Tres Persuasiones Necesarias Para Entrar Por La Puerta Estrecha

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Tres persuasiones necesarias para entrar por la puerta estrecha En el artículo anterior hablamos del peligro que corren algunos de entrar transitando por el camino ancho que lleva a la perdición, creyendo que van camino al cielo. A la luz de la advertencia, alguien me preguntó cómo podemos saber si vamos caminando por el camino angosto. Pero antes de responder directamente la pregunta, permítanme detenerme a considerar algunas cosas de las que debemos estar persuadidos antes de poder entrar por la puerta estrecha. Nadie aceptará la invitación de Cristo en Mateo 7:13-14 a menos que esté persuadido, plenamente convencido de estas tres cosas. El pecador debe ser persuadido de que está fuera del reino  Solo puedo ser invitado a pertenecer a algo a lo que todavía no pertenezco. Y recuerden que uno de los problemas que Cristo confrontó con muchos de Sus oyentes era precisamente el hecho de que muchos de ellos creían estar dentro. Creían ser parte del reino de Dios por el simple hecho de ser judíos. Para estos hombres y mujeres la salvación era un asunto nacional, racial. Pero Cristo viene ahora y les dice: “Entrad por la puerta estrecha”. En otras palabras, con todo y ser descendientes de Abraham están fuera del reino de Dios. Juan el Bautista se vio precisado a tratar con este mismo problema. Luego de invitar a sus oyentes al arrepentimiento, se adelanta al razonamiento de ellos y dice: “Y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras” (Mt. 3:9). “No todos los que descienden de Israel son israelitas” - dice Pablo en Rom. 9:6. No basta con tener una conexión racial o nacional con el Israel físico para ser contado como hijo de Dios. El asunto no es

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  • Tres persuasiones necesarias para entrar por la puerta estrecha

    En el artculo anterior hablamos del peligro que corren algunos de entrar transitando por el camino ancho que lleva a la perdicin, creyendo que van camino al cielo. A la luz de la advertencia, alguien me pregunt cmo podemos saber si vamos caminando por el camino angosto. Pero antes de responder directamente la pregunta, permtanme detenerme a considerar algunas cosas de las que debemos estar persuadidos antes de poder entrar por la puerta estrecha. Nadie aceptar la invitacin de Cristo en Mateo 7:13-14 a menos que est persuadido, plenamente convencido de estas tres cosas.

    El pecador debe ser persuadido de que est fuera del reino

    Solo puedo ser invitado a pertenecer a algo a lo que todava no pertenezco. Y recuerden que uno de los problemas que Cristo confront con muchos de Sus oyentes era precisamente el hecho de que muchos de ellos crean estar dentro. Crean ser parte del reino de Dios por el simple hecho de ser judos. Para estos hombres y mujeres la salvacin era un asunto nacional, racial. Pero Cristo viene ahora y les dice: Entrad por la puerta estrecha. En otras palabras, con todo y ser descendientes de Abraham estn fuera del reino de Dios.

    Juan el Bautista se vio precisado a tratar con este mismo problema. Luego de invitar a sus oyentes al arrepentimiento, se adelanta al razonamiento de ellos y dice: Y no pensis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras (Mt. 3:9). No todos los que descienden de Israel son israelitas - dice Pablo en Rom. 9:6. No basta con tener una conexin racial o nacional con el Israel fsico para ser contado como hijo de Dios. El asunto no es

  • haber nacido judo, o haber nacido catlico o evanglico, sino haber nacido de nuevo.

    Una de las cosas que salta a la vista al leer el Sermn del Monte es que el Seor est tratando de destruir la esperanza falsa de muchos de sus oyentes. Si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos no entraris en el reino de los cielos (Mt. 5:20). Todo rbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego (Mt. 7:19). No todo el que me dice: Seor, Seor, entrar en el reino de los cielos (Mt. 7:21).

    Nadie entrar por la puerta estrecha si no viene primero al convencimiento de que est fuera, fuera del reino, fuera de los caminos de Dios y de Su pueblo. Si no aceptamos este hecho nunca procuraremos entrar.

    En segundo lugar, para que el pecador acepte esta invitacin

    Debe ser persuadido de que necesita desesperadamente entrar

    Por qu voy a entrar sin necesidad por una puerta estrecha, sobre todo si puedo hacerlo por una ms ancha? Por qu transitar por un camino angosto y difcil si me encuentro en estos momentos transitando por uno amplio y cmodo? A menos que veamos claramente que ese camino termina en destruccin no lo abandonaremos.

    Algunas personas que escuchan el evangelio cada domingo saben que estn fuera, pero es posible que no hayan considerado seriamente el peligro que corren cada da. En Ams 4:12 est escrito: Preprate para venir al encuentro de tu Dios. Tarde o temprano nos presentaremos delante de l. Puede ser dentro de 10 aos, de 15 o de 20, o puede ser hoy mismo. La pregunta es: Estamos preparados para ese encuentro con Dios, para presentarnos delante de Aquel que ha de juzgar al mundo entero conforme al patrn perfecto de justicia revelado en Su ley, Aquel a cuyas ojos todas las cosas estn desnudas y abiertas?

    Es esta realidad la que hace necesario entrar por la puerta estrecha. Esa es la nica puerta de escape; no existe otra. Es estrecha, pero es la nica. Para que el pecador entre por esa puerta debe estar persuadido primero de que necesita entrar, de que lo necesita con urgencia. Es cierto que la invitacin del evangelio es universal, pero tambin es muy especfica: se invita a los sedientos, a los cansados, a los que no tienen con qu pagar, a los que tienen hambre, a los quieren. Aunque la puerta sea estrecha y el camino angosto, ellos quieren entrar por ella, porque saben que no existe otro camino que conduzca a la vida.

    Pero hay algo ms implicado en este invitacin y es que para entrar por esa

  • puerta

    El pecador debe ser persuadido de que posee la responsabilidad moral de responder al evangelio

    Al hacer esta invitacin el Seor est presuponiendo que los pecadores son responsables de responder al llamado contenido en el evangelio. El Seor est apelando aqu al pecador e invitndole a tomar una determinacin: Entra por la puerta estrecha.

    Hay algo aqu de lo que el pecador es responsable. l debe entrar. No debe quedarse fuera contemplando la puerta desde cerca, admirando su configuracin, su diseo; no. l debe entrar por ella. En otro artculo diremos cmo, pero ahora me interesa establecer el punto de que el hombre no es un robot, ni una mquina. En el hombre existe lo que llamamos responsabilidad. El hombre es responsable de responder al llamado de Dios; y si no lo hace recibir el fruto de su rebelda al despreciar la invitacin.

    Muchos se amparan en la doctrina de los decretos de Dios para continuar sumidos en su impiedad. La Biblia ensea que desde antes de la fundacin del mundo Dios ha elegido los que se salvarn, y que eso no depende del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. S, eso es verdad. Eso es lo que ensea la Biblia (compare Rom. 9:14ss).

    Pero as como la Biblia habla de una eleccin divina, as tambin ensea que Dios ha proclamado una invitacin a todo hombre a venir a l en arrepentimiento y fe, y ha prometido no desechar a nadie que acepte Su invitacin. El mismo hombre que escribi en Rom. 9:16 que esto no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia, predicando el evangelio a los atenienses dijo: Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan (Hch. 17:30).

    Dios manda a todos los hombres, en todo lugar, que se arrepientan. No se trata de una invitacin solamente, es una orden. Dios lo manda y debe ser obedecido. Muchos estn esperando que algo ocurra, alguna experiencia mstica, alguna seal de parte de Dios para venir entonces al arrepentimiento, pero la seal divina ya fue dada: Dios envi a Su Hijo a morir en una cruz, lo resucit al tercer da y envi a Sus siervos a proclamar que en l hay perdn para todo aquel que cree. Y ahora, en base a lo que Cristo hizo, Dios manda a los hombres que se arrepientan y crean en el Salvador.

    El hombre es moralmente responsable delante de Dios. Y Dios sinceramente

  • ofrece a todos el perdn de los pecados a travs de la fe en Su Hijo. Todo aquel que acepte la invitacin ser perdonado. No tiene caso que el pecador se detenga ante la invitacin y se pregunte: Ser yo uno de los elegidos? No! Ese no es el punto aqu! El punto es que si no te has arrepentido de tus pecados y confiado nicamente en Cristo para salvacin, vas camino a una condenacin segura; y Dios te ha extendido una invitacin: Entra por la puerta estrecha. Si aceptas la invitacin no sers desechado y escapars de la destruccin que te espera; pero si rehsas entrar, t sers responsable delante de Dios por haber rehusado.

    Ese es el mensaje que el evangelio proclama: Que en Cristo hay perdn para todo aquel que cree. Cuando proclamamos ese mensaje al mundo estamos hablando en consonancia con la doctrina evanglica. Y Dios usar ese mensaje para atraer a Sus elegidos. Hay un misterio envuelto en todo esto, pero por ser un misterio no deja de ser cierto. Dios no slo ha determinado quines se han de salvar, sino tambin el medio a travs del cual se salvarn y ese medio no es otro que la proclamacin de esta invitacin universal del evangelio.

    Pablo escribi en una ocasin a Timoteo, su hijo en la fe: Por tanto, todo lo soporto por amor a los escogidos, para que ellos tambin obtengan la salvacin que es en Cristo Jess con gloria eterna (2Tim. 2:10). Son elegidos, pero debemos hacer todo lo que est a nuestro alcance para que se expongan al bendito evangelio de nuestro Seor Jesucristo, porque Dios no obrar en ellos aparte de ese medio.

    Quiz no haya otro texto en el NT que exprese esta conviccin de Pablo ms hermosamente que la declaracin que encontramos en 2Cor. 5:20: As que somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Cuando invitamos al pecador a entrar por la puerta estrecha y ponemos todo nuestro empeo en persuadirles a aceptar la invitacin, es como si Cristo mismo rogase por medio de nosotros. Debemos advertir al pecador y advertirle con vehemencia; debemos exponerlos al evangelio, porque no se salvarn de ningn otro modo.

    Nosotros creemos en la gracia irresistible de Dios; pero esa gracia no destruye la voluntad del pecador. No. La gracia ms bien restaura la voluntad a su condicin original; la liberta de la esclavitud del pecado para que el pecador pueda libremente aceptar la invitacin divina. La gracia nos hace libres para que podamos obedecer a Dios. En Cristo somos libres, dice Pablo. Dios no nos convierte en mquinas para que podamos venir a l. Simplemente restaura nuestra voluntad a su diseo original.

    He aqu, entonces, tres persuasiones que preparan al pecador para entrar por la puerta estrecha. l debe estar persuadido de que est fuera, de que necesita

  • urgentemente entrar y de que es responsable delante de Dios de responder a esa invitacin. Nunca ha habido nadie que haya entrado por la puerta estrecha sin haber tenido previamente estas convicciones. Si nunca te has visto fuera, entonces nunca has entrado.

    Algunas personas dicen: Yo siempre he tenido temor de Dios; toda mi vida he vivido para l; desde siempre l ha sido lo ms importante para m. Mi amigo, si piensas as entonces nunca has entrado por la puerta estrecha. Nadie conoce a Dios desde que naci. Todos nacimos fuera de la puerta y en un momento dado de nuestras vidas tenemos que tomar la decisin de entrar (comp. Ef. 2:1-3).Est bien, ya s que estoy fuera, que aun no pertenezco al reino de Dios y que necesito urgentemente resolver este problema. Lo que quiero saber ahora es cmo? Cmo puedo entrar por la puerta de acceso al reino de los cielos? Eso es lo que veremos en el prximo artculo, si el Seor lo permite.

    Por Sugel Micheln. Todo Pensamiento Cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.