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Sara Mesa (Madrid, 1976), aunque nacida en Madrid, reside en Sevilla desde niña y es enla atmósfera de esa ciudad, concretamente en uno de sus parques, Amate, y su entorno,donde se desarrolla su última novela, cuya historia, personajes y escenarios son, por otraparte, completamente inventados. Estamos ante una magnífica novela que ha tenidomuchísimo eco tanto en el público lector como en la crítica especializada, tanto que ha sidouna de las más destacadas en todos los suplementos culturales. Pero esta autora ya tieneuna galardonada trayectoria de relatos y novelas desde que Cuatro por cuatro (2012) fuefinalista del Premio Herralde de Novela, y Cicatriz (2015) fue Premio El Ojo Crítico deNarrativa y, además, elegido entre los mejores libros del año. En su momento ya reseñéesta obra en Trasversales. Mala letra (2016) fue un alabado, para algunos su mejor traba-jo, libro de relatos. También en la editorial Anagrama se ha recuperado Un incendio invi-sible. Sin embargo, con esta última novela tan corta como intensa, logra atraparnos, casiasfixiarnos, de una manera completamente diferente. En la "Nota de la autora" que cierrael libro nos aclara que tiene su germen en el relato "A contrapelo", que escribió para laantología Riesgo publicada por la editorial :Rata_ en 2017. En dicha nota también señalaque "el diálogo que mantienen Casi y el Viejo sobre la existencia de un pájaro sin patasestá prácticamente calcado de la obra teatral Orfeo desciende, de Tennessee Williams". Pormi parte, pienso que en Cara de pan está el germen de una obra teatral que no debería serdesperdiciada.

Lois Valsa

Una historia de amistad

entre dos seres desarraigados

Reseña sobre Sara Mesa, Cara de pan

Anagrama, Barcelona, 2018

La esencia de la literatura es el conflicto, no la perfección ni la

belleza (...) La novela corta, de entre 100 o 150 páginas, tiene una

respiración, una tensión narrativa, que me atrae mucho

Sara Mesa

Esta nueva obra de Sara Mesa no se alejade su temática narrativa caracterizada poruna literatura desnuda y nada artificial, quebordea límites inquietantes, incluso morbo-sos y perversos, pero siempre con unapotencia y una valentía inusitada. En estecaso los de la pederastia y el acoso, preci-samente en los tiempos del MeToo. "Alleer el libro, Herralde ya me anticipó queme fuera preparando para esta pregunta. Yono entendía por qué, porque en absolutoescribí con ese horizonte en la cabeza -enrealidad nunca escribo bajo el dictado de laactualidad-, pero está claro que los libros seleen en su momento y se interpretan deacuerdo a los debates del momento. A míno me gustan los linchamientos y me preo-cupa que se instaure una cultura de la sos-pecha. Cara de pan habla de esto, de ladesconfianza hacia la diferencia, de la psi-quiatrización constante de la vida y de losexcesos de la vigilancia. No habla delabuso sexual, sino más bien de las secuen-cias de una visión del sexo llena de prejui-cios, polarizada y violenta" (Entrevista a"El Cultural"). Concluye: "Es mi novelamás luminosa, la que he escrito con unamirada más amable y compasiva". La his-toria que cuenta su novela bajo una apa-riencia muy simple es de una compleja pro-fundidad que debería llevarnos a reflexio-nar sobre el mundo en que vivimos, concámaras de vigilancia y con gente llena demiedos. Un mundo en el que las redessociales, que han ayudado a destruir la pri-vacidad, propician la agresividad y la cen-sura. Incluso la autora, como muchos/as,las veía al principio con optimismo, peroahora las ve cada vez más negativas.Esta obra, una historia escrita en tercerapersona que más bien es una primera con lavoz oculta de la niña, está dividida en dospartes la primera, más larga, se desarrollaen un parque y la segunda, muy corta, enuna cafetería. Su protagonista es de nuevouna niña ("Casi"), una adolescente de"casi" catorce años, víctima de acoso esco-lar en el instituto, sola y acomplejada, quese encuentra, por casualidad, en un parque

con un hombre cincuentón ("Viejo"), apa-sionado de la música de Nina Simone y dela ornitología. El encuentro posterior queles lleva a la cafetería también es casual. Alos dos personajes les molesta su entornopor razones diferente, y, a ambos, les unesu inadaptación y desarraigo. Mesa noscuenta el difícil acercamiento de dos perde-dores preservando la rareza pura de esosseres diferentes que quieren vivir en paz suextrañeza, en medio de la hostilidad socialy de las luchas por el poder. A través decontinuas metáforas, va poniendo el dedoen la llaga de la mutua desconfianza haciael otro y, de un modo incisivo y cortante,nos va llevando, con una tensión creciente,al borde mismo de lo establecido por lasconvenciones sociales. La sólida escriturade la autora logra penetrar así en esa zonade sombras para mostrar la separaciónentre lo que sucede, lo que se cuenta quesucede y lo que se interpreta que sucede.Porque la niña va escribiendo un diario queno coincide con la realidad: "Cada páginaque escribía en su cuaderno era un pasitoseguro hacia su condena. A medida quefabulaba, la realidad se le escapaba de lasmanos. Mientras modificaba al Viejo, lodestruía" (página 111).Nos encontramos, pues, ante una pequeñaobra maestra de la narrativa española, queroza, por su enorme y preciso trabajo deorfebrería, la perfección literaria, de talforma que quizá sea la más perfecta de lasnovelas de la autora. Una novela, muy pro-vocadora en su más verdadero sentido, queacaba siendo una auténtica cartografía de lacondición humana, nada complaciente porcierto, como sucede con todas sus novelasdirectas, sinceras y amargas, siemprepobladas de unos seres perdedores. Laescritura de Mesa es, al tiempo, luminosa yoscura, aparentemente fácil e ingenua,como sus criaturas, pero más bien difícil,muy psicológica y literaria. Sin caer en loslugares comunes ni en las frases hechas delas que escapa como de la peste mantenien-do su singularidad. En esta, como en todas,late la inquietud de lo que no acaba de ser

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dicho y la perversidad de las relaciones enlas que se ejercen las relaciones de poder.En ella late el miedo al salto al vacío de lavida adulta y la dificultad de ajustarse a lasrelaciones sociales y a sus convenciones deunos seres desarraigados, cuyos destinos seentrecruzan llevándoles a una relación sos-pechosa para la sociedad. Esta novela seconvierte así en una auténtica defensa de lainadaptación y la diferencia. Su escritura

vibrante, serena y magnética, nos atrapacasi sin darnos cuenta de principio a fin, yno nos deja indiferentes, ni neutros a pesarde y por los continuos sobresaltos que nosprovoca, al crear una atmósfera desasose-gante en un contorno amenazante. Por ello,en definitiva, podemos decir que su autoraes uno de los más grandes talentos narrati-vos de las letras españolas de hoy.

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