una navidad

para sophie

Una mañana de invierno en Paris, Sophie, una niña

huérfana de preciosos cabellos rubios, de ojos azul

verdoso y piel rosada, miró por el cristal de la ventana, y

vio a gente haciendo muñecos de nieve y decorando el

gran árbol de la plaza. No sabía por qué razón lo hacían

todos los años, así que decidió preguntar a sus

compañeras del orfanato, eran seis o siete niñas, Sophie

era la quinta de ellas. Marina la mayor, le respondió que

lo que ocurría era que era navidad y le explicó que era

una celebración para pasar con la familia y celebrar el año

nuevo que tenían por delante.

Sophie preguntó por qué ellas no lo celebraban,

entonces, Juliet la más pequeña, contestó que eso era

porque a la señorita Potts, su cuidadora, no le gustaba. La

señorita Potts era muy alta y delgada, con su pelo gris

recogido en un moño y los tacones muy finos y verdes

que siempre llevaba, intimidaba bastante a las niñas.

Esa misma tarde Marina le dijo a Sophie que si quería

celebrar la navidad tendría que ser adoptada por alguna

familia. Esto se lo dijo porque Sophie tenía una entrevista

con una posible futura familia. Al entrar en la sala de

entrevistas había tres personas, una de ella era la señorita

Potts, sonriendo como nunca antes lo había hecho. Las

otras dos personas eran un hombre y una mujer, el

hombre era bajito y regordete, tenía cara de pocos

amigos, en cambio la mujer era morena y con ojos

marrones que la miraban con cariño.

-Buenos días me llamo Manolo- dijo el hombre con voz

ronca.

-Y yo soy Irene- dijo la mujer con la voz exageradamente

aguda, pero Sophie creyó que era por los nervios porque

el resto de la entrevista habló normal.

Al día siguiente la señorita Potts la despertó pronto

y fueron a desayunar, tras el desayuno vino la

señorita Wiliams, su profesora, les enseñó las tablas

de multiplicar y los sinónimos. Al terminar la clase la

señorita Potts llamó a Sophie a su despacho, Sophie

asustada se preguntó por qué la habría llamado. Al

entrar vio a la señorita Potts leyendo

concentradamente unos papeles, cuando se dio

cuenta de la presencia de Shopie se aclaró la

garganta y le dirigió una gran sonrisa.

En ese mismo instante Sophie se fijó en los papeles

de la mesa, vio uno en el que ponía “ADOPCIÓN”, se

asustó pensando en quien de ellas sería la

adoptada. Entonces la señorita Potts le dio la

noticia de que era ella . Al principio Sophie se

alegró, pero, por la noche pensó en que tendría que

dejar a sus amigas, pero si no aceptaba era posible

que no tuviera otra oportunidad.

Al cabo de una semana la pareja la fueron a buscar,

lo que le extrañó a Sophie fue que Manolo tenía

una gran sonrisa. Se montó en el coche y se

marcharon hacia una gran casa a las afueras de

Paris.

Sophie se puso muy triste porque había dejado a

sus amigas y se sentía muy sola.

El día de navidad Manolo e Irene le hicieron un

millón de regalos, pero ninguno le contentó. Viendo

que seguía triste Manolo e Irene se le llevaron en

coche a una sorpresa en el centro de la ciudad.

En ese preciso instante Irene le quito la venda de

los ojos y vio el mejor regalo que le podrían haber

hecho, todas sus amigas estaban bajo el gran árbol

de la plaza esperándola.

Y desde ese momento Manolo e Irene le llevaron

todos los domingos a ver a sus amigas porque

descubrieron que así era feliz.