Tríptico jérica

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HISTORIA Los primeros restos arqueológicos localizados en el perímetro urbano actual se remontan al asentamiento Neolítico del castillo, también habitado durante las edades del Bronce e Ibérica. Tuvo gran esplendor en la época romana como lo prueban las numerosas lápidas mostradas en el museo municipal, si bien, la formación del poblado y el topónimo del mismo proceden del periodo musulmán, cuando esta fortaleza inexpugnable de la dinastía de los Xerifes recibió el nombre de Xeriza, posteriormente Xérica y Jérica. Aunque tomada por el Cid en el siglo XI, la conquista cristiana no llega hasta que las tropas de Jaime I la toman por asalto el 5 de febrero de 1235, festividad de Sta. Águeda, que es ensalzada como patrona de la Villa. Tras ser repoblada con cristianos viejos procedentes del Ampurdán, se convierte en el Señorío del hijo de Jaime I y Teresa Gil de Vidaurre, de nombre Jaime de Jérica. Elevada en el siglo XIV a Condado, siendo Señor de la villa el infante don Martín de Aragón, luego Martín I el Humano, pasa de manera indebida a manos de la familia de Francisco Zarzuela durante siglo y medio, y luego al Duque de Calabria en 1537, siendo este periodo de los más nefastos de la Villa. De nuevo vuelve a ser incorporada a la corona en 1564, comenzando su andadura hacia los tiempos modernos sin más hechos notables que la construcción de la Torre Mudéjar en 1622; y las batallas Carlistas libradas en su territorio, que dieron el título de Marqués de Novaliches al General isabelino Pavía. Duramente castigada durante la Guerra Civil Española, Jérica se fue recuperando lentamente sin perder sus principales rasgos físicos, debido a lo cual, las estrechas, empinadas y tortuosas calles que conforman el casco antiguo, han sido declaradas Bien de Interés Cultural. QUÉ VER Un recorrido por sus calles traslada al caminante a remontarse imaginariamente a épocas pretéritas. Para iniciar este viaje en el tiempo, cabrá comenzar desde la plaza de D. Germán Monleón, en la que se puede admirar una bella fuente mural del siglo XVIII y estilo renacentista, formada por tres cuerpos y dedicada al martirio de Santa Águeda, patrona de la Villa, observándose en dos bajorrelieves los pechos mutilados de la santa y el escudo de la población. Frente a ella se alza la torre que cobija al Portal de San Joaquín y Santa Ana o de Teruel, puerta perteneciente al tercer cinturón de la muralla, que aunque de estilo gótico, fue reconstruida en el siglo XVI apareciendo en ella el estilo renacentista. En su interior, se observa un retablo cerámico de los titulares. Junto al portal, se encuentra la Iglesia de lo que fue el Convento Agustino del Socós o de Ntra. Señora del Socorro, fundado por Fray Rodrigo Solís en 1570. El edificio, bastante deteriorado, pertenece al estilo barroco, observándose en su interior numerosos esgrafiados y decoración en yesería, ahora en restauración tras su declaración como Bien de Interés Cultural. Anexa al templo, ocupando una de sus antiguas capillas, está instalada la oficina de turismo local. En este monasterio fueron enterrados los 13 os Sres del Hostalejo en un precioso sepulcro renacentista conservado en el Museo local. Hacia él y el Ayuntamiento, en cuyos bajos se aloja, cabrá dirigirse a continuación, deleitándose con la bucólica plaza porticada construida por la Dirección General de Regiones Devastadas tras la posguerra, en la que se encuentra el Consistorio y el ya citado Museo Municipal. Sus contenidos abarcan desde el Neolítico hasta la época actual, no habiendo ningún periodo que no se encuentre representado. Como piezas más significativas destacar la colección de lápidas romanas, algunas de ellas de gran relevancia a nivel nacional; el pendón que la tradición popular señala como el enarbolado tras la reconquista cristiana, y el retablo de San Jorge, pintura gótica del siglo XV de la escuela valenciana, pieza clave dentro del gótico internacional. Junto a la entrada al museo, aparece mutilado el Arco del Hospital, de estilo gótico-militar perteneciente al s. XV, que otrora fuera el acceso principal a la villa. Tras este portal se encontraba el desaparecido Hospital (de hay su nombre) para peregrinos y viajantes de paso, y la Iglesia del Santísimo Cristo de la Sangre, patrón de Jérica, representado en una talla de madera atribuida a Vicente Masip. Este templo, construido en el siglo XIV bajo advocación de San Jorge, fue reformado en los ss. XVII y XIX, modificando su interior, con tendencias del Romanticismo, y de titular del templo. Ascendiendo por la calle empinada que da acceso a una de las puertas del templo, se llega a la plaza y calle de San Juan, donde aparecen un lienzo de muralla con un torreón adosado, y algo más arriba el Portal de San Juan, portal principal del segundo recinto amurallado de la villa. El Portal, de estilo gótico militar del s. XIV, está adosado a una casa cilíndrica que antaño fue la Torre del Reloj. Atravesado el portal aparece la inimitable Torre de la Alcudia, única torre de carácter mudéjar en tierras valencianas, declarada Monumento Nacional en 1979, construida en la parte más alta de la villa sobre un basamento pétreo que sirvió de base a una anterior torre romana reforzada después por los árabes. Presenta una planta octogonal dividida en tres cuerpos en degradación, decorados por ladrillos, pilastras y soportes voladizos, formando un artístico entramado de 48 m. de altura rodeado por un fortín. Frente a la Torre mudéjar yergue la ermita de San Roque, el templo que se comenzó a construir sobre la Mezquita tras la reconquista, pero que al ser ocupada por el rey castellano en las guerras del siglo XIV, se mandó derruir, aunque el empeño de los vecinos la conservó con esa curiosa mezcla de estilos constructivos, que aún hoy, pese a su pésimo estado, todavía se pueden diferenciar. Tras la ermita aparece el recinto del antiguo castillo, construido por los árabes entre los años 850 y 1100 sobre el cerro de Peña Tajada, y del que apenas se conservan algún lienzo de muralla, los restos aparecidos en las diferentes prospecciones arqueológicas, y la robusta Torre del Homenaje, único edificio en pie que domina a 640 m. de altitud una amplia porción de territorio. Se penetrará de nuevo en el pueblo a través del Portillo de San Roque y descender por una de las más bellas y pintorescas calles de Jérica por su abundante y florida decoración, se llega hasta la plaza del Maestro Puchades, donde se ubican el antiguo ayuntamiento y el Portal de la Sala, destacable por su engarzado en arco. Bajo esta plaza se abre la de Mariano Rodríguez, que acoge a la Iglesia parroquial de Santa Águeda, construida sobre el antiguo Palacio del Señor, durante el siglo XV. Destaca en ella su preciosa portada-retablo del siglo XVII y su interior, donde existe una interesante colección de arte sacro. Otros edificios religiosos repartidos por el término son las ermitas de los Desamparados, del Loreto, el Calvario, o la iglesia de San Miguel en la pedanía de Novaliches. Otros puntos del término a visitar siguiendo sus rutas señalizadas o la Vía Verde de Ojos Negros son la preciosa Cruz Cubierta, próxima al renacentista Puente de Muñatones, el Embalse del Regajo, y numerosas fuentes y masías repartidas por su extensa superficie.

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HISTORIA

Los primeros restos arqueológicos localizados en el perímetrourbano actual se remontan al asentamiento Neolítico delcastillo, también habitado durante las edades del Bronce eIbérica. Tuvo gran esplendor en la época romana como loprueban las numerosas lápidas mostradas en el museomunicipal, si bien, la formación del poblado y el topónimo delmismo proceden del periodo musulmán, cuando esta fortalezainexpugnable de la dinastía de los Xerifes recibió el nombre deXeriza, posteriormente Xérica y Jérica. Aunque tomada por elCid en el siglo XI, la conquista cristiana no llega hasta que lastropas de Jaime I la toman por asalto el 5 de febrero de 1235,festividad de Sta. Águeda, que es ensalzada como patrona dela Villa. Tras ser repoblada con cristianos viejos procedentesdel Ampurdán, se convierte en el Señorío del hijo de Jaime I yTeresa Gil de Vidaurre, de nombre Jaime de Jérica. Elevadaen el siglo XIV a Condado, siendo Señor de la villa el infantedon Martín de Aragón, luego Martín I el Humano, pasa demanera indebida a manos de la familia de Francisco Zarzueladurante siglo y medio, y luego al Duque de Calabria en 1537,siendo este periodo de los más nefastos de la Villa. De nuevovuelve a ser incorporada a la corona en 1564, comenzando suandadura hacia los tiempos modernos sin más hechosnotables que la construcción de la Torre Mudéjar en 1622; ylas batallas Carlistas libradas en su territorio, que dieron eltítulo de Marqués de Novaliches al General isabelino Pavía.

Duramente castigada durante la Guerra Civil Española, Jéricase fue recuperando lentamente sin perder sus principalesrasgos físicos, debido a lo cual, las estrechas, empinadas ytortuosas calles que conforman el casco antiguo, han sidodeclaradas Bien de Interés Cultural.

QUÉ VER

Un recorrido por sus callestraslada al caminante aremontarse imaginariamente aépocas pretéritas. Para iniciareste viaje en el tiempo, cabrácomenzar desde la plaza de D.Germán Monleón, en la que sepuede admirar una bella fuentemural del siglo XVIII y estilo

renacentista, formada por tres cuerpos y dedicada al martiriode Santa Águeda, patrona de la Villa, observándose en dosbajorrelieves los pechos mutilados de lasanta y el escudo de la población. Frente aella se alza la torre que cobija al Portal deSan Joaquín y Santa Ana o de Teruel,puerta perteneciente al tercer cinturón de lamuralla, que aunque de estilo gótico, fuereconstruida en el siglo XVI apareciendo enella el estilo renacentista. En su interior, seobserva un retablo cerámico de los titulares.

Junto al portal, se encuentra la Iglesia de lo quefue el Convento Agustino del Socós o de Ntra.Señora del Socorro, fundado por Fray RodrigoSolís en 1570. El edificio, bastante deteriorado,pertenece al estilo barroco, observándose en suinterior numerosos esgrafiados y decoración enyesería, ahora en restauración tras sudeclaración como Bien de Interés Cultural. Anexaal templo, ocupando una de sus antiguas

capillas, está instalada la oficina de turismo local. En estemonasterio fueron enterrados los 13os Sres del Hostalejo en unprecioso sepulcro renacentista conservado en el Museo local.

Hacia él y el Ayuntamiento, en cuyosbajos se aloja, cabrá dirigirse acontinuación, deleitándose con labucólica plaza porticada construida porla Dirección General de RegionesDevastadas tras la posguerra, en la quese encuentra el Consistorio y el yacitado Museo Municipal. Sus contenidos abarcan desde el

Neolítico hasta la época actual, nohabiendo ningún periodo que no seencuentre representado. Como piezasmás significativas destacar la colecciónde lápidas romanas, algunas de ellas degran relevancia a nivel nacional; elpendón que la tradición popular señalacomo el enarbolado tras la reconquistacristiana, y el retablo de San Jorge,pintura gótica del siglo XV de la escuela

valenciana, pieza clave dentro del góticointernacional.

Junto a la entrada al museo, aparecemutilado el Arco del Hospital, de estilogótico-militar perteneciente al s. XV, queotrora fuera el acceso principal a la villa.Tras este portal se encontraba eldesaparecido Hospital (de hay su nombre)para peregrinos y viajantes de paso, y laIglesia del Santísimo Cristo de la Sangre, patrón de Jérica,representado en una talla de madera atribuida a Vicente Masip.Este templo, construido en el siglo XIV bajo advocación de SanJorge, fue reformado en los ss. XVII y XIX, modificando suinterior, con tendencias del Romanticismo, y de titular del templo.

Ascendiendo por la calle empinada que daacceso a una de las puertas del templo, sellega a la plaza y calle de San Juan, dondeaparecen un lienzo de muralla con un torreónadosado, y algo más arriba el Portal de SanJuan, portal principal del segundo recintoamurallado de la villa. El Portal, de estilo góticomilitar del s. XIV, está adosado a una casacilíndrica que antaño fue la Torre del Reloj.

Atravesado el portal aparece la inimitable Torrede la Alcudia, única torre de carácter mudéjaren tierras valencianas, declarada MonumentoNacional en 1979, construida en la parte másalta de la villa sobre un basamento pétreo quesirvió de base a una anterior torre romanareforzada después por los árabes. Presenta unaplanta octogonal dividida en tres cuerpos endegradación, decorados por ladrillos, pilastras y

soportes voladizos, formando un artístico entramado de 48 m. dealtura rodeado por un fortín.

Frente a la Torre mudéjar yergue laermita de San Roque, el templo quese comenzó a construir sobre laMezquita tras la reconquista, pero queal ser ocupada por el rey castellano enlas guerras del siglo XIV, se mandóderruir, aunque el empeño de los vecinos la conservó con esacuriosa mezcla de estilos constructivos, que aún hoy, pese a supésimo estado, todavía se pueden diferenciar.

Tras la ermita aparece el recinto del antiguocastillo, construido por los árabes entre los años850 y 1100 sobre el cerro de Peña Tajada, y delque apenas se conservan algún lienzo demuralla, los restos aparecidos en las diferentesprospecciones arqueológicas, y la robusta Torredel Homenaje, único edificio en pie que dominaa 640 m. de altitud una amplia porción de territorio.

Se penetrará de nuevo en el pueblo através del Portillo de San Roque ydescender por una de las más bellas ypintorescas calles de Jérica por suabundante y florida decoración, se llegahasta la plaza del Maestro Puchades,

donde se ubican el antiguo ayuntamiento y el Portal de la Sala,destacable por su engarzado en arco.

Bajo esta plaza se abre la de MarianoRodríguez, que acoge a la Iglesiaparroquial de Santa Águeda, construidasobre el antiguo Palacio del Señor,durante el siglo XV. Destaca en ella supreciosa portada-retablo del siglo XVII ysu interior, donde existe una interesante colección de arte sacro.Otros edificios religiosos repartidos por el término son las ermitasde los Desamparados, del Loreto, el Calvario, o la iglesia de SanMiguel en la pedanía de Novaliches.

Otros puntos del término a visitar siguiendo susrutas señalizadas o la Vía Verde de OjosNegros son la preciosa Cruz Cubierta, próximaal renacentista Puente de Muñatones, elEmbalse del Regajo, y numerosas fuentes ymasías repartidas por su extensa superficie.

LOCALIZACIÓN

La Villa de Jérica, una de las poblaciones más importantes dela comarca, tanto históricamente como en la actualidad, estásituada a una altitud de 521 m. sobre el nivel del mar y constacon alrededor de 1650 habitantes, repartidos entre los dosnúcleos habitados que posee, que son la propia Villa de Jéricay su anejo, Novaliches.

El núcleo urbano jericano se esparce en semicírculoescalonado sobre la falda de un monte aislado que bordea elcauce del río Palancia, que cruza parte de los 78,57 km2 detérmino municipal, aportándole sus aguas los numerososmanantiales y fuentes (más de 600), algunos de ellos conpropiedades terapéuticas, creando un paisaje de verdesparajes idóneos para disfrutar del medio ambiente.

Para llegar hasta esta histórica villa, basta con tomar laAutovía Mudéjar A-23, en cuyo kilómetro 42 tiene su salida; lalínea férrea Valencia de Cercanías C-5 Valencia – Caudiel,con paradas en la localidad, o la líneas de autobús Montanejos– Segorbe – Sagunto – Valencia de HERCA; Barcelona –Tarragona – Segorbe – Teruel – Cuenca de SAMAR y Vall d´Uixó – Bejís – Torás de AVSA.

AYUNTAMIENTO DEJÉRICA

C/ Historiador Vayo, 1912450 Jérica (Castellón)

964 12 91 77 964 12 90 45www.jerica.com

[email protected]

Toda la Información Turística del Alto Palancia en:www.altopalancia.es

CENTRO DINAMIZACIÓN TURÍSTICA C/ Carlos Marco Beltrán, 8

12490 Azuébar (Castellón) 964 65 00 11 964 65 01 55

[email protected]

Edición realizada por:

P.G.S TURISMO 2006 / 2007

TEXTO: JOSE ÁNGEL PLANILLO PORTOLÉSCOLABORACIÓN FOTOGRÁFICA: AYUNTAMIENTO DE JÉRICA