Una trágica opción

8/3/2019 Una trgica opcin

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9/2/2010

Si tienes hambre ojal nunca llegues a este extremo |

HERNN MONTES

UNA TRGICA OPCIN CONTRA EL HAMBRE


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UNA TRGICA OPCIN CONTRA EL HAMBRE

I

El clebre seor Glck, el gran reformador de la pera que hizo cambios importantes ala estructura de este gnero musical, estaba delante de nosotros. Las maravillosasarias y coros de Orfeo ed Euridice, Alceste, Armide, Ifigenia en Aride e Ifigenia enTaride resonaban en nuestros odos al solamente escuchar el nombre de este msicoinsigne.La emperatriz Mara Teresa Deb suponer que era una de esas malditaspesadillas! lo elogi con prdigas alabanzas. ste agradeci a su Alteza por tantoselogios que, segn l, no mereca. Luego, el seor Glck se coloc delante de unclavicmbalo; lo examin minuciosamente y empez a improvisar algo en el teclado,pero slo era con el propsito de reconocer las capacidades tmbricas del instrumento.

Al terminar este cuidadoso anlisis adopt una postura grave y sin dilacin algunaempez su recital.Las notas de la danza de los espritus bienaventurados constituyeron el preludio deeste magnfico concierto. Qu maravillosas armonas podan escucharse en ese saln!Todos, sin excepcin alguna, estbamos embelesados ante esa msica divina, ambrosapara nuestros odos. Vieni a regni del riposo, Che far senza Euridice , y TrionfiAmore, tres aires de incomparable belleza que fueron tocados por los dedos delinsigne maestro, nos condujeron a la liberacin de estados emotivos imperfectos. El

msico termin este divino recital con una serie de variaciones melismticas basadasen una chacona. Todos aplaudimos fervientes y gritamos bis, pero un mayordomo dijoen voz alta: Caballeros, con gusto seguiramos escuchando todo el da la maravillosa msica delseor Glck, un hombre que habla psimamente el francs pero que maneja como unquerubn el lenguaje de la msica. Por hoy es suficiente. A la emperatriz se le hadespertado el apetito y en este momento debe satisfacerlo. Los nobles que laacompaen a la mesa donde hay suculentos manjares. Los plebeyos pueden retirarse.

Cuando me diriga a la mesa tres guardias corpulentos me detuvieron.

Usted no puede entrar aqu. Usted es un plebeyo me dijo con acento soberbio unode ellos.


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Cmo dice usted, seor? Yo no soy plebeyo! Soy tan noble como la emperatriz lerepliqu muy orgulloso. Al instante escuch unas risotadas escandalosas. Cuando stascesaron, los guardias recuperaron el aspecto pedante que los caracterizaba.

Slo los plebeyos se mueren de hambre. Parece que usted no se ha visto en unespejo. Sgame, seor, y vase aqu dijo con mucha seriedad un guardia que hacagrandes esfuerzos para contener la risa. Los otros dos me remedaban y murmurabanentre risas: Con gentuza como sta llevndosela de noble slo nos falta el fin delmundo.

Al pararme frente al espejo me horroric de lo que vi. Frente a m se proyect unhombre gravemente desnutrido. En l no haba nada de carne; era un esqueleto

cubierto de piel. Yo sal corriendo espantado de aquel lugar. Al estar fuera mesorprendi ver la Plaza de la Constitucin, el Portal del Comercio y la CatedralMetropolitana. Mir detrs de m, y observ con sorpresa al Palacio Nacional de laCultura. Dnde estaba el Palacio Imperial de Viena?

II

Los gritos de un vendedor me llamaron la atencin: Churros, churros! Compre estos deliciosos churros y deje de padecer hambre. Le

damos los churros, jefe?

Vndame dos. Gracias. Podra decirme qu estn celebrando en el palacionacional?

Por qu lo pregunta? Me parece que acaba de ver al diablo y est muy asustado.

No precisamente al diablo. Acabo de ver a una emperatriz y a gente con vestimentasdel siglo dieciocho.

Lo que pasa es que all espantan. A veces los muertos de otros pases y de muchotiempo atrs se aparecen en este palacio. Con decirle que hay gente que asegura habervisto en ese lugar a los fantasmas de los reyes catlicos. Eso no es de extraar. Losgobernantes que se han alojado all han estado posedos por espritus inmundos y


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stos se niegan abandonar ese recinto a pesar de que el periodo presidencial de losendemoniados haya culminado.Ahora tenemos de presidente a un sacerdote maya; lo ms probable es que invoca atodas esas perversas deidades prehispnicas como al tal Uichilobos y a Quetzalcatl. Ypor si esos demonios le fallan ha de invocar a los lares, a los duendes irlandeses y a losfantasmas de los bosques alemanes. Le aconsejo que se coma sus churros y lo mspronto que pueda aljese de aqu.

Gracias, mano. Cunto le debo?

No tenga pena. Los churros han sido pagados por el programa de gobierno ComidasCallejeras Solidarias.

IIIAgradec al vendedor y camin sin rumbo alguno hasta que hice la parada a unacamioneta frente al mercado La Presidenta . El ayudante me dijo: Dos le vale. Pilas! Suba la grada.

Pagu con un billete de cinco quetzales y el sinvergenza slo me dio dos de cambio enel preciso instante en que la camioneta empezaba a transitar.

Mire usted, aqu falta un quetzal le reclam bastante molesto al ayudante, unhombre saturado de tatuajes alusivos a las maras.

No. Yo le di su vuelto cabal se defendi el truhn que se quera pasar de listo.

No sea ladrn y devulvame el quetzal!

Cuando sent, este pandillero me estaba agrediendo con un pual. Entonces empuj altipo violentamente y ste resbal de la camioneta, cay al suelo de concreto, se abrila cabeza y expir entre un charco de sangre. El bus detuvo la marcha; bajrpidamente y mientras la gente murmuraba en voz alta observ que enfrenteapareci una camioneta de la empresa Jalapanecos Unidos. Tres familias descendieronde ese vehculo y apresurados se dirigieron a donde estaba el cadver. Sin perder eltiempo empezaron a devorarlo, mas uno de esos tipos reprendi a sus paisanos:


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No sean mulas! La carne de coche debe comerse bien cocinada; peor cuando estllena de sarna advirti a los dems hambrientos un seor calado con sombrero y ropacaracterstica de los guatemaltecos orientales.

S, much. A pesar de la gran hambre que llevamos tomemos nuestras precaucioneso nos vamos a morir de una enfermedad grave dijo otro de ellos.

Los jefes de familia despedazaban al cadver con unos afilados machetes; luego sedirigieron a una carretilla de shucos para asar la carne. Los pedazos de pieldesparramados en el suelo eran comidos vidamente por perros jiotosos. Tena ganasde vomitar al ver este espectculo de antropofagia. A los pocos minutos, uno de esos jefes de familia se acerc donde yo estaba con un buen pedazo de carne asada, y me

dijo con una calidez caracterstica de la gente del rea rural: Tenga un su pedazo compa. Coma tranquilo y qutese el hambre. Viera que all connosotros cmo est dando eso.

IV

Yo no le dije nada a este tipo; slo empec a caminar apresuradamente. Un microbsblanco con placas oficiales me rebas, pero al pasarme se detuvo y, desde la ventanadel copiloto, un hombre me hizo seas de que subiera al carro.

Sbase mano. Usted sigue la misma ruta que nosotros me dijo amablemente esetipo al que nunca haba visto.

Yo no lo conozco. Siga su camino respond receloso al desconocido.

No tenga miedo. Yo s muy bien que usted es uno de los nuestros Ah! Elburcrata es reconocido en cualquier lugar . Sbase porque para donde usted va nohay camioneta en este momento al escuchar esto sent una confianza inusitada yabord el vehculo. Slo vamos hacer una comisin; luego lo llevamos a su casa.

V

Mientras llegbamos al lugar donde se hara esa comisin, yo me qued dormido;despert de repente porque alguien grit: Ya llegamos. El mismo individuo que meconvid a subir al carro se dirigi a m con esta pregunta:


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Tiene hambre? Quiere participar de la comidona que vamos hacer? Habr unbuen churrasco y muchos chicharrones.

En hora buena respond emocionado.

Mire. Detrs de nosotros vienen unos funcionarios pblicos y unos cuantosdiputados custodiados por muchos policas. Vienen a ver cmo est la situacin de lahambruna en esta aldea y a repartir unos vveres. Nos hemos puesto de acuerdo conlos policas y stos van a tronarse a esos malditos. Despus los desollamos, troceamosla carne, la asamos y a comer se ha dicho! Con los vveres que llevamos para repartir,la gente de aqu no podr satisfacer sus requerimientos nutricionales, pero con estosverracos disfrazados de polticos parlanchines habr comida para unos cinco das como

mnimo me inform de una forma tan natural el seor desconocido que hasta misangre se congel.

Buenorespond aterrorizado , est bien. Pero dgame por qu les ha dado envolverse canbales?

Me asombra su ingenuidad. Por si no lo saba, el hambre est en toda Guatemala.Hasta nosotros, que nunca cremos que nos fuera afectar, la padecemos. El miserable

sueldo que nos dan ya no alcanza para mantener a nuestras familias. Una libra detomate cuesta Q 100.00, una libra de frijol negro Q 125.00 y Q 150.00 si es colorado,una libra de pollo Q 250.00 y una libra de carne Q 300.00. En da y medio ya nosgastamos todo nuestro salario en alimentos, y el resto del mes qu podramos comer?La carne humana no sabe tan mal despus de todo, y es muy adictiva; una vez queusted la haya probado no dejar de comerla.

Y cmo la obtienen? pregunt en el clmax de mi repugnancia.

Recuerde lo que Dios le dijo a San Pedro: mata y come.

Pero eso que usted dice se refiere para dar a entender que nos es permitido comercarne de reptiles.


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Y qu es el hombre, pues? Un abominable reptil, un ser arrastrado de lengua bfidaque acecha para obtener lo que le convenga an en perjuicio de su prjimo. Es por esoque la carne humana sabe a reptil, a serpiente, a tierra, porque del polvo fue formada.Y para ser ms especfico le dir que sta sabe a masacuata. Algunas veces, paraobtenerla, vamos a la morgue donde nos dan la carne de algunos individuos que nadieviene a reclamar. Pero eso s, hay que ponerse pilas, pues mucha gente llega apreguntar si hay un XX. Al primero que est en la morgue le dan el cadver. Con todo,slo matamos en casos extremos y slo gente mala como estos polticos.

Ustedes son unos salvajes! dije a mi interlocutor. Mejor me voy lejos de aqu,donde no los pueda ver.

Le recomiendo que no lo haga. Usted est es la aldea Piedras Negras, municipio deSan Luis Jilotepeque, departamento de Jalapa. No tiene cmo llegar a su casa. Si lagente de estos lugares lo encuentra slo, usted se convertir en el almuerzo de estosms desgraciados que nosotros al escuchar esta advertencia palidec de terror . All viene Chilo, un amigo, vecino de esta aldea dijo el antropfago annimo.

VI

Qu onda, Alirio? Cmo ests? salud sonriente Chilo.

La pura uva, Chilo. Mir, te presento a un amigo dijo al referirse a m. DespusChilo estrech mi mano. Contale a ste por qu ahora la gente se come a sussemejantes.

Es penoso y muy triste recordar eso. Cuando empezaba a darse ese fenmeno quelos de la capital llaman hambruna, nunca pensamos que llegaramos al extremo decomer carne humana. Pero en vista de que la situacin era cada vez peor y la tierra yano produca nada, nuestro instinto de supervivencia nos llev al colmo de la irona. Enuna ocasin uno de mis hijos ms pequeos muri; al ver que no tenamos nada quecomer, mis pensamientos me decan que no deba enterrar a mi hijo sino cocinarlo ycomerlo; era nuestra nica opcin de alimento. Yo rechac rpidamente esa idea, peroal entender que esta medida poda salvar a mi familia y a m mismo de una muertesegura, no tuve ms remedio e hice eso. Cuando el segundo hijo muri ya no dud y lo


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comimos. Mi conciencia se apacigu cuando las dems familias empezaron a hacer lomismo.Despus vino gente de la televisin y la radio. Estuvimos saliendo en las noticias. Yovea en la tele que a los centros de acopio llegaban montones de bolsas con alimentospero al repartirse ac nos entregaban muy poco. Los vveres se acaban pronto y elhambre y la desnutricin nunca terminan.Lo peor de todo, es que nuestras autoridades no hacen nada para atenuar este mal, apesar de de los tiempos de solidaridad que promueve este maldito gobierno. Todos,absolutamente todos los jueces, diputados, ministros y funcionarios pblicos tienen laculpa de este mal. Los que dicen no corromperse callan, se aferran a sus puestos y notienen los huevos para denunciar estos desmadres; son tan culpables como el polticoms ladrn. Por eso no me pesa en el alma matar a estos malditos y comerme su carne

corrompida pero rica en protenas que tanta falta nos hacen.

Bravo Chilo! As se habla. Amigo ahora Alirio se dirigi a m , algo que usteddebe entender es que estos vveres (que vienen no slo por parte del gobierno;tambin de la iniciativa privada) no sirven de mucho ante la severa desnutricin de estagente.

Frijol, maz, azcar, incaparina, leche en polvo, un poco de cada cosa. Y dnde

quedan las frutas, las verduras, la carne, el pollo, las hierbas? No slo el gobierno tienela culpa de este caos, tambin esos malditos empresarios bien intencionados, sinembargo, encaminados al mismo infierno. Con esas colectas de sobras van a ganarseel cielo? Lo irnico es que saludan con sombrero ajeno. Cuando hay un acontecimientode estas magnitudes desastrosas siempre esperan que otros den para luego repartir ennombre de sus sucias empresas, mas ellos ni siquiera estn dispuestos a donar unpoquito de la abundancia que tienen. Con todo, creen que con promover esas falsascolectas de alimentos hacen mucho. El que ms tiene siempre quiere ms; nunca estsatisfecho al igual que las llamas del infierno.

Basta de discursos y a trabajar! Vamos seores porque los sagrados alimentos yavienen cerca.

VII


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Nos encaminamos al campo de ftbol de la aldea. All estaban diez autopatrullas de laPNC, muchas unidades motorizadas policiacas y cinco lujosos vehculos tipo camionetaagrcola en los cuales iban ocho diputados, tres ministros de estado y cinco altosfuncionarios de gobierno. Todos estaban bien cebados, algunos con evidentesobrepeso. Sus fisonomas contrastaban con aquellas macilentas de los aldeanos y demis interlocutores.

Cuando la lite del Estado baj de los vehculos y pis tierra, los policas y soldados losencaonaron. Un polica delgado y moreno les dijo: Manos arriba! Nadie se mueva! Seores representantes del Estado de Guatemala,ustedes tienen pocos segundos de vida. Todos van a morir irremisiblemente; luego vana servirnos de alimento a nosotros y a esta pobre gente hambrienta.

Un momento! grit un diputado . Ningn insignificante agente de la polica mehabla en ese tono. Es que no sabe usted quines somos?

Cierre la boca imbcil! Si me vuelve a levantar la voz le corto la lengua y lo destazovivo grit colrico el polica. Por supuesto que sabemos quines son ustedes! Sonla calaa del pas; el cncer que carcome la vida de esta nacin; un miembrogangrenado y maloliente que debemos extirpar para salvar la vida de nuestros

conciudadanos; ustedes son linaje de Satans; lobos con piel de oveja; asesinos,drogadictos, capos del narcotrfico y el contrabando que se cagan en sus subalternos yse limpian el culo con la ignorancia de las masas. Por sus malditos engaos esta gentese muere de hambre; tambin la ingenuidad de las personas est pasando la factura. Lacuenta es muy grande y los primeros en ser afectados son los estratos sociales msvulnerables.

Oiga, seor agente! Este insulto le va a costar el trabajo reclam un ministro.

Y a usted, la vida, ministro torpe.

Le ordeno que deje de encaonarnos y nos deje ir. Es que no sabe usted en que losse est metiendo? No slo va a perder el trabajo; tambin se va a podrir en la crcel.


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Todos los agentes de la seguridad pblica empezaron a rerse de este neciomequetrefe.

Mire infeliz es que usted es tan estpido que no entiende que ya perdi toda suautoridad? Delante del janano ese puede ser el ministro de gobernacin; delante denosotros es un maldito bastardo al que vamos a dar un boleto gratuito al infierno.Muchachos, quibrense a este viejo!

Diez disparos resonaron. Las balas se estrellaron en la cabeza y el abdomen de estefuncionario. Los dems representantes del Estado denotaron unos rostrosaterrorizados; la mayora de ellos empez a llorar.

Entiendan todos ustedes que cuando regresemos a la capital nos inventaremoscualquier mentira; diremos que nos ordenaron dejarlos solos mientras se iban a unprostbulo, y all las putas los mataron y los desaparecieron. Pajas no faltarn. Fueracon el gobierno de este matriarcado! Viva la libertad y muera la democracia!

Una lluvia de balas se escuch por unos minutos. Los cadveres de los altosfuncionarios y diputados yacan en el suelo boca arriba. Aquellos que todavarespiraban fueron rematados con el tiro de gracia. Las mujeres se apresuraron a

arrancarles la piel con cuchillos afilados; sacaban gruesos trozos de carne y las cortabanen filetes ms delgados. Lo ms repugnante era observar cuando le sacaban lasentraas.

VIII

La gente estaba feliz y, al comps de aires populares que acompaaba una marimba,encendi una gran cantidad de parrillas y estufas improvisadas donde pona la carne ylas grandes ollas para hacer chicharrones.

Mientras el olor de la carne asada se esparca en el ambiente, no pude soportar ms yme desag. Apenas estaba recuperndome y un buen aldeano me trajo un plato concarne asada y unas cuantas carnitas.

Gracias compa le dije, pero fjese que ahorita no tengo hambre.


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No sea delicado! me reprendi Alirio. Coma porque si no lo hace seguro que semuere. Mire como est de desnutrido. Djese de tonteras y coma por su salud.

IX

No me quedaba ms remedio, por lo que me dispuse a comer esa carne inmunda. Noobstante, sin saber cmo, cambi de ambiente. Ahora ya no estaba en Piedras Negras;me encontraba en un gran saln lleno de gente. Estaba en la sede de la Organizacinde las Naciones Unidas. Muchas personas estaban reunidas y escuchaban a unconferencista que disertaba sobre la desnutricin, la hambruna, el hambre y lasdiversas estrategias para erradicarlas.

Haba polticos de todo el mundo, funcionarios de la OMS, PMA, UNESCO, BM, BID,

CICIG, en otras palabras la lite del planeta Tierra. Todos demostraban una granpreocupacin, no por los que se moran de hambre sino por las grandes dificultadesque se les venan encima. Ese lastre internacional temblaba en sus cimientos.

Cuando el expositor haba terminado el punto sobre un alimento maravilloso (segn l)compuesto de soya y otros aditamentos nutricionales importantes, pidi opiniones alrespecto. Alguien entre el masivo auditorio dijo:Ustedes creen que con este alimento se van a solucionar las graves e irreversibles

consecuencias de la desnutricin, la hambruna y el hambre. No sean ingenuos. Lanaturaleza misma no les ha enseado que nadie puede vivir dignamente slo comiendotrigo o slo carne o slo soya? Para una buena nutricin son necesarias todas lasfuentes de vitaminas y minerales que encontramos en las hortalizas, las frutas, losdiversos tipos de carne, los granos, etc.; jams van a encontrar todos losmicronutrientes en un solo alimento. Sin embargo, su maldito egosmo ha trado comoconsecuencia esta crisis mundial. Por qu siempre piensan en dar solucionesmediocres a los grandes problemas? Por qu a los problemas de la gente pobreustedes dan las soluciones menos costosas cuando a los problemas de la gente rica danlas soluciones ms caras sin necesidad de ello? Estoy convencido de que si de la basurapudiera obtenerse comida ustedes no dudaran en repartir tal alimento a loshambrientos. Por qu en vez de estos lujosos bufetes pletricos de exquisiteces yexcelentes vinos no se hartan de los alimentos que les dan a los pobres? Noaguantaran comiendo eso ni dos das seguidos. Ustedes ni siquiera saben lo que es


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abstenerse de un tiempo de comida y si eso les sucediera se desmayaran por elhambre. Es por eso que la gente ha recurrido al canibalismo, porque en la carnehumana ha encontrado los requerimientos nutricionales que nunca encontrara en unaparca provisin de vveres.

Hoy da se inventan un montn de complementos nutricionales extrados de la soya,el trigo y otros cereales, los cuales pueden ser efectivos en algn momento, y por subajo costo ustedes los distribuyen masivamente con proyectos sobrevalorados, por nodecir corruptos. S, eso es lo que ustedes son, un conglomerado mundial de corruptosque impone sus estpidas ideas de democracia a los pases en vas de desarrollo, yluego, para llevarlas a cabo, les hacen jugosos prstamos a sus gobiernos, para despusenriquecerse con tales deudas pagadas por los habitantes de esas infaustas naciones.

Desgraciadamente la idea de la democracia es bien vista por las masas ignorantes queno entienden que el poder nunca se hizo para el pueblo, pues ste siempre ha sidoejercido por una lite, y as ser mientras el mundo exista. El poder no es para losignorantes, no es para el pueblo, no es para las masas.

Generacin de vboras! Hipcritas hijos del diablo! La tierra se ha vuelto de bronce yya no produce nada. Cualquier tipo de carne est fuera del alcance de los grandessectores de la poblacin. Este es el juicio que ha venido a esta tierra a causa del engao

que ha sojuzgado este mundo desde que los hombres lo han gobernado. Algneconomista dijo en un peridico que la pobreza es la condicin natural del hombre,pero irnicamente eso no se cumpli en l y la riqueza fue su condicin natural.Asimismo la mayora de ustedes nacieron bajo los auspicios del cuerno de laabundancia y otros los encontraron en estas diablicas instituciones repletas demalditos adeptos egocntricos. Pero el fin de la ONU y todas sus ramificaciones hallegado. Ha cado la gran Babilonia! Arrepintanse!

X

Todos empezaron a maldecir al hombre que haba tomado la palabra; algunas vocesenfurecidas pedan a gritos a los guardias que lo arrestaran, pero ste habadesaparecido sin explicacin alguna. En eso, un fuerte temblor derrumb el edificio dela ONU, y un gran ejrcito de hambrientos apiados afuera aprovech la ocasin pararematar a los heridos y extraer su carne que devoraba all mismo.


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Algn chapn estaba comindose a Ban Ki- moon, el secretario general de la ONU, y dijoa un paisano suyo: Estos chinos tienen la soya hasta en el pellejo!

No, vos. Ese no es chino; es coreano.

Coreano o chino es la misma mica. Pasame un limn; quizs con eso se le quita esesabor tan fuerte a esta carne. Bien dicen que uno es lo que come.

XI

Despert y corr al bao a vomitar. Estaba abrumado por esa pesadilla. Mi mujer ya sehaba retirado a su trabajo pero dej encendida la televisin, quizs para que yodespertara. Lo raro es que me haba quedado dormido en el sof, algo que nunca

hago. Sin duda, me qued dormido mientras lea el peridico del da anterior cuyotitular deca: El mundo llega a mil veinte millones de seres con hambre. Mientras lasorpresa se apoderaba de m, se anunciaba uno de los titulares del telenoticiario: Elhambre se agrava en Guatemala. Ms casos de desnutricin y hambre en el corredorseco.

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