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TREN De Alejandro Dolina (del libro Bar del Infierno) ”El tren pasa solo dos veces por año. Llega a la madrugada y se detiene apeas unos segundos. Es un tren enorme, más largo que la distancia entre las estaciones: cuando los primeros vagones llegan a un pueblo, los últimos aún están en el anterior. Nosotros no hemos visto nunca de cerca la locomotora. Apenas si la presentimos, resoplando a tres o cuatro kilómetros de la estación. Las ventanillas de los vagones están cerradas y las cortinas siempre permanecen bajas. No es posible ver que hay dentro del tren. Nadie se baja en nuestro pueblo. Tampoco es posible saber de dónde viene o a donde va. El ferrocarril ha dejado de imprimir horarios hace muchos años y sus empleados hablan otro idioma y son impenetrables. Los vecinos tratan de alejarse de la estación cuando el tren se detiene. Las viejas se han encargado de establecer un complicado régimen de supersticiones alrededor del ferrocarril. Dicen que ver a un pasajero equivale a morir, cuentan que a veces bajan del tren unas sombras siniestras que raptan a los caminantes o si no, aseguran que el destino de aquellos trenes es el infierno. Hace muchos años, los hermanos Stefan y Stavros Kodor subieron al tren y nadie volvió a verlos jamás. En verdad, se da por sentado que cualquier que desaparece en el pueblo es porque se lo llevo el ferrocarril. En 1958 se apeó en nuestra estación un hombre muy misterioso. Pidió alojamiento en la posada que hay frente a la estación y permaneció encerrado en su cuarto durante seis meses, hasta que paso el siguiente tren. No se fue solo. La empleada de la posada, la pequeña Berta, se marchó con el sin dar ninguna explicación. Los trenes pasan siempre en la misma dirección, de Este a Oeste. Jamás se vio ninguno circular en sentido contrario. Se discute si los vagones de la formación son siempre los mismos o si se renuevan. Sabemos que son azules. No llevan ningún número ni inscripción, salvo unos signos, a modo de logotipo, por encima de las ventanillas. Algunas veces (muy pocas, en verdad) el tren pasa por nuestro pueblo sin detenerse. Este hecho es considerado de mal agüero y todos esperan con ansiedad la llegada y la detención del tren siguiente, para recobrar la calma y la fe en nuestro destino. Anoche, el tren se detuvo. Al oír el silbato, sentí el impulso de acercarme al andén. Camine por la plataforma desierta y hasta llegue a tocar con mi mano los brillosos coches. De pronto, la cortina de una de las herméticas ventanillas se abrió y apareció en ella la cara de una mujer hermosa. Yo ya la conocía, había soñado muchas veces con ella. La chica me miro profundamente y pego sus manos al vidrio. Yo me acerque cuanto pude y durante unos instantes tratamos de comunicarnos. Ella movió su boca y me dijo algo que no entendí pero agradecí tiernamente. Tal vez yo le grite palabras urgentes que no alcanzaron a traspasar el cristal. El tren se puso en movimiento, yo corrí a la par, hasta el final del andén. Después, los vagones se perdieron en la obscuridad. Los vecinos del pueblo no saben porque razón pasa el tren. Pero yo sí. Ahora no hare otra cosa que esperar trenes, aunque sepa que jamás volveré a encontrarme con la mujer de anoche. Aunque sepa que ya no habrá otra ventanilla abierta para mi” TALLER DE INTERIORES IV - 1

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TREN De Alejandro Dolina (del libro Bar del Infierno) ”El tren pasa solo dos veces por año. Llega a la madrugada y se detiene apeas unos segundos. Es un tren enorme, más largo que la distancia entre las estaciones: cuando los primeros vagones llegan a un pueblo, los últimos aún están en el anterior. Nosotros no hemos visto nunca de cerca la locomotora. Apenas si la presentimos, resoplando a tres o cuatro kilómetros de la estación. Las ventanillas de los vagones están cerradas y las cortinas siempre permanecen bajas. No es posible ver que hay dentro del tren. Nadie se baja en nuestro pueblo. Tampoco es posible saber de dónde viene o a donde va. El ferrocarril ha dejado de imprimir horarios hace muchos años y sus empleados hablan otro idioma y son impenetrables. Los vecinos tratan de alejarse de la estación cuando el tren se detiene. Las viejas se han encargado de establecer un complicado régimen de supersticiones alrededor del ferrocarril. Dicen que ver a un pasajero equivale a morir, cuentan que a veces bajan del tren unas sombras siniestras que raptan a los caminantes o si no, aseguran que el destino de aquellos trenes es el infierno. Hace muchos años, los hermanos Stefan y Stavros Kodor subieron al tren y nadie volvió a verlos jamás. En verdad, se da por sentado que cualquier que desaparece en el pueblo es porque se lo llevo el ferrocarril. En 1958 se apeó en nuestra estación un hombre muy misterioso. Pidió alojamiento en la posada que hay frente a la estación y permaneció encerrado en su cuarto durante seis meses, hasta que paso el siguiente tren. No se fue solo. La empleada de la posada, la pequeña Berta, se marchó con el sin dar ninguna explicación. Los trenes pasan siempre en la misma dirección, de Este a Oeste. Jamás se vio ninguno circular en sentido contrario. Se discute si los vagones de la formación son siempre los mismos o si se renuevan. Sabemos que son azules. No llevan ningún número ni inscripción, salvo unos signos, a modo de logotipo, por encima de las ventanillas. Algunas veces (muy pocas, en verdad) el tren pasa por nuestro pueblo sin detenerse. Este hecho es considerado de mal agüero y todos esperan con ansiedad la llegada y la detención del tren siguiente, para recobrar la calma y la fe en nuestro destino. Anoche, el tren se detuvo. Al oír el silbato, sentí el impulso de acercarme al andén. Camine por la plataforma desierta y hasta llegue a tocar con mi mano los brillosos coches. De pronto, la cortina de una de las herméticas ventanillas se abrió y apareció en ella la cara de una mujer hermosa. Yo ya la conocía, había soñado muchas veces con ella. La chica me miro profundamente y pego sus manos al vidrio. Yo me acerque cuanto pude y durante unos instantes tratamos de comunicarnos. Ella movió su boca y me dijo algo que no entendí pero agradecí tiernamente. Tal vez yo le grite palabras urgentes que no alcanzaron a traspasar el cristal. El tren se puso en movimiento, yo corrí a la par, hasta el final del andén. Después, los vagones se perdieron en la obscuridad. Los vecinos del pueblo no saben porque razón pasa el tren. Pero yo sí. Ahora no hare otra cosa que esperar trenes, aunque sepa que jamás volveré a encontrarme con la mujer de anoche. Aunque sepa que ya no habrá otra ventanilla abierta para mi”

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ANALISIS DE TEXTO

Si hablamos de carácter predominante del texto, estamos todos de acuerdo en que se podría encontrar entre un drama, suspenso y algo romántico que nos presenta el texto en sus líneas finales. Lo caracterizamos como un drama/suspenso por las ideas que la gente se hacía sobre el tren y sus fantasiosas historias; creando así un ambiente de misterio y suspenso entre quienes esperaban el tren y quienes le temían porque se presumía que quien subía jamás volvía. Este carácter se instala en la totalidad de la historia; lo único que podemos encontrar distinto hacia el final es el encuentro entre la dama y el caballero que va hacia el tren queriendo saciar sus dudas y se encuentra con una bella mujer donde comparten un instante de miradas profundas y palabras perdidas hasta que el tren se aleja. Ese pequeño momento lo encontramos romántico. El objetivo principal que tomamos de esta historia, la premisa o mensaje en otras palabras, es la de afrontar los miedos. Ir hacia aquello misterioso que nos hace convivir con profundidad en la duda y el miedo. Si hablamos del ambiente de la historia creemos que es fantástico y real a la misma vez. Por un lado decimos que es fantástico por el hecho que no hay sombras que bajen de un tren y los lleven a otro mundo, no hay un tren que nunca se detenga. Nosotros creemos que son los miedos y la duda, lo que hace que la gente del pueblo comienza a fantasear sobre aquellas cosas incoherentes que se hablan y se dicen. Por otro lado es real, porque la historia transcurre en tiempo y espacio real, sus personajes son hombres reales y el tren es algo también que existe. La realidad está continuamente presente y en el final de la historia donde se encuentran los personajes principales podemos “matar” todas las fantasías antes creadas por el pueblo y darnos cuenta que son solo inventos y acá se puede apreciar la realidad. Recreamos la obra con un acto y tres escenas donde transcurre toda la historia. Con un juego de luces, texturas y escenografías logramos que cada escena cuente su parte de la historia. Va a estar acompañada por música acorde a la época y los momentos y un relator. En cuanto a los personajes principales optamos por rencarnar a los dos principales. El, Gerardo y ella, Natalia. Él es alto, ojos marrones y pelo castaño. Posee un bigote por encima de sus labios y cejas anchas. Es un hombre esbelto, con una altura prominente y viste un traje. Ella de apariencia misteriosa, pelo corto negro y delgado. Posee unas largas pestañas y un lunar junto a su boca. Lleva siempre puesto un sombrero en ella. Su vestido es largo, le llega a las rodillas. El resto de los personajes, como los habitantes del pueblo y los hermanos desaparecidos, serán representados rápidamente y esas escenas estarán relatadas. La época la marca la misma historia. 1958. Pero nuestra escena se sitúa mucho más adelante, cuando él tuvo el coraje de acercarse al largo tren azul en 1962. En cuanto a los escenarios posibles elegimos el uso de colores monocromáticos, algo en sepia, antiguo abocando a la época donde sucedió. Escenarios grises, antiguos y ropa de época.

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JUSTIFICACION En esta propuesta escenográfica buscamos crear una sensación de ilusión en cuanto al tren, queriendo mostrar que el mismo no tiene principio ni fin; por eso decidimos llevar a cabo el uso de un “túnel” por donde el mismo se pierda. Esto lo llevaremos a cabo a partir de una especie de papel texturizado o más bien también corrugado (arrugado) para crear texturas mixtas con los colores obscuros que el cielo nos va a presentar para dar la sensación de bruma, queriendo identificarla con el misterio. El tren se perderá en el túnel que estará calado sobre este mismo fondo creando así una segunda dimensión. Este estará tapado por detrás con una tela negra generando distintos tonos de luz desde las ventanas del tren hasta lo más obscuro de cueva. En cuanto al largo tren azul, objeto principal de la obra, estará pintado sobre bastidores generando una sensación de viejo y oxidado, más allá de su característico color. Una de sus ventanas estará calada para el acto final de encuentro entre los personajes. Estos bastidores contaran con contrapesos de cemento para generar el equilibrio necesario. El mismo se encontrara, como podemos apreciar en la planta, cruzado de punta a punta en el escenario, generando una sensación de no terminar. El andén que acompañara la escenografía, característico del tren, decidimos a partir de cartones, cajas o maderas blandas pintarlos, creando un material parecido a lo que sería el ladrillo con cemento de piso, o más bien adoquín. Bajo el andén generar una textura de piedras como en todas las vías de tren. Bajo este mismo se encuentra una tarima. La pérgola se llevara a cabo a partir de aluminio y una mano de pintura de su correspondiente color para generar la sensación necesaria. En cuanto al vestuario, luego de ver varias fotos de época, optamos por recrear las vestimentas que las mujeres y hombres más usaban en esos días. Largos vestidos, trajes con corbata, sombreros y guantes. Fino y elegante, aunque eran looks de todos los días. La intención de diseño en cuanto a la estación es por querer llegar a lograr recrear los tres actos que se van a presentar en una sola escena, donde se narra y sucede gran parte de esta historia, como la escena del encuentro final entre los personajes principales. En cuanto a las luces en general usaremos luces frontales y centrales depende siempre del acto en el cual se encuentre; quizás también alguna supina en el acto final en juego con una contral para generar un ambiente romántico en este último acto.

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BOCETOS PREVIOS

Estos son algunos de los bocetos previos a definir nuestra idea concreta sobre la escenografía de la obra. Pasamos por varios estilos y diseños,

reacomodando distintos objetos para llegar a lograr algo interesante y ordenado tanto para nosotros como para el público. Contamos con cuatro

bocetos previos y la planta, es la que usamos como idea disparadora para definir el orden de todo.

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BOCETO DEFINITIVO

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ladrillos

papel arrugado

obscuro

cemento adoquín

piedras bajo

andén

pintura azul

oxidada

metal

oxidado

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RENDER

PLANTA

Presentamos un render de la planta, tanto en blanco y negro con sus

profundidades y también otra en color con sus respectivos pantones y texturas.

VISTA

Al igual que en la planta, presentando una vista en 3D en blanco y negro, y otra a

color, presentando la escenografía completa, incluyendo el gran telón.

LATERALES

Presentamos dos laterales del escenario,

tanto del derecho como el izquierdo.

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PROPUESTAS DE VESTUARIO

Natalia.

Posee un vestido semi-largo con un

cinturón a la altura de su cintura,

hombreras y puños gruesos. Su

terminación es en picos lo cual genera

movimiento.

Sus colores son opacos aludiendo a lo

“oxidado”, algo amarillento como los

colores de época.

Lleva puesto unos guantes negros y unos

semi estiletos del mismo color. En su

cabeza una capelina color violeta pero

siempre llegando a un tono más oscuro,

como el negro.

Gerardo.

Posee un traje del mismo color que el

vestido de la dama, acompañando su

vestuario y también, como dijimos antes,

los colores de época.

Lo acompaña un sweater verde de lana

tejido con rombos y detalles en el cuello.

Bajo el mismo una camisa blanca

haciendo juego con una corbata del

mismo color que su abrigo.

Cuenta con unos zapatos negros de

oficina y un cinturón que acompaña su

pantalón color marrón con una hebilla

plateada.

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MOBILIARIO EN DETALLE

2.00 M

0.70 M

0.50 M

0.40 M

El mobiliario elegido fue le banco Romántico que está ubicado cerca del andén de la estación de tren. Es un banco fundido de madera tropical.

Posee 18 tablones colocados horizontalmente y luego una capa de barniz por encima de ellos. Sus pies son de hierro (llevados a cabo en

aluminio) con un tratamiento antioxidante. Elegimos este mobiliario porque son los típicos vistos en las estaciones antiguas de trenes de la

ciudad.

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