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  • Volumen 4: Afrodescendientes

    Una Cultura de la resistencia

  • Copyright: 2009

    Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Repblica ArgentinaSecretara de Relaciones ExterioresSubsecretara de Relaciones InstitucionalesEsmeralda 1212, 100 piso, Buenos Aires, Argentinawww.mrecic.gov.arwww.lavozdelossinvoz.gov.arasf@mrecic.gov.ar

    Presidente de la Repblica ArgentinaDra. Cristina Fernndez de Kirchner

    Vicepresidente de la Repblica ArgentinaIng. Julio Csar Cobos

    Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y CultoDr. Jorge Taiana

    Ministro de Educacin Prof. Alberto Estanislao Sileoni

    Secretario de Cultura Jorge Coscia

    Programa UNESCO "La Voz de los sin Voz"

    Co-PresidenciaEmbajador Miguel ngel Estrella

    (Embajador ante la UNESCO, Cancillera Argentina)Embajador Victorio Taccetti

    (Secretara de Relaciones Exteriores, Cancillera Argentina)

    Direccin Consejero Gonzalo Sabat

    Coordinacin GeneralSebastin Arias

    Coordinacin TcnicaProf. Ivn R. Cosentino

  • La Voz de los sin Voz es un programa que busca promover y preservarlas expresiones de msica, "rituales" y danza que integran el patrimoniocultural de Amrica Latina, dndole voz a su identidad artstico-musical.

    La Voz de los sin Voz se propone documentar aquellos fenmenos que,siendo representativos de tradiciones culturales determinadas, hayan que-dado no solamente indocumentados, sino tambin desconocidos o novalorizados tanto en sus mismas reas de vigencia como en los centros deconsumo econmico y cultural de Amrica Latina.

    La Voz de los sin Voz, en conformidad con las orientaciones de laUNESCO, concibe la fuerza vitalizadora de la cultura como elemento indis-pensable de los procesos de integracin social y diversidad cultural.

  • des que se alojan en los imaginarios colectivos de las distintas culturas. La huma-nidad a lo largo de la historia ha cometido suficientes injusticias que explican lasdiscriminaciones culturales y raciales, las cuales se hacen presentes en el trato entreunos y otros al momento de trabajar en forma conjunta.

    Este es justamente uno de los desafos de La Voz de los sin Voz: desandar en lostrabajos de campo aquellas injusticias que an sobreviven en los imaginarios colec-tivos del pueblo latinoamericano y construir conjuntamente, entre unos y otros,una Amrica Latina ms humana y armoniosa donde las diversas culturas puedanconvivir, integrarse y relacionarse pacficamente.

    Sebastin Arias Prof. Ivn R. CosentinoCoordinador General Coordinador GeneralLa Voz de los sin Voz La Voz de los sin Voz

    La Voz de los sin Voz fomenta la participacin de sus destinatarios antes, duran-te y despus de los trabajos de campo, dado que sin sus colaboraciones estos traba-jos no cumpliran los objetivos planteados. Esta metodologa de trabajo asegura unproceso de valoracin cultural que refuerza la identidad cultural de las comunida-des participantes, colaborando directamente en la comprensin de sus msicas,danzas y rituales como expresiones culturales imprescindibles para sus vidas y suexistencia como grupo social. A su vez, este proceso de interiorizacin y reflexinde la comunidad con su propia cultura sirve de apoyo para un mayor entendimien-to y respeto de la diversidad cultural que respira nuestra Amrica Latina.

    Como se ha dicho, La Voz de los sin Voz promueve el respeto a la diversidadcultural, y esto es lo que se vivencia en cada uno de los trabajos de campo que serealizan. Casi siempre, y esta no fue la excepcin, los investigadores y realizadoresde los trabajos no son portadores de la cultura de los destinatarios de los proyec-tos, lo que implica un esfuerzo diario y mutuo por comprender y entender al otro.Este respeto cultural, que ha de ser universal, implica sortear obstculos muy gran-

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  • Volumen 4: Afrodescendientes

    Una Cultura de la resistencia

  • AmricaL a t i n ahabitadapor sus nativos, se volvi un cri-sol de razas, un mar de entrecru-zamientos culturales, con la lle-gada de los conquistadoresespaoles y portugueses y sumano de obra esclava prove-niente del continente negro.

    Aborgenes, espaoles, portu-gueses y africanos fueron losartfices histricos y culturales denuestra Amrica Latina, porende, a travs de sus luchas,resistencias, dilogos e interrela-ciones podemos rastrear el pro-ceso que fue gestando el pre-sente de estas tierras.

    Se estima que en Bolivia hayuna poblacin de 30.000 afrodes-cendientes. Pero lo cierto es que

    an no existen cifras oficialesdado que hasta el da de la fechaesta poblacin no ha sido recono-cida en ningn censo nacional. Sibien las mayores concentracio-nes de afrodescendientes seencuentran en la regin de LosYungas, en el departamento deLa Paz, muchos han emigrado alas grandes ciudades como serCochabamba, La Paz, Oruro ySanta Cruz.

    En este trabajo el enfoque estpuesto en la recuperacin y reco-nocimiento de los aportes realiza-dos por los ciudadanos bolivianosafrodescendientes a la configura-cin de Amrica Latina, encon-trando en la msica y la danza,los cantos, ritmos e instrumentosla seal ms concreta y evidente.Hacer foco en los descendientes

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    Presentacin

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    rea de asentamientotradicional negra

  • Ser Afrodescendiente

    Llegaron, porque los trajeronde prepo noms, arrancados de sus pagos.

    Se afincaron como pudieronse quedaron y siguieron...se callaron hasta mimetizarse.

    Pero... dicen que frica sigue al negro a donde vaya.Mama frica se rehace, en cadaclula y se reproduce para no morir.

    As generaciones trasgeneraciones,denotan su paso, a pesar del blan-queamiento.

    El silencio fue... y se transformen un grito ahogadohasta que al liberarse pueda decir:

    !Aqu nos trajeron!!Aqu nos quedaremos!!Y ahora... AQU ESTAMOSluchando por nuestros derechos! *

    de los africanos trados comoesclavos en la poca colonial nospermite revisar y repensar la cul-tura latinoamericana desde elpunto de vista de este gruposocial sin voz marginado, silencia-do y violentado histricamente.

    Este cuarto volumen tituladoAfrobolivianos descubrircomo las msicas, rituales y dan-zas de este pueblo se vuelven unfactor indispensable para su inte-gracin social favoreciendo elrespeto a la diversidad cultural.Ms all de las discriminacionesraciales, las divisiones polticas ysus identidades nacionales y lasinjusticias y violencias vivencia-das en este continente, la Culturasigue dando seales claras de lahermandad que une a los habi-tantes de nuestra Amrica Latina.

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    Una cultura de la resistenciaSebastin Arias

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    * Luca Dominga Molina, Presidenta de la Casa de la Cultura Indo-Afro-Americana, Provincia de Santa Fe, Argentina.

  • Losancestros de los afro-bolivianos llegaron ala regin andina como resultadode la masiva migracin forzadarealizada por los colonizadoresespaoles a partir del siglo XVI.La prosperidad de la economacolonial requera mucha mano deobra y para suplir ese dficit fue-ron arrancados de sus tierrascentenares de africanos. Puertoscomo Cartagena de Indias enColombia, Callao en Per o Rode la Plata en Argentina dabancobijo a los barcos de esclavosque llegaban desde las aguas delcontinente negro. Una vez produ-cido el desembarque, las familiaseran separadas y cada personaera marcada como bestia, confierros candentes, para saber aque dueo perteneca.

    Los africanos que arribaron aAmrica Latina eran de diversasetnias - distintos grupos lingsti-cos- pero la mayora estabainfluenciada por la cultura Bant,lo cual no parece haber sido unacasualidad, dado que esta culturase destacaba por su trabajo disci-plinario y por sus aptitudes parala fundicin de metales, la agri-cultura, la ganadera y la pesca.

    La actividad minera y los culti-vos de azcar fueron los trabajosdonde ms se emple la mano deobra esclava. En cuanto a laascendencia afroboliviana, el des-tino fue el Cerro Rico de Potos.Este hecho histrico es recordadopor esta saya compuesta porVicente Gemio de la ComunidadAfroboliviana de Tocaa:

    Volumen 4: Afrodescendientes

    Las cadenas de la historiaEl Cerro Rico y la llegada de los africanos

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  • En Potos los esclavos africa-nos trabajaron en condicionesinfrahumanas, soportando el froy la altura de 4200 metros,haciendo extensas jornadas den-tro de los socavones de lasminas. La Casa de la Moneda dePotos, donde se funda el metaly se laminaban las monedas,

    tambin fue otro de los destinoshostiles. All los trabajos tambineran extremadamente insalubresa causa de la emanacin de mer-curio y azogue, llevndose rpi-damente la vida de los africanos.

    Copla solista de varn:Honor y gloriaa los primeros negrosque llegaron a Bolivia (bis)Que murieron trabajandomuy explotadosal Cerro Rico de Potosi (bis)

    Copla a coros de varones:Madre, para que tuviste un hijo tan desgraciadoEn vez de darme tu pechoveneno debas darme

    Amrica Latina era para losespaoles el acceso a grandesriquezas, concentradas, sobretodo, en Potos. De all la expre-sin vale un Per. Segn palabrasde Eduardo Galeano en su libroLa venas abiertas de Amrica

    Latina: "algunos escritores bolivia-nos, inflamados de excesivo entu-siasmo, afirman que en tres siglosEspaa recibi suficiente metal dePotos como para tender un puentede plata desde la cumbre del cerrohasta la puerta del palacio real alotro lado del ocano. La imagen es,sin duda, obra de fantasa, pero decualquier manera alude a una reali-dad que, en efecto, parece inventa-da: el flujo de la plata alcanzdimensiones gigantescas Entre1503 y 1660, llegaron al puerto deSevilla 185 mil kilos de oro y 16millones de kilos de plata. La platatransportada a Espaa en poco msde un siglo y medio, exceda tresveces el total de las reservas europe-as. Y estas cifras, cortas, no inclu-yen el contrabando"1.

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  • Los esclavos negros que, acambio de su libertad, habanluchado en la rebelin indgenade Tpac Katari en 1780, tam-bin combatieron en la Guerra dela Independencia pese a que elEstatuto Constitucional presenta-do al cabildo por los revoluciona-rios se declaraba a favor de lalibertad de las personas pero node la libertad de los esclavos.

    Con el nacimiento de laRepublica de Bolivia, el 6 deagosto de 1825, Simn Bolvardispuso que todos los que habansido esclavos quedaran libres dehecho. El Libertador considerabala esclavitud como la ms insigneviolacin de la dignidad humana:"Un hombre posedo por otro!Una imagen de Dios puesta al yugocomo un bruto!". Sin embargo, los

    gobiernos posteriores eludieronsucesivamente esta disposicinhasta que bajo la presidencia delGeneral Manuel Isidoro Belzu en1851 se decret finalmente laabolicin de la esclavitud. Enhomenaje a l, los afrodescen-dientes cantan desde aquelentonces los siguientes versosantes de entonar sus coplas:

    Isidoro Belzu, bandera gan,Gan la bandera del altar mayor (bis) *

    * Copla popular

    Pero una vez ms las palabrasse las llevara el viento y los afro-descendientes volveran a seroprimidos por un nuevo sistemaque ellos mismos recuerdan bajoel nombre de patronazgo.

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    La independencia boliviana y los afrodescendientes

  • Desde el siglo XIX la poblacinafrodescendiente se concentren esta regin donde se sentir-an ms hermanados con la natu-raleza, pese a que seguiranpadeciendo violencias y abusosahora propiciadas por parte delos hacendados bolivianos, susnuevos amos. Los primerosasentamientos fueron Chicalomay Chulumani en Sud Yungas,mientras que en Nor Yungas elpunto central fue Mururata.Desde all fueron poblando sitioscercanos como Suapi, SanJoaqun y Tocaa que se conver-tira en un ncleo importante deconservacin de sus valores yexpresiones culturales.

    En esta regin trabajaran enel campo sin retribucin alguna yobligados a trabajar 3 das para

    beneficio de sus patrones y 3das para la manutencin de susfamilias. No haba descanso, setrabajaba de sol a sol, y el ltigode los capataces castigaba sinpudor toda desobediencia. Estasaya da cuenta de aquellostiempos:

    Al cielo me he de quejarAy, mi sentimiento

    El que vive en Mururataes su desgraciaLa fuerza del labradorYa se acab causa ay!Tanta tirana de los patrones *

    * Copla popular

    Los Yungas es una regin geo-grfica que se desentiende delaltiplano paceo, y donde la selvay valles subtropicales que oscilanentre los 1.500 y 2.500 metros dealtura ofrecen extensas laderas,altos precipicios, y caudalososros y cascadas. Esta zona tiene

    una tupida vegetacin y un climaclido y hmedo, ideal para el cul-tivo de caf, ctricos, caa de az-car y, especialmente, la coca, cul-tivo que permiti y permite en laactualidad a las comunidadesafrobolivianas ganarse la vida.

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    Los Yungas y el patronazgo

  • Si bien la comunidad afroboli-viana era reconocida y respetadapor los aborgenes aymaras de laregin de Los Yungas, no ocurrilo mismo en las grandes ciuda-des. All los afrodescendientes seenfrentaron a una sociedad boli-viana que no los reconoca, o bienlos desconoca, como compatrio-tas bolivianos. Esto despert ladiscriminacin racial y la exclusinsocial sustentada en un Estadoque hasta el momento tampocolos reconoca. Las escenas coti-dianas fueron y son un mudo testi-go de las vejaciones que anacompaan al devenir de estegrupo. Suerte negrito es lo queblancos, indgenas o mestizosdicen cuando ven una personanegra. Estos se pellizcan y sedesean buena suerte el uno al

    otro como si el afroboliviano fueraun amuleto antes que un serhumano. Se dice que esta tradi-cin fue comenzada por los ind-genas para simbolizar el alivio queles produjo la llegada de los africa-nos, dado que estos nuevosmigrantes padeceran los trabajosms inhumanos de la empresaconquistadora.

    En este contexto, y luego deuna historia marcada por la vio-lencia y la opresin, la autoesti-ma del afroboliviano volvi aderrumbarse hasta llegar al puntode la autonegacin, simulandoser un otro que no eran. Muchoshan admitido haberse hechopasar por colombianos, brasile-ros o ecuatorianos con el fin deser reconocidos y aceptados.

    La libertad de hecho finalmentellegara con la reforma agraria queinstal la Revolucin Nacionalistade 1952. Esta reforma tuvo lugaren 1953 y fue comandada porVctor Paz Estensoro bajo el prin-cipio de que la tierra es de quien latrabaja personalmente. Este come-tido dejo sin efecto el status quode los patrones que imponan tra-bajar sin remuneracin. Luego desiglos de resistencias y padeci-mientos los afrobolivianos acce-dieron a tierras en calidad de cam-pesinos propietarios y libres, y asla posibilidad de una vida digna.

    Las grandes ciudades y la exclusin social

    Pasadas las primeras genera-ciones de la reforma agraria sur-

    gieron profundos desajusteseconmicos y sociales. La tierradistribuida en forma de minifun-dio, que en una primera instanciapudo sostener una familia, almomento de distribuirla a loshijos se volvi un recurso insufi-ciente.

    Esta situacin oblig especial-mente a los jvenes a emigrar enbusca de otras zonas agrcolasdonde asentarse. Estos movi-mientos comenzaron tibiamenteen la dcada del 70 y se volvie-ron masivos en los 80 con nue-vos destinos: las grandes ciuda-des. Muchos emigraron a LaPaz, Cochabamba, Oruro, SantaCruz esperanzados en conseguirtrabajo, y otros tantos, esperan-zados en continuar sus estudiosterciarios e universitarios.

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    Los Yungas: tierra y libertad

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    Segnel historia-dor afroboli-viano Juan Angola Maconde "hoyno practicamos una cultura propia,sino una adquirida como resultadode un proceso cultural entre indge-nas y espaoles"3. La cultura delpueblo afrodescendiente fuecondicionada por los pasosencadenados de su historia.Desde su llegada a AmricaLatina los afrobolivianos confor-maron el sector ms oprimido ydbil de la sociedad colonial, conlo cual les fue sumamente difcilconservar sus prcticas, costum-bres y creencias.

    La primer gran prdida culturalfue el lenguaje, y siendo este elprincipal constructor y transmisor

    de identidad, el destino demuchas prcticas y costumbrescorreran la misma suerte."Nuestra lengua fue rada en sutotalidad, no queda ningn vestigiode Kikongo, el Mani Kongo, Luba,ndongo y Kibundu, bantes, gur,Lingala y otros. Etnocidio quecaus un dao irreparable a nuestracultura al ser sometido con una len-gua unificadora"4. Tan cruelescomo astutos, los conquistado-res se encargaron de desarraigarsocial y culturalmente a los afri-canos a fin de reducir los posi-bles peligros de sublevacin. Lavisin estratgica de mezclar aesclavos de distintos grupos lin-gsticos y tnicos tuvo la fun-cin poltica esperada: silenciar-los e incomunicarlos.

    Cultura afroboliviana

    Un nuevo desafo estaba gol-peando las puertas de este pue-blo, y una vez ms daran batalla.En la dcada del 90 los afroboli-vianos que habitaban las ciuda-des empezaron a organizarse ymovilizarse, fundando en La Pazel Movimiento Cultural SayaAfroboliviano y el CentroAfroboliviano para el Desarrollo

    Integral y Comunitario. Dos orga-nizaciones que comenzaran sutrabajo en el mbito cultural, for-taleciendo la autoestima del afro-boliviano a travs de la recupera-cin y difusin de sus prcticasculturales. La cultura, una vezms, se coronara como factorimprescindible para la integracinsocial de las minoras oprimidas.

  • En cuanto a la definicin deesta expresin se ha abierto unabanico de interpretaciones.Utilizando el latn como referen-cia la palabra saga significa falda,y se dice que los europeos hanllamado saga a la danza africanaque realizaban las mujereshaciendo girar en redondo suslargas polleras. Segn algunasinvestigaciones realizadas por elDr. Florindo Maques se lleg a laconclusin de que el trmino sagaque viene del Kikongo Nsaya sig-nifica trabajo comn al mando deun cantante. La Nsaya es unadanza que an bailan en el nortede Angola los campesinos de laregin. A su vez, en el dvd queacompaa a este volumen sepuede ver como Vicente Gemio,msico y compositor afrobolivia-

    no de la comunidad Tocaa,explica que saya significa acepta-cin en aymara.

    La saya como expresin cultu-ral se constituye de los siguien-tes elementos:

    Instrumentos

    Tambor mayor o asentador:tambor ms grande y con sonori-dad ms grave que simboliza laautoridad y predomina entre losdems tambores. Es el quemarca el ritmo y convoca a losbailarines y msicos.

    Tambor menor o cambiador:tambor ms pequeo que res-ponde a las llamadas y toquesdel tambor mayor, generando unproceso comunicativo de alimen-tacin y retroalimentacin.

    Pero no todo pudo ser callado.La msica y sus instrumentos, elcanto y la danza fueron los moto-res culturales de la resistencia ylos recreadores de la identidadsocial y cultural del afrodescen-diente en Amrica Latina. La sambaen Brasil, el mapal en Colombia, elcandombe en Uruguay, las marim-bas en Ecuador, son slo algunosejemplos.

    En cuanto a la comunidad afro-boliviana se destacan la semba, elhuayo negro, el mauchi, el baile dela tierra y la saya. Siendo esta lti-ma la expresin ms viva y quems define a los afrodescendien-tes nacidos en Bolivia, dado quea travs de ella se puede rastre-ar la raz africana de esta comu-

    nidad, as como descubrir lasacomodaciones y asimilacionesculturales producidas en la con-vivencia con el aborigen de laregin andina y los conquistado-res espaoles.

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    Saya afroboliviana

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  • Cuancha: prevalece como ins-trumento marcador del paso yantiguamente actuaba conjunta-mente con la matraca.

    Cascabeles: antiguamenteeran hechos de cobre pero en laactualidad han sido reemplaza-dos por otros metales que noofrecen la misma sonoridad.Amarrados a la altura de las rodi-llas los guas o capitanes de bai-les los hacen sonar al ritmo desus bailes.

    Los instrumentos de percusinutilizados permiten rastrear la razafricana de esta expresin cultu-ral, as como el hecho de que slosean ejecutados por varones.

    CantoEl canto gira en torno a coplas

    y coros, a modo de contrapun-

    tos. Una persona comienzahaciendo una copla y la dirigehacia los dems participantes,los que responden a modo decoro con la misma copla. Loshombres cantan con una vozgrave entonada con los tambo-res y las mujeres contrastan conel matiz agudo de sus voces.

    El canto es uno de los acom-paantes tradicionales de losinstrumentos de percusin en elcontinente negro, la advertimosentre los pueblos bant, los yoru-ba, los ewe, los ibos y los achanti.Pero en este caso, el canto delas coplas, con sus melodas ymtricas, responde a una carac-terstica especfica de los indge-nas de la regin andina.

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  • PoesaLa saya es el gran poeta del

    pueblo. Un poeta colectivo de latradicin oral que vive y sobrevi-ve de generacin en generacina travs de sus coplas. Los con-tenidos de estas siempre sonmensajes activadores y sensi-bles que cuentan las emociones,dificultades, quejas, aoranzas yquehaceres cotidianos de losafrobolivianos. Desde la stira, lairona, la broma o la protesta lasletras de las coplas permitenrecorrer la historia de este pue-blo y sus impresiones sobre lasexperiencias vividas. Todo escantado, y esta saya de VicenteGemio da cuenta de esto:

    Copla solista de varn:Todo es de frutaCaf y cocaEl lugar donde vivimos se llama Coroico (bis)

    Copla Varones:Esta caja que yo tocotiene boca y sabe hablarslo los ojos le faltanpara ayudarme a llorarDe nuestra cultura hemos trado la sayapueblo boliviano (bis)

    Coplas mujeres:Saucisito palma verdeColor de mi cautiverioHallars quien te merezcaY no quien te quiera tanto

    RitmoEl ritmo de la saya es otro ele-

    mento que descubre claramentela presencia de frica en Bolivia,y cmo esta raz cultural hereda-da an resiste. El sonar intensode los tambores ha permanecidocon fuerza en la poblacin afro-

    descendiente logrando que ensus toques ellos puedan revivirdentro suyo esa frica que guar-dan dentro. De acuerdo a laspalabras de los propios afrodes-cendientes: tocar saya es estar bai-lando ante nuestros antepasados.

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  • DanzaLa danza africana siempre ha

    sido juzgada como una danzainmoral y obscena debido a losmovimientos cadenciosos y sen-suales de las mujeres. La etnomu-sicologa, en cambio, la clasificacomo derivada de antiguos bailesmgicos de fecundidad, ritos detransicin y de reproduccin quenada tienen de pecaminosos.

    Las mujeres con el porte muyerguido llevan el comps con lascaderas danzando al ritmo de lostambores y cuanchas que loshombres ejecutan. El grupo desaya es precedido por un capitnde baile que con su ltigo gua alos dems bailarines y represen-ta la poca del patronazgo en lashaciendas yungueas.

    VestimentaLa saya presenta, especialmen-

    te en la vestimenta de las muje-res, la influencia aymara.Antiguamente la saya era practi-cada con la ropa de todos losdas pero en la actualidad es decolor blanco. La mujer llevapollera larga y bordada en laparte superior, blusa de mangascortas con escote cuadrado yadornada con cintas de colores,sombrero en la mano y unamanta de color, doblada y col-gando en el brazo derecho. Elhombre viste pantaln blanco,camisa bordada, dos pauelosde colores atados al cuello, fajaancha y multicolor. Ambos calzanabarcas, sandalias tpicas de losindgenas producidas con neu-mticos de automviles.

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  • El Movimiento Cultural SayaAfroboliviano fue fundado en elao 1988 en La Paz a iniciativade un grupo de jvenes mujeresy hombres migrantes de laregin de Nor Yungas. Estosjvenes que emigraron a La Pazse reunieron con el propsito dedemostrar la presencia afroboli-viana en Bolivia, difundir su cul-tura e historia y, principalmente,denunciar la situacin de exclu-sin e invisibilidad que padecan.

    En este contexto de resurgi-miento de la saya algunos perso-najes desaparecieron, tal es elcaso del Alcalde y el Mayor dePlaza, debido a que ya no hay unRey Conquistador a quien opo-nerse. Sin embargo el capitn debaile con su ltigo sigue vigente,

    no slo para representar la flage-lacin en la poca de las hacien-das yungueas sino porque ansigue siendo un pueblo sometidopor la discriminacin y la exclu-sin social.

    La saya histricamente fue unade las principales formas de latradicin oral utilizada para quelos mayores concienticen y ense-en su historia y cultura a losms pequeos, convirtindoseen una verdadera escuela. A suvez, a partir de los 90 se ha idoconvirtiendo en una herramientade resistencia cultural acompa-ando todas las demandas yprotestas de los afrobolivianos.Al ritmo de los tambores y ladanza comenzaron a ganarespacios visibilizndose antes

    Frutodel cruce culturalentre africanos,indgenas y espaoles, la saya hasido la gran compaera del afro-boliviano en Amrica Latina. Lasaya fue un aliciente para mejorarla productividad del hombrenegro en su trabajo esclavo, unelemento de exteriorizacin quepermita desahogarse emocio-nalmente de las violencias pade-cidas y un modo de recordar lasdificultades histricas que atra-vesaron los afrodescendientes.

    Con los gobiernos militaresque azotaron a Bolivia desde1964 hasta 1982 la poblacinvivi en tensin constante por eltemor de que se regrese al siste-ma de patronazgo y as perderaquello que haban obtenido

    despus de tanto sufrimiento:libertad y tierras para vivir unavida digna. Ante esta circunstan-cia, la prctica de la saya se fuedebilitando por temor a las repre-salias, ya que toda expresincultural y reivindicativa no tenaespacio en ese contexto socio-poltico. La saya dej de escu-charse por varias dcadas.

    A principio de los aos 80 lasaya resurge de manera tmida enel escenario pblico impulsadapor profesores del ColegioGuerrilleros Lanza de Coroico,con el fin de atraer el turismo enla fiesta patronal del pueblo. Estafue la semilla para que variosaos despus naciera elMovimiento Cultural SayaAfroboliviano.

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    Tambor y danza de la resistencia

  • Galindo quin reconoci pblica-mente el error cometido en elcenso nacional.

    En el 2007 la Prefectura de lacapital boliviana declar a la sayaPatrimonio Cultural Intangible deldepartamento de La Paz en reco-nocimiento al valor histrico y elaporte cultural de los afrodescen-dientes. Esta declaratoria fue ade-ms un reconocimiento a la pobla-cin afroboliviana de la regin deLos Yungas que han luchado yresistido para preservar su cultu-ra. En esta ocasin los afrobolivia-nos al ritmo de la saya cantaban:

    Despus de 500 aosno me vas a cambiarel bello ritmo de la sayacon el ritmo de caporal

    las sociedades urbanas con elobjetivo de conseguir aquelloque la libertad les hizo aorar: elreconocimiento social para parti-cipar e integrarse a Bolivia comocualquier otro ciudadano.

    Una prueba concreta del no-reconocimiento fue el censonacional realizado en el 2001 enel cual slo estaban representa-das las etnias aborgenes. Alllos afrobolivianos fueron exclui-dos como etnia por el propioestado boliviano. "El InstitutoNacional de Estadstica no nos dife-rencia, no nos reconoce, nos metenen una misma bolsa. Estamos den-tro de los indgenas, nublados, per-didos. Eso hace que nuestrasdemandas como grupo diferenciado

    no aparezcan" 5, afirma JuanAngola Maconde, economista yautor del libro Races de unpueblo.

    En el 2005 fue la primera vezque un grupo de afrobolivianosentr al Palacio Quemado. Lohicieron con pancartas que decanDe aqu somos y aqu nos quedamos,bailando saya y cantando coplascomo esta:

    Aura ya no es el tiempo de la esclavitudpor qu tratas a mi gente con tanto rencor? *

    * copla popular

    En aquella oportunidad fueronrecibidos por el ministro Jos

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  • Los Kharkas estn confundiendola saya y el caporalLo que ahora estn escuchando es saya original *

    * copla popular

    Esta copla marca la diferenciaentre la saya y el caporal evitandoconfundir a una por otra. El capo-ral es una danza folklrica deproyeccin inspirada en el perso-naje del caporal de la saya afro-boliviana y ejecutada, entreotros, por el grupo Los Kharkas.

    Pero el reconocimiento explci-to hacia todo el pueblo afroboli-viano que habita en el EstadoPlurinacional de Bolivia llegfinalmente con la reforma consti-

    tucional que comand el presi-dente Evo Morales en el 2009. Elnuevo texto de la Constitucinconsolid como poltica deEstado la revolucin democrticay cultural que plantea entre susprincipales objetivos la construc-cin de una nueva identidadnacional basada en el respetomutuo y la valoracin de la diver-sidad para romper con la culturacolonialista. Siguiendo esta polti-ca el capitulo 1, artculo 3 esta-blece que "el pueblo boliviano estconformado por la totalidad de lasbolivianas y los bolivianos pertene-cientes a las reas urbanas de dife-rentes clases sociales, a las nacionesy pueblos indgena, originario, cam-pesinos y a las comunidades inter-culturales y afrobolivianas"6. ElCentro Afroboliviano para el

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  • Desarrollo Integral y Comunitario(CADIC) y el Movimiento CulturalSaya Afroboliviana (MOCUSA-BOL) destacaron esta inclusincomo la llave de ingreso para quela comunidad afroboliviana y susrepresentantes participen de laspolticas de inters nacional.

    Han pasado cinco siglosdesde la llegada de los primerosafricanos a Amrica. Muchosufrimiento, mucha agua corribajo el puente. Pero para el quesabe esperar, siempre hay unsol. Y Manuel Barra supo espe-rar, con sus 88 aos an cantasonriente en la comunidad afro-boliviana de Tocaa esta coplallena de vida y de esperanza:

    Hermano no te preocupesel mal tiempo no es eternoLa fruta por muy madurasiempre del rbol se cae

    Volumen 4: Afrodescendientes42

  • 45

    1 GALEANO, Eduardo;

    Las Venas abiertas de Amrica Latina, Siglo veintiuno de EspaaEditores, 1971, Espaa, pg. 33-34.

    2 LLANOS MOSCOSO, Ramiro; SORUCO ARROYO, Carlos;

    Reconocimiento tnico y Jurdico de la Comunidad Afrodescendiente,publicacin de la Comunidad de Derechos Humanos y del Captulo

    Boliviano de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo, 2004,

    Bolivia, pg. 60.

    3 MACONDE, Juan Angola;

    Races de un pueblo, cultura afrobolivian, Producciones Cima, 2da. edi-cin, La Paz, Bolivia, pg. 37.

    4 MACONDE, Juan Angola;

    Races de un pueblo, cultura afroboliviana, Producciones Cima, 2da.edicin, La Paz, Bolivia, pg. 39.

    5 http://www.cadic.org.bo/articulos.php?cod=1

    6 Constitucin Poltica del Estado de Bolivia, 2009,

    captulo 1, artculo 2.

    Notas:

  • Volumen 4: Afrodescendientes Una Cultura de la resistencia4746

    donde el tetracordio mayor1 ejer-ce supremaca y se inmiscuye encasi todas la canciones, adornadocon notas de paso2 que en algu-nos casos vigorizan la copla; y labase rtmica, a cargo de una fami-lia de tambores tubulares, quedeslizan sus acentuaciones en rit-mos ternarios y binarios3, en unasucesin rtmica a la que se insis-te constantemente. De los mem-branfonos4 que componen elgrupo bsico de acompaamien-to, es el "tambor mayor", el masgrande de los parches y es el quelleva el eje rtmico, le llaman"asentador" tambin denominado"alentador"; el segundo en dimen-siones es apodado "sobre tam-bor" o "cambiador"; y el resto delos que integran el ensamble son

    Losafrodescendientes, enBolivia, han tomado lasaya como un medio para expresar-se, volver a la columna vertebraloriginaria, afirmar una identidadlacerada, muchas veces mancilla-da, por sociedades imperantes quehicieron del negro una pieza de tra-bajo sin fin. Despiadados hastaniveles incomprensibles, en oca-siones de la mano de la religinimperante, la gente de color sobre-vivi al exterminio y plant un amora su nueva tierra que hoy vemosen cada uno de los textos quecomponen las distintas cancionespopulares y en el inasible espritude estos genuinos bolivianos.

    Tocaa, es el pueblo que porexcelencia mantiene vivo el amor

    por sus ancestros, por todosaquellos que dieron su vida porun futuro distinto y es por elloque guardan -como invalorabletesoro- melodas, ritmos, formasde canto fusionados en cancio-nes y danzas que hoy distinguenuna cultura crisol de vertientes.

    Los Yungas bolivianos alber-gan pequeos villorrios con des-cendientes de los primeros pobla-dores de color, de la zona, quejunto a los indgenas andinos(aymars) habitaron y enriquecie-ron el acervo tradicional y esto noes algo menor. En las expresio-nes musicales -vocales- podemosdetectar dos vertientes super-puestas; la meldica, desarrolla-da sobre una estructura simple

    Saya: el camino hacia el recupero de la identidadProf. Ivn Cosentino

  • tos de creadores, es decir, queno son obras annimas traslada-das oralmente, aunque s haycreaciones pertenecientes a lacomunidad.

    La saya permaneca oculta enlos espritus de los pobladores ycomo durante mucho tiempo elser negro era un estigma, elcanto ms importante estabasilenciado de manera de nocrear conflictos con las socieda-des imperantes. Por fortuna esaignominia fue paulatinamenteresuelta a travs de la bsquedade la identidad y, por ende, elcanto clave por excelencia, lasaya, volvi a surgir con fuerza yvitalidad. Fueron los ancianos delas comunidades, que eran losfieles depositarios de esos

    autnticos himnos, los quecomenzaron a trasladar el cono-cimiento y as recomenz unnuevo tiempo sonoro.

    No solo apareci la saya sinotambin otras manifestacionescomo "bailes de tierra"6, "huayonegro"7, "zemba" (o "semba")8 y"mauchi"9.

    Hoy principalmente la saya esun canto que esculpe la identidadafrodescendiente y certifica unasociedad en plena expansin.

    los mas pequeos llamados enorden de tamao "requinto" y"ganchingo", el mas diminuto dela familia. La saya actual revela lainfluencia de la radio y la televi-sin, especialmente en el des-arrollo de sus comienzos y fina-les, sobre todo cuando recurren aldiminuendo expresivo para con-cluir la cancin o danza.Colaboran con el entramado rt-mico otros instrumentos como loscascabeles que en la actualidadse fabrican de lata o aleacioneslivianas y en muy pocos casos debronce o cobre y el raspador decaa hueca, denominado "cuan-cha" que aparece en los estribillosreforzando los mismos con unasubdivisin de valores que ener-giza la marcha de la saya. Losinstrumentistas son en su mayo-

    ra hombres y de los cuales pen-den los tambores y los cascabe-les que se anidan en sus rodillasy tobillos.

    En cuanto a la parte vocal, lasucesin solo-corro5 es unaconstante en esta especie musi-cal; aqu la parte femenina sesuma al grupo tiendo la sonori-dad de manera particular y vitali-zndola con un timbre masargento. En varias oportunidadesel grupo vocal esta integrado ni-camente por mujeres.

    Como se trata de una danza-cancin, el texto juega un roldestacado y todos participan conentusiasmo y vehemencia.

    Es importante anoticiarse quelas sayas existentes son produc-

    Volumen 4: Afrodescendientes Una Cultura de la resistencia4948

  • Volumen 4: Afrodescendientes Una Cultura de la resistencia5150

    6. A las orillas del mar. Realizacin colectiva del Grupo SayaAfroboliviano, grabada en la Comunidad de Tocaa, en 2004. Saya 5' 21" 7. Padre Jesucristo. Realizacin colectiva del Grupo Saya Afroboliviano,grabada en la Comunidad de Tocaa, en 2004. Saya 5' 13" 8. Si tu te vas de la casa. Realizacin de la Comunidad de Tocaa.Grabada en Tocaa en 1998. Saya 3' 58" 9. Hoy estoy aqu / Honor y gloria a los primeros negros.Ambos realizados por Vicente Gemio. Comunidades de Cala y Coscoma.Registrada en Cala en agosto de 1998. Saya 4' 43" 10. Si yo fuera presidente. Perteneciente a Manuel Barra. Obra gra-bada por el Movimiento Cultural Saya Afroboliviano en julio de 1998, en laciudad de La Paz. Saya 2' 47" 11. Apuesto que ya me voy. Baile de tierra o cueca negra.

    La Raimundita se est casando. Huayo negro. Ambas obras son unarealizacin de la comunidad de Tocaa. Grabado en julio de 1998 enTocaa. Cueca negra / Huayo negro 3' 31" 12. De Santa Ana voy bajando. Baile de tierra

    Ahora que dices. Huayo negro. Ambas obras son una realizacin delMovimiento Cultural Saya Afroboliviano. Grabado en julio 1998 en la ciu-dad de La Paz. Baile de tierra / Huayo negro 5' 15" 13. Semba. Realizacin del Movimiento Cultural Saya Afroboliviano.Grabado en julio de 1998, en la ciudad de La Paz. Semba 3' 56"

    El material musical grabado proviene de tres ediciones en CD. Laprimera denominada Msica y cantos de las comunidades negras deBolivia. "El tambor mayor", edicin del Centro Pedaggico y Cultural"Simn I. Patio" (Fundacin Simn I. Patio); la segunda a cargo deSaya Afroboliviana, (Tocaa), sin datos editoriales de origen y la terce-ra "Innovacin y creatividad cultural", edicin del Movimiento CulturalSaya Afroboliviano (Tocaa).

    La seleccin presenta ejemplos lo suficientemente claros como paracompletar una idea cabal del hacer sonoro de esta comunidad.

    Ficha tcnica de las bandas del CD:1. Tus quince aos. Perteneciente a Marcelo Vsquez. Obra graba-da en la Comunidad de Tocaa, en agosto de 2006. Saya 3' 46" 2. Hay como no he de llorar. Realizacin colectiva del grupo Mocusabol10 grabada en la Comunidad de Tocaa, en agosto de 2006. Saya 3' 42" 3. Pobreza. Perteneciente a Marcelo Vsquez. Obra grabada en laComunidad de Tocaa, en agosto de 2006. Saya 3' 48" 4. Que ser ya de mi vida. Sin datos. Obra grabada en la Comunidadde Tocaa, en agosto de 2006. Saya 3' 17" 5. Polleras al aire. Realizacin colectiva de Grupo Saya Afroboliviano,grabada en la Comunidad de Tocaa,en 2004. Saya 4' 34"

    Obras seleccionadas

  • Volumen 4: Afrodescendientes53

    8 Danza practicada por adultos en parejas, es la llamada "danza de laombligada". Baile que evoca la fertilidad de la naturaleza. Hoy es unaespecie casi extinguida.9 Rito funerario, es una de las prcticas culturales que ms elementos afri-canos revela. Es una invocacin a los espritus para que reciban al difun-to, que de la tierra vienen y a ella vuelven.10 Mocusabol: Movimiento Cultural Saya Afroboliviano.

    Bibliografa:

    DELGADO GALVEZ, Jos Luis; Si no hay coca no hay vida. LaRaymundita se est casando. Sin datos de edicin.

    GALEANO, Eduardo; Las Venas abiertas de Amrica Latina. Sigloveintiuno de Espaa Editores, 1971, Espaa.

    LLANOS MOSCOSO, Ramiro; SORUCO ARROYO, Carlos;Reconocimiento tnico y Jurdico de la Comunidad Afrodescendiente.Publicacin de la Comunidad de Derechos Humanos y del CaptuloBoliviano de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo. 2004.Bolivia.

    52

    1 Escala de cuatro sonidos desarrollada sobre el acorde mayor, y difundi-da ampliamente dentro de las comunidades indgenas. 2 Sonidos que encadenan los puntos principales del acorde mayor y quejuegan un rol de enriquecimiento de la meloda.3 La marcha rtmica puede encauzarse en clulas de dos o tres tiemposcada una. En algunos casos se produce una polirritmia cuando se mez-clan o se alternan las citadas clulas. 4 Se trata de instrumentos que poseen membranas o parches (confeccio-nados con panza de burro, cordero o cabra) que al ser golpeados o frota-dos producen una vibracin ampliada por el cubculo que lo sostiene.5 La reunin de un grupo de personas de la misma comunidad y general-mente del mismo sexo que cantan al unsono y/u octavas, estribillos ocoplas segn el tipo de cancin o danza. Tambin hay manifestacionesmixtas con similares caractersticas.6 Baile de tierra o cueca negra, segn la licenciada Mnica Rey (investiga-dora boliviana) nos anoticia que es un baile practicado por matrimoniosnegros con ritmo de cueca (danza criolla muy difundida en todo el noroes-te). Se realiza con cantos de contrapunto y corro; con ejecucin de tam-bores, con las manos y en parejas.7 Es una danza de despedida con que se saludan a los novios, y en lostextos se les desea felicidad y recomiendan sobre lo bueno y lo malo dela unin.

    Notas:

  • Volumen 4: Afrodescendientes

    La Voz de los sin Voz agradece muy especialmente a todos los afrobolivianosque habitan en la comunidad de Tocaa y en la ciudad de La Paz por las entre-vistas otorgadas y los materiales grficos y sonoros ofrecidos. Sin sus partici-paciones y colaboraciones no hubiese sido posible este nuevo volumen.

    54

    MACONDE, Juan Angola; Races de un pueblo, cultura afrobolivia-na. Producciones Cima, 2da. edicin, 2003. La Paz, Bolivia.

    ORTIZ ODERIGO, Nstor R.; Panorama de la Msica Afroamericana.Editorial Claridad, septiembre 1944, Buenos Aires.

    ROSSI, Vicente; Cosas de Negros. Coleccin El pasado Argentino.Librera Hachette. Septiembre 1958. Buenos Aires.

    CENTRO AFROBOLIVIANO PARA EL DESARROLLO INTE-GRAL Y COMUNITARIO: www.cadic.org.bo

    CONSTITUCIN POLTICA DEL ESTADO DE BOLIVIA.Captulo 1, artculo 2. 2009.

    FUNDACIN SIMN I. PATIO. Centro Pedaggico y CulturalSimn I. Patio, Msica y Cantos de las comunidades negras de Bolivia; ElTambor Mayor. Documentacin Etnomusicolgica N 6. 1998. La Paz,Bolivia.

    MOVIMIENTO CULTURAL SAYA AFROBOLIVIANO:www.afrobolivia.org.bo

  • Volumen 4: Afrodescendientes56

    Direccin: Prof. Ivn CosentinoSebastin Arias

    Investigacin: Sebastin Arias

    Registros musicales:Prof. Ivn Cosentino

    Eleccin musical:Prof. Ivn Cosentino

    Textos:Sebastin AriasProf. Ivn Cosentino

    Edicin y MasterizacinIRCO Video S.R.L.

    Diseo grfico: Arq. Lala Naveira

    Fotografas:Andrs Marks

    Agradecimientos:Edgar GemioMOCUSABOLOmar BarraComunidad TocaaJuan VsquezEmbajada Argentina enLa PazMtro. Martn Recondo Sandra Nallar Balcazar

    libro_voz_tapalibro_voz.pdf