parroquia,
comentó que monseñor era un sacerdote dedicado a su misión y consciente de su
vocación de padre y pastor, siempre pendiente de la formación de sus creyentes. Para
Pinto, siempre era primordial escuchar los problemas de sus fieles, ya que se debía a
ellos.
Tomedes explicó que monseñor era “de carácter recio y estricto a la hora de
decir las cosas, siempre diáfano y humilde a la hora de presentarse a la gente”. Lo
conoció hace 20 años y desde entonces no se separó de él hasta el día de su muerte.
Diamon, cree que a monseñor lo distinguían varias cosas, entre ellas su carácter,
sensibilidad ante los problemas y su puntualidad a la hora de oficiar una misa. Lo
realmente bonito de él era su abnegación y su disposición de ayudar siempre a las
personas.
Feligreses contentos
“La relación con monseñor siempre fue muy cercana, debido a que él se
preocupaba mucho por cómo nos encontrábamos nosotros. Siempre quiso ayudar a
las comunidades y eso siempre se lo agradeceremos por el resto de nuestras vidas”,
afirmó Well.
El devoto explicó cómo Pinto Gómez tendía sus manos a quienes lo
necesitaban. “Monseñor compraba alimentos y recolectaba comida en la Catedral.
Esos enseres eran distribuidos hacia las poblaciones más carentes de artículos de
primera necesidad”, recordó.
Si en algo coincidían las personas en torno a la vida de este sacerdote, era la
manera en que solucionaba los problemas y conseguía rubros para las familias.
Francia Aponte, quien también es feligrés, describió a monseñor como un hombre
muy franco, sincero y de una nutrida cultura.
Además, lo calificó como un sacerdote “único” por su excelente proximidad
con los feligreses. “Jamás ningún cura podrá tener ese carácter, dedicación y forma
de realizar las cosas”, aseguró.
Para Aponte, las buenas acciones de Pinto con la sociedad bolivarense y su
empeño en modernizar la Catedral, le hicieron ganarse el corazón de todos los
habitantes de Ciudad Bolívar.
Well reseñó que monseñor fue una persona muy querida, dentro y fuera de la
iglesia. Como era profesor, también podía darse el lujo de saber que sus estudiantes
lo estimaban mucho.
De igual forma, dejó claro que la relación muy cercana con las comunidades
hizo que hubiese esa conexión especial que hay con un sacerdote.
Pero monseñor Pinto fue más que eso, ya que ayudó mucho a esas personas
dándole alimentos y vestimenta mensualmente. Well recordó que monseñor visitaba
con frecuencia al Asilo “San Vicente de Paúl” en Ciudad Bolívar y siempre estuvo
pendiente de las mejoras que se ejecutaban en su morada: la Catedral.
Fiel a su rutina
El padre Ángel Tomedes fue uno de sus mejores amigos, no sólo por el grado
de cercanía, sino también porque acompañó a monseñor Samuel Pinto hasta sus
últimos momentos.
Comentó que existe un sinnúmero de anécdotas acerca de monseñor, pero lo
que no podía dejar de señalar era la rectitud con la que el sacerdote conducía a sus
rebaños. El actual párroco de la Catedral de Ciudad Bolívar, explicó que el amor
dispersado hacia las comunidades era una de las cosas que mantuvieron a Pinto en
pie de lucha hasta su muerte.
Explicó además que monseñor siempre se levantaba a las 7:00 de la mañana y
su primera parada era la Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar. Allí se quedaba
hasta las 9:30 de la mañana, para luego ir a la congregación a atender la Vicaria
general hasta las 12:00 del mediodía.
Monseñor era un hombre muy hogareño, a quien siempre le gustaba
compartir con algunos allegados, tras levantarse. Pero como comentaron sus
compañeros de trabajo, la vida de monseñor trascurrió dentro de la Catedral
Metropolitana.
Luego se dirigía hacia su casa en la calle Maracay, donde convivía con la familia
Bártoli, que le dio abrigo desde su llegada a Ciudad Bolívar. De ellos no se sabe
nada, ya que la mayoría decidió irse del país a raíz de la muerte de monseñor Samuel
Pinto Gómez.
Posteriormente, a las 3:00 de la tarde, volvía a la Catedral, donde atendía a los fieles
antes y después del servicio religioso. Allí pasaba horas sentado en el confesionario,
escuchando a los penitentes.
Diamon y Tomedes explicaron que monseñor nunca se mostraba triste por sus
tierras de origen, ya que amaba igual o más a Ciudad Bolívar. El padre Tomedes
explicó que Pinto mostraba el amor por su tierra, pero nunca lo vio con nostalgia. Por
el contrario, recuerda que entre las cosas que le pidió cuando le diagnosticaron
cáncer, era que no se lo llevaran de Ciudad Bolívar, porque allí estaba la gente que
lo quería.
Monaguillo ejemplar
José González lo conoció cuando daba sus primeras patadas en el vientre de
su madre. Después que nació, la relación con monseñor fue creciendo al punto de
convertirse en monaguillo en la Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar.
“Cuando tenía 9 añitos le estreché las manos por primera vez. Allí le dije mi nombre
en voz fuerte y decidí ponerme a la orden para lo que necesitara. Desde ese
momento, jamás me separé de monseñor Pinto”, relató.
El amor que expresaba González a monseñor era especial, como el que se le
tiene a un verdadero padre. La relación que tenían la consideraba excelente, ya que
siempre encontraba en él las palabras idóneas para solucionar un problema.
Y es que monseñor también fue su maestro durante todo su bachillerato en el
Colegio “Divina Pastora” de Ciudad Bolívar. Explicó que allí lo orientó y pudo
conocer la palabra de Dios de forma cercana, y así convertirse en ayudante del
sacerdote.
González no pudo contener las ganas de llorar cuando mencionaba el cariño
que tenía a monseñor. No podía explicar por qué se acercó y le ofreció su ayuda a
monseñor. Relató que “el momento en que me presenté a monseñor fue mágico, no
sólo porque estaba ante una gran figura, sino por sentirlo como el llamado de Dios.
Le doy gracias por la educación católica inculcada por mi madre y
especialmente por él. Nací para servirle al Padre Supremo y que mejor forma de
hacerlo que al lado de monseñor Pinto”. Explicó González
Siempre colaborador
Monseñor era un hombre humanitario a quien le gustaba ayudar a las
comunidades, especialmente a las más necesitadas. Su fiel ayudante ya tenía un año
a su lado. Comentó que lo más bonito de monseñor era ser partícipe de los gestos con
las personas humildes.
Era martes 14 de marzo del año 1991 y monseñor preparaba junto a González
unas grandes canastas de comidas que servirían para calmar el hambre en algunas
comunidades de la capital. A su parecer, una de las cosas que más preocupaba a
monseñor Pinto era el bienestar de las personas.
Se agitaba si no estaba trabajando. Era un hombre inconforme con las cosas
que se hacían para la comunidad, por lo que siempre quería mejorar en beneficio de
ellos. El joven ayudante comentó que “se preocupaba por la comunidades,
especialmente por las situadas en la parroquia de la Catedral”.
Monseñor era un ser humano excepcional, aunque un sacerdote muy regañón.
Su fuerte carácter lo hacía un ser único en Ciudad Bolívar, ya que sus palabras
honestas, combinadas con algo de jocosidad, lo convertían en una persona muy
respetada por todos los bolivarenses.
Ese pequeño que llegó un día del brazo de su mamá a la Catedral, pasaría seis
años al lado de monseñor Pinto. Recuerda con especial cariño los momentos felices
que compartió con el sacerdote y expresó que “el día que me puse a la orden para
prestar mis servicios de monaguillo, la primera pregunta que me hizo fue: ¿Tú sabes
pelear?”.
Monseñor estaba enterado de la vida de las personas que acostumbraban
visitarlo, sobre todo de aquellas que querían trabajar con él. González practicaba
Taekwondo y monseñor quería saber si se podía defender, porque había
“malandrines” que se metían a la Catedral a robar y se tenían que defender.
González dijo que desde ese momento él y los demás monaguillos se
quedaron con ese seudónimo (los malandrines). Siempre recuerda con mucho cariño
las palabras y regaños de monseñor. “Me hacen falta”, confesó.
Enseñanza y dedicación
Así lo definía este joven monaguillo que trabajó por seis años al lado de monseñor
Pinto. “Lo acompañé durante mucho tiempo como ayudante en la iglesia y con sus
enseñanzas me fui convirtiendo en un hombre al servicio de Dios”, detalló.
Monseñor tenía una forma particular de predicar la palabra del Señor. Le
hacía entender a las personas, a veces de forma muy clara, cómo era el mundo.
González explicó que lo ayudaba en las diferentes ceremonias ofrecidas en la
Catedral. La orientación que daba monseñor era fascinante, ya que nadie se retiraba
de la misa sin haber aprendido algo nuevo.
Agradeció haber conocido durante varios años a monseñor Samuel Pinto
Gómez y cree que su recuerdo se mantendrá siempre vivo en el corazón de todos los
bolivarenses. Recuerda que la Catedral, más que una iglesia, es y será aparte de la
casa de Dios, el hogar insustituible del admirable sacerdote.
Su último sueño
González explicó que desde el momento en que monseñor empezó a sentirse
mal, todos en la Catedral estaban preocupados. Aunque este joven monaguillo sólo
duro seis años sirviendo al Señor jamás perdió contacto con monseñor Pinto.
Manifestó que una de las últimas preocupaciones de Pinto se centraba en
escuchar nuevamente las campanas de la Catedral. Esto era sin duda un gran reto que
tenía monseñor, ya que no contaba con los recursos económicos para hacer realidad
su sueño.
Monseñor quería que la Catedral contara con nuevas campanas. Él para
entonces Deán de Ciudad Bolívar, pidió ayuda a los directivos de la Cámara de
Comercio para que le colaboraran económicamente y así adquirir los campanarios.
En la página web de la Cámara de Comercio de Ciudad Bolívar explica que
la campaña fue denominada “Un Campanazo por mi Ciudad”, “a solicitud del Deán
de la Catedral, hoy difunto, monseñor Samuel Pinto Gómez, para recabar fondos que
hiciesen posible la colocación de nuevas campanas y nuevos relojes en nuestra
histórica iglesia”.
La mima nota señala que ocho meses antes de la desaparición física de
monseñor Pinto Gómez, decidió acercarse a la sede de la Cámara de Comercio y
pedir una reunión con la junta directiva, en donde se le planteó lo siguiente: “la
necesidad de poder devolverle a la ciudad el „din don‟ de las campanas y el tic tac de
sus relojes, porque los vetustos e históricos implementos, aparte de no funcionar
debían resguardarse como reliquia y piezas de museo para regodearlos en páginas de
leyenda que ornaran la historia”.
Las gestiones resultaron exitosas y la Cámara de Comercio de Ciudad Bolívar
hizo realidad el gran sueño de monseñor Pinto. Realizó la campaña denominada “Un
Campanazo por mi Ciudad”, la cual consistía en recoger pequeñas cantidades de
dinero, provenientes de todas aquella personas que quisieran colaborar en esta noble
causa.
El escrito seguía explicando que “la comisión designada fue presidida por el
ingeniero Juan Zakur, ex presidente de la institución y actual director de
Consecomercio; y secundada por grupos filantrópicos como los rotarios, los Clubes
de Leones, seis artistas plásticos que donaron sus obras para la campaña, todos los
directivos y gran parte de sus afiliados, sin cuya anuencia hubiese sido imposible la
culminación de tan ardua labor”
Se explicaba que tanto los directivos de la Cámara de Comercio, como los
habitantes de Ciudad Bolívar se unieran para obtener el dinero necesario para la
compra de las campanas y el reloj que tanto deseaba monseñor Pinto.
Las actividades estuvieron enmarcadas en la venta de imágenes y pinturas de
artistas de la zona, para así poder generar ingresos que serían destinados a las metas
establecidas. Sin embargo, las donaciones provenientes de la comunidad y la
obtenida por la Cámara de Comercio no fueron suficientes, por lo que el primer
mandatario regional, Francisco Rangel Gómez, asumió la cancelación del montaje de
las campanas y el reloj.
“Fue una misión cumplida en conjunto, demostrando con ello que todo es posible
cuando la ciudadanía se da la mano sin diferencia alguna, en pos de un objetivo y una
meta que beneficie a la ciudad.” Esta fueron palabras de los directivos de la Cámara
de Comercio para agradecer a todas aquellas personas que colaboraron para adquirir
las campanas para la Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar.
En la página web del Diario de Guayana se pudo leer una información titulada “Se
escuchan las campanas”. Esta información refleja que desde el mes de septiembre del
año 2010, la Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar cuenta con las campanas que
tanto solicitaba monseñor Samuel Pinto Gómez.
La nota indica que gracias a las donaciones obtenidas en la campaña “Un
Campanazo por mi Ciudad”, iniciada en diciembre de 2009, se compraron los cuatro
relojes que se pueden divisar desde diferentes puntos de la ciudad.
Por su parte, el Correo del Caroní del día 9 de septiembre del 2010 titulaba
“Inaugurarán campanas en honor a Monseñor Samuel Pinto”. Esta breve reseña
explicaba que por fin se cumpliría el sueño de monseñor Samuel Pinto Gómez de
poder contar con las campanas electrónicas.
Joesmir Michelangelly, representante y trabajador de la Catedral de Ciudad
Bolívar, afirmó que después de la desaparición física de monseñor Samuel Pinto, se
cumpliría su gran sueño.
La nota finaliza explicando que “el día domingo 12 de septiembre a las 5:30
de la tarde, en la Catedral de Ciudad Bolívar, y conjuntamente con la presencia de
todas las autoridades del estado, como el alcalde y gobernador, se pondrá a
funcionar esta gran obra conseguida por Pinto.”
La ceremonia se realizó como estaba previsto, y con la presencia de las
autoridades del estado Bolívar se pudo poner en funcionamiento a las campanas. El
representante y colaborador de monseñor Pinto afirmó en la nota de prensa que “este
sistema es utilizado en la Santa Sede ubicada en Roma, así como en la Basílica de
Guanare, con la Virgen de Coromoto y Guadalupe, en México.
Muy reservado
A comienzos de 2009, monseñor Samuel Pinto Gómez, con 86 años de edad,
se mostraba como una persona en buen estado de salud. Sin embargo, no era así, ya
que el sacerdote veía como su encuentro con Dios estaba cada vez más cerca.
Monseñor era un hombre muy reservado con su estado de salud. Nunca
demostró padecer de cáncer hasta un año antes de su fallecimiento. No le gustaba que
las personas se preocuparan por él, más bien seguía pendiente de todos, dejando en
un segundo plano su vida.
Después de haber cumplido los 86 años, dejó de asistir con regularidad a la
Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar. Su cuerpo cansado por los fuertes
dolores, impedían que monseñor se pudiera parar con facilidad de su cama.
Una de sus últimas actividades realizadas fueron las misas de Semana Santa
en la ciudad capital. Ese clérigo, que siempre tenía algo nuevo que contar, fue
decayendo con el pasar de los días. Delegó funciones a su más fiel compañero, el
padre Ángel Tomedes, quien lo acompañó cuando el galeno le dijo que su cáncer
estaba en etapa terminal. “No se podía hacer más nada”, comentó el sacerdote. “Yo
me quede sin poder decirle nada a monseñor cuando lo escuché”, añadió. Tomedes se
salió del consultorio por petición de Pinto.
La petición
El consultorio estaba silencioso. El doctor se quedó pasmado cuando vio la
reacción de monseñor Samuel Pinto al enterarse de que no había remedio alguno.
Ángel Tomedes explicó que sólo se escuchaba al sacerdote hablarle al galeno. “Lo
único cierto fue que le agradeció por su tiempo y sinceridad”, esgrimió.
“Monseñor habló conmigo al salir del consultorio. Me explicó cada una de las
cosas que haría antes y después de su muerte”. Sus ojos expresaban dolor y
desesperación. No había que ser un adivino para saber cuánto apreciaba a Samuel
Pinto.
“Sus ojos querían llorar, pero su corazón le decía que se calmara. No debe ser
fácil escuchar de una persona lo que le gustaría que hicieran después que falleciera.
Sin embargo, lo más bonito fue haberlo cumplido a cabalidad”.
Samuel Pinto no tenía familia en Ciudad Bolívar. Siempre vivió con una señora que
le dio cobijo durante su trayectoria en este país. Tomedes decidió llevarlo a casa,
pero antes de llegar a su hogar, monseñor quería pasar por la Catedral.
El sacerdote entró en la iglesia por última vez. Sabía que la única posibilidad
de volver era muerto. Pinto se encerró en su oficina. No quería que nadie pasara
hasta que él lo dispusiese. Tomedes comentó que cuando entró estaba todo ordenado.
Los papeles, sus cosas e incluso su vestimenta estaban guardados en el armario. No
pretendía dejar nada fuera de lugar antes de partir.
“Habló conmigo por largo rato. Le entendí cada una de las cosas que
aspiraba. Monseñor estaba llorando, no pudo aguantar más. Me dijo: Ángel me voy a
morir”, relató Tomedes. El sacerdote al recordarlo lloró. Comentó que lo más duro
fue mantenerse en pie escuchando a monseñor.
Monseñor le dijo: “Yo cumplí con todos lo que pude y me iré con la
conciencia de haber realizado mi misión en esta tierra”. Estas palabras conmovieron
a Tomedes, haciéndolo llorar sin parar frente a Pinto.
La primera petición de Pinto fue: no avisarle a nadie en España, ya que la
única familia que tenía estaba aquí. También deseaba que fuera velado en capilla
ardiente y que le cantaran mucho. Por último, pidió ser enterrado en la Catedral de
Ciudad Bolívar, para así perdurar en el recuerdo de todos los bolivarenses.
Pinto ya había hecho saber a Tomedes sus últimas voluntades. Se quedó sólo
rezando durante un par de horas antes de irse de la Catedral. Llegó a su casa y se
encerró en el cuarto. Lo único que haría era esperar tranquilo el encuentro con Dios.
Último respiro
Dicen que al ver una luz blanca, la muerte viene por uno. Y quizás monseñor
experimentó eso y nadie se dio cuenta. El 19 de abril de 2010, estuvo lloviendo
copiosamente en la ciudad capital. Ángel Tomedes explicó que fue a visitarlo en la
mañana. Su rostro estaba feliz y con ganas de oficiar una misa, pero desistió al no
poder pararse de la cama.
Dijo también que monseñor se alimentó bastante. Días anteriores no tenía
apetito, trayendo como consecuencia una pérdida considerable de peso. Después del
desayuno pidió rezar como acostumbraba hacer diariamente.
“Estaba contento. No puedo explicar el por qué, pero lo estaba”. Monseñor
rara vez estaba feliz. El carácter que tenía Pinto era muy fuerte, pero esta vez era
diferente.
Monseñor expresó su felicidad de haber compartido a su lado por más de dos
décadas. El momento estaba cerca y Pinto le dio una de las mayores sorpresas al
padre Tomedes. Había hablado con el Obispo Medarno Luzardo, para dejarle a cargo
de la Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar.
Pinto sabía que esa era su última acción antes de partir. El padre Tomedes
contó que después de haber rezado y enterarse de su nuevo cargo, tenía que ir a la
Catedral a oficiar la misa. Al terminar, monseñor Pinto le pidió que regresara al día
siguiente porque se quería confesar.
Las palabras de monseñor Pinto nunca se me olvidarán “Ya todos han
llegado, sólo falta que tú me confieses después que oficies la misa, porque acuérdate
que mañana será tarde”, sentenció.
Efectivamente, sucedió como lo dijo monseñor. Cuando el padre Tomedes
llegó a la casa, monseñor Samuel Pinto tenía dificultades para respirar. Estaba
acostado en su cama con su rosario, cuando de un momento a otro falleció. La luz de
sus ojos se apagó en la tierra y ahora brilla en el cielo.
Monseñor Samuel Pinto Gómez había fallecido. Tomedes llegó tarde y no
pudo confesarlo. Al lado de Pinto estaban sus allegados, entre ellos la señora Gladys
Harry. Se tuvo que dejar claro que se le iba a realizar la entrevista sobre la vida y
obra de monseñor Pinto, pero lamentablemente falleció días después de haber
sepultado al sacerdote.
Gladys Harry estuvo a su lado durante más de tres décadas. Ella y el padre
Ángel Tomedes fueron las personas que más compartieron con monseñor Pinto. La
mayoría de las personas atribuyen la muerte de la señora, a la falta ineludible del
sacerdote. Pero ella padecía cáncer de páncreas, enfermedad que la consumió
lentamente.
Todo era tristeza en el seno eclesiástico. El deán de la Catedral Metropolitana
de Ciudad Bolívar había muerto. Y con su ausencia se llevó gran parte de la felicidad
de todos aquellos bolivarenses que vieron en la figura de Pinto, un hombre serio
capaz de enfrentar los problemas con valentía. Un ser humano que se entregó y se
puso íntegramente al servicio de Dios.
Siempre recordado
Monseñor Samuel Pinto Gómez siempre será recordado, no sólo por sus
compañeros de trabajo, sino por todo el pueblo bolivarense. La Catedral
Metropolitana de Ciudad Bolívar de manos de sus compañeros de trabajo siempre le
rendirán un gran homenaje en su an
Alejandro Valdez, amigo de monseñor expresó su profundo pesar por el
fallecimiento de este ilustre sacerdote. Explicó que asistió a su sepelio y estuvo
presente en la capilla ardiente que se le hizo a Pinto. El ex sacerdote apuntó que lo
más bonito es que los restos de monseñor están sepultados dentro de la Catedral
Metropolitana de Ciudad Bolívar, su única última morada.
La página web es.groups.yahoo.com reseñó que “la muerte del Deán de la
Catedral Metropolitana y Vicario General ha sumido en una profunda tristeza a la
Iglesia Católica y al pueblo de Guayana”.
La muerte de monseñor conmocionó al pueblo bolivarense. Samuel Pinto, tras
diez años de padecer cáncer de vejiga vio sucumbir ante esta poderosa enfermedad, y
así encontrarse con Dios. Al día siguiente de su fallecimiento los restos de
monseñor fueron trasladados hacia la Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar para
el sepelio en capilla ardiente.
El padre Ángel Tomedes expresó su más profundo dolor por la muerte de su
amigo, mentor y guía espiritual, monseñor Samuel Pinto Gómez. Ese 20 de abril de
2010, a las 10:00 am se le realizó una ceremonia en la Catedral de Ciudad Bolívar,
para luego realizar una procesión por todo el Casco Histórico, y así poder rendir un
tributo a la encomiable labor de Pinto.
Por su parte Américo Fernández dijo sentirse consternado ante la muerte del deán de
la Catedral de Ciudad Bolívar. Cree que todos los bolivarenses están realmente
dolidos por la ausencia física del primer guía espiritual de la ciudad. Recordó como
Pinto predicó los valores sagrados del Evangelio, los cuales deberían regir la vida de
todos los hombres.
Carolina Maffia, periodista del diario El Correo del Caroní, calificó la muerte de
monseñor Samuel Pinto, como una pérdida inconmensurable. Cree que Ciudad
Bolívar perdió a un gran hombre en la tierra, pero ganó un verdadero ángel en el
cielo.
La periodista declaró que “la muerte del Deán de la Catedral Metropolitana
de Ciudad Bolívar y Vicario General ha sumido en tristeza a la Iglesia Católica y a la
Arquidiócesis de Ciudad Bolívar. Uno de los prelados más importantes en esta
ciudad fue llamado por Dios al descanso eterno, dejando a su paso enseñanzas,
consejos y un cúmulo de recomendaciones”.
Juana Navas, dijo que a pesar de estar hace mucho tiempo enfermo, fue una
verdadera sorpresa, ya que nadie quería que monseñor muriera. Para Navas, el
sacerdote siempre será recordado como un hombre valioso que dio su vida por todos
los bolivarenses.
Claudio Welle, cree que la reacción del pueblo bolivarense ante la muerte de
monseñor era tal cual como se esperaba. “Se fue un gran hombre que entregó toda su
vida al desarrollo de esta ciudad. Para mí, Ciudad Bolívar perdió a un gran sacerdote
pero ganó una estrella que siempre nos cuidará desde el cielo”.
El feligrés recordó que monseñor siempre será recordado por aquellos
consejos y regaños que fueron dados con el objetivo de ayudar a los ciudadanos.
Pinto estará presente en los corazones de todos los bolivarenses. Añadió Welle.
Adiós a monseñor
José González, acólito de monseñor Pinto, indicó que al momento de
enterarse de la muerte del sacerdote, sintió su pérdida y llegaron a él memoria de
muchos recuerdos, donde compartió a su lado. “Lo que más noté fue el aprecio y el
valor que le dieron”. Para González, el amor que monseñor cultivó se pudo observa
el día de su sepelio y posterior sepultura. “Yo asistí a la Catedral a los actos fúnebres
y recordé cada uno de los momentos vividos al lado de monseñor”. No se sorprendió
por la multitud de personas que estuvo presente durante el velorio de Pinto.
Carlos Sánchez contó haber asistido al sepelio de Pinto. “Estuve presente en su
capilla ardiente y lo recordaré como ese hombre humanitario que se alejó de su tierra
natal, de sus seres cercanos, para consagrarse a Dios, para velar por los valores
morales de la familia y para ayudar al prójimo sin esperar nada a cambio.
La página Web http://misioncaicara.com reseñó “Después de luchar contra
una penosa enfermedad durante varios años, el día 20 de abril falleció Mons. Samuel
Pinto Gómez, Vicario Episcopal de la Arquidiócesis y párroco de La Catedral de
Ciudad Bolívar durante 33 años”.
Monseñor luchó por más de diez años contra el cáncer de vejiga, pero el
momento de su partida llegó, y todos los bolivarenses lloraron su desaparición física.
Al conversar con cada una de las personas que estuvieron ligados a la vida de
monseñor Samuel Pinto se pudo notar el inmenso cariño, gratitud y el fervor de
estas personas hacia el sacerdote.
Un ejemplo de este cariño lo demuestra Juana Navas, quien recuerda haberlo
conocido en la Iglesia, porque siempre he sido una persona devota y asisto todos los
domingos a misa.
Para Navas “Monseñor era una persona muy sencilla y muy humanitaria que
estaba pendiente de los que menos tenían en su parroquia”. A la señora Juana,
también se le suman Ángel Tomedes, Carlos Sánchez, Francia Aponte, y sus alumnas
Marjory Escobar y Yaritza Viña; quienes compartieron un gran trayecto de sus vida
al lado de monseñor Samuel Pinto.
Estas personas lo recuerdan con mucho afecto y dijeron que por todo lo
realizado durante más de 30 años en la capital bolivarense se merecía no sólo esa
muy bonita despedida sino que sus restos fueran depositados en las entrañas de la
Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar.
Lino Diamon, compañero de trabajo por más de tres décadas, solo tiene
palabras de elogios hacia monseñor Samuel Pinto Gómez. Para Diamon “Era un
hombre con una mística espiritual y vocación sacerdotal única. Su labor no sólo
como ser humano sino como sacerdote y amigo traspasa fronteras. Lo que realizó por
el prójimo es digno de admirar.
Hay personas que tienen a monseñor Samuel Pinto muy presente en sus vidas.
El sacerdote dejó huella en la capital bolivarense, no sólo por su carácter, sino por ser
una persona respetada y amada dentro y fuera del clérigo.
Actualmente existen prójimos que confiaron tanto en monseñor Pinto, que
cada vez que entran en la Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar, envían sus
plegarias a este sacerdote. Creen que puede seguir ayudando a sus fieles, pero esta
vez desde el cielo.
“Adiós a monseñor Samuel Pinto”, así tituló el Diario El Expreso, después de
conocerse que Pinto había fallecido a los 87 años de edad, debido al padecimiento de
cáncer de próstata durante más de diez años.
El diario reseñaba que monseñor Samuel Pinto Gómez fue distinguido con
“El Gran Collar de la Orden Congreso de Angostura, que es la máxima clase de esta
condecoración”.
Esta orden fue entregada “por el Gobernador Francisco Rangel Gómez al
arzobispo Medardo Luzardo Romero, en las exequias y sepultura de monseñor Pinto
en Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar”.
Esta condecoración demuestra que monseñor Samuel Pinto Gómez, no sólo
fue un sacerdote que se dedicó a servir a Dios dentro de la iglesia, sino que su labor
social con todas aquellas personas necesitadas, le hicieron merecedor del cariño,
afecto y reconocimiento de cada uno de los habitantes de su querida y amada Ciudad
Bolívar.
En fin Samuel Pinto Gómez, llegó al estado Bolívar de forma fortuita.
Aunque estas tierras no le vieron nacer, le permitieron vivir a plenitud y entregarse
por completo a conseguir el bienestar de todas aquellas personas que lo requirieron.
La memoria de monseñor Samuel Pinto, seguirá viva para que todos los
hombres y futuras generaciones conozcan a este distinguido sacerdote, que lo dio
todo por su ciudad.
CAPÍTULO V
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Conclusiones
Investigar sobre la vida y obra de Monseñor Samuel Pinto resultó ser una tarea
amena ya que algunas personas fueron muy receptivas al momento de conversar
sobre la trayectoria que tuvo el sacerdote dentro de la vida social y eclesiástica de
Ciudad Bolívar.
Pero cuando se realiza un trabajo de investigación, siempre se aprenden cosas
nuevas, y este caso no es la excepción. Monseñor fue un hombre que dedicó su vida
a conseguir el bienestar de todas las personas que requirieron su ayuda.
Monseñor Samuel Pinto Gómez, fue sin duda alguna una persona muy querida y
sobre todo respetada no sólo por sus compañeros de trabajos, sino por todo aquel que
recibió un consejo, abrazo, o en el mayor de los casos recibió su educación de manos
de este ilustre sacerdote.
Se pudo notar que los habitantes de Ciudad Bolívar, feligreses, alumnos durante su
etapa de docente en varios colegios, compañeros de trabajo, y amigos de monseñor
Pinto, se sintieron bastante alegres al momento de conversar sobre las virtudes que
tenía este sacerdote.
Si hubo un tema del cual se resistieron a hablar fue de su muerte. Varios de los
entrevistados se sintieron conmovidos, y algunos de ellos no aguantaron, y a través
de sus lágrimas expresaron el dolor de haber perdido a un hombre tan valioso para la
sociedad bolivarense, como monseñor Samuel Pinto.
. Monseñor será recordado por sus buenas palabras, y sobre todo por ser un hombre
estricto a la hora de decir las cosas. Un ser humano sin miedo, sin egoísmos, ya que
ayudó a todas aquellas personas que fueron a la Catedral Metropolitana de Ciudad
Bolívar, buscando ayuda.
Es gratificante observar, como un ser humano deja su país de origen, para
venirse a unas tierras desconocidas para él, y entregar por completo su vida en pro de
conseguir el bienestar de todos los bolivarenses.
Monseñor Samuel Pinto, prefirió ayudar a los demás, en vez de dedicar
tiempo a su propia salud. Es admirable como este sacerdote padeció de cáncer de
vejiga por más de diez años, y decidió dejar a un costado su enfermedad, y dedicarse
en cuerpo y alma al beneficio de su ciudad.
Pinto se ganó el respeto y admiración de todos los ciudadanos. Las
autoridades del estado Bolívar, lo condecoraron El Gran Collar de la Orden Congreso
de Angostura. Esto demuestra que monseñor supo ganarse el respeto y la admiración
de todas las personas.
Aún sin estar presente, monseñor siempre estará en el corazón de todas
aquellas personas que se vieron beneficiadas por su calidad humana, espiritual o
intelectual. Su espíritu se mantendrá vivo en el corazón de todos los bolivarenses,
que lo recuerdan y saben Samuel Pinto siempre será un ser especial, que los vigilará
desde el cielo.
Si alguien merece un verdadero homenaje es monseñor Samuel Pinto Gómez.
Su dedicación y entrega al pueblo bolivarense siempre fue admirada. Como
reconocimiento sus restos fueron sepultados en la Catedral Metropolitana de Ciudad
Bolívar, para que así su espíritu quede para siempre en las tierras que le dieron cobijo
durante gran parte de su vida.
Se debe subrayar que realizar este trabajo fue una experiencia llena de
alegrías y aprendizaje que sé durarán el resto de la vida. Haber hecho este ensayo
biográfico me puede dar cuenta de lo valiosa que son las personas, y algunas veces
no nos damos cuenta del valor que representan para la sociedad.
Pero si vale la pena resaltar que se debe explotar y escribir más la historia que llena
las calles de nuestra ciudad. No es justo que no se den el reconocimiento necesario
aquellas personas que se esmeran por el desarrollo del país. Monseñor es un ejemplo
a seguir, no sólo por su entrega, sino por buscar los mecanismos necesarios para
enfrentar la vida y dar un paso adelante cuando otros necesitan una mano amiga.
Recomendaciones
Se tiene que incentivar a todos los estudiantes de la universidad a que se sigan
realizando investigaciones de este tipo. Ya que es importante rescatar la
historia de personajes que se han esforzado por el porvenir del país.
Se debería realizar una recopilación de todas las informaciones de Monseñor,
además de este trabajo de investigación, para que tanto los bolivarenses como
el público en general, puedan conocer sobre la vida y obra de este sacerdote.
La Universidad Católica Andrés Bello debería realizar una recopilación de
todos los trabajos relacionados a historias de vida, y poner su propia
biblioteca, a efectos que los estudiantes puedan conocer sobre aquellos
personajes que de alguna manera ayudan al desarrollo del país.
A la Catedral Metropolitana de Ciudad Bolívar, rendirle un significativo
homenaje por toda la labor desempeñada en la capital bolivarense.
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Fuentes vivas
Diamon, L. (2010 diciembre 4) compañero de trabajo. Lugar: Catedral Metropolitana de
Ciudad Bolívar.
Escobar, Marjory (2010 septiembre 15) Alumna de monseñor Samuel Pinto. Lugar: casa
ubicada en ciudad Bolívar.
Fernández, A. (2010 julio 15) Cronista de Ciudad Bolívar. Lugar: casa ubicada en el Casco
histórico de la ciudad.
González, J. (2010 diciembre 14) monaguillo de monseñor Samuel Pinto. Lugar: Catedral
Metropolitana de Ciudad Bolívar.
Hernández, N (2010 octubre 29) Directora del colegio “Grupo Mérida”. Lugar: sede de la
institución.
Maffia, C. (2010, noviembre 16) Periodista del Correo del Caroní. Lugar: corresponsalía del
medio impreso.
Mastrachi, L. (2010, Septiembre 20) Ex directora del Museo Soto. Lugar: Museo de Arte
Moderno Jesús Soto.
Mendoza, I. (2010 septiembre 3) Alumna de monseñor Samuel Pinto. Lugar: su residencia en
ciudad Bolívar.
Navas, J. (2010 diciembre 15) Feligrés de la iglesia de Ciudad Bolívar. Lugar: En su lugar de
trabajo.
Suárez Mauro. (2010 octubre 17) Dirigente político del PPT. Lugar: casa ubicada en Ciudad
Guayana.
Tomedes, A. (2010, diciembre 2) Familiar de monseñor Samuel Pinto. Lugar: Catedral
Metropolitana de Ciudad Bolívar.
Valdez, A. (2010, octubre 15) Amigo y ex sacerdote. Lugar: Fuente de soda.
Sánchez, C. (2010, septiembre 24) Amigo por más de 10 años. Lugar: Plaza Bolívar de
Ciudad Bolívar.
Viña, Y. (2010 octubre 20) Alumna de monseñor Samuel Pinto. Lugar su residencia en
ciudad Bolívar.
Welle, C. (2010 octubre 14) Feligrés de la iglesia de Ciudad Bolívar. Lugar: Catedral
Metropolitana de Ciudad Bolívar.
ANEXOS A
Retrato en memoria al fallecimiento de monseñor Samuel Pinto
Gómez.
Pintura realizada a la figura de monseñor Samuel Pinto Gómez.
Lugar donde fueron enterrados los restos de monseñor Pinto.
Montaje de monseñor Pinto y la Catedral Metropolitana de
Ciudad Bolívar
Vestimenta de monseñor para sus misas.
Parte interior de la Catedral Metropolitana de
Ciudad Bolívar.
Máquina antigua utilizada por monseñor Samuel Pinto Gómez
para transcribir sus escritos.
Escritos y libro de liturgia de monseñor Pinto.
ANEXOS B
ENTREVISTAS
A. AMIGOS.
Lourdes Mastracci. Ex directora del Museo Soto
¿Cómo recuerda haber conocido a monseñor Samuel Pinto Gómez?
Lo conocí un día en la iglesia. Era un hombre de carácter fuerte aunque
bastante accesible. Su sencillez y ganas de ayudar al prójimo lo hicieron ser
una persona noble. Recuerdo que lo más bonito eran sus misas, claro aunque
con regaño incluido porque monseñor era un poco terco. (Risas) sin duda
alguna era un hombre que avanzaba al ritmo del tiempo. No se detenía por
nada y hacía todo lo posible por conseguir lo que se proponía.
¿Describa como era la personalidad de monseñor?
Como te decía su carácter era de cuidar. No se dejaba doblegar por nadie, era
lo que él decía y punto jajá. Su temperamento era macizo como una roca, pero
su corazón infundía amor y comprensión. Sus misas estuvieron cargadas de
palabras fuertes, pero era porque habíamos cometido algún error que
obviamente no le gustaba. La mayoría de las veces que asistía a las misas
recibía regaño, pero lo tomaba como una enseñanza de vida, de un señor que lo
dio todo por ciudad Bolívar.
¿Piensa que era una persona muy conversadora?
Si monseñor era un hombre muy conversador. Él tenía muchas cosas que
decir, sabía demasiado y era como un padre que protegía a su rebaño. Lo más
importante es que siempre encontraba las palabras adecuadas para las personas.
Tenía esa mística que como sacerdote se necesitaba para ayudar a la
comunidad y brindarle sabiduría a sus feligreses.
¿Qué era lo que más le atraía de su amistad?
Monseñor siempre será recordado por decir sin tapujo alguno lo que pensaba.
Jamás escuche que alguien me dijera las cosas con mayor franqueza que él. Era
un hombre muy sincero y quizás esa parte era la que más me gustaba de
nuestra amistad. Monseñor pasó de ser un sacerdote a ese ser humano que te
escuchaba y daba buenos consejos. Aclaro esos consejos estaban acompañado
de algún gran señor, pero era sin duda alguna porque era la forma de hacerle
entender a la gente lo equivocados que estábamos acerca de algún punto.
¿Consideraba que ya era un venezolano más?
Monseñor amaba esta tierra de una forma increíble. Su entrega y devoción
permitieron tapar muchos sentimientos de su vida. El que era oriundo de
España jamás se le vio tan feliz aquí como en otro lado. Lo consideraba un
venezolano más porque defendió a capa y espada estas tierras sin dejar que
nadie se metiera o pisoteara ciudad Bolívar. Creo que le dolía Bolívar más que
a mucha gente.
¿Cuál es el rasgo físico que más recuerda?
Su voz era inconfundible. Se sabía cuando monseñor Samuel pinto hablaba, no
sólo por su tono sino por el contenido. Lo recuerdo en sus misas diarias y en el
confesionario. Le gustaba hablar bastante y poder comunicarse con las
personas. Si algo recordaré es su vos, sin duda alguna ese acento español con
ese toque venezolano no lo tiene casi nadie jaja y si lo tienen jamás será como
el de monseñor.
¿Cuál fue lo obra social más querida realizada por monseñor?
Monseñor siempre estuvo preocupado de todos los bolivarenses. Su amor
incondicional por Ciudad Bolívar hizo que se convirtiera en un verdadero
padre. Pero monseñor siempre hacía hincapié en las personas más humildes y
los niños. A él se le movían los cimientos cuando observaba que estas personas
no tenían ni como comer. Por eso recuerdo que siempre hacia recolectas para
llevarle comidas y ropa y así aliviar un poco sus problemas. Pero siempre que
lo hacía me decía que no le gustaba protagonismo por esas cosas, Dios le
encomendó hacer eso.
¿Quién era monseñor sin el hábito de sacerdote?
Monseñor era el mismo con sotana o sin ella, ya que siempre estaba dirigiendo
su iglesia y dando sermón por todos lados. Nunca se cansaba jaja. Para él lo
más importante era su iglesia y poder servirle a Dios y a la comunidad.
¿Le supo si poseía algún vicio?
El único vicio que le podía notar a monseñor era que leía demasiado y estaba
siempre pendiente de hacer algo. Siempre trabajaba incansablemente y se iba
tarde de la Catedral, porque decía que había muchas cosas que hacer. Que el
descansaría solo el día de su muerte. Del resto tenía que servir a todos.
¿Le conoció alguna dote artística resaltante?
Si se puede resaltar algo era su don para hablar. Monseñor se la pasaba
hablando por todos lados. Él vivía era conversando con toda aquella persona
que requiriera una palabra de aliento. No le importaba decir las cosas claras y
más cuando se trataba de decir la verdad, duela o no siempre daba en el punto
central del problema y así tratar de resolverlo. Ya que al contarle el problema
se involucraba de una manera increíble hasta que se resolviera.
¿Cree que le gustaba Ciudad Bolívar?
Si, a monseñor le gustaba mucha Ciudad Bolívar. Cuando llegó proveniente de
España a estas tierras desconocidas para él, no sabía con lo que se iba a
encontrar, pero fue tan bueno que aquí vivió hasta su muerte. Si hay algo que
reconocerle a monseñor era su amor por la capital bolivarense y como
disfrutaba estar en ella.
¿Se mostraba nostálgico cuando recordaba su tierra de origen?
Lo que sí recuerdo era que se sonreía pero no estaba nostálgico. Cuando uno
decide emigrar deja grandes recuerdos pero el nuevo lugar irá sustituyéndolo
por el otro. Y yo pienso que cuando uno decide quedarse tano tiempo en un
sitio es porque ha encontrado lo que estaba buscando. Yo creo que monseñor
encontró más de lo deseado porque aquí hizo toda su vida de sacerdocio,
metiéndose en el corazón de todos los bolivarenses.
¿Qué información tenía sobre la enfermedad de monseñor?
Yo siempre estuve en contacto continuo con monseñor Samuel Pinto. Sabía lo
que el mismo me contaba. Si lamente que ese cáncer lo fuera consumiendo
poco a poco sin poder hacer nada. La vida es así y hay que aceptarlo. Las
constantes operaciones, su tratamiento y operaciones fueron muy duros para
todos, sin dejar de decir que lo más triste fue el día de su muerte.
¿Cómo era la rutina del monseñor Samuel Pinto Gómez?
Monseñor siempre era consecuente con la Catedral de Ciudad Bolívar. Era sin
duda alguna su única casa, no tenía descansa sino allí. Desde que se paraba se
que se iba hacia la iglesia regresando pasadas las 8pm para descansar. No tenía
familia sino unos conocidos que le dieron alojamiento, pero la mayor parte del
tiempo monseñor estaba en su amado templo para brindarles a todos la cercanía
y esas palabras alentadoras.
Alejandro Valdez
¿Cómo recuerda haber conocido a monseñor Samuel Pinto Gómez?
Conocí a Monseñor estando en el Seminario Cristo Rey de Ciudad Bolívar,
siendo un muchacho de 15 años. En los seminarios se enviaban a los
seminaristas a las iglesias sobre todo en semana santa y era la oportunidad de
compartir con los Párrocos.
¿Describa como era la personalidad de monseñor?
Era un hombre de una personalidad recia y dura no obstante en sus niveles de
amigos era un hombre profundamente humano y sensible.
¿Piensa que era una persona muy conversadora?
Sí era una persona consecuente con sus principios muy conservadora y a la vez
una persona de pensamiento futurista y de alto nivel crítico.
¿Qué era lo que más le atraía de su amistad?
Me impactaba mucho su honestidad y sinceridad en lo tocante a temas de todo
tipo.
¿Consideraba que ya era un venezolano más?
A. Si, era un venezolano auténtico que asumió nuestra forma de ver
muchas cosas.
¿Cuál es el rasgo físico que más recuerda?
El rasgo físico su cara fruncida.
¿Qué hacían para divertirse?
Muchas veces recordaba juntamente con él los lugares comunes de Europa y de
los personajes que habían visitado su entrevista con el Papa y sus amigos en
muchas partes
¿Cuál fue lo obra social más querida realizada por monseñor?
La obra más querida de Monseñor su Catedral Metropolitana.
¿Quién era monseñor sin el hábito de sacerdote?
Era el mismo hombre de Dios, su sotana simplemente era un traje
¿Le conoció alguna dote artística resaltante?
Era un hombre que le gustaba mucho la música clásica.
¿Cree que le gustaba Ciudad Bolívar?
Era su Ciudad Amada / la quería de verdad dio su vida por ella.
¿Se mostraba nostálgico cuando recordaba su tierra de origen?
Era su Ciudad Amada / la quería de verdad dio su vida por ella. Cómo todo ser
humano recordaba sus lugares de orígenes y fue varias veces en la vida a
España pero su tierra era Bolívar.
¿Qué información tenía sobre la enfermedad de monseñor?
Que tenía cáncer de Próstata y murió tras años de padecer esa enfermedad.
¿Asistió a su sepelio? ¿Cómo lo recordará?
Asistí a su sepelio y tuve en la capilla ardiente que hubo por dos días. Y lo más
bonito es que los restos de monseñor están sepultados dentro de la Catedral
Metropolitana de Ciudad Bolívar, su única u última morada.
Carolina Maffia
¿Cómo recuerda haber conocido a monseñor Samuel Pinto Gómez?
R: Conocerlo fue una sorpresa, porque fue como periodista. Entrevistarlo era
muy grato, por su sentido crítico, acucioso y acertado para el momento
político, económico, religioso y moral que los últimos años ha vivido el país.
¿Describa como era la personalidad de monseñor?
R: Un hombre dedicado a Dios. Carácter fuerte, con grandes principios y
valores ciudadanos. Un hombre que no se amilanaba para decir lo que pensaba,
basado en sus criterios de convicción. Un religioso que a pesar de su
personalidad enérgica con ciertos matices de dureza en sus palabras, inspiraba
confianza para convertirse en mano amiga de quien se lo pidiera.
¿Piensa que era una persona muy conversadora?
Sí, siempre tenía una palabra en su boca, y algo que decir. Siempre me pareció
una persona extrovertida, que no dudaba emitir su opinión ante cualquier tema.
¿Consideraba que ya era un venezolano más?
No lo consideraba, ya lo era hacía muchos años. Y más que venezolano, un
bolivarense de la otrora Angostura.
¿Cuál es el rasgo físico que más recuerda?
Su contextura. Era de un hombre fuerte, robusto, de poder sostener en sus
hombros todo el peso de las dificultades y satisfacciones que le tocó vivir a lo
largo de su vida religiosa y ciudadana.
P: ¿Cuál fue lo obra social más querida realizada por monseñor?
Sus labores sociales fueron muchas, y todas queridas, desde atender a jóvenes
que requerían de sus enseñanzas y aprendizajes como educador, hasta la de
servir de guía espiritual a jóvenes, ancianos y no tan ancianos. Su labor social
fue inmensa, como inmensa su dedicación a la iglesia.
¿Le conoció alguna dote artística resaltante?
No, y si las tenía las disimulaba bien
¿Cree que le gustaba Ciudad Bolívar?
Si, muchísimo. Amaba esta ciudad, a la que defendía con todas sus fuerzas, y
donde se sentía como en su casa.
¿Se mostraba nostálgico cuando recordaba su tierra de origen?
Sí, mucho. Cuando se le preguntaba de su vida, era como si su mente viajara a
su tierra, donde había dejado atrás a su familia. Pero, a pesar de la añoranza
que se podía percibir en sus palabras y mirada estaba convencido que había
escogido el camino correcto: El de Dios.
¿Qué información tenía sobre la enfermedad de monseñor?
Poca, aunque monseñor era una persona abierta que en algunas ocasiones
dejaba ver su estado de salud, incluso a manera informativa para poner al tanto
a esa feligresía que le pedía consejos y apoyo. Fueron muchas las veces que
estuvo hospitalizado, y muchas en las que aún cuando comentaba estar enfermo
de cáncer, no desnudaba más allá de esto su salud, a pesar de aquejarlos otras
enfermedades.
Carlos Sánchez
¿Cómo recuerda haber conocido a monseñor Samuel Pinto Gómez?
Lo conocí en la Catedral de Ciudad Bolívar año 1972. Se presentó como una
unidad: hombre –sacerdote – Realmente creo que jamás descuidó ninguno de
esos tres aspectos que lo identificaban; más; considero que por encima de todo,
era un ser humano excepcional que se amaba a ese ser supremo llamado Dios.
¿Describa como era la personalidad de monseñor?
Hombre de carácter fuerte, pero de gran bondad y espiritualidad. Sociable
dentro del ámbito laboral, pero absolutamente reservado en su actuación
personal. Franco, efusivo, dominante, flexible, justo y confiable. Sumamente
inteligente e intelectualmente hábil.
¿Piensa que era una persona muy conversadora?
Probablemente poseía su propia convicción sobre la moral del orden y el
comportamiento; sin embargo fue capaz de adecuarse a los tiempos y los
espacios en los que le correspondió vivir. Podría entonces definirlo como una
persona conservadora pero adaptativa, creyente fiel de los valores de la familia,
como base fundamental para poseer una sociedad justa.
¿Qué era lo que más le atraía de su amistad?
La relación con Monseñor Pinto, no podría considerarla de amistad como tal,
sino de mentor – entrenado, era el sabio que estaba siempre presente, en el
momento requerido para el diálogo productivo y la resolución de problemas.
¿Consideraba que ya era un venezolano más?
Claro que sí; Monseñor Pinto amaba a Venezuela. Creía en éste país y la
asumió como la patria que le brindó cobijo, luego de apartarse; en 1951, de
Ponce de León en España.
¿Cuál es el rasgo físico que más recuerda?
Su cara redonda, que concordaba perfectamente con su cuerpo redondo (
jajajajajaj!”!!!Si me oyera)
¿Qué hacían para divertirse?
Siempre le contaba mis cosas. Sus palabras alentadoras y visión de la vida me
permitieron saber que podía salir adelante. Monseñor fue más que un amigo un
padre que aunque con su carácter fuerte me hizo entender que para conseguir
las cosas se necesita paciencia y sacrificio.
El, nos narraba sus anécdotas, entre ellas, sus experiencias de guerra y su
encuentro con el Papa Pío. Realmente, no era una diversión, era un
entretenimiento.
¿Cuál fue lo obra social más querida realizada por monseñor?
La consagración a recolectar enseres y alimentos para hacerlo llegar a las
personas necesitadas. También trabajó fuerte en el asilo San Vicente de Paúl y
consiguió que se le hiciera una remodelación a la Catedral Metropolita de
Ciudad Bolívar, incluida las nuevas campanas.
¿Quién era monseñor sin el hábito de sacerdote?
Era Monseñor, con o sin hábito. De hecho, las clases las daba sin hábito; más,
ello no lo convertía en una persona distinta a la que era. Así de imponente era
su personalidad.
¿Le conoció alguna dote artística resaltante?
La verdad no, no tengo ningún recuerdo ni información al respecto
¿Cree que le gustaba Ciudad Bolívar?
Ciudad Bolívar fue su Sagrario, la casa en la cual vivió luego de recorrer
lugares como Upata, Tumeremo y El Dorado y ello la hizo quererla; tanto, que
fue el lugar elegido por EL, para entregar su alma.
¿Se mostraba nostálgico cuando recordaba su tierra de origen?
Su humildad era tanta, que jamás mostraba sentimientos negativos. Los
recuerdos como tal, eran los recuerdos, lo más importante era el presente, la
vivencia del momento. Sólo se le escuchaba decir: “Debemos agradecer a Dios,
porque lo más preciado de la vida, nos es regalado. No pagamos por el aire que
respiramos, ni por las amistades, ni por la familia. Todo ello nos lo ha regalado
Dios” Acto seguido aludía la Parábola de San Marcos: “¿Qué tienes qué no
hayas recibido? ¿Y si lo has recibido? ¿De qué te vanaglorias?”
¿Qué información tenía sobre la enfermedad de monseñor?
Hago hincapié en lo reservado y humilde que era Monseñor Pinto. A pesar de
su infinito resguardo, supe que padecía de Cáncer de vejiga y que su
constancia logró vencer el mal, pero aún así, le fue imposible superar el ACV
que finalmente le permitió partir para siempre.
¿Asistió a su sepelio? ¿Cómo lo recordará?
Asistí a su sepelio. Estuve presente en su Capilla Ardiente y lo recordaré como
ese hombre humanitario que se alejó de su tierra natal, de sus seres cercanos,
para consagrarse a Dios, para velar por los valores morales de la familia y para
ayudar al prójimo sin esperar nada a cambio
D. FAMILIA
Presbítero: Ángel Tomedes
¿Cómo era el desempeño de monseñor como sacerdote?
Monseñor era un sacerdote dedicado a su misión y consciente de su vocación
de padre y pastor, siempre pendiente de la formación de sus fieles.
¿Era estricto a la hora de pedir las cosas?
De un carácter recio y estricto a la hora de decir las cosas, siempre diáfano y
exigente de una sencillez a la hora de presentarse a la gente.
¿Puede describir la vestimenta diaria de monseñor?
Siempre vestía con la sencillez del hombre de Dios, con un traje negro o lo que
nosotros los religiosos llamamos traje taler y en el argot popular se le llama
sotana, él lo solía llamar el balandrán.
¿Estuvo a su lado durante su enfermedad?
Desde el año de 1.998 cuando me encargaron de la rectoría de Santa Ana,
Iglesia filial de la Catedral le acompañe hasta la hora de su despedida. Todo
este tiempo para mí fue una escuela donde aprendí muchas cosas entre las
cuales puedo destacar el cultivo de la paciencia, la comprensión del humano
enfermo, el servicio a los más necesitados y la preparación espiritual del que
sirve que debe basarse siempre en el amor a Jesús que es él Maestro del
cristiano.
¿Qué es lo más emblemático que recuerda de él?
La rectitud con la que se conducía y el amor por ésta Catedral que lo hizo
mantenerse en pie de lucha hasta el último momento de su vida.
¿Le supo si poseía algún vicio?
Los vicios son elementos que van los de fuera, yo puedo decir que poseía
muchos valores y virtudes para enseñar a los demás a caminar hacia la luz que
es Cristo.
¿Señale la rutina del monseñor Samuel Pinto Gómez?
De lo que yo conocí de las 7 a.m. en la Catedral hasta las 9 y 30 que solía ir
para la curia atender la Vicaria general hasta las 12 m que volvía a su casa de
residencia en la calle Maracay con la Familia Bartoli, luego a las 3 p.m. volvía
a la Catedral donde atendía a los fieles antes y después del servicio religioso,
allí pasaba horas sentado en el confesionario escuchando a los penitentes.
¿Cuántos idiomas hablaba?
Con exactitud solo te podría decir, se que hablaba el Castellano, el latín, Ingles
y el Griego, porque por cualquier eventualidad tuve que consultarle.
¿Cuál fue lo obra social más querida realizada por monseñor?
Si se puede llamar obra social a la formación de tantos hijos de Guayana, desde
el colegio La Milagrosa, el Liceo Tomás de Heres, Liceo Peñalver y la Divina
Pastora, porque siempre recordaba las clases y las anécdotas de las mismas.
¿Se mostraba nostálgico cuando recordaba su tierra de origen?
Mostraba el amor por su tierra, pero nunca lo vi con nostalgia ante por el
contrario, recuerdo que entre las cosas que me pidió en los últimos tiempos
cuando le diagnosticaron el cáncer que “no me dejes sacar de Ciudad Bolívar,
aquí está la gente que me quiere y si voy a morir que sea aquí”.
D. COMPAÑEROS DE TRABAJO.
Lino Diamon
Acólito
¿Cómo era el desempeño de monseñor como sacerdote?
Era un hombre con una mística espiritual y vacación sacerdotal única. Su labor
no sólo como ser humano sino como sacerdote y amigo traspasa fronteras. Lo
que realizó por el prójimo es digno de admirar. Conseguía alimentos y ropa
para las comunidades. Ayudaba en el asilo san Vicente de Paúl y adoraba su
Catedral.
¿Era estricto a la hora de pedir las cosas?
Si monseñor siempre fue muy estricto pero siempre buscaba la manera de
solucionar los problemas que ocurrían. Había que hacer en la mayoría de los
casos las cosas como él señalaba porque de lo contrario se ponía bravo (risas)
pero eso no le restaba la intención y buena causa de hacerlo.
¿Puede describir la vestimenta diaria de monseñor?
Si, dependía de la circunstancias, pero en la mayoría de los casos siempre era
un hombre ordenado y pulcro. El distintivo al vestir era el de un sacerdote,
recuerdo siempre sus lentes y su pañuelo.
¿Estuvo a su lado durante su enfermedad?
Si estuve presente. Siempre lo visitaba y parecía tener una fuerza única y
admirable ante esa gravísima enfermedad. Después deje de verlo por un
tiempo, pero al final supe que fue decayendo por lo veloz y arraigado cáncer
que tuvo en su vejiga.
¿Qué es lo más emblemático que recuerda de él?
Creo que lo distinguían varias cosas, entre ellas su carácter, sensibilidad ante
los problemas, y su puntualidad a la hora de oficiar la misa.
¿Le supo si poseía algún vicio?
Monseñor era un gran adicto a leer, conversar y sobre todo el café. No podía
pasar un día sin que no se tomara varias tacitas.
¿Señale la rutina del monseñor Samuel Pinto Gómez?
Monseñor era un hombre muy hogareño. Siempre iba de la casa a la Catedral al
menos que tuviera que cumplir con compromisos fuera de estos lugares como
el Seguro Social o ir a entregar alimentos. Este último lo hacía a escondidas
para no tener ninguna publicidad de eso, ya que decía que toda obra realizada
hay que hacerle sin esperar nada a cambio.
¿Cuántos idiomas hablaba?
Monseñor era un hombre muy preparado. Que yo sepa dominaba obviamente el
castellano, pero aparte el latín e ingles.
¿Cuál fue lo obra social más querida realizada por monseñor?
Con empeño mantener la estructura y el buen ambiente dentro de la Catedral
Metropolitana de Ciudad Bolívar.
¿Se mostraba nostálgico cuando recordaba su tierra de origen?
Pocas veces y algunas de ellas para hablar de su infancia y las experiencias
tenidas en sus estudios en el seminario, ya que parte del transcurrir de su vida
la pasó en Venezuela y más específicamente en Guayana.
José González
Acólito
¿Dónde conoció a monseñor Samuel Pinto Gómez?
El me conoció a mí de pecho a mi madre, pero la primera vez que estreche su
mano fue en el año 1982 en la catedral de Ciudad Bolívar, yo tenía 6 años.
¿Está al tanto de las obras sociales realizadas por monseñor Samuel Pinto
Gómez?
La que más recuerdo era inculcar la educación como profesor en la Divina
Pastora, la de orientar y predicar la palabra de Dios a los feligreses en la
homilía, también en las procesiones del Nazareno, la Cruz y la Virgen la
dolorosa en las fechas de semana santa, muchas veces leía sus artículos de
prensa donde preocupado por la comunidad de Ciudad Bolívar y en especial de
la comunidad de la parroquia la Catedral, dirigidas a los diferentes institutos
gubernamentales y municipales, donde explicaba y notificaba de algunas
inconformidades que vivía la ciudad y de igual forma orientaba según sus
criterio algunas recomendaciones para beneficio de la misma.
¿Cómo era la relación de monseñor Samuel Pinto Gómez con la
comunidad?
A mi parecer excelente, se preocupaba mucho por la comunidad, era muy
conciso y preciso a la hora de decir las cosas hasta se podría decir con un
carácter fuerte y jocosidad al mismo tiempo,
¿De qué forma califica la reacción del pueblo ante la muerte de monseñor
Samuel Pinto Gómez?
A la hora de su partida la sentí mucho y vinieron a mi mente muchos
recuerdos, donde compartí con él, en las personas también note el aprecio y el
valor que le dio la gente a la partida de Monseñor, yo asistí a sus funerales en
la catedral.
¿Qué anécdota tiene de monseñor?
Tengo muchas compartidas con él, y más porque preste mis servicios como
monaguillo en la catedral durante once años, la que más recuerdo, fue el día
que al ponerme a la orden para prestar mis servicios de monaguillo en la
catedral y la primera pregunta que él me hizo fue ¿y tú sabes pelear? Para ese
momento yo practicaba tae kwondo, mi respuesta fue de inmediata pero algo
impresionado que monseñor me hiciera esa pregunta, le conteste claro que si, y
le pregunte ¿por qué monseñor? Y su respuesta, bueno por ahí hay muchos
malandrines y si vienen tenemos que pelear con ellos. Así transcurrieron los
once años con el donde nos orientaba con sus enseñanzas, compartimos
vivencias, nos echaba unos cuentos, en sí, fueron muchos años que estuve
compartiendo con él.
¿Monseñor tuvo alguna incidencia sobre su vida?
Si mucho, su pensamiento, sus enseñanzas, sus chistes, sus artículos de prensa
los leía y me dejaban muchas enseñanzas y reflexiones.
¿Lo ayudó a realizar alguna actividad dentro de su comunidad?
Lo ayude en las misas y en los diferentes actos en la catedral de la ciudad.
¿Cuál considera que ha sido el aporte más importante realizado por
monseñor?
Sus enseñanzas, sus orientaciones y dedicación para esta Ciudad.
¿En que se basaba el discurso de monseñor?
Reflexiones de la vida misma a manera de ejemplos para hacerse llegar más a
las personas.
¿Por qué buscaron acercarse al monseñor?
Mis enseñanzas religiosas inculcadas por mi madre me hicieron acercarme a la
iglesia y servirle a Dios de esa manera, como monaguillo.
¿Cuál era la mayor preocupación de monseñor?
Aun cuando me aleje por diversas razones de la catedral, escuchaba que
monseñor tenía la inquietud de poder escuchar algún día el sonido electrónico
de las Campanas de la catedral.
D. FELIGRESES.
Claudio Welle
¿Dónde conoció a monseñor Samuel Pinto Gómez?
La primera vez que lo conocí fue en la Catedral Metropolita de Ciudad Bolívar,
pero en anteriores ocasiones lo había visto en el Liceo Fernando Peñalver en
los años 70. Desde ese momento supe que era una excelente persona y siempre
iba a sus misas, especialmente los días domingos.
¿Está al tanto de las obras sociales realizadas por monseñor Samuel Pinto
Gómez?
El era una persona que lo quería muchas personas, dentro y fuera de la iglesia.
Como era profesor también podía darse el lujo de saber que sus estudiantes lo
estimaban mucho.
La relación muy cercana con las comunidades hizo que hubiese esa conexión
especial que hay con un sacerdote. Pero monseñor Pinto fue más que eso, ya
que ayudó mucho a esas personas dándole alimentos y vestimenta
mensualmente. También me recuerdo que iba con asidua frecuencia al asilo
San Vicente de Paúl en Ciudad Bolívar y estuvo siempre pendiente de las
mejoras de la que fue y es su morada, la Catedral.
¿Cómo era la relación de monseñor Samuel Pinto Gómez con la
comunidad?
La relación con monseñor siempre fue muy cercana debido a que él se
preocupaba mucho por cómo nos encontrábamos nosotros. Siempre quiso
ayudar a las comunidades y eso siempre se lo agradeceremos por el resto de
nuestras vidas.
¿De qué forma califica la reacción del pueblo ante la muerte de monseñor
Samuel Pinto Gómez?
La reacción del pueblo bolivarense fue como se esperaba. Se fue un gran
hombre que entregó toda su vida al desarrollo de esta ciudad. Para mí Ciudad
Bolívar perdió a un gran sacerdote pero ganó una estrella que siempre nos
cuidará desde el cielo. Sus consejos y regaños siempre serán recordados como
aquellos que fueron dados con el objetivo de ayudar a los ciudadanos.
¿Qué anécdota tiene de monseñor?
Si monseñor se presentó por la Catedral cuando pintaron la última vez, eso
produjo mucha preocupación por la irresponsabilidad de la gente que hacia el
trabajo. Él regañó tan fuerte a esas personas que pasaron tiempo sin ir a misa
(risas) y desde allí le dije que siempre me gustaba hablar con él porque no se
callaba nada y decía las cosas como son.
¿Monseñor tuvo alguna incidencia sobre su vida?
Claro yo pienso que uno conoce a estas personas una vez en la vida. Es muy
difícil poder comparar a una persona con otra, pero cuando uno tiene una
amistad con un hombre de la calidad humana que poseía monseñor Pinto
siempre se aprende y le deja a uno muchas enseñanzas. A mí en particular me
dejó la virtud de poder expresarme sin miedo y exigir que los gobernantes
cumplan su labor. Para eso están allí.
¿Lo ayudó a realizar alguna actividad dentro de su comunidad?
Siempre lo ayudaba como podía. La misión de él era llevar alimentos, pero
siempre me decía que no quería propagandas, en sí que no le gustaba mucho
salir a relucir, era parte de su bondad como ser humano. También él me
contaba que logró la remodelación del Catedral hecho que lo marcó como
sacerdote y que siempre sabía que lo dejaría de legado para todo su amado
pueblo.
¿Cuál considera que ha sido el aporte más importante realizado por
monseñor?
Él me contaba que logró la remodelación del Catedral hecho que lo marcó
como sacerdote y que siempre sabía que lo dejaría de legado para todo su
amado pueblo. Además de servir de forma ininterrumpida en el Seguro Social
y formar a más de un centenar de jóvenes en las aulas de clases.
¿En que se basaba el discurso de monseñor?
Monseñor Samuel Pinto hablaba siempre de la vida. Parecía un libro ambulante
que iba por la vida dando consejos y regaños así no te conociera. Era una
persona especial que sabía que decir en el momento indicado.
¿Por qué buscaron acercarse al monseñor?
Desde el momento en que lo conocí supe que era una buena persona. La
calidad humana y su vasta experiencia en la vida me permitieron saber que era
un hombre preparado que me podía aportar mucho como ser humano, además
de colaborarle para ayudar a los más necesitados.
¿Cuál era la mayor preocupación de monseñor?
La obra más significativa fueron las campanas de amor para nuestra Catedral
que se terminaron luego de su partida. Estas campanas tienen un muy buen
sonido electrónico que las convierten en las mejores de las iglesias de la zona.
Juana Navas
¿Dónde conoció a monseñor Samuel Pinto Gómez?
En la Iglesia, porque siempre he sido una persona devota y asisto todos los
domingo a misa.
¿Está al tanto de las obras sociales realizadas por monseñor Samuel Pinto
Gómez?
Monseñor era una persona muy sencilla y muy humanitaria que estaba
pendiente de los que menos tenían en su parroquia.
¿Cómo era la relación de monseñor Samuel Pinto Gómez con la
comunidad?
Era una persona muy cercana a su medio, a su parroquia, a su iglesia.
¿De qué forma califica la reacción del pueblo ante la muerte de monseñor
Samuel Pinto Gómez?
A pesar de estar hace mucho tiempo enfermo, siempre fue una sorpresa, era
una persona muy querida por los fieles de su parroquia.
¿Qué anécdota tiene de monseñor?
Que siempre fue una persona muy directa, sin pelos en la lengua como dicen
los refranes.
¿Monseñor tuvo alguna incidencia sobre su vida?
Si, a decir las cosas directas sin tabúes
¿Lo ayudó a realizar alguna actividad dentro de su comunidad?
Siempre ayudaba en la época de navidad y semana santa.
¿Cuál considera que ha sido el aporte más importante realizado por
monseñor?
Aun después de muerto el logro de las campanas eléctricas a la catedral.
¿En que se basaba el discurso de monseñor?
Era un hombre directo y basaba su sermón en la vida misma, como ejemplo
directo para todos, de manera que todos podían entender el mensaje.
¿Por qué buscaron acercarse al monseñor?
Tener a monseñor como una persona cercana es importante, porque fue un
hombre religioso, a pesar de su fuerte carácter, tenía una vinculación directa
con papa Dios
Y eso lo trasmitía siempre. Fue un honor –
¿Cuál era la mayor preocupación de monseñor?
Monseñor tuvo siempre un sueño, que fue cristalizado luego de su partida. Las
campanas eléctricas de la catedral. Me imagino que desde el cielo lo está
observando con alegría y regocijo.
Francia Aponte
¿Cómo recuerda haber conocido a monseñor Samuel Pinto Gómez?
En la Catedral. Monseñor era un sacerdote querido por toda la sociedad
bolivarense, y sin duda alguna me dejo una gran enseñanza, basada en la
humildad y el poder ayudar sin mirar a quien.
¿Describa como era la personalidad de monseñor?
Muy franco al momento de hablar. Sus palabras siempre fueron sinceras y
sustanciadas de una gran nutrida cultura. Lo bueno de monseñor era que a
pesar de sus años, él siempre estaba en una constante lectura, que hacía
mejores las conversaciones.
¿Piensa que era una persona muy conversadora?
Conmigo siempre fue una persona muy conversadora. Siempre lo buscaba para
hablar después de las misas, e incluso nos quedábamos porque él me daba
consejos muy sabios para la mejora de mi familia.
¿Consideraba que era un venezolano más?
Sí, porque el profundo amor que entregaba a ciudad Bolívar era realmente
admirable. Monseñor parecía más venezolano que español, jajaja. Su carisma,
entrega y ganas de ayudar al beneficio de esta region me hacen suponer que
Pinto siempre será recordado como un hombre que aunque no nació en
Venezuela, será considerado un ser especial que encontró la felicidad en tierras
llaneras.
¿Cuál es el rasgo físico que más recuerda?
Su cara. Siempre estaba serio, no había momento en que monseñor mostrara un
risa. Pero esto no quiere decir que trataba mal a las personas. Al contrario
aunque era un hombre estricto, se prestaba para conversar y siempre ganarse el
corazón de sus fieles. Pinto lo considero un hombre sabio que siempre lo
llevaré en mi mente y corazón. Recordaré además sus fuertes palabras,
cargadas de sentimiento. Sus ojos y contextura siempre serán perdurables en el
tiempo.
¿Cuál fue lo obra social más querida realizada por monseñor?
Su lucha siempre fue por hacer comprender a la sociedad que nunca debemos
alejarnos de Dios. A Pinto también lo movía la recuperación de la Catedral
Metropolitana de Ciudad Bolívar. Ese templo era su casa, no había otro lugar
donde el se sintiera más a gusto que allí. Aparte de la Catedral, siempre luchó
por darle la mayor felicidad a los más necesitados
¿Cree que le gustaba Ciudad Bolívar?
Sin duda alguna, ciudad Bolívar era para monseñor Pinto el lugar más hermoso
del mundo. Se entregó tanto a estas tierras que aquí pasó toda su juventud,
hasta el día de su muerte. Un valor significativo fue que sus restos fueron
sepultados en la Catedral, como símbolo, respeto y admiración a un hombre
que ofreció todo de sí por el desarrollo de la region bolivarense.
¿Se mostraba nostálgico por su lugar de origen?
Nunca. Monseñor si lo recordaba con cariño pero sin duda estas tierras lo
cobijaron como un hijo más. Aquí encontró lo que buscaba. Servir a la
sociedad y ser feliz. Ayudó a los más necesitados, cuestión que a mi parecer
era lo que más le hacía feliz.
¿Qué información tenía sobre la enfermedad de monseñor?
Que padeció de cáncer en la vejiga durante más de diez años. Siempre lo
recuerdo como ese hombre valiente que o se dejaba amilanar por nada ni nadie.
Con cáncer y todo oficiaba las misas diariamente, hasta que de un momento a
otro cayó en cama, para más nuca pararse.
E. EXPERTO
Américo Fernández
Cronista de la ciudad
¿Cómo percibía a monseñor Samuel Pinto Gómez?
Monseñor Samuel Pinto Gómez, Deán de la Catedral y Vicario General del
Arzobispado de Ciudad Bolívar, lo percibía como persona inteligente, sincera y
una dedicación a quienes solían requerir su ayuda. Algunas veces solía ser
extremistas, pero al final comprensivo y tolerante. Temperamento fuerte, claro
y directo. Muchos amigos a su alrededor. Fuerte voluntad y opiniones
definitivas. Enfrenaba los problemas con independencia y muchas veces se
apreciaba muy frío, pero en el fondo era lo contrario.
¿Cómo fue la llegada de monseñor Samuel Pinto Gómez a Ciudad
Bolívar?
Monseñor se recibió de Sacerdote en 1947 y cuatro años después,
entusiasmado por su tío el misionero Gómez Villa, se vino a Venezuela a
prestar servicios espirituales como párroco de Tumeremo desde donde atendía
a otros pueblos interioranos como Guasipati, El Callao y las Colonias Móviles
de El Dorado. Llamado por el obispo Juan José Bernal Ortiz, se vino para
Ciudad Bolívar y fue testigo de la transformación de la Diócesis de Santo
Tomás de Guayana en Diócesis de Ciudad Bolívar y finalmente Arquidiócesis,
en 1958.
Guayana abarcaba todo el Estado Anzoátegui y Monagas, lo que suponía, en su
caso y por ser el sacerdote más joven de la curia, tener que desplazarse
frecuentemente de un lugar a otro cubriendo todos los rincones de esas
entidades federales, para asuntos meramente eclesiásticos. Luego pos
disposición papal cada estado del Oriente se fue desmembrando de Guayana
hasta quedar la Arquidiócesis reducida al sólo Estado Bolívar.
¿Por qué cree que el padre quiso tanto a Ciudad Bolívar?
Porque aquí transcurrió todo su apostolado de sacerdote. Fue además docente
del Liceo Peñalver. Cientos de alumnos pasaron por sus manos incluyendo a
importantes personalidades del hoy mundo político y científico. En 1986
hubo de despedir a Monseñor Juan José Bernal Ortiz al Arzobispado de Los
Teques y saludar la presencia de Monseñor Crisanto Mata Cova como Segundo
Arzobispo de Ciudad Bolívar (1996-1986).
Así transcurrieron sus primeros diez años de su vida sacerdotal en Ciudad
Bolívar, que fue de asentamiento definitivo de la Arquidiócesis y de allí en
adelante con el trabajo de Monseñor Mata Cova, bastante fructífero,
especialmente en la floreciente Ciudad Guayana. Si bien el territorio se acortó,
aumentó de 2 a 11 las parroquias y aumentó el número de sacerdotes.
¿Qué sabe de la familia de monseñor Samuel Pinto Gómez?
Monseñor Samuel Pinto Gómez nació el 16 de febrero de 1924 en un pueblito
del antiguo Reino de León (España), donde el ambiente se veía cerrado de
nieve, mientras el hermano de su madre. Pbro. Constantino Gómez Villa, quien
posteriormente sería consagrado Vicario Apostólico del Caroní, lo bendecía
como futuro sacerdote.
Antes de la edad prevista pues apenas tenía 24 años, por lo que debió gestionar
dispensa de la Santa Sede, se recibió de sacerdote – 21 de diciembre de 1947-
en la iglesia de la Universidad Pontificia. El único ordenado, tan sólo varios
Diáconos de compañía, y con todos los méritos, incluso el de haber socorrido
en el Seminario a muchos moribundos y heridos durante la Guerra civil
española (1936-1939).
¿Lo consideraban como un hombre lleno de liderazgo?
Como sacerdote y Vicario tuvo y sostuvo un liderazgo innegable, no tanto por
su sapiencia sino por su carisma de sacerdote y maestro, siempre lleno de
humor y elocuencia hasta el día cuando ya físicamente quedó inhabilitado
porque la oveja negra de la muerte se posó imperturbable en el umbral de su
morada.
¿Estaba integrado con la sociedad bolivarense?
Estaba muy integrado a la sociedad bolivarense de la capital dada su posición y
jerarquía eclesiástica compartida con la docencia y las obras sociales.
¿De qué forma se involucraba en la vida política de la sociedad?
Se involucró en la vida política de la sociedad apegado siempre a los
postulados de la doctrina católica, vale decir, a la Constitución Apostólica,
Encíclicas papales y Conferencias Episcopales, abarcando siempre temas
importantes de la actualidad como la pobreza, la violencia, la delincuencia, la
guerra, la paz, la dignificación del trabajo, libertad y liberación, dignidad y
vocación de la mujer., el sectarismo, la división de la sociedad, la polarización
y la malversación de recursos que tanta falta hacen para la redención y la
justicia social.
¿Qué obras sociales realizó monseñor en Ciudad Bolívar?
Aceptó servir por una temporada de dos meses en el Asilo de Ancianos San
Vicente de Paúl, que se transformaron en 22 años de labor continua. En
tiempos del Arzobispo Mata Cova resalta la reconstrucción y restauración de la
Catedral, utilizando entonces en su lugar la vieja Iglesia de las Siervas. En
septiembre de 1977, Monseñor Pinto que era Deán o cabeza del cabildo de la
Catedral, nombrado desde 1936 por el Papa Juan XXIII, estaba de lleno
dedicado a sus clases en el Liceo cuando el Arzobispo Crisanto Mata Cova lo
llamó requiriéndolo para que le resolviera el problema de la Catedral que se
hallaba sin pastor. Luego de pensarlo bien durante 48 horas, aceptó ser párroco
por tres meses que se alargaron pasando los 20 años.
¿Cómo fueron sus últimos días de vida?
Los últimos días de Monseñor Gómez Pinto, transcurrieron sin claudicar a
pesar de su penosa y lenta enfermedad. Murió desempeñándose como Vicario
General y Párroco de Catedral al mismo tiempo. Dejó de existir tras larga y
penosa enfermedad Sus restos fueron velados e inhumados en la misma iglesia
catedral donde transcurrió su apostolado Monseñor dejó la ciudad en la cual
vivió y ejerció su sacerdocio, a la edad de 86 años, puesto que había nacido en
España en 1924. Era sobrino de Monseñor Constantino Gómez Villa, Vicario
Apostólico de Caroní también fallecido y sepultado en una iglesia, la Iglesia de
los misioneros.
¿Cómo reaccionó el pueblo ante su muerte?
10. ¿De qué forma se involucraba en la vida política de la sociedad?
Como generalmente ocurre cuando fallece un pastor de la Iglesia la sociedad o
comunidad donde ejerce, reacciona consternada y dolida porque dolor
realmente causa la ausencia o pérdida de los guías espirituales, predicadores de
los valores sagrados que deben regir la vida del hombre.
F. POLÍTICOS
Mauro Suárez
Dirigente PPT
¿Cómo recuerda haber conocido a monseñor Samuel Pinto Gómez?
Lo conocí cuando yo era un adolescente, en un encuentro de jóvenes que
organizó la Arquidiócesis de Ciudad Bolívar, yo pertenecía al movimiento de
la Legión de María.,
¿Describa como era la personalidad de monseñor?
Monseñor pinto era de personalidad recia, claro y con rasgo solidario con los
más pobres, un excelente luchador social
¿Piensa que era una persona muy conversadora?
Era muy apegado a sus creencias y defensor de los derechos humanos
¿Qué era lo que más le atraía de su amistad?
Su claridad y la forma como abordaba los temas, además era un excelente
comunicador social, no solo por lo que escribía sino por la forma de presentar
su mensaje del evangelio a todos sus feligreses
¿Consideraba que ya era un venezolano más?
Monseñor Pinto, asumió a Ciudad Bolívar con todo el amor que pueda
representar un venezolano, amo esta patria y por ella luchó, mejorar la calidad
de vida de todos los que se le acercaban era su gran misión., en todos los
aspectos no solo en su parte de crecimiento espiritual
¿Cuál es el rasgo físico que más recuerda?
Pequeño de estatura física pero grande en espíritu
¿Qué hacían para divertirse?
El disfrutaba dando clases, aunque no fui su alumno en la parte académica,
seguí de cerca sus enseñanzas cristianas que llenaba cualquier vacío espiritual
¿Cuál fue lo obra social más querida realizada por monseñor?
La atención a los pobres y su pasión por la educación
¿Quién era monseñor sin el hábito de sacerdote?
El mismo, aunque siempre se distinguía por su vestimenta sacerdotal, este no le
era impedimento para hacerse presente en cualquier ambiente.
¿Le supo si poseía algún vicio?
Le gustaba tomarse sus traguitos de vez en cuando, no solo el vino de
consagrar.
¿Le conoció alguna dote artística resaltante?
Le gustaba el canto y apreciaba los actos litúrgicos cargados de melodías
hermosas que según el ayudaba a la gente a ver más claro a dios.
¿Cree que le gustaba Ciudad Bolívar?
Ciudad Bolívar era su pasión y por ella lucho sin tregua y sin cansancio
¿Se mostraba nostálgico cuando recordaba su tierra de origen?
La añoraba sin apegos, pero como siempre decía que el vino Venezuela hasta
dar su vida por ella.
¿Qué información tenía sobre la enfermedad de monseñor?
Me sorprendió mucho su muerte, pero ya estaba entrado en años, pero puedo
decir que murió alegre y feliz, como todo cristiano que asume la vida como un
paso para hacer el bien.
¿Cómo era la rutina del monseñor Samuel Pinto Gómez?
Sus clases, sus actos protocolares, sus pobre y la evangelización y le gustaba
mucho cultivar la amistad, se hizo del casco histórico de ciudad Bolívar como
si fuera uno más de sus patrimonios por los que tanto luchó cuando estaba
vivo.
G. EX - ALUMNAS
Marjory Escobar
Abogada y Educadora
¿Cómo fue su relación con monseñor en el aula?
Fue una relación muy cordial debido a que mi mamá tenía una amistad muy
cercana con monseñor. El me bautizó y siempre los domingos que podíamos
íbamos a misa. La relación siempre fue muy abierta porque era una persona
que escuchaba los problemas de todos sus alumnos sin estar pendiente del
tiempo.
¿Cuáles eran sus métodos para enseñarles en el aula?
Los métodos utilizados por monseñor siempre estuvieron ligados a la vida
misma. Claro como toda su metodología era como la de cualquier profesor
pero se distinguía de todos por su forma de explicar y la paciencia que nos
tenía. Era un hombre muy conocedor de las materias que dictaba.
¿Lo consideraba un profesor fácil?
Si era un profesor fácil ya que hacia sus clases muy amenas para que todos
entendiéramos por igual. Nunca dijo no cuando un alumno necesitaba de su
ayuda. Quizás eso fue lo que siempre nos dejará como legado, el siempre
colaborar cuando otro lo necesite.
¿Poseía una metodología exitosa?
La metodología se basaba en explicar las cosas siempre con ejemplos. Como
era un profesor de castellano y latín nos ponía muchos a realizar ejercicios
referentes a la materia para que así pudiéramos fijar las enseñanzas en nuestras
mentes.
¿Cómo lo consideraba como consejero?
Lo consideraba un ser humano extraordinario. Admiraba de él su forma de ser
y de tratar a las personas. Tenía un sentido crítico especial y no adornaba los
problemas con detalles sino que iba de una forma directa impresionante que
todos se quedaban callados escuchándolo.
¿Qué enseñanza le dejó?
De enseñanzas hablamos un sinfín pero lo más importante fue el amor hacia las
carreras humanísticas. Es por eso que soy licenciada en educación y abogada.
¿Perdió contacto con él a su salida del colegio?
Debido a que era capellán en el Seguro Social, y mi mamá trabajaba allí
siempre lo veía. Además cada vez que recorría el Casco Histórico pasaba por la
Catedral saludándolo.
¿Tenía un carácter fuerte a la hora de dar clases?
Era lo que más le caracterizaba. Monseñor siempre fue un hombre recio que
impartía sus clases de una forma que todos teníamos que aprender. De una u
otra manera pero su carácter me marcó porque era una mezcla de esa seriedad
sin quitarle lo buen profesor y consejero que fue.
¿Recuerda alguna anécdota?
Si, recuerdo que él decía en clases que yo era su hija. Y en los exámenes me
valía de ello para algunas veces copiarme (risas) con una amiga que sabía
mucho latín. De allí le entrega mis pruebas a le decía a monseñor “usted no
diga nada porque yo soy su hija” (risas)
Iris Mendoza
¿Cómo fue su relación con monseñor en el aula?
Chévere ya que soy una persona de carácter extrovertida yo le echaba mucha
broma a él.
¿Cuáles eran sus métodos para enseñarles en el aula?
Su clase era fluida a pesar de ser una lengua muerta el latín, él la hacía amena,
a punta de ejemplos vivos.
¿Lo consideraba un profesor fácil?
Había que saber su lado, pero en general era un profesor fácil, se hacía llegar.
¿Poseía una metodología exitosa?
El ponía ejemplos, y sus exámenes eran fáciles pues eran sus clases vista ni
más ni menos.
¿Cómo lo consideraba como consejero?
Fue un hombre con una sabiduría espiritual y con su carácter fuerte, sabía
afrontar las situaciones por muy difíciles que fueran, siempre tenía una
respuesta a una inquietud
¿Qué enseñanza le dejó?
Que aun cuando el camino sea duro hay que luchar por los sueños e ideologías
que se tenga para alcanzar el éxito.
¿Perdió contacto con él a su salida del colegio?
Si, la verdad sí, porque me case y me fui a vivir al exterior.
¿Tenía un carácter fuerte a la hora de dar clases?
Le gustaba que se le escuchara con atención y ponía orden y disciplina en las
clases, solo el tono de su voz ya infundía respeto a la hora de la clase.
¿Recuerda alguna anécdota?
A Pesar de ser un hombre religioso, no le importaba regañar con groserías, para
saber o hacer entender.
Yaritza Viña
¿Cómo fue su relación con monseñor en el aula?
Mi relación con Monseñor Samuel Pinto, fue absolutamente armónica, debido
a que el lenguaje utilizado por él, para relacionarse con sus alumnos, distaba
mucho de ser aquel donde se muestra la distancia educador – educando. En
consecuencia, resultaba sumamente sencillo acercase y comunicarse con el
amigo “Monseñor Pinto”, como le decíamos todos.
¿Cuáles eran sus métodos para enseñarles en el aula?
Utilizaba la estrategia del “diálogo inicial” en cada entrada de clase. Los
alumnos, solíamos intercambiar experiencias de acontecimientos cercanos al
inicio de la actividad en el aula. Ello significaba, que utilizaba los primeros
minutos de la clase para la adecuación del alumno al docente y por
consiguiente, a la materia.
¿Lo consideraba un profesor fácil?
La verdad, no se trataba de evaluar si el docente era fácil o no, lo importante
radicaba en la preparación previa que hacía de los alumnos, para que se
integraran con esa materia llamada la “madre de las lenguas romances”, debido
a que su comprensión – según su particular apreciación – sería “determinante”
para un mejor aprendizaje de la lengua materna “el castellano”. Para él, era
nuestro deber conocer bien, el “por qué el castellano era una lengua
prepositiva”, “a pesar de ser, el latín, una lengua desinencial”.
¿Poseía una metodología exitosa?
Indudablemente que su metodología era exitosa; pues, difícilmente quedaban
alumnos que no comprendieran lo que era declinar un verbo o que no supieran
lo que era un verbo de primera, de segunda o de tercera conjugación. En
realidad, a mi juicio, su éxito se fundamentaba, en que por encima de la
didáctica de la especialidad que manejaba, tocaba la parte sensible y emocional
de cada alumno. Además, sólo ello explica, en primer término, que escogiese
yo una carrera, donde el Latín y el Griego, jugaron un papel fundamental y en
segundo término, que terminara siendo Profesora de latín, al igual que mi; muy
apreciado, Profesor “Monseñor Pinto”
¿Cómo lo consideraba como consejero?
La verdad, esta es una pregunta que trasciende la academia, pues Monseñor
Pinto poseía esa facilidad para dar la respuesta adecuada al problema
planteado. En el caso específico del aula, cuando observaba que el grupo
presentaba alguna dificultad, pedía “cerrar la puerta, para conversar”, de
manera que allí, cada uno de los alumnos expusiera con claridad, donde
consideraba que estaba el problema, incluso más allá del ámbito escolar.
¿Qué enseñanza le dejó?
Me enseñó que la constancia es la madre de todos los triunfos. Que dar es
mejor que recibir. Que aprender bien algo requiere de “pasar hambre y
necesidades”. Decía que: “Sólo con hambre, en Francia, Alemania, China o
Inglaterra, podrás aprender a hablar bien otro idioma, pues de lo contrario,
terminarás muriendo de inanición”.
¿Perdió contacto con él a su salida del colegio?
En lo personal, mi contacto con Monseñor Pinto fue; desde el Liceo y para
siempre, puedo decir que fue mi guía y mi ejemplo, hasta su partida. En los
momentos más críticos de mi vida como estudiante universitaria, de relación de
pareja y como madre, fue mi gran aliado. En cada caso, me mostró el camino.
Jamás temí seguir esos consejos, que para mí, fueron de gran utilidad. Lo
encontré cada vez que lo busqué, a pesar inclusive, de sus momentos de escasa
salud. Para mí siempre, siempre, estuvo presente.
¿Tenía un carácter fuerte a la hora de dar clases?
Casi me da risa ésta pregunta. Tal vez porque parecía un hombre severo e
inflexible; más, la verdad es que era de corazón tierno. Capaz de complacernos
como jóvenes. La mayoría de las veces, al salir de clases, nos preguntaba si
teníamos con que ir a merendar, mientras mantenía la mano extendida, con
dinero, para que fuésemos a algún sitio a “tomar y/o comer algo”, ah, pero eso
si “carajitos” – decía – esto sólo lo haré, siempre y cuando se porten bien”.
¿Recuerda alguna anécdota?
Claro que sí. Cómo a mí; de manera muy particular, se me parecía al esposo de
Sofía Loren, el Cineasta Carlo Ponti, una vez, se me ocurrió preguntarle,
delante de todos los alumnos de la clase: “Padre, dígame algo, ¿Cómo es que
teniendo una cara, con la que podría haberse casado, hasta con una actriz de
cine, se le ocurrió elegir una carrera que deja a un lado todos los placeres de la
vida?”
Mi pregunta; al parecer dejó perplejo a Monseñor y a mis compañeros de clase,
lo que trajo como consecuencia, una carcajada sonora de todo el grupo y la
siguiente respuesta “Monseñor Pinto”, en ese tono castizo que siempre le
caracterizó: “Mira muchacha; ¡ni a mi madre se le ocurrió jamás, hacerme esa
pregunta… Ni a mi MADRE!!! Dime, ¿Cómo se te ocurrió a ti? Y acto
seguido, abandonó el aula con una sonrisa en los labios.