Un safari en kenia

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Comic de la historia Un safari en Kenia

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Esta impresionante historia le ocurrió a Alba el año pasado.

Alba se fue de safari a Kenia con toda su familia.

Con toda su familia y con su aparato de música. ¡No se quitaba los auriculares ni para irse a la cama!

Esa mañana, los padres de Alba, antes de salir del hotel, le dijeron: –Deja aquí el dichoso aparatito, que si no, no oirás el verdadero sonido de la naturaleza. –Os prometo que lo usaré solo durante el viaje –aseguró Alba.

Cogieron un, cargaron las cámaras fotográficas y llegaron a la sabana. Primero vieron una manada de jirafas, luego otra de rinocerontes, una familia de elefantes, cebras, leones, ñus… ¡Era increíble!

Aunque no les dejaban bajarse del vehículo, se quedaron bastante tiempo allí, disfrutando como locos.

Al cabo de un rato, el guía miró el reloj y, al ver que era tarde, se dispuso a arrancar el jeep. Pero el vehículo no se puso en marcha. Lo intentó una y otra vez, y nada, imposible.

Entonces, todos se miraron como diciendo «qué vamos a hacer aquí, cómo vamos a salir». Así pasaron algunas horas.

Al principio, los animales no se acercaban, pero al cabo de un rato, llegó una manada de leones y empezó a oler el jeep como si fuera un estofado de primera calidad. Los de dentro contenían la respiración y se preguntaban una y otra vez qué hacer para salir de allí. No había ni un poblado ni un coche en más de doscientos kilómetros a la redonda. Los leones seguían rodeando el coche, mirándolos a todos con cara de hambre.

La cosa empezó a cambiar cuando llegó otro vehículo y se acercó a ver qué les pasaba. Por lo menos, ya tenían un coche para volver. Pero los leones seguían allí parados, relamiéndose, y Alba y su familia no podían cambiarse de jeep de ninguna manera.

Para entretenerse un poco, Alba se puso los auriculares y empezó a oír su canción favorita. Entonces tuvo una idea. – ¡Mamá, mamá! –dijo–. ¿No dicen que la música amansa a las fieras? ¿Por qué no ponemos la música a tope? Así, los leones se estarán quietos y podremos salir. –No tenemos nada que perder, así que vamos a probar –contestó el guía.

Entonces subieron el volumen todo lo que pudieron y tiraron el aparato bastante lejos. Los leones se fueron hacia allí corriendo y, como atraídos por un imán irresistible, se sentaron en círculo a oír la música. Y en ese momento, todos aprovecharon para trasladarse de un jeep a otro, arrancar el vehículo y salir de allí pitando.

VICTORIA BERMEJO Cuentos para contar en 1 minuto. RBA (Adaptación).

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