Siglo nuevo

4 • Sn

opinión

El amor sexualOlga de Juambelz

Arch

ivo S

iglo

Nuev

o

Yo creo que el amor sexual es el amor Yo creo que el amor sexual es el amor Yde la emoción, el amor de la fuga, la evasión de la realidad. Por ello, Yla evasión de la realidad. Por ello, Y

puede conducirnos a niveles o alturas in-comparables, que superarán sin lugar a duda a cualquier otra emoción de esas en las que el hombre pierde completamente su sentido de raciocinio, así que al volver a su vida normal debe hacer los ajustes necesarios.

Es por ello que los amores basados só- lo en la búsqueda del placer sexual por lo general no son permanentes, y cuando terminan dejan un vacío profundo entre los amantes, porque estuvieron aparta-dos de su realidad, consumidos en una se- rie de pasiones incontrolables.

La frase tan común que dice “te he de-dicado los mejores años de mi vida” se re-fi ere justamente al amor sexual, pues al salir de esa irrealidad las personas invo-lucradas sufren, por haber perdido el con-tacto con el mundo verdadero y con sus posibilidades de avance.

Es cierto que uno de los motores más importantes en la vida del individuo es el encuentro del amor, basado en la atrac-ción sexual; por éste, el hombre quema sus naves, gasta su hacienda, deja pasar oportunidades y se expone a la crítica y al escándalo.

Implica, pues, un riesgo muy alto, y pocos hombres son capaces de aceptarlo pues requiere denodado vigor, no sola-mente por el acto sexual en sí -el cual res-ta toda capacidad intelectiva y racional del individuo- sino también porque se ne-cesita ser capaces de luchar contra las cir-cunstancias que envuelven ese amor, lo que se torna casi anormal y a veces oca-siona pena, repudio y resentimiento.

Con frecuencia el hombre no es res-ponsable de la elección de un amor de

dicho tipo; ese amor llega, se aparece, es como un milagro cuando se siente súbi-tamente aquello que nos atrae con fuerza irresistible.

Parte del hecho de sentirnos humanos, es ceder a esa pasión que nos llena como individuos, otorgándole una grandiosa dimensión a nuestra existencia. Mas de- be tenerse extremo cuidado de no exce-der al placer. Hay que moderarlo, para volverlo compatible con la realidad, pues de lo contrario se penetraría en un vértigo que sería el causante de actos irracionales, de esas grandes desazones que llevan al

hombre al extremo de la autodestrucción.Por todo esto es que no debemos ba-

sar el amor exclusivamente en el sexo, pues sería actuar en una forma engañosa y, aunque grata, no dejaría de ser egoísta. Para llegar a la plena realización del amor, debemos entender que los sentimientos sexuales tienen que acompañarse de ex-presiones honestas, responsables, ínti-mas y estrechas; así estas relaciones ten-drán un mayor signifi cado, y una especie de magia envolverá el momento en un gran sensualismo; de aquellos que entran en él, muy pocos escapan con vida. §

Debemos entender que los sentimientos sexuales tienen que

acompañarse de expresiones honestas, responsables, íntimas

y estrechas; así estas relaciones tendrán un mayor signifi cado

UNA RELACIÓN SÓLIDA