UNIDAD 8, Historia de la Gracia. Antigüedad.

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7/23/2019 UNIDAD 8, Historia de la Gracia. Antigüedad. http://slidepdf.com/reader/full/unidad-8-historia-de-la-gracia-antiguedad 1/29 Teología moral II: Gracia Edad antigua Unidad 8 Historia de la doctrina de la gracia - Antigüedad Unidad 8  Introducción: Dos polos 1 El desarrollo histórico de la doctrina de la gracia ha seguido caminos distintos en las dos grandes tradiciones cristianas: la oriental y la occidental. Las razones de este diverso itinerario aparecerán en el curso de la exposición. Comenzaremos esta por la tradición oriental, más asertiva ue pol!mica, para dedicar el resto del cap"tulo al seguimiento de la gran controversia so#re la $usti%icación y la gracia ue se inicia en &ccidente con el pelagianismo y se prolongará hasta el $ansenismo, pasando por el semipelagianismo, la crisis de la re%orma y el #ayanismo. En el curso de la controversia, la 'glesia tendrá ue rechazar las dos opciones alternativas representadas por el optimismo naturalista del pelagianismo y el pesimismo existencial del  protestantismo. (stos son, en e%ecto, los polos entre los ue ha oscilado pendularmente la disputa: o una a%irmación de la li#ertad humana tal ue evacua la gracia, o una exaltación de la gracia tal ue evacua la li#ertad. Cada una de estas alternativas ha contado, una vez condenadas  por la iglesia, con sendas versiones residuales: el pelagianismo reaparece en %ormato reducido con el semipelagianismo) el pesimismo protestante se reencarna en los teólogos católicos *ayo y +ansenio. 8.1 Tradición oriental: La gracia como proceso universal de salvación Estudiaremos primero algunos de los denominados padres apostólicos- as" llamados por su  proximidad temporal a los apóstoles, pasando despu!s a la doctrina antignóstica de 'reneo, al  proyecto trinitario y m"stico de &r"genes, a las aportaciones de /tanasio y de *asilio, para aca#ar revisando otros planteamientos de algunos padres orientales 0 . .1.1.  Los padres apostólicos Los cuatro testigos ue presentaremos au" a modo de e$emplo, pertenecen a la generación de los mártires. Cuando a#ordan el tema de la gracia de Dios, lo hacen las más de las veces en la situación de perseguidos, en la cual importa#a much" simo preservar el cristianismo de un entorno social a menudo hostil. 2untos decisivos al respecto %ueron: la %irmeza sin compromisos en la divinidad de Cristo como el 3nico mediador de la salvación, la conciencia de actuar #a$o la acción del Esp"ritu 4anto y de mostrarse como la 'glesia de Dios de moralidad e$emplar ue viv"a en medio de los gentiles, con el %in de ganar para Cristo al mayor n3mero posi#le de tales gentiles. 2ara 'gnacio de /ntiou"a 56 hacia el a7o 1189 +esucristo es la gracia de Dios en persona. uien ama la gracia- se encuentra en Cristo y alcanza a trav!s de !l el acceso a la vida verdadera- 5Eph. 11,1: 2; <,=<>9. uien no vive seg3n la nueva doctrina de Cristo, aunue lleve el nom#re de cristiano, no hace sino con%esar ue no ha reci#ido la gracia-) pero los ue caminan en el seguimiento de Cristo están inspirados por su gracia-, están espiritualizados y ro#ustecidos internamente para soportar incluso la persecución por !l 5?agn. ,ls) 2; <,=8@9. 1 Cf. J.L. RUIZ DE LA PEÑA, El Don de Dios. Antropología teológica especial, Sal Terrae, Santander, 1992, 267-26. 2 A. !A"#CZ$, De su plenitud todos hemos recibido. La doctrina de la gracia, %erder, &ar'el(na, 1991, 11)-12.

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

Historia de la doctrina de la gracia - AntigüedadUnidad 8

 Introducción: Dos polos1

El desarrollo histórico de la doctrina de la gracia ha seguido caminos distintos en las dosgrandes tradiciones cristianas: la oriental y la occidental. Las razones de este diverso itinerarioaparecerán en el curso de la exposición. Comenzaremos esta por la tradición oriental, másasertiva ue pol!mica, para dedicar el resto del cap"tulo al seguimiento de la gran controversiaso#re la $usti%icación y la gracia ue se inicia en &ccidente con el pelagianismo y se prolongaráhasta el $ansenismo, pasando por el semipelagianismo, la crisis de la re%orma y el #ayanismo.

En el curso de la controversia, la 'glesia tendrá ue rechazar las dos opciones alternativas

representadas por el optimismo naturalista del pelagianismo y el pesimismo existencial del protestantismo. (stos son, en e%ecto, los polos entre los ue ha oscilado pendularmente ladisputa: o una a%irmación de la li#ertad humana tal ue evacua la gracia, o una exaltación de lagracia tal ue evacua la li#ertad. Cada una de estas alternativas ha contado, una vez condenadas por la iglesia, con sendas versiones residuales: el pelagianismo reaparece en %ormato reducidocon el semipelagianismo) el pesimismo protestante se reencarna en los teólogos católicos *ayoy +ansenio.

8.1 Tradición oriental: La gracia como proceso universal de salvación

Estudiaremos primero algunos de los denominados padres apostólicos- as" llamados por su

 proximidad temporal a los apóstoles, pasando despu!s a la doctrina antignóstica de 'reneo, al proyecto trinitario y m"stico de &r"genes, a las aportaciones de /tanasio y de *asilio, paraaca#ar revisando otros planteamientos de algunos padres orientales0.

.1.1. Los padres apostólicos

Los cuatro testigos ue presentaremos au" a modo de e$emplo, pertenecen a la generación delos mártires. Cuando a#ordan el tema de la gracia de Dios, lo hacen las más de las veces en lasituación de perseguidos, en la cual importa#a much" simo preservar el cristianismo de unentorno social a menudo hostil. 2untos decisivos al respecto %ueron: la %irmeza sin compromisosen la divinidad de Cristo como el 3nico mediador de la salvación, la conciencia de actuar #a$o laacción del Esp"ritu 4anto y de mostrarse como la 'glesia de Dios de moralidad e$emplar ueviv"a en medio de los gentiles, con el %in de ganar para Cristo al mayor n3mero posi#le de talesgentiles.

2ara 'gnacio de /ntiou"a 56 hacia el a7o 1189 +esucristo es la gracia de Dios en persona. uienama la gracia- se encuentra en Cristo y alcanza a trav!s de !l el acceso a la vida verdadera-5Eph. 11,1: 2; <,=<>9. uien no vive seg3n la nueva doctrina de Cristo, aunue lleve el nom#rede cristiano, no hace sino con%esar ue no ha reci#ido la gracia-) pero los ue caminan en elseguimiento de Cristo están inspirados por su gracia-, están espiritualizados y ro#ustecidosinternamente para soportar incluso la persecución por !l 5?agn. ,ls) 2; <,=8@9.

1 Cf. J.L. RUIZ DE LA PEÑA, El Don de Dios. Antropología teológica especial, Sal Terrae,

Santander, 1992, 267-26.2 A. !A"#CZ$, De su plenitud todos hemos recibido. La doctrina de la gracia, %erder,&ar'el(na, 1991, 11)-12.

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Con parecido acento cristoc!ntrico ha#lará tam#i!n de la Aharis algo más tarde ?elitón de4ardes 56 antes de 1B@9: porue Cristo salva es la gracia- 5De pass. B,<89. Con su o#ra

salv"%ica ha iniciado el tiempo de la gracia, ue es el tiempo de la 'glesia, aunue !sta puedaestar oprimida. En Cristo se hace presente el orden salv"%ico de%initivo #a$o %orma eclesial 5c%.De pass. 8,>>) ><,0B@@@) <,>1&s9.

Clemente de oma 56 hacia el a7o 1@19 carga el acento en la unidad de la 'glesia, reunida por el 3nico Esp"ritu de la gracia- 5'Clem >=,=) 2; 1,1,@9. Como eso lo hace el Esp"ritu del Dios3nico y del 3nico Cristo, cada iglesia local de#e vivir ya en armon"a 5c%. @,) 2; 1,1,08@9. /ll"donde opera la %uerza destructora del pecado, los servidores de la gracia de Dios- tienen ue predicar como ya hicieron sus predecesores 5c%. ,1) 2; 1,1,00=9 la conversión #a$o la accióndel Esp"ritu divino, la gracia de la penitencia- 5metanoias Aharin9, ue la sangre de Cristo hatra"do a todo el mundo 58,>) c%. ,1<) 2; 1,1,00) c%. ',',00=s9. 2ero lo ue el 2neuma divinoin%unde a los miem#ros de la 'glesia no es sólo la conversión y penitencia sino tam#i!n la %uerza

de la gracia ue capacita para el martirio. Esa %uerza la da Dios pre%erentemente a los humildes5@,0) 2; 1,1,08@9, como ya ocurrió en el /ntiguo estamento, en el ue mu$eres como +udit yEster, %ortalecidas por la gracia de Dios-, llevaron a ca#o gestas varoniles 5<<,) 2; 1,1,1B9./lgo similar hacen tam#i!n hoy las mu$eres mártires, ue, pese a su de#ilidad corporal, soncapaces de la auto entrega suprema 5=,0) 2; 1,1,0009.

+ustino, llamado el ?ártir 56 hacia el a7o 1=<9, evidencia como %ilóso%o una concepción de lagracia muy relacionada con el conocimiento. La Aharis conduce a la verdadera gnosis, iluminala razón para ue !sta pueda descu#rir las huellas de Dios en toda la creación. Cierto ue lagracia es so#re todo la verdad ue Cristo ha tra"do al mundo y ue está testi%icada en las4agradas Escrituras 5c%. Dial. 0,<) 8,l&4) B0,1) 1@@,0) 2; =,<>) =<B==0) =B>s) 81@9. 2erotam#i!n los gentiles, entre los ue el Logos divino act3a de una manera invisi#le, pueden

 participar de la misma: /uellos ue vivieron con el Logos son cristianos, aunue %uerantenidos por imp"os, como %ueron entre los griegos 4ócrates, Feráclito ... , y entre los no griegos/#raham, /nan"as, El"as- 5/pol. 1,>=) 2; =,B9.

.1.0. Doctrina antignóstica de la gracia en Ireneo

;randes maestros gnósticos del siglo '' %ueron de la opinión de ue cada iluminado goza de lagracia de Dios. 2ara *as"lides 56 hacia el a7o 1@9, la gracia divina elige a hom#res espiritualesno sólo para el conocimiento de los misterios, sino ue tam#i!n mueve su voluntad para ue puedan llevar a ca#o actos de autoli#eración. Con ello pone de relieve el carácter pedagógico dela gracia. Galent"n 56 1>@9 ampl"a esa visión con una teor"a de la predestinación ue pone en

marcha un dualismo ta$ante entre el mundo de la creación y el mundo de la redención.?arción 56 hacia el a7o 1=@9 traslada la misma oposición a la di%erencia ue media entre el/ntiguo estamento y el Huevo. 4eg3n !l, los escritos $ud"os sólo dan testimonio de un creador,ue nada tiene en com3n con el Dios redentor del amor y de la gracia. Ese Dios sólo se ha hechovisi#le en Cristo, en auel mediador a#solutamente so#renatural ue ha#r"a demostrado cómo elhom#re natural, carnal y no espiritual, no puede tener acceso alguno a la gracia. /s", pues, sialguien uiere elevarse por la %e a la eminencia de la gracia, tendrá ue morti%icar su carne, practicar la ascesis y aprender a huir del mundo.

Contra tales doctrinas luchó decididamente 'reneo con su teolog"a de la gracia #asada por enteroso#re la historia de la salvación y la a%irmación del mundo. 4eg3n !l, la Aharis de Dios siempre

se realiza en la econom"a, ue es como decir de una %orma histórica y pro%undamente inserta enel mundo. La antigua alianza es parte esencial de esa econom"a, aunue la nueva alianza

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represente un progreso respecto a auella. El progreso en la gracia se de#e so#re todo a laencarnación del Fi$o de Dios 5/dv. haer. 'G,=,>) 2; 8,1,1@Bs9.

El Fi$o del creador, ue se hizo carne, compendia en s" toda la historia pasada, presente y%utura, la recapitula 5'G, 0,1) 2; 8,1,1@=19, para hacer de los hom#res, incluso de lostotalmente naturales-, hi$os e hi$as adoptivos de Dios 5111,1=,) 2; 8,1,B00ss9, lo ue incluyetam#i!n su participación en la naturaleza divina 5111, 1,1) 2; 8, 1,09. Cristo es tam#i!n para 'reneo la personi%icación de la gracia, ha#i!ndose unido en !l Dios con el hom#re de %ormae$emplar y singular"sima y ha#i!ndole euiparado de nuevo con el Esp"ritu 4anto 5c%. 111,0@,)2; 8,1,B>>9.

/dán poseyó al principio la gracia del estado originario, y con ella la imagen de Dios con la

máxima seme$anza posi#le) pero despu!s la perdió. I Cristo nos restituye todo eso con su graciasalv"%ica 5c%. ''',1,1) 'G,11,0>) 2; 8,1,B0) 1@@0s9. La creación %ue ya una prue#a de gracia) aella se de#e la existencia del hom#re, a una con su relación esencial con Dios. El pecado latienta, destruye los rasgos de seme$anza del hom#re con Dios, lo pone en un estado contrario ala creación y lo hace volver atrás en su desarrollo 5c%. 111,0,1<) 2; 8,1,B=@B=>9. 4ólo Cristo puede intervenir para curar, eliminar el mal y con su gracia promotora suprimir el estado deretroceso 5G, 1,1) =,1) 2; 8,0,110@s) 8,0,11=9.

El Esp"ritu 4anto de Dios y de Cristo actualiza d"a tras d"a esa historia de resta#lecimiento delorden primero. Fa#ita en cada hom#re y lo penetra por entero: el hom#re per%ecto consta detres elementos: carne, alma y esp"ritu- 5G,B,1) c%. =,0) 2; 8,0,11>>9. Con%iere una nueva unidadal alma dispersa y descompuesta 5111,18,0) 2; 8,1,B0 Bs9 y es para ella su verdadera vida5G,=,1) 2; 8,0,11=9. Ho sólo una vida temporal, sino tam#i!n la vida eterna, por cuanto ue elEsp"ritu 4anto es prenda de la existencia incorrupti#le de los resucitados 5G, 8,10) 2; 8,0,11B11>19. 2or ello se con%iere ya en el #autismo como el don de gracia por excelencia 5111,18,9.Entre el #autismo y la resurrección hay un camino más o menos largo por el ue el hom#reavanza paso a paso hasta entrar en la vida divina 5G, B,1) 2; 8,0, 11>>9.

 2ero el Esp"ritu de Dios no sólo act3a con su gracia en las vidas personales, tam#i!n lo hace enla 'glesia, el lugar preeminente de la gracia: donde está la 'glesia, all" está el Esp"ritu- 5''',0>,1) 2; 8,1,B==9. En ella educa el Esp"ritu a la comunidad de los %ieles para una vida con%ormecon Dios y con la 'glesia 5'G,,0>) 2; 8,1,11@=11@B9. /s" ocurre tam#i!n en el modus de laconvivialidad pneumática el proceso de divinización- del hom#re 5'G, ,>) 2; 8,1,11@B9,

 porue Dios se hizo hom#re para ue el hom#re llegase a ser Dios 5c%. ''',1B,1) 2; 8,BBs9) estaaudaz a%irmación, ue se apoya en 4al ,1=, volverá a resonar en /tanasio.

Con ello ueda sin #ase ni apoyo la concepción gnóstica de la gracia, a la vez ue se rechaza sudualismo y espiritualismo. ;racia y naturaleza, Dios y carne, aparecen en su conexióncristológica y pneumática. I se reha#ilita el /ntiguo estamento con su a#undante concreciónde $esed y de ra$amim, de Jaha#ah y de sedaah.

.1.. Doctrina de la participación trinitaria en Orígenes

La escuela de /le$andr"a introduce algunas categor"as platónicas en el razonamiento so#re lagracia. De con%ormidad con las mismas Dios es el ser supremo, in%initamente #ueno, verdadero

y #ello. El alma del creyente está llamada a su#ir- hasta !l, a participar de Dios y aseme$arse a!l. Cuando lo consigue, está divinizada.

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2ero esa ascensión no puede llevarse a ca#o 3nicamente con las propias %uerzas an"micas. 2aradecirlo con el lengua$e moderno: no sirve ning3n e$ercicio de concentración, ni la meditación, ni

el empleo de t!cnicas psicológicas para descu#rir lo celestial y aprehenderlo, si la gracia noviene en ayuda del alma. En eso se di%erencia esencialmente la teolog"a espiritual de losale$andrinos de un platonismo puramente %ilosó%ico.

Clemente de /le$andr"a 56 antes del 01<9 hace hincapi! ciertamente, en su 2aidagogos, so#re laidea platónica 5heaith. 18= /*9 de ue el hom#re tiene en su alma un parentesco con Dios52aid. 1,0 y G'',') 2; ,0<10<9. 2ero interpreta esa a%irmación en el sentido de 02e 1,>: por la gloria y la %uerza- de Dios alcanzamos una participación de la naturaleza divina-. Dicho deotro modo: el Logos y el 2neuma de Dios acuden en nuestra ayuda, atraen nuestro eros y noseducan para conseguir esa ascensión: Cada hom#re, en el ue ha#ita el Logos, aduiere la #ella%orma del Logos y se hace #ello a su vez porue se aseme$a a Dios- .

&r"genes 56 hacia el 0<>9 ense7a, por su parte, ue la esencia de Dios es la #ondad ue secomunica, o sea, el amor, ue se cuida de las almas humanas, las educa y gu"a) llega a nosotrosa trav!s de la revelación del Logos y del don del Esp"ritu 4anto 5c%. De princ. ',prae%) 2;11,11<s) 'n loan. G',=) 2; 1>,01<9. La %uente de esa comunicación de gracia es Cristoglori%icado, por cuanto ue en su persona están indisolu#lemente unidas la verdadera divinidady la verdadera humanidad 5Contra Celsum 111,0) 2; 11,B<<9. I la gracia se le comunicaactualmente a cada uno por el Esp"ritu 4anto 5'n loan. 1,1 I ) 2; 1>,00ss9. Esto ocurre demodo muy concreto con los dones de gracia ue son los carismas 5i#"d. 11,1@) 2; 1>,1>09, uehacen avanzar a uien los reci#e por el camino escarpado de la ascensión, lo santi%ican yespiritualizan haciendo de !l un verdadero pneumático 5De princ. 1,,<) 2; 11,1<@/) 'n loan.1,@ I 11,01) 2; 1>,8<) 1>,1<B9.

KI los no pneumáticos KI la masa de los cristianos corrientes, ue no tienen tiempo o nosienten gusto por esa iluminación, ascesis y piedad m"sticas La respuesta aduiere un tono muygeneral: lo ue le es inalcanza#le a la naturaleza humana hundida en el destino de muerte- puede alcanzarlo por la a#undancia de la gracia de Dios-. Como !sta aguarda tam#i!n a las personas corrientes, les #rinda la sa#idur"a de Cristo y poco a poco suscita en sus corazones elgusto por los man$ares espirituales y tam#i!n el apetito de los mismos. 4ólo necesitan lacorrecta orientación de sus anhelos, cam#iar su eros y desear la gracia de Dios como desearondurante mucho tiempo los #ienes y gozos mundanos 5De oratione) 2; 11,>1<ss9.

4iempre ue la gracia se pone en marcha, el cielo está presente so#re la tierra. Las almashumanas gozan de la %elicidad y #ienaventuranzas, porue participan ya de la vida del 2adre, delFi$o y del Esp"ritu 4anto 5De princ. 1,,<) c%. '',8,>) 2; 11,1<@/ I 01/9. &r"genes gusta decitar om <,<: El amor 5agape9 de Dios se ha derramado en nuestros corazones por el Esp"ritu4anto ue se nos ha dado-, entendido el amor de Dios- como genitivus su#iectivus) o sea,auel amor ue Dios tiene, más a3n, ue !l es y con el ue se vuelve a nosotros. Derramado-en el centro de nuestra alma, el Esp"ritu 4anto nos hace ya part"cipes de la naturaleza divina ennuestra existencia cotidiana) esa naturaleza divina la tiene en com3n con el 2adre y con el Fi$o,uni!ndolos en comunión hond"sima 5De princ. 1,,) 2; 11,1<<*) c%. 'n om 'G,B) 2;1>,BB8C9.

Con ello nuestra alma, cual si ya hu#iese entrado en la eternidad, se convierte asimismo en ellugar en ue se desarrolla misteriosamente todo lo ue es propio de cada una de las personasdivinas. /s", en nosotros Cristo muere y resucita de entre los muertos continuamente 5'n om.

G,)2; 1>,1@>1@B9, y all" se con%igura de continuo como una verdadera imagen de Dios 5'nLuc. hom. G''') 2; 1,10@ /*9.

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

Esta doctrina trinitaria de la gracia, ue supone una econom"a misteriosa pero real decomunicación y participación en el plano del alma individual, se di%erencia nota#lemente de lavisión historicosalv"%ica de 'reneo. ;racias a la in%luencia de /gust"n en &ccidente tuvo un !xitomayor ue la doctrina ireneica. 2ero con toda la admiración ue suscitó, ha#r"a ue lamentar latendencia de &r"genes, ue volv"a a separar en cierto modo la gracia de las circunstanciasmateriales, corporales y naturales de la vida.

.1. >. La gracia como divinización por el Fi$o

/tanasio 56 89 adopta una postura apasionada %rente a la destrucción arriana de la rinidad. Ho. El Logos no es una pura criatura, aunue sea la más eminente y excelente, sino ue es elFi$o de Dios. Es tan esencialmente uno con el 2adre y el Esp"ritu 4anto, ue no puede venir sinellos a nosotros ni sin ellos puede comunicársenos 5Ep. ad 4erap. 1,1B y 0>) 2; 0=,<8 CD<8=/D I <=9. +esucristo se identi%ica con el Fi$o eterno. Como Mnig!nito de Dios antes de toda creación esDios) es el Fi$o de Dios, ue no necesita llegar a serlo por ninguna divinización y adopción. y precisamente como tal representa la #ase y condición indispensa#le para nuestra divinización yadopción como hi$os de Dios 5Contra /rian. 1,8@) 2; 0=,0B=E) c%. 1,B y 111,>) 2; 0=,B1s yB<s) De 'nc. Ger#i <>) 2; 0<,1B0*9. Entendidas as", la divinidad y la %iliación divina del Logoseterno signi%ican para nosotros la redención y salvación) porue en !l se hace nuestra la graciade Dios, ya ue se ha unido con una naturaleza humana genuina. ;racias a esa unión, todanaturaleza humana es arrancada en principio a la miseria de su condición pecaminosa y

resta#lecida en el estado originario de la proximidad a Dios. 2ara decirlo #revemente: la graciade Cristo salva nuestra naturaleza 5De incarn. ,>) >,0ss) 11,>) 10,8) 0,=) 2;0<,[email protected]>s.11<s.1<@s) &ratio c. /rian. 1,8.>Bs) 0,B.<B) ,000<) 2;0=,8ss.11>ss.081ss.=889.

.1.<. La gracia como santificación por el Espíritu

Con una argumentación parecida se opone *asilio 56 8B9 a la negación arriana de la divinidaddel Esp"ritu 4anto. 4i el 2neuma %uera sólo una criatura, aunue la segunda en dignidad despu!sdel Logos, y no Dios y el 4anto desde toda la eternidad, tampoco podr"a santi%icarnos y darnosvida) no podr"a ser el 4e7or y donador de vida- de nuestro #autismo 5Contra Eunom. ,0) 2;0B,=@@C) De 4pir. 4. 1B,>) 2; 0,1<=*9. 4i el Esp"ritu 4anto %uera sólo una %uerza espiritual

creada por Dios, no podr"a estar desde siempre, y ya antes de la creación del mundo, esencialmente unido con la gracia de Dios y hasta identi%icarse con ella 5De 4pir. 4. B,00ss) 1=,) 2;0,1@811@) 1<1B9. 2or lo ue hace a la venida al hom#re de la gracia divina y pneumática,*asilio la entiende como $usti%icación reclamándose a la carta de los omanos: Mn hom#re seglor"a entera y verdaderamente en Dios cuando no se exalta en razón de su propia $usticia, sinoue reconoce ue le %alta la v!rdadera $usticia y ue sólo es $usti%icado por la %e en Cristo-5Fom. de huml.) 2; 1,<@9.

2or otra parte, este padre de la 'glesia considera indispensa#le para la $usti%icación lacola#oración activa de los creyentes con la gracia, ue es como decir con el Esp"ritu 4anto. Larazón iluminada por el Esp"ritu divino y la voluntad movida internamente por !l tienen ue

 participar en el proceso de $usti%icación y santi%icación 5De 4pir. 4. B,00s) 2; 0,1@811@)Fomil. in 2s. 0B,<) 2; 0B,1<1) en t!rminos parecidos se expresa +uan Crisóstomo, De virgo=,1) 2; >,<ss) Fomzl. in om. 1B,0) 2; =@,<<9.

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

 Ho está claro si esa exigencia puede cali%icarse de sinergismo- odo parece indicar ue el primero en emplear la pala#ra synergeia dándole un !n%asis especial %ue ;regorio de Hisa 56

despu!s del B>9, para expresar la relación de la ayuda de la gracia divina y del es%uerzomoral-, entendiendo asimismo como un don de gracia la capacidad para el #ien- 5i#"d.) c%. Devirgo 1) 2;>=,01/) Gita?os. 0,101.00@) 2;>>,0B.>@9. En &ccidente será 2elagio y, a lo ue parece, tam#i!n el $oven /gust"n los ue entenderán el li#re al#edr"o como una gracia de lacreación.

.1.=. Otros desarrollos y temas

.1.=.1. La relación 2neumaagape-

 Ho son pocos los padres griegos ue #asan su razonamiento acerca de la gracia so#re el texto deom <,< convirti!ndola as" en una pneumatolog"a del amor. La conexión entre el 2neuma y laagape resulta as" muy estrecha.

Juan Crisóstomo 56 >@89 expone ese pasa$e paulino en los t!rminos siguientes: 2ero 5Dios9mani%iesta el %ervor de su amor en ue no nos o#seuia de vez en cuando con algunas peue7eces, sino ue ha derramado so#re nosotros la %uente misma de todos los dones) y esoa3n antes de ue nosotros entrásemos en liza- 5 Hom. in Rom.  B,1) 2;=@,>8@9. El agape,sostenida por el 2neuma, nos previene y se muestra tan generosa y duradera como el amor al pró$imo ue descri#e 1 Cor 1 y ue esa agape hace posi#le. Cirilo de Jerusaln !" =9completa de paso esa visión, mostrando cómo el amor de Dios, sostenido por el Esp"ritu, está pronto para acomodarse a las peculiaridades respectivas de uienes lo reci#en: El Esp"ritu4anto descendió para revestir de %uerza a los apóstoles y para #autizarlos ... 5Fech 1,<9. Ho era

sólo una partNcula de gracia, sino la %uerza plena y total.- De manera parecida, el Esp"ritu deDios contin3a #autizando incesantemente nuestras almas) es decir, consumando nuestro #autismo. 2ero se muestra atento con nuestras peculiaridades y hace ue en cada uno sedesarrolle lo ue es su mismidad. El Esp"ritu de amor divino es compara#le al agua vivi%icante:la misma lluvia ... es #lanca en ellirio y ro$a en la rosa.- /s" tam#i!n el Esp"ritu hace ue cada persona se desarrolle y crezca en lo ue le corresponde-. Foy dir"amos ue la ayuda en suautorrealización 5Cat. myst . 1=,10 I 18,1>) 2; ,B> y B=9.

.1.=.0. Contexto cristológico y trinitario

En esa 3ltima idea late la intuición de ue, en la rinidad, cada persona para mientes en lapropiedad- y alteridad- de las otras dos. /s" el Fi$o induce al Esp"ritu 4anto a la realización

de su misión espec"%ica, a mostrarse activo en los hom#res, con el %in como explica Cirilo de/le$andr"a 56 >>>9 de trans%ormarlos en #uenas copias de Cristo, ue a su vez es la imagen per%ecta del 2adre. El Esp"ritu 4anto, por su parte, realiza con ello el o#$etivo 3ltimo de lamisión del Fi$o y el designio del 2adre en la creación. /s", la rinidad ha#ita en todos los ueestán en gracia, actuando a la vez de %orma di%erente y unitaria.

.1.=.. Entre el nacimiento divino- y la contemplación de Dios-

Dionisio /reopagita 5hacia el <@@9 desarrolla la teolog"a de la ascensión del alma conresonancia neoplatónica. Con la gracia de Dios el hom#re asciende por el camino empinadoue, desde el #autismo y pasando por la práctica sacramental, la ascesis, la oración y la

meditación, conduce a la visión #eat"%ica de Dios. El #autismo reci#e el nom#re de nacimientodivino- 5theia gennesis: De eccl. hiero 11,1) 2; ,B0*9, mientras ue la dinámica gradual yascendente se caracteriza por la pala#ra hierarAhia, concepto introducido por el autor. Es verdad

9+

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

ue el t!rmino se re%iere tam#i!n a las estructuras eclesiásticas, pero no en un sentidoespec"%icamente canónico y ministerial. La comunidad entera de uienes aspiran a la unión conDios, el Mno radical, se divide en tres grados 5i#"d. G,) 2; ,<@9.

/s", tam#i!n los coros ang!licos en el cielo y todos los #autizados en la tierra son parte esencialde la $eraru"a eclesial, del orden sagrado-, ue todo lo reci#e del principio santo-, Dios. Loue viene de Dios se llama so#renatural-, pero de%ine lo natural y so#re ello se edi%ica. Conello se da paso tam#i!n al principio de Cristo como unidad personal de humanidad y divinidad.En virtud de la comunión con Cristo, vista de ese modo, y #a$o la acción de su Esp"ritu, elhom#re terreno va poco a poco trans%ormándose y disponi!ndose para la visión #eat"%ica deDios en el cielo.

.1.=.>. La gracia increada y la creada, seg3n ;regorio 2alamas

/ la cuestión cada vez más apremiante en la edad media, incluso en &riente, de en u! medidagracia- designa a Dios mismo en su activa y amorosa solicitud por los hom#res, yen u!medida designa un estado o una dinámica en el hom#re,;regorio 2alamas 56 1<B9 intenta dar la respuesta siguiente: la realidad de la gracia procede de Dios en todos los casos y #a$o todossus aspectos.

/u" el donante y el don son insepara#les. 4in em#argo, es indispensa#le una distinción entream#os. 2or una parte, cada hecho de gracia está sostenido por la esencia 5ousia9 de Dios,increada evidentemente, ue no puede comunicársele al hom#re ni !l puede aprehenderla

racionalmente. 2or otra, están las propiedades, y más en concreto las energ"as- del Eterno, uetam#i!n son increadas, pero pueden comunicársele al hom#re y !ste puede conocerlas, por e$. enel #autismo y la eucarist"a, ue nos llenan de la %uerza espiritual divina. 2ues #ien, gracia-signi%ica participación en estas propiedades de Diosincreadas, pero comunica#les. Dicho deotro modo: el hom#re creado experimenta en s", por v"a participativa, las energ"a divinas, demanera ue es admitido en el c"rculo increado de la dinámica de la gracia uederiva del mismoser divino 5para todo este tema, v!ase su diálogo heophanes, 2; 1<@,B@BB=@9.

.1.8. Balance

Entre los $uicios ue es preciso revisar está el de ue la 'glesia preagustiniana y de modoespecial en el &riente griego no ha#r"a entendido correctamente el ser de la gracia-.

ras el recorrido general ue hemos hecho, tenemos ue asentir a esa a%irmación. 2orue,aunue el concepto de Aharis no tiene un papel clave y sistematizador entre los padresorientales, la realidad signi%icada no de$a de estar omnipresente. y la re%lexión ue esa realidadsuscita aparece ciertamente como algo más ue una mera cita de las a%irmaciones #"#licas- oue la gnosis #autizada- de la gran 'glesia, con las exigencias !ticas correspondientes ue se lea7adieron. &#$etivamente re%lexiona all" so#re la relación de gracia entre Dios y el hom#re y seexpone hermen!uticamente al ideario #"#lico al respecto, cuando, por e$emplo, dichos padresha#lan de la comunicación de la agape divina por el Esp"ritu 4anto, de la inha#itación del Diostrino en el alma, de la divinización de !sta, de su educación, ascensión y vuelta a su condiciónde imagen y seme$anza de Dios.

4e trata siempre de la voluntad salv"%ica universal de Dios y de la correspondiente iniciativarelacional. 2ero en modo alguno se la conci#e como una %uerza prepotente, ue condene al

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

hom#re a la pasividad o a la mera actividad de receptor. I ello porue a la criatura dotada deli#re al#edr"o iI eso es ya gracia, una gracia de creaciónO se le otorga una verdadera participación 5methexis9 en el o#rar divino, cola#ora de un modo activo en el proceso de su

divinización- 5theiosis9 y es corresponsa#le del mismo.La pala#ra divinización- puede irritar a los lectores de hoy, ue aguardan de Dios unarehumanización del hom#re y una mayor"a de edad y una auto%ormación por parte del propiohom#re. 2ero, teniendo en cuenta los textos estudiados, no resulta in%undada la idea de uetheiosis no signi%ica las más de las veces otra cosa ue lo ue entonces se entend"a por larealización de una humanidad 5P ser humano9 verdadera y completa. Cierto ue &r"genes se planteó el tema de modo distinto a como lo hizo 'reneo, relacionándolo más con elconocimiento y la espiritualidad, mientras ue 'reneo acentua#a los aspectos incarnacionistas ymundanos. 2ero a ninguno de los dos se les puede negar un genuino humanismo, en modoalguno in%erior, por e$emplo, al ideal secularizado de autonom"a de nuestro tiempo.

La relación de gracia se presenta unas veces de manera pre%erentemente vertical-, mientras ueotras aparece más #ien horizontal -, aunue casi siempre como una realidad procesal. Enocasiones aduiere rasgos ue son análogos al crecimiento orgánico, y especialmente los ue laaseme$an a una oeAonomia general o particular. /ct3a ah" de %orma determinante la denominadarinidad económica-: cada uno de los desarrollos de la gracia en la historia universal y en lahistoria personal de cada hom#re conecta en de%initiva con el designio eterno del Dios uno ytrino.

Entre los llamados padres apostólicos y en 'reneo y *asilio, más ue en los padres ale$andrinosde tendencias platonizantes, la 'glesia aparece como el lugar de la comunicación de la graciaas" como de la educación para una %idelidad cada vez mayor a la misma.

El misterio del mal no aparece nunca en primer plano. La a%irmación capital- es siempre la #ondad de Dios, cuya in%initud y clemencia %ascinan a los pensadores hasta tal punto ue el pecado, la maldad y corrupción de los hom#res tienen relativamente poco peso y se estudiansiempre como algo accesorio y secundario. 'n3tilmente #uscar"amos en los padres orientales unadoctrina del pecado original, en el sentido ue la expresión tiene en /gust"n o en Lutero. 'nclusola argumentación de la carta a los omanos acerca de la hamartia como %orma de poder en elmundo merece relativamente escasa atención.

Lectura complementaria:

2. M. López de ?eneses, QLa divinización en la teolog"a ortodoxa contemporáneaQ, en 'd.)

heosis, la Doctrina de la divinización en las tradiciones cristianas. Rundamentos para unateolog"a ecum!nica de la gracia, EMH4/, Havarra, 0@@1, 881@<. 5En %otocopiadora9

8. #. Tradición occidental: la gracia como $uer%a &ue sana ' li(era

.0.1. Diferencias entre el pensamiento griego y el romano

Desde los mismos comienzos, el cristianismo occidental se reg"a seg3n un contexto sociocultural di%erente del oriental. Los griegos contempla#an el cosmos como un con$unto unitarioarmónico. Lo ue es importa#a especialmente era la ide, la percepción de la %orma espiritual.

+ Cf. !. !RES%AE, Geschenkte Freiheit. Einfhrung in die Gnadenlehre, %erder,re/0r /3 &r., 1992, 4trad. /t.5 Libert! donata. "ntrodu#ione alla dottrina dellagra#ia, er/n/ana, &re'/a, 2**2, *-18. 

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

2or ello corr"an el riesgo de olvidar el material concreto y de a#sor#er S con la re%lexión y laest!tica lo singular concreto en la totalidad. En cam#io los latinos se de$a#an cuestionar por  pro#lemas concretos ligados a una conducta concreta de vida y a una estructuración $ur"dico pol"tica de la colectividad. Mn e$emplo evidente de la di%erencia de en%oues de lo real lo o%receel arte griego y el romano: el primero representa la imagen ideal del hom#re, la segunda crea unindividuo determinado.

Los latinos tend"an más a la praxis concreta, por lo ue &ccidente pon"a en el centro de suinter!s la realización y actuación del ideal. Esto implica#a dar relevancia a lo singular, a lasdisposiciones de la voluntad, el pro#lema de la responsa#ilidad, de la culpa y la recompensa. Deau" se explica tam#i!n la diversidad de acentos teológicos en las dos zonas de re%lexión. 4i en&riente la %ormación interior de la %e permaneció en gran parte in%luenciada por la %iloso%"a de

cu7o platónicoplatonizante, en &ccidente el protagonismo lo acapara la teolog"a desarrollada #a$o categor"as $ur"dicas. /u" el cristianismo no %ue conce#ido tanto como nueva paideia ni laredención como un proceso cósmico de esta pedagog"a divina: el cristianismo se presentó comola religión del derecho divino, como motivación y actuación de una nueva relación $ur"dica entreDios y el hom#re. 2or esto, la teolog"a occidental dió mayor importancia al individuo, a suculpa, a su responsa#ilidad y li#ertad y a di%erencia delo ue se contempla en &riente, elacontecimiento salv"%ico no se comprende como el proceso universal de educación divina sinomás #ien a partir del individuo y de sus necesidades.

La pregunta ue domina ahora el horizonte es la isguiente: el individuo ue gracias a la li#ertady la autonom"a de las ue dispone, ahora está en condiciones de producir su propia historiaK cómo alcanzará al cumplimiento de tal historia KCómo conseguirá la salvación El punto de partida para una comprensión de la salvación no es más auel de un proceso cósmico ueinvolucra al su$eto y lo permea connotando tam#i!n su li#ertad personal. Ho. /hora se parte delsu$eto y se pregunta en u! modo el alcanza su propia salvación permaneciendo personalmenteli#re.

El pro#lema ueda as" planteado. La respuesta entonces no será ya la de los 2adres griegos 5el proceso pedagógico y universal de Dios9. La nueva respuesta se asoma: el su$eto es conducidohacia la salvación con la ayuda de la gracia: una %uerza especial divina comunicada por Cristo.Es Cristo ui!n lo li#era del pecado y lo vuelve capaz de ir tras su verdadero %in. /hora no se puede decir ue todo es gracia., en cuanto ue la gracia es algo ue va agregada al individuoli#re y autónomo, a un su$eto entendido claramente en su independencia. Es li#re en un do#le

sentido: le es dada la li#ertad como li#eración del pecado y como capacidad de emprender la propia realización. 4i para los griegos la gracia es el modo en el ue se traduce todo actuar divino, una cualidad de Dios 5la #enevolencia divina9, ahora la gracia es desarrollada dentro deuna pro#lemática antropológica, partiendo de una cuestión diversa: en u! modo puede elhom#re aduirir la li#ertad Kcuáles son las condiciones ue de#en respetarse para tal li#eraciónse d! En &ccidente, la graica se vuelve una entidad antropológica, una realidad para y en elhom#re. Este modo de entender la gracia se encuentra totalmente desplegado en el curso de la pol!mica entre /gust"n y el Qas" llamadoQ pelagianismo.

.0.0. 2elagio

El mon$e 2elagio 56 despu!s del >19, oriundo de tierras #ritánicas e in%luido por el estoicismo,

se alzó en!rgicamente contra las doctrinas maniueas, ue a sus o$os elimina#an toda concienciade responsa#ilidad moral y con ello toda #ase a la auto educación asc!tica. Los apoyos

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

racionales los encontró 2elagio en los planteamientos ue de la doctrina de la gracia ha#"anhecho los padres orientales y en especial &r"genes 5*ohlin, 88B@9, aunue tam#i!n en los primeros escritos del $oven nortea%ricano /urelio /gust"n, convertido de la secta de ?anes

5i#"d., >=ss9.El lector puede sorprenderse de ue en las páginas ue siguen no se le presente a 2elagio comoel autor, ni primero ni exclusivo, de una doctrina her!tica #ien conocida. El estado actual de lasinvestigaciones, tal como podemos deducirlo de las o#ras de /. 4outer, ;. de 2linval, . *ohliny ;. ;reshaAe, me induce a no adoptar ninguna postura dogmática y a pre%erir una lecturao#$etiva y respetuosa con las %uentes de las a%irmaciones de 2elagio so#re la gracia de Dios.Foy, tras el descu#rimiento y edición hace algunas d!cadas de los comentarios pelagianos a lascartas de 2a#lo, es más %ácil un en$uiciamiento o#$etivo de su teolog"a. El investigador de lateolog"a dogmática ya no depende exclusivamente de unas citas, sacadas las más de las vecesde su contexto originario y ue se encuentran en los escritos de los adversarios de 2elagio. Icomo el magisterio o%icial de la 'glesia se orientó por tales extractos y compendios para %ormar 

su $uicio, uiere decirse ue algunas de sus posiciones ha#rá ue tomarlas con un ciertocoe%iciente de relatividad y prudencia. Ho es seguro ue cada una de las condenas de lasopiniones pelagianas corresponda exactamente a lo ue 2elagio pensó y ense7ó.

.0.0.1. 2elagio contra /rrio y ?anes

Como #uen conocedor de los escritos paulinos, 2elagio hace un planteamiento cristológico. El principio #ásico de su doctrina de la gracia es !ste: el hom#re +es3s es Dios . 2or ello se imponeel rechazo decidido de la negación arriana de la %iliación eterna de Cristo. El Fi$o encarnado noestá sometido a su 2adre a la manera de una criatura intermedia y mediadora entre Dios y elmundo. El 2adre y el Fi$o son esencialmente uno y operan por ello la creación y la redención enunidad de acción per%ecta: Mna operatio. 4u unidad esencial %undamenta su acción de gracia encomunión per%ecta. 4"guese de ah" ue cada demostración de gracia procede directamente delDios trino, sin ue represente una misteriosa %uerza mediadora ue tenga ue superar ladistancia a#isal entre la divinidad inalcanza#le y nuestro mundo humano. Hi Cristo es un ser intermedio ni tampoco la gracia es una magnitud intermedia.

am#i!n com#ate 2elagio en!rgicamente la destrucción maniuea del li#re al#edr"o. El hom#re,en tanto ue imagen viva de Dios, no puede ser una marioneta. Es %also decir ue cuando o#rael mal es parte del esp"ritu malo del mundo, y ue cuando o#ra el #ien es parte de Dios. Ho esDios uien uiere el #ien en el hom#re, cual si !ste %uese para !l un simple instrumento muerto)más #ien es la voluntad propia del hom#re y puede uerer el #ien por s" misma, ya ue sucreador la ha hecho as". /parece ah" un aspecto de la gracia %undamental- de la gracia de

creación. /gust"n expresa esta idea de %orma unilateral: La gracia consiste 519 en ue hemossido creados con una voluntad li#re- 5De gestis 2elagii T,00) 2L >>,9.

2ara el hom#re creado por gracia con el li#re al#edr"o el pecado no puede ser un hecho ocondición natural 5E <,119. El hom#re no está determinado para pecar, ni tampoco para hacer el #ien. Cuando responde a Dios, es decir, cuando está en su gracia, puede ser tan li#re ue puedeestar exento del mal del pecado- 5seg3n /gust"n, De nat. et grat. T''') 2L >>,0<9. Lo ue le es posi#le, le o#liga tam#i!n moralmente. y esa o#ligación la cumple el hom#re o no la cumplecon li#re decisión, sin ue de antemano est! dual"sticamente %i$ado en el campo de lo moral o delo inmoral.

.0.0.0. Diversas %ormas de gracia

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

19 +unto a la gracia %undamental- de la creación aparece tam#i!n la gracia de Dios como unaayuda actual, como auxilium. El mon$e y asceta 2elagio sa#e por experiencia ue el creyenteestá necesitado de un apoyo renovado de continuo para ganar la #atalla diaria de la per%ección.4iguiendo la tradición oriental, introduce au" la idea de la imago et similitudo Dei. 2ero laentiende re%erida claramente a los actos y en %orma de proceso. El ser imagen de Dios- es unvalor ideal- 5E >==) c%. =B9, su %orma plena está en el %ieri 5;reshaAe, <>9, sin ue el hom#reespiritual puede imitar a Dios y a Cristo de un solo golpe mediante el propio cam#io de vida)esa imitatio reuiere más #ien la vida entera 5E =>) 809.

2ara ello viene en su ayuda la gracia de muchas %ormas y en inconta#les momentos, tocando surazón y su voluntad. Las dos %acultades an"micas son interpeladas, porue Dios es en s" mismointeligencia volitiva y voluntad racional 5E >8,1<) c%. 11,9. 4iempre ue la ayuda de la gracia

toca a la voluntad del hom#re, experimenta !ste el amor de Dios. y el ue es amado per%ectamente se entrega por entero a la voluntad de uien le ama) nada es más imperioso ue elamor- 5Cel. >, en /gust"n) C4EL 0B,>B) seg3n ;reshaAe, 10@) c%. E >>9. 2ero 2elagio sere%iere con especial pre%erencia a la ayuda de la gracia a la razón del hom#re, lo ue evidencia elrasgo %uertemente racional, no racionalista, de su teolog"a. / uienes lo #uscan, Dios les otorgala gracia de la intuición- 5E ><9, del sa#er y la iluminación 5Dem. 0=) 2L @,>@ D9. y ello porue no uiere moverlos con los recursos del poder 5potentia9, sino con el incentivo de laracionalidad 5ratione9 5'nd. @) en ?orin, 1=B9. 4e veri%ica as" el axioma: Dei dare permittere est5E 8) c%. =B9) Dios da su ayuda por cuanto ue hace posi#le la intuición e inteligencia en uienla reci#e.09 Mna %orma institucional de la ayuda progresiva- de Dios está en la Ley atestiguada por la*i#lia. Esa Ley es gracia, como ya lo %uera para el $uda"smo primitivo. I en su contenido degracia es racional e inteligi#le. uien la cumple con %e vive con%orme a la razón y se hace sa#io5E 1>,18) 1B8,B9. uien peca contra ella se muestra pro%undamente irracional 5E <B,19.Ciertamente ue a La gracia de la Ley- pueden responder no sólo los $ud"os piadosos, sinotam#i!n los gentzles ue viven %uera del cristianismo o ue vivieron antes de la venida deCristo, como /#el, Ho!, +o# y /#raham. Esos hom#res son naturalmente $ustos- 5E 0,1@9 Iconsecuentemente serán #ienaventurados- 5E 8,19.

La #ondad y la gracia de Dios resalta en ellos 5c%. Dem. ) 2L @,1 *C9. /#rahamespecialmente %ue el aruetipo de los gentiles ue llevan la Ley escrita en sus corazones 5om0,1<9. I ello porue creyó de una manera misteriosa en el Cristo %uturo 5E =,1) 8,019, ue esel %in de la Ley 5E 0>,1>9. 2or este motivo se euivocan todos los ue como ?arción y

?anes esta#lecen una división ta$ante entre el /ntiguo estamento y el Huevo. /m#os, ene%ecto, están iluminados por la misma luz divina, aunue el Huevo estamento se comporte%rente al /ntiguo como el 4ol %rente a la Luna 5E 0>8,19.

9 /hora #ien, a lo largo de esa historia de la gracia se in%iltra el poder del pecado, de lacarencia de gracia. KCómo surgió ese pecado Ciertamente ue no sólo por la de%ección de/dán, sino tam#i!n por los cr"menes de muchos ue pecaron despu!s 5c%. om <,10: poruetodos pecaron-9. /s" pudo ir creciendo de continuo el poder del pecado con el paso del tiempo5c%. E 00,1@) 0>,1>9. res hechos lo con%irman as".

2rimero, la Ley de Dios %ue cayendo cada vez más en el olvido 5E 0,) <8,) =8,1<9. 5Demodo similar ha#la tam#i!n el $oven /gust"n de una o#livio legis: De li#. ar#. 111,0@) 2L

0,10BB.9 Con ello se %ue oscureciendo la razón humana, mientras ue la voluntad %ue cada vezmenos li#re 5Dem, ) 2L @,09.

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

4egundo, el há#ito de o#rar mal se impuso en medida creciente %i$ándose siempre más en elhom#re 5i#"d.) E <,0<) <B,=9. 5Esta idea se corresponde a su vez con la carnalis consuetudo del

 $oven /gust"n: De li#. ar#. 111,1<) 2L 0,10B0.9 2ero cuando millones y millones de hom#res seconvirtieron en pecadores ha#ituales-, tam#i!n creció de %orma nota#le la di%icultad de hacer el #ien 5Dem. ) 2L @,09. El pecado se trocó para nosotros en una especie de segundanaturaleza- 5c%. E B@,1B9, el mal há#ito nos con%iguró, de modo ue ya no pudimos practicar el #ien 5Dem. 0) 2L @,1=9 y as" se convirtió en una posesión- en toda regla 5E <0) c%. E% 0, 9.

ercero, el poder del pecado se extendió como consecuencia del mal e$emplo ue nos dio /dán5E ><9) en ese sentido, todos se corrompieron a e$emplo suyo- 5Git. 1) 2L <@,B/9.

Cuarto: pero la gracia de Cnsto se opone con toda su máxima potencia a esa desgracia. Cristo,como imagen de Dios por excelencia 5E >>9 y modelo para todos los ue mueren y resucitan 5E>=>9, aparece en el puesto de /dán como el e$emplo antit!tico y vivo 5Dem. ) 2L @,0D9.

Cierto ue esa %rase da pie a un malentendido, cual si Cristo %uese para 2elagio sólo un e$emplo,y no a la vez el salvador ue act3a en el interior del hom#re. De hecho, el mon$e #ritánico hacehincapi! en ue la %orma de vida de +es3s de Hazaret y su doctrina tuvieron consecuencias%at"dicas para el poder del pecado 5E <@B,9. 4ingularmente e%icaz en ese sentido %ue la muertede +es3s, ue murió por la verdad 5E <@,09. En su resurrección mató +es3s al pecado y tra$o lareconciliación 5reconciliatio9 a los hom#res 5E >>,0@9. 2or la cruz de +es3s pudo la %amiliahumana ser resta#lecida a su condición originaria como creación dotada de la gracia 5E >>,0>9.2ara el li#re al#edr"o de cada uno, eso signi%ica ue en adelante podrá guardar más %ácilmentelos mandamientos por la %uerza de la gracia de Cristo, ue se le ha concedido y ue está en suinterior 5Dem. ) 2L @,1C9. Lo cual puede, a su vez, prestarse a eu"voco, como si la ayuda dela gracia sólo %acilitase el cometido ue el hom#re podr"a llevar a ca#o, aunue con mayor di%icultad, por sus propias %uerzas. /gust"n centrará precisamente au" su cr"tica 5De grat. Chr.

1,08,1) 2L >>,8>s9.

.0.0.. El #autismo como li#ertad para el #ien

La gratia Christi se con%iere en el #autismo, ue reci#e el creyente en Cristo con el de#idosentimiento de penitencia. Los #autizados se convierten as" en hi$os de /#raham- 5E B,109 Imiem#ros de Cristo- 5E 0,<9. Dios creador despliega en ellos su omnipotencia, haciendo delos pecadores $ustos y santos 5E 0,00) 10,1@9. La gracia #autismal consiste en gran parte enue los #autizados pueden ahora, gracias a la %uerza de Dios, decidirse de hecho como hu#ieranestado en condiciones de hacerlo gracias a los dones divinos de la creación, si auel há#itomalo- no se lo hu#iese impedido.

En el #autismo Dios hace realmente li#re al hom#re soltándolo de las ataduras de los deseos 5E8,1<9, de tal modo ue ya no peca 5c%. l+n <,1) E <@,19. 4in em#argo, el #autizado tiene uehacer progresos, crecer en el #ien y unirse cada vez más a Cristo 5E ><,189. Está llamado aalcanzar grados de conocimiento 5E 1@>,1>9 Ide amor 5E >B,1) B=,<9 cada vez más altos.?ientras act3a de esa %orma progresiva-, en modo alguno de#e considerarse pecador. Esimposi#le ue el $usti%icado sea a la vez in$usto 5c%. E 8>,1<) 8s9.

.0.0.>. Cola#oración con la gracia y m!rito de la %e-

uien ha reci#ido la gracia puede y de#e cola#orar con Dios: Hi act3a el hom#re sin la gracia,ni la gracia sin !l- 5E 01<,>9. Eso ocurre ya en el acto de %e, por el ue ya no con%"a en s" mismo

sino en Dios 5E 1<s9. Esa %e es mi acto más propio, aunue me haya llegado como regalo dela #ondad de Dios- 5E B@,19) y aunue lo produzca en m" el Esp"ritu 4anto 5E >,B9, esa %e es

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

la ue como sola %ides se me imputa como $usticia- 5E ,119. De esa %e m"a sa#e Dios deantemano- y eternamente, y es lo ue, seg3n 2elagio, llama 2a#lo predestinación- 5E =,009.Esa expresión no puede entenderse a la ligera cual si Dios eligiera sólo a unos cuantos de$ando alos demás sin elegir 5'nd. 0, en ?orin, 1B9. En ning3n caso destina a unos a la %e y a otros a laincredulidad) simplemente Dios prev! desde siempre ui!n creerá y ui!n no 5E 8<s9. Ien todocaso 1@ ue el Eterno uiere es ue su llamada sea acogida li#remente y sin violencia 5E =B9.

Con esa gracia preveniente, y ue de antemano se o%rece a todos, hay ue cola#orar, no para ser salvo sino porue ya estamos salvados: Hadie se salva por su propio m!rito, sino ue todos por igual son salvados por la gracia de Dios- 5E >1) c%. E 0,01 ,1 ) >8,0<9. 2elagio conocedemasiado #ien la carta a los omanos como para ense7ar una salvación por virtud de unaso#ras meritorias.

 2or lo demás, ha#la del m!rito en una no#le %orma, y en concreto re%iri!ndose al merecimientomismo de la gracia. 2or una parte, el #autizado o#tiene de la gracia la posi#ilidad de merecer otra %orma de gracia, como se reci#e una dignidad del so#erano 5c%. E 0,09. 2or otra parte,Dios ue es $usto desde toda la eternidad, imputa al #autizado su %e como un m!rito de %e-5meritum %idei9, por el ue lo salva 5E 8>,19.

.0.0.<. Balance 

Como se ve, la doctrina de 2elagio so#re la gracia está %irmemente a%incada en su doctrina de lacreación: el hom#re ha sido creado a imagen de Dios, y %uera de esa su imagen- Dios no ha

creado a nadie 5'nd. >, en ?orin, 18<9. Eso lo ha hecho !l por gracia inmerecida y gratuita. 2or eso la naturaleza humana es #uena, racional y dotada de li#re al#edr"o. Esos dones siguieronsiendo tan vigorosos ue el poder del pecado, despu!s de la ca"da de /dán, sólo logróimponerse con di%icultad y al ca#o de mucho tiempo. Cierto ue el mal há#ito- de#ilita alhom#re, mientras no es sanado por el acto de gracia de +es3s. El hom#re salvado por Cristotiene en !l su modelo y o#tiene de Dios incesantemente una ayuda de gracia. Es decisivo el #autismo como punto y momento en ue empieza el resta#lecimiento de la $usticia y santidadotorgadas ya una vez como don de creación. euisito previo para la $usti%icación es, del ladode Dios, la gracia y, del lado del hom#re, la %e, como ense7a ya 2a#lo. 2arece, sin em#argo, ue2elagio con%"a en el hom#re por el camino del progreso moral de la %e más de lo ue con%ió el/póstol de los gentiles. Es signi%icativa en este sentido la exhortación pelagiana a la virgenDemetr"ades de ue de#"a a#solutamente superar la idea de ue era incapaz de hacer el #ien

5Dem. 0) 2L @,1=9.

4e presta a malentendidos, y en el caso l"mite no parece poder compaginarse con la tradición, latendencia del maestro 2elagio a ver en Cristo so#re todo el modelo, y en la ayuda de la gracia pre%erentemente una %acilitación de o#rar virtuoso) y lo mismo hay ue decir de su propensión acon%iar a la ratio y al li#erum ar#itrium en #uena medida la progresiva asimilación del creyentea Dios. 2or otra parte, todav"a es %recuente encontrarse con la opinión de ue 2elagio es unracionalista, ue nada ha entendido del mensa$e paulino so#re la gracia) esta idea es precisorechazarla en!rgicamente. ?ás atinada es la idea de ue el 2elagio histórico ha descu#ierto lagracia por douier en la historia religiosa de la humanidad tra#a$ando estrechamente entrelazadacon los dones naturales.

El hecho de ue haga hincapi! en la inmanencia del o#rar salv"%ico de Dios más ue en sutranscendencia y ue piense con una mentalidad %uertemente moralizante y pragmática, sin ue

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

 proporcione ninguna doctrina propiamente dicha so#re el pecado original, puede tener analog"asen la tradición de la 'glesia oriental y, de acuerdo con la investigación más reciente, no puedeconsiderarse como her!tico.

Los peligros de un determinado pelagianismo para la %e ortodoxa pueden apreciarse en el espe$ode las posiciones doctrinales del magisterio despu!s de /gust"n.

.0.. !gustín

4e le llama a /gust"n el doctor de la gracia- y es preciso admitir ue %ue !l el primero ueescri#ió de manera sistemática so#re este tema, de$ándonos una herencia con la ue se midierony tendrán ue medirse todos despu!s de !l, de una %orma o de otra. /gust"n se centró so#re todoen las expresiones $usticia de Dios, $usticia del hom#re-, planteando el pro#lema de lacorrelación de la gracia de Dios con el li#re al#edr"o y la li#ertad del hom#re.

 Hos hemos encontrado ya con /gust"n como %igura de proa en el dogma del pecado original.Femos presentado su persona, as" como la historia de la crisis pelagiana y los escritosagustinianos concernientes al pecado original, muchos de los cuales pertenecen al mismodossier ue los ue tratan de la gracia. /s" pues, el lector tiene ya presente el horizonte delde#ate. Daremos ahora las indicaciones necesarias so#re el sentido de los t!rminos gracia- y$usti%icación- en tiempos de san /gust"n) completaremos la presentación de las o#ras delo#ispo de Fipona ue tocan más expresamente la cuestión de la gracia y expondremos%inalmente la doctrina ue !l desarrolló dentro del marco de la misma pol!mica.

.0..1. El contexto pelagiano

La pala#ra gracia- reci#ió numerosas precisiones teológicas en tiempos de /gust"n, en elcontexto de la pol!mica pelagiana. En la sociedad glo#al de la !poca ten"a una connotación peyorativa, en la medida en ue gracia- era entonces sinónimo de corrupción, por el a#uso uese ha#"a hecho de ella a trav!s de los di%erentes canales de recomendación en las ue se perd"atodo respeto a la $usticia. 2or eso, más ue gracia, se ped"a por muchas partes $usticia yhonestidad de vida, ue 2elagio a%irma#a ue todos pod"an conseguir tan sólo por la %uerza de lavoluntad) para ello propon"a a todos un compromiso y un celo asc!ticos, y no sólo el rercurso aunas instituciones asc!ticas en cuanto tales. 2or otra parte, seg3n U. Rlasch, el signi%icado de lagracia- i#a ligado al emperador ue la conced"a ar#itrariamente. 2or este motivo se ha#r"aintroducido una correlación entre la gracia y la predestinación. En e%ecto, el emperador ha#r"a sido, a los o$os de /gust"n desde el a7o >0=, una imagen de Dios ue dispensa su

gracia y sus %avores a los hom#res seg3n su voluntad omnipotente.

En otras pala#ras, 2elagio ha#"a es#ozado la pol!mica so#re la comprensión cristiana de la $usticia del hom#re: Kprocede !sta de la voluntad humana o de la gracia de Dios Luego,a partir del >0=, ha#r"a nacido la cuestión de la $usticia de Dios y de la $usticia del hom#re,en relación con la gracia de la predestinación. 2or su parte, 2elagio propon"a una nociónde graciaV$usti%icación- con algunos detalles concretos:

La gracia es ante todo la creación del hom#re, en cuanto dotado de li#re al#edr"o y de unasalud- ue le permite discernir el #ien y el mal. La naturaleza misma del hom#re, creadali#re, es realmente una gracia, ya ue se le ha dado gratuitamente.

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

La gracia es en segundo lugar la doctrina del /ntiguo y del Huevo estamento 5la Leyantigua y la Ley nueva9. La revelación divina ayuda al hom#re a conocer la voluntad deDios y a o#servar sus preceptos) es por tanto una gracia de salvación-.

La gracia está además en los e$emplos de los santos, incluso paganos, ya ue en todotiempo ha ha#ido hom#res ue no han pecado o ue no han permanecido en el pecado. Lagracia sigue siendo, por tanto, una ayuda externa a las opciones de la li#ertad humana, para ue decida con rectitud, pero no act3a en el corazón mismo del li#re al#edr"o.

Está %inalmente la gracia de los sacramentos, especialmente la del #autismo ue nos li#era delos actos- de nuestros pecados anteriores y tam#i!n de la concupiscencia. La graciasacramental era vista por los pelagianos como una remisión de los pecados pasados) todo lo

más, como una santi%icación, en el caso del #autismo de los ni7os peue7os, pero en el sentidode una simple incorporación al pue#lo de Dios.

/s" pues, so#re la #ase de una gran con%ianza en la li#ertad del hom#re, 2elagio intenta#a dar una nueva comprensión glo#al del cristianismo, tanto so#re la inteligencia de las Escriturascomo so#re la gracia de +esucristo, la vida cristiana y el sentido %inal de la criatura humanarecompensada por su recta conducta.

El planteamiento de estas proposiciones pelagianas coincidió en /%rica con el clima enrarecidode la pol!mica donatista en su %ase %inal. Desde hacia casi un siglo, esta pol!mica ha#"adestacado la santidad del su$eto ue administra#a los sacramentos en detrimento del valor mismo del rito, canal de la gracia de Dios. En esta perspectiva, los donatistas se encontra#an enla misma longitud de onda ue el movimiento pelagiano: el compromiso de la voluntad. Lamanera de comprender el #autismo de los ni7os ue se usa#a en la 'glesia %ue el #anco de prue#a- y la ocasión de clari%icar las diversas posiciones. Los dos movimientos, el movimientodonatista en sus 3ltimos momentos y el naciente movimiento pelagiano, chocaron con el o#ispode Fipona, ue de%end"a el valor del rito sacramental en cuanto tal. De au" nació una nueva pol!mica, esta vez contra los pelagianos, ue %ue el origen de toda una importante literatura5todav"a no explotada por completo9, en la ue ocupa#a un lugar de primer orden lacomprensión de la pala#ra gracia-.

. 0..0. Los escritos principales de /gust"n so#re la gracia

2resentaremos la doctrina de /gust"n so#re la gracia desde dos perspectivas diversas: la primera documental, siguiendo la cronolog"a de sus o#ras principales so#re el tema) lasegunda sistemática, sintetizando los principales acentos de la doctrina agustiniana,teniendo en cuenta la evolución ue conoció.

a9 Los dos li#ros a 4impliciano so#re diversas cuestiones 5B89

Este escrito reviste una gran importancia entre las o#ras so#re la doctrina de la gracia, ya ue elmismo /gust"n con%iesa ue, a partir de este per"odo 5comienzo e%ectivo de su ponti%icado9,corrigió su manera de comprender la necesidad de la gracia. ?editando en 1 Cor >,8 5Ku!tienes ue no hayas reci#ido-9, tuvo la intuición, auel a7o B8, de ue la gracia es necesariaincluso para desear la conversión y para el primer acto de %e en Dios, mientras ue antes ha#"a pensado de otra manera. 2ero sigue interpretando todav"a a om 8 como la descripción delhom#re ue no siempre está #a$o la gracia.

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

 #9 4o#re el esp"ritu y la letra 5>109

La o#ra trata de la gracia de Cristo ue salva. Esta gracia no signi%ica la o#servancia de una leyue nazca del uerer de la li#ertad sin estar animada tam#i!n por la caridad) en e%ecto, la graciaestá en relación con la caridad di%undida en nuestros corazones por el Esp"ritu 4anto por mediode +esucristo 5se cita 1> veces en este li#ro a om <,<9. /gust"n utiliza tam#i!n expresionessimilares, como la caridad de Dios-, la salvación del 4e7or-, la %e de +esucristo-) ha#lade la gracia de Dios, de la $usticia cristiana y del don de Dios, lo cual indica ue está a3n en loscomienzos de la teolog"a de la salvación expresada por la pala#ra gracia-. En una a%ortunadas"ntesis, se expresa de este modo oponi!ndose expresamente a 2elagio:

Hosotros, por el contrario, sostenemos ue la voluntad humana de tal manera es ayudada por lagracia divina ue, además de ha#er sido creado el hom#re con voluntad dotada de li#re al#edr"oy además de la doctrina, por la cual se le precept3a cómo de#e vivir, reci#e tam#i!n el Esp"ritu

4anto, uien in%unde en el alma la complacencia y amor de auel sumo e inconmuta#le *ienue es Dios-Q.

/gust"n adopta como tema de su o#ra el pasa$e de san 2a#lo: La letra mata, el esp"rituvivi%ica- 50 Cor ,=9, pero lo desarrolla comentando los primeros cap"tulos de la carta a losomanos, en la ue, como !l dice, el apóstol 2a#lo se muestra un de%ensor constante y perseverante de la gracia-, como si no ha#lara all" más ue de este tema-. El mismo /gust"n sereprochará ha#er ha#lado en este li#ro con mayor a#undancia de lo de#ido-, lo cual demuestraue tam#i!n para !l se trata#a de los comienzos de una teolog"a de la gracia.

Esta o#ra tendrá ecos más tarde. En tiempos de la e%orma, Lutero la leyó repetidas veces,comentando la Carta a los omanos. 4e apoyará mucho en la intuición contenida en este tratado4o#re el esp"ritu y la letra y en la comparación entre la ley de la %e ue salva y la ley de laso#ras 5c%. om ,0809, su#rayando la $usticia de Dios, ue /gust"n comprend"a comomisericordia ue perdona . El concilio de rento hará suya la distinción entre la $usticia de Dios,auella con la ue !l es $usto-, y la $usticia de Dios ue nos hace a nosotros $ustos-.

c9 La naturaleza y la gracia 5>1<9

Esta o#ra marca un claro progreso de la doctrina de la gracia en /gust"n, as" como en la historiade la teolog"a. En e%ecto, a partir de este momento, el o#ispo de Fipona a7adirá el t!rmino degracia- al t"tulo de muchos de sus escritos: se7al de ue nac"a una cuestión espec"%ica) estet!rmino aca#ó englo#ando las expresiones utilizadas anteriormente para el mismo contenido,

como por e$emplo la salvación de Dios-, la misericordia de Dios-, la caridad de Dios-.

/gust"n, ue ha#"a tenido la ocasión de leer el tratado de 2elagio De natura, a7ade al t"tulode la o#ra de su adversario del ue cita numerosos extractos la pala#ra gracia-. 2onede relieve dos interpretaciones opuestas de la antropolog"a cristiana, #asadas en losconceptos diversos de naturaleza- y de gracia-.

2elagio llega#a al concepto de naturaleza humana- apelando a la creación de /dán, dotado deli#re al#edr"o desde su origen. 4eme$ante posi#ilidad 5posse9 del ser humano era para 2elagioun don de Dios y, por tanto, una gracia, mientras ue la actualización 5esse9 de esta posi#ilidad depend"a por el contrario de la opción del hom#re. 4e explica#a de estamanera:

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

Cuando se dice ue la misma posi#ilidad 5posse9 de ning3n modo ha de atri#uirse al al#edr"ohumano, sino al autor de la naturaleza, Kcómo puede excluirse la gracia de Dios de lo ue propiamente le pertenece a !l-.

/s" pues, 2elagio conclu"a ue la naturaleza humana no ha#"a cam#iado de condición tras el pecado de los or"genes, sino ue ha#"a permanecido "ntegra. /dmit"a ue /dán ha#"a per$udicado a la humanidad, pero solamente en la medida en ue le ha#"a dado un mal e$emplo,no ya in%ectando a una naturaleza ue desde entonces se trasmitiera herida por su pecado.

4i 2elagio pon"a de relieve los dones del Dios Creador, /gust"n se7ala#a ue, para la %ecristiana, son igualmente necesarios los dones de Dios 4alvador, dado ue !l es el Creador y elsalvador de la naturaleza humana. Entiende entonces por naturaleza- una naturaleza

concreta-, es decir, la naturaleza humana tal como existe, heredera de /dán. 2artiendo de au",desarrolla la comprensión de los conceptos de li#re al#edr"o y de li#ertad y precisa el de graciadel 4alvador. e%iri!ndose a una metodolog"a teológica precisa, se explica#a de este modo:

W&h, hermanoO Xse dirige a 2elagio sin nom#rarloY) #ien estará ue recuerdes tu calidad decristiano X...Y. 2ara ue no creamos ue por el pecado no es posi#le sea viciada la naturalezahumana, sino ue realmente %ue viciada por !l, seg3n el testimonio de las divinas letras,indaguemos cómo pudo veri%icarse esto-Q.y aunue esto Xel ue evitemos los pecadosY no selogre sin el concurso de la voluntad, con todo, no #asta ella para conseguirlo-Q.

/gust"n cita entonces a san 2a#lo, adaptándolo: 4i la $usticia viene de la naturaleza, Cristo hamuerto in3tilmente- 5c%. ;al 0,019, y tam#i!n: Es anular lacruz de Cristo por%iando en ue alguien puede lograr la $usticia por la ley naturaly el li#re al#edr"o-. 2or tanto, la gracia no es la posi#ilidad misma de no pecar, posi#ilidad uehemos reci#ido del Creador con el li#re al#edr"o) ni es solamente la ayuda ue constituye larevelación de una ley, ni tampoco solamente el perdón de los pecados, sino la ayuda necesaria para no dometerlos.

Con la aparición de este tratado so#re La naturaleza y la gracia de /gust"n se inaugura, en eldesarrollo de esta doctrina, la %ormación de un voca#ulario t!cnico ue ha#la de la naturalezahumana heredera de /dán, como vulnerada, herida, desgarrada, arruinada- 5vulnerata,sauciata, vexata, perdita9 y de la gracia de Cristo- postulada directamente por este conceptode naturaleza herida-.

El concilio de rento, en su decreto so#re la $usti%icación, asumirá algunas a%irmacionesagustinianas de esta o#ra:

Dios no manda cosas imposi#les, sino ue al mandar avisa ue hagas lo ue puedas y pidas loue no puedas y ayuda para ue puedas-Q.

/ los ue una vez $usti%icó por su gracia, XDiosY no los a#andona, si antes no es por ellosa#andonado-.

d9 La gracia de Cristo y el pecado original 5>19

Escrita despu!s de la carta ractoria del papa Zósimo 5tam#i!n del >19, esta o#ra no encierranovedades en su contenido) pero por su t"tulo esta#lece un nuevo #inomio en la doctrina de la

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

gracia: pecado original y gracia de Cristo, ue corresponde al paralelismo antinómico de/dán y de Cristo:

En la cuestión de los dos hom#res, por uno de los cuales hemos sido vendidos #a$o el pecado, por el otro somos rescatados de los pecados) por uno hemos sido precipitados a la muerte, por elotro somos li#ertados a la vida X...Y) en la cuestión, digo, de estos dos hom#res consiste propiamente la %e cristiana-.

Estos dos #inomios, ue expresan un mismo concepto, pasaron a ser comunes en la teolog"a posterior. /gust"n, ue descon%"a ya de las %órmulas am#iguas de 2elagio, aprovecha eneste li#ro la ocasión para comentar dos de sus a%irmaciones, explicitándolas en sentidoortodoxo: una so#re la gracia de Cristo y otra so#re el #autismo de los ni7os. El o#ispo deFipona insiste en la gracia interior, evitando reducir la gracia al simple socorro de unarevelación ue venga de Dios para iluminar la o#ra !tica del hom#re:

Lean, pues, y entiendan 5los pelagianos9 consideren y con%iesen ue Dios, no por la ley y ladoctrina ue resuena exteriormente, sino por el interno y oculto, admira#le e ine%a#le poder,o#ra en los corazones de los hom#res no sólo verdaderas revelaciones, sino tam#i!n #uenasvoluntades-.

Esto es necesario, no sólo para o#servar más %ácilmente la ley divina como admit"a 2elagio,sino para o#servarla sin más.

e9 4o#re la gracia y el li#re al#edr"o 5>0=9

Esta o#ra de#e su origen a las di%icultades ue encontraron los mon$es de /drumeto en /%rica5hoy 4usa, en 3nez9 a propósito de la lectura de la carta 1B>, ue /gust"n ha#"a dirigido el

a7o >1B al sacerdote romano 4ixto. De esta carta los mon$es deduc"an ue la noción de gracia,tal como la explica#a el o#ispo de Fipona, inutiliza#a y hasta anula#a el li#re al#edr"o delhom#re. Escri#" un li#ro resume /gust"n en las etractationes titulado La gracia y el li#re al #edr"o X...Y a causa de auellos ue, al de%ender la gracia de Dios y creyendo ue se nega#a elli#re al#edr"o, de tal manera de%ienden en ella el li#re al#edr"o ue niegan la gracia de Dios-./s" pues, desde ese mismo momento surgió la di%icultad, ue por mucho tiempo durará en lahistoria de la teolog"a, de interpretar la comprensión de la gracia cristiana ue ten"a el o#ispo deFipona. /gust"n responde de una manera casi cateu!tica, pro#ando la %e cristiana por lasEscrituras, tanto en lo relativo a la necesidad ue tiene el hom#re de la gracia de Dios[lcomo enlo ue se re%iere a la existencia del li#re ai#edr"o:

/nto$áseme ha#er ya #astante ha#lado contra los ue com#aten la gracia de Dios, ue no anulala humana voluntad, sino ue de mala la hace #uena, luego le ayuda 5cum #ona%uerit,ad$uvatur-Q.

/ partir de entonces /gust"n comienza una re%lexión so#re la relación entre la gracia y el li#real#edr"o de la voluntad humana. /m#os sentires están en lo cierto- 5utrumue verum est9,su#raya el o#ispo de Fipona, o sea, ue decimos la verdad tanto cuando con%esamos lanecesidad de la gracia como cuando a%irmamos la existencia del li#re al#edr"os. En e%ecto,concluye, el apóstol no pretende ha#lar ni de la gracia de Dios sola, ni del al#edr"o sólo, sinode la gracia de Dios con !l-. En esta relación, gracia y li#re al#edr"o- son el euivalente deDios y del hom#re, y más concretamente, de Cristo salvador del hom#re-.

Despu!s de repetir sus explicaciones antipelagianas, a sa#er, ue la gracia en sentido estricto noes la ley, ue no es la naturaleza, ue no es sólo el perdón de los pecados, /gust"n empieza presentando la terminolog"a de gracia operante y de gracia cooperante. 2ara la gracia operante

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

se apoya en los textos siguientes: La voluntad es preparada por el 4e7or- 52rov ,< 4etenta9)es Dios uien, más allá de vuestra #uena disposición, realiza en vosotros el uerer y el actuar-5Rlp 0,19) yo har! ue vosotros hagáis- 5Ez =,089) y explica:

Es induda#le ue, si ueremos, podemos cumplir lo ordenado. ?as como nuestra voluntad es por Dios preparada, razón es ue tanta voluntad le pidamos cuanta su%iciente sea para ueueriendo cumplamos. Cierto ue ueremos cuando ueremos, pero /u!l hace ue ueramosel #ien X...Y. 4in duda ue nosotros o#ramos cuando o#ramos, pero El hace ue o#remos al dar %uerzas e%icac"simas a la voluntad-.

/ propósito de la gracia cooperante, escri#e:

Comienza !l XDiosY a o#rar para ue nosotros ueramos y, cuando ueremos, con nosotroscoopera para per%eccionar la o#ra X...Y. 2or consiguiente, para ue nosotros ueramos, sinnosotros a o#rar comienza y, cuando ueremos y de grado o#ramos, con nosotros coopera-.

En la misma o#ra /gust"n recoge numerosos textos #"#licos so#re la caridad, ue presenta comoel euivalente de la inspiración de la gracia. ecogerá y articulará esta mediación en la o#rasiguiente 4o#re la corrección y la gracia, escrita a los mon$es de /drumeto, y ue eclipsará encierto modo el tratado 4o#re la gracia y el li#re al#edr"o.

e9 4o#re la corrección y la gracia 5>089

Esta o#ra, ue presenta una s"ntesis so#re la relación entre la gracia de Dios y el li#re al#edr"ode la voluntad humana, es el escrito teológico más importante y el más arduo so#re laantropolog"a cristiana, en el cristianismo latino del siglo G. Esto vale so#re todo para loscap"tulos 1@ al 10. Dado su carácter conciso y a veces tan riguroso teológicamente como elratado de los principios de &r"genes, las incomprensiones y la %alta de aprecio de esta o#ra hansido muy numerosas a lo largo de los siglos. rata sustancialmente del modo de cooperación5coo#rar9 de la gracia con el li#re al#edr"o, sin ue la gracia pueda hacer in3til e incluso anular a este 3ltimo.

El o#ispo de Fipona, siguiendo el m!todo de las cuestiones, ela#ora los %undamentos de ladoctrina cristiana de la gracia, ue se puede sintetizar #revemente de este modo. El hom#realcanza y realiza las posi#ilidades de su li#ertad por medio de la gracia, y no viceversa: La

voluntad humana no o#tiene la gracia con su li#ertad, sino más #ien con la gracia la li#ertad y, para perseverar en ella, una gustosa permanencia e insupera#le %ortaleza-.

Dios, en el proyecto de su creación, de tal modo ordenó la vida de los ángeles y los hom#res,ue primero uiso mostrarles el valor de su li#re al#edr"o y despu!s el #ene%icio de su gracia yel rigor de su $usticia-.

/dán %ue creado en la gracia de Dios, en una condición di%erente en tres puntos de la nuestra,ue es heredera de su pecado: pod"a no morir 5posse non mori oprima immortalitas9, no conoc"ala lucha de la carne contra el esp"ritu y pod"a no pecar 5posse non peccare, oprima li#ertas9.

/l pecar con su li#re al#edr"o, /dán perdió esta condición primitiva, arrastrando tras de !l a

todo el g!nero humano, razón por la ue nadie nace ya en la condición original de /dáninocente.

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

odo el ue ha sido li#erado de seme$ante herencia, sólo de#e esta li#eración a la gracia deCristoJJ /l vincular au" de%initivamente al Cristo redentor con la li#eración de la li#ertad de

cada hom#re, /gust"n se7ala la di%erencia ue existe entre la gracia reci#ida por /dán y la uese nos da a nosotros en Cristo. La de /dán era la ayuda sin la cual /dán no pod"a perseverar enel #ien en el ue ha#"a sido creado) /gust"n la llama ad$utorium sine uo non, la gracia de Cristo, por el contrario, no solamente concede el ue podamos perseverar, sino la perseveranciamisma: /gust"n la llama ayuda por la cual se persevera, el ad$utorium uo. El o#ispo de Fipona, pro%undamente tocado por la acción de la gracia ue devuelve al hom#re una li#ertad li#eradadel condicionamiento de la concupiscencia, llega a decir:

4ocorrióse, pues, a la %laueza de la voluntad humana para ue siguiese %irme einvenci#lemente 5indectina#iliter et insupera#iliter9 la moción de la gracia divina) y por eso,aunue de poca %uerza, sin padecer desmayo, venciese toda adversidad-. Es la #ondad de Cristola ue realiza este momento de li#ertad: KI ui!n amó más a los hermanos ue !l, pues por 

todos se hizo %laco y por todos %ue cruci%icado a causa de su humanidad-.

El tratado 4o#re la corrección y la gracia de /gust"n será muy utilizado en el siglo TG'',so#re todo por +ansenio, ue hará de !l la clave de su doctrina. Con su lectura se llegaráentonces a la c!le#re distinción entre la gracia su%iciente y la gracia e%icaz. La gracia de/dán, indicada por el o#ispo de Fipona como el ad$utorium sine uo non, será asimiladaentonces a la gracia su%iciente) y la gracia de Cristo, indicada como el ad$utorium uo, a lagracia e%icaz. En otras pala#ras, la cuestión de la gracia dada a /dán inocente y, despu!s de!l, por medio de Cristo, a toda la humanidad se ha#"a tras%ormado ya en la Edad ?edia encuestión so#re la naturaleza interna de la gracia) pero con +ansenio se llegará más le$ostodav"a, modi%icando la terminolog"a agustiniana y ha#lando de la gracia su%iciente yVoe%icaz. 4e preguntará entonces en virtud de u! la gracia es su%iciente yVo e%icaz. 2orue,

 paradó$icamente, la gracia llamada su%iciente- es la ue en concreto no es su%iciente-. 2or otra parte, Ku! espacio de$a a la li#ertad la gracia llamada e%icaz- y hasta invenci#le-

4e hará entonces una lectura de este tratado de /gust"n con el esp"ritu de oponer la gracia y lali#ertad, lo cual llevará lógicamente a pensar ue la gracia es irresisti#le- respecto a lavoluntad humana 5tal será la posición de Lutero, de Calvino y de +ansenio9, mientras ue lo ueuer"a ante todo /gust"n era exponer su cooperación 5coo#rar9. y esto lo hizo mostrandola gracia como una ayuda 5ad$utorium auxilium9 del li#re al#edr"o, evitando precisamente presentarla como competitiva %rente a la voluntad humana.

%9 4o#re la predestinación de los santos 4o#re el don de la perseverancia 5>09

Esta o#ra, ue ha pasado a la posteridad con dos t"tulos, es en realidad una sola o#ra en dosvol3menes. /gust"n considera en ella la gracia, no ya en su necesidad o como una ayuda para elli#re al#edr"o del hom#re, sino, dentro de la óptica de las cuestiones ue preocupa#an a losmon$es de 2rovenza en /uel ue la concede, es decir, en Dios. Esta perspectiva suscitóinmediatamente la cuestión de las relaciones entre el don de la gracia de Dios y la salvaciónuniversal, tal como se enuncia en 1 im 0,>: Dios uiere ue todos los hom#res se salven-.

/unue los mon$es provenzales mencionados en una carta de Filario a /gust"n admit"an el pecado original y la necesidad de la gracia, explica#an esta 3ltima en dependencia de lavoluntad. En e%ecto, escri#"a Filario, están de acuerdo en ue todo el g!nero humano se perdióen /dán y en ue nadie puede li#erarse por su propia voluntad-./pretado as" por varias partes,

el o#ispo de Fipona planteará en adelante la cuestión de la gracia como un don hecho a los predestinados, sin ue sea posi#le la predestinación más ue como un e%ecto de la gracia. Los

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otros, por el contrario, en vida de /gust"n o despu!s de su muerte, le"an la predestinación en laidea de ue Dios concede su gracia a uien uiere) por eso, salva a uienes se la da y condena alos ue no se la da. Fe au" en particular lo ue pensa#an de /gust"n los mon$es de 2rovenza:

Entre los servidores de Cristo ue residen en la ciudad de ?arsella, muchos piensan ue lasideas ue su 4antidad expuso en sus escritos contra la here$"a de 2elagio so#re la vocación delos elegidos #asada en el decreto de Dios, van en contra del pensamiento de los 2adres y delsentimiento de la 'glesia X...Y. 4i un decreto divino previene a las voluntades humanas, esto es lomismo ue eliminar todo es%uerzo por hacer el #ien y suprimir las virtudes. La pala#raQpredestinaciónQ introduce una especie de %atalismo-.

/l criticar de este modo a /gust"n, los mon$es de ?arsella propon"an su propia versión de la

gracia de Dios: !sta sigue a la determinación de la voluntad, el mismo modo ue la predestinación sigue a la presciencia de los m!ritos, tanto de la %e inicial como de la perseverancia %inal. 2oniendo el e$emplo del en%ermo ue llama al m!dico, se explica#an de estemodo: /%irmar ue la gracia va precedida de la voluntad, ue no hace más ue #uscar alm!dico, sin poder hacer nada ella sola, no es ni mucho menos negar esa gracia-. En los ni7os,incapaces de merecer o de desmerecer, ellos considera#an los m!ritos o dem!ritos%uturi#les-, es decir las o#ras ue ha#r"an realizado si hu#ieran vivido.

En su respuesta, /gust"n repite dos posiciones: en el cumplimiento del #ien la voluntad delhom#re va prevenida por la gracia de Dios) por s" sola, la voluntad humana no puede nicomenzar ni aca#ar ninguna o#ra #uena, porue el comienzo de la %e tanto como la %e más per%ecta le vienen al hom#re por la gracia interior. 2or consiguiente, es la gracia incluida lagracia de la %e, y no la naturaleza, lo ue distingue a los #uenos de los malos:

2or tanto, el poder tener la %e, como el poder tener la caridad, sólo es propio de la gracia en losue creen. I as", la naturaleza, en la ue nos %ue dada la capacidad de tener la %e, no da venta$a aun hom#re so#re otro, mas la %e da venta$a al creyente so#re el incr!dulo-.

/sentadas estas premisas, /gust"n precisa el sentido de la predestinación, en relación con lagracia, en dos puntos:

La predestinación indica la relación con la gracia ue Dios da: Dios preconoció desde toda laeternidad ue ha#"a de suceder esto) y esta presciencia constituye la predestinación de los

santos-) !sta no es otra cosa ue la presciencia de Dios y la preparación de sus #ene%icios por los ue cert"simamente se salva todo el ue se salva- .Cristo constituye para todo creyente el e$emplo y el principio de una predestinación ue no puede menos de ser gratuita, ya ue !l ha sido QpredestinadoQ Fi$o de Dios con poder 5om1,>9-. Lo mismo ocurre con ?ar"a: K2or ventura no %ue conce#ido el Fi$o 3nico de Dios por auella mu$er ue %ue llena de gracia-lll. 2orue tal es la gracia por la cual se hace cristianoel hom#re desde el momento en ue comienza a creer) la misma por la cual el hom#re unido alGer#o, desde el primer momento de su existencia, %ue hecho +esucristo) del mismo Esp"ritu4anto, de uien Cristo %ue nacido, es ahora el hom#re renacido-.

En su resultado, la perseverancia %inal 5o#$eto del segundo li#ro, 4o#re el don 5o el #ien9 de la perseverancia9, ue hace esperar la vida eterna, es la gracia propia de los elegidos-, ue act3a

en ellos el propio uerer-, de un modo maravillosamente ine%a#le-. *a$o el t!rminoperseverancia-, /gust"n entiende siempre en este tratado la perseverancia %inal-, es decir, la

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o#tención de la vida eterna más allá del tiempo de la historia: Creo ha#er pro#ado más expresay evidentemente ue en ninguna de mis o#ras anteriores ue la perseverancia %inal es un donue Dios nos concede gratuitamente, al ha#ernos predestinado a su gloria y reino-. En el tratado

4o#re la corrección y la gracia utiliza#a de hecho el t!rmino de perseverancia-, incluso parael tiempo de la historia.

La gracia de la predestinación, indicada por el o#ispo de Fipona como gracia de laperseverancia %inal- tiene en !l una do#le conexión: en primer lugar, tiene en Cristo su clavede lectura: además, intenta crear en el hom#re, #ien individualmente considerado, #ien encomunión con el Cristo total-, la gratitud por el don de Dios. / !l, pues, y a nosotros nos predestinó, porue en !l, para ue %uese nuestra ca#eza, y en nosotros, para ue %u!semos sucuerpo, no preconoció nuestros m!ritos precedentes, sino sus %uturas o#ras-.

La re%lexión teológica despu!s de /gust"n perderá estas conexiones. 4e olvidará de la con%esióndel o#ispo de Fipona so#re los l"mites del poder del hom#re y so#re su incapacidad para

 penetrar en los designios insonda#les de Dios. educirá su terreno solamente al v"nculo de lagracia de la predestinación con la voluntad antecedente- de DiosQ Centrará su atención en el%allo del pensamiento de /gust"n, ue parece ser ue no pudo pensar ue la gracia segu"a siendola misma gracia si se o%rec"a a todos. En e%ecto, !l respond"a a las o#$eciones su#rayando suintención de respetar al mismo tiempo los atri#utos divinos de la misericordia y de la $usticia:

2ero se o#$eta: QK2or u! la gracia de Dios no se da seg3n los m!ritos de los hom#resQ.espondo: Q2orue Dios es misericordiosoQ. QKI por u! no a todosQ 2orue Dios es +uez $usto) y por esto $ustamente, precisamente, da su gracia gratis y por $usto $uicio de Dios semani%iesta en otros u! es lo ue con%iere la gracia a auellos a uienes se la concede X...Y.Consecuentemente, el indultado ame la gracia y la agradezca) y el ue no es indultado,reconozca su deuda y ue merecidamente su%re la condena. 4i la #ondad se mani%iesta

 perdonando la deuda, la euidad resplandece al exigirla) pero nunca puede verse in$usticiaalguna en Dios nuestro 4e7or-.

?uchos de sus sucesores llegarán a leer la gracia de la predestinación como o#ra de unavoluntad incontrola#le e indiscuti#le de Dios, ue la da a uienes salva y ue no la da a uienescondena. Esta gracia no puede menos de ser gratuita y nadie puede conocerla. 2or eso, conclu"a/gust"n, el cristiano tiene ue llevar una vida intacha#le, una vida hecha de oración, de tra#a$o,etc., dentro de todos los condicionamientos ligados a la vida humana.

. 0... Los e$es principales de la doctrina agustiniana de la gracia

La terminolog"a de la gracia-, ue se va constituyendo poco a poco en /gust"n, se convierte eneuivalente ala de $usticia y $usti%icación-. De au" nació un voca#ulario 3nico, estructuradoso#re la #ase de conceptos relaciónales. 'ntentaremos distinguirlos, a %in de poder comprenderlos en su peculiaridad y ayudar al lector de /gust"n a evitar posi#les errores so#re su pensamiento relativo a la gracia y a la li#ertad.

a9 La gracia es ante todo una relación

La gracia- expresa en /gust"n una relación: no solamente es un puente- instrumental posi#le entre el hom#re y Dios, sino ue es siempre la #enevolencia de alguien ue se da a s"mismo al otro. 2or tanto, no es ante todo y solamente un elemento intermediario-, auncuando despu!s de /gust"n se ha#le de gracia creada- y de gracia $usti%icante- como

de algo ue exista en s" mismo. En el o#ispo de Fipona, se trata so#re todo de la relación delhom#re con Dios 5la gracia de Dios9, y particularmente de la relación del hom#re con su

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edentor 5la gracia de Cristo9, a trav!s de la caridad di%undida en el corazón por elEsp"ritu 4anto 5inspiratio caritatis9. 4u aspecto relacional se desarrolla en re%erencia al li#real#edr"o y a la li#ertad.

 #9 La relación de la gracia con el li#re al#edr"o y la li#ertad

/gust"n distingue entre el li#re al#edr"o y la li#ertad. El li#re al#edr"o es la %acultad deelegir con ue nace cada uno de los seres humanos. El li#re al#edr"o es la voluntad misma encuanto ue pertenece a una naturaleza espiritual. Hunca puede perderse, a3n cuando lavoluntad se encuentre en una situación de esclavitud respecto al pecado.

La li#ertad no es propiamente ha#lando el poder de elegir) es amor al #ien) es el estado de lavoluntad orientada hacia el #ien ue es Dios. 4e inscri#e en el movimiento ue conduce alhom#re, seg3n su vocación, a participar de la vida divina. Esta li#ertad no puede existir más ueen la gracia: es siempre Dios el ue ama y da (l primero. Dios sostiene al hom#re en su acciónli#re, lo mismo ue sostiene su existencia en el ser-. 4i el hom#re act3a en contra de estadirección, pierde esta li#ertad. 2ero conserva su li#re al#edr"o.

Existe una articulación entre el li#re al#edr"o y la li#ertad. El primero sirve de mediación a lasegunda. Es a trav!s de la sucesión de opciones del li#re al#edr"o en la vida corriente como lali#ertad se orienta %undamentalmente en %avor o en contra de Dios. El e$ercicio del li#real#edr"o permite, por consiguiente, a la li#ertad apropiarse del don de Dios a trav!s de lostiempos. Cuanto más se a%ianza en Dios la li#ertad, menos su$eta se ve a las vicisitudes del li#re

al#edr"o.

/gust"n o#serva ue las Escrituras nos revelan ue el nom#re propio de Dios y del edentor esel de misericordia-) la gracia, por su parte, es una ayuda 5auxiliumVad$utorium9 al li#real#edr"o del hom#re, dándole la posi#ilidad concreta de hacerse li#ertad. /dán en el estado deinocencia actua#a ya en la gracia, es decir, en la posi#ilidad e%ectiva de poner opciones deli#ertad) despu!s del pecado original, privado de la gracia en la ue ha#"a sido creado, cayó #a$oel dominio de la concupiscencia. 2ermanece su li#re al#edr"o, pero en adelante se encuentra enla imposi#ilidad de poder escoger el terreno del #ien. En este sentido, /gust"n dice ue /dán,con el pecado, perdió la li#ertad-. 2ero la gracia no sustituye al li#re al#edr"o) lo 3nico uehace es ue se ponga de nuevo en situación de ser e%ectivamente capaz de li#ertad:

4e ha de con%esar, pues, ue poseemos el li#re al#edr"o para el mal y para el #ien) mas parahacer el mal, uno se aparta de la $usticia y sirve al pecado, mientras nadie es li#re para hacer el #ien, si no es li#ertado por el ue di$o: Q4i el Fi$o de Dios os li#rare, entonces ser!isverdaderamente li#resQ 5+n ,=9 ...-

/ntes #ien, entiendan, si son hi$os de Dios, ue son movidos por el esp"ritu del 4e7or parahacer lo ue hacen) y despu!s de o#rar, den gracias al ue les dio %uerza para ello. 4on movidosciertamente para o#rar, pero no de modo ue ellos nada pongan de su parte-.

La gracia es so#erana, ya ue, seg3n una %rase paulina ue le gusta repetir a /gust"n, notenemos nada ue no hayamos reci#ido y todo viene de la iniciativa gratuita de Dios. 4inem#argo, nuestro li#re al#edr"o permanece, ya ue es propio de la gracia no o#ligarnos, sinohacernos actuar li#remente. Estos dos %actores no se sit3an en el mismo plano, como si se tratarade dos ca#allos ue tiran del mismo carro: la %uerza ue e$erce uno compensa la ue el otro

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tiene ue e$ercer. Entre la gracia y la li#ertad, las dos acciones no son del mismo orden, escri#eI. de ?ontcheuil) no se hacen la competencia y es posi#le admitir ue sea una la ue hace ser ala otra: en mi acción #uena todo es de la gracia y todo es de la li#ertad, ya ue es la gracia la

ue me da ser li#re, no ya de poder elegir, sino de o#rar li#remente hic et nunc-. 2odemosencontrar una correspondencia analógica de este dato misterioso en una experiencia humana: por medio de la educación, los padres y los maestros van educando progresivamente al ni7o enla la li#ertad y en el amor a trav!s del a%ecto ue le mani%iestan, de los e$emplos y de lasense7anzas ue les dan. /l o#rar de este modo, e$ercen una real in%luencia so#re !l) pero !sta, siestá #ien orientada, no tiene como e%ecto condicionar al ni7o para hacer de !l una r!plica deellos mismos, sino ayudarle a ue li#ere- en !l su propia autonom"a, su responsa#ilidad, el artede conducirse como hom#re. Los ni7os ue han carecido de esta ayuda se ven trágicamentemarcados por esta ausencia durante toda su vida.

La distinción de /gust"n, ya evocada, entre la gracia de /dán 5aivcilium sine uo non9 y lagracia de Cristo 5aivcilium uo9, no desarrolla entonces tanto un concepto de sumisión del li#re

al#edr"o y de la li#ertad a la gracia 5la necesidad de la gracia era ya una verdad aduirida desdela primera pol!mica pelagiana9, como su carácter relational. En e%ecto, el o#ispo de Fiponadesarrolla con esmero el concepto de voluntad #uena- y de su carácter gradual: peue7a ytodav"a incapaz 5parva et invalida9, grande y capaz de e%ectuar lo ue desea 5magna et ro#usta9.La gracia se adapta a este carácter gradual, haci!ndose tam#i!n peue7a o grande. En e%ecto, lali#eración del hom#re se lleva a ca#o en el tiempo.

c9 La relación de la gracia con la naturaleza

La gracia está tam#i!n en relación pero en otro sentidocon la naturaleza creada del hom#re./gust"n criticó vivamente a 2elagio cuando !ste a%irma#a ue la gracia pod"a ser considerada enla creación misma del li#re al#edr"o en cuanto naturaleza, es decir como el poder- de ser li#re./demás, comprend"a la naturaleza en el sentido de la condición concreta en la ue nace cadauno, y no como un poder- a#stracto ue pudiera oponerse al concepto de lo ue no esnaturaleza. 2or eso ha#la#a de la condición en la ue hemos sido creados con el li#real#edr"o-, re%iri!ndose a esta a%irmación de 2elagio: Conoc!is muy #ien la gracia de la ueuiero ha#laros y, leyendo mi li#ro, pod!is recordar ue es auella por la ue Dios nos hacreado con el li#re al#edr"o-. En e%ecto, con los pelagianos, se7ala#a /gust"n, no era la graciade la ue procede la creación del hom#re lo ue esta#a en cuestión, sino la gracia de donde proviene su salvación: no ya la gracia por la ue Dios instituyó la naturaleza, sino auella por laue restituyó la naturaleza. /s" pues, les repet"a a los pelagianos ue no se trata#a de #uscar ui!n es el Creador de la naturaleza, sino de #uscar a ui!nes es necesario el 4alvador Con sutratado 4o#re la corrección y la gracia, /gust"n se planteó además la cuestión antropológica de

la gracia, es decir, del hom#re más o menos %irmemente esta#lecido en la gracia: otra cuestiónimportante ue he de tratar y resolver-. Esta cuestión se agudizará en la teolog"a de los siglosTG' y TG'' con *ayo, +ansenio y la Escuela agustiniana.

d9 El comienzo de la %e y la perseverancia %inal

La relación de %ondo entre la gracia y la li#ertad vale para la totalidad de la existencia delhom#re. ?arca el comienzo de la %e, o la primera conversión) prosigue durante toda la viday vuelve a encontrarse luego por el don de la perseverancia %inal. al es la ense7anza positiva ue se deriva de las discusiones de /gust"n al %inal de su vida con los mon$es de/drumeto y de 2rovenza.

(stos no son ni mucho menos pelagianos. ?ás tarde, y sin duda in$ustamente, se llamó a sus posiciones semipelagianas-. Los mon$es de 2rovenza en particu lar apela#an a la tradición

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

teológica griega so#re la gracia. 2ara muchos 2adres griegos, la naturaleza misma está yaimpregnada de gracia y su antropolog"a no es la de la teolog"a latinara. 2or eso, sienten ciertomalestar ante las tesis de /gust"n so#re la relación entre la gracia y la li#ertad. 4i reconocen uela %e es un don de Dios, opinan sin em#argo ue el hom#re tiene ue prepararse a ese don por una disposición positiva, por una aspiración y por un es%uerzo de oración y de penitencia. Enuna pala#ra, el hom#re comienza y Dios aca#a, recompensando un deseo humano-. 2or otra parte, esta opinión ha#"a sido la de /gust"n antes del B8. 2ero tanto su experiencia como lalectura de la Escritura 5c%. 1 Cor >,89 le hicieron cam#iar de opinión: toda iniciativa del hom#reue lo conduzca a la salvación está ya dirigida por una iniciativa de Dios. La misma preparacióna la %e es un don de Dios. Los concilios de &range y de rento con%irmarán esta posición. 2or tanto, es Dios el ue comienza.

Los mon$es proponen una instancia análoga, pero en sentido contrario, a propósito de la perseverancia. 2uesto ue Dios ha dado la gracia, le corresponde en adelante al hom#remantenerse en ella por su %idelidad y sus #uenas o#ras. El principio anterior se tras%ormaentonces en !ste: Dios comienza, el hom#re aca#a: la vida eterna es la coronación de una vidade m!ritos-. 2ero tam#i!n au" es erróneo, respecto a la lógica agustiniana, el discernimiento dela %idelidad necesaria. El hom#re no puede seguir siendo %iel por medio de unas acciones uesean independientes de la gracia. La relación inicial a#re a una relación constante. El hom#redepende perpetuamente de la gracia para seguir viviendo en la gracia) reci#e perpetuamente suli#eración en un proceso de santi%icación y de divinización. Cuando Dios lo recompensa,corona sus propios dones.

Lo ue vale de la perseverancia en la vida temporal vale tam#i!n de la perseverancia %inal, ue/gust"n cali%ica de gran don- 5magnum donum9. Es siempre la misma lógica la ue act3a:Dios aca#a lo ue ha comenzado. 2ero au" nos encontramos con el punto más delicado del pensamiento de /gust"n, en el ue no siempre se han visto las cosas claras, el de la predestinación.

e9 ;racia y predestinación

La doctrina de la predestinación ya ha sido expuesta a propósito de las o#ras 4o#re la predestinación de los santos y 4o#re el don de la perseverancia. Conviene recogerla de%orma sint!tica, teniendo en cuenta el hecho de ue /gust"n sostuvo esta tesis ya antes.dela crisis pelagiana, en el B8, en sus Dos li#ros a 4impliciano so#re diversas cuestiones.

Con el tiempo sus %órmulas se %ueron endureciendo cada vez más.

La predestinación es el acto por el cual Dios decide eternamente la salvación de los ue sesalvarán e%ectivamente: en este punto %ue decisiva para /gust"n la lectura de los textosde san 2a#lo: 2orue a los ue conoció de antemano, los destinó tam#i!n desde el principio a reproducir la imagen de su Fi$o X...Y. y a los ue desde el principio destinó,tam#i!n los llamó) a los ue llamó, los puso en ca mino de salvación, y a uienes puso encamino de salvación, les comunicó su gloria- 5om ,0B@9. I en otro lugar: 5Dios9 nosdestinó de antemano, con%orme al #eneplácito de su voluntad, a ser adoptados como hi$os suyos, por medio de +esucristo- 5E% 1,<9.

2ero el texto clave de la re%lexión de /gust"n será el de om B,B01, donde 2a#lo se pregunta

 por el misterio de la elección y del pecado de 'srael. /gust"n no lee este desarrollo en %unción dela historia de la salvación y del papel de 'srael en un plan de Dios ue mantiene su coherencia al

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

mismo tiempo ue su gratuidad. 2iensa en la salvación o en la p!rdida de cada uno de loscreyentes. 2ara su#rayar me$or la gratuidad a#soluta de la gracia y la so#eran"a de la li#ertaddivina, aislará y escudri7ará las expresiones más duras, a %in de pro#ar ue Dios salva a uien

uiere en un decreto pretemporal en donde elige a unos y de$a ue los otros se pierdan. Estedecreto no tiene en cuenta las o#ras #uenas ue hayan de hacer luego los interesados: 2or lomismo ue es gracia el evangelio, no se de#e al m!rito de las o#ras: Qde lo contrario, la graciaya no es graciaQ 5om 11,=9-. /gust"n dramatiza la %amosa %órmula: /m! a +aco# y odi! aEsa3- 5?al 1,0, citado en om B,19) y su discurso hace suponer ue la gracia no ser"a yagracia, si se o%reciera a todos.

Del mismo modo, la gracia de Dios no puede conceder su misericordia en vano: 4er"a %also sialguien di$ere: QHo depende de la misericordia de Dios, sino del hom#re ue uiere y corre.2orue a ninguno hace Dios misericordia in3tilmenteQ-.2or eso mismo, el designio de predestinación es in%ali#le: no se trata de una siempre presciencia, sino de una verdaderadecisión y acción de Dios:

El decreto de $usti%icación no se sostiene so#re las o#ras #uenas ue hallara Dios y ue lemovieran a elegir a los hom#res) antes #ien, porue está %irme el propósito ue !l tiene de $usti%icar a los ue creen, por eso halla o#ras por las cuales elige para el reino de Dios-.

Esto no uiere decir ue la predestinación sea necesitante, ya ue Dios no ac t3a por coacción.Es desde dentro de la voluntad como act3a, permiti!ndole complacerse en el #ien.

2ero entonces, pregunta#a 2a#lo, Kha#rá in$usticia en Dios Ho, responde /gust"n: enesa manera de comportarse de Dios no hay ninguna in$usticia. La respuesta %inal apela a latrascendencia a#soluta de Dios: Kui!n es el hom#re para pedirle cuentas

4e dice ue XDiosY endurece a algunos malos por no compadecerse de ellos, no porue losimpulse al crimen. 2ues !l no hace misericordia a los ue $uzga indignos de ella, seg3n lasreglas de una $usticia alt"sima e inaccesi#le a la inteligencia humana. 'nsonda#les son sus $uicios e inescruta#les sus caminos 5om 11,9.

La predestinación de Cristo es el e$emplo y el modelo de nuestra predestinación, lo mismo uela gracia ue elevó a Cristo hom#re es el e$emplar de nuestra gracia y la %uente de todagracia-:

El más esclarecido e$emplar de la predestinación y de # gracia es el mismo 4alvador delmundo, mediador entre Dios y los hom#res, Cristo +es3s) porue para llegar a serlo, Kcon u!m!ritos anteriores suyos, ya de o#ras, ya de %e, pudo contar la naturaleza humana, ue en !lreside X...Y. /uella naturaleza humana ue en una unidad de persona %ue asumida por el Ger#o,coetemo al 2adre, Kcómo mereció llegar a ser Fi$o unig!nito de Dios-.

4in em#argo, /gust"n a%irma ue no hay predestinación al mal, ya ue el mal procede siempredel %allo de la li#ertad humana. 2ero lo cierto es ue, si todos reci#en gracias, sólo auellos a losue Dios discierne y elige reci#en la gracia de la predestinación %inal. Este %allo en su pensamiento dará paso a continuación a interpretaciones exageradas. 2ero para el propio/gust"n no es ar#itraria la nopredestinación de algunos: hay razones en Dios ue nosotros noconocemos en este mundo, pero ue conoceremos en la vida %utura. K4erá esto uizás una se7alde ue al#erga#a alguna duda secreta, o inconsciente, so#re la exactitud de su interpretación.

2or otra parte, el contexto mental en ue re%lexiona#a /gust"n era el de una masa salida de/dán, destinada a la condenación- 5massa damnata9, en oposición al peue7o n3mero de loselegidos. La humanidad es ti glo#almente perdida, prescindiendo de cuál pueda ser la actitud

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

 personal de cada hom#re ante el o%recimiento de la salvación, y la 'glesia es un $ard"n cerradocon un n3mero %i$o y predestinado de $ustos: /uel n3mero de $ustos ue, seg3n sus designiosson llamados y de los cuales se di$o: QEl 4e7or conoce a los ue son suyosQ 50 im 0, 1B9, esen3mero es el $ard"n cerrado, la %uente sellada, el pozo de agua viva-. Este horizonte pesará so#rela concien;'a cristiana en &ccidente, aun cuando la 'glesia no canonizó $amás esta doctrina.

El o#ispo de Fipona tiene ciertamente razón en a%irmar la prioridad a#soluta y por tantoeterna de la iniciativa divina y de la gracia. 2ero se de$ó atrapar en conceptos demasiadoantropomór%icos al pensar en la eternidad y la causalidad divinas. La eternidad no es eltiempo. 2ero /gust"n cae en una representación temporal de la eternidad ue lleva a situar el acto de Dios y el acto del hom#re en el mismo plano, seg3n el orden del antes y eldespu!s. Esto resulta extra7o, ya ue el mismo /gust"n mostró Jue ten"a una concepción

muy ela#orada de la eternidad ue trasciende el tiempo. 2or tanto, el decreto de predestinación no de#e ponerse en un antes del tiempo. La eternidad envuelve al tiempo yes contemporánea de todos los instantes y del desarrollo del tiempo. La gracia es a la veztrascendente a la acción humana, en cuanto ue es eterna y contemporánea de cadaacción humana. Ho está delante ni detrás de ella, sino presente y operante en el desarrollodel tiempo. 2or tanto, no es algo irrevoca#le o cerrado so#re s" mismo, como si Dios hu#iera%i$ado una vez por todas su designio, como si estuviera encadenado por un pasadoirrevoca#le-.

2or otra parte, san /gust"n, ue sostiene en otros lugares ue la gracia y la li#ertad no están enel mismo plano de la acción y ue la primera suscita a la segunda, corre au" el riesgo dea#sor#er la li#ertad en la gracia, uedándose sólo con la causalidad divina. Es cierto ue lali#ertad no es causa de la gracia, pero el li#re al#edr"o tiene ue intervenir para ue se realice laacción #uena. Dios no nos santi%ica por un acto ue sea solamente suyo. 4i no, el hom#re ser"amás li#re cuando rechaza ue cuando consiente.

. 0. >. Las decisiones eclesiales contra "elagio 5>11 >19

/ propósito de la gracia volvemos a encontrarnos con las intervenciones ecleJ sialesue antes hemos visto a propósito del pecado original En los a7os >11>1 las

 posiciones de la 'glesia se expresaron en tres ocasiones: en el s"nodo de Cartago del>11, en el de Dióspolis del >1< y en el concilio de Cartago del >1. Estas tres asam#leas%i$aron el punto de vista o%icial de la 'glesia so#re la doctrina de la gracia.

.0.>.1. El s"nodo de Cartago del >11

Las principales acusaciones dirigidas por este s"nodo contra el pelagiano Celestio no se re%er"an%ormalmente a la gracia, pero i#an contra unas tesis ue la pon"an en cuestión en sus aspectosesenciales: Cristo, lo mismo ue /dán, no in%luyó en la humanidad más ue por su e$emplo) enconsecuencia, los ritos sacramentales pierden su alcance e%ectivo) además, Celestio no conced"aun valor $usti%icativo más ue a la posi#le impeca#ilidad de cada hom#re. Estas tesis %ueronrechazadas %ormalmente.

. 0.>.0. El s"nodo de Dióspolis 5>1<9

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

El s"nodo del >1<, cele#rado en Dióspolis cerca de +erusal!n, %ue convocado so#re la #asede un li#elo antipelagiano y planteó unas preguntas concretas a 2elagio. 4us respuestasle valieron la a#solución, pero /gust"n las $uzgó demasiado evasivas. Las explicaciones

 pedidas a 2elagio pusieron en evidencia el estado de la discusión so#re la comprensiónde la gracia en el clima pelagiano y agustiniano. 4e re%er"an en particular a las proposiciones siguientes: La gracia de Dios y su ayuda no se dan para cada acto humano,sino ue están presentes en el e$ercicio del li#re al#edr"o, en la ley y la doctrina-. /demás, lagracia no se da gratuitamente, sino como consecuencia de un m!rito. Entonces, tener la graciadepende de la voluntad del hom#re. 4i as" no %uera, cuando uno sucum#e al pe cado, no ser"aresponsa#le el hom#re, sino Dios, y se suprimir"a luego toda la diversidad de las gracias, uecon tanta claridad a%irma san 2a#lo Rinalmente, la necesidad de la gracia anular"a el li#real#edr"o: Ho hay ya li#re al#edr"o si !ste necesita el socorro de Dios, siendo as" ue cada unodispone en su propia voluntad de medios para hacer o no hacer alguna cosa- El tenor de estasaclaraciones pedidas a 2elagio ayuda a comprender me$or el sentido de las decisiones deCartago del a7o >1.

.0.>.. El concilio de Cartago 5>19

El concilio de Cartago del a7o >1 a#rió un cap"tulo totalmente nuevo en la historia de lateolog"a de la gracia. En e%ecto, los cánones , > y < excluyen los tres sentidos pelagianos de lagracia y precisan la naturaleza y el sentido de esta gracia cristiana por la ue somos $usti%icados-:

uienuiera di$ere ue la gracia de Dios, por la ue se $usti%ica el hom#re por medio de Huestro 4e7or +esucristo, solamente vale para la remisión de los pecados ue ya se hancometido, pero no de ayuda para no cometerlos, sea anatema 5can. 9

'gualmente, uien di$ere ue la misma gracia de Dios por +esucristo 4e7or nuestro sólo nosayuda para no pecar en cuanto por ella se nos revela y se nos a#re la inteligencia de los preceptos para sa#er u! de#emos desear, u! evitar, pero ue por ella no se nos da ue amemostam#i!n y podamos hacer lo ue hemos conocido de#e hacerse, sea anatema 5can. >9.

uienuiera di$ere ue la gracia de la $usti%icación se nos da a %in de ue más %ácilmente podamos cumplir por la gracia lo ue se nos manda hacer por el li#re al#edr"o, como si, aun sindársenos la gracia, pudi!ramos, no ciertamente con %acilidad, pero pudi!ramos al menos cumplir los divinos mandamientos, sea anatema 5can. <9-.

/s" pues, hay ue considerar como insu%icientes tres sentidos: la gracia no se reduce al perdón

de los pecados pasados, ni a una revelación ue nos dice lo ue tenemos ue hacer, ni a unaayuda para cumplir la ley más %ácilmente. En el aspecto positivo, el concilio de%ine ue la graciaes tam#i!n una ayuda 5ad$utorium9 para no hacer el mal, comprendida como amor en elcumplimiento del #ien conocido. 4in esta ayuda, ue se inserta en la voluntad, para ueueramos o#rar-, el hom#re no puede o#servar los preceptos divinos.

Esta de%inición de la necesidad de la gracia %ue recogida tam#i!n por el concilio para desechar toda pretensión de impeca#ilidad en los santos del /ntiguo y del Huevo estamento. Esta perspectiva está en relación con la petición del 2adrenuestro: 2erdona nuestras o%ensas-, por laue rezamos en este sentido de verdad, y no sólo por humildad. Del mismo modo, el concilioexpresó la posición original de /gust"n so#re la validez y la necesidad del rito #autismal parael perdón de los pecados-, en re%erencia a la necesidad de la gracia- y a la validez de la

oración en la recepción de la ayuda de Dios para evitar el map>B.De esta estrecha conexión uese esta#leció durante la pol!mica pelagiana entre la gracia y la oración nació el principio: la

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Teología moral II: Gracia Edad antiguaUnidad 8

ley de la oración esta#lece la ley de la %e- 5lex orandi, lex credendi9. El concilio apoya susdecisiones en un gran n3mero de textos de la Escritura.

.0.>.>. La ractoria del papa Zósimo 5>19

La ractoria del papa Zósimo 5>19, seg3n los tres %ragmentos de ue disponemos, no hacemás ue repetir dos elementos: el renacimiento espiritual en Cristo es el ue da la verdaderali#ertad 5%r. 19) es necesario pedir en la oración la ayuda de la gracia para o#rar y para pensar 5%r. 09, ayuda por la ue todo de#e re%erirse siempre a Dios 5%r. 9.

4i el s"nodo de Cartago del >11 no nos ha de$ado re%erencias #"#licas, las intervencionessucesivas del s"nodo de Dióspolis del <1<, del s"nodo de Cartago del >1 y la ractoria del papaZósimo nos o%recen un dossier de textos del /ntiguo y del Huevo estamento ue sit3anadecuadamente el marco de la pol!mica pelagiana so#re la gracia, as" como la orientación uetomó la 'glesia:

 Hing3n hom#re está sin pecado a los o$os de Dios 5Ho me lleves a$uicio, pues nadie esinocente ante ti-: 4al 1>,0) Ho hay hom#re ue no peue-: 1 e ,>=) 4i decimos ueno tenemos pecado, nos enga7amos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros-:1 +n 1,) c%. Mn 1,B9.

La gracia no es solamente la ayuda de la ley, de la ue ha#lan las Escrituras) es tam#i!ncaridad ue viene de Dios 5's ,0@) 4al B,1@) 1 Cor ,1) 1 +n >,89.

4u necesidad es de tal categor"a ue, sin ella, ser"a in3til todo es%uerzo del hom#re 54al 10=,1)om B,1=) 4in m" no pod!is hacer nada-: +n 1<,<9.

La gracia cola#ora con el hom#re 52orla gracia de Dios soy lo ue soy-: 1 Cor 1<,1@9,haciendo ue se haga part"cipe de la naturaleza divina 50 2e 1,>9.

2or gracia- se entiende la gracia de Dios por +esucristo nuestro 4e7or 5WDesdichadode m"O, Kui!n me li#rará de este cuerpo, ue es portador de muerte Wendr! ue agradec!rseloa Dios, por medio de +esucristo, nuestro 4e7orO-: om 8,0>) 1 Cor 1<,1@9. Es +esucristo elue devuelve al hom#re su condición de ser li#re 5+n ,=9.